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El error general del relativismo cultural

Según algunos antropólogos y pensadores relativistas, la idea de verdades universales en ética, dicen, es un mito. Solamente
existen los diversos códigos culturales; lo que es correcto dentro de un grupo puede ser detestable para otro. No hay
costumbres correctas e incorrectas, pues esto implica que nosotros tenemos un criterio independiente de corrección y que está
ligado a una cultura. Según ellos, no hay criterio independiente y cada criterio está ligado a una cultura especifica.
Esta línea de argumentación ha hecho que más gente sea escéptica acerca de la ética que ninguna otra. Podemos constatar este
hecho en el ámbito académico de las ciencias sociales; la sociología y antropología, que marginan la ética de su campo de
estudio y la reducen a una mera convención social.
Las afirmaciones más conocidas y que han sido formuladas por relativistas, son las siguientes:
1. Las sociedades que son diferentes tienen códigos morales distintos.
2. Cada sociedad tiene su propio código moral o criterio de corrección que está ligado a su cultura.
3. No existe criterio independiente u objetivo, que pueda juzgar los distintos códigos morales como mejores o
peores.
4. Nuestro código moral no es especial; es uno entre muchos.
5. No existen las verdades universales en ética, porque no son válidas para todas las sociedades.
6. Debemos ser tolerantes con las prácticas de otras culturas y no juzgarlas.
Los relativistas emplean una forma de argumentación general, considerando las seis afirmaciones en su estructura;
Premisa: Culturas diferentes tienen códigos morales diferentes. Para algunos es correcto tal conducta y para otros
no.
Conclusión: Por lo tanto, no hay una verdad objetiva de la moral. Lo correcto e incorrecto son cuestiones de
opinión y que varían de cultura a cultura.
Para muchos esto resulta persuasivo. Pero desde un punto de vista lógico, ¿Es un argumento válido y correcto?
Aunque la premisa fuese cierta, la conclusión no se sigue o deriva de ella. La premisa tiene que ver con lo que la gente cree y
la conclusión tiene que ver con lo que realmente es. Además, la moral pertenece a una categoría distinta de los códigos
morales, la moral tiene un contenido propio que se fundamenta en la lógica y en los hechos empíricos.
Veamos un ejemplo:
Premisa: Para algunas culturas es correcto mutilar el clítoris de las mujeres y para otras no.
Conclusión: Por lo tanto, la mutilación del clítoris no es objetivamente correcto e incorrecto. Es una simple
cuestión de opinión.
¿Se sigue del mero desacuerdo, que no hay una verdad objetiva al respecto? No, no se sigue; la práctica podría ser
objetivamente correcta o incorrecta y que uno de ellos estuviera simplemente equivocado.
Este tipo de argumento resulta ser falaz y está motivado por la creencia de que la ética o la moral no tiene un contenido propio,
es decir, no es un ámbito del conocimiento que pueda ser objetivo, racional y universal para todos. Para entender mejor este
punto, consideremos el siguiente ejemplo: En algunas sociedades, la gente cree que la tierra es plana y en otras que la tierra
es esférica.
¿Se sigue acaso, del mero hecho de que la gente esté en desacuerdo, que no hay una verdad objetiva en geografía? Nunca
diríamos semejante conclusión, entendemos que el conocimiento puede ser objetivo y del mero desacuerdo no inválida la
geografía, simplemente alguien podría estar equivocado.

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El error fundamental del argumento general y las variaciones que usan los relativistas; es intentar sacar una conclusión a
partir de las diferencias de los códigos morales o los desacuerdos que existen respecto a la cultura.
Supongamos que admitimos el relativismo cultural, ¿Cuáles serían sus consecuencias?
1) Ya no podríamos decir que algunas costumbres de otras sociedades son inmorales, porque según el relativismo
cultural no existe un criterio independiente. Por ejemplo:

 La esclavitud humana
 La mutilación genital femenina
 La trata de personas
 La explotación infantil
 La explotación animal
El relativismo cultural nos prohíbe criticar los códigos morales de otras sociedades, incluso la nuestra. Serían
inmunes a la crítica y no podríamos condenarlas.
2) Sólo podríamos decidir si las acciones son correctas e incorrectas, consultando los criterios que tiene una
sociedad determinada. Por ejemplo: En algunas sociedades es legal y se obliga a las niñas a casarse con hombres
adultos. Según el relativismo cultural sería correcto, porque se ajusta al código moral o conducta de esa
sociedad.
3) Se cuestiona la idea de progreso moral
No podríamos considerar como progreso moral la abolición de la esclavitud afroamericana, el movimiento por
los derechos civiles en Estados Unidos, el derecho a voto de las mujeres y otras reivindicaciones sociales. Eso
implicaría juzgar los criterios de otra época.
Progreso significa reemplazar una forma de hacer las cosas por otra mejor. Tendríamos que dejar de condenar o criticar
una peor forma que otra, pues según el relativismo cultural, no existe un criterio independiente u objetivo.

Hay menos desacuerdo de lo que parece


El relativismo cultural enfatiza en las diferencias o desacuerdos en las concepciones de lo que es correcto e incorrecto de las
distintas sociedades. Pero hay algunas reglas morales que todas las sociedades deben tener en común, de lo contrario no
podrían existir. Por ejemplo; contra la mentira y el asesinato.
En occidente vemos con normalidad explotar a vacas, cerdos y pollos para el consumo humano, pero nos escandalizamos con
el consumo de perros, gatos y otros animales en países del oriente o medio oriente. ¿Qué tan diferentes somos? Pareciera que
ambos tienen valores diferentes, pero no es así. Las sociedades occidentales no consumen perros y gatos en la alimentación,
pero sí explotan esos animales en otros ámbitos ¿Por qué el consumo de perros y gatos sería más condenable que explotarlos
en ámbitos?
Otro ejemplo similar ocurre con las vacas en India, que son explotadas al igual que en occidente. Pero creemos que en ese
país se aman a las vacas o que incluso se consideran moralmente, ya que la gente se rehúsa a comerlas.
Una investigación del antropólogo Marvin Harris, en su libro Vacas, cerdos, guerras y brujas: los enigmas de la cultura, las
razones y motivaciones son diferentes de las que se cree. Los hindúes veneran a las vacas porque son su principal función
económica, las utilizan como máquinas reproductoras para obtener animales de tracción y además aprovechan el estiércol
como fertilizante y combustible para cocinar.

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