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Humanismo, sujeto, modernidad.

Sobre la crítica de la razón mítica de Franz Titulo


Hinkelammert
Fernández Nadal, Estela - Autor/a Autor(es)
Realidad (no. 121 jul-sep 2009) En:
San Salvador Lugar
DCEFyS-UCA, Universidad Centroamericana José Simeón Cañas Editorial/Editor
2009 Fecha
Colección
Sujeto; Modernidad; Humanismo; Hinkelammert, Franz; Filosofía; Historia; Temas
Artículo Tipo de documento
http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/El_Salvador/dcefys-uca/20110428102205/4human URL
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Humanismo, sujeto, modernidad

Revista Realidad 121, 2009


Sobre la Crítica de la razón mítica, de Franz Hinkelammert

Estela Fernández Nadal


Instituto de Ciencias Humanas, Sociales y Ambientales
CONICET, Argentina

RESUMEN: En su Crí-
tica a la razón mítica,
Franz Hinkelammert plantea
que la civilización moderno-
occidental recibe como legado
del mundo premoderno ele-
mentos míticos y los incorpora
en su propio imaginario, con
una apariencia completamente
transformada. Esa transforma-
ción es llamada habitualmen-
te “secularización”, aunque
detrás de este término se
conserven intactos los conte-

H
nidos míticos primordiales en
inkelammert parte de
la conciencia “secular” tardo-
moderna. una concepción de
la historia como un
ABSTRACT: In his Crítica decurso en el cual la huma-
a la razón mítica, Franz Hinke- nidad se ve permanentemente
lammert states that the Mod- enfrentada a instituciones,
ern Western civilization inher- objetivaciones y leyes, creadas
its from pre-modernity several por ella misma, pero que una
mythical elements, which are vez establecidas son resistidas,
assimilated under a completely
pues se convierten en poderes
transformed appearance. This
que someten. Si bien el orden
transformation is often called
es necesario, el ser humano as-
“secularisation”. However,
under this concept the primor- pira a la libertad, y esa aspi-
dial mythical contents remain ración lo lleva a rebelarse
intact in the “secular” late- contra los aspectos arbi-
modern consciousness. trarios que todo orden

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supone, y que, librados a su propia Aunque durante muchos siglos,
lógica, llegan a amenazar la vida, la esos mitos poseyeron un ropaje
controlan, la reprimen, la coartan. religioso, no significa que no pue-
dan adoptar otro tipo de formato.
El sujeto es, en este sentido,
Precisamente, en su último trabajo,
un principio emergente en la his-
Hinkelammert retoma una tesis ya
toria que reivindica la capacidad
presente en su obra anterior, pero
de discernimiento del ser humano
que ahora es reelaborada concep-
en relación a todas las formas del
tualmente y pasa a funcionar como
orden social; su expresión paradig-
núcleo de sentido para la interpreta-
mática es el acto de rebelión —le-
ción de la historia y la sociedad ac-
gítima aunque no sea legal—contra
tual2. Según esa tesis, la civilización
las leyes e instituciones despóticas
moderno-occidental recibe como
—que, aunque sean legales, son
legado del mundo premoderno los
ilegítimas.1
elementos míticos contenidos por
Este conflicto —que puede la tensión sujeto/ley, y los incorpora
sintetizarse en la oposición dialé- en su propio imaginario, pero lo
ctica sujeto/ley— atraviesa toda la hace bajo un envoltorio nuevo,
historia humana. Se expresa en la no religioso sino profano, es decir,
alternancia entre formas concretas con una apariencia completamente
de organización de la vida social y transformada. Esa transformación es
momentos de crisis, en los que las llamada habitualmente “seculariza-
formas “instituidas” son desafiadas ción”, término éste cuya pertinencia
por nuevas fuerzas emergentes. Esta resulta cuestionada en cierto modo
posición representa, si se quiere, el por la interpretación de Hinkelam-
momento “instituyente”, de la re- mert, que precisamente plantea la
belión del sujeto que reivindica sus conservación y operatividad intactas
derechos y reclama la satisfacción de los contenidos míticos primor-
de sus necesidades. En cambio, el diales en la conciencia “secular”
momento de lo “instituido” corres- tardo-moderna.
ponde a la primacía de lo objetivo,
¿Cómo se produce esta transfor-
del mundo cósico, abstracto; de la
mación? Ciertamente es un proceso
objetividad producida y luego auto-
lento y complejo, pero su significa-
nomizada; del trabajo muerto que
ción profunda se hace patente en
aplasta al trabajo vivo.
algunos momentos cruciales, en los
El conflicto sujeto/ley se expre- que la pregnancia del cambio for-
sa también simbólicamente, y lo mal opaca la continuidad profunda
hace a través de mitos fundamenta- a nivel del sustrato mítico persisten-
les, que escenifican esa dialéctica; te. La Ilustración y las revoluciones
las figuras de Eva y Abraham son burguesas representan un hito de
dos ejemplos sugestivos. este tipo. Su particular interés radica

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que es a partir de las condiciones abstracción y a la creación de dis-

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históricas por ellas instauradas, que positivos abstractos (relación mer-
el polo institucional de la antinomia cantil, contrato, lenguaje, ciencia,
sujeto/ley se revela bajo una forma instituciones, leyes), que se enfren-
específica de negación del sujeto: tan al hombre concreto (el sujeto
la propia del individualismo liberal, vivo, corporal y necesitado) y lo
con su sacralización de la ley del subordinan. Puede decirse que en
valor y del mercado. A partir de esa entronización de la racionalidad
allí se inaugura el total predominio medio-fin ya están anunciados tanto
de la dimensión instrumental de la el desemboque en la sociedad ca-
razón moderna, cuya manifestación pitalista mundial del presente como
fundamental es la tendencia a la sus crisis de alcance global.

1. Razón instrumental y razón mítica

H
emos señalado ya que la ramente normal, propio del modo
necesidad de introducir de ser del hombre, es evidente que
formas abstractas de media- conduce a situaciones problemá-
ción en las relaciones humanas, que ticas e incluso críticas. Así sucede
luego se tornan represivas y amena- cuando el intento de suplir la fini-
zan la vida, es el resultado de una tud humana por la construcción de
tendencia que, si bien se radicaliza mecanismos abstractos se exacerba
y alcanza toda su amplitud en la –tal como sucede en la sociedad
Modernidad, es inherente a la con- capitalista–, y alcanza un punto en
dición humana. En efecto, dada su el cual el hombre pierde el control
finitud, para poder desplegar todas sobre ellos y es amenazado por
sus potencialidades, esta condición ellos. Este problema –que Marx des-
requiere del desarrollo de dispositi- cubrió al analizar el funcionamiento
vos abstractos. Ellos cumplen una de la mercancía y al que llamó
doble función: por una parte, nos “fetichismo”3– se ha incrementado
permiten pensar en términos de hoy hasta llegar a una situación
universalidad y ampliar el ámbito extrema, donde el sometimiento
limitado y restringido de la expe- absoluto de lo humano a los meca-
riencia directa, disparando así el nismos “autorregulados” del sistema
proceso de humanización; por otra, abstracto (mercado total) llega ser
expresan el deseo imposible de elu- celebrado como forma plena del
dir la muerte como traza imborrable ejercicio de la “libertad”.
de nuestra condición.
¿Por qué “el sueño de la razón
Aunque la creación de tales produce monstruos”? ¿Por qué los
dispositivos es un fenómeno ente- productos abstractos de la actividad

