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“Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra

la perfeccionara hasta el día de Jesucristo”.- Filipenses 1:6.

¿Que es la obra del Espíritu?-

Dios introdujo en el Nuevo Pacto una dimensión nueva: La dimensión del


Espíritu. Esta no es simplemente una experiencia sino un proceso por medio
del cual Dios perfecciona a los creyentes. La vida espiritual siempre ha sido
planteada por Dios de la misma manera. En Proverbios 4:18 se nos dice que
“La senda de los justos es como la luz de la aurora que va en aumento hasta
que el día es perfecto” (léase 2ª. Cor. 3:18)

¿Cuándo comienza?

Las escrituras nos enseñan que el hombre sin Dios tiene el entendimiento
entenebrecido, que vive según la corriente del mundo, y que su conciencia
no percibe la voz de Dios. (Efesios 4:18; Efesios 2:2;) En este estado moriría
sin esperanza. Pero a Dios le pareció bien escoger la predicación como
medio de llevarle la salvación al hombre, por decirlo así, a su casa. (1ª.Cor.
1:21) Esto quiere decir que Dios, por su Espíritu, y a través de su Palabra
alcanza al hombre.
“Siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la
palabra de Dios que vive y permanece para siempre” (1ª.Pedro 1:23).
Jesucristo nos dice que este método no es otra cosa que el Espíritu Santo en
acción:
(Juan 6:44; San Juan 14:6; Juan 16:8.) Así que la reacción del ser humano es
bajo la presión del Espíritu de Dios.
Aquí se inicia la operación de regeneración que debe culminar con el
perfeccionamiento del creyente

El bautismo Del Espíritu Santo.

A un grupo de personas ya convertidas y que habían andado con el Señor por


mas de tres años haciendo milagros y predicando el evangelio Jesús les dijo:
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“Porque Juan ciertamente bautizo con agua, mas vosotros seréis bautizados
con el Espíritu Santo dentro de no muchos días..Pero recibiréis poder, cuando
haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo y me seréis testigos en
Jerusalén…” (Hechos 1:5 y 8).

Este grupo de personas en número de 120 se fueron al Aposento Alto y


esperaron hasta que fueron llenos del Espíritu Santo. En ese día que estaban
reunidos en Jerusalén varones piados de todas las naciones el apóstol Pedro
predico un memorable sermón
Y se convirtieron un gran número de ellos y fueron añadidos al grupo de
creyentes unas tres mil almas pero no nos dice que recibieron el Espíritu
Santo. Es decir que fueron añadidos pero no recibieron el bautismo Espíritu
Santo”. (Hechos 2:41)

En el caso del capitulo cuatro se nos informa que el numero de los que
creyeron fue como de cinco mil de los cuales tampoco se afirma que
recibieran el bautismo del Espíritu Santo.
En la ocasión de Samaria, Felipe les había predicado el evangelio pero ellos
no habían recibido el bautismo del Espíritu Santo hasta que descendieron
los apóstoles de Jerusalén. (Hechos 8:14-17). De estas personas se afirma
que la obra de Dios había sido efectiva en ellos y que habían sido
incorporados al cuerpo, pero todavía no habían recibido el bautismo del
Espíritu un verso que no debemos pasar por alto porque resume toda una
posición doctrinal ya que la discusión que la genera es doctrinal: “Y Dios que
conoce los corazones, les dio testimonio, dándoles es Espíritu Santo lo
mismo que a nosotros”. (Hechos 15:7 –8)
¿Cómo es esto posible? Esto es posible si comprendemos la escritura
contenida en Galatas 4:4 -6). Porque primero el Señor nos quito el yugo de en
esclavitud y nos hizo sus hijos, luego, por cuanto éramos hijos, envió el
Espíritu de su hijo…
La palabra bautizar quiere decir “sumergir”.Cuando somos bautizados en
agua, somos “sumergidos” en el agua. Cuando somos bautizados en el
Espíritu, somos “sumergidos” en el Espíritu.
Los cristianos somos bautizados, sumergidos, en el Espíritu por la experiencia
del bautismo en el Espíritu. Pero somos bautizados, sumergidos, en el cuerpo
por la obra del Espíritu. (1ª.Cor. 12:13). En la versión “Dios habla Hoy” dice:
De la misma manera, todos nosotros, judíos, o no judíos, esclavos o libres,

