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Académica 0
(LEA)
MATERIAL DE TRABAJO
PRIMERA PARTE
CONTEXTO
1
CANAL
CÓDIGO
CONTEXTO
(Referencial)
CANAL
(Fática)
CÓDIGO
(Metalingüística)
Ejercicio: a partir de la observación y lectura del material que va desde la página 3 a la 7,
realizar una reflexión que incluya tanto los aspectos teóricos como los artísticos. La reflexión
solicitada es absolutamente libre y puede ser organizada del modo que se prefiera.
Roland Bathes, “La muerte del autor”, en El susurro del lenguaje (1994)
5
Mural de Diego Rivera sobre la Conquista de México. Palacio Nacional de la Ciudad de México
En este marco, entonces, toda tarea de escritura es concebida como una actividad de
resolución de un tipo particular de problema: un problema retórico (es decir, comunicativo)
que comprende, básicamente, el manejo de un tema, el conocimiento del destinatario y la
determinación de la finalidad del escrito que se va a producir.
Para alcanzar el objetivo que se plantea con su tarea de escritura, el escritor necesita construir
una representación ajustada del problema retórico al que se enfrenta ya que una evaluación
imprecisa o incompleta conduce a una resolución inadecuada o ineficaz. Si, por ejemplo, un
alumno se encontrara en la necesidad de solicitar un cambio en los horarios que le han sido
asignados en la universidad y, para conseguirlo, tuviera que enviar una carta al Departamento
de Alumnos, antes de escribir deberá evaluar cómo debe dirigirse a su interlocutor, qué formas
de tratamiento emplear (no es adecuado encabezar la carta con “Querido Departamento de
Alumnos”, por ejemplo), qué razones son atendibles para lograr que la solicitud sea
respondida favorablemente (un argumento como: “No quiero ir por la mañana porque me
gusta dormir hasta tarde” no sería ni convincente ni aceptable en esta situación). También,
dado que se trata de una comunicación que se desarrolla en un ámbito institucional
fuertemente regulado, el escritor sabe o debe saber que es necesario que el pedido se
presente en formato carta e impreso en papel (por el valor documental que se asigna a este
soporte) y que probablemente no alcance con enviar un e-mail pidiendo el cambio de horario
para considerar que el trámite ha sido realizado debidamente. Todos estos conocimientos y
habilidades respaldan las decisiones que el escritor va tomando a medida que resuelve su
tarea de escritura.
John Hayes y Linda Flower1 han diseñado un modelo (es decir, una representación hipotética)
que se propone describir y explicar los procesos que se despliegan en toda tarea de
1
FLOWER, L. Y J. HAYES; "Teoría de la redacción como proceso cognitivo", en Textos en contexto,
Buenos Aires, Lectura y vida, 1996.
composición escrita. El modelo consta de dos factores (uno externo al sujeto: el contexto de
trabajo y otro interno: la memoria a largo plazo) vinculados a través de una serie de procesos
que interactúan entre sí. Estos procesos no se desarrollan “por etapas”, siguiendo un orden
lineal, secuencial, sino que se dan en forma recursiva ya que pueden recomenzar una y otra
vez, y con un alto grado de inserción unos en otros (como lo indican las flechas en dos
direcciones que conectan los distintos componentes). El modelo en cuestión es el siguiente:
La memoria de largo plazo (MLP) almacena el conocimiento del mundo, del lenguaje y sus
usos, y de los modelos o esquemas textuales, sus condiciones de circulación y recepción. La
MLP del sujeto -que puede complementarse con fuentes externas de información como
bibliotecas, bases de datos u otro tipo de registros- almacena conocimientos acerca del tema
del texto, el público al que va destinado y las clases de influencias (informar, persuadir, hacer
comprender, etc.) que se ejercen a través de los distintos tipos de texto. El escritor tiene dos
problemas principales en relación con la memoria: cómo localizar la información pertinente
(en su memoria o en otro sistema de registro) y cómo adaptarla a las exigencias del problema
retórico que se le plantea. En este sentido, los modelos textuales disponibles en la memoria de
largo plazo (cuento, monografía, crónica periodística, artículo de investigación, etc.) resultan
fundamentales para el desarrollo de las actividades de planificación y de revisión. En efecto,
una de las dificultades que enfrentan los escritores no-expertos se debe a que no disponen
(todavía) de estos modelos textuales (tienen un manejo limitado del código retórico) y
tampoco han automatizado un cierto número de saberes más elementales (gramaticales,
ortográficos, sintácticos). Esto hace que deban dedicar una parte importante de su atención a
resolver estos problemas lingüísticos a medida que redactan el texto, lo que afecta la
composición en su conjunto ya que la capacidad de tratamiento de cualquier tema es limitada.
