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HABITAT II

O CÓMO DESHABITAR A LOS PAÍSES EN DESARROLLO


Dra. Liliana A. Matozzo de Romualdi

I. ¿De qué se hablará en la Conferencia Habitat II organizada por las Naciones


Unidas para mayo/junio de 1996?
HABITAT II tratará dos temas importantes:
1. Desarrollo sostenible de asentamientos humanos en un mundo urbanizado.
2. Refugio adecuado para todos.
ASENTAMIENTO: Instalación provisional de colonos en tierras destinadas a
expropiarse, determinada por la autoridad gubernativa. Refiriéndose a pueblos o
edificios, fundar, situar.
VIVIENDA: del lat. vivienda, term. f. de vivendus, p.f. de vivere, vivir. Morada,
habitación. Manera de vivir o género de vida.
REFUGIO: del lat. refugium. Asilo, protección o amparo. Hermandad dedicada a
servir y socorrer a los menesterosos.
A pesar de que las Naciones Unidas sindicaron que se pondrá especial atención en
los problemas humanos, cabe destacar que ha denominado a esta Conferencia “la
Cumbre de las Ciudades”.
Allí se adoptarán principios, compromisos y un “Plan Global de Acción”, mientras
que los países en forma individual desarrollarán “Planes Nacionales de Acción”
para hacer de las ciudades del Siglo XXI lugares completamente saludables,
seguros y aptos para la convivencia de todos.
Los “todos” a que se refiere al acápite anterior, incluyen únicamente a los
ciudadanos de los centros urbanos del primer mundo y de algunos
estratégicamente escogidos en función de determinados intereses.

II. Sobre cómo las ONG se siguen fortaleciendo... en detrimento de la


independencia y soberanía de los gobiernos nacionales
Esgrimiendo el pretexto de que las cuestiones globales sobre asentamientos
humanos son demasiado complejas para ser confiadas solamente a los gobiernos
nacionales y a las Naciones Unidas, HABITAT II reconoce la necesidad de socios
en la búsqueda e implementación de soluciones. Esos socios incluyen gobiernos
locales, académicos, profesionales, fundaciones, el sector privado, sindicatos,
organizaciones no gubernamentales (ONG), quienes serán contribuyentes activos
de la Documentación oficial de la Conferencia a través de varios mecanismos de
participación y organizarán sus propios foros paralelos a la misma.
Es decir que, a juicio de los Estados Unidos y las Naciones Unidas, cualquier
agrupación o poder inferior a los gobiernos nacionales es más apto que éstos, para
encarar y solucionar los problemas de los ciudadanos. En la mayoría de los casos,
esos gobiernos nacionales han sido elegidos democráticamente.
Entre el 30 de mayo y el 11 de junio de 1996, las ONG celebrarán un Foro paralelo
a la Conferencia de HABITAT II, que tendrá por objeto potenciar aún más su
acción.
Desde la Conferencia de Medio Ambiente Humano, de Estocolmo de 1972, los
Foros de las ONG están integrados a las principales Conferencias de Naciones
Unidas.
Los Foros de las ONG son reputados esenciales para lograr el éxito de las
Conferencias oficiales y han sido celebrados concurrentemente en la Cumbre de la
Tierra de Río de 1992, en la de Derechos Humanos de Viena de 1993, en la de
Población y Desarrollo de El Cairo de 1994, en la de Desarrollo Social de
Copenhague de 1995 y por último en la de la Mujer de Beijing de 1995.
La primera Conferencia de Hábitat de 1976, estaba focalizada en el concepto de
que los problemas de la vivienda y asentamientos humanos podrían ser resueltos
principalmente sobre la base de políticas y programas impulsados por los
gobiernos.
Las condiciones han empeorado desde 1976, con pequeña esperanza de llegar a
una rápida y eficaz solución.
La aparición de iniciativas civiles en la elaboración, implementación y supervisión
de políticas conduce a un futuro de estrategias innovadoras. Por primera vez en la
historia de las Naciones Unidas, las contribuciones de las ONG serán oficialmente
reconocidas y ellas tendrán la oportunidad de influenciar en las resoluciones de la
Conferencia.
Las ONG financian sus actividades con fondos directamente enviados por los
Estados Unidos, otros países del primer mundo, las Naciones Unidas, mediante la
habilitación de programas especiales, y las agencias internacionales, razón por la
cual, frente a gobiernos nacionales altamente endeudados, tienen más
posibilidades de vencer las resistencias en la comunidad para aplicar las políticas
impuestas por sus financistas. Actúan directamente en las bases, en los medios y
presionando a los poderes públicos.
Con el crecimiento de la participación cívica y con el compromiso activo de trabajar
en la búsqueda de soluciones, el Foro de las ONG de 1996 contribuirá al rol de la
sociedad civil del Siglo XXI.
El Foro de las ONG 1996 buscará:
1. Demostrar los intereses, poder y compromisos de las ONG.
2. Generar solidaridad entre las ONG e impulsar el diálogo con otros socios.
3. Fomentar un compromiso continuo en las ONG para desarrollar la
implementación y supervisión de estrategias innovadoras.
4. Crear atención, conciencia y presionar para que se pongan en práctica las
resoluciones de las Conferencias, y
5. Discutir y redefinir el papel de las ONG como catalizadoras de un cambio en el
mundo, establecer nuevos objetivos y definir nuevas formas de actividad.
El Grupo de Facilitación Internacional (IFG) fue establecido durante la reunión del
Comité Preparatorio en Nairobi en mayo de 1995, y tiene el propósito de facilitar la
participación de las ONG en el Foro. El IFG está compuesto por las ONG de puntos
focales estratégicamente designados, representando todas las regiones del mundo,
y un número de camarillas (grupos de ONG que cooperan en campos de interés
común).
En setiembre de 1995, las ONG en Turquía establecieron un Comité de Recepción
(HC) para preparar el Foro. El IFG, el HG, la Unidad Coordinadora del Proyecto
Hábitat II (HPCU) y el Enlace de las ONG, se reunieron para planear el Foro.
HPCU es una parte de la Administración del Desarrollo de Vivienda de Turquía
(HDA), que es el organismo gubernamental que organiza la Conferencia de Hábitat
II en representación de la República de Turquía.
El IFG y el HC han tomado la iniciativa de organizar el Foro de las ONG, como una
reunión independiente y autónoma con la mayor participación posible. En cambio,
los gobiernos nacionales concurren con todas las presiones de sus necesidades y
compromisos financieros.
La prioridad para el IFG y el HC es asegurar transparencia, apertura y
responsabilidad al Foro de las ONG.
La organización del Foro es coordinada por el IFG/HC en cooperación con el
HPCU/Unidad de Enlace de ONG.
El foro de las ONG de Estambul 1996:
1. Discutirá sobre asentamientos humanos como un tópico de significación global.
2. Proveerá un marco de comunicaciones e interacción.
3. Trabajará en un programa central que se enlazará con los Foros de las
Conferencias y de los socios.
4. Organizará oportunidades para el trabajo de enlace internacional (más de 5.000
participantes estimados por las ONG).
6. Atraerá la atención de los medios de comunicación global.
7. Organizará paneles de exhibición y stands para desplegar información y material
para ser vendido.
Recurrentemente se apela a globalizar las cuestiones, así queda justificada la
acción de las Naciones Unidas y de las agencias internacionales. En las últimas
décadas, las Naciones Unidas han pasado de ser un organismo internacional a uno
supranacional, que en muchos casos impone coercitivamente, en forma directa o
encubierta a través de las ONG, las políticas que dicta el primer mundo.

