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Universidad Juárez del Estado de Durango

Facultad de Ciencias Biológicas

Biología Vegetal

Cultivo celular de briofitas y aplicaciones


biotecnológicas
Profesor: M.S.P Myriam Patricia Padilla Franco
Alumno: Daniel Hernández Díaz

Biología 5° Semestre

Gómez Palacio, Dgo 13 de Noviembre del 2016


Introducción
Las briofitas son plantas avasculares eucariontes que están ampliamente distribuidas
alrededor de todo el mundo. Debido a sus características celulares son un organismo modelo
ideal para efectuar investigaciones en modelos comparativos para establecer filogenia o un
marco de referencia común para compuestos o actividades presentes en plantas superiores.
Además de esto la posibilidad que ofrecen los cultivos celulares basados en ellas superan
ampliamente a aquellos basados en bacterias, hongos, o incluso otras células vegetales o
animales debido a sus pocos requerimientos para proliferar en condiciones in vivo. Algunas
de las posibles aplicaciones que se abordan son la conservación de especies, producción de
proteínas recombinantes y producción de metabolitos secundarios con propiedades
antibióticas o de importancia médica.
Cultivo celular de briofitas
Las briofitas representan un éxito evolutivo como un grupo de pequeñas plantas verdes no
vasculares. Considerándolas como un ejemplo de las primeras plantas terrestres con un
estimado de 400 millones de años de antigüedad, están ampliamente distribuidas alrededor
del mundo en cerca de 24,000 especies. Son capaces de afrontar condiciones ambientales
extremas como desiertos o montañas, exceptuando el medio marino (Piña, 2016). La
viabilidad de las briofitas como organismos modelo para el estudio de los fenómenos
metabólicos, fisiológicos y del desarrollo se debe a sus características morfológicas,
fisiológicas, genéticas y su línea evolutiva (Brezeanu et al., 2009). Las briofitas al igual que
las algas charophyceanas pueden ser usadas como organismos modelo para estudiar la
evolución de características más complejas halladas en plantas superiores.

Las briofitas son plantas pequeñas conformadas por tres tipos de estas, que son los musgos,
hepáticas y antocerontes, siendo los musgos más conocidos ya que crecen sobre las piedras
suelo o los árboles como plantas epífitas. Además de las ya mencionadas características que
las hacen destacar en estudios de filogenia, tienen importancia ambiental gracias a que
participan en muchos procesos biológicos, como la captación de dióxido de carbono y
nitrógeno. También capturan agua dejándola fluir lentamente hacia los mantos freáticos,
arroyos, ríos y cuerpos acuáticos en general, ayudando con esto por ejemplo a que en los
bosques la humedad atmosférica permanezca de manera constante.
Como parte de su importancia biotecnológica destacan los compuestos encontrados en las
hepáticas, que poseen cuerpos de ácidos grasos celulares peculiares, organelos celulares
anclados a la membrana que consisten de terpeniodes etereales y aceites aromáticos
suspendidos en una matriz rica en carbohidratos o proteínas. Algunas características
biológicas de los terpenoides y los compuestos aromáticos son contacto alergénico
dermatítico, citotoxicidad, actividad anti-VIH e inhibición de la DNA polimerasa beta,
actividad antimicrobiana y antifúngica, inhibición de la alimentación en insectos, actividad
nematocidal, inhibidor del libramiento del anión de superóxido, inhibición de crecimiento de
plantas, actividad neurotrópica, relajante muscular, inhibidor de catepsina B y L, antagonista
de cardiotónicos y vasopresinas, y actividad anti-obesidad (Asakawa, 2011).

Siendo la producción de estos metabolitos de interés para investigación o comercialización


de los mismos, se han planteado maneras alternativas de obtenerlos. Una de estas variantes
es el cultivo celular de briofitas, siendo su principal ventaja la posibilidad de mantener un
elevado número de plantas enteras en recipientes de cultivo bajo condiciones asépticas, que
con la aplicación de técnicas estériles normales, no hay dificultad alguna para mantener el
cultivo aséptico por un largo periodo de tiempo. La implementación de cultivos celulares de
briofitas da además de esto un tiempo de cultivo menor y menos complejo que uno hecho
con células de una planta superior, lo que las convierte en un perfecto organismo modelo
para el estudio de las plantas. (Bopp & Knoop, 2012).
Briofitas en la producción de proteínas recombinantes
Como todos sabemos, la producción in vitro de diferentes compuestos celulares es cada vez
más una necesidad en la medicina y en la investigación, para de modo separado poder
estudiar y caracterizas estas moléculas y su función dentro de un organismo determinado, así
como encontrar similitudes entre estas y las presentes en otros seres vivos con funciones
similares, esto último con fines filogenéticos. La utilización de células vegetales para
producir proteínas heterólogas recombinantes se presenta como una alternativa a los cultivos
de bacterias transformadas incapaces de llevar a cabo los complejos procesos de splicing y
de glucosilación en las proteínas, y a los costosos cultivos de células animales o la extracción
directa de metabolitos de sustancias orgánicas, como el suero fetal bovino. Como ya se
mencionó antes, el uso de cultivos celulares de células vegetales son menos requisitosos en
cuanto a metabolitos presentes en el medio de cultivo, y su tasa de división es mayor,
sobretodo en líneas celulares totipotentes derivadas de meristemos. A pesar de esto, el usar
células vegetales presenta algunos desafíos debido a las diferencias evolutivas en los
mecanismos celulares que emplean en sus procesos internos (Hellwig et al., 2004).

