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JAIME MARQUEZ
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Según se relata en el Popol Vuh, el libro que recoge la mitología de los indios
quichés (de origen maya), el mundo estuvo en un principio cubierto por las
aguas y fueron los creadores Tepeu y Gucumatz quienes dieron origen a la
tierra, a las plantas y a los animales. Pero no quedaron contentos con su obra
ya que los animales no podían alabarles por no poseer lenguaje, así que
decidieron que debían crear a una criatura que les profesase devoción y así
empezaron la tarea de crear al hombre.
Los dioses creadores hicieron de barro a la primera pareja humana, pero eran
débiles y apenas podían mantenerse en pie, además de que se deshacían con
la lluvia y tampoco podían hablar. La segunda pareja fue hecha de madera, de
árbol para él y de carrizo para ella, y todo fue bien en un principio. Los hombres
se reprodujeron y se extendieron por el mundo, tenían su lenguaje y hablaban
entre ellos pero nunca elevaron su voz hacia los dioses que les habían creado.
Tepeu y Gucumatz lo intentaron por tercera vez, esta vez usando la madera y
añadiendo maíz amarillo y maíz rojo. Con la madera hicieron sus partes rígidas,
con el maíz blanco moldearon la carne y el maíz rojo fue su sangre. Los
primeros cuatro hombres (llamados Balam-Quitzé, Balam Agab; Mahu-cutah; e
Iqi -Balam ) fueron interrogados por los curiosos dioses y demostraron poseer
inteligencia y memoria, siendo aleccionados por los propios dioses sobre sus
orígenes, capacidades y obligaciones futuras.
KINICH AHAU
HUNAB KÚ-DIOS CREADOR DEL MUNDO
Los 30 Dioses Mayas Principales y su
Significado
Por
Alberto Cajal
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Algunos de los dioses mayas principales son Hunab Ku, Chaac (dios de
la lluvia), Itzamná (sabiduría), Pawahtún (cargador del cosmos), Ixchel
(amor), Kinich Ahau (sol), Yum Kaax (maíz) o Kauil (del fuego).
Hunab Ku
Kinich Ahau era el gobernante entre los dioses, su función era solucionar
todos los problemas entre las diferentes divinidades y distribuir las
tierras entre los pueblos. Además, era el dios de la guerra.
Yum Kaax
El fuego tenía un lugar central para los mayas, se lo considera como una
fuerza espiritual a ser conquistada para así derribar la violencia.
Con la ira del fuego cura enfermedades y era fuente de veneración para
un parto exitoso. Sus ritos son destacados entre los mayas y se
representa en la cultura con una nariz alargada y la boca en forma de
serpiente que sobresale.
Los mayas creían que este dios merodeaba por la casa de los enfermos
en busca de nuevas presas para su morada. Para ahuyentarlo se debía
gritar muy fuerte, así Yum Kimil pasaba de largo. Todavía hoy se
mantienen algunos ritos.
Xtabay
Bolon Dzacab
Esta figura genera algunas dudas entre los historiadores pues hay
quienes creen que es una personificación del poder del dios bufón.
Kukulkán
Buluc Chabtan
Dios de la destrucción y los sacrificios humanos, muchas veces se
presenta en compañía de Ah Puch, lo que representa un verdadero
peligro para los fieles mayas.
Chac Bolay
Ah Muzenkab
Hunahpú
Ixbalanqué
Junto con su her Kauil mano Hunahpú, son los Dioses Gemelos. La
doncella Ixquic quedó embaraza por la saliva del Árbol Jícara, donde
estaba la calavera de Hun-Hunahpú, lo que llevó a concepción de los
hermanos, a pesar del rechazo de los padres de Ixquic.
Hun-Hunahpú
Los frutos del árbol la bañaron en saliva y así concibió a los gemelos
Hun-Hunahpú (Maestro Mago) e Ixbalanqué (Pequeño Sacedorte Solar)
siendo virgen. Su nombre significa “La de la Sangre”.
Ixmukané
Según la creencia maya fue Ixmukané quién preparó las bebidas de maíz
blanco y de maíz amarillo, que dio origen a los Hombres de Maíz. Su
nombre significa “Princesa” y para sus fieles es la Madre Tierra que da la
vida.
Xaman Ek
Ah Kin
Dios del Sol, uno de los fenómenos más venerados y respetados por los
mayas, pero también por otras civilizaciones precolombinas.
