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Contenido

INTRODUCCIÓN 4
VOLVER A ESTUDIAR 5
Aprender es divertido 5
METAS Y OBJETIVOS 8
ORGANIZACIÓN 10
Planificar 10
Métodos de estudio 12
Cómo tomar mejores apuntes en clase 13
Aprendizaje online 15
Cómo tener éxito en el aprendizaje online 16
MOTIVACIÓN 18
Cómo perseverar a pesar de los fracasos 21
CONCENTRACIÓN 23
Cómo mejorar la concentración 23
Mindfulness o el arte de estar presentes 24
Cómo evitar las distracciones cuando estudiamos en casa 25
Cómo concentrarse en clase 27
CUIDADO PERSONAL 28
Estrés y ansiedad 28
Procrastinación 30
Comer sano 32
Descanso 33
CONCLUSIÓN 36
PLANTILLAS DESCARGABLES 37







VOLVER A ESTUDIAR EN LA EDAD ADULTA:
TÉCNICAS Y CONSEJOS

POR
ISABEL C. FRANCO





Copyright © 2017





A mis padres, que siempre me animaron a estudiar
INTRODUCCIÓN
Si estás leyendo este libro es muy probable que sea porque estás pensando en
volver a estudiar. Quizás vuelves a retomar los estudios tras muchos años o
empiezas más tarde que la mayoría. Esto último fue mi caso. Volví a la
universidad tras unos cuantos años sin estudiar y tras mis intentos de encontrar
un trabajo con el que me sintiera satisfecha, decidí embarcarme en un proyecto
de cuatro años para obtener un grado universitario.
Puede que este también sea tu caso, puede que vayas a hacer un curso de
idiomas, o hayas optado por aprender de manera online. Sea cual sea,
compartimos el hecho de retomar los estudios, o comenzarlos, en la edad
adulta.
Espero que las técnicas de estudio que os propongo, y los trucos y consejos que
os ofrezco os sirvan para esta nueva etapa que iniciáis.



NOTA: En el texto me refiero al estudiante en término masculino pero es para
no cansar al lector con repeticiones mismo/a o matriculado/a. Pero, por
supuesto, el libro está dirigido tanto a mujeres como a hombres.
VOLVER A ESTUDIAR
Volver a estudiar en la edad adulta puede ser sobrecogedor a la par que excitante.
Volvemos con ganas de estudiar, pero cuando pensamos en las evaluaciones, los
trabajos y los exámenes, sentimos gran ansiedad. En esos momentos, no olvides
que tienes la fortaleza para seguir adelante y superar todos los retos que te
propongas.
Puede que te sientas inadecuado entre tantos jóvenes en clase, pero no olvides
que tienes más años de experiencia a tus espaldas que ellos. En tu trayectoria
vital, has tenido tiempo de averiguar tus puntos fuertes y débiles, lo que se te da
bien y lo que no, te conoces bien a ti mismo. Eso, en sí mismo, también es un
punto fuerte.
También puede ser abrumador si a la vez que estudias trabajas a tiempo
completo, cuidas de tus hijos (si los tienes) o de otros miembros de tu familia.
Pero, antes de que te des por vencido por tus circunstancias, considera las
ventajas de convertirte en estudiante en la edad adulta y lo que conlleva el
aprender algo nuevo.
Puede que sea porque vuelves a trabajar después de muchos años o porque has
encontrado tu verdadera pasión y te gustaría formarte en ese nuevo campo,
obtener una carrera o un curso de formación te equipará con lo necesario para
trabajar en aquello que te gusta, prepararte para un cambio de carrera o dar un
cambio a tu vida.
Aprender es divertido
El aprendizaje es un proceso que dura toda la vida. No hay razón alguna para
parar de estudiar una vez alcanzas una determinada edad. Es muy importante
continuar formándonos y aprendiendo durante toda nuestra vida, ya sea porque
es necesario para nuestra vida, como por simple y puro placer de aprender algo
nuevo.
El aprendizaje es una inversión que vale la pena.
Algunos consejos básicos antes de comenzar:

1. Investiga
Primero has de decidir si quieres o no estudiar. Supongo que si estás leyendo
esto, ya has decidido que SÍ. A continuación, deberás saber qué quieres aprender.
Y la siguiente decisión será dónde. Tienes a tu alcance una gran variedad de
opciones, y maneras de encontrarlas a través de Internet. Puedes investigar qué
te conviene o te gustaría estudiar (para tu profesión o para tu vida en general) y
hacer una búsqueda en Internet.
Si vas a aprender algo con la idea de cambiar de profesión, puedes buscar a
personas que trabajen en ese sector y consultarles todas las dudas que tengas,
desde qué tipo de trabajo realizan hasta qué han hecho para trabajar de ello.
2. Cursos online
Gracias a Internet tenemos la posibilidad de realizar cursos desde nuestra casa (o
en cualquier lugar donde nos sintamos cómodos para estudiar). Existen
numerosas plataformas donde podemos registrarnos fácilmente y comenzar a
tomar clases de profesores de cualquier universidad del mundo. Es el caso
de Coursera o FutureLearn, plataformas que ofrecen cursos de universidades
prestigiosas de Estados Unidos, Alemania, España, o Japón.
Desde estas páginas no sólo puedes realizar los cursos desde cualquier parte del
mundo, sino que también puedes ir a tu ritmo y sin presiones. Además, puedes
optar a hacer los cursos de manera gratuita, o pagar si quieres obtener el
certificado oficial de la universidad.
Aunque no creáis que sea un método de estudio efectivo, no lo descartéis de
inmediato, y antes de matricularos en cualquier universidad o escuela,
podéis realizar uno de los variados cursos que ofrecen estas plataformas e ir
tanteando cómo se os da la vuelta a los estudios
3. Acostumbrarse a la nueva rutina
Una vez estéis matriculados y a punto de empezar, es bueno establecer una
rutina, un planning que os haga sentir cómodos y con el que compaginar los
estudios con las responsabilidades de vuestra vida diaria (trabajo y/o familia).
4. Haz tiempo para la calma
Los estudios son importantes, pero también tu salud. Para ello, haz tiempo en tu
planning para descansar y tener tiempo libre. Es importante que tengas
tiempo para ti, para desconectar, así podrás volver al estudio con energías
renovadas y no perjudicar tu progreso.
5. Sé un camaleón
Aunque hayas planificado tu rutina hasta el último punto, no podrá salvarte de
cambios de última hora. Tendrás que adaptarte al cambio y ser flexible.
Deberás aceptar los cambios y los reajustes en tu planning. Y, si necesitas ayuda,
no tengas miedo de pedirla a familiares y amigos. Si asistes a clase, pide ayuda a
compañeros y profesores si tienes cualquier duda.
METAS Y OBJETIVOS
Antes de comenzar a estudiar es necesario establecer metas y objetivos. Mientras
que las metas son acciones generales que queremos conseguir (por ejemplo,
graduarnos en una carrera o completar un curso), los objetivos son acciones
específicas que nos servirán para conseguir esas metas (por ejemplo, aprobar una
asignatura concreta o entregar un trabajo). Mientras que las metas son a largo
plazo, no son medibles ni cuantificables, los objetivos se refieren a acciones a
realizar de medio a corto plazo y sí son medibles y cuantificables.
¿De qué manera podemos escoger estas metas y objetivos?
1. Tienen que motivarte
Las metas y los objetivos que te propongas deberán motivarte, ser
importantes y tener valor para ti, saber que con ellas vas a conseguir algo que
deseas realmente, si no te será difícil poner esfuerzo de tu parte para
conseguirlos. La motivación, de la que hablaré más tarde en este libro, es una de
las partes más importantes en la vida del estudiante.
2. Objetivos SMART
Seguir el criterio SMART es una forma de establecer tus objetivos de manera
inteligente. Las siglas se corresponden con las palabras en inglés: Specific,
Masurable, Attainable, Relevant, Time Bound. Esto es, los objetivos que fijes
deben ser:

Específicos: objetivos bien definidos y claros, cosas concretas
Medibles: cada objetivo debe ir unido a cantidades y fechas, solo de esta
manera podrás medir el resultado, saber si lo has conseguido o no
Alcanzables: si te marcas objetivos imposibles de conseguir por ti, puede
que te deprimas si no los consigues y pierdas la confianza que habías puesto
en ti mismo. Sé realista y piensa bien qué puedes y qué no puedes alcanzar
Relevantes: los objetivos deben contribuir a alcanzar la meta final, deben
estar alineados con aquello que quieres conseguir al final del camino. Si no
es así, solo conseguirás perder el tiempo
Definidos en el tiempo: los objetivos que te marques deben tener una
fecha tope, así te obligarás a terminarlos en esa fecha, te ayudará a no
distraerte y planificar mejor tus días.

3. Escribe tus objetivos


Poner por escrito los objetivos que queremos conseguir les da más fuerza y los
hace más tangibles. No son un concepto flotando en nuestra cabeza, sino un
compromiso, un contrato, que hacemos con nosotros mismos al escribirlo con
nuestro puño y letra. Cuando los escribas, es importante que lo hagas de una
manera positiva. En vez de utilizar debo conseguir... o tengo que hacer... utiliza
quiero conseguir… o deseo hacer…. De esta manera, los objetivos que te
propones no pesarán como una losa, no son una obligación sino acciones
voluntarias que realizarás para alcanzar tus propósitos.
4. Haz un plan de acción y ¡cúmplelo!
Planifica todas las acciones que deberás llevar a cabo para alcanzar lo que te has
propuesto. Averigua cuáles son las acciones que debes realizar para conseguirlo
y apúntalas. Todas ellas te ayudarán a alcanzar tu meta final. Cuánto mejor
investigado y planificado esté, más fácil te resultará el camino.
Y, muy importante, cumple el plan y los objetivos que te has propuesto. De vez
en cuando, deberás analizar los resultados que vas consiguiendo y si te están
acercando o alejando de tu meta final. Si te alejan, no desesperes, siempre
puedes corregir el rumbo y volver a encaminar el curso hacia la meta final.
ORGANIZACIÓN
Planificar
Antes de comenzar las sesiones de estudio, es fundamental tener bien planificado
tu horario: qué materias vas a estudiar, qué días y a qué horas. Esto es aún más
importante cuando llega la época de exámenes. Intenta dedicar las dos o tres
semanas antes de esa época a estudiar lo máximo que puedas, dentro del tiempo
que dispongas a diario.
Puedes hacer un horario por escrito, por ejemplo, en una pizarra que tengas
siempre en tu escritorio, o en una hoja de Excel en el ordenador. O, si quieres,
puedes usar la plantilla que te proporciono de manera totalmente GRATIS.
Al final de este libro están los enlaces a Google Drive de todas las plantillas.
Puedes descargar esta tanto en Word como en PDF para imprimir o en Excel
para tenerlo en el ordenador.
Entre las plantillas descargables también he incluido un Planning pre-
exámenes para que puedas planificar tu estudio las semanas antes del
período de exámenes.
Divide el material que tengas en cursos, asignaturas o temas y asigna cada uno
de ellos a una sesión de estudio. Es muy importante que asignes unos objetivos a
cada sesión, así podrás verificar más tarde si has cumplido con lo que te
propusiste. Es una forma de medir fácilmente tu rendimiento. Estos objetivos
deben ser realistas, no te marques estudiar tres temas seguidos si solo vas a
poder estudiar uno debido a otras responsabilidades. Solo conseguirás frustrarte
contigo mismo.
Antes de asignar las materias a cada sesión, piensa cuáles son más importantes o
requieren antes tu atención. Si hay una materia cuyo examen es dentro de dos
semanas y otra dentro de tres, es mejor que empieces por aquellas para las que
dispones de menos tiempo para estudiar. Si el tiempo es el mismo, procura
empezar por las que son más difíciles y van a requerir más de tu tiempo.
En el horario debes dejar tiempo para tus comidas habituales, descansos y
ejercicio. Tanto tu mente como tu cuerpo deben descansar y alimentarse
correctamente, sólo así podrás ser capaz de absorber todo lo que estudies. Intenta
dejar un espacio en blanco en el caso de que tuvieras un plan de última hora.
Imagínate que tienes que hacer unas horas extras en el trabajo o tienes que cuidar
de algún familiar. Tu plan debe ser flexible en caso de imprevistos.
Si no tienes imprevistos, sigue el horario tal cual lo has escrito. Procura
procrastinar lo menos posible. Las horas perdidas no pueden ser recuperadas y a
medida que se acerque la fecha del examen te arrepentirás de haber
desperdiciado tiempo en asuntos sin importancia.
Encuentra en qué parte del día te sientes mejor para estudiar. Si necesitas
levantarte a las 5 de la mañana para estudiar cuando todos duermen o porque tu
concentración es mayor, hazlo. Por contra, si eres de los que se denominan un
búho nocturno, la noche puede ser tu aliada. Es uno de los momentos más
tranquilos del día y es más complicado recibir mensajes o llamadas que te
distraigan.
Cualquiera que sea tu forma de estudio estará bien. Debes decidirlo por ti mismo
ya que solo tú sabes qué te da mejores resultados dependiendo de tus
obligaciones y tu forma de ser.
Métodos de estudio
Puedes encontrarte con muchos métodos de estudio pero solo sabrás cuál es el
mejor para ti si vas probando uno y otro, o mezclándolos entre sí. A la hora de
estudiar puedes:

Tomar notas en una libreta de lo que vas leyendo en los libros
O leer primero el temario y después apuntar lo que recuerdas
Muchos estudiantes optan por grabarse leyendo los apuntes y después
escuchan los audios de camino al trabajo o mientras dan un paseo
Puedes reunirte con otros compañeros para hablar sobre lo que estáis
estudiando y comprobar lo que habéis aprendido
Hacer esquemas o dibujos que te ayuden a memorizar lo que estás
estudiando
Hacer resúmenes de cada tema o materia, extrayendo lo más importante del
texto o explicándolo con tus propias palabras

En las plantillas para descargar he incluido varias formas de hacer


esquemas, con ejemplo incluido para que tengas una idea de cómo hacerlo.
Aquí te muestro una de ellas:

Esquema 1: Esquema horizontal de estudio


En los esquemas es muy importante que incluyas lo más importante, nada de
textos largos. Los puntos e ideas más relevantes de cada parte. Esos puntos clave
te ayudarán a recordar el resto del texto.
Cómo tomar mejores apuntes en clase
El propósito de tomar apuntes en clase es para ayudarte a recordar la
información. Cuanto mejores apuntes tomes, mejor y más fácil te resultará
aprender y memorizar esa información. Cómo tener unos apuntes bien
organizados:
- Cada vez que vayas a empezar un nuevo tema, utiliza una nueva

hoja, así tendrás tus apuntes divididos por temas y será más fácil
encontrar cualquier cosa concreta cuando la busques más tarde
- Divide el contenido en apartados numerados y con un título que

indique claramente en qué consiste


- Apunta palabras clave y frases cortas de lo que va diciendo el

profesor. Es recomendable que lo hagas en forma de esquemas, es más


visual y te ayudará a memorizar mejor
- Subraya aquellos conceptos que el profesor indique como

importantes, es muy probable que caigan en el examen


- Anota las dudas que tengas en los márgenes o marca con un

asterisco las frases o palabras que no entiendas


- Numera tus páginas cada vez que cojas un folio nuevo, así siempre

tendrás los apuntes ordenados


- La mayoría de las veces, es difícil copiar lo que dice el profesor y

que queden unos apuntes limpios y ordenados, te aconsejo que los


pases a limpio en cuanto tengas tiempo, cuanto antes mejor porque la
información la tienes más fresca en la mente
- Usa marcadores fluorescentes para marcar los títulos de los

apartados y las palabras más importantes. Crea un sistema propio, por


ejemplo, amarillo para los títulos, verde para los conceptos
importantes, naranja para las dudas
Puedes usar el siguiente ejemplo como guía para tomar apuntes en un folio. En
la zona 1 puedes anotar dudas o preguntas que quieras hacerle al profesor. En la
zona 2 los apuntes en sí que vayas tomando, tanto lo que dice el profesor como
lo que apunta en la pizarra. En la zona 3 puedes apuntar los conceptos más
importantes con sus definiciones.
Imagen 1: Cómo tomar apuntes en un folio
Aprendizaje online
Si eres de los que está pensando en el aprendizaje online, desde tu casa, para
continuar tus estudios, debes conocer sus ventajas e inconvenientes.
Ventajas:

Puedes aprender lo que quieras cuando quieras: en los últimos años ha
habido un aumento de plataformas online en las que estudiar cualquier
curso o idioma. Plataformas como Cousera, Future
Learn, OpenCulture , edX (en inglés) y Duolingo, Miríada
X, UNED, Aprender Gratis (en español). Lo mejor: poder estudiar cursos
de las universidades más prestigiosas del mundo desde tu casa
Las empresas valoran positivamente que estás dispuesto a aprender y
seguir formándote
Puedes estudiar a tu ritmo, sin presiones, sin tener que acudir a clase con
la consiguiente pérdida de tiempo en el camino. Puedes acceder a todo el
material necesario desde el ordenador y estudiarlo cuando más te convenga
Estos cursos suelen tener un menor coste que los presenciales. La mayoría
de cursos son gratuitos, solo teniendo que pagar si quieres obtener el
certificado oficial de la universidad, pero el precio no suele ser superior a
los 50€ (depende de cada página)

Desventajas:

Antes de apuntarte a cualquier curso, comprueba que tanto la plataforma
que lo ofrece como el curso tienen una valoración positiva por antiguos
alumnos. Algunas páginas y cursos carecen de acreditación y son de menor
calidad, por lo que no serán igual de valorados por las empresas como otros
Al hacerlo de manera online, la interacción con personas cara a cara es
nula, a no ser que el profesor ofrezca la posibilidad de atender las dudas a
través de videoconferencias, pero suele ser raro. Si eres de los que necesitan
un contacto presencial con tu profesor o compañeros, los cursos online no
son para ti
Los cursos online requieren mucha más autodisciplina por tu parte. No vas
a tener a un profesor que te insista en el estudio o en los trabajos, eso debe
salir de ti. Si eres de los que le cuesta ponerse a estudiar y necesita un
recordatorio permanente, un curso online puede ser difícil
Otro aspecto de los cursos online es que suelen tener una carga de
trabajo mayor. Los profesores suelen exigir más trabajos o mayor materia
a estudiar de cara al examen. En las clases presenciales, los profesores
suelen decir lo que entra y lo que no en el examen. En los cursos online, los
profesores raramente te lo van a indicar por lo que tendrás que estudiarlo
prácticamente todo
Cómo tener éxito en el aprendizaje online
Está claro que el aprendizaje online es un poco más duro que el presencial pero
con esfuerzo puedes lograr superar cualquier reto que te propongas. Además,
deberás:

1. Perseverar: tendrás que poner todo de tu parte, trabajar más duro, buscar
ayuda cuando la necesites, superar problemas técnicos y de organización. El
aprendizaje online requiere mucha motivación interna, ser responsables y
no dejar el estudio para última hora.
2. Tener un buen lugar de estudio: ya lo he comentado anteriormente, pero
en el caso del aprendizaje online es mucho más importante. El aprendizaje
online requiere que pongamos mucho más interés de nuestra parte al no
tener a nadie que nos esté requiriendo continuamente que estudiemos, eso
debe salir de nosotros mismos. Por ello, debemos estar 100% libres de
distracciones. El lugar de estudio debe estar despejado, con el material justo
y necesario.
3. Controlar tu tiempo de manera efectiva: ya he comentado en un punto
anterior sobre el horario que debes hacer cuando establezcas tus sesiones de
estudio. El aprendizaje online es más flexible pero puedes tender a
procrastinar más. Sin un recordatorio diario por parte de tu profesor, o si
eres incapaz de comprometerte a un horario fijo, puede hacerse demasiado
complicado.
4. Contactar con los profesores siempre que lo necesites: en este tipo de
aprendizaje, los profesores suelen poner al alcance del alumno varias
formas de comunicación: correo electrónico, chats, o foros. Úsalos siempre
que los necesites, plantea tus dudas, y pregunta cualquier cosa que no sepas.
Esos recursos están precisamente para aprovecharlos y es lo que debes
hacer. Eso sí, hazlo adecuadamente, sin faltas de ortografía y con
educación.
MOTIVACIÓN
Mantener la motivación durante mucho tiempo suele ser bastante complicado.
La vida, las circunstancias familiares y otros problemas suelen meterse en
nuestro camino y comenzamos a dudar y a pensar si lo que estamos haciendo
merece la pena.
¿De qué manera podemos cimentar la motivación desde el principio o volver
a recuperarla a medio camino?
1. Tener buenas razones
Cualquier cosa que hagas tiene sus buenas razones detrás. Así que si no puedes
llevar a cabo cualquier actividad porque no encuentras la motivación para ello
recuerda esas buenas razones. Si has decidido estudiar es porque vas a obtener
algo a cambio, puede que sea un ascenso en el trabajo, o simplemente porque te
sentirás bien aprendiendo algo nuevo.
Cualquier razón es buena y válida para sentirte motivado. Lo esencial es que
deben ser importantes y suficientes para ti.
2. Dividir en pequeñas partes
A veces la desmotivación surge porque el trabajo al que nos enfrentamos es
demasiado grande o difícil. Si tienes que estudiar varias asignaturas, o tienes que
realizar varios trabajos a la vez, puedes dividir la carga en pequeñas partes.
Es importante saber dividir la carga de trabajo y no enfrentarte a ella en un solo
día. Solo conseguirás desmotivarte al ver que no puedes con ello, y es que era
una tarea imposible desde el principio.
Divide y vencerás.
3. Diviértete
Aunque no lo parezca, la palabra diversión y estudio pueden aparecer en la
misma frase. Puede ser así si cambiamos de actitud. En vez de enfrentarnos a
nuestras tareas con una actitud negativa podemos hacerlo con una actitud
positiva para que el trabajo se haga más fácil. Se puede buscar la forma de
hacer el estudio ameno e interesante.
Se dice que una cosa puede cambiar dependiendo de la forma en que la miremos.
Si nuestra actitud es gris y sentimos que el estudio es como una carga sobre
nuestros hombros, todo se te hará más cuesta arriba. En cambio, si hacemos un
cambio de actitud podremos ver las tareas que tenemos por delante con otros
ojos.
Pregúntate: ¿Cómo puedo disfrutar esta tarea? ¿Cómo puedo hacer que esta sea
la mejor parte del día? Solo tú puedes encontrar las respuestas.
4. Aparta las distracciones
El móvil supone una gran distracción en nuestra vida. Si mientras estás
estudiando te entretienes a mirar Facebook, Twitter, o Instagram, perderás
tiempo de estudio y cuando se acabe el que te habías propuesto te sentirás mal
contigo mismo.
¿Qué puedes hacer? Aparta cualquier distracción de tu vista. Apaga el móvil,
el tablet, la televisión. No van a hacer nada por ti en ese tiempo, mientras que
los estudios sí. Si estás esperando una llamada o un mensaje importante, puedes
poner el móvil con sonido en otra parte de la habitación en la que puedas
escucharlo bien pero no lo tengas a tu alcance.
5. Míralo de otra manera
A veces podemos sentir que lo que estamos haciendo no está dando los frutos
esperados. Puede que la forma en que estés estudiando no sea la más adecuada.
Míralo de otra manera, analiza de qué otras formas puedes estudiar, qué otros
métodos puedes usar.
Hay personas que se empeñan en utilizar un único método de estudio y, aunque
les vaya mal, no lo cambian por nada del mundo. Concéntrate en lo que quieres
conseguir, tu meta final, y trata de conseguirla de una forma u otra. No tengas
miedo de experimentar con otras opciones y otros métodos.
6. Cada maestrillo tiene su librillo
A la hora de estudiar, nadie mejor que tú sabe cuál es la forma más adecuada
para hacerlo. Hay personas a las que les gusta estudiar de noche y otras prefieren
levantarse a las 5 de la mañana y ponerse a ello. Ninguna es mejor que la otra.
Prueba a estudiar durante diferentes partes del día y averigua qué es lo
mejor para ti. A mí siempre me ha gustado estudiar por las mañanas, es cuando
me siento más despierta. A medida que pasa el día, me siento más cansada y con
la mente más obtusa. Pero también es cierto que cuando era época de exámenes
no me quedaba más remedio que estudiar desde por la mañana hasta por la noche
distintas asignaturas porque, si no, no me daba tiempo. Lo que hacía era estudiar
por la mañana las materias más difíciles, las que tenían ejercicios matemáticos, y
por la tarde las que eran puramente teóricas y más fáciles de memorizar.
Pero este método es el mío, quizás tú puedas hacerlo al revés si a medida que
transcurre el día tu mente se va sintiendo más despierta. Solo tú puedes saberlo.
7. Reconoce tu esfuerzo y progreso
Cuando estamos desmotivados y con muchas tareas aún por hacer, tendemos a
olvidar todo lo que llevamos hecho. Si organizamos nuestro trabajo en pequeñas
partes (de lo que te he hablado en el punto 2), podemos ver todo lo que hemos
avanzado cuando veamos todas las tareas que ya has realizado y terminado.
Cuando te sientas cansado, mira esa lista y reconoce el esfuerzo y el progreso
que has hecho.
Si estás en una carrera, piensa en las asignaturas que ya tienes aprobadas, si
acabas de empezar y te toca hacer los primeros exámenes, piensa en todas las
clases y trabajos que has realizado. Has podido con todos ellos y también
podrás con lo que te queda por hacer.
8. Descanso y recompensa
Muchos estudiosos en la materia reconocen que es efectivo marcarse pequeñas
metas y darte una auto-recompensa cuando las cumples. Por ejemplo,
proponerte terminar un trabajo antes de tiempo y, a cambio, recompensarte con ir
al cine o hacer cualquier otra actividad que te guste. O una meta más pequeña,
estudiar durante todo un día sin distracciones y cenar tu comida favorita.
Cualquier cosa que te ayude a estar motivado ante la tarea que tienes que
realizar.
Cómo perseverar a pesar de los fracasos
Cuando suspendemos, a pesar de todo el esfuerzo, tiempo y dedicación, sentimos
que hemos fracasado en todo lo que hemos hecho y perdemos la motivación para
continuar. Pero es necesario saber que el ser humano aprende de los errores y los
fracasos y es importante perseverar a pesar de ello.
Nadie dijo que llegar a la meta fuera fácil. Para los estudiantes que se encuentran
en edad adulta, los retos pueden ser más difíciles al tener que lidiar con la
familia y el trabajo (en los casos que así sea). Por ello es determinante
perseverar, que no es otra cosa que seguir adelante a pesar de los obstáculos.
¿Qué pautas podemos seguir?

