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Arte Bizantino PAU

ARTE BIZANTINO

1.- Contexto histórico, cronología y marco geográfico.


2.- Los edificios bizantinos y la cúpula: Santa Sofía.
2.1.- Características generales de la arquitectura bizantina.
2.2.- Edificios más importantes. Santa Sofía de Constantinopla.
3.- La decoración musivaria.
3.1.- El problema iconoclasta
3.2.- El icono bizantino.
3.3.- El mosaico.

1.- Introducción. Cronología y marco geográfico.

A fines del siglo IV el Imperio Romano se dividió en dos: Oriente y Occidente.


En el año 476 desaparece el Imperio Romano de Occidente bajo la presión de los
pueblos germánicos (bárbaros) y de su propia descomposición interna.
En cambio, el Imperio Romano de Oriente sobrevivió a las presiones de los
pueblos germánicos, persas y árabes, logrando, pese a la pérdida progresiva de
territorios, alargar su existencia hasta el año 1453 en que cae bajo los turcos.
Desaparecido su hermano occidental, el Imperio de Oriente se fue helenizando
adoptando su capital, Constantinopla, el nombre de Bizancio y de ahí la denominación
del Imperio como Bizantino.
El estratégico emplazamiento de la capital, Bizancio, la convierte en centro
cosmopolita, religioso, comercial e intelectual de Europa, lugar de cruce de culturas y
confluencia de oriente y occidente.
Esta situación privilegiada va a propiciar que el arte bizantino sea un estilo en el
que se mezclan y sintetizan tradiciones romanas y helenísticas con la oriental, la más
intensa, que impuso su gusto por el lujo decorativo y la rica policromía.
El arte bizantino es un arte plenamente espiritual, al servicio de la iglesia que lo
controlaba e impedía su evolución: los artistas debían copiar modelos que nos les
permitían plasmar su personalidad.
Al mismo tiempo, el arte bizantino es un arte imperial, al servicio del prestigio
del emperador. En definitiva, se trata de un arte cargado de simbolismos religioso y
político.

Cronológicamente, abarca desde el siglo VI hasta el XV, distinguiéndose las


siguientes etapas:
- 1ª Edad de Oro: desde Justiniano hasta la crisis iconoclasta: siglos VI – IX.
- 2ª Edad de Oro: emperadores macedonios y comnenos: siglos IX – XII.
- 3ª Edad de Oro: período de los Paleólogos: siglo XIII – XV.
-
Geográficamente, aunque en algún momento los bizantinos llegaron a reconstruir
prácticamente todo el desaparecido Imperio Romano, esta situación duró poco tiempo,
por lo que podemos ceñir su área geográfica a la península balcánica, Asia Menor y
zona del mar Egeo. No obstante, un foco bizantino importante es la región de Venecia.
Asimismo, el estilo se extiende por el sur de Rusia.

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2.- Los edificios bizantinos y la cúpula: Santa Sofía.

2.1.- Características generales de la arquitectura bizantina.

Materiales: Materiales pobres: ladrillo, mampostería. Este material se disimula


interiormente mediante una suntuosa decoración de mosaicos y pinturas que prestan a
los edificios un fastuoso colorido.

Colosalismo: El ejemplo paradigmático es Santa Sofía de Constantinopla. Esta


característica está al servicio del poderío de la iglesia y del Estado Bizantino.

Construcciones principales: son las iglesias, aunque también existen monasterios. En


cuanto a la arquitectura civil, está representada por arquitectura militar y palacios,
aunque de ella han quedado menos restos.

Planta: Distintos tipos: Cruz griega, basilical, poligonal, circular. Como se ve, en
general predomina el plan central, pero tomando como base una planta cuadrada, en la
que se inserta una cruz griega de brazos iguales (ejemplo paradigmático de ello es Santa
Sofía de Constantinopla).
Muestran una división interna jerarquizada del espacio, que en planta se concreta en:
- Atrio, que precede a la entrada.
- Nártex: pórtico a la entrada para los catecúmenos, a veces doble.
- La iglesia en sí suele estar dividida por una cancela o barandilla llamada iconostasis
en dos partes: una para los fieles y otra para el clero.
- Junto al ábside hay dos habitaciones pequeñas: la prótesis, para guardar las
especies, y el diaconicón, donde el sacerdote se vestía.

