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N. E.

Babenko
Comisión 4 (jueves de 17 a 19)

DERECHOS EDITORIALES Y DE AUTOR - RESUMEN TEÓRICO.

UNIDAD 1- La propiedad intelectual.

Los avances tecnológicos no son acontecimientos aislados, sino que reflejan un estado determinado de
conocimiento, un entorno institucional e industrial particular, una cierta actitud para definir un problema
y resolverlo, una mentalidad económica para que esa solución sea rentable, y una red de productores y
usuarios que puedan acopiar sus experiencias, en forma acumulativa, aprendiendo a utilizar y crear.

La dependencia de ciertos medios de intercambio de ideas, problemas y soluciones, es un rasgo crítico


que cabe trasladar a las experiencias de revoluciones pasadas a la actualidad.

PROPIEDAD INTELECTUAL.

Es la regulación jurídica de la propiedad de las creaciones de ingenio, tales como invenciones, las obras
literarias y artísticas, los símbolos, los nombres, las imágenes, los dibujos y diseños industriales y, en
general, los activos intangibles utilizados en el comercio.

Características.

Es un derecho de propiedad especial, consagrado en el Art. 17 de la CN, que se caracteriza por la


intangibilidad del objeto protegido y consecuentemente ubicuidad. De allí la necesidad y la importancia
de su observancia y los criterios especiales de protección, basada en el principio de “exclusividad” de las
facultades conferidas por la ley a los titulares de estos derechos.

Esta propiedad tiene un límite temporal establecido por la ley, denominado dominio privado.

La propiedad intelectual es:

✓ Un derecho de propiedad especial, de naturaleza real, de rango constitucional,


✓ Una facultad exclusiva de autorizar o prohibir cualquier autorización de material protegido bajo
sus normas,
✓ Una propiedad limitada en el tiempo (dominio privado),
✓ Un derecho que recae sobre un objeto intangible y ubicuo. Por ello requiere un tipo especial de
protección.
Ha sido clasificado en el Tratado de Estocolmo de 1967:

✓ A las obras literarias, artísticas y científicas,


✓ Las interpretaciones de los artistas intérpretes y a las ejecuciones de los artistas ejecutantes, a los
fonogramas y a las emisiones de radiodifusión,
✓ A las invenciones en todos los campos de la actividad humana,
✓ A los descubrimientos científicos,
✓ A los dibujos y modelos industriales,
✓ A las marcas de fábricas, de comercios y servicios, así como los nombres y denominaciones
comerciales,
✓ La protección contra la competencia desleal y todos los demás derechos relativos a la propiedad
intelectual, en los terrenos industrial, científico, literario y artístico.
En el acuerdo sobre los ADPIC, en el Art. 1.2 abarca:

✓ Sección 1: Derechos de autor y derechos conexos,


✓ Sección 2: Marcas de fábrica y de comercio,
✓ Sección 3: Indicaciones geográficas,
✓ Sección 4: Dibujos y modelos industriales,
✓ Sección 5: Patentes,
✓ Sección 6: Esquemas de trazado (topografías) de los circuitos integrados,
✓ Sección 8: Control de las prácticas anticompetitivas en las licencias contractuales.
La Propiedad intelectual se divide en dos categorías:
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a) La propiedad industrial, comprensiva de las invenciones, patentes, marcas, dibujos y modelos


industriales e indicaciones geográficas de procedencia, las normas de la competencia desleal, las
obtenciones de las variantes vegetales, etc.
b) El derecho de autor que abarca las obras literarias y artísticas. Dentro de estos se hallan los
derechos conexos al derecho de autor, son los derechos de los artistas intérpretes y ejecutantes
sobre sus interpretaciones y ejecuciones, los derechos de los productores de fonogramas y los
derechos de los organismos de radiodifusión sobre las emisiones de sus programas de radio y de
televisión.
Las innovaciones y las expresiones creativas de las comunidades indígenas y locales también,
identificados como “conocimientos tradicionales”, recursos genéticos y expresiones tradicionales
(folclore), constituyen propiedad intelectual, pero al ser tradicionales quedan al margen de la protección
que les confiere los actuales sistemas de P.I.