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humana se independizan de sus crece la aspiración a desarrollar co-
creadores, los dominan, aplastan y nocimientos y tecnologías capaces
matan? La explicación que propo- de producir instituciones perfectas.
ne Hinkelammert apunta a la base Es un mundo que se permite olvidar
profundamente irracional sobre la la precariedad de los supuestos en
que se levanta la razón moderna, los que se asienta todo el edificio.
constituida por la primacía de la Una ilusión de infinitud y de poder
orientación instrumental que le es absoluto embarga la conciencia del
característica. hombre moderno mientras dura el
La racionalidad fundada en la sueño, o mientras sus costos no son
relación medio-fin y, por tanto, en todavía suficientemente evidentes
el cálculo de costos y beneficios, es como para despertarlo de lo que se
radicalmente reductiva y fragmen- ha convertido en una pesadilla.
taria: ignora la totalidad concreta El resultado de este modo de
hombre-naturaleza, que configura operar de la racionalidad instrumen-
el marco de toda acción directa, tal moderna es el direccionamiento
sobre el cual ésta revierte y produce de toda la actividad humana —
efectos “no intencionales” o indi- particularmente el descubrimiento
rectos. Desconoce el contexto de científico, la aplicación tecnológica
cada acción particular y la misma y el intercambio mercantil— hacia
condición de la realidad en tanto el logro de metas imposibles para
totalidad compleja, no reductible seres mortales, esto es, ubicadas
a la dimensión del cálculo medio- más allá de los límites que impo-
fin. Produce, en consecuencia, una ne la condición humana4. Sucede
representación de lo real como un entonces que, independientemente
mundo de relaciones matemáticas,
de la voluntad de sus creadores y
de cálculos exactos y de progreso
promotores, ese mundo perfecto
infinito, donde toda la dimensión
tiene que estrellarse, y lo hace
concreta de la vida es ignorada
periódicamente, contra la imper-
—incluyendo el carácter corpo-
fección y contingencia radicales de
ral, vulnerable y finito de todas
la vida, expresión de la dimensión
sus formas y, correlativamente, la
vida-muerte que la razón instru-
interdependencia que existe entre
mental abstrae y desconoce. Todos
ellas—. En definitiva, se construye
sabemos por propia experiencia que
un mundo donde la muerte ha sido
los cálculos pueden fallar y que las
“abstraída”; un mundo de dimensio-
instituciones perfectas fracasan con
nes pequeñas, simples, calculables
y previsibles, de realidades fragmen- frecuencia.
tarias, aisladas, separadas de toda Esta es la explicación de la
interacción con los demás elemen- existencia de los mitos y de su
tos y con el todo del que forman persistencia en el mundo “secular”,
parte; en el que fácilmente surge y tema central de Hacia una crítica

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de la razón mítica, obra en la cual amenazas a la vida en meros acci-

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Hinkelammert se interna por el dentes superables a futuro, gracias a
“laberinto de la Modernidad” para la intervención salvífica de las mis-
tratar de disolver al monstruo que mas instituciones que son respon-
habita en su interior5. Allí nos pro- sables de tales amenazas (mito del
pone una compresión de lo mítico progreso, mito del mercado, mito de
como un espacio que surge ante la batalla final contra el mal). En el
la insuficiencia de la racionalidad segundo, la razón mítica reacciona
instrumental para dar cuenta de la frente a las estructuras del cálculo y
realidad como totalidad comple- la eficiencia -que, devenidas hege-
ja, no reductible a la dimensión mónicas, producen efectos irracio-
del cálculo medio-fin. El mundo nales-, y proyecta una imagen de
proyectado por la razón instrumen- libertad más allá de los mecanismos
tal, organizado por instituciones abstractos (mito de la Nueva tierra,
perfectas (mercado perfecto, plan del orden social espontáneo, de la
perfecto, competencia perfecta) está sociedad reconciliada, etcétera).
condenado a chocar y despedazarse
En definitiva, razón mítica y ra-
en el muro de imperfección radical
zón instrumental son dos caras de la
de la vida, impronta indeleble de la
misma razón. El mito es una dimen-
infranqueable finitud humana.
sión de la razón, que complementa
Los mitos surgen, entonces, a la orientación instrumental de la
partir de la experiencia vivencial de misma, pues desarrolla una per-
que no es posible confiar absoluta- cepción de la vida humana bajo el
mente en los cálculos seguros, de punto de vista vida-muerte, que es
que la razón instrumental falla. En excluido de la racionalidad abstrac-
este sentido, el mito no se opone ta, pero que es de fundamental im-
a la razón, no es lo irracional en- portancia porque señala los límites
frentado a la razón, sino que es una de esa racionalidad y los peligros de
dimensión complementaria suya, dejarse llevar por su solo impulso.
que desarrolla una percepción de la
El mito es una forma de res-
vida humana bajo el punto de vista
puesta a la imprevisibilidad y con-
vida/muerte, siempre excluido de la
tingencia de la vida de seres que
racionalidad abstracta.
son, básicamente, mortales; es una
Los mitos sirven para orientar a respuesta de tipo mágico, pero no
la gente frente a las amenazas que irracional. Y tampoco es necesaria-
se ciernen sobre ellos. Esa orienta- mente religiosa; pues, además de
ción, empero, no tiene un sentido portar ambigüedad en lo relativo a
unívoco; de allí que puedan cumplir los contenidos libertarios u opresi-
una función de justificación del sta- vos que transmite, el mito puede
tu quo o de transformación. En el aparecer revestido de un formato
primer caso, los mitos convierten las tanto religioso como secular.

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En efecto, los mitos siempre Modernidad, los mitos, particu-
han acompañado la historia huma- larmente aquellos que proyectan
na, y no han desaparecido con la imágenes de perfección ideali-
emergencia del mundo moderno. zadas, aparecen con una fuerza
Al contrario, una de las hipótesis inaudita, como contrapartida del
fundamentales de Hinkelammert predominio creciente de la razón
es que, precisamente con la instrumental.

2. Y Dios se hizo humano... Las derivas de Prometeo, de


Esquilo a Marx

E
n su Crítica de la razón utópi- considerado como un momento
ca, Hinkelammert identificó el necesario en un camino que con-
núcleo de ese comportamiento duce por aproximación a la meta de
irracional de la Modernidad con plenitud real6.
el ejercicio acrítico de la razón La crítica de la razón mítica de
utópica. Siguiendo a Kant, el autor Hinkelammert completa la reflexión
reconoció en la proyección de uto- iniciada con la Crítica anterior, ilu-
pías una dimensión inevitable del minando el marco mítico-categorial
pensamiento, que permite pensar en el cual se han desenvuelto todas
lo imposible y despejar, a partir de las utopías de la Modernidad, y
allí, el espacio de realización de su relación de continuidad con el
lo posible; pero, al mismo tiempo, mundo pre-moderno.
llamó la atención sobre el carácter
trascendental y no empírico de esas Un punto de vista privilegiado
idealizaciones de la razón. Esto sig- para este análisis es el que propor-
nifica que debemos evitar caer en ciona el mito de Prometeo. Siendo
la ilusión de concebir los proyectos en su origen, un mito griego, en el
utópicos de plenitud en términos Renacimiento Prometeo se trans-
de sociedades empíricas perfectas, forma en el mito prototípico de la
pensados como efectivamente rea- Modernidad, en el sentido de que
lizables. Los sucesivos regímenes abre un espacio imaginario dentro
totalitarios del siglo XX dan cuenta del cual germinan y se desarrollan
del sentido de esta advertencia: las utopías modernas, desde la de
cuando se olvida el carácter impo- Moro hasta las actuales.
sible de las utopías, éstas pierden La transformación sufrida por
su signo contestatario y su función Prometeo es relevante, pues en su
reguladora de la praxis, y terminan formulación original griega –para-
sirviendo a la sacralización del statu digmáticamente representada en la
quo. El sistema vigente pasa a ser tragedia de Esquilo7– el personaje

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es un titán, que roba el fuego a los de Prometeo que analizaremos a

