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SECCIÓN DE OBRAS DE FILOSOFÍA

ATRAVESAR FRONTERAS
l'
Traducción de
HUGO FRANCISCO BAUZÁ
JEAN-PIERRE VERNANT

ATRAVESAR FRONTERAS
Entre mito y política 11

FONDO DE CULTURA ECONÓMICA


MÉXICO - ARGENTINA - BRASIL- COLOMBIA - CHILE - ESPAÑA
ESTADOSUNIDOS DE AMÉRICA - GUATEMALA- PERÚ - VENEZUELA
Primera edición en francés, 2004
Primera edición en español, 2008 ,: ¡t'OSOFIA
LETllltA8
Vernant, Jean-Pierre ÍNDICE
Atravesar fronteras: entre mito y política II - la ed. -
Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica, 2008.
194 p. ; 21x14 cm. (Filosofía)
Prólogo . 11
Traducido por: Hugo Francisco Bauzá
ISBN 978-950-557-765-1

1. Filosofía. 2. Mitología I. Bauzá, Hugo, trad. II. Título UN TIEMPOREBELDE


CDD 190

La Resistencia . 21
Ceguera y lucidez . 28
El caso Aubrac . 49

HACIENDO CAMINO

Armado de tapa: Juan Balaguer


Recuerdos de un colegial . 65
Título original: La Traversée des [roniiéres. Entre mythe et politique Il
ISBN de la edición original: 2-02-066251-5
© 2004, Éditions du Seuil La muerte heroica entre los griegos . 71
Colección La Librairie de xxr siecle, bajo la dirección de Maurice Olender. Aquiles, el ideal del hombre heroico . 71
D.R. © 2008, FONDODECULTURA ECONÓMICA DEARGENTINA, S.A. La respuesta griega al problema de la muerte . 77
El Salvador 5665; 1414 Buenos Aires, Argentina La lección de la Odisea . 81
fondo@fce.com.ar / www.fce.com.ar
Av. Picacho Ajusco 227; 14200 México D.F. El ideal aristocrático en la democracia . 85
ISBN: 978-950-557-765-1
Entre exotismo y familiaridad . 88
Comentarios y sugerencias:
editorial@fce.com.ar Historia de la memoria y memoria histórica . 127
Fotocopiar libros está penado por la ley.
Espacio y ciudad . 132
1!¡.¡
Prohibida su reproducción total o parcial por cualquier ¡!.
medio de impresión o digital, en forma idéntica, extractada
o modificada, en castellano o en cualquier otro idioma, Nacimiento de lo político . 140
sin autorización expresa de la editorial.

IMPRESOENARGENTINA - PRINTED IN ARGENTINA Un grano de arena . 146


Hecho el depósito que previene la ley 11.723
7

F310062
8 ATRAVESAR FRONTERAS

Pensar la diferencia. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 149

"Debe haber una historia de la voluntad" 159

Atravesar un puente. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 178


Para Maree/in,
para Rosalie.

ANEXOS

Intervenciones de [ean-Pierre Vernant


durante la mesa redonda del 17 de mayo de 1997
organizada por el diario Libération . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 183

Fuentes 188

El autor. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 191

Índice de nombres 193


PRÓLOGO

ENUNAOBRAPRECEDENTE, intenté precisar mi posición, "entre mito


y política", cuando asumía un doble compromiso, diferenciado y
solidario, en mi trabajo científico, por una parte, y en mi vida de
militante, por la otra. A la vez, desde un principio, al comienzo del
prólogo, declaraba que, en mi caso, no se trataba de escribir una
autobiografía cualquiera. La empresa me parecía hasta tal punto
extraña a mis inclinaciones y a mi capacidad que, aun cuando mi
idea era intentarlo, en cuanto me disponía a tomar la pluma entre
mis manos, se me caía de los dedos desde las primeras líneas.'
¿Desmiento, en este nuevo libro, lo que declaraba? Pienso que
no. Es verdad que, en la primera parte de la obra, me dejo llevar
por confidencias personales al evocar acontecimientos que he vi-
vido en los años cuarenta -cuando dirigía en Toulouse la Resis-
tencia militar- de los que jamás había hablado hasta este mo-
mento. Pero los hechos que menciono son muy pequeños para
despertar interés por sí mismos y, si los detallo, es sólo como
punto de partida de una reflexión general que sobrepasa larga-
mente a mi persona.
¿Por qué recuerdo hoy esos detalles? ¿Por qué vuelvo sobre
ellos ahora, si desde hace tiempo estaban ocultos en el fondo del
olvido? El azar ha intervenido. Al esforzarme en poner un poco
de orden en la acumulación caótica de mis papeles y de mis libros,
me encontré con dos cartas que creía perdidas porque databan de
un período en el que, por precaución, no conservaba ningún es-
crito. Poco tiempo después de este descubrimiento, concurrí a un
seminario en la École des Hautes Études en Sciences Sociales para

1 Jean-Pierre Vernant, Entre mythe et politique, París, Seuil, 1996, p. 7 [trad.


esp.: Entre mito y política, México, Fondo de Cultura Económica, 2002].

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12 ATRAVESAR FRONTERAS PRÓLOGO 13

responder a las preguntas que deseaban formularme dos historia- este libro continúan interpelándome, es porque se hacen eco, en
dores actuales, Pierre Laborie y Laurent Douzou, sobre mis años de mi interrogación actual, mezclando sus voces sin confundirse.
guerra y de Resistencia. Como si, en mi persona, tres capas sedimentarias diferentes
Me dirigía hacia allí sin mucha inquietud, con las manos en los -la Antigüedad, el curso de mi vida, el ahora de mi pensamiento-,
bolsillos, pero con los dos documentos recuperados por si hacían cada una con su propia forma de temporalidad, entraran en reso-
falta. Laborie y Douzou me interrogaron sin cumplidos, y para sa- nancia en el momento de responder a las preguntas difíciles que se
tisfacer su curiosidad legítima de historiadores era necesario que me formulaban. Fronteras entre pasado y presente, entre diferen-
me dispusiera a reflexionar, de un modo distinto a como lo había tes pasados, entre la objetividad distante del erudito y el compro-
hecho hasta entonces, sobre mi experiencia de juventud y sobre la miso apasionado del militante; distancia, en fin, en cada uno de
mirada que hoy tengo sobre los inicios y el curso de mi vida. nosotros, entre sus recuerdos y su propia presencia.
¿Cuál era, al margen y más allá de sus aspectos subjetivos, el Esa confrontación, que en un principio se apoyaba sobre el
verdadero objeto de ese interrogatorio? Sin ninguna duda, apun- recuerdo de lo que había vivido durante mi rechazo al régimen
taba a los vínculos del pasado y del presente, a las fronteras que de Vichy y bajo la ocupación alemana, no podía dejar de desem-
los separan, a los modos de atravesar esos límites sin borrarlos, bocar en los problemas de la memoria y, en particular, en las difi-
sin falsearlos. El problema se planteaba en varios niveles. Sobre cultades que enfrenta el historiador para hablar de esos años ne-
el abordaje inicial de mi trabajo, el interrogatorio concernía a la gros, de esos años que ciertamente transcurrieron pero que no
Antigüedad, a la civilización helénica, al hombre griego antiguo. han pasado, que siguen estando muy presentes en los recuerdos
¿Existe un lazo -se me preguntó- entre su lectura de la epopeya y cuyos desafíos todavía son demasiado actuales en la vida colec-
homérica y su acción en la Resistencia militar, con los riesgos que tiva como para tratarlos con el desapego y la distancia propias de
ésta comportaba? Ya me habían formulado esa pregunta en un lo que es totalmente pasado. ¿Testimonio de sobrevivientes que
debate con Francois Hartog. De golpe me había sorprendido e in- cuentan eso de lo que guardan memoria? ¿Documentos escritos?
cluso, creo, escandalizado un poco, en la medida en que me pare- ¿Archivos? ¿Sobre qué apoyarse? ¿En quiénes? ¿De quién fiarse?
cía incongruente amalgamar eso que no competía, en principio, Era el momento de exhumar mis dos cartas, de enlazar el relato
más que a la ciencia pura y los azares de la acción, a merced de de la fabricación de un documento a la vez auténtico y falso, para
las circunstancias. Pero, al reflexionar, esos lazos se presentaron mostrar que, de la misma manera que el recuerdo de testigos, un
de manera muy clara; lazos urdidos entre mi interpretación del documento no prueba nada en tanto no haya sido sometido a una
mundo de los héroes homéricos y mi experiencia de vida apare- crítica sistemática. Como el acto de la memoria, el documento es
cieron ante mí como un tejido invisible de correspondencias, una construcción humana de la que es preciso dilucidar el condi-
orientando mi lectura "erudita" y privilegiando en el texto ciertos cionamiento social y psicológico para extraer sus significados, a
rasgos: la vida breve, el ideal heroico, la bella muerte, el ultraje del menudo múltiples.
cadáver, el verdadero honor más allá de los honores, la gloria im- Era también el momento de evocar el "caso Aubrac", que ha
perecedera, la memoria del canto poético, entre otros tantos temas constituido, tanto en el debate de los historiadores entre sí como
que he puesto en primer plano. Si los temas de un pasado antiguo en la confrontación entre resistentes e historiadores, un punto de
de casi tres mil años documentado en textos, de un pasado muy no retorno que evidencia el abismo que separa la investigación
reciente todavía vivo en mis recuerdos y del hoy en que escribo del erudito y la puesta en escena del periodismo.
14 ATRAVESAR FRONTERAS PRÓLOGO 15

Embarcado en esa vía, me fue preciso hurgar en mi pasado, mentario a las páginas de mi maestro Ignace Meyerson sobre "la
en lo que concierne a los problemas de la memoria, y recordar bre- historia de la voluntad", y algunos ensayos en los que explico mi
vemente lo que traté en un estudio más completo, que se encuen- situación casi siempre entre dos dominios opuestos, ocupado en
tra en la segunda parte de este volumen, junto a otro texto donde abrir una vía de pasaje entre ambos: pasado y presente, mito y ra-
desarrollo más largamente mi análisis sobre la Ilíada. zón, mundo arcaico y ciudad, uno mismo y el otro. Los títulos de
La memoria, según mi parecer, no es una ni es constante. Son los textos -"Entre exotismo y familiaridad", "Pensar la diferen-
múltiples las operaciones mentales que nos permiten traer a la cia", "Nacimiento de lo político"- dicen claramente que en todos
conciencia un objeto de pensamiento que no está presente, que no los casos se trata de atravesar fronteras, no para borrarlas sino
es percibido por nuestros sentidos sino reconstruido por el espíritu para deducir más claramente, mediante la comparación, los ras-
como representación de una ausencia. Esas operaciones muchas gos característicos de eso mismo que las separa.
veces utilizan procedimientos adquiridos mediante un aprendizaje Otros escritos más breves, más circunstanciales, ilustran mi
difícil, y que han variado según los momentos y las civilizaciones. recorrido: pasaje de un espacio urbano a otro; lazos sucesivos con
Desde la memoria divinizada de los griegos de la época arcaica, Checoslovaquia, desde Múnich hasta la instalación del régimen
esta mnemosyne omnisciente que inspiraba al poeta épico y le con- comunista y al apoyo activo a la disidencia por la fundación, junto
fería, junto con el don de la videncia, la capacidad de conocer y de con [acques Derrida, de la asociación [an-Hus: cruce de la Rue des
cantar "todo lo que ha sido", de narrar, como era costumbre ha- Écoles para pasar de Hautes Études al College de France o, para
cerlo, el tiempo remoto, el pasado de héroes legendarios, hasta terminar, bajo el título" Atravesar un puente", un texto que el
nuestra memoria actual, o, mejor dicho, nuestras múltiples formas Consejo de Europa me había encargado para representar a Francia
de rememoración, existen cambios, rupturas, abandonos, trans- y que figura junto a los de otras naciones sobre una de las estelas
formaciones profundas. Para esquematizar el estado actual de las que jalonan el puente de Europa que une, a través del Rin, las ri-
actividades que englobamos bajo el rótulo memoria, es preciso es- beras francesa y alemana.
tablecer la distinción entre la memoria individual, con los recuer- Pero, antes de cerrar este prólogo, una última palabra. Es razo-
dos de cada uno; la memoria colectiva, aquella de grupos sociales nable decir: hay un tiempo para hablar, para escribir, y un tiempo
que se fabrican un pasado común para enraizar allí su presente; y para callarse. Que el lector me perdone el haberlos mezclado y
la de los historiadores, para quienes el pasado, desde el surgimien- confundido, una vez más, en este libro donde, imprudentemente,
to de su disciplina, por el solo hecho de que ha tenido lugar, ad- me sucede borrar las fronteras entre las edades de la vida.
quiere el estatus de un objetode investigación científicay revela en
su mismo ser el establecimiento controlado de la verdad. Estas tres
formas de memoria, al margen de sus diferencias, tienen en común
el ser reconstrucciones, más o menos laboriosas, del pasado, y no
su aprehensión directa e inmediata.
Por otro lado, he incluido en este volumen los textos sobre "la
muerte heroica" y sobre "la historia de la memoria", que comple-
tan de manera directa las palabras demasiado rápidas y dema-
siado personales de la primera parte, al mismo tiempo que un co-
UN TIEMPO REBELDE
ESCRIBí TEXTOS SOBRELAMUERTE HEROICA, sobre la "bella muerte", es
decir, sobre la concepción que los griegos tenían acerca de la muer-
te cuando, según la Ilíada y la Odisea, en especial la Iliada, se valían
de esos cantos poéticos para dar un rostro a eso que no lo tenía y
que no podría afrontarse sin perder el propio y desaparecer para
siempre en lo invisible. La muerte ocupaba un lugar particular en
su sistema de pensamiento, en sus emociones, en el sentido confe-
rido a la vida. Cuando redacté el artículo titulado "La bella
muerte y el cadáver ultrajado",' partí de una reflexión sobre una
práctica no ritual sino, por el contrario, escandalosa: el ultraje de
los cadáveres. ¿Por qué, después de su victoria sobre Héctor,
Aquiles no se contenta con lo acontecido, con la muerte de su ad-
versario, sino que se ensaña con su cadáver? Lo ata detrás de su
carro, lo arrastra por el polvo hasta dejarlo irreconocible. Aquiles
pretende destruir para siempre eso que, en el cuerpo de su ene-
migo, testimoniaba su valor guerrero: juventud, belleza, vigor,
agilidad, rapidez. Son precisamente esos valores, cuyo fulgor bri-
lla a los ojos de todos en el cuerpo del combatiente heroico, los
que él intenta hacer desaparecer. No le bastó con matar a su ad-
versario; lo esencial es infligir a sus despojos una serie tal de ultra-
jes que 10 desfiguren y hagan que no se parezca a nada. ¿De qué
modo? Arrancándole la piel, cortándole la cabeza y los miembros,
dejando que su cadáver se pudra al sol, entregándolo como ali-
mento a las bestias salvajes, a los pájaros del cielo, a los peces del
río. Destruir en el hombre lo que hoy un filósofo llamaría su ser
espiritual. Eso que llamo su ser social, su condición de héroe.

1 [ean-Pierre Vernant, "La belle mort et le cadavre outragé" [1982], repro-


ducido en l/Indioidu, la Mort, l'Amour. Soi-méme et l'autre en Gréceancienne,
París, Gallimard, 1989, pp. 41-79 [trad. esp.: El individuo, la muerte, el amor. Sí
mismo y el otro en la antigua Grecia,Barcelona, Paidós, 2001].

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20 ATRAVESAR FRONTERAS UN TIEMPO REBELDE 21

De ahí partí para intentar comprender el significado de esta ventud, sin que conozca la decrepitud de la edad que amenaza a
voluntad de destruir en el enemigo la individualidad de sus rasgos' cada uno de nosotros. Es tan natural ver que el propio cuerpo, la
y, al mismo tiempo, toda huella de humanidad. Era preciso deshu- identidad, la persona se degradan en el curso de los años; es como
manizarlo, llevarlo al caos, a la nada. El ultraje permitía tomar con- si nuestro destino de mortales nos llevara a experimentar poco a
ciencia, por contraste, de lo que era la muerte del guerrero en el es- poco lo que, en el campo de batalla, el ultraje realiza de golpe de
plendor de su belleza juvenil. Aquello que, de golpe, situaba en su manera radical.
iluminación exacta el ideal heroico. Volvamos a Aquiles. Se le impu-
so una elección, como punto de partida, entre dos formas de vida. O
bien una vida honrosa, apacible, un buen casamiento, envejecer LA RESISTENCIA
entre sus hijos y nietos, y morir en su cama al término de su edad:
la larga vida. Y después: nada. No dejar ningún recuerdo. Como si No hace mucho tiempo, Francois Hartog me preguntó si, al escri-
jamás hubiese existido. O bien, por el contrario, la otra opción: la bir sobre la "bella muerte", no tenía por detrás el recuerdo de mi
vida breve, la vida totalmente truncada cuando está en la flor de su experiencia en la Resistencia. Debí demorarme un poco en res-
areté, de su valor, de su belleza, de su juventud. Elegir la vida breve ponderle, y luego me di cuenta de que tenía razón. Simplemente,
es aceptar poner en juego sin cesar en el campo de batalla su psyché, yo no lo sabía. Fue preciso encarar la complejidad y la ambigüe-
su soplo vital. Se vive continuamente bajo la modalidad del todo o dad de los vínculos entre un trabajo de investigación científica
nada. Tener todo significa haber ganado el acceso a la inmortali- -que tiene su campo, sus reglas, sus lecturas obligatorias- y una
dad, seguir estando presente en la vida de todos los hombres futu- experiencia personal de vida. Cuando se está sumergido en el tra-
ros de la misma manera que entre sus contemporáneos. bajo, se piensa que hay, por un lado, el sí mismo, el sujeto, y en-
En una sociedad del cara a cara, lo que cuenta no es ni la inte- frente, los textos. Lo que se olvida es que lo que llamo el "sí
rioridad de cada uno ni sus estados de ánimo, sino lo que se ve de mismo" no es irrelevante.
él, el modo de aparecer que su presencia revela frente a los demás. Cuando lee un anciano que siempre ha vivido de manera apa-
Para los griegos, la única manera de escapar de la anonadación es, cible al amparo de bibliotecas, entre el olor de viejos libros, no
justamente, haber llegado a ser para siempre objeto de lo que ellos tiene el mismo "yo" que un hombre que en su juventud ha pasado
llaman kleos áphthíton: la "gloria imperecedera". Me parecía que cuatro años en la Resistencia. ¿Dónde está el vínculo? ¿Por qué le
esos dos aspectos -bella muerte, ultraje del cadáver- eran absolu- he dado tanta importancia a la indicación de Hartog? Aún hoy me
tamente solidarios y reflejaban una misma actitud respecto de la lo pregunto. Cuando leía la Ilíada, ¿qué es lo que tenía en la cabeza,
vida, de la identidad, de eso que hoy se llamaría la "persona". Me por detrás de mi cabeza? Muchas cosas, sin duda. En primer lugar
ha servido de mucha ayuda el trabajo que Nicole Loraux llevaba a tenía, en efecto, la juventud. Hay personas que murieron en la Re-
cabo en la misma época sobre el elogio fúnebre en Atenas? y sobre sistencia, que murieron en la guerra. y la guerra, para mí, era la
lo que los propios griegos llamaban kalós thánatos, la "bella Resistencia. Eran jóvenes. y cuando se sale de ella, hay siempre un
muerte": la de un hombre mientras conserva su belleza y su ju- sentimiento de culpabilidad: la culpa de estar todavía allí. En 1940,
yo tenía 26 años. Muchos de los que había conocido entonces te-
2 Véase Nicole Loraux, L'Invention d'Athénes. Histoire de l'oraison funébre nían esa edad e incluso menos. Algunos no tenían más que 17años,
dans la cité classique [1981], París, Payot, 1993. antiguos alumnos, que murieron fusilados, masacrados. Uno se
22 ATRAVESAR FRONTERAS UN TIEMPO REBELDE 23

siente culpable: "¿Qué he hecho mal para haberme escapado? y los Una cierta concepción del valor
que han caído, ¿por qué?".
Aquiles se dirige a Agamenón en la contienda que los enfrenta. Esta ideología de la muerte heroica y del ultraje al cadáver revela
Agamenón es el rey de reyes, el mayor rey de todos. Cuando le una cierta concepción del valor. También aquí estoy obligado a
arrebata a Briseida, esa joven con la que Aquiles está vinculado, que decir que, sin formular las cosas de esta manera, he vivido en los
le ha sido entregada como prenda de honor en reconocimiento por años cuarenta una experiencia análoga en ciertos aspectos. Se ha-
su valor excepcional, es la dimensión heroica del hijo de Peleo la cía frente a una situación que a nuestros ojos excluía todo término
que está herida. ¿Qué replica al rey el combatiente modelo? Aunque medio, toda escapatoria. Era el todo o nada. Nada de acuerdo, de
seas rey, quizá no sepas lo que es arriesgar la vida a todo o nada de cosas a medias, de doble juego. De golpe, sin tener ni siquiera el
manera permanente, en el enfrentamiento cuerpo a cuerpo, en pri- sentimiento de hacer una elección, uno se encontraba lanzado a la
mera línea. Aquí interviene algo más: cierta filosofía de la existen- primera fila. ,
cia. En los reproches que le dirige a Agamenón, Aquiles le dice que En el curso de los acontecimientos, en lo cotidiano del mundo,
es bueno ser el soberano, pero que él no sabe lo que es salir de las fi- entra en juego cualquier cosa que se impone y nos supera. Y el
las para lanzarse, atacar, arriesgar todo en cada oportunidad, su sentido de la vida no puede existir más que en la medida en que
vida, su existencia, a sí mismo. Uno encuentra una indicación aná- hay cosas que nos sobrepasan; tal vez éstas sean ilusorias, pero no
loga en otro pasaje de la lliada, cuando Sarpedón declara que hay discuto sobre ello. Al volver sobre el que fue mi camino, intento
dos clases de bienes. Por un lado, el ganado, poco o mucho, las mu- comprender el momento en que, el rostro volcado sobre mis tex-
jeres, los esclavos, los trípodes, las tierras fértiles; todo eso se puede tos, reflexiono sobre la vejación de los cadáveres y la bella muerte;
tener, se puede tomar, recuperar después de haberlo perdido. Son intento descubrir, en realidad, si abro ese camino, si intento reve-
bienes de nuestro mundo, valores mundanos que se ganan o se larlo, cómo expresarlo con la mayor claridad posible; eso es, a la
pierden, que se intercambian. Hay un solo valor que no se inter- luz de los textos, con la presencia de los jóvenes que había visto
cambia: la propia vida. La vida del joven combatiente que padece caer, y el sentimiento de que no hay ninguna razón para que yo
en la primera fila. Cuando la psyché, la vida, ha traspuesto la barrera todavía esté vivo.
de los dientes, no retoma jamás. Más atrás todavía, hay momentos en que no se comprende
En la conciencia heroica, para que la vida merezca ser vivida, que la vida no es ella misma si algo no sobrepasa eso que se llama
es preciso situarla en un plano diferente al de los valores munda- simplemente vivir. Reflexiono sobre esto porque las cosas se sos-
nos, mirar más allá de todas esas utilidades fluctuantes. Uno di- tienen, se tejen en conjunto. Cuando se habla de la vejación de los
ría hoy -pero no en los términos en que pensaban los griegos- cadáveres, el tema de la tortura surge igualmente en un segundo
que el desdén apunta a los valores de mercado que se intercam- plano. La cuestión de la tortura se consideraba durante la Ocup~-
bian, que se mide más o menos en dinero. Ese más allá, que no se ción, y, muy ingenuamente, yo pensaba que se trataba de una acti-
compra, que está completamente aparte, es su propia vida. Yes esta tud típicamente nazi de no querer contentarse con matar a los ju-
vida la que da su dimensión heroica a la existencia, la que hace díos o a los resistentes sino desear destruir en ellos todo lo que era
que tenga más valor vivir poco y caer en pleno combate que vivir humano. En la ideología racista uno encuentra esta voluntad de
por mucho tiempo y morir en su cama sin elevarse más alto que deshumanizar radicalmente al que es otro. De la misma manera
lo ordinario. que la vida no puede ser ella misma si no hay algo que la sobre-
UN TIEMPO REBELDE 25
24 ATRAVESAR FRONTERAS

pase, la hostilidad, la brutalidad y la violencia del racismo se ejer- En cierto modo, también Aquiles ha tenido este pensamiento.
cen con la idea de rebajar al otro más allá de lo que es natural- Él lo sabía. Sabía que su vida sería breve, pero ignoraba en qué
mente, de ponerlo debajo de lo humano en tanto que, de la otra momento cesaría. Y, además, no podía saberlo. Las cosas nunca
parte, se intenta ubicarlo por encima. son tan simples .
Puedo ver claramente cómo mi trabajo científico ha sido orde- .Cómo señalar los lazos entre dos dominios tan diferentes:
¿ .
nado por lo que he vivido durante esos años difíciles. Pero tam- la interpretación de textos muy antiguos y el comprom1so con
bién puede seguirse un camino inverso. En la medida en que he los combates del presente? ¿En qué se vinculan el helenista de
dejado de ser un actor de la historia -esta expresión me deja escép- hoy y ese joven profesor que asumió la dirección del Ejército Se-
tico-, y puesto que me he convertido en un antropólogo de la Gre- creto en la región tolosana desde su creación, en noviembre de
cia antigua, mi mirada ha cambiado. Si simplemente hubiera in- 1942? Por último, las cosas se pusieron verdaderamente difíciles:
gresado en la Resistencia sin estudiar luego sobre Grecia, no vería uno se preguntaba a cada paso que hacía si ése no era el últim~.
en mi rol, en mi acción, en mi compromiso de resistente lo que veo Jamás avanzábamos por una calle sin la inquietud de descubrir
allí como historiador ahora que reflexiono sobre lo que los mismos si el enemigo estaba detrás de nosotros. Los tres últimos meses
griegos contaban en la Ilíada. Había continuas idas y venidas, du- fueron terribles. Una terrible prueba psicológica. Al mismo tiem-
das, de las que no era consciente al principio. Más tarde, al refle- po, uno está comprometido con los compañeros, en los prepar~-
xionar y analizarme a mí mismo como intento analizar los textos o tivos de golpes, en la puesta en marcha de acciones, en el seguí-
este período de la Resistencia, percibo toda una serie de relaciones miento de los hechos, en la huida, en cómo salvarse algunas
i que antes se me habían escapado. veces. Ése es otro dominio, con proyectos, planes, un futuro por
Cuando se está en la acción, en la batalla, se sabe que la muerte construir. Ese tiempo tiene otra coloración distinta de la que a
está allí, pero se piensa en ella lo menos posible. Uno se las arregla posteriori intenté hacer comprender al decir que había ilu~i-
para que no aparezca en el primer plano de su conciencia de com- nado por debajo mi lectura. Pero, de igual modo, esta pequena
batiente. Quizá ésta es una de las razones de mi sentimiento de cul- luz parpadeaba por debajo.
pabilidad. Como muchos otros, siempre tuve tendencia a pensar
que me libraría de ella. Algunos, quizá, veían las cosas de manera
diferente; pero no lo creo. Cada uno de nosotros sabía que la "Mi" Francia
muerte estaba allí, que podía sorprendemos, pero íbamos hasta allí
y, con un poco de suerte, la esquivaríamos. Yodiscutía con los com- ¿Por qué los griegos? Porque había recorrido Grecia a pie en 1935.
pañeros tolosanos. Bromeábamos, pero cada uno la tenía en la ca- Había descubierto lo magnífico que era ese país. En nuestras pere-
beza. En este punto, para algunos, la creencia no influía. La culpabi- grinaciones a través del campo, nosotros -cuatro jóvenes alegre~,
lidad de la que hablo proviene también del hecho de que, durante con pantalones cortos y mochila- fuimos recibidos por campes~-
todo ese tiempo, cada uno se decía: "Vaya librarme de ella". Este nos. Nos recibían como si el extranjero que llegaba a su casa les hi-
pensamiento nos ha ayudado a vivir y a combatir, a afrontar la ciera el más grande de los honores. Cuando llegábamos a las pla-
muerte algunas veces. No obstante, uno siente vergüenza de haber zas de los pueblos donde estaban las cafeterías, había disputa por
ter:udoese pensamiento cuando repara en todos los que allí queda- saber quién nos llevaría a su casa. Todas las pe~sonalidades de
ron; sin embargo, no se podía pensar de otra manera. esas pequeñas poblaciones querían invitarnos. Eramos cuatro y

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26 ATRAVESAR FRONTERAS UN TIEMPO REBELDE 27

nos separábamos para que todo el mundo estuviera contento. Re- pensamiento griego en ruso, pero, por razones puramente políticas,
cibir al huésped extranjero, más que UR deber, parecía una suerte, fue preciso esperar un poco para que se realizara la traducción. La
un favor divino que no se dejaba pasar. orientación del libro era racionalista e intentaba demostrar que
¿Por qué los griegos? Hay mucho de azar, también. Cuando in- la razón griega no es la del siglo xx. La razón del siglo xx ha sido
gresé en el Centre national de la recherche scientifique, en 1948, elaborada haciendo estallar la razón griega, aristotélica, identita-
planeaba una tesis de doctorado en filosofía.Al margen de una pe- ria. La razón es mucho más viva cuando se cuestiona a sí misma
queña tesis sobre la noción de trabajo en Platón, proyectaba una en todo momento.
gran tesis, que jamás hice, sobre la categoría de valor. Quería de- Así como YvesBonnefoy habla de un "país subyacente", pre-
sarrollar esta noción de manera filosófica, económica, estética, sente en el seno mismo de los paisajes del mundo en que vivimos,
ética.Teníala intención de ampliar el campo de la mirada marxista. he señalado que, para aquellos que se comprometían a fondo, había
El azar fue que, ese mismo año, Louis Cernet llegaba de Argelia a en la vida otra subyacente o algo por encima de la vida que daba
París. Ignace Meyerson me llevó hasta él, yeso fue el golpe de un sentido a sus compromisos. Ciertamente, un.fondo de valores so-
rayo. Cernet cambió totalmente mi manera de ver y de pensar. cialesy políticos comunes consolidaba nuestra solidaridad de com-
En lo que concierne al modelo de la ciudad democrática, es bate. Reinaba la amistad entre los grupos que constituíamos enton-
mucho más estrecho el vínculo entre mi investigación sobre el pa- ces. Pienso en los albergues de jóvenes, en mis compañeros, en mis
sado griego y mis compromisos en el presente. Cuando escribí Los compañeras, en eso que alguna vez he llamado "mi" Francia. Un
orígenes del pensamiento griego,3 o cuando di una conferencia en la otro yo que tenía otra Francia. Pero existía la Francia, que se en-
Union rationaliste sobre "Razón de ayer y razón de hoy".' estaba cuentra, en efecto, en un plano horizontal. ¿Cómo comprender ese
completamente claro para mí que esos análisis apuntaban a dar problema de horizontalidad y de verticalidad en nuestra referencia
vuelta el dogmatismo y el modo de pensamiento que entonces rei- a los valores? También aquí estamos obligados a ahondar un poco
naba en el Partido Comunista. Se trataba de demostrar que no más. Es el problema del hombre y de la existenciahumana.
puede haber verdad en ningún dominio si no hay un debate públi- Somos animales. Nacemos, crecemos, morimos, nos reprodu-
co contradictorio, si la discusión no es enteramente libre y abierta. cimos: ése es el reino animal. Y, sin embargo, como decía mi
Cualesquiera sean los grupos humanos, los Estados, las na- maestro Meyerson, existe un nivel de lo humano, y ese nivel no
ciones, los partidos, consideran que hay preguntas que no deben es idéntico al del animal. Eso quiere decir que la evolución y la
formularse o que la verdad está ya establecida; secretan el pensa- historia hacen que surja del seno mismo de la animalidad algo
miento religioso por todos los poros y, por consiguiente, quedan que la animalidad no incluye. El aprendizaje del lenguaje, las ins-
afuera del denominado marxismo. Sobre ese punto, no hay nin- tituciones sociales, la religión, el arte, la ciencia, el saber, la filoso-
guna duda. En los años sesenta, se intentó publicar Los orígenes del fía, etc. Uno ve allí el ejercicio de una capacidad de los hombres
de volver presente lo que no está, de representar la ausencia bajo
3 [ean-Pierre Vernant, Les Origines de la pensée grecque, París, PUF, 1962 [trad. todas sus formas para fabricar con ellas objetos de pensamiento:
esp.: Los orígenes del pensamiento griego, Barcelona, Paidós, 2007]. la imagen, todas las nociones, la memoria, el recuerdo. Nuestro
4 [ean-Pierre Vernant, "Raison d'hier et d'aujourd'hui", en Cahiers rationa-
listes, núm. 235, febrero de 1966; reproducido en Entre mythe et politique, París, pensamiento es siempre simbólico. Opera sobre signos mediado-
Seuil, 1996, p. 229-236 [trad. esp.: Entre mito y política, México, Fondo de Cul- res. Extraordinaria capacidad mental de construir o de recons-
tura Económica, 2002]. truir cualquier cosa que no está y de hacerla presente en la con-
28 A1RA VESAR FRONTERAS UN TIEMPO REBELDE 29

ciencia bajo una forma diferente a la del objeto exterior en su pro- las Luces hasta las tradiciones laicas y socializantes de mi infan-
pia realidad. Como dicen los psicólogos, nadie confunde una cia, pero también a una aproximación marxista y crítica, declaro
imagen con aquello de lo que es imagen. La imagen de un reloj y sostengo que esas circunstancias nos permitían comprender lo
no tiene sonido. Entre la imagen y la percepción, hay un abismo. que otros no comprendían.
Ésa es una característica humana; lo que no impide, al mismo Cuando reflexiono sobre mi actitud en esos años, observo que,
tiempo, que seamos animales. curiosamente, la ceguera puede dar lugar a la lucidez y, a veces,
permitir el acceso a ella. Creo que tenía cierta lucidez frente a lo
que pasaba en Italia, en Alemania, en España. Lucidez con rela-
CEGUERA y LUCIDEZ ción a la política francesa que me ha hecho desear, en el momento
de Múnich, que se levantara una firme barrera contra el nazismo.
No estoy arrepentido de haber sido comunista entre los años 1932 Lucidez que me ha permitido poner rápidamente en su sitio a ese
y 1939.En ese año, en el momento de la paz germano-soviética, viejo mariscal de Francia, con su quepis y sus ojos azules, que re-
comencé a lamentarlo. En 1940,fui francamente anticomunista. presentaba todo aquello que detestaba: la xenofobia, el antisemi-
Cuando me topaba con comunistas, el combate se tomaba áspero. tismo, la reacción. Para mí, Pétain era la suma de todo lo que ha-
Pero hasta 1939había sido comunista, incluso cuando, al formar bía combatido hasta entonces. No ha habido un segundo de duda.
parte del ejército desde 1937,ya no pertenecía al Partido. Al pen- Yohabía vivido en 1936la experiencia del Frente Popular y la
sar hoy en aquello, acepto las numerosas ilusiones que tenía y los conmoción que él había representado en todo el país. Los obreros
errores intelectuales que cometí. Me imaginaba que la época salían de las rutas de vacaciones. Hubo una serie de cosas maravi-
apuntaba hacia un progreso de la ciencia y del saber, de la armo- llosas. En 1940,todo eso se desplomó. No se trataba sólo del Ejér-
nía entre los pueblos. Pensaba que las ideas religiosas y reacciona- cito francés, ni tampoco de toda la población del este y del norte,
rias estaban condenadas a debilitarse con motivo del desenvolvi- que se lanzó al éxodo, sino de mi país, "mi" Francia, que se despe-
miento técnico y científico; que las barreras entre los pueblos, las ñaba y volaba en pedazos con ese hombre que se ponía al servicio
fronteras, eran desmentidas en cierta medida por todo lo que se de la Alemania nazi fingiendo ser un patriota, que hacía tocar
hacía en materia de intercambio económico e intelectual. Era un marchas militares, que buscaba la bendición de la Iglesia católica
pensamiento totalmente ingenuo y erróneo. Yano pienso más que para establecer leyes antisemitas y suprimía toda forma de vida
la época esté orientada hacia el progreso. democrática. La ceguera me daba una lucidez muy grande.
¿Estaba completamente equivocado con respecto a la Unión Se me dirá que en ese momento yo no era más comunista. Es
Soviética? No totalmente. Tenía mis reservas, porque había es- verdad, no era más miembro del Partido. Pero permanecía vincu-
tado allí en 1934.Había visto que en ese país el tema no era fácil. lado a una visión marxista de la historia que en muchos sentidos
Pero, justamente, me decía que, como no era fácil, no se podía dar era falsa. La concepción de la evolución social,por ejemplo, con el
una opinión definitiva. Pensaba que un pequeño burgués francés número de proletarios que debía ir en aumento, fue totalmente
como yo, racionalista, no podía comprender todo lo que allí pa- desmentida, al igual que muchos otros hechos. No podía imagi-
saba. Dicho esto, en la medida en que todos esos errores, esas in- nar que habría energía atómica. No estábamos en la época de esta
genuidades, esas ilusiones, esas falsas direcciones estaban liga- fuente de energía, de la televisión, de Internet, sino en la de la má-
das a ciertos rasgos de la sociedad francesa, desde la filosofía de quina a vapor, la electricidad, el teléfono. Sin embargo, incluso di-
30 ATRAVESAR FRONTERAS UN TIEMPO REBELDE 31

ciendo esto: según una persona crítica respecto de Marx, pienso miento histórico forma parte de un todo cuya significación no
como marxIsta. Se trata de una manera marxista de reflexionar: puede deducirse si no se tiene en cuenta lo que los actores huma-
sabe: que, para comprender la dinámica de una sociedad, deben nos tenían en mente cuando intervenían para hacer y, al mismo
consId~rarse todos los niveles de lo real; en particular, lo que se tiempo, experimentar la historia: sus objetivos, sus esperanzas,
denomma el aspecto material de la vida social, las técnicas, las sus ilusiones, sus errores de interpretación. En ese sentido, el tes-
formas de energía, lo económico. timonio de los actores -íncluso sus distorsiones y a veces gracias
a esas distorsiones- aporta al historiador una dimensión que, si
se descarta, dificulta la aprehensión de las cosas. Llega siempre
El acontecimiento forma un bloque el momento en que, para comprender, debe ponerse en la piel de
aquellos para quienes el desarrollo de los acontecimientos no ha
~os vín~ulos entre los historiadores de un período y quienes han sido parte de la historia, sino de lo dramático cotidiano. No se
sido testígos o actores no siempre son fáciles. Me acuerdo de un co- puede aislar el acontecimiento de su contexto y de los actores que
loquio, en Toulouse, sobre la historia de la Resistencia en el su- lo han vivido. El acontecimiento forma un bloque.
roe~te..Allí se conf~ontaron personas que habían jugado un rol pro- Eso es lo que intenté explicar cuando trabajé sobre la memoria.
tagomco en esta historia y ciertos historiadores especializados que Existen las memorias individuales de los actores y existe la memo-
prese~taban las conclusiones de sus investigaciones respecto de ria social: como un grupo, ya sea mediante monumentos a la me-
l~s rrusmos ac.ontecimientos. En el último encuentro, algunos re- moria o conmemoraciones, filmes, tradiciones escritas u orales, se
sIsten:es aludidos -y no los menos importantes-,·como Ravanel, conforma una memoria de lo que lo ha precedido, en otro tiempo,
Car~vIs, Benech, Nil-Duplan y otros, no ocultaban su decepción y el pasado, lejano o próximo. Esto origina memorias diferentes. Si
su ~ol.era.No se reconocían en el enfoque "histórico" de esos acon- retomamos el ejemplo de Francia, podemos encontrar allí recuer-
tecimíentos ,sobr~l~s que creían conservar un recuerdo intacto por- dos sobre Juana de Arco muy diferentes entre sí. Ni todos los gru-
que los hablan VIVIdode manera directa. Creo haberles hecho ob- pos, ni todas las corrientes de pensamiento francés, ni todas las cla-
servar que los historiadores no tienen la ambición de revivir los ses sociales tienen el mismo recuerdo de Juana de Arco. Esas
acontecimientos pasados, de resucitarlos en su carne y en su san- memorias individuales y colectivas reconstruyen el pasado. Sin em-
gre para que los :estigos se reconozcan a sí mismos y se sientan, bargo, creo que Meyerson tenía razón al señalar el giro que ha re-
otra vez, conmovidos y emocionados. Esa sería, más bien, la tarea presentado, para la situación de la memoria histórica y del pasado,
d.euna obra de arte, de una novela, de un poema o de una película la escuela historicista alemana del siglo XIX. Desde entonces, todo
cmematográfica. La historia se esfuerza por establecer los hechos acontecimiento pasado es objeto de verdad; todo lo que se ha pro-
de manera precisa y exacta y de presentarlos, tan claramente como ducido, por el sólo hecho de pertenecer a un tiempo pretérito, que
sea posible, en cuanto a su sucesión y sus condicionamientos. En la ha tenido lugar, se convierte en objeto de investigación científica.
restitución o recomposición del pasado, los historiadores trabajan Ese esta tus de verdad que los historiadores de este modo con-
con la certeza de obedecer a la exigencia de verdad, de no tener fieren al pasado se extiende incluso más allá de la historia hu-
otro criterio más que el de la búsqueda de 10 verdadero. mana. Se produce así una historia de la Tierra, una historia de los
Pero ¿c~~o expresar, por medio de un relato o de cualquier continentes, de la constitución del cosmos a partir de lo que se de-
otro procedimienm textual, "lo que realmente pasó"? El acontecí- nominó el bíg bang, una historia de las especies animales antes
32 ATRAVESAR FRONTERAS UN TIEMPO REBELDE 33

de la aparición del hombre. Por lo tanto, en principio tenemos, en reconstitución, y que la memoria individual reconstruye sin cesar
el historiador, la voluntad de conferir al pasado como talla consis- sus recuerdos. Ciertamente, la memoria colectiva los fabrica y _los
tencia de un puro objeto de análisis científico y la convicción de modifica. y la memoria del historiador no actúa de manera dife-
no tener otro objetivo más que la investigación de la verdad. rente aun cuando esta reconstrucción no tiene la misma finalidad,
Pero ¿en qué consiste la verdad de un acontecimiento histó- él que está sometida a las reglas de su disciplina científica.Pienso
rico? Los historiadores se interrogan y discuten sobre ese punto. y . l· 1
también que existe una historia de la memoria. A Igua que mu-
A veces, ponen en duda que pueda establecerse. Pero un aspecto chas actividades mentales o funciones psicológicas del hombre, la
está garantizado: la memoria histórica, contrariamente a la me- memoria no es inmutable.
moria individual y a la memoria colectiva, se sitúa bajo el signo Hay, pues, una historia de la memoria. Pero, más allá de que
de la verdad. ésta sea individual, social o histórica, siempre es una construc-
Con respecto a esto, pienso en el trabajo de Paul Ricoeur,que ción compleja, y no una coincidencia inmediata con un pasado
muestra muy bien cómo la memoria histórica está ligada a las for-
concluido.
mas de narración. Él está convencido -yen eso sigue a Bergson-
de que hay dos formas de memoria. En primer lugar, lo que Berg-
son llamaba la memoria hábito, que está inscripta en nuestro or- Un pasado problemático
ganismo a través de un proceso repetitivo: aprendo de memoria o
aprendo a hacer un movimiento. Para Bergson, esta memoria há- Rememoración,testimonio, documentos, archivos. ¿Cómo se arti-
bito brota del cuerpo, de lo orgánico, del cerebro, de la materia. culan en el trabajo del historiador esos diversos instrumento~ de
Después, hay otra memoria, la del recuerdo que conservamos en reconstrucción del pasado? Aparte de los documentos escntos,
su unicidad, sin repetición. El recuerdo que, contrariamente al há- cuando se trata de hechos muy recientes, el análisis dispone del
bito, no está fabricado por la repetición, puesto que es su unicidad testimonio de los sobrevivientes que conservan el recuerdo de lo
lo que lo define. Es puramente espiritual. Uno encuentra eso en que pasó..La tarea del historiador, navegando entre memoria oral
Ricceur cuando se refiere a la inmediatez, de la transparencia del y archivos escritos, es confrontarlos para establecer -a falta de lo
recuerdo en la memoria individual, para decirles a los historiado- verdadero, que no siempre es posible alcanzar- al me~os lo .pro-
res que no se benefician de esta gracia divina, de este milagro. bable y lo verosímil. A propósito de Vichy y de la ResIstenCla,el
No creo en esta memoria inmediata y fuera del tiempo por su debate de los historiadores sobre esos problemas ha adquirido, en
permanencia. ¿Dónde está? ¿En el espíritu? No está en las neuro- estos últimos tiempos, un tono muy apasionado. ¿Qué crédito ha:
nas ni en el inconsciente, pero está allí. Bergson ve en ella la señal que otorgar a la memoria de las personas, a los relatos.~e los testi-
de que existe una dimensión espiritual de la existencia humana, y gos? Aun dando crédito a algunos, no pueden ser utilizados: no
esta experiencia espiritual se comprueba en la duración, que se
importa lo que digan. . . .
opone a la extensión; es en esta duración cualitativa donde resi- En cuanto a los escritos y a los documentos oficiales, ¿se
den los recuerdos. No soy neurólogo, pero sé que, en efecto, hay puede confiar plenamente en ellos? Por último, ¿de qué y de
recuerdos que a veces afloran produciéndonos ese vivo senti-
quién fiarse? .. .,
miento de inmediatez. Sin embargo, tengo tendencia a pensar que No me siento en condiciones de intervenir en una discusión
todos los recuerdos son el efecto de operaciones mentales, de una que enfrenta, a veces de manera violenta, a los especialistas. Me
34 ATRAVESAR FRONTERAS UN TIEMPO REBELDE 35

contento con aportar sobre este asunto, que concierne a los años
negros, algunas experiencias personales que implican, me parece, ~~~,
cuestiones de orden general.
Transcurría la primavera de 1944. Mayo o junio, no sabría ~~~~mf¡W(J~,~~~ ~.
decirlo con seguridad. Mayo me parece sin embargo más proba- ~~ r. 14· t~..t¡ ~J", 1#+Ú- le,. Á ~
ble porque, a partir del desembarco en Normandía, después del ~~ ~ 41¡¡,.1Ji-.,~/)'~,
6 de junio, ya no se trataba de que asegurara mi puesto en el li-
ceo Fermat de Toulouse. En esa época, todavía habitaba en la ca- a. ~ 4- ~ ntít.
#, r-.~ 'IEU1 .k ~
lle Auguste-Dide, pero allí vivía solo. Lida, mi mujer, su madre y #+14 ~ ~I ~~WUú~ J/~
Claude, nuestra pequeña hija, habían abandonado ese lugar. Las ¡. h. ~ ¡t,.. ~ I ¡ ~J,vt¡... 'f#i- #Jl.II,. ~
tres se alojaban en una casa aislada, en pleno campo, y, salvo
yo, ninguna otra persona sabía exactamente dónde las había es- ~~~ri'~ d/~ut¿_

condido. ,fu~ ~J,v~ M4-~~~


Ahora bien, una mañana, en el correo, encuentro una carta sin
Ju~~~,,_~
fecha y sin lugar de expedición cuyo texto era el siguiente:
clw~ ~:~~~ {I.~
Querido señor Vernand [sic],
~ ~ R:-~ uIt--~~!
Vengode Vichy,donde he tenido conocimientocon verdadera tris- ~ tF J,.Ú+-~ t ~ "-- t1rU<I ~ ~ f f4.
teza de que el señor Bonnard, luego de la comunicación de notas
confidenciales de los señores Bridoux y Couissin, ha resuelto te-
~~ru~~U#~~r
nerlo bajo control. Como usted sin duda ya lo sabrá, esta medida
.-t.'~~,Ji.~$"#~ F¡'U.-r~
debe ser publicada aquí al iniciarse las clases, en una fecha que la ~ .t«- vruA lI' k, l'A1U ~I J., vUJk k. ~
Jt.
Administración considere oportuna de acuerdo con los miembros ~ 4V ~ ~ ¡uL,lA,.:. f,_ ~. Ít. Iírwf¡_
. "'''''(-''',1 ~
de la Milicia y de la Legión Francesa de Combatientes especial- ~~.
mente dispuestos para el controldel personal docente: [puedan los
acontecimientos precipitarse de manera de conjurar esta sanción! ~,4~~}~R~ dt.1UU
De cualquier manera, le aseguro que vería con profundo do- ~tu~,
lor que hirieran al universitario tan distinguido y cortés que
siempre he encontrado en usted y, a la hora de vuestra exclusión
tan brutal e injustificada, le daría testimonio de toda mi estima.
Acepte, querido señor Vernand, la expresión de mis mejores
sentimientos.

