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RESEÑAS

Pérez Benavides, Amada Carolina.


Nosotros y los otros.
Las representaciones de la nación y
sus habitantes, Colombia, 1880-1910.
Bogotá: Editorial Pontificia
Universidad Javeriana, 2015.
328 pp.
Julio Arias Vanegas1

Nosotros y los otros, el tan esperado libro de la his- afirmar que hay una cierta obsesión con el tema,
toriadora y profesora Amada Pérez, nos ofre- en parte porque distintos académicos e intelec-
ce un riguroso análisis sobre las formas en que tuales consideran que este explicaría problemas
fueron representados, visual y textualmente, la fundamentales del país. Además, el periodo ana-
nación colombiana y sus habitantes, en tres con- lizado por Pérez —parte de la llamada Regene-
textos: un periódico de élite, el Museo Nacio- ración— ha sido bastante discutido por ser visto
nal y las misiones católicas, entre las décadas tradicionalmente como un momento fundacio-
de 1880 y 1910. Desde allí, Pérez discute algu- nal del Estado-nación colombiano. Frente a este
nas de las estrategias de marginación y exclusión panorama, Pérez logra de diversas formas pre-
que han moldeado la construcción de la nación, sentarnos un libro novedoso y pertinente, no solo
y que, como señala desde el principio, es necesa- para la historiografía sino para diversos campos
rio desentrañar para entender el presente político de investigación e intervención.
y cultural colombiano. Pero abordar este tipo de Justamente, Pérez parte por preguntarse cómo los
temas no es fácil en Colombia. La construcción letrados, los misioneros y los autodenominados
de la nación y de identidades nacionales ha sido notables de la época se representaron a sí mis-
uno de los temas más comunes en las ciencias mos como un nosotros muy particular dentro de
sociales en Colombia, al menos desde la década la historia nacional, en oposición a unos otros
de 1990, lo que ha llevado a un corpus conside- con quienes compartían el territorio —especial-
rable de estudios al respecto. Incluso, uno podría mente los que la autora agrupa como «indíge-
nas» y «afrodescendientes»—. Es decir, Nosotros
y los otros hace de las mismas representaciones de
1 Antropólogo y magíster en Antropología, Universidad de los
la nación y de sus productores —aquellos que se
Andes (Colombia). Candidato al doctorado en Antropología
Social, The Graduate Center, The City University of New York consideraban con el poder de la escritura y de
(cuny) (Estados Unidos). Investigador invitado, Instituto Pensar, la imagen— sus objetos de estudio y crítica, y
Universidad Javeriana (Bogotá, Colombia). Correo electrónico:
julioariasvanegas@gmail.com
desde allí encuentra un primer camino frente a