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dioses, sus pares, y se los entrega continuación, es una ética de la
a los hombres. A partir del Rena- autorrealización del ser humano por
cimiento, en cambio, los relatos la afirmación de su dignidad como
de Prometeo lo presentan como sujeto; algo que no está en Esquilo,
un hombre, ya no un titán, sino que sólo sería posible después del
simplemente un hombre rebelde cristianismo y que alcanza en Marx
que se levanta contra los dioses. La una dimensión universal más allá de
tesis de Hinkelammert es que esa cualquier fórmula religiosa. Es una
mutación sólo es posible a partir de ética plena y radicalmente moder-
la asimilación y transformación de na. Pero además, y por otro lado,
la matriz cultural del Cristianismo el sujeto que se afirma como centro
—y, en especial, del acontecimien- de la realidad y la historia es, en
to decisivo y fundacional de esa oposición a la mayoría de las éticas
matriz, a saber, que Dios se hiciera consagradas en Modernidad —que
hombre—, en el seno de la racio- entienden la libertad como someti-
nalidad moderna que despunta en miento a la ley autogenerada—, el
el Renacimiento. sujeto corporal, necesitado y vul-
La significación profunda de nerable, que se declara criterio de
lo que llamamos “secularización” discernimiento respecto de todas las
y entendemos como traza esencial leyes e instituciones. Por tanto, no
de la Modernidad es, por tanto, la se somete a ellas, sino que perma-
definición de lo divino a partir de nece autónomo frente a ellas y está
lo humano. Dicho de otro modo: el dispuesto a transformarlas siempre
ser humano se libera de toda idea que dejen de estar al servicio de la
de divinidad que se imponga por vida. Es, por esto último, una ética
encima suyo, esto es, que implique de emancipación.
la aceptación de un principio de Himkelammert sigue de cerca
discernimiento sobre la vida y la el desarrollo de los puntos axiales
sociedad humana por fuera de la de esta ética del sujeto en los textos
humanidad misma. Todos los Pro- del joven Marx. En el “Prólogo” de
meteos modernos son hombres re- su Tesis doctoral, Marx deposita
beldes que no aceptan una norma- en la filosofía, en tanto actividad
tividad impuesta desde fuera (Calde- racional por excelencia, el desafío
rón de la Barca, Goethe, etcétera). prometeico de derrocar toda divi-
Pero de todos ellos, Hinkelammert nidad que no reconozca al hombre
se queda con uno particularmente como ser supremo; su misión es
importante para la derivación de rebelarse contra la entronización
una ética de liberación: es el Pro- de falsos dioses, ya sean celestes o
meteo del joven Marx.
terrenales, es decir, ya representen
Por una parte, la ética mar- poderes religiosos o “seculares”. La
xiana, condensada en la figura filosofía así entendida, nos dice, no

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sólo se hace eco de la acusación ¿De dónde procede esta idea?
lanzada por Epicuro a sus adver- Hinkelammert considera que es
sarios: “ateo no es aquel que barre una herencia del Cristianismo.
con los dioses de la multitud, sino Durante el primer siglo, en un am-
aquel que les imputa a los dioses biente muy distinto, premoderno y
las imaginaciones de la multitud”; religioso, la figura de Jesús como
sino que también, bajo los auspi- hombre ejemplar que, en nombre
cios de Prometeo, pronuncia una de la humanidad, se rebela contra
sentencia “en contra de todos los la inhumanidad, es el antecedente
dioses del cielo y de la tierra que de toda rebelión moderna. Antes
no reconocen la autoconciencia de Jesús es imposible pensar que
humana como divinidad suprema”. “Dios se ha hecho hombre”; con
Y agrega: “Al lado de ella no habrá él entra en escena el ser humano
otro Dios”.8 como criterio fundamental de ver-
dad y racionalidad. La Modernidad
Sólo tres años después, en el
recibe esa tradición del Cristianismo
la Introducción a la crítica de la
y la trasforma en el sentido de que,
Filosofía del Derecho de Hegel, de
dado que Dios se ha hecho hom-
1843, Marx retoma la misma idea
bre, ya no es necesario reservarle a
y extrae de ella la formulación de
aquél un lugar exterior a la propia
un “imperativo categórico” muy
dimensión humana: tal es el signifi-
diferente al de Kant9: “La crítica de
cado de la secularización.
la religión —nos dice— desemboca
en la doctrina de que el hombre es El acontecimiento-Jesús, por así
la esencia suprema para el hombre llamarlo, producido en el primer
y, por consiguiente, en el imperativo siglo de la era cristiana, es, según
categórico de echar por tierra todas esta tesis, el acontecimiento funda-
las relaciones en que el hombre mental que, muchos siglos después
sea un ser humillado, sojuzgado, y de forma paradójica, conformaría
abandonado y despreciable”10. En el núcleo ideológico de la Mo-
el imperativo de Marx se aprecia en dernidad. Más allá del significado
toda su dimensión, y en un sentido religioso que los primeros cristianos
liberador —que, como veremos, le atribuyeran, es claro que la idea
no es el único posible— la esencia de que Dios se hizo hombre rebasa
de la Modernidad: que Dios haya toda lectura estrictamente religiosa
devenido hombre, se haya hecho y posee una dimensión antropológi-
hombre, plantea el imperativo de ca que va más allá de cualquier for-
humanizar todas las relaciones ma de religiosidad. Su significación
humanas en el sentido de liberarlo es la de una verdadera revolución
de cualquier criterio que no lo reco- cultural, que puede sintetizarse
nozca como ser supremo, y que, en del siguiente modo: si Dios se hizo
consecuencia, le imponga formas hombre, la vida humana ha deveni-
inhumanas de vida. do el criterio que permite discernir

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la justicia y la verdad de cualquier finitiva, por la ambigüedad misma

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orden social. del concepto de ser humano como
Si Dios se hizo hombre, no hay destino de lo divino: según cómo se
otro criterio por encima del hombre lo interprete será posible desarrollar
mismo. En consecuencia, el impe- una significación de emancipación
rativo de humanizar la vida humana o de opresión. Esto es así, porque
proporcionará en adelante el marco siempre es posible justificar el asesi-
mítico de la Modernidad, dentro del nato del hermano, el sacrificio de la
cual se desarrollaría toda su capa- vida, en nombre de una promesa de
cidad proyectiva (social, política y redención de la humanidad, de un
científica), tanto en una dirección futuro mejor, de una sociedad más
emancipatoria como opresiva. Con justa o más libre, de la salvación de
está última apreciación recupera- más vidas, etcétera. Lo “humano”
mos la advertencia decisiva de la en nombre de lo cual se echan por
crítica de la razón utópica, a saber: tierra determinadas relaciones y
que el pensamiento utópico es se establecen otras o se conservan
proclive a olvidar el carácter tras- las existentes, no tiene una signi-
cendental de las ideas reguladoras ficación unívoca. Y sus diversas
y en consecuencia, a proyectar interpretaciones suelen expresarse
idealizaciones perfectas como si en términos de dualidades antagó-
fueran posibles; ya sabemos lo que nicas. También aquí se descubren
sucede a continuación: cuando se las trazas de la herencia cristina que
intenta llevarlas a la práctica, se recibe la Modernidad.
transforman en construcciones de En su formulación original, tal
tipo totalitario, que nada tienen en como aparece en el cristianismo
común con el espíritu libertario del primitivo, que Dios se hizo hom-
imperativo de Marx.
bre significa la emergencia de un
¿Cómo es posible que el marco principio subjetivo que, frente a la
mítico de la Modernidad sea un ley y el orden instituidos, afirma la
espacio común en el que caben vida y se resiste al cumplimiento
tanto expresiones libertarias como de normas sacrificiales. Pero esta
totalitarias de la utopía? Es posible orientación originaria estaba llama-
porque la tesis de la continuidad da a ser subvertida completamente
entre Cristianismo y Modernidad por la ortodoxia cristiana. En la
no desconoce la existencia de medida en que el Imperio Romano
una conflictividad inherente a ese se enfrentaba a la necesidad de
desarrollo, una lucha entre dos absorber el Cristianismo, devenido
tendencias opuestas, que se verifi- religión mayoritaria de sus súbditos,
ca en cada uno de sus momentos. tenía que transformarlo, para poder
Esta conflictividad que atraviesa la subsumir en esa matriz, ahora re-
historia humana y se intensifica en formulada, el orden pagano que era
la Modernidad, se explica, en de- necesario conservar. Hacia el siglo

