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Facultad de Filosofía y Letras

Introducción a la Psicología
M.H. Marx y W.A. Hillix: Sistemas y Teorías Psicológicos el psicoanálisis tuvo muchos antecedentes –obligándonos a reconocer,
Contemporáneos. 1980, Buenos Aires: Paidós una vez más, que difícilmente haya algo completamente nuevo en el
mundo de las ideas.
En el desarrollo del psicoanálisis hay dos clases de influencias. Hay
CAPÍTULO IX una tradición intelectual en la que se puede colocar a Freud, como lo
sugirió Bakan (1958), y hay otro conjunto de influencias personales
PSICOANÁLISIS más directas. Consideremos el primer tipo.
A comienzos del siglo dieciocho, Leibniz elaboró una teoría sobre
El psicoanálisis es el sistema psicológico que mayor público ha al- los elementos de la realidad, de una clase diferente de la mayor parte de
canzado, en especial entre los no psicólogos. Aunque durante mucho las teorías previas. Denominó mónadas a sus elementos, muy diferentes
tiempo fue rechazado por algunos psicólogos académicos, ha ganado de los átomos mecanicistas de Demócrito. Ni siquiera son elementos
popularidad en otras áreas científicas y técnicas (por ejemplo, la asis- materiales en el sentido usual del término; son más bien centros de
tencia social), en los círculos literarios, y en los medios legos. En los energía. Cada uno de esos centros es independiente de los otros, y tiene
últimos años está interesando cada vez más a algunos de los grupos en sí una fuente de impulsos; incluso podría considerarse la mónada
académicos que en un principio habían adoptado una posición recalci- como un centro de motivación, una entidad automoviente. La actividad
trante. es la condición básica para ser. Freud dio un paso decisivo en su carrera
El cuerpo de escritos psicoanalíticos es enorme. Sólo las obras com- cuando abandonó la tradición mecanicista en la que se había formado y
pletas de Freud, en su traducción inglesa, alcanzan a veinticuatro volú- adoptó la tradición más dinámica representada por Leibniz.
menes. La extensión de este capítulo no permite siquiera proporcionar Leibniz también señaló el inconsciente y los grados de conciencia.
un cuadro completo de una teoría psicoanalítica; por lo tanto, ofrece- Un siglo después, Herbart retomó algunas de las ideas leibnizianas, y
mos una sinopsis del sistema destacando algunos de los problemas más elaboró una matemática del conflicto que se produce entre las ideas
críticos. cuando pugnan por hacerse conscientes. De modo que no fue Freud el
El hecho de que todo examen del psicoanálisis adopte un tono críti- primero en “descubrir” el inconsciente; su contribución fue caracterizar
co, no implica que niegue la contribución enorme de Freud y sus segui- detalladamente el inconsciente y su modo de funcionar. Freud (1938,
dores a la psicología. Los aspectos críticos de este capítulo no constitu- pág. 939) también reconoció que Schopenhauer había formulado antes
yen una negación de las aportaciones freudianas, sino un señalamiento que él la idea de represión en el inconsciente y la de resistencia contra
de defectos importantes que deben eliminarse. el reconocimiento del material reprimido; sin embargo aclaró que por
su parte había desarrollado las mismas ideas sin haber leído a Schopen-
hauer.
ANTECEDENTES HISTÓRICOS DEL PSICOANÁLISIS Freud asistió a las conferencias de Franz Brentano, por esa época
El psicoanálisis cayó sobre el mundo como una bomba. El impacto muy popular como conferenciante en Viena. Indudablemente, Brentano
provocado por algunos de sus principios y conceptos fue tan grande, le introdujo en el modo de pensamiento leibniziano, porque él mismo
que para muchos resultó completamente nuevo. Sin embarbo, también
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basaba sus propias ideas psicológicas en la actividad más que en los judío de Freud, que incluía muchos componentes místicos, fortaleció el
elementos. aspecto romántico y místico. Los escritos judíos atribuían también un
significado místico al sexo. Bakan (1958) ha documentado esta influen-
La tradición científica romántica alemana desempeñó un papel algo
cia.
más directo. Dos de los hombres más importantes de esa tradición fue-
ron Schelling y Goethe. Parece ser que Freud se decidió por una carrera Gustav Fechner parece haber compartido el conflicto mecanicista-
científica después de leer uno de los ensayos de Goethe sobre la natura- romántico con Freud, y haberlo resuelto finalmente adoptando una rigu-
leza. Jones (1953) sugiere que Freud encontró el camino para su propia rosa posición científica ante un problema esencialmente místico y ro-
afirmación en una comprensión realmente profunda de la naturaleza. mántico: el de las relaciones mente-cuerpo. Ellenberg (1956), entre
otros, ha mostrado con cierto detalle que hubo una relación directa en-
Sin embardo, la primera preparación formal de Freud lo situó en otra
tre los dos hombres. Freud confesaba su admiración hacia Fechner, y
tradición completamente distinta: la escuela de Helmholtz, más meca-
estaba familiarizado con sus escritos. El interés de Freud por la intensi-
nicista. En lo que hace a Freud, el representante directo de esa escuela
dad de la estimulación, la energía mental y el concepto topográfico de
fue Ernst Brücke, con quien aquél mantuvo una estrecha y duradera
la mente se relaciona con el trabajo previo de Fechner.
relación en el Instituto Fisiológico de Viena. Cuando Brücke y du Bois
Reymond eran estudiantes, habían concertado un pacto antivitalista con
Helmholtz. Intentaban imponer la noción de que en los cuerpos vivien-
LA VIDA DE SIGMUND FREUD
tes no hay otras fuerzas que las que pueden encontrarse en los no vi-
vientes. Parte de la motivación para el primer trabajo de Helmholtz so- Los psicólogos, casi universalmente, consideran a Freud (1856-
bre el principio de conservación de la energía fue mostrar que en el 1939) un gigante –aunque para algunos haya sido un gigante equivoca-
organismo –considerado como un sistema físico- no hay una energía do-. Los detalles de su vida merecen más atención que los de otros psi-
diferente e inexplicada. Quizás el contacto de Freud con esa tradición cólogos menos importantes. Además, la relación entre el sistema de
contribuyó a su posterior afirmación de que los sueños y fantasías, el Freud y su vida es mucho más íntima que en el caso de los sistemas
ingenio y los errores del hombre, están determinados, y a que formulara más académicos; por lo tanto, para evaluar su sistema resulta particu-
su propia versión sobre la determinación de la conducta humana: el larmente importante conocer su vida.
determinismo psíquico. Freud nació en lo que actualmente es Pribor (Checoslovaquia), el 6
Sin duda, la tesis evolucionista de Charles Darwin reforzó el deter- de mayo de 1856. en esa época la ciudad se llamaba Freiberg y pertene-
minismo de Freud, quien la leyó y discutió con sus compañeros del cía a Austria. Su padre, Jacob Freud, era un comerciante en lanas relati-
instituto y del hospital donde estudió durante su carrera médica. Planteó vamente pobre. Jacob Freud tuvo en total ocho hijos; Sigmund fue el
una perspectiva biológica del hombre, de acuerdo con el punto de vista mayor de los que le dio su segunda esposa. Desde muy temprano mos-
de Darwin, y muchas de sus ideas surgieron directamente de la teoría tró grandes aptitudes para el estudio, y finalmente decidió ser médico –
evolucionista. Un ejemplo es el instinto de muerte, que se basa en espe- una profesión aparentemente más accesible para los muchachos judíos.
culaciones sobre los orígenes de la vida. Aunque había elegido la carrera médica, no le gustaba su práctica;
Influyeron sobre Freud, entonces, dos tradiciones algo antagónicas, a nunca se identificó con la profesión. Posponía sus exámenes, mientras
las que podemos llamar romántica y mecanicista. El fondo religioso dedicaba su tiempo a trabajar con Brücke en problemas puramente
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científicos y por lo tanto más acordes con su temperamento. Más que pionero se sintió amargado. Sin embargo, continuó empleando la hip-
médico, aspiraba a ser profesor de anatomía. Finalmente abandonó sus nosis como complemento de los masajes, los baños y la electroterapia
esperanzas de una carrera académica, dio sus exámenes de medicina y moderada, que por entonces estaban en boga. Posteriormente abandonó
se preparó en un hospital para poder dedicarse a la práctica privada. Es la electroterapia, aclarando que él no estaba de acuerdo con los que
posible que su condición de judío le haya impedido seguir adelante, atribuían sus resultados a la sugestión; simplemente pensaba que la
pero evidentemente hubo otro factor: como académico, hubiera demo- electroterapia no daba resultados, y por lo tanto no había nada que ex-
rado mucho tiempo en hacerse una posición. plicar.
Ya antes de dar sus exámenes para el doctorado, Freud se interesó Hacia 1895, Freud había perdido el interés por la anatomía. Junto
especialmente en neurología y psiquiatría. El hospital reforzó esa incli- con Breuer, publicó el trabajo que marca el comienzo de la escuela psi-
nación. En los años posteriores a 1880 osciló entre el estudio de la ana- coanalítica. No escribió ya artículos o libros sobre neurología, a excep-
tomía del sistema nervioso y el de la psiquiatría. Publicó muchos artícu- ción de un artículo para una enciclopedia, en 1897.
los sobre anatomía; entre ellos, un nuevo método para teñir el tejido Hacia esa época, también, Freud se apartó de Breuer; Fliess pasó a
nervioso, y un escrito que contenía el germen de la teoría de la neurona. ser su mentor –a pesar de que era dos años menor que Freud, e inferior
En una época le interesó la cocaína, y sugirió su eficacia a uno de sus intelectualmente-. Freud dependió mucho de Fliess durante este período
colegas, quien a su vez descubrió sus propiedades anestésicas. Freud de su vida, el más neurótico; era excesivamente dependiente, celoso, a
parecía más interesado en su potencia tranquilizante, y recomendó utili- veces dominador, excesivamente preocupado por la muerte, e hipocon-
zarla a sus amigos. Por lo menos uno de éstos sustituyó una adicción dríaco; esto último nunca llegó a superarlo por completo.
previa por la adicción a la cocaína, y la actitud algo imprudente de
Freud le valió reprimendas de sus colegas, que sospechaban los peligros En 1897, Freud comenzó un autoanálisis en gran escala. Gracias a él
de la droga. pudo, entre otras cosas, empezar a pararse sobre sus propios pies. Fliess
y Freud tuvieron un entredicho en 1900, quizá a propósito de algunas
Durante la década del setenta y los comienzos de la del ideas muy especulativas del primero, sobre la periodicidad de la con-
ochenta, Freud estuvo bajo la protección de otro médico: Josef Breuer. ducta. Posteriormente, Freud atribuyó su alejamiento a un análisis que
Breuer dio dinero a su empobrecido colega, así como también consejo y hiciera él de la elección vocacional de Fliess. La separación final so-
amistad. Estos últimos aspectos de la relación se diluyeron cuando brevino varios años después: Freud había sido indirectamente, respon-
Freud inició su íntima amistad con Wilhelm Fliess, también médico. sable de que uno de sus propios pacientes plagiara las ideas de Fliess
Con él mantuvo Freud una relación inusitadamente estrecha, por los sobre la bisexualidad, y se negó primero a reconocer cualquier respon-
años en que comenzaba a formular sus nociones sobre psicoanálisis. sabilidad y luego a disculparse.
En 1885 Freud obtuvo una beca para estudiar en París. Pasó casi un Quizás el hito más importante en la carrera de Freud haya sido la
año con Charcot, un famoso hipnotizador, maestro y autoridad en cues- publicación de La interpretación de los sueños, en 1900, dos años des-
tiones de histeria. Freud estaba ya algo interesado en la hipnosis como pués de la muerte de su padre. Según Jones (1953, pág. 324), y según la
método de tratamiento, y Charcot fortaleció ese interés. De vuelta en propia interpretación de Freud, la necesaria liberación del inconsciente
Viena, informó a sus colegas de lo que había visto y aprendido sobre la sólo puede ocurrir una vez que el padre se ha ido. Poco después de esa
histeria y la hipnosis. Su informe tuvo un recibimiento pobre, y el joven publicación comenzó a ser reconocido, y pronto reunió en su torno a un
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grupo de colaboradores. Su papel comenzó a ser el de padre, no ya el de ba por día. Hubo que eliminar partes del paladar y de la mandíbula su-
hijo. Jung, Adler, Rank y Ferenezi fueron primero discípulos y luego perior, e instalar una prótesis para separar la boca de la cavidad nasal,
rebeldes. La rebelión comenzaba por lo general con diversas dificulta- para que así Freud pudiera comer y hablar. Freud aceptó la serie de
des en la interacción personal, y el joven grupo de psicoanalistas no operaciones y el dolor casi continuo que acompañó sus últimos dieci-
toleraba el desacuerdo entre sus filas. En determinado momento se for- séis años de vida, con su característica mezcla de realismo, pesimismo
mó un comité de los fieles, compuesto por Abraham, Eitingon, Ferene- y fatalismo.
zi, Rank, Jones y Sachs. Su misión consistía en promover el trabajo Finalmente, en 1938, e produjo la temida invasión nazi a Austria.
analítico. Ernest Jones, preocupado por la posibilidad de que se persiguiera a
Por mediación del comité y de un cuerpo de publicaciones cada vez Freud, arregló su traslado a Inglaterra. Estuvo acertado, como lo indica
mayor, Freud alcanzó el éxito y fue ampliamente conocido. Uno de los el hecho de que posteriormente fueran muertas cuatro hermanas de
primeros indicios de reconocimiento internacional fue la invitación que Freud.
le formuló G. Stanley Hall para hablar en la Universidad de Clark du- En Inglaterra se recibió bien a Freud, pero no pudo disfrutar mucho
rante las celebraciones de su vigésimo aniversario en 1909. Además de su último año de vida a causa de su cáncer. Nunca se recobró totalmen-
Freud, habló también Jung: estaban presentes Ferenezi, Jones y Brill. te de la última operación –tras una serie de más de treinta-, y murió el
Por esa época James Putnam, profesor de neurología en la Universidad 23 de septiembre de 1939.
de Harvard, se convirtió en un firme partidario del psicoanálisis.
Jung regresó más tarde a los Estados Unidos, para dar nuevas confe-
rencias, e informó luego que la aceptación de la doctrina analítica era SURGIMIENTO DEL PSICOANÁLISIS
más fácil si no se insistía tanto en el sexo. Esto ahondó la brecha ya El germen del psicoanálisis apareció en un trabajo de Breuer y
existente entre Jung y Freud. Freud, publicado en 1895: Estudios sobre la histeria. Freud conoció a
A pesar del reconocimiento y el éxito cada vez mayores, las dificul- Breuer, mayor que él, a fines de la década del setenta, y ambos compar-
tades personales de Freud no estaban en absoluto superadas. Había di- tieron un fuerte interés científico. Los dos se interesaban por el hipno-
sensiones y defecciones en las filas analíticas, y las finanzas –que in- tismo como recurso terapéutico. Breuer trató un caso interesante, el de
cluía seis hijos y una cuñada-. La Primera Guerra Mundial trajo angus- Anna O., hasta 1882, y se lo comentó a Freud. La muchacha, muy inte-
tias y penalidades; pero Freud continuó trabajando y su fama creció. ligente, había consultado a Breuer debido a sus múltiples síntomas, que
Atrajo a un número cada vez mayor de estudiantes ingleses y america- incluían la parálisis de tres miembros, contracciones y tendencias a una
nos, quienes le ayudaron a subsistir en los años posteriores a la guerra, doble personalidad. En el curso del tratamiento, Breuer descubrió que si
cuando la moneda austriaca se desvalorizó. Continuó ampliando y mo- su paciente le relataba el origen de un síntoma mientras sufría una es-
dificando sus teorías, y regulando la rápida expansión del psicoanálisis. pecie de estado de transición entre las dos personalidades, el síntoma
Uno de los recursos utilizados para ese control fue su voluminosa co- podía desaparecer. Breuer comenzó entonces a hipnotizarla diariamen-
rrespondencia, en la que amonestaba y felicitaba a sus seguidores. te, para que pudiera librarse de los síntomas más rápidamente. La pa-
ciente bautizó “cura de charla” o “deshollinado” el método que habían
En el fatídico año 1923 se descubrió un cáncer en la boca de Freud;
descubierto (actualmente se lo denomina catarsis). Breuer le dedicó una
es muy probable que tuviera relación con los veinte cigarros que fuma-
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hora diaria durante un año, en cuyo transcurso le cobró un gran cariño. bre pacientes histéricos. La primera de esas ideas se refería a la impor-
Cuando reconoció la situación que se estaba desarrollando, le preocupó tancia de los procesos inconscientes en la etiología de las neurosis. Esta
y dio por terminado el tratamiento. convicción se apoyaba parcialmente en la observación de que los sín-
tomas parecían a menudo expresiones de sucesos que el paciente no
Freud se interesó mucho por el caso, y urgió a Breuer a publicarlo.
podía recordar, o de impulsos de los que no era consciente. La influen-