La utilización de glicoproteínas recombinantes producidas por plantas superiores está


limitada por la N-glicosilación específica de la planta que se aplica sobre dichas proteínas.
Comparadas con las glicoproteínas obtenidas de mamíferos, las glicoproteínas específicas de
las plantas superiores contienen dos residuos adicionales. Además, en las glicoproteínas de
las plantas superiores no se encuentran residuos terminales de beta 1,4-galactosa, lo que
indica que en las plantas no se encuentra presente una beta 1,4-galactosiltransferasa. Se ha
descrito la integración y la expresión estables de esta enzima en plantas de tabaco (Bakker et
al. 2001). La beta 1,4-galactosiltransferasa recombinante humana resultó ser funcional y las
proteínas aisladas a partir del material transgénico mostraron residuos terminales de beta 1,4-
galactosa. A pesar de todo, no se cree que sea posible suprimir en las plantas superiores las
actividades de la beta 1,2-xilosiltransferasa y de la alfa 1,3-fucosiltransferasa, las dos enzimas
que se consideran responsables de transferir los residuos adicionales específicos de las
plantas (Lienhart et al., 2002). Para la producción de proteínas recombinantes también se
puede utilizar la briofita, Physcomitrella patens, una planta terrestre haploide no vascular.
Por ejemplo, ya desde (1997) Schaefer & Zrÿd demostraron que se pueden utilizar con éxito
las briofitas para producir proteínas heterólogas funcionales y que la tecnología es bien
conocida y la manipulación dirigida de un gen particular es posible.

Cultivo celular de briofitas para fines de bioconservación


Algunas de las aplicaciones de los cultivos celulares, aparte de servir como meros agentes
productores de proteínas y metabolitos de interés comercial, es el de preservar el material
genético de especies en peligro manteniendo los cultivos en diferentes condiciones de
preservación o de latencia. A esto se le conoce como conservación ex situ, y su principal
propósito es el de reducir el riesgo de extinción de especies o poblaciones y, en algunos casos,
de restaurarlas. Aunque la conservación de especies puede ser obtenida en una manera mucho
más efectiva mediante el correcto manejo de poblaciones salvajes y sus hábitats naturales (in
situ), las técnicas ex situ son consideradas como herramientas esenciales para la
conservación, especialmente desde que se han ganado el reconocimiento internacional con la
inclusión en el artículo 9 de la Convención para la diversidad en la meta 8 de la estrategia
global para la conservación de plantas (Sarasan et al., 2006). El material biológico necesario
para la conservación de una determinada especie puede ser de diferentes estructuras, y en el
caso de briofitas es obtenido del protonema o fragmentos del gametóforo obtenidos de
cultivos axénicos in vitro. En otras especies de plantas el tejido es obtenido de las semillas,
pero es justificado en briofitas por la obvia carencia de estas, y en muchos casos, esporas.
Más aún, el tamaño reducido de las briofitas permite que un número significativamente
grande pueda crecer en un espacio reducido además de que los fragmentos de tejido obtenidos
tienen un potencial regenerativa muy alto sin necesidad de tratamientos elaborados como en
las plantas superiores y muchos son tolerantes a la desecación en la naturaleza, que es un
requisito para los protocolos de criopreservación (Burch ., 2003).