[Firma ilegible]
36 ATRAVESAR FRONTERAS UN TIEMPO REBELDE 37

¿Quién me había escrito? Misterio; no logré identificar la firma. siones, no pisé más el liceo. ¡No más Vernant!Desaparecido. Sólo
Por el contrario, la advertencia me parecía clara. Al margen de un tal Berthier, que sucedió a Thierry, Tixier, Jougla, Lacomme,
"como usted sin duda ya lo sabrá", fórmula puramente retórica mis seudónimos anteriores.
que anuncia una puesta en guardia que no tendría ningún sentido Por más anecdótica que sea la historia, me parece muy sig-
si ya estuviera al corriente (¿y cómo podría haberlo estado?), nificativa. Hermano del general colaborador Eugene Bridoux
quien me escribía me prevenía: no debía esperar a que la Milicia (1888-1955),el inspector filósofo de igual nombre me conocía
viniera a buscarme a mi domicilio a anunciarme mi exclusión, bien porque había formado parte de mi tribunal de oposiciones.
cuya novedad todavía no me había sido comunicada oficialmente, En esa ocasión, él se había mostrado particularmente caluroso
para asegurarse de que no me escabulliría de allí. Tomé mi bici- conmigo. Pero eso no sólo no le impedía a este universitario, que
cleta para ir a la ciudad, llegar hasta el liceo y dict~r clase. En la
entrada, en la portería, había una pared reservada para los buzo-
nes de los profesores. Abrí el mío. Allí encontré una pequeña tar-
jeta plegada; he aquí su texto (conservo la ortografía original):"

SeñorVernan,

No soy más que un empleado, pero debo decirle la verdad que


he escuchado:no se fíedel señor Inspectorgeneral,que ha hecho
un informesobre usted, tampocodel señor Directordel Lycéede
Garcons,que lo traiciona.
Reciba,señor Vernan,mis respetablessaludos.

Pujol

Por cierto, a partir de ese momento, como se decía entonces, me


sumergí en la niebla, es decir, entré en una completa clandestini-
dad. Dejé de habitar en mi casa, dormí aquí o allá, según las oca-

• En el original francés hay varios errores ortográficos que se han perdido


en la traducción. El texto original es:
"Monsieur Vernan,
[e ne suis qu'un employé, mais je dois vous dire la véríté, l'ayant entendu:
méfié-vous de Monsieur l'Inspecteur générale, qui a fait un rapport sur vous,
ainsi que Monsieur le Proviseure du Lycée de Garcons qui vous trahit.
Recevez, Monsieur Vernan, mes respectueuse salutations.
Pujol"
UN TIEMPO REBELDE 39
38 ATRAVESAR FRONTERAS
cualidades profesionales y del excepcional coraje cívico que siem-
ocupaba un alto cargo en 1944,denunciarme en sus notas confi-
denciales al ministro Bonnard, hasta el final de la victoria ale- pre había demostrado, era promovido y subía de golpe muchos
mana, sino también correr hasta Toulouse para informar al direc- escalones en el curso de mi carrera de docente.
Consideré que la farsa era un poco burda y siniestra. Pero en-
tor de la nueva situación.
tonces debía ocuparme de otros asuntos y no tenía ganas, para ac-
¿Qué pudo transmitirle? Que se había tomado la decisión de
tuar de justiciero, de vestir el horrible hábito de denunciante. Lo
excluirme de la enseñanza, pero que por el momento yo no debía
estar al tanto. ¡Mutis!Sin que sospechara nada, la presa debía ser dejé pasar. Fue mucho más tarde, sólo algunos años después,
cuando encontré las dos cartas mientras revisaba viejos papeles.
cazada en su madriguera, en el momento deseado y por quien
correspondiera. Ese celo diligente, en la cumbre del Estado, de Por qué las había conservado, no lo sé. Lo que es seguro, en todo
caso, es que aquí están. Y que plantean una serie de cuestiones
altos personajes, del que no se sabe si es preciso imputarlo a su
espíritu de sumisión, a su cobardía o a un fanatismo compartido, que competen a la investigación histórica.
estaba contrarrestado por personas comunes, por simples indivi-
duos que actuaban por iniciativa propia, sin ninguna obligación,
El documento en cuestión
porque seguían siendo, bajo Vichyy al margen de la ocupación, se-
res humanos.
Existen dos testimonios históricos que vuelven a barajarse, un tes-
El cepo donde debía caer no había funcionado. Dos personas,
sin título, sin grado, dos cartas, como dos botellas en el mar, fueron tigo viviente que es al mismo tiempo quien interroga y que tiene
suficientes.Dos personas que no me conocían íntimamente, puesto la ventaja de no tener que buscar al culpable, sino que sólo debe
establecer y comprender los hechos tal como sucedieron. Nada
que la primera escribió mi nombre con una d, y la segunda sin t.
más simple en apariencia, pero no lo he logrado aún. Las dificul-
Si no hubieran existido, en muchos casos, esas pequeñas pie-
tades y, finalmente, el fracaso me llevaron a reflexionar sobre los
dritas imprevistas que bloqueaban la marcha de la aplanadora re-
infortunios y los deberes de la memoria histórica.
presiva de los nazis y de Vichy,lanzadas aquí y allá por simples
La reunión de Bonnard y los inspectores ciertamente tuvo lu-
personas -alguien o todo el mundo-, pienso que nosotros, los re-
sistentes, estaríamos todos muertos. gar y debía referirse, además de a mí, a otros docentes, condena-
dos como yo, y por análogas razones, a la execración.Yla decisión
Pero, en esa primavera de 1944,no estaba preparado para de-
de exclusión, aun cuando no pudo efectivizarse, ha debido dejar
jarme llevar por esa clase de reflexiones ni para interrogarme so-
un rastro en algún lugar de los archivos del Ministerio o en la aca-
bre el enigma del autor de la primera carta. Por otra parte, una
demia de Toulouse. Por eso, me dispuse a buscar esos documen-
vez terminada la guerra, cuando en 1946volví a asumir un cargo
tos con los medios adecuados, vale decir, interrogando a los histo-
de profesor de filosofía, y fui nombrado en el liceo [acques-De-
riadores, quienes, por su oficio, deben meter la nariz en los
cour de París, no me pregunté en qué había quedado esta historia
de exclusión que, entre tanto, no había tenido el menor eco. Si esta papeles administrativos de Vichy.
Nada. Ni una línea. El ministro convoca a sus inspectores ge-
exclusión hubiera sido efectiva en 1944,habría sido preciso rein-
nerales, que acuden al llamado; se enfurece y decide excluir de la
corporarme en 1946.Ahora bien, el único documento que recibí
enseñanza a algunos profesores. Los inspectores van a los diver-
fue una nota del inspector general de filosofía Bridoux, siempre
sos liceos para comunicar la noticia a los directores. Pero, más allá
en funciones y fiel al puesto, avisándome que, en razón de mis
40 ATRAVESAR FRONTERAS UN TIEMPO REBELDE 41

de mis cartas, no hay ningún texto, ni la menor palabra en los do- secreta, juega más quizá a Poncio Pilatos que a un ángel extermi-
cumentos oficiales. nador, lavándose las manos en una situación difícil. Vernant ha
¿Qué deducir de todo esto? Supuse, en primer lugar, que an- sido excluido, pero es preciso ver cómo se desarrollan los aconte-
tes de abandonar Francia en los furgones del ejército alemán en cimientos; no hay que decirle nada, eso no nos compete, estamos
retirada, Bonnard y su entorno habían pasado la noche prepa- fuera del golpe.
rando la mudanza en el Ministerio y que habían destruido in ex- Una conclusión engañosa parece imponerse entonces: en este
tremis los papeles demasiado comprometedores. Pero uno de mis estado de la investigación, no es posible decidir sobre este asunto;
cole~as ~,eHa~tes Étu~es, Marc-Olivier Baruch, me sugirió otra hay, al menos, dos interpretaciones para deducir de la existencia
exp~IcaclOn,mas plausibls en su opinión. Que el asunto haya su- de mis dos cartas y de la ausencia de todo documento oficial. Al
cedido en mayo o en junio poco importa. Durante ese período, margen de esta incertidumbre, algo es seguro según mi opinión.
to~os los cuadros del Ministerio de Educación -personal acadé- Aun cuando no desembocó en instrucciones escritas, la decisión
mICO,empleados ministeriales, administrativos, consejeros e in- de excluirme fue tomada. La noticia circuló entre el ministro, el
cluso miembros del gabinete- se convencieron de que no era el inspector Bridoux y el director del liceo.
momento de hacer escándalos y de complicar las cosas. El minis- Ya que en los archivos de Vichy no había nada que confirmase
tro puede estallar como un loco furioso y vociferar sus excomu- ese hecho, pensé que quizá tendría más suerte en mi expediente
niones. Se le permite decirlas, se 10 escucha, pero el aparato buro- administrativo personal. Allí se encuentran reunidos todos los do-
crático no se pone en marcha, y, por lo tanto, no se redacta la orden cumentos oficiales que jalonan la carrera de un docente, desde el
de e~clusión. Se lo analizará bien, hay tiempo hasta el próximo comienzo hasta su jubilación. Solicité entonces la consulta de ese
comienzo de clases. No se 10 toca. Yse deja a la Milicia y a la Legión expediente. Allí no encontré nada de 10 que buscaba, pero lo que
Francesa de Combatientes la tarea de decidir las modalidades y no buscaba me reservó tales sorpresas que la confianza demasiado
la fecha de la ejecución. ingenua que otorgaba a los documentos como tales se quebró.
Pero, si no fue necesario destruir los documentos que ratifica- Abro mi expediente, muy voluminoso, y constato, estupe-
ban esta decisión, ya que jamás existieron, cómo fue entonces mi facto, que ha sido confeccionado con documentos que no me com-
exclusión: ¿real o irreal? O bien, ¿de una y otra forma a la vez? A la peten, sino que conciernen a mi hermano [acques, a quien han
opacidad de este pequeño acontecimiento responden, en esta confundido conmigo como si fuéramos un único individuo.
nue~a .~erspectiva, la ambivalencia de los comportamientos y la En 1935, mi hermano había resultado primero en el concurso
ambigüedad de las personas. El Ministerio de Educación, como de la cátedra de filosofía. Dos años más tarde, yo también fui admi-
institución del Estado, no contradijo a su ministro ni puso obstácu- tido primero en el mismo concurso. A partir de ese momento, nues-
los a su decisión. Se escabulló. Se apresuró en no hacer nada. Con- tros caminos divergieron. En 1937,partí al ejército y permanecí allí
fiar en la Milicia dejando el asunto en sus manos, aun cuando hasta mi desmovilización en agosto de 1940.Mi hermano, luego de
constituía una amenaza directa contra mí, era también una manera un año de servicio militar, fue designado por tres años becario de la
de no inmiscuirse y de darme una oportunidad para que me fuera fundación Thiers. Convocado para el servicio militar en 1939, fue
al posponer un poco el plazo. desmovilizado al mismo tiempo que yo, en Narbona, en el mes de
. El inspec:or Bridoux, cuando se encierra en el despacho del agosto de 1940. Lo nombraron profesor en Clermont-Ferrand,
director del liceo Fermat para transmitirle una decisión todavía mientras que yo fui nombrado profesor en Toulouse.
42 ATRAVESAR FRONTERAS UN TIEMPO REBELDE 43

Pero la confusión entre los dos Vernant no se detiene allí. En la ¿Qué hay en esta ficha? Un retrato intelectual y político del se-
parte de mi expediente que se refiere, en realidad, a mi hermano fi- ñor Vernant. Calificado como un brillante egresado de la École
gura una ficha añadida por los Servicios de Información" referida al normale (totalmente falso: ni mi hermano ni yo hemos sido alum-
llamado Vernant. Esta ficha había sido pedida por el rectorado o nos de la École normale, ni siquiera aspirantes a ella), se lo pre-
por la prefectura de Clermont en las circunstancias siguientes: du- senta como un militante comunista convencido y activo. Ahora
rante las vacaciones de Navidad de 1940, mi hermano y Elena, su bien mi hermano, aunque anclado en la izquierda, jamás ha sido
mujer, se fueron a París sin autorización para resolver ciertos asun- comunista ni militante político. La ficha menciona también la edi-
tos. Al regresar, fueron arrestados en la línea de frontera y deteni- ción y publicación de periódicos. Sobre ese punto, me pregunto si
dos durante largo tiempo, por lo que no pudieron reintegrarse a un tercer Vernant, mi tío Pierre, no ha venido a mezclarse con sus
Clermont en la fecha precisa de reanudación de sus cursos, a co- dos sobrinos en la cabeza del policía. Mi abuelo Adolphe había
mienzos de enero. Por lo tanto, el liceo de Clermont estuvo una se- fundado en Provins, a fines del siglo XIX, un diario "republicano",
mana entera sin tener noticias de uno de sus profesores de filosofía. Le Bríard. A la muerte de Adolphe, mi padre [ean asumió la direc-
Jacques era colega en esa época de Pierre Boutang. Cuando mi ción hasta su muerte en el frente, en 1915,como sargento de infan-
hermano regresó, uno de sus alumnos se encontró con él a la salida tería. Luego de la guerra, Le Bríard pasó a otras manos. Pero, a fines
de su curso, para ponerlo sobre aviso. En plena clase, delante de de los años treinta, mi tío Pierre, hermano menor de Jean, retomó
sus alumnos, Boutang había vituperado contra la tolerancia de las la dirección del diario, y es en Le Bríard donde mi hermano, en el
autoridades, que permitían que cualquiera, como el profesor de al momento de la firma del pacto germano-soviético, publicó un ar-
lado, pudiera ir a París a recibir las consignas de Londres o de tículo para denunciarlo vigorosamente. Fuera de ese texto, jamás
Moscú, en lugar de cumplir con sus obligaciones como docente. ejerció actividad periodística alguna, ni yo tampoco.
De hecho, Jacques, que le había explicado las razones de su ausen- Pero es al final de la ficha donde se aclara mi mente: "Casado
cia a su director, fue convocado a la prefectura. Tuvo allí la suerte con una joven rusa". Así termina, en una conclusión que cae como
de encontrarse con un antiguo compañero del barrio latino, al que el filo de la guillotina, el informe policial concerniente a Vernant.
había conocido en 1930 en una organización de estudiantes de iz- Ahora bien, no es mi hermano sino yo quien se ha casado con una
quierda, la LAURS (Ligue d'action universitaire républicaine et so- joven de origen ruso (nacida en Riazan), de familia judía no reli-
cialiste). Este amigo, que cumplía funciones junto al prefecto de giosa y que, en el momento en que la ficha fue redactada, era de
Clermont, le confirmó que su ausencia había provocado una carta nacionalidad francesa. Todo se aclara. Cuando Clermont se dirige
de protesta, pero que ella no habría tenido más consecuencias. a París para saber quién es ese tal Vernant, profesor de filosofía en
Tuvo una, según parece, muy pequeña en relación con las demás: el liceo, ausente durante ocho días al inicio del segundo trimestre,
esta ficha que los Servicios de Información de París expidieron a los Servicios de Información se apresuran a enviarle la única ficha
Clermont evidentemente a pedido de un departamento académico de la que disponen que existe con ese nombre y que concierne al
o de la prefectura de la ciudad, ficha que se encuentra hoy en mi joven Vernant, estudiante comunista, abiertamente militante en el
expediente, por error, puesto que concierne a mi hermano. barrio latino, es decir, yo mismo.
Esta nota felizmente permaneció sin consecuencias para mi
* En francés, Renseignements Généraux. Se trata del servicio de inteligen- hermano. Sin consecuencias o casi. A finales del año escolar 1940-
cia y de información que depende de la Policía francesa. [N. del T.] 1941,mi hermano solicitó ser transferido a África del Norte invo-
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ATRAVESAR FRONTERAS
UN TIEMPO REBELDE 45
cando la mala salud de su mujer, quien no toleraba el invierno rigu-
al hospital La Grave por una herida en la cabeza, y ap~ovechó esto
roso de CIermont, pero este pedido fue denegado según consta en
otra nota administrativa que subrayaba que no ofrecía las garantías para simular, durante los interrogatorios, una amnesl~ ~~mpl~ta:
políticas requeridas. y esta nueva nota, basada en la confusión en- no se acordaba de nada, ni de su nombre, ni de su domicilio, ru de
tre mi hermano y yo creada por los Servicios de Información, vino su profesión, ni de qué hacía allí donde lo habían atrapado.
a caer finalmente en mi propio expediente por una nueva confu- Leduc, cuyo verdadero nombre es Nechtscheín, era profesor ~e
filosofía.Expulsado de su cargo por las leyes raciales de Vichy,habla
sión entre los dos Vernant. Es preciso creer que una gracia provi-
dencial quiso que, en los documentos administrativos, los errores llegado a Toulouse para organizar conmigo la Resi~tencia ar~~da.
se anularan al duplicarse. Pero, para separar lo verdadero de lo Se puede decir que él trabajaba a tiempo completo, sm otra aCtiVI~a~
falso en ese fárrago de textos oficiales, fue necesario que haya sido que las tareas clandestinas. En el momento en que fue arrestado diri-
yo mismo el testigo viviente de hechos que se supone que brinda gía la acción directa a nivel regional, donde daba pruebas, p~r u~a
por escrito el acta más exacta y objetiva. hábil combinación de prudencia y de audacia, de una gran eficacia,
Leduc disponía de lo que se llamaba, vaya uno a saber por qué,
un auténtico documento de identidad falso o un falso documento
Una falsificación auténtica de identidad auténtico. El documento correspondía a una persona
real, viva, cuyo nombre, lugar y fecha de nacimiento eran exactos.
Me viene a la memoria otra historia, más dramática pero también Todo eso era verdad, salvo la foto y el titular del documento. Yo
ridícula y que conduce a reflexiones análogas sobre "lo que real- creo que Leduc había pedido prestado a su cuñado, Grandgirar~,
mente pasó" en esos tiempos lejanos de la Resistencia. una identidad impecable que la policía no pusiera en duda. Sm
aguardar, algunos días después del arresto, intentamos un golpe
La mañana del 19 de octubre de 1943,por una casualidad desa-
fortunada, la policía de Vichy consiguió armar una emboscada comando en el hospital para liberar a Leduc. Fue un fracaso.
donde el estado mayor del Ejército Secreto había establecido su Rivier (Rousselier), jefe regional de R4 para el Ejército Secreto,
base. Tan pronto se abrió la puerta, uno a uno fueron arrestados: que había tenido como yo la suerte de sort~ar la tra~pa, le hizo
dos jóvenes mujeres, Jeanne Modigliani y Hélene, su secretaria, y saber al prefecto regional, Cheneaux de Leyntz, que SIentregaba a
tres hombres, Rossi, Boigey y Victor Leduc, los tres miembros de los alemanes el expediente del Ejército Secreto y los responsables
la dirección militar de la Resistencia para la región llamada R4 (los arrestados, sería condenado a muerte por Londres y ejecutado por
nueve departamentos del suroeste). Los documentos secuestra- nuestro encargo. De hecho, al margen de la complicidad qu~ ~a
dos en ese lugar no dejaban ninguna duda sobre las formas de or- Gestapo se había asegurado junto a ciertos elementos de la pohc~~
ganización del Ejército Secreto, su rol, sus objetivos, ni tampoco tolosana, no trascendió nada acerca de este caso, que permaneClo
sobre las responsabilidades que en ese asunto asumía cada uno de estrictamente en manos de las autoridades de Vichy.
los sospechosos. Victor Leduc había llegado último. Al ingresar, Rossi, Boigey y Leduc -cuando estuvo en condiciones de aban-
tuvo la sensación de que algo no andaba bien. Cuando dio media donar el hospital- fueron encarcelados en principio e~ la central d.e
vuelta para descender de nuevo por la escalera, los policías lo Eysse, y luego en la ciudadela de Sisteron. Como medlda.de segun-
tumbaron al suelo. Peleó tan violentamente para liberarse que sus dad, Vichy había transformado Sisteron en un campo ~tr~cherado:
agresores debieron molerlo a golpes con una silla. Fue trasladado 1.200gendarmes montaban guardia allí, la zona habla s~do decla-
rada prohibida, y no se podía entrar y circular por ella SIn un per-
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ATRAVESAR FRONTERAS UN TIEMPO REBELDE 47

miso especial. ¿Cómo rescatar a nuestros camaradas y lograr que Rivier había ido a buscarlo, se encargó de la operación. Lo hizo
retomaran ~u pu~sto donde resultaran necesarios? Un golpe co- de tal manera que el telegrama fue puesto en la propia mano del
mando era ImposIble.Pero en Toulouse disponíamos de una fuen- prefecto. Enseguida, marchó a Sisteron para prevenir a los prisio-
te policial muy activa que llamábamos, en broma, la "banda de los neros, utilizando, con su consentimiento, el automóvil de un mé-
corsos":Simoni,Danesi,Poggioli.Con el apoyo de la red Ajax,de la dico de Digne que poseía un salvoconducto para la zona prohi-
que ellos formaban parte, se puso en marcha un proyecto, descabe- bida. Al mismo tiempo, Simoni se dirigió a Vichy, desde donde
llado a primera vista, pero que con la práctica resultó maravillosa- envió el impreso de la confirmación, fechada el mismo día que el
m~~teeficaz:actuar con sutileza, muy sutilmente, para liberar a los telegrama.
pnsioneros con toda legalidad sin que Vichynotara nada. El domingo, los prisioneros estaban libres y huían hacia el
Para liberar a un prisionero, si es que el ministro del Interior campo. El lunes a la mañana, el prefecto fue puesto al tanto de
tenía alguna razón particular para hacerlo, enviaba al prefecto del todo: todo estaba en regla, no había y no podía haber posibilidad
d~p.artamento donde estaba localizada la prisión un telegrama de evasión de la ciudadela de Sisteron.
oficial que or~enaba la liberación inmediata. La red Ajax disponía El golpe había tenido tanto éxito que fue repetido en muchas
de muchos ejemplares auténticos de ese telegrama: bastaba con ocasiones. Para Jeanne y Hélene, en primer lugar, y después para
llenarlos y escribir en ellos los nombres deseados. otros resistentes, que, en algunos casos, sólo comprendieron lo
. ~s verdad que el prefecto debía asegurarse de que no hubiera que les había sucedido después del rescate.
J nmg~n error. La confirmación debía llegarle bajo la forma de un Los tres fugados de Sisteron abandonaron la región de Tou-
~extoImpreso.reglamentario del que no disponíamos, pero que el louse y se sumergieron en otro lugar para continuar el trabajo
imprentero Lion, de la calle del Rempart-Saint-Étienne en Tou- clandestino. Rossi fue arrestado por los alemanes en Marsella y
louse, tuvo el placer de crear para nosotros en forma idéntica. Una luego fusilado. Boigeyy Leduc se escaparon.
v.e,zque obtuvimos las dos piezas -telegrama oficial y confirma- Una vez terminada la guerra, Leduc, luego de muchas tribu-
c~on~eglamentaria-, debimos usarlas de tal manera que la apa- laciones que él mismo contó en un libro autobiográfico," perdió
riencia de verdad fuera respetada de un extremo al otro de la ma- su trabajo permanente en el Partido Comunista y retomó su
niobra. Eso no era muy fácil. Era preciso que el telegrama fuera puesto como docente. Es en ese momento, muchos años después
d:positado en la prefectura, en el momento y el día precisos, la de Sisteron, que decide reconocer oficialmente su condición de
VISpera del domingo, un sábado por la tarde, con el último correo resistente, de prisionero fugitivo; jamás se había preocupado an-
lo suficientemente temprano para que la orden de liberación fuera tes por eso, a pesar de los beneficios que tal condición podía re-
transmitida al director de la prisión y lo suficientemente tarde presentar. Dirige, pues, un pedido a las autoridades competentes.
para impedir una conversación telefónica con Vichy. La respuesta de la administración no se hizo esperar. El rechazo
Disfrazado de cartero, J. Arhex.f que estaba estrechamente fue tajante: él no se había escapado, él había sido liberado por
vinculado con Leduc y que se había trasladado a Digne, donde una decisión especial del ministro del Interior; su caso exigía más
bien, si no un comité de depuración, al menos una comisión de
., 5 Sobre Arhex y s~ rol en la operación, véase Henri Nogueres, en colabora-
cien con M~rcel Deghame-Fouché, Histoire de la Résislance en France, t. IV: Ocio- 6 Victor Leduc, Les Tribulations d'un idéologue, París, Syros, 1986. Véase tam-
bre 1943-maz 1944, París, Robert Laffont, 1976, pp. 328 Y329. bién jean-Pierre Vernant, Entre mythe et politique, op. cit., pp: 566-570.
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investigación. Prevenido por Leduc, creí que si escribía una sim- EL CASO AUBRAC
ple carta confirmando que él había sido liberado por orden de la
Resistencia, bastaría. No había nada que hacer. Los archivos esta- Hablemos ahora de la notoriedad que ha alcanzado el denomi-
ban ahí, formales, con el telegrama ministerial y la carta oficial de nado "caso Aubrac", Se puede hablar, por cierto, de caso en razón
confirmación. del lugar que ese hecho ha ocupado durante semanas en la prensa
Los documentos eran irrefutables. A los ojos de la administra- y en los medios, y también por la violencia de las reacciones que
ción, entre ellos y el acontecimiento no había ninguna diferencia. ha suscitado, por las fallas que ha puesto de manifiesto tanto en
El hecho se ajustaba a los documentos, o mejor, sólo a uno, puesto los historiadores como en la opinión pública, en lo que concierne a
que esa acción -Ia liberación- era la consecuencia inmediata del la pareja Aubrac, el arresto de [ean Moulin y la historia de la Re-
documento: la orden de liberación. La autenticidad del docu- sistencia en general.
mento entrañaba la realidad de una liberación acordada por el fa- Como punto de partida, un libro ruin, mal escrito y dañino. El
vor ministerial. Para convencer a las autoridades, era preciso mo- autor, el periodista Gérard Chauvy," pretendía aprovecharse de la
vilizar la memoria de todos aquellos que habían jugado un papel celebridad que le había valido a Lucie Aubrac el éxito del filme
destacado en la operación. que llevaba su nombre para lanzar una primicia editorial al publi-
Puesto por escrito, hasta en los menores detalles (¡una verda- car los resultados de una supuesta nueva investigación tendiente
dera novela!), su testimonio extrae su fuerza de convicción de a arruinar la "leyenda" de esa pareja de grandes resistentes. Para
donde surge el nudo del asunto: toda la operación consistía en po- poner en duda su integridad, llegando incluso a sugerir que tal
ner a punto, sin falla, los medios para fabricar una auténtica deci- vez tenían algo que ver con el arresto de [ean Moulin, Chauvy se
sión de Vichy, de la que ninguna persona, más allá de los mismos basaba en un supuesto "testamento de Barbie", documento que el
actores, pudiera sospechar su validez. jefe de la Gestapo lionesa habría sido incapaz de escribir, pero que
El telegrama no era falso. No podía serlo sin que se corriera el su abogado, Jacques Vergés, tomando la pluma por él, había re-
riesgo de que se descubriera su carácter fraudulento. Era autén- dactado con prolijidad para comprometer a Raymond Aubrac.
tico y permanecía como tal. Pero es preciso saber por experiencia Vergés había aprovechado la ocasión que le'ofrecía el proceso me-
propia, por haberlos vivido en persona, cómo se desarrollaron diatizado de su cliente gestapista para escupir su veneno, y, así
esos acontecimientos para conocer el secreto de ese documento, como después de la batalla uno arroja una última bomba detrás
verlo como lo que es: auténtico y falso al mismo tiempo, auténti- de sí, satisfacer a través de ese seudo testamento su odio visceral
camente falso. contra los Aubrac y contra todo lo que ellos representaban.
Si se considera el documento en sí mismo como un hecho Los Aubrac habían acusado a la obra de Chauvy de difama-
bruto, decisivo, miente. Cuando se lo interroga sobre lo que ción. Pero, sin esperar los resultados de un proceso que, final-
oculta, es decir, sobre la manera como disimula, detrás de su lisa mente, les fue enteramente favorable y que refutó punto por
apariencia, la serie de actos humanos tendenciosos que lo han punto las acusaciones, deseaban ser públicamente desagraviados
construido, fabricado para realizar un proyecto, es entonces y sólo por un colegio de historiadores reconocidos como especialistas en
entonces cuando arroja un poco de luz sobre un momento de la los años cuarenta. El diario Libération se encargó de coordinar la
historia de la Resistencia.
7 Gérard Chauvy, Aubrac. Lyon 1943, París, Albín Míchel, 1997.
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operación. El 17 de mayo de 1997,organizó en su sede una mesa ajuste de cuentas aborrecible, durante el cual los "historiadores",
redonda que reunía, durante toda la jornada, en torno de los Au- o algunos de ellos, se comportaron como jueces, autorizados a de-
brac -o mejor dicho, frente a los Aubrac-, a ocho historiadores," cidir de manera soberana sobre lo verdadero y lo falso, y donde
algunos de los cuales conocían la Resistencia por haber partici- los testigos fueron tratados como sospechosos, por no decir incul-
pado de ella y otros, más jóvenes, por haberla convertido en su pados, y fueron sometidos a responder a acusaciones enteramente
objeto de estudio privilegiado. El 9 de julio, Libération publicó, en gratuitas ya que carecían de la menor prueba. Un solo ejemplo
una edición especial bajo el título "Les Aubrac et les historiens. Le que esgrime Antoine Prost, y cuyo carácter manifiestamente es-
debat", un abultado fascículo de 24 páginas que presentaban ex- candaloso justifica su indignación: la imputación hecha a Lucie
tractos de esta larga sesión de intercambios y discusiones. Aubrac de ser la responsable del arresto, la deportación y la
La conclusión firmada por SergeJuly en la última página pre- muerte de sus suegros.
tendía remarcar la importancia del acontecimiento y deducir su Aquí y ahora, subraya Prost, en esta sala del diario, "se ha
significación. Para separar lo verdadero de lo falso en la embro- franqueado la línea amarilla". La línea que delimita el espacio que
llada madeja de los acontecimientos de 1943,el público dispon- el historiador debe ocupar y en el que debe mantenerse si quiere
dría, a partir de ese momento, de un nuevo libro de Método. Tenía que su voz resuene como la del investigador desinteresado que
en sus manos, como lo anunciaba el título de esta conclusión, "La busca determinar "lo que realmente pasó". Cuando se ha borrado
lecon d'histoire". El caso Aubrac estaba de moda. esa frontera, que en su ejerciciodefine la condición de historiador,
No faltaba mucho tiempo para que esa bella pompa de cele- no hay más historia ni historiadores en tanto tales, sino sólo seres
bración de virtudes de la ciencia histórica se dislocara. Dos días particulares con sus pasiones ordinarias. El debate queda ahora
más tarde, en Le Monde del 12 de julio, se lanzó el primer proyec- en el nivel de una controversia periodística y deja de considerarse
til. En una tribuna libre -"Les historiens et les Aubrac: une ques- científico.
tion de trop"-, el historiador Antoine Prost intenta expresar públi- Una segunda descarga, lanzada algunos días más tarde, echa
camente su desacuerdo y su indignación. Su desacuerdo: para él, por tierra lo que restaba del edificio. Un grupo de once historia-
el "debate" entre los Aubrac y los historiadores se parecía más a dores?-toda una generación de historiadores que trabajaba sobre
un golpe mediático que a una investigación histórica. La empresa, el presente- publicó el 25 de julio en Libération, bajo el título "Dé-
por las condiciones mismas en que la mesa redonda había sido or- plorable lecon d'histoire", un texto que recusaba la validez del
ganizada, no podía dejar de descarrilar; y las patinadas que se ha- debate afirmando que esa mesa redonda era "todo lo contrario a
bían producido en su marcha no dependían del azar: ellos, desde una lección de historia". La única enseñanza que podía extraerse
el comienzo, en cierta medida estaban inmersos en la lógica del era que, a través de todos sus defectos, se veía más claramente lo
dispositivo. De hecho, si por la mañana ciertos puntos que pre- que no debía hacerse para pensar, hablar o comportarse como
sentaban problemas habían podido ser elucidados gracias a un historiador.
trabajo de investigación común entre historiadores y testigos, la
sesión del mediodía se desvirtuó muy rápidamente hacia un
9 Claire Andrieu, Christian Bougeard, Laurent Douzou, Robert Frank, [ean-

Maurice Agulhon, [ean-Pierre Azéma, Francois Bédarida, Daniel Cordier,


8 Marie Guillen, Pierre Laborie, Francois Marcot, Robert Mencherini, Denis Pes-
Laurent Douzou, Henry Rousso, Dominique Veillon, y yo mismo. chanski, Jacqueline Sainclivier y Serge Wolikow.
UN TIEMPO REBELDE 53
52 ATRA VESAR FRONTERAS

Rivalidad y sospecha mí mismo con respecto a esa misma época), incluso eventual-
mente al silencio voluntario, que puede disimular otra cosa que
En lo que a mí concierne, había asistido a esa mesa redonda a pe- la traición.
dido de los Aubrac. Como especialista en la Grecia antigua, mi Sus indicaciones sobre los historiadores, "cuerpos misione-
presencia junto a historiadores del mundo contemporáneo podía ros" de la Verdad, "guardianes de un campo de investigación"
parecer fuera de lugar. Pero, más allá de la vieja amistad que nos (de pesquisa) que se reservan, donde se creen investidos de un
unía -conocía a Lucie Aubrac desde principios de los años magisterio que transforman en magistratura, etc.,sobrepasan por
treinta-, mi participación estaba justificada por el hecho de que otra parte el presente caso. Observo esta tendencia en otros ejem-
antes de convertirme en helenista, en mi juventud, había vivido plos de la historia del presente e incluso de tiempos más lejanos.
intensamente la Resistencia junto a los Aubrac.
Al principio me había sorprendido de la manera en que el de- ¿Qué pensar hoy de este caso? 0, para retomar la expresión utili-
bate estaba organizado y, algunas horas más tarde, estaba un poco zada por Édouard Will en otro pasaje de su carta, ¿qué lección ex-
escandalizado -pero no tanto, me parece hoy- por el rumbo que traer de "esta penosa publicación"? Yo tendería a decir que no se
había tomado. Pero, en ese momento, no comprendí las razones está cuestionando a los Aubrac. En ese tema todo resulta claro. En
de ese derrape ni la naturaleza de los interrogatorios que habían cuanto a los dos puntos esenciales que se relacionan con ellos, el
orientado desgraciadamente la discusión. Me había contentado, acuerdo fue unánime. Raymond no es en nada responsable del
en la introducción y más tarde en la conclusión, con formular mi arresto de Jean Moulin; para liberar a su marido y a otros resisten-
sorpresa y mis reservas. lO tes que estaban en prisión, Lucie organizó el ataque al furgón ale-
Por supuesto, me había alegrado por las críticas y desaproba- mán que los transportaba y participó personalmente en ese golpe
ciones que se formularon públicamente. Pero, por mi parte, el 21 de comando audaz y coronado con el éxito.
julio recibí una carta de un hombre que admiraba y que, por sus Entonces, ¿de qué se trata? De historia precisamente y, en par-
cualidades intelectuales, el rigor de su proceder y sus cualidades ticular, de la historia de acontecimientos todavía próximos, toda-
morales, representaba para mí el modelo del historiador. Su carta vía calientes, podría decirse. Sobre ese punto, de manera contraria
me golpeó, en la medida en que jamás había mantenido corres- a la interpretación que más frecuentemente se ha hecho, reco-
pondencia con él: noZCOcon agrado que no se trata de un conflicto de método entre
los que valorarían el testimonio de los actores, con sus recuerdos
Lo que me ha chocado, como a tantos otros -me escribía Édouard personales, y los que tendrían en cuenta exclusivamente docu-
Will-,ll es que los historiadores se hayan convertido en inquisi- mentos escritos. Exceptuando algunos matices -incluso a veces
dores frente a sobrevivientes de una época que ellos han conver- muy marcados-, los historiadores del presente están de acuerdo
tido en su fondo de comercio,negándoles a esos sobrevivientes el en general en pensar que, si existen testigos vivos, es necesario es-
derecho al error, a la pérdida de memoria (yo lo experimento en cucharlos. Todo el problema consiste en saber en qué condiciones
y de qué forma escucharlos para que sus testimonios constituyan
10 Véase infra, pp. 183-187, la transcripción de mis palabras, aparecidas en una fuente válida de información histórica.
el diario Lioéruiion, los días 8, 12 Y 13 de julio de 1997. El caso Aubrac se presenta en este sentido como un verdadero
11 Édouard Will (1920-1997), helenista, profesor de Historia Antigua en la
Université de Nancy-I1, murió el 27 de julio. contraejemplo. Jugó el rol de un revelador. Al disponer, en un careo
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espectacular, y bajo los ojos del público, a los historiadores de un simpatías y sus antipatías, de proclamar sus amores y sus odios.
lado, y a los Aubrac -los testigos- del otro, la puesta en escena Pero, en el silencio de su escritorio y de sus bibliotecas, en los se-
conducía a cada uno de los protagonistas a desempeñar su papel, minarios que anima, en los archivos que examina o en los colo-
a representar un personaje, a mostrar lo mejor en su parte. Los quios y congresos científicos de los que participa, debe compor-
historiadores, en su proclamada exigencia de verdad, pretendían tarse de otra manera y mantenerse imperativamente al margen de
ser más expertos sobre los asuntos debatidos que quienes habían lo que señalan sus preferencias o aborrecimientos personales.
estado directamente implicados en ellos. Cuando un abogado No es fácil.Incluso cuando se trata de épocas tan lejanas como
pleitea en un tribunal, cuando un profesor toma la palabra en la la Grecia antigua, la mirada del historiador, sus preguntas sobre el
defensa de una tesis, saben bien que, frente al inculpado, al candi- pasado son siempre las de un hombre "delpresente, con su cultura,
dato, a sus colegas, al público, deben dar prueba de su competen- su manera de pensar y de sentir, su escala de valores. Si los espe-
cia excepcional, de su superioridad en el dominio del saber. De la cialistas en la Antigüedad, desde hace un cuarto de siglo, han ten-
misma manera, en el curso del debate periodístico, los protagonis- dido a focalizar mucho más sus investigaciones sobre ciertos as-
tas no podían escapar a la tentación de aparecer allí de la mejor pectos de la vida de las ciudades olvidados previamente -uno de
forma y de mostrarse como los mejores en esa situación donde la los puntos ciegos de la historia antigua-, como la situación de las
rivalidad, entre ellos y con los Aubrac, los obligaba a llevar siem- mujeres, el juego masculino/femenino en los diferentes planos de
pre más allá la lógica del cuestionamiento, de la puesta en duda, la existencia colectiva,es por cierto debido al desarrollo actual del
de la sospecha. movimiento feminista y de las transformaciones que ha implicado.
Aun así es preciso notar la existencia, en el marco judicial o El historiador no ignora que el curso de su disciplina está en parte
universitario, de reglas profesionales que frenan los eventuales condicionado, en sus orientaciones, por problemas que el presente
desbordes de agresividad. El único freno, en el curso del debate ha hecho surgir; pero esta conciencia de su dependencia con res-
de Libération, se vinculaba con las promesas de amistad y de ad- pecto a su tiempo y su propia sociedad lo pone en guardia contra
miración que fueron prodigadas de manera generosa a la pareja los peligros del anacronismo. En el mismo movimiento que lo lleva
Aubrac; pero lo que se descubriría con estupor, hacia el mediodía, a ver qué ocurre con lo femenino en los griegos, evita cuidadosa-
es que ellas se asociaban con otros sentimientos, más fuertes, que mente proyectar sobre la Antigüedad, como fuera de ella, todo lo
en realidad enmascaraban un fondo muy poderoso de hostilidad, que los tiempos modernos han elaborado sobre ese tema. Una mi-
desconfianza y celos. litante feminista que lee el mito de Pandora en Hesíodo se in-
digna, acusa, enarbola el viejo texto como un arma en su combate
actual. El historiador intenta comprender. Se esfuerza por deducir
Una extraña lección de historia el sentido del relato situándolo en su contexto. Es decir, situán-
dose él mismo en la perspectiva de un pasado donde la mujer no
En la vida social, el historiador no está en ninguna parte. Él tiene tenía el estatus que hoy posee, ni en el plano de las instituciones
un lugar prescrito en la red de instituciones que condicionan el ni en relación con el marco intelectual y la psicología común.
ejerciciode su profesión. Existe,pues, un lugar desde donde habla El historiador toma distancia, se aleja de su objeto. Entre el
cuando se expresa en calidad de historiador. Cuando deja ese lu- presente que vive y el pasado que estudia, reconoce una grieta,
gar, tiene el derecho, como cada uno de nosotros, de expresar sus una separación, una frontera. Las cruza en la marcha que lo lleva
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del hoy al ayer, del yo al otro, de lo idéntico a lo diferente, de lo Pero, según como se considera en la actualidad, el testigo en ~n
fijo a lo cambiante, de lo humano universal a la singularidad de juicio es aquel que ha presenciado los acontecimientos y que: ba~o
cada cultura. En su labor de indagación, debe atravesar necesaria- juramento, cuenta fielmente lo que ha vist,o o escuchado. NI mas
mente esas fronteras, en los dos sentidos, en un constante ir y ve- ni menos. El rol del historiador es otro. El no estuvo en el mo-
nir, que él se esfuerza en controlar, del presente al pasado y del mento de los hechos, no los conoce y no puede hablar como tes-
pasado al presente, para volverlos, el uno mediante el otro, en sus tigo. ¿Interviene entonces como experto? Pero ¿exp~rto en que.'?L a
contrastes y en sus semejanzas, más inteligibles. Este atravesar Justicia ha recurrido a expertos en esferas determmadas y sobre
fronteras no pretende borrarlas; por el contrario, las confirma, re- puntos muy específicos. La Justicia llama a un grafólogo para e.sta-
conociendo en ellas la condición mayor, para el historiador, de su blecer si un escrito es auténtico, qué mano lo ha redactado, SIno
indispensable desapego. ha sido falsificado. Convoca a psicólogos y psiquiatras, a título de
Esta cuestión de las fronteras está en el corazón del caso Au- expertos, para evaluar el grado de responsabilidad o de irre.spon-
~
brac porque, a lo largo del debate, todas han sido horrorosamente sabilidad de un criminal. Ya sea como experto, ya como testigo, el
confundidas. En primer lugar, lo hemos visto, ha sido franqueada historiador está fuera de juego. No puede más que aclarar a la
esta "línea amarilla" que delimita el lugar desde donde habla el corte respecto del contexto general de los acontecimientos incri~i-
historiador. Cuando se lleva a un historiador al ámbito de un gran nados o de ciertos aspectos de las decisiones tomadas por los m-
periódico o de un estudio de televisión, ya no está donde debería culpados, con sus consecuencias. No está seguro de que ésa sea s,u
estar y es otro quien, en su nombre, asume la palabra. Esta confu- función, y sin duda tiene ventaja en tanto evite todo lo que podría
sión de roles, que cada uno de nosotros fue tentado a representar, asimilarlo a un representante de la Justicia y no se sienta tentado
ha planteado a los historiadores, más allá del caso Aubrac, un de considerarse a sí mismo poseedor, en el ejercicio de un preten-
caso de conciencia que los ha dividido. En el transcurso de los úl- dido magisterio -para retomar las palabras de Édouard Will-,
timos grandes procesos ligados a Vichy, a la colaboración, a la de- frente a testigos o si es necesario contra ellos, del único saber au-
portación y a la muerte de miles de víctimas, la Justicia ha solici- téntico, absolviendo o condenando soberanamente, en nombre de
tado la cooperación de los historiadores para trabajar sobre esas la Verdad. Pero, mucho más que de una audiencia, el historiador
cuestiones. Los magistrados desean su presencia en el tribunal está fuera de lugar bajo las candilejas; se puede discutir incluso su
para que declaren allí, públicamente, sobre los hechos que la acu- paso por la sala de la audiencia, pero, en cambio, sin ning~na duda,
sación imputa a los inculpados. Algunos historiadores han acep- debe huir de todo lo que señala el audiómetro de los medios de co-
tado; otros, no. ¿A título de qué, han observado estos últimos, po- municación. Ésa es la condición sine qua non para evitar que vuelva
dían o debían hablar en una corte de justicia? ¿Como testigos? a repetirse el siniestro escenario del "debate" con los Aubrac. .,
La historia de las nociones de testigo y de testimonio es com- Otra frontera ha sido franqueada. La línea de demarcación
pleja, tal como lo ha mostrado 'particularmente Francois Hartog.P entre pasado y presente, cuando se trata de Vichy y de la Res~st~n-
cia es todavía laxa y porosa. Esos años negros se han definido
12 Véase Francois Hartog, "Archives. La loi, la mémoire, l'histoire", en Le como "un pasado que no pasa",B un pasado que, más allá de lo
Débat, núm. 112,2000, pp. 45-48. Véase también su libro Régimes d'hisioricité.
Présentisme et expériencedu iemps, París, Seuil, 2003, pp. 215 Yss. [trad. esp.: Re-
gímenes de historicidad. Presentismo y experiencias del tiempo, México, Universi- 13 Para retomar la expresión que Éric Conan y Henry Rousso utilizaron

dad Iberoamericana, 2007]. para dar título a su obra: Vichy, un passé qui ne passe pas, París, Fayard, 1994.
58 ATRAVESAR FRONTERAS UN TIEMPO REBELDE 59

que fue, continúa presente de alguna manera en las posturas polí- que Lucie Aubrac pudo haber hecho a los miembros de la policía
ticas, en la vida social y en cada uno de nosotros. alemana en la sede misma de la Gestapo en Lyon. Cuando ma-
Los dos historiadores que se habían mostrado más agresivos nifiesta hostilidad y rencor hacia los Aubrac, sin lugar a dudas
contra los Aubrac, en el momento en que la lógica del enfrenta- siente que habla en nombre de la "infantería" de los resistentes,
miento había alcanzado un grado tal de violencia que los debates de todos esos hombres y mujeres que, así como eran anónimos en
-y algunos de sus participantes- se habían vuelto incontrolables, el combate, también lo han sido luego de la victoria. Es como si
habían participado personalmente, cada uno con responsabilida- para Bédarida el renombre de los grand:s pudier~ eclips~r el co-
des muy diferentes, en la Resistencia. En ellos, el historiador y el raje, la entrega, el heroísmo que él ha VIsto en qU1~ne~solo p~e-
testigo se codeaban, lo que, en lugar de reconciliarlos con los Au- den considerarse "la mezcolanza" de la Resístencía SIse olvida
brac y de facilitar el diálogo, parecía agravar mucho los reproches que en la Resistencia no podía haber mezcolanza, sin~ seres dis-
y la incomprensión. tintos, cualquiera fuera su puesto, individuos excepClonales por
Daniel Cordier se había desempeñado principalmente como su decisión de arriesgarlo todo y combatir.
secretario de [ean Moulin, con quien compartió la acción clandes- En el caso de esos dos historiadores, mi interpretación de su
tina, con sus pruebas y sus riesgos. Después de la guerra se convir- violenta agresividad contra dos testigos, comprometidos co~ el~os
tió en el hombre de los archivos, el historiador más reticente a los en el mismo combate, se basa en impresiones personales, sin run-
testimonios orales y la memoria individual, cuya validez para la guna certeza. Me parece que en realidad se trata de dos. razones
reconstrucción del pasado estaría tentado a negar. ¿Cómo se ex- que explican por qué el debate ha sido falseado y ha term~ado de
plica si no que de pronto se haya permitido tratar a los Aubrac de una manera tan lamentable. La primera es de orden profeSiOnal.La
manera tan indigna que hasta escandalizaría si se tratara de un puesta en escena ha contribuido a presentar, fre~~ea los Aubrac, a
juez que interroga a un presunto culpable? El corazón y la mente un conjunto de personas muy diversas, pero unificadas en un blo-
del hombre son insondables. Pero no puedo dejar de pensar que el que por su profesión de historiadores; historiadores pre~isamente de
historiador de archivos es también el testigo de lo que ha hecho y este período en el que los Aubrac habían jugado un rol Importante y
de quien ha sido su jefe; su admiración justificada por aquel que sobre el cual su testimonio, oral y escrito, representaba para mucha
encama a sus ojos la figura modelo del resistente no es, me parece, gente el relato exacto de lo que había sucedido. Ahora bien, para
ajena a la hosquedad que manifestó en esa ocasión respecto de los los historiadores, este relato era su tema; el mismo suponía, para ser
Aubrac, como si la difusión de su renombre y el impacto de su le- objetivo, un trabajo de elucidación crítica que sólo los especialistas
yenda hicieran sombra a su héroe. formados en esa disciplina eran capaces de llevar a cabo.
Prancois Bédarida también participó desde muy joven en la Admirar a los Aubrac por lo que habían hecho, por supuesto,
lucha clandestina en el movimiento de la Resistencia cristiana. Su y tanto como se lo quisiera; pero, como "historiad~:es del, ti.empo
experiencia y su campo de acción estaban desplazados respecto presente", tenían el monopolio de la reconstruCClon verídica de
de lo que constituía el horizonte de combate, en lo cotidiano y a los acontecimientos. Dominio reservado. Desde que se aventura-
más largo plazo, de los jefes de la Resistencia civil y militar como ban en el relato de los hechos, con el pretexto de dar testimonio,
los Aubrac y Cordier. Esta diferencia de jerarquías explica tal vez los Aubrac pisoteaban las bases del saber histórico. Les quitaban
las desviaciones en la interpretación de ciertos hechos, el escepti- a los historiadores el pan de la boca. Era preciso, por todos los me-
cismo pregonado por Bédarida en lo que concierne a las visitas dios, ponerlos en su lugar; que no se confundieran las cosas.
60 ATRAVESAR FRONTERAS UN TIEMPO REBELDE 61

