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I.- INTRODUCCIÓN
Dogmáticamente se entiende que este tipo de delitos no puede ser cometido por
cualquier persona, sino por quien o quienes tienen la prerrogativa de ser
Funcionarios o Servidores Públicos (intranei), constituyendo los llamados Delitos
Especiales Propios e Impropios1, diferenciándose de los delitos comunes que sí
pueden ser cometidos por cualquier persona. En ese sentido, quien no tiene estas
prerrogativas, su accionar es atípico para con su conducta desplegada, no siendo
subsumible en ninguna de sus modalidades.
*
Abogado penalista egresado por la Universidad Nacional de Trujillo. Jefe del Área
Penal por el Estudio Jurídico Muñiz, Ramírez, Pérez-Taiman & Olaya Abogados-Piura.
1
Se debe precisar que el término Funcionario y Servidor Público del Derecho Penal,
no tiene la misma connotación que en el Derecho Administrativo. Así, para saber
quienes son Funcionarios y Servidores Públicos pasibles de cometer estos delitos
(como delito especial propio), se debe recurrir al Art., 425º del Código Penal,
modificado por la Ley 26713 de fecha 27 de Diciembre de 1996.
logrado recuperar la totalidad de lo sustraído. El resto de la historia es bastante
conocida.
Sobre este tercer grupo, el maestro italiano FERRAJOLI nos enseña que “Existen
sobre todo diversas formas de corrupción y de apropiación de la cosa pública, que
parecen actualmente haberse convertido… en una dimensión ordinaria de los
poderes públicos. El vínculo con la criminalidad de los poderes económicos es
estrechísimo”3.
Para tomar postura por una de ellas, se ha tenido que valorar –esencialmente- sus
postulados académicos, sus efectos y –sobre todo- su praxis para con los
comportamientos a aplicar, operar y solucionar.
En efecto, según el planteamiento del profesor alemán, el eje central de los delitos
de infracción de deber lo constituye el deber especial del autor. Este deber no se
refiere al deber general de respetar la norma, que afecta a todas las personas, sino
más bien a deberes extrapenales que se encuentran como realidades previas al tipo
y que son necesarios para su realización: «se trata siempre de deberes que están
antepuestos en el plano lógico a la norma del Derecho penal y que, por lo general,
se originan en otros ámbitos del Derecho»7. ROXIN cita como ejemplos de esta
4
Vide., ABANTO VÁSQUEZ, Manuel, <Autoría y Participación y la Teoría de los de los
delitos de “infracción del deber”>. En:
http://portal.uclm.es/descargas/idp_docs/doctrinas/abanto%20vasquez.pdf, pág., 06.
Comillas en el original. (C: Junio 08 de 2011).
5
Vide., ABANTO VÁSQUEZ, Manuel, <Autoría y Participación y la Teoría de los de los
delitos de “infracción del deber”>, op., cit., pág., 06. Comillas en el original.
6
Postulado propuesto y fundamentado por el profesor de la Universidad de Munich,
Claus ROXIN (1963) con el título “Autoría y Dominio del Hecho”.
7
Vid. ROXIN, citado por CARO JOHN, José Antonio, “Algunas consideraciones sobre
los delitos de infracción del deber”. En:
http://www.unifr.ch/ddp1/derechopenal/anuario/03/Carojohn.pdf. (C: Mayo 26 de
categoría a los deberes de Funcionarios Públicos, los deberes de ciertas profesiones
que imponen un mandato de cuidado, las obligaciones jurídico-civiles de
alimentos y de lealtad. En todos estos delitos el obligado tiene una especial relación
con el contenido del injusto, el deber que porta lo convierte en «figura central» del
suceso de la acción.
Como se puede advertir, con esta teoría la persona responde por el delito
cometido, ofreciendo mejores resultados que las construcciones científicas antes
señaladas; empero, también es pasible de llevarnos a resultados insatisfactorios,
vulnerando el Principio de Legalidad Penal. El problema básicamente se encuentra
en los delitos especiales propios, donde por ejemplo si el intraneus de vale del
extraneus para la comisión de un delito de parricidio, de acuerdo a sus postulados
el cualificado debe responder por autoría directa, mientras que el extranei debe
responder como partícipe de este delito. Una solución a todas luces insatisfactoria
e injusta.
En Alemania –por ejemplo- la crítica más fuerte que recibe esta teoría es referida a
que no necesariamente quien comete una infracción a su deber necesariamente
debe o debería responder por un delito especial, por cuanto ese deber sólo sería un
indicador de los posibles sujetos agentes del delito. Por ende, la conducta en su
forma global no sólo exige una infracción al deber, sino el correspondiente
dominio del hecho8. Una crítica con la cual comulgamos.
2011).
8
Cfr. ABANTO VÁSQUEZ, M., op., cit., pág., 11.
de protección jurídico - penal: a) garantizar el principio de la no lesividad de los
intereses patrimoniales de la Administración Pública y b) evitar el abuso del poder
del que se halla facultado el funcionario o servidor público que quebranta los
deberes funcionales de lealtad y probidad”9.
