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Burgueses y proletarios
(...) La gran industria ha creado el mercado mundial, ya preparado por el descubrimiento de América. El
mercado mundial aceleró prodigiosamente el desarrollo del comercio, de la navegación y de todos los
medios de transportes por tierra. Este desarrollo influyó a su vez en el auge de la industria, y a medida
que se iba extendiendo la industria, el comercio, la navegación y los ferrocarriles, se desarrollaba la
burguesía, multiplicando sus capitales y relegando a segundo término a todas las clases legadas por la
Edad Media.
Dondequiera que ha conquistado el Poder, la burguesía ha destruido las relaciones feudales, patriarcales,
idílicas. Las abigarradas ligaduras feudales que ataban al hombre a sus “superiores naturales” las ha
desgarrado sin piedad para no dejar subsistir otro vínculo entre los hombres que el frío interés, el cruel
“pago al contado”. Ha ahogado el sagrado éxtasis del fervor religioso, el entusiasmo caballeresco y el
sentimentalismo del pequeño burgués en las aguas heladas del cálculo egoísta.
(...) La burguesía ha revelado que la brutal manifestación de fuerza en la Edad Media, tan admirada por la
reacción, tenía su complemento natural en la más relajada holgazanería. Ha sido ella la que primero ha
demostrado lo que puede realizar la actividad humana; ha creado maravillas muy distintas a las pirámides
de Egipto, a los acueductos romanos y a las catedrales góticas, y ha realizado campañas muy distintas a
los éxodos de los pueblos y a las Cruzadas.
(...) La burguesía dio un carácter cosmopolita a la producción y al consumo de todos los países. Con gran
sentimiento de los reaccionarios, ha quitado a la industria su base nacional (...).En lugar de las antiguas
necesidades, satisfechas con productos nacionales, surgen necesidades nuevas, que reclaman para su
satisfacción productos de los países más apartados y de los climas más diversos. En lugar del antiguo
aislamiento de las regiones y naciones que se bastaban a sí mismas, se establece el intercambio universal,
una interdependencia universal de las naciones. Y esto se refiere tanto a la producción material como a la
producción intelectual. La producción intelectual de una nación se convierte en patrimonio común de
todas. La estrechez y el exclusivismo nacionales resultan de día a día más imposibles; de las numerosas
literaturas nacionales y locales se forma una literatura universal.
1
Juan Fernández de Castro es catedrático de la Universidad de Barcelona
2
Isabel Vidal es catedrática de escuela universitaria de la Universidad de Barcelona.
las más bárbaras. Los bajos precios de sus mercancías constituyen la artillería pesada que derrumba todas
las murallas de China, y hace capitular a los bárbaros más fanáticamente hostiles a los extranjeros.
(...) La burguesía (...) ha creado urbes inmensas, ha aumentado enormemente la población de las ciudades
en comparación con la del campo, sustrayendo una gran parte de la población al idiotismo de la vida
rural. Del mismo modo que ha subordinado el campo a la ciudad, ha subordinado los países bárbaros o
semibárbaros a los países civilizados (,...) el Oriente al Occidente.
La burguesía suprime cada vez más el fraccionamiento de los medios de producción, de la propiedad y de
la población. Ha aglomerado la población, centralizado los medios de producción y concentrado la
propiedad en manos de unos pocos. La consecuencia obligada de ello ha sido la centralización política.
Las provincias independientes, ligadas entre sí casi únicamente por lazos federales, con intereses, leyes,
gobiernos y tarifas aduaneras diferentes, han sido consolidadas en una sola nación. Bajo un solo
Gobierno, una sola ley, un solo interés nacional (...) y una sola línea aduanera.
La burguesía (…) que cuenta apenas con un siglo de existencia, ha creado fuerzas productivas más
abundantes y más grandiosas que todas las generaciones pasadas juntas. El sometimiento de las fuerzas de
la naturaleza, el empleo de las máquinas, la aplicación de la química a la industria y a la agricultura, la
navegación de vapor, el ferrocarril, el telégrafo eléctrico, la adaptación para el cultivo de continentes
enteros, la apertura de los ríos a la navegación, poblaciones enteras surgidas por encanto, como si salieran
de la tierra. ¿Cuál de los siglos pasados pudo sospechar siquiera que semejantes fuerzas productivas
dormitasen en el seno del trabajo social? (...)
Fuente: citas extraídas de Carlos Marx y Federico Engels, Manifiesto Comunista, según la edición de
1890, Madrid, 2001, Ed. Akal. pp. 23-28
A partir de los siglos XVII y XVIII la corriente que se convirtió en predominante en el pensamiento
económico restringió la idea de los intercambios a aquellos realizados en un mercado y, al mismo tiempo,
consideró a éste una de las características esenciales del capitalismo siendo en la actualidad sinónimos
economías de mercado y economías capitalistas.
Esta identificación no niega que sociedades ajenas a los sistemas de producción capitalistas también
utilizan a los mercados para efectuar intercambios ni que estos existieran antes de la aparición del
capitalismo.
El giro copernicano se produjo en el campo de las ideas y, concretamente, en la concepción del mercado
en abstracto como mecanismo regulador de toda la sociedad transcendiendo su mera concreción como
espacio físico y lugar de encuentro.
En otras palabras, la lógica del mercado se extiende a ámbitos que le son tradicionalmente ajenos —
trabajo, tierra, dinero— y toda la economía se convierte en una organización regida, regulada y orientada
por el mercado. Si en la práctica ha modelado la organización de la existencia material real en el plano
conceptual se ha convertido en el punto de referencia obligado para enjuiciar la idoneidad de cualquier
forma de organización ya que todo va a ser juzgado en relación a lo que acontece en él.
“… él busca sólo su propio beneficio pero en este caso como en otros una mano invisible le conduce a
promover un objetivo que no entraba en sus propósitos. El que sea así no es necesariamente malo para la
sociedad. Al perseguir su propio interés frecuentemente fomentará el de la sociedad mucho más
eficientemente que si de hecho intentase fomentarlo. Nunca he visto muchas cosas buenas por los que
pretenden actuar en bien del pueblo…”.4
2. Visión panorámica
Kreps (1994) 5en su manual de economía menciona cuatro ingredientes básicos en la economía:: el actor
individual, tradicionalmente, un consumidor o una empresa; la conducta del actor, tradicionalmente
maximización de la utilidad por parte de los consumidores y maximización del beneficio por parte de las
empresas; un marco institucional, que describe qué alternativas tienen a su alcance los actores
individuales y qué resultados obtienen en función de las acciones de los otros actores, tradicionalmente el
mecanismo de los precios en mercados impersonales y el tipo de análisis requerido para modelizar cómo
las diversas conductas de los actores se agregarán dentro de un marco dado, tradicionalmente el análisis
del equilibrio.
Los actores
En el análisis convencional de la microeconomía, los dos tipos de actores son el consumidor individual y
la empresa. Pero las empresas pueden considerarse como instituciones dentro de las cuales se agrega
conducta de las diversas clases de consumidores constituyentes (trabajadores, gerentes, proveedores,
clientes). Desde esta perspectiva alternativa, lo que una empresa hace es el resultado de los diversos
deseos y conductas de sus consumidores constituyentes, el marco institucional que proporciona la
empresa, y del equilibrio que se alcanza entre los consumidores constituyentes dentro de este marco
institucional.
Conducta
El marco institucional
Las acciones realizadas por cualquier individuo dependen de las oportunidades que se le presentan. A su
vez, estas oportunidades dependen a menudo de las acciones colectivas de otros individuos. Y las
consecuencias para un individuo de sus propias acciones normalmente dependen de lo que los otros han
elegido hacer. El término marco institucional se utiliza para hacer referencia a aquellas partes de un
modelo que describen: a) la naturaleza general de las opciones que tiene un individuo y b) las opciones
disponibles y los resultados que se desprenden para cada individuo, en función de las acciones de otros
individuos.
3
Smith, A : La riqueza de las Naciones, Alianza Editorial, Madrid 1994, pag. 46
4
Smith, A : La riqueza de las… Smith, A : La riqueza de las Naciones, Alianza Editorial, Madrid 1994,
pag. 46 , Op. Cit pag. 554
5
David M. KREPS (1994), Curso de Teoría Microeconómica, versión española editada por McGrawHill.
En los modelos convencionales de la microeconomía, los precios en los mercados impersonales
constituyen el marco institucional; los consumidores pueden elegir cualquier lote de bienes que les resulte
alcanzable, en donde lo que les resulta alcanzable viene determinado por los precios. El mercado es
impersonal en el sentido de que todos los consumidores se enfrentan a la misma colección de precios. Y
las elecciones concretas al alcance de un consumidor dependen de las elecciones de consumo de todos los
consumidores (y de las elecciones de producción de las empresas) a través de estos precios.
Se debe señalar que el funcionamiento del mecanismo de los precios es bastante borroso y ambiguo. ¿De
dónde proceden los precios? ¿Cómo se determinan y en qué manera reflejan las acciones de los
consumidores individuales? Noten también que los precios restringen las elecciones de los consumidores
individuales y esas elecciones determinan simultáneamente los precios.
Habiendo modelizado la conducta de los individuos, la naturaleza de las opciones que tienen y las vías a
través de las cuales sus acciones se interrelacionan mutuamente, nos queda solamente la tarea de decir
cuál será el resultado de todo ello, esto es, predecir qué acciones serán seleccionadas y qué resultados se
desprenderán a partir de ello. Hablando en términos generales, un equilibrio es una situación en la que
cada agente individual actúa de la mejor forma posible para sí mismo, dado el conjunto de acciones
escogidas por los demás y dado el marco institucional que define las opciones de los individuos y que
vincula sus acciones.
Los individuos realizan elecciones individuales, y el marco institucional agrega estas acciones en un
resultado agregado el cual entonces determina las restricciones a las que se enfrentan los individuos y los
resultados que obtienen.
Comentario
Aunque el orden final no necesariamente ha de ser malo, no evita la posibilidad de que efectivamente lo
sea. En último término, la aprobación o desaprobación del mismo estará en función de la perspectiva que
se adopte y, al fin y al cabo, de la actitud moral y de los juicios de valor individuales. Esta cuestión se
tratara a continuación y aquí sólo interesa señalar que las cosas son más complicadas que juzgar
simplemente el resultado final. Este último es consecuencia de un proceso y diferirá, por tanto, según sean
los cauces legítimos por los que puede manifestarse el interés propio y los incentivos existentes. En otras
palabras, de los derechos de propiedad existente en un momento dado en una sociedad concreta .
Un tema clásico de investigación ha ido dirigido a investigar las condiciones que deben darse para que la
actuación del mercado fuese beneficiosa. Tales condiciones son lo suficientemente conocidas
(competencia perfecta, ausencia de externalidades) como para no detenerse en ellas y es suficientemente
conocido que esa mano invisible puede ser artrítica e incluso estrangular. En ultimo termino, la teoría de
juegos nos ha familiarizado con las interrelaciones tipo “dilema del prisionero” donde acciones
individuales regidas por la racionalidad individual conducen a un resultado final que es el peor posible
cuando se considera a todos los implicados.
Esencialmente, y desde otra perspectiva, hay una diferencia esencial entre la eficiencia con la cual un
individuo se adapta a un entorno y el grado en que este, creado colectivamente, es satisfactorio estando
siempre abierta la posibilidad de una contradicción entre la racionalidad individual y la colectiva. Lo que
es bueno para la General Motors no tiene que serlo necesariamente para América6
6
Hace muchos años el antiguo presidente de la General Motors y Secretario de Defensa E. Wilson afirmó
lo siguiente “Lo que es bueno para la general Motors es bueno para el país”. Esta frase se hizo muy
famosa en los Estados Unidos y se convirtió en el símbolo de una visión muy particular del capitalismo
americano.
La cuestión se complica cuando se considera el patrón de medida utilizado por los economistas para
juzgar la deseabilidad del resultado final: el denominado óptimo paretiano. Es decir, una determinada
asignación de recursos será óptima si no existe otra alternativa que beneficie a alguien sin perjudicar, al
mismo tiempo, a cualquier otra maximizándose así las retribuciones conjuntas de los sujetos implicados.
Todo lo anterior hace referencia a que es mejor conseguir el mayor tamaño del pastel y no nos dice
absolutamente nada de cómo repartirlo. En términos un poco más académicos, el criterio está basado en la
eficiencia y no tiene nada que decir acerca de las cuestiones distributivas al no poder discriminar entre
situaciones igualmente óptimas. Cualquier redistribución de la renta implicaría, suponiendo que la
economía ha alcanzado la eficiencia global, beneficiar a alguien perjudicando a otro y, por la propia
definición del criterio de Pareto, no se puede juzgar ni efectuar ninguna recomendación al respecto.
La moneda, por tanto, tiene dos caras lo cual no deja de ser desafortunado. La amplia utilización del
criterio de Pareto se justifica porque cualquier otro criterio exigiría aplicar unos juicios de valor sobre los
que seria difícil encontrar un consenso. Haciendo una analogía con la política, se basa en la unanimidad
de todos los implicados al conceder el derecho de veto a cualquiera que se vea perjudicado por un
cambio. Por ello, una situación será óptima si todos la consideran así. La otra cara de la moneda
inevitable es que deja de lado la espinosa cuestión de la distribución de la renta.
Y es en esta área donde aparece una mentalidad antimercado. No por ignorar su mayor eficiencia sino
porque fomenta las desigualdades sociales al conducir a distribuciones de renta consideradas
inadmisibles. Polany, estudiando la implantación del capitalismo en Inglaterra, lo expresa vigorosamente:
“Para asombro de los espíritus reflexivos una riqueza inaudita iba acompañada inseparablemente de una
pobreza también insólita. Los eruditos proclamaban al unísono que se había descubierto una ciencia que
no dejaba ninguna duda acerca de las leyes que gobernaban el mundo de los hombres. En nombre de la
autoridad de estas leyes desapareció de los corazones la compasión y una determinación estoica a
renunciar a la solidaridad humana en nombre de la mayor felicidad del mayor numero posible de hombres
adquirió el rango de una religión secular “.7
Sin embargo, y a pesar de su importancia que difícilmente se puede obviar, siempre se puede argumentar
que se puede intervenir “ex-post” para corregir las desigualdades a pesar de que no existe un patrón ideal
que sirva de guía. En el mismo contexto, y como se puede encontrar en cualquier libro de texto, cualquier
estado óptimo que se desee puede alcanzarse de una manera descentralizada por mercados competitivos,
dada una redistribución adecuada inicial de los recursos de la sociedad.
