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José Arturo Favela Moreno

DD014: Dirección y Planificación Estratégica

Caso Práctico

La Administración del Cambio es una Actividad Esporádica


La Ilustración llegó a suplantar la meta-narrativa del medioevo sobre el arrepentimiento en
vida y la subsecuente salvación del alma. Mientras que se cernía sobre Europa la sombra totalitaria
de una certeza científica, metodológica y racional, el manto de la ignorancia y servidumbre feudal
impuesto por la alianza de nobles y clérigos comenzaba a levantarse. Durante el Renacimiento se
declaró que el hombre era la medida de todas las cosas, la Revolución Industrial trajo consigo una
nueva meta-narrativa: el progreso es inevitable, y es siempre bueno.

Charles Darwin, entre otros pensadores del modernismo, llegaron a poner en tela de juicio
todos los preceptos de la Modernidad: ¿como podía ser, el hombre noble, producto de la evolución,
del mono salvaje y sus impulsos más bajos? Durante la Era Victoriana se trató de reconciliar la
idea de la evolución con la meta-narrativa del progreso, pues se pensaba que el hombre era la
cima de cadena genética, el apex de la evolución. Esta idea es errónea, y lo plantea mejor la Reina
de Corazones a Alicia:

“En este lugar debes correr y correr, tan sólo para quedarte en el mismo lugar.”

Durante el modernismo nos hicimos expertos en adaptar el ambiente a nuestras


necesidades, que olvidamos que la evolución es la adaptación de la especie al ambiente. El
ambiente sin embargo, no es estático. Esa es quizás una de las verdades más profundas que he
aprendido de filósofos existencialistas como Nietszche, la realidad es cambio, es lucha. La vida
exige un dinamismo, no pelear es igual a la derrota, y constantemente se necesita pelear no sólo
para avanzar, si no por lo menos para no retroceder.

Efectivamente, el modelo de Lewin piensa como pensaban los Victorianos, los Ilustres, los
modernos. Era un modelo atrasado incluso para sus tempos, mal planteado, mal entendiendo el
escenario en el que se planteó. Claro que las tecnologías de la comunicación nos han hecho saber
esto mucho más tajantemente que a Lewin. El mundo siempre está cambiando, el ambiente
sociopolítico de un país en el mediterraneo termina afectando discusiones políticas en América.
Mantener el status quo de una empresa es definitivamente integrar cambios constantes a la misma,
para poder navergar un entorno siempre-cambiante.

Sin embargo, nuestros más remotos antepasados ya estaban conscientes de la existencia


del cambio inminente. Dentro de las disciplinas de la mitología comparativa y la psicología analítica
propuesta por Jung y el existencialismo de Piaget, podemos interpretar las narrativas sobre la
infancia de Budha y el Jardín del Edén con similitudes espelusnantes, estas historias nos cuentan
verdades en el sentido moderno de la palabra verdad, si no en el sentido pragmatico de lo que
sucede y lo que funciona en el mundo.

En ambas historias, Dios (o el rey, padre de Budha) construye un paraíso terrenal para sus
hijos. La idea de paraiso es precisamente, revisando la etimología, un lugar amurallado y aislado
de los problemas del exterior. Es esto lo que hacemos con nuestros hijos, los queremos cuidar y
proteger, a veces incluso demasiado. Esta sobre-protección es el hilo narrativo del cual penden las
acciones de Adán, Eva y Budha: quieren salir del status-quo, y explorar, necesitan crecer.

La serpiente se presentó a Eva como un animal que se encontraba ya dentro de este


recinto, un recinto planeado por Dios. El Señor, en toda su omnipotencia y sabiduria, sabía que no
existe un recinto perfecto si el humano ha de crecer, madurar y volverse fuerte, debe exponersele
a retos, al peligro que acecha y nos ataca de sorpresa. En el caso de Budha, esta serpiente se
presentó cuando sintió la curiosidad de ver el mundo exterior, de nuevo, no fue un agente externo
si no algo que se encontraba ya dentro del paraíso.