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los retos de estudiar la construcción de la nación. le permite a Pérez explorar de manera más com-
Así, el libro llama la atención sobre el acto mis- pleja la representación del pasado y de las rique-
mo de representar la nación: sobre quiénes y de zas naturales, en términos de lo que ella llama
qué formas específicas la han representado2. «la territorialización de la memoria histórica» y,
De esta manera, el libro de Pérez, fruto de su tesis agregaría yo, de la diferencia poblacional.
doctoral en el Colegio de México, sigue un cre- En la tercera y más larga parte, con cuatro capítulos,
ciente campo de estudios que ha enfatizado en el nos adentramos en otro de los objetos privilegia-
análisis de estas representaciones para entender dos de la historiografía de la Regeneración: las
cómo ellas producen y reproducen diferencias, misiones católicas. Allí seguimos el diseño y le-
jerarquías y marginaciones, y no simplemente la gislación sobre las misiones, así como los relatos
construcción de un nosotros homogéneo. Pero, a de viaje y varios tipos de informes de los misio-
diferencia de algunos de estos estudios, Nosotros y neros, algunos con imágenes, sobre sus distintas
los otros sitúa estas representaciones visuales y es- labores en regiones marginalizadas como Caque-
critas en contextos y lugares específicos y en re- tá, Chocó, los Llanos, La Guajira, Putumayo y la
lación con sujetos y procesos concretos, además Sierra Nevada. Además de la idea de que la re-
de insistir en su materialidad y en las formas en ligión católica es un elemento fundamental para
que circularon. la patria, con estas fuentes Pérez nos muestra que
Con estas consideraciones en mente, en cada par- las labores de los misioneros hacían parte de un
te del libro, Pérez examina los tres «lugares ins- engranaje entre civilización, comercio y comuni-
titucionales» mencionados y su desarrollo en cación, en el que los indígenas debían ser trans-
medio de la Regeneración: Papel Periódico Ilus- formados en mano de obra. También, aunque
trado, el Museo Nacional y las misiones católi- fundadas en la oposición civilización/salvajis-
cas. La selección de estos tres lugares le permite mo, podemos ver representaciones diferenciadas
a Pérez combinar y contrastar una serie de fuen- de los indígenas y la naturaleza según cada re-
tes no tan convencionales en la historiografía co- gión, lo cual moldeó las estrategias de evange-
lombiana; sin duda, otro de sus grandes aportes. lización. Así, el uso y selección de estas fuentes
En la primera parte, la autora analiza las imáge- en las tres partes posibilita comprender las repre-
nes y los escritos de Papel Periódico Ilustrado, una sentaciones desde las mismas prácticas que las
publicación bogotana que circuló entre los sec- constituyen, como las labores de los misioneros,
tores letrados del país de 1881 a 1888. Con estas o la donación, catalogación y exhibición de obje-
fuentes discute la representación moral y racial tos en el Museo. Este entrelazamiento de las ca-
de las llamadas notabilidades, en las que resaltan tegorías de representaciones y prácticas hace de
las figuras de los próceres y su lugar en la histo- cada una de las partes del libro un gran ejemplo
ria, en oposición al pueblo, varios tipos sociales, de la historia cultural, distinta de una historia in-
los indios y algunos sujetos racializados como telectual o de las ideas, como lo ha propuesto la
negros. En los dos capítulos de la segunda par- misma autora3.
te, Pérez nos lleva a recorrer la historia y el dise- Aunque cada una de estas tres partes ameritaría un
ño institucional del Museo, sus catálogos, guías y libro en sí mismo, otra de las grandes virtudes de
correspondencia, en especial las cartas que acom- Nosotros y los otros es que claramente sigue una
pañaban las donaciones enviadas desde distintas unidad temática y metodológica, en la que los
regiones del país entre 1880 y 1912. Aunque con distintos capítulos dialogan y se complementan
los trabajos previos supondríamos que ya sabe- entre sí. Por eso, la totalidad de la obra nos per-
mos bastante sobre el Museo, el uso y análisis mite ver similitudes, matices y divergencias en
cualitativo y cuantitativo de este tipo de fuentes la representación de los notables, los indígenas

2 Esto es claro desde la acertada cubierta del libro: la imagen de 3 Respecto a esta distinción, véase la obra: Max-Sebastián Hering
una clase de acuarela en el Colegio de San Bartolomé, donde los Torres y Amada Carolina Pérez Benavides, Historia cultural des-
alumnos, bien visibles, pintan a un campesino enruanado, a quien de Colombia: categorías y debates (Bogotá, D.C.: Universidad
no se le ve el rostro y que más bien parece un maniquí. Véase la Nacional de Colombia - Pontificia Universidad Javeriana - Univer-
página 83. sidad de los Andes, 2012).