La creencia maya dice que Ah Kin recorría por las noches el inframundo,
el universo de los muertos, esperando que llegue el alba y vuelva a
brillar el sol. Por esto, se le rezaba al amanecer y se quemaban
inciensos en su honor.
Ix U
Naab
Huracán
Es otro de los dioses fundadores, en este caso de los siete del segundo
intento. Huracán es el dios del fuego, viento y las tormentas, lo que lo
convertía en una criatura muy temida en la cultura maya.
Tepeu
Uno de los dioses que participó de los tres intentos de creación del
universo, lo que lo convierte en una figura central de toda la mitología
maya.
Alom
Ehécatl
Ometéotl
Descubre cuáles fueron los dioses o deidades más importantes para la civilización maya y de
qué manera estaban representados.
La cultura maya se destacó por su arte, matemática, astronomía y especialmente por su
religión politeísta, es decir, de muchos dioses. En Guatemala las ruinas, artesanías y
costumbres son testigo de la marca que dejaron los mayas en la cultura actual.
Los mayas creían en un reino supernatural en donde habitaban los dioses. Los sacerdotes
organizaban en su honor ceremonias que incluían derramamientos de sangre, quema de
incienso, danza ritual, música y, en ciertas ocasiones, sacrificios humanos.
(Foto: Wikipedia)
Dios del maíz, alimento de gran importancia para la cultura maya. Se representó como un
joven que llevaba una mazorca de maíz y era vigilante de la selva.
(Foto: Wikipedia)
Dios del sol, casado con Ixchel, la luna. Era el gobernante de los dioses y patrono de la
música y poesía. Se le representó como un viejo de ojos cuadrados.
Ah Muzenkab o Mulzencab
(Foto: Wikipedia)
El dios del rayo y fuego, relacionado con los linajes reales. Representaba abundancia,
agricultura y en algunos casos fertilidad.
Buluc Chabtan
(Foto: Wikipedia)
Dios de la lluvia. Se representaba como un anciano con un ojo de reptil, nariz larga
enrollada y dos colmillos. Era de gran importancia para las cosechas.
Chac Bolay
Ek Chuah o Ek Chuaj
(Foto: Aztecs)
Dios de los mercados, patrón del cacao. Los viajeros a veces colocaban tres piedras unas
sobre otras y encendían incienso en su nombre para asegurar un buen viaje.
Itzamná o Zamná
(Foto: Wikipedia)
Dios del cielo, el gobernante del día y la noche. Según la leyenda, le enseñó a la
civilización maya el uso del lenguaje, a cuidar del maíz, a escribir, usar calendarios,
etcétera.
Ixchel
COSMOGONÍA
Como en el mito de los orígenes de otras culturas, entre los mayas aparece
el del silencio y las tinieblas originales. Nada existe y es la palabra la que
dará origen al Universo. De ello se encargan los progenitores, entre los que
se cuentan Gucumatz y Hurakán, el Corazón del Cielo, además de Ixpiyacoc
e Ixmucané, abuelos del Alba.
La creación del ser humano pasó por varias pruebas hasta llegar a su estado
definitivo. En el primer intento, la materia empleada fue el barro, “pero
vieron que no estaba bien, porque se deshacía”, no podía andar ni
multiplicarse, “al principio hablaba, pero no tenía entendimiento”. En la
segunda prueba, los progenitores decidieron hacer muñecos de madera, que
“se parecían al hombre, hablaban como el hombre”, pero, aunque se
multiplicaron, no tenían alma, entendimiento ni memoria de su creador,
“caminaban sin rumbo y andaban a gatas”. Fueron destruidos y sobrevino un
gran diluvio. Además de los males enviados por los dioses, también se
rebelaron, vengándose de ellos, los perros, las aves de corral, las piedras de
moler, los utensilios domésticos. El intento definitivo de creación concluyó
con los hombres de maíz, que fueron cuatro: Balam-Quitzé (Tigre sol o
Tigre fuego), Balam-Acab (Tigre tierra), Mahucutah (Tigre luna) e Iqui-
Balam (Tigre viento o aire). Éstos estaban dotados de inteligencia y buena
vista, de la facultad de hablar, andar y agarrar las cosas. Eran además
buenos y hermosos. El desarrollo de los seres humanos se identifica entre
los mayas con el principal cultivo y fuente de sustento, el maíz: “de maíz
amarillo y de maíz blanco se hizo su carne; de masa de maíz se hicieron los
brazos y las piernas del hombre. Únicamente masa de maíz entró en la carne
de nuestros padres, los cuatro hombres que fueron creados”.