III. La vivienda: ¿derecho o necesidad? y de cómo de la vivienda no se


habla...
Cabe señalar que en 1995 y a dos semanas de las negociaciones oficiales para la
celebración de la Conferencia Hábitat II, los delegados estaban estancados en la
discusión sobre si la vivienda es un derecho o tan sólo una necesidad.
El Comité preparatorio, que sesionó en Nairobi (Kenya) el 5 de mayo, designó un
grupo de redacción del Plan de Acción para orientar el desarrollo sostenible de las
ciudades, poblados y aldeas del mundo, para su consideración en el tercer período
de sesiones de febrero de 1996 en Nueva York, y en la Conferencia de Estambul.
El Secretariado General de Hábitat II, Wally N’Doow, estableció que “de ahora en
más, todos los documentos llevarán una nota que refleje el desacuerdo sobre la
cuestión de los derechos”.
Es muy importante para el futuro del desarrollo de la política internacional
argentina, y de sus relaciones con las Naciones Unidas y las agencias
internacionales, (incluyendo el Banco Mundial) no olvidar que no existe acuerdo ni
en la definición, ni en el contenido de la palabra derechos.
El estancamiento se produjo cuando la delegación estadounidense, apoyada por
México y algunos países africanos, se negó a ceder en su posición a todas las
expresiones que estipularan un derecho a la vivienda.
Esta cuestión adquiere relevancia cuando se hace referencia a que los objetivos de
Hábitat II son: 1. Desarrollo sostenible de asentamientos humanos en un mundo
urbanizado, y 2. Refugio adecuado para todos; porque si no existe un derecho a la
vivienda, sólo se protegerá la vivienda de los que ya la tienen en los centros
urbanos, y a los que no la tienen, se los dispondrá en “refugios” de tal entidad que
no perturben el goce de los primeros.
Pero por otro lado, los intereses comerciales siempre desplazarán a los de las
personas pobres.
El personal del Centro de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos
(HABITAT) determinó que: “todas las tareas de promoción del derecho a la vivienda
deberán realizarse sin estridencias, por temor de provocar el desagrado de los
Estados Unidos, lo cual podría conducir a una reducción de la financiación”.
Esta controversia delata impunemente la conducta de los Estados Unidos y la
actuación de las Naciones Unidas como agente en la implementación de políticas
de dominación mundial. Las condiciones del financiamiento las establecen ellos, y
si sostienen que “no hay derecho a la vivienda para aquellos que no la tienen”,
no hay mucho que vislumbrar para aquellos países fuertemente endeudados,
subdesarrollados o en desarrollo. En peor situación se encontrarán aquellos que
deban emigrar por causas de guerra, políticas o económicas.
En Nairobi se hablaba sobre la vivienda, para denegar el derecho a la misma.
El delegado de Estados Unidos, David Hale dijo: “No puede haber un país que
apoye más decididamente que los Estados Unidos la necesidad de que todos
dispongan de una vivienda adecuada, pero ésto no puede considerarse un
derecho. A menudo utilizamos el concepto de derecho y el de necesidad en forma
indistinta, pero jurídicamente esos conceptos sin diferentes. En los Estados Unidos
tenemos derechos establecidos jurídicamente. Si aceptáramos en el plano
internacional que la vivienda es un derecho, un tercero podría intervenir y
dictaminar si esos derechos se han infringido en nuestro país”.
Del párrafo extraído de la locución de Hale puede deducirse la falacia del sistema
liberal. Para el sistema jurídico argentino, los derechos preceden al orden jurídico
que los reconoce y garantiza. Para el de los Estados Unidos, los derechos son
privilegios que el orden jurídico concede al individuo y no reconoce otros derechos
inherentes a la persona como tal.
De este modo, nadie podrá entrometerse en la política de vivienda de los Estados
Unidos, pero esta actitud no es la misma que la referida a los derechos humanos
cuando se trata de detenidos, ni al control compulsivo del crecimiento demográfico
que ejercen en otros países, aun condicionando la ayuda económica, ni a la