Sin embargo, los Estudios completos aparecieron trece años después
cia de las sugestiones posthipnóticas, que el sujeto no recordaba por el
del caso, e incluso el informe preliminar estuvo once años en elabora-
momento, puede haber contribuido también a la misma convicción.
ción.
Por esta época, Freud estaba convencido de que el sexo desempeña-
Mientras tanto, en 1885, Freud pasó medio año con Charcot. Éste era
ba un papel predominante en los trastornos psíquicos del neurótico.
famoso por su tratamiento hipnótico de la histeria y de otras enferme-
Breuer no compartía la certidumbre de Freud en este punto, y eviden-
dades nerviosas funcionales. Después de varios meses, Freud regresó a
temente el tema no se trató, en la publicación conjunta, con la extensión
Viena y reasumió la práctica privada. Por esta época abandonó la elec-
que hubiera satisfecho a Freud. Al parecer, Charcot había señalado en
troterapia. También observó que no todos sus pacientes podían ser hip-
algún momento que existía un cierto tipo de caso cuya base era siempre
notizados, y juzgando quizás que su técnica era deficiente, fue a estu-
sexual. Freud afirmaba también que Breuer y un ginecólogo llamado
diar a Nancy con Bernheim durante unas pocas semanas. Llevó consigo
Chrobak habían hecho observaciones similares sobre los desórdenes
a un paciente en el que no había podido inducir un trance profundo,
nerviosos. El mismo Freud observó que la mayoría de sus pacientes
pero también Bernheim fracasó. Sin embargo, a Freud le impresionó la
histéricas informaban sobre experiencias sexuales traumáticas –a me-
posibilidad de las sugestiones posthipnóticas, que los sujetos no recor-
nudo con miembros de sus propias familias- en su niñez. Concluyó que
daban en el momento; probablemente también le impresionó el hecho
en una vida sexual normal no era posible una neurosis.
de que el paciente pudiera recordar la sugestión si el hipnotizador insis-
tía lo suficiente para que lo hiciera. También hacia esta época Freud reconocía la importancia del simbo-
lismo. Los síntomas parecían ser representaciones distorsionadas, pero
Freud comenzó entonces a modificar su técnica en los casos en que
simbólicas, de sucesos o conflictos reprimidos. En el caso de Anna O.,
no era posible inducir la hipnosis. Estaba determinado a salvar la cura
la relación simbólica entre el origen del síntoma y el síntoma mismo se
de charla: insistía en que el paciente recordara el origen de los síntomas
hizo clara para la paciente y para Breuer, cuando aquélla pudo recordar
aun sin hipnosis, y reforzaba esa insistencia sugiriendo que el paciente
el origen de un síntoma particular. De modo que los síntomas no eran
lo recordaría cuando Freud presionara su frente. En esta etapa, Freud
arbitrarios.
orientaba mucho los procesos de asociación de sus pacientes. Uno de
ellos le dijo que estaba interrumpiendo demasiado y que debiera que- En todos los casos, la situación en que se originaba el síntoma había
darse callado. Esta sugerencia fue lo que llevó a Freud a reemplazar el implicado fuertes tendencias a hacer algo, a las que se habían opuesto
trance hipnótico por la asociación libre como método de tratamiento. otras fuerzas que impidieron su realización. Por ejemplo, quizás la mu-
chacha hubiera querido llorar en presencia de su padre, debido a su pe-
Hacia la época en que aparecieron los Estudios, Breuer y Freud po-
sar ante la enfermedad, pero no lo había hecho por temor a preocuparle.
seían ya muchas de las ideas que habrían de proporcionar la base para
El impulso reprimido se manifestaría entonces en forma simbólica, co-
el psicoanálisis; muchas de ellas provenían de las observaciones de
mo una incapacidad para ver. La existencia de tendencias contradicto-
Breuer en el caso de Anna O.; otras, de las observaciones de Freud so-
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rias es un testimonio de la importancia del conflicto en la creación de buía a la sexualidad; como Breuer no podía decidir si realmente la
síntomas y en la producción de las neurosis en general. sexualidad era tan importante o no, eligió el camino más fácil y dejó el
psicoanálisis a su colega.
De lo dicho se desprende que la aceptación del inconsciente se entre-
teje con la noción de represión en el inconsciente; los impulsos y re-
cuerdos indeseables son empujados al inconsciente, se olvidan y en
EL SISTEMA DE FREUD
circunstancias ordinarias no están disponibles como material conscien-
te. El paciente sólo puede curarse mediante la recuperación y resolución Ofreceremos ahora una presentación del sistema freudiano en su
de lo reprimido (abreacción). forma final. Debe distinguirse claramente entre esta superestructura
teórica de construcciones freudianas –que es lo que nos interesa más
En su búsqueda de los orígenes de los síntomas, del material repri-
directamente- y las técnicas psicoanalíticas de 1) acción terapéutica y 2)
mido representado por los síntomas. Freud se vio obligado a retroceder
producción de datos empíricos. Estas tres facetas del psicoanálisis de-
cada vez más en la vida del paciente y, paralelamente, a reconocer la
ben evaluarse por separado; gran parte de la confusión respecto de la
importancia de las experiencias infantiles en la producción de las neu-
crítica al psicoanálisis proviene de no separarlas. Por ejemplo, las críti-
rosis. Muchas de esas experiencias infantiles eran sexuales; en la histe-
cas metodológicas al sistema no se aplican necesariamente a la terapia;
ria particularmente, Freud encontró informes sobre experiencias sexua-
y a la inversa, los resultados positivos de la terapia no avalan necesa-
les tempranas. Sin embargo, creía que esas experiencias no adquirían
riamente el sistema.
fuerza traumática antes de que el paciente alcanzara la pubertad. Toda-
vía no había llegado a sus planteos ulteriores sobre la génesis temprana Debe tenerse en cuenta que Freud no desarrolló súbitamente su
de la sexualidad en la infancia. ideas; ni tampoco continuó adhiriendo a una idea cuando ésta parecía
contradecir las pruebas recogidas por él mismo en su trabajo. Por ejem-
El último descubrimiento, y posiblemente el más importante, fue la
plo, hubo una profunda modificación en su posición sobre la histeria,
relación de transferencia. Hemos dicho ya que Breuer cobró afecto por
cuando descubrió que en muchos casos los incidentes sexuales traumá-
su paciente (contratransferencia); también ella lo cobró por él. Aparen-
ticos relatados por sus pacientes no habían ocurrido; en cambio había
temente, el paciente transfería a su terapeuta los sentimientos que antes
resistido todos los intentos de sus colegas por hacerle cambiar de posi-
había experimentado hacia otra gente, en especial sus padres. En algu-
ción. Como investigador científico, fue extremadamente insensible a la
nas etapas de la relación terapéutica esos sentimientos podían adoptar
crítica exterior; pero fue sensible a la autocrítica, y por lo tanto su sis-
un signo fuertemente positivo, incluso sexual; más adelante, podían ser
tema resultó flexible. Rara vez presentó sus teorías como verdades; más
muy negativos. En cualquiera de los dos casos podía vivir, resolver los
bien las presentaba como conclusiones de ensayo, aparentemente apo-
impulsos que hasta entonces no había podido expresar. La transferencia
yadas por sus datos clínicos. Su resistencia a las críticas externas y su
resultaba entonces una de las herramientas más útiles del terapeuta.
opinión de que sus nociones no necesitaban apoyo experimental han
Sin embargo, la transferencia puede provocar temor en una persona sido en gran parte responsables de su reputación de dogmático y con-
tímida, como hemos visto en el caso de Breuer. Probablemente, su an- fiado en exceso.
siedad ante las relaciones de transferencia le llevó a abandonar el cam-
Tenía una actitud sorprendente hacia la realidad de sus concepcio-
po que estaba comenzando a abrir con Freud. Además, sobre los dos
nes. Cuando cobraba conciencia de lo que era metodológicamente co-
hombres se cernía la tormenta, debido a la importancia que Freud atri-
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rrecto, admitía que esas concepciones eran ficciones convenientes in- de un nivel bajo de tensión, o cualquier elevación de la tensión, resultan
ventadas con fines explicativos; pero su actitud usual era que se estaba displacenteros. Debe recordarse que el ello opera sólo de acuerdo con el
ocupando de cosas reales. Por ejemplo, una vez utilizó la afirmación de principio de placer; por ejemplo, no distingue entre la satisfacción alu-
Janet de que el inconsciente era una manera de hablar, como ejemplo cinatoria de una necesidad alimenticia, y su satisfacción real. Sin em-
del bajo nivel de comprensión de Janet (Jones, 1957, pág. 214). Parece bargo, la tensión no se reduce más que a través de un contacto con obje-
ser que Freud consideraba realmente el inconsciente como un país que tos realmente adecuados.
él exploraba, más que como un sistema que construía. En función de esto último se desarrolla otra estructura psíquica que
El aparato psíquico. Como ya hemos visto, Freud creía haber en- complementa al ello. Se la denomina yo. Opera de acuerdo con las le-
contrado dos “Estados” en el país: lo consciente y lo inconsciente. Dife- yes del proceso secundario y, por estar en contacto con la realidad, de
rentes tipos de leyes determinan lo que ocurre en esos dos Estados: lo acuerdo con el principio de realidad; es decir, se trata de un agente eva-
inconsciente opera de acuerdo con lo que Freud denominó proceso luador que selecciona inteligentemente la línea de conducta que reduce
primario; lo consciente de acuerdo con el proceso secundario. La lógi- el dolor al mínimo, mientras permite un placer máximo. El yo sigue
ca ordinaria se aplica a este último pero no al primero; los mecanismos estando al servicio del placer a través del principio de realidad, pero a
que pueden observarse en los sueños caracterizan la acción del proceso veces deja momentáneamente de lado la gratificación directa de las
primario. Algunos de esos mecanismos son la condensación de varios necesidades para que la gratificación general sea mayor.
pensamientos en un único símbolo, el desplazamiento de un impulso o Como resultado del contacto con las realidades culturales, encarna-
afecto de un símbolo a otro, la característica atemporal de los sueños, la das fundamentalmente en los padres, se desarrolla un tercer agente
conversión de un impulso en su opuesto, etc. La ilogicidad del sueño es mental. Éste funciona como supresor de la actividad placentera, al igual
una característica de todo el proceso primario. que en algún momento lo hicieron los agentes externos. Tiene dos sub-
Una parte de la energía para el aparato mental se denomina libido; su sistemas, una conciencia moral que castiga y un ideal del yo que premia
fuente está en las tensiones biológicas, de las cuales la más importante la conducta. La conciencia moral induce sentimientos de culpa; el ideal
para la economía mental es ciertamente la sexual. La mayor parte de la del yo, sentimientos de orgullo. El superyó es distinto del yo (que sirve
energía sexual deriva de las zonas erógenas, áreas corporales especial- al principio del placer y solamente pospone la gratificación), ya que
mente sensibles a la estimulación. El ello es el principal reservorio de intenta detener por completo ciertas actividades placenteras. La activi-
esta energía, y, siendo inconsciente, opera de acuerdo con el proceso dad del superyó es en gran parte inconsciente, y por lo tanto sigue sobe
primario. Los diversos instintos que residen en el ello presionan hacia todo las leyes del proceso primario.
la descarga de su energía libidinal. Cada instinto, por lo tanto, tiene una Freud llegó a la conclusión de que los instintos activos en el aparato
fuente en las tensiones biológicas, una finalidad que descargarse en psíquico podían dividirse en dos grupos: los instintos de vida y los ins-
alguna actividad, y un objeto que servirá para facilitar la descarga. tintos destructivos. A estos últimos se los denomina más comúnmente
El ello opera de acuerdo con el principio de placer. En general, lo instintos de muerte, ya que su finalidad es la muerte del individuo.
placentero se define por la eliminación de la tensión, aunque no siem- Freud consideraba que los instintos son conservadores; es decir, procu-
pre resulta claro si lo que produce placer es la eliminación de toda ten- ran un retorno a un estado previo. Así explicaba la compulsión de repe-
sión o el mantenimiento de un nivel de tensión constante. El abandono tición que se manifiesta en algunas conductas. Como la materia viviente
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proviene de la materia muerta, el estado previo es en última instancia entran en un período de latencia. Se manifiestan nuevamente en la pu-
un estado de completa quietud, de muerte. Los instintos de muerte bus- bertad, cuando el aumento de las tensiones sexuales es suficiente para
can la desintegración del individuo, mientras que los instintos de vida trastornar la economía psíquica y permitir que los impulsos superen las
tienden a una continua integración. El instinto de muerte es dentro de la fuerzas represivas. Freud veía en el conflicto edípico una contribución
teoría de Freud lo que menos aceptan otros analistas; muchos artículos fundamental del psicoanálisis; uno de los presupuestos necesarios para
aparecidos en publicaciones analíticas son desfavorables a esta concep- su aceptación es que la sexualidad se desarrolla realmente en períodos
ción freudiana (Jones, 1957, pág. 276). Los instintos de vida y de muer- muy tempranos de vida.
te ofrecían a Freud la ventaja de una polaridad, un par de elementos El tratamiento de las neurosis. Consideremos ahora las implica-
opuestos y en conflicto. Jones (1957, pág. 422) señala la afición de ciones de la posición psicoanalítica en el tratamiento de los neuróticos.
Freud por el modo dualista de pensamiento, con preferencia a las con- Al hacerlo, debemos tener en cuenta que estamos invirtiendo el proceso
cepciones monistas o pluralistas. real: de hecho, la teoría surgió de la terapia y las observaciones que
Freud llamó libido la energía puesta al servicio de los instintos de acompañaron a ésta, y no al revés como podría sugerir erróneamente
vida; no propuso ningún nombre especial para la energía que activa los nuestro examen.
instintos de muerte. A medida que el individuo desarrolla su yo, la En primer lugar, los métodos ordinarios de reunir información sobre
energía psíquica disponible va quedando cada vez más bajo el dominio la génesis de los síntomas no sirven. Hemos visto que los recuerdos e
del o, abandonando al ello que originalmente la dirige. El yo liga la impulsos desagradables son reprimidos por el yo a requerimiento de la
energía a las representaciones psíquicas de los objetos externos; a esa realidad o del superyó. No son conscientes. Ni siquiera están en la zona
ligazón se la llama catexis. El tipo de objeto caracterizado depende del intermedia que Freud denominó preconsciente, donde la simple aplica-
instinto que tenga energía disponible; la distribución de la energía en ción de un esfuerzo adecuado puede hacerlos conscientes. Todo intento
los instintos es flexible. En la versión original de la teoría analítica, se por recordarlos tropezará con la resistencia; de modo que se requiere un
suponía que la distribución se modificaba gradualmente, de modo que método especial, tal como la hipnosis o la asociación libre. Dado que
cada vez había más energía disponible para los instintos de autoconser- los sueños están gobernados en medida considerable por el proceso
vación del yo, y menos para los instintos sexuales del ello. Según esta primario, proporcionan –si se los interpreta correctamente- un camino
versión, el conflicto básico se daba entre instintos de autoconservación para el conocimiento del inconsciente. Ahora bien, para poder interpre-
e instintos sexuales, más que entre instintos de vida e instintos de muer- tarlos correctamente es necesario reconocer que la función de los sue-
te. ños es la satisfacción de los deseos; como el ello no reconoce la dife-
En el curso del desarrollo de un individuo, hay una etapa en que gran rencia entre la satisfacción alucinatoria de deseos y la real, las tensiones
parte de la energía libidinal catectiza al progenitor del sexo opuesto; en psíquicas existentes pueden buscar la descarga en los sueños. Para de-
el caso del varón, esto lleva al desarrollo del conflicto edípico. Como el terminar el significado preciso del sueño –esto es, para descubrir los
Edipo mítico, el niño ama a su madre. También siente celos y resenti- impulsos escondidos (latentes) que en él se expresan- se indica al pa-
miento hacia su rival, el padre. Sus sentimientos sexuales se orientan ciente que diga lo que asocia con los elementos del sueño. De esta ma-
hacia su madre, pero la expresión directa de los impulsos incestuosos nera, los símbolos del sueño pueden relacionarse con sus significados, y
está bloqueada. En esta época, los impulsos hacia la madre se reprimen el material reprimido puede acceder a la conciencia.
en el inconsciente, con tanta fuerza que todos los impulsos sexuales
Sistemas y Teorías Psicológicos Contemporáneos -9