Marcarte objetivos realistas, teniendo en cuenta tus circunstancias
personales: a lo mejor quieres apuntarte a muchas asignaturas o tomar
muchos cursos a la vez, pero es mejor tener presente lo que vas a poder
llevar adelante y lo que no. Esto te evitará suspensos por asignaturas a las
que no has podido dedicarle el tiempo requerido. Examina tu vida y el
tiempo del que dispones y márcate unos objetivos acorde a ellos.
Creer en ti mismo: una actitud mental positiva te ayudará a alcanzar todo
lo que te propongas. Si continuamente pensamos que no podemos hacer
algo, tu mente se cerrará automáticamente a cualquier cosa. Es importante
pensar que puedes hacerlo aunque no estés 100% convencido de ello, pero
puedes actuar como si fuese así.
Sé paciente contigo mismo, si no se te dan muy bien los idiomas pero
quieres aprender uno, ve despacio y aprende nuevos conceptos poco a poco.
Debes conocer tus puntos fuertes y tus puntos débiles, pero que los idiomas
sea un punto débil no te hace torpe ni peor, simplemente tendrás que
esforzarte un poco más.
Mantén la mente abierta: no todo va a salir bien de primeras, cometerás
errores, pero todo es parte del proceso, sin errores nunca aprenderíamos.
Cuando somos adultos, creemos que todo debe salir bien a la primera, pero
la vida es un aprendizaje continuo en el que seguiremos cometiendo errores.
El estudio es igual, sin errores ni fracasos, no sabríamos lo que estamos
haciendo mal. Quizás no has estudiado todo el tiempo que requiere la
materia o puede que tu método no fuera el idóneo. Los fracasos nos ayudan
a reconducir nuestro trayecto.
Aprovecha el tiempo: si tienes muchas responsabilidades en tu vida
personal y profesional, aprovecha cualquier el tiempo que tengas disponible
para estudiar, evita la procrastinación (es decir, retrasar lo que tienes que
hacer distrayéndote con actividades sin importancia) lo máximo que puedas
y céntrate.
Comprométete contigo mismo: aunque te sea difícil cambiar de hábitos o
creas que es demasiado tarde, si te propones mejorar tu vida puedes
conseguirlo y, cuando lo hayas hecho, será un beneficio personal del que te
sentirás orgulloso. Aunque con anterioridad hayas fracasado en otros
proyectos, no te rindas antes de tiempo en los nuevos proyectos que se te
presenten. Si no lo intentas, no podrás saber cuál es el resultado.
CONCENTRACIÓN
Un estudiante está sentado con los apuntes por delante. Voy a mirar un momento
el correo electrónico. Después de 10 minutos, vuelve a los apuntes. Mmm creo
que voy a echar un vistazo a Facebook, seguro que esa página que me gusta
tanto ha actualizado hoy. No encuentra nada nuevo, pero ha estado mirando
Facebook durante 15 minutos. Este boli no pinta nada, tengo que comprar uno
nuevo, voy a apuntarlo en una lista junto a la compra del mes. ¿Tendré cereales
en la cocina? Voy a verlo. Se levanta de su asiento y no vuelve hasta después de
15 minutos.
Conclusión: ha perdido 40 minutos de su tiempo que podría haber aprovechado
estudiando.
A veces, es complicado encontrar la concentración necesaria para enfrentarnos a
la tarea que tenemos por delante. A algunas personas les cuesta más que a otras y
en los últimos años se ha vuelto más difícil debido a la cantidad de distracciones
que nos rodean. El móvil supone una de las grandes distracciones que tenemos y
nos aleja de nuestras metas y objetivos.
Pero no te preocupes. Hay formas y métodos para mejorar nuestra
concentración. A continuación te presento algunos de ellos.
Cómo mejorar la concentración
1. Ejercicio
La actividad física ayuda a mejorar la concentración al liberar químicos en el
cerebro que afectan al aprendizaje y la memoria. Te permite activar tu cuerpo y
tu mente y prepararlos para el estudio.
2. Beber más agua
La falta de agua puede causar numerosos problemas como pérdida de
concentración, memoria, fatiga mental, además de dolores de cabeza, problemas
de sueño, entre otros. Por ello, es muy importante que te mantengas hidratado
esencialmente con agua, olvida las bebidas refrescantes azucaradas.
3. Evita las distracciones
Si te distraes, perderás la concentración, si pierdes la concentración, te arriesgas
a un fracaso y eso te llevará a una pérdida de la motivación. Es como una bola de
nieve que va creciendo. Al igual que te recomendé en el apartado de la
motivación: aparta todas las distracciones que puedan hacerte perder la
concentración
4. Evita la multitarea
Si quieres concentrarte de verdad, concéntrate en una sola tarea. Puede que seas
capaz de hacer varias cosas a la vez, pero en ninguna de ellas te habrás
concentrado al 100%. Pon toda tu atención en una sola tarea hasta que la
completes.
5. Antes de empezar, haz una lista
Si tu mente está ocupada pensando en todas las cosas que tienes que hacer, haz
una lista con todas ellas, así podrás vaciar tu mente y no sentirás que se te puede
olvidar hacer algo. Empieza por las tareas más importantes, estudiar, hacer un
trabajo, y deja para el final las menos importantes.
6. Entrena tu mente
Esto puede costarte un poco al principio, pero si pierdes la concentración intenta
volver a ella. Respira hondo varias veces, vacía tu mente y vuelve a poner toda
tu atención en la tarea que estabas haciendo.
Mindfulness o el arte de estar presentes
En numerosas ocasiones, nuestra mente divaga hacia el pasado, hacia el futuro, o
hacia otras distracciones que tenemos a mano. Pocas veces está nuestra mente en
el ahora. Mindfulness es la capacidad de estar totalmente atentos a lo que
ocurre en el momento presente, a lo que estamos haciendo. Estar totalmente
presentes tanto física como mentalmente, sin dejarnos llevar por las
distracciones de nuestro alrededor ni por nuestros propios pensamientos.
Mindfulness no es nada raro ni tiene que ver con religión alguna. Es una práctica
que puede hacer cualquier persona, sin importar la edad o la habilidad física o
mental. Simplemente, debes desarrollar tu capacidad de estar presente en todo
momento.
¿Cómo conseguir ese estado de mindfulness? Mediante la meditación diaria.
Numerosos estudios han concluido que la meditación diaria ayuda a mantener la
concentración, a despejar la mente y mejorar la atención. Una buena
concentración es crucial para recordar mejor aquello que leemos o estudiamos.
Si nos falla la atención o nuestra mente se desvía de la tarea que estamos
realizando, nos costará recordar con posterioridad cualquier detalle.
La meditación puede ayudarte a concentrarte. Un estudio de la Universidad de
Washington (EEUU) constató que los trabajadores que practicaban la meditación
podían concentrarse mejor, recordar más detalles de su trabajo, mantenerse con
energía durante más tiempo y experimentaron un estado anímico menos
negativo.
Meditar unos minutos al día puede beneficiarnos mucho en nuestros estudios,
mejorar nuestra concentración permitiéndonos tener la mente más despejada,
despierta, y abierta para que pueda entrar más información.
Práctica de meditación que puedes hacer antes de comenzar a estudiar:
1. Siéntate o recuéstate en una silla, en un sofá o en la cama, donde te sientas
más cómodo, y cierra tus ojos
2. Relaja tu cuerpo, desde tus hombros hasta tus pies
3. Concéntrate en tu respiración, inspira y espira
4. Si ves que tu concentración se pierde, vuelve a concentrarte en tu respiración;
aunque tu mente se pierda entre divagaciones una y otra vez, no te preocupes, es
normal, vuelve a concentrarte en tu respiración cada vez que ocurra
5. Tras unos minutos, abre los ojos, levántate y estira tu cuerpo
Cómo evitar las distracciones cuando estudiamos en casa
Cuando estudiamos en casa, son numerosas las distracciones que pueden
interrumpir nuestro estudio. ¿Qué podemos hacer para evitarla?
1. Lugar de estudio
El lugar en el que estudies deberá estar despejado de distracciones. Procura tener
un escritorio lo más limpio y organizado posible, con los materiales justos y
necesarios. Procura coger todo lo que necesites: libros, libretas, apuntes, etc. Así
te evitarás tener que levantarte cada vez que necesites algo. También procura
tener agua y algo de comida para picar entre descansos.
2. Colaboración familiar
En el caso de que no vivas solo, pide a tu familia que no te moleste durante el
tiempo que estás estudiando. Cierra tu puerta y permanece aislado durante el
tiempo que dure tu sesión de estudio.
3. Fuera aparatos
Como he mencionado en otros apartados, coge tu móvil, tu tablet y cualquier
aparato electrónico que pueda distraerte y colócalo en un lugar al que no puedas
acceder fácilmente. En caso de que los necesites para estudiar o hacer un trabajo,
puedes usar aplicaciones tanto en el móvil como en el ordenador que te
impedirán entrar a tus redes sociales u otras páginas que puedan suponerte una
pérdida de tiempo. Ejemplos de estas aplicaciones
son Keepmeout! y StayFocusd.
4. Crea una tabla de horarios
Ordena tus asignaturas, cursos o materias según horas, así sabrás qué estudiarás
primero y qué dejarás para más tarde. Planifícalo todo antes de empezar para no
tener que parar entre materias a pensar con qué debes continuar. Así el estudio
será más fluido.
5. Permanece activo
Procura descansar cada cierto tiempo. Puedes utilizar la técnica de Pomodoro:
estudiar 25 minutos y descansar durante 5 minutos. Durante esos 5 minutos
puedes levantarte, estirar las piernas y la espalda. Pero procura no ver el móvil (a
no ser que esperes una notificación importante). También procura no salir de la
habitación a no ser que tengas que ir al baño. Salir puede implicar distracciones.
Puedes salir cuando hayas hecho dos o tres de estas sesiones.
Cómo concentrarse en clase
En el caso de que estés tomando cursos presenciales, es esencial permanecer
atentos en clase. A veces, tanto nuestros pensamientos como el móvil o el
ordenador nos pueden distraer. Es muy importante escuchar todo lo que dice
el profesor puesto que nos hará el estudio más fácil al relacionar lo que dice
en clase con lo que veremos más tarde al estudiar en casa. Además, suele
haber profesores que indican qué parte del material es más importante de cara al
examen, y no querrás perderte esa información tan relevante.
Algunos consejos que pueden ayudarte a concentrarte en clase:

En la medida de lo posible, siéntate en los primeros asientos, se tiene mejor
visibilidad de la pizarra y se escucha mejor al profesor
Participar en clase es muy importante, no solo con preguntas al profesor
también con algún comentario o ejemplo personal
Tomar buenos apuntes de lo que hable el profesor, no solo te mantendrá
alerta de lo que está diciendo, además, te ayudará con el posterior estudio
Apaga el teléfono, si es posible, o ponlo en modo vibración
Duerme y come bien, si la noche anterior has dormido 8 horas y te has
alimentado correctamente, ni el hambre ni el sueño te distraerán
Si eres una persona nerviosa a la que le cuesta estar atenta durante toda una
clase, saca toda esa energía antes de clase: camina o ve en bicicleta al lugar.
Sube las escaleras siempre que puedas. Cuando te sientes en clase sentirás
que has liberado esa energía
CUIDADO PERSONAL
Estrés y ansiedad
En la actualidad, muchas personas sufren de estrés. Normalmente, viene
motivado por situaciones en las que las personas viven bajo mucha presión. El
estrés nos hace sentir nerviosos y ansiosos. Cuando perdura en el tiempo es
cuando podemos hablar de ansiedad. La ansiedad puede surgir en cualquier
momento, sin un claro por qué, puede ocurrir frecuentemente y en cualquier
momento, haciendo que tengas que parar cualquier cosa que estés haciendo.
El estrés y la ansiedad afectan negativamente a nuestro cuerpo y a nuestra mente.
Por tanto, también puede afectar a nuestros estudios:

Dificultad para concentrarte: tanto tus pensamientos como aquello que te
rodea te distraen mucho más. En un estado de estrés combinado con
ansiedad puede hacer que leer un par de páginas cueste mucho más tiempo
del acostumbrado y cuando intentes recordar lo que has leído, te darás
cuenta que no recuerdas nada.
Fatiga mental: el estrés provoca tensión en el cuerpo, la ansiedad llenará
tu cabeza de pensamientos, distrayéndote de tus tareas, todo esto hace que
el cuerpo se sienta cansado, dolorido y la mente fatigada.
Falta de sueño: tu mente es incapaz de parar, tus pensamientos fluyen y no
eres capaz de controlarlos ni siquiera de noche. La ansiedad te puede llevar
a no dormir bien o no dormir en toda la noche. Esto no hace sino sumar a la
tensión del día resultando en una mezcla explosiva para tu salud.
Fallos incomprensibles: después de todo lo anterior, falta de
concentración, fatiga, cansancio, falta de sueño… ¿crees que serás capaz de
rendir en tus estudios de manera normal? Todos estos factores pueden
llevarte a cometer fallos y errores en tus trabajos o en tus exámenes.

