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Capítulo II

El ruacimiento y los primeros dieciocho


n'Leses de uida

L INTRoDUccTÓN
oonÍalros DECIR et;E EL "n[[,AGRo" DE LA\TDA transita a través
de dos grandes momentos; e1 primero es el de la fecundación
(cfr. cap. I, 3.1) y e1 segundo es el de1 nacimiento. Analizaremos a con-
tinuación este último como así también ios primeros dieciocho meses
de vida, que implican eI pasaje de la simbiosis ln utero a una simbio-
sis externa con la madre.

2. NACIMIENTO

En la mitología y en 1os sueños ei nacimiento suele ser repre-


sentado mediante la imagen de alguien que sale del agua. Estas
imágenes recuerdan los nueve meses inmersos en el1íquido amnió-
tico, medio del cual somos extraídos o bien expulsados en el mo-
mento de nacerl.
El parto es un proceso expulsivo que comienza mediante contrac-
ciones uterinas graduales y progresivas, las cuales hacen descender
al feto cuando está maduro. Este, en dicho descenso distiende prime-
ro ai cuello uterino, posteriormente a la vagina y Ia vulva. La presión
ejercida por las contracciones provoca la ruptura de las membranas
que 1o han protegido y se elimina el líquido amniótico. El nacimiento
ocurre cuando el feto es expulsado o extraído del útero. Seguidamen-
te ia placenta, el corion y el amnios son eliminados.
Este proceso de parto es tanto facilitado como dificuitado por fac-
tores anatómicos, fisiológicos y psicológicos. Influyen, por ejemplo, el
t
FRELTD, S. (1916-17). Conferencías d,e Introd,trcción al psicoandlisis. Amorortu
Editores, Buenos Aires, 1985.

79
tamaño y conformación anatómica, tanto de la madre como del hijo,
la posición que adopta el feto en ei canal de parto, la elasticidad de los
músculos uterinos de Ia madre. Asimismo, intervienen en el mencio-
nado proceso otros elementos entre los cuales podemos considerar la
ejercitación preüa de la madre para pujar, los temores y fantasías
maternas acerca del parto y del hijo,la información que posea acerca
de este proceso, como ya dijimos anteriormente.
El parto queda asociado en la madre, entre otras, a experiencias
de separación y de dolor tanto fisico como psÍquico '. Se abandona de
cierta forma e1 lugar de fr4-a para convertirse en madre y a su vez
transforma a sus padres en abuelos;es decir, que modifica el orden de
filiación. E1 hijo está ahora fuera del vientre y frente a 1a sociedad; es-
ta experiencia conlleva el sentimiento de alteridad, es decir, el reco-
nocimiento del recién nacido como otro sujeto y como diferente del be-
bé con e1 que soñaba; esto hiere eI sentimiento narcisista materno
pues ese bebé, tal vez,no se conüerta en el redentor de sus esperan-
zas perdidas, sino en alguien que desde la expresión de sus necesida-
des reclame su atención, es decir, estimule el surgimiento de la preo-
cupación maternal primaria3.
El modo cómo se realice el parto tiene una imporbante influencia
en la salud fisica y mental del nuevo ser. La posibilidad de lesiones y
alteraciones se incrementa debido a diversas circunstancias, por
ejemplo Ia anoxia perinatal (falta temporaria de oígeno), Ia asepsia
del medio en que se realiza, o el uso de forceps.
Luego de ser expulsado de Ia madre y al ser tomado por Ia perso-
na que colaboró en el proceso, e1 neonato reacciona de diversos modos
ya sea acurmcándose, adoptando una postura rígida o relajando sus
músculos.
Seguidamente se ata y se corta e1 cordón umbilical, sin que este
hecho aparentemente produzca dolor, debido a que ei mismo carece
de terminaciones nerwiosas.
El nacimiento representa para el nuevo ser un momento crítico
en que abruptamente se separa de la placenta, su órgano nutricio y
respiratorio. A partir de ese momento comienza a oxigenar su sangre
con sus propios pulmones y a nutrirse por medio de su propio tubo ü-
gestivo. No bien termina el parto empieza a respirar. Los pulmones
se dilatan una vez que expulsan ei iíquido que contienen y se cargan

' Roso"on, P. (1994). El nncimiento de una ma.dre. Editffial Nueva Visión,


Buenos Aires.
3 y
WiNlrcorr, D. (1987). Los bebés sus madres. Editorial Paidós, Buenos Aires.