Elementos de soporte: Muro, columna y pilar.


El muro es grueso, aunque su apariencia gruesa se aligera horadándolo con
ventanas y mediante la decoración, por lo que frecuentemente aparece como
inmaterializado.
Utilizan capiteles de ascendencia clásica. Pero también se crea un capitel
típicamente bizantino en el que las hojas de acanto pierden su personalidad y, en lugar
de proyectarse hacia el exterior, se funden en una superficie vegetal continuada y
uniforme que cubre el cuerpo troncocónico de proporciones un tanto cúbicas que
constituye el capitel; también puede estar decorado con motivos geométricos. Por su
parte, el ábaco casi desaparece englobado en la masa, adquiriendo notable desarrollo un
segundo cuerpo en forma de pirámide truncada e invertida denominado CIMACIO.
Los pilares suelen ser muy gruesos y perforados y se utilizan contrafuertes
externos.

Arcos: Suelen ser de medio punto, a veces peraltados.

Cubierta: Puede ser de diverso tipo:

- Armaduras de madera (en los primeros siglos).


- Bóveda de cañón.
- Bóveda de arista.

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- Cúpula sobre pechinas: Aunque el sistema de pechinas para pasar del cuadrado al
círculo sin poligonizar previamente la planta por medio de las trompas sea heredado
de los romanos, el desarrollo de este sistema en el mundo bizantino lo convierte en
una de sus aportaciones más originales.
- Para dar una mayor elevación a la cúpula se le puede hacer descansar sobre un
ancho anillo llamado TAMBOR. A fin de contrarrestar el peso de la cúpula se
utiliza un sistema de contrarrestos a base de medias cúpulas, exedras, pilares y
contrafuertes exteriores. Tanto la pechina como el juego de contrarrrestos de
empujes a base de semicúpulas y hornacinas han continuado utilizándose hasta
nuestros días.

Elementos decorativos: tienen gran interés en los interiores, cubiertos de mosaicos o


pinturas, pero en el exterior se descuidan, al menos hasta época tardía.

En definitiva, dos son las aportaciones fundamentales de la arquitectura bizantina:

- Aporta soluciones técnicas para el problema de contrarrestar la cúpula


semiesférica transmitiendo su peso a tierra a través de un encadenamiento de
pechinas, semicúpulas, exedras, pilares, y finalmente contrafuertes. En la
arquitectura bizantina todo está cubierto a base de curvas, no habiendo otros planos
que los elementos de base.
- Un nuevo concepto del espacio interno: Un espacio continuo, desmaterializado y
dinámico en el que todo aparece supeditado a la cúpula central, símbolo del mundo
creado por Dios.

2.2.- Edificios más importantes. Santa Sofía de Constantinopla.

Los edificios más importantes de la arquitectura bizantina son:

En la 1º Edad de Oro y coincidiendo con el reinado de Justiniano los centros


principales son Constantinopla y la región de Venecia. Aquí destacan las siguientes
obras:

- SANTA SOFÍA. Constantinopla.


- IGLESIA DE SAN VITAL. Ravena.

En la 2ª Edad de Oro:

- SAN MARCOS DE VENECIA.

En la 3ª Edad de Oro destaca la extensión de las formas bizantinas hacia Rusia:

- SAN BASILIO DE MOSCÚ. Siglo XVI

SANTA SOFÍA DE CONSTANTINOPLA.


Se hace a continuación un breve comentario de los aspectos más destacables de esta
Basílica por su carácter paradigmático de la arquitectura bizantina.
Obra cumbre del arte bizantino, esta iglesia se concibe no como una basílica para el
pueblo sino como la gran basílica del Emperador Justiniano, construida junto a su

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palacio y con toda la magnificencia cortesana, factor éste que contribuiría sobremanera
a su esplendor.
Sus arquitectos principales fueron Isidoro de Mileto y Antemio de Tralles, hombres de
sólida formación científica. A ellos habría que añadir Isidoro el Joven (sobrino del
anterior Isidoro) que fue quien levantó la definitiva cúpula en el año 568, al derribarse la
primera por efecto de los terremotos del 553 y 557.

