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Aimaras

No debe confundirse con Kolla.

Aymara

Estandarte o wiphala del Collasuyo

Ubicación Originarios de:

Bolivia (1 300 000) 2012 1


Perú (443 248) 2007 2
Chile (128 201) 2012 3
Comunidades notables de emigrantes y descendientes en:

Argentina (véase inmigración boliviana en


Argentina e inmigración peruana en Argentina)

Población total 2 100 000[cita requerida]

Idioma Aimara, español

Religión Cristianismo, creencias tradicionales andinas

Etnias Jacaru, cauqui


relacionadas

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Aymara o Aimará4 (Aimara: aymara escuchar (?·i) [aj.ˈma.ɾa]), a veces escrito
como aymara, es un pueblo originario de América del Sur que habita la
meseta andina del lago Titicaca desde tiempos precolombinos, repartiéndose su población
entre el occidente de Bolivia, el sur del Perú y el norte Grande de Chile. Alternativamente,
reciben el nombre de collas,5 aunque no hay correspondencia biunívoca entre ambos
nombres.
El concepto de “aimara” aparece definitivamente entonces durante la colonia y, salvo raras
excepciones, no fue utilizado para identificar sociopolíticamente ningún grupo poblacional
en esa zona de los Andes. Todas estas formaciones sociopolíticas, verdaderas naciones
durante los siglos XV y XVI (Reinos aimaras), fueron agrupadas bajo la etiqueta “aymara”,
para fines económicos, pero manteniéndose las nominaciones originarias para describir,
por ejemplo, las organizaciones políticas más relevantes de acuerdo a los intereses
económicos, eclesiásticos o administrativos territoriales fluctuantes de la colonia. Aunque
se reconoce una encomienda “aymaraes” para el Distrito Colonial de La Paz, nombres
jurisdiccionales nativos como “Carangas”, “Soras”, “Casayas”, “Aullagas”, “Uruquillas”,
“Asanaques” y “Quillazas” son usados para el Distrito de La Plata (Torero Ídem.) y hasta el
siglo XVIII no existe una subdivisión política reconocida como “aimara” por la colonia.
Durante esta época el Obispado de La Paz mantiene una organización administrativa
utilizando las nominaciones originales de Sicasica, Pacajes, Omasuyos, Larecaja,
Paucarcolla y Chucuito (Cosme Bueno, S. XVIII - 1951).6
El término aymara nunca fue reconocido socialmente por los pobladores nativos durante
toda la colonia, y así continuó durante los periodos de Independencia y República
(después de 1821 hasta la actualidad), durante los que mantuvo su acepción original
colonial, que ha sido usada siempre desde una perspectiva externa o foránea. Esta
perspectiva se ha mantenido y solo empezó a utilizarse sistemáticamente en términos
sociológicos a partir de la primera mitad del siglo pasado cuando se establecieron los
primeros parámetros antropológicos descriptivos de las sociedades andinas actuales
hechos desde una perspectiva lingüística. Un ejemplo relevante es la clasificación de
Greemberg (en Steward and Faron, 1959) que incluye al “quechua”, “aymara” y “uro”
dentro de la subfamilia lingüística “andina”. La identificación cultural “aymara” obvió, en
términos antropológicos, los complejos sistemas socioculturales de auto reconocimiento de
las poblaciones del altiplano andino y la cuenca del lago Titicaca, lo que no pasó con las
poblaciones “quechuas”, que se entendieron en forma más diversificadas.
Las naciones o pueblos que ancestralmente hablan este idioma
eran: aullaga, ayaviri, cana, canchis, carangas, charcas, larilari,7 lupacas, umasuyus,8
pacaje,9 pacasa y quillaca. A estos pueblos se les ha atribuido una única
identidad[cita requerida] con el nombre qullasuyu (también conocido como Collasuyo) y
conformaron una parte del Imperio inca.

Índice
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 1Historia
 2Demografía
o 2.1Aimaras en Argentina
o 2.2Aimaras en Bolivia
o 2.3Aimaras en Perú
o 2.4Grupos étnicos aymaras
 3Cultura
o 3.1Wiphala
o 3.2Uso de la hoja de coca
 4Calendario aimara
o 4.1Año nuevo aimara
 4.1.1Recibimiento del Sol
 4.1.2Creencias
 5Véase también
 6Referencias
 7Enlaces externos