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III tuvo lugar esa “imperialización diente al alma y a la ley, devenido
del Cristianismo”, esto es, la in- incorruptible10.
versión del mismo, desde su forma
La Modernidad, por su parte,
originaria como pensamiento de
subsumirá esas polarizaciones en
emancipación y resistencia frente a
una dualidad fundamental: reali-
la autoridad hasta su transformación
dad concreta/realidad abstracta.
en ortodoxia legitimadora del Impe-
A partir de esa oposición axial, se
rio. Así se explica que en nombre
desarrollarán todas las oposiciones
de una religión que predica el amor
modernas: vida humana / mercan-
al prójimo se hayan cometido los
cía; valor de uso / valor de cambio;
crímenes más grandes de la historia,
trabajo concreto / trabajo abstracto.
como la conquista de América y el
En todas ellas, la dualidad original
genocidio de su población origi-
cuerpo/alma, de cuño griego, ha
naria. Es evidente que tuvo lugar
sido suplantada por la tensión (de
una transformación, y que en su
impronta cristiana) entre el sujeto
transcurso la idea de amor al pró-
vivo -expresión de la condición
jimo se invirtió en su opuesto, en
humana concreta en tanto ser cor-
exterminismo occidental.
poral, sensual, de necesidades y
El modo en que cambia la inter- natural-, y el mundo de relaciones
pretación de “lo humano”, en cuyo abstractas (contrato, mercancía, ley
nombre deben echarse por tierra del valor), que mortifican el cuerpo,
o conservarse determinadas rela- le exigen obediencia y le piden pos-
ciones, puede verse con claridad a tergaciones.
través de las mutaciones que sufren
Interesa revisar a lo largo de
las polarizaciones categoriales en
toda la serie la presencia de la dua-
las cuales se expresa, en diversos
lidad fundamental sujeto/ley: las
momentos, el conflicto entre una
formas cristianas del antagonismo
significación positiva de la subjetivi-
son subsumidas en las dualidades
dad y su contrario rechazado.
modernas, y todas ellas se mueven
El cristianismo primitivo su- dentro de un marco categorial míti-
planta la concepción griega del co común, que es transmitido desde
alma como “cárcel” del cuerpo el Cristianismo hasta la Moderni-
por la idea de un cuerpo concreto, dad. La vida corporal concreta, rei-
vivificado por el alma, al que se le vindicada por el primer cristianismo
opone la ley abstracta. La ortodoxia y convertida en demoníaca por el
cristiana operará sobre esa matriz cristianismo imperial, se transforma
invirtiendo el valor de los términos en el impulso emancipatorio que
y recuperando, en cierta forma, la modela el imperativo categórico de
connotación griega estigmatizante Marx y que impulsa los movimien-
de la dimensión corporal: al cuerpo tos libertarios de la Modernidad;
real corruptible e imperfecto se le correlativamente, el polo de la cor-
opondrá un cuerpo perfecto, obe- poralidad incorruptible y abstracta

520 Humanismo, sujeto, modernidad


se transforma en la espiritualidad capitalismo una religión, es decir,

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del mercado, que exige sacrificios el capitalismo sirve esencialmente
humanos. a la satisfacción de las mismas pre-
Se entiende por qué Walter ocupaciones, suplicios, inquietudes,
Benjamin afirma la esencia religiosa a las que daban respuesta antigua-
del capitalismo: “Hay que ver en el mente las llamadas religiones”11.

3. Benjamin y la espiritualidad del Capital

L
a aguda y enigmática apre- a la ganancia el centro de la vida.
ciación de Benjamin contiene Las prácticas utilitarias que le son
una crítica directa a la inter- habituales (operaciones financieras,
pretación clásica de Weber, pero al maniobras bursátiles, compra y
mismo tiempo es la radicalización venta de mercancías, etcétera) son
de las tesis fundamentales de La éti- el equivalente de las prácticas del
ca protestante y el espíritu del capi- culto propias de otras religiones; en
talismo, que, en la pluma del filóso- ellas se expresa la adoración a las
fo marxista, resultan despojadas de divinidades que ocupan el altar del
aquel temple de neutralidad valo- capital: el dinero, la mercancía, la
rativa, típicamente weberiano, para ganancia, la riqueza. Nuevos ídolos
adoptar el carácter de una “fulmi- que reemplazan el culto a los san-
nante requisitoria anticapitalista”12. tos, tal como lo sugiere una enig-
En lugar de pensar al cristianismo mática frase de Benjamin: “Com-
como un elemento que empuja el paración entre las imágenes de los
surgimiento del capitalismo, Benja- santos de las distintas religiones, por
min señala que aquél es la esencia un lado, y los billetes de los distin-
profunda de éste. El capitalismo es tos Estados, por el otro” (169).
esencialmente un fenómeno reli-
gioso, que se desarrolla de modo La centralidad de ese aspecto
parasitario a partir del cristianismo cultual es tan fuerte en la espirituali-
hasta desplazarlo completamente. dad capitalista, que Benjamin consi-
dera que no ha dejado lugar para el
Tres son los rasgos fundamenta- desarrollo de una teología, en tanto
les que Benjamin le atribuye inicial- espacio simbólico de construcción
mente a la religiosidad capitalista, de sentido. En torno de esta última
aunque antes de cerrar su texto afirmación, Hinkelammert produce
incorpora un cuarto. Todos están
una singular reflexión, cuya consi-
íntimamente relacionados entre sí.
deración nos obliga a producir una
En primer lugar, el capitalismo digresión en el análisis del texto
hace del culto al dinero, al éxito y benjaminiano.

Humanismo, sujeto, modernidad 521


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Para Hinkelammert, la ciencia mo. La abstracción de la dimensión
moderna, a pesar de que se autode- experiencial de la vida humana
nomina “empírica”, no se basa en permite la construcción del “mundo
la experiencia. Más aún, muy por objetivo” como totalidad coheren-
el contrario surge de la abstracción te, basada en la representación de
de la experiencia, en tanto ámbito mecanismos de funcionamiento
organizado en torno a la centralidad perfecto (que abstraen la dimensión
del sujeto. Esa abstracción da por de la vida y de la muerte del ser
resultado la construcción teórica de humano en tanto sujeto viviente). En
lo que llamamos “objetividad” del función de tales mecanismos – que
mundo. Si la experiencia de chocar son sistemáticamente presentados
contra una pared nos enseña que en el discurso científico con rasgos
ésta es dura, la perspectiva cientí- de omnisciencia, perfección e in-
fica supone un distanciamiento de corporeidad (la mano invisible del
esa experiencia subjetiva fundante mercado de Smith, el demonio de
y la construcción del dato “objeti- Laplace, el observador que viaja
vo”, independiente del sujeto, de a velocidad de la luz de Einstein,
la dureza del muro. Se produce el juez Hércules de Habermas,
entonces una inversión: la cualidad etcétera)- los hechos empíricos se
impenetrable de la pared aparece interpretan como desviaciones de
como el dato primero, y la expe- los modelos perfectos.
riencia del choque y del dolor en el Y aunque se diga que la fun-
cuerpo pasa a ser considerada una ción de esos extraños seres perfec-
cuestión derivada. El ser humano se tos, incorpóreos, omniscientes e
convierte él mismo en un objeto en- infinitos, es puramente heurística,
tre otros, ciertamente tan accesorio lo cierto es que la ciencia moderna
como cualquier otro. no sería posible sin el recurso a tan
Este proceso de abstracción insólitas referencias, a través de las
permite desarrollar el lenguaje y cueles penetra la metafísica en el
las ciencias empíricas; en términos corazón de la razón instrumental.
generales, la construcción de la De allí, Hinkelammert extrae
objetividad del mundo es una di- una conclusión que lo aparta li-
mensión de la vida humana que la
geramente del texto de Benjamin,
distingue del animal. Sin embargo,
pero que ciertamente lo enriquece.
el olvido de que dicha “objetividad”
El capitalismo es esencialmente
resulta de un ejercicio de abstrac-
religión, pero no es exacto consi-
ción produce la enajenación de ese
derarlo como religión puramente
mundo objetivo, su conversión en
cultual, desprovista de dogma y
un fetiche, portador de una volun-
teología. Las ciencias constituyen el
tad autónoma y caprichosa.
espacio teológico de las sociedades
La ciencia empírica moderna capitalistas y de la modernidad en
es un ejemplo del referido fetichis- conjunto, un espacio donde el dios