El análisis de la resistencia contra el recuerdo de los materiales re- Freud creía en el determinismo psíquico, y es famoso su trabajo sobre
primidos es entonces una de las tareas más difíciles e importantes del la determinación de los errores al hablar y escribir, los olvidos y las
analista. Si la resistencia es demasiado fuerte, el paciente continúa pérdidas de objetos. Mostró que estos sucesos son sólo en apariencia
rehusándose a reconocer la existencia del material reprimido aun cuan- casuales, ya que el error revela la motivación inconsciente de la persona
do el analista pueda presentárselo verbalmente. El paciente sólo mejora que se ha equivocado u olvidado. Un ejemplo (Freud, 1938, pág. 75) es
cuando puede superar su resistencia interior y aceptar el análisis. Al el de una representante de las Hijas Unidas de la Confederación, quien
superar su resistencia, pone sus impulsos bajo el control del yo, donde al concluir su elogio a Jefferson Davis dijo: “El grande y único presi-
obedecen a las leyes del proceso secundario. En la medida en que se dente de los Estados Confederados de América: ¡Abraham Lincoln!”
amplía el dominio del yo, éste se fortalece y el paciente logra el control Quizás debiera haber pertenecido a otra organización.
racional de sus impulsos. No puede librarse de la regulación por el La peculiaridad de la posición de Freud reside en su evidente con-
principio del placer, pero sí puede obtener una mayor gratificación ge- vicción de que el determinismo se anula cuando los impulsos son pues-
neral cuando también los impulsos se conforman al principio de reali- tos bajo el mando del proceso secundario. De este modo, el paciente
dad. alcanza el autocontrol, más bien que el control de los impulsos. Freud
La superación de la resistencia es posible, por lo menos en algunos no se preocupó mucho por la operación del determinismo en el proceso
casos, gracias a que una considerable porción de la energía libidinal se secundario, aunque sus seguidores (incluyendo su hija Anna) dedicaron
transfiere al terapeuta. Éste dispone entonces de esa energía para opo- más tiempo al estudio de los procesos del yo. Para Freud, la esperanza
ner una contrafuerza a la resistencia. A su vez, la transferencia misma del hombre residía en que se volviera cabalmente racional. Aunque ni
se transforma en objeto de análisis, y debe ser superada para que el pa- Freud ni sus seguidores creyeron que el logro de invisión (insight) fuera
ciente se independice y pueda decirse que está curado. una condición suficiente para la curación, por lo menos lo consideraban
una condición necesaria. Además, la invisión debe ser “profunda”; es
En el proceso de superación de la resistencia, y de rastreo de los ma-
decir, ha de ser una real aceptación emocional del análisis, y no una
teriales significativos reprimidos, el paciente puede verse obligado a
repetición intelectual de las palabras del analista.
recordar materiales cada vez más antiguos. Los años de infancia son
críticos para el desarrollo de todo individuo; si éste se fija en alguna
etapa temprana del desarrollo sexual, o si regresa a ella al enfrentar un
LOS REBELDES
trauma posterior, queda montada ya la escena para que se desarrolle
una neurosis. Las experiencias tempranas más susceptibles de castigo, y Cuatro miembros importantes del grupo inicial de Freud ocuparon
por lo tanto más reprimidas, se relacionan con el sexo. Por lo tanto, el primero una posición de privilegio a su lado y luego tuvieron desacuer-
material significativo que se recoja tendrá que ver con el sexo. Pode- dos estableciendo facciones analíticas rivales. Fueron Adler, Jung,
mos ser más específicos, y decir que el conflicto edípico y su resolución Rank y Ferenezi, en ese orden. Los opositores del psicoanálisis han
son centrales para el análisis, y que su comprensión por parte del pa- utilizado sus defecciones para demostrar que los analistas no están to-
ciente es esencial para su recuperación. dos de acuerdo, o que Freud era una especie de tirano despótico que no
toleraba ninguna oposición. Los cargos, como podía esperarse, no son
En el análisis de la cura de las neurosis, podemos ver en acción la
del todo verdaderos ni del todo falsos. Hubo por cierto acuerdos y des-
posición bastante peculiar de Freud ante el problema del determinismo.
acuerdos fundamentales entre los cinco hombres que estamos conside-
Sistemas y Teorías Psicológicos Contemporáneos - 10

