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“ESTILOS DE SOCIALIZACIÓN PARENTAL Y FORMACIÓN DE

ESQUEMAS MALADAPTATIVOS TEMPRANOS EN ADOLESCENTES DE

COLEGIOS PRIVADOS DE LIMA METROPOLITANA”

PROYECTO DE INVESTIGACIÓN

DANIEL CELEDONIO RODRIGUEZ GALLARDO

LIMA - PERÚ

2018
CAPÍTULO I: PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

1. IDENTIFICACIÓN DEL PROBLEMA.

La Organización de las Naciones Unidas, (ONU, 1948) define a la familia

como un el elemento natural y fundamental de la sociedad y que tiene derecho a la

protección de la sociedad y del Estado. Desde la segunda mitad del siglo XX las

estructuras familiares han sufrido profundos cambios que han llevado a que las

responsabilidades familiares básicas de cuidado de los niños y la enseñanza del

funcionamiento en la vida en sociedad sean cada vez más difíciles de cumplir o no se

cumplan, . Por lo tanto es razonable entender que estos cambios han repercutido en

muchos aspectos de la familia de nuestra sociedad actual, sobretodo en la formación

psicológica de los niños y adolescentes. Al respecto Musitu y Garcia (2004) refieren

que uno de los aspectos más estudiados y que ha llamado más la atención de psicólogos

de diferentes orientaciones y perspectivas es el estudio de los estilos de socialización

parental y su influencia sobre la formación de la personalidad en los niños y

adolescentes.

En un estudio publicado por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia

(UNICEF, 2002) refieren que aproximadamente un 20% de los adolescentes del mundo

sufre algún problema de salud mental, por lo general depresión grave u otros trastornos

del estado de ánimo. Asimismo mencionan que la tasa de suicidios de adolescentes y

jóvenes está relacionada a las dificultades que estos presentan en el seno de sus

familias.

Por su parte la Organización Panamericana de la Salud (OPS, 2009) (1) en un


estudio epidemiológico acerca de la salud mental de los niños y adolescentes,

mencionan que existe una prevalencia de un 20% de enfermedades mentales en dicha

población, lo que es equivalente a aproximadamente 53 millones de niños, niñas,

adolescentes y jóvenes que requieren atención en salud mental. Los grupos de

trastornos más frecuentes son los de ansiedad y problemas de conducta, las

adolescentes tienden a presentar mayores tasas de depresión y ansiedad mientras que

los varones pre púberes tienden a mostrar tasas mayores de trastorno por déficit de

atención que las niñas, y tasas ligeramente mayores de trastorno disocial y

oposicionista desafiante, aunque no de manera consistente.

En nuestro país, según un estudio realizado por el instituto nacional de salud

mental en el 2013(02) realizado en una muestra de 1 490 adolescentes de 12 a 17 años

de Lima Metropolitana y Callao, se encontró que el 25,9% de los adolescentes

encuestados alguna vez en su vida ha tenido deseos de morir, el 11% ha pensado en

quitarse la vida, el 4,9% ha tenido planes suicidas y el 3,6% ha intentado suicidarse

alguna vez en su vida. Las cifras de deseo de morir y de intento suicida son

significativamente más elevadas en el grupo de adolescentes de 15 a 17 años. Respecto

a los motivos para sentir deseos de morir, pensar, planear o intentar quitarse la vida

resalta los problemas con los padres (59,2%) seguido de problemas con otros parientes

(10,5%). Estas cifras nos llevan a remarcar que los motivos principales de las

conductas suicidas en la ciudad de Lima Metropolitana y Callao se hallan en el mismo

hogar.

Según, Young (2003) (5) los trastornos de personalidad, los problemas


caracterológicos menos severos y muchos de los trastornos crónicos del Eje I

(trastornos de ansiedad, trastornos del estado de ánimo, trastornos somatomorfos, entre

otros) son ocasionados debido a la presencia de esquemas maladaptativos tempranos,

los cuales se definen como patrones emocionales y cognitivos contraproducentes que

se inician al comienzo de nuestro desarrollo y se van repitiendo a lo largo de la vida.

