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TEORA LITERARIA— is ;
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Jauss, Hans Robert, “Estética de la recepcién y comunicacién literaria” en: Eco, n°270, abril
1984, pag. 641 ~ 657. (fragmentos)
I. La estética de la recepcién, conocida bajo el nombre de “Escuela de Constanza”, se ha
transformado cada vez més, a partir de 1966, en una teorfa de la comunicacién literaria. El
objeto de sus investigaciones es la historia literaria definida como un proceso que
compromete siempre tres actantes: el autor, la obra y el piblico; dicho en otros términos: un
proceso dialéetico on donde cl movimiento ontro produccién y recepcién pasa sicmpre a
través de la communicacién literaria. En esta forma, la nocién de recepeién se comprende en uth
doble sentido que se extiende a la vez a la acogida (0 a la apropiacién) y al intercambio. Por
otra parte, la nocién de esiética no tiene que ver ya aqui con una ciencia de lo Bello ni con la
antigua interrogacién concerniente a la esencia del arte, sino se refiere més bien al problema
siguiente, por mucho tiempo descuidado: cémo llegar a saber algo sobre el arte a través de la
experiencia del arte mismo, del estudio histérico de la préctica estética, précica que por
intermedio de las actividades productores, receptoras y comunicativas consttuye la base de
todas las manifestaciones del arte.
La palabra alemana “Rezeptionsasthetik” sugicre desgraciadamente un malentendido fatal
franeds y en inglés, solamente en el lengua de la hotelera encontramos la palabra recep
‘Sin embargo, dado que a pesar de todo este neologismo ha hecho fortuna en la teoria estética
internacional, conviene precisar su empleo: recepeién en cuanto nocién estética comprende un
doble sentido, pasivo y activo a la vez. Rocopeién, on su comprension estética, sc define como
un acto de doble faz que comprende a la vez el efecto producido por la obra de arte y la
manera de ser recibida por su publico (o si se quiere- su “respuest2”). El piblico (o bien: el
destinatatio) puede reaccionar de maneras muy diferentes: la obra de arte puede ser
simplemente consumida o ser criticada, o se puede admirarla o rechazarla, se puede gozar con
su forma, interpretar su contenido, asumir una interpretacién reconocida o intentar realizar
una nueva. Por ultimo, el destinatario puede responder a una obra produciendo a su vez él
mismo una nueva obra. Tal es la forma como se consuma el circulo comunicativo de la
historia literaria: el productor también es siempre un “receptor”, desde el instante mismo en_
que comienza a escribir. Por todas estas diversas actividades, el sentido de una obra resulta
siempre constituido de nuevo, como resultante de una coincidencia’ de dos factores: el
horizonte de expectativa (0 el cédigo primario) implicado por la obra y el horizonte de
experiencia (0 el digo seeundario) proporcionado por el receptor.
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Ebyrttode Ul En los afios sesenta, se tra de transformar la teoria literaria, de acuerdo con el modelo de
I: en
yoy las ciencias nomolégicas, en un método descriptive y formalizante “més alld de la
bie & interpretacién”. En oposicién a esta tendencia que todavia prevalece, la estética de la
ial Tecepeisn hace una profesién de fe hermenéutica y se sitfia en el campo de Jas ciencias del
{Gv sentido. Pero el hecho de que vuelva en esta forma, por asi decirlo, a la ‘interpretacién, no
weseuis Significa en modo alguno que abandone sin embargo las adquisiciones de la aproximacién
Bp estructural 0 se entregue otra vez al ideal de una exégesis inmanente en la que bastaria
\ borrarse a si mismo para llegar a una pretendida objetividad. La interpretacién, de acuerdo
con la estética de la recepcién, exige més bien que el intérprete busque controlar su
aproximacién subjetiva al reconocer el horizonte limite de su posicién historica. Esta
reflexion fundamenta una hermenéutica que abre el didlogo entre el presente y el pasado y que
integra la aucva interpretacién en Ja soric histérica de las coneretizaciones del sentido. Con
ese objetivo, es necesario proceder a desarrollar hoy una nueva hermenéutica literaria que, de
acuerdo con los modelos de ia teologia y de la jurisprudencia, tenga en cuenta las tres
actividades que constituyen en conjunto el acto de comprender, es decir: la comprensién, la
interpretacién y la aplicacién.TEORIA LITERARIA 2
Teoria_ dela sccepeién (panorama)
Ll
Un texto de ley o de revelacién no pide simplemente que se lo comprenda de manera
histérica: la significacién de una ley debe concretarse en su aplicacién a cada nuevo caso, un
texto relogioso debe ser comprendido, en cuanto mensaje de salvacién, de manera nueva en
cada situacién conreta. {Por qué razén Ja interpretacién literaria se contenta entonces con la
reconstruccién de un pasado “tal como ha sido reaimente”, 0 con la descripcién de un texto
por el modesto placer de la “descripcién en si"? Si también la hermenéutica literaria quiere
hacer concluir su trabajo en el instante concrete de ta inlerpretacién lo que equivale a decir:
en el juicio estético ¢ histérica-, dehe reconocer que la aplicacién es parte integrante de toda
comprensién y volver a encontrar, en la experiencia estética, la unidad de los tres momentos
del acto hermenéutico.