BO
de aire, admitiendo también una mayor cantidad de sangre.
Elllan-
io -l.iáf es la señal de que los pulmones se han inflado y co,,,enza-
ron a funcionar, es el índice más claro de la vitalidad de1 neonato. co-
habla de un g,ito del nacimiento, quejido,-o-11anto, co-
-,i"Á""t"de1secomienzo
;;;ñ de 1á respiración y, por lo tanto, de1 comienzo
-- Ia vida posnatal.
de
Á pártir de 1a expulsión, eI nuevo ser debe hacerse cargo de un
cú-
mulo áe funciones que hasta ese momento cumplía su madre. La du-
i.Á l"estos cambios se obsewa en algunas diferencias entre ambos
medios que enunciamos en el siguiente cuadro:

.,,,médio,:,llqirido ;.'.,ánmino nsieo. jnúévb ..(,urédio. .,áénéü)


.

. temperáfura estable . 'reSponde a


los cambios de temperaturá
,,
(tempeiáft,raoscilante),'

protegrdo y amortiguado . iéacciona anté un ambiente que es


mediañ[e la placentá Y e| cambiante y' con multiples éstÍmulos'
saco amniótico Y lá barrera
múltipiá frente a éstímu}ós;

piovisión casi inmédiata,de . debe respirar Pára sobrévivir- ,:

sus necesidadós. i ,i
. débe incorpqrar y digerir aliménto§;
ritmo inconstante de alimentación.
. debe áli*irr* d.techos hacia el:
exterior. En las primerás 24 horas
debe orinar. : ,: i ,

. modificación de Ia crrculació-n de lá
:sangre, ahora pas#á previamenk
por los Pulmones Para oxigenaase

con el nacimiento e1 neonato se incorpora aI medio familiar y ai


*orráo.o"iocultural, que a partir de este momento influirán en é1di-
----ó-ó
rectamente.
R*K a
en 1g24 introduce una imporbante noción para Ia

'Ra*x, O. (1990). El trauma del nacimiento Editorial Paidós, Buenos Aires

81
comprensión del proceso del nacimiento. En é1 analiza el carácter
traumático de este pasaje y su influencia en el desarollo posterior de
la personalidad.
El "trauma del nacimiento" consiste en el abrupto pasaje de una
situación de üda intrauterina placentera, alacual el feto estaba adap-
tado, a un nuevo medio ambiental con su exigencia de adecuación a é1.
La presentacion súbita y masiva de estímulos externos durante
el alumbramiento es experimentada como la primera situación de an-
gustia que etimológicamentes remite a estrechez, situación
crítica--término
y así se constituye en Ia reacción vivencial prototípica fren-
te a un estado de peligro. El acto de nacer es una situación de riesgo
en la cual la conservación de la vida es amenazada.
El feto durante e1 proceso de nacimiento vivencia grandes mag-
nitudes de excitación que le producen sensaciones de displacer. Esta
es una reacción de alarma, es decir una reacción general de adapta-
ción del organismo del recién nacido; como toda reacción de este ca-
rácter tiene una fase de shock (daño) y otra de contrashock (defensa
activa). Este estado de mayor adaptación subsiguiente al trauma del
nacimiento facilitará las posteriores respuestas del lactante a los
múltip1es estímulos ambientales posnatales, que son muy superiores
a los que ha soporbado en la vida intrauterina, pero de intensidad in-
ferior a la situación traumática dei nacimiento en sí.
Resumiendo, el choque que representa el cambio del medio ma-
terno al mundo exterior, tanto en el plano fisiológico como psicológi-
co, es para Omo ReNr la experiencia primaria de angustia. Esta se
constituye enlaraíz de posteriores üvencias que comprometen dicho
afecto.