Los procesos involucrados en la escritura son tres: planificación, puesta en texto y revisión.
Estos, a su vez, incluyen una serie de subprocesos. La planificación comprende la generación y
organización de ideas y la determinación de metas y objetivos. Es importante tener en cuenta
que no hay que pensar a la planificación solamente como un proceso anterior a la redacción, ni 10
siquiera a la revisión ya que de ésta pueden surgir una o más modificaciones a la planificación.
En la puesta en texto se pone en palabras las ideas generadas previamente de acuerdo con un
plan textual más o menos preciso. En el curso de este proceso intervienen las determinaciones
impuestas por la gramática de la lengua. Cuanto menos experto es el escritor en el manejo del
código lingüístico, mayor será su dificultad para resolver esta tarea y mayor será también la
atención que deberá prestarle. Esta asignación de esfuerzo especial a las operaciones
redaccionales puede disminuir la atención que se dedique a la tarea de planificación, por
ejemplo.
Entonces, queda claro que para desarrollar un escrito es necesario realizar una planificación,
pero también es fundamental –en el caso de la escritura académica- conocer el material de
base con el que trabajaremos. Para ello, hay una serie de preguntas que podemos realizarnos,
teniendo en cuenta el esquema de comunicación que hemos visto en las primeras páginas.
Guía de preguntas para analizar una situación de
comunicación
DESTINADOR:
- ¿Cuál es su área de conocimiento? 12
- ¿Qué elementos textuales /paratextuales lo indican?
DESTINATARIO:
- ¿A qué porción de la población se dirige el emisor? ¿Qué características tiene ese
público?
- ¿Qué elementos textuales /paratextuales lo indican?
CONTEXTO:
- ¿La emisión y la recepción es simultánea o diferida?
- ¿Cuál es el contexto institucional / académico / político / social / económico / cultural
en el que se produce este texto?
- ¿Qué elementos textuales /paratextuales lo indican?
MENSAJE:
- ¿Cuál es el tema central del texto?
- ¿Cuál es la función predominante (a qué factor de la comunicación se orienta
predominantemente el mensaje)? ¿Por qué?
CANAL:
- ¿Es visual y escrito?
- ¿Cuál es el soporte que contiene este mensaje? (libro y tipo de libro, o capítulo, o
fragmento / artículo periodístico, etc.)
CÓDIGO:
1) ¿Cuál es el aspecto lingüístico del código? ¿Hay marcas textuales que indiquen
referencias extra-textuales? (Comillas, itálica, tipografía, etc.)
2) ¿Cómo funciona el nivel sociocultural del código? ¿Qué conocimientos
socioculturales (enciclopédicos / de diccionario) debe poseer el destinatario? ¿Por
qué? (Ejemplos)
3) ¿Cómo funciona el aspecto ideológico del código? ¿Existen rasgos de
alguna perspectiva teórica? ¿Cuáles? (Ejemplos)
4) En cuanto al aspecto retórico del código: ¿Cuál es la estructura interna en
que el texto se organiza? ¿Por qué? / ¿Cuál es la estructura externa (o
género discursivo)? ¿Qué elementos lo indican?
RESEÑA CRÍTICA
Si demostrar significa hacer ver al otro que lo que se piensa o dice es cierto, la reseña crítica es
un texto argumentativo cuyo propósito es demostrar o brindar la mayor cantidad de pruebas
al lector –empleando juicios y argumentos sólidos e irrefutables– para que éste acepte como 13
verdad el hecho de que leer un libro, ver una película, una obra de teatro, un espectáculo
dancístico o un musical, bien vale –o no– la pena.
La importancia de la reseña crítica se encuentra precisamente en el empleo de la habilidad y
conocimiento, de quien reseña (escritor) para poder hacer que el lector acepte como ciertos
sus juicios acerca del libro, de la representación teatral, de la película, del baile o del concierto
observado.
De acuerdo con la vigésima segunda edición del Diccionario de la Real Academia de la Lengua,
una reseña se define como una “noticia y examen de una obra literaria o científica”.