522 Humanismo, sujeto, modernidad


celeste medieval ha descendido los cuerpos, la represión de sus ne-

Revista Realidad 121, 2009


y poblado el mundo terrestre de cesidades, la postergación del goce.
seres omniscientes y todopodero-
Un tercer rasgo, relacionado
sos, que han desalojado al criterio
con la preeminencia de su aspecto
vida-muerte del horizonte de la
“cultual” y con su carácter perma-
reflexión. La metafísica medieval
nente e ininterrumpido, es el de-
habita en las ciencias, que en modo
sarrollo de un sentido de la deuda/
alguno son ajenas a la dimensión
culpa que deviene el nervio de
mítico-teológica. Todavía más: ellas
todo el sistema. A partir de la idea
son la teología implícita en el culto
del interés acumulable al infinito,
capitalista al dios-dinero.
toda actividad que se aparte del
Hecha esta digresión en torno a motivo fundamental de acrecentar
las ciencias como teología del capi- la ganancia, es vivida como pérdida
talismo, podemos volver al texto de infinita, y por lo tanto, como deuda
Walter Benjamin. correlativamente impagable, que
genera culpa. Pues: “una situación
El segundo rasgo característico
del “capitalismo como religión” se que carece tan absolutamente de
encuentra en la permanencia y te- salida es culpabilizante” (169).
nacidad de la celebración del culto. Hinkelammert relaciona este
Verdaderamente sans reve et sans rasgo con la transformación, a
merci, no hay un día, ni una hora, partir de la ortodoxia cristiana, de
ni un minuto de descanso, en el la teología de la deuda. Mientras
cual los creyentes puedan liberarse en el cristianismo de los primeros
de la angustia y de la preocupación. tiempos, las deudas con Dios no
Si son pobres, sufren la presión de se pagan, sino que son perdonadas
tener que venderse como mercancía a condición de perdonar a los pro-
para asegurar el pan, el sometimien- pios deudores, a partir de Tertuliano
to ciego a la ley del valor, la obli- (siglo III), y sobre todo de Anselmo
gación de cumplir incondicional- de Canterbury (siglo XIII), las deu-
mente los contratos y de pagar las das deben pagarse, al tiempo que
deudas, incluso con sangre si fuera resultan infinitamente renovables e
necesario. En el otro extremo de la impagables. Dios mismo envía a su
escala social, aquellos feligreses que Hijo para que pague con su sangre
tienen algo más que el propio cuero las deudas humanas, que no por
para perder están análogamente ello resultan eliminadas incondi-
sometidos a la extrema tensión de cionalmente. El sacrificio de Cristo
acrecentar la riqueza, de superar al sólo redime a aquellos que aceptan
otro, de triunfar, de descollar. Unos la ley, y cumplen con su obediencia
y otros sufren la providencia del eternamente. Quienes no aceptan
mercado, que promete redención a la ley de Cristo, particularmente
través del sacrificio siempre renova- los judíos, no son liberados de la
ble, y que exige la sumisión total de deuda: son deudores y culpables,

Humanismo, sujeto, modernidad 523


Revista Realidad 121, 2009
conforme a lo que Benjamin llama flagración final de desesperación
“la ambivalencia demoníaca” de y destrucción14. En ese despedaza-
la palabra Schuld” (168), que en miento del ser –y no en su refor-
alemán significa al mismo tiempo ma- Dios queda comprendido en
culpa y deuda. Con ello sugiere la el destino humano. Es el momento
inseparabilidad, dentro del siste- del superhombre nietzscheano, en
ma de la religión capitalista, entre el que Benjamin encuentra un sím-
culpabilidad mítica y deuda eco- bolo de la religiosidad capitalista,
nómica. que deposita en el amor a lo dado
(amor fati), en la ausencia de toda
El capitalismo transforma la cul-
esperanza de transformación, en la
pabilidad de la ortodoxia cristiana
aceptación de la fatalidad del mer-
en universal y la seculariza. Todos
cado (y su destino de condenación)
son culpables: los pobres porque
el signo de una ética superior15.
han fracasado, están endeudados
y su deuda los condena. Y también Una ética que no es otra que la
los ricos, pues una mala inversión, propia del mercado, del acrecen-
que siempre es posible, multiplica tamiento constante de ganancias
al infinito las pérdidas ocasionadas, como mandato imposible de satis-
acrecentando al mismo tiempo la facer. Por eso, Benjamin concluye:
deuda y la culpa. Pues no maximi- “La trascendencia de Dios se ha de-
zar las ganancias es perjudicar el rrumbado. Pero Dios no está muer-
interés general: es, por tanto, una to, está comprendido en el destino
especie de asesinato, que produce humano” (167). El Dios que se hizo
culpa, preocupación y estrés. En el humano, en el marco del capitalis-
acrecentamiento interminable de mo como religión, toma la forma de
la deuda-culpa, Dios mismo está la institución mercado, expresión de
implicado, puesto que todo ese las relaciones mercantiles en tanto
daño, ocasionado, no es sino “su relaciones abstractas entre hom-
voluntad”13, o mejor aún, la de su bres despojados de sus cualidades
equivalente en la religión capita- concretas, de sujetos vivientes, y
lista: el mercado, nueva divinidad considerados bajo el punto de vista
de la cual se espera que se haga su del intercambio entre propietarios
voluntad. de mercancías.
El culto capitalista no contem- Lo dicho confluye en el señala-
pla la posibilidad de expiación de miento de un cuarto rasgo del capi-
la culpa ni del perdón de la deu- talismo como religión: su dios tiene
da, sino que acrecienta a ambas que ser ocultado. Se trata de una
incesantemente, hasta arrastrar al “divinidad inmadura” (168), que no
universo entero en un “torbellino puede ser develada sin lesionar un
colosal”, que deposita la posible secreto avergonzante: Dios ha ba-
salvación en una especie de con- jado al cielo y se ha objetivado en

524 Humanismo, sujeto, modernidad


la dimensión mercantil (abstracta) prácticas y discursos, de relatos y

Revista Realidad 121, 2009


de las propias relaciones humanas; utopías. Pero toda esa complejidad
en consecuencia, el poder del mer- se organiza en torno de un principio
cado, de tal forma sacralizado, ha sintético, a saber, que Dios se hizo
desplazado y vencido las formas hombre. En torno de este criterio se
tradicionales de divinidad y reli- delimita el marco mítico y se desa-
giosidad. rrollan las dicotomías categoriales
que organizarán la comprensión de
Desarrollado parasitariamente
la realidad en la sociedad moderna.
dentro del cristianismo, el capita-
lismo se alimentó de su sustancia Así como el Cristianismo posee
hasta vaciarla completamente y una dualidad constitutiva, tam-
quedarse con la cáscara vacía de bién la Modernidad que resulta
una forma secular y universal de de su transformación (asimilación-
espiritualidad idolátrica y sacrificial. secularización) contiene dos polos
que se enfrentan constantemente
Ahora bien, cuando Benjamin
en una lucha a muerte: del primero
afirma “el cristianismo no sólo
han surgido todas las ideologías li-
favoreció en tiempo de la Refor-
bertarias que reivindican el cuerpo
ma el surgimiento del capitalis-
real; del otro han surgido todas las
mo, sino que se transformó en el
ideologías de la dominación de la
capitalismo”16, Hinkelammert asien-
Modernidad.
te, pero introduce una precisión: es
la Modernidad, con la ambivalencia La Modernidad está gobernada
de sus impulsos de emancipación y por el principio del hombre como
opresión, el producto del Cristianis- criterio divino, pero está desgarrada
mo transformado; el capitalismo, en por el dualismo de dos tipos de
cambio, y en especial la forma de “hombre”. Por eso hay dos clases
acumulación que llamamos “glo- de humanismo, que han dividido a
balización”, en tanto formulación la humanidad a lo largo de la histo-
particularmente depredadora y des- ria. De un lado está el humanismo
humanizante de la Modernidad, es concreto, en el que coinciden Marx
ortodoxia transformada17. y Monseñor Romero, para citar dos
ejemplos que, en conjunto, mues-
Hinkelammert reconoce la mis-
tran la irrelevancia de la profesión
ma relación de continuidad. Pero
de una fe en este asunto. En las filas
su apreciación permite introducir
del humanismo abstracto militan
matices interesantes en la analogía
Popper y Hayek, pero también el
de Benjamin. Es la Modernidad
ateísmo cientificista de la Unión So-
la matriz resultante del desarrollo
viética y la teología de la sumisión
histórico de las consecuencias im-
de Ratzinger.
plícitas del acontecimiento funda-
cional de Cristianismo, que incluye El capitalismo, como sistema
un conjunto vasto y heterogéneo de que “sólo sabe desarrollar la téc-

Humanismo, sujeto, modernidad 525


Revista Realidad 121, 2009
nica y la combinación del proceso trabajador”18, representa el extremo
social de producción, socavando al fundamentalista del abanico de so-
mismo tiempo las dos fuentes origi- ciedades posibles, contenidas en la
nales de toda riqueza: la tierra y el matriz moderna.