La Propiedad Intelectual es una disciplina jurídica destinada a promover la creatividad, la difusión del
conocimiento y de las artes, y fomentar las prácticas comerciales locales. Contribuye al desarrollo
cultural, económico y social.

Presupuesto de protección: originalidad. Ésta en mínimo deberá contener la impronta del autor. Por ende,
es una cuestión de hecho, que debe ser invocada y probada en caso de controversia.

Concepto:

El Derecho de autor es una rama del derecho de propiedad intelectual que protege las expresiones
originales del intelecto en el ámbito literario, artístico y científico. En este sentido es un derecho formal,
pues no protege a las ideas sino a la “forma” original de expresarlas. Confiere la facultad exclusiva de
autorizar o prohibir cualquier utilización de material original sin autorización del titular.

Se caracteriza por el ius prohibendi, es decir, la facultad de impedir que goza el titular del derecho a
cualquier uso de la obra sin su autorización. Significa una protección jurídica efectiva, mediante derechos
exclusivos, a los fines de observancia de los mismos.

Se caracteriza por:

a) La inmaterialidad y ubicuidad del objeto protegido,


b) Las limitaciones en el tiempo, la propiedad intelectual se concede por un plazo determinado por
la ley, que varía por el tipo de obra y titulares.
c) Las limitaciones y excepciones a la exclusividad,
d) La doble naturaleza jurídica del contenido: derechos patrimoniales y morales, para los países de
tradición continental,
e) La independencia de los derechos de explotación,
f) La tipicidad de la forma de transmitir los derechos inter vivos: licencia o cesión.
Ámbito de protección.

La protección de las obras literarias y artísticas es automática. El derecho de autor nace con la creación.
Por lo tanto, la existencia, el goce y el ejercicio de estos derechos no están subordinados a ninguna
formalidad, y son independientes de la existencia de protección en el país de origen de la obra. Este es un
principio convencional y obligatorio para los Estado miembros del Convenio de Berna (principio de
protección automática).

Derecho de autor: Proviene de la familia del derecho francés, refleja la protección personal que recae
sobre la persona del creador, por lo tanto, es subjetiva con énfasis en las propiedades patrimoniales y
morales del autor. Es el punto de vista consagrado en el enfoque continental. Se basa en la idea de un
derecho personal del autor fundado en una forma de identidad entre el autor y la creación. El derecho
moral esta constituido como emanación de la persona del autor: se funda en la concepción de que la obra
es expresión de la persona del autor, y por tal confiere una protección del tipo personal.

Copyright: Procede del derecho anglosajón y confiere una protección exclusivamente económica al titular
del derecho de explotación, con prescindencia si es el creador o un tercero licenciario o cesionario de los
derechos de explotación. Protege, básicamente, la inversión y el interés público en el acceso a las obras.
Es casuístico, no tiene derechos morales y rige en los países de tradición anglosajona. Se limita
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estrictamente a la obra, sin considerar atributos morales del autor en relación a la misma, excepto la
paternidad, aunque no por el mismo sino como un derecho personalísimo del derecho común. La
Convención Universal de Ginebra (1951) refleja este enfoque y adopta el símbolo internacional del
Copyright.

Ambos, el Derecho de autor y el Copyright, constituyen dos concepciones de propiedad literaria y


artística. Los tratados de derecho de autor actuales son una síntesis de ambas perspectivas.

Historia.

Fue la idea de avance social fundada en la creación y búsqueda de conocimiento, la razón por la que se
estableció protección a ciertos autores y por las que se les reconoció derechos sobre sus obras literarias.
Sin embargo, no fue hasta la aparición de la imprenta cuando se plantea la necesidad de proteger la
reproducción o fabricación de copias como fuente de propiedad intelectual. Fueron los privilegios de
imprenta los antecedentes más próximos al derecho de autor. El Estado comenzó a controlar tanto a
quienes invertían en la industria de la impresión como la libertad de expresión que conlleva la actividad.
Así, fueron suprimiendo los derechos de imprenta y estableciéndose un derecho positivo en favor de los
creadores.