La segunda razón es de orden político. En el corazón de la Re- días posteriores al 11 de junio de 1957,fecha del arresto de Mau-
sistencia interior gaullista, Raymond Aubrac, como tantos otros rice Audin.
dirigentes de Libération Sud, como la misma Lucie, estaba pró- Otro historiador, Carlo Ginzburg, ha hecho el mismo trabajo
ximo a los comunistas. Esta presencia de simpatizantes, de anti- de análisis crítico minucioso para distinguir lo cierto de lo incierto
guos miembros o de afiliados al Partido Comunista en el interior en el expediente acusatorio del que Adriano Sofri era objeto con
de la Resistencia no comunista, al margen de organizaciones más respecto al asesinato de un comisario de policía en Milán, el 17 de
abiertamente ligadas al Partido, como el Frente Nacional'! y, en el mayo de 1972.16 Pero esta difícil empresa de reconstrucción del
plano militar, los FTP (Francs-Tireurs et Partisans [Francotiradores pasado, incluso de un pasado tan próximo al que estamos íntima-
y Partisanos]), ha dado mucho que hablar, no sólo entre los histo- mente ligados, no es un privilegio único de los historiadores pro-
riadores, y ha suscitado indignaciones virulentas. Es la descon- fesionales, expertos en los métodos de su disciplina. En su última
fianza, nunca explícitamente formulada, respecto de las supuestas obra, Les Abeilles et la Guepe,17 Francois Maspero dedica su primer
convicciones de los Aubrac, y de su eventual relación con el Par- capítulo a dilucidar las circunstancias y la fecha exacta de la
tido Comunista, la que alimentó, a lo largo del debate, una inso- muerte de su padre en Buchenwald. Movilizando sus recuerdos y
portable atmósfera de sospecha. Es ella la que estuvo presente, sin los de sus allegados, cruzándolos con todo tipo de información,
que nada lo expresara, en un segundo plano de los interrogatorios indicios, cartas, testimonios, Maspero manifiesta frente a los testi-
malintencionados, de los reproches dirigidos a Raymond sobre no gos, incluso cuando ellos se equivocan, una gran generosidad, y
revelar todo, sobre ocultar información, sobre guardar secretos. pone al servicio de su pasión por lo verdadero la lucidez de su in-
Frente a esa clase de actitudes y de sospechas, ¿qué podía o qué teligencia crítica para recuperar, en su desnudez y en su autentici-
debía responder sino, como lo hizo algunas veces, "yo no sé"? Ex- dad, los últimos días de su padre.
traña lección de historia, en verdad. Que los histo;riadores se inclinen sobre esas páginas. Verán
Felizmente, hay otros ejemplos que prueban que la historia allí un trabajo ejemplar -rnodesto, honesto, riguroso- para hacer
no está desarmada frente a las secuencias de acontecimientos muy surgir de la bruma de la memoria el pedestal sólido de los aconte-
cercanos. En plena guerra de Argelia, el historiador del mundo cimientos de otros tiempos. Lección de historia, ciertamente, pero
antiguo Pierre Vidal-Naquet pudo demostrar en su obra L'Affaire más allá, para cualquier lector, para cada uno de nosotros, en su
Audin,15 mediante un análisis riguroso, a pesar de los falsos testi- relación con el pasado y consigo mismo, una lección a secas.
monios y los documentos oficiales fabricados, que el joven mate-
mático presuntamente desaparecido durante una fuga en realidad
había muerto torturado. Las conclusiones de esta investigación,
enfocada en hechos de una actualidad candente, son reconocidas
hoy como la verdad de lo que realmente sucedió en Argelia en los , !

16 Carlo Ginzburg, Le Juge et I'Historien: considérations en marge du preces 50-

14El Front national de lutte pour l'indépendance de la France [Frente na- fri, trad. del italiano por M. Bouzaher, A. Picrato, J. L. Fournel et al., Lagrasse,
cional de lucha por la independencia de Francia]: movimiento de la Resisten- Verdier, 1997 [trad. esp.: El Juez y el Historiador: consideraciones al margen del
cia creado por el Partido Comunista francés en julio de 1941. procesoSofri, Anaya-Mario Muchnik, 1993].
15 Pierre Vidal-Naquet, L'Affaire Audin (1957-1978) [1958],París, Minuit, 1989. 17 Francois Maspero, Les Abeilles et la Guépe, París, Seuil, 2002.
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HACIENDO CAMINO

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RECUERDOS DE UN COLEGIAL

CUANDO LLEGUÉ ALBARRIO LATINO,al comienzo de los años treinta,


luego de egresar del liceo Carnot, donde había cursado desde el
primer grado, llamado enjantine, hasta el bachillerato, fue para
ingresar en el curso preparatorio para las grandes écoles en el li-
ceo Louis-le-Grand, situado al lado del College de France. Pre-
paraba al mismo tiempo una licenciatura en Filosofía en la Sor-
bona, justo enfrente. y no obstante, en mi espacio de trabajo, de
vida política, de placeres, el College seguía siendo un lugar ex-
terno, ajeno. No formaba parte de mi universo de estudiante.
Sólo fui hasta esa institución una vez, en 1932o 1933,para escu-
char a Pierre [anet. Creo que ese día presentaba, además de otros
modelos de comportamiento, lo que llamaba la conducta "de la
canasta".
En relación con las enseñanzas impartidas en la Facultad de
Letras para obtener el diploma de Psicología,eso era nuevo, exci-
tante e incongruente como una incursión en un país exótico. Des-
pués de la guerra, mis puntos de anclaje en el trabajo de investiga-
ción han sido la Sorbona, la Bibliotheque Nationale de la calle
d'Ulm y, en especial, antes de que enseñara allí, la École Pratique
des Hautes Études.
Algunos directores de estudio, cuyos seminarios yo seguía,
también se desempeñaban enfrente como profesores del College
de France, pero yo no cruzaba la calle. Georges Dumézil era uno
de esos maestros. Lo visitaba en su casa, calle Notre-Dame-des-
Champs, mientras él navegaba en su escritorio entre pilas de li-
bros y revistas, hasta en su mesa de trabajo. Yoredactaba regular-
mente las reseñas de sus obras para el [ournal de Psychologie y solía
mostrarle mis recensiones antes de que fueran publicadas para re-
cibir sus observaciones.
65
66 ATRAVESAR FRONTERAS HACIENDO CAMINO 67

Un día de 1973, me había acompañado hasta la puerta, según principal que enlazaba la plaza Marcelin-Berthelot con la calle
su costumbre, y cuando yo bajaba la escalera al salir de su casa, Monsieur-le-Prince. Como si el College hubiera extendido uno de
me dijo: "¡Señor Vernant, señor Vernant!". Me di vuelta, subí algu- sus tentáculos hacia el Centre de recherches comparées sur les so-
nos escalones. "Señor Vernant, ¿ha pensado usted en el College de ciétés anciennes, donde yo continuaba ejerciendo la dirección,
France?" Por un momento me sentí aturdido. "¿Yo?", le respondí mientras que, en sentido inverso, el Centre había entrado en reso-
de inmediato. "Y sí, algunos allí han pensado en usted. Vaya a ver nancia con el College,
a Claude Lévi-Strauss." Eso fue lo que hice. Lévi-Strauss me reci- Fue un período de trabajo feliz. Louis Gernet, mi maestro, en
bió más calurosamente de lo que podría haber soñado. Él se el momento de abandonar la presidencia anual de la Association
ocupó de presentar mi candidatura ante la asamblea de profeso- des Études Grecques, confesaba que la École des Hautes Études,
res. Me explicó también y, sobre todo, el camino a seguir, del que que lo había acogido después de tantos años pasados en la Facul-
no tenía la menor idea: cartas de presentación; visitar a cada pro- tad de Letras de Argelia, le había parecido, al final de su vida, una
fesor, científico o literato; redactar un fascículo impreso con títulos nueva abadía de Théleme, El College también, pero por otras razo-
y trabajos, lo que me dio ocasión de reflexionar sobre lo que había nes. La misma libertad de espíritu, la misma disponibilidad para
hecho y de delinear a grandes rasgos un programa de enseñanza. separar cuestiones administrativas y tareas académicas, la misma
Para ocupar una cátedra vacante competía con Jacqueline de Ro- exigencia de renovación intelectual, pero la naturaleza y el estilo
milly. El escrutinio fue reñido. Ella fue la elegida. No pensé más de enseñanza diferentes. En la École des Hautes Études, hay pocos
en el College de France. oyentes pero asiduos, especialistas que saben tanto o más que uno
Algunos meses más tarde, en una reunión, me encontré de ca- sobre la mayoría de las cuestiones que se tratan. Sucede que, cier-
sualidad con Anatole Abragam, quien, luego de mi visita como can- tos años, en los cursos regulares, uno se encuentra perdido en el
didato, me había prevenido de manera leal: él votaría, no contra mí, campo que ha elegido explorar y declara su turbación. Al discutir
pero por madame De Romilly. También me hizo saber que una con los oyentes que lo siguen desde hace largo tiempo, atendiendo
nueva cátedra se encontraba vacante y que eran muchos los que a sus sugerencias, una vez que se reinicia la máquina, uno retoma
pensaban que dos helenistas no estaban de más en el College, de- la ruta. La regla que, en efecto, todos aceptan como una evidencia
bido a que, con orientaciones diferentes, sus enseñanzas no corrían es que nadie es el "sabio" sobre ninguna cuestión. No es vergon-
el riesgo de repetirse. Esta vez fue André Caquot quien me puso zoso decir que algo no se sabe.
bajo su protección y asumió la tarea de presentarme. Yoera su co- En el College, las reglas del juego son inversas. Presentado en
lega en el Departamento de Ciencias Religiosas en la École Pratique el anfiteatro por el bedel que exclama: "el señor Profesor", uno
des Hautes Études. Él conocía bien mi trabajo de investigador y el debe aparecer a los ojos de su público como el que sabe y hablar
impacto de mi enseñanza. Fui elegido sin competencia. como tal. Si al comienzo del año uno se embarca en un camino, fija
un tema, no puede detenerse, dar marcha atrás o tomar un atajo.
Desde el día en que comencé mis cursos, después de la lección in- Es preciso ir hasta el final. Y como cada curso anual debe constituir
augural, mi geografía interior del barrio latino se vio alterada. El un aporte original, la tensión, el esfuerzo, la angustia son la suerte
College -ese no lugar de otro tiempo- se convirtió en el centro en cotidiana de la existencia de un profesor. La contrapartida es que
torno del cual gravitaba mi existencia universitaria. O mejor di- uno está obli~ado a entregarse a fondo, a producir lo que sin duda
cho, el plano del barrio latino se reorganizó en función de un eje jamás habría realizado sin ese aguijón en los riñones.

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68 ATRAVESAR FRONTERAS HACIENDO CAMINO 69

La dificultad reside también en la naturaleza del público, más dioses, la muerte griega no habría tenido sentido si no hubiera es-
numeroso, más variado que en la École des Hautes Études, y cuyas cuchado a Charles Malamoud.
expectativas son diversas. Yohablaba en la sala 8 del College, que Era él quien me hacía comprender los asuntos griegos cuando
siempre está llena. Los oyentes conformaban, por lo menos, tres hablaba sobre los indios. Experimentaba por Malamoud el mismo
grupos bien distintos. En primer lugar, los mismos que habían se- sentimiento que hacia Gernet: la admiración frente a un sabio que
guido regularmente mis cursos en la École des Hautes Études: in- sabía mirar los textos muy de cerca y que, en lugar de detenerse
vestigadores y profesores especializados en estudios antiguos, a los en su lectura, deducía a partir de ellos toda una serie de reflexio-
que se sumaban estudiosos de otras disciplinas; luego, público en nes originales para ubicar las claves de inteligibilidad que permi-
general de más edad, retirados de la enseñanza, de la administra- tían comprender mejor y de otra manera. Al seguirlo a lo largo de
ción y de toda clase de profesiones, que aprovechaban su tiempo su recorrido en tierra india, un nuevo paisaje griego ha tomado
libre para iniciarse en aquello que no habían tenido la posibilidad cuerpo, por contraste, y se ha dibujado más claramente a mis ojos.
de conocer. Por último, una pequeña proporción de extraños y se- No me fiaba sólo de la competencia filológica de Malamoud.
mivagabundos deseosos de pasar una o dos horas al calor. Era pre- Mi acuerdo con él, en relación con la concepción del trabajo de in-
ciso encontrar la manera de no desilusionar a los oyentes del pri- terpretación, es más profundo. Cuando trata hechos religiosos, la
mer grupo aportándoles cada semana un nuevo grano para moler precisión de sus análisis y el rigor de su abordaje responden a su
en su propio trabajo. Pero también era preciso interesar a los de- preocupación por respetar la especificidad y la autonomía relativa
más y resultarles comprensible. de su campo de estudios, pero también es consciente siempre de
Hasta ese momento, jamás había redactado mis cursos por an- que las sociedades humanas constituyen un todo, desde las nece-
ticipado. Tenía notas, referencias; improvisaba. En el College debí sidades materiales hasta los ideales del espíritu, y que en ellas
escribir, si no todo lo que iba a decir, al menos lo esencial. Nada de debe haber al mismo tiempo discordancias y vínculos así como re-
preguntas; los riesgos eran demasiado grandes, si obraba como so- sonancias entre los diferentes planos de la vida colectiva. Esta do-
lía hacerlo, sin red. Otro chaleco de seguridad del que debo decir ble convicción, o, mejor dicho, esta marcha naturalmente orien-
una palabra: todos aquellos que, egresados del College o miem- tada en los dos sentidos, me parecía relacionada con el hecho de
bros del Centre, me han acompañado a lo largo de esos años en mi que él, en otro tiempo, había sido comunista; había frecuentado el
investigación, ayudándome a reunir documentación, a tapar agu- marxismo, pero sin anegarse.
jeros, a despejar la ruta en la que a menudo me aventuraba, sobre Malamoud tiene, como erudito, un estilo personal ejemplar.
lo que ha constituido lo esencial de mi enseñanza, la investigación Cuando expone', es como si se asistiese directamente a un alumbra-
sobre la imagen. Me pregunto si habría tenido el coraje en esta miento. Se tiene la impresión de que ya tiene todo en la cabeza
abadía de Théleme sin su apoyo, sin la amistad que sentí por algu- como el niño que está en el vientre de su madre. Se lo ve allí, sobre
nos colegas y que ha iluminado el edificio del College, el estrado, en tren de alumbrar intelectualmente, de combatir las
Dentro del pequeño equipo de colaboradores que me tendie- dificultades, los bloqueos, las dudas. Es un espectáculo maravi-
ron una mano al hacerse cargo del cuidado de mis seminarios, hay lloso, fascinante. Frente a nuestros ojos opera el trabajo del espí-
alguien con quien yo me sentí en deuda desde antes de entrar en el ritu, del pensamiento, y éste se desprende del lenguaje, la lengua
College, por todo lo que me había aportado en el plano intelectual. que da forma al duro esfuerzo de la reflexión. Uno siente física-
Todo lo que escribí sobre el sacrificio, la deuda, el conjunto de los mente esta gran tensión interior. Malamoud no representa el tra-
70 ATRAVESAR FRONTERAS

bajo de alumbramiento mental, él mismo alumbra, que es algo


muy diferente. No nos ofrece un espectáculo de las dificultades
con que se encuentra expresando en nuestro lenguaje erudito las
significaciones de complejos textos indios cuya lógica no nos re- LA MUERTE HEROICA ENTRE LOS GRIEGOS
sulta familiar; él nos hace ver los segundos planos que dan espesor
al texto y que establecen un tejido de relaciones entre cosas que pa-
recen ajenas entre sí. Él no imita esta tarea; él está dentro y la resti- AQUILES,
ELIDEAL
DELHOMBRE
HEROICO
tuye por la palabra. He conocido poca gente que me haya transmi-
tido este mismo sentimiento de gravedad, de riesgo y de felicidad. No ESFÁCILhablar de la muerte heroica en Grecia. Uno no sabe
En la pareja que forman el maestro y el discípulo, la relación a verdaderamente por qué punta comenzar, ya que son muy nume-
menudo me ha parecido menos jerárquica que recíproca. Cuando rosas. Lo más simple es empezar por el personaje que encarna, a
no se trata de que uno enseñe por un lado y el otro aprenda por nuestros ojos y también a ojos de los griegos, el ideal del hombre y ';::;,:1',,)
""'11'1
otro, sino de buscar una comprensión en común, es difícil decidir ,11' ''''~
la muerte heroicos: Aquiles. En los relatos que lo mencionan, no , t' ,
quién de los dos da y recibe más. sólo en la Ilíada sino también en las historias legendarias que nos ;,I'I'!
111,:11',.'
han sido transmitidas por otras fuentes, el dilema se plantea clara- "',!IN
mente a propósito de una elección casi metafísica entre dos for-
I III~~,'I
,111'
i ','
mas de vida opuestas. , i"III"i)~¡Al
Aquiles es el hijo de un simple mortal, Peleo, y de una diosa, • 'Ir.
,~.II".II'
"'11M
I1
Tetis. Zeus y Poseidón querían desposar a Tetis o, al menos, unirse
con ella. Cuando Promete o les hace saber que el hijo de Tetis será
más fuerte, más brillante, más sobresaliente que su padre, ellos re-
nuncian a ella. No quieren que hijos más poderosos que ellos rea-
nuden, en la nueva generación, la guerra entre los dioses. Es una
ley de la mortalidad que implica que cada generación debe nece-
sariamente ocupar el lugar de la precedente, como las olas del
mar. Para evitar ser destronados por sus hijos, los dioses envían a
Tetis entre los humanos y la ofrecen a Peleo. La diosa no está muy
de acuerdo, y por eso adopta toda clase de formas para escapar de
esta unión hasta que, finalmente, se transforma en jibia, en sepia,
porque al ser atrapada arroja una tinta y se vuelve invisible. Pero
Peleo la acorrala en una toma absolutamente ineludible y tiene un
hijo con ella, Aquiles. Éste, en efecto, es más fuerte que su pa~re,
el viejo Peleo, y el más fuerte del mundo. Es una suerte de heroe
maravilloso, invencible, aunque igualmente encarna eso que los
dioses han querido evitar: la ley de la sucesión de las generacio-
71

ld
\.

72 A TRAVESAR FRONTERAS
HACIENDO CAMINO 73
nes. Los hombres nacen, crecen y mueren, y también Aquiles, en siempre y en todo el mejor, y para probarlo se pondrá continua-
un momento dado, deberá irse para que una nueva generación mente -es la moral guerrera en el combate-, sin dudar, en la pri-
aparezca. Tetis quiere conferirle a Aquiles la inmortalidad. To- mera fila y se jugará cada día, en cada enfrentamiento, su psyché,
mándolo del talón, sumerge al recién nacido en la aguas del Esti- él mismo, su propia vida, todo. ¿Por qué todo? Esta concepción de
gia. Si logra salir de esta prueba terrorífica -porque el Estigia es en una forma de vida que adhiere a un sentido del honor, la timé,
cierta manera la muerte-, las partes del cuerpo que hayan sido su- provoca también que todos los honores del Estado, los honores es-
mergidas se convertirán en inmortales. Y esto es lo que le sucede a tablecidos, pierdan su valor.
Aquiles. Él es, pues, un ser humano que, por su persona, su pa- Al comienzo de la Iliada, los reyes están reunidos, cada uno
sado y su genealogía, se sitúa en el cruce entre lo divino y lo hu- con su ejército, los basiléis, y Agamenón, el rey de reyes, basiiéuia-
mano. Sólo una pequeña parte de su cuerpo sigue siendo mortal: tos, goza del mayor honor en el plano social. Agamenón debe en-
el talón -porque era preciso que Tetis lo sostuviera de alguna tregarle su hija al sacerdote de Apolo. En su reemplazo, toma a la
parte-, y por ahí es que él perecerá. joven Briseida, que había sido concedida a Aquiles como su parte
Así, este hombre es la imagen misma del guerrero y de sus vir- de honor. Cuando se distribuye el botín, se comienza por darle a
tudes: no sólo el coraje, sino también esta forma de moral aristo- cada uno una parte igual a la de los demás; después, la elite recibe
crática que constituye al mismo tiempo el trasfondo de la muerte una parte de honor, un geras especial. Briseida representaba para
heroica, donde un hombre es kalós kagathós, "bello y bueno", como Aquiles la señal que todo el ejército griego le otorgaba para mani-
si su calidad de hombre eminente, incomparable, se leyera en su festarle que no era como los otros, sino un hombre aparte que
cuerpo, en su presencia, su gestualidad, su marcha, su manera de cambiaba la cara de la guerra por completo, porque le daba un
presentarse. Si un hombre como Aquiles aparece en un círculo, es sentido particular debido a su coraje, a su ímpetu. Es este geras lo
como si lo hiciera un dios. Él encarna esta especie de excelencia que Agamenón le arrebata. Cuando el ejército se reúne, forma un
que se manifiesta en un brillo luminoso, como la belleza en una jo- círculo, dejando libre un espacio en el centro, una suerte de ágora,
ven semejante a una diosa. De alguna manera, es así como los grie- donde pueden hablar todos los reyes. Aquiles acude y menospre-
gos ven a Aquiles: sin ninguna moral del pecado, de la falta o del cia a Agamenón: "¿Qué derecho tienes a arrebatármela? ¡Esuna
deber; existe la idea de que debe ser una persona de bien, no caer gran ofensa la que me has hecho! No eres más que un cobarde. Tú,
en bajezas, vilezas, envidias; debe mantenerse en esta línea. que te refugias en las últimas filas, que no sabes lo que es, en el
Aquiles se enfrenta a una elección entre dos caminos. Por un cuerpo a cuerpo, el cara a cara con los enemigos, comprometer la
lado, una vida pacífica y dulce, una vida larga, con una mujer, hi- psyché" -, Se puede ver claramente que en esta escena se oponen,
jos, su padre, y luego la muerte al fin del camino, en su lecho, como por un lado, el honor ligado al mérito y a la virtud particular de
les sucede a todos los ancianos. Desaparecería en el Hades, en una un combatiente y, por el otro, los honores ordinarios, sociales.
suerte de mundo sombrío de cabezas vestidas de noche, donde Agamenón es el rey, pero al mismo tiempo el honor que recibe es
nadie tiene nombre ni individualidad, y donde se convertiría en inconmensurablemente menor que el de Aquiles. Es una verda-
una sombra inconsistente; después, nada, nadie. O bien, por el dera inversión del nivel social, y Aquiles se lo hace comprender.
contrario, lo que los griegos llamaban la vida breve y la bella Cuando, más tarde, Agamenón intenta reconciliarse con
muerte, kalós thánatos. No hay bella muerte si no hay vida breve. Aquiles, que se ha retirado del combate -ahora bien, sin él, el ejér-
Eso significa que, en el ideal heroico, un hombre puede elegir ser cito aqueo no puede enfrentarse a los troyanos-, el rey le envía
72 ATRA VESAR FRONTERAS HACIENDO CAMINO 73

nes. Los hombres nacen, crecen y mueren, y también Aquiles, en siempre y en todo el mejor, y para probarlo se pondrá continua-
un momento dado, deberá irse para que una nueva generación mente -es la moral guerrera en el combate-, sin dudar, en la pri-
aparezca. Tetis quiere conferirle a Aquiles la inmortalidad. To- mera fila y se jugará cada día, en cada enfrentamiento, su psyché,
mándolo del talón, sumerge al recién nacido en la aguas del Esti- él mismo, su propia vida, todo. ¿Por qué todo? Esta concepciónde
gia. Si logra salir de esta prueba terrorífica-porque el Estigia es en una forma de vida que adhiere a un sentido del honor, la timé,
cierta manera la muerte-, las partes del cuerpo que hayan sido su- provoca también que todos los honores del Estado, los honores es-
mergidas se convertirán en inmortales. Yesto es lo que le sucede a tablecidos,pierdan su valor.
Aquiles. Él es, pues, un ser humano que, por su persona, su pa- Al comienzo de la Iliada, los reyes están reunidos, cada uno
sado y su genealogía, se sitúa en el cruce entre lo divino y lo hu- con su ejército,los basiléis, y Agamenón, el rey de reyes, basiléuta- l.
mano. Sólo una pequeña parte de su cuerpo sigue siendo mortal: tos, goza del mayor honor en el plano social.Agamenón debe en-
el talón -porque era preciso que Tetis lo sostuviera de alguna tregarle su hija al sacerdote de Apolo. En su reemplazo, toma a la
parte-, y por ahí es que él perecerá. joven Briseida, que había sido concedida a Aquiles como su parte
Así, este hombre es la imagen misma del guerrero y de sus vir- de honor. Cuando se distribuye el botín, se comienza por darle a
tudes: no sólo el coraje, sino también esta forma de moral aristo- cada uno una parte igual a la de los demás; después, la elite recibe
crática que constituye al mismo tiempo el trasfondo de la muerte una parte de honor, un geras especial. Briseida representaba para
heroica, donde un hombre es kalós kagathós, "bello y bueno", como Aquiles la señal que todo el ejércitogriego le otorgaba para mani-
si su calidad de hombre eminente, incomparable, se leyera en su festarle que no era como los otros, sino un hombre aparte que
cuerpo, en su presencia, su gestualidad, su marcha, su manera de cambiaba la cara de la guerra por completo, porque le daba un
presentarse. Si un hombre como Aquiles aparece en un círculo, es sentido particular debido a su coraje, a su ímpetu. Es este geras lo
como si lo hiciera un dios. Él encarna esta especie de excelencia que Agamenón le arrebata. Cuando el ejército se reúne, forma un
que se manifiesta en un brillo luminoso, como la belleza en una jo- círculo,dejando libre un espacio en el centro, una suerte de ágora,
ven semejantea una diosa. De alguna manera, es así como los grie- donde pueden hablar todos los reyes. Aquiles acude y menospre-
gos ven a Aquiles: sin ninguna moral del pecado, de la falta o del cia a Agamenón: "¿Qué derecho tienes a arrebatármela? ¡Esuna
deber; existe la idea de que debe ser una persona de bien, no caer gran ofensa la que me has hecho! No eres más que un cobarde. Tú,
en bajezas,vilezas, envidias; debe mantenerse en esta línea. que te refugias en las últimas filas, que no sabes lo que es, en el
Aquiles se enfrenta a una elección entre dos caminos. Por un cuerpo a cuerpo, el cara a cara con los enemigos, comprometer la
lado, una vida pacífica y dulce, una vida larga, con una mujer, hi- psyché". Se puede ver claramente que en esta escena se oponen,
jos, su padre, y luego la muerte al fin del camino,en su lecho,como por un lado, el honor ligado al mérito y a la virtud particular de
les sucede a todos los ancianos. Desaparecería en el Hades, en una un combatiente y, por el otro, los honores ordinarios, sociales.
suerte de mundo sombrío de cabezas vestidas de noche, donde Agamenón es el rey, pero al mismo tiempo el honor que recibe es
nadie tiene nombre ni individualidad, y donde se convertiría en inconmensurablemente menor que el de Aquiles. Es una verda-
una sombra inconsistente; después, nada, nadie. O bien, por el dera inversión del nivel social, y Aquiles se lo hace comprender.
contrario, lo que los griegos llamaban la vida breve y la bella Cuando, más tarde, Agamenón intenta reconciliarse con
muerte, kalós thánatos. No hay bella muerte si no hay vida breve. Aquiles, que se ha retirado del combate -ahora bien, sin él, el ejér-
Eso significa que, en el ideal heroico, un hombre puede elegir ser cito aqueo no puede enfrentarse a los troyanos-, el rey le envía
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HACIENDO CAMINO

una delegación. Esta delegación le explica que Agamenón reco- que chochea y que, por consiguiente, está a punto de marcharse, y
noce sus errores: le devuelve a Briseida, a la que no ha tocado; le es como si no hubiera vivido. Mientras que, si uno muere en el
ofrece toda clase de riquezas, trípodes, animales, parte de sus tie- momento en que ha demostrado lo que puede nacer en la belleza
rras, e incluso a una de sus hijas sin exigirle dote. Pero Aquiles se de su juventud, su existencia escapará de la usura del tiempo, de
rehúsa porque, en ese contexto del honor heroico que lleva a la la mortalidad ordinaria. En la lliada,en el momento en que Héctor,
muerte heroica, se encuentra siempre frente al "todo o nada". Si perseguido por Aquiles, va a enfrentarse con el héroe, Príamo,
en la vida social hay grados, se contrabalancea, se consideran los desde lo alto de las murallas, le ruega a su hijo que huya, que pase
asuntos; en contraposición, la ofensa que le ha sido infligida no la puerta de entrada para refugiarse en las murallas. Le dice más o
puede ser reparada. Aquiles explica que poco le importa el honor menos esto: "Para el joven guerrero que cae en el campo de bata-
ordinario que los griegos le tributan, poco le importan todos los lla, todo es bello, todo es conveniente, panta kaiá, pant'epéoiken,
regalos que le ofrecen, porque hay dos clases de bienes: los que se pero la muerte para un viejo como yo, Príamo, si tú sucumbes,
intercambian, se ganan o se pierden, y que se pueden reemplazar será horrible". Príamo añade que quedará cubierto de sangre y
cuando se los ha perdido; y los bienes esenciales desde el punto que los perros a los que, en otro tiempo, les daba de comer en los
de vista de los valores humanos -de nuevo, el "todo o nada" -, eso patios del palacio, vendrán a devorarle los genitales. Tirt~o, en
que, cuando se pierde, no se recupera jamás, es decir, la vida, uno Esparta, retomará la misma imagen afirmando que, para el Joven
mismo. Únicamente eso, en cada momento decisivo, no es com- guerrero que cae en la primera fila en la flor de su juventud, al
prable ni intercambiable, sólo eso se pierde de manera definitiva. arriesgar su propia vida y su persona, "todo es hermoso, todo
He aquí el honor heroico, que se inscribe en una categoría dife- conviene"; los hombres lo admiran, las mujeres lo veneran y las
rente a la del honor ordinario. generaciones futuras continúan admirándolo. No dejará, a trav~s
Cuando se juega de este modo al "todo o nada", se puede es- de esta muerte -que si bien él no ha elegido, al menos la ha reci-
tar seguro de morir un día u otro, porque ningún hombre es in- bido, aceptado-, de ser lo que era en vida, es decir, un hombre jo-
mortal, ni siquiera Aquiles. Quien vive su existencia, su propia ven en el esplendor de su fuerza y de su belleza. Eso es lo que dirá
persona de este modo, que consiste en elegir poner todo en juego,
incluso su funeral. ¿Por qué?
a uno mismo, a fin de mostrarse, de demostrarse, de probar que En la Grecia del siglo IX no existe todavía una escritura verda-
justamente es en verdad un hombre sin acomodamiento, sin co- deramente desarrollada. Ahora bien, toda sociedad debe tener raí-
bardía, es seguro que morirá joven. Y esta muerte no es como la de ces, un pasado para mantener su identidad. Para los griegos de esa
los otros. Así como hay un honor heroico que no es el honor ordi- época, que no tenían escritos ni archivos, cuando no existía ningw:a
nario, también hay una muerte heroica que no es una muerte or- declaración durante un matrimonio o un nacimiento, la memona
dinaria. ¿Por qué? Porque el joven en la flor de su edad y de su be- social estaba asegurada por una persona, el mnemon, aquel que se
lleza que cae en el combate no verá a su cuerpo marchitarse y acuerda, el que debe almacenar en su cabeza todo el saber que per-
reblandecerse, lo que la edad provoca en todas las criaturas mor- mita a cada uno conocer su identidad: quién es su padre, quiénes
tales. Así es la ley del género humano: uno nace, crece, se con- son sus abuelos y mucho más, las genealogías, pero también los lí-
vierte en un efebo, en un joven, en un hombre "hecho", y después, mites de su terreno. Al mismo tiempo, es preciso que ese grupo
poco a poco, contrariamente a lo que pasa entre los dioses, se de- tenga en común un cierto número de cosas conocidas, de val~r~s,
bilita, se deteriora, se degrada, se convierte en un viejo fatigado de imágenes del mundo, de concepciones de sí mismos, de tradicio-
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nes,intelectuales y espirituales: son los aedos, los cantores, quienes LA RESPUESTAGRIEGA AL PROBLEMA DE LA MUERTE
estan ~ cargo de eso. Ellos están inspirados por una divinidad que
los gnegos llaman Mnemosyne, Memoria. La memoria está divini- De todas maneras, en esta visión tan positiva del hombre, los grie-
zada en la medida en que no hay escritos para llevar el registro de gos debían aún dar respuesta a esos problemas que todas las cultu-
lo que los antropólogos denominan el "saber compartido". ras tienen que resolver, por más diferentes que sean entre sí. Por
Esta memoria es el canto de los poetas, la tradición de la Ilíada ejemplo:¿cómo se explica la existencia de dos sexos? ¿Por qué hay
y de la Odisea, de los Cantos ciprios e incluso de muchas otras his- hombres y mujeres? Así, Hipólito se pregunta por qué hay muje-
t~rias. Es lo que constituye las raíces del grupo y es lo que, en los res. ¡Nodebería haber más que hombres! Seríamejor y mucho más
SIglosv, IV y también en la época helenística, los niños de Grecia simple. Pero hay hombres y mujeres; y por añadidura, eso no es lo
aprenden de memoria y conocen. En ese sentido, la Ilíada, que peor, ya que únicamente las mujeres dan vida, el nacimiento im-
para nosotros es un simple texto, en un momento dado ha sido plica un vientre femenino. Yeso no es lo peor aun, porque no sólo
ese canto tradicional que, de generación en generación, los poetas ellas engendran mujeres, sino que ellas ¡también engendran hom-
narraban, repetían y modificaban a la vez, retomando lo que se les bres! Todaslas culturas intentan resolver esos problemas. Entre los
había enseñado e improvisando para un público nuevo. Todo eso griegos, es el mito de Pandora.
formaba. el fondo común intelectual y espiritual de los griegos, Pero está también el problema de la muerte. ¿De dónde viene?
que en CIertamanera era más vivo, más actual que ellos mismos. ¿Por qué morimos? Los griegos respondieron estas preguntas en
En el marco de esa civilización griega, que ha cambiado mucho el marco de esta cultura aristocrática del honor heroico, por esta
desd~ l~ época homérica, Aquiles es, más que ningún otro, un per- idea de la muerte heroica. Independientemente de lo que acabo de
sona}eSIemprepresente en cada generación; no hay griego, ya sea decir, existe, pues, una dimensión metafísica. En la Iliada, cuando
Platon, Jenofonte o Alcibíades, que no lo tenga a su lado. Aquiles se ha retirado del combate, los troyanos empujan a los
La muerte heroica no sólo proporciona un honor incompara- griegos hasta sus naves. Dos licios,Glauco y Sarpedón, son perso- r,
ble, ella da cuenta también de la paradoja de una criatura humana najes heroicos, dos jóvenes gallardos que quieren aprestarse para
mortal, efímera, condenada a un ciclo que caracteriza al hombre partir hacia la primera fila. Nunca es fácil marchar a la primera
en oposición a los dioses: el paso a través de estadios hasta la fila, exponer en la confrontación del combate la propia existencia,
muerte lamentable. Aquiles escapa de todo esto. En ese mundo "todo o nada". Dudan, y se plantea una discusión interesante en-
~riego, no existe la idea, propia de nuestra civilización judeocris- tre esos dos jóvenes. Sarpedón dice: "Es precisoir hasta allí;si entre
tiana, de que en cada uno de nosotros habría una parte que sería nosotros, los hombres, los licios,nos brindan grandes honores, nos
el nosotros mismos, el alma, el espíritu inmortal, individualizado alaban, nos dan las mejores tierras, nos ofrecen las mujeres más
e incluso más que individualizado, porque, finalmente, con la re- bellas, los más hermosos caballos, nos permiten llevar una vida
surrección de la carne, nuestros cuerpos deben volver, y por lo maravillosa de honores, es porque somos reyes, porque nosotros
tanto, estamos condenados a una inmortalidad bienaventurada. combatimos en la primera fila". Él razona, falsamente, como si hu-
Para los griegos, eso no existe. Por el contrario, somos un cuerpo; biera, de manera obligatoria, un acuerdo preestablecido entre el
el alma está compuesta de soplos inconsistentes y, cuando mori- hecho de ser el rey, como lo es Agamenón, y el hecho de ser he-
mos, pasamos al Hades, no somos nada.
roico, como lo es Aquiles. Ahora bien, en ese caso, Agamenón se
queda atrás y Aquiles se lanza a la primera fila:su condición es di-

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ferente. Sa~pedónafirma que, si es reconocido como rey,es porque gloria cantada, imperecedera: Aquiles será cantado indefinida-
se lo considera capaz de la muerte heroica; como si, al ser rey, mente, de generación en generación. Luego, la memoria funeraria:
fuera necesari~ aceptar esa muerte, y como si únicamente los que será erigida una tumba con una estela donde se grabarán el nom-
son reyes socialmente supieran aceptarla. Esto no es verdad. bre de Aquiles y algunas palabras, un verso o dos, quizá.
Luego, Sarpedón se rectificay confía a su compañero la verdadera ¿Por qué es preciso insistir en este punto? Para un cristiano,
r~~ón: "~i,nosotros, pobres humanos, mortales y efímeros, tarn- hoy, la muerte no es nada, es un pasaje que no daña su individua-
bién pudiésemos vivir como los dioses, eternamente, sin conocer lidad: los seres que él amaba se han ido a otra parte con sus indi-
la muerte, y siempre jóvenes, la corva y los brazos siempre en vidualidades. Esa preocupación por la individualidad en el inte-
forma,.entonces no debería incitarte a arriesgar tu vida en la pri- rior del pensamiento cristiano está marcada justamente por la
mera fila. ¡Perono! ¡Lavejez, la edad vieja, la fatiga, la muerte al fi- idea de la resurrección de los cuerpos. ¿De qué modo el alma de
nal del camino; no escaparemos de todo eso! Es la verdadera ra- alguien -incluso muy espiritual- podría ser independiente de su
zón por la cual te pido que vayas". rostro, de sus gestos, de su piel, de su prestancia? Si verdadera-
Se puede observar que la apuesta por la muerte heroica -lo mente existe una inmortalidad de las personas en su singulari-
que verdaderamente se plantea- es el hecho de que nosotros, los dad, es preciso que los cuerpos también resuciten. La idea de la
humanos, a pesar de todo, no podemos dejar de cuestionamos el resurrección de los cuerpos para los antiguos griegos es impensa-
sentido de todo eso. ¿Por qué he hecho tantas cosas, conocido tan- ble. La cuestión de la individualidad permite, pues, distinguir
tas l~chas, tantas fatigas de las que no me quedará nada? Cómo netamente la cultura cristiana de la cultura griega. Permite tam-
podna llegar a cumplir una hazaña que me distinga del común de bién distinguir la cultura griega de la cultura hindú.
los mortales, no como un dios, sino como si el brillo de lo divino se Entre nuestros griegos, digamos entre los homéricos,se incine-
posara s~bre ~í, u~ ser humano, del mismo modo que la belleza ran los cadáveres. Patroclo es incinerado, también Héctor.Hay una
d~ Afrodita se inclina sobre una bella joven y, repentinamente, la gran ceremonia durante la cual se erige una especie de pira; allí se
! !