rando. En cuanto a los factores de personalidad, son difíciles de eva- más bien biologista aún que la de Freud. Sin embargo, en este caso las
luar; en todo caso, probablemente cada uno haya tenido su parte de cul- apariencias engañan, porque Adler ponía el acento en la reacción psico-
pa. Diremos unas pocas palabras al respecto cuando examinemos la lógica ante una inferioridad orgánica real o imaginada, más que en los
posición de cada “rebelde”. Quizás sea correcto aplicar a Freud sus hechos biológicos mismos. La compensación de esta inferioridad expli-
propias palabras (1943): cuando en reiteradas ocasiones un individuo es ca la naturaleza de muchos síntomas neuróticos y contribuye a determi-
“víctima” de un mismo tipo de circunstancias externa, podemos estar nar el estilo de vida del individuo, la manera como enfrenta en general
seguros de que él mismo, por su modo de ser, se está poniendo repeti- los problemas. El examen de los mecanismos compensatorios sería,
damente en situaciones que lo perjudican. para Adler, la tarea fundamental del análisis, tanto desde el punto de
vista teórico como práctico.
Aunque Adler destacaba la importancia del conflicto entre la mascu-
ALFRED ADLER
linidad y la feminidad, sus puntos de vista sobre la sexualidad eran muy
Alfred Adler (1870-1937), un medico vienés, se unió al grupo que en diferentes de los de Freud. Para él, lo importante era la superación de la
1902 comenzó a reunirse con Freud (los viernes por la noche) para feminidad, tanto por parte de los hombres como de las mujeres (“pro-
hablar de psicoanálisis. Adler y Stekel fueron los más antiguos discípu- testa masculina”), y no la sexualidad en sí misma. La voluntad de poder
los de Freud; abandonaron la sociedad en años sucesivos (1911-1912). sería la fuerza motivadora más importante en las vidas de los hombres;
Stekel hizo contribuciones en el campo del simbolismo, pero según en ocasiones, el sexo es un síntoma de esa voluntad, y el acto sexual
Jones (1955, pág. 135) no tenía conciencia científica y no formó ningu- representa entonces la dominación de la mujer más que una expresión
na escuela después de abandonar el psicoanálisis. de impulsos realmente sexuales.
El caso de Adler fue muy distinto: su contribución al psicoanálisis Según Adler, la voluntad de poder y la necesidad de superar la infe-
fue importante, pues formuló una teoría de la conducta hasta cierto pun- rioridad resultan de las condiciones de vida que valen universalmente
to independiente, y estableció una escuela rival. para los niños. El niño no es un pequeño animal sexual cuyos deseos
Las dificultades entre Freud y Adler se intensificaron luego de que incestuosos deben reprimirse, sino un organismo pequeño desamparado
Freud insistiera en el nombre de Jung como presidente de la Asociación cuyas necesidades han de ser atendidas en su totalidad por adultos rela-
Internacional: los vieneses eran celosos de sus posiciones, ya que habí- tivamente poderosos. Necesariamente, el niño desarrolla sentimientos
an sido los primeros seguidores. Luego, al año siguiente de las reunio- de inferioridad respecto de esos adultos, y debe esforzarse por superar
nes internacionales en 1910, se decidió discutir y debatir las teorías de su inferioridad y alcanzar un status independiente. El conflicto edípico,
Adler. Finalizadas las discusiones, resultaron evidentes los desacuerdos si existe, es más una conquista de la madre que una expresión directa de
con respecto a la teoría, y Adler abandonó con su facción la Sociedad la sexualidad infantil.
de los Viernes, antes de que terminara el año 1911. Formó una escuela De modo que Adler restó importancia a los instintos y energías bio-
rival a la que finalmente denominó psicología del individuo. lógicos e innatos, y destacó las relaciones sociales que se van dando en
En un primer momento Freud toleró e incluso dio la bienvenida a las el seno de la familia a medida que el niño crece; concluyó que la posi-
contribuciones de Adler. Éste destacaba la importancia de la inferiori- ción en la familia (hijo mayor, segundo, hijo menor) es muy importante
dad orgánica en los neuróticos. A primera vista, parece una posición para determinar la forma (estilo de vida) en que un individuo afronta la
Sistemas y Teorías Psicológicos Contemporáneos - 11

realidad. Es forzoso que haya rivalidad entre los hermanos y que ella a la oposición vienesa- en que se eligiera presidente a Jung. Quería que
afecte a la personalidad. En la teoría de Adler, los conflictos importan- el nuevo movimiento fuese encabezado por un hombre joven y no ju-
tes suelen ocurrir entre el individuo y su ambiente, más que dentro del dío, porque sentía que la resistencia a los judíos podía impedir el pro-
individuo, como afirmaba Freud. greso del nuevo movimiento. En esas condiciones, Jung parecía la elec-
Adler presentó una concepción del hombre más optimista que los ción lógica. Los vieneses, que en su casi totalidad eran judíos, estaban
psicoanalistas ortodoxos. El hombre no es un agregado de segmentos en celosos de su prioridad en el movimiento, y también resentidos hacia
guerra entre sí, sino más bien un individuo dinámico integrado. No in- Jung porque lo suponían antisemita. Pero Freud superó las objeciones y
sistió mucho en el descubrimiento del inconsciente y sus fuerzas oscu- Jung fue electo.
ras. El hombre de Adler es consciente y creador, y vive en parte por una Poco después comenzó a debilitarse la relación entre ambos. Jung no
“adhesión a una ficción de futuro”, formada de preceptos en los cuales desempeñaba sus deberes presidenciales tan bien como Freud esperaba;
se cree en el presente. Esos preceptos, aunque no necesariamente cier- restaba importancia al sexo en sus conferencias y en sus análisis tera-
tos, pueden sin embargo dirigir la conducta: por ejemplo, el precepto péuticos, y modificó el concepto de libido. Las fricciones personales
“su recompensa estará en el Cielo”. hicieron tirantes las relaciones entre los dos hombres. Hacia fines de
Adler y su escuela practicaron una terapia más breve, y por lo menos 1912, Jung se retiró por completo del movimiento; nunca reinició su
en algunas oportunidades prescindieron del diván freudiano. Las apli- amistad con Freud. Pronto fundó una nueva escuela, a la que llamó psi-
caciones prácticas de la teoría adleriana a los problemas educacionales cología analítica o psicología compleja.
y sociales ayudaron a popularizar la teoría, lo mismo que la facilidad Actitudes básicas y metodología. En los comienzos de su carrera,
con que términos tales como “complejo de inferioridad” y “rivalidad Jung había postulado la existencia de algunos cambios físicos que ex-
fraterna” fueron asimilados en el lenguaje lego. En general, la teoría de plicarían el desarrollo de la esquizofrenia. Acentuaba así un factor con-
Adler se acerca más al sentido común que la de Freud, y probablemente temporáneo, en lugar de los factores históricos que solía destacar Freud.
comparte la fuerza y la debilidad de ese tipo de teorías. Aunque por esa época Freud estaba de acuerdo con Jung en ese punto
particular, no debe de haberlo estado en general con la tendencia de
Jung a conceder más importancia al presente que al pasado, en el estu-
CARL GUSTAV JUNG dio de las neurosis. En este aspecto, Jung se parecía más a los guestal-
Relación con Freud. Carl Gustav Jung (1875-1961) fue un psiquia- tistas y Freud a los conductistas. Jung no sólo señalaba la importancia
tra suizo que se interesó en las teorías de Freud después de leer la In- del presente, sino que creía necesario comprender el futuro, las poten-
terpretación de los sueños, que apareció en 1900. Jung visitó a Freud cialidades del hombre, para poder hablar con sentido de él. En la direc-
en su Sociedad de los Viernes en Viena, en 1907, e inmediatamente se ción de la conducta humana, según Jung, las metas e intenciones del
hicieron muy amigos. Jung no tardó en ser, a los ojos de Freud, el prín- hombre tienen tanta importancia como su historia. Deploró la tendencia
cipe del movimiento psicoanalítico. En 1909 acompañó a Freud en las de Freud a estudiar la causalidad exclusivamente en términos del pasa-
conferencias de la Universidad de Clark y posteriormente regresó solo a do, y acusó a la teorización freudiana de reductiva y mecanicista. Re-
América para dictar conferencias adicionales. En la primera reunión de cientemente, Jung sugirió (Jung y Pauli, 1955) un principio llamado de
la nueva Asociación Psicoanalítica Internacional, Freud insistió –frente sincronicidad, que valdría para los sucesos que ocurren juntos en el
tiempo pero no se causan los unos a los otros; la realización de sus ar-
Sistemas y Teorías Psicológicos Contemporáneos - 12

quetipos (imágenes primordiales que implican tendencias de respuesta diferentes zonas corporales a lo largo de etapas diferentes (oral, anal,
heredadas) e el mundo real sería simultáneamente psíquica y física, sin fálica, latente, genital), para Jung era simplemente energía vital, que
que las dos manifestaciones se relacionan casualmente. Algo parecido adoptaba la forma más importante para el organismo en cada momento
sostenía Hume, que reducía la causalidad a la contemporaneidad, o la (alimentación, eliminación, sexo). La concentración temprana de la
doctrina del paralelismo psico-físico. gratificación e la zona oral se explica por la relación de esa zona con la
alimentación, y no por su relación con las sensaciones placenteras que
Con el transcurso del tiempo, Jung modificó su actitud hacia la me-
surgen de la estimulación oral (a las que Freud adjudicaba un carácter
todología científica. En un primer momento, estaba interesado en cubrir
sexual en el sentido amplio). A Jung no le gustaba que Freud agrupara
la brecha entre la psicología académica y el psicoanálisis, por vía del
todas las sensaciones placenteras bajo el rótulo “sexual”.
experimento de asociación. De esta manera esperaba hacer más científi-
co el psicoanálisis. Ulteriormente, Jung perdió el interés por “probar” el Como en su concepción la energía básica no era del todo sexual,
análisis a través de experimentos concebidos a la usanza tradicional. Él Jung podía reinterpretar las observaciones analíticas que adjudicaban
y sus seguidores se dedicaron al estudio de la metodología y el arte, significado sexual a diversos hechos. Como Adler, reinterpretó el con-
como métodos más útiles para revelar la forma del inconsciente. Jung flicto edípico. Por esa época, decía, las funciones nutritivas adquieren
se transformo en el líder analista, más reacio a los métodos tradiciona- importancia en la actitud del niño hacia su madre. A medida que el niño
les de la ciencia empírica. desarrolla su funcionamiento sexual, esas funciones se recubren y com-
binan con sentimientos sexuales. Combinadas con estos sentimientos,
La terapia de Jung, de acuerdo con estas perspectivas básicas, desta-
hay ciertas predisposiciones a reaccionar ante la madre, de carácter
có menos el pasado del individuo, y más su situación presente y los
primitivo e inconsciente. No es cierto entonces que, como sostenía
deseos para el futuro. El hombre de Jung, a diferencia del de Freud, es
Freud, la relación edípica se base exclusivamente en la sexualidad.
más un hombre creador y menos un recipiente pasivo de las influencias
ambientales; concomitantemente, la psicología jungiana es más opti- Jung transfirió casi directamente los conceptos de la física a sus
mista. Para Freud, la terapia jungiana era de tipo sacerdotal, con exhor- afirmaciones sobre la energía psíquica. Creía que la energía psíquica
taciones morales, apelaciones a la fuerza de la voluntad, y un intento era tanto o más indestructible que la energía física. Si se utiliza la ener-
por desarrollar los anhelos humanos de lo divino (Freud, 1938, pág. gía en alguna función psíquica, la cantidad disponible para esa función
975). Jung creía que los impulsos primitivos del hombre pueden canali- decrecerá, pero reaparecerá en forma de energía incrementada disponi-
zarse hacia una búsqueda de la autorrealización o de lo divino; si el yo ble para alguna otra función. Si la energía desaparece de algún sistema
no reconoce y utiliza adecuadamente la energía, ésta puede trastornar el psíquico, reaparecerá en algún otro. Este punto de vista no es muy dis-
funcionamiento del hombre hasta el punto de volverlo neurótico o psi- tinto del de Freud; éste también hablaba de la reaparición bajo otras
cótico. formas de la energía psíquica no utilizada, por ejemplo cuando se sub-
lima la energía sexual y se la utiliza para la creatividad artística. Jung
Energías e instintos básicos. Los puntos de vista de Jung sobre la
no creía que la suma de energía psíquica disponible se mantuviera cons-
energía básica del hombre se aproximan más que los de Freud a una
tante4, porque la energía puede intercambiarse con el mundo externo a
concepción de sentido común. La libido sería una energía vital, de ca-
través del trabajo muscular, la ingestión de comida, etc. Dado que la
rácter biológico general, y no necesariamente una energía predominan-
energía puede fluir de un sistema psíquico a otro, tiende amoverse des-
temente sexual. Lo que para Freud era energía sexual concentrada e
de los puntos más elevados de energía hacia los más bajos. En resumen,
Sistemas y Teorías Psicológicos Contemporáneos - 13