La conservación ex situ de briofitas incluye los bancos de germoplasma in vitro, que son
sitios para la conservación de los recursos genéticos en condiciones controladas de
laboratorio y que involucran diversas técnicas de cultivo y almacenamiento in vitro. En los
mismos se busca maximizar la diversidad de ejemplares recolectados de poblaciones en
campo o en su centro de origen. La unidad de colección que se mantiene en condiciones
controladas puede ser la semilla botánica o explantes vegetativos, dependiendo
principalmente del hábito de crecimiento de la especie. Además, con el cultivo in vitro se
facilita el intercambio de material genético, ya que muestras pequeñas pueden ser enviadas
en condiciones asépticas, incluso a países con regulaciones fitosanitarias muy estrictas. El
almacenamiento in vitro se puede clasificar, según su duración, en almacenamiento a corto
plazo y a largo plazo . En el primer tipo, generalmente se utilizan técnicas de cultivo in vitro
que fomenten el crecimiento reducido, mientras que en el segundo se utiliza principalmente
la crioconservación (Cousins y Adelberg 2008).
En el almacenamiento por corto plazo los explantes permanecen in vitro hasta por 12 meses,
manejando condiciones de cultivo para retrasar el crecimiento y aumentar los intervalos entre
subcultivos. Como parte de las estrategias empleadas para disminuir el crecimiento de los
explantes y aumentar los intervalos entre subcultivos, está el reducir la temperatura de los
cuartos de crecimiento, modificar los medios de cultivo y otros factores ambientales que se
deben tomar en cuenta para optimizar el almacenamiento. El almacenamiento por largo plazo
es muy seguro por lo que se usa extensivamente en agricultura, horticultura, y forestería para
la investigación y el monitoreo ambiental. Esta técnica permite almacenar meristemas y
ápices, células, callos y suspensiones celulares. Además, requiere de poco espacio y
mantenimiento. Se considera que el almacenamiento por largo plazo es una práctica útil para
evitar la variación somaclonal en plantas con propagación vegetativa y permite mantener los
explantes sin alteración alguna bajo estas condiciones, prácticamente por tiempo indefinido.
Para el almacenamiento por largo plazo, generalmente se utiliza la crioconservación, aunque
existe también la posibilidad de utilizar otras técnicas de cultivo in vitro en condiciones de
crecimiento reducido (Wang et al. 2005). La crioconservación permite el almacenamiento de
células, tejidos u órganos vegetales vivos a temperaturas extremadamente bajas (-80 °C)
(Shánchez-Chiang & Jiménez, 2010).

Algunos de los logros prácticos que se han obtenido en briofitas son: el cultivo de Marchantia
linearis en condiciones axénicas (Krishnan & Murugan, 2014), la conservación de briofitas
en peligro del mediterráneo usando el método de encapsulación-deshidratación (Ros et al.,
2013), el cultivo axénico y propagación del musgo Thamtobryum alopecurum (Vujičić et al.,
2012), e incluso la regeneración de briofitas provenientes de la edad de hielo temprana en un
glaciar en el polo (La Farge et al., 2013), por mencionar algunos. Esto demuestra la capacidad
de los cultivos celulares para conservar o inclusive restaurar las poblaciones de briofitas
debido a la alta compatibilidad que tienen con estas técnicas.

Obtención de medicamentos a través de cultivos celulares de briofitas


La ocurrencia de sustancias antibióticas en briofitas ha sido bien estudiada y documentada
por botánicos y microbiólogos alrededor del mundo, ya que poseen compuestos alcaloides,
ácidos polifenólicos, y flavonoides. Sim embargo, solo una pequeña porción de las especies
ha sido estudiada. La reciente demanda de la medicina obtenida de las plantas y el aumento
de las bacterias resistentes a antibióticos han motivado a los biólogos, farmacéuticos y
botánicos a buscar nuevos productos naturales basados en compuestos de plantas. Por lo tanto
las briofitas se presentan como una fuente prometedora de nuevos compuestos
biológicamente activos en la naturaleza. Aparte de sus propiedades medicinales, las briofitas
son también un importante componente de la diversidad de los ecosistemas y añaden riqueza
de especies.

Las briofitas son conocidas por producir una amplia diversidad de metabolitos secundarios
para combatir estrés de tipo biótico y abiótico, como la predación, radiación UV,
temperaturas extremas y descomposición microbiana. Son la fuente de una amplia variedad
de metabolitos secundarios y por lo tanto prometen tener un gran potencial para aplicaciones
médicas y biotecnológicas. En los últimos años más de 400 compuestos químicos fueron
aislados de briofitas y estudiados estructuralmente. Algunos de los compuestos
biológicamente activos incluyen bioflavonoides, terpenos y terpenoides, y flavonoides de las
cuáles las hepáticas fueron reportadas como contenedores de una gran variedad de mono, di,
y sesquiterpenoides así como compuestos aromáticos como bibenzilos, benzonatatos,
cianuratos, y naftalatos (Asakawa, 1981). Las briofitas no eran consideradas hasta hace poco
como fuentes de metabolitos secundarios con posible aplicación médica debido a su tamaño
y sencillez, prefieriendo enfocar las investigaciones a los compuestos presentes en plantas
superiores. Sin embargo, se ha descubierto que las briofitas poseen compuestos únicos
inexistentes en plantas superiores, y por el poco estudio en ellas se piensa que la diversidad
de compuestos es mayor que aquella en plantas superiores.