intervención en conflictos internos que afecten sus intereses.
Las delegaciones de los Estados Unidos que han actuado en foros internacionales,
a menudo han adoptado la posición de que las necesidades económicas, sociales y
culturales no son derechos.
Si se reconociera el derecho a la vivienda, las personas exigirían un espacio donde
vivir, y ese derecho se transformaría en un poderoso instrumento de movilización.
Es obvio que para los Estados Unidos es válido movilizar a las sociedades enteras
clamando por el derecho al aborto, a la salud reproductiva, a la esterilización, a la
eutanasia, a asegurarle comodidades a los detenidos y a permitir el casamiento
entre personas del mismo sexo, pero de ninguna manera a legitimar jurídicamente
el derecho a un espacio donde vivir.
La pobreza en el mundo no se mitiga, sólo se quiere acabar con los pobres, aún
impidiéndoles nacer. La pobreza es la excusa permanente y adecuada para
condicionar todo tipo de ayuda financiera. Siempre se alude a la pobreza como el
obstáculo que impide el desarrollo y el ejercicio pleno de los derechos, pero nunca
se habla de los pobres, salvo para involucrarlos en programas de planificación
familiar o endosarles la responsabilidad de la contaminación ambiental y deterioro
del planeta.

IV. ¿Qué se busca realmente con Hábitat II?


1. Ofrecer soluciones a los problemas urbanos, pero para los que viven en las
ciudades, no para los que pretenden ir a vivir allí.
2. Examinar los problemas del medio ambiente y considerar el éxito que tienen
algunos países al encarar el rápido crecimiento de la población.
En el punto 2. está el verdadero objetivo de la Conferencia: detener el crecimiento
demográfico y mantener la calidad de los centros urbanos, impidiendo que llegue a
ellos más gente que la necesaria para cumplir con las tareas que los ciudadanos de
primera no desean realizar.
Para mantener la calidad de las ciudades, y tomando en cuenta el aumento de los
desplazamientos migrantes, por el agravamiento del hambre y los conflictos
armados, se pondrá más énfasis en las leyes de migración y población.
Se impedirá el ingreso de inmigrantes que no tengan contratación previa y por
tiempo determinado. No se les permitirá traer a sus familias, para evitar que se
establezcan en el centro urbano y alteren la conformación demográfica, cultural y
social, disminuyendo su calidad de vida.
El control demográfico exigido a los países en desarrollo y subdesarrollados
encuentra justificación en esta cuestión para evitar el desplazamiento de migrantes
a los centros urbanos del primer mundo.
Las ciudades del siglo XXI estarán cercadas para impedir todo paso indeseado e
innecesario para su propio sostenimiento. Mientras tanto, las poblaciones
carenciadas o trabajadoras, deberán hacinarse en refugios, donde dadas las
condiciones inhumanas de vida, aumentará el índice de morbilidad, mortalidad y
criminalidad, lo que inmediatamente justificará la implementación de acciones
coercitivas sobre los ya conocidos marginales. Piénsese también en el aumento
de grupos xenófobos.
Hábitat II buscará aprobar una Declaración general de principios y compromisos y
formular un plan de acción conexo, capaz de orientar las acciones nacionales e
internacionales durante los dos primeros decenios del próximo siglo.
Los documentos que tendrá ante sí la Conferencia, consistirán en los textos
negociados en las reuniones del Comité preparatorio y se basan en parte en
resoluciones de la Comisión sobre los Asentamientos Humanos de las Naciones
Unidas, que celebró su 15º período de sesiones del Comité Preparatorio.
En el 14º período de sesiones, la Comisión recomendó que Hábitat analizara las
manera en que podría apoyar la promoción del derecho a la vivienda.
Estados Unidos introdujo una serie de revisiones a fin de modificar o eliminar toda
referencia al derecho a la vivienda en todos los documentos de la Comisión. En
Canadá, con el apoyo de Uganda y la India, sugirió la adi-ción de un texto en el que
señala que el derecho a la vivienda es una aspiración y una meta, y no un derecho
jurídicamente obligatorio.