Sin ignorar la inviabilidad de esta segunda alternativa lo que interesa resaltar es que siempre se pueden
separar las cuestiones relativas a la eficiencia de aquellas correspondientes a la distribución. Por
cuestiones relativas a esta última esfera no se puede eliminar los mercados que promueven la eficiencia.
El mensajero no es responsable de las malas noticias ni debe responder con su cabeza por ellas.
Por último, por si las cosas no fueran de por si bastante complicadas, el propio concepto de eficiencia no
es independiente de la perspectiva que se adopte. Felipe González cuando regresó de China lo primero
que expresó a su vuelta es que no importa el color del gato sino que sirva para cazar ratones. Es decir,
dado un objetivo que suponía que era obvio – eliminar ratones – el mejor gato (¿o quizás habría que
hablar del gato eficiente?) es aquel que mejor alcanza dicho objetivo. Sin embargo, un esteta que amase a
los gatos y desea tener uno en casa, quizás la característica esencial sería su color para que armonizase
con el del cuarto de estar y no precisamente su mejor capacidad para cazar.
Con todo esto lo que se quiere señalar es que el propio concepto de eficiencia no es independiente de los
objetivos que se pretenden alcanzar. La Antropología económica señala tres formas clásicas de
integración: la redistribución, la reciprocidad y el intercambio y según el modelo que se adopte.
Pongamos por caso, la reciprocidad, cosas que son obvias a partir de cualquier otro modelo, por ejemplo,
el intercambio, dejarían de tener sentido.
Y esto, al fin y el cabo, es la mayor debilidad del criterio de Pareto pues depende del “status quo” inicial.
Anteriormente se ha mencionado que puede alcanzarse cualquier estado óptimo que se desee siempre que
se parta de una situación adecuada de los recursos de la sociedad. En una lectura inversa, lo que significa
es que estados óptimos que son inalcanzables para una sociedad en un momento concreto de tiempo y una
7
Polany, K : La Gran Transformación, La piqueta Madrid , 1989 pag. 173.
situación concreta de asignación de los recursos, pueden pasar a ser factibles cuando la situación de
partida ha variado. Por ello, la eficiencia por si misma, considerada como un objetivo a alcanzar a
cualquier precio no deja de ser un objetivo espurio.
El resultado final es consecuencia de un proceso y diferirá, por tanto, según sea éste, así como los
incentivos presentes y los medios en los que se expresa el interés propio. El mercado no se desarrolla en
el vacío y es simplemente la punta de un iceberg estando constituida su masa oculta por los derechos de
propiedad existentes en la sociedad. Es decir, el conjunto de normas, costumbres y leyes que contribuyen
a definir los modos de apropiabilidad, las formas de utilización y las reglas de intercambio de los bienes y
recursos.
Son, desde otra perspectiva, unas auténticas “reglas de juego” que establecen los medios lícitos a través
de los cuales un individuo puede expresar su interés personal, determinando las alternativas reales a las
que se enfrentan y lo que razonablemente pueden esperar de sus relaciones con los demás.
En este sentido, por ejemplo, si no se excluye el robo como una forma legítima de apropiarse de los
bienes el intercambio voluntario desaparecería al ser más onerosa esta segunda opción. En el mismo
sentido, la colectividad excluye determinadas actividades —tráfico de drogas por ejemplo— impidiendo
que aparezca un mercado legal donde intercambiarlas —al haber un consenso que esto perjudicaría a la
colectividad.
Finalmente, esas “reglas” se convertirían en un papel mojado sino se arbitran medidas para que se respete,
imponiendo sanciones a aquellos que lo vulneren. El candidato óptimo para reforzar dicho acuerdo es el
Estado aunque no es la única posibilidad. En las comunidades reducidas donde todos se conocen el
sentimiento de vergüenza y rechazo social refuerzan las normas y en la medida que las comunidades se
amplían con el anonimato que ello conlleva la vergüenza y el sentimiento de culpa se ve sustituido por la
sanción legal.8
¿Cómo aparecen los derechos de propiedad? Estos no están dados de una vez por todas o se establecen
por lo que podría denominarse un acto de ingeniería social sino que son fruto de la evolución y, en una
gran mayoría de casos, aparecen como un subproducto no intencionado de la acción humana.9
Considérese, por ejemplo, la propiedad privada sobre los recursos. No se conoce con exactitud como
apareció10 pero difícilmente hubiera sobrevivido y quizás hubiera sido suplantada por otra alternativa si
8
Adam Smith era plenamente consciente de que la búsqueda del interés propio debe transcurrir dentro
de un sistema de normas tanto explícitas como implícitas. En sus propias palabras: “…cada individuo
está mucho más profundamente interesado en lo que le preocupa de inmediato a él que lo que inquieta a
algún otro hombre… (pero) en la carrera hacia la riqueza, los honores y las promociones, él podrá correr
con todas sus fuerzas tensando cada nervio y cada músculo para dejar atrás a sus rivales. Pero si empuja
o derriba a alguno, la indulgencia de los espectadores se esfuma. Se trata de una violación del juego
limpio que no podrá aceptar” La teoría de los sentimientos morales, Alianza Editorial, Madrid 1977 (
original en 1759),capital II de la sección 2 de la II parte, pag. 180-2 . Sin embargo, mucha de la
tradición posterior se basó en La Riqueza de las Naciones y no en esta obra
9
Ello no es óbice para que los distintos partidarios de la teoría del contrato social efectúen ejercicios
intelectuales de establecer que normas aceptarían unánimemente un conjunto de individuos libres e
iguales para regular sus relaciones y, desde el primer momento, se exige un consenso en los juicios éticos
al tratarse todos los temas con imparcialidad. Quizás la obra más conocida en este contexto sea la de
Rawls, La teoría de la justicia, FCE 1978
10
La propiedad privada está basada en la exclusión y para hacerla efectiva hay que incurrir en ciertos
costes para reforzarla. En una sociedad de cazadores éstos son muy elevados —los animales tienen una
gran movilidad y separar lo “ mío” de lo “ tuyo” es muy caro mientras que los beneficios son escaso s si
la caza es abundante— por lo que es difícil que aparezca la propiedad privada. En las sociedades
agrícolas esos costes se reducen y la tecnología puede reducir los costes de exclusión. La invención del
alambre de espino, por ejemplo, permitió parcelar el oeste norteamericano.
no se hubiera reforzado por un conjunto de cambios que configuraron unos determinados derechos de
propiedad favorables a la misma.
Sin este marco, un hipotético comprador de algo tendría dificultades para saber si el vendedor está
capacitado para hacer la venta (ya sea porque es el propietario o actúa de buena fe en representación de
alguien, las eventuales cargas de lo transferido, etc.) y los costes de transacción e información serian
prohibitivos pudiendo llegar, en el límite, a impedirlos. Por lo tanto, se requiere una precisa delimitación
de los derechos de propiedad, normas —incluyendo una estructura jurídica adecuada— para reducir la
incertidumbre, un sistema universal de pesos y medidas, registros de propiedad, tribunales de justicia para
dirimir los posibles conflictos , contratos perfeccionados y un largo etcétera incluyendo garantías frente a
expropiaciones del Estado y la implantación del principio de igualdad ante la ley para evitar que unas
partes sean más favorecidas que otras. Por ejemplo, las actuales reformas legales de las sociedades que
cotizan en Bolsa con las que se pretende aumentar la transparencia de la gestión empresarial y potenciar
los derechos de los accionistas van en el intento de conseguir la coherencia entre el interés de los grandes
accionistas y el interés de los pequeños accionistas. La elaboración de nuevos Códigos de Sociedades
Mercantiles en España coincide con escándalos financieros como el fraude de Gescartera, las cuentas
secretas del BBVA y la crisis de Enron, WorldCom, Xerox o Vivendi, que han erosionado la credibilidad
de las empresas a ambos lados del Atlántico.
Sin embargo, y para lo que interesa aquí, lo más relevante es que los derechos de propiedad nacen de la
propia sociedad y en cada momento reflejaran el conjunto de creencias y valores de una colectividad,
estén o no refrendados por una normativa legal. Por consiguiente, el resultado final del funcionamiento
del sistema estará condicionado por tales valores y variará en función de éstos.
4. Empresa y reputación
Adam Smith resaltó la influencia que la frecuencia del comercio tenía sobre los incentivos de un
mercader:
“De todos los pueblos europeos, el holandés, el más comercial, es el más respetuoso con la palabra
empeñada. El inglés lo es más que el escocés, aunque bastante menos que el holandés, y en las regiones
más remotas de este país (la gente) lo es mucho menos que en las zonas comerciales. No todo ello debe
ser imputado al carácter nacional, como pretenden algunos; no hay ninguna razón natural para que un
inglés o un escocés no fueran tan puntillosos como un holandés en el cumplimiento de los acuerdos. Ello
es mucho más reductible al propio interés, ese principio general que regula las acciones de todo hombre,
que conduce a los hombres a actuar de una cierta manera en vista a las ventajas, y que está tan
profundamente implantado en un inglés como en un holandés. Un comerciante teme perder su reputación
y es escrupuloso en la observación de sus compromisos. Cuando una persona hace quizás veinte contratos
al día, no puede ganar tanto en el empeño de imponerse a sus vecinos como lo que le haría perder la
simple apariencia de un engaño. Cuando la gente trata raramente entre sí, encontramos en ella lo que
pueda perder por el daño que ésta causará a su reputación”11
11
Cita obtenida en P. Milgrom y J. Roberts (1993), Economía, organización y gestión de la empresa, Ed.
Ariel, Barcelona, pp. 302-303.
Para Smith cuanta mayor sea la información que tengan los compradores sobre los mercaderes, mayor
será el interés de estos por su reputación. En Kreps (1994)12 se encuentra una explicación formal.
Reputación
Imaginen la siguiente historia: un monopolista vende un determinado producto, pudiendo ser de buena o
mala calidad. La demanda de este bien depende de su calidad: si el bien es de buena calidad la demanda
es P = 10 -X. Si es de mala calidad es P = 4 - X. El coste de producir bienes de buena calidad es de 2€,
mientras que los bienes de mala calidad tienen unos costes de 1€ por unidad. Los consumidores no
pueden saber la calidad del bien en el momento en que lo compran, aunque la reconocen un poco después
de la compra. Si pensamos en esta situación como la de un mercado que sólo funciona una vez,
obtenemos un equilibrio muy ineficiente. Sin que importe la estrategia que utilicen los consumidores, la
empresa se encuentra mejor produciendo y vendiendo bienes de mala calidad; producir bienes de buena
calidad no va a modificar las decisiones de comprar de los consumidores puesto que éstos no conocen la
calidad de los bienes. Los consumidores son conscientes de esto y prevén que la empresa producirá bienes
de mala calidad. Así la empresa fija un precio de 2,50 € por unidad, vende 1,50 unidades del bien (de
mala calidad) y obtiene unos beneficios de 2,25 €.
Imaginen ahora que la empresa en lugar de vender el bien una sola vez, lo hace de forma repetida en el
tiempo. Para ser formalistas, imaginen que existe un mercado para este bien en la sucesión de fechas t =
1,2....
Podemos imaginar que los mismos consumidores continúan comprando el bien o que existe una hornada
nueva de consumidores en cada período de tiempo. En esta nueva situación, todavía existe un equilibrio
para la empresa consistente en fijar un precio de 2,50€, producir bienes de mala calidad, y vender 1,50
unidades por período. Pero existe, igualmente, otro equilibrio, más interesante.
Imaginen que los consumidores adoptan la regla de suponer que la empresa está produciendo bienes de
buena calidad si los bienes producidos en los últimos tres períodos fueron de buena calidad. Entonces si la
empresa siempre produce bienes de buena calidad puede fijar un precio de 6 € en cada período, vender 4
unidades y obtener unos beneficios de 16 € por período. Desde luego, la empresa podría aprovecharse de
los consumidores en cualquier período de tiempo y producir bienes de mala calidad. Ello incrementaría
los beneficios de 16 a 20 € en este período. Pero la empresa resultaría penalizada a continuación; el
beneficio máximo que podría obtener en los tres siguientes períodos sería de 2,25 € por período y si
quisiera volver a obtener unos beneficios de 16 €, sus resultados aún serían peores.
No existe nada profundo ni complejo en todo esto. Estamos reinventando simplemente en lenguaje formal
de la teoría de juegos la noción de reputación. Nuestra empresa puede tener una reputación de vender
bienes de buena calidad o de vender bienes de mala calidad. Los consumidores forman sus expectativas
observando la producción reciente de la empresa. Y, en este caso, tener la reputación de vender bienes de
buena calidad es viable como equilibrio. El valor de la reputación en el futuro es siempre mayor que lo
que se puede obtener aprovechándose de ella en el corto plazo.
Resulta crucial aquí que la empresa crea que sus acciones actuales afectan a su reputación y, de este
modo, a su demanda futura. Si la calidad de los bienes vendidos en la fecha t nunca llegar a ser conocida
por los futuros consumidores, o sólo resulta conocida con un retraso sustancial, entonces poseer una
reputación de buena calidad puede no ser viable como equilibrio, en el sentido de que una empresa con
una reputación de buena calidad preferiría explotar esa reputación en el corto plazo.
En general existen muchos “equilibrios de reputación”. No resulta difícil de imaginar como se puede
complicar la sencilla historia que hemos dado de forma que existan muchos grados posibles de calidad
entre los cuales la empresa puede escoger, y no resulta difícil parametrizar el problema de forma que la
empresa pueda lograr una reputación (de equilibrio) para muchos de estos grados. Simplemente depende
de lo que prevean los consumidores y de cómo reaccionen a los niveles de calidad que la empresa ha
producido previamente.