Según el autor Francisco J. de la Torre Zermeño (2008), una “reseña es el examen que se hace
de una obra literaria o científica a fin de dar una noticia crítica de la misma”.
Conforme a este mismo autor, la reseña se divide en dos:
1. Reseña descriptiva o informativa
2. Reseña crítica o valorativa
Como en la mayoría de los procesos de escritura, la reseña crítica debe tener la estructura
planteada a continuación:
1. Llevar a cabo una lectura exploratoria del texto a reseñar para identificar el tema de
que trata. 14
2. Hacer una segunda lectura, de estudio, con el fin de:
- Subrayar las ideas más importantes.
- Anotar comentarios, motivados por diversos aspectos del texto.
- Hacer una pequeña investigación para conocer datos acerca del autor, como biografía
y trayectoria profesional.
3. Investigar también acerca de las opiniones que la obra que se está reseñando ha
merecido por parte de especialistas en el tema
Ejemplo de reseña
MIGUEL GRINBERG
El debut de Serú Giran, la reunión de Almendra, los numerosos festivales de rock y la actividad
de MIA, Los Jaivas, Alas, Nito Mestre, Raúl Porchetto y tantos otros músicos hoy famosos
algunos y otros ya no tanto; las experiencias de Aquellare, Spinetta y León Gieco en España,
Estados Unidos y Latinoamérica; los nuevos tangos de Astor Piazzolla y Rodolfo Mederos; la
difícil relación de la música y los medios de comunicación; los altos y bajos de la industria
musical, son solo algunos de los numerosos temas que abarcan estos textos.
Este libro, recopila por primera vez una selección de críticas, crónicas, entrevistas y otros
textos clave para entender el desarrollo del periodismo, la cultura y la música popular, así
como de la vida cotidiana durante la última dictadura militar entre 1975 y 1980.
Año: 1985
País: Argentina
Con frecuencia, la escritura suele ser considerada como un código secundario cuya función
consistiría simplemente en registrar o reflejar la producción oral. Sin embargo, un análisis de
las características de la oralidad y de la escritura permite ver que no se trata de una relación de
mero reflejo sino de dos tipos de producción lingüística con especificidad propia.
La primera gran diferencia entre ellas deriva de los contextos en los que se desarrollan. En la
comunicación oral los participantes comparten un mismo contexto espacio-temporal (o, al 16
menos, temporal): la oralidad requiere de la actividad simultánea de los interlocutores. En esta
forma de interacción los gestos, las miradas, los silencios que acompañan a la palabra
permiten al hablante evaluar el efecto que causa en el destinatario y, gracias a esta
retroalimentación, puede regular su discurso a medida que lo va produciendo.
La comunicación escrita, en cambio, se da en forma diferida y a distancia. Se trata de una
comunicación “en ausencia” del destinatario. Por esta razón el escritor debe crear una imagen
virtual del lector, que le servirá de orientación a lo largo del proceso de escritura. Por otra
parte, el hecho de que escritor y lector no comparten un mismo contexto situacional, es decir,
que no están en contacto directo, exige al texto escrito un mayor grado de explicitación dado
que el lector no cuenta con la posibilidad de preguntar o pedirle explicaciones al autor, y el
texto, entonces, debe “valerse por sí mismo” para poder ser comprendido.
El discurso oral se despliega en el tiempo y, por lo tanto, está necesariamente vinculado a la
sucesión y la linealidad. A diferencia de lo que sucede con un escrito, por el que la vista puede
desplazarse en diferentes direcciones y al ritmo impuesto por el lector, el oyente no puede
“recorrer” distintas secciones del discurso para detenerse en alguna en particular o encontrar
una frase que desee volver a escuchar. Incluso con los medios de grabación modernos, el
discurso sigue estando cautivo del hilo temporal y, por ende, de la sucesión. La escritura, en
cambio, al fijar la palabra en el espacio, la libera del tiempo y permite a los sujetos volver una y
otra vez sobre las ideas objetivadas por los signos gráficos.