El derecho de autor tuvo en sus orígenes un carácter estrictamente patrimonial y territorial, dado que el
idioma y el colonialismo suponían una barrera política y comercial significativas. Sin embargo, la
necesidad del intercambio cultural transfronterizo, condujo en 1886 a la aprobación del Convenio de
Berna para la protección de obras literarias y artísticas, constituyéndose en el primer puente de protección
internacional del derecho de autor, con un significativo efecto amortizador sobre las legislaciones
nacionales.
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UNIDAD 2- Objeto.

1 La Obra.

El objeto del derecho de autor son las expresiones originales que constituyen creaciones literarias o
artísticas, denominadas obras. La protección del derecho de autor abarca la protección de las expresiones
de las ideas, procedimientos, métodos de operación y conceptos matemáticos, pero no de las ideas en sí,
esas yacen en el dominio público.

Se entiende por “obra literaria y artística”, según el Convenio de Berna y Tratados posteriores, todas las
producciones en el campo literario, científico y artístico cualquiera sea el modo o la forma de expresión.
(*ver pag. 1 apunte)
2 La protección de la Ley.

El derecho de fuente convencional adoptó una fórmula enunciativa no prescriptiva, para decidir el objeto
del derecho de autor, recogido por las legislaciones nacionales. Por tanto, se pueden hacer infinitas
expresiones originales tuteladas por el derecho de autor.
Las expresiones tuteladas por los llamados “derechos conexos” son creaciones incorporadas en el devenir
tecnológico del sistema de protección tanto de base convencional como nacionales, sea como derechos
exclusivos o como derechos a justa remuneración.
Los programas de ordenador están protegidos como obras literarias en el Convenio de Berna (Art 2),
cualquiera sea su modo o forma de expresión. (Son un ejemplo de obra que no figura descripto en el
Convenio de Berna, sin embargo, se clasifican como obra literaria por su estructura puramente
lingüística).
Gozan de protección con arreglo a normativa de derechos de autor establecidos en WCT (1996), ya que,
aunque sea exclusivamente leído por máquinas, es elaborado por humanos.
Las producciones multimedia, tampoco figuran en el Convenio de Berna, pero son consideradas obras
literarias o artísticas.
Las compilaciones de datos o de materiales, en cualquier forma que por razones de selección o
disposición de contenido constituyan creaciones de carácter intelectual, son protegidos por derecho de
autor. Esta protección no abarca a los datos y a los materiales en sí mismos y se entiende que la
compilación es original.
3 Síntesis.
El objeto del derecho de autor son las expresiones originales en el campo literario y artístico (también
científico) denominadas obras.
Estos derechos alcanzan cualquier forma de expresión de la creatividad humana, orientada a la
comunicación y la exposición del conocimiento, las artes y el entretenimiento, que sean objeto de
producción, reproducción, comunicación pública y transformación, con la finalidad de ponerlas a
disposición del público, en cualquier formato y entorno tecnológico, tanto analógico como digital.
La protección se extiende a toda creación original independientemente del valor o entidad literaria o
artística de la misma. (Principio de objetividad).
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UNIDAD 3 – Titularidad
La expresión derechos de autor nos remite, en primer lugar, a la persona creadora de la obra, es
decir, el autor. Las leyes, en general, no definen lo que es un “autor”, pero podríamos decir en
términos generales, que es el titular inicial del derecho de autor. La autoría no siempre coincide
con la titularidad de la obra.
El requisito por el cual la obra debe ser producto de la labor intelectual a una persona física para
gozar de la protección jurídica autoral, es una cuestión distinta a la atribución de la titularidad
sobre el mismo. La primera es una condición natural intrínseca al propio fundamento de la
protección jurídica autoral, esto es, la condición de autor constituye un predicado real y no una
atribución de derechos. La segunda, la atribución de derechos propiamente, consiste en una
atribución puramente jurídica cuyos contornos pueden ser moldeados por el propio legislador.
Una vez creada la obra se convierte en una mercancía, y como tal es de naturaleza patrimonial y
transable, puede ser objeto de transmisión por las causas y modos establecidos en la ley.
En general, las leyes determinan una norma taxativa o enunciativa de los titulares de derecho de
autor. Son titulares de derecho de autor de la propiedad intelectual:
El autor de la obra,
Sus herederos o derechohabientes,
Los que, con permiso del autor, traduzcan, refunden, adapten, modifiquen o transformen sobre
la nueva obra intelectual resultante,
Las personas, físicas o jurídicas, que produzcan un programa de computación en el desempeño
de sus funciones laborales, salvo que se indique lo contrario.
No obstante, la ley contempla esta disposición en los siguientes casos, para determinar la
existencia, alcance y ejercicio de la titularidad:
Art. 16 “Salvo convenios especiales, los colaboradores de una obra disfrutan de derechos
iguales, los colaboradores anónimos de una compilación colectiva, no conservan derecho de
propiedad sobre su contribución de un cargo y tendrán por representante legal al editor”
Art. 17 “No se considera colaboración la mera pluralidad de autores, si no en el caso de que la
propiedad no pueda dividirse sin alterar la naturaleza de la obra”
Art. 18 “El autor de un libreto o composición cualquiera puesta en música, será dueño exclusivo