V. Que no nos invadan...


Hacia fines de este siglo habrá 28 ciudades con poblaciones superiores a los 10
millones de habitantes y de ellas, 21 estarán en el mundo en desarrollo.
Hacia el 2025, 5.000 millones de personas, o unas tres quintas partes de la
población mundial, vivirán y trabajarán en zonas urbanas.
La urbanización en los países desarrollados ha sido responsable de una
significativa caída en la fertilidad humana. El tamaño de las familias se redujo. Las
mujeres se alfabetizaron, pospusieron sus matrimonios, usaron anticonceptivos, en
muchos casos emplearon el aborto como medio de control de la natalidad, o se
esterilizaron para vivir su vida sexual sin temor a la procreación, ocuparon cargos
públicos y políticos y se insertaron en el aparato productivo. El alcance de la
homosexualidad también redujo la tasa de nacimientos.
Para el primer mundo, la mejor forma de reducir el crecimiento demográfico ha sido
el desarrollo. Ahora tienen tasa negativa y ésto visiblemente conducirá a su
extinción, pero no es problema por el que debamos preocuparnos ahora.
Naciones Unidas destaca en todos sus informes de población que la tasa de
fertilidad y natalidad es alta en los países en desarrollo.
Pero como puede observarse de las Conferencias anteriores y de los programas
habilitados para estos países por las Naciones Unidas, no se fomenta la
urbanización ni el desarrollo en los países en desarrollo, sino que más bien se
presiona constantemente para que adopten programas de salud reproductiva, de
esterilización, de aborto seguro y de anticoncepción sin límites de edad ni sexo.
Aquí hay algo que no cierra del discurso oficial de las Naciones Unidas. Tomamos
conciencia, que el mayor capital que tenemos es nuestra gente, nuestra cultura,
nuestros valores, nuestra familia, nuestra lengua. No permitamos que en pos de
mentirosas promesas de ayuda para el desarrollo se esterilicen nuestros vientres y
nuestro futuro como país.
Sus poblaciones se reducen. Las nuestras aumentan. ¿Cuál es el temor: que los
invadamos (en un sentido figurado)? ¿Que seamos más? ¿Que no puedan
dominarnos y manipularnos como corderos? ¿Que consumamos nuestros recursos
naturales y energéticos y no puedan hacerlo ellos?
El Secretario de Hábitat II esboza una estrategia para impedir la explosión de las
ciudades del mundo y alerta que la situación está empeorando, aunque señala que
las ciudades están haciendo contribuciones crecientes a las economías de los
países en desarrollo. Las únicas contribuciones han sido para programas de control
de la natalidad, sino la situación no hubiese empeorado en estas décadas.
Señala también que los tugurios y asentamientos ilegales aumentan. (Revisan las
últimas tendencias legislativas en el mundo sobre migraciones: el mundo del futuro
tendrá más ciudadanos ilegales que legales. ¿Quién determinará la diferencia?). Y
como no podía ser de otra manera, apela al terrorismo ideológico: aguas residuales
no depuradas, efluentes industriales no controlados, número creciente de vehículos
motorizados, agua, costas y tierras de cultivo degradados, poca protección de los
trabajadores, horas de trabajo prolongadas, largos viajes para ir del trabajo a casa,
más ruido, más basura, menos servicios sanitarios, deterioro de la salud... En
resumen: baja calidad de vida.
Estos aspectos no son patrimonio exclusivo de los países en desarrollo. Los
problemas de contaminación y degradación tienen mayor entidad en los países
desarrollados, y muchas veces son causados directamente por sus industrias,
comunidades y gobiernos, en detrimento intencional de países en desarrollo.
(Véase las explosiones nucleares, el traslado y depósito de residuos patológicos y
radiactivos, la manipulación y liberación de material genético recombinado, el
negligente control sanitario de sus exportaciones,...).
La Conferencia de Estambul se centrará en el futuro de las ciudades,
reconociendo que es en las ciudades donde hará falta resolver los problemas del
medio ambiente y de población, así como las cuestiones sociales, económicas y de
igualdad de los sexos.
¿Qué tipo de refugios se habilitarán para los ciudadanos del resto del mundo?
¡Dios lo sabrá!