12
D. Kreps, (1994), Curso de Teoría Microeconómica, Ed. McGrawHill, pp.481-482.
Fuente: D. Kreps (1994), Curso de Teoría Microeconómica, Ed. McGrawHill, Madrid, pp.481-482
Cultura empresarial
Como ya se ha demostrado, en el mundo de los negocios la fama de ser honrado puede ser valiosa porque
puede atraer clientes y socios. Como consecuencia, un modo de aumentar la efectividad de un sistema de
reputación dentro de un grupo es construir y desarrollar un conjunto de principios viables y
procedimientos de rutina que creen expectativas compartidas por los miembros del grupo. Los códigos de
gobierno desarrollados por parte de algunas de las grandes corporaciones como por ejemplo, en el año
2002, el Banco Bilbao Vizcaya, serían un ejemplo. Sin embargo, conviene señalar que muy a menudo
estos códigos de gobierno se incorporan como medida reactiva, después de haber sufrido la organización
una experiencia no deseada para su reputación.
La economía se preocupa de los intercambios realizados en un mercado y esto obliga a modificar los
móviles de comportamiento cuando los intercambios se expanden y el ámbito del mercado se amplia. En
palabras de Smith:
“En una sociedad civilizada el individuo estará constantemente necesitado de la cooperación y ayuda de
grandes multitudes, mientras que en toda su vida apenas le será suficiente como para ganar la amistad de
un puñado de personas. (….) Y le resultará inútil esperarla (la ayuda) exclusivamente de su benevolencia.
Es más probable que la consiga si puede dirigir en su favor el propio interés de los demás y mostrarles
que actuar según él demanda redundará en beneficio de ellos. (…) No es la benevolencia del carnicero, el
cervecero o el panadero lo que nos procura nuestra cena, sino el cuidado que ponen en su propio beneficio
“13.
Cuando los intercambios se amplían abarcando a muchas personas, las relaciones son necesariamente
impersonales y, en este contexto, no se puede esperar la misma regla de comportamiento que en
sociedades más reducidas. Esta dualidad se lleva hasta sus últimas consecuencias por Hayek14 que
contrapone los esquemas de convivencia, apropiadas en pequeñas comunidades, con los que se requieren
para abordar órdenes más extensos.
En comunidades reducidas, en donde todos se conocen, priman los instintos primarios del altruismo y la
solidaridad mientras que en nuestro orden actual se estructura a partir de esquemas normativos basados en
la tradición, el aprendizaje y la imitación. Dichas normas “plasmadas por vía evolutiva (y especialmente
las que hacen referencia a la propiedad privada, al recto comportamiento, al respecto de las obligaciones
asumidas, al intercambio, al comercio, a la competencia, al beneficio y a la inviolabilidad de la propiedad
privada )… consisten fundamentalmente en un conjunto de prohibiciones (“ no se debe hacer tal cosa”) en
virtud de las cuales quedan especificados los dominios privados de los distintos actores”15.
Este único esquema normativo y abstracto prevalece para todos. Por ello, lo que conocemos fue el
producto de la selección de determinados modos de conducta según su capacidad de potenciar
demográficamente al colectivo y facilitar la integración a gentes ajenas al grupo. Por el contrario, si se
hubiesen seguido los instintos se habría asegurado la cooperación pero, al restringirse la solidaridad
13
Smith, A : La Riqueza… op cit pag. 45-46
14
Hayek, F : La Fatal arrogancia, Union Editorial, 1990 especialmente el capítulo I.
15
Hayek, F: La fatal… op cit pag. 142
únicamente a los miembros del grupo, habría sido a costa de entorpecer o bloquear su expansión. Por lo
tanto, la formación de órdenes extensos exige refrenar nuestros instintos naturales.
Hay una retroalimentación entre la causa y el efecto. Si en Smith el interés propio era consecuencia del
anonimato provocado por los grandes números para Hayek el orden de causalidad es el inverso. El móvil
de la ganancia —junto con las instituciones que lo acompañan— es esencial para promover órdenes
extensos, pasando el altruismo a un segundo plano.
En el plano individual existe un conflicto básico ante la necesidad de ajustar su conducta, planteamiento y
reacciones naturales al influjo de los dos tipos de órdenes señalados al estar regidos por normas distintas.
Por un lado, existe un microcosmos —familia, amigos, clanes— de tamaño reducido donde juega un
papel relevante la solidaridad y el altruismo y, por otro, el orden extenso regido por otro tipo de normas
radicalmente distintas.
Esta dualidad genera una tensión permanente dando lugar a un equilibrio inestable amenazado por las
tendencias instintivas que deben de reprimirse.16 Además, no es evidente el que la represión del altruismo
pueda plasmarse en ciertas ventajas colectivas que redundan en beneficio de todos máxime cuando se
exige la aceptación de ciertas normas abstractas, los denominados derechos de propiedad, cuya finalidad
es difícil de aprehender.
Por ello, los individuos son más conscientes de la pérdida de las virtudes “naturales” que de los beneficios
que se obtienen a cambio y dado que “la superación de los módulos de convivencia que caracterizan a los
colectivos de tamaño reducido resulta forzosamente odiosa”17 buscan áreas donde puedan manifestarse
tales virtudes “ naturales”.
En un ámbito muy reducido hay un ejemplo significativo de esto: las donaciones de sangre. La decisión
de donar sangre gratuitamente es un caso de altruismo puro al no conocer el donante al beneficiario de su
acción. Por ello, no debería verse afectada si se implanta un mercado en esta área. Se amplia el rango de
alternativas y esto no debería afectar a la toma de decisiones individuales. Sin embargo, según Titmuss18,
establecer un mercado influye en la decisión de donar reduciéndose el número de donantes altruistas. Una
posible explicación es que, en ausencia de mercado, se había encontrado un área donde no imperaban las
normas del macrocosmos. Por ello, los instintos primarios de la solidaridad y el altruismo habían rebasado
el ámbito del microcosmos pero, cuando aparece el mercado, se devalúa la sangre como vehículo para
expresar nuestros sentimientos altruistas y de solidaridad al convertirla en una mera mercancía regida por
el intercambio.
Ni que decir tiene que actualmente hay multitud de ejemplos de la invasión de los principios del
microcosmos en el macrocosmos. La existencia y ampliación de las entidades sin ánimo de lucro
(ESALS) es un ejemplo. En el curso de los últimos 10-15 años, el concepto de organizaciones voluntarias
no lucrativas ha sido redescubierto o reinventado o mejor dicho regenerado en un principio por sus
cualidades morales y sus virtudes. El hecho de ser asociaciones voluntarias, de ayuda mutua que asumen
responsabilidades colectivas, solidaridad entre familiares de personas con discapacidades, solidaridad
entre los vecinos para resolver problemas comunes, solidaridad dirigida a la ayuda internacional, etc. Y
también como consecuencia de la necesidad de dar más protagonismo a lo local, a lo próximo.
Recuperación y fomento de las ideas de cultura particular compartida, de cultura de pertenencia y de
cultura de identidad. En paralelo en el curso de este período también somos testigos de la rehabilitación
del concepto de ciudadano y en concreto del ciudadano activo. Ciudadano activo está relacionado con el
concepto de virtudes cívicas (honestidad, confianza, compromiso y participación, obligaciones y
sacrificios personales, superación personal y respeto, etc.).
6. Resumen
La visión del economista convencional es explicar el funcionamiento de los mercados según la mano
invisible proclamada por el padre del pensamiento económico, Adam Smith (1776). Este principio tiene
16
Hayek reconoce la similitud con S. Freud y la necesidad de reprimir los instintos primarios como
condición para alcanzar la civilización.
17
Hayek, F: La fatal… op. cit., pag. 45
18
Titmus: The Gift Relationship : From Human Blood to Social Policy, George & Unwin, 1977, pag. 239
carácter normativo, es decir, afirma que el libre funcionamiento de los mercados, sin interferencias o
intervenciones promueve el bien común y lleva a la economía a un orden deseable. La traducción
moderna del principio de la mano invisible es el primer teorema fundamental de la teoría del bienestar
que afirma que una situación de equilibrio de mercado es “eficiente” o en expresión sinónima “óptima en
el sentido de Pareto”. Estos términos reflejan que hay eficiencia cuando es físicamente imposible
reorganizar la producción y distribución de bienes y servicios de forma que todos puedan salir
beneficiados. O utilizando una expresión menos precisa pero quizás más gráfica, hay eficiencia cuando el
pastel social es el más grande posible. La desocupación, es un reflejo que este mercado muy a menudo
tiene problemas de funcionamiento correcto. El principio de la mano invisible queda por consiguiente en
suspenso delante de la presencia de desocupados.
El sistema de mercado facilita el crecimiento, como muy bien lo señalaba Marx, pero el mercado no se
desarrolla en el vacío. Se inscribe en una sociedad determinada y, por lo tanto, los hábitos mentales,
normas, costumbres y las leyes específicas de la colectividad en un momento determinado encauzarán y
limitarán las actuaciones. Es muy difícil minimizar la importancia del entorno institucional ya que la
propia existencia del mercado, concebido como mecanismo de asignación, depende de este marco
institucional. Sin ese substrato, el mercado y los intercambios voluntarios no existirían. Este entorno
institucional está configurado por la cultura, las reglas informales de la comunidad pero también de lo que
hemos denominado derechos de propiedad: la determinación de normas que regulan las formas lícitas
para apropiarse de los recursos y/o bienes y cómo éstos pueden transferirse. Además, para lograr que las
normas y estas reglas de juego sean viables en la práctica, se deberá proveer, al mismo tiempo, los
mecanismos para reforzarlos. Es decir, prever sanciones para los individuos que la vulneren,
desincentivándolos a actuar contra los intereses de la colectividad, y establecer los instrumentos
adecuados de vigilancia y control.
La reputación es otro concepto que facilita el intercambio voluntario en el mercado. Ahora bien, la
persona, la organización ha de salir ganando. La reputación tiene un valor económico en la medida que
facilita a su poseedor los compromisos en el trabajo, el comercio y en otras actividades valiosas. Una
actividad es valiosa si genera beneficios mayores de los que se obtendrían con otra actuación. El deseo de
mantener el empleo o los clientes es la base de los incentivos del mercado para el trabajo duro y honrado
y los productos de alta calidad. El incentivo para adquirir y mantener una buena reputación es más fuerte
cuanto mayor sea la frecuencia de su utilización y mayor el periodo en que pueda ser utilizada. Si la
reputación opera sin el apoyo de una institución especializada, sólo será eficaz cuando el comportamiento
sea directamente observable por quienes confían en ella. Por lo tanto, es más efectiva en una relación
bilateral a largo plazo, en la que las partes son conscientes del comportamiento anterior de cada una de
ellas.
En economías de fuerte desarrollo del mercado nos encontramos con la ironía de un fuerte desarrollo
presente de las entidades sin ánimo de lucro. Es lo que se ha denominado la invasión de los principios del
microcosmos en el macrocosmos. Probablemente las razones de externalidades, fallos del mercado y de
las organizaciones conjuntamente con la idea que no siempre el orden final es satisfactorio al menos para
el conjunto de toda la sociedad es lo que explica esta invasión de principios del microcosmos sobre el
macrocosmos. Es una forma que permite denunciar los fallos o errores del mercado y de las
organizaciones convencionales.
7. Bibliografía
Bibliografía recomendada
1. Si el mercado es eficiente, ¿por qué surgen las empresas como organizaciones alternativas a los
mercados?
El inicio de esta línea de pensamiento se la debemos al articulo publicado por el Premio Nobel R. Coase,
“la naturaleza de la empresa” 19donde se plantea ¿si el mercado es eficiente, por qué aparecen las
empresas como organizaciones alternativas? En todo nuestro análisis hasta el momento en el principio
está el mercado y ni por un momento se considera que las empresas puedan surgir para resolver algunas
necesidades que el mercado difícilmente puede resolver tal como la necesidad de realización personal,
deseo de pertenecer a un grupo, etc. La única justificación de la aparición de la empresa es una mayor
eficiencia relativa en relación al mercado.
En este apartado se considera que las empresas no son entidades, sujetos clasificados en una categoría
equivalente a la del consumidor; por el contrario, las empresas son instituciones, con una categoría
equivalente a la del mercado. Las empresas son lugares en los que se producen intercambios entre
individuos, intercambios que podrían producirse en mercados, pero que son realizados de forma más
eficiente en el seno de la empresa. Previamente, se vuelve al concepto de eficiencia.
Los participantes últimos en las transacciones son seres humanos individuales, y sus intereses y
comportamientos son de fundamental importancia para comprender a las organizaciones.
Las personas son fundamentales en el sentido de ser sujetos y actores indivisibles de la adopción de
decisiones; son personas —y no organizaciones— quienes de verdad deciden, votan o actúan. Las
acciones de los individuos determinan el comportamiento y la actuación de las organizaciones. Además,
sólo las necesidades, los deseos y los objetivos de los individuos tienen significado ético. Las
organizaciones sólo se juzgan sobre lo bien que sirven a los propósitos buscados por la gente. Finalmente,
son personas las que en último término crean y dirigen organizaciones, juzgan su actuación y las reforman
o las rechazan si las consideran inadecuadas.
En el análisis de cómo nacen las organizaciones, cómo se estructuran, cómo funcionan y cómo se
distribuyen entre ellas la actividad económica, adoptamos el supuesto que las personas intentarán ser
eficientes en sus actividades, no sólo en las de gestión diaria de sus asuntos económicos. También debe
existir eficiencia en los sistemas, en la organización de las actividades de las personas, en el diseño,
gestión y gobierno de las instituciones que crean, aunque ya conozcamos que utilizar el criterio de
eficiencia como patrón de medida para juzgar la deseabilidad del resultado final tiene fuertes
restricciones.
Eficiencia
El fin de toda organización económica, incluido el sistema económico en su conjunto es satisfacer los
deseos y necesidades de los seres humanos. Juzgamos la actuación económica en términos de este
objetivo. Así pues, hoy, en Europa, por ejemplo, el sistema económico se juzga por lo bien que satisfaga
las necesidades de pleno empleo, de sostenibilidad medioambiental y económicas de la población.
19
Coase, R. (1937), “The Nature of the Firm”, Economica.
Es obvio que este enfoque exige que se adscriban preferencias a los individuos. La teoría económica
supone que las personas disponen de medidas de su bienestar que hemos denominado funciones de
utilidad, que prefieren una situación a otra si y sólo si les proporciona mayor utilidad y que su objetivo es
hacer máxima esta medida de satisfacción. En el momento que estamos diciendo que las personas buscan
el pleno empleo, la sostenibilidad medioambiental y el crecimiento económico ya estamos definiendo
unas preferencias y unos objetivos. Estos objetivos son dinámicos y pueden cambiar con el tiempo. Pero
hoy son estos los objetivos y evaluamos en función de estos objetivos.