VIdahuman~ :e aclarara, deviniera otra, única, como si llegara a deposita el cadáver del joven guerrero heroico que el canto inmor-
ser otra también por el heroísmo de ciertos combatientes. talizará para siempre. Cuando Héctor cae en el campo de batalla
He aquí, creo, uno de los sentidos de la muerte heroica que -aquel Héctor a quien los griegos han temido y detestado-, los grie-
nos lleva a comprender que, en ese esfuerzo en el interior mismo gos lo rodean. Le quitan sus armas y su coraza, queda desnudo,
de esta c~ncepción.~riega del hombre -una concepciónmuy terre- gymnós, y, como dice la Ilíada, "admiran la belleza de Héctor". Él
na~-, la VIda,la felicidad de la vida, el coraje, la fuerza, el ímpetu, también es un hombre joven, y las primeras preocupacionesfunera-
la Juventud, el placer amoroso son los únicos valores que cuentan. rias consisten en devolver a ese cuerpo que ahora es un soma, un ca-
Pero todo eso se deshilacha, no es nada. Entonces, ¿cómo puedo dáver, toda la belleza de su juventud. Le limpian las llagas, lo per-
en.contr~r la manera de alcanzar un poco la estabilidad de esta fuman, lo untan con aceite;es hermoso admirarlo, a diferencia del
existencia, que a.tribuyoa los dioses? Esta estabilidad depende del cuerpo de un viejo. Después lo depositan en la pira, lo incineran.
hecho de ~ue rru nombre, mi existencia singular, lo que he hecho, Cuando el ardor del fuego se calma mediante las libaciones,se pue-
10 que he SIdo,permanezcan inscritos para siempre en la memoria den ver y distinguir los restos del cadáver sobre la ceniza. Recogen
de los hombres. y esto, de dos maneras. En primer lugar, los poetas esas osamentas con la mayor preocupación, las depositan en una (/~
celebran en sus cantos lo que los griegos llaman kleos áphthiton, una urna, a menudo con aceite,cubierta con una tela, y las entierran. Fi- ~;¿
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HACIENDO CAMINO 81
80 ATRAVESAR FRONTERAS

nalmente, elevan un túmulo para que cada uno pueda ver el sitio medio de todos, e incluso más vivo en el pensamiento de los vivos
donde las osamentas del muerto han sido sepultadas, exactamente que los mismos vivos. Esa paradoja implica que, contrariamente a
de la misma manera como todos escucharán los cantos. Ésta es la la idea india de un retorno a lo Absoluto -que es un anonada-
Mnemosyne, la memoria cantada, la mneme del muerto. miento-, la muerte tenga un aspecto atroz, horrible. Gracias a que
También en la India se procede a la cremación del muerto se vive la muerte como algo monstruoso, la muerte heroica ha
pero cuando el fuego se extingue y se ven las osamentas blancas: sido idealizada de este modo, como solución vertiginosa e increí-
se las recoge y se hace lo que se llama, desde el punto de vista fu- ble a una condición humana marcada por la mortalidad. Y,por
nerario, una segunda cremación: se queman los huesos para que consiguiente, el héroe que ha elegido la muerte heroica acoge tam-
también se consuman completamente. Después, en lugar de poner bién la idea de que existen poderes que simbolizan la muerte.
las cenizas en un sitio preciso, con una estela que marque el punto La muerte en Grecia, Thánatos, es un nombre masculino, y la
singular de la superficie de la tierra donde el hombre y sus restos muerte heroica también. Cuando, en los jarrones, se ve aparecer a
se encuentran, se los arroja al agua de un río o se los dispersa para Thánatos, a menudo con su hermano Hypnos, Sueño, no resulta
que no subsista ninguna huella de lo que el difunto fue. para nada horroroso. Está vestido con un casco y presenta la be-
Entonces, ¿cómo hacer para que lo que un hombre ha sido a lo lleza de la muerte juvenil. Pero están también las Keres, descritas
largo de su vida y los actos heroicos que ha realizado no sean olvi- por Hesíodo de manera terrible: ellas atrapan los cadáveres, los
dados, para que la civilización en cierto modo se haga cargo de lo devoran; y sobre todo, está la imagen misma de la muerte, que es
que ha hecho y que sea un elemento vital para las generaciones la Gorgona, Medusa, es decir, un rostro monstruoso que petrifica.
venideras? En la India, es preciso que todo lo que el hombre ha Cuando leemos los textos sobre Perseo y la Gorgona, advertimos
hecho y ha sido se disperse frente al Todo, a un Absoluto que es, al que ella representa el hecho de que la muerte es algo impensable
mismo tiempo, la nada. Es preciso que se disperse el peso de los para un hombre. Esta Gorgona, de la que se nos dice que es un
actos, de la singularidad, de la individuación. En la India, cuando monstruo que no se puede ver ni nombrar, indecible e irrepresen-
un hombre sacrifica un animal o alguna otra cosa, es él mismo table, condensa lo absurdo, el no sentido, lo no humano. Alguien
quien, por procuración, arde en el fuego, y toda su acción consiste que vivía y que ya no vive más; he aquí lo absurdo, lo impensable,
:n ll~gar a ese momento en el que él mismo se sacrifica,en el que la muerte. Y es eso impensable lo que hay que evitar.
el rrusmo va a entrar en esta especie de nada cósmica de la que ja- He aquí, pues, una solución para la condición humana: en-
más debió ser separado. Pero, como ha escrito Weber, para los contrar en la muerte el medio para superar esta condición, vencer
griegos no hay religión extramundana; lo religioso y lo sagrado la muerte por la muerte misma, dándole un sentido que ella no
están en el mundo, los dioses forman parte del cosmos, es la vida tiene, del que ella está absolutamente privada.
la que es sagrada. El problema, entonces, es diferente: ¿cómo se
puede mantener una individualidad en tales condiciones?
La solución del heroísmo, que se ha mantenido en todas las LA LECCIÓN DE LA ODISEA

ciudades griegas, constituye justamente un esfuerzo por resolver


esa paradoja. y esa paradoja a menudo implica también la afirma- Sin embargo, en el interior mismo del sistema, se encuentra lo
don de que la muerte heroica liga a una gloria inmortal a aquel contrario, sobre todo en la Odisea, cuando Ulises, al fin de su viaje
'Iul' In ha enfrentado, que deviene, por su kleos, inmortal y vivo en al arribar a la boca de los Infiernos, en el límite del mundo, más

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allá del Océano, hace venir a los muertos. Entonces, un "severo te-
mor" se apodera de él cuando ve subir la masa de sombras. Ellas canto de saber a la vez. Ellas se dirigen a Ulises, que las escucha:
no tienen rostro ni voz, y en lugar de hablar claramente, emanan "Ulises, tú, tan célebre, tan alabado, has venido. Vamos a decirte
una suerte de murmullo horroroso, inaudible. y a Ulises le viene todo. Tú serás muy sabio, tú sabrás la verdad si nos escuchas".
la idea de que también él podría convertirse en una sombra incon- Ulises intenta desatarse, pero había dado la consigna a sus mari-
sistente. Para un ser que vive a la luz del sol, la amenaza que pesa neros de que apretaran sus lazos si él se sacudía, lo que ellos ha-
sobre él es sumergirse de golpe en la noche, hundirse en la ce- cen para inmovilizarlo. Luego, toman los remos y parten. Pero
guera,.no ver más, ni ser visto, no tener más rostro, ni poder ha- ¿qué le han revelado a Ulises las sirenas? Le hacen entender, can-
blar, m ser nada ni nadie. tando, lo que Mnemosyne, Memoria, le revela al aedo: lo que es,
~espués aparece Aquiles, bebe la sangre del cordero que le lo que ha sido y lo que será, todo el curso del tiempo de los huma-
perml~e, por ~n breve instante, volver a ser consciente y hablar nos que se despliega, con las hazañas de los héroes; y ellas, sin
con Uhses. Ulises es lo contrario de Aquiles. Aquiles es el hombre duda, van a revelar a Ulises quién es él mismo, sus aventuras, sus
de la vida corta y de la muerte gloriosa; Ulises es el hombre del re- conductas heroicas, su viaje, en cierto modo, su destino. Él habría
t~rno junto a los su~os, de una vida larga con su mujer, de la fide- querido continuar escuchando ese canto, pero todos aquellos que
hdad a sí mismo, a Itaca, a Penélope, a su propia vida. Ulises ve a han cedido a esta seducción, a esta tentación de un saber que no le
Aquiles en el reino de las sombras y le dice: "Tú que eres el más está permitido al hombre, han quedado alrededor de la isla, sobre
grande de los héroes, tú a quien todo el mundo admira, tú que la ribera, sobre los prados en flor.Sin embargo, sus cadáveres y su
e:as c~mo un sol entre nosotros, en la luz de la vida, ahora que es- carne en descomposición son el alimento de los pájaros. Porque
tas ahí, debes ser como un rey en medio de las sombras". Aquiles las sirenas, al revelar al marino que todavía está vivo y que pasa
le responde que preferiría ser el último de los esclavos de un cam- delante de ellas los secretos que quiere conocer, le predicen una
pesino, desdichado en el estiércol, pero vivo, antes que ser Aqui- muerte ignominiosa, opuesta a la bella muerte. La "bella muerte"
les muerto. Hay, pues, un contrapunto: mostrar que incluso la tiene un opuesto, el "ultraje al cadáver", es decir, el trato que se le : I
I

muerte del héroe es una cosa terrible y que, justamente, es preciso inflige a los enemigos muertos para que no se vuelvan memora-
encontrar la manera de salir de ella. bles, para dejar que se pudran. Es así como Aquiles quiere ultrajar
El episodio de las sirenas no es menos significativo. Ulises a Héctor cuando lo arrastra con su carro y se encarniza con su ca-
navega por el camino de retorno y Circe, con quien él ha vivido dáver para que no acceda a la bella muerte, y es también eso lo
feliz, le aconseja prestar atención porque, cuando su nave roce el que hacen las sirenas.
islote de las sirenas, si se deja seducir, será su fin. No debe escu- En la lliada, el viejo Príamo, guiado por Hermes, le reclama a
charlas. ~stuto, Ulises pone cera en los oídos de sus marineros y, Aquiles el cuerpo de su hijo Héctor, que ha sido ultrajado y debe-
como qUIere escuchar a las sirenas, que son como musas, que ría encontrarse en un estado deplorable. Aquiles es el enemigo
cantan con voz maravillosa, son pájaros en la parte de abajo de de Héctor, lo detesta, no porque es troyano (no hay nación, tam-
sus cuerpos y mujeres por lo alto, se hace atar al mástil. Frente a poco chovinismo, griegos y troyanos se comprenden muy bien,
la isla de las sirenas, el navío no avanza, la calma reina súbita- hablan la misma lengua, tienen las mismas reacciones, y los tro-
mente, los marineros permanecen con sus remos y las sirenas yanos están descritos por el poeta con la misma simpatía), sino
cantan. Es un canto irresistible, canto de seducción femenina y porque ha matado a Patroclo, que era para él como un hermano.
Héctor ha elegido la muerte heroica; él mismo lo dice al comienzo
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del enfrentamiento; cuando comprende que Aquiles es más fuerte La inmortalidad, el kleos áphthiton que confiere la muerte he-
que él, se pregunta si podría tratar de transformar esta situación roica,no atraviesa las fronteras del Hades: Aquiles es conocido en-
en una especie de intercambio galante, de hablar con Aquiles y tre los vivos, pero en el reino de los muertos deja de existir.Entre-
plantearle que le devolverán a Helena. Pero no, se dice a sí mismo tanto, en esta muerte heroica y detrás de esta especie de idealidad
que debe combatir para que los "hombres del futuro" sepan quién de la muerte que los griegos han intentado precisar -así como han
es. Es la muerte heroica. Aquiles quiere impedir que acceda a esa precisado una suerte de idealidad del espacio y del número en ~us
muerte privándolo de los funerales, mutilando su cadáver para matemáticas-, encontramos también la afirmación de que la Vida
que no se parezca a nada, que no sea más que un montón de merece ser vivida si le damos un sentido y que ese sentido no está
carne. Naturalmente, los dioses se mantienen en vela; Afrodita y en el exterior, en un lejano más allá; los dioses están ahí, en el
Hermes afirman claramente a Príamo que procuraron que el ul- mundo, pero ese mundo es inaccesible,existe una fronte~a.Existe,
traje no tenga éxito. Por lo tanto, el cadáver de Héctor está allí y por cierto, un culto heroico,pero la vida y la muert: de qmen~s~an
Aquiles está a punto de celebrar un banquete. Una escena maravi- estado vivos son, fundamentalmente, un asunto solo de los vrvien-
llosa muestra la estupefacción de Aquiles cuando ve entrar al tes y nos compete como sus herederos. Ésa es la cont~uidad en l.a
viejo Príamo; después se establece una especie de juego donde no civilizacióndel canto de los poetas, de la gloria de Aquilesy de Uli-
se sabe bien quién es quién y donde, finalmente, Aquiles piensa ses; aquí se ve cuál es la apuesta de la muerte heroica, y no se trata,
en sí mismo, en su padre, y una especie de emoción se apodera de como tendemos a pensar Yesperar, del ingreso a otro mundo, a un
él. ¿Habrá una muerte heroica? ¿Habrá una suerte de engrandeci- más allá, de la recompensa de una suerte de paraíso donde seremos
miento del personaje de Héctor o Aquiles terminará destruyén- todavía nosotros mismos, pero bajo la forma de una individualidad
dolo? Al mismo tiempo, el héroe, que daba pruebas frente a Aga- sin vínculo con lo que éramos antes, seres vivientes.
menón de una altivez tal, de un espíritu de superioridad tal, va a
experimentar algo parecido al retorno a una especie de humani-
dad más simple y más común, a la idea de su padre. Todo un EL IDEAL ARISTOCRÁTICO EN LA DEMOCRACIA

juego se establece entre lo humano y lo heroico.


De hecho, en ese sistema de la muerte heroica reside al mismo El ideal de la muerte heroica se sostendrá mediante el conoci-
tiempo la idea de que la muerte es un umbral infranqueable, de- miento de los textos homéricos a través de toda la Antigüedad. Se
trás del cual se encuentra un mundo de horror, de anonimato, un sabe de manera casi cierta que, en la biblioteca de Alejandría, los
magma donde cada uno se pierde. Aquiles no entiende la fama manuscritos de la Ilíada y de la Odisea eran más importantes que
que brinda la muerte heroica cuando está en el reino de sombras; todo el resto. Platón, que pensaba que era preciso expulsar a los
no más orejas, no más ojos. Si Ulises se hubiera dejado llevar y, poetas de la ciudad después de haberlos coronado, e~plica bien
estando vivo, hubiera escuchado lo que las sirenas cantaban so- cómo a los ojos de los griegos el texto de Homero contiene todo el
bre él en la muerte, se habría convertido en un cadáver en des- saber. No sólo los valores heroicos, sino también la manera de la-
composición. Por evitar ese obstáculo, Ulises se ha convertido, brar, de navegar, cómo un carpintero construye un barco, etc. El
cuando retorna a su hogar, en el héroe de la fidelidad, de la reme- texto nunca cae en el olvido.
moración, del recuerdo: el héroe de la fidelidad a sí mismo, de la Hay otros valores, por cierto,pero la ciudad, según mi opinión,
curiosidad del mundo y del retorno junto a los suyos. e incluso la ciudad democrática, permanece enraizada en los valo-

Lj
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86 ATRAVESAR FRONTERAS
mento no es solamente el símbolo de un poder real particular, sino
res aristocráticos. En el problema de los orígenes de la ciudad se que se convierte en el signo de un derecho igual a la ~a~~bra.
encuentra la idea sorprendente de que un grupo humano no Quien quiera hablar avanza hacia el centro para dar su opmlOnal
puede ser dirigido por un único personaje. Si consideramos la ma- grupo. Eso manifiesta la idea de una comunidad guerrera de per-
yoría de las antiguas civilizaciones orientales, encontraremos so- sonas que, sin querer someterse a la autoridad incontrola~le de un
ciedades muy jerarquizadas, con un soberano que representa la soberano, sino en libertad, buscan constituir una comumdad ~on
autoridad y que sirve, al mismo tiempo, de intermediario entre un espacio libre, en el centro, donde cada uno dirá lo que qUIera
los dioses y los hombres. Su poder funda el orden social. Entre los decir.Ese rechazo proviene de la idea de que se es un hombre, aner,
griegos -esto se percibe todavía en Hesíodo-, constatamos que en sólo si se es libre de la sumisión a una autoridad soberana. Eso es
un momento dado la comunidad considera que no debe haber po- lo que será democratizado y concernirá no sólo a los jefes.d~.gue-
der soberano, que el poder, el kratos, debe estar depositado en el rra, a la aristocracia guerrera, a los eupátridas, sino en definitiva ~ ""h,
centro de la comunidad y que cada uno de sus miembros debe te- todos los atenienses, a todos los ciudadanos de Atenas, campesi- , ¡IIIIII:~
ner la posibilidad de decidir asuntos comunes. ¡Una idea comple- nos o gente de la ciudad. El conjunto del cuerpo cívicova ~ encar- I,,'l"~~
Ir ~
tamente loca! ¿De dónde proviene? En el dominio privado, cada nar esos ideales de no dominación por otro, lo que llevara, ~obre
uno ejerceun poder en cierto modo real. El jefe de la casa es como todo después de las Guerras Médicas, al hecho de que los gnegos ,
,,1,
un rey para sus hijos, sus esclavos y su esposa; pero, para que él tenderán a definirse como griegos en oposición a los que llaman III:,!,'I""
sea igual a los demás en la comunidad cívica, es preciso encontrar "bárbaros": los que no son totalmente hombres, por más inteligen- I~II~~
modelos de instituciones que permitan que el poder sea completa- tes que sean, o muy sabios, incluso más sabios que ello.s,~ muy re- I!",III:,~.
mente despersonalizado y que circule de unos a otros, que se lo ligiosos, incluso más religiosos que ellos, como los egIpclOs,en la
ejerza y obedezca de manera sucesiva y que todo esté regulado medida en que aceptan ser dominados por un sobera~~. Ellos, los
por un debate público en el centro de la ciudad. griegos, no lo aceptan. Este ideal aristocrático, modlÍ1cado en el
Evidentemente, si observamos la Iliada, eso es lo que sucede: curso de los siglos, permanece vivo aún hoy.
este ejércitono tiene un único rey, como en el mundo micénico. El
término técnico para designar al reyes basiléus; ahora bien, esta pa-
labra admite un comparativo, uno es más basiléus que otro, basiléu-
teros, y un superlativo, basiléutatos, el mayor de los reyes; esto
quiere decir que no hay un solo rey, sino reyes, y que el ejército
griego es una coalición de reyes que se sienten basiléis y que tienen
gente que ha ido con ellos. Si uno de ellos quiere irse, como Aqui-
les, puede hacerlo. Él es dueño de sí. Y cuando hay un problema
importante, como en la primera asamblea -o en otros casos a lo
largo de la Iliada-, el ejércitotraza un círculo, es decir que delimita
un espacio central que es colectivo e impersonal. En este espacio
central, todos los reyes que lo deseen, todos los áristoi, todos los
buenos -no Tersites,por ejemplo, que ha sido expulsado-, tienen el
mismo derecho a ir, a tener en su mano el skeptron, que en ese mo-
HACIENDO CAMINO 89

pacidad de engañar a otro, de mentir, de contar cuentos. Hay en


Ulises un lado, digamos, de personaje mediterráneo; no el charla-
tán, porque él realmente no lo es, sino el embustero, el mentiroso,
ENTRE EXOTISMO Y FAMILIARIDAD* el fabulador capaz de salir de las situaciones más dramáticas me-
diante su ingenio. Es todo eso, sin ninguna duda. Ulises mani-
fiesta en su punto más alto esta aptitud, que es la del político, la
UUSES es el hombre de la metis, el polúmetis. Pero, en mi interpreta- del navegante y la de muchos otros en el mundo griego: todos los
ción del texto -tanto en mi último libro! como en el que publiqué que, de hecho, se enfrentan con la esfera de influencia del uni-
no hace mucho con Francoise Frontisi-Ducroux.? en el que una verso empírico. Pero, en el fondo, eso no es lo esencial en mi Uli-
parte se titula precisamente "Ulises en persona" -, concedo tam- ses. Él tiene ese carácter,y no sería Ulises sin él, pero lo esencial es
bién un lugar importante al problema del sí mismo, de la identi- el problema del sí mismo, de la identidad. Creo que el lazo entre
dad, de la persona. Puesto que mi concepción de la identidad de esos dos aspectos puede parecer problemático.
"1'1'1'11",
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Ulises está ligada a la singularidad de su personaje, se me podría
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cuestionar por qué sigo sosteniendo que la Antigüedad griega da Sí. La cuestión es, en parte, cómo articular lo que usted ha escrito sobre
cuenta de esas culturas que helenistas como Dodds han llamado la persona, desde la idea meyersoniana de que se trata de una categoría ,,
"culturas de la vergüenza", en oposición a las "culturas de la cul- que se modifica históricamente, y lo que usted agrega sobre Ulises, 1:1'
¡'IIII',i'/
pabilidad" -dicho de otro modo, esas sociedades donde somos puesto que al parecer las modificaciones son una de las características de I¡,i,¡.; ..
ni, r."
esencialmente lo que los otros ven y piensan de nosotros-, cuando su personaje. Es porque dispone de la metis que su personalidad va a !~!~•.
I
a veces hay un diálogo interior (Ulisespuede decir,dirigiéndose a cambiar, y se convierte en inasible a la vez para sus adversarios en la
su corazón -para retomar el título que Jacqueline de Romilly ha Odisea, y, quizás, para el intérprete moderno ...
dado a uno de sus libros- "[Paciencia, mi corazón!", etc.). De he-
cho, esas dos dimensiones coexisten. La metis, evidentemente: yo No creo que esto funcione así. Él es inasible; él mismo se vuelve
no insistiré más en ella puesto que hace tiempo he escrito, junto a inasible delante del Cíclope,Atenea lo vuelve inasible, ya sea do-
Marcel Detienne, un libro sobre ella." Ulises es el paradigma de la tándolo de invisibilidad, ya sea metamorfoseándolo de pies a ca-
metis entre los hombres, como Atenea es el modelo de ésta entre beza. Pero en ese caso se trata de procedimientos defensivos, yeso
los dioses. La metis es la astucia, con todo lo que ella implica: ca- no se relaciona fundamentalmente con el problema de la identi-
dad, salvo, quizá, cuando Atenea lo transforma; volveremos sobre
ello. Cuando él dice: "Soy Ulises, hijo de Laertes, el hombre de
• Entrevista con Bernard Mezzadri.
Ítaca cuyas hazañas se elevan hasta el cielo,el vencedor de Troya",
1 Jean-Pierre Vernant, L'Uniuers, les Dieux, les Hommes, París, Seuil, 1999

[trad. esp.: Érase una vez ... El universo, los dioses, los hombres, Buenos Aires, ubica á su persona, según el uso tradicional, en el seno de todas
Fondo de Cultura Económica, 2000]. las relaciones que la definen, y, por tanto, de todos los valores so-
2 Jean-Pierre Vernant y Francoíse Frontisi-Ducroux, Dans l'teil du miroir, Pa-
ciales que encarna. Pero, en el episodio del Cíclope, se eclipsa de-
rís, Odile [acob, 1997 [trad. esp.: En el ojo del espejo, Buenos Aires, Fondo de
Cultura Económica, 1999]. trás de su juego de palabras: Outis (nadie), que es al mismo
3 Marcel Detienne y Jean-Pierre Vernant, Les Ruses de l'intelligence. La metis tiempo, para el poeta y para el lector o el oyente, un guiño porque
des Crees, París, Flamrnarion, 1974. metis está insinuada (outis y me tis son dos formas alternativas de
88
HACIENDO CAMINO 91
90 ATRAVESAR FRONTERAS
penetrarlo. Cuando San Agustín intenta definir la memoria, se la
la negación, que nosotros traducimos como "nadie", y metis, el se- representa como un inmenso palacio, con innumerables salas:
gundo término, es homónimo, excepto por la acentuación, de la todo está allí; incluso cuando se cree haber olvidado, esto no es
palabra que significa "inteligencia astuta"). Por consiguiente, lo posible, porque si verdaderamente se hubiera olvidado, tampoco
que lo caracteriza se encuentra expuesto hasta cierto punto en pri- se tendría conciencia de que hay algo que se puede recordar. De
mer plano de la misma manera en que su imagen desaparece; pa- ese modo, cuando se procede por eliminación, rechazando sucesi-
radoja, juego de metis en todo caso, pero este borramiento consti- vamente las ideas que se presentan como inadecuadas ("¡No, no
tuye una necesidad vital y, en cuanto sube a su nave, aunque el es eso! ¡No, eso tampoco!. .."), se comprueba que, en el mismo
Cíclope todavía puede alcanzarlo con sus piedras lanzadas ciega- momento en que se cree haber olvidado, el recuerdo subsiste al
mente, él reafirma de manera clara y fuerte su verdadera identi- menos en alguna parte en nosotros, y no fuera de nosotros.
dad diciendo básicamente: "Si te preguntan quién te ha mutilado Los griegos no veían las cosas de este modo ... ¿Esoquiere de-
de esta forma, ¡tú podrás decir que fue Ulises!". Él sucumbe al cir que ignoraban el diálogo interior? Desde luego que no. El diá-
placer vanidoso de nombrarse, lo que además permite al Cíclope logo interior no debe ser confundido con la construcción que se ha
convocar a su padre Poseidón y llamar a Ulises por su nombre, elaborado a través de la reflexión filosófica, con la práctica del
otorgándole de ese modo al dios una captura simbólica de él. examen de conciencia en el cristianismo: este examen durante el
¿Esta anécdota pone en juego los problemas fundamentales cual el sacerdote lo incita a uno a ordenar sus recuerdos, a reme-
de la persona? No estoy seguro. Porque si la persona es una cate- morar todos sus actos y, en particular, sus pecados; eso supone,
goría -Io que Meyerson, en efecto, ha señalado muy bien-, no se por tanto, que uno escruta sus propias intenciones, que uno se
trata de una categoría simple: se pueden distinguir en ella diferen- juzga a sí mismo. Luego, ciertas producciones literarias han ve-
tes esferas. Es verdad que hoy, para nosotros, la persona se con- nido a reflejaresas prácticas: el diario íntimo, las confesiones, toda
funde frecuentemente con la intimidad del yo, que implica a la una serie de escritos que tienen por objeto la vida interior del indi-
vez un carácter secreto e irremplazable. Cada uno de nosotros es viduo. De allí también proceden, en un género como la novela, las
único (como las gotas de agua de Leibniz), y, en cierto modo, lo descripciones de la vida psíquica de los personajes puestas en su
esencial de uno se refiere a lo que nadie puede ver, a eso que úni- propia boca. No se encuentra nada semejante en la Antigüedad.
camente estamos en condiciones de ver en el secreto de nuestra Se me puede objetar,quizá, que la ausencia de mención no prueba
intimidad. La mirada sobre sí mismo es una mirada interior, lo que eso no haya existido. Puede ser, pero en ese caso lo ignora-
que no tiene en cuenta Platón, puesto que el hombre se ve en los mos, y a priori no tenemos derecho a postularlo.
ojos del otro, en el espejo de su pupila accede a la visión de sí Ulises, al menos, no deja que se filtre nada parecido a eso. El
mismo; tampoco lo considera Aristóteles, ya que para él cualquier texto mismo ofrece claras indicaciones opuestas: cuando Ulises
pensamiento es siempre pensamiento sobre otra cosa: sólo Dios se está en la.frontera del mundo y se le ofrece permanecer para siem-
piensa a sí mismo, dice textualmente. Pero nosotros, los hombres, pre tal como es, inmortal, eternamente joven, ~l se r:húsa, ~~r~ue
no podemos pensamos a nosotros mismos, la simple idea resulta- nadie sabría nada de él, nadie lo vería. Es decir, senan definitiva-
ría absurda. No hay ninguna dimensión de intimidad, de secreto, mente olvidados su reputación, su nombre y su fama, el recuerdo
de singularidad radical. y menos la idea, que se encontrará en San de él que no sólo su familia, sino los hombres en general, son ca-
Agustín, de que existe un mundo interior inmenso, infinito, que paces de conservar, incluidas las generaciones venideras. No sería
es Dios en nosotros, yen el seno del cual estamos solos para poder
92 ATRAVESAR FRONTERAS HACIENDO CAMINO 93

nadie, habría desaparecido, sería eliminado, borrado, mucho más persona no es una simple máscara en el sentido moderno de la pa-
radicalmente que delante del Cíclope. Y,si no se sabe más de Uli- labra -una máscara que se pone y se saca, y detrás de la cual se es-
ses, si no se sabe más de la Odisea, tampoco del canto de gloria. condería su verdadera personalidad-, ni una vestimenta que lo cu-
Así es como Telémaco considera la desaparición de su padre: ha briría sin alterar su personalidad. Para nada. Él se convierte en
desaparecido, ha sido arrebatado por las Harpías, esas divinida- cierta manera en ese mendigo, se identifica con él. Se trata del re-
des raptoras que atrapan a alguien y lo arrastran hasta las grietas sultado de la intervención de Atenea, ciertamente, pero es tam-
de la existencia ... Entonces, no está más: no existe. Ésa es la ame- bién la consecuencia de su posición social de hecho: él ha sido víc-
naza de su identidad, no de su identidad psicológica, sino la de su tima de atimia, privado de timé, de reconocimiento social; los
personaje. Por eso, Ulises rechaza ese ofrecimiento, dice que no. pretendientes le arrojan proyectiles al rostro, lo insultan, y él no
Prefiere morir, envejecer, sufrir, antes que renunciar a su kleos, su dice nada, está objetivamente envilecido ... Afortunadamente, se
gloria. He aquí el primer punto: le preocupa que no se hable más salva porque Atenea sabe bien quién es, y, de prisa, los familiares
de él, que no se conozca su historia, caer en el olvido, y frente a y compañeros que lo han reconocido van a su encuentro. Su iden-
este riego, poco importa que sea inmortal, bienaventurado, siem- tidad, al menos, no es independiente del reconocimiento de los
pre joven. Por otra parte, ha marchado hasta las fronteras del otros. He aquí el elemento fundamental. Y es tan verdadero que
mundo, más allá del Océano, puesto que el país de los cimerios, recién recupera por cierto esa identidad al término de un largo
donde ha ido a realizar el sacrificio y donde las sombras de los proceso, difícil, donde intervienen especialmente los sémata, los
muertos se han aparecido ante él, se sitúa más allá, más allá del "signos de reconocimiento", y que culmina con el reconocimiento
mundo, allá donde no se percibe ni un destello del día. Podríamos por parte de Penélope, su mujer. La continuidad se restablece sólo
creer, por lo tanto, que ha perdido su cuerpo y sus bienes, y, sin a través de los ojos de Penélope, cuando al fin ella le dice: "Sí, es el
embargo,regresa. Ulises de mi juventud"; porque, naturalmente, él ha cambiado en
Es en el momento del regreso cuando experimenta una verda- su aspecto físico: tiene veinte años más, sus manos son las de un
dera metamorfosis. Atenea, que lo ha hecho y lo hará parecer mu- viejo, al igual que el resto del cuerpo ... Su identidad se recons-
chas veces semejante a un dios -lo que significa que se lo identi- truye, entonces, por él mismo y por los otros. No es sólo un alma
fica, a simple vista, como un hombre de importancia, un kalós la que permanecería en él, siempre idéntica en cualquier circuns-
kagathós, la flor de la humanidad, un áristos: basta con verlo, con tancia. Ulises se mantiene fiel a sí mismo, Atenea también le de-
ver su paso, su marcha, sus vestimentas, su prestancia, todo lo que muestra fidelidad, pero su identidad, para manifestarse, exige un
constituye su "aparecer" y, por lo tanto, su ser-, le dice aSÍ: "No reconocimiento exterior; el problema subyacente es, de hecho,
puedes permanecer tal como eres; si te reconocen, estás perdido". un problema metafísico: ¿cuál es el lazo entre el ser y el parecer?
Y lo transforma. Se le caen sus cabellos y sus dientes, sus ojos se Pienso, por mi parte, que en la época arcaica todavía no hay opo-
vuelven legañosos, su piel se marchita, es repugnante. AqUÍlo ve- sición entre el ser y el parecer, que es recién en el siglo VI cuando
mos rebajado al mismo nivel que el cadáver de Héctor cuando es esa oposición se destaca de manera clara: entre los filósofos ...
arrastrado por Aquiles detrás de su carro. No se parece a nadie. Hasta ese momento, el ser coincide con la manera según la cual se
Así desfigurado, ¿es todavía Ulises o no es más Ulises? Siempre es ven las cosas, con los fenómenos, con las diferentes formas de
él, por cierto, pero únicamente porque lo ha sido y volverá a serlo. "aparecer"; las personas son lo que se les ve hacer. Ciertamente,
No obstante, esta transfiguración que Atenea ha operado sobre su pueden disimular, pueden equivocarse; pero toda realidad, de
94 ATRAVESAR FRONTERAS HACIENDO CAMINO 95

una manera u otra, debe manifestarse por un "parecer". ¿Cómo Esencialmente, le dice: "¿Continúas poniendo en duda mi pala-
formularlo de otro modo? No existe la idea de que el verdadero bra? Tedigo que soy tu padre, eso debe bastarte; no te queda más
ser es justamente lo que no se ve. No, es necesario que se vea. que obedecerme sin discutir". Yponiéndose así en su condición de
Ulisesrecupera entonces su identidad. ¿Cómolo hace? De una padre, vuelve a ser efectivamente el padre de Telémaco,pero sólo
manera que ilustra que se trata de una identidad social:él la recon- vuelve a serlo porque, por su parte, Telémaco,que no había tenido
quista a medida que restableceen Ítaca la posición y el estatus que padre, encuentra uno ... entonces, se convierte en hijo y toma el
tenían los suyos antes de su partida. Se puede comparar ese pro- papel del hijo, es decir, se involucra en una relación interpersonal
ceso con una partida de ajedrez:cada lugar depende de la posición de un hijo con respecto a su padre. y Ulises se comporta con todos
que ocupan las otras piezas en el tablero. Él no vuelve a ser él de manera análoga: es sólo con su mujer que no funciona.
mismo -el rey no vuelve a ser el rey- más que en la medida en que Segundo ejemplo, sin ambigüedades: los reencuentros con su
todos los otros se reinstalen en los sitios que les corresponden. viejo padre, Laertes, que por su aspecto se asemeja a lo que Ate-
Por ejemplo:Telémaco.Su hijo, que jamás lo ha visto. Cuando nea había hecho de Ulises, o al perro Argos, mugriento, acostado
Atenea le habla de su padre, él responde que desconoce todo, que sobre estiércol,irreconocible:él está descuidado por completo, se-
por ciertoha escuchado decir que Ulisesera su padre, pero que, por mejante a un siervo sucio y piojoso. En ese momento del relato,
su parte, no sabe nada de él. Tan pronto Ulises se ha marchado, la Ulises retoma su apariencia normal -no es más el viejo andra-
función paterna no representa nada para él. Así pues, cuando Uli- joso- y se dirige a su padre como si le hablara a un esclavo mu-
ses regresa, no puede utilizar con su hijo los sémata, esos signos griento, aconsejándole que tome un baño ... Después, lo colma de
identificatorios que lleva sobre el cuerpo y que persisten a pesar historias inventadas, falsas informaciones ... Pero, en un mo-
de todas sus transformaciones, como la cicatriz por la que será re- mento dado, Laertes se deshace en lágrimas ante el recuerdo de
conocido por su nodriza. ¿Cómo procede entonces? Me remito a Ulises, a quien él cree muerto, y el corazón de su hijo se emo-
los hechos: está en la cabaña con su hijo y se muestra tal como Ate- ciona. ¿Qué hace entonces? Le dice a su padre, como antes le ha-
nea lo ha transformado: un viejo mendigo completamente ab- bía dicho a su hijo: "Pero no, no ha muerto: ¡soyyo!". Laertes reac-
yecto; su hijo lo rasura, le ofrece hospitalidad en el palacio, le ga- ciona como Telémaco:le reprocha a su interlocutor la crueldad de
rantiza que será bien tratado. Cuando Atenea entra, Telémacono sus mentiras. Incluso la visión de la famosa cicatriz no logra con-
la ve, pero Ulises sí, y los perros también sienten su presencia. vencer al anciano. Entonces, Ulises se ubica con respecto a Laertes
Ante una señal de la diosa, Ulises sale; ella lo toca con su vara y de la misma manera que un niño lo hace con respecto a su padre.
aparece de nuevo él mismo, su sorprendente belleza, que lo ase- Le muestra los manzanos, los perales, las viñas que Laertes le ha-
meja a un dios: él es Ulises. y entra. Telémaco, evidentemente, bía dado hacía veinte años (o incluso más, treinta años, cuando él
queda estupefacto ante esta aparición. Exclama: "[Entonces eres tenía diez...). Se pone en la posición del niño a quien su padre en-
un dios!". "Pero no, estás equivocado; soy tu padre." Telémacono seña cómo se cuida un jardín, cómo se plantan árboles ... Ahora
le cree una palabra. Lo niega, alegando el contraste entre el an- bien, Laertes, ante la simple evocación de su pequeño niño, reco-
ciano horroroso de hace un momento y su actual interlocutor, se- bra su juventud: se baña y,cuando reaparece, Ulises reconoce a su
mejante a Zeus o a Apolo. "['Iú eres un dios!", concluye. Es difícil padre tal como lo había conocido, joven y vigoroso como si no
para Ulises convencerlo en esas condiciones... Pese a todo, ¿cómo hubiera cambiado, y cae en sus brazos. Es sólo con su mujer
lo logra?Sepone en la posición de un padre con respecto a su hijo. -digo- que este método resulta ineficaz;pero cuando ella también
96 ATRAVESAR FRONTERAS HACIENDO CAMINO 97

está por fin convencida, la cuestión está resuelta: he aquí que ha isla, hace veinte años ... Digamos que no hay allí una identidad in-
vuelto a ser Ulises. quebrantable, de contornos bien definidos. La identidad de Ulises
En resumen, no digo que las personas no sean nada y que parece implicar que, para ser reconocido, es preciso comenzar por
sólo la mirada social los constituya. Digo que lo que las personas mentir. Dicho de otro modo, en las mentiras mismas permanece
son, su identidad, se construye y se deconstruye en función del verídico, porque, en un cierto nivel, cuando miente, dice la verdad
vínculo social que mantienen y de lo que los otros ven de ellos. sobre sí. Es aSÍ,hay que tomar nota de eso.
Que este" aparecer" es el blasón, la condensación visual de su
condición, de su gloria, de su reputación (su kleos), de los honores Eso me recuerda sus análisis sobre las divinidades marinas. ¿Podría
que les han conferido (la timé o las timái). Eso es lo que los define, compararse a Ulises con esas divinidades que, cuando han recorrido la
lo que significa que no tengan reflexión interior o sentimientos totalidad de su ciclo de metamorfosis, vuelven a su punto de partida, que
personales: ciertamente, los personajes de la epopeya pueden, por se caracterizan a la vez por una labilidad, un cambio incesante, y por un
ejemplo, experimentar tristeza... Pero el acento no está puesto, en centro de gravedad al que inevitablemente deben regresar?
lo que respecta a la persona, sobre los mismos aspectos. Si uno
asume el punto de vista, digamos, de un Maine de Biran, o de Es verdad. El centro de gravedad, para esas divinidades marinas,
cualquiera que escribe sus memorias, todo eso constituye sólo los para Metis o para Tetis, es precisamente su condición divina. La
círculos exteriores de la persona. Sin llegar a decretar que eso no condición divina de Tetis se vincula al mar. Cuando ella se con-
existe, no constituye el centro de sus preocupaciones: ellos apun- vierte en fuego, jabalí o león, excede su propio dominio; me atrevo
tan a un núcleo interior, que no aparece entre los griegos, o no se a decir que derrapa. Sin embargo, eso no impide que en el interior
lo ve, o no es el objeto de su reflexión, ni de su preocupación, ni, de esa condición, que implica una función estable, determinada,
en todo caso, de su escritura. que le confiere su singularidad, que permite reconocerla y clasifi-
carla, esté el ciclode las metamorfosis. Y,de hecho, en la iconogra-
Sin embargo, en su análisis del episodio del Cíclope, usted afirma que en fía, eso sucede a menudo porque el pintor ha representado en
el fondo Ulises no dice la verdad sobre sí mismo más que en el momento torno de ella todas las formas que es susceptible de asumir para
en que miente, porque aquel que dice la verdad y proclama "Yo soy Uli- que Tetispueda ser identificada. Y cuando se dice" divinidad ma-
ses, hijo de Laertes'', no es en verdad Ulises puesto que, para serlo ver- rina", se da a entender, ya por el simple epíteto "marina", que
daderamente, el personaje debe integrar la dimensión de la mentira. existe en ella una fluidez esencial que le permite escurrirse de
cualquier forma. ASÍ,su condición, incluso fija, le permite desli-
Sí, ¡me divierto en forzar la lógica del texto hasta el final! Eso fun- zarse sobre la diversidad de formas, y esta diversidad de formas
ciona bien para ese episodio, en todo caso. Y quizá también un remite a la condición fija.Se puede, en efecto, aplicar el mismo ra-
poco más allá, ya que, frente a los personajes que van a recono- zonamiento en el caso de Ulises.
cerlo como Ulises y restituirle de este modo su identidad, él jamás
dice de entrada la verdad, siempre comienza mintiendo sobre esa ¿En qué se diferencian las "imágenes" que se manifiestan en la epopeya
identidad. Inventa quimeras frente a Laertes; con Telémaco hace (sueños,jantasmas, dioses bajo una apariencia humana .. .) de lo que
lo mismo. A Penélope le narra historias imaginarias: que es el her- también hoy llamamos de ese modo, y que, según usted, no se constituye
mano de Idomeneo, el cretense; que ha visto pasar a Ulises por su verdaderamente sino a partir de Platón? ¿Establecería usted una relación

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98 A TRAVESAR FRONTERAS HACIENDO CAMINO 99

entre la naturaleza de esos fenómenos y el esta tus de la "ficción" en Ho- mente de la habilidad narrativa del poeta, que transforma inme-
mero, si es que acepta esa palabra? Pienso especialmente en la oposición diatamente a su héroe, que no era nadie, que era "Nadie", que ha-
entre los relatos "verídicos" en losfeacios y las mentiras de Ulises en su bía sido despojado de todo, en aedo. De esta manera, Ulises va a
retorno a Ítaca. En un mundo donde la imagen no es todavía susceptible cantar su propia gloria, la del resistente, aquel que soporta con
de ser concebida como pura semejanza, mímesis engañosa, ¿es posible constancia las pruebas. Esos relatos le forjan, pues, un pasado, di-
un discurso propiamente ficticio? ¿ El mecanismo de la comparación ho- bujan la fisonomía de su personaje, lo hacen aparecer ante los oí-
mérica puede ser puesto en relación con la consistencia particular de la dos de los feacios y de su rey como un héroe con hazañas innume-
imagen arcaica? ¿ Es más que una figura de estilo? rables, tanto más cuando relaciona sus nuevas aventuras con lo
que él ya había hecho en Troya y había sido cantado antes por el
Todo el problema de la mimesis, con todos los corolarios que usted aedo Demódoco. Esos relatos, ciertamente, devienen parte inte-
añade, tiende a eso: no diría que aparece con Platón, porque se es- grante de su personaje, al constituir su calaña. Y,de hecho, se opo-
boza ya en Jenofonte y en la corriente del siglo v -aunque es verdad nen a los relatos que inventa para engañar al Cíclope. Por ejem-
que Platón es quien lo ha teorizado de manera sistemática-; es en plo, Ulises le miente a Polifemo al contarle que son náufragos, que
todo caso muy tardíamente cuando aparece la idea de que la ima- han perdido su navío, aun cuando el barco los espera no lejos de
gen, tal como se la ha concebido en la poesía, la imagen hablada, allí, en la rada. Eso hace que su personaje se destaque como un
como diría Platón, o la imagen sobre un vaso, es una falsa aparien- mentiroso, que no deja de ser un elemento constitutivo de la fi-
cia. Desde entonces, la concepción de la mímesis pone en juego tres gura de Ulises en su totalidad. Y los embustes imaginados para
términos: el espectador, el producto y la cosa imitada. La problemá- Penélope o para Laertes, ellos también, a causa de una dialéctica
tica central para el espectador deviene entonces la del vínculo entre sutil entre lo verdadero y lo falso, proporcionan la calaña de su
el producto yeso que imita, es decir, entre la ficción, la falsa apa- personaje. Lo que es ficticio, por consiguiente, es el personaje de
riencia y la realidad que reproduce. Me parece, contrariamente, Ulises en su totalidad, en tanto se constituye, al mismo tiempo, por
que en épocas anteriores, la mímesis -que es un término de la fami- los relatos falsos y por los verdaderos: yo diría entonces gustoso
lia de mimos, el "mimo", y de mimeisihai, "ímítar"- sólo pone en que el carácter ficcional es el mismo en los dos casos.
juego dos términos: el que hace aparecer, que "imita", y el que
mira. El problema crucial es, en ese momento, el de la decepción, el Sin embargo, a pesar de todo se tiene la impresión de que el aedo toma a
de la mentira, el de la relación entre el que hace aparecer algo y su su cargo los relatos considerados como verdaderos entre los [eacios, al
espectador, sin que la cuestión del vínculo entre la imagen misma y menos en la lógica interna del poema ...
la realidad pase al primer plano. Naturalmente, esta tesis es discu-
tible, y no ha dejado de ser discutida. Es, en todo caso, la teoría que Ciertamente, son verdaderos puesto que él los presenta como la
yo sostengo; y no soy el único, puesto que, en el fondo, ha sido verdad. Como la verdad de Ulises. Es Ulises quien cuenta lo que
André Rivier quien la ha expresado primero más claramente. le ha sucedido. Pero lo que quiero decir es que eso que le ha suce-
¿Cómo encarar, desde esta perspectiva, el problema de la ve- dido forma parte de su personaje. Y las mentiras de Ulises tam-
racidad o de la falsedad de los relatos? Eso nos conduce, de hecho, bién forman parte de su personaje. Aunque él diga la verdad o
a interrogarnos sobre la identidad. ¿Qué son, en verdad, esos rela- diga falsedades, es siempre él; porque él es, esencialmente, un ser
tos "verídicos" en tierra de los feacios? Ellos proceden principal- de ficción.
100 ATRAVESAR FRONTERAS HACIENDO CAMINO 101

Sin embargo, podría sostenerse que las mentiras de Ulises constituyen el tual de los funerales y la garantía de que su gloria perdurará en el
esbozo de un discurso propiamente ficcional en el interior del poema, desarrollo de las generaciones. Ahora bien, esta gloria se con-
aunque no se presenta él mismo como ficción ... funde con la narración del hecho de que han puesto su vida en
juego en cada instante, que han combatido en las primeras filas:
Sí, se podría decir. Pero eso sería válido entonces no sólo para las Aquiles es el paradigma de esto.
mentiras, sino también para las "verdades" de Ulises. Porque, di- Contra esta tesis, usted puede poner objeciones.La primera es
gamos, su propio relato "verídico" tiene todo el aspecto de un re- que en el interior mismo de la lliada existe un kleos, se confiereuna
lato de ficción.Las peripecias extraordinarias, rocambolescas,que inmortalidad memorial a un personaje como Tersites,puesto que
cuenta no son menos inverosímiles que las que encontraremos el aedo cuenta lo que le sucedió. Sin embargo, a simple vista él no
más tarde en la novela helenística, cuando los enamorados se se- tiene nada de heroico. Mi respuesta es doble: por un lado, para po-
paran, caen en manos de piratas, se reencuentran, se separan nue- ner en evidencia lo que es el heroísmo, es preciso que el poeta colo-
vamente, etc. Y sin duda eso sería válido incluso para la Ilíada. que frente a él una contracara, y ésa es una de las funciones de Ter-
sites. Por otra parte, la Iliada no canta la gloria de Tersites, sino la
La celebración de los héroes en el epas está estrechamente ligada, usted vergüenza de Tersites. Eso es lo que existe, yeso corresponderá
lo ha demostrado+ a la ideología aristocrática de la "bella muerte", al luego a géneros literarios diferentes, una poesía cuya función es
punto que me parece que no pueden esperar sobrevivir en las memorias decir la vergüenza de un personaje, una poesía de censura, así
sino muriendo con las armas en la mano, en plena juventud. Desde este como también hay una poesía de glorificación.Pero la rUada (que
punto de vista, ¿no hay allí, sin embargo, una diferencia entre la llíada y no relata más que los acontecimientos de un período muy breve y
la Odisea (entre el Aquiles de la nékuia y el del primer poema)? ¿Cómo que, en resumen, se preocupa muy poco por la dimensión tempo-
explicar, según esta perspectiva, que se haya conservado la memoria de ral de esos acontecimientos) está indudablemente centrada en
un Tersiies, de un Melantio o también la de un Eumeo, incluso la del Aquiles: en su rechazo a combatir, su deserción bajo su tienda,
"irreprochable" (amymon) Egisto? ¿La misma supervivencia de Ulises luego su retorno, su victoria, su muerte, por último, que no está
no es antiheroica? descripta sino anunciada. En suma, es este destino lo que consti-
tuye la trama de la Ilíada y lo que le confieresu dimensión heroica.
Esos relatos versan ciertamente sobre personajes heroicos. y yo in- Viene ahora la segunda objeción: en la Odisea, es justamente
sisto (entre otros y con otros) sobre el hecho de que, en la condi- Aquiles quien, al ser interrogado por Ulises en el país de los
ción heroica que justifica el canto, encontramos esos componentes muertos, da un mordaz mentís, en términos que no pueden ser
esenciales que son la hazaña guerrera y la muerte joven; porque la más claros, sobre ese ideal heroico que él parece encarnar en la
epopeya canta e incluso, más que cantar, constituye la gloria, el Iliada. A Ulises, que lo saluda respetuosamente y lo alaba como
kleos de ciertos personajes, un kleos que es la prolongación del ri- "el mejor de los aqueos", considerado el primero hasta en los in-
fiernos, Aquiles le responde: "Tú hablas en tanto hombre que ig-
4 Jean-Pierre Vernant, "La belle mort et le cadavre outragé" y "Pania kala. nora la muerte; por mi parte, preferiría ser el último de los últi-
D'Homere a Simónide", en L'lndioidu, la Mort, l'Amour, Soi-méme et l'autre en
Crece ancienne, París, Gallimard, 1989, respectivamente, pp. 41-80 Y pp. 91-102
mos, y vivir en la tierra, a la luz del sol, antes que ser Aquiles
[trad. esp.: El individuo, la muerte, el amor. Sí mismo y el otro en la antigua Grecia, muerto, y haberme convertido en esta sombra inconsistente que
Barcelona, Paidós, 2001]. soy en el mundo de la noche. Lo que es hermoso es estar vivo".