el sistema tiende a alcanzar un estado de equilibrio, aunque esta ten- que el hombre ha heredado filogenéticamente. Las cosas heredadas se
dencia nunca llega a realizarse por completo. Aun cuando se alcanzara denominan arquetipos: tienen algo de símbolos y algo de predisposicio-
un equilibrio, éste se perdería rápidamente debido a los intercambios nes a percibir o actuar de una cierta manera. Los arquetipos se forman
entre algún sistema psíquico y el mundo exterior. Por ejemplo, si se como resultado de las experiencias universales que ha tenido el hombre
concentrara la mayor parte de la energía disponible en el inconsciente en el curso de su evolución; Jung tenía que aceptar por lo tanto la doc-
personal, éste tendería a compartir la energía con otros sistemas, como trina de la herencia de los caracteres adquiridos. Dado que las supuestas
podría ser el yo. Entonces podría haber un intercambio con el mundo experiencias son universales, los arquetipos también lo son. Jung des-
exterior. El yo incrementaría ulteriormente su provisión de energía, y la cubrió su existencia al estudiar los mitos y producciones artísticas de
dirección entonces se invertiría. diferentes épocas y diferentes culturas; encontró ciertos símbolos que
Estructuras psíquicas. Hall y Lindzey (1957, pág. 79) han ofrecido eran comunes a todas ellas, sin que pudiera pensarse en un intercambio
un excelente resumen de la posición de Jung: directo entre las culturas. Ejemplos de arquetipos son el nacimiento, la
muerte, el héroe, el niño y Dios.
La personalidad total o psique, como la llama Jung, consiste en una
cantidad de sistemas separados pero interactuantes. Los principales son el Cuatro arquetipos han alcanzado un desarrollo superior al de cual-
yo, el inconsciente personal y sus complejos, el inconsciente colectivo y quier otro; la “persona”, el anima, el animus y la sombra. Están tan bien
sus arquetipos, la persona, el anima o el animus, y la sombra. Además de desarrollados que han llegado a ser sistemas de personalidad separados.
estos sistemas interdependientes, están las actitudes de introversión y ex- La persona es una máscara ofrecida por un individuo a su sociedad. Es
traversión, y las funciones del pensamiento, el sentimiento, la sensación y la parte de él mismo que quiere ser pública, y puede o no servir para
la intuición. Finalmente, hay un sí-mismo, que es la personalidad plena- ocultar la personalidad real.
mente desarrollada y unificada.
El anima y el animus representan el reconocimiento jungiano de la
El yo de Jung es algo parecido a la idea que tiene el lego de sí mis- bisexualidad humana. El anima es la parte femenina del hombre; el
mo; es la mente consciente en contacto con la realidad, y contiene los animus, la parte masculina de la mujer. Estos arquetipos se desarrollan,
recuerdos conscientes. Se lo siente como el centro de la identidad y la al igual que los otros, como resultado de experiencias: el anima, como
personalidad. El yo de Jung equivale al componente consciente del yo resultado de las experiencias del hombre con la mujer, y el animus co-
freudiano. mo resultado de las experiencias de la mujer con el hombre.
El inconsciente personal es la región inmediatamente más “interna” La sombra es la parte del inconsciente que ha sido heredada de los
que el yo. Como está en contacto con el yo, contiene los materiales re- antecesores prehumanos del hombre; son los instintos animales. Los
primidos que provienen de éste. El inconsciente personal equivale a una impulsos inmorales y pasionales emanan en gran parte de la sombra.
mezcla del inconsciente y el preconsciente freudianos: los contenidos Cuando esos impulsos aparecen en la conciencia, pueden expresarse o
del inconsciente personal están a disposición de la conciencia y contie- reprimirse, y en este último caso algunos de los materiales del incons-
nen sólo materiales que han llegado al inconsciente como resultado de ciente personal se originan en la sombra.
experiencias personales del individuo.
Un quinto arquetipo bien desarrollado es el sí-mismo (alemán:
Situado más profundamente aún que el inconsciente personal, está el Selbst; inglés: self), el más importante de todos. Jung encontró este
inconsciente colectivo. Esta región oscura y nebulosa contiene las cosas arquetipo en diversas culturas, representado por un símbolo al que de-
Sistemas y Teorías Psicológicos Contemporáneos - 14

nominó mandala o círculo mágico. Representa los esfuerzos del hombre profeta o monje. Para vivir con éxito son necesarias todas las funciones
por alcanzar la unidad, la totalidad, la integración de la personalidad. y las dos actitudes: de modo que no hay tipos puros. El individuo total
Jung hizo del sí-mismo un sistema separado, modificando su concep- armoniza todos estos factores. En la medida en que nos acercamos a los
ción original en la que el sí-mismo equivalía a la psique total. El sí- tipos puros, nos acercamos a la patología.
mismo mantiene juntos a todos los otros sistemas. Pugna por la unidad Contribución y evaluación. Es particularmente difícil evaluar a
del individuo con el mundo a través de las experiencias religiosas, co- Jung. Cuando vivía Freud, se nombre ocultaba a Jung y a todos otros
mo así también por la unidad de los sistemas psíquicos en el individuo. analistas. Además, frecuentemente se ha señalado que Jung es difícil de
El sí-mismo sólo puede aparecer si los otros sistemas psíquicos se sepa- comprender; como ha dicho Jones (1957, pág. 32): “De modo que su
ran lo suficiente como para requerir una integración; cosa que no ocurre mentalidad adolecía de un serio defecto: carecía de claridad. Recuerdo
hasta una edad mediana. Parte del desacuerdo entre Jung y Freud se que en una oportunidad me encontré con alguien que había sido condis-
basó en este “punto de fractura” e la edad mediana; Jung pensaba que la cípulo de Jung en la escuela y le pregunté cómo había sido él de niño.
motivación sexual podía ser importante antes de esa edad, pero no des- Su respuesta me impresionó: “Tenía una mente confusa.” No era yo,
pués de pasar ese punto, cuando se ha desarrollado el sí-mismo y el entonces, el único que había hecho esa observación”.
sexo se transforma en una consideración secundaria.
Aunque posiblemente la afirmación de Jones haya sido algo prejui-
Las dos actitudes hacia el mundo que señaló Jung –extraversión e in- ciosa, debido a su amistad con Freud, parece tener cierta justificación.
troversión- se conocen mejor que cualquier otra parte de su sistema. En Recientemente, alguien que revisó la traducción inglesa de las obras de
la extraversión, la mayor parte de la atención del individuo se dirige al Jung decía que la afirmación de éste sobre uno de sus trabajos parecía
mundo exterior; la introversión es el caso opuesto. Por lo general, el yo aplicarse a muchos. Esa afirmación es la siguiente (Jung, 1956, pág.
y el inconsciente personal tienen actitudes opuestas, ya que ambas acti- XXIII): “Fue escrito a toda velocidad, en medio de la prisa de mi prác-
tudes siempre están en alguna medida presentes en la personalidad, y tica médica, sin atención al tiempo o el método. He tenido que volcar
entonces la actitud no dominante tiende a ser reprimida. Cuanto más mi material precipitadamente, tal como lo encontré. No hubo oportuni-
fuerte es la expresión consciente de una actitud, más fuerte es el desa- dad para dejar que mis pensamientos maduraran. La totalidad de la cosa
rrollo inconsciente de la otra. A veces un desequilibrio permite que la vino hacia mí como un alud incontenible.” Un libro escrito de esta ma-
libido ligada a la actitud inconsciente supere la represión, y la actitud nera, no puede resultar fácil para el lector. Además del problema del
dominante resulta superada. estilo, para la mayoría de los lectores que no conocen alemán está el
Finalmente, están las funciones, cualquiera de las cuales puede ser problema de la traducción: hasta ahora, sólo han aparecido en inglés
dominante. Las definiciones jungianas de pensamiento, sentimiento, diez volúmenes de una totalidad de dieciocho.
sensación e intuición no difieren de sus significados comunes. Jung no Aun cuando se supere el difícil problema de leer y comprender a
pensó que fuera arbitrario fijar el número de funciones en cuatro; para Jung, subsisten muchos otros. El escaso afecto que siente Jung por la
él, era una cuestión de hecho. Por lo general, predominan dos de las metodología científica tradicional hace que su tipo de exposición per-
funciones a expensas de las otras dos; éstas últimas se desarrollan en- suasiva resulte extraña a los psicólogos que gustan de las pruebas esta-
tonces en el inconsciente, al igual que la actitud reprimida. Si se descri- dísticas o de laboratorio. Si se exige este tipo de pruebas, puede descar-
be a los individuos en términos de función y actitud, se obtiene una tarse inmediatamente a Jung.
especie de tipología: así, un pensador-intuitivo-introvertido puede ser
Sistemas y Teorías Psicológicos Contemporáneos - 15

Incluso es difícil encontrar algún sistema lógico para evaluar, porque Al comienzo, Ferenezi mostró cierta hostilidad hacia los miembros
Jung no fue un sistematizador. Si hay un sistema, debe destilárselo de del comité, y se le frustraba en los congresos; nunca fue elegido presi-
sus escritos y luego acomodarlo; Jung no presentó postulados o deriva- dente por un plenario. Sin embargo, su separación final de Freud no fue
ciones. Este rasgo lo comparte con los otros analistas. tan temprana ni tan dramática como la de Rank. Simplemente, se apartó
Con todo, la importancia de Jung parece haber crecido en los últimos de los otros analistas, en parte a causa de sus creencias terapéuticas.
tiempos. Sobrevivió a Freud veintidós años, y la totalidad de sus traba- Prácticamente no hubo rencores reales entre él y Freud, por lo menos
jos pronto estará publicada en diversos idiomas. Las ideas de Jung son hasta muy poco antes de su muerte, en 1933; hacia esa época, posible-
novedosas y provocativas. Su idea del hombre proporciona un refres- mente la enfermedad física de Ferenezi afectara su mente (Jones, 1957,
cante antídoto para la de Freud: es optimista, y compatible con una pág. 176).
perspectiva religiosa. Jung mismo era erudito y entusiasta. Sus seguido- Sandor Ferenezi (1873-1933) no hizo modificaciones teóricas tan
res, una vez que lo comprenden, quedan muy impresionados y le son fundamentales como las de Rank. Sus divergencias principales se refie-
muy leales. Un hombre con las cualidades de Jung no puede ser descar- ren a la técnica terapéutica. Compartió con Rank la creencia de que no
tado a la ligera, a pesar de sus defectos o anomalías como científico. siempre es necesario exhumar los orígenes históricos de los síntomas
neuróticos; esto permite una terapia más breve. Ferenezi pensaba que
en las vidas de la mayoría de sus pacientes neuróticos había faltado una
RANK Y FERENECZI cálida relación con la madre, y que el terapeuta debía proveer ese ele-
Estos dos hombres pueden ser considerados en conjunto, porque han mento ausente. Por lo tanto, trataba con ternura a sus pacientes, sentán-
publicado juntos y porque sus definiciones están de alguna manera re- dolos en su falda y besándolos a veces (Jones, 1957, págs. 163-164).
lacionadas. La separación entre Rank y Freud fue anterior a la de Fere- Para Freud, esto era abrir la puerta a técnicas terapéuticas que acabarían
nezi, y también más severa y más completa. Ninguno de ellos alcanzó por desacreditar al psicoanálisis; y Ferenezi se sintió tocado por las
la estatura de Freud, Adler o Jung, aunque ambos han hecho significati- dudas de Freud. Sin embargo, no abandonó su creencia de que el acting
vas contribuciones a la teoría o a la práctica del psicoanálisis. out de los problemas inconscientes era el camino para la salud mental, y
continuó empleando su singular terapia hasta que su salud se empobre-
En 1922 Otto Rank (1884-1939) comenzó a presentar sus ideas so- ció tanto que no pudo ya trabajar.
bre el trauma del nacimiento. Además, él y Ferenezi colaboraban en un
libro titulado The development of psychoanalysis (1929). Freud reac- Con esto concluye el aspecto puramente expositivo de este capítulo.
cionó muy positivamente hacia el libro en un primer momento, pero De ninguna manera es una historia completa del psicoanálisis, ni siquie-
luego mostró cierta ambivalencia. La aversión de Rank hacia Jones ra hasta la muerte de Freud, en 1939; sólo es una muestra de sus puntos
complicaba el cuadro; aparentemente Freud no sabía qué partido tomar más salientes. Más adelante incluiremos los desarrollos recientes, pero
en estos desacuerdos. Una serie de declaraciones de independencia por también ellos han de ser incompletos. El psicoanálisis es un movimien-
parte de Rank, seguida de declaraciones de amistad, culminó finalmente to orgánico en constante crecimiento y modificación, de modo que nin-
en su separación completa de Freud y del movimiento analítico orto- guna sección transversal puede brindar un cuadro realista o completo.
doxo. Con todo, ofreceremos ahora una cierta evaluación de la sección trans-
versal que hemos presentado aquí.
Sistemas y Teorías Psicológicos Contemporáneos - 16

