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Salmos 41:12

Versículos Conceptos
En cuanto a mí, me mantienes en mi integridad, y me afirmas en tu presencia para siempre.

Integridad - Diccionario Perspicacia

Entereza moral, probidad, inculpabilidad, honorabilidad.

Las palabras hebreas relacionadas con la integridad (tom, tum·máh, tam, ta·mím) comparten
el significado primario de lo que es “completo” o “entero”. (Compárese con Le 25:30; Jos 10:13;
Pr 1:12.) Ta·mím se usa varias veces para referirse a la integridad física, o salud,

Vivir con Integridad


BY RICK WARREN —
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“Manténganse firmes, ceñidos con el cinturón de la verdad.”


(Efesios 6:14a NVI)

La integridad importa. La Biblia dice que estamos en una guerra “en contra de las
autoridades, en contra de los poderes de este mundo de tinieblas.” Cuando vivimos sin
integridad, no podemos pelear contra esas fuerzas espirituales que tratan de derribar
nuestras vidas.

Especialmente, estamos comprometidos a hablar la verdad de la Palabra de Dios y aplicarla


en todas las áreas de nuestras vidas, en nuestra vida moral, financiera, familiar y sexual.

Es por eso que Pablo nos dice que necesitamos ponernos el Cinturón de la Verdad antes de
entrar en las batallas espirituales que nos rodean. Él dice, “Manténganse firmes, ceñidos con
el cinturón de la verdad” (Efesios 6:14a NVI).

El Cinturón de la Verdad sostiene todo. Sin la Verdad, tu vida se vendrá abajo, y la oscuridad
espiritual se hará cargo de ella.

Nos ponemos el Cinturón de la Verdad al vivir con integridad. La integridad viene de la


palabra “entero” que significa “unidad.” Una vida íntegra no son las porciones de un pastel;
sino que tiene que ser todo el pastel.

Para vivir una vida íntegra, no sólo tienes que conocer la verdad; sino que tienes que vivirla.
Como tu cinturón, la integridad te da estabilidad. Te mantiene unido, en medio de los tiempos
difíciles. Te da la fuerza necesaria.

Por supuesto, vivir con integridad no significa perfección. No significa siempre hacer lo que
es correcto. Si la perfección fuera un estándar de la integridad, nadie podría vivir con
integridad. Todos fallamos, todos tropezamos. qa
Vivir con integridad, deja que las personas vean en lo exterior lo que está pasando en el
interior. Significa, lo que ves es lo que eres.

La hipocresía es un gran enemigo de la integridad. Practicamos la hipocresía cuando


conocemos la verdad y no la hacemos. Es cuando lo que decimos no es lo mismo que
hacemos. Las enseñanzas de Jesús resaltaron la pureza de corazón, la unidad de mente y de
propósito, la ausencia de hipocresía..., todas ellas cualidades que caracterizan la integridad.

Y es peligroso – muy peligroso. La falta de integridad en cualquier área de tu vida te dejará


vulnerable a los ataques de Satanás. De hecho, en el momento en que comienzas a
segmentar tu vida en diferentes porciones – tu vida en la iglesia, tu vida familiar, tu vida
sexual, etc. – has perdido tu integridad. No estás siendo el mismo, no estás viviendo lo
mismo en todas las áreas de tu vida.

¿Por qué debemos ser cristianos íntegros?


“Júzgame, oh Jehová, [...] conforme a mi integridad.” (SAL. 7:8.)

1, 2. ¿Qué situaciones podrían poner a prueba la integridad del cristiano?

UN JOVEN cristiano se halla rodeado por un grupo de compañeros que buscan pelea. ¿Responderá a
sus provocaciones insultándolos o recurriendo a los golpes? ¿O logrará controlarse e irse de allí? Un
hombre casado está a solas en su casa buscando cierta información en Internet. De repente aparece
en el monitor una ventana con un enlace a un sitio inmoral. ¿Hará clic en el anuncio, o lo cerrará? Una
hermana está conversando con unas amigas. En un momento dado, la conversación cambia de tono, y
una de ellas empieza a hablar mal de otra cristiana. ¿Qué hará la hermana? ¿Les seguirá la corriente a
sus amigas, o se atreverá a cambiar de tema?