Sobre estas críticas, antes de entrar al fondo del asunto debo hacer las siguientes
precisiones:
i.- Entre las penas contempladas en el CP peruano (Art. 28), se encuentran las
limitativas de derechos12, por lo que de conformidad con el artículo 31º.3 tenemos
la pena de inhabilitación. Esta modalidad de pena encuentra descanso legal en el
precepto 37º prescribiendo que la misma puede adoptar la naturaleza de principal y
accesoria. Respecto a la primera, el precepto 38º nos señala que en lo que a su
duración se refiere esta puede extenderse de seis meses a cinco años, salvo en los
9
www.pj.gob.pe/CorteSuprema/SalasSupremas/SPT/documentos/ACUERDO_PLENARI
O_N4_2005_CJ_116.doc
10
Así, para el Abogado RIVERA PAZ, abogado penalista del IDELE, anotó que al
eliminar esta sanción se busca favorecer a los funcionarios públicos salientes de esta
gestión que puedan ser eventualmente sentenciados. Dicho profesional también ha
señalado “Ex ministros, ex congresistas o hasta el ex mandatario, que hayan sido
condenados por incurrir en enriquecimiento ilícito, podrán ejercer puestos públicos
sin ninguna restricción. Es un contrabando hecho para los apristas y los fujimoristas”.
Véase en http://www.larepublica.pe/12-06-2011/funcionarios-publicos-corruptos-se-
veran-favorecidos-por-promulgacion-de-norma.
11
Sobre este punto el ex procurador para casos de corrupción Ronald GAMARRA
sostuvo que otra de las modificaciones peligrosas es haber incluido en el artículo 384
la precisión de que un acto de colusión se produce cuando existe una defraudación
patrimonial contra el Estado, es decir, haya un daño económico. Para el penalista
Wilfredo PEDRAZA aclaró que en los delitos contra la función pública no se puede
sancionar solamente si se produce un perjuicio al patrimonio del Estado, sino que lo
que se debe garantizar es el adecuado ejercicio de las funciones de los servidores.
Véase en http://www.larepublica.pe/12-06-2011/funcionarios-publicos-corruptos-se-
veran-favorecidos-por-promulgacion-de-norma.
12
Para el profesor PRADO SALDARRIAGA “Estas sanciones punitivas limitan el
ejercicio de determinados derechos económicos, políticos y civiles, así como el
disfrute total de tiempo libre”. Vide., PRADO SALDARRIAGA, Víctor, “Las
Consecuencias Jurídicas del Delito en el Perú”, ed., 1º., edit., Gaceta Jurídica,
Setiembre, 2000, pág., 62.
casos a los que se refiere el segundo párrafo del numeral 6 del artículo 36º en la que
es definitiva. Y con respecto a la inhabilitación accesoria, el artículo 39º nos
prescribe que su duración es por el tiempo impuesto a la pena privativa de la
libertad13.
iv.- Finalmente, el precepto 426º del CP nos indica que en los capítulos II y III
(Delitos Cometidos por Funcionarios Públicos), serán sancionados, además, con
pena de inhabilitación de uno a tres años conforme al artículo 36º incisos 1 y 2. La
pregunta es: ¿esta naturaleza de inhabilitación es principal o accesoria?. La
respuesta la encontramos en el Recurso de Nulidad Nº 3332-04 (Jurisprudencia
Vinculante), proveniente del Distrito Judicial de Junín, publicado en el Diario
Oficial El Peruano el 02 de Noviembre de 2005, donde se señala “(…) b) que la
inhabilitación que corresponde a los casos del artículo precitado, tiene la calidad de
pena principal y conjunta, con un máximo de duración de tres años y con los
13
Sobre este tipo de pena, el profesor Víctor PRADO nos enseña que en algunos
cuerpos normativos (como el portugués y el austriaco) siempre tiene naturaleza
accesoria. PRADO SALDARRIAGA, Víctor, “Las Consecuencias Jurídicas del Delito en
el Perú”, pág., 62.
14
Así se ha sostenido en el Acuerdo Plenario Nº 2-2008/CJ-116, de fecha 18 de Julio de
2008 (FDTO 07).
alcances contenidos en el artículo 36º, incisos 1 y 2 (…)”. El criterio contenido en el
presente recurso de nulidad me parece correcto, pues se condice con los criterios
de resocialización que constituyen los fines innatos de la pena.
Ahora estoy a donde quería llegar. Habiendo precisado los alcances de la pena de
inhabilitación, a continuación expongo mis ideas respecto a las críticas que viene
afrontando esta norma recientemente publicada.
