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Santiago, dos de mayo de dos mil dieciocho.

VISTOS Y O ÍDOS LOS INTERVINIENTES :


I.- Antecedentes generales:
Se han sometido a conocimiento y decisión de esta Corte los
siguientes recursos de nulidad interpuestos en contra de la sentencia dictada
por el Cuarto Tribunal del Juicio Oral Penal de Santiago de fecha quince
de marzo de dos mil dieciocho:
a.- Recurso interpuesto por Don ROBERTO KONG MONSALVE,
defensor penal privado, en representación de los condenados ROLANDO
VALLEJOS HIDALGO y JOAQUIN MOLLO MAMANI, que condenó
al primero de los mencionados imputados, (Vallejos Hidalgo), a las
siguientes penas, a) diez años y un día de presidio mayor en su grado
medio, accesorias de inhabilitación absoluta perpetua para cargos y oficios
públicos y derechos políticos y la de inhabilitación absoluta para profesiones
titulares mientras dure la condena, como autor del delito de asociaci ón
ilícita para el tráfico de drogas previsto en el N°1 de la ley 20.000, hecho
cometido entre los meses de enero y junio de 2016; b) ocho años de
presidio mayor en su grado mínimo, multa de diez unidades tributarias
mensuales, y accesorias de inhabilitación absoluta perpetua para cargos y
oficios públicos y derechos políticos y la de inhabilitaci ón absoluta para
profesiones titulares mientras dure la condena, como autor de los delitos de
tráfico de drogas, elaboración de droga y tr áfico il ícito de precursores; y, al
segundo de los imputados, (Mollo Mamani) a la pena de siete a ños de
presidio mayor en su grado mínimo como autor del delito de asociaci ón
ilícita previsto en el artículo 16 N°2 de la Ley N°20.000 y a la pena de
ocho años de presidio mayor en su grado mínimo como autor de los delitos
de tráfico de drogas, elaboración de drogas y tráfico ilícito de precursores.
a.1 En el recurso mencionado se invoca como motivo principal de
nulidad la causal prevista en el artículo 374 letra e) en relaci ón al art ículo
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342 letra c) y d) del Código Procesal Penal por cuanto, al parecer del
recurrente, en la sentencia se omitió la exposición clara, lógica y completa
de cada uno de los hechos y circunstancias que dieren por probados, fueren
ellos favorables o desfavorables a los acusados as í como la valoraci ón de los
medios de prueba que fundamentaren dichas conclusiones de acuerdo con
lo dispuesto en el artículo 297 del mismo texto legal y las razones legales o
doctrinales que sirven para calificar jurídicamente cada uno de los hechos y
circunstancias para fundamentar el fallo.
Según el recurrente, las infracciones cometidas por los sentenciadores
se materializaron en dos situaciones concretas:
I.- La sentencia condenó a los imputados Vallejo Hidalgo y Mollo
Mamani, como autores del delito de de asociaci ón ilícita en circunstancias
que en la especie no concurrían los elementos del tipo para el efecto.
II.- no concedió a los dos imputados recién individualizados la
atenuante de colaboración sustancial al esclarecimiento de los hechos
prevista por el numeral 9° del artículo 11 del Código Penal.
a.2 El mismo recurrente invoca como segundo motivo de nulidad
la causal prevista en el artículo 373 letra b) del C ódigo Procesal Penal, esta
es, haber incurrido los sentenciadores en error de derecho al condenar a sus
representados como autores del delito de asociación ilícita y no acoger para
los mismos la atenuante de colaboración sustancial al esclarecimiento de los
hechos prevista por el numeral 9 del artículo 11 del Código Penal.
Es decir, la defensa de los condenados Rolando Vallejos y Joaqu ín
Mollo invoca dos causales de nulidad distintas por idénticas razones.
a.3 Luego que el señor defensor desarrolla sus argumentaciones para
explicar el por qué se cometieron los vicios denunciados, termina
solicitando: 1.- en caso de acogerse el recurso de nulidad basado en el
artículo 374 letra e) del Código Procesal Penal, se anule el juicio y la
sentencia y se determine el estado en que hubiere de quedar el
procedimiento
a.4 en caso de acogerse el recurso de nulidad basado en la infracci ón
del artículo 373 letra b) del Código Procesal Penal, se anule la sentencia y
se proceda a dictar un fallo de reemplazo que absuelva a sus defendido de
de ser autores del delito de asociación ilícita y se le s conceda la minorante
de responsabilidad penal de colaboración substancial al esclarecimiento de
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los hechos.
b.- Recurso interpuesto por don NESTOR PEREZ AGUAYO,
defensor penal público, en representación del condenado JHORMAN
NAVOYAN MICOLTA, en contra de la sentencia en estudio y que
condenó al mencionado imputado a la pena diez a ños y un d ía de presidio
mayor en su grado medio como autor del delito de asociación ilícita previsto
en el numeral primero del artículo 16 de la Ley N°20.000 y a la pena de
cinco años y un día como autor del delito de tr áfico il ícito de
estupefacientes previsto en el artículo 3° de la Ley N°20.000
b.1 En el recurso mencionado se invoca una causal única de nulidad,
esta es, la prevista por la letra c) del art ículo 342 del C ódigo Procesal Penal,
en relación con los artículos 297, 340 y 342 del Código Procesal.
Aprovechando esta causal única, el abogado recurrente sostiene que
los sentenciadores erraron al subsumir los hechos en el tipo penal de
asociación ilícita como así también violentaron la ley al no considerar que al
condenado lo beneficiaba la atenuante de colaboraci ón substancial prevista
por el numeral 9° del artículo 11 del Código Procesal Penal, y termina
solicitando la nulidad del juicio y de la sentencia y la determinaci ón del
estado en que debe quedar el juicio ordenando la remisi ón de los
antecedentes al tribunal no inhabilitado para la realización de un nuevo
juicio.
c.- Recurso interpuesto por don NESTOR PEREZ AGUAYO,
defensor penal público, en representación de la condenada YESENIA
ORTIZ NAVOYAN , en contra del fallo antes referido que conden ó a la
mencionada imputada a la pena de cinco años y un d ía de presidio mayor
en su grado mínimo y multa de cinco unidades tributarias mensuales,
accesorias de inhabilitación absoluta para cargo y oficios p úblicos y derechos
políticos y la de inhabilitación absoluta para profesiones titulares mientras
dure la condena, como autora de tráfico ilícito de drogas, hechos cometidos
el 5 de junio de 2016.
c.1 En el recurso mencionado se invoca la causal de nulidad prevista
por la letra e) del artículo 374 del Código Procesal Penal en relaci ón con la
letra c) del artículo 342 del mismo Código
En el acápite señalado el abogado recurrente afirma que el fallo
incurre en contradicciones que no permiten reproducir de manera l ógica el
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razonamiento utilizado .
c.2.- Luego de desarrollar su recurso el señor defensor solicita que, se
anule la sentencia y el juicio remitiendo los autos a tribunal no inhabilitado
para la realización de un nuevo juicio.
II.- Síntesis de los recursos.
1.- Del estudio comparativo de los tres recursos de nulidad
singularizados en capítulo anterior se concluye que en éstos, los se ñores
abogados defensores de los imputados condenados –por distintos
argumentos- coinciden en solicitar la nulidad del fallo, o de éste y del
juicio, alegando idénticas situaciones jurídicas que encuadran en iguales
causales de nulidad.
2.- Como ya se dijo, las situaciones que conducen a los defensores a
solicitar la nulidad del fallo o de este y el juicio, son.
a) No haber acogido a favor de los condenados la atenuante de
colaboración substancial al establecimiento de los hechos,
b) Haber en el caso de dos ellos, considerado que formaban parte
de una asociación ilícita y haberlos condenados en consecuencia.
3.- Los dos motivos de nulidad expuestos en las letras anteriores se
atacan por dos vías.
La primera, por la eventual vulneración de lo dispuesto por el art ículo
374 letra e) del Código Procesal Penal en relaci ón con el art ículo 342 letra
c) y b) y artículo 297 todos del texto recién citado.
La segunda, por el presunto error de derecho cometido por los
sentenciadores al aplicar incorrectamente el artículo 16 de la ley N °20.000,
(delito de asociación ilícita).
III.- Posición del Ministerio Público frente a estos recursos.
Que, por su parte, el Ministerio Público solicitó en estrado el rechazo
de los recursos de nulidad argumentando que a su parecer éstos son
improcedentes por cuanto se basan, principalmente, en una presunta
ponderación errónea de los elementos probatorios, materia que es ajena a
recursos como los de la especie y agregó, que a su juicio, en el fallo
recurrido los sentenciadores hicieron una completa descripción de los hechos
investigados, como así también, realizaron una acertada subsunci ón de los
referidos hechos en la norma para dictar la sentencia condenatoria. Agregó
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que el fallo no incurrió en violación alguna de los principios de la l ógica,