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fuimos bautizados para formar un solo cuerpo por medio de un solo Espíritu;
y a todos se nos dio a beber de ese mismo Espíritu”.
No es escrituralmente sano pensar que siempre que la Biblia habla de la
presencia del Espíritu o la acción del Espíritu Santo en nuestra vida se refiera
al bautismo del Espíritu.
Las sagradas Escrituras nos hablan de ser como Cristo, de tener su carácter
de proyectar su naturaleza haciendo referencia a la identificación del
cristiano con los principios y naturaleza del Cristo. (Romanos 8:9 y Filipenses
2:5 – 7).
Una escritura que ha generado confusión por su fraseología es Efesios 1:13-
14. Pero veamos otra versión: “Lo recibieron como prueba de que Dios
cumplirá su promesa cuando haya liberado totalmente a los que formamos
su pueblo. Por eso, alabamos la grandeza de Dios. (Biblia Lenguaje Sencillo) El
derramamiento del Espíritu sobre su pueblo es una reafirmación colectiva de
el plan de Dios es en serio.

¿Qué paso en el Jordán?

Es increíble pensar que la experiencia que se nos narra en los Evangelios


sobre Cristo cuando fue bautizado pueda ser equiparada con el bautismo del
Espíritu.
Cristo no tuvo que recibir el bautismo del Espíritu Santo porque “en el habita,
corporalmente toda la plenitud de la deidad”. Además; de Juan bautista se
dice que fue lleno del Espíritu desde el vientre de su madre. ¿A quien se le
ocurre pensar que Cristo fue inferior a Juan si el mismo Juan dice: Detrás de
mi viene uno, el cual es primero, o mas grande, que yo…”?
(Lucas 1:15)

¿Cuál es el regalo?

Ha habido también confusión en el hecho de “recibiréis el don”. Como la


palabra “don” significa regalo y Cristo es el “don de Dios,” y también nos ha
sido dado. Algunos han llegado a decir que una vez que se recibe a Cristo se
recibe el bautismo del Espíritu. Esto tampoco es cierto porque precisamente
los discípulos que habían recibido a Cristo no habían recibido el bautismo del
Espíritu, aunque algunos ya habían sido bautizados en agua como lo hemos
visto. El bautismo en agua no presupone el Bautismo del Espíritu. Son dos
experiencias diferentes.
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El hablar en Lenguas.

No hay duda ni discusión de que los que recibieron el bautismo del Espíritu
hablaron en Otras lenguas. Eso es evidente. (Hechos 2:4; 2:7 – 8)
(Hechos 10:45 – 46)
Así es hoy todavía: Todo el que recibe el bautismo del Espíritu, habla en
lenguas. La única forma de saber lo que esta ocurriendo dentro del hombre
es que de alguna manera externa lo sepamos. Y en el caso que nos ocupa esta
señal externa son las lenguas.

Hagamos la diferencia

Tendríamos que hacer una diferencia entre las lenguas como señal inicial y
las lenguas como “carisma” o Don del Espíritu. La función del primero es
detectar al que recibe el bautismo del Espíritu y la segunda es para la
edificación del cuerpo de Cristo.

Una experiencia exclusiva el Nuevo Testamento.

No se pueden ni se deben comparar las experiencias espirituales acontecidas


en el Antiguo Testamento con la del bautismo del Espíritu Santo porque
tienen muy poco en común.

Las primeras eran una posesión en la que el poseído no siempre era conciente
de lo que le acontecía y no entendía la experiencia. En el nuevo Testamento la
experiencia es generalmente conciente y el que la experimenta no pierde su
voluntad La Biblia dice: “y si alguno habla y no hay quien interprete calle en
la congregación y hable para si…” Esta disciplina supone mantener un
dominio sobre la voluntad. Así que la manifestación del Espíritu Santo en el
nuevo Testamento no anula al hombre.