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102 ATRAVESAR FRONTERAS HACIENDO CAMINO 103

Vuelco total, pues, de la ideología de la "bella muerte". ¿Cómo frente al otro como dos figuras antitéticas, y cada uno adquiere re-
interpretarla? Recordando en primer lugar que la Odisea no es la lieve por su confrontación con el otro, es tanto más fuerte cuanto
Ilíada. y que igualmente, en cierto modo -se ha demostrado en que Aquiles no desempeña el papel esperado al recordar que ha
muchas ocasiones-, la Odisea es una contra-Ilíada. Se puede com- elegido la muerte joven, mientras que Ulises, después de más de
prender bien por qué: la Ilíada canta la gloria de aquel que de diez años, se empecina en sobrevivir y en querer regresar. Aquiles
golpe decide que, para él, no habrá retorno, que no volverá jamás sólo dice que la muerte es aterradora.
junto a los suyos, que morirá joven en el campo de batalla, mien- Hay otro episodio que refiere la misma situación, pero de una
tras que la Odisea es la historia de aquel que no tiene más que manera diferente: el de las sirenas. Ulises está allí, en su barco, y
una idea en la cabeza, obsesiva: regresar junto a los suyos. Hay un escucha todo. Los otros, sus compañeros, tienen los oídos tapa-
heroísmo del retorno que es exactamente lo opuesto al heroísmo dos, y las sirenas cantan. ¿Qué cantan? Son musas que cantan la
que consiste en aceptar de antemano que no se volverá ... Ése es gloria, la gloria de los hombres. Ellas llaman a Ulises, evocan su
el primer punto. Hay un segundo: el encuentro con Aquiles en fama, le prometen conocimientos infinitos. Quizá lo seducen con
los infiernos no sólo sirve para crear un contrapunto que ilustra alguna revelación misteriosa, para mover su curiosidad y atraerlo
mejor la voluntad de retornar de Ulises, sino que también da ma- más, pero lo que está en juego verdaderamente en el episodio es
yor fuerza a un episodio que ya ha sido mencionado, aquel que ellas cantan su gloria, como sí él estuviera muerto. Porque, para
donde Calipso le ofrece la inmortalidad y la eterna juventud. El cantar la gloria de Ulises, ¡antes es preciso que él muera! De ahí,
mérito de Ulises al rechazarlas es ahora tanto más grande, en tan- pues, que pague el precio que ha pagado Aquiles, y se convierta
to que ha visto lo que es la muerte: el horror absoluto, un mundo en aquello que ve al pie de la roca de las sirenas: un cuerpo en
donde no hay visibilidad, donde no se aparece más, donde no se descomposición, osamentas blanqueadas por el sol; el reverso, la
distingue más, en el que sólo subsisten sombras impalpables, una cara oculta de la gloria memorable, de la inmortalidad memora-
multitud privada de habla articulada, de la que no emana más que ble, es decir, la muerte en sus consecuencias fisiológicas más cru-
un murmullo confuso. das. Ulises va más allá, pero estaría completamente dispuesto a
Eso es lo que representa la cabeza de la Gorgona: el khaos, un aceptar, si no estuviera atado.
ruido indefinido, una multitud bulliciosa donde todo es confuso. Existe una tensión entre la gloria del muerto, por un lado, y la
Se deviene en nada. Ulises, pues, ha visto todo eso, y he aquí que se realidad concreta de la muerte, por el otro. Es por eso que hablo
le ofrece no morir, seguir siendo siempre él mismo, en plena juven- de polaridad, o de ambigüedad, que se manifiesta en el hecho de
tud; en esas condiciones, su rechazo es tan heroico como la acep- que junto a Thánatos, que es una palabra y un dios masculino, re-
tación de la muerte por parte de Aquiles. También él acepta la presentado bajo una apariencia que no tiene nada de repulsiva, la
muerte, haciendo esa elección a su manera. No es aquella muerte de un guerrero (así, cuando Thánatos e Hypnos vienen a llevarse a
en el campo de batalla, en plena juventud, sino una muerte con- Sarpedón, tienen la apariencia de dos magníficos guerreros alados:
forme a su naturaleza, una muerte conquistada por la perseveran- eso es espléndido ... puede decirse que esta descripción corres-
cia de la memoria y la voluntad de regresar junto a los suyos (es ponde a la muerte ejemplar del guerrero, puesto que ellos vienen
una muerte dulce, además, tal como él la imagina junto a Pené- a llevarse el cadáver de un guerrero muerto de manera heroica, y
lope, cuando se dicen que tal vez sean felices en la vejez ... ). Este que esta muerte es aquí totalmente civilizada, socializada, engran-
episodio, pues, donde Aquiles y Ulises están plantados el uno decida), junto a esta muerte "positiva", hay otra muerte, horro-
104 ATRAVESAR FRONTERAS HACIENDO CAMINO 105

rosa, la de las figuras femeninas: las Harpías, la Gorgona, las sire- Entonces, Ulises accede él también al kleos del poema.
nas, que representan el costado monstruoso de la muerte; eso que
no se puede pensar, ni ver: lo impensable stricto sensu, que uno Por supuesto que sí, ¡y de qué modo!
intentará civilizar por otros medios, contando la historia de Per-
seo o pintando las cabezas de la Gorgona en jarrones. Pero este as- En tanto que si permanecía junto a Calipso sería ...
pecto no existe a menos que la muerte incluya esos dos rostros,
que los griegos reconocen como tales. Más aún, existe también Olvidado, borrado, eso es. Sin embargo, es preciso que pase por esa
una muerte de las sectas, especialmente de los órficos, con tabli- prueba, porque no tendrá el kleos sino al retomar, en tanto que Aqui-
llas que indican el camino a seguir para llegar a ser una divinidad. les lo obtiene por su elección inicial. En los dos casos, no obstante,
Esto es radicalmente diferente. cada uno pone en juego lo que es esencial para un griego: la timé, el
honor, ser el primero y permanecer fiel a sí mismo. Para Aquiles,
Hay, pues, dos medios para acceder al kleos: el método de Aquiles, que es eso implica ser fiel a Patroclo, a su reputación, no aceptar compro-
directo y rápido, y el de Ulises, que es la aceptación de la mortalidad a misos. Es por eso que, cuando Agamenón le propone una compen-
término. sación suntuosa, que no es proporcional a lo que le había arrebatado
-en primer lugar, ciertamente, devolverle a Briseida, pero darle
Sí, la aceptación de la mortalidad porque lo esencial es ser fiel a la también por añadidura vacas, ganado, tierras, riquezas, una de sus
memoria: la de él, la de los suyos, la de su tierra, la de su mujer, y hijas...-, Aquiles no puede sino rechazarla, de la misma manera que
volver ... volver a ser él, volver a ser el Ulises que es el hombre Ulises no puede sino rechazar la inmortalidad. YAquiles justifica su
del retorno, el hombre de la memoria, el hombre de la fidelidad y rechazo: lo que él somete cada vez a la balanza de Zeus es su psyché,
también el que soporta las pruebas. Eso no es posible sino sopor- su alma, su aliento, su vida, aquello que, contrariamente a todo eso
tando efectivamente esas pruebas. Pero cuando usted habla de que puede ofrecerle Agamenón, es único y, una vez perdido, no
dos métodos, ¡parece que se tratara de un producto farmacéutico puede ser recuperado. En cada combate arriesga todo. También
que podría obtenerse en píldoras o en una poción! Digamos que para Ulises esto es un poco así, pero el "todo" no es el mismo. El
en el primer plano de la Ilíada están Aquiles y la muerte joven, la todo es justamente su identidad de hombre del regreso, de la fideli-
muerte del hombre joven cuyo cadáver es hermoso, soberbio; en dad, de la memoria: Ulises el astuto, Ulises el resistente.
él todo es bello (panta kalá), todo es adecuado (pant'epéoiken) en el
joven muerto: cubierto de sangre, es soberbio. Al ver su cuerpo, Sin embargo, como telón de fondo de la eventual inmortalidad de Ulises
uno se maravilla. Existe un correlato siniestro de este cuadro: la gracias a Calipso, está la historia de Titono y de Eos. Ahora bien, Titono, por
imagen del viejo degollado, que es abominable; Tirteo la reto- supuesto, envejece; su inmortalidad no es completamente satisfactoria, pero
mará pintando al viejo hoplita caído en el campo de batalla, no es menos cantada por los poetas. ¿Hay, entonces, un kleos de Titono?
donde no debería haber estado, porque ése es el sitio de los jóve-
nes: es horroroso de ver. A esta imagen se añaden las de los muer- Es verdad que esta inmortalidad es objeto de un canto. Pero, un
tos sin honor, por supuesto, de modo que no deberíamos hablar poco como en el caso de Tersites, que usted evocó hace un mo-
de la muerte, sino de las muertes. A la vez, de individuos muertos mento, se trata de una inmortalidad algo irónica, algo ridícula, por-
y de maneras de morir. que Titono está complemente senil y, al igual que la Aurora, Eos lo
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mira con disgusto. Así pues, hay una dimensión sarcástica,al igual Cuando estudié los mitos para comprender, yo no diría su
que en el recuerdo de Tersites había una dimensión satírica. Hay sentido, sino sus diferentes niveles de significación-porque a me-
una pizca de ironía, pero también de piedad -sobre nosotros mis- nudo esos relatos son polisémicos-, me vi obligado a recurrir, por
mos, sobre la condición humana- en la historia de este desdichado fuera de los mismos relatos, a toda clase de documentos (repre-
que pide ser inmortal, pero que se olvida de pedir permanecer sentaciones figuradas, textos poéticos, trágicos, filosóficos,históri-
siempre joven, y se convierte en un viejo imbécil, decrépito en cos, o incluso inscripciones). Vale decir que hice lo que toda clase
grado sumo, que termina siendo un insecto, puesto que en eso se de crítico de un texto debe hacer: intenté determinar los campos
transformará a fin de cuentas. semánticos, los valores de los diferentes términos utilizados, com-
prender qué representaban en la época en que esos textos fueron
En cigarra ... concebidos. En una palabra, intenté situarme, tanto como fuera
posible, en la posición del receptor que los escuchaba disponiendo
No está tan mal, usted me dirá. desde el principio del sistema de referencias de su cultura: las pa-
labras que escucha son las que emplea de manera cotidiana, en
En numerosos estudios -podría decirse que en toda su obra como hele- contextos diferentes o no de los que aparecen en los relatos. Sin
nisia-, usted ha señalado que los mitos griegos no pueden comprenderse ese trabajo previo, no puedo saber de ninguna manera cómo fun-
sino situados en su contexto, reinsertados en un conjunto coherente y ciona un relato mítico. Dicho de otro modo, una de las tareas del
original de representaciones, así como en un universo social, político, investigador es reconstruir lo que he llamado, después de muchos
etc., singular. Ahora bien, en Érase una vez ... El universo, los dioses, otros, el universo mental, que permitirá captar los sentidos de ese
los hombres, usted narra esos mismos relatos para un público de hoy, y texto. Pero este universo mental implica en sí mismo muchos ni-
su encanto funciona plenamente, tanto para su nieto, su destinatario ini- veles. Usted encara la hipótesis de una forma de lógica. Sin duda,
cial, como para sus lectores, aunque éstos sean completamente profanos. hay una cierta forma de lógica, pero no solamente una. Hay tam-
¿No hay allí una paradoja? Dicho de otro modo, ¿piensa usted que una bién, en segundo plano, eso que otro mitólogo, mucho más do-
parte del mensaje de esos viejos mitos es transmisible a un público que ya tado que yo, uno de los fundadores de nuestra ciencia, Georges
no posee, o al menos no tanto, las referencias culturales con respecto a las Dumézil, llamaba ideología, es decir, cierta manera de relacionar
cuales fueron concebidos? ¿Es su contenido, su estructura lógica, lo que una fuerza natural, una actitud psicológica, un valor moral, una
los hace todavía tan atrayentes? forma social... Ciertamente, esos lazos no son inherentes a la natu-
raleza de las cosas: es una manera posible de organizarlas, que se
Me parece que su pregunta conlleva muchos planos, aborda mu- explica a la vez por una herencia cultural y por un estado social.
chos problemas. La paradoja -y, en efecto, creo que hay una, sobre Entonces, en mi análisis "sabio", me esfuerzo, desmenuzando las
la cual me veo inducido o forzado, por usted o por la lógica de las cosas, por reconocer la lógica del relato y descubrir las problemá-
cosas, a explicarme--sería: por un lado, en tanto mitólogo, uno se ticas subyacentes que el desarrollo de esta lógica implica.
esfuerza por reubicar los mitos griegos en su contexto histórico, so- En una forma frecuente de mito, se parte de un cierto nú-
cial, mental; y, por otro lado, como abuelo, uno los cuenta con la mero de personajes situados en una posición definida y, al final
idea, quizá ingenua, de que su nieto no sólo sentirá placer, sino que del relato, todo cambia: el estatus de los personajes se modifica,
también extraerá una enseñanza. Hay allí, al menos, dos cuestiones. la situación se modifica y, en consecuencia, el objetivo del relato
108 ATRAVESAR FRONTERAS HACIENDO CAMINO 109

es explicar cómo se ha pasado de un estado a otro. Por ejemplo, Aunque todo eso es al mismo tiempo muy concreto y muy
en un mito llamado "cosmogónico", cómo se pasa de un estado significativo para la imaginación en tanto que es maravilloso, no
inicial que es el khaos, es decir, la abertura, el vacío, la noche, la por eso deja de transmitir significaciones complejas y profundas.
ausencia de dirección, la ausencia de visibilidad, a otro estado De ahí, pues, que el análisis del mito así concebido exija en efecto
que es el kosmos organizado; en el mito no se plantea un pro- un trabajo de historiador, casi de antropólogo, para definir la natu-
blema de manera específica: hay un relato, pero detrás de ese re- raleza de los conceptos, y también un trabajo de lingüista, porque
lato, lo que se revela es la articulación, por oposición o, al contra- la lógica del relato no es la lógica abstracta de un filósofoo de una
rio, por afinidades, de la noche y del día, de lo indeterminado, de demostración matemática, sino una lógica que se enraíza en las re-
lo infinito y de su opuesto, lo preciso y delimitado, de lo que presentaciones concretas de una cultura. El mito, como el cuento o
tiene una dirección y de lo que no la tiene, de lo que no tiene for- la fábula, cuenta historias como si nada, pero que transmiten de
ma y de lo que tiene una, de lo que puede servir de soporte y de lo hecho una significaciónprofunda; la diferencia con la fábula apun-
que cae en el vacío. Lo que pongo en evidencia, y tal vez, de ma- ta a que ésta conlleva siempre una conclusión moral, mientras que
nera más fundamental, lo que está en el origen de esos mitos, es el mito no es más que un relato en el cual el lector -o el oyente--es
un esfuerzo por pensar el orden, su naturaleza y sus presupues- atrapado, arrastrado, sin que se ponga ninguna distancia para ex-
tos. Al mirar a través de algunas discordias, de algunas luchas traer explícitamente la intención: la lección coincide, si podemos
-Ias de los dioses entre sí, por ejemplo-, vemos cómo este orden decirlo así, con el desarrollo mismo del relato. Cuando uno descu-
está constituido y así, la noción de kosmos se vuelve a la vez escla- bre esas estrategias, a la vez complejas y coherentes, no quedan
recedora y problemática: el orden no va más allá de sí. Surgen de dudas de que las diferentes culturas -que se expresan en su arte,
ese modo los interrogantes: ¿a qué llamamos orden? ¿Cuáles son su pintura, su religión, su filosofía,su vida cotidiana, sus rituales,
sus componentes? ¿El orden no contiene elementos que ha de- etc.- también se expresan en esas historias. Además, si uno com-
bido tomar del desorden? Y,por otra parte, ¿cuál es el lazo entre para los mitos griegos con los mitos babilónicos, por ejemplo, o
el orden y el poder, la soberanía? ¿Por qué el establecimiento de con sus equivalentes chinos, se ve que, por diferentes que sean, to-
un mundo estable, o pensado como tal, implica una lucha por la das esas producciones tienen en común el hecho de que implican,
realeza divina, combates por la soberanía? ¿Qué tienen de par- a través de un mensaje siempre muy complejo y que admite cierta
ticular el reino de Zeus y la naturaleza de ese dios para que, con- dosis de maravilloso -un elemento de fantasía imaginativa, como
trariamente a sus predecesores (Urano o Crono), sea considerado decían los hombres de los siglos XVIII Y XIX-, cierta manera de ver
el fundador del orden, capaz no sólo de establecerlo, sino de el mundo, de ubicarse con relación a otros, con relación a lo di-
mantenerlo de manera indefinida. Todos esos interrogantes fun- vino, hasta incluso con relación a lo maravilloso del relato que nos
damentales están planteados en relatos completamente accesibles encanta, y, finalmente, con relación a sí mismo. De ahí pues que,
a cualquiera, divertidos, aparentemente ingenuos, como por cuando narro mitos a mi nieto, tengo la esperanza -quízá la ilu-
ejemplo la idea de que el Cielo se acuesta sobre la Tierra, que co- sión- de que se habitúe, desde la edad de 12o 13 años, a escuchar
pulan, que es preciso, en un momento dado, cortarle el sexo para esas historias y a esperarlas cada tarde, que él, poco a poco, vaya
que por fin se aparte; que Crono devora a sus hijos; que Zeus lo- impregnándose de ese tipo de relatos y de lo que éstos entrañan
gra vencerlo porque él mismo ha devorado a una diosa de mil re- sobre el plano de la inteligencia del mundo y, a la vez, del carácter
cursos, de mil formas, que se llama Metis. problemático de nuestras relaciones con el mundo.
110 ATRA VESAR FRONTERAS HACIENDO CAMINO 111

Yo creo que, en las civilizaciones tradicionales, como en la ción de los hombres y de los dioses, la creación de Pandora, lo que
Francia de otro tiempo, cuando, sobre todo en la campiña, las fa- intento transmitir es toda una visión del mundo. Por ejemplo, en la
milias eran muy estables y la mayor parte del tiempo los abuelos historia de Pandora, soy sensible a la explicación original que se da
se ocupaban de los niños porque el padre y la madre trabajaban acerca del infortunio de los hombres; la primera mujer es, a la vez,
en el campo, existía una representación relativamente sostenida y la felicidad y la desdicha del hombre, y,en ese sentido, ella marca la
homogénea de los acontecimientos que ritmaban la existencia de condición humana consecutiva a la separación de éstos con los
los hombres y que presidían su vínculo con el mundo (la vuelta dioses de forma decisiva. Los hombres viven desde entonces en un
de las estaciones, las etapas de la vida, las catástrofes y las dichas), universo que es el universo de la mezcla: no hay bien sin mal, no
justamente porque se impregnaban de esta visión del mundo sin hay luz sin noche, no hay prosperidad sin el sacrificio del trabajo;
darse cuenta, a través de los relatos que los abuelos contaban como todo es ambiguo, todo descansa, como en la filosofía de Heráclito,
si nada, a la buena de Dios. En el fondo, esta transmisión tradicio- sobre la tensión entre los opuestos ... No obstante, si somos así, si
nal es una de las razones por las cuales, por ejemplo, en los prime- somos diferentes y estamos separados de los dioses, no es por ha-
ros tiempos del desarrollo del cristianismo, en el seno mismo del ber cometido alguna falta. La misma Pandora no cometió ninguna
mundo cristiano y de las poblaciones cristianizadas, las maneras falta; y todo sucede como si los primeros hombres fueran simples
paganas de ver y de sentir se conservaron, a tal punto que muchos espectadores del conflicto que decidirá su destino: es en el mundo
santos son sólo divinidades paganas que han sido recuperadas. divino donde todo se juega, entre Prometeo y Zeus, quienes com-
Los viejos relatos simplemente continuaron transmitiéndose , al piten en cuanto a astucia, engaño; el resultado del enfrentamiento
igual que los relatos cristianos -incluso en nuestra sociedad, de la es nuestra nueva condición. No es nuestra responsabilidad y, a pe-
que se dice que, en gran parte, está descristianizada- todavía están sar de eso, aunque los hombres no estén en situación de pecado, o
presentes porque los niños los han leído y escuchado contar, y no de falta a redimir, estos relatos transmiten la constante fatalista de
únicamente en el catecismo, sino también en la literatura que está la precaria y ambigua situación del género humano y, lo que es
colmada de esas tradiciones ... El adulto en el que se convertirá ese esencial, la aceptación de esta situación. Los griegos la aceptan sin
niño que se ha impregnado de este entorno cultural dispondrá, de procurar, por eso, disimular lo que ella conlleva de terrible: la
ese modo, de una panoplia de referencias, para encarar y guiarse muerte, por ejemplo, la muerte de los seres queridos, por no hablar
en la vida cotidiana o frente a las pruebas de la existencia. Por mi de la propia; el hecho de que vivimos en un universo perecedero,
parte, sin adoptar una actitud anticristiana de principio (como lo marcado por el sello del límite, de la fragilidad. Al mismo tiempo,
hace el neopaganismo de extrema derecha, que considera que la es allí donde reside la belleza del mundo: lo aceptan también por-
influencia "judeocristiana" ha pervertido y desnaturalizado lo que que esta vida efímera es maravillosa y porque la otra alternativa, la
la Antigüedad nos ha dicho: ¡Dios sabe que estoy lejos de eso!), no inmortalidad, es quizá peor, ya que la eternidad es el tedio conti-
me desagrada que, al lado de las Luces del siglo XVlJI y de las viejas nuo que Ulises experimentó junto a Calipso. ¿En que se convertiría
concepciones cristianas, esos relatos griegos en los que la imagen cada día, si lo que cada día aporta no fuera precisamente tan frágil,
que el hombre se construye del mundo y de sí mismo es tan dife- tan destinado a desaparecer? Ese carácter precario es parte inte-
rente se ubiquen en esa panoplia. grante de la belleza. Eso explica la atracción que ejercen sobre cier-
Ésta es la representación que transmiten esos mitos, y cuando tos dioses, muy en especial sobre Zeus, las jóvenes mortales, las jó-
narro, siguiendo a Hesíodo, la cosmogonía, la teogonía, la separa- venes parthenoi, que juegan en la orilla del mal' o recogen narcisos.

..- .__ ._. _


HACIENDO CAMINO 113
112 ATRAVESAR FRONTERAS

Sin lugar a duda, los mismos dioses son sensibles al hecho de que tonces, cuando le estaba contando eso, Julien me gritó: "¡Detente!
ellas son tanto más hermosas cuando se encuentran en la flor de la ¡Detente! [Siento que va a darse vuelta!". "¿Quieres verdadera-
edad, cuando alcanzan un fugaz punto de plenitud en el hori- mente que me detenga?" Él dudó un instante, después me dijo:
zonte, desde el cual ya se perfila la amenaza de la vejez y de la "No, continúa ... ". Pero yo veía bien que él realizaba un esfuerzo
muerte. Es preciso tomar las cosas hermosas en el momento en que sobre sí mismo. Entonces continué. Se dio vuelta y lloró, larga-
se presentan; y es preciso tomarlas como una bendición porque son mente; después concluyó: "¡Ah! ¡Esta historia es terrible! Es la más
mortales. Este tipo de aprehensión del mundo es lo que intento triste ... ¡Es también la más bella!". Dicho de otro modo, y a riesgo
transmitir a mi nieto. Y,tal vez, él sea sensible ... de plantear una banalidad, me parece que a través de este relato no
Al principio, yo era muy reticente con respecto a este pro- le transmití la idea, cara a Leibniz, de que todo es para mejor en el
yecto de libro, debido a la idea, sin duda pretenciosa, de que no mejor de los mundos posibles, ni tampoco la idea de que el hom-
era conveniente para alguien que se pretendía un investigador se- bre está en una encrucijada y debe elegir entre el vicio y la virtud,
rio contar lisa y llanamente historias (con todos los defectos que sino cierta visión trágica de la existencia. Y,evidentemente, en esa
eso implica, puesto que elegí una versión -en tanto que también ocasión él estaba sensible, lo percibía; sentía que era la historia más
hay otras-, que no cito mis fuentes, que me dejo llevar por la ins- triste y, al mismo tiempo, la más bella ... Y no me desagradaba que,
piración del momento). Sentí el impulso, y ahora me felicito de aunque fuera pequeño, tuviera ya ese sentimiento. Porque, al ha-
haber aceptado, al ver que, por ese medio, este conjunto de relatos ber vivido el período de la preguerra, y luego la guerra misma y
(naturalmente, no se trata más que de un pequeño corpus, esco- sus atrocidades, ¿cómo no tendría yo ese sentimiento trágico de la
gido de entre el inmenso continente de la mitología griega) ha lle- vida? ¿Cómo podría mi reflexión no arraigarse en ese mantillo?
gado a un público que jamás habría podido alcanzarlo de otro
modo. Cuando me dieron a leer las pruebas, estaba muy inquieto; ¿Piensa que habría obtenido el mismo tipo de reacción contando la mito-
me preguntaba qué faltaba hacer, dispuesto a renunciar. Interrogué logía babilónica, o china, o cualquier otra mitología, o bien cree usted,
entonces a mi nieto, que no tiene más 12 años, sino 3D, y que es por el contrario, que el hecho de que aún estemos inmersos un po~o en la
profesor de historia. Quería conocer su reacción. Leyó esas páginas herencia griega contribuye a esta sensibilidad particular de su meto Ju-
esa misma noche, y al otro día vino a verme y me dijo: "[Maravi- lien y del conjunto de sus lectores?
lloso! ¡Volvía encontrar, iguales, las impresiones de mi infancia!".
Pensé que era un texto decisivo, que en esas condiciones no tenía Creo que uno podría ser sensible, por ejemplo, a la historia de Gil-
el derecho a renunciar a su publicación. Sin embargo, me reprochó gamesh, aunque de una manera diferente. Pero, después de todo,
no haber incluido en mi elección la historia de Orfeo, despertando si lo pensamos en términos de herencia, ¿no somos también los
a su vez en mí uno de los recuerdos más fuertes de aquella época. herederos de los babilonios? "La historia comienza en Sumer", de-
Debía tener 13 años y yo le contaba sobre Orfeo, sobre un Orfeo, se cía Jean Bottéro. Todas esas tradiciones pertenecen a una misma
podría decir, el Orfeo tradicional, canónico. Me aproximaba al fi- corriente, a ese mundo del Cercano Oriente y del Mediterráneo,
nal, cuando sale de los infiernos, donde los soberanos le permiten donde hay ciertas diferencias, pero donde también se encuentra
devolver a Eurídice a la luz: Orfeo está en ese vestíbulo subterrá- cierta continuidad de la experiencia humana. La impresión que
neo interminable; en su extremo, toda la luz del día, adonde va a provoca la lectura del Antiguo Testamento es, sin embargo, de
regresar; ella marcha detrás de él y Orfeo no debe darse vuelta. En- otra naturaleza. Usted insiste en preguntar sobre la distancia que
HACIENDO CAMINO 115
114 ATRA VESAR FRONTERAS

nos separa de la Antigüedad, pero nuestras relaciones con ella son pienso que si hiciéramos el cálculo, se constataría que, en el curso
más complejas que eso: la Antigüedad es al mismo tiempo cer- de los últimos 25 años, ha habido más representaciones y puestas
cana y lejana. Su proximidad no se debe sólo a que mi generación en escena de tragedias y comedias griegas, o incluso de dramas sa-
ha estado profundamente impregnada de esa cultura durante la tíricos, que durante todo el siglo precedente. ¡Ylos jóvenes han co-
edad escolar: en esa época, los estudios clásicos eran la vía real, rrido a verlas! Otra prueba: cuando Sigmund Freud introdujo una
que emprendían todos aquellos niños que manifestaban cierta ruptura en la imagen que el mundo moderno tenía del hombre y
disposición por los estudios; las ciencias venían de manera com- de la vida psíquica, se sintió obligado a tomar ejemplos de la cul-
plementaria. Ahora todo ha cambiado, es verdad. Se puede decir tura clásica, como el mito de Edípo, de Electra, etc. Se objetará que
que, desde hace cuarenta años, el sistema educativo francés con- estaban allí las referencias de su tiempo -y de hecho, en esa época,
siste en dejar que subsistan algunas parcelas, algunos islotes de eran los modelos dominantes-, pero esto perdura aún hoy amplia-
trabajo sobre la lengua y la cultura griegas o latinas, considerán- mente. Una anécdota para ilustrarlo: un día, en los años setenta, re-
dolas más bien como si se tratara de algo superfluo. Eso volverá a cibí en el centro Louis-Gernet -que todavía se llamaba Centre de
cambiar, quizá, pero hoyes así, .. recherches comparées sur les sociétés anciennes-la visita del repre-
Sin embargo, subsiste un hecho que es imposible refutar: toda sentante de una gran marca francesa de perfumes, para pedirme
nuestra tradición artística, nuestra pintura, por ejemplo, incluida una lista de personajes masculinos heroicos, con algunas indicacio-
también la contemporánea -aun cuando otras influencias se han nes sobre lo que habían hecho y lo que representaban: ellos tenían
incorporado a ella-, se refiere a la Antigüedad clásica, a la mitolo- una gama de perfumes a los que querían darles los nombres de
gía grecorromana. A partir del Renacimiento, eso es constante. Su- esos personajes. Se la hicimos y nos ofreció una retribución que a
cede lo mismo con nuestra literatura: el teatro del siglo XVII, aquel mí me pareció fastuosa (pero los jóvenes miembros del Centre, me-
de Racine, que todavía estudian los chicos en el colegio, es incom- jor informados que yo, pensaban que habríamos debid.o recibir
prensible sin este trasfondo clásico. Lo mismo para la filosofía: mucho más, en relación con los beneficios en juego ... ). SI esas so-
¿cómo se puede concebir un filósofo que se dispense de mirar ha- ciedades proceden de ese modo, si se le da a un perfume el nombre
cia a aquellos que han inaugurado esa forma de reflexión que, his- de un héroe de la mitología griega, es porque esos personajes toda-
tóricamente, iba a convertirse en la filosofía? También sucede lo vía están presentes en nuestras representaciones colectivas, de ma-
mismo con el tipo de ciencias que practicamos, porque los compa- nera más o menos clara, de manera más o menos consciente quizá,
ratistas, como Joseph Needham, y actualmente Geoffrey Lloyd, pero al menos presentes. Y creo que, a grandes rasgos, ~~exacta.la
han demostrado muy bien hasta qué punto, por ejemplo, las mate- idea según la cual hay en nuestra cultura un fondo Judeocr~s-
máticas chinas son complejas y desarrolladas, aunque no sean del tiano" y un fondo helénico; sin olvidar, naturalmente, que los mis-
mismo tipo que las nuestras, y de un modo análogo, por cierto, mas cristianos se han nutrido del pensamiento griego: la teología
también la física china, y así siguiendo. No somos ni los inventores cristiana ha bebido copiosamente de la tradición antigua. Ese
ni los depositarios exclusivos de ese tipo de ciencias, pero las fondo griego, al igual que el fondo romano, está siempre presente,
orientaciones que hemos elegido son originales. A pesar de todo, y me parece que, en un mundo en perpetuo cambio, co~stituye
aunque el mundo en el que vivimos se ha apartado de la Grecia una amarra, una señal. Al fin de cuentas, me parece prefenble pre-
antigua, sumerge indudablemente allí sus raíces y de allí extrae servar una referencia de este tipo antes que otras, menos ... menos
sus referencias. Yo he dado gustoso la siguiente prueba de esto: brillantes: la caza, los quesos, u otras tradiciones bien francesas.
116 ATRAVESAR FRONTERAS HACIENDO CAMINO 117

Podemos, tal vez, volver sobre lafábula: usted subraya en todo momento hombre. Porque el hombre es a la vez "prometeico" -prevé, cal-
que ella implica una moralidad. Es verdad que en nuestras fábulas hay mo- cula, es listo, astuto, predice el porvenir, es prudente: es un Uli-
ralidades que comprendemos sin dificultad; también es el caso de lasfábu- ses- y "epimeteico" -torpe, comprende siempre demasiado tarde,
las griegas, pero con frecuencia uno se sorprende, con la lectura de las de es impulsivo y no se da cuenta de las amenazas que pesan sobre
Esopo sobre todo, por la inadecuación, desde nuestro punto de vista, entre él-. Reúne esos dos aspectos contradictorios.
el contenido de la historia y la moralidad que de ella puede obtenerse ... ¿Sepuede, por lo tanto, comparar la irreflexión de Epimeteo
con la falta de la tradición cristiana? No lo creo. En resumen,
Es exacto, pero el punto importante es que allí encontramos una cuando él interviene, el mal ya ha sido ocasionado. Yeso, más que
moralidad: esto hace de ella otro género. Hay, por cierto, similitu- todo, marca la profunda diferencia entre las dos tradiciones: en
des entre las dos formas, pero incluso en una fábula que estuviera cualquier circunstancia, Pandora -o dicho de otro modo, el kalón
próxima al relato mítico, éste permanecería como algo un poco di- kakón, ese "hermoso mal" o esa "bella desdicha"- ya está ahí; Epi-
ferente porque no implicaría una moral explícita; en su lógica, eso meteo tiene a bien abrirle la puerta, su sola presencia en el mundo
no tendría ningún sentido. Volviendo a Hesíodo: él cuenta cómo marca la nueva condición de los hombres. Se podría objetar cier-
los hombres, que antes vivían en un estado paradisíaco -sin tra- tamente que, si él la hubiera rechazado, como Prometeo le había
bajo, sin fatiga, sin enfermedad, sin vejez, sin muerte, festejando aconsejado, ordenándole no recibir jamás un regalo de Zeus, el be-
como los dioses-, luego de la creación de la mujer, se encontraron llo mal quizá habría quedado a mitad de camino entre los dioses y
en su situación actual. Por cierto, en un momento del relato, Hesío- los hombres ... Irreflexión,pues, de todas maneras.
do hace una observación que podría interpretarse como una mora-
lidad, cuando constata, después del fracaso de Prometeo, que no Pero quizá también, como trasfondo, una fuerza apremiante del don, que
hay que intentar engañar a Zeus. Pero eso no es en absoluto una los antropólogos ponen en evidencia y que Louis Cernet advierte en la
conclusión, sino apenas un incidente: la historia continúa como si Grecia antigua. Es decir que quien hace esto es porque verdaderamente
nada hubiera pasado. El mito no se detiene en el conflicto de dos no puede rechazarlo ...
divinidades.
Quizá, pero el texto no ofrece ninguna indicación en ese sentido.
La historia quizá conlleve también un elogio implícito de la inteligencia. Y,sobre todo, creo que la ambigüedad es lo primero. Yodiría que
Porque, si es verdad que en la historia de Pandora no hay una falta en el el error -puesto que, en el fondo, esto es ciertamente de lo que se
sentido de pecado -en el sentido cristiano del iérmino-, hay igualmente trata: un error, hamartía, a la vez una falta y un error de juicio- está
un pequeño uerror" de parte de Epimeteo. presente desde el comienzo. Ella se confunde con el hecho de que
no hay Prometeo sin un Epimeteo, como no hay hombre sin mu-
En efecto, Epimeteo acepta a Pan dora, el presente venenoso de jer, como no hay bien sin mal: las cosas son dobles. Pero son do-
Zeus. Eso no es una falta propiamente dicha: es sólo un momento bles en conjunto, estructuralmente. No ha habido, en un momento
de irreflexión... Epimeteo es lo opuesto a Prometeo. Aparece en el dado, una prohibición que haya sido quebrantada por desobe-
relato inesperadamente. El comienzo de la historia no lo men- diencia. Ellos no desobedecen. Epimeteo no sigue el consejo de su
ciona sino al pasar, en la descendencia del titán Jápeto; no se sabe hermano, pero eso no tiene nada que ver con la desobediencia a
nada más de él. Entonces aparece, habla y actúa en nombre del una prohibición de carácter divino.
118 ATRAVESAR FRONTERAS HACIENDO CAMINO 119

Sus narraciones no son estrictamente mitográficas, o ingenuas; ellas in- de interpretaciones anteriores. Hay, pues, una cadena ininterrum-
tegran aquí y allá comienzos de interpretación, ponen de relieve tal opo- pida: los mitos, la tradición mítica, con sus diferentes versiones, y
sición o tal articulación que han surgido gracias a sus anteriores estu- luego los autores del período helenístico, que se han interesado en
dios. Como si el historiador se hubiera nutrido del análisis, que orienta los mitos (mitólogos profesionales, por así decirlo, que ponían en
el modo de narrar un episodio o presentar un personaje. ¿Cuál es, pues, el orden los relatos al reunirlos; también ellos tenían su interpreta-
vínculo entre texto mítico y análisis? ¿ Son heterogéneos el uno respecto ción y, en la medida en que hacían su elección, orientaban los mi-
del otro y revelan dos tipos de racionalidad diferentes o tienen una conti- tos en talo cual dirección). Desde cierto punto de vista, continua-
nuidad, y, diría usted con Claude Lévi-Strauss, que los mitos griegos ha- mos ese trabajo que los griegos comenzaron. Históricamente,
cen ya su propio análisis estructural y que los estudios modernos pueden somos sus sucesores. Lévi-Strauss tiene, pues, en gran parte ra-
ser comprendidos como nuevas versiones de antiguos mitos? zón: el trabajo científico de los mitógrafos de hoy, en el ámbito
griego, se incorpora a lo que el mismo movimiento de la mitología
Me parece que en parte ya le he respondido al definir qué tipo de griega ha producido, ha originado como comentarios.
contenido intento transmitir cuando narro un mito. Pero es ver-
dad que el trabajo de análisis sobre el mito es de otro orden y re- ¿Establecería usted, sin embargo, una diferencia entre, por ejemplo, una
quiere, tal vez, formas, si no racionales, al menos de racionaliza- variante producida por un autor griego, que haya vivido en la cultura
ción, que se apoyen sobre técnicas intelectuales, incluso sobre griega, y el tipo de modificaciones que usted realiza sobre el relato, ,o.~e~
técnicas de análisis que han sido puestas a punto muy reciente- jor, de acentuaciones particulares que usted aporta luego de sus análisis,
mente. ¿Yhay de todas maneras discontinuidad? No lo creo. Sería
así si yo considerara que adhiero al relato -al igual que todos los Esta pregunta tiene probablemente muchas dimensiones. En la mi-
analistas- esquemas interpretativos salidos de mi imaginación y tología griega existen múltiples y divergentes versiones de los mis-
sin vínculo con sus propias significaciones. Pero creo que no es mos episodios. Fuera de las versiones dominantes de Homero o de
así. Por cierto, no puedo probar de manera irrefutable la exactitud Hesíodo, se ve regresar en muchos textos, a veces de manera alu-
de mis lecturas -lo que vale además para cualquier texto, no sólo siva, a los mismos personajes; por ejemplo, entre los poetas líricos o
para los mitos (es válido también para una tragedia, por ejem- en otros ciclos épicos: el ciclo tebano, la Pequeña llíada, etc.; después
plo)-, pero eso no quiere decir que todas las interpretaciones sean vienen los historiadores, esos historiadores que todavía no son ni
falsas. De hecho, si no puede probarse que una interpretación es Heródotos ni Tucídides, y para quienes escribir la historia de una
verdadera, se puede demostrar que da cuenta de la mayor parte ciudad consiste simplemente en narrar sus mitos fundadores como
de los elementos del relato y que, cuando establece una oposición si fueran la realidad. En esas condiciones, las versiones son, segura-
entre términos, esta oposición no existe sólo en la cabeza del intér- mente, innumerables. El intérprete de hoy debe aceptar esta multi-
prete, sino que se encuentra efectivamente en el texto. Lo que plicidad, sin declarar que una versión vale más que otra. El interés
vuelve a indicar que puede demostrarse que ciertas interpretacio- está, por el contrario, en demostrar cómo juegan las unas en rela-
nes son falsas, es decir, que son incapaces de dar cuenta de ciertos ción con las otras. Es el mismo principio del comparatismo: es por
elementos del relato; ellas los dejan de lado, los borran o, al con- su relación con todas las demás, global e individualmente, que cada
trario, los desnaturalizan. Eso puede demostrarse con todo rigor. versión manifiesta su ángulo de significación. De naturaleza dife-
Y ésta es la tarea de los intérpretes, que siempre trabajan a partir rente son, para la poesía, y especialmente para Homero, los escolios
120 ATRAVESAR FRONTERAS HACIENDO CAMINO 121

o las correcciones: se suprime tal verso o se reemplaza una palabra Para resumir, ¿ usted no introduciría un corte estricto entre lo que com-
por otra. Y esas intervenciones son ya obra de los mismos griegos. pete a la lógica de la interpretación y lo que compete a la del texto?
Los criterios de los sabios que se dedican hoy al mismo tipo de en-
miendas son, a la vez, los de los antiguos, de quienes los hemos he- No hay identidad; hay discontinuidades, pero no son rupturas.
redado, y de otros, fundados en la paleografía, la ciencia de la trans- Existen, por cierto, casos en que los intérpretes proponen lecturas
misión de textos, los manuscritos. Esta ciencia de los textos se tan aberrantes que la ruptura es manifiesta, ¡pero no quiero citar
modifica" entonces, y la mitografía debe tenerlo en cuenta. Por nombres! ... Tomemos un ejemplo de otro dominio: usted ha pu-
ejemplo, no sólo poseemos los grandes textos de Hesíodo; es una blicado el análisis de una escena representada en un jarrón.? Mu-
suerte extraordinaria disponer de la Teogonía y de los Trabajos, pero chas interpretaciones son posibles; ninguna, sin duda, coincide to-
también tenemos el Escudo del seudo-Hesíodo, y fragme~tos, a los talmente con lo que el pintor ha hecho. Sin embargo, usted puede
que es preciso añadir las versiones de otras fuentes que confirman o excluir alguna lectura en tanto no permita dar cuenta de un ele-
no lo que está dicho en el texto: nada de todo eso debe ser olvidado. mento central de la imagen (sucede que un personaje femenino
Evidentemente, cuando le narro mitos a mi nieto, renuncio a que tiene un arco no puede representar sino a la diosa Artemisa).
tener en cuenta toda esa abundancia, para concentrarme en el hilo El mismo procedimiento vale para los mitos: es el mismo tipo de
narrativo de una versión. Y es por esta razón que tenía la concien- lógica la que está en juego, desde el momento en que ya no se con-
cia sucia. También es claro que la interpretación es más sólida y a la sidera que los imagineros reprodujeran servilmente 10 que tenían
vez más fácil cuando se ciñe a un texto que posee su propia cohe- ante sus ojos (lo "real"), las escenas de una pieza teatral precisa o
rencia, como la Teogonía, incluso si se la completa con algunos ele- incluso un episodio tomado ne varietur de una obra literaria. Una
mentos sacados de los Trabajos. Ocurre otra cosa cuando se tienen vez que se admite que la pintura posee su propia lógica, el mé-
36 versiones de un mito y se hacen bricolajes para intentar mostrar todo de análisis que es preciso aplicarle es el mismo que el que
i,ir'
cómo juegan entre sí. Así, para Perseo, o también para Ulises, exis- conviene al mito.
ten tradiciones diversas y divergentes. En este último caso, elegí
abiertamente la trama de la Odisea, aun cuando se pueda discutir La pregunta que le formularía apunta también un poco a la oposición,
sobre eso argumentando que hay cantos que han desaparecido, u que estaba muy presente en sus primeros trabajos, entre pensamiento mí-
otros que, por el contrario, han sido añadidos a posteriori. Yoelegí tico y pensamiento racional ...
el tema de una Penélope fiel que espera a Ulises, aun sabiendo
muy bien que otras versiones narran lo contrario, y le atribuyen Es verdad que en mis primeros trabajos, cuando intentaba expli-
múltiples aventuras, incluso hijos.
car cómo se había pasado del mito al pensamiento racional, esta-
blecía un corte rotundo entre esas diferentes formas de pensa-
Como el dios Pan, al que ella habría concebido al unirse con todos los pre- miento: una forma que, en el fondo, sería indiferente al principio
tendientes ...
de no contradicción y una forma que, por el contrario, se apoyaría
esencialmente sobre una racionalidad identitaria. Hoy ya no lo
Por ejemplo. Aunque de todas maneras Pan es un caso aparte, de al-
gún modo ... Pero, para la figura de Penélope, diría que mi elección
5 Bernard Mezzadri, "Artémis et la nourrice. Une lecture de la coupe Tar-
ha sido "homérica", entre comillas: seguí la versión de la Odisea. quinia RC 6846", en Métis, VIII, núm. 1-2, 1993, pp. 285-294.