las máximas de la experiencia y los conocimientos científicamente
afianzados.
A.- Estudio del recurso de nulidad de los condenados Vallejos y
Mollo.
PRIME RO: Que, en relación a la causal formal de nulidad
invocada, el recurrente afirma que en la sentencia se omiti ó valoraci ón de
la prueba rendida en audiencia y las razones legales o doctrinales en las
cuales apoyó su decisión.
SEGUNDO: Que, según se lee en el recurso, la infracción
denunciada, en lo que dice relación con el delito de asociaci ón il ícita,
significó que el tribunal de la instancia expuso los hechos que se tuvieron
por acreditados pero no hizo referencia alguna a la forma, antecedentes,
circunstancias o requisitos por medio de los cuales dio por configurado el
delito asociativo y no dio respuesta fundada en alguna consideraci ón sea
legal, doctrinal o jurisprudencial. Culmina el recurrente se ñalando que el
fallo no hace una valoración completa, fundada y sistematizada de la prueba
rendida en la audiencia.
TERCERO: Que, en ese contexto, aparece como de toda evidencia
que, en primer lugar, el examen que este tribunal est á llamado a efectuar,
a propósito de un recurso de esta naturaleza, debe circunscribirse a los
aspectos precedentemente señalados, esto es, a la observancia o
cumplimiento del requisito formal a que se ha hecho referencia.
CUARTO: Que, del análisis de los considerandos SEXTO y
SEPTIMO, se aprecia que los sentenciadores, luego de tratar toda la
prueba reunida en la investigación, la ponderaron de conformidad a las
reglas de la sana crítica y finalmente, una vez alcanzada la convicci ón,
dictaron la sentencia recurrida de nulidad, no siendo apreciable, en
consecuencia, incongruencia alguna entre la prueba practicada en la
instancia y el concreto pronunciamiento condenatorio.
QUINTO: Que, en lo que dice relación con la presunta falta
de valoración de la prueba rendida en la audiencia., cabe se ñalar que, tal
como es unánimemente aceptado por el derecho nacional y el derecho
comparado, el Tribunal ad quem no puede revisar la apreciaci ón
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probatoria practicada en la instancia cuando, por la naturaleza de las