3. EL NEONATO

EI neonato tiene un peso promedio de 3 kg y una altura media de


50 cm. Su aspecto no es muy atractivo: arn-rgado, frágii y pequeño,
con cabeza a veces deformada o moldeada por el pasaje a través del
canal materno, cabellos y uñas bien oscuros y desalineados. E1 cuer-
po del neonato es desproporcionado ya que la cabeza representa Ia
cuarba parte de su altura, los pies son largos y los órganos genitales
masculinos voluminosos.
El lactante, a diferencia de la completud propia de los animales

5
CoRo*t**, J. (1990). Breue diccionario etimoló§co de la lengua castellana.
Editorial Gredos, Madrid.

82
aI nacer, está desamparado. Ya que, posee una dotación de pulsiones
(Tbieb) y no de instinlos (Instirukt),1os que le aportarían esquemas de
conducia heredados a partir de los cuaies podría resolver sus proble-
mas de adaptación. La inmadurez del sistema neryioso provoca re-
pentinos sofiresaltos y temblores, así su sistema motor tarda casi un
áño para permitirle tomar correctamente los objetos y poder-caminar.
Caréce dé la manifestación plena de sus características humanas
más específicas. Por eso, muchos autores consideran al neonato como
un prematuro que hasta aproximadamente e1 año de vida necesita de
,r, i'út"ro psicoiógico", de una simbiosis psicológica con la madre pa-
ra completar su desarrollo intrauterino.
El neonato se nos muestra, indefenso y constitutivamente incon-
cluso, de modo que depende absolutamente de1 medio para sobre-
vivir. Ei desvalimiento y la necesidad de cuidados permanentes,
por parte de su madre, persisten durante todo el primer año de vi-
áa. ñstas observaciones avalaron ias afirmaciones tanto de Gpgp-
LEN como de PonutmNN.
6
AnNoLo GpHpl-pN en los comienzos del siglo )O( caractenza al
hombre como un ser que nace deficitario, pues su naturaleza es dé-
bil. Ante esto desarrolla para compensarlo artificios como la cultu-
ra, e1 lenguaje, las instituciones.
A¡olr Pómvr¿NN 7en la década del'20 formuló la tesis que afir-
ma que e1 hombre nace, fisiológicamente hablando, en un parto
pre*at,rro. El período de embarazo debiera durar 22 meses y no 9,
para qrr" el sei humano haya alcanzado así un desarrollo equiva-
iente á1 de los neonatos de otras especies de mamíferos, como la ba-
llena o el cabalio.
Por una parte, el hombre es el único mamífero que recién al
año de haber nacido adquiere las formas fundamentales que Ie per-
miten desarrollar los movimientos y actividades que caracteizan
a su especie. Por otra parte, el neonato es un ser abierto al mundo
y dotado de gran plasticidad, pues los órganos de sus sentidos ya
están en funcionamiento cuando nace.
La prueba denominada"score de Apgar" se administra al mi-
nuto de haber nacido, para diagnosticar acerca de la normalidad
del neonato y determinar los pasos a seguir. A continuación la des-
cribimos:
6 GEHnlnN, A. (1g5b). El hombre. Su naturaLeza y su puesto en el mundo.
Editorial Nova, Buenos Aires.
7
PoRmraNN, A. (1954). Los cambios en el pensamiento biológico. Editorial Suda-
mericana, Buenos Aires.