Planta: El cuerpo de la iglesia aparece como un rectángulo de proporciones casi


cuadradas, rematado en un ábside poligonal por fuera y semicircular por dentro. Dentro
de ese rectángulo se sintetiza magistralmente una planta basilical de tres naves, de
tradición occidental, y una planta centralizada (cruz griega cubierta con una gran cúpula
central).
La nave central, más ancha, está separada de las laterales por columnas y
gruesos pilares, destacando un espacio central casi cuadrado entre dos trapecios, y con
cuatro exedras angulares.
Las naves laterales están divididas en dos pisos para la ubicación del
“matronium” (galería reservada a las mujeres) en la superior.
La entrada a la iglesia está precedida de un nártex doble. Este nártex estaba
precedido de un atrio (hoy desaparecido).

Cubierta: La nave central se cubre, en su tramo central por una gran cúpula
semiesférica sobre pechinas (elemento organizador de todo el conjunto), y en sus
extremos por sendas semicúpulas. Las naves laterales se cubren por bóveda de aristas.
Dicho así, parece muy fácil, pero en realidad la cubierta de este edificio muestra
un ingenioso sistema de contrarrestos encadenados, tanto en sentido longitudinal como
transversal: la cúpula central transmite longitudinalmente su empuje a las semicúpulas
que a su vez lo transmite a otras más pequeñas en los ángulos (exedras) y finalmente a
los pilares y contrafuertes externos.
Transversalmente, la cúpula central transmite sus empujes a los pilares laterales
y al muro a través de las bóvedas de aristas de las naves laterales.
Aunque no es tan grande como la del Panteón, su efectismo es mucho más
espectacular, ya que el explicado sistema de soportes y la luminosidad que irradia
favorece la ilusión visual de que está “suspendida en el aire”.

Valores plásticos: El conjunto del edificio es armónico y equilibrado; se articula según


ritmos triples, quíntuples y séptuples, que ordenan arquerías, columnas y vanos, según
reglas sencillas, aunque a veces parezcan algo confusas.
La concepción espacial está dominada por un núcleo central, cubierto por la gran
cúpula, que subraya el plan centralizado del edificio. A su vez, el sistema de
contrarrestos y el ábside inciden en la concepción longitudinal. La sensación de
amplitud espacial es enorme; además, resulta un espacio dinámico por la alternancia de
elementos esféricos y rectos, y de espacios entrantes y salientes.
El edificio es un prodigio de espacio, luz y color; en él la masa arquitectónica
parece desmaterializarse, efecto que ha sido posible, en primer lugar, gracias al
perfeccionado sistema de contrarrestos, dispuestos de tal forma que quedan ocultos a la
vista (el apuntalamiento que suponen los pilares, contrafuertes y deambulatorios no es
apreciable y la cúpula parece pender del aire), y en segundo lugar por la impresión que
causa el muro, cuyo grosor queda disimulado al calarse con ventanas y arquerías.

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Santa Sofía sorprende también por su luminosidad, procedente no sólo del


cuerpo de ventanas de la base de la cúpula sino de las exedras mayores y menores y de
los muros laterales. El juego de la luz es aumentado por la policromía derivada de los
mármoles de colores y mosaicos de su interior, todo lo cual da como resultado la
disolución de las formas, creando un ambiente irreal.
El conjunto, tal como se articula, muestra dos tendencias antagónicas pero
perfectamente conjuntadas: reposo y movimiento. La sensación de reposo es generada
por la cúpula, que impone quietud y estatismo, mientras que el movimiento se resuelve
en un impulso direccional de sentido longitudinal, marcado desde la entrada hasta el
tramo del ábside, lleno de dinamismo.
Exteriormente, la línea de las cubiertas origina suaves perfiles ondulados que
ascienden armoniosamente hasta la cúpula que parece reposar libre sobre el bloque
central. Sin embargo, su aspecto es macizo y austero.