Las briofitas ya habían sido reportadas como agentes antibióticos y varios compuestos
orgánicos solubles habían sido extraídos e investigados en el pasado. La literatura enfatiza
que los extractos acuosos y solubles en alcohol, u otros compuestos aislados, de alrededor de
150 especies de briofitas han mostrado actividad antimicrobiana contra bacterias gram
negaticas y positivas, y antifúngica. Los más recientes extractos obtenidos de Radula flacida,
Cyatodium africanum, Frullania spongiosa, Thuidium gratum, Ectropothecium
aeruginosum, Sematophyllum caespitosum, Stereophyllum radiculosum, Babulalam
berenensis, Campilopusa spericuspis and Calympereserosumlam berenensis, Campilopusa
spericuspis and Calympereserosum han mostrado una interesante acción antimicrobiana
(Olofin et al., 2013). Por lo tanto las propiedades antibióticas de las briofitas pueden ser
aprovechadas para propósitos terapéuticos contra un patógeno en específico (Mishra et al.,
2014).

Como las briofitas son la fuente de muchos metabolitos secundarios complejos, su enorme
aplicación en la medicina tradicional es enorme. Un gran número de briofitas son usadas en
la medicina homeopática. Alrededor del 3.2% de los musgos y el 8.8% de las plantas
hepáticas son usadas como medicina en la homeopatía. Especies como Sphagnum,
Marchantia, Riccia, Barbula, Bryum, Octeblepharum y Fontinalis son usadas para tratar
diversas enfermedades, incluyendo enfermedades cardiovasculares, inflamación, fiebre,
enfermedades respiratorias, infecciones, heridas y enfermedades de la piel (Banerji, 2001).
En china más de 30 especies pueden ser compradas en farmacias locales y cerca de 40
diferentes tipos de briofitas han sido usadas para tratar enfermedades del sistema
cardiovascular, tonsilitis, timpanitis, abscesos, y bronquitis, y para curar enfermedades de la
piel y quemaduras.

El cultivo celular de briofitas se presenta, entonces como una solución a la producción de


antibióticos por extracción de compuestos naturalmente producidos en ellas o por producción
de agentes recombinantes. Como células eucariontes pueden llevar a cabo modificaciones
postransduccionales muy parecidas a aquellas realizadas por humanos, por lo tanto
minimizando el riesgo de la contaminación de producto por agentes infecciosos derivados de
las células usadas o del medio de cultivo. Aparte las briofitas ofrecen a los investigadores y
a la compañía un sistema de producción de alta calidad que puede crecer sin antibióticos, por
lo tanto evadiendo el riesgo de contaminación del producto final con productos agregados.
Además de estas ventajas, los musgos son las únicas plantas conocidas que muestran una alta
frecuencia en recombinación homóloga. Permiten la integración estable de los genes
insertados en la célula huésped. Aún más, el sistema altamente complejo de los musgos
comparado al de las bacterias o al de los hongos permite un rango mucho más amplio de
expresión que la que es posible en otros sistemas. En vista de las ventajas anteriormente
señaladas, hoy en día muchos compuestos biofarmacéuticos están siendo producidos en
biorreactores a base de musgos. La Universidad de Freiburgo en Alemania y la compañía
farmacéutica Greenovation Biotech Gmbh han iniciado una cooperación para impulsar el
campo de proteínas recombinantes obtenidas del musgo, creciendo este en un bioreactor que
solo requiere de agua y minerales para nutrirlo, en presencia de luz y CO2.
Consecuentemente muchas más proteínas complejas podrán ser producidas en bioreactores
de musgos. Otros productos factores de crecimiento humanos que son requeridos por los
investigadores para el cultivo de tejidos, e incluso proteínas humanas además de ser la única
planta para producir el factor de coagulación IX para usos farmacéuticos (Decker & Reski,
2008).
Conclusiones
La amplia posibilidad de aplicaciones biotecnológicas de las briofitas las presenta como un
organismo ideal para la aplicación de diversas técnicas de cultivo celular para obtención de
compuestos metabólicos secundarios así como productos recombinantes, además de que por
sus características fisiológicas, bioquímicas y genéticas el cultivo celular de estas se ve
favorecido enormemente en comparación a aquellos cultivos basados en líneas celulares
animales o de plantas superiores, de los que se obtienen los productos más complejos. A
pesar de esto el nivel de investigación en la aplicabilidad biotecnológica de las briofitas
continúa siendo escaso, requiriendo más investigación, que promete ser de importancia
significativa para la industria médica, energética y para la conservación de ecosistemas.
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