La necesidad de recibir el Espíritu Santo.

El bautismo del Espíritu Santo es una necesidad:

Para empezar cuando Jesucristo prometió el Espíritu lo asocio a diferentes


actividades Puntuales.
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a. Cuando venga el Espíritu de verdad él os guiara a toda la verdad
b. El Espíritu os enseñara todas las cosas
c. El Espíritu os recordara
d. El Espíritu tomara de lo mió y os lo hará saber
e. En los Hechos capitulo uno el Señor les dice Me seréis testigos
f. San Pablo enseña que el Espíritu Renueva
g. El Espíritu Santifica.
h. Pedro no enseña que el Espíritu Purifica.

(Juan 14:26; 16:14- 15; Hechos 1:8.1ª.Cor. 6:11)

Una experiencia tan extraordinaria que afecta tan profundamente no se


puede tomar ligeramente. El bautismo del Espíritu es muy valioso.

Los dones del Espíritu.

Con la frase “ No quiero hermanos que ignoréis” comienza el apóstol Pablo


unas disertación sobre los dones del Espíritu. En la que nos descubre un
campo inmenso y profundo de donde podemos enriquecer nuestra alma con
las inescrutables riquezas de Dios. (Leer capitulo 12 de 1ª. Corintios) Todos
estos dones nos llegan vía El Espíritu Santo.

 Palabra de sabiduría.
 Palabra de ciencia o de conocimiento
 Fe.-
 Dones de Sanidades.
 El hacer Milagros.
 Don de Profecía
 Discernimiento de espíritus.
 Diversos géneros de lenguas.
 Interpretación de lenguas.

El fruto del Espíritu

El bautismo del Espíritu Santo trae consigo un efecto que perfecciona la


santidad y capacita al hombre para que su vida sea todo cuanto Dios y el
mundo esperan de los hijos de Dios.

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Este fruto consiste de:

 Amor.
 Gozo.
 Paz.
 Paciencia.
 Benignidad.
 Bondad.
 Fe.
 Mansedumbre.
 Templanza

Dice el apóstol: “Contra tales cosas no hay ley”.

La vida en el Espíritu.-

El hombre consta de dos dimensiones la carnal y la espiritual. La carne


plantea un problema en la relación con Dios porque “no se sujeta a la ley de
Dios, ni puede”. Porque “la carne siempre esta enferma”. Es decir, la carne
no es afín con Dios. Por tanto queriendo Dios relacionarse con el hombre y
tener comunión con el, solo encontró una manera: Su espíritu. Por eso ha
derramado de su espíritu y ha hecho énfasis en vivir en esta dimensión.

El apóstol Pablo nos dice en Romanos 8:5: “Porque los que son de la carne
piensan en las cosas de la carne; Pero los que son del Espíritu, en las cosas
del Espíritu”.

Vivir en la carne o según la carne es complacerse en las cosas que la carne


demanda, no necesariamente pecaminosas, pero obviamente en mayor
grado las que lo son.

Vivir conforme al Espíritu o según las inclinaciones del Espíritu es poner


primero los intereses de Dios y aquellas cosas que por ser afines a Su Espíritu,
son edificantes. La visión de un hombre espiritual domina todas las áreas de
su vida dándola así una dimensiona espiritual a cada una de sus accione.

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La Biblia afirma que si por el Espíritu dominamos las obras de la carne
viviremos.

La certeza de que somos hijos de Dios viene reforzada por la seguridad de ser
guiados por el Espíritu de Dios.

El Espíritu Santo y el Servicio

Aun desde el Antiguo Testamento para poder ministrar había que ser ungido.
Ningún sacerdote, jamás ministro sin haber recibido el aceite de la unción
santa. En el Nuevo Testamento encontramos la misma mentalidad. Cuando
se anuncio el Bautismo del Espíritu Santo se conecto a testificar con poder.
Cuando se escogieron los diáconos en el libro de los Hechos se exigió que
fueran varones llenos del Espíritu Santo. Así que siempre Dios ha querido que
los que ministran lo hagan desde una perspectiva espiritual.

Hermano,

Álvaro Torres

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