Desde el punto de vista de la producción, la urgencia que impone al hablante la situación de
comunicación oral muchas veces no le da tiempo suficiente para encontrar la forma más
apropiada. La limitación temporal incide sobre la capacidad de memoria tanto del productor
como del destinatario y esto influye, por ejemplo, sobre la selección de palabras, que
evidencian menor precisión, más ambigüedad, y la construcción de las oraciones, que suelen
ser más breves y menos complejas que en un escrito y tienden a acumular las unidades de
información en lugar de establecer relaciones explícitas entre ellas. Además, diversos factores
pueden afectar la producción (distracción, errores, vacilaciones, problemas de articulación,
cambios de estrategia sobre la marcha) que fracturan el hilo del discurso. Es por esto que el
discurso oral es siempre provisorio, se muestra “en proceso” y, por lo tanto, revela las
“imperfecciones” típicas de esta forma de textualidad: repeticiones innecesarias, falsos
comienzos, frases inconclusas, debilitación de la coherencia, entre otros rasgos.
La escritura, en cambio, permite al productor tomar decisiones más reflexivas sobre la
elaboración del discurso. Al no estar urgido por la necesidad de producir espontáneamente, el
escritor puede tomarse el tiempo necesario para planificar el texto y articular sus ideas con
mayor precisión. Como consecuencia, en un escrito las conexiones lógicas entre las
proposiciones suelen ser explícitas, el vocabulario más rico y variado, y la sintaxis
considerablemente más compleja ya que, por otra parte, el escritor sabe que su lector podrá
derivar por el texto según sus necesidades y releer aquellos pasajes más exigentes.
Finalmente, la oralidad y la escritura deben también sus rasgos distintivos a la naturaleza del
canal en el que se materializan. El significante de la oralidad es el sonido aunque la
comunicación oral también se apoya en una serie de signos paralingüísticos percibidos a través
de la visión (gestos, miradas, movimientos corporales) que completan el mensaje. El escrito se
vale únicamente de la materia gráfica que se asocia a sistemas como el de la ortografía y la
puntuación, destinados en parte a representar visualmente algunas de las características de la
oralidad (como sucede con los signos de interrogación y exclamación, por ejemplo) y a orientar 17
la actividad de lectura e interpretación del texto.
ORALIDAD ESCRITURA
CONTEXTO
CANAL /
MATERIAL
SIGNIFICANTE
CARACTERÍSTICAS
FORMALES
Ejercicio: La siguiente transcripción corresponde a un fragmento de una entrevista al escritor
argentino Marcelo Cohen realizada en diciembre de 2004. Transformar este fragmento de
discurso oral en un texto escrito para ser leído: agregar todas las marcas gráficas necesarias
(signos de puntuación, acentos, mayúsculas) y eliminar las huellas de oralidad.
Leer y escribir
corrijo mucho pero corrijo mientras escribo es decir me gusta tardo mucho en que la frase alcance lo
voy a decir un poco ampulosamente la plasticidad no que que quiero y creo que lo que no queda bien 18
escrito es muy dificil de corregir por eso despues porque obedece al momento hay en la escritura un
vinculo casi como con el presente como que es como de sensacion termica me gusta mas leer que
escribir pero pero no puedo estar sin escribir no puedo estar sin ninguna de las dos cosas y he notado
que me pongo que si no leo me pongo triste me aburro de mi mismo pero si no escribo me pongo
cascarrabias nunca se me ocurre una anecdota y despues le adjudico un paisaje determinado todo surge
con su paisaje quiero decir paisaje personajes acontecimiento nacen en mi juntos en una especie de
Aunque llevamos siglos sumergidos en una cultura de la palabra escrita, la lengua comenzó siendo
algo oral, materia hablada, y la cadena de sonidos que la constituye necesita interrupciones que por
una parte permiten respirar al hablante y por otra van dotando de sentido, de ritmo y hasta de
música al texto.
Pero eso no es todo: hace casi exactamente quinientos años Antonio de Nebrija (que escribió la
primera gramática del castellano) se expresaba así:
Lo mismo que en la lengua hablada es necesario realizar ciertas pausas distintivas, para que el oyente
perciba las distintas partes de la frase y para que el locutor, una vez recuperado el aliento, hable con
mayor energía, así, en la escritura, hemos de hacer lo mismo para resolver ambigüedades, por medio
de los signos de puntuación.
Nos surge aquí una segunda razón para la puntuación: hacer que pasajes que admitirían distintas
lecturas […] se decanten hacia una de ellas. Como muchas decisiones en el uso de sus signos, esta
función exige que quien escribe se ponga al mismo tiempo en el papel del que lee.