Trascendencia: Santa Sofía fue una obra clave en la arquitectura justinianea, pero
pocas obras fueron proyectadas en su línea y desde luego ninguna de su envergadura,
debido a su audacia. Sin embargo, a partir de ella, se impone en la arquitectura bizantina
la afición a las cúpulas, dentro de conceptos más sobrios y tradicionales.
Tras la conquista otomana, fue convertida en mezquita añadiéndose cuatro
esbeltos alminares y algunos mausoleos en el exterior, mientras que interiormente se
ocultaron, bajo revoco, los mosaicos figurativos y se colgaron cuatro grandes escudos,
con versículos coránicos, en los pilares que flanquean el ábside y la entrada. Pero nada
pudo destruir su belleza y fue precisamente en la arquitectura islámica de Estambul
donde su influencia es mayor: las mezquitas de Suleimán y la mezquita Azul están
inspiradas en Santa Sofía.

3.- La decoración musivaria.

3.1.- El problema iconoclasta

Por iconoclastia se entiende el rechazo al culto de las imágenes. En efecto, en el


siglo VIII tiene lugar el llamado “movimiento iconoclasta”: en el 726 el emperador
León Isauro prohíbe exhibir y reproducir imágenes. Las causas de este movimiento son
múltiples:

a) De tipo religioso: evitar la iconolatría y salvaguardar la pureza de la fe.


b) De tipo social y político: el culto a las imágenes se había extendido sobremanera
entre la población, derivando hacia una auténtica idolatría y provocando una
frenética competencia entre parroquias y conventos por poseer imágenes a las
que los fieles acuden a rendir culto y a realizar donaciones. Todo ello provocaba
un aumento de la influencia social de la iglesia enorme.
c) Posiblemente no fuera ajena al movimiento la influencia musulmana cada vez
más creciente en la zona.

El hecho es que el movimiento iconoclasta desencadenó una terrible persecución


contra la realización de imágenes llegando incluso a condenar con quemar las manos
a quien realizara cualquier tipo de icono. Su daño a la historia del arte no sólo
estriba en que limitó la realización de obras sino en que destruyó muchas otras ya
realizadas.

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En el año 843 la emperatriz Teodora levantó la prohibición y restableció el culto


a las imágenes. Es a partir de entonces cuando se va a fijar la estética bizantina y su
iconografía para el futuro. Efectivamente, con el fin de evitar los riesgos de
idolatría, la creación de imágenes se va a hacer siguiendo unas directrices emanadas
de las autoridades espirituales. Esto anula en gran parte la creatividad personal del
artista y propicia, al mismo tiempo, la aparición de unos programas y temas
iconográficos de gran influencia en el arte medieval (románico y gótico) cristiano.

3.2.- Los temas iconográficos.

Partiendo de las premisas anteriores, se van a fijar una serie de temas que se
repetirán continuamente y pasarán al románico y gótico:

- PANTOCRÁTOR O TODOPODEROSO: Es la representación de Cristo como


emperador del cielo. Suele aparecer como un hombre imponente, con la barba
partida y unos pequeños mechones en la frente, normalmente se le reprsenta
sentado, en posición frontal, con la mano derecha bendiciendo y con los Evangelios
en la izquierda. En las iglesias se le suele colocar en la cúpula o en el ábside
principal.

- VIRGEN CON EL NIÑO: Se le suele colocar en el ábside principal o la cúpula y


se crean distintos modelos:

 Virgen Kyriotissa o Nikopaya: es la representación de la virgen como trono de


Dios, como partícipe de su victoria, con el Niño de frente, pues ella es el trono
de la sabiduría.
 Virgen Blachernitissa o Playtera: Virgen Orante o Intercesora con el niño en su
seno dentro de una aureola y los brazos en alto.
 Virgen Hodigitria (conductora): señala al Niño como camino de salvación.
 Virgen Glycofylusa: como dulce amante, juega o acaricia amorosamente al Niño.
 Virgen Galactotrofusa: alimenta al Niño.
 Virgen Theotokos: como madre de Dios, con el Niño en su regazo, sentada en su
trono en actitud de bendecir o bien ofreciendo al Niño una fruta o una flor, como
nueva Eva.