Éstos esquemas o guiones de comportamiento, se componen de: memorias (recuerdos),

emociones, cogniciones y sensaciones corporales; se muestran en distintas áreas de la

vida; definen la forma en cómo la persona se ve y se trata a sí misma y cómo ve y trata

a los demás; son desarrollados en la infancia o adolescencia; son elaborados a lo largo

de la vida y son disfuncionales en grado significativo.

Asimismo, menciona Young (2003) que las experiencias infantiles tóxicas

constituyen el principal origen de los esquemas, que los primeros esquemas en

desarrollar suelen ser los más intensos y suelen originarse en la familia nuclear. Por

otro lado menciona que los esquemas maladaptativos tempranos, son el resultado de

necesidades nucleares insatisfechas durante la infancia, las cuales son: afecto y

contacto seguro y estable; autonomía, competencia y sentido de identidad; libertad para

expresar necesidades y emociones válidas; espontaneidad y juego; límites realistas y

autocontrol. “En gran medida, las dinámicas de familia de origen configuran todas las

dinámicas del mundo infantil de la niñez” Young (2003) Commented [u1]: parafrasear

Schmidt, Barreyro y Maglio, (2010) (6) enfatizan que la familia es uno de los

contextos más importantes en la vida de las personas. Fishman (Citado por García,

Rivera, Reyes y Díaz, 2006) (7) menciona que la familia es el contexto básico de

aprendizaje para las personas. Como institución es la fuente de las relaciones más
duraderas y el primer sustento social del individuo, con pautas de relación que se

mantienen a lo largo de la vida, lo que la convierte en la instancia con mayores recursos

para producir cambios.

Sin embargo, Thomas, Z. (2014) (2) menciona que el abandono y la desatención

de los adolescentes por parte de su familia puede agravar las tensiones originadas en

los procesos de adaptación, identificación y socialización y dar pie a los trastornos

afectivos comunes en esta etapa, como depresión que deviene en una conducta

antisocial (pandillaje, delincuencia) experimentación de vicios (alcohol, drogas,

internet), problemas de aprendizaje y en algunos casos suicidio.

Musitu y García, (2004) (8), definen a las prácticas educativas o de Commented [u2]: Conector

socialización parental como el complejo proceso de interacciones compuestas de

límites, demandas explícitas, restricciones, advertencias y expectativas, donde el niño

asimila conocimientos, actitudes, valores, costumbres, necesidades, sentimientos y

demás patrones culturales que caracterizarán para toda la vida su estilo de adaptación

al ambiente.

Pérez y Torres (2015) (9), en un estudio realizado en Lima a madres

adolescentes pertenecientes a un centro de atención residencial en Lima, encontraron

que el esquema predominante en la muestra fue el de Abandono con un 50.0%, cabe

señalar que también estuvieron presentes en menor medida los esquemas de privación

emocional, desconfianza y abuso, aislamiento social, dependencia, vulnerabilidad,

subyugación, auto sacrificio, búsqueda de aprobación, pesimismo e inhibición

emocional y la dimensión de los esquemas predominante en la población fue la de


Desconexión y rechazó 41.7% de la muestra. Por su parte Malacas (2013) (10), en un

estudio realizado en Lima con consumidores de sustancias psicoactivas internados en

comunidades terapéuticas, encontraron que la prevalencia de esquemas encontrados

son: Enmarañamiento/Yo dependiente 48,3%, Autosacrificio 46,6%, Estándares

inflexibles 42% e inhibición emocional 41,5% y que las dimensiones de esquemas con

mayor prevalencia es la dimensión II: Perjuicio en autonomía y desempeño con un

44,9% y la Dimensión IV: Tendencia hacia el otro con un 44,3%. Commented [u3]: En estadisticos

Frente a estas evidencias, no se puede omitir considerar el papel fundamental

que tienen los padres de familia para que los adolescentes y adultos puedan desarrollar

esquemas maladaptativos, (Rodriguez, 2009) (11) existe una vinculación entre los

patrones de comportamiento actuales del individuo y su origen en las experiencias Commented [u4]: Citar bien

infantiles y sobretodo familiares.

