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La consultoría de procesos.

Existen numerosas definiciones acerca del término “consultoría”, así como de su


aplicación a situaciones y problemas empresariales. Si se dejan de lado pequeñas
diferencias semánticas y estilísticas es posible llegar a dos enfoques básicos de la
consultoría. Con el primer enfoque se adopta una visión funcional amplia de la
consultoría.
De acuerdo con Fritz Steele la consultoría se entiende como cualquier forma de
proporcionar ayuda sobre el contenido, proceso o estructura de una tarea o de un
conjunto de tareas, en la que el consultor no es efectivamente responsable de la
ejecución de la tarea misma, si no que ayuda a los que lo son.
En el segundo enfoque se considera la consultoría como un servicio profesional
especial. Según Larry Greiner y Robert Metzger, la consultoría d empresas es un
servicio de asesoramiento contratado y proporcionado a organizaciones por
personas especialmente capacitadas que prestan asistencia de manera objetiva e
independiente para poner al descubierto los problemas de gestión, analizarlos
recomendar soluciones y, si se les solicita, ayudar en l aplicación de dichas
soluciones.
Para comprender el alcance, las ventajas y limitaciones actuales de la consultoría
de empresas es necesario conocer una breve descripción histórica de la misma. La
consultoría de empresas tiene su origen en la Revolución Industrial, la aparición de
la fábrica moderna y las transformaciones institucionales. Sus raíces son idénticas
a las de la dirección o administración de empresas como esfera de aprendizaje. La
consultoría se hizo posible cuando el proceso de generalización y estructuración de
la experiencia gerencial alcanzo una etapa avanzada.
Hubo varios predecesores de la organización científica del trabajo. Uno de ellos fue
Charles T. Sampson, que en 1870 reorganizo todo el proceso productivo en su
fábrica de calzado y un años más tarde actuando como consultor, transmitió su
experiencia al propietario de una lavandería.
Los pioneros de la organización científica del trabajo, entre ellos Frederick Taylor
Frank y Lilian Gilbreth, Henry Gantt y Harrington Emerson dieron un gran impulso al
desarrollo de la consultoría. Sus criterios técnicos y metodológicos para simplificar
los procedimientos de trabajo no eran idénticos, pero todos ellos creían en la
aplicación del método científico para resolver los problemas de la producción.
La consultoría que surgió de la organización científica del trabajo se concentró
principalmente en la productividad y en la eficiencia de las fábricas, la organización
racional del trabajo, el estudio de tiempos y movimientos, la eliminación de
desperdicios y la reducción de costos. A toda esta esfera se le dio el nombre de
“Ingeniería Industrial”.
La consultoría por cuenta de los gobiernos y del ejército desempeño un papel
importante durante la segunda guerra mundial. Los Estados Unidos en particular
comprendieron que la guerra planteaba un grave problema y que era necesario
contar con los mejores expertos en gestión y dirección para ganar el campo de
batalla.
La investigación operativa y otras nuevas técnicas se incorporaron rápidamente a
la dirección de empresas privadas y a la administración publica, añadiendo una
nueva dimensión a los servicios prestados por los consultores.
La reconstrucción de posguerra, la rápida expansión de las empresas unida a la
aceleración de los cambios tecnológicos, la aparición de nuevas economías en
desarrollo y la intensificación de la internacionalización de la industria crearon
oportunidades particularmente favorables y demandas de servicios de consultoría
de empresas. En este periodo se establecieron la mayor parte de las organizaciones
de consultoría que existen hoy y esta actividad alcanzó el poder y la reputación
técnica que goza en la actualidad.
La consultoría es una de las profesiones más atractivas que existen actualmente en
el mundo. Entre sus ventajas se encuentra la diversidad, el terno aprendizaje y la
no rutina, así como la capacidad de decidir cómo, cuándo y con quien trabajar. Sin
embargo, también tiene desventajas, como la falta de estabilidad de un empleo, el
sacrificio del status y los altibajos que se presentan en los ingresos.
Un consultor es, generalmente, un miembro del equipo de trabajo que conoce y
entiende las funciones del equipo directivo y que, en caso de ser necesario, lo
enseña a trabajar. Para ello requiere actividades tales como comunicación en
ambos sentidos, capacidad de análisis y de síntesis, y un conocimiento profundo de
su área de especialidad.
Existen seis razones por las cuales se requiere un consultor, las cuales son:
1. En trabajos que el cliente sabe, pero no puede hacer
2. Agente de cambio
3. Introducción de nuevas metodologías
4. Tener la perspectiva de una persona fuera de la empresa
5. Ser oportuno
6. Actuar como un representante de la dirección.

Bibliografía:
Organización Internacional del Trabajo, La consultoría de empresas: Guía para la
profesión, Tercera edición, México, Limusa, 2005
Sama Treviño, Manuel, Consultoría: ¿profesión o salvavidas?, México, Editorial
Trillas, 2002

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