EL PSICOANÁLISIS COMO SISTEMA Postulados básicos. Según Munroe (1955), casi todas las variedades
de analistas aceptan cuatro supuestos básicos. Primero, la vida psíquica
En vista de las diferencias entre los sistemas usualmente considera-
está determinada. Segundo, el inconsciente desempeña un papel pre-
dos psicoanalíticos, no podemos examinar el psicoanálisis como un
dominante en la determinación de la conducta del hombre (por oposi-
sistema único. Sin embargo, hay importantes rasgos comunes que pro-
ción a la creencia anterior de que el hombre seguía patrones de deter-
curaremos mantener en el foco del análisis –incluso entre los sistemas
minación racionales). Tercero, los conceptos explicativos más impor-
más divergentes-. Toda vez que examinemos un punto en el que no
tantes son motivacionales (es decir, dinámicos). Muchas manifestacio-
todos los sistemas estén de acuerdo, seguiremos el sistema de Freud
nes conductales diferentes pueden explicarse por un único concepto
con preferencia a cualquier otro. Pero aun con estas restricciones, es
motivacional subyacente; se pone el énfasis en la intencionalidad de la
necesario forzar un poco el sistema freudiano para adecuarlo a los lími-
acción, más que en las conexiones mecánicas del tipo E-R. Cuarto, la
tes de los criterios establecidos por un psicólogo académico. Con todo,
historia del organismo es de extrema importancia en la determinación
las cuestiones planteadas por los criterios de McGeoch son importantes
de la conducta contemporánea.
para el psicoanálisis.
Además de estos cuatro postulados primarios, los analistas más orto-
Definición de la psicología. Aunque Freud no pertenecía a la tradi-
doxos aceptan por lo general varios otros: 1) El impulso básico es
ción de la psicología como tal, quizá el psicoanálisis fuera para él la
sexual y tiene sus bases en la biología del organismo. 2) Esta energía
única psicología digna de su nombre. Le interesaba desarrollar un mar-
biológica primordial se manifiesta en los diversos instintos. 3) Hay un
co sistemático, pero no enunciar definiciones. En este aspecto sus se-
conflicto básico entre los instintos de vida y de muerte (hemos visto ya
guidores no han diferido de él. En una época Freud distinguía el psi-
que éste es uno de los postulados menos aceptados). 4) Para explicar la
coanálisis en base a su interés por la resistencia y la transferencia; en
actividad inconsciente es necesario un modelo estructural, topográfico;
otro momento dijo que la característica de un analista era su interés por
las estructuras generalmente aceptadas son el ello, el yo y el superyó de
los factores sexuales. Pero éstas no son definiciones. Podemos intentar
Freud. 5) Las relaciones entre el niño y sus padres explican las neuro-
una definición “desde afuera”, basada en lo que el psicoanálisis nos
sis. 6) El individuo atraviesa diversas etapas de desarrollo libidinal:
parece ser. El psicoanálisis es una disciplina que se inició con el estudio
oral, anal, fálica, de latencia y genital. 7) El individuo se defiende del
de las neurosis por medio de las técnicas hipnóticas, el análisis de los
daño psicológico mediante el empleo de los mecanismos de defensa
sueños y la asociación libre, y destacó la importancia de las condiciones
que controla el yo. 8) Por último, los sueños, los lapsus linguae, los
motivacionales inconscientes. Desde entonces ha ampliado sus campos
chistes y los diversos errores, tienen un significado simbólico que se
y métodos de estudio, para incluir la investigación antropológica, los
relaciona con contenidos sexuales reprimidos.
experimentos de laboratorio, las técnicas de tests y el estudio de las
personas normales, las culturas y los documentos culturales. Los analis- Aunque hemos incluido estos supuestos bajo la denominación de
tas parten de varios supuestos básicos, que pueden incluirse en la defi- postulados, no debe interpretarse esto literalmente. Freud era un pensa-
nición de la escuela; para que alguien sea aceptado como analista debe dor inductivo, por lo menos en su concepción del proceso. No se veía a
a su vez aceptar una cantidad mínima de esos supuestos. A continua- sí mismo formulando postulados, sino simplemente informando o re-
ción los examinamos. sumiendo los resultados de sus observaciones. Su reacción ante la de-
claración de Janet de que el inconsciente era una manera de hablar,
muestra que a Freud no le agradaba que sus conceptos fueran clasifica-
Sistemas y Teorías Psicológicos Contemporáneos - 17

dos como postulados. La conducta de muchos de sus seguidores indica ces la mayor parte de los datos es muy cuestionable. Los sucesos pasa-
que también ellos piensan así. Esto no es necesariamente una crítica dos deben inferirse de los datos recogidos. Recordamos, de las críticas
efectiva, porque o interesa cómo se consideren los conceptos siempre a la psicología estructural, que los psicólogos no confían en la memoria
que éstos desempeñen un papel útil en la teoría. humana más allá de unos pocos segundos, y bajo condiciones estricta-
mente controladas. Si se reconocen los datos por lo que son –es decir, si
Naturaleza de los datos. Los datos básicos del psicoanálisis han si-
se los utiliza sólo para formular enunciados sobre el presente-, entonces
do recogidos en situaciones terapéuticas. Son datos provenientes de
parecería necesario modificar la forma de la teoría freudiana. Por su-
informes verbales o de la introspección. El tipo de introspección es
puesto, este tipo de crítica es menos aplicable a Jung o incluso a Adler,
muy diferente al tipo clásico, pero mantiene las mismas dificultades –a
ya que ambos reconocían más explícitamente la importancia del presen-
menudo agravadas-. Si se supone que la introspección psicoanalítica da
te. Sin embargo, también en sus casos la mayoría de las hipótesis se
información sobre acontecimientos pasados, entonces los estímulos
refieren al pasado –en el caso de Jung, incluso al pasado filogenético,
originales para el informe verbal han ocurrido meses o años atrás. Mu-
del cual no hay en absoluto datos disponibles.
chas de las hipótesis psicoanalíticas se refieren a relaciones entre suce-
sos de al historia del paciente y su conducta presente. De hecho algunos Una segunda dificultad surge de la naturaleza de la relación terapéu-
críticos (por ejemplo, Skinner, 1954) han opinado que una de las prin- tica. Muchos de los enunciados formulados por el paciente deben man-
cipales contribuciones del psicoanálisis radica en su acentuación de la tenerse en el secreto. Durante la sesión analítica, el analista debe des-
importancia causal de los sucesos de la vida del individuo. Pero esos empeñar el papel de terapeuta, y sólo puede adoptar la actitud desape-
sucesos no han sido mayormente estudiados de una manera directa. Los gada del científico una vez terminada la sesión. Puede olvidar datos, o
datos son las producciones verbales presentes en el paciente. Freud elegir solamente los confirmatorios. Lo que el paciente dice puede estar
mismo quedó perplejo cuando al cotejar los informes de sus pacientes influido por lo que el analista dijo antes. El mismo Freud enseñaba a
con los de otros miembros de la familia, encontró que muchos de los sus pacientes algo de la teoría psicoanalítica durante el proceso terapéu-
sucesos informados no podían haber ocurrido. Decidió que no tenía tico, aunque en los últimos años no lo hizo tanto. Las sugerencias pue-
importancia el que hubiesen ocurrido o no; el hecho de que se los den haber inclinado a los pacientes a formular enunciados confirmato-
hubiera fantaseado los hacía importantes para la terapia. Sobre la base rios de la teoría. El resultado neto es que por lo general no hay datos
de ese razonamiento, Ezriel (1951) ha sostenido que el análisis no es un disponibles, ni siquiera para el público científico. Por lo tanto, los cien-
método histórico; lo cual parece ser correcto. En realidad el analista tíficos en general no pueden evaluar su calidad. El hecho de que un
trabaja en base al supuesto de que los informes sobre el pasado son im- paciente confirme que el análisis de algunas de sus producciones (por
portantes; en términos operacionales, el analista no tiene nada que hacer ejemplo, un sueño) es correcto, tiene poco valor científico. El paciente
con el pasado del paciente. Estudia la personalidad del individuo obser- mismo participa en cierta medida de la interpretación, y su acuerdo o
vando su interacción con otra persona (el mismo analista), y no recons- verificación puede deberse a que el analista haya sugerido –de alguna
truyendo su pasado. El psicoanálisis es un método dinámico, y no un manera no intencional- que la interpretación es correcta. No hay una
método genético; trabaja con datos contemporáneos más que con datos fuente exterior que pueda confirmar o negar la corrección del análisis.
genéticos. Quizás pudiera ignorarse la necesidad de esos datos, y exigirse so-
De modo que la relación entre los datos y la teoría psicoanalítica está lamente datos sobre el éxito de la terapia. Pero incluso estos datos son
lejos de ser clara. Si la teoría se refiere a los factores genéticos, enton- difíciles de obtener. Por supuesto, hay una gran cantidad de informes
Sistemas y Teorías Psicológicos Contemporáneos - 18

sobre pacientes que mejoraron, pero hay pocos estudios hechos con can una saludable preocupación por la aceptabilidad científica de los
grupos de control que sean iguales en otros aspectos y a los que se su- conceptos sometidos a prueba. El interés excesivo por los conceptos
ministre alguna otra terapia, o ninguna. Cada analista ve pocos pacien- limitados indica probablemente una debilidad de la teoría; la mayoría
tes, incluso a lo largo de una vida como terapeuta, de modo que difícil de los enunciados analíticos son demasiado generales o demasiado am-
obtener una muestra grande. Aun cuando pudiera contarse con esos biguos como para permitir una prueba fácil. En la mayoría de los casos
grupos de control y esas muestras, sería extremadamente difícil mostrar no es posible someter a prueba las predicciones derivadas de varios
que la aplicación de la teoría hecha por el analista ha sido correcta, o postulados, porque nunca hay un enunciado cuantitativo –y raras veces
que no ha habido factores extraños que contribuyeron al resultado. En hay siquiera un enunciado cualitativo- sobre la importancia relativa de
definitiva, es muy difícil mostrar la existencia de una firme relación los diversos factores que podrían conducir a un resultado conductal. De
lógica entre la teoría y el resultado de la terapia. La situación terapéuti- modo que las condiciones de la teoría limitan parcialmente el tipo de
ca no parece ser el lugar para probar una teoría científica. datos y su importancia para la teoría misma.
Hay datos observacionales provenientes de otras situaciones. Kardi- La posición frente al problema mente-cuerpo. Freud era moderno
ner (1939), Mead (1950) y Malinowski (1950) han recolectado datos en este aspecto: no se preocupó demasiado por el problema. Jones
pertinentes en algunas sociedades primitivas. Estos datos sirven de (1953, pág. 367) ha dicho que podrían citarse pasajes de Freud que lo
apoyo al sistema en algunas oportunidades, y en otras exigen su modi- colocarían en cualquiera de las diversas posiciones filosóficas al respec-
ficación; por ejemplo, los datos no confirmaron la supuesta universali- to. Freud mismo se declaraba a favor de un paralelismo psicofísico.
dad del complejo de Edipo (Toulmin, 1948). Sostenía que los procesos psíquicos no pueden ocurrir en ausencia de
procesos fisiológicos, y que estos últimos deben preceder a los prime-
Hilgard (1952), entre otros, ha informado sobre algunos datos re-
ros. Asignaba así una cierta prioridad a lo material, prioridad que pro-
cientes, tomados de sujetos humanos en situaciones de laboratorio o
bablemente se remontara a sus días de estudiante, cuando adoptó un
escolares. Estos datos son necesariamente fragmentados. Se relacionan
materialismo radical.
con porciones aisladas de la teoría psicoanalítica, como corresponde a
cualquier estudio bien controlado que quiera realizarse en el presente. Principios de conexión. Como los psicoanalistas están fuera de la
Todavía carecemos del estudio longitudinal meticuloso que sería nece- psicología académica, les resulta innecesario ocuparse del problema de
sario para apuntalar sólidamente los supuestos genéticos del psicoanáli- la conexión como tal. Sin embargo, su método básico es el de la asocia-
sis. Pumpian-Mindlin (1952) es un representante típico de los autores ción libre, y podríamos preguntarnos cómo sucede que las asociaciones
que consideran necesario crear un instituto psicoanalítico para llevar a se conecten de manera tal que proporcionan –según día Freud a propó-
cabo esa investigación. sito de los sueños- “un camino real hacia el inconsciente”. Los princi-
pios de conexión son de diferentes tipos.
Sears (1943) ha revisado las investigaciones objetivas anteriores a
1942, que intentan verificar los conceptos psicoanalíticos. Muchos de En primer lugar, está los principios clásicos de contigüidad, similitud
esos estudios se han realizado con animales, y una cantidad despropor- y oposición. Los elementos que han sido contiguos en la experiencia
cionadamente grande han sido pruebas de fijación o regresión. Puede del individuo tienden luego a conectarse en una serie asociativa. Los
cuestionarse en qué medida son significativas esas investigaciones, pero elementos que son similares u opuestos para un individuo, pueden tam-
lo cierto es que los experimentos están bastante bien controlados e indi- bién evocarse o sustituirse mutuamente.
Sistemas y Teorías Psicológicos Contemporáneos - 19