Estudios de correlación o influencia

Los periodos de la adolescencia y la juventud son momentos claves en el

proceso de socialización del individuo, puesto que en estos momentos el sujeto se

prepara para cumplir determinados roles sociales propios de la vida adulta,

laboralmente, socialmente, afectivamente; para este efecto los adolescentes y jóvenes

deberán regular su comportamiento hasta lograr la competencia adecuada ante las

exigencias de la sociedad (Dominguez, 2008) (12). Por lo tanto es en esta etapa en la

que se van a consolidar los aprendizajes obtenidos durante la niñez y donde las

experiencias familiares tempranas influirán en el nivel de adaptación de los


adolescentes y jóvenes, como afirma, Thomas, (2014) (2) la etapa de la adolescencia

es un tiempo de cambios críticos, donde los problemas de salud mental pueden ser

intensos y dolorosos si no hay un manejo favorable de las tensiones, estas tensiones

pueden agravarse si los jóvenes sienten o han sentido anteriormente el abandono o

desatención de su familia.

Por lo expuesto, la presente investigación pretende describir qué efectos tienen

los distintos estilos de socialización parental con la formación de los distintos

esquemas maladaptativos tempranos.


Capítulo II

Marco teórico

1.- Marco bíblico filosófico

La familia fue creada por Dios mismo en el Edén (Génesis 1:27), después de

haber creado a Adán le creó una ayuda idónea, originando de esta manera a la primera

familia. (Génesis 2:18), asimismo Dios colmó de bendiciones a esta familia y también

indicó sus primeros roles y responsabilidades (Génesis 1:28-30). Y señalando también

los primeros límites (Génesis 2:16-17). Como notamos Dios fue quien a través de su

ejemplo nos enseñó una forma de crianza impecable.

Dios ha encargado a las familias una responsabilidad importante respecto a la

crianza de los niños y a la vez dejó una promesa en relación al cumplimiento de ese

mandato que se encuentra en Proverbios 22:6: “instruye al niño en su camino, y aun

cuando fuese viejo no se apartará de Él”. White (1900) (HC.P14) afirma que el

modelamiento del carácter de los niños en la infancia a través de hábitos virtuosos de

dominio propio y temperancia será decisivos para el adecuado desarrollo de los jóvenes

y su desempeño en la sociedad. Por su parte McMillan (1995) menciona que el hogar

ejerce influencia importante en las pautas de comportamiento de los niños pudieno

generar valores y habilidades sociales o por lo contrario pautas anormales de

comportamiento.

La Biblia muestra la intención de Dios de instruir a las familias a ejercer

adecuados estilos de crianza, uno de los mandamientos de la Ley de Dios indica


específicamente la necesidad de honrar al padre y a la madre (Éxodo 20:12). La Biblia

también nos indica las bendiciones que tendrá quien desarrolla la virtud de la obediencia

a los padres (Proverbios 6:20-24). Por lo que se infiere que una de las primeras

habilidades a inculcar en los niños es el principio de la obediencia. White (2007) (CN.

P.74) afirma que la obediencia es la lección más importante que el niño debe aprender,

relacionando directamente esta virtud con la felicidad de los niños.

Asimismo menciona White (1900) (HC.P14) que todo hogar cristiano debe tener

reglas; y los padres deben, por sus palabras y su conducta de pareja, dar a los hijos un

ejemplo vivencial de lo que ellos desean verlos llegar a ser. Resaltando la importancia

de la comunicación pura y el buen trato.