4. Lo mismo y su otro: sobre el humanismo (concreto y


abstracto)

E
l Cristianismo asume una tradi- ría todos los movimientos emanci-
ción judía anterior y la univer- patorios de los siglos XIX y XX.
saliza como válida para todos
No hay ruptura radical, por
los seres humanos19. En torno de
tanto, entre Cristianismo y Moder-
esta idea se recanaliza la herencia
nidad. Visto desde la perspectiva de
greco-romana hacia una dirección
la historia posterior, el Cristianismo
nueva, toda ella improntada por la
contenía, paradójicamente, un im-
instalación del hombre en el centro
pulso a la secularización, pues su
del universo y de la historia. El Re-
horizonte germinal de universalidad
nacimiento es el momento estelar
llevaba a romper los moldes limita-
en que se condensa como cosmo-
dos de una fe particular. Portador
visión este descenso del mundo de
los dioses a la tierra y, correlativa- de una tendencia que contradecía
mente, la asunción, por parte de los su carácter religioso, el cristianismo
hombres, de un destino divino. A estaba orientado a cristalizar en un
partir de entonces están dadas las humanismo de alcance ecuménico,
condiciones de posibilidad para el entendiendo por tal la humanidad
desarrollo de la Modernidad, como en su conjunto, incluidos los ateos
forma de racionalidad en la que el (puesto que Dios no se hizo cristia-
hombre descubriría en sí mismo la no, sino hombre sin más).
dimensión de lo divino, dimensión Dos son los mecanismos fun-
esta que no sino la afirmación de damentales que descubre Hinkela-
la dignidad humana en un sentido mmert en el proceso que conduce
universal. desde al Cristianismo a la Moderni-
Pablo de Tarso había dicho: “En dad y en cada uno de los momentos
Cristo no hay ni judío ni griego, ni de ese desarrollo: transformación e
hombre ni mujer, ni amo ni escla- inversión. Por una parte, transfor-
vo”. En esa frase estaba contenida mación de un acontecimiento axial,
ya, en una forma elemental y dentro que se desarrolla hasta reformularse
de un envase religioso, el recono- en un marco categorial nuevo,
cimiento de la igualdad humana rompe su inicial envoltorio religio-
como exigencia ética, que impulsa- so, eclosiona en el Renacimiento y

526 Humanismo, sujeto, modernidad


despliega todas sus potencialida- un universalismo que sacraliza el

Revista Realidad 121, 2009


des bajo las formas secularizadas contrato y el mercado, como espa-
del pensamiento moderno. Por cios donde los hombres, reducidos
otra parte, inversión, resultante a meros propietarios privados, inter-
del desplazamiento entre los dos cambian mercancías equivalentes.
polos que están contenidos como Allí reina el imperio de la ley (la ley
posibilidades en la estructura ge- del valor, claro está), frente a la cual
neral de la matriz del pensamiento el sujeto está aplastado.
esbozada primero en el Cristianismo
En el polo opuesto se encuentra
y asimilada-transformada en el Re- el Prometeo de Marx y su radical y
nacimiento; en la oscilación entre escandalosa sentencia de levantarse
ambos polos se juegan las distintas “en contra de todos los dioses del
configuraciones de la Modernidad. cielo y de la tierra que no recono-
Hemos reparado ya en la trans- cen al ser humano consciente de
formación (secularización) que sufre sí mismo como la divinidad supre-
Prometeo en el tránsito a la Moder- ma. Al lado de ella no habrá otro
nidad. También podemos ver cómo Dios”20. He aquí a un Prometeo
opera el mecanismo de inversión en ciertamente diferente, un hombre
las variaciones del mismo mito. De- que, reconociendo su carácter
venido hombre en el Renacimiento, divino y otorgando a ese carácter
Prometeo transforma la historia una dimensión universal, formula
humana en una escalera que une la un imperativo categórico muy par-
tierra con el cielo, al final del cual ticular: “echar por tierra todas las
se alcanza la plena identificación relaciones en que el hombre sea
del hombre y Dios. Es el motor que humillado, sojuzgado, abandonado
empuja la idea de progreso, el gran y despreciable”21. También en estas
mito profano que preside la racio- palabras resuena el universalismo
nalidad moderna, orientando toda cristiano expresado en las palabras
la actividad en dirección a metas de Pablo, pero es evidente que su
pensadas en términos de sociedades significación es radicalmente dife-
perfectas, como ámbitos efectivos rente del universalismo abstracto del
(empíricos) de plenitud humana. Por mercado. El hombre universal no es,
este camino Prometeo representa en este caso, el individuo, menos
el mandato del universalismo del aún el individuo propietario, sino
ser humano, que se realiza como el sujeto humano concebido como
individualismo liberal. Podemos sujeto corporal, natural, vulnerable,
trasponer en este contexto la afirma- necesitado de los otros y de la na-
ción de Pablo, y decir con él: en el turaleza.
mercado somos todos iguales: “no Esto nos lleva a una reflexión
hay ni judío ni griego, ni hombre ni en torno del humanismo. Que
mujer, ni amo ni esclavo”. Es el uni- “Dios se haya hecho humano” y
versalismo de la igualdad abstracta, que en torno de este acontecimien-

Humanismo, sujeto, modernidad 527


Revista Realidad 121, 2009
to se organice el marco mítico- por cuya intervención mesiánica se
categorial de la Modernidad es algo realizará automáticamente el interés
que posee un significado ambiguo. general.
Por un lado, significa la posibili-
“Estamos enfrentados con un
dad de humanización de la vida
mundo de deshumanización de lo
humana en un sentido universal.
humano. Pero esta deshumaniza-
Pero, por otro, revela también un
ción se presenta a sí misma como
hecho sugestivo: en el seno de la
servicio al ser humano”, nos dice
Modernidad, las peores atrocidades
Hinkelammert22.
cometidas contra seres humanos se
hicieron y justificaron (y se hacen La Modernidad como conjunto
y justifican hoy mismo) en nombre heterogéneo de prácticas y discur-
de la humanidad. En consecuencia, sos, en tanto lleva la impronta del
la exigencia de recuperar la dimen- devenir humano de lo divino, está
sión de dignidad de la vida humana penetrada en todos sus poros por
como condición para construir el humanismo. Esta ubicuidad de la
“otro mundo posible”, no puede categoría de lo humano en la Mo-
afrontarse sin realizar previamente dernidad, no implica una ética en
una crítica radical del humanismo, particular, aunque es una traza pre-
en nombre del cual afirmamos el sente en todas las éticas modernas.
derecho de todos y todas (incluida Es el índice de que ha surgido un
la naturaleza) a reproducir su vida, mundo en el cual lo inhumano sólo
pero también se han legitimado to- puede hacerse presente en nombre
dos los totalitarismos. de lo humano, el odio en nombre
del amor, el sacrificio en nombre
Esto no es algo nuevo, a lo que de la verdad, y la muerte en nombre
no estemos habituados. Sabemos de la vida.
que la apelación al humanismo, a la
necesidad de intervención con fines El problema radica, por tanto,
humanitarios, es una justificación en qué humanismo se reivindica, en
remanida, utilizada para declarar la qué tipo de “hombre” es el que se
guerra sin límites. No hay ninguna afirma en él. La Modernidad es toda
conquista moderna que no se haya ella, de cabo a rabo, humanismo,
hecho en nombre de los derechos pero este se desdobla en dos caras:
humanos, para salvar vidas huma- humanismo concreto y humanismo
nas, para evitar mayores sacrificios abstracto, y es necesario saber cuál
humanos. Hoy como ayer la ideo- es el que se reivindica en cada
logía del mercado total apela a esa caso.
fuerza poderosa del humanismo Si el hombre en cuyo nombre
abstracto cuando promete que lo se reclaman derechos humanos es
humano florecerá a condición de el hombre abstracto, el humanis-
someternos ciegamente a los dictá- mo invocado es sólo una máscara
menes de una institución perfecta, que esconde la sacralización de