Historia[editar]
Los habitantes se asocian como la civilización centrada en Tiahuanaco (Tiwanaku),
aunque Tiahuanaco es una cultura posterior seguida de la de los Incas. Hay evidencia
lingüística que sugiere que los aymaras provinieron de más al norte, ocupando la meseta
del Titicaca después de la caída de Tiahuanaco. No se han encontrado evidencias de
habitantes de la civilización de Tiahuanaco que tuvieran lenguaje escrito.
El territorio tiahuanaco fue fundado aproximadamente en el 200 a. C., como una pequeña
villa, y creció a proporciones urbanas entre el 300 y el 500, consiguiendo un importante
poder regional en el sur de los Andes. En su máxima extensión, la ciudad cubría
aproximadamente 6 km², y tuvo una población máxima de unos 1000 habitantes. Su estilo
de alfarería era único, del encontrado hasta 2006 en Sudamérica. Una característica
importante son las enormes piedras que se encontraron en el lugar; de aproximadamente
diez toneladas, las cuales ellos cortaban, les daban forma cuadrada o rectangular y
esculpían. Colapsó repentinamente aproximadamente en 1200. La ciudad fue abandonada
y su estilo artístico se desvaneció.
Desaparecido el Imperio Tiwanaku, la región quedó fragmentada y fue ocupada por etnias
aimaras. Estos aymaras se caracterizan por sus necrópolis compuestas por tumbas en
forma de torres-chullpas. Existen también algunas fortalezas denominadas pucaras.

Aimaras con trajes e instrumentos típicos.

El modelo por el cual se regulaban estas etnias es el de verticalidad o control de los


diversos pisos ecológicos que sostienen su economía de subsistencia. Ningún grupo
humano necesita tanto de sus relaciones con la costa y con los valles como los pueblos
aimaras del altiplano, por esta razón cada centro de la puna controlaba por medio de la
colonización de zonas periféricas situadas a diferentes alturas y con climas varios.
La deidad principal de esta sociedad de lengua aymara fue Tunupa, el temido dios de los
volcanes. En su honor hacían sacrificios humanos y grandes fiestas. En excavaciones
realizadas en el sitio arqueológico de Akapana se han encontrado materiales como
ofrendas, alfarería, fragmentos de cobre, huesos de camélidos y entierros humanos. Estos
objetos fueron encontrados en el primer y segundo nivel de la pirámide de Akapana y la
cerámica adjunta corresponde a la fase III de los tiahuanacotas.10
En la base del primer nivel de Akapana se hallaron hombres y niños desmembrados a los
cuales les faltaba el cráneo; estos restos humanos estaban acompañados de camélidos
desarticulados además de cerámica. En el segundo nivel se encontró un torso humano
completamente desarticulado. En total se encontraron 10 entierros humanos, de los cuales
9 eran varones. Estos sacrificios corresponden, aparentemente, a ofrendas dedicadas a la
construcción de la pirámide.10
A mediados del siglo XV, el reino Colla conservaba un extenso territorio con su capital
Hatun-Colla. El inca Viracochaincursionó en la región, pero quien la conquistó fue su
hijo Pachacútec, noveno Inca.
Así como al norte se encontraban los Collas, al sur estaba la Confederación Charca que
tenía dos grupos: Los Carangasy Quillacas en torno al lago Poopó, y los Charcas que
ocupaban el norte de Potosí y parte de Cochabamba. Ambos, Charcas y Collas eran de
habla aimara.
La cultura material de los Carangas presenta extensas necrópolis o chullpares, algunos de
los cuales conservan todavía restos de pintura en sus muros exteriores. Una vez que los
Carangas fueron conquistados por los incas, Huayna Cápac los llevó a trabajar al valle
de Cochabamba como mitimaes.
El señorío denominado Charca, al que estaban adscritos Cara-caras fue conquistado por
los incas en tiempo de Túpac Inca Yupanqui y llevados a la conquista de Quito. Por su
parte el pueblo de los Cara-cara era tan belicoso como el Charca y aún más, en su
territorio tienen lugar aun hoy en día luchas denominadas "T'inkus".
El Inca Lloque Yupanqui inició la conquista del territorio aimara a finales del siglo XIII, la
que fue continuada por sus sucesores hasta que a mediados del siglo XV fue completada
por Pachacútec al derrotar a Chuchi Kápak. De todas formas se cree que los incas
tuvieron una gran influencia de los aimaras por algún tiempo, ya que su arquitectura, por la
cual son muy conocidos los incas, fue claramente modificada sobre el estilo Tiwanaku, y
finalmente los aimaras conservaron un grado de autonomía bajo el imperio
Inca.[cita requerida] Posteriormente los aimaras del sur del Titicaca se rebelaron y tras rechazar
el primer ataque de Túpac Yupanqui éste volvió con más tropas y los sometió. [1]
Su población se estima en 1 a 2 millones de personas durante el Imperio inca, eran el
principal pueblo del Collasuyo, ocupando todo el oeste de Bolivia, sur de Perú, norte de
Chile y el norte de Argentina. Tras la conquista española en menos de un siglo se
redujeron a cerca de 200 000 sobrevivientes, o menos. Tras la independencia su población
empezó a recuperarse.11
En la actualidad, la mayor parte de los aimaras viven ahora en la región del lago Titicaca y
están concentrados en el sur del lago. El centro urbano de la región aimara es El Alto,
ciudad de 750 000 habitantes, y también en la La Paz sede de gobierno de Bolivia.
Además, muchos aimaras viven y trabajan como campesinos en los alrededores
del Altiplano. Se estima en 1 600 000 a los bolivianos aimara-parlantes. Entre 300 000 y
500 000 peruanos utilizan la lengua en los departamentos de Puno, Tacna, Moquegua y
Arequipa. En Chile hay 48 000 aimaras en las áreas de Arica, Iquique y Antofagasta,
mientras que un grupo menor se halla en las provincias argentinas de Salta y Jujuy.12
El aimara utilizó un tipo de proto-khipus, sistema nemotécnico de contabilidad básica
común a varios pueblos precolombinos, como los de Caral-Supe y Wari (anteriores a los
aimara), y los Incas. No existen evidencias que hayan tenido lenguaje escrito, a pesar de
que algunos, como William Burns Glyn, sostienen que los khipus incaicos pudieron ser una
forma de ello