- OTROS TEMAS: En el resto del templo se distribuyen otros temas destacando:

* Figuras de santos, profetas, mártires, monjes y apóstoles.


* Calendario de las doce fiestas litúrgicas
* Déesis (representación de la Virgen y San Juan Bautista rogando a Cristo
crucificado por los mortales).

Ya se ha dicho que estos temas se llevan a cabo en distintos soportes: escultura,


mosaico, pintura y miniatura.

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3.3.- El mosaico.

Nos detenemos en el estudio del mosaico por la relevancia que adquirió en el


arte bizantino. El mosaico es una técnica consistente en crear la ilusión de pintura
mediante la combinación de pequeñas piezas (teselas) de diferentes materiales (esmalte,
cristal, nácar, mármol) y de variados colores (oro, plata, granate, blanco, etc.). Decora
interiormente los edificios prestándoles gran suntuosidad y luminosidad.

Los conjuntos mosaísticos más importantes son: los de las iglesias de San Vital
y San Apolinar el Nuevo, de Ravena, del siglo VI, por tanto anteriores al movimiento
iconoclasta.
Otros mosaicos importantes son los de San Marcos de Venecia y los de las iglesias
sicilianas de Cefalú y Monreale, posteriores al movimiento iconoclasta.

MOSAICOS DE SAN VITAL DE RÁVENA


EN LA BÓVEDA DEL ÁBSIDE: CRISTO COMO COSMOCRATOR.

Figura de Cristo, joven y aún imberbe, sentado sobre el globo celeste del
Universo. Flanqueado a sus lados por ángeles, sostiene un libro sagrado en su mano
izquierda y ofrece con la derecha la corona de la gloria del martirio a san Vital
(martirizado en época de Diocleciano). En el extremo izquierdo aparece la figura del
obispo Eclesius (promotor de la basílica) que sostiene una iglesia en sus manos (ofrece
la iglesia a Cristo).
La escena ocurre sobre un paisaje idílico y simbólico, que representa el Jardín
celestial: jardín verde rico en flores con los 4 ríos del Paraíso muy estilizados bajo
forma de una entretejedura.
Al fondo, de tonos dorados, aparece un cielo representado por cirros
multicolores.
En el intradós del arco de la bóveda: cornucopias entrelazadas (símbolo de la
abundancia, de la fertilidad), pájaros y flores.

EN LAS PAREDES LATERALES DEL ÁBSIDE: MOSAICOS DE


JUSTINIANO Y TEODORA CON SUS RESPECTIVOS SÉQUITOS.

JUSTINIANO Y SU SÉQUITO

Justiniano aparece acompañado de Maximiano, arzobispo de Ravena y su


séquito llevando procesionalmente ofrendas de plata.
El emperador aparece representado con atributos de poder: el manto púrpura, la
corona y el nimbo que rodea su cabeza (símbolo del poder imperial de origen divino) y
lleva una patena de oro en la mano. Va hacia el lugar del sacrificio precedido de
Maximiano, promotor de la basílica tras la muerte de Eclesius y representante de la
política religiosa imperial; el arzobispo lleva en su mano derecha una cruz y viste una
dalmática blanca y una rica estola. A su izquierda, un diácono sostiene los Evangelios y
un subdiácono el incensario (simboliza la elevación de plegarias a Dios).
A la derecha del emperador aparecen otros dos eclesiásticos y miembros de su
ejército.

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Aparte de su valor ceremonial y simbólico, es destacable la figura de


Maximiano, identificable por el rótulo y su vestidura arzobispal pero también por sus
características físicas tan realistas: alto, semicalvo, modelado de la cara, ojos azules.
Ello demuestra que el artista debió conocerlo personalmente. Se cree que el personaje
que está entre Justiniano y Maximiano es Giuliano Argentarius (arquitecto de la
basílica).