Sin embargo, la familia moderna está criando hijos desobedientes, groseros e

indisciplinados; padres deshonestos, mentirosos e irresponsables; hombres que son

temidos más que respetados, que son déspotas y autoritarios, donde padres e hijos

rechazan a Dios, la Iglesia y La Biblia (Carbajal, 2004)

Ante esta situación algunos padres con el deseo de lograr la obediencia de los

hijos utilizan recursos como el castigo. La Biblia nos especifica respecto a la manera en

la que brindar las amonestaciones a los hijos, en Efesios 6:4 menciona: “padres, no

provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del señor”.

White (1900) (HC.254) menciona que la dureza y la severidad no es necesaria, en el caso

que los padres ejerzan constantemente órdenes en tono autoritario, administrando

reprensiones y castigos severos, los hijos imitarán el ejemplo paterno y se tornan airados,

críticos y presentan frecuentes disputas. Las palabras duras suelen agriar el genio y hieren
el corazón de los niños, y a veces las heridas se curan difícilmente. Las críticas demasiado

severas y los reglamentos muy rígidos inducen a despreciar toda reglamentación; y con

el tiempo los niños así educados manifestarán el mismo desprecio por las leyes de Cristo.

White (1900) (HC.14) que el hogar debe ser un pequeño cielo en la tierra, un lugar donde

los afectos son cultivados, nuestra felicidad depende de que se cultive así el amor, la

simpatía y la verdadera cortesía mutua.

2. Antecedentes de la investigación

Se han realizado estudios internacionales con poblaciones y variables similares a la

de la presente investigación.

Agudelo, D., Casadiegos, P., y Sánchez, D. (2012) (15), realizaron un estudio de Commented [u5]:
Autor
tipo correlacional con una muestra de 259 estudiantes universitarios de la carrera de Año
Objetivo del estudio
Alcance
psicología de la Universidad Pontificia Bolivariana con edades de 16 a 26 años, cuyo Participantes
Instrumentos
Resultados y/o concluciones
objetivo fue encontrar la relación entre los esquemas maladaptativos tempranos y

características de ansiedad y depresión en estudiantes universitarios. Utilizaron los

cuestionarios: Cuestionario de depresión Estado/rasgo (ST/DEP); Cuestionario de

ansiedad Estado/rasgo (STAI); inventario de depresión de Beck (BDI) y el Cuestionario

de Esquemas de Young (YSQ-L2 – Castrillón). Los resultados mostraron que existen

correlaciones altas y significativas (p<0001) entre el inventario de depresión de Beck

(BDI) y los esquemas de entrampamiento (0,44), autocontrol insuficiente y

derecho/grandiosidad (0,40), abandono (0,38), desconfianza (0,36), estándares

inflexibles (0,30), inhibición emocional (0,28) y deprivación emocional (0,27). Con


respecto al cuestionario de Depresión estado –rasgo (ST/DEP), se encontraron

correlaciones significativas (p<0,001 con los esquemas de abandono (0,37),

derecho/grandiosidad (0,35), entrampamiento (0,28), desconfianza (0,23) e inhibición

emocional (0,21). En lo referente al cuestionario de ansiedad estado/rasgo (STAI) se

encontró una correlación significativa (p>0,001) con los esquemas de autocontrol

insuficiente (0,54), entrampamiento (0,53), derecho/grandiosidad (0,50) y abandono

(0,48).

Gantiva, Bello, Venegas y Sastoque (2009) (16), realizaron un estudio de tipo

descriptivo correlacional con el objetivo de encontrar la relación entre la historia de

maltrato físico en la infancia y los esquemas maladaptativos tempranos en 359

estudiantes universitarios de una universidad privada en Bogotá (Colombia); utilizaron

el cuestionario de Esquemas de Young (YSQ-L2) y el instrumento internacional para el

Tamizaje de Abuso Infantil para Adultos-Jóvenes 18-24 (IITAI). Los resultados del

estudio mostraron que existe una correlación significativa entre el maltrato físico en la

infancia y los esquemas maladaptativos tempranos de abandono y derecho/grandiosidad.