COSMOLOGÍA Y PALINGENESIA
Los mayas creían que había trece cielos dispuestos en capas sobre la tierra
y que eran regidos por sendos dioses llamados Oxlahuntiku. La tierra se
apoyaba en la cola de un enorme cocodrilo o de un reptil monstruoso que
flotaba en el océano. Existían nueve mundos subterráneos, también
dispuestos en capas, y regidos por sendos dioses, los Bolontiku, que
gobernaban en interminable sucesión sobre un ciclo o semana de nueve
noches. El tiempo era considerado una serie de ciclos sin principio ni fin,
interrumpidos por cataclismos o catástrofes que significaban el retorno al
caos primordial. Pero nunca se acabaría el mundo porque creían en la
palingenesia, la regeneración cíclica del universo.Los libros del Chilam Balam
exponen predicciones acerca de esos ciclos de destrucción y renacimiento,
como la que relata la sublevación de los nueve dioses subterráneos contra
los trece dioses celestiales, el robo de la gran serpiente, el derrumbe del
firmamento y el hundimiento de la tierra. También en el Chilam Balam se
dice que en 1541 llegaron los dzules, los extranjeros. Hasta ese momento
estaba medido “el tiempo de la bondad del sol, de la celosía que forman las
estrellas, desde donde los dioses nos contemplan”, pero llegaron
los dzules y lo deshicieron todo. “Enseñaron el temor, marchitaron las
flores, chuparon hasta matar la flor de los otros porque viviese la suya”:
habían venido “a castrar al Sol”. Según los mayas lacandones, cuando se
acabe el mundo los dioses decapitarán a todos los solteros, los colgarán
por los talones y juntarán su sangre en vasijas para pintar su casa.
Después reconstruirán la ciudad de Yaxchilán, donde se habrán
refugiado los lacandones. Según otra versión, los jaguares de Cizín, dios del
inframundo, se comerán al Sol y la Luna.
Itzamná era una deidad benévola, siempre amiga del hombre. Nunca
se ve asociado su nombre con la destrucción o desastre; y nunca aparece en
los códices acompañado de los símbolos de la muerte.
El dios de la lluvia, Chaac está representado en los códices con una larga
nariz y dos colmillos enrollados que le salen de la boca hacia abajo. El adorno
que lleva en la cabeza es generalmente una faja anudada y el jeroglífico de
su nombre tiene un ojo que, en el Códice Tro-Cortesiano, toma la forma de
una T. Se ha sugerido que este elemento representa lágrimas que brotan del
ojo, pudiendo simbolizar la lluvia y, por consiguiente la fertilidad. Este signo
es también el jeroglífico del día Ik, cuya deidad patrona era quizá el dios de
la lluvia.
El dios de la lluvia era, como Itzamná, una deidad benévola, asociado con
la creación y la vida. Para el cultivador ordinario de maíz, cuyo mayor
interés era su sementera, Chaac era la más importante de las deidades, y su
intervención amistosa era requerida más a menudo que la de todos los demás
dioses combinados. Los mascarones murales de narices largas y encorvadas
que se encuentran ent odo el territorio maya, especialmente en la
arquitectura Puuc, no son probablemente otra cosa que representaciones de
la cabeza de este dios.
Yum Kax (Dios del maiz)
Fuentes:
Del panteón maya, según del Popol Vuh, se consideran tres de los dioses más antiguos y
sabios, y los responsables del primer intento de creación del
hombre: Kukulcán (serpiente emplumada) dios de las tempestades creó vida a
partir del agua; Tepeu, dios del cielo; y Hurakan (corazón del cielo, o el de una sola
pierna) dios del viento, tormenta y fuego.
Itzamná, era adorado como el dios de la sabiduría, señor de los cielos, del día y la
noche. Algunos autores piensan que se trata del dios supremo creador del universo. Se
le representó como un anciano sin dientes, como un ave con rasgos de serpiente y como
un dragón celeste bicéfalo que vierte agua sobre la tierra. Le acompaña Ix Chebel
Ya’ax, su esposa, diosa de la pintura y el bordado, representada como una anciana
con una serpiente en la cabeza y un rollo de algodón o, como Itzamná, vertiendo agua
sobre la tierra.