Este documento fue publicado como suplemento


del Boletín Semanal AICA Nº 2058 del 29 de mayo de 1996

Bolívar 218, 3° Piso, C1066AAF Buenos Aires, tel. (54-11) 4343-4397 lin. rot.
info@aica.org
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Está ya convocada la próxima Conferencia Mundial de la ONU, que tratará


sobre la población urbana, es decir, sobre las ciudades. Su denominación
técnica es HABITAT II. Se celebrará en Estambul del 3 al 14 de junio de
1996. Existe ya un borrador del Documento, y las discusiones previas
tendrán lugar del 12 al 23 de febrero de 1996 en la sede de las Naciones
Unidas en Nueva York. Algunos de los objetivos de la elaboración de un
plan global de acción sobre las ciudades, que serán abordados en la
Conferencia, son: mejorar su gobierno y la participación ciudadana, la
construcción de viviendas y las mejoras de infraestructuras y de la
economía urbana (reduciendo la pobreza y creando puestos de trabajo),
incorporar la preocupación por el Medio Ambiente, incrementar la
preocupación por los temas que afectan a las mujeres, mitigar los
desastres naturales e impulsar la reconstrucción de ciudades destruidas.

El documento se ocupará de los problemas que las ciudades y pueblos


deben afrontar en la próxima década, centrándose en acciones concretas
que aporten soluciones en los próximos cinco años (1996-2000).

Tanto la Conferencia como los objetivos del documento cuentan con


precedentes: el “Centro de Naciones Unidas para Asentamientos Humanos”
(UNCHS-HABITAT) se estableció en Nairobi, en 1978, dos años después de
la 1 Conferencia sobre habitat, que se celebró en Vancouver en 1976. El
programa HABITAT se responsabiliza de formular y desarrollar los
programas para los asentamientos humanos promovidos por la ONU. La
Conferencia oficial se dividirá entre el Plenario y dos Comités: el Comité Ise
centrará en la negociación y redacción de un documento, mientras el
Comité 11 se ocupará de las aportaciones de los miembros asociados de la
ONU y los representantes del Foro.
Los componentes del Foro son, a su vez, diversos “foros”: la Asamblea
internacional de ciudades y autoridades locales, el Foro de la Academia
Nacional de las Ciencias, el foro del Sector Privado, el foro de los
Parlamentarios, el foro Global de las ONGS para HABITAT 11, el de
Sindicatos, el de las Fundaciones, el de los profesionales del urbanismo, y
el de Solidaridad Humana.

También tendrán lugar la así llamada “exposición de buenas ideas para


mejorar las ciudades” y una feria internacional de tecnologías de la
construcción, centrada en ideas innovadoras y de bajo costo, respetuosas
con el medio ambiente. Y se celebrarán mesas redondas: por ejemplo,
sobre economía y empleo en las ciudades del futuro, transportes, “mega-
ciudades” , comunicaciones entre las zonas rurales y urbanas, fisiología
urbana del siglo XXI, democracia y ciudades en el siglo XXI, ciudades y
sociedad de la información.

Una característica peculiar de la Conferencia HABITAT II es que se


promueve la participación activa de los gobiernos locales, del sector
privado, de las ONGS, las organizaciones vecinales y también de
académicos y científicos. Los miembros de los diversos Estados están de
acuerdo en que esta participación es vital para una mejor y más eficaz
planificación de las ciudades, así como para la movilización de recursos y
de inversiones, y para una distribución más equitativa del aumento de los
beneficios económicos. Un apartado especial de la Conferencia estará
dedicado a “Las mujeres, viviendas y comunidades”. Participarán por
primera vez representantes de los Gobiernos locales, Agencias de la ONU,
alcaldes y miembros de asociaciones municipales, políticos y líderes de la
sociedad civil, académicos y miembros de la comunidad científica,
representantes del sector privado y de organizaciones sin ánimo de lucro,
representantes de ONGS y de organizaciones comunitarias, profesionales
del urbanismo y de los asentamientos humanos.

Los motivos de HABITAT II

¿Por qué una Conferencia Mundial sobre las ciudades? La razón más básica
es que una vivienda adecuada es un derecho humano básico. Hoy, casi la
mitad de la población mundial vive en ciudades, y el pro-nóstico para el
año 2005 es que dos tercios de la humanidad estará concentrada en cascos
urbanos. La media de aumento de población en las ciudades es de un
millón de habitantes por semana. Es evidente que las ciudades juegan un
papel significativo en el desarrollo: continúan atrayendo a habitantes del
campo, porque ofrecen a las personas la posibilidad de desarrollarse social
y económicamente; proporcionan trabajos, alojamiento y servicios, y son
los centros de producción y de desarrollo social.

Sin embargo, es igualmente evidente que el desmedido y rápido


crecimiento de las ciudades comporta algunos problemas, como cifras de
pobreza urbana de hasta un 60%. A pesar de las inversiones en vivienda,
un tercio de la población urbana vive en alojamientos inadecuados. El 40%
no tienen acceso a agua potable ni servicios higiénicos adecuados. Debido
al rápido crecimiento y al deterioro del medio ambiente urbano, por lo
menos 600 millones de personas -en ciudades, pueblos y aldeas- viven en
situaciones de amenaza para su vida y su salud, y por lo menos el 50% de
ellos son niños.

Estas preocupaciones transcienden las fronteras de los países desarrollados


y en vías de desarrollo. La alta tasa de crecimiento de la población urbana
en la mayoría de las regiones ha dado lugar a problemas comunes:
excesiva congestión o concentración, falta de recursos para cubrir los
servicios mínimos, falta de viviendas y de infraestructura, entre otras.