83
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Se,evaiúacomo:.normalelquealcanz.1.7omaipuntoS1

3.1. Descubrimiento y relación con el mundo


Todos los sentidos están activos al nacer, como dijimos anterior-
mente, en 1a vida intrauterina algunos de éstos desempeñan impor-
tantes funciones. Antiguamente se creía que los neonatos eran ciegos
y sordos. Sin embargo, podemos observar que ei neonato percibe y
reacciona ante la 1uz, los objetos luminosos y Ílente a 1os ruidos. Le
agrada e1 calor y 1e desagrada el frÍo, responde a 1a presión cutánea y
al dolor, le afectan los olores y sabores, tiene sensibilidad tácti1 en par-
ticular en torno de la boca ylacabeza.
Los neonatos son curiosos, muestran interés en percibir algo nue-
vo, están abiertos al mundo. Sin embargo, la mayoría de sus capaci-
dades sensoriales aún están inmaduras. En consecuencia, carecen de
un esquema de referencia para situar las impresiones que reciben.
Perciben a1 modo de "cuadros" üsua1es, auditivos, tácti1es, simples e
imprecisos, sin relación entre ellos, que aparecen y se desvanecen.
Su mundo perceptivo se lo puede caracterizar más bien como
simple, pero no como confuso. A veces, se ha exagerado a1 evaluar la
poca discriminación de su sistema sensorial, tanto que algunos auto-

B4
res afiñnan que e1 mundo para e1 neonato es caótico y confuso. su
percepción es más bien global, simple y con poca discriminación, pe-
ro noimplica necesariamente que viva confundido y temeroso por el
supuesto desorden del mundo que se ie presenta.
La complejidad de 1a experiencia alimentaria, con su carácter po-
lisensoriai y variedad de inrpresiones y de actividades, es fundamen-
tal en su contacto e intercambio con la realidad exberna y para su or-
ganización interna. La madre continúa mediatizando su relación con
él mundo y de ella depende en gran medida que lo descubra-como con-
fiab1e, ord'enado y bueno, o bien como caótico, confuso y peligroso. El
víncuÍo afectivo con 1a madre tiene un rol estructurador de 1o percep-
8
tual a partir ya de la primera mamada. RrNÉ SprU considera que la
estruciuración pu.."ptral se sustenta en una vivencia unitaria, gra-
cias al clima afóctivo de 1a relación materno-filial. El neonato recep-
ciona estímulos y responde a éstos tratando de comunicarse y de c91-
tactarse con el mundo que 1o rodea, pero la madre y los demás adul-
tos son quienes aS,rrdan y permiten estructurar su percepción y su co-
municación.
si bien es cierto que en los primeros meses de üda manifiestan
una actiüdad generafy perceptiva en particular, esta última es limi-
tada por eI dormir y la barrera protectora de estímulos'
É1 neonato generalmente duerme la mayor parte dei día, permane-
ce escasas horas en estado de ügilia y otro tiempo transcurre adormeci-
do. Recién a 1os 6 meses 1a ügilia y el dormir quedan equilibrados, ei qe-
cir, mitad dormido y mitad despierto. Por tal motivo, H. Rpt',g>l,nnt',de-
nominó a los primeros dos meses de vida la "edad del sueño". Pero, es
necesario aclarar que el dormir no es un proceso pasivo y que en las po-
cas horas de vigitia existe un intenso contacto con Ia madre'
por otra párte Srrrz afirmó, desde ia hipótesis psicoanalítica, la
existencia de Lna "barrera protectora de estímulos" en el neonato. Los
estímulos externos son solámente percibidos cuando sus niveies de
intensidad exceden al dei umbral de dicha barrera protectora. Hay un
proceso de filtrado de 1o proveniente del mundo exberno como defen-
sa activa para el desarrollo económico de la psique. A partir de Io di-
10
cho, Bn¿zrLTON y CneUrn observando a los recién nacidos distin-
guieron en eI transcurso de sus días diversos estados:
t S"rrr, R. (1977). Dl primer añn de uida d.el niñ'o. F' C' E', México'
e
Rrwr¡no, H. (1980). Tlatad.o de psicología euolutiuo. Editoriai l'abor, Barcelona'
t0
Bn¡zplroN, B. y Cneunn, B. (1993). La relación mó.s temprano. Editorial Pai-
dós, Buenos Aires.