528 Humanismo, sujeto, modernidad


alguna mediación institucional o nismo abstracto y a transformarse

Revista Realidad 121, 2009


legal abstracta, que, librada a su en un imperativo categórico de la
propia dinámica, aplasta al sujeto violencia. Esa transformación, que
real. La negación de lo humano se acecha a todo humanismo concre-
trasforma en ilusión de lo humano, to como su otro dialéctico, es su
y la violencia en verdadero servicio Termidor23. Para evitar que el hu-
a la humanidad. Si, en cambio, se manismo despliegue esa tendencia
trata del humanismo del ser hu- termidoriana, se debe ejercer una
mano concreto, es posible que se vigilancia crítica sobre él, que no
ponga en marcha un proceso de sólo atañe a sus metas sino también
liberación, como ocurrió antaño a los medios a los que se está dis-
con todos los movimientos eman- puesto a recurrir para alcanzar la
cipatorios que tuvieron lugar en el emancipación. No sólo ciertos fines
siglo XIX, que, en nombre de seres están excluidos, también ciertos
humanos concretos, corporales, de medios deben ser descartados de
necesidades, impulsaron la emanci- plano, porque estos no son indife-
pación de los esclavos, las mujeres, rentes a los fines. El recurso de la
violencia como medio, salvo su uso
los obreros, etc.
extraordinariamente excepcional,
Pero es necesario entender que acotado y sometido a crítica, no
el humanismo concreto, que hoy puede conducir a la emancipación,
necesitamos recuperar, tiene una porque desencadena guerras totales
tendencia intrínseca a desdoblarse y destruye el principio de la ética
en su opuesto, a derrapar en huma- del sujeto: “yo soy, si tu eres”.

5. Conclusión

Decíamos al comienzo que mos. Una posibilidad contenida ya


sujeto y ley son los polos entre los en la convicción de Pablo acerca de
cuales se debate el decurso históri- que las diferencias sociales histórica-
co. En su actual formulación, tensan mente construidas (amo/esclavo, por
también el presente. ejemplo) no son legítimas de por sí,
como si fueran naturales, y que aque-
El sujeto. De una parte, la afirma-
llas que no brotan de la historia y son
ción de lo humano como una dimen-
en cierta forma “naturales” (como las
sión que supone el reconocimiento
sexuales: hombre/mujer) no deben
de la dignidad de todos y todas, y
trasladarse al plano social en términos
que abre el horizonte de la humani-
de subordinación.
zación de la vida humana, como una
posibilidad que nos merecemos y que La ley. De otra parte, esa afir-
podemos realizar si nos lo propone- mación de lo humano se invierte

Humanismo, sujeto, modernidad 529


Revista Realidad 121, 2009
en su contrario: es el poder mundial y el cumplimiento de los contratos.
imperial, que en nombre de los de- Toda una jaula de hierro, como le
rechos humanos realiza “interven- gustaba metaforizar a Weber, apri-
ciones humanitarias”, como resul- siona al sujeto y lo amenaza con su
tado de las cuales son aniquilados aplastamiento total.
miles de seres humanos. Este poder
Pero el sujeto es, precisamente,
político y militar es el instrumento
ese impulso emancipatorio que
que necesita el mercado, como po-
der económico mundial, para hacer difícilmente pueda acallarse total-
valer sus intereses y aniquilar todas mente; es el pie fuera de la jaula, de
las resistencias que surjan en todos donde puede surgir lo inesperado,
los rincones del planeta24. el Mesías de Walter Benjamin: la
resistencia, la rebelión, el grito de
Tanto la sacralización del mer- libertad que rompa los grillos que
cado global, presentado como ho- nos amarran en la actualidad.
rizonte de plenitud humana, como
el asalto al poder mundial, que Transformación del Cristianismo
tienen lugar en nuestros días, son en Modernidad, persistencia de la
estrategias que arraigan en el mito polaridad sujeto/ley a lo largo de
de Prometeo, claro que en una for- todo el proceso histórico, y posibi-
mulación completamente represiva, lidad siempre abierta de invertir la
de sometimiento del sujeto humano posición del sujeto en su contrario,
a la ley, radicalmente antiemancipa- pero también de recuperar la vida
toria. La posición del sujeto, como humana como criterio de verdad y
capacidad de discernimiento frente racionalidad, son los núcleos teóri-
a la ley, se ha invertido en su con- cos de la concepción de Hinkelam-
trario, esto es, en subordinación a la mert de la historia, del humanismo
ley que exige el pago de las deudas y de la Modernidad.

Bibliografía citada: ———El grito del sujeto. Del teatro-


mundo del evangelio de Juan
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530 Humanismo, sujeto, modernidad


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Nº 18: Identidad latinoameri- de Cultura Económica, México,
cana, Universidad Bolivariana, 1986, tomo I.

Notas mirada atentamente, significa: “hacien-


do abstracción de la muerte”, opacando
1
Cfr. Franz Joseph Hinkelammert, El
la condición contingente del ser hu-
grito del sujeto. Del teatro-mundo del
mano. “Posible en principio” significa
evangelio de Juan al perro-mundo de la
entonces “imposible” para nosotros
globalización, 2 ed., San José, Costa
(posibles tal vez para los dioses). Por
Rica, DEI, 1998; y El retorno del sujeto
reprimido, Bogotá, Universidad Nacio- eso se trata siempre de metas pensadas
nal de Colombia, 2002. en términos de instituciones perfectas,
no apropiadas para seres imperfectos,
2
Cfr. F. Hinkelammert, Hacia una crítica finitos, mortales. Y justamente, por ser
de la razón mítica. El laberinto de la pensadas en términos de perfección,
modernidad. Materiales para la discusión, son convertidas en verdaderos ídolos,
San José, Arlekin, 2007. a los que se ofrece la vida humana
3
Sobre este tema, cfr. Karl Marx, El en sacrificio.; cfr. F. J. Hinkelammert,
capital. Crítica de la Economía Política, “El cautiverio de la utopía: las utopías
2 ed., Fondo de Cultura Económica, conservadoras del capitalismo actual,
México, 1986, tomo I, 36-47; Franz J. el neoliberalismo y el espacio para las
Hinkelammert, Las armas ideológicas de alternativas”, en Cultura de la esperanza
la muerte. El discernimiento de los fetiches: y sociedad sin exclusión, San José, DEI,
capitalismo y cristianismo, EDUCA, San 1995, 206 y ss.
José, 1977, 9-64. 5
Hinkelammert advierte sobre la imposi-
4
Curiosamente, se habla de objetivos bilidad de derrotar a los monstruos, sin
posibles “en principio”, expresión que, agrandarlos y exacerbar las posiciones

