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INSTITUTO SUPERIOR DE FORMACIÓN DOCENTE MIGUEL PUIGGARI

Trabajo Práctico Nº1


Problemática Regional y Local

Docente: Lic. Gonzalo Jurado

Estudiante: Martínez Luciano

07/05/2018
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Consignas:
1) Elabora un listado con los conceptos que aporta cada autor: define brevemente
cada uno de ellos.
2) Selecciona 4 conceptos del listado y elabora con ellos un breve texto de no más
de 8 párrafos, en el que se muestre la relación entre esos conceptos y su utilidad
para la comprensión de la realidad histórica.
3) Elabora una breve conclusión del trabajo práctico, haciendo especial énfasis en
el aspecto conceptual que te aportó el texto.
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1)
Los autores estudiados aportan algunos conceptos para la comprensión de la
historia local y regional:
Anaclet Pons y Justo Serna (2004) establecen los siguientes:
 Historia local: Tiene a lo local por objeto de estudio, se caracteriza por analizar
un entorno circunscripto a un territorio conocido o próximo para el historiador,
su objeto de investigación va a representar la particularidad de lo local, pero
debe además lograr ser comparable a nivel general y/o global.
 Localismo: Se centra en lo anecdótico o curioso de una localidad, genera
contenido que son solo atractivos para los nativos, lo que no permite que tengan
representatividad mayor.
 Representatividad: Concepto que asigna calificación histórica a un proceso,
preguntándose por la repercusión o efectos que tuvieron. Siendo así históricos si
las mismas fueron “apreciables, por duraderas y colectivas”.
 Discurso histórico: Representación, mediante fuentes, de algo que existió, pero
de lo que ahora sólo quedan vestigios y que muestra una pequeña parte de los
hechos.
 Escala: Cantidad y tipo de información que se seleccionara según el objeto de
estudio y la totalidad que se aspire a representar. Una escala grande estudiará un
sistema social; una pequeña, acciones individuales.
 Microanálisis: Metodología que intenta explicar las prácticas realizadas por una
comunidad, abocándose a problemáticas desarrolladas dentro de espacios
definidos desde lo local y regional que puedan, además, exponer las relaciones
que se desarrollan entre los individuos.
 Microhistoria: Corriente historiográfica que se sirve del microanálisis, y se
encarga del estudio de objetos reducidos. Tiene dos concepciones, la primera
analiza relaciones sociales de dimensiones reducidas, la segunda condensa
formas culturales a grupos o sujetos.
 Entorno: Es aquel espacio cercano y próximo al historiador, por lo tanto es
individual y de índole psicológica, ya que depende del observador. Sin
embargo, esta percepción está también fundada en restricciones colectivas.
 Local: Es el entorno que se identifica como cercano, que representa algo propio,
característico y particular, y es delimitado por barreras perceptibles o físicas,
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aunque se encuentra influenciado por factores externos. Así, lo local es flexible


y artificial.
 Acción humana: Son aquellos actos individuales de los cuales queda alguna
fuente o rastro, que permiten reunir información para dotar de sentido a los
hechos del pasado:

Por su parte Margarita Gascón (2006) define:


 Frontera: Zona caracterizada por el desarrollo de determinadas acciones, por
ejemplo, la expansión, la lucha, el comercio, de las cuales deriva la formación de
una identidad común entre los diferentes grupos. No es simplemente una línea
de demarcación, sino una zona amplia de intercambio y lucha.
 Límite: Involucra la parte administrativa y política de una frontera, se
caracteriza por ser una línea precisa, donde se establece el comienzo o fin del
poder político. Son variables a través del tiempo y se establecen mediante
señales, barreras, etc.
 Periferia: Es aquel espacio que está alejado de las zonas de poder, es
generalmente asociado con la frontera pero no siempre es así. Se caracteriza por
estar desposeído de recursos materiales y humanos. También se definen por sus
particularidades sociales, políticas y económicas, siendo la periferia pobre y
despoblada.
 Centro: Aquella zona donde se concentra la población o los recursos. No se
define geográficamente, sino que política, social y económicamente.