[…]
Además, debemos a la puntuación el conocimiento de lo que podríamos llamar la macroestructura
del texto: su división en párrafos, y dentro de los párrafos en oraciones. Sabemos a través de ella
qué ideas el autor consideró que podía unir (porque eran similares, o por la relación que mantenían
entre sí) y cuáles quiso dejar aisladas. La puntuación transmite así la estructura lógica del texto.
La puntuación también nos ayuda a saber cuál es la postura del autor ante lo que dice: si expresa
algo con ironía o con escándalo, con temor, ansiedad o duda, con vacilación, como súplica o con
sorpresa, con pudor, con reticencia o con ánimo de ofender, si habla por sí mismo o si reproduce las 19
palabras de otro... El problema es que la lengua escrita no tiene recursos suficientes para recoger
con un signo distinto cada uno de estos matices, ni tampoco abarca todo el amplísimo abanico de
emociones y sentimientos humanos. Como dice un buen experto en el tema, José Martínez de Sousa:
«Por ejemplo, en esos casos en que decimos: “Lo ha dicho con recochineo”. […] ¿Cómo se manifiesta
el recochineo en lo escrito?». Este es un terreno en el que ni siquiera los más furiosos
experimentalistas del lenguaje han osado entrar. Hablando de cómo los poetas de vanguardia
abolieron la puntuación […], Borges comentó: «Hubiera sido más encantador el ensayo de nuevos
signos: signos de indecisión, de conmiseración, de ternura, signos de valor psicológico o musical».
MILLÁN, José Antonio; Perdón, imposible.
Guía para una puntuación más rica y consciente,
Buenos Aires, Editorial del Nuevo Extremo, 2005
Responder:
a) ¿Qué funciones cumple la puntuación, según Millán?
b) En el comienzo del último párrafo, se dice que la puntuación también nos ayuda a
conocer la actitud del escritor respecto del tema del que se ocupa. Proponer por lo
menos tres ejemplos de enunciados en los que la puntuación transmita algunas de las posturas
a las que hace referencia el texto de Millán.
Inmediatamente la imagen se convirtió en una broma que dio la vuelta al mundo por correo
electrónico. ¿Por qué se consideró graciosa esta imagen? ¿De qué manera se podría
transformar el texto para darle una lectura “seria”?
Y para practicar, trabajamos con la siguiente anécdota que sigue fue recogida por J. A.
Millán en su página web (http://jamillan.com/perdonimposible/lectopun.htm): Un hombre
rico al morir dejó su testamento escrito de puño y letra. El texto decía así:
"Dejo mis bienes a mi sobrino Juan no a mi sobrino Pedro nunca jamás pagarse la cuenta al
sastre nada para los jesuitas todo lo dicho es mi deseo".
Como el testamento no tenía puntuación, cada uno de los mencionados intentó salir
favorecido puntuándolo según su conveniencia. ¿Cómo lo hicieron? Escribir las cuatro
versiones de los “herederos”.
1.
2.
20
3.
4.
Podría decirse que el paratexto es lo que queda de un libro sacando el texto principal.
Entonces, el paratexto es todo aquello que acompaña y rodea al texto (para en griego significa
“junto a”, “al lado de”) y que lo transforma en publicación y le permite circular públicamente.
Se considera componente del paratexto de un libro, diario o revista, disco de música, película,
etc., tanto a la tapa, la contratapa, la solapa y las ilustraciones, como al diseño gráfico y
tipográfico, el formato y el tipo de soporte material del texto (tipo de papel, formato de
grabación, etc.).
21
En el caso de los libros también se incluyen en la categoría de paratexto a los prólogos, notas,
epígrafes, dedicatorias, índices, apéndices, resúmenes y glosarios. Esta diferenciación
paratextual está montada en la actividad de los receptores: son las señales que permiten
identificar el tipo de material frente al cual se encuentra, y a predisponerse correctamente
para la recepción. Por este motivo también cabe aludir a la imagen y a la tipografía, dado que
incentivan a la recepción, a la elección de ese tipo de material, o simplemente a determinar a
qué grupo de lectores está dirigido.
El prólogo cumple una función informativa e interpretativa respecto del texto y una
función persuasiva o argumentativa, destinada a captar al lector y retenerlo. No
necesariamente es el autor del libro en cuestión quién lo redacta, sino que puede ser
‘encargado’ a un especialista reconocido en temáticas afines a la abordada en el texto.