El hecho es que las ciudades deberán desempeñar un papel importante en


la protección global del medio ambiente, al tener que afrontar un
crecimiento rápido en su población. La producción agrícola y ganadera en
las áreas rurales empuja más y más a la población hacia las regiones
ecológicamente frágiles, que no pueden soportar ese crecimiento. La tierra,
limitada, y los recursos de agua hacen obligatorio que los asentamientos
humanos sean cuidadosamente planificados. En definitiva, lo que se da en
llamar “urbanización sostenible” aliviará las presiones causadas por la
invasión o el abuso de los habitats naturales frágiles.

“Asentamientos urbanos sostenibles”: ¿nada más?


Esos son en teoría los temas de la Conferencia: los asentamientos humanos
sostenibles en el mundo urbano y una adecuada vivienda para todos. Hasta
aquí, la información proporcionada por la ONU. Pero el lec tor atento debe
leer entre líneas, y cabe preguntarse: ¿cuál es el objetivo final de esta
Conferencia? ¿la planificación de las ciudades o, de nuevo, la planificación
de la población y de la natalidad?

¿Qué hay detrás de HABITAT II? HABITAT II se anuncia como una


conferencia sobre las ciudades. En principio parece un tema relacionado
con el medio ambiente y con urbanismo. Sin embargo, va a ir mucho más
lejos que todo eso. Detrás se esgrimen conceptos fundamentales que
también serán discutidos, aunque no aparezcan enunciados de modo
directo en el programa. En las distintas propuestas, ya como punto de
partida, se entrevén distintos modos de entender el desarrollo. Las
diferencias no son accidentales, evidentemente, sino que poseen un hondo
calado y afectan a diversas posturas ideológicas. No se trata tan solo de
una cuestión técnica a debatir entre especialistas, tales como ingenieros,
arquitectos, urbanistas: se trata de distintas filosofías de fondo.

Towards a gendered City

La política desarrollada por la ONU en las recientes Conferencias mundiales


carece de neutralidad, no es una política inocente -como no lo es ninguna
política- . Se la puede compartir o rechazar, pero lo que sería lamentable es
ignorarla o no saber leerla entre las líneas de los documentos oficiales.

Esta Conferencia se sitúa en continuidad con las anteriores cumbres


mundiales; especialmente, la Conferencia sobre Medio Ambiente de Río de
Janeiro (1993), la Conferencia Mundial sobre Población y Desarrollo en El
Cairo (1994), y la IV Conferencia sobre la Mujer (Pekín,1995).

Uno de los debates de HABITAT II versará sobre la familia y estilos de vida,


y otro, unido al primero, será la discusión sobre una ciudad que tenga en
cuenta -por usar un concepto recurrente y ya validado en el debate- el
“género”. De hecho, en la información proporcionada se plantean
problemas cruciales, que van más allá de los relativos a la mera vivienda.
Estos afectan a la misma estructura interna de la sociedad y a la
organización de la familia. Es significativo, en este sentido, que Catalina
Hinchey Trujillo, coordinadora de las Mujeres en el Programa de Desarrollo
y Asentamiento Hu- mano del UNCHS sitúe entre los mitos a desechar las
ideas de que la familia es el núcleo de la sociedad y que en la medida en
que las familias se beneficien del desarrollo todos saldrán beneficiados.
Añade que la razón por lo que eso no es verdad es que el desarrollo se
ajusta frecuentemente a la función y a las necesidades de los varones1.

Además -dice- la familia típica no se compone ya de un padre/ marido


(cabeza de familia) responsable de las actividades productivas y una
mujer/esposa (subordinada a su marido) responsable de las actividades
reproductivas como el cuidado de los niños, cocinar, la alimentación, el
agua de consumo, etc. En Africa, Asia y Latinoamérica, muchas familias son
de modelo extenso, pues incluyen a los abuelos, los tíos y tías, primos y
primas; en Europa y Norte América, en cambio, el fenómeno de una sola
persona al frente de una casa incluyendo personas (hombres o mujeres)
que no tienen relaciones directas de sangre está siendo cada vez más
frecuente.

El relato de Hinchey Trujillo no es meramente descriptivo: se omite en él un


modelo de familia, en la actualidad el más frecuente también en Occidente,
que es el de varón/mujer (en el que se comparten las tareas productivas y
reproductivas en pie de igualdad). Su descripción da la impresión de que en
Occidente hemos pasado del modelo de clan africano o de familia extensa a
la familia monoparental de un plumazo, sin situaciones intermedias, o
directamente desde la perspectiva de la subordinación de la mujer al varón
a la independencia de esta última al margen de la convivencia con el varón.
La misma autora se pregunta: “¿quién decide qué forma de fami lia es más
apropiada al desarrollo y a un crecimiento humano equitable? ¿Quién puede
probar que una política que se centre en la familia beneficia
verdaderamente a todo el mundo, a mujeres, hombres, niñas y niños? Si el
mundo que conocemos hoy debe convertirse en el mundo que soñamos,
entonces tenemos que empezar a mirar a la realidad a la cara, a poner
nuestras utópicas ideas en práctica y apoyar a las personas en el estilo de
vida que hayan elegido”2.
Tras oír pareceres como éstos, las preguntas comienzan a amontonarse:
¿qué significa aquí distintos estilos de vida? ¿qué tiene que ver el derecho a
la vivienda con forzar una valoración, que es ética y moral y poco tiene que
ver directamente con el urbanismo, sobre el hecho de que existan familias
monoparentales?