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y los «afrodescendientes», así como la relación imágenes y objetos dedicados a los próceres, no-
entre diferencia poblacional y territorial en estas tables o antigüedades prehispánicas en Bogotá, a
representaciones. Al respecto, yo resaltaría, en- la manera como los indígenas del Sibundoy ex-
tre otros, dos grandes ejes del libro. Por un lado, perimentaban y se apropiaban de los cuadros de
toda la obra examina las distintas maneras de los santos. Así, aun cuando se podría aprovechar
exaltar la herencia española y de crear un conti- cada una de sus partes por separado, sin duda son
nuo histórico desde la conquista. Por otro lado, y varias las razones para leer la totalidad de Noso-
a mi juicio más significativo, el conjunto del libro tros y los otros.
ofrece un amplio panorama sobre las representa- Justamente, al concluir la obra completa, me sur-
ciones y estrategias de marginación, incorpora- gieron preguntas que creo útiles para el debate y
ción y reducción de distintos grupos indígenas; para los caminos y estudios que posibilita un li-
un aporte clave para lo que podríamos llamar bro como este. Primero, es significativo el des-
una genealogía de lo indígena en Colombia. Por balance entre las tres partes del texto: solo en la
ello, podemos contrastar las representaciones so- tercera, mucho más larga, vemos con claridad al-
bre lo indígena como objeto del pasado exclusi- gunas tácticas de «los débiles», y en esta y en la
vamente, en Papel Periódico y en el Museo, con las segunda parte observamos un mayor énfasis en
de «las tribus de indios salvajes y errantes» en las las prácticas y en los actores —y, por lo tanto, un
regiones de frontera. Así, por ejemplo, mientras mayor diálogo con la historia social y política—.
los indígenas del pasado servían para resaltar el Esto genera la impresión de que, en el centro
conocimiento de los notables y su particular «li- de la nación, mayoritariamente Bogotá, solo se
naje», las tribus errantes operaban como un otro pueden analizar representaciones que son luego
ejemplarizante de lo que no debía ser el gran no- cuestionadas en las regiones y en los márgenes.
sotros nacional compuesto por diversos pobla- ¿Por qué no es posible examinar con más dete-
dores. Pérez también usa las tres partes del libro nimiento las relaciones sociales y prácticas que
para mostrar cómo las representaciones sobre los constituyeron Papel Periódico? ¿Es esto solo un
indígenas —producidas desde la prensa, el mis- problema de fuentes, por el tipo de publicación
mo Museo o la legislación— se iban transfor- o por no haber ampliado el archivo, como con
mando y adecuando en las prácticas concretas de las misiones? ¿Acaso no es posible ver las tácti-
las misiones. cas de otros sectores o reconstruir historias «di-
Este tipo de análisis es posible porque Pérez entien- vergentes» y «libertarias» en lo que consideramos
de la especificidad de cada uno de estos espacios el centro? ¿Cómo hacemos para estudiar los cen-
en la construcción de la nación: Papel Periódi- tros y las márgenes en unos mismos lugares? ¿O
co para la autoproducción de las élites; el Museo no es posible cuestionar y mostrar los límites y
como un lugar para «despertar amor a la patria» contradicciones del centro y las élites analizando
dirigido incluso a «los de ruana»; y las misiones sus propias representaciones y «estrategias»? ¿No
y sus publicaciones como lugares para incorpo- podríamos complementar las categorías de Cer-
rar a los indígenas y sus territorios y producir- teau con una mirada sobre las élites poscoloniales
los como otros, con el fin de enseñar al resto de como sujetos subalternos en sí mismos?
la población. Así mismo, Pérez concibe cada una Segundo, me llamó la atención que discusiones so-
de las tres partes como expresión de niveles y ac- bre el concepto de raza y un diálogo con la his-
tores distintos que se entrelazan: el centro na- toriografía de raza y nación no tuvieran un lugar
cional en Papel Periódico, el centro y las élites importante en el libro. Esto es interesante por-
regionales y locales en el Museo y las donacio- que las representaciones sobre nación y diferen-
nes, y los márgenes en las misiones. Además, es cia poblacional son leídas cada vez más desde
desde los márgenes que Pérez puede dar cuenta ese concepto. Uno podría suponer que esta au-
de las tácticas de los indígenas frente a las estra- sencia es fruto de una apuesta por no plegarse
tegias de los notables o misioneros —siguiendo a la historiografía estadounidense y su crecien-
las categorías de Certeau—. Así, a lo largo del li- te influencia en países como Colombia, lo cual
bro nos vamos moviendo, por ejemplo, desde las le da más libertad al libro para no repetir ciertas

