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El Humanismo surgió en las ciudades italianas, donde se formó un importante grupo de hombres de
letras que participaron activamente en la sociedad. Los humanistas eran intelectuales, eruditos de
formación universitaria, que comenzaron a resucitar obras filosóficas, históricas o literarias de la
antigüedad grecorromana.
Sus ideas se vinculaban con las aspiraciones de los sectores burgueses, que adquirieron mayor poder
en la sociedad. Humanistas y burgueses coincidieron en el intento de crear una cultura laica,
diferente de la medieval tradicional. Buscaron en los pensadores de la Antigüedad, como Platón y
Aristóteles, el punto de apoyo para sus ideas. Pretendieron que el conocimiento le diera al hombre
mayores posibilidades de felicidad y libertad.
Si bien su origen y crecimiento se producen en Italia, se difunde y expande por el resto de Europa,
e irradia su influencia en Francia, Alemania y luego en Holanda y España. Este movimiento de
renovación artística surge ante la necesidad de expresar las profundas transformaciones que se
habían operado en la realidad de la época.
El término Renacimiento implica un renacer de las tradiciones del arte griego y romano. Sus artistas
tuvieron como fuente de inspiración y como guía las expresiones de la antigüedad clásica, pero
crearon nuevos modos de construir, de pintar, de esculpir, y definieron las formas más típicas del
nuevo arte. De la preocupación por el hombre, como centro de todas las cosas, surge la necesidad
de expresar fielmente la vida terrenal. Se profundiza entonces el estudio de la “naturaleza”, es decir,
el mundo del hombre y del ambiente que lo rodea.
Los artistas abandonan entonces su posición de artesanos pertenecientes a un taller o gremio para
transformarse en una clase de “intelectuales libres”, con un determinado reconocimiento social y
económico. A medida que se afianza esta posición, se liberan del encargo directo de sus protectores
y dan comienzo a obras concebidas por su propia voluntad o inspiración, como creadores
autónomos. En forma paralela a este cambio de modalidad en la generación de una obra, aparecen
las figuras de expertos, aficionados y coleccionistas de obras de arte.
Con el Renacimiento se origina el concepto de “genio”, como expresión del ímpetu creador y fuerza
espiritual de un individuo; el arte es elevado a la categoría de ciencia y el artista igualado al
humanista.
Se define como la Ilustración a los movimientos filosóficos entre los siglos XVII y XVIII en los cuales
se hacía hincapié en la fuerza de la razón humana y se criticaban las prácticas religiosas y políticas
oscurantistas. La Ilustración, alimentada por descubrimientos científicos además de filosóficos, tuvo
profundos efectos en toda Europa en cuanto al desarrollo económico y político, al crear un clima
conducente a la investigación y la innovación; también se puede apreciar su influencia en las
revoluciones francesa y estadounidense.
El sistema inductivo, por el contrario, va del hecho particular conocido, a la norma general, que se
formula en virtud de las analogías observadas. Es principio esencial en este método la
experimentación; es decir, que no se admite explicación ni consecuencia de ningún fenómeno que
no haya comprobado previamente por la experiencia.
Este método experimental ha producido y sigue produciendo cada día resultados prodigiosos en
todos los campos de la ciencia. Al fomento de los estudios científicos, artísticos y literarios de todo
orden contribuyeron la fundación de las academias nacionales y sociedades científicas, artísticas y
literarias que fueron apareciendo sucesivamente en todos los países de Europa.
Teoría geocéntrica
La teoría geocéntrica es una antigua teoría que sitúa a la Tierra en el centro del universo, y
los astros, incluido el Sol, girando alrededor de la Tierra (geo: Tierra; centrismo: agrupado o de
centro).
El geocentrismo estuvo vigente en diversas civilizaciones antiguas. Por ejemplo,
en Babilonia era ésta la visión del universo1 y en su versión completada por Claudio
Ptolomeo en el siglo II en su obra El Almagesto, en la que introdujo los llamados epiciclos,
ecuantes y deferentes, estuvo en vigor hasta el siglo XVI cuando fue reemplazada por la teoría
heliocéntrica.
Teoría heliocéntrica
Sistema geocéntrico: órbitas de los planetas
vistas desde la Tierra. Por Giovanni Cassini.
A finales del siglo XVII comienza la Ilustración; movimiento filosófico, cultural y científico que se
prolonga a lo largo de la siguiente centuria hasta la Revolución Francesa. El llamado Siglo de las
Luces, en el que se centra el tercer volumen de Mujeres en la historia, enfrentó razón a superstición,
combatió la ignorancia e impuso una ideología de libertades que acabó con el Antiguo Régimen. Es
un momento de cambio en la mentalidad femenina y de grandes avances en la conquista de
derechos para las mujeres, que asumen un nuevo papel en la sociedad.
En algunos casos, desde la visión de escritoras de la época, como Madame de La Fayette, Lady Mary
Wortley Montagu, Olympe de Gouges o Mary Chudleigh, quien equipara el matrimonio a la
esclavitud de la mujer. Entre los textos clásicos aparece el que es considerado el documento
fundamental de la Revolución: la Declaración de los derechos de la mujer y de la ciudadana. En otros
casos son autoras actuales las que dan nueva vida a las figuras destacadas de la época: escritoras,
científicas, revolucionarias, mujeres que regentan salones literarios o toman las armas contra el
viejo mundo que decae. No sólo se trata de la Revolución Francesa, sino que asistimos a la lucha por
la independencia en América o Italia.