Corroborándose por estos resultados la importancia del tipo de relación paterno filial en

la formación de esquemas.

Por otra parte Londoño, Aguirre, Naranjo y Echeverri (2012) (17), realizaron una

investigación de tipo descriptiva en una población de 52 estudiantes con contrato

conductual (sanción disciplinaria) de edades entre 15 y 18 años de un centro educativo

en Colombia, con el objetivo de encontrar los esquemas maladaptativos tempranos que

pueden estar presentes en los estudiantes que fueron sancionados con el contrato

conductual; utilizaron el cuestionario de esquemas de Young YSQ-L2. Los resultados

indican que los esquemas maladaptativos tempranos prevalencientes en la población de

estudio fueron: Vulnerabilidad al daño y a la enfermedad, derecho/grandiosidad y


autocontrol insuficiente y los dominios esquemáticos sobresalientes fueron Autonomía

y Desempeño y Límites insuficientes, cuyo origen se asocia a estilos de crianza

sobreprotectores o permisivos e indulgentes, en los que se evidencian fallas en el manejo

de la autoridad y en el establecimiento de normas y límites claros.

Múnera y Tamayo (2013) (18), realizaron una investigación de tipo descriptivo

con el objetivo de describir la presencia de esquemas maladaptativos tempranos en 44

mujeres con edades entre 15 y 50 años, víctimas de violencia intrafamiliar que acuden al

centro de atención a víctimas (fiscalía) de Medillín (Colombia); utilizaron el cuestionario

de esquemas maladaptativos tempranos YSQ-L2. Los resultaron mostraron que los

esquemas predominantes fueron Vulnerabilidad al daño y a la enfermedad (79%),

autosacrificio (72%), deprivación emocional (69%) y abandono (68%). Por lo que

concluyen que la violencia intrafamiliar favoreció la activación de esquemas con

tendencia al abandono, creencias de subyugación, desprotección e insatisfacción de

deseos y necesidades. Entendiéndose por esto que las circunstancias que rodean al

individuo propician la activación de esquemas maladaptativos tempranos.

Álavarez y Galeano (2014) (19), realizaron una investigación descriptiva con el

objetivo de analizar los esquemas maladaptativos tempranos en tres individuos entre 45

y 60 años de edad con antecedentes de homicidio; utilizaron el cuestionario de esquemas

maladaptativos tempranos de Young (YSQ –L2) y una entrevista semiestructurada. Se

encontró que los esquemas predominantes fueron: abandono, desconfianza/abuso,

derecho, vulnerabilidad al daño y a la enfermedad y entrampamiento. Asimismo

concluyen que estos esquemas surgen de experiencias de rechazo familiar (algún

miembro de la familia), rechazo social, falta de habilidades y conexión con otras

personas, ambientes inestables y falta de satisfacción emocional, lo que conlleva al

aislamiento, la desconfianza y el fracaso.


En nuestro país Malacas (2013) (20) en una investigación descriptiva cuyo

objetivo fue identificar los esquemas disfuncionales tempranos en 176 consumidores de

sustancias psicoactivas internados en comunidades terapéuticas de Lima Metropolitana

de edades entre 18 a 65 años; utilizó el cuestionario de esquemas de Young. Versión

reducida (YSQ-SF). Los resultados mostraron una predominancia del esquema de

Enmarañamiento/yo dependiente que corresponde a la dimensión de perjuicio en l

autonomía y desempeño caracterizado por un ambiente sobreprotector en la infancia.

Por su parte Pérez, L, y Torres, A. (2015) (21), realizaron una investigación de

tipo descriptiva cuya finalidad fue encontrar los esquemas maladaptativos tempranos

desarrollados por madres adolescentes en una muestra de 29 jóvenes madres de edades

entre 13 y 19 años; utilizaron el cuestionario de esquemas de Young 3era edición. Los

resultados muestran que el esquema predominante fue el de Abandono seguido de los

esquemas de privación emocional, desconfianza y abuso, aislamiento social,

dependencia, vulnerabilidad, subyugación, autosacrificio, búsqueda de aprobación,

pesimismo e inhibición emocional. Asimismo recalcan que la mayoría de los esquemas

predominantes corresponden a la dimensión de Desconexión y rechazo, lo que quiere

decir que la necesidad central no cubierta durante la infancia, niñez y adolescencia fue

la de contacto y afecto seguro y estable.