Otros dioses importantes son Yum Kaax, dios del maíz a quien los sembradores de
maíz adoraban con especial fervor, se encargaba de la agricultura, la prosperidad y la
abundancia de la vida; del mismo modo era venerado Ek Chuah, dios del cacao y de la
guerra; Chaac, dios del agua y de la lluvia, adorado por su importancia para las
cosechas; Kinich Ahau, venerado como el dios del sol representa el calor y la
sequía; Ixchel diosa de la luna, asociada con la fertilidad, las inundaciones, la medicina
y el tejido.
También están Pawahtun dios cargador del cosmos, quien eleva con sus brazos sobre
la cabeza la bóveda celeste o la Tierra misma; Yum Kimil, dios de la muerte, habita el
inframundo con otras deidades relacionadas con la muerte, la germinación y la
fecundidad.
Finalmente, cabe mencionar a Hunab ku (Hun –uno, ab –solo, ku –dios) quien,
según algunos es el dios maya más importante, incorpóreo, padre de todos los dioses,
de quien procede todo y a quien todo retorna, creador del universo; dios de las
dualidades, como lo bueno y lo malo, masculino y femenino, todo y nada.
Con base en el significado de su nombre, existen autores que aseguran que este dios fue
una invención tras la conquista como influencia del cristianismo, pues no se ha
encontrado fuentes precolombinas donde se haga mención del mismo, y parece
contradictorio dadas las características religiosas de la cultura maya. En la actualidad,
los seguidores de la nueva era han retomado la veneración de Hunab Ku como la
energía suprema del universo dentro de cada uno de nosotros.
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La historia de David y
Goliat te hará replantearte
lo que sabías sobre el poder
Malcom Gladwell, autor de "Las claves del éxito", plantea
una lectura alternativa sobre el mito bíblico que hace que
nos replanteemos nuestras creencias
David parece tener todas las de perder en su lucha contra Goliat... ¿o no?
HÉCTOR G. BARNÉS
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HISTORIA
ÉXITO PROFESIONAL
MALCOM GLADWELL
MITOS
TIEMPO DE LECTURA4 MIN
23.06.2014 – 05:00 H.
HISTORIA 58
David y Goliat
LOS filisteos vienen otra vez para pelear contra Israel. Los tres
hermanos mayores de David están ahora en el ejército de Saúl.
Por eso, un día Jesé le dice a David: ‘Lleva granos y panes a tus
hermanos. Averigua cómo les va.’
‘Ven acá,’ dice Goliat, ‘y daré a comer tu cuerpo a los pájaros y los
animales.’ Pero David dice: ‘Tú vienes a mí con espada, una lanza y
una jabalina, pero yo voy contra ti con el nombre de Jehová. Hoy
Jehová te dará en las manos mías y yo te derribaré.’
1 Samuel 17:1-54.
La historia de David y
Goliat
1 Samuel capítulos 16 y 17 (Versión para niños)
por Sharla Guenther
Saúl había sido rey, pero siguió desobedeciendo a
Dios, así que Dios le pidió a Samuel que encontrara
un nuevo rey. Dios dijo a Samuel, "Ve a Belén, allí
hay un hombre llamado Jesse, quien tiene ocho
hijos. Uno de ellos será el próximo rey."
Cuando Samuel conoció a los hijos, pensó
automáticamente que el hijo mayor de nombre Eliab
sería el rey que Dios había escogido. Pero el Señor
dijo a Samuel: "no mires su apariencia ni que tan
grande es. Eliab no es quien he escogido, su
apariencia no es importante para mí, yo me fijo en el
corazón."
Jesse trajo a otros de sus hijos a conocer a Samuel
pero Dios no escogió a ninguno de ellos. Samuel
preguntó a Jesse, "¿He conocido a todos tus hijos?"
Jesse contestó, "Tengo otro hijo llamado David, él es
el menor, y está afuera cuidando las ovejas. Lo
traeré aquí para que te conozca."
Tan pronto como Samuel lo vio, el Señor le habló y
le dijo, "El es el elegido." Así que Samuel lo ungió
con aceite, siendo esta una forma muy especial de
prometerle que sería el próximo rey. Y desde ese
día en adelante, el poder del Señor estuvo con
David.
David continuó cuidando las ovejas de su padre en
los campos. Cuando no tenía mucho que hacer en
el campo, interpretaba instrumentos, y escribió
canciones y poemas que puedes encontrar en el
libro de los Salmos en tu Biblia.