pruebas en cuestión, sea necesario para su valoración el concurso de los
principios de inmediación, oralidad y contradicción.
SEXTO: Que, por otra parte, en cuanto a la presunta err ónea
apreciación de las pruebas producidas en el juicio, es preciso hacer presente
que dicha alegación resulta inadmisible por cuanto – de haber lugar a ello –
se estaría dando cabida a una nueva apreciación de las mismas, situaci ón
que, además de ser racionalmente imposible, significar ía invadir el ámbito
de una actividad entregada, de modo exclusivo, al tribunal ante el cual
aquellas efectivamente se rindieron. Sin perjuicio de lo expuesto y a mayor
abundamiento, cabe señalar que cuestión muy distinta es que la
ponderación efectuada no convenzan al recurrente o que este considere –
como en definitiva pretende – que la prueba producida no ser ía suficiente
para dar por establecido el delito, materia que, como ya se se ñal ó, ata ñe a
una materia del todo ajena a los objetivos de un recurso de esta naturaleza,
desde que se relaciona con la ponderación de las probanzas, actividad que
no cabe revisar en esta sede.
SEPTIMO: Que, por otra parte cabe señalar que en un
recurso de nulidad como el de la especie, es indispensable que el recurrente
señale en forma clara y precisa en que forma se habr ía producido el vicio
denunciado. En el caso de autos, como se dijo, la defensa se limita a
confrontar el razonamiento del tribunal con el suyo, materia que de acuerdo
a la doctrina es insuficiente ya que se ha establecido el criterio de que, en
principio, se ha de respetar la valoración de la prueba realizada por los
jueces del fondo siempre que esta no sea manifiestamente il ógica, irracional,
arbitraria o absurda o que conculque principios generales del derecho, sin
que esté permitido sustituir la lógica o la sana cr ítica del juzgador por la de
la parte. Tal como se ha sostenido por la doctrina: “…en la valoraci ón de la
prueba practicada en el curso del proceso debe primar el criterio objetivo e
imparcial del Juzgador de Instancia sobre el Juicio hermen éutico, subjetivo y
parcial de la parte apelante, de modo que es preciso acreditar una
equivocación clara y evidente en el juicio valorativo del órgano
jurisdiccional para acoger este motivo de apelación ” o como ha sido fallado
recientemente por el tribunal Supremo de España, Sala de lo Penal Sede:
Madrid Sección:1Fecha: 07/07/2016 Nº de Recurso:2246/2015Nº de
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Resolución:601/2016 Procedimiento: RECURSO CASACIÓN Ponente:


CANDIDO CONDE-PUMPIDO TOURO.
“Y esta conclusión se alcanza de forma imparcial y razonada, sin que
pueda ser sustituida por la valoración contraria de la parte recurrente, y sin
que pueda tampoco ser modificada por una valoraci ón diferente por esta
Sala de casación, que ni siquiera pudo apreciar con inmediaci ón la prueba
practicada en el juicio”.
OCTAVO. Que, atendido lo expuesto en los considerandos
anteriores, esta Corte concluye que, en el presente caso, no concurre el vicio
denunciado por los recurrentes, por lo cual se rechazar á el recurso por este
concepto.
NOVE NO: Que, con respecto a la causal prevista por la letra
b) del artículo 373 del Código Procesal Penal, a juicio de esta Corte, para
analizar la posible infracción en estudio debe, en primer lugar, establecerse
con certeza los hechos materia de la acusación. Del considerando
SEGUNDO del fallo recurrido se aprecia que los antecedentes f ácticos de
este proceso consistirían en lo siguiente:
“Los imputados JHOMAN NAVOYAN MICOLTA; ROLANDO
VALLEOS HIDALGO; JOAQUIN RODRIGO MOLL MAMANI;
YESENIA ORTIZ NAVOYAN, MARIBEL VALLEJOS HIDALGO y
SENOVIA SEÑA QUISPE, constituyen una asociación ilícita dedicada a la
internación de sustancias ilícitas al país desde Bolivia, la cual trasladan
hacia el centro de Santiago, con la finalidad de almacenar, elaborar y
cocinar sustancias ilícitas en un laboratorio clandestino ubicado en calle
Conferencia N°530, Comuna de Santiago, con la finalidad de
posteriormente ser distribuidas dichas sustancias a microtraficantes para su
comercialización en diferentes sectores de Santiago.
“El funcionamiento de esta asociación ilícita se encuentra
constituida por el imputado Jhorman Navoyan Micolta, de nacionalidad
colombiana, uno de los líderes de la organización, qui én es el due ño del
laboratorio ubicado en calle Conferencia N°530, comuna de Santiago y
coordina las labores en su interior aportando diferentes elementos para su
operatividad entre ls que se encuentran los vehículos PPU CCWW y NW
1634 utilizados para el ingreso de droga; el imputado Rolando Vallejos
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Hidalgo, de nacionalidad boliviana es el otro líder de esta organizaci ón, su


función consiste en coordinar el ingreso de la droga desde Bolivia, ingresarla
desde el norte de Chile y traerla hacia el laboratorio para su
almacenamiento, dedicándose además a proveer insumos para el
funcionamiento del laboratorio. LA IMPUTADA Yesenia Ortt íz Navoyan
de nacionalidad colombiana, vive en el laboratorio del lugar anterirmente
indicado y colabora en el funcionamiento del inmueble, el imputado
Joaquín Rodrigo Mollo Mamani de nacionalidad boliviana es brazo
operativo de la organización que colabora al imputado Rolando Vallejos
Hidalgo en la internación de droga al país; finalmente las imputadas
Maribel Vallejos Hidalgo y Senovia Seña Quispe, ambas de nacionalidad
boliviana, son las encargadas de transportar cargamentos de droga desde
Bolivia hacia el centro de Santiago, previa coordinación y custodia de los
imputados Rolando Vallejos Hidalgo y Joaquín Mollo Mamani.”
DECIMO Qué, establecidos los hechos de la investigación cabe
analizar la participación de los encartados
Del mismo considerando SEGUNDO, se aprecia que la participaci ón
que se atribuye de los imputados es la siguiente:
1.- Rolan do Vallejos Hidalg o: ”utilizando el vehículo inscrito a
nombre del imputado Jhorman Navoyan Micolta, (singularizan el veh ículo),
con la finalidad de adquirir droga desde el norte del pa ís para traerla al
centro de Santiago, fue controlado por funcionarios policiales y detenido el
día 7 de mayo de 2016 portando un arma de fuego y manteniendo dentro
de los ductos de ventilación dos trozos de bolsas de nylon negro, en forma
rectangular, envueltas con bandas elásticas color blanco, contenedores cada
uno de ellos de US $10.000 dólares desglosados en billetes de US$100
dólares. Adicionalmente en el motor del vehículo, bajo el filtro de aire color
amarillo fue hallada una bolsa de nylon, color blanco, en forma rectangular,
envuelto con bandas elásticas contenedor de US 30.000 d ólares, desglosados
en billetes de US 100 dólares, dinero destinados a adquirir sustancias il ícitas
para su internación al país.
Rolando Vallejos es detenido el día 4 de junio de 2016, a las 21,15
horas en el peaje Totoral, junto al imput ado Rodrig o Mollo
Mamani , quién conducía el vehículo que escoltaba un cargamento de 10
kilos, 580 gramos de pasta base de coca ína que transportaban en el bus de
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la empresa CONDOR BUS con destino a Santiago, Maribel Vallejos