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Estas tres situaciones tienen algo en común: en cada una de ellas el cristiano debe luchar por
mantenerse íntegro y leal. Cuando nos enfrentamos a las preocupaciones y necesidades de la vida
diaria, ¿tenemos presente que debemos actuar con integridad? Por lo general, la gente se preocupa
por asuntos como la salud, el aspecto personal, el empleo, las amistades y las relaciones de pareja. Sin
embargo, lo que más debe preocuparnos a los cristianos es nuestra integridad, pues al fin y al cabo es
en eso en lo que se fija Jehová al examinar nuestro corazón (Sal. 139:23, 24).

3. a) ¿Qué nos permite hacer Jehová a cada uno de nosotros? b) ¿Qué analizaremos en este artículo?

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Jehová, de quien procede “toda dádiva buena y todo don perfecto”, nos ha colmado de bendiciones
(Sant. 1:17). A él le debemos nuestro cuerpo y nuestra mente, así como la salud y todas nuestras
habilidades (1 Cor. 4:7). Sin embargo, Jehová no nos obliga por ello a ser íntegros. Más bien, permite
que cada cual decida si quiere serlo o no (Deu. 30:19). A continuación analizaremos qué es la
integridad y veremos tres importantes razones por las que debemos ser cristianos íntegros.

¿Qué es la integridad?
4. ¿Qué abarca la integridad, y qué aprendemos de la ley que dio Jehová sobre los sacrificios de animales?
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Mucha gente desconoce todo lo que abarca el concepto de integridad. Hay políticos, por ejemplo,
que presumen de ser íntegros, queriendo decir con ello que son honrados. Y claro, la honradez es
importante, pero es tan solo una parte de la integridad. Como bien muestra la Biblia, la persona
íntegra es la que lleva una vida intachable, la que actúa con entereza moral. De hecho, los términos
hebreos relacionados con la palabra “integridad” provienen de una raíz que significa “entero”,
“intacto”, “sin tacha o defecto”. Y uno de estos términos hebreos se emplea para referirse a los
animales que se ofrecían a Jehová. Para que él los aceptara, debían estar sanos y sin
defectos (léase Levítico 22:19, 20). De ahí que Jehová condenara tan enérgicamente a quienes
desobedecían esa norma y ofrecían animales cojos, enfermos o ciegos (Mal. 1:6-8).

5, 6. a) ¿Qué ejemplos muestran que a todos nos gustan las cosas enteras, completas? b) ¿Por qué no tenemos que ser
perfectos para ser íntegros?

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Como es lógico, todos esperamos que las cosas que adquirimos estén completas o enteras.
Supongamos, por ejemplo, que un coleccionista de libros antiguos encuentra en una librería un
valiosísimo ejemplar que lleva años buscando. ¿Qué haría si descubriera que le faltan varias páginas
importantes? Es probable que se decepcione y que no se lo lleve. Pensemos ahora en una mujer que
va recogiendo caracolas mientras pasea por la playa. Fascinada por la belleza y la variedad de las
caracolas que encuentra a su paso, se detiene aquí y allá a examinar algunas de ellas. ¿Con cuáles cree
usted que se quedará? Con las que están completas, intactas. Pues Dios hace algo parecido: él busca a
las personas que son íntegras, completas, por decirlo así (2 Cró. 16:9).
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Ahora bien, quizá nos preguntemos si para ser íntegros hay que ser perfectos. Tal vez pensemos que,
como somos imperfectos, nos parecemos en realidad a un libro incompleto o una caracola rota. ¿Se ha
sentido usted así alguna vez? En ese caso, recuerde que Jehová no espera de nosotros perfección
absoluta; él no nos pide imposibles (Sal. 103:14; Sant. 3:2).* Lo que sí espera es que seamos íntegros.
¿Qué diferencia hay, entonces, entre perfección e integridad? Pongamos un ejemplo. Pensemos en un
novio que está a punto de casarse. Sería absurdo que esperara perfección de su futura esposa. Sin
embargo, sí sería lógico que esperara que ella lo amara con todo el corazón y que su amor solo fuera
para él. Algo parecido sucede con Jehová: él “exige devoción exclusiva” (Éxo. 20:5). Aunque no espera
que seamos perfectos, sí espera que lo amemos con todo el corazón y que solo lo adoremos a él.