Lo más importante es que las asociaciones siguen la madeja de los puede expresarse a través de su proyección en otras personas, a las que
motivos y los sentimientos. La similitud u oposición puede plantearse acusa entonces de hostiles. El yo selecciona continuamente materiales
en términos de motivos o de sentimientos, más que de estímulos objeti- reprimidos adecuados, para esa expresión simbólica. También en la
vos. El reconocimiento de este hecho permite al analista reconocer co- selección están implicados los principios de conexión: el yo debe selec-
nexiones que no son evidentes para el psicólogo académico. El hecho cionar, de acuerdo con los principios de conexión, los símbolos necesa-
de que las asociaciones se determinen por estos factores explica tam- rios para dar salida a los impulsos reprimidos.
bién que las asociaciones “libres” del paciente contengan material im- Vemos en estos ejemplos que un aspecto considerable de la contri-
portante para sus problemas básicos; estos problemas suscitan motivos bución de Freud fue el desarrollo detallado de los principios de co-
que a su vez controlan las asociaciones. nexión y selección, aplicados a casos en los que antes se veía arbitrarie-
Para explicar completamente por qué de los problemas surgen cier- dad y desorden. Extendió los principios al inconsciente, donde se re-
tos síntomas, y por qué de los contenidos latentes del sueño surge un quieren leyes diferentes: esa ampliación es fundamental en su sistema.
cierto contenido manifiesto, son necesarios aún otros principios, más Recientemente, las investigaciones del denominado New Look en
complejos. Se trata de los principios especiales del simbolismo, que ya percepción se ocuparon de los efectos de la motivación sobre la percep-
hemos mencionado: la distorsión, el desplazamiento, la condensación. ción de los estímulos objetivos. Esa percepción selectiva se ha demos-
Finalmente, están los mecanismos de defensa del yo (racionalización, trado en el laboratorio, y representa una extensión del pensamiento psi-
proyección, etc.), que explican la conexiones entre ciertas conductas coanalítico. Aunque la interpretación que se dio a los experimentos está
manifiestas y sus bases motivacionales. La complejidad de estos princi- sujeta a dudas (por ejemplo, Goldiamond, 1958), lo cierto es que ac-
pios de simbolismo y defensa es tal, que han sido objeto de una prolon- tualmente se estudia en la percepción un grupo de variables que antes
gada investigación psicoanalítica. se consideraba inadecuado. Un ejemplo de los resultados observados es
Principios de selección. La motivación proporciona también la cla- el hallazgo de que se requiere más tiempo para percibir una palabra que
ve para la selección: parecería que en la mayoría de los sistemas los suscita culpa, que para percibir una palabra neutral. La interpretación
principios tienden a ser simplemente los unos el anverso de los otros. analítica diría que actúa un mecanismo de defensa del yo, el cual tiende
Los analistas han destacado la selectividad en el movimiento del mate- a reprimir esa percepción.
rial desde el preconsciente o inconsciente hacia la conciencia, más que
la selección de estímulos en el ambiente. La selección de una idea o
recuerdo depende del equilibrio dinámico entre las fuerzas represoras y CRÍTICAS AL PSICOANÁLISIS
las fuerzas instintivas que pugnan por la expresión del material repri- Inmoralidad. El público lego y el religioso fueron muy severos para
mido. La represión actúa selectivamente, eliminando material de la con Freud y el psicoanálisis debido a su carácter presuntamente irreli-
conciencia, y las resistencias mantienen alejado el material de carga gioso y amoral y a la acentuación de lo sexual. Freud no era religioso, e
emocional. La tarea del analista es redistribuir la energía libidinal dis- intentó explicar la religiosidad en términos científicos naturales. Tam-
ponible, de modo que las fuerzas represoras del yo o el superyó dismi- bién es cierto que extendió el concepto de sexualidad hasta la infancia,
nuyan en relación a las fuerzas expresivas. A menudo la libido ligada al y que abogó a favor de actitudes menos represivas hacia el sexo; por
material reprimido es tan fuerte que impone su propia selección, para ejemplo, era partidario de una educación sexual de tipo realista.
actuar de una manera disfrazada; por ejemplo, la hostilidad reprimida
Sistemas y Teorías Psicológicos Contemporáneos - 20

Al margen de lo que Freud sintiera o dijera a propósito de esos te- recientemente de una manera muy clara, la naturaleza del inconsciente
mas, esos argumentos son absolutamente inadecuados, nada tienen que como modelo científico. Freud mismo se consideraba un mero inicia-
ver con la verdad o falsedad de cualquier hipótesis científica. Si alguien dor, y a su sistema una mera iniciación. Quizás la analogía entre el psi-
considera que los pronunciamientos de Freud sobre esos temas son más coanálisis y la frenología (véase Dallenbach, 1955) no sea tan desacer-
filosóficos que científicos, entonces puede rechazarlos en términos de tada como pudiera parecer a primera vista; ambas disciplinas dieron
valores, pero no en términos de verdad. De modo que si no nos gusta el importantes pasos iniciales en su camino hacia la ciencia, aunque indu-
pesimismo de Freud como filosofía de vida, podemos rechazarlo y ele- dablemente el análisis terminará por ser una ciencia mucho más amplia.
gir una perspectiva más optimista. Nuestra aceptación o nuestro recha- A la luz de estas consideraciones, no debe sorprender que en reali-
zo no tendrán nada que ver con la ciencia. dad no exista algo así como una teoría psicoanalítica. Si uno quisiera
Orígenes. Varios críticos han señalado las relaciones existentes en- someter a prueba la teoría psicoanalítica, tendría que saber dónde ir a
tre la personalidad de Freud y la teoría que desarrolló. Por ejemplo, el buscar la teoría. Presumiblemente, la teoría existe en las obras de
libro de Bakan (1958) estudia este aspecto del psicoanálisis, señalando Freud, o quizás en intérpretes como Fenichel (1945), pero en ninguna
de una manera clara y erudita la relación entre el misticismo judío y el parte se enuncia claramente cuáles son los postulados, cuáles los teore-
psicoanálisis, haciendo excursiones colaterales por los sentimientos mas, cuáles las relaciones que guardan entre sí, cuáles los valores cuan-
mesiánicos de Freud y sus consecuencias para la teoría. No es raro en- titativos que deben asignarse; en resumen, falta todo el aparato que por
contrar autores que sostienen que la teoría edípica se explica por la re- lo general acompañan una teoría científica. Los datos acumulados hasta
lación del propio Freud con su joven madre, o que su tendencia a opo- ahora se relacionan con generalizaciones empíricas, no con deducciones
nerse a los puntos de vistas tradicionales se reduce a una reacción co- a partir de alguna teoría.
ntra su pertenencia a la minoría judía. Hay varias razones por las cuales el observador puede verse erró-
También esas críticas carecen de toda pertinencia. Sin embargo, el neamente inducido a pensar que existe alguna teoría. En primer lugar,
psicoanálisis, ha estado más expuesto a ellas que las disciplinas mejor los analistas han formulado una gran cantidad de enunciados sobre
establecidas. Hemos visto ya que sus datos no tienen la cualidad de cuestiones de hecho. El observador externo puede creer que esos enun-
convicción que es típica de los datos más científicos. Por lo tanto, si un ciados, algunos de los cuales resultan eventualmente correctos, se deri-
crítico explica una parte del psicoanálisis recurriendo al misticismo, van de alguna teoría. El hecho es que por lo general derivan de obser-
incumbe al defensor del psicoanálisis mostrar que esa parte de la teoría vaciones; son enunciados descriptivos, o generalizaciones a partir de
se apoya en una base más firme de datos científicamente aceptables. ellas. Una segunda razón es que los analistas han querido explicar todo
tipo de conductas –sueños, olvidos, síntomas- y la génesis de determi-
Teoría. Ninguno de los sistemas examinados hasta aquí ha presenta-
nadas neurosis. Como hay un lenguaje y un conjunto de enunciados
do algo que se aproxime a una teoría adecuada en el sentido de Berg-
disponibles para explicar acontecimientos de otra manera inexplicables,
mann, que es en lo esencial el sentido que nosotros adjudicamos al tér-
el observador puede creer que se dispone de una teoría científica. La
mino. El psicoanálisis no es la excepción. Sólo en un sentido muy am-
verdad lamentable es que los enunciados de los analistas son tan gene-
plio del término puede decirse que hay una teoría psicoanalítica. Hay
rales que pueden explicar cualquier conducta que ocurra. Una explica-
una gran cantidad de generalizaciones empíricas, y hay algunas partes
ción científica genuina no puede hacer esto; debe predecir una conducta
que constituyen un modelo rudimentario. Walter (1957) ha delineado
Sistemas y Teorías Psicológicos Contemporáneos - 21

con exclusión de todas las otras. De otro modo la teoría es empírica- psicoanalítica sea alguna vez reemplazada súbitamente; servirá como
mente vacía, ya que, en efecto, dice: “Puede ocurrir cualquier cosa.” marco referencial al cual se adecuarán los nuevos hallazgos, hasta que
eventualmente los elementos y la forma pasados y presentes de la teoría
Ninguna crítica general del psicoanálisis adquirirá sentido mientras
sufran modificaciones tales que se hagan irreconocibles.
no exista una teoría general. Pasará mucho tiempo antes de que pueda
existir una teoría rigurosa, porque el área de conducta que esa teoría Críticas a los resultados terapéuticos. Toulmin (1948) dice que “si
debe cubrir es evidentemente amplia y compleja. Mientras tanto, el psi- una explicación analítica muy bien desarrollada no es parte de una cura
coanálisis llenará la necesidad de un modelo que “va a cualquier parte, exitosa, no la consideramos una explicación ‘correcta’; el fracaso tera-
hace cualquier cosa, y da resultado en el trato con la gente” (Walter, péutico es tan fatal para una explicación psicoanalítica, como lo es el
1957, pág. 122). fracaso predictivo para una explicación física”. Discrepamos con
Toulmin en este punto. Aun cuando la explicación psicoanalítica sea
En el caso de sistemas como el psicoanálisis, la confirmación empí-
correcta, el curso de la enfermedad puede ser irreversible, porque el
rica puede aplicarse a los enunciado limitados, confirmables, más que a
analista no siempre tiene bajo el control las variables independientes
la teoría misma. Farell (1951) ha ofrecido una lista de proposiciones
cuya manipulación permitiría la curación. Sería lo mismo que desafiar
que en ese momento parecían confirmadas: que los niños obtienen pla-
al físico a modificar la órbita de Marte y negarse a aceptar su explica-
cer de la estimulación oral o genital, que la masturbación manual es
ción del movimiento de los cuerpos en caso de que no sea capaz de
más frecuente entre los varones preescolares que entre las mujeres de la
modificarla. La falta de resultados terapéuticos favorables, por lo tanto,
misma edad, y que el juego pregenital es muy frecuente entre los niños.
puede servir de base para criticar la practicidad o utilidad de la terapia,
Considera, en cambio, como no confirmadas otras proposiciones: que
pero no puede ser en sí misma una crítica a la teoría. Sólo podría criti-
las niñas envidian el pene y querrían ser varones, y que todos los niños
carse la teoría sobre la base de los resultados terapéuticos i pudiera de-
manifiestan atracción y apego sexual hacia el padre del sexo opuesto, y
mostrarse: a) que la teoría era aplicable al caso y se la aplicó perfecta-
celos del padre del mismo sexo. Una tercera clase de proposiciones
mente, y b) que el terapeuta pudo manipular todas las circunstancias de
estarían inverificadas o serían inverifiables, como por ejemplo la hipó-
acuerdo con sus preferencias. Hemos señalado ya que hay pocos datos
tesis sobre el carácter sustituible de las zonas erógenas.
controlados sobre los resultados terapéuticos; podemos agregar aquí
No importa que estemos o no de acuerdo con la clasificación que que la dificultad para obtener esos datos es que no hay criterios científi-
hace Farell de estas pocas proposiciones; su procedimiento ilustra por cos adecuados y aceptables para medir la mejoría. Puede utilizarse el
lo menos la naturaleza necesariamente fragmentaria del proceso de con- juicio subjetivo del paciente, el analista, o los parientes, pero esto po-
firmación. Es poco realista esperar una confirmación o rechazo cabales dría cuestionarse seriamente. A pesar de la falta de datos, tanto la tera-
de la teoría al presente. Debemos aceptar con Farell que “la teoría psi- pia como la teoría continuarán en uso hasta que se las reemplace con
coanalítica, como teoría, es increíblemente mala”. Aunque esto vale algo probablemente mejor.
para la mayor parte de las teorías psicológicas, los analistas parecen
Falta de control. En cierta manera, hemos encontrado ya esta crítica
preocuparse menos por este indeseable estado de cosas que la mayoría
incluida en otras. Es el punto central de todas ellas. Como hemos dicho
de los psicólogos académicos. Hemos dicho ya que las teorías no se
anteriormente, no hablamos del control que le faltaría a un físico si qui-
descartan porque sean erróneas, sino porque son mejoradas o reempla-
siera modificar la órbita de Marte; hablamos del control que le permiti-
zadas por otras superiores. Dada su flexibilidad, es difícil que la teoría
ría decidir qué factores intervinieron en una observación dada. El psi-
Sistemas y Teorías Psicológicos Contemporáneos - 22