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HACIENDO CAMINO 123
122 ATRAVESAR FRONTERAS

plantearía así, porque ahora pienso que el mito en sí no existe; de razonamiento donde no hubiera contradicción:la no contradic-
existen, mejor dicho, diversas formas de relatos míticos: el relato ción sería desde entonces la medida de la verdad. Hay un cambio
mítico de la Odisea, que es al mismo tiempo una obra literaria, no indudable.'Pero la ambivalencia está claramente presente en la fi-
funciona exactamente de la misma manera que un cuento oral losofía de Heráclito e incluso, tal vez, en la de Parménides, que sin
africano. También allí es preciso distinguir niveles (independien- embargo parece el pensador de la identidad por excelencia.De he-
temente de todo juicio de valor, por cierto). cho, junto a la voz del Ser,está en él la voz de la Opinión. Con una
No obstante, en lo que entonces llamaba mito -y donde con- bifurcación,pero ya se ha demostrado sin embargo, y creo que.~on
cedía ventaja a los textos de Hesíodo puesto que él había reflexio- razón, que a los ojos de Parménides nada es enteramente positivo
nado, antes de la filosofía, sobre la génesis y el orden del mundo, de un lado y enteramente negativo del otro; la oposición no es tan
sobre la condición humana, es decir, sobre problemas análogos a tajante... En cuanto a Heráclito, francamente basa todo el desarro-
los que poco después iban a tratar los fílósofos-, hacía hincapié en llo de su filosofía en una dialéctica de los contrarios. Por lo tanto,
la presencia de un elemento del pensamiento que insisto en consi- puede existir allí, en el interior de la filosofía, la uti1iza~~ónd~ lo
derar fundamental, que es lo que podría denominarse la polari- que parecía el motor del pensamiento mítico. La concluSlOnse im-
dad de las nociones. Polaridad apreciable, por ejemplo, en la no- pone: no existe más el mito que la razón. Hay algunas razone~;~ay
ción de elpís, que se traduce comúnmente por "esperanza", pero procedimientos de racionalización que no son iguales en los hl~so-
que en realidad significa "espera de lo que va a suceder" y que fas, en los matemáticos, en los médicos o incluso en los astrono-
por tanto puede ser al mismo tiempo, si se espera algo bueno, la mas. Todo esfuerzo por comprender un plano de lo real, un sector
esperanza y, si se espera algo malo, el temor: elpís es a la vez buena de la realidad, implica la puesta en juego de técnicas mentales, de
y mala. Aidós -"pudor", "vergüenza"- designa también un senti- procedimientos intelectuales que permitan dominar ese campo.
miento bueno y malo a la vez; eris, la lucha, la rivalidad, es a la Ahora bien, el campo, y por lo tanto las técnicas, difieren cuando
vez la fuente de todos los males, y se sitúa en las raíces del mundo se trata de la astronomía, de la geometría, de la filosofíao de la me-
como el mejor de los bienes que se puedan obtener. Así pues, la dicina. La medicina se funda sobre el dominio del kairós, ese mo-
idea era que ciertas nociones radicalmente ambivalentes juegan mento fugitivo donde todo puede oscilar en un sentido o en el
un rol fundamental en la comprensión del universo: eris está en otro. Eso se acerca al problema al que, con MarcelDetienne, hemos
las raíces del mundo; aidós abandona a los hombres cuando no tie- dedicado nuestro libro sobre la metis: toda una vertiente de la ra-
nen nada que esperar; elpís es también esencial puesto que, cuan- cionalidad griega, o, digamos, de la intelig:ncia griega, desca~sa
do Pandora abre la vasija de los males, es la única que permanece sobre ella, sobre este espíritu de la astucia. Esta no apunta a lo m-
en la casa de los hombres. Nociones polares ... Ambigüedades, mutable y a lo idéntico, sino que, por el contrario, busca adaptarse
ambivalencias, inversiones: las nociones se convierten en su con- a lo que el mundo admite de inestable, de incierto, expuesto a fre-
trario, y la lógica del relato sigue ese movimiento; de manera bru- cuentes cambios. He aquí cuál sería hoy mi posición.
tal, todo oscila de un polo al otro.
Es verdad que el mito juega con esta lógica de lo ambiguo; Pero, entre todos esos procedimientos de aprehensión del mundo ~ue us-
también es verdad que los filósofosse esforzaron por definir prin- ted distingue, hay igualmente algunos que son más pertinentes, SI es que
cipios, como el de identidad, que excluyeron ese tipo de represen- se puede decir esto, que otros. Para emplear la expres~ón de Paul Veyne,
tación; o que los matemáticos intentaron construir un mecanismo todos los "programas de verdad" no vienen a ser lo mismo.
124 ATRAVESAR FRONTERAS HACIENDO CAMINO 125

N_o,los programas de verdad no vienen a ser lo mismo, pero hay nal, ¿qué es lo que permite sostener que la historia verdadera de la Se-
diferentes programas de verdad, de verdades diferentes. Por gunda Guerra Mundial sea más verdadera que la de los negacionistas?
ejemplo, la verdad de la medicina, o las verdades de la medicina
por~u,ehayal menos dos escuelas: por un lado, los dogmáticos: Eso es justo. Ese punto de vista, si es el de Veyne, un punto de
lo~fIlos~fos,que quieren explicar todo de manera teórica, por la vista puramente "estético", una estética de vida, no lo comparto
exístencía de los humores, y que interpretan las enfermedades y en absoluto. He sido uno de los miembros fundadores de la re-
la salud como el equilibrio o el desequilibrio de esos humores. vista Raison présente, miembro de la Union rationaliste -¡para in-
Por otro lado, hay otros -los empíricos- que anotan de manera tentar sacudirlos un poco!- y,si me pide que me posicione intelec-
consciente la evolución de una enfermedad, todos sus síntomas, tualmente, le diría que soy racionalista, desde luego. Mi propósito
e~,aspecto del paciente, sus deposiciones, su orina, su transpira- respecto de los mitos es, de un extremo al otro, racionalista.
cion, sus olores... Anotan todo y obtienen un pronóstico. Pero es Cuando escucho sobre teorías míticas o gnósticas, a propósito de
evidente que ese "programa de verdad" difiere totalmente del la física, la química o la astronomía, me causa gracia. Si alguien
que consiste en calcular la proporción de los cuatro humores en me dijera que no hay diferencia entre la astronomía y la astrolo-
los cuerpos.
gía, replicaría que, en mi opinión, los astrólogos son, en el mejor
de los casos, imbéciles, y en el peor, estafadores ... No creo, sin
Eso es verdad, pero, sin embargo, ¿nuestro tipo de interpretación cientí- embargo, que exista una razón intemporal; creo que la razón se
fica no es más pertinente, más exacta, que la interpretación mítica? forjaa medida que la cienciaevoluciona, que aparecen nuevos do-
minios y que, en ese sentido, las crisis de la razón son indispensa-
La interpretación mítica no tenía las mismas ambiciones. No bles (he publicado un pequeño artículo sobre esa cuestión, que se
pretendía prever un eclipse solar, por ejemplo. Narraba histo- titula "Razón de ayer y razón de hoy")? Ha ocurrido esto en las
rias que daban cuenta del estado del mundo en ese momento. geometrías no euclidianas, en la física, en la biología. A medida
Eso es todo lo que hacía el mito. Pero si lo que me está pregun- que se progresa, los nuevos campos que aparecen implican una
tando es si pienso que los griegos edificaron una ciencia -astro- revisión completa, no sólo de los procedimientos de observacióny
nómica, matemática, médica (en parte)- que ha representado de los conceptos, sino también del sistema de principios lógicos !ii,
!·I
una inflexión mayor en la corriente intelectual, no puedo más que se utiliza. La evolución es entonces constante, el programa de
que responder "sí". i!
verdad se modifica, pero jamás será el programa de quienes pre-
tendan recurrir a lo que el mito enseñaba. El propio mito no tiene
Si insisto sobre este punto es porque, cuando leemos a autores como Paul sentido sino cuando, para intentar comprender cómo funciona, es
V~yne, por ejemplo, tenemos la impresión de que todo vale, que cualquier interrogado y analizado con los procedimientos a los que me re-
discurso puede ser puesto en el mismo plano que otro. De golpe, como le fieropermanentemente: los de los lingüistas, los antropólogos, los
ha hecho notar Richard Buxionf si se lleva este razonamiento hasta elfi- historiadores, los filósofos,de acuerdo a la ocasión.Y también en

t.. "Ric~ard Buxton, La Crece de l'imaginaire. Les contextes de la mythologie, Pa- 7 Publicado en Cahiers rationalisies, núm. 235, febrero de 1966; reproducido
n~, L,aDecouv~rte, 199~, p. 174, n. 31 [trad. esp.: El imaginariogriego. Los contex- en Entre mythe et politioue, París, Seuil, 1996, pp. 229-236 [trad. esp.: Entre mito y
tos de la mitologia, Madrid, Cambridge University Press, 2000]. política, México, Fondo de Cultura Económica, 2002, pp. 74-80].
126 ATRAVESAR FRONTERAS

este plano, cuando afirmo que el mito en general no existe, tomo


posición contra quienes, como Eliade, han elevado al mito a una
categoría absoluta; todo mito sería así una variante de un mito
m~tricial del retorno a la forma embrionaria y a los orígenes del HISTORIA DE LA MEMORIA
Universo,lo que considero totalmente falso: hay una multitud de Y MEMORIA HISTÓRICA
relatos diversos, que hablan de cosas diferentes.

Sí, existe una dimensión mística en la obra de Eliade que es, franca- LAMEMORIA no está en nosotros como un órgano que cumple una
mente, antirracionalista. función delimitada y precisa. Bajoese término, englobamos acti-
vidades mentales múltiples, operaciones intelectuales diversas
Es exactamente así. ¿Por qué estoy en contra de las teorías de cuya finalidad y cuyos modos de funcionamiento no son idénti-
Eliade?Porque en su visión del mito hay una dimensión mística, y cos, aun cuando se trata, por lo general, de procedimientos que
no un esfuerzo de análisis racional. apuntan a actualizar en el pensamiento informaciones que no es-
taban presentes en el campo de la conciencia, como si se tratase
de saberes impersonales (la Tierra es redonda, 2 más 2 es 4), de
textos memorizados (poemas que me recito a mí mismo), de acon-
tecimientos del pasado de los cuales aprendí que efectivamente
sucedieron, de recuerdos de mi vida personal que evoco en su
singularidad. Como toda actividad humana, esas operaciones se
adquieren y cobran forma mediante un aprendizaje, un adiestra-
miento mental que, para orientar la mira del espíritu en direc-
ción de lo que no está presente, utiliza técnicas, marcas, marcos
variables en función de las herramientas mentales propias de
cada cultura.
Las actividades de la memoria que apuntan a hacer presente
lo que no está son construcciones ligadas a contextos históricos.
Hay una historia de la memoria.
Algunos ejemplos para hacerme entender. Trasladémonos a
una civilización sin escritura, una cultura puramente oral. Así era
la Grecia arcaica, entre los siglos x YVIII, antes de la adopción y la
difusión de la escritura alfabética. Los grupos humanos no dispo-
nen entonces de ningún documento ni archivos o estado civil que
determinaran el estatus social de las personas. Genealogía, filia-
ción, lazos de parentesco, matrimonio, propiedades, catastro, re-
glas institucionales,nada se apoya sobre testimonios escritos, todo
127
130 A TRAVESAR FRONTERAS HACIENDO CAMINO 131

su polimatía, su ciencia enciclopédica,él mismo se convirtió en el lugar apropiado para ese efecto,será puesta a disposición de cada
receptáculo viviente de todo el saber humano. investigador para que pueda explorarla y utilizarla desde el
Este arte de la memoria perdurará a través de toda la Antigüe- fondo de su sillón y con el cerebro libre.
dad grecorromana y llegará hasta el Renacimiento.El ideal de po- Pero eso quizá no sea lo esencial en la historia de la memoria.
limatía al que está ligado se manifiesta, en el plano social,a través La novedad, en el trabajo de la memoria, consiste en dos orienta-
de la institución de grandes bibliotecas,como la de Alejandría, en ciones cuya importancia es hoy decisiva. En primer lugar, en la
el siglo llJ a. c., donde la totalidad del saber humano se encuentra vía que había abierto San Agustín, la emergencia del individuo y
en un mismo lugar, unificado,clasificado,conservado, consultado, de su investigación sobre su propio pasado, en su singularidad.
comentado. Esta concepciónde una memoria humana general, ob- Confesiones, memorias, autobiografías, diarios íntimos, ciertos
jetiva y exteriorizada mediante la concentración de la totalidad de aspectos de la novela moderna testimonian el lugar que ocupa,
los textos escritosen un mismo museo biblioteca-se había acumu- para cada persona, el esfuerzo de reconstruccióndel pasado indi-
lado en Alejandría cerca de 500.000rollos-, ha tenido tal impacto vidual y su proyección en la concienciade su identidad. Segunda
que todavía impone su marca a la nueva forma de memoria que innovación, decisiva:junto a la memoria individual y a la memo-
San Agustín instaura en sus Confesiones. San Agustín transforma la ria de las colectividades, que se puede llamar memoria social, el
memoria; él la interioriza e individualiza convirtiéndola no ya en advenimiento de una memoria propia de los historiadores. Para
el instrumento de un saber universal, sino en una dimensión del esta memoria histórica, todo acontecimiento pasado, todo lo que
yo de la cual se maravilla y frente a la que cada uno está solo para se produjo en el tiempo, marca una aproximación científica, una
explorar. Escuchémoslo: "¡Qué fuerza hay en la memoria! ¡Esun reconstruccióncrítica.Todoel pasado humano, histórico,prehistó-
no sé qué digno de inspirar un estremecimiento sagrado por su ricoy,más allá, el del mundo terrestre y del cosmosen su conjunto
profundidad, por su infinita multiplicidad! ¡Yesto es mi espíritu, es tratado como objeto de conocimiento desinteresado, de puro
esto soy yo mismo!".' Memoria del adentro, íntima, singular, pero saber,el trabajo de la memoria que no tiene otro fin que la verdad.
que reviste todavía la apariencia de un edificio, salas de un pala- Entre esas tres formas de memoria -individual, social, histó-
cio, múltiples estantes de una biblioteca, tan rica, tan diversa que rica-, hay, al mismo tiempo, connivenciasy oposiciones.Sin inten-
uno no puede sino perderse allí y percibir en nosotros el eco del tar aquí desarrollarlas,diría solamente que la memoria históricano
infinito divino. puede ignorar, junto a los documentos "objetivos", la experiencia
Por supuesto, las condiciones del ejerciciode la memoria y su irreemplazablede los testigos,de aquellosque han vivido los acon-
campo de aplicación han sido profundamente transformadas en tecimientos.Esos testigos,al cumplir con su deber de memoria, no
los tiempos modernos por la invención de la imprenta. Y la trans- podrían, por su parte, olvidar esta exigenciade verdad que está en
formación del trabajo de la memoria está en curso, en el mundo el corazón del trabajodel historiador; es graciasa esta doble condi-
contemporáneo, con nuevos medios de información como Inter- ción que la memoria socialpodrá hacer su trabajo de unión con el
net. La inmensa masa de saberes eruditos que produjo el tiempo pasado, evitando la mitologíasin caer en el olvido.
pasado, en lugar de estar alojada en la cabeza de un Hipias o de
un Pico de la Mirandola, en lugar de estar almacenada en algún

1 San Agustín, Confesiones, libro x, 17.


r
HACIENDO CAMINO 133

tegraban al paisaje, ya que estaban construidas con los mismos


materiales que él, tierra y madera: hábitats más que edificios. El
hombre de los tiempos más remotos encontró refugios, cavernas
ESPACIO Y CIUDAD o abrigos, para protegerse. Era todavía un poco eso. Yoestaba
fascinado y sorprendido a la vez por lo que ese hábitat conser-
vaba de primitivo. Alcanzamos el lago Scutari, lo atravesamos,
ORIGINADO A PARTIR DE UN ENCUENTRO, ya antiguo, en Heidelberg descendimos por las bocas de Kotor, y arribamos a Dubrovnik.
con el filósofo Hans Georg Gadamer y algunos arquitectos, este Dubrovnik, un momento de felicidad, como si, al atravesar una
texto propone tres pequeños caminos de investigación en lo que frontera, uno se reencontrara consigo mismo: casas, construccio-
concierne al espacio urbano, tres divagaciones que permiten cru- nes, piedra, cierta cosa pensada al mismo tiempo que construi-
zar y confrontar,desde Grecia,ayer y hoy. da: una ciudad que implica una forma de cultura donde el tiempo
En primer lugar, pequeñas historias personales sobre cómo ha sido dominado. Uno pasea y, en las formas del presente, en-
surgió en mi espíritu la cuestión de la arquitectura y del urbanis- cuentra el pasado: historia, organización social,cálculo y estética
mo. Luego,naturalmente,un rodeopor la Greciaantigua para plan- al mismo tiempo. Permanecimos allí quince días y tomamos un
tear el problema de los vínculos entre poder político, espacio so- barco que remontó la costa adriática hasta Venecia,adonde yo ja-
cial y urbanismo: cómo van a converger,a partir del siglo VII a. C; más había ido. Una maravilla. Di un paso más en esa especie de
organización social, conocimiento intelectual, matemática, arqui- peregrinaje hacia la esencia del urbanismo y de la arquitectura.
tectura y urbanismo. Finalmente, apoyándome nuevamente en ¿Por qué?
Grecia,una consulta a filósofosy urbanistas para saber si existen, Porque tanto Dubrovnik como las viejas ciudades que cono-
en este mundo que ha cambiado totalmente, algunas constantes. cía estaban construidas sobre un terreno y adaptadas a él, amol-
dadas obligatoriamente al relieve, teniendo en cuenta la materia-
Comencemos, pues, por las pequeñas historias personales. Es- lidad del suelo sobre el que se edifica; hay colinas..barrancos,
tábamos en 1935;yo era más joven, o debería decir menos viejo; calles que ascienden y descienden, grandes ríos cuyas riberas se
había partido para recorrer Grecia a pie y había vagabundeado deben seguir. En Venecia, la impresión -ilusión seguramente,
mucho. Desde Corfú, donde me encontraba con mi hermano y pero que se impone- es que esta ciudad no descansa sobre nada,
un amigo, tornarnos un barco hasta el pequeño puerto albanés que no hay terreno al cual deba adosarse y adaptarse, como si
de Sarande que está enfrente y, desde allí, nos remontamos en concretara un proyecto puramente imaginario. Venecia parece
dirección al lago Scutari a través de toda Albania. Hacíamos el descansar sobre el agua de la laguna; sus bloques de piedra con
viaje a pie, aprovechando a veces algún camión que nos embar- todo el peso del pasado, sus palacios, sus iglesias,los muelles, los
caba. En la ruta encontramos a hombres montados sobre sus as- pasadizos, las plazas, las escaleras, todo eso se erige como un ma-
nos, seguidos por mujeres que llevaban sobre la espalda todo ravilloso decorado puesto directamente sobre el mar para alzarse
aquello que se consideraba demasiado pesado o demasiado vul- entre el agua y el cielo, esas dos extensiones sin límites, sin otra
gar para ser transportado, como los hombres, sobre una mon- frontera que esa línea en el horizonte donde se encuentran. La fe-
tura. Cruzamos casas, aldeas (quizá cristianas) en lo alto de una licidad de ese espectáculo proviene de que las certezas más esta-
colina, rodeadas de muros defensivos; esas construcciones se in- bles, las categorías mejor aseguradas se presentan allí basculan-
132

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HACIENDO CAMINO 135
134 ATRA VESAR FRONTERAS

tes, invertidas. El basamentó material, el anclaje en la naturaleza, talezas que dominan las planicies por debajo de ellos. La monu-
es el agua y el cielo, la fluidez líquida y el espacio aéreo, es decir, mentalidad de la residencia real, la magnificencia de las tumbas,
lo que señala lo inconsistente, lo inasible, la no forma, el sueño. Y en contraste con las casas de los campesinos, proclaman la emi-
es el sueño humano del arquitecto que construyó la ciudad que, nente dignidad del poder soberano. El edificiono responde sola-
encarnándose en la piedra dura, en la consistencia y la perenni- mente a las funciones que el monarca debe ejercer.Es como el as-
dad de los edificios, toma la forma de una realidad sustancial. Al pecto visible de la soberanía; la manifiesta a los ojos de todos. El
término de este peregrinaje en medio de los años treinta (tenía palacio es la encarnación del poder en lo que admite de excepcio-
entonces 20 años), descubro una idealidad urbana en el sentido nal, de lo que va más allá de la norma humana.
en que los historiadores de las matemáticas dicen de los griegos, Hacia el siglo YJIl, con el advenimiento de la ciudad-Estado, de
que, junto a los sabios chinos, indios y babilónicos, inventaron la la polis, todo cambia. El espacio urbano no gravita más en torno
idea del número y del espacio; es decir que no van a discutir so- de una ciudadela real que lo domina; ahora se centra en el ágora,
bre cosas reales, sobre las figuras que traza la mano, el punto, la que, incluso más que el mercado donde se intercambian los pro-
línea, la superficie, sino sobre números y extensión. Delante de ductos, es por excelenciael lugar donde circulalibremente la pala-
Venecia, comprendo de golpe que la ciudad, como la pintura, bra entre iguales. El milagro griego (que no es sólo uno): un grupo
también es una cosa mental. humano se propone despersonalizar el poder soberano,ponerlo en
una situación tal que nadie pueda ejercerlosolo,a su antojo.Ypara
Salteo un buen número de años para encontrarme de nuevo en la que no sea posible apropiarse del poder, se lo "sitúa en el centro".
época en que trabajaba sobre Grecia.Mi investigación, en ese mo- ¿Por qué? Porque, para una comunidad de individuos donde to-
mento, se enfocaba en un hombre como Hipodamo de Mileto, dos, como ciudadanos de una misma ciudad, se consideran "seme-
porque es uno de los mejoresejemplos de la conjunciónentre pen- jantes" e "iguales" en el plano político,el centro representa, a equi-
samiento matemático y pensamiento político: escribe tratados po- distancia de cada uno, un espacio común a todos, no apropiable,
líticos y redacta también libros de astronomía. Meteorólogo y ur- público, abierto a los ojos de todos, socialmentecontrolado, donde
banista, modifica en el sentido de la más grande racionalidad los la opinión de cualquiera, libremente expresada mediante la pala-
planos a los que debe obedecer la construcción de las ciudades , bra en el curso de un debate general, es puesta a disposiciónde to-
haciendo de esa manera una contribución esencial a lo que puede dos. Depositar el kratos, el poder de la dominación, en ese lugar
denominarse geometrización del espacio urbano. pensado como central,del que todos los miembros de la ciudad es-
Hacia el segundo milenio antes de nuestra era aparecieron, tán a la misma distancia,no es sólo despersonalizarlo,sino neutra-
junto al establecimiento de grupos humanos sedentarios, las revo- lizarlo, desacralizarlo de alguna manera para hacer de él el envite
luciones palaciegas. Es la era de los grandes palacios cretenses, de una discusión abierta, de una aproximación crítica, de una re-
con su compleja reunión de salas, de patios interiores, de muros flexióninteligente. De ese modo surge lo político:una comunidad
soberbiamente decorados, de técnicassofisticadaspara asegurar la desea regular ella misma, soberanamente ya que lo hace sin sobe-
aireación y la luz en el interior de esas habitaciones. Esos edificios rano, mediante la discusión pública argumentada, todas las cues-
se abren, por lo general, directamente sobre el campo. Están sepa- tiones de interés general. Esto implica que, alIado de lo "común",
rados y al mismo nivel de los hábitats exteriores. En el siglo XIV, lo "público", van a estar los asuntos privados. Cada casa es una
los palacios micénicos son otra cosa. Están construidos como for- casa individual, propia.
136 ATRAVESAR FRONTERAS HACIENDO CAMINO 137

Para los arquitectos, eso significa muchas cosas. Un solo Hestia es el hogar doméstico,es el fuego doméstico,y sabemos
ejemplo: según las excavaciones que han podido hacerse en Sici- muy bien lo que eso significa:es un fuego que arraiga cada casa en
lia, en Megara Hyblaea, cuando los fundadores de la colonia lle- el suelo y que, al hacerlo, al mismo tiempo la comunica con el
gan de Grecia, a partir del siglo VlT, desembarcan sobre un terre- cielo, ya que en la parte alta del hogar hay un hueco por donde
no virgen de todo habitante anterior, sin vestigios. No hay nada, pasa el humo y, cuando se hace un sacrificioen el altar doméstico,
todo está por hacerse; ellos sólo tienen planos. Van entonces a el humo asciende directamentehasta el dios al que se destina el sa-
proyectar sobre el territorio la concepción del espacio y de la ciu- crificio.Por lo tanto, arraigamiento en el suelo, unión con el cielo.
dad que tienen en su cabeza, van a realizar experimentos, y lo Todoesto circunscribeun espacio,el de la casa,el de la familia,que
primero que hacen es determinar dónde no se podrá construir. se distingue de todos los demás; este espacio se cierra sobre sí
Reservan un espacio en el que está prohibido establecer su casa, mismo. Naturalmente, Hestia está unida a ese pequeño buen hom-
y ése es el espacio, precisamente en el centro, donde se prevé co- bre, absolutamente jocoso,extravagante, mentiroso,ladrón, que es
locar todo lo que es público y común. Esos colonos arriban en- Hermes. Él es el movimiento en su estado puro, él es quien indica
tonces con la idea de que, en materia de arquitectura y de urba- siempre lo que puede suceder, en cualquier circunstancia, de un
nismo, debe haber allí algo común, y que una ciudad debe punto al otro. Hermes penetra las murallas, se mofa de las cerra-
reflejar en su estructura esa geometría, ese espacio organizado, duras, une el cieloy la tierra, visita a los muertos; es él quien cuida
que es, al mismo tiempo, un espacio político. Habrá un ágora, de los matrimonios y quien hace que los sexosopuestos se encuen-
pero también emplazamientos para los templos, para el gimna- tren; es el ser de los atajos, de la comunicación, del contacto. Por
sio, para el estadio, y un poco más tarde también para el teatro y supuesto, si Hestia representa el hogar doméstico, el lugar pri-
las termas. He aquí el asunto ... Se ve así cómo en un momento vado, Hermes cuidará del espacio público,y se hallará en el ágora;
dado, en la historia de la humanidad, lo político ha llegado a es un dios del ágora, un dios del comercio.Hermes está en el esta- 1

1I
confluir con ese carácter intelectual y estético del trabajo de la dio, en cuya entrada se encuentran sus estatuas.
arquitectura. Sin embargo, los griegos no serían griegos si no hubieran
comprendido algo de lo que H. G. Gadamer decía: es que, en ge-
Esto evoluciona aún más, pero pasemos sobre los cambios ulte- neral, en los asuntos humanos no hay un bien completamente
riores, todo lo que va a ocurrir en la época helenística, bajo el Im- opuesto a un mal. El gran problema en la política y, creo, en la ar-
perio Romano, con el cristianismo, seguramente, y hoy. Quiero, quitectura es encontrar algo de lo que Gadamer también ha ha-
sobre todo, abordar un punto con el cual voy a la última página blado: los compuestos, la unión de cosas que son contradictorias.
de este texto. Los griegos, dentro de las concepciones más anti- Eso es verdadero en la democracia: en el régimen democrático, se
guas que tienen del espacio, para pensarlo, y para pensarlo de suprime el poder personal y, por consiguiente, cuando hay un
manera mítica y religiosa, recurrieron a dos divinidades: Hestia, problema, relacionado incluso con la arquitectura, es preciso de-
por un lado; Hermes, por el otro. Estas divinidades, aunque no batirlo. Para debatirlo se proponen argumentos racionales, pero
son parientes ni están relacionadas de ninguna manera, forman hayal menos dos campos, dos partidos: se discuten dos discursos
una pareja: se las ve juntas, muchas veces, sobre los frisos, y los opuestos, y después hay una votación a mano alzada, una mayo-
himnos destinados a Hestia, por ejemplo, terminan diciendo: "y ría y una minoría; entonces, la ciudad se divide. Dicho de otro
junto a ti, Hestia, celebro a Hermes". modo, al suprimir el poder y su violencia gratuita, se crea un sis-

______________ • ;,-=_" .•"'''''.,''.'.''',-.-- •


r

138 AIRA VESAR FRONTERAS HACIENDO CAMINO 139

tema en el que la posibilidad de la división y de la violencia está sitarlos a sus casas? Eso significaría renunciar a lo que ha sido la
siempre presente. Se podría decir que la invención de la democra- ciudad tradicionalmente, a eso que, para los hombres de mi edad,
cia, al mismo tiempo que crea hombres libres y esclavos, muestra debe continuar siendo: un lugar de socialidad. Renunciar al hecho
que regir una ciudad de manera democrática es, en cierto modo, de salir de la casa y que la ciudad sea ese espacio donde hay bares,
prever, rechazar e intentar evitar la guerra civil, que está inscrita calles, cruces, plazas, sitios de espectáculos. La verdadera sociali-
precisamente en la idea de hacer una ciudad unida. No existe una dad reside en la ciudad; en el campo, se trata de otra cosa, existe la
ciudad unida, armoniosa, donde todo el mundo es igual, sin que vecindad. La verdadera socialidad presenta, indisociables. dos as-
esta ciudad no sea capaz de destrozarse en condiciones espanto- pectos opuestos. Es en la ciudad donde uno se encuentra en todas
sas. Sucede lo mismo respecto del espacio: los griegos son muy as- las esquinas con personas de las que no se sabe ni quiénes son ni de
tutos; así, al mismo tiempo que tenían una Hestia para cada casa, dónde vienen. Pero es también allí donde cada negocio tiene sus
muy religiosa, decidieron convertir a la ciudad en lo que denomi- clientes, de los que conoce sus gustos y sus hábitos; es allí donde el
naron la Hestia koiné, el hogar común, que fue instalado en el carnicero, cuando vaya comprar un trozo de vaca loca, me dice:
ágora. Este hogar, que se puede situar en donde se quiera, y que "Entonces, señor Vernant, ¿cómo anda su vejiga?".
se puede desplazar, tiene un papel considerable: es allí donde se Eso es la ciudad, eso es la socialidad. Por lo tanto, ¿cuál es la
reunían los pritaneos y es en ese mismo hogar donde se recibía a opción? ¿Cómo hacer que nuestras ciudades del mañana resuel-
los embajadores extranjeros. Se puede ver bien cómo, en todo mo- van ese doble problema que es la estabilidad de los hogares y el
mento, lo de dentro y lo de fuera, el hogar privado y la vida pú- movimiento que no cesa de arrastrarnos? ¿Cómo hacer para unir
blica, van a encontrarse al mismo tiempo opuestos y asociados. la intimidad de una casa y la socialidad urbana? Los problemas,
Hoy, los arquitectos tienen problemas de fondo que no son por cierto, son completamente diferentes de los de Grecia, y, sin
muy diferentes. Si reflexionamos sobre sus proyectos y sus reali- embargo, mis dos humildes dioses, en cierto modo, hacen estas
zaciones, comprobaremos que, algunas veces, al margen de una preguntas por mi boca.
dimensión utópica -la misma que señalaba a propósito de Vene-
cia-, se obstinan casi siempre en un peligro que conocen bien: una
concepción arquitectónica y urbanística que no obedece a ninguna
otra lógica que la impuesta por las exigencias técnicas y los intere-
ses económicos dominantes, sin que lo político pueda intervenir, a
riesgo de terminar en abatimientos espantosos, ciudades inhabita-
bles, viviendas inviables.
Pero hay otro problema: ¿cómo se procederá en el futuro? ¿La
solución del mañana se encuentra del lado de Hestia? Dicho de otro
modo, ¿se trata de construir casas en las que el padre de familia, su
mujer y los hijos de todas las edades se reunirán, mientras que el
mundo exterior llegará allí por intermedio de Internet o de cual-
quier otra red, de manera que sus ocupantes, con los pies en las
pantuflas, no tendrán que moverse ya que el cosmos entero irá a vi-
HACIENDO CAMINO 141

tre el poder y del orden social, entre el rey y el grupo humano so-
metido a él.
En el Vocabulario de las instituciones indoeuropeas, Émile Ben-
NACIMIENTO DE LO POLÍTICO veniste ha notado la diferencia entre la realeza indoeuropea (el
rex latino, el raj indio), por una parte, y la realeza griega, por la
otra. En la noción indoeuropea de soberanía, el acento está
EN DÉMOCRATIE ANCIENNE ET MODERNE, Moses Finley escribe: "Son los puesto en la función sacra más que en la fuerza guerrera: el reyes
griegos, después de todo, quienes descubrieron no sólo la demo- menos político que religioso. Su misión no es mandar, ejercer un
cracia, sino también lo político, el arte de decidir por medio de la poder, sino fijar las reglas, determinar lo que está permitido. Él se
discusión y de obedecer esas decisiones como condición necesaria parece más a un sacerdote que a un jefe. En Grecia, por el contra-
para una existencia social civilizada";' El acuerdo de fondo con rio, el reyes definido como despotes, aquel cuyo poder es tal que
Finley deja abiertos muchos interrogantes. De fecha, en primer lu- dispone a su antojo de quienes están sometidos a su autoridad.
gar. Si la instauración de la democracia puede ser fácilmente seña- Aristóteles podrá decir que el rey establece con respecto a sus
lada y datada, ¿en qué momento fijar el nacimiento de lo "polí- súbditos la misma relación de completa dominación que el jefe
tico"? ¿Se trata de la Grecia de las ciudades de los siglos VIIy VI?¿O de familia ejerce sobre sus hijos o el hombre libre sobre los escla-
incluso antes? Respecto de esto, Henri van Effenterre estima po- vos de los que es el amo.
der discernir un indicio arqueológico (una plaza pública) en el A estas observaciones de Benveniste, es preciso añadir las de
mundo creto-micénico. Antes, y quizá también en otra parte: Marc André-Georges Haudricourt, que opone las funciones reales del
Abéles, en Le Lieu du politique, señala su presencia en el suroeste soberano entre los pueblos "agricultores", como los antiguos chi-
de Etiopía, entre los Ochollo, con plazas públicas, asambleas, for- nos, y los pueblos "pastores", dedicados esencialmente a la gana-
mas de ciudadanía. Puede, en efecto,haber allí, en ciertas comunida- dería, como los griegos de la época homérica. Entre los primeros,
des humanas, aspectos de lo político. Pero el caso griego es parti- el mejor reyes aquel que no hace nada: de su persona irradia un
cular porque lo político ha cobrado ahí una forma suficientemente orden social en el que cada ser, en el lugar que le corresponde, se
densa, organizada y consciente como para dirigir todo el campo desarrolla de manera espontánea, siguiendo su propia naturaleza.
social e imprimirle su sello. Las razones, de orden histórico, son La acción real siempre reviste una forma "indirecta y negativa";
múltiples y se sitúan en diversos planos. Es su convergencia lo ella suprime los obstáculos, despeja el terreno, irriga, no obliga de
que condujo a lo que llamamos polis, la ciudad-Estado. ninguna manera. La domesticación de los animales lleva a los pas-
Esta invención de la polis tiene, me parece, una condición pre- tores, por el contrario, a concebir el vínculo del rey con sus súbdi-
via que no ha sido suficientemente analizada y que considero tos a partir del modelo de dominación ejercido por el pastor sobre
esencial. Se trata de la manera según la cual, en los comienzos de los animales de su rebaño. El reyes "pastor de pueblos", poimén
la ciudad, hacia el siglo VII,los griegos concibieron la soberanía; laón, como se formula más de cuarenta veces en la Ilíada y más de
cómo imaginaron, en función de sus tradiciones, los vínculos en- diez veces en la Odisea.
La soberanía está entonces íntimamente ligada en el espíritu
1 Moses Finley, Démocratie ancienne et moderne [1973], París, La Découverte,
de los antiguos griegos a la idea del kratos, del poder de domina-
1983, p. 13. ción, de la bíe, la violencia brutal. Dos ejemplos para explicar lo que
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HACIENDO CAMINO 141

tre el poder y del orden social, entre el rey y el grupo humano so-
metido a él.
En el Vocabulario de las instituciones indoeuropeas, Émile Ben-
NACIMIENTO DE LO POLÍTICO veniste ha notado la diferencia entre la realeza indoeuropea (el
rex latino, el raj indio), por una parte, y la realeza griega, por la
otra. En la noción indoeuropea de soberanía, el acento está
ENDÉMoCRATIE ANC/ENNE ET MODERNE, MosesFinleyescribe:"Son los puesto en la función sacra más que en la fuerza guerrera: el reyes
griegos, después de todo, quienes descubrieron no sólo la demo- menos político que religioso. Su misión no es mandar, ejercer un
cracia, sino también lo político, el arte de decidir por medio de la poder, sino fijar las reglas, determinar lo que está permitido. Él se
discusión y de obedecer esas decisiones como condición necesaria parece más a un sacerdote que a un jefe. En Grecia, por el contra-
para una existencia social civilizada".' El acuerdo de fondo con rio, el reyes definido como despoies, aquel cuyo poder es tal que
Finley deja abiertos muchos interrogantes. De fecha, en primer lu- dispone a su antojo de quienes están sometidos a su autoridad.
gar. Si la instauración de la democracia puede ser fácilmente seña- Aristóteles podrá decir que el rey establece con respecto a sus
lada y datada, ¿en qué momento fijar el nacimiento de lo "polí- súbditos la misma relación de completa dominación que el jefe
tico"? ¿Setrata de la Grecia de las ciudades de los siglos VIIy VI?¿O de familia ejerce sobre sus hijos o el hombre libre sobre los escla-
incluso antes? Respecto de esto, Henri van Effenterre estima po- vos de los que es el amo.
der discernir un indicio arqueológico (una plaza pública) en el A estas observaciones de Benveniste, es preciso añadir las de
mundo creto-micénico.Antes, y quizá también en otra parte: Marc André-Georges Haudricourt, que opone las funciones reales del
Abéles, en Le Lieu du politique, señala su presencia en el suroeste soberano entre los pueblos "agricultores", como los antiguos chi-
de Etiopía, entre los Ochollo, con plazas públicas, asambleas, for- nos, y los pueblos "pastores", dedicados esencialmente a la gana-
mas de ciudadanía. Puede, en efecto,haber allí,en ciertascomunida- dería, como los griegos de la época homérica. Entre los primeros,
des humanas, aspectos de lo político. Pero el caso griego es parti- el mejor reyes aquel que no hace nada: de su persona irradia un
cular porque lo político ha cobrado ahí una forma suficientemente orden social en el que cada ser, en el lugar que le corresponde, se
densa, organizada y consciente como para dirigir todo el campo desarrolla de manera espontánea, siguiendo su propia naturaleza.
social e imprimirle su sello. Las razones, de orden histórico, son La acción real siempre reviste una forma "indirecta y negativa";
múltiples y se sitúan en diversos planos. Es su convergencia lo ella suprime los obstáculos, despeja el terreno, irriga, no obliga de
que condujo a lo que llamamos polis, la ciudad-Estado. ninguna manera. La domesticación de los animales lleva a los pas-
Esta invención de la polis tiene, me parece, una condición pre- tores, por el contrario, a concebir el vínculo del rey con sus súbdi-
via que no ha sido suficientemente analizada y que considero tos a partir del modelo de dominación ejercido por el pastor sobre
esencial. Se trata de la manera según la cual, en los comienzos de los animales de su rebaño. El reyes "pastor de pueblos", poimén
la ciudad, hacia el siglo VII, los griegos concibieron la soberanía; laán, como se formula más de cuarenta veces en la Ilíada y más de
cómo imaginaron, en función de sus tradiciones, los vínculos en- diez veces en la Odisea.
La soberanía está entonces íntimamente ligada en el espíritu
l Moses Finley, Démocratie ancienne et moderne [1973], París, La Découverte, de los antiguos griegos a la idea del kraios, del poder de domina-
1983, p. 13. ción, de la bie, la violenciabrutal. Dos ejemplospara explicar lo que
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142 ATRAVESAR FRONTERAS HACIENDO CAMINO 143

implica esta concepción. La Teogonía de Hesíodo, en el siglo VII a. c., un término absoluto: se es ánax o no se lo es. En la epopeya homé-
es un gran poema que cuenta cómo Zeus, promovido a rey de dio- rica, en el siglo VIII, se ha desdibujado, banalizado. En adelante, es
ses, soberano del mundo, va a establecer un orden cósmico inmu- basiléus el término que designa al rey, pero admite un comparati-
table. Este orden, para existir y subsistir, debe haber sido fundado, vo: se es basiléuteros, más rey que otro y menos que un tercero. Se
instituido, por iniciativa de un monarca resuelto a asegurar su puede también ser el mayor rey de todos, basiléutatos, como Aga-
mantenimiento. El poder aparece primero con relación al orden. Si menón. En el ejército aqueo comprometido en la expedición contra
Zeus es rey, es porque él ha sabido domeñar a sus adversarios con Troya, no hay un soberano único, sino reyes, personajes reales, a
la fuerza y los brazos, bíe kai khersí damasas, porque los olímpicos, la cabeza de sus contingentes. Son independientes y se consideran
agrupados detrás de él, resolvieron" arreglar por la fuerza sus iguales entre sí. Forman una clase selecta, los árisioi, los mejores, y
conflictos con los Titanes". El acceso a la soberanía, conquistada se definen por su superioridad de valentía en el combate, por su
gracias a la victoria en la prueba de fuerza, se marca por la presen- valor guerrero o bien por la calidad eminente de sus opiniones en
cia permanente, junto al rey Zeus, de dos personajes de origen ti- los consejos. Fuerza de brazos, pero también sabiduría en el dis-
tánico, los dos hijos de Estigia: ligados a la persona del soberano, curso, prudencia de lengua. Cuando el ejército, en sus diversos
ellos no desean para nada abandonar a Zeus y lo escoltan a donde componentes, se reúne en asamblea, ésta forma un círculo y deja
él ponga sus pasos. Su nombre dice muy claramente lo que son: en su centro un espacio libre, común a todos, donde cada uno in-
uno se llama Kratos, Dominación, y el otro Bie, Violencia brutal. terviene; si alguien es considerado uno de los áristoi, avanza, se si-
Otro ejemplo. En el Prometeo encadenado de Esquilo, Zeus túa mese agoré, en medio de la asamblea, toma en su mano, a su
li encarna la soberanía absoluta. Los pertrechos asociados a su su- turno, el skepiron, que reviste ya un carácter colectivo, y expresa lo
premacía incluyen las trabas, el yugo, los lazos, el freno, el látigo, que siente. En ese mesan, espacio común, público, situado bajo la
el aguijón. Zeus reina sin reglas; él tiene lo justo y el orden a su mirada y el control de todos, Aquiles desahoga su corazón y exhi-
voluntad. Todo ser, divino o humano, recibe en el reparto un lote be su pelea con el rey de reyes, con total libertad de lenguaje, y sin
que lo define y lo limita. Lo que le tocó a Zeus es no caer bajo el inmutarse trata a Agamenón como si fuera la peor escoria. El tercer
golpe de esta necesaria repartición; en lugar de padecerla, él es término, tgrannos, un poco sinónimo de basiléus, asumirá más tarde
el único que reparte a cada uno, reinando sobre todos como amo los valores negativos de la soberanía, para designar, a partir del si-
absoluto. glo V, en el personaje del monarca, a aquel que no conoce límite ni
Para un grupo humano que comparte esta concepción tan par- otra regla que el arbitrio de su capricho, dispuesto a llevar a cabo
ticular, tan positiva del soberano, el problema no será definir lo que por el poder todos los crímenes; si se le antoja hacerlo, se acostará
funda y consagra el estatus de rey, lo que justifica la sumisión para con su madre, matará a su padre, se comerá a sus propios hijos: su
con él, sino lo que va a permitir "neutralizar" el poder supremo que estatus fuera de toda norma lo excluye a su vez de la ciudad y de
ejerce sobre los otros dioses. Estas modalidades de neutralización lo humano.
son las que conducirán al surgimiento de un plano político. Neutralizar el poder consistirá, para el grupo de los que se
Existen en griego tres términos para decir rey. El primero, ánax, consideran iguales (grupo que se ampliará hasta englobar a todos
es aquel que designa, entre 1450y 1200,en el mundo micénico, a la los ciudadanos), en depositar el kratos en el centro, para desperso-
figura que rige desde su palacio, con la ayuda de sus escribas, toda nalizarlo y volverlo común, de manera que todos tengan su parte
la vida social, económica, guerrera y religiosa de su reino. Ánax es y que ninguno pueda apropiárselo.
144 ATRAVESAR FRONTERAS HACIENDO CAMINO 145

Así lo hizo en Cirene, hacia el 550, Demonacte, a quien el orá- del debate, del análisis intelectual, de la experiencia razonada, de
culo de Delfos le encargó instituir una nueva constitución. Él con- la reflexión positiva.
serva para el rey Bato dominios y praderas, pero "el resto de lo Desde comienzos del siglo VI hay testimonio de una forma de
que poseían los reyes hasta ese momento, lo deposita en el centro pensamiento que pone las controversias y las decisiones políticas
para el pueblo (es meson to demo étheke)".2 También hizo lo mismo en el mismo nivel que la conducta racional. Cuando Atenas, entre
Cadmo, en Cos, a comienzos del siglo v: "Él había recibido de su 594 y 593, al borde de la guerra civil, confía el arcontado a Solón
padre una tiranía sólidamente establecida y, por su propia volun- para que reconcilie a la ciudad consigo misma arbitrando el con-
tad, sin que nada fastidioso lo amenazara, sino obedeciendo a un flicto, el estadista, considerado también poeta y sabio, explica en
sentimiento de justicia, situó el poder en el centro (es meson kata- sus elegías que ha rehusado conducirse por la fuerza de la tiranía,
théis ten arkhén) para la gente de COS".3 tyrannidos bíe. Recurrió, en cambio, a la fuerza de la ley, krateí no-
En 522, en Samos, el poder, kratos, estaba en manos de Me- mou, ajustando la fuerza y la justicia, bíe y díke, una a la otra.
nandrio. Se lo había transmitido el tirano Polícrates antes de mo- Kratos nomou: esta ley, común a todos, conocida por todos, es
rir. ¿Qué le dijo a sus conciudadanos? "Es a mí, ustedes lo saben, humana en sí misma y tiene a la vez un valor soberano. Escuche-
que se me ha confiado el cetro y todo el poder de Polícrates; la mos, pues, a Solón:
ocasión me permite hoy reinar sobre ustedes. Pero evitaré hacer
yo mismo lo que le reprocharía a otros. Porque Polícrates no tenía El poder de la nieve y del granizo viene de la nube, el trueno pro-
I mi consentimiento cuando reinaba como amo sobre hombres que viene del relámpago brillante, pero es por los poderosos [dema-
'1 eran semejantes a él (despozon homoion heoutá). Al poner el poder siado poderosos] que una ciudad es destruida y es su misma ig-
en el centro, proclamo para vosotros la isonomía (en meso ten arkhén norancia la que lleva al demos, al pueblo, a la esclavitud de la
tithéis isonomíen hymín proagoreuo) y les otorgo la libertad".' monarkhía, del poder de uno solo.
Depositar el poder en el centro quiere decir que las decisiones
de interés común serán tomadas al término de un debate público Depositar el poder en el centro, ponerlo en común, es también
en el que cada uno podrá intervenir, y que su ejecución será despojarlo del misterio, arrancarlo del secreto para convertirlo en
puesta en práctica por el conjunto de los ciudadanos: cada uno a un objeto de pensamiento y de debate público. La palabra politeía
su turno pasará al centro para ocupar y luego ceder el cargo de las se aplicará a los diversos tipos de constitución que deben defi-
diversas magistraturas, ya que la ley, nomos, y la justicia, dike, sus- nirse, agruparse, compararse entre sí, que se pueden también ima-
tituyeron a la fuerza del soberano. No hay otro rey que la ley co- ginar, rehacer mentalmente elaborando el cuadro de una constitu-
mún: nomos basiléus. ción ideal. Lo político, desde entonces, no se contenta sólo con
Esta neutralización del poder supone también que éste pierde existir en la práctica institucional: ha llegado a ser "consciente de
su carácter sacro y que los intereses comunes del grupo, los asun- sí", confiere a la vida en grupo, a los individuos reunidos en una
tos humanos, son tratados como un dominio relevante, a través misma comunidad, su carácter propiamente humano.