Mientras tanto, Saúl aun era rey y gobernaba a los
israelitas. David y su familia también eran
israelitas. Los israelitas no se llevaban bien con los
filisteos.
El problema con los filisteos era que había muchos
gigantes viviendo en sus tierras. Uno de los
gigantes más fuertes y más grandes era
Goliat. Tenía más de nueve pies de alto, es decir
era más alto que cualquier persona que aparece en
el Libro Guinness de Records Mundiales. Hubiera
tenido que agacharse mucho para pasar por una
puerta normal.
Goliat se cubría con una armadura que lo protegía, y
cargaba una gran lanza. Cada mañana y cada tarde
durante cuarenta días, gritaba a los israelitas usando
su potente voz: " ¡Oigan, ustedes! Los reto a que
encuentren un hombre que pelee conmigo. Si me
vence, seremos sus sirvientes, pero si yo gano,
todos ustedes serán nuestros sirvientes."
Cuando Saúl y todos sus hombres escucharon esto,
se asustaron mucho. Tres de estos hombres eran
los tres hermanos mayores de David. Ellos eran los
únicos en la familia de David que podían ir a pelear,
porque eran lo suficientemente mayores.
Ahora Jesse, el padre de David, escuchó sobre el
gigante y se preocupó por sus hijos. Llamó a David,
que se encontraba en el campo y le pidió que llevara
comida a sus hermanos y que viera como estaban.
Así que David se fue a visitar sus
hermanos. Cuando se aproximó a ellos, oyó a Goliat
gritar su desafío, como lo hacía cada mañana. "¿es
que nadie se va a enfrentar a este hombre?" David
preguntó a los hombres del ejército. "entonces yo
pelearé contra este gigante filisteo."
Uno de los hombres escuchó esto y corrió a buscar a
Saúl para contarle lo que David había dicho. Saúl se
aproximó a David y dijo: "no puedes pelear contra
Goliat, eres solo un muchacho y él ha estado
peleando por muchos años." Pero David dijo a Saúl,
"he tenido que pelear contra leones y osos para
proteger las ovejas de mi padre. Dios me ayudó a
mantenerme seguro y lo volverá a hacer ahora."
Desafortunadamente Saúl el rey no había confiado
en Dios para que lo ayudara, y no sabía qué hacer
para vencer a Goliat. Luego este joven llamado
David vino y supo en un día que hacer exactamente,
y confió en que Dios lo ayudaría. Por eso Dios
amaba el corazón de David y quería que fuera rey.
Así que Saúl vistió a David con una pesada
armadura para protegerlo de Goliat, pero David se la
quitó. Era tan pesada que casi ni podía caminar, y
sabía que Dios evitaría que le hicieran daño. En
lugar de eso, David fue a un arroyo cercano y
encontró cinco piedras lisas, las puso en una bolsa
alrededor de su cintura, y con su honda fue hacia
Goliat.
A medida que David se
aproximaba a Goliat, el gigante lo miraba y pensaba
que debía ser una broma. Goliat pensó que podría
vencer fácilmente a David, y era gracioso que Saúl
hubiera enviado a un muchacho pequeño para
pelear con él. Pero David le dijo sin miedo: "Tú
peleas con una espada y yo vengo con Dios a mi
lado y hoy todos sabrán que hay un Dios verdadero
en estas tierras."
A Goliat no le importó lo que había dicho David y se
acercó para atacarlo, y David corrió rápidamente a
su encuentro. Sacó una piedra de su bolsillo, la
puso en su honda y la disparó hacia Goliat. La
piedra lo golpeó en la frente, justo en medio de los
ojos, y de repente Goliat comenzó a perder el
equilibrio.
Este cayó de cara al suelo, de un golpe seco. David
lo había logrado, ¡venció al gigante filisteo! Cuando
el resto de los filisteos vieron esto, salieron corriendo
y David se convirtió en un héroe para todas las
personas de Israel.
HISTORIA
PorHistoria y Biografía
Posteado en Octubre 5, 2017
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HISTORIA DE DAVID Y GOLIAT
David y Goliat es una historia bíblica que aparece en el libro de Samuel, la
cual cuenta la batalla desigual que sostienen estos dos personajes.