7, 8. a) ¿Por qué diríamos que Jesús fue un ejemplo de integridad? b) ¿Qué significa ser íntegro en el sentido bíblico?

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Tal vez recordemos la respuesta que dio Jesús cuando le preguntaron cuál era el mandamiento más
importante (léase Marcos 12:28-30). Jesús no solo dijo cuál era ese mandamiento, sino que lo cumplió
a la perfección. Él, como nadie, amó a Jehová con todo su corazón, alma, mente y fuerzas. Y con su
ejemplo dejó claro que la integridad no se demuestra solo con palabras, sino también con acciones, y
que esas acciones deben estar impulsadas por un corazón puro. Por eso, si queremos ser íntegros, es
imprescindible que sigamos los pasos de Cristo (1 Ped. 2:21).
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En esencia, pues, ser íntegro en el sentido bíblico significa tener devoción incondicional a nuestro
Padre celestial y lealtad absoluta a su voluntad y propósito. Las personas íntegras son aquellas que se
esfuerzan por agradar a Jehová en todo lo que hacen, aquellas que tienen las mismas prioridades que
él. Veamos ahora tres razones por las que es tan importante ser íntegros.
1. Nuestra integridad y la soberanía de Jehová
9. ¿Cómo demostramos que apoyamos la soberanía de Jehová?

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El derecho que tiene Jehová para gobernar no depende de que seamos íntegros.
Independientemente de lo que hagan o digan sus criaturas, él es el legítimo Soberano del universo, y
siempre lo será. Con todo, tanto en el cielo como en la Tierra se han lanzado graves acusaciones
contra Dios y su soberanía. Por eso, su soberanía debe ser vindicada, es decir, tiene que quedar claro
ante todos los seres inteligentes que Jehová es el legítimo Soberano y que siempre ejerce su autoridad
de forma justa y amorosa. A los testigos de Jehová nos gusta hablar con la gente sobre la soberanía de
Dios. Ahora bien, ¿cómo podemos demostrar que estamos de parte de Jehová y que lo reconocemos
como nuestro Soberano? Siendo íntegros y fieles.

10. ¿De qué nos acusa Satanás a los seres humanos, y cómo responderá usted a esa acusación?

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¿Cómo se relaciona nuestra integridad con la soberanía de Dios? Satanás sostiene que ningún ser
humano apoyará dicha soberanía, que nadie servirá a Jehová por amor. Ante una gran cantidad de
ángeles le dijo a Dios: “Piel en el interés de piel, y todo lo que el hombre tiene lo dará en el interés de
su alma” (Job 2:4). Si nos fijamos bien, el Diablo no acusó solamente al justo Job, sino a toda la
humanidad. Con razón la Biblia lo llama “el acusador de nuestros hermanos” (Rev. 12:10). Él se burla de
Jehová asegurando que ningún cristiano le será fiel. Así es, Satanás afirma que cada uno de nosotros
traicionará a Jehová para salvar la vida. ¿Cómo lo hace sentir a usted esa acusación? ¿No le gustaría
probar que Satanás es un mentiroso? Pues puede hacerlo: siendo íntegro y fiel.

11, 12. a) ¿Qué ejemplos ilustran la relación que hay entre nuestras decisiones diarias y nuestra lealtad a Dios? b) ¿Qué
privilegio tendremos si somos íntegros?