Ahora bien, los recursos son escasos y la escasez implica asumir compromisos. El mantenimiento del
empleo actual en el sector pesquero está provocando el agotamiento de las pesquerías oceánicas. ¿Cómo
hemos de medir entonces la actuación? ¿Qué significa considerar cómo se sirven los intereses de la gente
si posiblemente estos intereses estén en conflicto?
La definición de eficiencia es una solución parcial. Significa que se consideran opciones eficientes
aquellas por las que no hay ninguna alternativa disponible que sea universalmente preferida en términos
de los objetivos y las preferencias de las personas implicadas. De manera más precisa, si los individuos
se muestran a veces indiferentes ante alguna de las opciones disponibles que satisfaga al menos
igualmente a toda persona del grupo afectado y que por lo menos una prefiera en sentido estricto.
Volviendo del revés la definición, una elección es ineficiente cuando existe una elección alternativa
posible que beneficiaría una persona sin perjudicar a ninguna otra.
En esta línea del análisis parcial, obsérvese que el concepto de eficiencia o de ineficiencia de una elección
siempre es relativo a un conjunto específico de individuos cuyos intereses se toman en consideración, y
también a un conjunto específico de opciones disponibles. Es importante recordar esto. Es perfectamente
posible que una elección determinada entre un conjunto de alternativas sea eficiente en relación a los
intereses de un cierto grupo de personas, pero no cuando se contemplan los de un grupo más numeroso de
afectados. Tomemos el ejemplo de los despidos, ¿para quién son eficientes los despidos? El análisis
económico muy a menudo evalúa la eficiencia de estos despidos, según el criterio de los accionistas. Sin
embargo, el análisis de la eficiencia se debe realizar más a menudo bajo tres perspectivas distintas:
accionistas, empresa en su conjunto y sociedad. Así al aplicar el concepto de eficiencia es preciso tener
muy claro de quiénes son los intereses que se tienen en cuenta y qué alternativas se consideran factibles.
Asignación eficiente
Es una asignación de recursos tal que no existe otra asignación disponible que mejore a alguien sin
perjudicar a nadie.
Aunque las razones para desear una asignación eficiente de recursos son obvias, la eficiencia por sí
misma es un criterio débil de evaluación.
Primero, son generalmente muchas las asignaciones eficientes posibles de un conjunto dado de recursos.
Por lo tanto, la exigencia de eficiencia no desemboca en un resultado único. Sin embargo, bajo
determinadas condiciones, la eficiencia permite hacer predicciones adecuadas porque impone
restricciones muy fuertes a las elecciones que pueden hacerse.
Segundo, hacer que todos los beneficios potenciales de la actividad económica recaigan sobre una
persona insaciable, totalmente egoísta, sería eficiente porque cualquier reasignación de los recursos
perjudicaría a esta persona y por lo tanto no conseguiría un apoyo unánime. En resumen, ¡comprobar que
una asignación es eficiente no significa recomendarla por razones de responsabilidad y cohesión social!
Ahora bien, por muy débil que sea la eficiencia para predecir soluciones o como criterio ético, debe
señalarse que en la realidad alcanzar asignaciones eficientes es extremadamente difícil. Desde una visión
amplia, no sólo es necesario que todos los bienes se produzcan al mínimo coste posible, sino que se
precisa conseguir la combinación adecuada de productos, se deben dar los niveles adecuados de ahorro e
inversión y, en general, no debe existir manera de aumentar la satisfacción de los consumidores mediante
una reasignación de los recursos de la sociedad. La tarea de calcular una asignación eficiente para la
compleja economía moderna está, claramente, más allá de lo factible.
Además, aunque se hubiera identificado una asignación eficiente, es también necesario asegurarse que las
personas implicadas harán lo que les corresponda para llevarlo a cabo. El problema es que, a menudo, hay
asignaciones ineficientes que son mejores para una persona o un subgrupo que la asignación eficiente que
constituye el objetivo, y estas personas pueden tener en su mano la realización de las asignaciones
ineficientes que prefieren. A pesar de esta dificultad, la eficiencia es a la vez una herramienta importante
para organizar las ideas y un criterio útil para evaluar la actuación.
La eficiencia de los resultados o de las asignaciones no es, empero, el concepto clave para el estudio de
las organizaciones; nos interesamos por la eficiencia de las propias organizaciones. Suponemos que las
cuestiones fundamentales que preocupan a la gente son los resultados que las organizaciones generan y
que las organizaciones han de juzgarse a la luz de estos resultados. Hay, sin embargo, varias maneras de
cumplir con este precepto.
Volvamos al ejemplo de los despidos. Salas (2001)20 realiza una reflexión sobre este tema desde la
racionalidad económica, es decir, desde la creación de riqueza. Realiza este análisis bajo tres perspectivas
distintas: accionistas, empresa en su conjunto y sociedad.
Considera que la eficiencia de los despidos desde los intereses de los accionistas (que no olvidemos
concentran el poder último en las empresas, dentro del límite que marca la ley y la competencia) puede
ponerse en duda si la decisión sufre de cortoplacismo: los beneficios de hoy aumentan con los despidos,
pero los de mañana disminuyen, de modo que la riqueza, o valor presente de todos los beneficios, es
menor con los despidos que sin ellos.
Se dirá que esta situación queda descartada desde el momento en que los mercados premian los anuncios
de reducción de plantilla, con subidas en los precios de las acciones que descuentan beneficios presentes y
futuros. Pero si ponemos en duda la eficiencia fuerte del mercado de capitales cuando se producen las
burbujas especulativas, ¿por qué hemos de aceptar como un dogma la misma eficiencia cuando se trata de
poner en relación política de personal de una empresa y la riqueza de sus accionistas?
Para el conjunto de la empresa, la racionalidad de los despidos tiene que ver con las ganancias y las
pérdidas de los interesados directos, sobretodo accionistas y trabajadores. Cuando todos los recursos se
retribuyen al coste de oportunidad y los mercados operan sin fricciones, la variación en la riqueza de los
accionistas es un indicador correcto de la variación de la riqueza total creada por la empresa. Pero en
presencia de capital humano específico o cuando se establecen políticas de retribución donde el salario
crece con la antigüedad para incentivar al trabajador ofreciéndole salarios de eficiencia, la ganancia en la
riqueza de los accionistas por el despido debe compararse con las pérdidas de los trabajadores, para estar
seguros que se crea riqueza neta (nótese que ignoramos consideraciones distributivas o de equidad).
La sociedad en su conjunto entra en el cálculo de la racionalidad económica de los despidos cuando se
crean los efectos externos más allá de los que conciernen a los interesados directos: costes de movilidad
familiar al buscar empleo en otro territorio; desequilibrio espacial; amplificación de los ciclos por pérdida
de confianza de los consumidores; destrucción de relaciones institucionales entre patronal, sindicatos y
Gobierno; riesgo moral provocado por los mecanismos de protección social establecidos.
20
Vicente Salas Fumas, (2001), “La eficiencia de los despidos” artículo publicado en el diario El País, 29
de abril. Salas Fumas es catedrático de organización de Empresas de la Universidad de Zaragoza.
garantías que el mercado de capitales anónimo los activos intangibles alrededor del capital humano
(piénsese, por ejemplo, en posibles contratos implícitos entre la dirección y los trabajadores).
En segundo lugar, Salas (2001) propone pensar en fórmulas de participación consultivas, sustantivas y
representativas de los trabajadores que reduzcan los costes de negociación y faciliten los pagos laterales,
incluso las compensaciones diferidas en el tiempo, necesarias para mantener la continuidad de la empresa
sin ajustes drásticos en la plantilla, mientras la riqueza neta total sea positiva.
Por último, las externalidades colectivas son, sin duda, las más dificiles de abordar. Sobre todo si se
quiere evitar que las actuaciones reguladoras interfieran en la eficiencia antes que los interesados directos
(accionistas y trabajadores). Iniciativas gubernamentales de pedir a las empresas grandes que acompañen
los despidos con valoraciones de “su impacto social y territorial” y que suman parte de los costes de
buscar otro empleo a los despedidos, deben evaluarse en el contexto de conocer mejor las consecuencias
privadas y sociales de los despidos masivos y hacer que las empresas reconozcan al menos parte de los
efectos externos que producen.
Otro ejemplo, en la misma linea de análisis que el que se termina de plantear. ¿Qué se entiende por
eficiencia de la banca extranjera en un país en vías de desarrollo? Las organizaciones internacionales
como el Fondo Monetario Internacional (FMI) impulsaron la apertura de los mercados financieros a los
países en vías de desarrollo. Las ventajas son claras: el aumento de la competencia puede hacer que
mejoren los servicios. La fuerza financiera de los bancos extranjeros puede reforzar la estabilidad
financiera. Sin embargo, la amenaza que suponen los bancos extranjeros en el sector bancario nacional no
es ningún disparate. El caso de Argentina es un buen ejemplo del peligro de la presencia de los bancos
extranjeros. Antes de la crisis de 2001, la industria bancaria nacional estaba dominada por bancos
extranjeros. Los bancos extranjeros daban financiación a las grandes multinacionales y a las grandes
empresas nacionales, mientras que el trabajador autónomo, la micro, la pequeña y la mediana empresa del
país se quedaban sin crédito. La habilidad de los bancos internacionales (y su base de datos) consiste en
prestar dinero a sus clientes de siempre. Con el tiempo posiblemente llegarán a otros segmentos del
mercado. También pueden surgir nuevas instituciones financieras para cubrir los vacíos existentes como
pueden ser las cooperativas de crédito. El escaso crecimiento económico (al cual contribuyó la falta de
financiación) fue decisivo para la crisis del país. De la experiencia de la Argentina se puden sacar unas
cuantas lecciones fundamentales.
Hasta ahora hemos destacado la eficiencia como concepto normativo, un criterio para evaluar las
decisiones del grupo.
21
En J.Stiglitz (2002), El malestar de la globalització, la versión catalana está editada por Editorial
Empúries, Barcelona. En este libro se puede encontrar ejemplos de toma de decisiones por parte de las
organizaciones internacionales con efectos perversos desde la perspectiva social. Recordemos que las
opciones se toman, muy a menudo, para defender los intereses de uno de los grupos de interés, muy a
menudo en el caso de los préstamos internacionales a países en vías de desarrollo, del capital financiero
con demasiados desaciertos que han generado el desprestigio de las organizaciones internacionales y la
desconfianza del ciudadano en los países más industrializados.
Pero si la gente persigue la eficiencia en sus actividades y en la forma como lleva a cabo sus asuntos, la
eficiencia puede ser un concepto positivo, con poderes explicativos y predictivos a la vez que normativos
y prescriptivos.
Hay una buena razón para esperar que la gente busque y se concentre en elecciones eficientes. Después de
todo, por la definición de eficiencia, si se alcanzara una situación ineficiente alguien podría proponer una
alternativa que todo el mundo prefiriera. Si las partes pueden negociar entre sí efectivamente y aplicar y
exigir efectivamente el cumplimiento de los acuerdos alcanzados, deberían ser capaces de implementar
cualquier mejora.
En resumen:
Principio de eficiencia. Si las personas pueden negociar entre sí efectivamente y pueden aplicar y exigir
el cumplimiento de sus decisiones, los resultados de la actividad económica tenderán a ser eficientes (por
lo menos para las partes que intervienen en la negociación).
Buena parte de nuestro análisis de las organizaciones se basa en el principio de eficiencia. Intentamos
entender los arreglos existentes como elecciones eficientes e interpretamos los cambios en estos arreglos
como respuestas, en aras a la eficiencia, a los cambios en el entorno en que se insertan.
Al exigir este esquema es importante tener presente que la negociación, la aplicación y la exigibilidad de
los acuerdos han de ser efectivas.
Una observación sobre el mundo económico es que la gente puede producir más si coopera, se especializa
en sus actividades productivas y luego negocia entre sí para adquirir bienes y servicios concretos que
desea. Surge entonces el problema de la organización porque cuando existen productores especializados
que necesitan comerciar, hay que coordinar sus decisiones y acciones para alcanzar los beneficios de la
cooperación y la gente ha de estar motivada para llevar a cabo la parte que le corresponde de la actividad
de cooperación. Tanto la existencia de organizaciones formales como los detalles concretos de sus
estructuras, políticas y procedimientos reflejan el intento de alcanzar la eficiencia en la coordinación y la
motivación.
Especialización
El famoso ejemplo del taller de agujas de Adam Smith muestra de manera vivida los beneficios de la
cooperación y de la especialización, y la correspondiente necesidad de coordinación. Smith describe
cómo en su época, a finales del siglo XVIII, diferentes personas llevaban a cabo diversas etapas de la
producción de agujas, cada una especializada en una sola tarea. Pero el punto crucial es que la
especialización exige coordinación.
En una economía moderna la diversidad de tareas que se lleva a cabo es increíblemente compleja; de
alguna manera, cada una de ellas debe ser realizada, en las cantidades apropiadas, con los métodos
adecuados, en el momento preciso, en el orden correcto y por el número adecuado de personas adecuadas.
Además, en el supuesto que se hallara una solución que fuera razonablemente adecuada a las condiciones
reinantes en aquel momento, no quedaría resuelto el tema ya que las condiciones están en constante
cambio y se precisa una adaptación a estos cambios.
La necesidad de información
Una posible solución del problema de la coordinación de la actividad económica es el uso a fondo del
mercado. En un extremo, todas las transacciones serían entre individuos independientes de igual a igual y
no existirían empresas u otras organizaciones a parte del mercado. El extremo opuesto sería la
eliminación total del sistema de precios bajo un régimen de planificación central explícita, siendo todas
las decisiones adoptadas por una única organización (posiblemente de varios niveles). Naturalmente,
ningún sistema económico se acerca a ninguno de estos extremos.
Existe la teoría del mercado que postula que la competencia es ubicua, que las empresas tienen escaso
poder de mercado y que los únicos bienes que tienen importancia son los que se negocian en los
mercados. Los incentivos que en la realidad proporcionan los mercados no siempre coinciden de forma
tan agradable con la realización de los objetivos sociales. Las grandes empresas o los carteles pueden
establecer precios ineficientemente elevados, que conducen a una asignación ineficiente de los recursos.