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fórmulas establecidas y fáciles. Además, algunos solo desde la homogenización y la construcción
creerían que no es necesaria la discusión sobre de identidades colectivas y de sentidos de perte-
raza, porque no estamos enfrentados a otros te- nencia, sino como un proyecto civilizatorio y de
mas estudiados sobre la regeneración como la producción de diferencias y márgenes. Este én-
alimentación, la medicalización de la sociedad y, fasis ayuda a cuestionar visiones simplistas sobre
más adelante, el debate eugenésico. Sin embar- la inclusión de la diferencia, para precisamente
go, encontramos la palabra raza y conceptuali- preguntarse cómo han sido incorporadas, inclu-
zaciones raciales en muchas fuentes citadas a lo so de forma violenta, distintas poblaciones y te-
largo de todo el libro, y, por ejemplo, Pérez mues- rritorios. De ahí que el libro insista en explorar
tra una constante preocupación por el concepto las luchas, las divergencias y las tácticas que tam-
de «raza latina» para entender este periodo. Más bién constituyen las naciones. Por estas razones,
importante aun, en todas las referencias raza no no hay duda de la pertinencia de un libro como
remite solo a lo biológico o al fenotipo, como la este para este presente político de redefinición,
autora a veces parece usarlo. Al igual que pueblo, ampliación e incorporación de márgenes y fron-
linaje o tipo, aunque usadas de distinta mane- teras económicas.
ra, con raza se entremezclan lo físico, lo moral, la En este sentido, también creo que la obra hace par-
historia y las condiciones sociales en sus fuentes. te de un momento en el que es posible pensar
Por ello, creo que el libro hubiera aportado mu- la nación más allá de los «fracasos», las «fallas»,
cho a las discusiones alrededor de este concep- las «ausencias» o —por el contrario— de lo «so-
to, del entrelazamiento de lo corporal y lo moral, ñado», es decir, de los deseos nacionalistas. Así,
además de complejizar nuestra comprensión so- Nosotros y los otros también debería ser una in-
bre este periodo desde otras fuentes y saberes4. vitación a reflexionar sobre el lugar de intelec-
Por esta vía, el trabajo de Pérez me hizo pensar tam- tuales, académicos y trabajadores de las ciencias
bién en la importancia de conjugar una historia sociales en la producción de representaciones so-
de diferencias poblacionales con una historia de bre la nación y sus historias, sobre cómo desde
las emociones. El libro, en especial la primera y sus apuestas, deseos y temores, han representado
segunda parte, tiene muchas referencias a la re- y han enseñado a narrar y representar el pasado
lación entre configuraciones emocionales —la y el presente del país —como la misma portada
producción y el modelamiento de emociones—, del libro nos lo recuerda—. Por esta vía, también
«educación moral» y corporal, y las diferencias estoy seguro de que Nosotros y los otros será cla-
entre pueblos y razas; por ejemplo, desde lo que ve para aquellos que, desde los museos, la gestión
se espera de un notable y un misionero hasta lo cultural, el inventario patrimonial y el arte, por
que se hace ver de un indio errante. No creo que ejemplo, se enfrentan a retos similares a los ana-
esto sea ajeno a los intereses del libro: esta pro- lizados en el libro; personas cuyas labores trans-
ducción de diferencias raciales-emocionales y forman y a la vez son fruto de trabajos como el
cuerpos sustentó formas particulares de margi- de Pérez, quien no solo como investigadora, sino
nación, y, por supuesto, de gobierno y de sobe- como profesora y ex funcionaria del mismo Mu-
ranía, así como la construcción/educación de un seo Nacional, nos ha enseñado a repensar la na-
nosotros nacional, donde objetos, imágenes y es- ción y nuestros lugares en ella.
critos fueron fundamentales.
Estas preguntas y discusiones no hacen sino re-
iterar la importancia de Nosotros y los otros. En
especial, como he querido resaltar, este libro es
un gran ejemplo de cómo estudiar la nación no

4 Claro, también sería posible decir lo mismo de clase, que podría


ser un concepto clave para entender mucho de lo que se dice en
la primera parte, y que no ha merecido mayor atención, a diferen-
cia de raza, en la historiografía reciente.

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Bibliografía
Cómo citar esta reseña
Hering Torres, Max-Sebastián y Amada Carolina Arias Vanegas, Julio. Reseña de Las representaciones
Pérez Benavides. Historia cultural desde Colombia: de la nación y sus habitantes, Colombia, 1880-
categorías y debates. Bogotá, D.C.: Universidad 1910, de Amada Carolina Pérez Benavides.
Memoria y Sociedad 20, n.° 41 (2016): 148-152.
Nacional de Colombia - Pontificia Universidad
Javeriana - Universidad de los Andes, 2012.

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