Sin olvidar a las precursoras del derecho a la educación femenina. Se trata de hacer literatura y,
además justicia, a esos nombres femeninos que demasiadas veces han pasado de puntillas por la
historia, sin encontrar el lugar que les corresponde. Con este homenaje pretendemos rescatar la
memoria de cuantas colaboraron en una época crucial para que la mujer ascendiera un peldaño
decisivo hacia la igualdad.
Todas ellas se unen para mostrarnos la vida de unas mujeres que participaron muy activamente en
una de las épocas más revolucionarias de la historia y más importantes para la consecución de sus
derechos; una época gracias a la cual tenemos muchas de nuestras actuales libertades.
La Ilustración y la filosofía kantiana
La filosofía de Kant es basada en el movimiento de la ilustración.
Se denomina habitualmente Ilustración o Siglo de las luces a la corriente intelectual de
pensamiento que dominó Europa, especial a Francia e Inglaterra, y se desarrolló en el siglo
XVIII.
Este movimiento presenta ciertos rasgos característicos como son:
La autonomía en todos los órdenes: filosófico, político, moral etc. Ésta razón debe
ser crítica con toda clase de perjuicios o supersticiones, y experimental abierta a la
contratación de todas las ideas que se afirmen.
Además la Ilustración posee un carácter secularizado.
En la Ilustración se establece la primacía de la razón sobre la fe, que queda confinada a la
conciencia individual.
La Ilustración también se caracteriza por un fuerte carácter pedagógico es decir se insiste en
la necesidad de la educación como medio del desarrollo del progreso y del logro de la libertad.
En otras palabras la Ilustración o siglo de las luces tiene dos características importantes: El
análisis crítico del pensamiento, La intención pedagógica (o educación).
En otras palabras en la Ilustración se impone la autonomía de la razón propia, por medio de la
educación o conocimiento, para ser capaz de decidir por uno mismo.
Filosofía kantiana
La Ilustración de la que Kant tiene más conocimiento es la Ilustración alemana. En esta la
"razón" tiene un significado peculiar. Siguiendo la tradición racionalista de Leibniz, La razón
más que como instrumento de análisis sirve para fundamentar los conceptos, la forma de
aplicarlos y, en definitiva, el modo de conocer el mundo exterior. Kant entiende que la razón
tiene que examinarse a sí misma para encontrar su propia validez. Esta será una de las tareas
que Kant se propondrá llevar a cabo.
En el momento los dos grandes movimientos el Racionalismo y el Empirismo estaban en
Europa. Kant se formó en la tradición racionalista de Leibniz que conoció a través de los
manuales de Wolf. Kant fue un filosofo de la razón sin embargo él no fue un racionalista.
Kant se sintió atraído por un sistema que aspiraba a estructurar los conocimientos del hombre
como si estos fueran elementos matemáticos.
Sin embargo eventualmente fue un poco influido por la corriente Empírica por parte de los
escritos de Hume que le hicieron cambiar de perspectiva. Esto dio una nueva dirección a su
investigación.
Immanuel Kant (AFI: [ɪˈmaːnu̯eːl ˈkant]; Königsberg, Prusia; 22 de abril de 1724-ibídem, 12 de
febrero de 1804) fue un filósofoprusiano de la Ilustración. Fue el primero y más importante
representante del criticismo y precursor del idealismo alemán. Es considerado como uno de
los pensadores más influyentes de la Europa moderna y de la filosofía universal. Además se
trata del último pensador de la modernidad, anterior a la filosofía contemporánea que
comienza con el pensador Hegel.
Entre sus escritos más destacados se encuentra la Crítica de la razón pura (Kritik der reinen
Vernunft)1, calificada generalmente como un punto de inflexión en la historia de la filosofía. En
ella se investiga la estructura misma de la razón. Así mismo se propone que
la metafísica tradicional se puede reinterpretar a través de la epistemología, ya que podemos
encarar problemas metafísicos cuando entendemos y relacionamos la fuente con los límites
del conocimiento.
Sus otras obras principales son la Crítica de la razón práctica, centrada en la ética; la Crítica
del juicio, en la que investiga acerca de la estética y la teleología y La metafísica de las
costumbres que tiene dos partes, una centrada en la ética, la doctrina de la virtud, y la otra
centrada en el ius, la doctrina del derecho2.
Kant adelantó importantes trabajos en los campos de la ciencia, el derecho, la moral, la
religión y la historia creyendo haber logrado, inclusive, un compromiso entre el empirismo y
el racionalismo. Aceptando que si bien todo nuestro conocimiento empieza con la experiencia,
no todo procede de ella3, dando a entender que la razón juega un papel importante.
Kant argumentaba que la experiencia, los valores y el significado mismo de la vida serían
completamente subjetivos si no hubiesen sido subsumidos por la razón pura, y que usar la
razón sin aplicarla a la experiencia, nos llevaría inevitablemente a ilusiones teóricas.
El pensamiento kantiano fue muy influyente en la Alemania de su tiempo, puesto que proyectó
la filosofía más allá del debate entre el empirismo y
el racionalismo. Fichte, Schelling, Hegel y Schopenhauer se vieron a sí mismos expandiendo y
complementando el sistema kantiano de modo que con él justificaban el idealismo alemán.
Hoy en día, Kant continúa teniendo una gran influencia en la filosofía analítica y continental.