El hecho que la Ley 29703 haya eliminado del Art. 401º la pena de inhabilitación
principal, esto no quiere decir que el comportamiento sólo sea penado con la pena
privativa de la libertad que contiene. Muy por el contrario, de conformidad con el
artículo 426º del CP, por tener naturaleza principal, fácilmente puede aplicarse
para este tipo de delitos como acompañante a la pena concreta impuesta por el
Juez Penal. A mi criterio, el problema no está en un problema cualitativo, sino
cuantitativo a modo de represión y respuesta penal (desde un punto de vista de los
fines preventivos especiales negativos de la pena). En efecto, la pena principal de
inhabilitación que ha sido derogada tenía una duración de seis meses a cinco años
(Art. 38º CP), en cambio al aplicarse el Art. 426º su duración es de uno a tres años.
Sobre estos pareceres, salta la siguiente pregunta: ¿Al haberse derogado la pena de
inhabilitación principal del artículo 401º, puede el Juez establecer una de carácter
accesoria de conformidad con el artículo 39º del CP y dejar de aplicar el precepto
426º?.
En lo que concierne al artículo 384º del CP, la modificación en comento señala que
a parte de los requisitos exigidos y conocidos -como parte de la imputación
objetiva-, se requiere la defraudación o perjuicio patrimonial efectivo contra el
Estado.
Sabido es que el delito de colusión es uno de los tipos penales más difíciles de
demostrar, el mismo que ha permitido que funcionarios públicos incrementen su
patrimonio descomunalmente, ocasionando pérdidas millonarias al Estado. En
efecto, la doctrina que ha tratado este tipo de delitos entiende que la prueba reina
para demostrar el concierto de voluntades entre el funcionario y el particular debe
versar en base a indicios18.
15
Vide., PRADO SALDARRIAGA, Víctor, “Las Consecuencias Jurídicas del Delito en el
Perú”, pág., 66. Comillas en el original.
16
Ejecutoria Suprema de fecha 02 de Setiembre de 1997 (EXP., Nº 6428-96). Citada
por PRADO SALDARRIAGA, V., op., cit., págs., 83-84.
17
De conformidad con el Acuerdo Plenario Nº 2-2008/CJ-116, de fecha 18 de Julio de
2008 (FDTO 09), el mismo que le asigna a la pena de inhabilitación accesoria una
duración no superior a los cinco años, vale decir, el tiempo que el precepto 38º le
impone a la pena de inhabilitación principal.
Si nosotros revisamos los delitos cometidos por funcionarios públicos y valoramos
la diferencia entre el injusto penal19 (delito) y el injusto administrativo (falta
administrativa), advertiremos que la gran diferencia – en muchos casos- radica en
que el injusto penal ocasiona un perjuicio al Estado no ocurriendo lo mismo con el
injusto administrativo. Precisamente esto es el punto flojo de la teoría de la
infracción del deber propuesta por ROXIN y desarrollada por JAKOBS, donde
mediante la infracción de un determinado deber no importa si el comportamiento
perjudicó o no al Estado.
A mi juicio lo que hace este precepto es precisamente ello, el deslindar lo que debe
formar parte de las parcelas del Derecho penal y lo que se encuentra dentro del
Derecho administrativo. ¿Es correcto este nuevo criterio?. A mi criterio sí.
Por el contrario, con el nuevo artículo 384º el comportamiento va más allá, es decir,
no requiere la sola puesta en peligro de perjuicio al patrimonio estatal, con el
concierto de voluntades entre el funcionario y el particular, sino que la lesión
patrimonial a este debe ser efectiva y objetiva. Esta tesis es avalada en la doctrina
por el profesor Fidel ROJAS VARGAS, quien señala que el delito de colusión no es
un tipo penal de peligro concreto, sino de resultado; es decir, para el profesor
ROJAS VARGAS el comportamiento debe causar un perjuicio real al patrimonio
del Estado21. Tesis a la cual me adhiero.
En este orden de ideas, la palabra “real” alude a la existencia cierta de una relación
(cualquiera fuere) entre el sujeto agente y el funcionario o servidor público,
basados en una cercanía objetiva, la misma que aparece como seria y existente ante
el tercero beneficiario, todo ello para obtener por parte del agente una promesa o
ventaja del tercero.
Otra cosa muy distinta, es que estas influencias reales y ofrecidas sean existentes o
ficticias. Tal sería el caso de un secretario judicial que vía celular finge conversar
con el Juez Penal, a fin de solicitar realizar el proyecto de una resolución en un
determinado sentido, todo esto delante del tercero. Del ejemplo antes señalado, el
ofrecimiento es real, empero las relaciones entre este servidor y el Juez Penal son
inexistentes por no existir vínculo alguno entre ambos.
Así, desde una interpretación teleológica y aunque el precepto haga mutis, se debe
entender que las influencias invocadas deben ser reales o ficticias. Por lo que a mi
parecer su modificatoria no tiene en absoluto vicios de impunidad.
IV.- CONCLUSIONES
Aunque un sector muy respetable de abogados penalistas han esgrimido
que la presente norma lleva inmersa impunidades encubiertas para cierto
sector de personajes, esto –a mi entender- no es así. El análisis técnico
realizado sobre esta ley me permite inferir que la misma, aunque
académicamente no es novedosa, sí lo hace respecto al marco de penas
abstractas para este tipo de delitos.