3. Marco teórico

3.1 Esquemas maladaptativos tempranos.

Modelo teórico de la terapia de esquemas:

La terapia de esquemas es un modelo innovador e integrador de terapia

desarrollado por Young y sus colaboradores (Young, 1990).

Young (1990), refiere que desarrolló la terapia de esquemas como un enfoque

sistemático que amplía la terapia cognitivo-conductual mediante la integración de

técnicas extraídas de múltiples escuelas de terapia. Combina elementos de las escuelas

cognitivo-conductual, del apego, Gestalt, relaciones objetales, constructivas y

psicoanalítica.

Asimismo, Young menciona que la terapia de esquemas implica la integración

equitativa de los modelos Cognitivo 25%, Comportamental 25%, Gestalt 25% y

Psicoanalítico 25%. (Tineo, 2005). Sin embargo cabe mencionar que la terapia de los

esquemas evolucionó a partir del tratamiento cognitivo de Beck (Rodriguez, 2009).

Young quien fue en sus inicios entrenado por Aarón Beck en terapia cognitiva, Commented [u6]: Año

notó que la terapia cognitiva fue muy exitosa para personas que tenían depresión sin otro

problema agregado significativo (65% a 70% de pacientes mejoraban con terapia

cognitiva), notando que cuanto más serios eran los problemas agregados menos

resultados obtenía la terapia cognitiva. Cuando Young empieza su propia práctica vio

pacientes con depresión crónica, problemas de ansiedad o trastornos alimentarios,

encontrando que mientras más antigüedad tenía su problema menos efectiva resultaba la
terapia cognitiva y que en esos pacientes, que tenían o no un trastorno de personalidad,

aunque resolvía la depresión, o la ansiedad, seguían teniendo problemas. Por lo tanto

Young comenzó a integrar técnicas de la terapia gestáltica que conocía como paciente,

estas técnicas le resultaron sumamente útiles en su práctica terapéutica, posteriormente

añadió aspectos del psicoanálisis que funcionaban muy bien con sus pacientes, sobretodo

sacó de este modelo el énfasis en la “relación terapéutica” y la idea de “mecanismos de

defensa” que no era un concepto con el que contaba la terapia cognitiva. Asimismo

añadió a su modelo conceptual los modelos de Kohut, Kernberg, Guidano y Liotti y otros

como la teoría del apego y de las relaciones de objeto. (Tineo, 2005).

Definición de esquemas:

Young (1990, 1999) define a los esquemas precoces desadaptativos como un

patrón de comportamientos amplios y generalizados, constituidos de recuerdos,

emociones, cogniciones y sensaciones corporales, en relación a la percepción y al trato

de uno mismo y con los demás que generan disfuncionalidad en grado significativo.

Para Young y Kosklo (2001) Los esquemas son creencias profundamente

enraizadas, aprendidas en los primeros años de vida, que la persona se aplica en el trato

a sí misma y al mundo. Estos esquemas son centrales en el concepto que la persona tiene

acerca de sí misma, por lo tanto ejerce una fuera intensa a mantenerse en la persona

incluso cuando este esquema genera frecuente y continuo malestar. Estas creencias

tempranas nos proporcionan un sentido de predicción y seguridad, son cómodas y

familiares. En cierto sentido, nos hacen sentir como en casa. Éste es el motivo por el cual

los psicólogos cognitivos creemos que los esquemas o trampas vitales son tan difíciles
de cambiar. Rodriguez (2009) enfatiza que los esquemas son temas muy estables y

duraderos que se desarrollan y se elaboran a lo largo de toda la vida de los individuos