Hidalg o y Senovia Se ña Quispe .
Con esos antecedentes la policía ingresó al inmueble de calle
Conferencia N°530 Comuna de Santiago, donde manten ían el laboratorio
que se encontraba en ese momento a cargo de Yesenia Ort íz Naboyan,
incautando en ese lugar, 2 kilos 118 gramos de Cannabis Sativa;
precursores consistentes en una botella de plástico con la leyenda “ácido
muriático, una botella de plástico con una etiqueta que dec ía ácido
amoníaco”; una botella de plástico, con la leyenda “ácido de bater ía ”; una
botella de plástico sin etiqueta, dos botellas de pl ástico, con la leyenda
“acido de baterías compuesto”; seis bolsas de plástico transparente,
contenedora de una sustancia blanca que sometidas a prueba de campo
arrojó “carbonato sódico” con un peso de 5 kilos 414 gramos, adem ás de
especies como consistentes en tres fuentes de plástico floreadas con residuos
de una sustancia que dio coloración positiva a la presencia de coca ína, una
máquina contadora de billetes, una pesa digital, y variadas otras especies
incluyendo entre éstas un revolver calibre 38, número de serie borrado, pero
apta para el disparo.
UNDECIMO: Que, los antecedentes expuestos fueron calificados
por el Ministerio Público como delitos de a) asociación ilícita, previsto y
sancionado en el artículo 16 de la Ley N°20.000, b) el delito de elaboraci ón
y tráfico ilícito de drogas, previstos y sancionados en los art ículos 1 ° y 3 ° de
la ley N°20.000; c) el delito de tráfico ilícito de precursores, previsto y
sancionado en el artículo 2° de la ley N°20.000 y el delito de porte de arma
de fuego, previsto y sancionado en el art ículo 9 inciso 1 ° en relaci ón al
artículo 2 letra b) de la ley N°17.798.
Dentro de los ilícitos señalados, y de acuerdo a la opini ón del
Ministerio Público, correspondió a los imputados la siguiente participaci ón:
1.-Jhorman Navoyan Micolta; Rolando Vallejos Hidalgo y Joaqu ín
Rodrigo Mollo Mamani, coautores en el delito de asociaci ón il ícita; en el
delito de elaboración y tráfico de drogas y en el delito de tr áfico il ícito de
precursores.
2.- Senovia Seña Quispe y Maribel Vallejos Hidalgo, coautoras del
delito de asociación ilícita y del delito de tráfico ilícito de drogas.
DUODECIMO: Que, establecidos los presupuestos fácticos y
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jurídicos en los considerandos anteriores corresponde analizar los recursos


de nulidad interpuestos por las defensas de los imputados condenados.
En primer término se debe decir que estos sentenciadores no pueden
desconocer que el tema que se viene desarrollando, este es, si un hecho
tipificado como tráfico ilícito de estupefacientes puede a la vez encuadrarse
como delito de asociación ilícita, no es nuevo en nuestra jurisprudencia,
existiendo sobre el particular abundantes fallos que recogen diversas l íneas
doctrinarias motivo por el cual es deber de estos jueces, para acercarse a
alguna de las tesis académicas, hacer un breve an álisis de lo que es
asociación ilícita para, de esa conclusión, arribar a la resoluci ón del
conflicto.
DECIMO TERCERO: Que, en ese orden de materias se debe
tener presente el tenor del artículo 16 de la Ley N°20.000. Esta norma
señala:
“Artículo 16.- Los que se asociaren u organizaren con el objeto de
cometer alguno de los delitos contemplados en esta ley serán sancionados,
por este solo hecho, según las normas que siguen:
1.- Con presidio mayor en sus grados medio a máximo, al que
financie de cualquier forma, ejerza el mando o direcci ón, o planifique el o
los delitos que se propongan.
2.- Con presidio mayor en sus grados mínimo a medio, al que
suministre vehículos, armas, municiones, instrumentos, alojamientos,
escondite, lugar de reunión o cualquiera otra forma de colaboraci ón para la
consecución de los fines de la organización.
Si el autor, cómplice o encubridor del delito establecido en este
artículo cometiere, además, alguno de los delitos contemplados en esta ley,
se estará a lo dispuesto en el artículo 74 del C ódigo Penal para los efectos
de la aplicación de la pena”.
DECIMO CUA RTO: Que, transcrita la norma resulta importante
tener presente los siguientes antecedentes:
A.- En el Proyecto de Ley enviado por el señor Presidente de la
República el día 2 de diciembre de 1999, que modificaba la ley n °19.366
-que a su vez había fijado el texto refundido, coordinado y sistematizado de
la ley que sancionaba el tráfico ilícito de estupefacientes y sustancias
sicotrópicas, y que ingresara a la Cámara de Diputados bajo el N °232-341,
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se proponía el siguiente artículo 22:


ARTICULO 22.- Los que formen parte de una organización delictual
destinada a cometer delitos contemplados en esta ley, serán sancionados, por
este solo hecho, según las normas que siguen:
1.- Con presidio mayor en su grado medio a máximo, a qui én se
obligue a aportar capital, a ejercer mando o direcci ón en ella, o a planificar
los delitos que se proponen.
2.- Con presidio mayor en su grado mínimo a medio, al que se
obligue a suministrar vehículos, armas, municiones, instrumentos,
alojamiento, escondite, lugar de reunión o cualquiera otra forma de
colaboración para la consecución de los fines de la organización.
Se entiende por organización delictual, para estos efectos, a aquella
sociedad criminal constituida por un grupo de dos o m ás personas,
jerárquica y disciplinariamente constituido, unidas todas por el prop ósito
común y de permanencia en el tiempo, de incurrir en una indeterminada
cantidad de delitos a fin de repartirse las utilidades o beneficios que de ellos
provenga.
B.- Que, como se puede observar, a la figura que ya exist ía en la Ley
N°19.366, el proyecto del Ley del Ejecutivo le incorporó en forma expresa
el inciso final recién transcrito, principio tomado –a no dudarlo- de los
artículos 368 y 369 del Código Penal español.
C.- Que, resulta útil recordar lo que sobre el particular sostuvo el
Ministro de la I. Corte de Apelaciones de San Miguel don Claudio Pavez
ante la Comisión de Constitución de la cámara baja: ( PRIMER INFORME
COMISIÓN CONSTITUCIÓN de la Ley Nº 20.000 P ágina 589 de 1379)
“advirtió que existe una tendencia en el sentido de confundir la figura de
asociación ilícita establecida en la ley Nº 19.366, y tambi én contemplada en
este proyecto, con la de la ley Nº 18.314, que determina conductas
terroristas, a que se refiere el N°5 de su art ículo 2 y el inciso final de su
artículo 3º, y con la que contempla el artículo 292 del C ódigo Penal, en
circunstancias que su establecimiento, objeto y finalidad es distinta.
Entonces, para determinar si existe una asociación ilícita se exigen
diversas circunstancias, que destruyen la posible determinaci ón de tal
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actividad en relación a las drogas. Así, se habla como requisitos, para la


existencia de dicha asociación, de la presencia de un grupo de personas con
organización y jerarquía, una división de funciones, permanencia en el
tiempo y un objeto determinado, elementos que deben ser probados
particularmente. Los que conocen las organizaciones criminales destinadas
al narcotráfico saben muy bien que, en muchas ocasiones, se integran para
un caso concreto, que obviamente no permanecen en el tiempo y que
emplean a individuos ocasionales que, después de cumplida la misi ón
particular, son dejados de lado. También es dif ícil determinar las jerarqu ías
dentro de la referida organización ocasional. Pero ninguna duda cabe de
que se está en presencia de una asociación ilícita que, en la pr áctica, no es
sancionada por tal situación, sino por el resultado, cuando se ha incautado
drogas. En la generalidad de los casos, tales conductas asociativas no son
castigadas.
Concluyó manifestando que, atendido lo anterior, sería recomendable
que la propia Ley de Drogas diseñe par ámetros para determinar cu ándo se
está en presencia de una asociación ilícita para perpetrar los delitos que la
ley sanciona”.
D.- Que, a raíz de la discusión generada en la Comisi ón que
estudiaba la materia, S. E. el Presidente de la Rep ública formul ó una
indicación para sustituir el inciso final, en términos de precisar su alcance,
manifestando que si el autor, cómplice o encubridor del delito establecido
en el artículo 22 cometiere, además, alguno de los delitos contemplados en
esta ley, para los efectos de la aplicación de la pena, se estar á a lo dispuesto
en el artículo 74 del Código Penal.
E.- Que, de la Historia fidedigna del establecimiento de la norma
aparece claro que lo que hoy se discute en los actuales recursos de nulidad
fue tenido presente por el señor Presidente de la Rep ública y los se ñores
Legisladores hace ya dieciocho años atrás, quienes acordaron eliminar del
proyecto y por consiguiente del tipo penal de asociaci ón ilícita que hoy se
encuentra en el artículo 16 de la Ley N°20.000, los requisitos de estar
constituida por a) por un grupo de dos o más personas; b) que est é
jerárquica y disciplinariamente constituid; c) que quienes la integran est én
unidas todas por el propósito común; y, que la referida asociaci ón
permanezca en el tiempo, e incurra en una indeterminada cantidad de
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delitos a fin de repartirse las utilidades o beneficios que de ellos provenga.


