gobierno autoritario en la cual, en mayor o menor grado, las instituciones ejecutivas, legislativas y jurídicas son controladas por las fuerzas armadas que impiden cualquier forma de control democrático. Suelen originarse como consecuencia de la supresión del sistema de gobierno existente hasta entonces tras un pronunciamiento militar o golpe de estado.
Las dictaduras militares generalmente han justificado su presencia en el poder
como una manera de traer la estabilidad política para la nación o de rescatarla de la amenaza de "ideologías peligrosas ". Los regímenes militares tienden a retratarse como independientes, como un partido "neutral" que proporciona una dirección interina apartidista en épocas de la agitación, al tiempo que presentan a los políticos civiles como corruptos e ineficaces.
Una de las características casi universales de un gobierno militar es la
institución de la ley marcial o de un estado de la emergencia permanente, mediante la cual se eliminan todas las garantía jurídicas que protegen a las personas contra el abuso del Estado. Los regímenes militares generalmente no respetan los derechos humanos[cita requerida] y utilizan la fuerza y la represión para silenciar a los disidentes y oposito res políticos
Reformas de Velasco Alvarado
El gobierno de Velasco, a diferencia de otras dictaduras militares de la región,
asumió un carácter claramente de izquierrda y nacionalista y realizó una serie de reformas que originaron un gran impacto en el desarrollo social y económico peruano.
Entre las principales iniciativas de éste
gobierno estuvieron:
La reforma agraria (1969) que tuvo como
objetivo liquidar las prácticas de latifundismo en el Perú, tradicionalmente base de la elite nacional, y que propició la formación de cooperativas agrarias.
La nacionalizacion de sectores estratégicos de la economía como las minas, el petróleo y el acero y de los servicios públicos.
El incremento de los derechos laborales, con lo que se consolidaron los
sindicatos y se les asignó a los trabajadores acciones de los negocios sin estar preparados para desempeñar esa función.
La confiscación de los medios de comunicación en 1974, medida que a pesar
de ser anunciada como una manera de entregar los medios de prensa a las "fuerzas vivas" del país solo devino en una manera de violentar y suprimir el derecho a la libertad de prensa.
La reforma educativa (1972), dirigida por el General Alfredo Carpio Becerra.
Esta reforma, cuestionó la enseñanza oficial (basada en la imposición de los puntos de vista de la elite) y la rigidez del sistema escolar imperante, se pretendía la reducción de las diferencias sociales en la educación, contribuyendo en cambio, a largo plazo, a la disminución de las calificaciones de los maestros (que en los años siguientes exigirían crecientes privilegios al organizarse en sindicatos). Por otro lado, esta reforma creó en el Perú la educación inicial y especial, así como también, el bachillerato público y la enseñanza bilingüe para los quechua-hablantes, promoviendo la construcción de escuelas en varias zonas del país. Los planteamientos de la Reforma Educativa fueron premiados en su oportunidad por la Unesco.
Otro aspecto importante de estas reformas fue la dignificación de la población
humilde e indígena, que comenzó a tener mayor participación en la vida política y social mediante las reformas realizadas.
En el campo económico, el régimen militar, además de imponer un mayor
control estatal sobre las actividades productivas, alentó el desarrollo de la industria nacional mediante la restricción de las importaciones de manufacturas, lo cual produjo que en el país se crearan fabricas y se esamblara autos de distintas y prestigiosas marcas DICTADURAS MILITARES EN AMÉRICA LATINA
El Golpe de Estado del 6 de septiembre de 1930 instauró la primera de una
seguidilla de dictaduras militares en Argentina.
Como se ha documentado, la mayor parte de los dictadores militares
latinoamericanos fueron formados en la Escuela de las Américas, institución que en el contexto de la Guerra Fría garantizó la fidelidad de los ejércitos latinoamericanos a la política exterior de los Estados Unidos.2 3 En el caso de América Latina se usó habitualmente como pretexto la amenaza del comunismo.
La dictadura militar típica en América Latina es dirigida por una junta o un
comité integrado por la dirección del Estado mayor de los militares. Así fue como ocurrió en Argentina, entre 1976 y 1983, años en que fue gobernado por juntas militares integradas por los más altos representantes del Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea. En este caso, el presidente de la junta, primero entre iguales, suele asumir a menudo personalmente la jefatura del estado, pero luego va rotando. Así ocurrió con el general Jorge Rafael Videla, quien asumió el poder en Argentina tras el golpe de Estado de 1976, y en cierta forma con Juan María Bordaberry en Uruguay entre 1973 y 1984, aunque allí hubo civiles que oficiaron de "fachada" cívico-militar. En Chile la situación con el dictador militar Augusto Pinochet Ugarte, quien ostentó el poder en ese país entre 1973 y 1990 fue algo diferente, ya que asumió en el mismo contexto de presidente de la Junta, pero luego consolidó el poder en torno a su figura y lo ejerció hasta el final del período, prolongándose incluso como senador vitalicio en la transición a la democracia. Algo muy parecido realizó Dési Bouterse en Surinam.
Otras están en las manos de un solo oficial, generalmente el comandante en
jefe del ejército. Ese fue el caso de Bolivia, con la dictadura del general Hugo Banzer, entre 1971 y 1978. En Paraguay sobrevivió como dictador militar el general Alfredo Stroessner, quien gobernó ese país durante treinta y cinco años, desde 1954 hasta 1989. En República Dominicana, Rafael Trujillo gobernó el país desde 1930 hasta su asesinato en 1961. También fue el caso de Perú con el dictador Juan Velasco Alvarado, desde 1968 a 1975, denominado Gobierno Revolucionario de las Fuerzas Armadas, luego gobernado por Francisco Morales Bermúdez. En Ecuador, Guillermo Rodríguez Lara gobernó desde 1972 hasta 1976. En Colombia, entre 1953 y 1957 el general Gustavo Rojas Pinilla ejerció el poder en el país. Otro dictador militar que se mantuvo por mucho tiempo fue Anastasio Somoza García, quien gobernó Nicaragua entre 1936 y 1956 y estableció una dinastía familiar que gobernó el país hasta 1979.