Sandra Fernandez (2004) aporta los siguientes:


 Identidad: Forma en que los individuos construyen, recrean y se apropian del
mundo en conversación con otros.
 Identidad social: Proceso de identificaciones históricamente apropiadas que le
confieren sentido a un grupo social y le dan estructura significativa para
asumirse como unidad en diversos planos: generacional, étnico, de género,
regional, de clase, etc.
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2)
Desde el surgimiento de la Historia como disciplina científica se han desarrollado
diferentes corrientes historiográficas, cada una de ellas ha centrado su atención en
distintos objetos de investigación, y lo ha hecho a través de métodos, perspectivas y
fuentes diversas: algunos estudian objetos simples y otros los más complejos; ciertas
vertientes abordan lo económico, social, o político; otras se han concentrado en los
individuos o en los colectivos, etc. (Jaramillo, 2005)
En éste sentido, la historia local “no propone un nuevo tema, un nuevo objeto, sino
una nueva mirada, un nuevo acercamiento, un nuevo abordaje analítico” (Fernandez,
2004, p39), abocándose a la investigación mediante la reducción de la escala de
observación, es decir, centrándose en lo cercano. Por ejemplo, la historia de individuos,
localidades o pequeñas comunidades. Entonces, para comprender mejor la práctica de
ésta corriente es necesario tener definidos ciertos conceptos, categorías y nociones; para
esto retomaremos algunos de los que nos brindan tanto Margarita Gascón; Justo Serna y
Anaclet Pons; y Sandra Fernández.
En primera instancia, debemos saber que aquello a lo cual entendemos por local
puede representar tanto a un individuo, a un grupo, un barrio, etc. pudiendo aludir de
esta manera a múltiples categorías espaciales Quien establecerá los límites al entorno
será el historiador, partiendo tanto de el objeto de estudio, como también “de una
colectividad con la que nos identificamos y con la que compartimos toda una serie de
cuestiones” (Pons y Serna, 2004, p.21). Sin embargo, ésta identidad no es inmutable,
sino que va transformándose, es por esto que se debe tener sumo cuidado a la hora de
definir el espacio, ya que podríamos estar imponiendo categorías presentes que no sean
correspondientes a las que se concebían en el pasado. Como afirman Pons y Serna
(2004)

Esto quiere decir, entre otras cosas, que hay y va a haber límites que hacen
inevitablemente ambigua la noción de lo local cuando la hacemos depender,
precisamente, de una determinada frontera. (p.22)

En éste sentido, existen muchas maneras de establecer una frontera, se puede partir
tanto desde límites administrativos, caracterizadas por ser políticas y territoriales, hasta
fronteras establecidas “a partir de los procesos inherentes a la constitución de
identidades sociales” (Fernandez, 2004, p.33), con ésta última postura nos identificamos
ya que, como afirma Gascón (2006), la frontera “hace referencia a una zona, un espacio,
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donde se desarrollan determinadas acciones [...] en el cual los grupos diferentes