coanalista carece de este tipo de control. No puede aislar una por una (1948, págs. 316 y sigs.) ha mostrado en varios ejemplos la necesidad
las posibles influencias que actúan sobre un paciente, sino que debe de aclarar y eliminar contradicciones.
intentar desentrañar las relaciones de la compleja matriz de la vida tal La teoría psicoanalítica y su verificación comprenden varios niveles
como la vivió el paciente. No puede estar seguro de que las descripcio- de observaciones de la conducta y sus correspondientes universos de
nes del pasado, o incluso del presente, son adecuadas o exactas. No discurso. La mayoría de las observaciones ortodoxas se refieren a mate-
puede retroceder y ver qué habría pasado si las cosas hubieran sido dis- riales verbales. Las investigaciones en este nivel de observación pueden
tintas; no puede probar el efecto de alguna manipulación singular sobre mejorarse mediante la utilización de mediciones más objetivas de la
la conducta futura del paciente, porque no hay modo de aislar a la gente conducta verbal del sujeto, por ejemplo, con tests psicológicos de di-
de una multitud de otras influencias. ¡No es sorprendente que se haya versos tipos. Stephenson (1953) ideó una técnica, la clasificación Q,
calificado de incontrolada la situación! que es un término medio entre la situación analítica totalmente libre y
Una respuesta común a esta crítica es que los analistas han aplicado un test de personalidad estrictamente objetivo, y demostró que puede
la validación clínica. Esto parece significar que las confirmaciones su- utilizarse para someter a prueba proposiciones analíticas. Esta técnica
cesivas de una predicción teórica, llevadas a cabo en una situación clí- tiene la ventaja de tratar en forma cuantitativa algunas dimensiones
nica, constituyen demostraciones aceptables de la exactitud de los prin- actitudinales relacionadas con la teoría psicoanalítica.
cipios en cuestión. Este argumento falla por su base. Sería necesario Un segundo nivel de investigación de las proposiciones psicoanalíti-
saber qué explicaciones alternativas son posibles, y eliminar esas alter- cas es la conducta cotidiana. Los asistentes sociales pueden observar las
nativas por medio de adecuados cambios controlados de la situación. características de la vida real del individuo y relacionar sus observacio-
De otro modo, a pesar de un número infinito de validaciones clínicas, nes con lo que ocurre en la terapia. Estos datos exceden lo que usual-
es posible que los resultados coherentes con las predicciones teóricas mente tiene a su disposición el analista. Ya hemos sugerido que tam-
obedezcan a artificios no reconocidos. En realidad, aun con los recau- bién son necesarias las observaciones de conductas no relacionadas con
dos indicados es muy improbable que la validación clínica llegue algu- la terapia; aunque Freud opinaba que la mejor manera de obtener in-
na vez a ser muy sistemática y cuidadosa: esa difícil imaginarse a un formación sobre el aparato psíquico era estudiar los casos en que fun-
clínico encontrando el número de casos suficientes como para repetir cionaba mal, necesitamos más información sobre los hechos genéticos
una y otra vez la prueba de alguna hipótesis clara y definida operacio- en las vidas de la gente normal.
nalmente.
Un tercer nivel de análisis es el plenamente experimental, en el que
No es fácil sugerir mejoras en los métodos para probar las proposi- la abstracción científica y el control alcanzan su punto máximo. Aun-
ciones psicoanalíticas. Evidentemente ello se debe al estado de la teo- que muchas personas de orientación analítica dudan de la posibilidad de
ría. Un paso previo, que implica una cantidad inmensa de trabajo e in- someter a prueba sus proposiciones por este camino, lo cierto es que
genio, es mejorar la definición de los términos y formalizar la teoría. nunca lo sabremos si no lo intentamos. Incluso podríamos preguntarnos
Hasta ahora, los componentes mismos de la teoría no parecen haber si quienes formulan la objeción cuestionan la posibilidad o temen el
sido objeto de la verificación necesaria para que el intento de verificar resultado. Además, esas investigaciones tendrían valor propio, al mar-
la teoría resulte provechoso. Es necesario, entonces, comenzar por defi- gen de su relación con las proposiciones psicoanalíticas. Sería sorpren-
nir operacionalmente los términos incluidos en las proposiciones aisla- dente que los resultados de cualquier investigación fueran perfectamen-
das, para que éstas puedan probarse experimentalmente. Mullahy
Sistemas y Teorías Psicológicos Contemporáneos - 23

te congruentes con las especulaciones originales que la motivaron. Si CONTRIBUCIONES DEL PSICOANÁLISIS
ésa fuera la norma general, la experimentación resultaría innecesaria.
El psicoanálisis se encuentra en la paradójica situación de que a me-
Dogmatismo y culto. Ya hemos tocado este punto en otros contex- nudo se lo rechaza como sistema científico aun cuando se juzguen ex-
tos; por ejemplo, hemos visto en qué sentido Freud era dogmático y en traordinarias sus contribuciones a la ciencia. A Freud se lo suele consi-
qué sentido no lo era. Vimos que “el comité” se componía de hombres derar un pionero, un precientífico más que un científico; él mismo se
a los que casi podría llamarse discípulos; Eitingon, por ejemplo, hacía consideraba un conquistador. No importa cómo se le llame, hasta sus
siempre una peregrinación para ver a Freud en su cumpleaños. Hay enemigos lo reconocen como un gran hombre, y quizás el genio más
otros indicios de culto. Sólo los analizados pueden analizar, como si grande de la psicología. Hizo contribuciones en muchos campos. Vea-
fuera necesario iniciarse personalmente en una prueba de fuego. mos algunas de las que hizo en el campo de la psicología.
Quien propone una determinada interpretación psicoanalítica sobre Estimuló el pensamiento y la observación en muchas áreas de la psi-
un caso particular la acepta a menudo sin cuestionarla; las interpreta- cología hasta entonces descuidadas: la significación de los factores in-
ciones alternativas simplemente no se discuten. Por último, la adhesión conscientes en la determinación de la conducta, la importancia del sexo
a un punto de vista sistemático único se combina frecuentemente con en la conducta normal y anormal, la importancia del conflicto, de la
un fervor emocional que rara vez se encuentra en los círculos científi- infancia, de lo irracional, de lo emocional. Él personalmente hizo agu-
cos. das observaciones a lo largo de una prolongada vida de trabajo cotidia-
Estas características indican por qué el psicoanálisis, visto desde no, y aportó hipótesis o hechos –todavía no podemos decir qué son-
sobre muchas áreas de la conducta humana.
afuera, parece una religión casi tanto como una ciencia. Una vez más,
este argumento no tiene relación lógica con el valor de la teoría, pero sí Explicó de una manera audaz muchos tipos de conducta a los que
la tiene con la aceptación de la teoría por parte de los científicos, quie- antes se consideraba fuera del reino de la explicación científica, por
nes opinan que la ciencia no es un culto. El acuerdo con un evangelio, o ejemplo, los errores y los sueños. El hecho de examinar seriamente esas
las evaluaciones subjetivas de las personas, no deberían tener nada que áreas y desarrollar esas explicaciones sería ya una contribución impor-
ver con la evaluación de las proposiciones científicas; al parecer, el tante, al margen de la eventual corrección o incluso de la utilidad de las
psicoanálisis ha utilizado en algunas oportunidades aquellos criterios. explicaciones. Freud abrió un campo de estudio que era virgen para
todos los fines prácticos cuando él lo abordó.
Una forma interesante de dogmatismo es la crítica de los psicoana-
listas a quienes no aceptan el psicoanálisis. Si el crítico rehúsa aceptar Incluso en la técnica y la metodología, donde el psicoanálisis no sa-
algún aspecto del psicoanálisis, se le dice que tiene “resistencias” al tisface los criterios científicos tradicionales, Freud hizo aportaciones o
respecto. Podemos encontrar este dogmatismo en el mismo Freud. reforzó las hechas por otros. Su desarrollo de la técnica de la asociación
Cuando quiso mostrar por qué estaba equivocado Adler dijo (Freud, libre y el análisis de los sueños, para el estudio de los procesos incons-
1938, pág. 964): “Por lo tanto, utilizaré el análisis sólo para mostrar cientes, se ha comparado con la función del microscopio para estudiar
cómo entre los analistas pudo haber desviaciones del análisis”. Sin duda los procesos celulares. Igual importancia tiene su insistencia en el estu-
alguna, Adler analizó a su vez a Freud para mostrar por qué Freud se dio de los procesos inconscientes, que precedió y reforzó las afirmacio-
resistía a las nuevas teorías. nes conductistas y guestaltistas de que los métodos tradicionales de la
introspección eran totalmente inadecuados para desarrollar una ciencia
Sistemas y Teorías Psicológicos Contemporáneos - 24

completa del hombre. Puede decirse que Freud enunció incidentalmente El psicoanálisis presenta explicaciones de la conducta normal y neu-
lo que sería la tesis central del conductismo. En este sentido, el psicoa- rótica en un lenguaje y en un nivel que la gente cree comprender. Para
nálisis ha sido el punto de partida para un gran optimismo; ahora se bien o para mal, se ocupa de situaciones prácticas, y lo hace de una ma-
considera la psicología como una disciplina que con toda seguridad se nera excitante y desafiante. Su método y su teoría contrastan notable-
transformará en una ciencia plenamente desarrollada y creará todas las mente con el programa lento, cansador, minucioso que caracteriza a la
técnicas que sean necesarias. Sin Freud, esta convicción quizás no mayor parte de la investigación científica y la construcción teórica. En
hubiera crecido tan rápidamente. ello reside su atractivo y su debilidad.
El psicoanálisis ha hecho muchas aportaciones al campo de la obser-
vación empírica. La literatura psicoanalítica ofrece, como ninguna otra
RESUMEN Y CONCLUSIONES
fuente, estudios intensivos de casos individuales. Freud personalmente
publicó sólo cuatro historias de sus propios pacientes, pero otros analis- El psicoanálisis se ocupa de aspectos interesantes y misteriosos, pero
tas han publicado más, y presumiblemente en las proposiciones analíti- prácticos e importantes, de la existencia del hombre. Sus adherentes se
cas aparece la destilación de esas observaciones. Hall y Lindzey (1957) han unido en una especie de culto; aparentemente, pocas personas no
creen que el empleo de la congruencia interna, como método para veri- analistas lo comprenden. Con todo, una porción considerable de su teo-
ficar las hipótesis, fue una de las contribuciones más importantes que ría y su práctica se han filtrado de manera tal que sus términos enrique-
hizo Freud a la estrategia de la investigación. Tal como se la aplica en cen el vocabulario lego más que los términos de cualquier otro sistema
el psicoanálisis, la congruencia interna se refiere al cotejo y a la verifi- psicológico.
cación cruzada de una hipótesis particular por medio de una amplia El psicoanálisis es más un arte, una filosofía y una práctica, que una
variedad de índices diferentes; se interpreta que la homogeneidad de ciencia. La teoría es vaga y nebulosa, a veces hasta se autocontradice.
resultados sustenta la hipótesis. Algo parecido ocurre cuando se evalúa La terapia no ha demostrado una efectividad mayor que otros tipos de
un test en términos de la correlación positiva entre los ítems separados. terapia, y éstos a su vez no han presentado pruebas concluyentes de ser
La congruencia interna sólo es importante como estrategia de investiga- mejores que la ausencia de la terapia. Los datos y la metodología que
ción, cuando hay una gran cantidad de datos sobre un caso particular. dieron lugar a la teoría analítica son evidentemente inadecuados. Los
Posibilita un tipo de confiabilidad que de otra manera no puede obte- analistas han mostrado muy pocos deseos de mejorar la forma de la
nerse fácilmente. teoría o las pruebas en su favor; no obstante, hay cambios frecuentes en
Hay otra contribución que no se mide fácilmente en una escala cien- la teoría como resultados de nuevas observaciones en situaciones tera-
tífica: el psicoanálisis ayudó a popularizar la psicología y la psiquiatría. péuticas, u ocasionalmente en estudios mejor controlados.
El hombre medio incluye en su repertorio términos psicoanalíticos y Muchas de las variaciones modernas de la teoría freudiana han se-
nociones de todas las escuelas, y emplea algunos modos de pensamien- guido a Adler en su acentuación de los factores culturales, restando en
to analíticos respecto de la conducta de los otros –y quizás ocasional- cambio importancia a los factores biológicos. Se dedicó una buena can-
mente respecto de la suya propia-. El psicoanálisis ha revelado al públi- tidad de esfuerzos analíticos a especificar mejor la naturaleza y génesis
co lego –mucho más que los otros sistemas- la importancia de la psico- del funcionamiento del yo; esta área de estudio probablemente sea la
logía. Puede ser que el reclutamiento de dinero y talento para la psico- mejor promesa de reacercamiento a la psicología académica. Jung es un
logía sea ahora más fácil gracias a la contribución analítica.
Sistemas y Teorías Psicológicos Contemporáneos - 25

representante típico de quienes insisten en la unidad y el potencial crea-


dor del sí-mismo. El rechazo del instinto de muerte es común entre los
analistas modernos, que muestran una perspectiva menos pesimista de
la naturaleza humana.
A pesar de sus notorios defectos sistemáticos y científicos, el psi-
coanálisis es la más vital entre las escuelas psicológicas que han mante-
nido una identidad claramente reconocible; ha sido una fuerza poderosa
desde 1900, y algunas de sus ideas básicas fueron ganando una acepta-
ción cada vez mayor. Entre esas ideas están el modelo del inconsciente
y la importancia de la sexualidad. En la actualidad existen institutos
para la preparación de analistas de diversos países. Cada uno enseña el
análisis con algunas modificaciones idiosincrásicas, pero hay un fuerte
núcleo de la doctrina freudiana que es común incluso a quienes preferi-
rían negarlo.
Entre las contribuciones sólidas a la psicología están la apertura de
nuevas áreas de estudio tales como el inconsciente, el sexo, la investi-
gación de las motivaciones, la importancia de la infancia y los factores
genéticos en la personalidad, y los mecanismos de defensa, que a me-
nudo aceptan incluso los psicólogos menos amistosos. Una tarea impor-
tante para los futuros científicos de la conducta será convertir las bri-
llantes intuiciones de Freud en proposiciones científicamente acepta-
bles. En el curso de ese proceso, es probable que se pierda el sabor pe-
culiar del psicoanálisis.

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