2 Heródoto, IV,
3 lbid., VII, 164.
161.
1I
4 lbid., III, 142.
HACIENDO CAMINO 147

Cuando las tropas alemanas, con las banderas nazis al vien-


to, desfilaron en París en los Champs-Élysées, en 1940,volví a ver
como en sobreimpresión las imágenes, difundidas no hacía mu-
UN GRANO DE ARENA * cho en los noticiarios cinematográficos, de las mismas tropas en-
trando en Praga entre dos hileras de espectadores abatidos. En la
guerra, los combates de la Resistencia, la Liberación, ciertamente,
SEÑOR RECTOR, era siempre mi país el que estaba en juego; pero estaba también el
Señoras y señores, vuestro, al que no socorrimos cuando todavía estábamos a tiempo.
Como muchos intelectuales antifascistas de mi generación, yo
El diploma de doctor que la universidad Masaryk me concede era comunista después de la guerra. Esperaba, imaginaba que iba a
hoy representa para mí, desde luego, un honor, al igual que las prosperar en el este de Europa, especialmente en Checoslovaquia,
distinciones análogas que me han sido conferidas en Estados Uni- un Estado obrero democrático. Lo que pasó entre ustedes, los dra-
dos y en Inglaterra. Pero, viniendo de ustedes, reviste a mis ojos mas que ustedes han vivido jugaron un papel decisivo en mi rup-
un valor particular. Me hace feliz como si diera a toda una parte tura con el Partido Comunista francés. Ellos me dejaron durante
de mi vida su recompensa y su justificación. Puesto que la cos- largo tiempo el gusto amargo de la decepcióny del remordimiento.
tumbre, en semejante circunstancia, manda que el recipiendario Luego del fracaso de la "primavera de Praga", cuando, para
tome la palabra, algunas de mis frases tendrán, con motivo del ahogar todo pensamiento libre, se puso en su lugar el pesado en-
singular placer que esta distinción me brinda, un tono más perso- cubrimiento de la estupidez, del fanatismo, de la represión poli-
nal, más íntimo, que ciertamente no concuerda con esta clase de cial, desde que pareció posible ayudar a los intelectuales amorda-
ceremonia. zados y perseguidos, romper su aislamiento manifestando nuestra
¿Por qué este diploma, como si respondiera a mi expecta- total solidaridad con nuestra presencia junto a ellos, intervine en
tiva, despierta en mí un eco tan bienvenido? Es que siendo fran- esa oportunidad, quizá con el sentimiento de redimir las faltas
cés, y muy viejo, guardo en el corazón el recuerdo de los años que pude haber cometido al respecto en otro tiempo. Con Jacques
treinta, el tiempo de mi juventud y de mis estudios, cuando se- Derrida, fundamos la asociación francesa Jan-Hus, que aún hoy
guía, horrorizado y con vergüenza, el drama de vuestro país y la presido. Fui el primer francés en ir a Praga, en abril o mayo de
cobardía del mío. Los Acuerdos de Múnich, a través de los cuales 1981,para participar en seminarios que tenían lugar allí de ma-
los entregaron al Tercer Reich con la bendición de ingleses y de nera más o menos clandestina.
franceses, me han marcado para siempre, me han quedado en la Era primavera; fui alojado en una vieja mansión, en la calle
garganta. Yoera de los que veían en el abandono de vuestro país Vsehrdova en Mala Strana, destinada a los deportistas que visita-
el preludio de todas las catástrofes, y sentía ya vuestras desdi- ban la capital. Durante la mañana paseaba, y por la tarde un
chas como si fueran también mías. amigo venía a buscarme para llevarme al lugar donde me espera-
ban. Praga estaba en todo el esplendor de su belleza, plena de sol,
de flores, de lilas. El contraste entre la claridad luminosa del am-
* Este discurso fue pronunciado luego de la entrega del título de doctor ho-
noris causa por la Universidad de Masaryk, en Brno (República Checa), el3 de
biente y el sofocante clima del régimen policial era sorprendente.
octubre de 1998. Fue uno de los momentos de mi vida en que me sentí libre y feliz.

146
148 ATRAVESAR FRONTERAS

Ignoro si, en mis declaraciones, aporté a mis interlocutores lo que


tenían derecho a esperar; lo que sé, por el contrario, es lo que me
dieron ellos con su contacto; la evidencia irrecusable me golpeaba.
El verdadero coraje, en el interior de uno mismo, es no ceder, no PENSAR LA DIFERENCIA
doblegarse, no renunciar. Ser el grano de arena que las máquinas
más pesadas, que rompen todo a su paso, no logran quebrar.
Volvíotra vez a Praga en condiciones análogas. Yhoy, cuando Dos DIMENSIONES deben ser tenidas en cuenta aquí: una investiga-
esas condiciones felizmente han cambiado, percibo con más clari- ción, en primer lugar, sobre lo que puede ser una antropología
dad de dónde procedían esos sentimientos de paz y de alegría histórica de la Grecia antigua; en segundo lugar, una pregunta so-
que experimentaba cuando mis estadías no transcurrían sin al- bre lo que Grecia nos aporta para pensar el porvenir. Pero ¿qué
gún peligro. lazo existe entre la antropología histórica y el proyecto de apo-
Estudié la Grecia antigua durante más de medio siglo: su reli- yarse en Grecia, de hacer referencia a Grecia para pensar el fu-
gión, su literatura, sus instituciones, sus artes plásticas, sus cien- turo? La cuestión no es en absoluto tan simple como parece: ¿en
cias, su filosofía. Intenté, para comprenderla mejor, convertirme qué medida, descifrar el pasado, cualquiera que sea, nos autoriza
en griego por dentro, en mi manera de pensar y en mi forma de a imitar a los oráculos en lo que se refiere al porvenir? No puede
sentir. ¿Qué lecciones he deducido de esto? En primer lugar, la tratarse, por lo tanto, de apoyarse en Greciapara intentar concebir
exigencia de una total libertad de espíritu: ninguna prohibición, de antemano lo que podría ser el futuro, sino de, apoyándose en
ningún dogma deben obstaculizar en ningún dominio una inves- Grecia, pensar el presente y, por consiguiente, a través del pre-
tigación crítica,una investigación sin a priori. Luego, que el carác- sente, entrever también los diferentes modelos que pueden consti-
ter humano del hombre está ligado a su estatus de ciudadano, a tuir un futuro posible.
su participación activa en una comunidad de iguales donde nadie "Pensar el presente." ¿Por qué necesitamos a Grecia -no sólo
pueda ejercersu poder de dominación sobre los otros. Finalmente, a Grecia, pero tal vez sí especialmente a ella- para pensar nuestro
que este mundo, del que formamos parte, es bello, que nos des- presente? Es aquí donde la relación con la antropología histórica
borda y sobrepasa infinitamente, que puede destruirnos pero que cobra cierto valor. Antropología histórica, ¿qué es lo que significa
debemos aceptar de él con gratitud, como un don, todas las oca- eso? Quiere decir que, cualquiera que sea el objeto de estudio que
siones que nos ofrece de descubrir lo que oculta de maravilloso, el historiador se proponga -ya sea historiador de la vida política,
sus luces junto a sus sombras y sus noches. económica, historiador de las técnicas, de la religión, del arte, de
Aquí, en Brno, tengo un sueño, ciertamente ilusorio: que mis las ciencias-, como antropólogo es preciso que encare su investi-
investigaciones eruditas sobre la Antigüedad y mis compromisos gación desde una perspectiva general: el hombre, los hombres.
apasionados en los combates actuales vuelven a juntarse, que coin- Esto implica que todo lo que constituye la humanidad del hom-
ciden porque ellos revelan una misma confianza en ciertos valores. bre debe ser tenido en cuenta. Incluso, si aborda la historia de las
matemáticas o una investigación muy especializada, en el hori-
zonte de su búsqueda tendrá la conciencia de trabajar sobre uno
de los aspectos de lo humano, de contribuir al discernimiento del
carácter humano del hombre.
149
150 ATRAVESARFRONTERAS HACIENDO CAMINO 151

¿Qué es esto de la humanidad del hombre? En todas partes Aunque hay un fondo común, lo que interesa al antropólogo son
donde hay hombres, tenemos al mismo tiempo toda una serie de las diferencias y, al mismo tiempo, en ese fondo común, las dife-
planos que son distintos y solidarios a la vez: las herramientas, rencias siempre pensadas con respecto a él. Por ejemplo, se estu-
todas las técnicas de subsistencia, de producción y de intercam- diará la guerra y se observarán los diferentes aspectos que las for-
bio, todo lo que constituye la vida material. No hay hombres sin mas de defensa o de agresión puedan tomar en diversas culturas;
herramientas, pero tampoco hay hombres, junto a estas herra- entre lo semejante y lo diferente, entre lo mismo y lo otro: uno
mientas y técnicas, sin lenguaje. Por lo tanto, todo lo que es el piensa siempre en esos términos.
modo de expresión verbal, oral o escrita, va a formar parte de ese Avancemos un paso más: ya que el antropólogo hace antro-
enorme campo. Pero eso no es todo: tampoco hay hombres sin pología "histórica", no podría hablar del hombre en general, del
instituciones sociales, desde las reglas del matrimonio y de la nivel humano, como podría hacerlo el psicólogo que va a oponer
vida doméstica hasta las instituciones propiamente sociales y po- los hombres a los animales, las conductas humanas a los compor-
líticas. Todo eso comienza a constituir una serie de niveles: las tamientos animales. Por el contrario, el antropólogo siempre va a
técnicas, la economía, las instituciones y, luego, la religión. No situarse en lo concreto, es decir, en un universo histórico ubicado
hay hombres sin instituciones religiosas: rituales, relatos (y aquí en el tiempo, situado en el espacio, diferente de lo que observa en
encontramos de nuevo el problema del lenguaje), todo lo que en otros momentos, en otros lugares. Quiero decir, en pocas pala-
general solemos llamar mito, representaciones figuradas, presenii- bras, que no existe antropología histórica posible, de cualquier ci-
ficaciones de lo divino, es decir, la atribución de un cuerpo, si se lo vilización que sea, si esta antropología no es fundamentalmente
puede llamar así, a lo divino (con Marc Augé estuvimos aplicados comparativa. Lo que he dicho sobre los vínculos entre el hombre
a ese problema hace tiempo).' No hay hombre, por último, sin to- en general y los rasgos particulares que presenta en determinado
das esas formas que llamamos el arte, las imágenes, las represen- momento, en determinado lugar, implica que, para comprender
taciones, la poesía, la música, la danza. y tampoco hay historia esos rasgos, es preciso confrontarlos necesariamente con otros, si-
humana que, a partir de determinado momento, no haya dado lu- milares en cierta medida y, al mismo tiempo, diferentes. Por con-
gar a los saberes y que, por consiguiente, además de crear técni- siguiente, la investigación de cada especialista de una civiliza-
cas, no haya intentado teorizar sobre ellas, o incluso aventurarse ción implicará forzosamente un trabajo de comparación con otras
a la investigación pura. A todos estos planos, que están super- culturas. A partir de entonces, el problema del historiador desga-
puestos, se dedica el antropólogo, ya se trate de griegos como de rrado entre el ayer y el hoy se convierte en un capítulo particular
indios, chinos o africanos. En este sentido, se encuentra frente a de la investigación comparativa.
un campo que en todas partes tiene el mismo aspecto. Comparar a los griegos de ayer con el mundo de hoy, e inten-
Si todas las sociedades fueran parecidas, los antropólogos di- tar comprenderse mejor a partir de ese ejemplo, es realizar el
rían entonces siempre lo mismo. Éste no es precisamente el caso. mismo trabajo que efectúa todo antropólogo sobre su terreno
cuando necesita recurrir a la comparación. Nosotros hemos lle-
1 Véase. especialmente Charles Malamoud y [ean-Pierre Vernant (dirs.), vado a cabo ese trabajo en el plano de la adivinación, del sacrifi-
Corps des dieux (Le Temps de la réflexion, 7,1986), París, Gallimard, col. Folio his- cio, de la muerte y los muertos, de la tierra, tanto en Grecia como
toire, 2003; [ean-Pierre Vernant, Figures, idoles, masques, París, Julliard, 1990; en Roma. También lo hemos hecho, con MarcAugé, respecto de lo
Marc Augé, Génie du paganisme, París, Gallimard, 1982; Le Dieu objet, París
Flarnmarion, 1988. ' que hemos llamado el "cuerpo divino", al constatar que todas las
.:
152 ATRAVESAR FRONTERAS HACIENDO CAMINO 153

religiones deben, necesariamente, presentificar lo divino y ver las debe violar sus sepulturas, ni volver a traer a esos muertos a la
diversas formas que esta exigencia ha revestido. Tomaré como luz. Por el contrario, en la India se practica un sistema de crema-
ejemplo, para explicar qué tipo de inteligibilidad puede aportar la ción que evoca enteramente el caso griego: analogía de ritos fune-
comparación, la modalidad de las prácticas funerarias y el estatus rarios, idéntico tratamiento del cadáver, que se incinera en los dos
del muerto. He intentado comparar lo que sucedía en el mundo casos, incluso el mismo papel del fuego frente a la inhumación de
babilónico, en el mundo indio, en el mundo griego. Lo que querría los babilonios. Y,sin embargo, es preciso abstenerse de toda asi-
intentar hacer comprender aquí, en pocas palabras, es que en milación. Hay un detalle que los diferencia. ¿Cuál? En la India,
nuestro trabajo comparativo es preciso encontrar un detalle, un luego de quemar al muerto, se juntan sus huesos, como en Grecia,
elemento que puede parecer menor, y, al intentar aclararlo, reubi- pero para llevar a cabo una segunda cremación. ¿Por qué? Porque
cándolo en un conjunto más grande, mostrar que, a partir de las no debe quedar nada del cuerpo humano, ningún resto, ni el me-
diferencias entre dos civilizaciones, uno es llevado, en cierta me- nor rastro. Por lo tanto, se toman las cenizas en las que la forma
dida, a aprovecharse de todo tipo de situaciones, a sacar a la luz individual de la persona ha desaparecido y se dispersan, ya sea
que ese detalle, aunque sea menor, es el signo de una diferencia
de orientación o de organización general fundamental de esos sis-
echándolas al río o esparciéndolas en el suelo.
Ahora bien, si reflexionamos sobre este pequeño detalle, esto 11 ¡
temas de cultura. nos lleva a advertir toda una serie de diferencias entre el universo 11:111
1

Tomemos entonces un ejemplo: esta práctica de los griegos de la civilización griega y el de la civilización india. Porque la
que, en ciertos momentos y en ciertos lugares, en todo caso en la oposición no reside sólo en esos huesos reducidos a ceniza, como
epopeya homérica, queman los cadáveres y, cuando éstos se han la carne, a fin de hacerlos desaparecer totalmente. La oposición
consumido, cuando todas las carnes han sido calcinadas y ha sido está también en la ausencia de sepultura: no habrá ningún serna,
extinguido ese fuego con agua y vino, recogen luego con sumo ninguna estela, nada que recuerde la presencia del que vive, por-
cuidado los huesos blancos que, como hemos mencionado, son que el objetivo es hacer desaparecer al individuo en todo eso que
claramente distinguibles en la ceniza. Se recogen entonces esos lo liga a la singularidad de su vida terrestre. Es decir que toda la
huesos, se los envuelve en un tejido y se los deposita en una urna cultura, toda la civilización india clásica está en cierto modo
que, a su turno, se entierra. Encima de esta urna donde se encuen- orientada, en sus prácticas, hacia el más allá, mientras que, por el
tran los huesos del difunto, se erige un túmulo funerario sobre el contrario, la griega nos plantea la cuestión: ¿cuál es el lugar de
que se clava un serna, una señal. Ese serna va a convertirse luego en este individuo? ¿Por qué se lo quema? Se quema en el cuerpo todo
una estela sobre la que se representará una imagen del cuerpo hu- lo que es perecedero, todo lo que está condenado a la descomposi-
mano, que hará alusión al difunto. ción,pero se guardan cuidadosamente los huesos blancos, que son
Esta práctica se opone de manera notoria a la costumbre del como la osamenta permanente del cuerpo humano. Ellos no sólo
mundo babilónico, donde a los muertos se los entierra con el ma- son conservados en la tumba, sino también señalados a los ojos de
yor cuidado, en una especie de casa funeraria donde se depositan los vivos mediante un monumento funerario.
alimentos y que se cierra, con la idea de que ellos, a partir de ese Toda esta civilizaciónestá orientada hacia la idea de que exis-
momento, tienen bajo tierra una vida, aunque inferior, y con la tirá una permanencia del difunto aquí abajo. Su memoria será ce-
idea también de que todo eso es intangible, que no se debe tocar, lebrada con el canto, con las representaciones, como la de todos los
que hay allí un universo, el de los difuntos, que en ningún caso se grandes hombres del pasado, los héroes de otros tiempos. A partir

11. 1

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154 ATRAVESAR FRONTERAS HACIENDO CAMINO 155

de eso se puede ver cómo la civilización griega es una civilización muerte se entremezclan, es precisamente lo que constituye la
que vive en la existencia terrestre y que, en el interior de esa exis- parte de los hombres. y los huesos blancos de la víctima, aquellos
tencia terrestre, se esfuerza por obtener la estabilidad, la perma- que en la cremación del muerto se recogen cuidadosamente para
nencia que otras culturas buscan más allá mediante una completa ponerlos aparte, bajo tierra en este mundo, con una estela bien vi-
evasión de la vida terrestre. sible que los prolonga, llevando una figura del difunto que en
A partir de esto, es preciso comenzar a mover los hilos. ¿Por cierto modo constituirá para él un nuevo cuerpo más hermoso y
qué? Porque no se puede no comparar las prácticas funerarias más sólido, esos huesos blancos, en el caso de la víctima sacrifi-
sangrientas ofrecidas a los dioses, porque, también en el sacrificio, cada, son los que se envían a lo invisible. Ellos van a lo divino,
se mata a un animal, se lo hace pasar de la vida a la muerte antes ellos constituyen la parte de los dioses.
de que una de sus partes sea quemada. Pero lo que es significativo Entonces, también allí hay dos tipos de rituales que, de al-
guna manera, están muy próximos, pero cuya fisionomía marca ii
allí, incluso, es que el pequeño detalle de la doble cremación nos
va a permitir ver en qué aspecto el sacrificio indio no está orien- diferencias. y es por ese contraste, por la distancia en la seme-
tado como el sacrificio griego. janza, que los funerales y sacrificiosen Grecia y en la India védica
El sacrificio indio es la preparación del ritual funerario: cada dan testimonio de que esas dos civilizaciones se han orientado en
vez que se hace un sacrificio,que se hace desaparecer una víctima vías diferentes.
mediante el fuego, es en cierta manera uno mismo, por delega- Con Grecia, será preciso proceder de manera análoga. ¿Cuá-
ción, el que realiza su oblación y se consume en el fuego sacrifi- les son los grandes temas que conservamos? En primer lugar, el
cial. Dicho de otra forma, todo sacrificio es en cierto modo la pre- politeísmo; luego, lo político. Para mí, ésta es la parte más impor-
figuración de lo que será el fin: la manera en la que el individuo tante puesto que los griegos inventaron lo político.
será devuelto al todo y puede no reencarnarse, si es que no debe El segundo gran problema es el lugar del hombre en el kas-
pagar la deuda de todos los actos que ha cometido, si es que está mas: problema del individuo, del mundo, del universo y del más
completamente separado de este mundo. allá, que vincula a la vez las cuestiones de la visión del mundo, de
En Grecia, no se trata en absoluto de eso. Allí, y contraria- lo que el individuo es para el griego y para nosotros, las vías co-
mente a la teoría de Marcel Mauss.? que se aplica muy bien al caso munes y los puntos donde se sitúan las divergencias. Otro interro-
de la India, no puede decirse que el que sacrifica sea en cierto gante: el de los saberes. ¿En qué punto los saberes griegos -saber
modo reemplazado por el animal. Cuando se decapita un cordero práctico, en primer lugar, lo que uno llamaría tekhne, y saber teó-
o un buey, nada indica en realidad que sea uno mismo quien por rico también, episteme, la ciencia propiamente dicha-, tienen carac-
delegación se ofrece. El sacrificio es, por el contrario, un ritual teres que no se encuentran en otras partes, y en qué difieren de lo
esencialmente alimenticio: en la víctima, todo lo que es comesti- que nosotros llamamos las técnicas y la ciencia? ..
ble, todo eso que es quemado en el ritual funerario y desaparece La ciencia física actual es ciertamente la heredera de la ciencia
en lo invisible, eso que es corruptible, eso en donde la vida y la griega, pero es también otra cosa. Nuestro universo es un universo
completamente invadido por el saber y las técnicas.Pensamos ~~e
el hombre tiene un lugar aparte en la naturaleza, que su vocación
2 Véase Mareel Mauss y Henri Hubert, Essai sur la nature et lafonction du sa-

crifice, París, F. Alean, 1899 [trad. esp.: De la naturaleza y funciones del sacrificio, es la de convertirse en amo y poseedor de la naturaleza, idea que
Barcelona, Seix Barral, 1970]. los griegos no tenían en absoluto. Los griegos sabían que había un

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156 ATRAVESAR FRONTERAS HACIENDO CAMINO 157

progreso técnico. En el Prometeo encadenado de Esquilo, el Titán ex- fijado en lo alto, por encima de los ciudadanos, en la mano de
plica que él les ha dado a los hombres todas las tekhnai. Hasta ese esos que, por delegación, se consideran los representantes. Frente
momento, los hombres eran como hormigas, como especies de se- a ese poder, sometidos a él, se concibe a los individuos como áto-
res ciegos y sordos que no comprendían nada, que no construían mos provistos de derechos inalienables. La regla del juego, desde
casas... Las técnicas les permitieron llegar a un umbral que es el de entonces, es definir cuáles son las fronteras que no pueden ser
la civilización. Una vez que se atraviesa este umbral, una vez que franqueadas entre el poder del Estado soberano y la libertad de
se alcanza el estado civilizado, no hay nada que esperar, sólo es los ciudadanos. De ayer a hoy, de la democracia antigua a la mo-
preciso evitar el retorno a la barbarie. Los médicos piensan que se derna, hay una continuidad en cuanto a la importancia de lo polí-
puede progresar, pero no encontramos en ninguna parte esta idea tico, pero la noción de poder soberano en las grandes naciones
de que el hombre, por su saber,vaya a cambiar el mundo y que sea modernas ha retomado su lugar en tanto que el individuo emer-
el amo del porvenir. Prometeo no es el amo del porvenir; su nom- gía como un centro de referencia ineludible en todos los planos
bre quiere decir el "previsor", pero tiene como hermano a Epime- de la vida colectiva.
tea, cuyo nombre quiere decir que sólo comprende cuando ya es Me gustaría tratar un último tema. Si el ciudadano libre, no
demasiado tarde, luego del golpe, cuando ya todo está perdido. dominado, igual y semejante a sus conciudadanos, es el modelo
Volvamos al presente, a lo político, donde un punto funda- del hombre, ¿qué sucede con aquellos que no son plenamente
mental, en mi opinión, reside en la noción de poder. ¿Qué es para miembros de la ciudad: esclavos, niños, mujeres, extranjeros? ¿Y
los griegos el poder? ¿Qué palabras lo expresan? Al final de la lu- qué sucede con toda una parte de la humanidad que no conoce la
cha de los dioses olímpicos contra los Titanes, cuando Zeus es forma de vida ciudadana? ¿Qué ocurre con los "bárbaros", en
proclamado soberano y amo del universo, queda escoltado para contraste con los griegos?
siempre por dos personajes en quienes se expresa la naturaleza Entre el griego y el bárbaro, las fronteras no han sido cons-
de su poder: Kratos y Bie, Dominación y Violenciabrutal. Cuando truidas históricamente ni son completamente rígidas; sirven para
se tiene una idea semejante de la soberanía, tan poco "mística", enfrentar y para pasar de uno a otro. En la Iliada no hay bárbaros:
tan realista, uno es inducido, como lo fueron los griegos, a no jus- los troyanos y los griegos están exactamente en el mismo plano; la
tificar el poder excepcional de un individuo sobre los demás, y a noción de bárbaro no aparece y el término no está atestiguado. La
no velar por su fundamento, sino todo lo contrario, a descalificar idea de "bárbaro" se construye hacia fines del siglo VI; se puede
ese tipo de poder, a poner en la base de la vida social, de la exis- ver cómo y por qué; y las cosas no dejarán de modificarse. ¿En qué
tencia de una comunidad, la neutralización del poder. La inven- aspecto, en Heródoto, los egipcios son bárbaros? Lo son en tanto
ción de lo político corre en paralelo con la instauración del poder que carecen de libertad; pero al mismo tiempo, escribe en sustan-
"en el centro" para que no pertenezca a nadie y para que, conver- cia el historiador, son mucho más sabios, mucho más religiosos,
tido en común, no pueda significar la dominación de nadie sobre mucho más viejos que nosotros.
algunos miembros de la comunidad. De este modo, la idea de lo otro está ligada, en todo momento,
La situación es muy distinta en nuestras sociedades moder- a la de lo mismo, aunque existen pasajes continuos entre ambas.
nas, en las que es el Estado el que ejerce, a la manera de un mo- Sucede así en la religión, una religión que exalta los valores cívicos
narca, la soberanía. En lugar de que el poder, depositado en el y políticos y que concede, al mismo tiempo, un lugar al dios que
centro, sea ejercido por todos sin pertenecer a nadie, se encuentra encarna la alteridad: Dioniso está en el centro. Así, en una obra
I

158 AIRA VESAR FRONTERAS

como Las Bacantes, se ve que el héroe del helenismo, de la ciudada-


nía, del orden y de la racionalidad, si se niega a rendir culto a un
dios extranjero, femenino, que enloquece a las mujeres, un dios
contrario a todas las reglas de la vida política, entonces, es él quien "DEBE HABER UNA HISTORIA
enloquece: si ese "sí mismo" se cierra sobre sí y niega lo otro, es ese DE LA VOLUNTAD"
sí mismo, esa identidad la que deviene monstruosamente otra.

Los TEXTOS DEIGNACE MEYERSON que querría presentar están fecha-


dos: se escalonan entre el I" de marzo y el18 de mayo de 1941.Se
trata de cartas, en forma de borradores o de copias, y de hojas que
retoman y desarrollan los temas evocados en la correspondencia.'
La fecha es importante: el desmoronamiento de la Francia de-
mocrática, la victoria del nazismo, el régimen de Vichy, la legisla-
ción antisemita. Meyerson está en un momento crítico, aislado, sin It 1

trabajo y desamparado: se lo separa de sus más allegados, es ex- I 1 '

pulsado por ser judío de la cátedra de Psicología que ocupaba en la


Facultad de Letras de Toulouse. El I" de marzo escribe: "Aquí, en
Toulouse, mi horizonte está cerrado ... Mientras duró la enseñanza
pude imaginar que, después todo, mi lugar estaba tanto aquí como
allá. Desde el 18 de diciembre, esta ilusión ha desaparecido. El
error ha sido absoluto. Dicho esto, ¿qué hacer?". Para él, lo esencial
es "hacer cosas, construir juntos", con los demás, y reunir las fuer-
zas para hacerlo.
i I
Diez años más tarde, en el artículo titulado "L'entrée dans
l'humaínv.? después de definir las características que dan a los ac- I !",

tos de los hombres su especificidad y los distinguen netamente de


los comportamientos animales, Meyerson escribe que ese conjunto
de rasgos conduce a la afirmación de que el hombre es acción. Al-
gunos meses después de los textos a los que nos hemos referido,
Meyerson entra efectivamente en acción. En mayo de 1941funda la

1 En estos borradores de cartas no se mencionan los destinatarios; ellos es-

tán registrados en los Archives nationales, legajo 521 AP 35.


2 Ignace Meyerson, "L'entrée dans l'humain", en Essay in Psychology,
Uppsala, 1951; reproducido en Revue philosopnioue, 1952, núm. 77; véase
Écrits, 1920-1983, París, PUF, 1987, pp. 71-80.

159
...

160 ATRAVESAR FRONTERAS


,
~
i. ;
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ji
HACIENDO CAMINO 161

Société d'études psychologiques de Toulouse, que el 23 de junio Aportes exteriores: problema de otros, angustia por la limi-
del mismo año desarrolla una "Jornada de psicología e historia del tación, por uno mismo, alegría por una puerta que se abre, por
trabajo y las técnicas": una acción intelectual y científica. Un poco un horizonte, por una expansión, uno se ha desbordado; a un
más tarde, entra en la Resistencia militar: una acción social y polí- grado más débil, al menos una barrera que se baja. y las rique-
tica. En marzo, se interroga y reflexiona sobre el hombre-acción; lo zas del otro son inestimables: él tiene exactamente todo lo que
hace con conocimiento de causa, a partir de su experiencia perso- me falta, y tiene todo eso en la prolongación de mi yo: un juego
nal en ese momento, solitaria y dolorosa. con lo mismo del otro. Mi apertura a las cosas y mi poder sobre
De ese autoexamen retrospectivo que, en principio, desem- las cosas son así ilimitados, como también mi poder de perfec-
bocará en una investigación más general, surge una primera cons- cionamiento interior. A ese enriquecimiento, no le pongo límites, i I
tatación. El nivel de tensión psicológica -en el sentido de Ianet- y desde el momento en que he traspasado los míos. Por eso me pa- !
de energía interior no es constante. Hay oscilaciones en el coraje, rece ilimitado. De allí, la exaltación. Todo se aplica ciertamente al
en el compromiso con la acción, con eclipses, reinicios, vueltas. caso privilegiado en el que pienso: el ser que más acrecienta mis
Ahora bien, en la recuperación y en el incremento de las fuerzas fuerzas, que amo. La explicación puede luego extenderse a otros
personales de un individuo, la ayuda de otros -el rol que juegan casos. Puede prolongarse así hacia un lado: enriquecimiento por
en particular los seres que tienen la virtud de hacer brillar su nuevas perspectivas o sistemas nuevos (la alteridad en los dos
propio dinamismo intemo- parece decisiva. ¿Qué significa esta sentidos de la palabra). Muy importante para cualquiera que ra-
necesaria presencia del otro en la afirmación de sí mismo y de su zone y actúe con sistemas, incluso con sistemas apasionados. 11I

voluntad? ¿En qué punto el "acto positivo", el don, eso que reci- Ellos deben ser corregidos a cada instante: están hechos para ser 1 !

bimos de otro o que le ofrecemos, puede constituir una dimen- corregidos. Suponen que uno dirá: vea con otro centro de visión
sión mayor de una genética de la voluntad? y de acción, vea desde ese otro centro. Pero eso es difícil, es difícil ! ,1,
"

salir de sí; nos enriquece aquel que nos hace salir de allí, de un
Con fecha 3 de marzo: sistema estrecho, de un yo demasiado estrecho, no sólo por una
crítica, sino por la visión de otro, de otros sistemas. El choque.
Al margen de las oscilaciones del coraje, de la tensión, etcétera. Bühler decía: Aha-Erlebnis: la revelación de que hay otra cosa, el
deslumbramiento de otra cosa. Y después, el trabajo interior de ,1' "
1"
1. Hay seres y en esos seres palabras o actitudes que aumentan reconstrucción. I

nuestra fuerza; otros que nos fatigan y nos entristecen. Ganamos El problema de las transformaciones interiores. Hay muchos
o perdemos fuerzas. ¿De dónde viene esta impresión? ¿Qué hay ensanchamientos, como dije más arriba. Todo lo que es, también,
de real en ese sentimiento? ¿De dónde viene el "contagio" de esa ese sentimiento de que uno gana en el orden de lo universal y de lo
virtud, que de esos seres se extiende a sus cartas, a aquellas que humano a la vez: lo uno por lo otro, de manera recíproca. Pero tam-

I
les escribimos? ¿Qué clase de aporte exterior, qué tipo de trans- bién de que uno se encamina igualmente hacia lo universal. Y de
formación exterior? que hay seres que muy especialmente nos encaminan hacia lo uni-
He hablado de acción positiva o negativa, no he tenido más versal. Junto a esto, el debilitamiento de reservas de fuerzas. Una
que la experiencia de las primeras: algunos seres pueden aumen- ~i( parte de lo que, a primera vista, parece aporte exterior puede venir
tar mis fuerzas, no creo que jamás las hayan disminuido. / de nosotros mismos. Pero el ser privilegiado levanta una barrera,
162 ATRAVESAR FRONTERAS HACIENDO CAMINO 163

quiebra una incertidumbre, ofrece una garantía, ejerce, quizá, un todo el mundo, creando cosas y valores. En la historia del hom-
empuje inicial ("mandato" o consejo). Al simbolizar el acto de ma- bre se llega allí, lentamente: hay una historia de la voluntad y
nera indefinida, arribamos a incrementos estéticos (en el sentido de del don. ¿Hay, puede haber progreso en el curso de una vida hu-
Gide-Hytier) o morales que nos apartan demasiado del cumpli- mana? ¿Hay en los seres generosos, o en algunos de ellos, una
miento. Pero podemos cumplir. Sólo es preciso apartamos un poco facilidad más grande, una capacidad más grande para dar
de la mediación simbolizante, desdoblante. Cuando el ser privile- cuando han" aprendido"? Es cierto que hay una dificultad para
giado desencadenó de ese modo en nosotros las fuerzas, cuando li- dar, o al menos que puede haberla: ser despojado, estar sin esca-
beró una reserva de energía, normalmente le atribuimos nuestro patoria, sin titubeos ni reservas: saber dar a cada uno lo que ne-
nuevo coraje; el esfuerzo no ha podido venir sino de un aporte he- cesita. No se siembra a los cuatro vientos, hay individuos con
cho por él. De allí, el reconocimiento y la confianza, que aumenta- rasgos personales a los que es preciso adaptarse para que el don
rán todavía su eficacia en el futuro. sea real. Y además existen estos hechos globales, difíciles de ana-
lizar: coraje o timidez en los contactos humanos: sentido de lo
2. Punto de partida: la felicidad que proporciona el acto positivo, concreto. Si hay progreso, ¿en qué consiste? ¿Una orientación
el enriquecimiento por el don. ¿Es una actitud primitiva o un ni- más precisa y más eficaz gracias a una mejor atención a los
vel (un cierto nivel) de la acción? Los actos indiferentes o dañinos otros? ¿A una mejor representación de los otros? ¿Puede ha-
¿representan genéticamente un nivel anterior de las conductas blarse de un verdadero aprendizaje del don en el curso de una
A humanas? Experimentar el dolor está en el camino del conoci- existencia? ¿Cómo representárselo: no especializado, difuso en
miento. Si lo provocamos, ¿estaremos en el camino de la acción? un primer momento -como entre los níños-, luego adaptado a
En caso afirmativo, ¿cómo superarlo, cómo sobrepasar ese nivel? los individuos? Eso debe ser muy complicado. ¿Y puede uno
Dificultad de este punto: todo lo que se ha escrito a propó- inspirarse en eso para buscar señales de un aprendizaje del don
sito del primitivismo de la simpatía. ¿Se puede impulsar más en en el curso de la historia humana?
profundidad? Debe haber una historia de la voluntad, como hay Me parece que los seres que más nos dan son aquellos que
una historia de la persona. ¿Causar o no causar más dolor son nos aportan el mayor número de cosas del mundo exterior reco-
dos etapas de esta historia, estadios de la formación de la noción gidas por ellos. Nosotros percibimos las cosas, el objetivo: somos,
de voluntad y de la voluntad misma? ¿El análisis de los actos má- pues, ricos en toda esa novedad de las cosas, percibimos también
gicos (del hechizo, entre otros), de los sacrificios, de las ofrendas su esfuerzo: nos sentimos enriquecidos con su fuerza, tenemos la
de distintos tipos y contenidos espirituales ofrecería otras eta- ilusión de haber participado de su esfuerzo puesto que nosotros
pas? ¿Permitiría dilucidar esta cuestión? ¿La historia de la plega- también lo hacemos, después de ellos. Todo eso puede permane-
ria presentaría también puntos singulares, grados? ¿Y la de los cer impersonal, sin el matiz del don personal del ser generoso, en
juicios morales y de los sistemas penales? las cosas o en nosotros. Y esto puede tener también esta doble im-
pronta subjetiva. En el segundo caso, el enriquecimiento es con-
Con fecha 21 de marzo: movedor. Nuestra existencia puede estar comprometida. En el
primero, sólo nuestro capital de fuerzas espirituales.
Se da fuerzas cuando se está en el nivel del don. Cuando se está Entonces, por una parte: necesidad de una adaptación, de
en el nivel de la voluntad, de la voluntad objetiva, creando para una especialización, de una personalización de los actos me-
,
164 ATRA VESAR FRONTERAS

diante el don. Uno parte, tal vez, de lo difuso para arribar a lo


1
~-
••

HACIENDO CAMINO

mer tema: la magia. Su importancia, en la perspectiva de Meyer-


165

orientado, pero parece que se llega hasta allí por el camino de son, radica en que constituye, en los períodos antiguos y casi en la
los [?], la adaptación a las personas se hace por la aprehensión totalidad de las culturas, un primer sistema de acción sobre el
desinteresada de las cosas. Doble objetividad en cierto modo mundo y sobre los otros. ¿Qué aspectos del querer están ligados a
del término. Eso significaría que el verdadero don supone la esas prácticas y en cuáles han contribuido a desembarazarse de
aprehensión de otros centros de querer, de otras voluntades. aquellos? Meyerson evoca cuatro puntos. La magia permite una
Reciprocidad:el querer se forma por el don. No se sabe querer objetivación del querer. Ella separa nuestros actos del flujo incon-
verdaderamente sino cuando se perciben actos plenamente po- sistente de nuestros deseos subjetivos para constituirlos como ob-
sitivos. Pero los actos plenamente positivos no son tales más jetos estables, permanentes, exteriores a nosotros, impersonales.
que cuando van al encuentro de otras voluntades distintas a la Además, confiere a nuestros actos una forma reglamentada, un
nuestra. La aprehensión de voluntades diferentes a la nuestra estilo establecido, un giro determinado en lugar de la agitación
debe hacerse al mismo tiempo que la toma de conciencia de desordenada. La magia subraya también, en tanto acción simbó-
nuestra propia voluntad. lica, el carácter significativo de los actos que producimos. Sin em-
bargo, y por último, si la práctica mágica participa de la fabrica-
"Debe haber una historia de la voluntad." En ese comienzo de ción de la voluntad, ella no puede constituir más que un sostén en
marzo de 1941,Meyerson lanza sobre el papel-cartas u hojas per- razón de su carácter negativo. Aún es preciso observar que ella
sonales- un boceto de lo que se le aparece como las grandes líneas misma puede, en algunas de sus formas, orientarse a la vía de la
programáticas de su investigación. El eje mayor: "el hecho funda- acciónpositiva.
mental es el enriquecimiento por el don, que supone: intercambio Con el correr de la pluma, Meyerson evocará, de manera alu-
de fuerzas, relaciones entre don y querer, y evolución del querer" siva, algunos textos que han nutrido su reflexión.Para aclarar su
(la fórmula se encuentra en un borrador de una carta del 18 de pensamiento resulta útil recordar -en lo que concierne a Wilhelm
mayo, que comienza: "Trabajésobre la voluntad todos esos días"). von Humboldt, a Pierre [anet y a Émile Bréhier, a quienes se re-
El 7 de marzo, para ilustrar el papel del acto positivo en la gené- fiere- eso que él mismo dirá más tarde de manera explícita en Les
tica de la voluntad, se detiene en tres temas de análisis. En primer Fonctions psychologiques et les CEuvres o en el [ournal de Psychologie,
lugar, la magia y el hechizo; luego, lo que respecta al derecho, ci- cuando tendrá los textos de esos autores en su mano. Comence-
vil y criminal, en la medida en que señalan, en particular por la mos por Humboldt, que ha evidenciado la contribución del len-
evolución de las sanciones, una disociación progresiva de la voli- guaje a la construcción del mundo de los objetos:
ción (intención) y del acto (cumplimiento) y tienden a eliminar en
los castigos los efectos directamente negativos, suplicios, dolores, Humboldt había visto ya esta acción.Él escribe:"Cuando el so-
etc.; finalmente, la prehistoria y la historia del contrato como pro- plo espiritual se abre caminoa través de los labios, su efectoal-
cedimiento que compromete en el presente para el futuro a dos canza a golpear la oreja.La representaciónes transpuesta allí en
voluntades libres y que implica, por consiguiente, la construcción una verdadera objetividadsin ser sustraídaa la subjetividad.Eso
de un presente que domina el tiempo, pasado y futuro. Pero, an- sólo lo puede lograr el lenguaje:sin esta transposicióncontinua
tes de proporcionar los textos de los que tenemos dos versiones en una objetividadque remite al sujeto(inclusodurante el silen-
idénticas, excepto por algunas variantes, una palabra sobre el pri- cio), la formación del concepto, y entonces de todo verdadero

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--. __ ._. 11'1'1.11


-"lIJlJ.JlIl./liIIIJoIDljj¡,o~ ...
166 ATRAVESAR FRONTERAS
HACIENDO CAMINO 167
pensamiento, es imposible". El lenguaje es, de ese modo, un
loca la primera piedra: esos ritos buscan señalar que las cosas no
puente entre lo subjetivo y lo objetivo."
suceden de cualquier modo, a su manera; ellos les dan una su-
praexistencia: una existencia de acción y no sólo de hecho [... J.
Pasemos a Bréhier:
Se trata, en suma, de crear puntos de condensación del querer."