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En vista de lo anterior, es muy importante que tomemos buenas decisiones en nuestra vida cotidiana.
¿Recuerda las tres situaciones que planteamos al principio del artículo? ¿Cómo reaccionaría una
persona íntegra en cada una de ellas? Al joven le dan ganas de responder a las provocaciones de sus
compañeros, pero decide marcharse sin hacer nada, pues recuerda este mandato: “No se venguen,
amados, sino cédanle lugar a la ira; porque está escrito: ‘Mía es la venganza; yo pagaré, dice Jehová’”
(Rom. 12:19). El esposo cristiano que navega por Internet podría ponerse a mirar imágenes eróticas,
pero se acuerda del principio que expresan las palabras de Job: “Un pacto he celebrado con mis ojos.
Por eso, ¿cómo pudiera mostrarme atento a una virgen?” (Job 31:1). Así que decide no contemplar
esas escenas inmorales y huye de ellas como si fueran veneno. La hermana que está en un grupo
donde se empieza a hablar mal de alguien se acuerda de este consejo: “Cada uno de nosotros agrade
a su prójimo en lo que es bueno para la edificación de este” (Rom. 15:2). Ella sabe que Jehová
no aprueba ese tipo de conversación, pues no es edificante y podría dañar la reputación de la persona
en cuestión. Así que en vez de seguirles la corriente a sus amigas, trata de cambiar de tema.
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Cada uno de estos tres cristianos demostraron por sus decisiones que reconocen a Jehová como su
Soberano y que desean agradarle. Y usted, ¿hace lo mismo al tomar decisiones? Si así es, estará
obedeciendo estas conmovedoras palabras que nos dirige Jehová en Proverbios 27:11: “Sé sabio, hijo
mío, y regocija mi corazón, para que pueda responder al que me está desafiando con escarnio”. ¡Qué
privilegio: alegrar el corazón de Dios! ¿Verdad que vale la pena esforzarse por ser personas íntegras y
leales?

2. Jehová nos juzgará basándose en nuestra integridad


13. ¿De qué manera indicaron Job y David que Jehová se basará en nuestra integridad para juzgarnos?

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Como vemos, cuando somos íntegros, estamos apoyando la soberanía de Jehová. Pero otra razón
por la cual debemos ser íntegros es que Dios se basará en nuestra conducta para juzgarnos. Así lo
entendía Job (léase Job 31:6). Él sabía que Jehová pesa a las personas en una “balanza exacta”, es decir,
que con su justicia perfecta determina si son íntegras. David expresó una idea parecida: “Jehová mismo
pronunciará sentencia sobre los pueblos. Júzgame, oh Jehová, conforme a mi justicia, y conforme a mi
integridad en mí. [...] Dios como justo está poniendo a prueba corazón y riñones” (Sal. 7:8, 9). Sabemos
que Dios puede observar lo que hay en lo más recóndito de nuestro ser, en el corazón y los riñones
simbólicos. Nunca olvidemos, pues, en qué se fija Jehová: como dijo David, se fija en nuestra
integridad y nos juzga basándose en ella.

14. ¿Por qué no debemos pensar que nuestra imperfección nos impide ser cristianos íntegros?

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Imaginémonos a Jehová examinando el corazón de los miles de millones de habitantes de la Tierra
(1 Cró. 28:9). ¿Verdad que encuentra pocas personas que le son leales? Recordemos que aunque
somos imperfectos, podemos estar entre esas personas. Al igual que Job y David, tenemos buenas
razones para confiar en que Jehová nos considera íntegros a pesar de nuestros defectos. Después de
todo, el que alguien sea perfecto no garantiza que será íntegro. En la historia solo ha habido tres seres
humanos perfectos, y dos de ellos, Adán y Eva, fueron desleales. En cambio, millones de personas
imperfectas han logrado servir lealmente a Jehová. Y usted también puede hacerlo.

3. La integridad es vital para ver cumplida nuestra esperanza


15. ¿Cómo mostró David que la integridad es vital para ver cumplida nuestra esperanza?

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Puesto que Jehová nos juzgará según nuestra conducta, es vital que seamos íntegros; solo así
tendremos esperanza para el futuro. David entendía muy bien esta verdad (léase Salmo 41:12). Él
abrigaba la esperanza de contar con el favor divino por toda la eternidad. Al igual que los cristianos
verdaderos de la actualidad, David esperaba vivir para siempre sirviendo a Dios y acercándose cada
vez más a él. Sabía que si se mantenía íntegro, se cumplirían sus expectativas. Si nosotros somos leales
a Jehová, también podemos contar con su apoyo, guía y bendición.