Las externalidades que ya hemos mencionado y la ausencia de mercados para algunos bienes pueden
introducir distorsiones adicionales. Puede ser difícil verificar la calidad de los bienes, lo que lleva a
algunos consumidores a cometer errores en sus elecciones de bienes y a algunas empresas a cometer
negligencias en el control de la calidad con la esperanza de que su actuación no será detectada (ver
apartado reputación). Las organizaciones deben o bien confiar en que los individuos se olviden de sus
intereses personales, o bien dedicar ingenios y recursos a conseguir la coherencia entre el interés propio
individual y los objetivos sociales u organizativos.
Siempre que un individuo depende de la acción que ha de tomar otro, estamos en presencia de una
relación de agencia. El que toma la acción se llama agente. El afectado por la acción de éste se denomina
principal. Las relaciones de agencia son presentes en muchas facetas de nuestra vida cotidiana. El
abogado actúa como agente de su cliente, que hace el papel de principal en la relación. Igualmente el
médico es el agente del enfermo y el profesor lo es de su alumno. A veces, incluso hay diversas etapas;
por ejemplo, los trabajadores son los agentes de los ejecutivos de una empresa y éstos los principales y, a
la vez, son los agentes de los accionistas de la empresa.
Entender esta relación es un elemento muy importante en la comprensión de relaciones contractuales más
complejas y, por consiguiente, de la propia estructura de las organizaciones.
La relación de agencia está presente en muchas instancias de las relaciones contractuales y, sobretodo, en
las relaciones internas de las organizaciones. Pueden tomar formas muy diversas y aparecer en muchas
ocasiones. Entender estas situaciones puede ayudar a explicar cómo se organizan las empresas. Las
relaciones dentro de una organización se estructuran de forma que permiten al principal ejercer suficiente
influencia en la elección de las acciones por parte de los agentes.
El verdadero impacto de las relaciones de agencia tiene lugar cuando, como es la situación más normal, el
principal no puede controlar perfectamente y sin costes las acciones y la información del agente.
Entonces, no es suficiente la aplicación de reglas de autoridad y se hace necesario aportar los suficientes
incentivos al agente para que éste revele su información y tome la acción “más adecuada” a los intereses
del principal.
Otro elemento central de la relación de agencia es la discrepancia en los objetivos del agente y del
principal.
En la relación de agencia se parte del supuesto que hay divergencia de intereses entre las partes, y como
los individuos son oportunistas y buscan su propio beneficio, la relación tiene un conflicto interno. El
objetivo de la teoría de la agencia es encontrar las mejores soluciones posibles a los diferentes conflictos
internos que surgen. La teoría de la agencia supone que los agentes económicos son perfectamente
racionales.
Obsérvese como el enfoque de la teoría de la agencia intenta buscar soluciones eficientes, no soluciones
equitativas. Se intenta buscar soluciones con ciertas condiciones, tales como ninguno de los participantes
pueda estar mejor sin que el otro esté peor.
Es necesario hablar, también, de otra línea de trabajo en economía de las organizaciones que considera
explícitamente la limitación racional de los agentes económicos. Dada esta limitación, —junto con el
oportunismo de los individuos, la incertidumbre sobre el futuro, la asimetría en la información y los
costes (o esfuerzos) en que incurren los agentes en la relación, ya que ésta tiene activos específicos no
transferibles a otras situaciones—, no es posible encontrar soluciones antes de iniciar la relación que
tenga en cuenta todas las posibles contingencias que puedan aparecer y, en consecuencia, se hace
necesario establecer estructuras e instituciones que resuelvan los conflictos a medida que vayan teniendo
lugar.
La economía de las transacciones de Williamson (1975, 1985) da instrumentos de análisis para estas
situaciones.
Costes de transacción
Al realizar una transacción, los agentes que participan en ella tienen que recurrir en una serie de costes.
Los costes ex ante aparecen antes de que ocurra la transacción. Si la transacción se rige por un contrato
formal, el contrato debe prepararse y formalizarse. Pero, bien se rijan por un contrato o simplemente
mediante compromisos verbales, los elementos de la transacción deben negociarse. Los costes ex post
aparecen en el perfeccionamiento y protección del acuerdo inicialmente pactado.
En algunos casos estos costes son despreciables. Pero en otros pueden llegar a ser sustanciales. Puesto
que las transacciones pueden realizarse de distintas maneras (ya sea utilizando diversas instituciones
legales y sociales, especificando más o menos detalles en el contrato), todas estas posibilidades tendrán
costes distintos. La noción básica en la economía de los costes de transacción es que las transacciones
tienden a formularse de tal modo que maximizan los beneficios netos que proporcionan, incluyendo los
costes de la transacción. En concreto, no se realizará una transacción cuyos costes superen a los
beneficios de llevarla a cabo.
Para obtener una perspectiva más adecuada respecto a estos costes, será útil considerar los factores que
los originan. Williamson ha elaborado una lista de estos factores distinguiendo, por una parte, factores
relacionados con los individuos que llevan a cabo la transacción y, por otra, factores específicos de la
transacción en particular. En esta unidad didáctica nos limitamos a conocer el parecer de Williamson en
relación al comportamiento oportunista y no perfectamente racional de las personas.
Seres humanos
La economía de los costes de transacción considera los seres humanos limitadamente racionales y
oportunistas. La racionalidad limitada es importante porque, en primer lugar, significa que a los
individuos les resultará costoso tomar en consideración y contratar para cada posible contingencia que
pueda producirse a lo largo del período en el que se realiza la transacción, y ello aumenta los costes ex
ante de preparación del contrato.
Estos costes pueden ser tan elevados que los individuos no serán capaces de especificar en el contrato los
mecanismos necesarios para hacer frente a la contingencia, o bien no serán capaces de realizar el análisis
necesario para predecir la contingencia. Además, habrá contingencias que los individuos no podrán
predecir. Las contingencias no previstas ex ante podrán aumentar los costes ex post, dado que las partes
de la transacción podrán requerir una nueva negociación cuando estas contingencias aparezcan.
Además, dado que algunas contingencias no habrán sido previstas o contempladas ex ante, las partes
podrán introducir en el contrato original procedimientos específicos mediante los cuales el mismo podrá
ser modificado según convenga. Estos “procedimientos” o estructuras de gobierno conllevarán costes de
administración o similares.
Al decir, que los individuos son oportunistas se quiere indicar que persiguen su propio interés con
astucia. Un individuo oportunista, si persigue su propio interés, incumplirá algunas de sus obligaciones.
Para distinguir la simple búsqueda del propio interés del oportunismo, piensen en un individuo
completamente honesto que nunca faltaría a su palabra o tergiversaría lo que sabe, pero que así y todo,
busca maximizar su propio bienestar. Esto es perseguir el propio interés, en contraposición a un individuo
oportunista que faltaría a su palabra o que engañaría si se dieran las circunstancias apropiadas. Además, la
utilización del término “oportunismo” se amplía para recoger como oportunista el hecho de no divulgar la
información que uno posee y el otro desconoce cuando éste le pide a aquél que le proporcione la
información. Así, por ejemplo, si están vendiendo un coche usado del cual conocen su calidad, y un
comprador pregunta cuál es la calidad del mismo, el mero hecho de no revelar esa información ya sería
una conducta oportunista.
Grado de racionalidad:
- Completa
- Limitada
Un individuo completamente racional tiene la habilidad de prever todo lo que le puede ocurrir y evaluar y
elegir de forma óptima entre diversos cursos de acción, todo ello en un abrir y cerrar de ojos y sin coste
alguno.
Un individuo limitadamente racional intenta maximizar pero ello le resulta costoso e, incapaz de anticipar
todas las contingencias y siendo consciente de esta incapacidad, se prepara ex ante para el período ex post
en el que se dará (casi inevitablemente) una contingencia no prevista.
Para orientarse sobre el sentido del propio interés de los individuos, además de los ya comentados,
individuos oportunistas y completamente honestos, pero que persiguen su propio interés, añadan el
utópico, es decir, aquel individuo que toma en consideración el bien común y persigue con ahínco su
maximización.
Algunas partes de la teoría económica podrían considerarse referidas a sociedades que incluyen sólo a una
de estas clases de individuos que hemos caracterizado.
La mayor parte de la teoría económica se refiere a individuos completamente racionales. Por ejemplo,
hemos terminado de señalar que la teoría de la agencia, por ejemplo, considera a los individuos
completamente racionales.
Cuando los individuos son utópicos en las orientaciones de sus intereses, se empleo la teoría de los
equipos, en la cual se supone que los individuos tienen la misma función de utilidad (que puede
considerarse como el bienestar social). Todos actúan de un modo tal que indica perfectamente de
antemano lo que sus compañeros harán dependiendo de la información que éstos posean, y actúan para
maximizar algún criterio único de bienestar global.
Los individuos completamente racionales y oportunistas configuran los modelos de riesgo moral e
incentivos y de selección adversa y de transmisión de señales en el mercado.
Los individuos con racionalidad limitada y con astucia configuran el mundo de los costes de transacción.
La economía de los costes de transacción da mucha importancia al modo en que los términos de la
transacción se adecuan a las circunstancias a medida que estas se presentan. Estas características de la
transacción se denominan los modos de gobernar una transacción. Los modos de gobernar una
transacción pueden especificarse en un contrato de un modo explícito y rígido cuya finalidad es dar paso
de una forma ordenada a la transacción; por ejemplo, un procedimiento explícito y formalizado para el
arbitraje como en las principales ligas de béisbol o fútbol.
También los modos de gobernar una transacción pueden ser implícitos, con origen en la práctica cotidiana
y el derecho. Por ejemplo, la propiedad de un activo generalmente confiere al propietario, dentro de unos
límites, el derecho a disponer sobre el uso de este activo. Así, cuando un fabricante de bebidas
refrescantes adquiere la planta de producción de botellines al fabricante de los mismos y simultáneamente
le contrata para proveer a la planta de personal, el fabricante de bebidas refrescantes tiene según la ley
“derechos” distintos de los que tendría en el caso de que éste simplemente se dedicara a comprar los
botellines del fabricante que estuviera en posesión de la planta en cuestión.
El “contrato” entre los dos específica explícitamente la propiedad de activos y el tipo de propiedad junto
al derecho implícitamente especifican las reglas del gobierno resultantes.
Cuando los modos de gobernar una transacción están completamente especificados ex ante, las
transacciones formarán parte del denominado contrato clásico.
Cuando las dos partes de una transacción no llegan a un acuerdo formal respecto a cómo ésta se adaptará
a las circunstancias, sino que confían en su propia habilidad para resolverlas a medida que éstas vayan
sucediéndose, nos encontramos ante una relación bilateral. Las relaciones bilaterales que tienen éxito se
asemejan a una relación de cooperar con la otra con la finalidad de preservar la cooperación.
Existen muchas formas de contratos bilaterales. Un caso extremo que merece ser citado. En una
transacción jerárquica una de las dos partes retiene, por derecho o por costumbre, la mayor parte de la
autoridad para determinar cómo se cumplirá el contrato. Y algunos derechos quedan implícitamente
recogidos en el ordenamiento legal; la contratación de un trabajador por parte de una empresa es un
ejemplo de transacción jerárquica.
4. Resumen
Existen organizaciones económicas de muchos niveles, desde la del conjunto de la economía hasta las
empresas y las unidades que las integran. En la teoría de la organización económica la unidad básica de
análisis es la transacción por la que se transfieren de una persona a otra bienes y servicios. Un importante
punto de atención del análisis es el comportamiento de los individuos que intervienen. Las tareas
esenciales de una organización económica son coordinar las acciones de los distintos agentes individuales
de tal manera que formen un plan coherente, y motivar a los agentes que actúen de acuerdo al plan.
Se valora a las organizaciones según lo bien que satisfagan los deseos y las necesidades de la gente, es
decir, de acuerdo a su eficiencia. Puesto que las organizaciones son parcialmente diseñadas, pueden
también explicarse los rasgos de la organización como intentos de sus diseñadores de conseguir la
eficiencia. Los éxitos relativos de los diferentes tipos de organizaciones suministran parte de la evidencia
fundamental para las teorías sobre qué tipos de organizaciones son las más eficientes en entornos
concretos.
Se propone que con mayor frecuencia los economistas evalúen la eficiencia bajo tres perspectivas
distintas: la de los accionistas, la de la empresa y la de la sociedad. Y no se olviden de realizarla en
relación a la última perspectiva, que es muy fácil olvidarse, pero tiene unos efectos muy contundentes. En
el ejemplo de los despidos, se constata que las empresas privadas no tienen en cuenta, por ejemplo, los
costes sociales que genera el paro. Como que cuentan con las protecciones mínimas, los empresarios
saben que pueden despedir a sus trabajadores sin que ello les suponga uno costes muy elevados. En los
países industrializados los daños provocados por el paro se contrarrestan y en cierta medida se aligeran
con la protección del seguro de desempleo. En los países en vías de desarrollo los trabajadores en el paro
no se convierten en una carga pública, ya que no disponen de planes de seguros de paro. Sin embargo, el
coste social puede ser enorme —en el peor de los casos, se puede traducir en un incremento de la
violencia urbana y de la criminalidad.
La eficiencia como principio positivo exige tener en cuenta qué intereses se están atendiendo y qué tipos
de acuerdos son posibles. Un grupo pequeño cuyos miembros sean capaces de negociar entre sí pueden
llegar a arreglos que sean eficientes para ellos mismos, pero que se tildarían de ineficientes si el grupo
pudiera ampliarse.
Los costes de transacción son los costes de negociar y llevar adelante las transacciones. Incluyen los
costes de coordinación, tales como los de apreciar el entorno, planificar y discutir qué debe hacerse, y los
costes de motivación, como los de medir la actuación, crear incentivos y exigir el cumplimiento de los
acuerdos para asegurar que las personas sigan las instrucciones, cumplan los compromisos y mantengan
los acuerdos.
Las soluciones al problema de equilibrios múltiples radican en las expectativas estratégicas del individuo
y en el entorno social y normativo.
5. Bibliografía
Bibliografía recomendada
- Milgrom, P. y Roberts, J. (1993), Economía, organización y gestión de la empresa, Ed. Ariel,
Barcelona.