moldean una identidad colectiva”.( p.52) Así, las comunidades son entornos abiertos y,
por lo tanto, susceptibles a influencias externas, ya sea debido al comercio, la
expansión, la religión u otros factores.
En suma, lo local y regional termina siendo una categoría flexible -artificial-; lo que
nos lleva a cuestionarnos: ¿Qué es lo que debemos analizar?
En principio, no se debe analizar a las localidades, sino a determinadas problemáticas
insertas dentro de las mismas. Esto implica, precisamente, la elección de una escala,
con ello se va a determinar la cantidad y el tipo de información a utilizar, como así
también el contenido de lo que será representado, ya que centrará su atención en un
objeto de estudio más reducido. Por ejemplo, el uso de una escala amplia podrá
representar a un sistema social, mientras que una escala reducida podría trabajar lo
individual; reduciendo los límites de la investigación se logrará una mayor
profundización del análisis, facilitando así la inclusión de “los restantes ámbitos de la
realidad” (Fernandez, 2004, p.38).
En relación con lo anterior es necesario realizar una aclaración; estudiar un elemento
reducido no quiere decir que estará aislado o mutilado de una realidad histórica global,
al contrario, ya que, como afirman Pons y Serna (2004) “en lo cercano pueden
formularse cuestiones generales”. (p.17). Para lograr ésta meta es imprescindible evitar
recurrir a lo anecdótico, o curioso de una localidad -lo que se conoce como localismo-
que no permite poder transponer el objeto a una realidad global, sino que la vuelve
incomparable y exclusiva a los nativos. Por esto, el análisis local debe poder reflejar
procesos globales, pero, sin perder de vista lo particular del objeto analizado. Como
bien define Sandra Fernandez (2004):

Los estudios regionales, encarados desde análisis exhaustivos de los casos, no son
referentes anecdóticos de un pasado más remoto o más cercano, ni tampoco sin futo
de investigaciones parciales que no disponen de un contexto de comprensión
significativo; por el contrario ellos hacen que la historia […] subraye la potencialidad
de la representatividad del caso en la comprensión del todo, la interpretación de la
particularidad para esbozar un plano general. (p.44)

En resumen, la historia local se convierte en un dominio fundamental capaz de


interpretar las prácticas sociales y políticas desarrolladas en ámbitos reducidos, sin
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embargo, es esencial para formular cuestiones generales: la buena historia se hace en


base a análisis comparativos a partir de estudios locales.

3)
En base a todo lo trabajado, podemos resaltar que la historia local será
imprescindible para estudiar la acción humana; partiendo de los actos individuales
podemos aprender sobre cuestiones generales. Por esto, es que lo local tiene valor
cognoscitivo, ya que nos ayuda a “aprender mucho acerca del tipo de humanidad en la
que está inserto el individuo”. (Pons y Serna, 2004, p.24)
Por otra parte, la definición de lo local, nos lleva a preguntarnos sobre la
construcción de identidades sociales; la manera en que percibimos lo cercano y cómo
nos apropiamos de ello, tanto individual como colectivamente. De este modo, es
importante que nuestra “meta no ha de ser solamente analizar la localidad […] sino,
sobre todo, estudiar ‘localmente’ determinados problemas” (Fernández, 2004, p.37),
concretamente los derivados de las cuestiones de construcción identitaria. Es a partir de
aquí que debemos empezar a pensar cómo lo particular puede ganar representatividad a
la hora de comprender una realidad general.
En definitiva, dentro del discurso histórico, lo local y regional aparece como
herramienta estratégica a la hora de dar cuenta sobre las relaciones que conforman la
acción humana.
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Bibliografía:
Sánchez Jaramillo, L. (2005). LA HISTORIA COMO CIENCIA. Revista
Latinoamericana de Estudios Educativos (Colombia), pp. 54-56.

Fernandez, S. R. (2004). Los estudios de historia regional y local de la


base territorial a la perspectiva teórico-motodológica. pp. 31-46

Serna, J. y Pons, A. (2004). "Más cerca, más denso. La historia local y sus
metáforas". En: Fernández, S. (Comp.) Más allá del territorio. La historia regional y
local como problema. Discusiones, balances y proyecciones, Rosario: Prohistoria
Ediciones, pp. 17-31.

Encuentro de Historia Regional Comparada, Mata, . L. S., Areces, N. R.,


& Universidad Nacional de Salta. (2006). Historia regional: Estudios de casos y
reflexiones teóricas. Salta, República Argentina: CEPIHA, Facultad de Humanidades,
Universidad Nacional de Salta, pp. 51-69

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