El camino para realizar una hipótesis de lectura es muy similar al del análisis de la situación de
comunicación. La diferencia fundamental es que, al analizar solo los elementos paratextuales,
no tenemos herramientas certeras del texto para realizar afirmaciones. Por ese motivo, en
muchos casos será necesario recurrir a la estructura verbal condicional (sería…, podría ser…,
tendía…, se trataría de…, etc.). Así, al momento de realizar una hipótesis podemos tener en
cuenta la siguiente guía:
Guía de preguntas para realizar una hipótesis de
lectura
DESTINADOR:
- ¿Cuál sería su área de conocimiento?
- ¿Qué elementos paratextuales lo indican?
DESTINATARIO:
- ¿A qué porción de la población puede dirigirse el emisor? ¿Qué características tendría 22
ese público?
- ¿Qué elementos paratextuales lo indican?
CONTEXTO:
- ¿La emisión y la recepción es simultánea o diferida?
- ¿Cuál sería el contexto institucional / académico / político / social / económico /
cultural en el que se produce este texto?
- ¿Qué elementos paratextuales lo indican?
MENSAJE:
- ¿Cuál es podría ser el tema central del texto?
- ¿Cuál podría ser la función predominante (a qué factor de la comunicación se
orientaría predominantemente el mensaje)? ¿Por qué?
CANAL:
- ¿Es visual y escrito?
- ¿Cuál es el soporte que contiene este mensaje? (libro y tipo de libro, o capítulo, o
fragmento / artículo periodístico, etc.)
CÓDIGO:
5) ¿Cuál es el aspecto lingüístico del código? ¿Hay marcas textuales que indiquen
referencias extra-textuales? (Comillas, itálica, tipografía, etc.)
6) ¿Cómo podría funcionar el nivel sociocultural del código? ¿Qué conocimientos
socioculturales (enciclopédicos / de diccionario) debería poseer el destinatario?
¿Por qué? (Ejemplos)
7) ¿Cómo funcionaría el aspecto ideológico del código? ¿Existen rasgos de alguna
perspectiva teórica? ¿Cuáles? (Ejemplos)
8) En cuanto al aspecto retórico del código: ¿Cuál podría ser la estructura interna en
que el texto se organiza? ¿Por qué? / ¿Cuál es la estructura externa (o género
discursivo)? ¿Qué elementos lo indican?
Ejemplo de elaboración de una hipótesis de lectura (Los datos paratextuales que sustentan
lo dicho están entre paréntesis, en rojo y subrayado).
ISBN: 978-84-493-2337-9
Formato: 16 x 23
Encuadernación: rústica
El emisor de este libro podrá ser un investigador (colección), probablemente del área de la
biología o la tecnología de los alimentos (colección), aunque también podría tratarse de
alguien con conocimientos en antropología, dado el perfil cultural en el que el libro anuncia
que se centrará (subtítulo).
El receptor debería tener un perfil de adulto, de formación universitaria, dado que es la
instancia en la que la cuestión de la genética puede ser abordada a nivel científico (subtítulo).
No hay indicadores para establecer a partir de qué nivel universitario se podría comenzar a
decodificar este texto en su totalidad.
En relación a los códigos, en su aspecto lingüístico, si bien se evidencia que el libro está escrito
en lengua castellana, el paratexto indica que esta edición se trata de una traducción, por lo
que el autor no concibió la obra desde su inicio para hispanohablantes (traductor). En cuanto
al aspecto sociocultural, volvemos sobre una persona adulta, de formación universitaria, que
posee los conocimientos enciclopédicos suficientes para comprender e interpretar la
información genética/cultural (subtítulo/editorial/colección). En este mismo sentido, el
destinatario ideal tendrá que decodificar el aspecto ideológico del código y, aunque no hay
elementos paratextuales que lo sustenten, debería tener conocimiento de las teorías de fondo
que estructuran la discusión de la genética y la diversidad cultural (subtítulo/colección).
Luego, el aspecto retórico de este libro lo ubica en el género discursivo del libro, y dentro de
él en el subgénero del texto científico-académico (todos los elementos paratextuales).
El mensaje central abordaría la cuestión de identidad cultural a través de la alimentación
(subtítulo), y su función predominante sería la referencial, dado que se trata de un texto
científico-académico.
El contexto de producción, diferido, se ubica en el área disciplinar de la biología y la
antropología (subtítulo/editorial/colección). Por último, el canal es visual y escrito.