de vender o imprimir su obra literaria separadamente de la música, autorizando o prohibiendo la
ejecución o representación pública”
Art. 19 “En caso de que dos o varios autores hayan colaborado en una obra dramática o lírica,
bastará para su representación pública, la autorización concedida por uno de ellos, sin prejuicio
de las acciones personales a que hubiere lugar”
Art. 20 “Salvo convenios especiales, los colaboradores de una obra cinematográfica tienen
iguales derechos, considerándose tales al autor del argumento, al productor, al director y al
compositor”
La falta de metodología legislativa de la ley, emplea como sinónimas las siguientes expresiones:
autor, propietario y titular.
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Los editores y cesionarios de derechos de autor, son titulares derivados, la causa de su título es
un contrato de edición o cesión, no la ley. A su vez, la ley de contrato de trabajo establece una
presunción de titularidad a favor del empleador para las obras creadas en un marco de relación
laboral subordinada. Y, en general, en las obras por encargo el comitente se reserva por contrato
la titularidad inicial sobre la obra resultante.
En síntesis, los titulares de derecho de autor son personas físicas o jurídicas que detentan la
titularidad de la obra o material protegido por derecho de autor y puede realizar los derechos y
las acciones consecuentes al ejercicio de ese derecho de propiedad. La titularidad puede ser
adquirida por las siguientes circunstancias:
Por el hecho jurídico de la creación de la obra primigenia o derivada, en cuyo caso los titulares
serán autores a título originario o derivado,
Por el hecho jurídico de la muerte del autor en cuyo caso los herederos serán causahabientes o
titulares derivados del derecho, por asignación de la ley y por el acto jurídico de una convención
(licencia o cesión), en cuyo caso los licenciarios o cesionarios serán titulares derivados del
derecho de autor. En ambos casos la causa de la titularidad es un contrato, con fundamento en el
derecho material de fuente interna en el art. 1197 del código civil.
El derecho de propiedad intelectual y consecuentemente su titularidad, se agotan
inexorablemente al expirar el plazo de protección (dominio privado) con excepción de los
derechos morales que se mantienen sine die (sin el).
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UNIDAD 4 – Contenido.
1 ¿Cuál es el contenido del derecho de autor?
El contenido del derecho de autor son los “derechos”. Estos son facultades exclusivas de
autorizar o prohibir el carácter patrimonial y extrapatrimonial. Por tanto, el contenido del
derecho de autor se divide en dos clases de derechos, los patrimoniales o de explotación y los
morales.
1.I Derechos patrimoniales.
Son facultades de origen económico que le permiten al autor explotar sus obras en el mercado
(Art. 2 Ley 11723), se refiere a la edición, a la representación o a la venta.
Las facultades de explotación son infinitas, básicamente se agrupan en tres clases de derechos,
que fueron evolucionando y adaptándose en el devenir tecnológico de los requerimientos del
mercado.
a) Derechos de Reproducción: Implica la fijación, reproducción, publicación, distribución
y venta de ejemplares o copias. Es el derecho más antiguo y presupone la fabricación de
copias para su publicación, distribución y venta (Ar. 19 Convenio de Berna).
La redacción amplia de la norma permite la extensión al entorno digital.
Este derecho presupone el derecho a la distribución sin el cual no tendría sentido. La realización
de copias se hace para su distribución y venta, derechos territoriales que se agotan en la
primera venta o cesión de titularidad de cada ejemplar. Esto significa que el consumidor
que adquiere la copia o ejemplar, adquiere la propiedad y puede disponer del mismo.
Derecho de Alquiler o préstamo público de fijaciones sonoras, audiovisuales, informáticas, etc.,
implica la autorización expresa del titular del derecho para su alquiler o préstamo con
fines comerciales (Art 7 WCT).
b) Derecho de comunicación pública: Es la puesta a disposición del público de la obra de
cualquier lugar para ser recibida por el público presente o a través de dispositivos de
recepción de la señal alámbrica o inalámbrica portadora del programa que contiene la
obra. La característica de este derecho es que a fines de este ejercicio no hay copia, solo
acceso a la obra para ser percibida por los sentidos en cualquier medio o soporte,
analógico o digital.
En virtud de las leyes nacionales, el derecho exclusivo que goza el titular del derecho de autor,
se ve sustituido en ciertas circunstancias por el derecho a remuneración equitativa.
En cuanto a las descargas en contextos digitales, la mayor parte de las legislaciones nacionales
se recoge ese derecho de comunicación al público y en otras se entiende que forma
parte del derecho de distribución.
c) Derecho de Transformación: Implica una modificación sustancial de la obra con
permiso del autor, tales como el permiso de traducción, adaptación, arreglos musicales,
etc. Por si solas las transformaciones y adaptaciones constituyen obras protegidas por el
derecho de autor, a título derivado. Por ello, para publicar una obra traducida que se
halle en el dominio privado se requiere la autorización de ambos titulares del derecho.
(Art 12 Convenio de Berna).
El entorno digital es un medio tan amigable para adaptar con facilidad una obra, pues se permite
transformar las obras de forma interactiva, y, además, los usuarios se sienten tentados a
modificarlas. Por ello es necesario tener cuidado dado que es material protegido y debe
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presentarse a la explotación normal de la obra para no caer en un supuesto de