Eva al comer de la manzana, se da cuenta de que está desnuda, esto es, de que es
vulnerable y sus partes más debiles están expuestas, ha aprendido que puede ser dañada, y ha
aprendido por lo tanto a hacer daño, es este el pecado original, la habilidad inherente en el ser
consciente de hacer el mal. Budha al salir en sus tres procesiones de da cuenta de que él también,
a pesar de vivir en un jardín paradiseaco, se va a enfermar, envejecer y morir.

Dios al enterarse de que sus hijos han aprendido sobre su condición mortal, y sobre su
capacidad para hacer el mal, los maldice. Está maldición sin embargo, es más descriptiva que
proscriptiva. No es por Dios que ocurre este mal, si no más bien, les advierte como salir del seno
del paraíso (o lo que es igual, el joven que se independiza de sus padres) se verán obligado a
sufrir día a día para sobrevivir, para comer, para parir, esto es, para crear más de lo mismo. Budha
por otro lado, toma la decisión consciente de dejar el jardín de su padre, él se da cuenta de la
misma realidad que el Dios judeocristiano describe a Ádan y Eva, y al igual que Nietszche propone
con su tesis final del übermensch, decide dejar la protección del seno familiar (o el super ego de
Jung y Freud) para lanzarse a dominar su Sombra e iluminarse. Incluso los taoistas sabían esto,
reflejando en el ying y el yang este balance sobre estaticidad y dinamismo, un pie en el orden y
otro en el caos, es ahí donde el balance de la vida y el crecimiento se encuentra, sólo así puede
representarse al ying-yang, el alma, con los elementos terrenales del taoismo al exterior, sólo así
puede el individuo enfrentarse al mundo.

Hemos sabido durante siglos esta máxima, que la realidad es sufrimiento, es dolor, es
competencia. No existe tal cosa como un status-quo bajo un nivel de análisis más alla del
individuo, o la empresa. Una empresa que permanezca igual durante 5 años es una empresa que
se ha atrasado, hablando del ejemplo más sencillo, por lo menos con la inflación. El cambio debe
ser constante, el status-quo es permanecer siempre dinámico.

Hace más de un año se me solicitó el proyecto para un gimnasio en una ciudad cercana a
la mía, yo acaba de titularme, y no contaba con automovil. Este primer proyecto fue un reto por la
complejidad del objeto arquitectónico a proyectar, y por todas las desventajas administrativas que
la gestión del proyecto implicaba: tratar con desconocidos corporativos, un cliente extranjero, una
ciudad inexplorada, un gobierno municipal totalmente irreconocible.

Tomando mis precauciones, opté por seguir la receta aprendida en los talleres de
arquitectura de mi alma mater, sin embargo eso rápidamente demostró no ser suficiente. En un
mundo donde las reuniones son virtuales y el sitio se encuentra a 3 horas de camino, era imposible
coordinarse de un modo tradicional. Primero solicité la ayuda de una colega para el viaje, el
levantamiento, cuestiones de diseño de interiores. La presentación como jefe de proyecto la hice
yo, y para la cotización de la construcción invité a un amigo y su constructora. Entre los tres
trabajabamos día a día para mantenernos al corriente, con un cliente que ni sabía exactamente lo
que quería ni tenía autorización explicita para dar luz verde.

Fue una experiencia muy dificil, definitivamente aprendimos mucho sobre el mundo real de
la construcción, la burocracia corporativa, y sobre poner a prueba lazos de amistad cuando está el
trabajo de por medio. Todos los días teniamos cambios que hacer, no sobre el proyecto en sí nada
más, si no la forma misma en que lo diseñamos.

Con todo esto, las especies no sobreviven si mantienen ese estado de alerta todo el
tiempo, en todo lugar. Es un costo masivo al cuerpo el fluir constante de cortisol, o en una
empresa, la rotación infinita de personal. La adaptación debe ser parte del proceso de la vida, más
que buscar estar en combate todo el tiempo, debemos buscar una forma de cambiar (el proyecto)
que nos cueste lo menos posible, que es, curiosamente, el trabajo de un gestor de proyectos.

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