F.- Que, teniendo los referidos antecedentes a la vista, a juicio de
estos sentenciadores, basta con estudiar “el fact um ” del proceso para
arribar a la conclusión de que en la especie existi ó una asociaci ón il ícita en
los términos del artículo 16 de la Ley N°20.000. En efecto, del m érito de
autos se observa, siguiendo un análisis inverso al desarrollo cronológico de
los hechos que, la cantidad bruta de la droga incautada fue de 18 kilos 580
gramos de pasta base de cocaína; la referida droga se internaba desde
Bolivia; una vez en Chile, la droga era transportada a un laboratorio
clandestino ubicado en la calle Conferencia N°580 de la Comuna de
Santiago; una vez procesada la droga era vendida en distintos puntos de la
Región Metropolitana.
G.- Que, del simple relato de los hechos se observa que la operaci ón
realizada por los condenados, requería, por su complejidad, una log ística
acabada desde el punto de vista humano, material y financiero. A todo ello,
debe agregarse además que los “trabajos ” realizados por cada uno de los
imputados obedecían a labores compartimentadas que, unidas todas,
culminaban con el trafico de drogas consumado cuyo era el prop ósito
indudable de los participes en el ilícito.
H.- Que, finalmente, el texto de la ley es claro en el sentido de que
es perfectamente válido entender que pueden coexistir simult áneamente dos
delitos derivados de una misma proposición fáctica. En efecto, el inciso final
del artículo 16 de la ley N°20.000 señala: “Si el autor, c ómplice o
encubridor del delito establecido en este artículo cometiere, adem ás, alguno
de los delitos contemplados en esta ley, se estará a lo dispuesto en el art ículo
74 del Código Penal para los efectos de la aplicaci ón de la pena ”. Es decir,
la ley consideró en forma autónoma e inconfundible la figura de asociaci ón
ilícita con los demás delitos que previene la que sanciona el tr áfico il ícito de
drogas y estupefacientes.
DECIMO QUINTO: Que, por las razones expuestas en los
considerandos anteriores esta Corte Concluye que en la especie los
sentenciadores del Tribunal Oral Penal que dictaron el fallo no incurrieron
en la causal de nulidad denunciada, por lo cual se rechazar á el recurso de
nulidad por este capítulo.
DECIMO SEXTO: Que, corresponde ahora analizar el recurso de
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nulidad basado en las dos causales largamente analizadas en los


considerandos anteriores, en aquella parte que indican como vicio que
adolecería la sentencia el no haber considerado que a los condenados les
favorecía la atenuante de colaboración sustancial prevista por el numeral 9 °
del artículo 11° del Código Penal.
DECIMO SEPTIMO: Que, del estudio del considerando
VIGESIMO del fallo recurrido que lleva por t ítulo Modificatorias, se
aprecia que a los condenados Vallejos y Mollo se le reconoci ó la
circunstancia atenuante prevista por el numeral 9° del art ículo 11 del
Código Penal, solo en relación con los delitos de elaboración de droga,
tráfico de droga y tráfico de precursores y se les rechaz ó su aplicaci ón al
delito de asociación ilícita.
Sobre el particular es importante tener presente que el propio tribunal
explicó la diferencia de criterio recién señalada ponderando las
declaraciones de los imputados en sus respectivas indagatorias. Es as í como,
en lo delitos de elaboración y tráfico de drogas y precursores, los
condenados reconocieron circunstanciadamente su participación en los
mismo al extremo que el propio Ministerio Público les reconoci ó su actitud
positiva frente a la investigación, situación muy distinta frente al delito de
asociación ilícita en el cual los imputados, consultados acerca de su
participación en los mismos dieron siempre respuestas confusas, err áticas y
poco creíbles tratando más bien de minimizar su participaci ón.
De esta manera, se aprecia que el proceder de los sentenciadores
resultó ser el fruto de un trabajo analítico, serio y ponderado de la
situación, motivo por el cual no es posible hacerle reproche alguno.
Por otra parte se debe señalar que el análisis de las circunstancias
modificatorias de responsabilidad penal, constituye no s ólo una atribuci ón
del órgano jurisdiccional que conoce de la causa sino que una facultad que
puede usar o no, por lo cual, desde el momento que el legislador le confiere
una posibilidad al juez, no es posible decir que comete un error de derecho
al escoger una de las posibilidades que la misma ley señala.
Por lo expuesto, no puede existir error de derecho al hacer uso de
una facultad, motivo por el cual deber á rechazarse el recurso de nulidad por
este capítulo.
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Estudio del recurso de nulidad interpuesto por el abogado Defensor


