Quiero compartir lo que me dejan las lecturas del libro y el articulo, estoy de
acuerdo respecto que la sociedad beneficia la masculinidad, y que tanto mujeres
como niños están en riesgo porque las reglas sociales amparan al hombre, propiciando un ambiente de abuso de poder. Sin embargo, hay algunas ideas que quiero contrastar. Un aspecto interesante que aborda la visión feminista es como el constructo social continua rígido, devaluado las características “femeninas”, pues, son calificadas como signo de debilidad. Sin embargo, creo que una de las deficiencias de la visión es que aún sigue arrastrando la premisa “la mujer no ha sido reconocida”, que si bien existen argumentos que pueden sostener la hipótesis, creo que la explicación sobre éste fenómeno social es más compleja, pues, sigue centrándose en el sexo y no en “la persona”. Lo que yo observo es que la agresión va hacia todo lo que expresa feminidad, tanto en hombres como en mujeres, por citar un ejemplo, el niño que llora pese es “hombre” es agredido por sus compañeros al ser traducido como una característica femenina o en el caso de dos hombres homosexuales es más agredido el que tiende a ser más “afeminado”. Otro aspecto en el que estoy de acuerdo es que el género es un constructo social que se va aprendiendo en el trascurso de la vida, pero al ser un aprendizaje, tanto hombres como mujeres pueden replicarlo, y es evidente que en la actualidad hay mujeres que aprendieron que las características masculinas son benéficas, y gracias a ellas pueden ascender a niveles en los que pueden obtener más poder, digamos que es como en el judo, utilizan la fuerza del oponente en beneficio propio, por ello no es raro ver a la jefa “mujer” que agrede a la empleada “mujer” porque pide permiso para ir por sus hijos al colegio, en el mejor de los casos será agredida de manera reiterada o en el peor, despedida. Mi segunda lectura fue el artículo, y me hizo preguntarme ¿Cómo será el tipo de relación que llevará una mujer que aprendió a obtener las cosas ejerciendo la masculinidad en una relación de pareja?, si se trata de colocar a la mujer en una posición de víctima del hombre, que, si bien puede ser el caso, creo que el error es generalizar, y seguir colocando al sexo en una posición inferior. El problema no es proteger sino empezar a concientizar sobre la construcción de la realidad social, y tratar de modificarla. En el caso hipotético, si se coloca a la mujer como víctima que tanto se mueve al terapeuta a tomar conductas para protegerla, que, en una relación simétrica y violenta, el terapeuta no estaría en riesgo al entrar en una triangulación. No es algo tan infrecuente ver al medico que apoyo a la mujer maltratada para que denunciará al esposo y se quedará con la custodia de los hijos, y que a su vez el esposo al verse molesto y frustrado trata de sacar toda esa violencia (de distintas formas) en contra de quien se metió en “su” relación. ¿Es terapeuta o agente de control social? En general, hay varios aspectos a rescatar, creo que es necesario empezar a concientizar las limitaciones que viven hombres y mujeres al querer seguir al pie de la letra los constructos sociales de género, y que evitan que la sociedad evolucione a constructos más equitativos y agradables. Evitar el “como los hombres siempre han abusado ahora nos toca a las mujeres” porque es más de lo mismo, pues se sigue centrando el problema en las limitaciones y beneficios que trae consigo el sexo de la persona, y premiando la masculinidad sobre la feminidad, que todas las personas tenemos a diferentes dosis.