Los actos significativos más interesantes para estudiar son los actos
El segundo texto figura en el estudio titulado "Pierre Janet et la
"simbólicos" -escribe Meyerson en su tesis de 1948-, puesto que
théorie des tendances":
son los más ricos en contenido explícito o discernible. Habitual-
mente, los entendemos como actos rituales en sentido estricto [... J, El hombre tiene la noción de producir su acción cuando puede
o como actos que prefiguran un acto futuro, y que en particular nos representarse una primera forma simbólica y verbal de la acción
comprometen a cumplirlo, o incluso que toman el lugar de este y cuando puede percibir, luego, la acción realizada por movi-
acto futuro, constituyendo su equivalente y dispensándonos de re- mientos del cuerpo gracias a conductas intencionales y a esfuer- '1
currir a él [... J. Ciertos actos mágicos permiten analizar el segun- zos. Formas y fases simbólicas y verbales de la acción realizada,
do tipo: la acción prefigurante. Mediante el estudio del hechizo, confrontación de dos juicios; es de todo eso que está conformada
Bréhier ha podido precisar la estructura del acto simbólico en ge- la verdadera acción.s
neral y ha puesto en evidencia su rol en la historia de la voluntad y
de la representación del querer. Si en todo acto aparece la significa- ~...,. En el borrador -o el duplicado- de una carta, se lee con fecha 7 de
'X·
..

ción, el acto simbólico muestra una significación general, liberada


,f marzo:
de lo inmediato, del detalle de las condiciones exteriores. De allí
proviene su importancia en la historia del signo, en el desarrollo de En los hechos mágicos, parece haber algunos puntos de apego.
la autonomía del querer, en la edificación de la vida interior.' Usted sabe la importancia que siempre le he atribuido al hechizo.
Éste ofrece, respecto de la cuestión que hemos encarado, dos as-
En lo que concierne a [anet, dos textos de Meyerson deben ser te- pectos a considerar. La fijeza, la impersonalidad. Fijeza de un rito
nidos en cuenta para ubicar mejor sus pasos en 1941. -que comprende a la vez un acto, voliciones, representaciones-
opuesta a la movilidad de los movimientos reales adaptados (o
En lo informe -escribe en su tesis- el espíritu no tiene asidero, no adaptados) y de las representaciones de movimientos posi-
tampoco la voluntad. La tendencia es informe, el acto está do- bles. He aquí una comparación. Hace tiempo, creí encontrar en
tado de una forma. P. Janet ha tenido mucha razón al insistir so- Humboldt una idea de la que he debido hablarle (no estoy se-
bre la importancia de las delimitaciones en el tiempo, sobre todo guro de que realmente sea así, pero poco importa).
respecto de las conductas del comienzo y del final: se abre una
sesión, se presenta a alguien, se inaugura un monumento, se co- En las fichas que Meyerson confeccionó en el momento, sin duda
para sí mismo, el texto comienza de otro modo antes de recuperar

3 Ignace Meyerson, Les Fonctions psychologiques et les CEuvres, París, Vrin,


5 [bid" p. 22.
1948, p. 37.
6 Ignace Meyerson, "Pierre Ianet et la théorie des tendances", en Journal de
4 tu«, pp. 26 Y 27.
Psychologie, 1947, núm. 40; Écrits, op. cii., p. 361.
168 ATRAVESAR FRONTERAS
HACIENDO CAMINO 169
muy rápidamente, para retomar sus términos, el tono de la corres-
delo, el mediador; por lo demás, continuó siendo el mediador. Su
pondencia:
fijeza relativa permitió al pensamiento, de otro modo muy inesta-
ble y muy fugitivo, "condensarse", "aglutinarse". La generalidad,
Para no sistematizar demasiado pronto, lo mejor es tomar por se-
las generalizaciones, ahora posibles (se había alcanzado ese ni-
parado cada gran grupo de hechos. Será cuestión, en este primer
vel), se realizaban gracias a la ayuda del mediador concreto. El
bosquejo, de establecer dos grupos: por un lado, la magia; por el
acto sustituye al hechizo, para retomar el mismo ejemplo -a la
otro, los juicios morales y las sanciones penales.
vez acto y volición-, sería, en el orden de la voluntad, un media-
dor del mismo tipo, que no está sometido a las incertidumbres
I. El carácter esencialmente "negativo" del contenido de los he-
del acto real ni a las oscilaciones del pensamiento y del deseo.
chos mágicos hace que normalmente uno se incline por comenzar
Manual u oral, dicho mediador tiene una forma invariable. El ins-
este estudio por la magia. La magia es el polo del maleficio, el
trumento, la materia, el lugar, el momento están codificados con
polo de atracción de actitudes negativas, de sentimientos negati-
la misma rigurosidad. Pero no sólo es fijo: además tiene una vir-
vos, de la desdicha. Aunque en principio la magia es el arte de los
tud de fijación, de inmovilización. Toda una serie de fenómenos,
cambios, y aunque los actos mágicos, los estados, pueden diferir
normalmente sucesivos, ideas, voliciones, movimientos muscula-
según el estado del que se parte, el poder que de hecho se pone en
res, satisfacción del deseo vienen de modo simultáneo. Entre el
juego es frecuentemente un poder "maligno", que se utiliza con fi-
deseo y la realización, no hay intervalo: la eficacia es inmediata.
nes "ilícitos". La mala "suerte" no se vincula sólo a los seres, pe-
Impersonalidad. Ella aparece en la magia bajo dos aspectos:
netra también en las cosas: existe una propagación de lo negativo
impersonalidad de fuerzas activas, impersonalidad del mago. La
(véase, por ejemplo, entre muchos otros ejemplos, El anillo del Ni-
magia es sincrética. Los dioses y demonios que convoca no son
belungo). De allí el carácter secreto y peligroso de las prácticas má-
más que fuerzas cósmicas, cuyas únicas propiedades son las fa-
gicas. Es por eso que la magia participa un poco de la pesadilla.
cultades de influencia y transferencia del efecto: ellas no han con-
La forma de los ritos presenta, entre otras, dos características
servado como particularidad más que su nombre. La elección del
importantes (que lindan, por ejemplo, con el hechizo): la fijeza y
operador no es arbitraria.
la impersonalidad.
No es mago quien quiere serlo. Se requieren algunas cuali- ,11'

Fijeza de un rito que comprende, a la vez, un acto, voliciones,


dades. Pero esas cualidades no son personales, y menos aún rea-
representaciones; opuesta a la movilidad de los movimientos rea-
les. Son cualidades genéricas y míticas. Se trata esencialmente
les (adaptados o no adaptados) y de las representaciones de movi-
de poderes: el mago cumple voluntades, la voluntad. Su desig-
mientos posibles. Aquí, una comparación. En otro tiempo, creí en-
nación como tal está ligada a sentimientos fuertes en el grupo
contrar en Humboldt la siguiente sugerencia (no estoy seguro de
que designa; la fuerza y la emoción de sus poderes deberán res-
que esté realmente allí, pero poco importa). El pensamiento obje-
ponder a la fuerza de los deseos y de las esperanzas que deba
tivo (representarse algo como un objeto: procedente de sí e inde-
llevar a cabo. Por un lado, la participación del individuo intere-
pendiente de sí) es una operación difícil, que no ha podido apare-
sado cuando el acto tiene por objeto un beneficio puramente in-
cer de golpe bajo esta forma abstracta. Le faltó, en primer lugar,
dividual, como en el caso del hechizo, es muy limitado. Es el
una suerte de modelo concreto. El lenguaje: el sonido emitido y
agente general quien se encarga de todo. Esta impersonalidad
escuchado (escuchado por sí mismo y por los otros) ha sido el mo-
del acto mágico pudo contribuir a formar un carácter impor-
HACIENDO CAMINO 171
170 ATRAVESAR FRONTERAS
que le procura las fuerzas y las ventajas que podrá utilizar. En-
tante del acto voluntario: su objetividad. Hay en la voluntad,
tonces, hay investigación, almacenamiento, gasto de fuerzas. Los
como en el pensamiento, aunque' de otro modo, una parte de ob-
sentimientos parecen ambiguos, la eficacia ya no es específica-
jetividad en dos sentidos: adaptaciones necesarias de los actos,
mente negativa. En la misma posesión, no se busca el dolor. El
de los movimientos del cuerpo, respecto de las cosas, y previ-
derramamiento de sangre del operador, cuando se produce, no
sión de esas adaptaciones; adaptaciones necesarias a los hom-
utiliza el elemento dolor, éste es accidental. Puede haber allí ele-
bres, a los grupos sociales, a la sociedad.
mentos de placer, de riqueza biológica o espiritual (incubación,
Un poder impersonal evoca, hace presentes y fija las fuerzas
parentesco con los espíritus).
impersonales, atándolas a un acto ritual fijo que es una realiza-
El contenido de los actos en ese nivel permanece ambiguo. Pa-
ción. Se ha tenido razón al decir que el rito mágico proporciona a
rece que los hechos netamente positivos no vendrán sino más
la voluntad un espejo en el que puede representarse a sí misma.
tarde, con la religión, quizá incluso sólo con ciertos aspectos y cier-
Ella podrá llevarse a cabo más fácilmente, por haber sido así re-
tos niveles de la vida religiosa. Serán especialmente los estados de
presentada.
posesión divina, de asimilación a lo divino, de enriquecimiento
El hechizo inflige el dolor y la muerte. Pero los inflige de ma-
interi?r por el amor divino, de gasto de esas riquezas, etcétera.
nera particular: es un sustituto, reemplaza la venganza. En lugar
Ultima cuestión: la prohibición de los actos mágicos, con rela-
de recurrir a la violencia material o, al menos, antes de recurrir a
ción a todos los poderes religiosos y civiles, bajo todos los regíme-
ella, la víctima de un agravio puede satisfacer su resentimiento
nes. Entre las explicaciones propuestas, una sola parece intere-
mediante un rito mágico. El hecho de reemplazar un dolor real
sante, la de Huvelin, que hace de la magia, vista desde su aspecto
por uno simbólico, el hecho de no ver el sufrimiento, ¿indican,
jurídico, un rito religioso desviado de su finalidad social regular y
preparan un tránsito? La impersonalidad, la objetividad ¿indican
empleado para realizar voluntades, creencias, fines individuales,
o preparan el desprendimiento de la representación del dolor,
una suerte de desviación de poderes, no consciente en ese sentido,
que es subjetivo? ¿Hay "objetividad" en el don? Si la hay, ¿no hay
pero sin embargo castigado como tal. Si esto es exacto, la genética
aquí un punto de encuentro, un cruce de dos series de análisis?
de la voluntad encuentra aquí la genética de la persona. En el es-
Se puede ir más lejos aún, y encontrar la indicación de un es-
tadio mágico, es negativo, prohibido, lo que es personal-prefigu-
tadio ulterior: el poder por hechizo, por ejemplo, del mago sobre
ración de la noción de que la afirmación de la persona es un pe- 1 '

sí mismo. En un principio, existe un aspecto de su poder en gene-


cado-, y el principio de todos los pecados, que se encuentra en el
ral que es complementario de su poder sobre las cosas. Para reali-
cristianismo.
zar milagros, es preciso participar del milagro. En este nivel el po-
der es en cierto modo pasivo: es la posesión, el mago está poseído.
Pero parece que damos un paso más cuando aparece la noción de • lI. Los hechos jurídicos y morales son difíciles de agrupar. Aquí,
una dificultad: el carácter variable de lo "negativo", del "mal"
que el mago es, en mayor o menor medida, responsable de su po-
objeto de sanción: diferencia entre los juicios legales, los juicios
sesión. A partir de ese momento, parece haber autonomía y espe-
morales, los juicios religiosos, en un momento, sin duda en todo
cialización de la acción en sí. Inicialmente, las prácticas de pose-
momento, determinado. Diferencia en la historia de cada serie.
sión tienen como finalidad establecer el contacto entre el operador
La cuestión es para examinar más de cerca: nos puede conducir a
y el hechizado, o entre el operador y ciertas cosas o fuerzas; des-
importantes inferencias.
pués, sin embargo, el objetivo es poner al operador en un estado
'[
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172 ATRAVESAR FRONTERAS HACIENDO CAMINO 173

He aquí, con la reserva de las dificultades mencionadas ante- otorga es, en primera instancia, muy limitado, sobre todo limitado
riormente, algunos hechos que indican una sucesión negativo-po- en el tiempo: vale para lo inmediato, no para el futuro; el trueque,
sitivo y una eliminación del dolor y de la violencia. Tanto en lo y después lo contante, preceden al crédito. Resulta de esto que el
criminal como en lo civil, las sanciones restitutivas son sólo poste- acuerdo de las voluntades, en un principio, tiene muchas dificul-
riores a las sanciones represivas (por ejemplo, la acción que rei- tades para hacerse admitir y sancionar como fuente de obligacio- 1,
• I

vindica aparece, en un cierto número de legislaciones, luego de la nes. La convención primitiva no implica como tal una sanción
acción de robo, a la cual se ha incorporado y de la que difícilmen- restrictiva. Los mediadores aquí son el rehén, la fianza, la prenda,
te se separa). En las mismas sanciones represivas hay -ha habido, el juramento; van acompañados de una maldición condicional,
al menos- una evolución hacia la supresión de las violencias físi- reemplazada más tarde por la "cláusula de injurias", y luego por
cas. Su reemplazo por la simple privación de la libertad ha consti- la injuria simple, antes de convertirse en simple afirmación. Do-
tuido, en el curso de estos dos últimos siglos, un rasgo caracterís- ble evolución: eliminación de la violencia, figuración de la volun-
tico de los sistemas de represión de todos los países. Es verdad tad común mediante actos simbólicos al principio mágicos, rea-
que esfuerzos más recientes, todavía poco eficaces, tienden a dar a listas y concretos, después cada vez más abstractos: las dos series
la pena un carácter reformador. No es necesario recordar que esta trazadas al comienzo parecen reencontrarse una vez más.
evolución está ligada a la de los hechos y nociones de persona. Si El estudio de la historia de la trama del acto voluntario
bien hoy, en lo civil, contrato y convenio significan acuerdo de vo- puede ser continuado por el de los lazos entre la intención, la vo-
luntad, originariamente no eran sino relaciones de fuerza. En el lición, la premeditación y la conducta (el acto, el acontecimiento),
pago de un rescate, que es uno de los tipos del convenio originario, vistos a través de la historia de las sanciones (sobre todo en lo cri-
el acreedor es el vencedor, el amo; el deudor, el vencido, el esclavo. minal). Parece claro que en la mayor parte de los casos, la historia 1,
No existe acuerdo, sino violencia: ya sea fuerza material, ya sea in- de los sistemas de sanciones indica la separación progresiva de la
fluencia mágica. Pero percibimos aquí los indicios de una evolu- intención y del acto. Pero eso no es exacto más que en líneas ge-
ción, en la que volvemos a encontrar algunas de las cuestiones vis- nerales. La separación entre la volición y el acontecimiento jamás
tas más arriba en el curso del análisis general de la magia. En el se ha producido de manera completa. La intención no es punible,
contrato sancionado por un rito mágico, la fuerza mágica reem- Ciertas categorías de crímenes cometidos sin premeditación
plaza la fuerza física: primer punto positivo. Por otra parte, el rito siempre han sido y son, todavía, punibles. La actitud de la mayor
es condicional. El maleficio del hechizo es absoluto y definitivo; parte de las morales, sobre todo de las morales modernas, tiende
aquel del rito mágico del contrato es relativo a ciertas condiciones, a oponerse a la del derecho sobre esos dos puntos. Hay allí, entre
limitativo. Por el último, ese rito es, o llega a ser, convencional: el la práctica jurídica y las actitudes moralistas, un hiato. Pero la
deudor se somete a la influencia mágica. La progresión es clara. práctica no sólo está más cerca que los moralistas de las creencias
He aquí, por ahora, siempre a propósito del contrato, algunas sociales comunes: también parece estar más cerca de lo que po-
observaciones que conciernen a la evolución de la trama del acto dría llamarse el nivel psicológico presente. Si la práctica no se-
voluntario. Aquí también encontraremos cierta analogía con las para más el acto de la volición, si, en cierto número de casos,
conclusiones extraídas del análisis del hechizo. Como el acto de toma el acontecimiento en conjunto, es sin duda en parte porque
voluntad individual, la voluntad común necesita un mediador está, y debe estar, preocupada por las resonancias materiales, so-
para realizarse, psicológica o jurídicamente. El lugar que se le ciales, morales del acontecimiento. Su tarea es conservar. Pero
174 ATRAVESAR FRONTERAS
HACIENDO CAMINO 175
quizá por eso la práctica jurídica tiene la impresión de que un
Y además debe haber una historia de la voluntad así como
acto vaciado de sus motivos y de sus consecuencias está fuera de
hay una historia de la persona. Provocar, no provocar más dolor,
las normas humanas, y que la expresión lleva en sí misma la cosa
¿son etapas de esta historia? Las acciones mágicas, el hechizo, en-
expresada. Así, la práctica jurídica estaría planteando, en su len-
tre otras, las ofrendas religiosas de diferentes contenidos espiri-
gua, el viejo problema del acto puro que la psicología del pensa-
tuales serían otras etapas.
miento ha renovado recientemente. Algunos psicólogos dicen: no
Todo eso me parece todavía muy oscuro. Más aún cuando
hay pensamiento puro, ¿con qué pensaría? El derecho nos diría,
debe añadirse allí el problema del presente: la construcción del
en suma: no hay voluntad pura, ¿sobre qué querría?
presente, la búsqueda del presente que domina el futuro me pare-
Un último problema, que plantea el conjunto de las constata-
cen, desde hace algún tiempo ya, uno de los aspectos esenciales de
ciones precedentes, pero, sobre todo, aquellas que han estado en
la construcción del yo y de la afirmación de la voluntad. Pero en-
el punto de partida de esas observaciones sobre el contrato. Si, al
tonces, si lo anterior es verdadero, en nuestra noción del presente
término del desarrollo, la construcción del presente y la búsque-
intervienen las nociones de la creación, del acto creador, de lo posi-
da de una forma temporal que domine el devenir son uno de los
tivo, del don, etc.; yo querría poder esclarecer también eso. Pero la
aspectos de la afirmación de la voluntad, nuestra noción de pre-
historia de la voluntad es mucho más difícil de realizar que la his-
sente debe contener la de creación, de acto creador, de lo posi-
toria de la persona. Un solo aspecto más o menos claro: la apari-
tivo, de don. ¿Cómo las contiene? ¿Cómo la riqueza, la creación,
ción del papel de la voluntad, de la intención, de la premeditación
el don se transponen en cualidad temporal y en ser? Y,por otra
en los juicios morales y los sistemas de represión criminal.
parte, si la persecución del presente ha sido la preocupación y la
necesidad del esfuerzo espiritual, eso implica también que ella
El segundo texto, un borrador más tardío de una carta, se pre-
ha sido el camino a lo largo del cual se ha construido la noción de I.¡II '1'
senta como una suerte de conclusión provísoria, el trazado, toda-
voluntad. Las dos nociones (la del presente, la de voluntad) se
vía incierto y vacilante, de un plan de trabajo. Ya hemos hecho
han construido, tal vez, la una por la otra. ¿Cuáles han sido esos
alusión a él. Releámoslo en su conjunto:
diversos presentes? ¿Cuál ha sido la historia del presente?

Con fecha 18 de mayo de 1941:


Esas prolongaciones, esas interrogaciones encuentran un eco en
dos textos, de los cuales el primero no está fechado pero retoma y
Trabajé sobre la voluntad todos estos días. En total, por ahora,
resume, con fórmulas idénticas, los escritos ya presentados más
dos capítulos:
arriba, ampliando el problema de la construcción del presente:
El hecho fundamental (enriquecimiento por el don) supone:
intercambio de fuerzas, relación entre don y querer y evolución
La felicidad que nos proporciona el acto positivo: el sentimiento
del querer.
de enriquecimiento por el don. ¿Se trata de una actitud primitiva
En el primer capítulo: descripción, genética: fuerza espiri-
o de un nivel del acto? Los actos indiferentes o perjudiciales ¿re-
tual adquirida por la participación en lo sagrado, institución, co-
presentan genéticamente un nivel inferior, anterior, de las con-
mida en comunión, etcétera.
ductas del hombre? Experimentar el dolor está en el camino del
En el segundo: descripción (carácter del don que encuentra
conocimiento. ¿Provocarlo está en el camino del acto?
el querer y lo crea al crear el nuestro), genética: tres líneas: 1) la

._-~~.-._---
HACIENDO CAMINO 177
176 ATRAVESAR FRONTERAS
todo el mundo. Se puede estar en el origende una acciónintensa
superación del dolor; 2) la separación de la voluntad y del acto; que implique fuertes responsabilidades y consecuenciasserias,
3) el hombre contra el tiempo, la construcción del presente (el sin experimentar ningún sentimiento personal, incluso sin sen-
contrato,etc.).La voluntad está en el cruce de estos tres caminos. tirse. Durante la acciónse tiene la preocupaciónde la eficacia,y
Así presentadas, estas cosas probablemente no tengan nin- aquí la dificultadno suscitaen absoluto un análisisreflexivoso-
gún sentido. bre sí mismo, sino que aumenta la preocupaciónpor la eficacia.
Es, tal vez, cuando la acción es más intensa y más cargada de
Al leer esos textos pensamos, como Meyerson y con él, que" debe consecuenciascuando se siente menos el "yo", se está incorpo-
haber una historia de la voluntad, así como hay una historia de la rado. y sus efectos, los más intensamente queridos, no se nos
persona". A diferencia de lo ocurrido con la segunda, a cuyas di- presentan como nuestros y nos sorprenden: ¿cómo es posible
versas líneas y etapas múltiples Meyerson se dedicó en el tercer ca- que el verbo se haya hecho carne?"
pítulo de Les Fonctions psychologiques y en el volumen dedicado a
los Problémes de la personne, la historia de la voluntad no ha sido
abordada por dicho autor. La tarea le parecía "muchísimo más difí-
cil de realizar", lo cual puede apreciarse en sus notas y en la misma
fórmula que compara ambas empresas: hay una historia de la per-
sona y debe haber una historia de la voluntad. Entre las dos pueden
suponerse, si no paralelismos, al menos ciertas convergencias: en
muchos casos, Meyerson nota entrecruzamientos. Si en la magia
está prohibido todo lo que es personal, entonces --escribe-,la gené-
tica de la voluntad encuentra en ese punto la genética de la per-
sona. Sin embargo, las cosas son más complicadas. En el trans-
curso de la guerra, la fracciónnegativa", la voluntad de destruir, de
anular al otro, tomará dimensiones gigantescas, monstruosas. Des-
pués de marzo de 1941,Meyerson no se planteará más la pregunta
"¿qué hacer?", sino que se encontrará personalmente comprome-
tido con la acción, sumergido en ella, con sus tareas, sus responsa-
bilidades, sus riesgos, para construir una muralla positiva contra el
mal. Entonces, su experiencia será muy distinta. En 1948escribe
esas líneas, que suenan como una confidencia:

Elproblemano es más simplepara los sentimientosligados al yo


que acompañan o siguen la acción.A menudo se ha exaltado el
sentimientode ser causa,la alegría de ser causa.Se ha tendido a
proporcionar ese sentimiento según la intensidad de la acción. 7 Ignace Meyerson, Les Fonctions psychologiques ... r op. cit., p. 155.
No es seguro que eso sea exacto; en todo caso, que lo sea para

,4
HACIENDO CAMINO 179

Divinidades que se oponen, por cierto, pero que también son


indisociables. Un componente de Hestia pertenece a Hermes, una
parte de Hermes remite a Hestia. Es sobre el altar de la diosa, en el
ATRAVESAR UN PUENTE*
hogar de las vivendas privadas y de los edificios públicos, donde,
según el rito, son acogidos, alimentados y albergados los extranje-
ros que vienen de lejos, huéspedes y embajadores. Para que haya
CRUZAR UN PUENTE, traspasar un río, atravesar una frontera, es
verdaderamente un interior, es preciso que éste se abra hacia el
abandonar el espacio Últimoy familiar donde uno está en su sitio
exterior para recibirlo en su seno. Y cada ser humano debe asumir
para penetrar en un horizonte diferente, un espacio extranjero,
su parte de Hestia y su parte de Hermes. Para ser uno mismo, es
desconocido, donde se corre el riego, al confrontarse con el otro,
preciso proyectarse hacia lo que es extranjero, prolongarse en y
de descubrirse sin lugar propio, sin identidad.
por él. Permanecer encerrado en su identidad es perderse y dejar
Polaridad, pues, del espacio humano hecho de un interior y
de ser. Uno se conoce,se construye por el contacto, el intercambio,
de un exterior. Ese interior tranquilizador, cercado, estable, y ese
el comerciocon el otro. Entre las riberas de lo mismo y de lo otro, el
exterior inquietante, abierto, inestable, fueron expresados por los
hombre es un puente.
griegos bajo la forma de una pareja de divinidades unidas y
opuestas: Hestia y Hermes. Hestia es la diosa del hogar, en el co-
razón de la casa. Ella hace del espacio doméstico que enraíza en
lo más profundo un interior, fijo, delimitado, inmóvil, un centro
que le asegura al grupo familiar un ámbito espacial y, a la vez, le
confiere permanencia en el tiempo, singularidad en la superficie i
11
del suelo, seguridad frente a lo exterior. Mientras que Hestia es !I:

sedentaria, encerrada entre los humanos y las riquezas que res-


guarda, Hermes es nómada, vagabundo, siempre listo para reco-
rrer el mundo; él va de un lugar a otro sin detenerse, burlándose
de las fronteras, de los cercos, de las puertas, que franquea por
juego, a su voluntad. Maestro de los cambios, de los contactos, al
acecho de lbs encuentros, es el dios de los caminos, en los que
guía al viajero, el dios también de las superficies sin rutas, de las
1I
tierras sin cultivo, donde conduce a los rebaños, riqueza móvil de
la que él se encarga, así como Hestia vela por los tesoros ocultos
en el secreto de las casas.

• Este texto, solicitado para el quincuagésimo aniversario del Consejo de


Europa, está inscrito, junto a otros, sobre un mojón del Puente de Europa que
une Estrasburgo y Kehl.

178

cM-
u:

ANEXOS

:.~i:
¡!'
1I

INTERVENCIONES DE JEAN-PIERRE VERNANT


DURANTE LA MESA REDONDA
DEL 17 DE MAYO DE 1997 ORGANIZADA
POR EL DIARIO LIBÉRATION

PALABRAS LIMINARES: Especialista en la Grecia antigua, al no ser un


historiador de formación sino un filósofo, mi presencia aquí pa-
rece más desubicada que la de mi colega Agulhon. Sin embargo,
desde el día en que me orienté hacia una antropología histórica
del mundo antiguo, me enfrenté a textos, a descripciones, a docu-
mentos y a imágenes cuya interpretación no plantea problemas
muy diferentes a los que encuentra cualquier historiador.
Si hoy experimento alguna duda, es por otras razones. Ellas
son esencialmente de dos órdenes. Asistí a esta reunión a pedido
de Raymond Aubrac; por consiguiente, a título puramente perso-
nal. Pensé que sucedía lo mismo con cada uno de nosotros. Pero
me parece que los historiadores formaban, frente a los esposos
Aubrac, un cuerpo cuya misión consistía, en su espíritu, en plan-
tear a esos dos resistentes, en nombre de la historia, interrogantes
que parecían causarles problema. Uno se encuentra así, desde el
comienzo, en una situación que considero no sólo desagradable,
sino incorrecta y falsa. Ciertamente, los Aubrac no se han enfren-
tado a ningún tribunal, ni han sido convocados por un jurado,
una comisión de investigación, ni han sido sometidos a un inte-
rrogatorio, pero el carácter programado de las preguntas da a
nuestra reunión el aspecto de una prueba de verdad a la que ellos
deben someterse. Ahora bien, mi parecer sobre este punto es abso-
lutamente claro. Si tengo preguntas para formular a los Aubrac, iré
a verlos y se las plantearé cara a cara, de hombre a hombre (tanto a
Lucie como a Raymond), en confianza, como sucede entre compa-
ñeros que han vivido juntos los acontecimientos cuyos recuerdos
183
f
184 ATRAVESAR FRONTERAS ANEXOS 185

comparten. Que los historiadores que trabajan sobre sus docu- tigador. Por cierto, la memoria individual es en cada uno de no-
mentos y sus expedientes encuentren allí materia de investigación sotros una incesante fabricación; ella debe confrontarse con docu-
es no sólo su derecho, sino también su deber. Que busquen res- mentos que, por ser más estables, más precisamente datados, más
ponder a esto, no tanto dirigiéndose personalmente a los testigos, "oficiales", no son por esto menos obras humanas que es necesario
sino convocándolos delante de una corte investida del poder de interpretar situándolas en su contexto. No creo que los historiado-
decidir, en última instancia, sobre lo que realmente ha sucedido, res, para comprender lo que fue la Resistencia, puedan prescindir
lo que pone al testigo, lo quiera o no, en posición de tener que jus- del testimonio de los que la han vivido. Si Cordier, que en muchos
tificarse y rendir cuentas, es lo que no puedo admitir cuando se aspectos es el hombre de los "documentos", no hubiera conocido
trata de personas que, por la experiencia que tuve con ellos, me de manera personal y frecuentado a jean Moulin en las circunstan-
impulsan a creer en su palabra, a admirarlas sin reservas. cias excepcionales de la época, si no hubiera visto, conocido desde
A la primera divergencia, se añade una segunda. Creía que el interior la clase de hombre que era, cómo se comportaba, su es-
nuestro debate debía estar centrado en el libro de Gérard Chauvy, tilo de pensamiento, de sentimiento, de vida, su escala de valores,
cuya publicación está en el origen de nuestra reunión de hoy. He leí- ¿se habría comportado, al intervenir como lo ha hecho, con esa
do esta obra, es un libro malo en todos los sentidos del término. fuerza de indignación y de certeza, frente a las acusaciones de las
Gravita alrededor del "Testament de Barbie", documento esencial que Moulin ha sido objeto? ¿Habría efectuado esta enorme tarea
del cual las restantes piezas del expediente son presentadas e inter- de documentación si no hubiera tenido la ocasión de escuchar esta
pretadas para demostrar, si no su veracidad, al menos su posibili- "música" particular de la que habla, y que aquellos que no la han
dad y,en algunos puntos, su probabilidad. Desde las primeras pági- escuchado por sí mismos, de viva voz, tienen muchas dificultades
nas, se nota la idea preconcebida del autor y que, como suele decirse, para reconocer? Y en cuanto a mí, he venido hasta aquí con la "mú-
su posición está tomada, a pesar de algunas precauciones de len- sica" de los Aubrac en mis oídos, que conservo para orientarme
guaje. Pero, en ningún momento, este seudotestamento, redactado como un punto de apoyo ineludible.
por Vergés para la causa, es sometido a la reflexión o al examen crí-
tico del historiador. Si se publica Los protocolos de los sabios de Sión sin PALABRAS CONCLUSIVAS: Mis sentimientos al concluir esta jornada
mostrar que no se trata de un documento, sino de uno falso invento son ambiguos. Desde el comienzo de la sesión -lo dije en su mo-
para justificar el odio hacia los judíos, no se realiza un trabajo de mento- tuve una impresión desagradable. Una gran mesa con los
historiador; sólo se aporta agua al molino del antisemitismo. historiadores de un lado, quienes ya habían establecido el orden
Pero, si es que he comprendido bien a mis colegas y amigos del día, la manera como los debates debían desarrollarse, y del
historiadores, el libro de Chauvy, al que se hace poco caso, y el otro lado, los Aubrac; entre los dos, por no mencionar a los perio-
"Testament de Barbie", al que nadie otorga el menor crédito, no distas de Libération que nos han acogido, Agulhon y yo. Esto no
son el objeto del debate: ¿cuál es entonces? ¿Los Aubrac? fue una corte de justicia sino que, para un universitario como yo,
Último punto: tuve la oportunidad, en el transcurso de un co- evocó una sala de examen o una defensa de tesis, con la distancia
loquio sobre la Resistencia, en Toulouse, de discutir con Daniel que separa a los miembros del jurado del candidato.
Cordier, a quien admiro como resistente y como historiador, sobre La discusión, a menudo, fue apasionante, siempre sin com-
el valor que fue preciso otorgar a los testimonios orales o escritos placencia. Ella descartó las acusaciones de Barbie-Verges e hizo
de los actores frente a los documentos de los que dispone el inves- justicia respecto de ciertos alegatos o insinuaciones de Chauvy. El
186 ATRAVESAR FRONTERAS
ANEXOS 187
objeto esencial de esta sesión debía ser, a mis ojos, dar una res-
puesta neta a las cuestiones que Raymond Aubrac formuló desde en ese punto. ¿Es preciso, sin embargo, bajo el pretexto de romper
que tomó la palabra. Se puede resumir la sesión en dos fórmulas: los ídolos, ceder a la tentación de provocar a los más grandes y
¿los Aubrac han traicionado y entregado a sus compañeros de volverlos al tamaño corriente, a la dimensión ordinaria? Los resis-
combate? ¿Dicen ellos la verdad? Sobre esos puntos -los únicos tentes no han sido héroes. A quienes han tenido la suerte de salir
que verdaderamente cuentan-, la respuesta al término de los de- vivos, esa palabra, cuando se les adjudica, les causa horror. Cuán-
bates no deja ninguna duda. tas mujeres he conocido, de todas las edades y condiciones, sin
Restan dos asuntos subsidiarios que causan problema y sobre quienes la Resistencia no hubiera sido posible. ¿Quién hablará de
los que Raymond responde: "Yo no sé". ¿Hay que sorprenderse la firmeza de su carácter, su energía, su resolución, su modestia?
de esto? La experiencia me ha enseñado que a lo largo de los acon- Sin embargo, eso no me impide afirmar, leyenda o historia, que
tecimientos históricos, en el comportamiento de los hombres, e in- Lucie es un ser excepcional, incomparable a su manera, y que se
cluso en lo que concierne a cada uno de nosotros, en sus motiva- debe admirar en conjunto, tal como ella es y sin reservas.
ciones, hay preguntas que uno se formula, incluso sobre uno
mismo, sin poder resolverlas, y cuya respuesta es: yo no sé.'
Para ser franco, una cosa me sorprendió a lo largo de estos de-
bates. Me ha parecido -sin estar seguro de que esta impresión esté
fundada- que en los historiadores se manifestaba cierta hostilidad
hacia los Aubrac. Me he preguntado cuáles podían ser las razones
de ello. Aún no estoy seguro de nada. Pero emito dos hipótesis.
Los historiadores consideran que, si no la Resistencia, al menos la
historia de la Resistencia es un asunto de su competencia. Ella les
pertenece. Y miran con recelo a los que pretenden, fuera de ellos,
mediante el relato de su experiencia personal, convertirse en cierto
modo en los defensores oficiales de lo que ha sido la Resistencia.
La envidia debe hacerles cosquillas, cuando se presenta la ocasión,
al reubicar a los impertinentes en su lugar. Los historiadores tam-
bién saben que, fuera de las grandes figuras emblemáticas que han
desempeñado para la memoria social un papel ejemplar, de di-
mensiones casi legendarias, existen centenares y millares de hom-
bres y de mujeres de los que no se habla y que han dado prueba de
un coraje, una entrega, una abnegación comparables. Tienen razón

1 Lo que precede ha sido publicado en el cuaderno de Libération del 8 de ju-


lio de 1997; los parágrafos siguientes, en la edición de los días 12 y 13 de julio,
bajo el título" ¿Faut-il briser les idoles?".

I~
ANEXOS 189

francaise d'histoire des sciences de l'homme, Créteil, 9 y 10 d.e


marzo de 1995, bajo el título "Deux inédits retrouvés dans les archi-
ves: 'U doit y avoir une histoire de la volonté'", publicado en Pour
FUENTES a
une psychologie historique. Hommage Ignace Meyerson, bajo la direc-
ción de Francoise Parot, París, PUF,1996. - ATRAVESAR UN PUENTE:
texto solicitado por el Consejo de Europa, inscrito con otros so~re el
ALGUNOSTEXTOS, publicados anteriormente, han sido modificados Puente de Europa que comunica Estrasburgo con Kehl: pubhcado
para esta edición. en Écrire les frontieres. Le Pont de l'Europe, Estrasburgo, Editions du
Conseil de I'Europe, 1999.
UN TIEMPOREBELDE:inédito. - RECUERDOSDEUN COLEGIAL:publi-
cado en Le Discíple et ses maiires. Pour Charles Malamoud, bajo la di-
rección de Lyne Bansat-Boudon y [ohn Scheid, París, Seuil, Le
Genre humain, 37, 2002, pp. 99-103. - LA MUERTEHEROICAENTRELOS
GRIEGOS: conferencia pronunciada en Nantes en 2001. - ENTREEXO-
TISMOY FAMILIARIDAD: entrevista de Bernard Mezzadri, publicada
con el título "Mythes et épopées en Crece ancienne: entre exotisme
et familiarite", en Homére, bajo la dirección de B. Mezzadri, Europe,
núm. 865, mayo de 2001, pp. 284-320. - HISTORIADELAMEMORIA y

MEMORIA HISTÓRICA: conferencia pronunciada en el coloquio "Mé-


moire et histoire", Académie universelle des cultures, 23 de marzo
de 1998, publicada en el volumen Pourquoi se souvenir?, París, Gras-
set, 1999, pp. 23-27. - ESPACIOy CIUDAD:conferencia pronunciada el
13 de junio de 1996 en Heidelberg, publicada en el Volume d'hom-
mage en l'honneur de Guy-Michel Saunier, Atenas, 2002, pp. 475-481.
- NACIMIENTODE LO POLíTICO:publicado bajo el título "Les cités
grecques et la naissance du politique", en Axes et méihodes de l'his-
toire politique, bajo la dirección de Serge Berstein y Pierre Milza, Pa-
rís, PUF,col. Politique d'aujourdhui, 1998, pp. 7-12. - UN GRANODE
ARENA:discurso de recibimiento del diploma de doctor honoris
causa de la Universidad Masaryk de Brno (República Checa), el 3
de octubre de 1998. - PENSARLADIFERENCIA: publicada bajo el título
"Penser la différence pour penser la Crece", en Desmos. Le líen,
núm. 10-11,2002, pp. 78-86. - "DEBEHABERUNAHISTORIA DELAVO-
LUNTAD":conferencia pronunciada en Créteil, luego de las jornadas
de "Hommage a Ignace Meyerson", organizadas por la Société

188

l
.... """"'..~-.-.·.~--··~--··""'---~~··ft"""",',
••".,_,·-

EL AUTOR

JEAN-PIERRE
VERNANT
fue profesor honorario en el College de
France.

PRINCIPALES
OBRAS

Les Origines de la pensée grecque, París, PUF,col. Mythes et religions,


r
1962; ed., col. Quadrige, 1990 [trad. esp.: Los orígenes del
pensamiento griego, Barcelona, Paidós, 2007].
Mythe et pensée chez les Grecs. Études de psychologie historique, París,
Maspero, col. Textes a l'appui, 1965;nueva ed. aumentada, La
Découverte, 1985 [trad. esp.: Mito y pensamiento en la Grecia
antigua, Barcelona, Ariel, 1993].
Mythe et tragédie en Grece ancienne (con Pierre Vidal-Naquet), París,
Maspero, col. Textes a l'appui, 1972; 7a ed., 1989 [trad. esp.:
Mito y tragedia en la Grecia antigua, 2 vols., Barcelona, Paidós
Ibérica, 2002].
Mythe et société en Grece ancienne, París, Maspero, col. Textes a
l'appui, 1974; s- ed., col. Fondations, 1988 [trad. esp.: Mito y
sociedad en la Grecia antigua, Madrid, Siglo XXI,1994].
Les Ruses de l'intelligence. La meiis des Grecs (con Marcel Detienne),
París, Flammarion, col. Nouvelle bibliotheque scientifique,
1974; 2a ed., col. Champs, 1978 [trad. esp.: Las artimañas de la
inteligencia: la metis de los griegos, Madrid, Taurus, 1988].
Religion grecque, religions antiques, París, Maspero, col. Textes a
l'appui,1976.
Religion, hisioires, raisons, París, Maspero, col. Petite collection
Maspero, 1979.

191
192 ATRAVESAR FRONTERAS

Le Cuisine du sacrifice en pays grec (bajo la dir. de Marcel Detienne y


[ean-Pierre Vernant), París, Gallimard, col. Bibliotheque des
histoires, 1979; z- ed., 1983.
La mort dans les yeux. Figures de l'autre en Crece ancienne, París, Ha-
chette, col. Textes du xx"siecle, 1985;2a ed., 1986. ÍNDICE DE NOMBRES
Mythe et tragédie JI, (con Pierre Vidal-Naquet), París, La Décou-
verte, col. Textes a l'appui, 1986 [trad. esp.: Mito y tragedia en Carovis: 30.
Abéles, Mare: 140.
la Grecia antigua, 2 vols., Barcelona, Paidós Ibérica, 2002]. Agulhon, Mauriee: 50 n., 183, 185. Chauvy, Gérard: 49, 184.
L'Individu, la Mort, l'Amour. Soi-méme et l'auire en Crece ancienne, Agustín de Hipona: 90, 91, 130, 131. Clermont: 43,44.
Alcibíades: 76. Conan, Érie: 57 n.
París, Gallimard, col. Bibliotheque des histoires, 1989 [trad. Cordier, Daniel: 50 n., 58, 184, 185.
Andrieu, Claire: 51 n.
esp.: El individuo, la muerte, el amor. Sí mismo y el otro en la anti- Arhex, Jean-Baptiste: 46 Couissin: 34.
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xx" siecle, 1990 [trad. esp.: Mito y religión en la Grecia antigua, Aubrac, Raymond: 49-54, 56-60, Demódoeo: 99.
Barcelona, Ariel, 1991]. 183,186. Demonacte: 143.
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Mythes grecs au figuré de /'Antiquité au baroque (bajo la dir. de Stella Audin, Maurice: 61.
Augé, Mare: 150 n., 151. Detienne, Mareel: 88, 123.
Georgoudi y [ean-Pierre Vernant), París, Gallimard, col. Le Dodds, E. R: 88.
Azérna, Jean-Pierre: 50 n. I1
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Entre mythe et politique, París, Seuil, La librairie du xx" síecle, 1996 Barbie, Klaus: 185.
[trad. esp.: Entre mito y política, México, Fondo de Cultura Barueh, Mare-Olivier: 40.
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Dans l'ceii du miroir (con Prancoise Frontisi-Ducroux), París, Odile Benveniste, Émile: 141. Esquilo: 141,156.
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de Cultura Económica, 1999]. Bottéro, Jean: 113.
Bougeard, Christian: 51 n. Gadamer, Hans-Georg: 132, 137.
Boutang, Pierre: 42. Gemet, Louis: 26, 67, 69, 117.
Bouzaher, M.: 61 n. Gide, André: 162.
Bréhier, Émile: 165,166. Ginzburg, Carlo: 61.
Bridoux, Eugene: 34, 37, 38, 40. Grandgirard: 45.
Bühler, Karl: 161. Gullon, [ean-Marie: 51 n.
Buxton, Richard: 125.
Hartog, Francois: 21, 56.
Cadmo: 143. Haudrieourt, André-Georges: 141. ~ 1,

Caquot, André: 66. Heráclito: 123.


[

193

J
194 ATRAVESAR FRONTERAS

Heródoto: 119, 144 n., 157. Parménides: 123.


Hesíodo: 55, 81, 86, 110, 116, 119, 122. Peschanski, Denis: 51 n.
Hipias de Élide: 129. Pétain, Philippe: 29.
Hipódamo de Mileto: 134. Platón: 26, 76,85, 90, 97, 98.
Homero: 85,98, 119,120, 128. Poggioli: 46.
Hubert, Henri: 154 n. Políerates: 143.
Humboldt, Wilhelm von: 165, 167, 168. Poncio Pilatos: 41.
Hytier, Jean: 162. Prost, Antoine: 50, 51.
Pujol:36.
[anet, Pierre: 65, 160, 165, 166.
Jenofonte: 76,98. Racine, Jean: 114.
Jougla, seudónimo de [ean-Pierre Ravanel: 30.
Vemant: 37. Ricoeur, Paul: 32.
Juana de Arco: 31. Rivier: 45, 47.
Rivier, André: 98.
Laborie, Pierre: 51 n. Romilly, Jaequeline de: 66, 88.
Lacomrne, seudónimo de Jean-Pierre Rossi: 44, 45, 47.
Vemant:37. Rousso, Henry: 50 n., 57 n.
Ledue, Víctor, seudónimo
de Valdemar Neehtsehein: 44-48. Sainclivier, Jaequeline: 51 n.
Leibniz, Gottfried Wilhelm von: Simoni: 46, 47.
90,113. Sofri, Adriano: 61.
Lévi-Strauss, Claude: 66, 118, 119. Solón: 145.
Leyritz, Cheneaux de: 45.
Lion: 46. Thierry, seudónimo de Jean-Pierre
Lloyd, Geoffrey: 114. Vemant:37.
Loraux, Nicole: 20. Tixier, seudónimo de [ean-Pierre
Vernant: 37.
Malarnoud, Charles: 69, 150 n. Tucídides: 119.
Marcot, Prancois: 51 n.
Marx, Karl: 30. Veillon, Dominique: 50 n.
Maspero, Francois: 61. Vergés, Jaeques: 49,184,185.
Mauss, Mareel: 154. Vemant, Adolphe: 43.
Menandrio: 144. Vernant, Claude: 34.
Meneherini, Robert: 51 n. Vernant, [acques: 42.
Meyerson, Ignaee: 26, 27, 31, 90,159, Vernant, Jean: 43.
164, 166, 167, 176, 177 n. Vemant, Jean-Pierre: 11 n., 19 n.,
Mezzadri, Bernard: 88 n., 121 n. 26 n., 37, 41, 47 n., 50 n., 88 n.,
Mirandola, Pico della: 130. 100 n., 150 n.
Modigiliani, Jeanne: 44, 47. Vernant, Pierre: 43.
Mouin, Jean: 49,53,58, 185. Veyne, Paul: 124, 125.
Vidal-Naquet, Pierre: 60.
Nahimovitch, Lida: 34.
Needham, [oseph: 114. Weber, Max: 80.
Nil-Duplan: 30. WilI, Édouard: 52, 57.
Nogueras, Henri: 46 n. Wolikow, Serge: 51 n.
Esta edición de Atravesar fronteras, de Jean-Pierre Vernant,
se terminó de imprimir en el mes de agosto de 2008,
en los Talleres Gráficos Nuevo Offset, VieI1444,
Ciudad de Buenos Aires, Argentina.

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