Demografía[editar]
Distribución de aimaras por municipio en Bolivia de acuerdo al censo de 2001.

Distribución de aimaras por Distrito en Puno Peru de acuerdo al censo de 2007.

País Población aimara-hablante Año del censo Referencia


13
Bolivia 1 191 352 2012
14
Perú 443 248 2007
15
Chile 128 201 2012
16
Argentina 85 888 (Kollas y Aymaras) 2010

Aimaras en Argentina[editar]
La Encuesta Complementaria de Pueblos Indígenas (ECPI) 2004-2005, complementaria
del Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2001 de Argentina, dio como
resultado que se reconocieron y/o descienden en primera generación del pueblo aimara
4104 personas en Argentina.17
El Censo Nacional de Población de 2010 en Argentina reveló la existencia de 20 822
personas que se auto-reconocieron como aimaras en todo el país, 9606 de los cuales en la
ciudad de Buenos Aires, 6152 en la provincia de Buenos Aires, 773 en la de Jujuy, 358 en
la de Neuquén y 326 en la de Tucumán.1819
Aimaras en Bolivia[editar]
La población que se auto-reconoció como aimara en el censo boliviano de 2001 fue de
1 277 881 personas. Este número bajó a 1 191 352 en el censo de 2012.20
Aimaras en Perú[editar]
Grupos étnicos aymaras[editar]
Una parte del segmento amerindio son los aymaras. En cuanto al idioma aimara el último
censo realizado el 2007 en el Perú, dio como resultado una población de 443 248
aymarahablantes.
Los datos censales confirman al aymara como la segunda lengua amerindia más difundida
en el Perú. La región Punoconcentra la mayor cantidad de aimarahablantes, superando los
300 mil; seguidamente la región Tacna supera por poco los 45 mil aymarahablantes; y
finalmente las regiones de Moquegua, Lima y Arequipa concentran poblaciones
importantes de hablantes de esta lengua.21
A los aimaras generalmente se les agrupa en un sólo grupo etnolingüístico, pero se
pueden reconocer varios grupos entre los que destacan los Lupacas, Urus y Pacajes.
En el caso de la etnia Uru o Uro, hablaban la lengua uruquilla que se considera extinta en
Perú. Habitaron gran parte del sur de Perú, norte de Chile y el occidente de Bolivia, y su
origen étnico se remontaría a épocas anteriores a los incas.22
Desde el 2009, el proyecto de "Salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial de las
comunidades aimaras de Bolivia, Perú y Chile", forman parte de la Lista representativa del
patrimonio cultural inmaterial de la humanidad de la UNESCO.23
Dentro de las etnias aimaras en el Perú, también se incluyen a dos etnias aisladas
geográficamente de las demás etnias aymaras que por tradición habitan los alrededores
de la meseta del Collao. Estas etnias son los Jaqarus24 y los Kawkis que habitan las
sierras del distrito de Tupe, Provincia de Yauyos, en la región Lima. Las lenguas de estas
etnias fueron estudiadas por primera vez en 1959 por Martha Hardmann, catalogándolas
en la familia aru o aymara.25
En el caso del Jaqaru, se calcula su población en 2300 habitantes,26 y actualmente se
hacen grandes esfuerzos por salvar a esta lengua de la extinción.24 Las tradiciones
textiles, musicales y orales de esta etnia son únicas27 y sólo se la puede encontrar en un
reducido espacio geográfico de la Región Lima.
Los kawki o cauqui, en cambio, se distribuyen en una zona tan reducida como unos
cuantos poblados en la provincia de Yauyos, (Cachuy, Chavín y Canchán). Con una
lengua al borde de la extinción. Fue Martha Hardmann quien relacionó a la lengua de los
kawki como una de las lenguas vivas de la familia jaquí en la que se incluye al aimara.28