B5
L El sueño profundo. El bebé presenta los ojos firmemente cerra-
dos, respiración profunda y regular, ausencia de actiüdad motriz,
piel rosada y tono muscular relajado. En estos momentos es casi
inaccesible a los estímulos externos.
2. El sueño activo (sueño MOR o movimiento ocular rápido). El
sueño es ligero, la respiración irregular y más rápida, mueve los
miembros y en el rostro frunce el ceño o se sonrÍe. Su piel se en-
rojece por momentos. Durante este tipo de sueño está más "abier-
to" a los estímulos del mundo.
3. El estado de somnolencia. Los párpados están abiertos, o se-
micerrados; los ojos poseen un aspecto üdrioso y no se fijan en
punto alguno.
4. El estado de alerta o despierto. El cuerpo y el rostro están re-
lativamente tranquilos; pero 1os ojos están abiertos y brillantes
como'Ventanas" abiertas al mundo exterior.
El estado de alerta pero inquieto. EI bebé está despierto, pre-
5.
senta actividad mottiz generalizada, su piel se enrojece. Este es-
tado es una transición alllanto.
6. El llanto. Es un importante y complejo sistema de comunicación.
Se pueden distinguir cuatro tipos: de dolor, de hambre, de aburri-
miento y de molestia.
Estos estados descriptos son diferentes en cada bebé pues expre-
san sus modo de controlar las tensiones endógenas o exógenas, orga-
nizar sus vivencias, comunicarse afectivamente mostrando su aten-
ción a 1o externo, su excitación, aflicción y necesidad de interación o
de repliegue en sí mismo.

3.L.1. sentidos supeiores y el mundo del bebé. Percepción a distancia


La üsta y el oído son los sentidos denominados "superiores", pues
son los que abren al mundo como a un espacio remoto y permitán la
anticipación a posibles encuentros, librándonos, por ejemplo, del in-
mediatismo del tacto. Además, los podemos llamar "superiores" por-
que nos facilitan el acceso al mundo de 1a cultura; por medio del oído
escuchamos la palabra habiada, el canto y la música y por medio de
la vista accedemos a Ia palabra escrita y a Ia estética de la forma.

86
3.1.1.1. Vsión

Lanquezadel mundo se descubre fundamentalmente por medio


de la vistá, hasta tal punto, que para el hombre adulto normal, el
mundo está representádo básicamente por Io que puede ser visto. La
cultura actualLs predominantemente visual, dado que la mayoría de
las actividades se inician po la recepción de dichos estímu1os e impli-
can conductas con preeminencia de este componente. Se-considera
que aproximadameñte el707o de la información del mundo exterior
recibida por un sujeto proviene de la vista.
La visión permite una rápida captación de los caracteres funda-
mentales de o§etos y situaciones, favoreciendo el desarrollo intelec-
tual y el contról del medio. Es un sentido integrador y sintetizador
qr" ófru." un panorama del mundo en forma instantánea y global, a
diferencia del tacto que opera en forma sucesiva y por partes.
El ojo muestra eI mundo circundante en su estructura tridimen-
sional háciendo de la üsta ei sentido más objetivante debido a que,
con la captación de la distancia y 1a profundidad, transmite la expe-
riencia más nítida de la distinción entre eI sujeto cognoscente yIa rea-
lidad conocida.
La importancia de Ia visión en el proceso perceptivo reside en que
brinda el marco de inserción de las cualidades captadas por los demás
sentidos, permitiendo 1a construcción de una unidad cognoscitiva
anáioga aja unidad flsica del objeto. Nos da Ia üsión de conjunto del
mundo que nos rodea, en su singularidad y concreción sensible.
El dósarrollo anormal de la üsión, o la carencia de Ia misma (ce-
guera), reducen la movilidad del bebé y le limitan las experiencias con
1os otros órganos sensoriales. Posteriormente este bebé, para compen-
sar Ia faltJde visión, desarrollará una gran sensibilidad táctil y au-
ditiva. De este modo las experiencias de1 mundo objetivo se restrin-
gen, su moülidad se limita, el dominio del espacio se ve dificultado,
1á orientación se desarrolla con lentitud y experimenta su escasa ca-
pacidad para controlar el medio circundante y,,por ende, para afirmar
iu autoñomía. Estas limitaciones acentúan la construcción de un
mundo egocéntrico, que gira alrededor de sí mismo y empobrece las
relacionei interpersonalés. De este modo, se incentiva la conforma-
ción de los denominados "rasgos autistas".
La üsión posibilita üvencias emocionales que dan una tonalidad
afectiva espeáal al vínculo con ei mundo, o sea que__estimulan su
apertura a-éste. Consecuentemente, motiva al desarrollo pleno de las
capacidades.
El recién nacido no distingue entre io que acaece afuera y dentro