TEODORA Y SU SÉQUITO

En cuanto a Teodora (emperatriz que, según algunos, fue anteriormente bailarina


y prostituta), aparece acompañada de sus damas y clérigos, siguiendo el mismo
esquema, pero aquí la escena es más desahogada y se incluyen algunos elementos de
paisaje, pero no un paisaje real ni puramente decorativo, sino simbólico y reducido a sus
elementos esenciales.
Aparece también adornada con símbolos de poder: corona, nimbo, diadema de
nácar y vestido púrpura con bordados dorados. Entre esos bordados destacan las figuras
de los Reyes Magos en la parte inferior (símbolo de la fidelidad de Justiniano y
Teodora al Rey de Reyes). En sus manos lleva un cáliz adornado con gemas y piedras
preciosas con el que ofrece sus dones a la iglesia representada por la construcción a la
derecha de cuya puerta un cortesano descorre la cortina. En la iglesia se guarda la fuente
de la Gracia (que proporciona la salvación).
La emperatriz aparece cubierta con la venera, que hace alusión al universo y a la
inmortalidad y las damas están bajo una rica cortina, símbolo de la corte imperial.

EN LOS MUROS LATERALES JUNTO AL ALTAR: escenas del Antiguo


Testamento

CARACTERÍSTICAS COMUNES DE LOS MOSAICOS DE JUSTINIANO Y


TEODORA:
En ambos casos se trata de recalcar el poder civil y religioso de ambos personajes, lo
que justifica su localización justo debajo de la bóveda donde aparece Cristo.

- Convencionalismos:
 isocefalia
 frontalidad
 ausencia de perspectiva: todos los personajes aparecen en un mismo plano
formando un friso corrido.
 pies en “V”
 “horror vacui” (más acentuado en el de Justiniano que en el de Teodora)
 movimientos reiterativos en todos los personajes: parece como si se hubieran
quedado petrificados.
 hieratismo y rostros indefinidos en los séquitos
 colores planos
 Ojos enormemente abiertos, simbolizando la inmortalidad, la eternidad, el
contacto con la divinidad.
 Mayor canon en las figuras imperiales para subrayar su autoridad y gracia divina
 Cuerpos desmaterializados.

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- Los convencionalismos anteriores no nos permiten olvidar que se trata de figuras


humanas y así hay que valorar el magnífico testimonio de sus cabezas-retrato, de un
sorprendente realismo, aunque idealizado (Justiniano y Teodora aparecen más
jóvenes de lo que realmente eran). Asimismo, es realista la exactitud minuciosa del
vestuario y el interés por representar con fidelidad y riqueza plástica el valor del oro,
la plata, los cristales vidriados, las joyas, etc. Todo ello da al conjunto una sensación
de solemnidad y suntuosidad excepcionales.

MOSAICOS DE SAN APOLINAR EL NUEVO


En esta iglesia destacan dos conjuntos musivarios ubicados en las paredes de la nave
central:

- Pared izquierda. PROCESIÓN DE LAS SANTAS O DE LAS VÍRGENES.


- Pared derecha: PROCESIÓN DE LOS SANTOS O MÁRTIRES.

Formalmente, participan de las características de los mosaicos anteriores.

PROCESIÓN DE LAS SANTAS

Se sitúa en la franja que discurre sobre la arquería que separa la nave central de
la lateral, formando un friso continuo.
Representa un cortejo de 22 santas, vestidas ricamente y adornadas con perlas y
piedras preciosas. Llevando en sus manos la corona del martirio, van al encuentro de la
Virgen que las espera en su trono sosteniendo al Niño y rodeada por ángeles. La
procesión discurre sobre un verde prado sembrado de flores y entre las vírgenes se
disponen tallos de palmera (la palmera y la palma son símbolos del martirio). La
procesión está precedida por los Reyes Magos que van a ofrecer sus donde al Niño.

PROCESIÓN DE LOS SANTOS

Situada en la pared de enfrente. Representa un cortejo de 26 santos mártires que


se dirigen hacia la figura del Redentor, rodeado de 4 ángeles, majestuoso, sentado en el
trono, bendiciendo con su mano derecha y sosteniendo en su izquierda un cetro que
parece un añadido posterior.
El camino majestuoso y rítmico de los Mártires tiene la misma abundancia
decorativa que el de las Vírgenes.

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