Humanismo, sujeto, modernidad 531


maniqueas, que alimentan la violencia gnósticas medievales, como los cátaros
Revista Realidad 121, 2009
sacralizada contra el otro. Lo razonable del siglo XIII. Para dar un sentido ne-
y lo conveniente es “desinflarlos”, di- gativo a la dimensión corporal humana,
solverlos. Al respecto, cfr. “La inversión que justifique la sujeción a la ley, la
de los derechos humanos por medio ortodoxia se ve obligada a transformar
de la construcción de monstruos”, en el concepto de “carne”. Surge entonces
Hacia una crítica de la razón mítica. El el concepto de una forma corporal sin
laberinto de la modernidad. Materiales apetitos, un cuerpo abstracto, inco-
para la discusión, Ed. Cit., 246 y ss. rruptible, ascético, obediente a la ley y
dominado por el alma, que es opuesto
6
Cfr. I. Kant, Crítica de la razón pura,
al cuerpo real, corruptible, rebelde,
México, Porrúa, 1977, 168-174; y F. J.
demoníaco, que ataca al alma con sus
Hinkelammert, Crítica de la razón utó-
exigencias inhumanas. Esa suplantación
pica, 2 ed., Bilbao, Desclée de Brouwer
del primer par antinómico cuerpo/alma
y Junta de Andalucía, 2002.
por el nuevo “cuerpo/carne” o “cuer-
7
Esquilo, Prometeo encadenado, Buenos po concreto/cuerpo abstracto”, pre-
Aires, Longseller, 2001. para el advenimiento de la concepción
8
K. Marx, “Prólogo”, en Tesis doctoral. moderna del sujeto (cogito) y de la ley
Diferencia entre la filosofía de la materia (del valor); cfr. F. Hinkelammert, clases
de Demócrito y Epicuro (1941), México, dictadas en la Universidad Bolivariana,
Premiá, 1987. En alemán: en Marx y Santiago, Chile, abril de 2007.-
Engels, Werke, Ergänzungsband, Erster 11
W. Benjamin, “El capitalismo como
Teil, 1841, 262; cit. por F. Hinkela- religión” (1921), cit. en F. J. Hinkelam-
mmert, Hacia una crítica de la razón mert, Hacia una crítica de la razón mí-
mítica. El laberinto de la modernidad: tica. El laberinto de la modernidad. Ma-
Materiales para la discusión, Ed. Cit., 18. teriales para la discusión, en prensa, San
José, 2007, p. 166-169. Hinkelammert
9
Mientras la ética de Kant es una ética
reproduce la publicación de la Revista
del cumplimiento de leyes universales
El Porteño (Buenos Aires, noviembre
y abstractas, y su imperativo categóri-
de 1990), que es, al parecer, la prime-
co siempre define el acto ético como
ra edición del texto en castellano. El
un acto de cumplimiento de normas
original se encuentra en: W. Benjamín,
universales, por encima de la vida hu-
Gesammelte Schriften, Suhrkamp Verlag,
mana misma (fiat iustitia, pereat mundo);
Frankfurt, 1972-1985, en seis tomos,
Marx desarrolla una ética del sujeto
Vol. 6, 100-103. En el presente trabajo,
corporal y necesitado, y su imperativo
citamos la versión del texto de Benja-
categórico coloca al ser humano como
min que reproduce Hinkelammert.
sujeto concreto en el centro de toda
la historia, como criterio de verdad y 12
Michael Löwy, “Le capitalisme comme
de discernimiento de todas las leyes e religion: Walter Benjamin et Max We-
instituciones. Cfr. F. Hinkelammert, Op. ber”, en Raison politique, septiembre
Cit., 49-66. de 2006. Hemos consultado el texto
publicado en Internet: http://www.eu-
10
El dogma de la resurrección de la
rope-solidaire.org/spip.php?article4097.
carne le impide a la ortodoxia retornar
a la oposición inicial “cuerpo/alma”, 13
“Una culpabilidad monumental que no
tal como estaba presente en el pensa- se sabe expiar echa mano del culto, no
miento griego o en algunas corrientes para expiar en él la culpa, sino para ha-

532 Humanismo, sujeto, modernidad


cerla universal, meterla a la fuerza en la nuidad con el capitalismo: “Y en forma

Revista Realidad 121, 2009


conciencia y, por último y sobre todo, parecida, Marx: el capitalismo incorregi-
abarcar a Dios mismo en esa culpa ble se volverà, con intereses e intereses
para interesarle a Él, al final, en la ex- de intereses […] socialismo” (168). En
piación”; W. Benjamin, “El capitalismo ninguno de ambos casos (Nietzsche y
como religión”, en F. J. Hinkelammert, Marx) habría “conversión” (Umkehr),
Op. Cit., 167. ruptura, quiebre del pretendido destino
ineluctable del capitalismo, interrupción
14
“Es parte de la esencia de este movi-
mesiánica de la historia, o cualquiera de
miento religioso, que es el capitalismo,
sus términos asociados: metanoia, ex-
el resistir hasta el final, hasta la obten-
piación, purificación, revolución. Löwy
ción de un estado mundial de deses-
recuerda que, con respecto a Marx, la
peración por el que precisamente se
opinión de Benjamin cambiaría rotun-
espera. En eso consiste lo inaudito del
damente a partir de la lectura de Georg
capitalismo, que la reiligón no es ya re-
Lukács, en 1924. Cfr. M. Löwy, Op. Cit.
forma del ser, sino su despedazamiento.
La expansión de la desesperación a 16
W. Benjamin, Op. Cit., 169.
estado religioso mundial del cual ha de 17
Para Hinkelammert no sólo el capita-
esperarse la redención”; Ibidem.
lismo es ortodoxia cristiana transfor-
15
Benjamin dice: “El tipo de pensamien- mada, “también la ciencia empírica”
to religioso capitalista se encuentra lo es: “Hay que buscar en la línea de
extraordinariamente expresado en la la cadena infinita de causalidad, pero
filosofía de Nietzsche. La idea del su- sabiendo, que es conditio humana no
perhombre pone el salto apocalíptico poder terminarla. Por tanto, bajo la con-
no en la conversión, expiación, purifi- ditio humana, la realidad es impregnada
cación, penitencia, sino en el acrecen- por la casualidad, no por la causalidad.
tamiento aparentemente permanente La causalidad como principio es una
[…]. El superhombre es el hombre abstracción de la conditio humana,
histórico conseguido sin conversión, la contingencia y la muerte. No se
que ha crecido tanto que sobrepasa ya puede saber lo que ve el ojo de Dios
la bóveda celeste” (168). Aunque Löwy y no se puede saber si la naturaleza
reconoce que esta crítica a Nietzsche es dominada por una cadena infinita
permanece a sus ojos demasiado miste- de causalidades. Pretender saberlo, es
riosa, sugiere la siguiente interpretación: metafísica ilícita. Aunque sea inevita-
para Benjamin, el superhombre, lejos ble esta construcción para lograr una
de ser un adversario de la espiritualidad visión coherente del mundo empírico.
capitalista, que pone en cuestión la Se lo hace mediante un mito, que es el
culpabilidad y la desesperación de los mito del principio de causalidad […].
seres humanos caídos en desgracia y Por eso, las ciencias empíricas son la
arrojados fuera del circuito natural de teología de la modernidad, por tanto,
la vida, a consecuencia del libre juego también la teología del capitalismo.
de la oferta y la demanda, los abandona Walter Benjamin se equivoca cuando
a su suerte. También Benjamin critica a sostiene que el capitalismo es religión
Marx, cuya teoría, que aún no conoce sin teología y dogma. [Las ciencias]
profundamente, es interpretada como llevan adentro el dios metafísico de la
expresión de una confianza mecanicista Edad Media, como el capitalismo lleva
en el desarrollo del socialismo en conti- adentro el dios como dinero. El culto

Humanismo, sujeto, modernidad 533


del capitalismo ser dirige al dios dinero 21
K. Marx, Introducción a la crítica de la
Revista Realidad 121, 2009
y tiene como teología las ciencias em- Filosofía del Derecho de Hegel; cit. por F.
píricas. Pero esconde tanto a su dios Hinkelammert, Op. Cit., 22.
como a su teología. Como el capita- 22
F. Hinkelammert, “Humanismo y vio-
lismo es cristianismo transformado,
lencia”, en Polis. Revista Académica, Nº
también lo son las ciencias empíricas”;
18: Identidad latinoamericana, Universi-
F. J. Hinkelammert, Op. Cit., 207.
dad Bolivariana, Santiago, 2008; edición
18
K. Marx, El capital, I, Ed. Cit., 423-424. digital: http://www.revistapolis.cl/
19
Esa tradición se basa en el reconoci- polis%20final/18/huma.htm, 1.
miento de la dignidad del ser humano 23
Hinkelammert nos recuerda que Marx
en tanto sujeto vivo y corporal, que usó el término para referirse a la trans-
supone como corolario la idea de la formación de la revolución francesa en
legitimidad de la crítica a la ley y la au- el bonapartismo. Cfr. Op. Cit., 5.
toridad despóticas. En la cultura judía 24
“El mercado total no puede sostenerse
antigua se trata de una creencia man-
sin constituir un sistema político y
tenida dentro de los límites del pueblo
militar totalitario que lo sustente”; F.
judío. Cfr. F. J. Hinkelammert, “La
J. Hinkelammert, “La crisis de poder
rebelión en la tierra y la rebelión en el
de las burocracias privadas: el socava-
cielo”, en El retorno del sujeto reprimido,
miento de los derechos humanos en
Ed. Cit., 293-316.
la globalización actual”, en Revista de
20
K. Marx, “Prólogo” de su tesis doctoral Filosofía, N° 40, Universidad del Zulia,
(1841), cit. por F. J. Hinkelammert, Op. Maracaibo, enero–abril de 2002, 33.
Cit., 18.

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