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UNIVERSIDAD NACIONAL DE TRUJILLO

FACULTAD DE EDUCACIÓN Y CC.CC DIDÁCTICA DEL LENGUAJE


EAP EDUCACIÓN PRIMARIA

Como seres humanos buscamos en todo momento ejecutar interacciones con las demás
personas ya que no podemos vivir aislados de los demás a pesar de definirnos como los seres
más perfectos de la naturaleza, tenemos carencias que nos limitan y nos hacen vulnerables y
sensibles a los efectos del ambiente natural, físico y social que nos rodea. Somos seres
carenciales, porque no contamos con muchas armas naturales que nos permitan sobrevivir en
cualquier lugar y medio, aquí radica el afán por mantenernos continuamente en interacción con
la sociedad haciendo uso del lenguaje y la comunicación oral como timonel.

Pero: ¿Qué sucede cuando existe una especial dificultad en el desarrollo de este lenguaje
oral? Esta limitación de la que hablamos se manifiesta en el lenguaje expresivo, más que en el
comprensivo y tiende a ejecutar su desarrollo en niños con Síndrome de Down; El Síndrome de
Down es un trastorno genético y congénito, en donde las personas poseen un mapa
cromosómico diferente, puesto que tienen un cromosoma de más, es decir, en lugar de 46 tienen
47. (Martínez Agudo y Otros, 2002). Dicho sea de paso, cabe mencionar que los pequeños con
Síndrome de Down, según estudios presentan dificultades en lo que respecta a las áreas de la
comunicación, el habla y el lenguaje como ya mencionábamos anteriormente. En estos niños
cuando son bebés el deseo de comunicarse esta presente mediante el desarrollo de habilidades
como: buen contacto visual, intención comunicativa que queda patente mediante el uso de
gestos, sonrisas, mirada referencial… pero todas ellas aparecen retrasadas con respecto a los
niños de su edad cronológica ya que muestran el mismo problema a la hora de explorar el mundo
físico, que es una de las bases para el desarrollo cognitivo y del lenguaje. Incluso les cuesta
mantener la atención compartida, elemental para dicho desarrollo, y vienen a utilizar más gestos
para comunicarse en un periodo más largo que el resto de sus compañeros. Pero llega un
momento en el que los gestos naturales no son suficientes para expresar todas sus ideas y
necesidades, lo que puede derivarse en frustración y hasta llegar a convertirse en problemas
conductuales. En este contexto es de suma importancia definir el cómo actuar y para ello me
planteé la siguiente incógnita: ¿Qué medidas debemos tomar para lograr el desarrollo integral
de la comunicación oral y el lenguaje en niños con Síndrome de Down? Particularmente este
tema continuamente ha sido materia de estudio para mí y consultando diversas fuentes
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bibliográficas llegué a consensuar y a resaltar la importancia que tiene el Juego Simbólico en la


obtención de resultados favorables frente a este problema. Y ¿Por qué el juego? Porque este es
uno de los comportamientos más naturales y frecuentes que se dan en la infancia. Lo considero
no solo como gestor de placer y de socialización, sino como una actividad que, sin perder su
carácter informal y espontáneo y utilizándose de forma continua y planificada, puede ser de gran
valor terapéutico en el aprendizaje del lenguaje del niño. De esta forma el juego que se da entre
este y el adulto con objetos, va creando una acción conjunta que va a favorecer no solo un
intercambio comunicativo sino un desarrollo motriz en el niño, permitiéndole iniciarse en la
exploración del mundo externo que le rodea, así como también en la experimentación de nuevas
sensaciones que éste le ofrece. En suma, es imprescindible referir al Juego simbólico, como una
pieza clave para que el niño se abra para entender el mundo, comprendiendo y asimilando la
utilidad y propiedades de los diferentes objetos que le son presentados, produciéndose no solo
un desarrollo cognitivo, sino también afectivo, pues el niño suele proyectarse libremente en estas
actividades al no tener que acomodarse a la rigidez de la realidad. Pero lo más importante, es
que, mediante el juego, tendremos a un niño capaz de representar su rol, es decir, interaccionar
eficazmente consigo mismo y con el mundo que le rodea, sentir placer y expresar sus más
profundos sentimientos y emociones que le permiten realizarse.

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