Bibliografía utilizada
- Salas Fumas, V.(2001), “La eficiencia de los despidos”, articulo publicado en el diario El País,
29 de abril.
- Stiglitz, J. (2002), El malestar de la globalització, la edición catalana ha sido editada por Ed.
Empúries, Barcelona.
Bibliografía citada
- Williamson, O.E. (1975), Markets and hierarchies: analysis and antitrust implications, Free
Press.
Ese delta contaminado, sin apenas pesca y en el que no hay huellas de modernidad, es,
desde hace años, un campo silencioso de batalla. Los jóvenes de la etnia ijow, la
mayoritaria, secuestran a ejecutivos de las petroleras y ocupan sus instalaciones para
exigir trabajo. El 9 de julio no fueron jóvenes armados los que llegaron a Escravos, sino
cientos de mujeres de la etnia itsekeri, que rodearon las puertas impidiendo salir a los
occidentales. Poco después, el día 17, otro grupo de mujeres ijows entró en otras cuatro
instalaciones de Chevron con demandas similares.
La guerra entre las dos etnias, a menudo dura y sangrienta, azuzada casi siempre desde
las empresas, había pasado al terreno de la protesta no violenta: un mismo fin, un solo
enemigo. Ijows e itsekeri se odian desde hace siglos. Los segundos ayudaban al blanco
en la captura y venta de esclavos y ahora se benefician, casi en exclusiva, de los escasos
contratos para locales de las multinacionales.
Desde el 9 de julio ese discurso no sirve. Cientos de mujeres itsekeri e ijow tomaron
pacíficamente durante casi tres semanas las instalaciones de Escravos, provocando una
caída en la producción: mujeres de 30 y de 80 años, algunas semidesnudas, una imagen
que en la simbología tribal denuncia la opresión. Chevron no pudo acudir, como en la
época de la dictadura, al Ejército y se vio obligada a negociar. El pacto es sencillo: crear
hospitales y escuelas, dar trabajo a los hombres. Ahora, las otras compañías critican lo
acordado; temen que la verdadera lucha esté por comenzar. Y lo dice Esther Tolar, la
portavoz de estas mujeres africanas: “Hemos hecho historia”.
Son muchas las multinacionales que no han hecho lo suficiente para mejorar las
condiciones laborales y de bienestar en los países en vías de desarrollo. Sólo se han
implantado en aquellos países para beneficiarse de las circunstancias cuanto más rápido
mejor. Con el tiempo terminan dándose cuenta de lo que les ha costado tanto aprender
en sus países de origen. Mejorar las condiciones laborales y de bienestar pueden
optimizar la productividad de los trabajadores y reducir los costes generales, o al menos,
evitar que aumenten considerablemente. En la actualidad, la Comisión de las
Comunidades Europeas invita a las empresas a desarrollar una estrategia de
responsabilidad social corporativa de forma voluntaria y avanzarse a los conflictos
sociales que siempre hiere, a corto plazo la reputación de la empresa, y, a largo plazo,
puede poner en cuestión la viabilidad empresarial.
1. Desarrollo sostenible
El término desarrollo sostenible quedó definido a partir del Informe Brundtland23 y fue
posteriormente asumido por la Declaración de Río, que incorporó una serie de
principios tendentes a situar en el centro de las políticas sectoriales y sociales —no
exclusivamente en un entorno de protección medioambiental— la combinación de tres
aspectos: crecimiento económico, en beneficio del progreso social y desde el respeto al
medio ambiente; política social que impulse la economía; y política ambiental eficaz y
económica.
- Uso racional de los recursos: en el diseño de las nuevas políticas se debe tener
en cuenta la naturaleza renovable y no renovable de los recursos, el grado de
reversibilidad de los procesos de explotación/transformación y la capacidad del
medio ambiente para absorber las incidencias y sus efectos. Para la adecuada
aplicación de las políticas en los procesos de producción, es interesante
considerar el ciclo de vida de los productos. Además, deben aplicarse los
principios que hacen referencia al criterio de precaución, la internalización de
costes ambientales y la evaluación de impacto ambiental.
En Europa, en un primer momento, —años ochenta del siglo XX—, las ideas de
responsabilidad social corporativa y partenariado social formaron parte del esfuerzo que
realizaron las administraciones públicas por promover la implicación moral y política
del sector privado convencional en el desarrollo sostenible como consecuencia de los
problemas crecientes de los gobiernos europeos en la lucha contra el desempleo de larga
duración y la exclusión social.
Como contribuidor directo del proceso de exclusión social se empieza a ver al sector
empresarial convencional no sólo como parte del problema sino también como solución
al problema.
En paralelo se observa un esfuerzo para pasar del estado de bienestar a la sociedad del
bienestar, transformación que se está realizando por la vía de la delegación política y el
retorno de la responsabilidad social a los actores del mercado, —consumidor y
empresa—, a la sociedad civil organizada y a los individuos en tanto que personas.
Son términos que conducen a una nueva manera de pensar la conducta humana tanto en
términos personales, sociales, políticos como económicos.
24
Ver por ejemplo COM(2001) 366 final, Libro Verde. Fomentar un marco europeo de responsabilidad
social de las empresas y COM(2002) 347 final Comunicación de la Comisión relativa a la
responsabilidad social de las empresas: una contribución empresarial al desarrollo sostenible. En el
documento COM (2002) 347 final la Comisión se compromete a abrir un foro y divulgar la información
de dicho foro en un nuevo documento en 2003.
25
Para el caso español, el Ministerio de Medio Ambiente en el año 2000 redactó un documento de
consulta para la estrategia española de desarrollo sostenible (www.mma.es). Un informe de valoración de
este documento se encuentra en Consejo Económico y Social (2002), Informe 1/2002, (www.ces.es)
3. Responsabilidad social corporativa
3.1. Concepto
La Comisión de las Comunidades Europeas26 considera que este invertir “más” por
ejemplo en inversiones en tecnología y prácticas de actuación respetuosas con el medio
ambiente o en materia de formación y condiciones laborales o relaciones entre la
dirección y los trabajadores permite incrementar la productividad de la empresa.
Efectos directos
Efectos indirectos
26
COM(2001) 366 final.
Los efectos indirectos de la responsabilidad social corporativa pueden concretarse en un
aumento del interés que los consumidores e inversionistas prestan a las empresas
permitiéndoles incrementar su cuota de mercado. En sentido contrario, las prácticas
comerciales desarrolladas por una empresa pueden influir negativamente en la opinión
que los consumidores tienen de ella. El resultado es una pérdida de reputación positiva
que puede afectar a la marca o imagen de la organización.
Los índices sociales de los mercados bursátiles constituyen parámetros útiles para demostrar las
repercusiones positivas sobre los resultados financieros de una selección basada en criterios sociales:
desde su creación en mayo de 1990, el Domini 400 Social Index (DSI) superó en más de un 1 % al S&P
500 en términos de rentabilidad total anualizada y ajustada a riesgos, mientras que el Dow Jones
Sustainable Index creció un 180 % desde 1993 hasta 2000, en comparación con el 125 % del Dow Jones
Global Index durante el mismo período.
En España en el año 2001 se disponían de 15 fondos de inversión distribuidos de la forma siguiente: seis
fondos eran éticos y solidarios, cinco ecológicos y tres solidarios. El volumen de patrimonio fue de
87.560 miles de euros27.
27
IPES (2002), Observatorio de los fondos de inversión éticos, ecológicos y solidarios en España. 2001,
Barcelona .
28
COM(2001) 366 final.
3.2.1. Prácticas responsables en el ámbito de lo social y
3.2.2. Prácticas respetuosas con el medio ambiente
• La formación permanente;
• la mejora de la información en el interior de la empresa;
• un mayor equilibrio entre trabajo, familia y ocio;
• proporcionar servicios de guardería a sus trabajadores;
• una contratación no discriminatoria;
• la igualdad de retribución y de perspectivas profesionales para las
mujeres;
• la participación en los beneficios o en el accionariado de la empresa;
• la consideración de la capacidad de inserción profesional y;
• el seguimiento y la gestión activos de los trabajadores de baja por
incapacidad laboral o accidentes.
En resumen:
En este ámbito, una empresa que actúa con una estrategia socialmente responsable
realiza un papel fundamental en varios niveles:
29
En el curso de los años ochenta y noventa en Europa se ha escrito un gran número de artículos y libros
que enfatizan que la formación continuada de la forma que frecuentemente se gestiona incrementa la
dualidad en el mercado de trabajo, en lugar de reducirla, que sería el objetivo primario de una formación
continuada. Véase, por ejemplo, G. Schimd, J. O’ Reilly y K. Schömann (editores) (1996) International
Handbook of Labour Market, Policy and Evaluation, ed. Edward Elgar. En concreto se propone que se
consulte el capítulo escrito por A. Tuijnman y K. Schömann, “Lifelong Learning and Skill Formation”,
pp.462-489.
Prácticas de responsabilidad social corporativa en el ámbito de la salud y la seguridad
en el trabajo
Cuando las empresas, los gobiernos y las organizaciones profesionales buscan modos
complementarios de promover la salud y la seguridad utilizándolas como condiciones
para adquirir productos y servicios de otras empresas y para promocionar sus propios
productos o servicios. Estas acciones voluntarias se consideran complementarias de la
normativa y las actividades de control de las autoridades públicas porque tienen también
por objeto la prevención, es decir, el aumento del nivel de la salud y la seguridad en el
lugar de trabajo.
A medida que aumentan los esfuerzos por mejorar la salud y la seguridad en el lugar de
trabajo y la calidad de los productos y servicios, se multiplican también las presiones
para que en el material promocional de la empresa se mida, documente y comunique
dicha calidad.
Ejemplos:
La etiqueta sueca TCO (TCO Labelling Scheme) para material de oficina es una etiqueta voluntaria con
la que se intenta animar a las empresas a producir material de oficina más seguro para los trabajadores
y más respetuoso para el medio ambiente; ayudar a los compradores a elegir el material de oficina
menos perjudicial para los usuarios y para el medio ambiente externo; y ofrecer a compradores y
vendedores una etiqueta clara que permita ahorrar tiempo, trabajo y dinero cuando se compra
En los Países Bajos, la lista de control de los contratistas en materia de seguridad tiene por objeto
evaluar y certificar los sistemas de gestión de la salud y la seguridad en el lugar de trabajo de las
empresas contratistas que ofrecen sus servicios a la industria química y petroquímica.
En Dinamarca, el sistema IKA da orientaciones para establecer los requisitos de las licitaciones del
sector de la limpieza.
Recuerden que este ejemplo de los despidos ya se ha tratado en este módulo con el
mismo enfoque en el tema segundo apartado eficiencia en las organizaciones .
30
La página web de este grupo empresarial es: www.mcc.es . Su consulta les permitirá tener un mejor
conocimiento de la importancia en los ámbitos industriales, de distribución y de intermediación financiera
que desarrolla MCC en España.
En el curso de la crisis industrial de mediados de los setenta las empresas españolas
tuvieron que hacer frente a fuertes reconversiones industriales y desaparición de
empresas. Mondragón Corporación Cooperativa, (MCC), tuvo que realizar su propia
reconversión mediante cierre de algunas de sus cooperativas y reconversión de proceso
productivo y de productos de otras cooperativas pertenecientes al grupo empresarial.
Durante este período de tiempo MCC no utilizó el mecanismo del despido. A cambio
obligó a las cooperativas miembros del grupo que se agruparan entre ellas por criterios
geográficos y de producto y desarrollaron actividades de apoyo mutuo. El resultado es
una evolución muy positiva de creación de empleo en los últimos veinticinco años de su
buen quehacer empresarial. Una consulta a su web permite conocer que la evolución de
empleo para el período 1976-2001 fue la siguiente: 1976: 15.417 empleos; 1981:
18.461; 1986:19.669; 1991: 23.010; 1996:30.634; 2001: 60.200 empleos. Como se
constata en el período de 1976 a 1986 es un período donde hay una creación suave de
empleo para a continuación en la década de los noventa acelerar este ritmo de
crecimiento de empleo y en el ultimo quinquenio, caracterizado por un fuerte
crecimiento de la economía española, MCC ha sabido utilizarlo para doblar el número
de empleos que gestiona. MCC es el grupo empresarial más importante del País Vasco
en términos de empleo. Su capital social es capital procedente del País Vasco: los
trabajadores son socios miembros de las cooperativas; y a nivel del estado español la
marca Fagor —marca comercial de algunos de los bienes producidos por las empresas
del grupo— es la única marca en el sector de la línea blanca cien por cien capital
español.
Fuente: www.mcc.es
Las prácticas respetuosas con el medio ambiente tienen que ver fundamentalmente con
la gestión de los recursos utilizados en la producción.
Entre las acciones que permiten reducir el impacto sobre el medio ambiente y
simultáneamente incrementar la competitividad de la empresa se encuentran las que se
enumeran a continuación:
31
Señalar que este curso destina todo un módulo titulado: Empresa y Medio Ambiente: Indicadores
Ambientales en empresas y organizaciones a analizar de forma detallada las diferentes implicaciones de
una gestión empresarial competitiva y respetuosa con el medio ambiente. De tal forma que en este
apartado simplemente se señala algunas acciones, considerando que un estudio más serio sobre el tema se
realiza en el módulo referenciado.
• reducción de gastos energéticos y de eliminación de residuos
• menor consumo de materias primas.
Las empresas empiezan a ser conscientes de las oportunidades que les abre la mejora de
los resultados ecológicos, y trabajan para aprovecharlas de manera sistemática:
La iniciativa europea de eficiencia ecológica (European Eco-Efficiency Initiative, EEEI), una iniciativa
del World Business Council for Sustainable Development y los European Partners for the Environment
realizada en colaboración con la Comisión Europea tiene por objeto integrar la eficiencia ecológica en
32
Sexto Programa de acción de la Comunidad Europea en materia de medio ambiente (2001-2010) “El
futuro está en nuestras manos”, D. G. Medio Ambiente.
(http://europa.eu.int/comm/environment/newprogr/index.htm )
33
Para una mejor comprensión de PIP consultar: D. G. Medio Ambiente: sitio web sobre la política
integrada de productos (PIP) (http://europea.eu.int/comm/environment/ipp/home.htm)
las operaciones comerciales europeas y en las políticas industriales y económicas de la Unión Europea.
