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Un agente desecante es una sustancia que se usa para eliminar el agua completamente o casi completamente del
ambiente o de alguna otra sustancia, como combustibles orgánicos.
Reaccionan químicamente con el agua en un proceso no reversible, dando lugar a un nuevo compuesto libre
de agua.
Se combinan reversiblemente con el agua, bien por adsorción o para formar un hidrato (sales en su forma
deshidratada que se introducen al recipiente con la sustancia a desecar y absorben la humedad
hidratándose)
La elección del agente desecante dependerá de aspectos como eficacia, disponibilidad, coste, posibilidad de
regeneración, peligrosidad, etc.
A continuación explicamos cuáles son los desecantes más comúnmente usados en un laboratorio, así como algunas
de sus propiedades.
Óxido de fósforo (V): muy higroscópico absorbe agua para formar ácido fosfórico. Es bastante común en los
laboratorios, rápido y eficaz, pero algo caro.
Hidróxidos de sodio y de potasio anhidros: Son alternativas económicas, a la vez que son rápidos; éstos deshidratan
líquidos muy básicos, como las aminas, e incluso pueden eliminar trazas de ácidos.
Sales:
Sulfato de calcio anhidro (anhidrita): rápido y eficaz pero de capacidad reducida. La anhidrita absorbe agua y se
transforma en yeso (sulfato de calcio hidratado).
Geles
Gel de sílice: Actúa por absorción superficial. Su elevada eficacia, así como su falta de peligrosidad y su bajo precio le
convierten en una de las alternativas más convenientes como agente desecante. Puede regenerarse por
calentamiento y usarse repetidamente. Su color naranja original irá virando al verde oscuro hasta alcanzar su límite
de absorción (normalmente un 40%).
Los métodos de extracción pueden clasificarse dependiendo del estado físico de los materiales:
Extracción continua (cuando el solvente recircula una y otra vez, como en la extracción Soxhlet)
Extracción discontinua (cuando el solvente no circula, como en la extracción usando una ampolla de
decantación)
EXTRACCIÓN LIQUIDO-LIQUIDO
En la extracción líquido-líquido se separa un componente de una mezcla líquida, con ayuda de un disolvente, que
preferentemente lo disuelve.
Consiste en poner una mezcla líquida en contacto con un segundo líquido miscible, que selectivamente extrae uno o
más de los componentes de la mezcla.
Extracción ideal: al mezclar la mezcla de partida (A+C) y el disolvente (B), el soluto (A) pasa al disolvente. Tras la
decantación se obtienen dos fases: fase extracto (A+B) y el líquido portador (C).
El soluto A
El disolvente B
El líquido portador C
El soluto A forma parte de la mezcla de partida junto con el líquido portador C (alimento). Si la mezcla de partida y el
disolvente B se mezclan entre sí, el soluto A pasa al disolvente B. Ha de cumplirse la condición de que la solubilidad
del componente A en el disolvente B sea mayor que la del líquido portador C. A su vez, el líquido portador C debería
ser prácticamente insoluble en el disolvente B.
La decantación es un método físico para la separación de mezclas heterogéneas, se separa un sólido a líquido o más
denso de otro fluido o menos denso y que por lo tanto ocupa la parte superior de la mezcla.
El resultado es que en el proceso de separación real se forman dos fases después de la decantación:
La ilustración representada como ejemplo parte del planteamiento ideal en el que el soluto A es absorbido en su
totalidad por el disolvente. En realidad queda siempre un resto del soluto en el líquido portador. Además se admite
la insolubilidad total del líquido portador en el disolvente. En la práctica siempre se encontrarán partes de cada una
de las sustancias en la otra fase.
El éxito de este método depende de la diferencia de solubilidad del compuesto a extraer en dos disolventes
distintos. El líquido que se emplea para extraer parte de la mezcla debe ser insoluble para los componentes
primordiales.