Sunteți pe pagina 1din 4

Principio de la Ley Concursal.

1. Objetivo de la Ley.- Originalmente, la LGSC estableció que su objetivo era la


permanencia de la unidad productiva, la protección del crédito y el patrimonio de la
empresa (posición pro deudor), pero dicho texto fue modificado mediante el
Decreto Legislativo Nº 1050, prescribiendo ahora que el objetivo es la
recuperación del crédito (posición pro acreedor) mediante la regulación de
procedimientos concursales que promuevan la asignación eficiente de recursos
(teoría de la optimización) a fin de conseguir el máximo valor posible del
patrimonio del deudor (teoría de la maximización).

2. Finalidad de los procedimientos concursales.- Siendo que los


procedimientos concursales surgen en un contexto de crisis económica, en el cual
concurren varios acreedores a cobrarle al deudor, se busca propiciar un ambiente
idóneo para la negociación entre los acreedores y el deudor que les permita llegar:
a un acuerdo de reestructuración (si el deudor tiene viabilidad económica) o a la
salida ordenada del mercado mediante la liquidación y la extinción (si el deudor no
tiene viabilidad económica).

3. Decisión sobre el destino del deudor.- La viabilidad económica o no del


deudor (que permita llegar al acuerdo de reestructuración o a la salida ordenada
del mercado, respectivamente) es decidida por los acreedores (reunidos en una
junta de acreedores) quienes asumen la responsabilidad y los efectos de su
decisión.

4. Universalidad.- En principio, los procedimientos concursales producen sus


efectos sobre la totalidad del patrimonio del deudor, salvo excepciones como los
frutos del patrimonio familiar (art. 492 Código Civil), los bienes inembargables (art.
648 Código Procesal Civil) y los créditos post concursales (art. 16 LGSC).

5. Colectividad.- Los procedimientos concursales apuntan a la colectividad, de


modo que, por un lado, buscan la participación y el beneficio de la totalidad de los
acreedores involucrados en la crisis del deudor (sin embargo, no basta ser
acreedor, sino titular de un crédito reconocido) y, por otro, hacen prevalecer el
interés colectivo de la masa de acreedores frente al interés individual de cada
acreedor.

6. Proporcionalidad.- Para evitar el canibalismo del patrimonio del deudor en


donde pocos acreedores se llevan todo y muchos acreedores no se llevan nada,
se tiende a la participación proporcional de los acreedores en el resultado
económico de los procedimientos concursales, cuando el patrimonio del deudor es
insuficiente para atender todas las acreencias; ello sin perjuicio del orden de
preferencia en los procedimientos de disolución y liquidación: primero, créditos
laborales; segundo, créditos alimentarios; tercero, créditos garantizados; cuarto,
créditos tributarios; y, quinto, otros créditos (art. 42 LGSC).

7. Inicio e impulso de los procedimientos concursales.- El inicio de los


procedimientos concursales es a instancia de parte (sea del acreedor o del
deudor). El impulso de los procedimientos concursales es a instancia de parte y la
intervención de la autoridad concursal (es decir, el INDECOPI) es subsidiaria.

8. Conducta procesal.- Todos los partícipes de los procedimientos concursales


(sean acreedores, deudores, sus representantes, sus abogados, entidades
administradoras, entidades liquidadoras, etc.) deben adecuar su conducta a los
deberes de veracidad (lo contrario podría tipificarse como delito contra la fe
pública, art. 427 Código Penal), probidad (actuando con la diligencia ordinaria),
lealtad (como norma ética aplicable a la conducta personal) y buena fe (que se
presume), sancionándose la temeridad, mala fe o cualquier otra conducta dolosa
(como el cohecho activo, arts. 397 y 398 Código Penal).

9. Integración de la norma.- La laguna jurídica se produce cuando hay defecto o


deficiencia de la norma, en cuyo caso la autoridad concursal (es decir, el
INDECOPI) deberá acudir a la hermenéutica jurídica y realizar una tarea de
integración, aplicando los principios generales del Derecho (como “lo accesorio
sigue la suerte de lo principal” o “quien puede lo más, puede lo menos”) con
especial énfasis en los principios generales del Derecho Concursal (como los que
integran el Título Preliminar de la LGSC).

10. Rol promotor del Estado.- El régimen económico constitucional es la


economía social de mercado (art. 58 Constitución Política del Perú) donde el
Estado es un regulador del mercado, más no un interventor; por ello, en los
procedimientos concursales, el Estado (a través del INDECOPI) promueve la
negociación entre acreedores y deudores, debiendo respetar la autonomía privada
en aquellos asuntos que no sean de orden público (como la votación en las juntas
de acreedores que regula el art. 53 LGSC).
Preguntas:

1. Decisión sobre el destino del deudor.- La viabilidad económica o no del


deudor (que permita llegar al acuerdo de reestructuración o a la salida
ordenada del mercado, respectivamente) es decidida por los acreedores
(reunidos en una junta de acreedores) quienes asumen la responsabilidad y
los efectos de su decisión.

*¿De quién es la decisión de reestructuración?

Cuando los acreedores vinculados participan en la junta de acreedores y


deben decidir entre la reestructuración del negocio o la liquidación de sus
activos, podríamos esperar que debido a que mantienen créditos frente al
negocio insolvente tendrán los mismos incentivos que los acreedores no
vinculados, en el sentido que tratarán de decidir por aquello que resulte
más conveniente para el propósito de recobrar su crédito. En ese sentido,
podría decirse que los acreedores vinculados por su interés en recuperar
sus créditos- votarán por aquella opción que les permita maximizar el valor
del negocio y el retorno para sus acreencias. En ese sentido, el
cumplimiento de los fines de la Ley de Reestructuración Patrimonial no se
verá afectado por la participación de los acreedores vinculados en la
decisión sobre el destino del deudor insolvente.

*La decisión sobre la forma de pago


¿Cómo los incentivos de los acreedores vinculados pueden afectar el
resultado de la decisión de la junta de acreedores sobre la forma de pago?

La participación de los acreedores vinculados puede tener un efecto


negativo más peligroso en el resultado, cuando la junta de acreedores tiene
a su cargo pronunciarse sobre la forma de pago de los créditos, aprobando
el plan de reestructuración o el convenio de liquidación, según sea el caso.
Cuando se decide la forma de pago a través de la aprobación del plan de
reestructuración, los acreedores vinculados tienen incentivos para posponer
el pago de las obligaciones del deudor y, con ello, disminuir el valor de los
créditos de los otros acreedores. El problema del conflicto de intereses en
la decisión sobre la forma de pago es más grave que el problema de
conflicto de intereses que se presenta en la decisión sobre el destino en la
junta de acreedores.

S-ar putea să vă placă și