(http://www.wbcsd.ch/eurint/eeei.htm)
Comunidades locales
Por otro lado, las empresas dependen de la salud, estabilidad y la prosperidad de las
comunidades donde operan.
Muchas empresas se comprometen con la sociedad local a través de, por ejemplo:
34
COM(2001), 366 final.
- realización de donaciones para acciones de interés general;
- las tradiciones y
Son instrumentos que facilitan a una empresa no local insertarse en la comunidad donde
desarrolla sus operaciones.
Las grandes empresas son al mismo tiempo socios comerciales de las empresas más
pequeñas, ya sea en calidad de clientes, proveedores, subcontratistas o competidores.
Las empresas deben ser conscientes que sus resultados finales pueden verse afectados
por las prácticas de sus socios y proveedores a lo largo de toda su cadena de producción.
Derechos humanos
Los casos graves de corrupción, incluidos los sobornos que llevan a esa corrupción,
pueden justificar la suspensión de la cooperación del Banco Mundial, de la UE a estos
países donde se detectan casos de corrupción.
“El caso Enron, el detonante de la crisis de confianza aguda que están sufriendo las
empresas estadounidenses y los mercados de acciones de medio mundo, se extiende en
el ámbito internacional. El Departamento de Justicia de Estados Unidos está
investigando si la empresa lleva años pagando a los Gobiernos de varios países para
conseguir proyectos de construcción de oleoductos o adquirir plantas eléctricas y de
agua en condiciones muy favorables. Las operaciones en el extranjero, agrupadas bajo
el capítulo Enron Global Services, se han mantenido a salvo de la bancarrota, blindadas,
e incluyen los activos más valiosos que le quedan al antiguo gigante energético.
36
Declaración tripartita de la OIT sobre las empresas multinacionales y la política social.
(http://www.ilo.org/public/english/employment/multi/tridecl/index.htm)
37
Directrices de la OCDE para las empresas multinacionales
(http://www.oecd.org/daf/investment/guidelines/ ): recomendaciones a las empresas formuladas por los
gobiernos de los países miembros de la OCDE, así como de Argentina, Brasil y Chile, sobre cuestiones de
responsabilidad social de las empresas, desde las relaciones laborales a la competencia, la fiscalidad y la
corrupción (2000). Ver también Principios de la OCDE para la gobernabilidad empresarial
(http://www.oecd.org/daf/governance/principles.htm ): normas y directrices sobre los derechos de los
accionistas y otras cuestiones sobre gobernabilidad de las empresas (1999).
Enron opera en cuatro continentes. Desde plantas eléctricas en Polonia, Nigeria, India y
Filipinas, hasta un oleoducto en construcción en la selva de Bolivia. Que se sepa,
muchos de esos proyectos los ha conseguido sin competir en una licitación o a precios
de ganga durante procesos de privatización, de acuerdo con las informaciones
facilitadas por el Banco Mundial que es una de las instituciones que ha destapado las
supuestas mordidas.
(....) En Ghana, el Banco Mundial retiró ene el año 2000 su apoyo a un proyecto de 100
millones de dólares para construir una planta de agua. Porque el Gobierno le había
otorgado el contrato a una empresa subsidiaria de Enron (Azurix) sin ningún tipo de
licitación. Según el periódico Wall Street Journal en ese proyecto en concreto Enron
realizó un inexplicable pago por adelantado de cinco millones de dólares a funcionarios
del Gobierno (...).
El año pasado hubo quejas en la Republica Dominicana de que Enron había comprado
una planta generadora de electricidad a un precio muy por debajo del mercado. La
empresa trató entonces de desestimar las críticas amparándose en que el precio se había
ajustado al peritaje realizado por Arthur Andersen, la empresa de auditoría que
actualmente está bajo investigación por supuesta complicidad con Enron en el
falseamiento de la contabilidad en millones de dólares”.
Por ejemplo, pueden fomentar la reducción del impacto medio ambiental de sus
actividades a lo largo de su cadena de producción en el marco del planteamiento PIP y
hacer mayor uso de herramientas europeas e internacionales vinculadas a la gestión y a
los productos. La inversión y las actividades sobre el terreno de las empresas en países
terceros pueden tener efectos directos sobre el desarrollo económico y social de dichos
países.
5. Capital social
Si se considera que el capital social es clave para el éxito empresarial de una empresa en
el actual entorno competitivo, se está diciendo que ya no se puede continuar viendo la
empresa como un lugar de conflicto y de confrontación entre sus diferentes actores, por
ejemplo entre empleadores y empleados.
En economía este tipo de “cola” que mantiene cohesionada la sociedad recibe el nombre
de capital social. La violencia y el capitalismo de las mafias a menudo se consideran
reflejos de la erosión del capital social, pero en algunos países de la antigua Unión
Soviética la erosión del capital social es visible por todas partes. No se trata sólo del mal
comportamiento de un grupo de directivos; se trata de un robo anárquico. Por ejemplo,
el paisaje de Kazakhstan esta lleno de invernaderos sin vidrios. Es evidente que sin
vidrios un invernadero no sirve para nada. Al principio de la transición había tan poca
confianza en el futuro que cada individuo cogía lo que podía: cada uno creía que los
otros se iban a llevar los vidrios del invernadero, y en este caso el invernadero (y su
modo de subsistencia) se destruirían. Pero si ya se sabía que el invernadero acabaría
siendo destruido, era perfectamente lógico que cada uno se llevara lo que pudiera,-
aunque el vidrio no tuviera ningún valor.
La manera como se gestionó la transición en Rusia sirvió para reducir este capital
social. La gente no se hacía rica trabajando o invirtiendo, sino haciendo servir sus
contactos y su influencia política para obtener propiedades a precios ridículos gracias a
las privatizaciones. El contrato social entre los ciudadanos y el gobierno se rompió y los
jubilados vieron como el gobierno regalaba valiosos activos públicos, a la vez que
afirmaba que no tenía dinero para pagar las pensiones”.
El nuevo partenariado social pretende ir más allá del ámbito laboral. Se desea que
nuevas asociaciones voluntarias puedan formar parte de este partenariado. En este
aspecto, The Copenhagen Center define el nuevo partenariado social como “ diferentes
combinaciones de personas y organizaciones procedentes de diferentes ámbitos públicos
y sociales que se comprometen a desarrollar relaciones voluntarias, de ayuda mutua que
generan nuevos beneficios, dirigidas a alcanzar objetivos de interés público mediante la
combinación de recursos y de competencias”. (Nelson/Zadek,2000)38. A este nuevo
actuar en partenariado es lo que ellos denominan “nueva gobernabilidad” como
consecuencia de los desplazamientos de equilibrios de poder y de capacidades entre el
estado, el mercado y la sociedad civil.
Partenariado es una palabra que designa formas de cooperación, de trabajo en red entre
el sector público, el sector privado, las organizaciones civiles, otras instituciones y sus
stakeholders. Concebido de esta forma, partenariado significa trabajo en red de forma
voluntaria y recíproca. Esta forma de entender el partenariado ha de facilitar el
compromiso en objetivos sociales de interés común entre los diferentes stakeholders: en
políticas educativas, de mercado de trabajo, de sanidad, de servicios sociales etc.
38
Nelson, J. y Zadek, S. (2000), Partnership alchemy: new social partnership in
Europa, The Copenhagen Centre.
En el curso de estos últimos años están surgiendo innumerables formas de distintas
relaciones institucionales que pueden ser descritas como de partenariado. Este actuar en
red, al ser dinámico y evolutivo, también se le conoce como “learning partners” en
relación con la teoría del learning organisations ahora aplicada al caso de las relaciones
institucionales entre diferentes stakeholders que cooperan de forma voluntaria y
reciproca en la consecución de objetivos de interés común en el ámbito de la comunidad
donde actúan.
En las relaciones de conflicto, siempre hay ganadores y perdedores, mientras que en las
relaciones de partenariado se reemplaza el conflicto por la cooperación, la antipatía
mutua por la sinergia y los proyectos son siempre los vencedores.
Señalar que para que todas las partes sean vencedores, todas las partes deben cumplir
con sus obligaciones recíprocas. En este punto se puede decir también que la aceptación
del concepto de partenariado es síntoma, también, de la sensibilización entorno a las
relaciones sociales que desde otra óptica puede ser descrita como una nueva
sensibilización para evitar conflictos: no se desean “conflictos duros”, se desea el
“diálogo social”. Para ello es necesario que todos contribuyan a optimizar la
“cooperación”. Esta manera de pensar corresponde al concepto de democracia:
democracia es diálogo, democracia es hablar siempre en términos de respeto y de
cortesía, democracia es conversación: todo aquello que tienda a recordar que
democracia fue concebida como un mecanismo pacífico de conducta y resolución de
conflictos.
Para concluir este apartado señalar que los conceptos de articulación pública y de
responsabilidad social corporativa no son especialmente nuevos.
7. Resumen
Desde la década de los años noventa del siglo XX, la Comisión de las Comunidades
Europeas y otras instituciones internacionales como las Naciones Unidas están
liderando la generación de nuevas ideas que se están desarrollando de forma simultánea
en el tiempo y que tienen como objetivo incrementar la eficiencia de las organizaciones
desde la perspectiva de la sociedad.
Tres son los conceptos que se manejan: desarrollo sostenible, responsabilidad social
corporativa o ciudadana y partenariado social.
Para alcanzar este modelo de desarrollo sostenible se propone que de forma voluntaria
las empresas desarrollen una estrategia de responsabilidad social y actúen en alianza con
sus socios.
Las experiencias de partenariado marcan una transición filosófica social hacia una
nueva perspectiva de relaciones sociales y formas de regulación. Marcan una transición
desde la perspectiva de la confrontación conflicto—lucha a unas relaciones de
reciprocidad basadas en la confianza y la cooperación.
8. Bibliografía
Bibliografía recomendada
Bibliografía utilizada
Bibliografía citada
Blair, Tony (1998), The third Way. New politics for a new century, Ed. Fabian Society,
Londres.
Giddens, A. (1998), The third way: the renewal of social democracy, Ed. Polity Press,
Cambridge.
Mercado
El tema se inicia con unas citas extraídas del Manifiesto Comunista de Marx y Engels,
escritos en el año 1890 donde ya en esta fecha temprana se reconoce que la economía
del mercado desempeña un papel revolucionario.
Constata que los mercados cuando son competitivos reducen los precios de venta a los
consumidores. Permite el crecimiento económico, el de las ciudades y el de las
civilizaciones como nunca antes en el pasado. En resumen, un mercado competitivo que
funcione sin trabas puede ser un equilibrio satisfactorio para la sociedad, en su conjunto.
Ahora bien, el problema surge cuando debemos entender por qué los mercados no
siempre generan buenos resultados por sí mismos. Detrás del pensamiento del libre
mercado hay un modelo que se le atribuye a Adam Smith. Según este modelo, las
fuerzas del mercado (el lucro) generan unos resultados económicos como si fuera por
medio de una mano invisible. Uno de los grandes aciertos de la economía moderna ha
sido mostrar hasta qué punto y en qué condiciones, esta conclusión de Smith es cierta.
Sin embargo, resulta que estas condiciones son altamente restrictivas. Los avances más
recientes en la teoría económica muestran que cuando la información es imperfecta y
los mercados incompletos la mano invisible funciona de forma imperfecta. Es lo que se
denominan fallos del mercado.
Algunos de los resultados de los fallos del mercado son ciudades contaminadas,
deterioro de los edificios, agotamiento de las reservas oceánicas, desertización de los
bosques, contaminación de los ríos, aumento de la dualización económica, de la
desigualdad distributiva y de la violencia social.
De todo ello, lo más relevante para nosotros es que los derechos de propiedad nacen de
la propia sociedad y en cada momento reflejan el conjunto de creencias y valores de una
colectividad —estén o no refrendados por una normativa legal. Por consiguiente, el
resultado final del funcionamiento del sistema estará condicionado por tales valores y
variará en función de éstos. La consideración de los recursos naturales es un ejemplo
apropiado. Cuando se consideraba que la economía era un sistema abierto que
interactuaba con un medio ambiente ilimitado, el considerar a éste como un recurso
gratuito que era apropiado con las consecuencias de todos sabida. Sin embargo, esta
concepción ha entrado en crisis. La conciencia ecologista ha calado en la sociedad y ya
no se ponen reparos a pagar un sobreprecio por los productos a condición de que no
sean lesivos con el entorno. La búsqueda del interés propio se enfrenta a nuevas
restricciones y el resultado será radicalmente distinto al que estamos acostumbrados en
las presentes circunstancias.
En los dos primeros temas se subraya que una cosa es la racionalidad individual y otra
la racionalidad colectiva. Lo que es bueno para la General Motors no necesariamente es
bueno para América. Lo que es bueno para los accionistas no necesariamente debe ser
bueno para la empresa. Lo que es bueno para la empresa, directivos y trabajadores, no
necesariamente debe ser bueno para toda la sociedad. En definitiva, un resultado
eficiente para los accionistas no necesariamente ha de ser eficiente también para la
empresa y para la sociedad en general.
Información y participación
Las decisiones de cualquier organización reflejan las opiniones y los intereses de los
que toman las decisiones. El riesgo es que los efectos netos de las medidas tomadas
pueden beneficiar a poca gente a costa de la gran mayoría. En muchos casos, los
intereses y valores particulares han sustituido de forma clara y evidente a la
preocupación por el medio ambiente, la democracia, los derechos humanos y la justicia
social.
39
Ver por ejemplo COM(2001) 366 final, Libro Verde. Fomentar un marco europeo de responsabilidad
social de las empresas y COM(2002) 347 final Comunicación de la Comisión relativa a la
responsabilidad social de las empresas: una contribución empresarial al desarrollo sostenible. En el
documento COM (2002) 347 final la Comisión se compromete a abrir un foro y divulgar la información
de dicho foro en un nuevo documento en 2003.
los otros niveles de administraciones territoriales e interlocutores sociales. En el
momento que hay un plan nacional de desarrollo sostenible, cada comunidad autónoma
y cada municipio debe desarrollar su propio plan de desarrollo sostenible que sea
compatible y no contradictorio con los planes de desarrollo sostenible de ámbito
superior40.