El origen de este mito comienza cuando el primer monarca del Reino de Israel,
el rey Saúl, desobedece a Dios, quien le había encargado destruir a todos los
amalecitas (amalequitas) que se habían enfrentado a él en la batalla de
Michmash. Como Saúl no lo hizo, perdió el don de Dios y dejó de ser el ungido,
el elegido para gobernar Israel. Entonces el profeta Samuel recibió
instrucciones divinas de buscar en Belén a un pastor llamado Jesé, porque uno
de sus hijos sería el nuevo ungido, y él lo sabría con solo verlo. Dado que el
profeta Samuel no podía separarse de Saúl, o recibiría un castigo por parte de
este, le mintió diciéndole que debía viajar para realizar un sacrificio en la
lejanía. Es así como Samuel logra salir del castillo de Saúl y ponerse en busca
del nuevo ungido. En Belén, tal y como le había sido comunicado, encuentra al
pastor Jesé, a quien le invita a presentarle a sus hijos. Este le presento uno a
uno siete de sus hijos, pero ninguno resultó ser el elegido. Así que Samuel le
preguntó si tenía algún otro hijo, y Jesé le presentó a David, el menor de toda
su descendencia. El profeta supo de inmediato que estaba ante el nuevo
ungido, quien era un joven rubio, prudente y de buen aspecto. Debido a la
gracia de Dios, David obtuvo el cargo de músico al servicio del rey Saúl
para tocar el arpa. Y era tan bueno haciéndolo, que le agradó al rey israelí.
Mientras Israel estaba bajo el mando de Saúl, también estaba en guerra con el
pueblo filisteo. Un soldado de esta comunidad, Goliat de Gat, descrito en la
Biblia por Samuel como un gigante, pues medía seis codos más un palmo
de altura, retó al ejército de Israel hostigándolos durante cuarenta días para
que enviaran al más fuerte de sus guerreros a enfrentarse con él. Goliat y sus
hombres estaban tan convencidos de su victoria, que si algún israelí aceptaba
el duelo y lograba vencerlo dándole muerte, los filisteos pasarían a ser
esclavos de los israelís; pero, por el contrario, si él ganaba, el pueblo de Israel
pasaría a ser esclavizado por Goliat y sus hombres. Temerosos por las
descomunales proporciones de Goliat y por aquello que estaba en juego,
ningún soldado del ejército israelí se decidía a enfrentar el desafío.
Mientras tanto, Jesé le había encargado a David que fuera a visitar al
campamento israelí a sus hermanos, que eran soldados bajo las órdenes de
Saúl. Es en esto cuando David escuchó a Goliat desafiando al ejército, y
decidió ir con Saúl para preguntarle si él podía enfrentarlo. El rey Saúl aceptó y
le dio su armadura, pero esta no le quedó bien. Es por esto que David salió al
encuentro con su ropa habitual de pastor y armado únicamente con una
honda, con la que solía defender a su rebaño de ovejas de los lobos. En el
camino tomó cinco piedras y se plantó frente a Goliat, quien se burló al verlo. El
hijo más joven de David proclamó entonces:
47)
Acto seguido, David coloca una de las piedras en su honda y la lanza a Goliat,
dándole en la mitad de la frente. Goliat cae por el golpe recibido, y su
contrincante aprovecha para decapitarlo con su propia espada.
Luego de esto, David logró la confianza tanto del pueblo israelita como de
los hijos de Saúl, Jonathan y Mical, quien sería su esposa. Este hecho hizo
que el rey Saúl se sintiera amenazado y mandara perseguirle. Entonces David
huyó hacia el desierto con un grupo soldados y aceptó refugiarse en la ciudad
de Siclag gracias al favor del rey de los filisteos, Aquis de Gat. En la batalla que
sostuvieron estos en Gilboá contra Israel, y de la que no pudo hacer parte
David, murió Saúl y Jonathan, su hijo, por lo que el trono quedó vació. David
quiso hacerse rey entonces, pero sus detractores trajeron a un pariente lejano
de Saúl para que gobernara, Isboset. Este no pudo ocupar el puesto de rey
porque fue asesinado por dos servidores de David, quienes a su vez fueron
asesinados por obrar por su propia cuenta y en contra de los deseos del
ungido. Para evitar conflictos con los filisteos y los israelís, David buscó una
ciudad neutral, y la encontró en Jebús, haciéndose rey ahí y luego
renombrándola como Jerusalén, cuando logró unificar las doce tribus de
Israel.