¿Qué se puede hacer para evitar lo anterior? Ante todo, saber que si ocurre
no pasa nada raro. Muchas personas tienen estrés y ansiedad, lo importante es
reconocerlo y saber que es algo normal. Puedes tratar de controlarlos, pidiendo
ayuda siempre que lo necesites, con las siguientes recomendaciones:

Creer en ti mismo: si te preparas bien para un examen, si has estudiado y
hecho tus trabajos, no tienes de qué preocuparte. Si, aún así, te sientes
intranquilo, piensa que no es el fin del mundo. Tendrás una oportunidad y
otra… Ante todo, tu salud va primero, un poco de preocupación no viene
mal, pero cuando es excesiva puede afectarnos negativamente.
No intentes ser perfecto: la perfección no existe, todos cometemos
errores, lo importante es aprender de ellos. El camino del error-aprendizaje
dura toda nuestra vida. Intenta crear un equilibrio entre tus capacidades y lo
que quieres conseguir. Si el estudio es difícil para ti, no persigas conseguir
un sobresaliente en todas las asignaturas porque esto hará que te estreses
enormemente. Conseguir un 10 en todo no es lo más importante, sino que
disfrutes estudiando, aprendiendo, sin importar la nota que obtengas.
No tengas miedo de pedir ayuda: si hay algo que no entiendas, pregunta
al profesor, o a otros estudiantes. No tengas miedo de decir “no lo
entiendo”, verás que hay más estudiantes que están en tu misma situación y
el profesor no creerá que esa duda es “tonta”. Y si sigues pensando que es
una pregunta tonta, recuerda el dicho: es mejor pasar por tonto durante 5
minutos que permanecer tonto toda la vida.
El poder de los pensamientos positivos: tú debes ser el primero en
apoyarte a ti mismo, piensa en positivo acerca de tus capacidades, sustituye
los pensamientos negativos por frases como: “puedo hacerlo”, “lo haré lo
mejor que pueda”, o “voy a aprobar”. Sobre todo, piensa que has dado un
gran paso haciendo este curso/carrera, podrías haberte dado por vencido
antes de empezarlo, sin embargo, te has comprometido contigo mismo a
mejorar, a seguir aprendiendo, y eso ya es todo un logro. Sea cual sea el
resultado, siéntete orgulloso de ti mismo por haber llegado tan lejos.
Planifica: lo he dicho varias veces a lo largo del libro, pero lo vuelvo a
repetir: planifica tus tareas, haz un horario, divide tu tiempo de manera
eficiente. Es muy importante controlar el tiempo que le dedicas a cada cosa,
te ayuda a mantenerte centrado y aprovechar mejor el tiempo del que
dispones.
Evitar cosas negativas antes del examen: si te pone nervioso llegar tarde,
llega dos horas antes si es necesario; evita a otros estudiantes si están
charlando o repasando en voz alta, mantente alejado lo máximo posible;
evita el café u otras bebidas estimulantes si sueles ponerte nervioso con
ellas. Por contra, concéntrate en mantener la confianza en ti mismo y en
relajarte.
Los apuntes a un lado: muchos son los que dicen que es mejor dejar de
mirar los apuntes unas horas antes del examen y no estar repasando hasta
última hora. Tengo que reconocer que soy de las que repasa los apuntes
hasta que el profesor dice que es hora de guardarlos, me da confianza estar
leyéndolos justo hasta la hora del examen, pero es cierto que la mente
puede llegar a bloquearse si estás constantemente repasando (aunque a mí
no me ha llegado a pasar). Es algo que dejo a tu decisión.
Procrastinación
La procrastinación es uno de los grandes enemigos del estudiante. Cuando
procrastinamos no solo nos distraemos y hacemos cualquier cosa menos estudiar,
sino que también estamos perdiendo una cosa valiosísima: nuestro tiempo. Un
tiempo que no puede recuperarse y está perdido para siempre.
El tiempo del que disponemos en nuestra vida es lo más valioso y también lo que
menos valoramos. Dejamos pasar las horas muertas sin hacer nada, o haciendo
cosas que no nos aportan nada. Está bien descansar la mente unos minutos al día
visitando nuestras redes sociales o viendo la tele, pero el resto del tiempo
debemos aprovecharlo en cosas que sí van a agregar valor a nuestra vida, con las
que vamos a aprender.
El hecho de que hayas decidido estudiar de nuevo dice mucho de ti: estás
dispuesto a aprender, a aportar valor a tu vida, a ser mejor.
¿Qué pasa cuando procrastinamos? Perdemos el tiempo, el horario que nos
habíamos marcado para nuestras sesiones de estudio se desbarata. Tenías que
estudiar un tema en esa hora, sin embargo, te has dedicado a ver todas las
actualizaciones de tus amigos y de las páginas que sigues en Facebook.
No, no te estoy sermoneando, a mí me ha pasado (solo que sustituyendo
Facebook por Twitter). Te estoy hablando desde la experiencia. Soy una maestra
en la procrastinación. He llegado a ponerme episodios de mis series favoritas
cuando tenía que estar estudiando. Resultado: no solo perdía el tiempo, sino que
tenía que reajustar todo el horario y terminaba agobiándome.
Estar constantemente conectado en nuestras redes sociales nos aporta poco
o nada. El tiempo que pierdas en actividades inútiles no vas a poder recuperarlo.
Cuando estés estudiando y te entre la tentación de entrar a Facebook, Instagram,
o Twitter, piensa en lo que vas a conseguir entrando en las redes sociales y qué
podrías conseguir, en cambio, estudiando durante ese tiempo. Piensa antes de
actuar.
Con esto no quiero decir que no puedas visitar las páginas que te gustan o ver tus
redes sociales, sino que debes limitar el tiempo que usas Internet para asuntos
que no tienen que ver con tus estudios. Esto requiere una gran fuerza de voluntad
(lo sé porque yo también he estado en la misma situación), pero cuando has
hecho un compromiso contigo mismo, cuando quieres conseguir algo que va a
aportar tanto valor a tu vida, debes hacer el esfuerzo por conseguirlo cueste lo
que cueste.
Aparte de hacernos perder el tiempo, la procrastinación es la llama que enciende
la mecha, la que va a contribuir al estrés y a la ansiedad. Cuando veamos que
faltan apenas unos días para el examen, que deberíamos haber estudiado ya seis
temas pero que a duras penas hemos estudiado tres… entonces, vendrá el agobio,
la presión y, en consecuencia, el estrés.
No te hagas eso, el periodo de exámenes, al fin y al cabo, solo dura unas cuantas
semanas, resiste y aprovecha al máximo ese tiempo. Después tendrás meses de
descanso y relajación en los que te sentirás satisfecho por el trabajo hecho.
Comer sano
La alimentación es una parte fundamental del ser humano, debemos cuidarla en
todas las épocas de nuestra vida, especialmente cuando estamos estudiando.
Quizás estás acostumbrado a comer mucha comida basura pero ésta no sólo va a
contribuir a que ganes peso, también puede repercutir negativamente en nuestros
estudios.
La cantidad que se ingiere de azúcar, calorías, alcohol, y bebidas refrescantes,
unido a la poca o nula cantidad de frutas y verduras puede ser, a la larga, una
combinación explosiva para nuestro cuerpo. Tampoco es recomendable saltarse
las comidas. Recuerda incluir en tu horario, además de descansos, cada una de
las comidas del día.
¿Qué comer y cómo en tu época de estudios?