Nos encontramos en una primera etapa donde da la impresión que los gobiernos desean
crear las condiciones de partida que permitan desembocar en la firma de un nuevo
contrato social entre gobiernos, organizaciones y ciudadanos. Los líderes políticos
saben que este nuevo contrato no puede imponerse. Se debe llegar al consenso mediante
el debate y la participación. Y en este punto se encuentra en la actualidad; por ejemplo,
otra de las acciones que fomenta la Comisión de las Comunidades Europeas, se trata de
un foro de debate que facilite llegar a un modelo de sociedad de bienestar donde el
estado sólo desarrolle la función de monitor y sean las organizaciones y el mercado
quienes progresivamente vayan actuando desde la perspectiva de los intereses de la
sociedad.
40
Para el caso español, el Ministerio de Medio Ambiente en el año 2000 redactó un documento de
consulta para la estrategia española de desarrollo sostenible (www.mma.es). Un informe de valoración de
este documento se encuentra en Consejo Económico y Social (2002), Informe 1/2002, (www.ces.es)
GLOSARIO
Activo.- Un bien que potencialmente da lugar a un flujo futuro de beneficios y utilidades. Por ejemplo,
las acciones de una empresa y las máquinas son activos.
Activos específicos.- Activo cuyo valor es mucho mayor en un uso o en una relación particular que en
cualquier otra alternativa.
Activos no específicos.-Activos que son igualmente útiles si son empleados en combinación con otro
cualquier de un grupo relativamente amplio de activos o en una relación cualquiera entre las varias
posibles. Véase, activos específicos.
Agencia, relación de.- En teoría económica, es una relación en la que una persona ( el agente) actúa en
nombre de otro (el principal). Por ejemplo, un trabajador es un agente de su empleador y un médico es el
agente de su paciente.
Asignación.- Es una especificación del modo en que han de usarse los recursos.
Asignación eficiente.- Es una asignación de recursos tal que no existe otra asignación disponible que
mejore a alguien sin perjudicar a nadie.
Auditoría ética.- Informe social acompañado de una auditoría externa sobre el grado de desempeño
alcanzado en el diálogo con los stakeholders. En su día fue usada esta denominación en uno de los
primeros informes de contabilidad y auditoría social de la multinacional The Body Shop.
Auditoría social.- Evaluación sistemática del impacto social de una empresa en relación con ciertas
normas y expectativas.
Capital.- 1) Recursos aportados a una sociedad mercantil a cambio de un derecho de propiedad sobre la
misma. 2) Fondos necesarios para realizar una inversión.
Capital específico para la empresa.- Capital físico o humano que es menos productivo cuando se utiliza
fuera de una empresa determinada.
Capital humano.- Habilidades y conocimientos adquiridos que hacen que un individuo sea más
productivo.
Capital social: Conjunto de valores y expectativas comunes de una comunidad determinada. El capital
social es una condición previa para la cooperación y la organización de actividades humanas, incluidos
los negocios. El capital social puede transformarse, consumirse o reponerse, igual que el capital
financiero. En esta definición no se tiene en cuanta el significado contable de este concepto.
Ciudadanía corporativa: La gestión de todas las relaciones entre una empresa y sus comunidades de
acogida a nivel local, nacional y mundial.
Código de conducta: Declaración formal de los valores y prácticas comerciales de una empresa y,
algunas veces, de sus proveedores. Un código enuncia normas mínimas y el compromiso de la empresa de
cumplirlas y de exigir su cumplimiento a sus contratistas, subcontratistas, proveedores y concesionarios.
Puede ser un documento complejo que requiera el cumplimiento de normas precisas y prevea un
mecanismo coercitivo complicado.
Comercio ético: Tiene por objeto garantizar que las condiciones de trabajo de las grandes cadenas de
producción cumplan las normas mínimas fundamentales y erradicar las formas de explotación de la mano
de obra tales como el trabajo infantil y el trabajo forzado, y eliminar los talleres de economía sumergida.
Los criterios de etiquetado se basan normalmente en los convenios fundamentales de la OIT.
Comercio justo y equitativo: Se define como una solución alternativa al comercio internacional
tradicional. Se trata de una asociación comercial que favorece el desarrollo sostenible de los productores
excluidos o desfavorecidos garantizando mejores condiciones comerciales, aumentando la sensibilización
y realizando campañas al efecto. Los criterios que deben cumplir los productos de este tipo de comercio
varían según el producto, pero incluyen aspectos tales como la garantía de precios, el pago previo y el
pago directo a los productores y sus cooperativas.
Comportamiento oportunista.- Comportamiento dirigido por el propio interés sin las restricciones
impuestas por consideraciones morales o éticas.
Contrato completo.- Un contrato hipotético que describe las acciones que se han de realizar y los pagos
que se han de efectuar en toda contingencia posible.
Contratos.- Formalmente, compromisos (obligaciones de hacer o no hacer algo o entregar una cosa)
legalmente exigibles. Pueden ser verbales o escritos y deben incluir las obligaciones de cada parte; por
ejemplo, suministrar un bien o servicio por una parte, y pagar por ello por la otra. Véase contratos
completos y contrato implícito.
Contratos implícitos o tácitos.- Acuerdos asumidos por las partes que no son legalmente exigibles (o, al
menos, no es fácil hacerlo) pero que éstas consideran vinculantes.
Coste de capital.- El coste que soporta una organización para obtener sus recursos financieros.
Habitualmente se expresa como un tipo de interés.
Coste de medición.- Los costes asociados a la determinación de la calidad de un bien o servicio que una
parte soporta para mejorar su posición negociadora.
Coste de negociación.- Los costes de transacción asociados a las negociaciones entre las partes. Incluyen
el tiempo empleado y los recursos gastados tanto en negociar como en mejorar la posición negociadora,
así como las pérdidas soportadas por el fracaso o el retardo en conseguir un acuerdo eficiente.
Derechos humanos: Los derechos humanos se basan en el reconocimiento de que la dignidad intrínseca y
la igualdad y la inalienabilidad de los derechos de todos los miembros de la familia humana constituyen el
fundamento de la libertad, la justicia y la paz en el mundo. Estos derechos se definen en la Declaración
Universal de los Derechos Humanos de 1948. A nivel europeo, el artículo 6 del Tratado de la Unión
Europea establece que la Unión Europea «se basa en los principios de libertad, democracia, respeto de los
derechos humanos y de las libertades fundamentales y el Estado de Derecho, principios que son comunes
a los Estados miembros». Además, el Convenio Europeo para la Protección de los Derechos Humanos,
adoptado por el Consejo de Europa, es jurídicamente vinculante en todos los Estados miembros. Por
último, la Carta Europea de los Derechos Fundamentales que se adoptó en Niza en diciembre de 2000 es
el instrumento en el que se basan las instituciones europeas y los Estados miembros en materia de respeto
de los derechos humanos, cuando actúan en virtud de la legislación comunitaria.
Derechos de propiedad.- El conjunto de normas, costumbres y leyes que contribuyen a definir los modos
de apropiación, las formas de utilización de intercambio de los bienes y recursos.
Desarrollo sostenible: Crecimiento basado en el pleno empleo, la perduración del medio ambiente y la
competitividad de las empresas.
Economía, nueva: Nueva ética de gobierno de la vida económica basada en los conceptos de morales de
responsabilidad social corporativa y partenariado social.
Economías de escala.- La reducción del coste medio de un producto que se logra al fabricarlo en grandes
cantidades.
Economía social.- El sector de la economía social comprende las actividades económicas de las
organizaciones cooperativas, las mutuas y las asociaciones. Estas formas organizativas comparten el
significado formal de ser “asociaciones de personas” Ver tercer sector, cooperativa y entidad sin ánimo
de lucro
.
Eficiencia, principio de.- Hipótesis de trabajo que sostiene que las instituciones y los modelos
organizativos que persisten tienden a ser eficientes. La lógica del mismo estriba en que si un modelo es
ineficiente, su cambio puede generar ventajas.
Eficiencia ecológica.- La noción de que mediante la mejora del modo en que se utilizan los recursos es
posible reducir el deterioro medioambiental y los costes.
Eficiente.- Una asignación, contrato u organización es eficiente, si no hay ninguna alternativa disponible
que sea universalmente preferida en términos de los objetivos y las preferencias de las personas
implicadas.
Entidad sin ánimo de lucro (ESAL).- Una entidad (que en España suele ser una fundación o una
asociación) cuyos beneficios deben permanecer dentro de la organización y ser usados para perseguir los
objetivos de la entidad. Con frecuencia se usan para la realización de actividades de interés general. Una
entidad sin ánimo de lucro carece de propietarios en el sentido que no tiene acreedores residuales.
Equilibrio.- Es una situación en la que cada agente individual actúa de la mejor manera posible para sí
mismo, dado el conjunto de acciones escogidas por los demás y dado el marco institucional que define las
opciones de los individuos y que vincula sus acciones.
Equilibrio competitivo.- Una lista de precios y planes de consumo y de producción tal que: 1) cada
individuo consume los bienes que prefiere sujeto a la única restricción de su presupuesto, 2) cada empresa
produce bienes y utiliza recursos de forma que obtenga los máximos beneficios, y 3) la cantidad
suministrada de cada bien es igual a la cantidad demandada.
Espíritu empresarial responsable: Concepto de las Naciones Unidas que reconoce el papel de las
empresas para conseguir un desarrollo sostenible y que las empresas pueden gestionar sus operaciones de
modo que se fomente el crecimiento económico y se aumente la competitividad al tiempo que se
garantiza la protección del medio ambiente y se promueve la responsabilidad social.
Etiqueta social: Palabras y símbolos sobre un producto con las que se intenta influir en las decisiones de
compra de los consumidores garantizando el impacto social y ético de una operación empresarial en otras
partes interesadas.
Evaluación del impacto medioambiental.- Análisis del impacto de un proyecto u operación empresarial
sobre el medio ambiente.
Evaluación del impacto social.- Análisis sistemático del impacto de un proyecto u operación empresarial
sobre la situación social y cultural de las comunidades afectadas.
Externalidades.- Acciones de una parte que afectan al bienestar de otros y que no son intermediadas a
través de los mercados.
Influencia de los accionistas.- La voluntad de los accionistas de mejorar el comportamiento ético, social
o ecológico de una empresa a través del diálogo, ejerciendo presión, apoyando una gestión responsable y
votando en las asambleas generales anuales.
Influencia, costes de.- Los costes incurridos en los intentos de influir sobre las decisiones de los costes
de interés propio, en los intentos de contrarrestar tales actividades de influencia de los demás, así como
por la degradación de la calidad de las decisiones causada por las influencias.
Informe social.- Documento que comunica los resultados de una evaluación del impacto social.
Institucional, marco.- Hace referencia a aquellas partes de un modelo que describen: a) la naturaleza
general de las opciones que tiene un individuo y b) las opciones disponibles y los resultados que se
desprenden para cada individuo, en función de las acciones de otros individuos. En los modelos
convencionales de la microeconomía, los precios en los mercados impersonales constituyen el marco
institucional.
Inversión solidaria o en favor de la colectividad: Apoyo a una causa o actividad particular mediante
una inversión para financiarla. A diferencia de una donación, este tipo de inversión requiere la devolución
mediante reembolso (en el caso de los préstamos) o de transacción (en el de las acciones).
Juegos, teoría de.- Un enfoque analítico general que genera modelos de situaciones sociales en los que la
información, los posibles cursos de acción, las motivaciones de los actores o jugadores y el modo en que
sus acciones conducen a los resultados, son especificados detalladamente.
Mercado, fallos del.- Limitaciones del mercado para alcanzar asignaciones eficientes, originados por
economías de escala, externalidades y mercados inexistentes.
Mercados inexistentes.- Una situación en la que no existe ningún mercado para la transacción de un
determinado bien o servicio.
Partenariado social: Bajo el supuesto de esfuerzo voluntario, las empresas son alentadas a formar parte
de redes sociales con las autoridades locales, otras empresas privadas, sindicatos y organizaciones de la
sociedad civil.
Recursos comunes, problemas de los.- Una situación en la que muchas partes diferentes pueden usar en
beneficio propio un recurso cuyo derecho de propiedad no está suficientemente definido ni puede ser
exigido, lo que impide que los individuos soporten plenamente los costes de sus acciones y reciban los
beneficios que creen. También llamado problema del oportunismo (especialmente en las situaciones en
las que es difícil excluir a las partes que no pagan el recurso) o problema de los bienes públicos. Las
ineficiencias resultantes han llevado a acuñar la expresión tragedia de los bienes comunes.
Reputación.- La imagen que de un individuo o una organización se han formado los demás de acuerdo
con su comportamiento en el pasado; y que constituye la base para predecir su comportamiento futuro.
Responsabilidad social corporativa.- La integración voluntaria, por parte de las empresas, de las
preocupaciones sociales y medio ambientales en sus operaciones comerciales y en sus relaciones con sus
interlocutores o multistakeholders.
Riesgo, aversión al.- La preferencia de algo seguro antes que algo incierto con un rendimiento esperado
superior.
Riesgo moral.- Originalmente, un término acuñado por el sector del seguro para referirse a la tendencia
de los asegurados a disminuir su empeño en evitar o reducir las pérdidas aseguradas. Hoy el término se
aplica también a la forma de oportunismo postcontractual que emerge cuando las acciones requeridas o
deseadas bajo un contrato no son fácilmente observables.
Seguimiento.- Proceso de recopilación periódica de información para controlar los resultados con arreglo
a determinados criterios.
Selección ética.- Inclusión o exclusión de acciones en carteras de inversión por razones éticas, sociales o
ecológicas.
Tercer sector.- De forma parecida al concepto de economía social, es una expresión que se utiliza por
parte de un conjunto de organizaciones para identificarse entre ellas y, sobre todo, para diferenciarse del
resto de organizaciones que forman parte del sector privado convencional y del sector público. En España
estas organizaciones toman frecuentemente las formulas jurídicas de asociaciones y fundaciones. Ver
entidades sin ánimo de lucro.
Transacción, costes de.- Costes de realización de una transacción o los costes de oportunidad incurridos
cuando no se realiza una transacción que aumenta la eficiencia.
Triple balance: La idea de que el funcionamiento general de una empresa debería evaluarse teniendo en
cuenta su contribución combinada a la prosperidad económica, la calidad del medio ambiente y el capital
social.
Utilidad, función de.- Una representación de las preferencias individuales sobre las diferentes opciones
posibles.