infracción.
También existe otro derecho patrimonial no regulado en Argentina y exclusivo para artistas
plásticos denominado Droit de suite o derecho de seguimiento. Esto significa que los
titulares del derecho sobre la obra, gozaran de un derecho inalienable a obtener una
participación en las ventas de la obra posteriores a la primera cesión operada por el
autor. La legislación nacional determinará por el autor el modo de preparación y el
monto a percibir.
1.II Derechos Morales.
Son facultades de carácter extra patrimonial que básicamente le permiten al autor controlar la
difusión, paternidad e integridad de su obra. Se caracterizan por ser inalienables, imperceptibles
e inembargables, no se agotan en el tiempo, son sine die. La Ley 11723 no los ha regulado ni
expresado orgánicamente, de allí que la expresión “derechos morales” no conste en el texto de
la misma.
● Derecho de Divulgación: Facultad del autor de decidir si publica (divulga) o no su obra
y en qué forma lo hará (Art 2 Ley 11723). Incluye el derecho de revelación u
ocultamiento, sin que renuncie a la autoría de la obra.
● Derecho de Paternidad: Es el derecho de exigir el reconocimiento de la autoría cada vez
que se publica la obra. Implica que la obra siempre deberá ser utilizada con el nombre
del autor, aun cuando la haya cedido al dominio público (Art 52 Ley 11723).
● Derecho de Integridad: Implica el derecho a oponerse a cualquier deformación o
modificación no autorizada de la obra. También incluye cualquier atentado a la misma
que cause prejuicio injustificado a la reputación del autor o de la explotación de la obra.
Es la facultad de impedir cualquier atentado contra la integridad de la obra que pueda
perjudicar el honor o reputación del autor. (Art 51 Ley 11723).
En un entorno como en la web, este derecho cobra especial importancia, debido a la facultad
con la que se debe manipular y deformar los recursos electrónicos.
● Derecho de Arrepentimiento o Retracto: Es el derecho que posee el autor de retirar la
obra del mercado, o modificarla indemnizando al titular de los derechos de explotación.
Es un derecho contravencional, que no está reconocido en nuestra legislación porque
afecta a la seguridad jurídica de las transacciones.
Los derechos morales no forman parte del Copyright y han sido regulados en el derecho de
fuente convencional e interna en los países de tradición occidental.
2 Limitaciones y excepciones.
Los sistemas jurídicos no conciben derechos absolutos o monopólicos, sino que todos los
derechos son relativos de acuerdo a las leyes que reglamentan su ejercicio. Estas
limitaciones son relativas al carácter exclusivo del derecho de autor. El Convenio de Berna
contiene disposiciones que otorgan libertades a los Estados miembros, para establecer
limitaciones a los derechos de los autores en determinadas circunstancias, con arreglo a
legislaciones nacionales. Estas limitaciones y excepciones pueden clasificarse en los
siguientes grupos:
● Disposiciones que excluyen, o permiten excluir, de la protección a determinadas
categorías de obras o materiales. Por ejemplo, los textos de orden legislativo,
administrativo o judicial, las noticias del día, los discursos políticos y los
pronunciamientos en debates judiciales.
Podrían denominarse “limitaciones” a la protección, en cuanto no se requiere protección para la
naturaleza específica del objeto en cuestión.
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● Disposiciones que conceden inmunidad (normalmente de carácter facultativa más que