Por otra parte, nuestra autora pasa de una constatación a una conclusión
que carece de relación con la premisa anterior. Por ejemplo, se dice algo
constatable (que no se ha tenido en cuenta a las mujeres a la hora de
tomar decisiones sobre cómo urbanizar las ciudades y cómo proyectar las
viviendas). Pero a renglón seguido se concluye que “las relaciones entre los
sexos afectan a las políticas urbanísticas en un gran número de áreas. Por
ejemplo, con el cambio en los estilos de vida en los que las familias con dos
padres son cada vez más la excepción que la regla, hay una constatación
creciente de que las estructuras urbanas tradicionales, que separan lo
privado de lo público, no favorecen el modo de vivir modemo”3.

Desde luego, esta última afirmación -que corresponde nada menos que al
Dr. Wally N’Dow, secretario general de HABITAT II- está muy lejos de ser
un argumento riguroso. Quizá corresponda a la cada vez más extendida
situación de falta de familia en Estados Unidos, pero no corresponde a la
situación de la mayoría de los países del mundo. Asistimos, de nuevo,
pues, a la prepotencia del mundo occidental. Es más: en ese texto se
equipara el modo de vivir moderno a la familia de un sólo progenitor, y se
coloca la etiqueta de “tradicional”, de algo que debe ser superado, a la
familia con padre y con madre.

Como ya ocurrió en la Conferencia de Pekín, lo que Occidente considera un


modelo de desarrollo trasladable al resto del mundo no coincide con lo que
la mayoría de esos países desean para sí mismos. Una vez más, Estados
Unidos no se halla en la mejor posición para exportar a los demás países su
modelo de familia rota, con las graves consecuencias sociológicas y
económicas que lleva consigo (delincuencia, alcoholismo, violencia de todo
tipo -desde homicidios hasta violaciones y malos tratos- en el ámbito
familiar, falta de seguridad ciudadana, fracaso escolar, desequilibrios
psíquicos, aumento de la agresividad, etc.). Los estudios sociológicos
demuestran que lo más barato y económico para el desarrollo es la familia
de padre y madre.

En definitiva: en estos documentos, toda la descripción corresponde a un


nuevo concepto que intenta acuñarse bajo la denominación de “gendered
City”, entendida ésta como una especie de feminidad urbana libre de la
interferencia de la convivencia con los varones.

Desarrollo sostenible y control de población: ¿retomo de Malthus o


solidaridad?

El segundo problema es el del control de poblacion. Se está tomando como


principio clave para el plan de Acción Global de HABITAT II una frase de la
“Declaración de Río sobre Medio Ambiente y Desarrollo”, que dice: “los
seres humanos están en el centro de la preocupación por un desarrollo
sostenible. Tienen derecho a una vida productiva y saludable en armonía
con la naturaleza”.

En apariencia, esta afirmación no resulta problemática, pero en el fondo sí


lo es. ¿Qué es el desarrollo sostenible? Hay, muy claramente, dos modos
de entender el desarrollo tal y como se ha reflejado en los documentos
anteriores de la ONU; un modelo es el malthusiano, según el cual desarrollo
sostenible significa reducción de la población y control demográfico. Por
supuesto, este control debe ejercerse en los países en vías de desarrollo.
Las tasas de natalidad de los países desarrollados son tan bajas que la
preocupación es la contraria: más bien preocupa la renovación generacional
y la posible invasión del Norte por el Sur.

El otro modelo de desarrollo, opuesto al anterior, es el de redistri bución de


los recursos y el desarrollo de las riquezas naturales existentes en los
países en vías de desarrollo; este planteamiento pasa por la solidaridad y la
cooperación Norte-Sur y está bastante lejos de muchas de las políticas de
la ONU y de los países de Occidente.

En julio de 1995, en el UNCHS reunido en Nairobi, un grupo informal


completó el borrador del documento “Plan Global de Acción” (GPA). Una
segunda reunión se ha celebrado en octubre en París y la tercera sesión
tendrá lugar en Nueva York en febrero de 1996. Las divergencias se
hicieron sentir ya en esa primera reunión entre el Grupo de los 77 y China
por un lado, y Estados Unidos por otro. La falta de acuerdo se debe a las
diferentes perspectivas entre países desarrollados y en vías de desarrollo
cuando se trata de definir las prioridades con el fin de alcanzar
asentamientos humanos sostenibles en una mundo urbanizado y una
decuada vivienda (cobijo) para todos. El porta- voz del Grupo de los 77 y
China, el paquistaní Shafqat Kakakhel, afirmó: “no estamos pidiendo
caridad, no solo necesitamos tratar la cuestión de las transferencias
financieras. Reclamamos un proceso de cooperación internacional en el
campo de los asentamientos humanos que incluye -pero no se reduce a
ella- la transferencia de recursos económicos … un asociacionismo global
cubriría el espectro total de la cgo peración”. Aquí se esgrimen dos
conceptos fundamentales: cooperación y un asociacionismo que beneficie a
ambas partes; ni caridades, ni nuevos colonialismos en los que el Primer
Mundo sigue explotando al Tercer Mundo, so capa de aparentes ayudas4.