Características de los esquemas:

Young (2013), menciona las siguientes características.

a. Los esquemas son activados por acontecimientos vitales que se perciben

(inconscientemente) como similares a las experiencias traumáticas de su infancia.

b. No todos los esquemas tienen su origen en un trauma o maltrato infantil. También

se pueden desarrollar por experiencias en la vida adulta.

c. Los esquemas luchan por mantenerse debido al impulso humano hacia la

coherencia.

d. El esquema es lo que el individuo conoce, aunque produzca sufrimiento, es

cómodo y familiar, la persona lo percibe como “lo correspondiente”, por lo tanto

esto hace que las personas se sientan arrastradas hacia sucesos que activan sus

esquemas.

e. El individuo percibe que sus esquemas son verdades “a priori” y por lo tanto sus

esquemas influyen sobre el procesamiento de esas experiencias

f. Desempeñan un papel importante sobre el modo de pensar, sentir, actuar y de

relacionarse con los demás y, paradójicamente, les llevan a recrear

inadvertidamente en su vida adulta las condiciones infantiles que tan dolorosas

fueron para ellos.

g. Los esquemas de un individuo suelen reflejar de forma relativamente precisa el

tono de su ambiente infantil.

h. La naturaleza disfuncional de los esquemas suele hacerse visible en etapas


posteriores de la vida, cuando los pacientes siguen perpetuando sus esquemas en

sus interacciones con otras personas.

i. Los esquemas y el modo desadaptativo de afronte suelen subyacer a muchos

síntomas crónicos del Eje I, como la ansiedad, la depresión, el abuso de sustancias

y los trastornos psicosomáticos.

j. Los esquemas son dimensionales, es decir se presentan en diversos niveles de

gravedad y omniprescencia. Cuanto más grave sea el esquemas, mayor es el

número de situaciones en las que se activa.

k. Los esquemas pueden ser positivos o negativos y tempranos o tardíos.

l. Los esquemas desadaptativos subyacen a la patología de la personalidad.

Rodriguez (2009) resume las características de los esquemas que plantea Young de la

siguiente forma:

a. Las creencias propias de los esquemas son consideradas por las persona como

verdades a priori (que no necesitan comprobación).

b. Los esquemas se autoperpetúan.

c. Son resistentes al cambio.

d. Son disfuncionales.

e. Son generados y activados por experiencias ambientales.

f. Poseen una carga afectiva elevada.

g. Están relacionados con el temperamento y las experiencias evolutivas

disfuncionales.

Young y Klosko (2001) mencionan tres características centrales que permiten

reconocer a los esquemas maladaptativos o trampas vitales.


a. Son patrones o temas de toda la vida.

b. Son autodestructivas.

c. Luchan por sobrevivir.

Origen de los esquemas:

Young (2003) considera que los esquemas derivan de la insatisfacción de

necesidades emocionales nucleares durante la infancia. Y plantea la existencia de cinco

necesidades nucleares universales, es decir que toda persona tiene. Estas necesidades

son:

I. Establecimiento de vínculos seguros con los demás (incluye seguridad,

estabilidad, cuidados y aceptación).

II. Desarrollo de la autonomía, competencias y sentido de identidad.

III. Libertad para expresar necesidades y emociones válidas.

IV. Espontaneidad y juego.

V. Manejo y establecimiento de límites realistas y auto-control.

Estas necesidades insatisfechas o experiencias infantiles tóxicas constituyen el

principal origen de los esquemas precoces desadaptativos y estos se experimentan en

gran medida en las dinámicas de la familia de origen. Por lo tanto Young (2013) plantea

cuatro tipos de experiencias vitales tempranas que fomentan la adquisición de esquemas:

a) Frustración tóxica de necesidades.

Esta se produce cuando el niño experimenta demasiado poco de algo bueno.

El ambiente del niño está perdiendo algo importante la estabilidad,

comprensión o amor (Rodríguez, 2009). Generando esquemas como la


privación emocional o abandono.

b) La traumatización o la victimización.