preceptiva) en los procedimientos de infracción respecto a determinadas modalidades de
utilización, como las que tienen por finalidad las informaciones de prensa, la enseñanza
o cuando se cumplen determinadas condiciones.
Pueden denominarse “utilizaciones permitidas” o excepciones sin protección, ya que hacen
posible la aplicación de un eximente en los casos en los que pudieran derivarse
responsabilidades jurídicas.
● Disposiciones que permiten una determinada utilización de material protegido por
derecho de autor, previo pago al titular de dicho derecho. Estas disposiciones, que
suelen denominarse “licencias obligatorias”, así como las normas que permiten su
aplicación, aparecen registradas en el Convenio de Berna y otros tratados posteriores, y
se permiten bajo determinadas condiciones.
El fundamento político y jurídico de cada categoría de disposiciones es diferente.
✓ En la primera categoría se parte de la base de que existen sólidos motivos de políticas
públicas según los cuales las protecciones de derechos de autor no deberían abarcar a
determinadas obras, por ejemplo, debido a la necesidad de facilitar al público en general
el acceso a dichas obras.
✓ La segunda categoría de disposiciones constituye una concesión más limitada que
autoriza determinadas utilizaciones de obras que, normalmente, estarían protegidas. En
ese caso el interés público justifica la anulación de los derechos privados que tienen los
autores sobre sus obras en determinadas circunstancias.
✓ En la tercera categoría los derechos de autor siguen protegidos, pero de una manera
mucho más restringida, ya que, aunque el interés público sigue justificando su
utilización, independientemente del consentimiento del autor, dicha utilización está
sujeta al pago de una adecuada remuneración.
Si bien estas categorías se encuentran desarrolladas en el Convenio de Berna, se trata, en su
mayoría, de casos que han de ser resueltos por los Estados Miembros. La primera limitación que
posee el derecho de autor es temporal. La segunda es la exclusión de protección por derecho de
autor, de determinado tipo o categoría de obras. El tercer tipo de limitación está relacionada con
ciertos tipos de actos de explotación que por lo general requieren de autorización del titular del
derecho, pero en las circunstancias que establezca la ley pueden realizarse sin la misma. Existen
dos tipos básicos de esta última categoría:
i. Actos de libre utilización: No requieren autorización previa ni pago de
obligación u obligación de compensar al titular del derecho por tales usos, pero
deben mencionar la fuente completa, por ejemplo, las citas y las utilizaciones
con fines educativos.
ii. Licencias no voluntarias y licencias no obligatorias: No precisan autorización
previa, pero exigen compensar al titular del derecho.
3 Síntesis.
Las limitaciones y excepciones pueden ser libres y gratuitas, o solo libres en cuanto a pedidos
de autorización, pero remuneradas en cuanto a su uso. Siempre son de carácter territorial y de
interpretación restrictiva. Por ello, en caso de duda, debe solicitarse la autorización, pero no
incurrir en una causal de abuso del derecho directamente en una infracción.
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DERECHOS EDITORIALES Y DE AUTOR - RESUMEN TEÓRICO.