Ejercicio: Siguiendo el modelo recién propuesto, realizar una hipótesis de lectura a partir de la
siguiente información
24
Estructura textual externa e interna
Pretende reconocer los géneros discursivos (moldes en los que encajan los textos). Estos
se reconocer principalmente por los elementos para-textuales, es decir por los elementos
que advierten a priori, antes de leer el texto, y que permiten desplegar las herramientas
psicológicas que nos predisponen a decodificarlo de una determinada forma. Por ejemplo,
un titular, una foto y un epígrafe nos indican que nos enfrentaremos al género discursivo
de la prensa, y sabemos que no nos enfrentaremos a estudios científicos sino a 25
información con intenciones de objetividad, pero que siempre resultan de un recorte de la
realidad. Un libro, en cambio, nos predispone psicológicamente a pensar que
encontraremos elaboraciones estudiadas y comprobadas, con las explicaciones y/o
argumentaciones necesarias.
La predominancia en general le pertenece solo a una, pero por supuesto que pueden
coexistir varias estructuras dentro de un mismo texto. Por ejemplo, la estructura
argumentativa puede valerse de todas las otras para desplegar su desarrollo.
El cuadro que a continuación señala las características de las seis principales secuencias o tipos
textuales:
26
En el cuadro siguiente encontrarán las cuatro estructuras que utilizaremos habitualmente en
el ámbito académico:
27
Ejercicio: señalar los elementos que nos permiten determinar la estructura tanto externa
como interna
revista
28
Publicado on abr 24, 2013 por Revista Furias in N° 15, Relatos
Miradas
por Mariela Vélez
LA ARGUMENTACIÓN
El texto argumentativo tiene como objetivo expresar opiniones o rebatirlas con el
fin de persuadir a un receptor. La finalidad del autor puede ser probar o
demostrar una idea (o tesis), refutar la contraria o bien persuadir o disuadir al
receptor sobre determinados comportamientos, hechos o ideas.
La argumentación, por importante que sea, no suele darse en estado puro, suele
combinarse con la exposición. Mientras la exposición se limita a mostrar, la 29
argumentación intenta demostrar, convencer o cambiar ideas. Por ello, en un texto
argumentativo además de la función apelativa presente en el desarrollo de los
argumentos, aparece la función referencial, en la parte en la que se expone la tesis.
Estructura general
CONECTORES CAUSALES: Señalan que lo que sigue es la razón por la cual se afirma lo anterior
(causa).
* Porque / debido a / puesto que / a causa de / pues / ya que / dado que, etc.
EJEMPLO: No saldré porque no tengo dinero.
CONECTORES DE SECUENCIA: Indican una secuencia de ideas o acciones que se llevan a cabo.
* Luego / antes / después / a continuación, etc.
EJEMPLO: Los alumnos dieron su examen y luego se retiraron.
Primero realizaré las tareas y después escucharé música.
CONSEJO BÁSICO: los ejercicios de conectores deben hacerse sin mirar inicialmente las alternativas, sino
que se debe tratar de establecer el sentido de la oración y ubicar un conector posible que complete el
sentido correctamente.
En cambio, la referencia exofórica se presenta cuando un elemento del texto alude a factores
o situaciones extralingüísticos, es decir, que no están en el texto sino en el contexto
situacional:
Nosotros somos parte esencial de la Universidad Nacional de Quilmes.
(Nosotros establece una relación con algunos de los elementos de la UNQ que no están
presentes en el texto, como docentes, alumnos, etc.)
Por último, según la referencia se realice hacia atrás en el texto o hacia delante se distingue
entre referencia anafórica o anáfora y referencia catafórica o catáfora respectivamente. Las
anáforas y catáforas de un texto pueden señalar tanto a personas u objetos como al tiempo o
espacio creados dentro del tejido discursivo:
Ejemplos:
● Anáfora: Entre los caracteres físicos que contribuyen más a hacer que una persona
resulte atrayente o repulsiva hay algunos que varían según las modas sociales
(Algunos establece una referencia anafórica con caracteres físicos)
● Catáfora: Todos los empleados les solicitaron las directivas (Les establece una
referencia catafórica con las directivas)
CONSEJO BÁSICO: para identificar el referente correcto podemos formular un interrogante que nos
oriente: ¿qué es lo que varía según las modas sociales? ¿Qué es lo que solicitaron los empleados?
33