Aquí el niño es dañado, criticado, controlado o victimizado (Rodríguez

2009). Desarrollando esquemas como la desconfianza/abuso,

imperfección/vergüenza o vulnerabilidad al peligro.

c) Exceso de algo bueno.

Los padres aportan al niño demasiado de algo que, con moderación, sería

saludable para él, por ejemplo los padres pueden estar excesivamente

implicados en la vida del niño, sobreprotegiéndolo o proporcionándole un

grado excesivo de libertad y autonomía sin ningún límite. Generando

esquemas como la dependencia/incompetencia o grandiosidad/autorización.

d) Internalización selectiva o identificación con otras personas significativas.

En este caso la persona en su infancia se identifica selectivamente e

internaliza los pensamientos, sentimientos, experiencias y conductas de los

padres. Algunas de estas internalizaciones se convierten en esquemas y

algunas se convierten en estilos o modos de afrontamiento. Young considera

que el temperamento determina en parte que un individuo se identifique e

internalice las características de otras personas significativas.

Adicionalmente Young (2013) menciona que además del contexto de la primera infancia,

existen también otros factores que influyen significativamente en el desarrollo de

esquemas.

Si estas necesidades fundamentales no son satisfechas dan lugar a la generación

de esquemas que se agrupan en cinco categorías amplias de necesidades emocionales


insatisfechas a las que Young (2013) denomina “dimensiones de esquemas” como

observamos en el siguiente cuadro:

Necesidad emocional Dimensión Esquemas

- Abandono/inestabilidad
Establecimiento de
- Desconfianza /abuso
vínculos seguros con los I. Desconexión y
- Privación emocional
demás (incluye Rechazo
- Imperfección/vergüenza
seguridad, estabilidad, Commented [u7]: Sin cursiva y sin negrita las tablas
- Aislamiento social/alienación
cuidados y aceptación).

- Dependencia/incompetencia

Desarrollo de la - Vulnerabilidad al peligro o a


II. Deterioro en
autonomía, competencias la enfermedad.
autonomía y ejecución
y sentido de identidad. -Apego confuso/yo inmaduro

- Fracaso.

- Grandiosidad/autorización.
Libertad para expresar
III. Límites deficitarios - Insuficiente autocontrol
necesidades y emociones
/auto-disciplina.
válidas.

- Subyugación.

IV. Dirigido por las - Autosacrificio.

Espontaneidad y juego necesidades de los - Búsqueda de

demás. aprobación/búsqueda de

reconocimiento.
- Negatividad/pesimismo.

Manejo y establecimiento - Inhibición emocional.


V. Sobrevigilancia e
de límites realistas y -Metas
inhibición
auto-control. inalcanzables/hipercriticismo.

- Castigo.

Modelo teórico de la terapia de esquemas

La terapia de esquemas

plantea la existencia de cinco necesidades emocionales nucleares de donde deviene el

origen de los esquemas.

Para Young (1990, 1999) los esquemas son el resultado de las experiencias infantiles

tóxicas que derivan de necesidades emocionales nucleares insatisfechas durante la

infancia.
Con ayuda de este modelo los pacientes adquieren la habilidad para ver sus problemas

como ego-distónicos y, de este modo, capacitarse para poder prescindir de ellos. El

terapeuta se alía con los pacientes en su lucha contra los esquemas, recurriendo a

estrategias cognitivas, afectivas, conductuales e interpersonales. Cuando los pacientes

repiten los patrones disfuncionales basados en sus esquemas, el terapeuta los confronta

empáticamente con las razones que justifican su cambio y mediante la reparentalización

limitada el terapeuta aporta a muchos pacientes un antídoto parcial para las necesidades

que no han sido adecuadamente satisfechas durante la infancia.


Referencias bibliográficas

Organización de las Naciones Unidas. (1948). Declaración Universal de los Derechos Humanos,

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