16, 17. a) ¿Por qué está usted decidido a ser una persona íntegra? b) ¿Qué preguntas se contestarán en el próximo
artículo?

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Incluso hoy día la esperanza nos ayuda a ser felices. Puede darnos el gozo que necesitamos para
afrontar las dificultades y también puede proteger nuestra mente. Recordemos que la Biblia compara
la esperanza a un yelmo o casco (1 Tes. 5:8). Tal como el casco protege la cabeza del soldado, la
esperanza protege nuestra mente de las ideas negativas y pesimistas que promueve Satanás mediante
este viejo mundo. Sin esperanza, la vida pierde sentido. Así que hacemos bien en examinarnos
honradamente para ver si somos personas íntegras y si nuestra esperanza está viva. Jamás olvidemos
que al ser íntegros, apoyamos la soberanía de Jehová y protegemos nuestra maravillosa esperanza.
¡Seamos siempre personas íntegras y leales a Dios!
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Puesto que es tan importante ser íntegros, el siguiente artículo analizará estas cuestiones: ¿Qué se
requiere para ser personas íntegras? ¿Cómo podemos ser íntegros y leales a Dios a pesar de las
pruebas? ¿Hay esperanza para quienes han dejado de actuar con integridad?

CIERRE:

Hoy… Me ceñiré del cinto de la verdad

“Estad, pues , firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con
la coraza de justicia”. Efesios 6:14
Cuando tantas cosas parecen tambalearse y estremecerse. Hoy, comprendo que
no debo tambalearme ni desvanecerme, sino que necesito estar firme.
Para que esa firmeza se haga realidad, puedo ver que Dios me provee de toda la
armadura para resistir. Dos partes especiales que decido ponerme hoy es el cinto
de la verdad y la coraza de la justicia.
Sé que en el tiempo de Pablo esta parte de la armadura ajustaba la túnica y
sostenía la espada y aseguraba que no tuviera el soldado impedimentos para su
carrera. Abrocharse el cinto le daba sentido de fuerza y confianza.
Hoy en un mundo lleno de mentira, es indispensable ajustarme el cinto de la
verdad. Primero el cinto de la verdad de Dios expresada en la vida de Jesús, quien
dijo Yo soy la verdad y en segundo lugar el cinto de la verdad practica. Vivir en
sinceridad.
Hoy , Dios requiere “verdad en el ser interior”. Hoy, en casa, en el trabajo y con
mis amigos deseo ser honesto y verdadero a cualquier precio.
Si este día, tomo el camino de engañar, caer en hipocresías, unirme a intrigas y
mentiras, es jugar el juego del diablo y cuando yo juego en su juego, no puedo
vencerlo en su terreno. Pero cuando me ajusto el cinto de la verdad…eso me da
seguridad y confianza en Dios y en mi mismo y podré resistir todos los ataques de
mentiras que vendrán sobre mi hoy…porque yo se que lo que el enemigo más
abomina es la trasparencia y la verdad….él ama la oscuridad…y cuando la luz
llega él tiene que huir.
Las mentiras abundan en las familias, los negocios, los medios de comunicación y
los gobiernos. Muchos viven engañando y siendo engañados.
Pero ninguno de los que viven de la mentira y con la mentira tienen seguridad y
confianza en la vida..porque temen un día ser descubiertos. Los que tienen el cinto
de la verdad bien ajustados marchan por la vida con seguridad y confianza, porque
nada los asusta…saben que no tienen nada que esconder y nada de que ser
descubierto y hoy…yo quiero ser uno de ellos.
Señor, Cuando conocí tu verdad porque me la revelaste, mi vida
cambió..porque vivía un mundo de mentira y mi vida era una mentira en
sí..Pero hoy…que conozco tu verdad y que me enseñas a vivir en la verdad
… Pido de ti la fuerza para ceñirme el cinto de la verdad y resistir un
ambiente oscuro de mentira que me rodeará donde quiera que vaya. Por que
tu eres mi verdad. Amén.

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