Público don Néstor Pérez Aguayo en representación de Jhorman Navoyan
Micolta.
DECIMO OCTA VO: Que, según se lee en el propio recurso
en estudio, el fallo impugnado incurre en la causal de nulidad del art ículo
374 letra e) del Código Procesal Penal en relaci ón a la letra c) del art ículo
342 del mismo texto “toda vez que la sentencia ha sido pronunciada
adoleciendo de una errónea valoración de la prueba rendida ”.
DECIMO NOVE NO: Que, a juicio de esta Corte, el párrafo
recién transcrito indica que la alegación de la defensa de Navoyan Micolta
es la misma invocada por la defensa de Vallejos y Mollode, por lo cual, lo
razonado a su respecto en los considerandos QUINTO, SEXTO y
SEPTIMO de este fallo es plenamente aplicable a este recurso motivo por
el cual y por razones de economía procesal estos sentenciadores dan por
expresamente reproducidos sus razonamientos vertidos en los considerandos
recién singularizados y, en su mérito rechazaran el recurso de nulidad
promovido por la causal antes señalada.
Estudio del recurso de nulidad interpuesto por el abogado Defensor
Público don Néstor Pérez Aguayo en representación de Yesenia Ortiz
Naboyan.
VIGE SIMO: Que, con respecto a la causal de nulidad invocada,
esta es, que los sentenciadores, junto con no efectuar una valoraci ón en su
fallo de todos y cada uno de los elementos de convicción aportados al pleito,
ha contrariado los razonamientos de la lógica que conforman la sana cr ítica,
debe señalarse que el concepto de la sana crítica se ha ido decantando
sustancialmente con el tiempo y ha concluido que los elementos de la sana
crítica son tres, a saber, La lógica; Las máximas de experiencia y los
conocimientos científicamente afianzados.
VIGE SIMO PRIMERO: Que, a mayor abundamiento debe
señalarse también que en un recurso de nulidad basado en la causal antes
señalada, no basta con sostener que el fallo infringi ó las normas de la l ógica
y de sana crítica, sino que es indispensable precisar qu é principio de la
lógica jurídica fue infringido y como fue infringido. En efecto, es
unánimemente aceptado que los referidos principios de la lógica jur ídica
son: el Principio de Identidad; el Principio de Contradicción; el Principio
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de Tercer Excluido: el Principio Lógico de Razón Suficiente: y el


Principio de sustancia, nada de eso se vislumbra den el recurso.
Asimismo, una vez que se ha determinado el principio de la sana
crítica que se sostiene ha sido vulnerado, se debe explicar la forma en que
tal vulneración se ha producido, y de qu é manera ello ha podido influir en
lo dispositivo del fallo. Solo así podrá el Tribunal superior declarar la
eventual nulidad del fallo recurrido.
VIGE SIMO SEGU ND O: Que, como nada de lo anterior ha
sucedido en el caso sub lite se rechazará el recurso de nulidad basado en la
causal que establece la letra e) del artículo 374 del C ódigo Procesal Penal.
VIGE SIMO TERCERO : Que, por lo tanto, la sentencia
recurrida se ha dictado sin incurrir en los motivos de nulidad alegados por
los recurrentes.
Por estas consideraciones y de conformidad a lo dispuesto por
los artículos 372, 376 y 384 del Código Procesal Penal, se rechaz an los
recursos de nulidad interpuestos por don Roberto Kong Monsalve, en
representación de los condenados Rolando Vallejos Hidalgo y Joaqu ín
Mollo Mamani, por don Nestor Perez Aguayo, en representación del
condenado Jhorman Navoyan Micolta, y por don Nestor Perez Aguayo, en
representación de la condenada Yesenia Ortiz Navoyan, en contra de la
sentencia definitiva dictada con fecha quince de marzo de dos mil dieciocho
por el Cuarto Tribunal Oral Penal de Santiago, la que en consecuencia no
es nula, como tampoco lo es el juicio en que recayera.
Reg ístrese, comun íquese y devu élv ase.
Redacci ón del Abog ado Integrant e se ñor Cruchag a.
Reforma Procesal Penal N °1731- 2018
No firma el Ministro señor Silva, por estar haciendo uso de su feriado
legal, sin perjuicio de haber concurrido a la vista y acuerdo de la causa .

Pronunciada por la Tercera Sala de est a Iltma. Corte de


Apelac iones de Santiago , presidida por el Ministro señor Mauricio
Silva Cancino, conformada por la Ministra señora Elsa Barrientos Guerrero
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y el Abogado Integrante señor Ángel Cruchaga Gandarillas.


ELSA BARRIENTOS GUERRERO ANGEL ANDRES CRUCHAGA
MINISTRO GANDARILLAS
Fecha: 02/05/2018 12:52:58 ABOGADO
Fecha: 02/05/2018 13:22:31

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Pronunciado por la Tercera Sala de la C.A. de Santiago integrada por Ministra Elsa Barrientos G. y Abogado
Integrante Angel Cruchaga G. Santiago, dos de mayo de dos mil dieciocho.

En Santiago, a dos de mayo de dos mil dieciocho, notifiqué en Secretaría por el Estado Diario la resolución
precedente.

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Este documento tiene firma electrónica y su original


puede ser validado en http://verificadoc.pjud.cl o en la
tramitación de la causa.
A contar del 13 de agosto de 2017, la hora visualizada
corresponde al horario de verano establecido en Chile
Continental. Para Chile Insular Occidental, Isla de Pascua
e Isla documento
Este Salas y Gómeztiene restarfirma electrónica
2 horas. Para más
información consulte http://www.horaoficial.cl.
y su original puede ser validado en
http://verificadoc.pjud.cl o en la
tramitación de la causa.

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