Cultura[editar]
Wiphala[editar]
Artículo principal: Wiphala

Bandera wiphala.
Su idioma es la lengua aimara, aunque muchos de ellos hablan castellano como
consecuencia de la colonización o conquista española. Su símbolo o bandera es
la Wiphala. No obstante, la misma ha sido cuestionada por muchos historiadores al no
existir antecedentes históricos que demuestren su origen aimara (en sí mismas, las
banderas son símbolos europeos); al contrario, algunos indicios apuntan a un surgimiento
moderno de la Wiphala (durante el siglo XX).
Uso de la hoja de coca[editar]
Algunas personas acostumbran masticar la hoja sagrada de coca (Erythroxylum coca). Por
su condición de hoja sagrada durante la época del imperio incaico, su uso estaba
restringido al inca, nobleza y sacerdotes bajo pena de muerte. Además del uso en
masticación, utilizan las hojas de coca en remedios al igual que en rituales. Durante este
último siglo, estas plantaciones les han traído conflictos con las autoridades, por prevenir
la creación de la droga cocaína. Sin embargo, la coca tiene gran participación en la religión
de los aimaras, al igual que antes con los incas y últimamente se ha convertido en un
símbolo cultural de su identidad. Los cultos de Amaru, Mallku y Pachamama son las
formas más antiguas de celebración que los aimaras aún realizan.

Calendario aimara[editar]
Año nuevo aimara[editar]
Aún no existen fundamentos históricos para determinar que el año aimara se celebra el 21
de junio o para establecer un cómputo exacto del año que se cumple (por ejemplo, en el
2017 se llegaría al año 5525 del calendario aimara; tal fecha (21 de junio) coincide con el
solsticio de invierno, el cual fue festejado ancestralmente por el pueblo quechua en la
fiesta del Inti Raymi.
A partir del año 2013, el día 21 de junio es «feriado nacional inamovible» en Bolivia.29
Recibimiento del Sol[editar]

Puerta del Sol

En Tiwanaku antes del 21 de junio los comunarios y turistas que vienen a conocer y a
compartir esta fiesta milenaria, el día 20 de junio realizan una víspera similar al Año Nuevo
tradicional igualmente para despedir el año viejo. A partir entre las 6:00 y 7:00 de la
mañana, se preparan con música folclórica tradicional y rituales para recibir el nuevo año
frente a la Puerta del Solcon la entrada de los primeros rayos del sol, como también la
llegada del solsticio y la época del invierno.
Creencias[editar]
Esta tradición milenaria que se ha conservado en su cosmovisión ancestral, dice que la
llegada de todos los años es para el bienestar y la buena fertilización de la cosecha. Lo
mismo y similar al año nuevo tradicional, para los creyentes los años venideros serán de
gran prosperidad para quienes lo deseen. Los sacerdotes comunarios, realizan rituales y
agradecen a la Pachamama solicitando su bendición.
Algunos conceptos propios de dicha cosmovisión (como el "suma qamaña") fueron
recogidos en la última reforma constitucional boliviana como parte de la política del
gobierno de Evo Morales, para la dignificación de la identidad indígena.[cita requerida] Su
creencia no se aprecia en forma de adoraciones exageradas en lo abstracto o invisible,
tienen una religiosidad viviente, donde los vivos y los muertos no dejan de existir, es decir,
solo cumplen un ciclo de vida para volver al inicio. Las divinidades son energías, son su
sobrevivencias. EL Tata-Inti o el dios sol o como la Pachamama o la madre tierra, son los
puntos de partidas de todo. Por eso toda ceremonia se inicia mirando hacia arriba, hacia el
sol.

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