UNIDAD 5 – Duración.
Principio general (Art 5 Ley 11723)
La propiedad intelectual sobre sus obras corresponde a los autores durante su vida y a sus
herederos y derechohabientes hasta 70 años contados a partir del 1 de enero del año siguiente de
la muerte del autor.
Para los derechos conexos, el mismo artículo establece que la propiedad intelectual sobre las
interpretaciones o ejecuciones corresponden a los artistas intérpretes por un plazo de 70 años
contados a partir del 1 de enero del año de su publicación. Asimismo, para los fonogramas, los
derechos corresponden a sus productores de la misma forma. Los fonogramas del dominio
público volverán al dominio privado por el plazo que reste y los terceros deberán cesar
cualquier forma de utilización.
Para las personas jurídicas o de existencia ideal que sean titulares iniciales del derecho de autor,
el Art 8 establecerá un plazo diferenciado menor e injustificable:
“La propiedad intelectual de las obras anónimas pertenecientes a instituciones, corporaciones o
personas jurídicas, duran 50 años contando desde su publicación”.
Para las fotografías 20 años a partir de su publicación.
Para las obras cinematográficas el plazo es de 50 años a partir del fallecimiento del último de
los colaboradores nombrados en el Art 20.
Para la publicación de cartas el plazo es de 20 años a partir del fallecimiento del autor de la
carta.
Sin embargo, las obras cinematográficas, en los países de la Unión, tienen la facultad de expirar
50 años después de que la obra haya sido accesible al público, con el consentimiento del autor, o
si este hecho no ocurre, que la protección expire 50 años después.
Lo mismo para las obras anónimas o seudónimas, se conozcan antes o durante, la identidad del
autor (pp 1). Si la identidad no se conoce y se supone que el autor murió hace más de 50 años,
los países de la Unión no están obligados a proteger dicha obra.
Queda reservada a la legislación de los países de la unión la facultad de establecer el plazo de
protección para las obras fotográficas y las obras aplicadas, protegidas como obras artísticas, sin
embargo, este plazo podrá ser inferior a un período de 25 años contados desde la realización de
tales obras.
Los países de la Unión tienen la facultad de conceder plazos de protección más extensos que los
previstos en los párrafos precedentes. Los países que quieran establecer plazos menores a los
previstos, deberán adherirse al Acta de Roma del Convenio de Berna.
En todos los casos el plazo de protección será establecido por la ley del país en el que la
protección se reclame, sin embargo, a menos que la legislación del país no disponga otra cosa,
la duración no excederá el plazo fijado en el país de origen de la obra.
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