TIL Las nuevas teorfas de la recepcién y de la comunicacién literaria, desarolladas
independientemente en Constanza y en Berlin Este por grupos de investigadores, rio son
ciertamente un fendmeno salido de una tredicién cientifica cultivada solo en Alemania. Si
esas teorias que, como esperamos, pueden conducir a un “cambio de paradigma” y
teconquistar el interés piblico que los estudios literarios han perdido evidentemente después
de lz guerra, si esas teorias han tenido una repercusién inesperada, es porque hacen parte de
una reorientacién més general que se ha impuesto en la historia de las ciencias a mediados de *
, 10s afios sesenta. La aparicién de la estética de Ja recepcién es contemporinea de la
niet. reorientacién que puso en cuestién el paradigma dominante del estructuralismo de tendencia
ahistérica y que condujo Ia lingiisticn, Ia’ scmistica, la sociologia y uuas disciplitias a
formular concepciones andlogas destinadas « converger mas 0 menos en la elaboracién de una
tcoria englobadora de la comunicacién humana.
BI estructuralismo, erigido como es sabido primero por la lingliistica, y nego por la
antropologia, ai nivel universal de un “discurso del método” de los tiempos presentes, ha
provocado una critica que se dirigié sobre todo contra’ las siguientes premisas estructuralistas
el universo lingitistico cerrado, sin referente, y por consiguiente desprovisto de relacién con el
mundo ~los sistemas de signos 848 sujeto, y por consiguiente sin relacién con Ia situacion de
produceién y de revepvidn del sentido- la nocién de estructura con yalor onlologico, y por
consiguiente reificada y substraida a toda funcién social -Ia reduccién de las funciones de
comunicacién pragmaticas a un juego combinatorio de égica formal. La puesta en cuestion
de estas premisas se anunciaba paralelamente en diferentes disciplinas
Led
sefruet Com las tevrias pusteatiusturasies, que han sido desarrolladas en trancia después de 1968
por la critica literaria, la estética de la recepcién comparie mas 0 menos la nocién de obra
abierta (“opera aperta”, segin Umberto Eco), el rechazo del logocentrismo, la reintroducci
del sujeto y la revalorizacién del texto literario a través de su funcién de trartsformacién
social, Pero las teorias literarias de proveniencia alemana se distinguen de las teorias
francesas de la escritura, en que estas ‘iltimas parecen no hacer derivar la génesis del sentido
mas que de Ia productividad reflejante que es para ellas Ia escritura, mientras que las ptimeras
explican la constitueién continua del sentido por el intercambio (o la interaccién) entre las dos
actividades constituidas por la produccién y la recepcién literarias. gNo debe acaso seguir al
primer paso. que condujo a la vanguardia francesa ~a ella también- de la obra al texto, un
segundo paso que nos leve del sujeto que escribe al sujeto que lee y juega, cuando se Urata de
comprender la literatura como un proceso a Ja vez comunicativo y creador de normas ;
sociales? Debe concebirse la comunicacién literaria como un campo intersubjetivo; ésta no
sabrfa aleanzar su funcién social mientras se desconozca le relacién dialéctica entre el texto,
sus receptores y los receptores entre si, y también mientras se reduzca la experiencia estética
intersubjetiva a un “placer del texto” ‘nionoléyico que el lector —segiin Roland Barthies-
volveria a encontrar en un “paraiso solitario de las palabras”. {...]