Incluye en tu dieta alimentos saludables como el pescado azul, las
espinacas, los cereales con fibra, tomates, pan integral, brócoli, nueces,
arándanos… Son sólo algunos de los alimentos que aportan hierro,
vitaminas, fibra y todo lo necesario para tener energía mental y física
mientras estudias.
Come a intervalos regulares, así tu cuerpo mantendrá los niveles
adecuados de nutrientes y energía, por lo que no te pedirá que consumas
snacks demasiado azucarados que no aportan nada a tu cuerpo.
Come 5 veces al día y en cantidades equilibradas, evita los atracones y
las comidas que puedan serte indigestas
¡Desayuna! Aunque a muchas personas les cuesta, el desayuno es la
comida más importante del día. Es la mejor manera de empezar la jornada,
sobre todo si comes alimentos saludables que van a hacer que tu mente
despierte y comience a trabajar. Lo mejor es comer un poco de todo en
pequeñas cantidades: proteínas, calcio, fibra y una pieza de fruta es el
desayuno ideal.
Agua, mucha agua. Ya lo mencioné en el apartado de la concentración,
pero te lo vuelvo a repetir. La falta de agua puede causar numerosos
problemas como pérdida de concentración, memoria, fatiga mental, además
de dolores de cabeza y problemas de sueño. Es muy importante mantenerse
hidratados durante todo el día. Si eres de los que no les gusta beber agua,
intenta beberla con algunas gotas de limón o en forma de té. Pero evita las
bebidas azucaradas y el alcohol en la medida de lo posible.
Descanso
Cuando llevas unas horas de estudio, la mente se siente cansada y llega un
momento que es incapaz de seguir memorizando. Es esencial tomar descansos.
Puedes seguir la técnica de Pomodoro y estudiar 25 minutos descansando 5, y
después otra vez. Pero cuando se ha repetido la técnica varias veces, es necesario
hacer un descanso un poco más largo. Intenta que el descanso no sea más de 30
minutos, si no el cuerpo se acomodará y te costará mucho volver al estudio.
Mi consejo es que hagas tres sesiones Pomodoro y después tomes un descanso
más largo. Es decir, tus sesiones irían así:
Sesión de 25 minutos → Descanso de 5 minutos
Sesión de 25 minutos → Descanso de 5 minutos
Sesión de 25 minutos → Descanso de 30 minutos
Así habrás hecho tres sesiones Pomodoro, resultando en casi una hora y media
de estudio con descansos cortos, antes de tu descanso de 30 minutos. Eso sí, en
los 25 minutos de estudio debes concentrarte al máximo en tus apuntes sin
distraerte.
¿Cuál es la manera óptima de descansar?
1. Apártate de la pantalla o apuntes
Tanto si estás estudiando con el ordenador como con apuntes, levántate de tu
escritorio, estira las piernas y mira por una ventana. Enfoca tu vista hacia un
punto lejano para que descansen tus ojos. Si has estado mirando a una pantalla
durante unas cuantas horas, procura no coger el móvil y dejar descansar la vista.
Da una vuelta por tu casa; si tienes jardín y hace buen tiempo, sal fuera y da un
pequeño paseo. Haz estiramientos y relaja tu cuerpo, tu espalda y hombros lo
agradecerán.
2. Habla con alguien
Puedes hacer una llamada a un amigo o a un familiar. Despeja tu mente hablando
con otra persona, hablando de cualquier asunto, despeja tu mente y olvida por
unos minutos de tus estudios. Si vives con tu familia, puedes hablar con alguno
de ellos, o con tus hijos, si los tienes.
3. Siesta
Si eres de los que les gusta tomar siesta, procura que no se alargue más de 25 o
30 minutos. Si no sueles tomar siesta, es bastante recomendable que lo hagas. Tu
mente se sentirá más relajada y fresca para volver a estudiar. Lo ideal es que sea
de 25 o 30 minutos, si sobrepasa la media hora, es muy probable que tu mente se
sienta aturdida y te cueste mucho más volver a conectar con lo que estabas
haciendo. Es primordial que programes una alarma para no pasarte.
4. Meditación
Puedes aprovechar el descanso para meditar unos minutos. Es una técnica muy
efectiva, como ya te comenté en el apartado de la concentración. Deja tu mente
en blanco y concéntrate en tu respiración. No sólo volverás al estudio más
concentrado sino que también te habrás desprendido de la presión y el estrés.
5. Haz limpieza
Quizás has acumulado papeles que no te sirven durante el estudio, o tienes
alguna que otra taza de café en el escritorio. Limpia tu escritorio y friega las
tazas. Estas actividades se hacen de manera mecánica y ayudan a despejar la
mente. Además, te ayudará volver a estudiar con un escritorio más limpio y
ordenado. No solo estás apartando distracciones físicas, también mentales.
6. Toma una ducha
Una ducha rápida te va a hacer sentirte fresco y renovado. Tiene un gran poder
revitalizador, refrescando no solo tu cuerpo, también tu mente.
7. Un poco de creatividad
Puedes tener una libreta de dibujo a mano y unos colores, o quizás un libro de
colorear para adultos que ahora están tan de moda. Y es que actividades como
dibujar y colorear pueden devolvernos la energía perdida, despejar la mente y,
además, divertirte. Si no lo has probado nunca, te lo recomiendo
encarecidamente.
CONCLUSIÓN
El hecho de haber dado el paso para estudiar y seguir formándote es muy
importante. Pero más importante aún es seguir comprometido contigo mismo
para continuar y hacerlo de manera adecuada.
Si has leído este libro, es porque quieres hacerlo lo mejor posible. Puede que te
cueste un poco más que a los demás, pero no es motivo para rendirse. Si acaso,
es motivo para poner el doble de tu parte, si realmente te interesa lo que quieres
hacer.
Desde aquí te mando todo mi apoyo y ánimo en esta nueva etapa de tu vida.
No hay nada imposible y tú tienes la capacidad en tu interior para conseguir lo
que te propongas.





No importa lo lento que vayas, siempre y cuando no te detengas
Confucio
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Esquemas de estudio – Word
Esquemas de estudio – PDF
Tabla de horarios – Word
Tabla de horarios – PDF
Tabla de horarios – Excel
Planning pre-exámenes – Word
Planning pre-exámenes – PDF


Table of Contents
INTRODUCCIÓN
VOLVER A ESTUDIAR
Aprender es divertido
METAS Y OBJETIVOS
ORGANIZACIÓN
Planificar
Métodos de estudio
Cómo tomar mejores apuntes en clase
Aprendizaje online
Cómo tener éxito en el aprendizaje online
MOTIVACIÓN
Cómo perseverar a pesar de los fracasos
CONCENTRACIÓN
Cómo mejorar la concentración
Mindfulness o el arte de estar presentes
Cómo evitar las distracciones cuando estudiamos en casa
Cómo concentrarse en clase
CUIDADO PERSONAL
Estrés y ansiedad
Procrastinación
Comer sano
Descanso
CONCLUSIÓN
PLANTILLAS DESCARGABLES

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