El poder de las mujeres: estilos de feminismo

La actitud recién reseñada también conecta con el afán de la Conferencia


por tratar el tema de mujer: las agencias de la ONU saben muy bien que la
manera de controlar la población es convencer a la mujer de que no sea
fértil. Con esta finalidad, se presenta la fertilidad como un obstáculo al
desarrollo de la mujer. Para ello se cuenta con el apoyo de grupos de
feministas de Estados Unidos, muy conocidos en ambientes internacionales.

Se habla de aumentar el poder de las mujeres, del “empowerment of


women”. Pero esa frase puede ser usada desde dos perspectivas
completamente distintas. Una de ellas otorgaría a la mujer la igualdad que
se le ha negado injustamente durante siglos, entendiendo su relación con
los varones en un contexto de armonía y de compartir tareas. Otra versión
diferente, apoyada por cierto tipo de feminismo en modo alguno caduco -
está muy presente en el documento elaborado en Pekín-, es la de conceder
poder a las mujeres en lucha con los hombres, o por lo menos al margen o
a espaldas de los varones.
En este sentido, se quiso abrir un camino a este segundo tipo de feminismo
en el documento de Pekín, donde ha quedado escrito que los derechos de
las mujeres son derechos humanos. Además, se puso especial cuidado en
suprimir el término universal: ¿por qué? Obedece a razones muy concretas
y, a primera vista, parece también contradictorio que, si hasta ahora las
mujeres se han empeñado en reclamar la igualdad de derechos con los
hombres -es decir, una universalidad de los derechos- ahora sin embargo
se empeñen en retirar la palabra “universal”.

Cuando el feminismo radical americano se ha empeñado en invertir esta


frase es por una razón de peso. Jurídicamente no es lo mismo incluir a las
mujeres como titulares de los derechos universales, tal y como están
reconocidos en las Declaraciones Internacionales, que afirmar que las
mujeres -por el hecho de serlo- pueden tener unos derechos especiales
distintos a los del varón, de los que podría hacer uso sin contar con aquél,
especialmente en el terreno de la sexualidad, reclamando el derecho al
aborto, un punto que no se ha logrado incluir ni en el documento de El
Cairo, ni en el documento de Pekín. Y de ahí también el afán de eliminar la
intervención de los padres en decisiones que afectan al uso de la sexualidad
en menores de edad. Así, según esta interpretación, algunos derechos que
sólo pertenecen a las mujeres deberían pasar a ingresar las listas de
derechos humanos, reconocidas en el derecho internacional.

Definir la “calidad de vida”

La definición del concepto de calidad de vida transciende la esfera de lo


técnico. Entre los artículos que exponen los términos que se discutirán en
HABITAT 11 se ofrece una definición que incluye la salud, la vida de familia,
el trabajo, el alojamiento, la seguridad, las cualidades medio-ambientales,
la justicia social y la igualdad. Se apuesta por un nivel de vida óptimo y se
reconoce que en las distintas consideraciones de en qué consiste la calidad
de vida intervienen elementos valo rativos como las normas culturales, la
étnia, el origen racial, la religión y el estatus económico.

El juicio sobre qué es un nivel de vida óptimo cambia radicalmente según


nos situemos en el paradigma utilitarista e individualista del mundo
occidental o en el paradigma comunitarista de los países en vías de
desarrollo. Lo peor es que el primero se presente como paradig ma de
civilización y desarrollo y se intente imponer sobre el segundo. Estas
diferencias conceptuales inciden de raíz en el planteamiento demográfico
antinatalista. Mientras que en el Tercer Mundo un hijo es una riqueza, en el
primero se ve como una amenaza al bienestar o a ese nivel de vida
presuntamente óptimo, centrado en el bienestar material y en la capacidad
adquisitiva, en una sociedad de consumo desenfrenado. De hecho, en la
propaganda que el gobierno chino desplegó durante la Conferencia Mundial
de Pekín se afirmaba que la familia de hijo único aumenta la calidad de
vida. Este es el eslogan bajo el cual se cometen miles de abortos forzados.

En suma: los objetivos de la conferencia HABITAT II son muy loables y de


sumo interés. Necesitamos resolver el derecho a una vivienda digna y
construir un “habitat” de calidad, y dar soluciones a los numerosos temas
citados al principio de estas líneas. Pero sería deseable estar también
presentes a la hora de definir los conceptos sobre los que se edificará el
Plan Global de Acción.*

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