87
de sí, posee escasa información de 1o que sucede a su alrededor. Sin
embargo, 1os bebés prematuros de 7 meses ya distinguen la luz de 1a
oscuridad, es decir tienen un mínimo de actividad üsua1.
E1 neonato percibe laluz, parpadea (reflejo palpebral) y cierra sus
pupilas ante Ia misma (reflejo pupilar), reacciona alahn girando su
cabeza hacia Ia fuente de Ia misma (reflejo óculo-cefalogiro) y allí per-
manece. R. L. FaNtz11, demostró que 1os neonatos entre las 10 horas
y los 5 días de haber nacido ya fijan la vista por más tiempo a las for-
mas estructuradas (rostros, letras, círculos) que a estímulos unifor-
mes no estructurados.
Los bastones de la retina que captan 1a luminosidad ya se ob-
servan en el recién nacido, no así los conos y Ia mácula (punto de vi-
sión más clara), que aún están conformándose. Por este motivo, el
mundo visual de1 recién nacido es incoloro y opaco, aun cuando al-
gunos autores sostienen que distingue ciertas tonalidades cromáti-
cas. Es importante enfatizar que 1a üsión de los colores no solamen-
te facilita 1a captación de ios contornos de 1os objetos y, por io tanto,
1a discriminación de éstos entre sí, sino que también afectan viven-
cialmente a1 sujeto.
Además, la üsión de1 neonato tiene otras limitaciones. EI nervio
óptico que vincula al ojo con el cerebro finalíza su conformación a las
10 semanas del nacimiento. La transmisión de 1os impulsos nerviosos
oculares al cerebro no es óptima hasta 1a maduración de estas vías. A
estas dificultades de transmisión se agregan las antes mencionadas
de recepción, como la maduración de la retina. Por otra parbe, los
músculos y nervios que intervienen en la focalización de la vista, de-
moran casi 6 meses hasta a\canzar su coordinación óptima. Por este
motivo, no se habla de estrabismo antes de los 6 meses de edad.
Una descripción de 1o visto, que guarda cierta analogía con el
mundo visual dei neonato, es 1a que relatan los ciegos de nacimiento
que operados en su adolescencia o en su adultez, recuperaron 1a ü-
sión. Algunos de el1os, antes de ser operados, no tenÍan ceguera abso-
luta y así, por ejemplo, distinguían el día de 1a noche, la luminosidad
de la oscuridad, a semejanza de ios prematuros antes mencionados.
Recién recuperada Ia visión no podían distinguir los objetos ni por la
forma ni por eI tamaño, si bien podían notar las diferencias entre és-
tos. En consecuencia, los objetos se les aparecen mezclados y en mo-
ümiento. A medida que se acostumbran a dar profundidad, a crear
un espacio delante de sus ojos, coiocan a cada objeto en diferentes dis-
11
FaNrz, R. L. (1963). Pattern uision in newbot'n infants. Science, volumen 140,
páginas 296-297.

88
tancias y comienzan a jtzgar por la üsta su forma y tamaño relati-
vos. Es decir, aprenden Ia noción figura-fondo como los neonatos.
También, como a 1os neonatos, 1es resulta dificil dirigir los ojos hacia
1os objetos que desean mirar. Queda pues en evidencia, que además
de la maduración de ios nervios y músculos, se requiere todo un
aprendizaje y una coordinación neuromotora para alcanzat una ü-
sión óptima.
El bebé entre Ia tercera semana y el primer mes de vida ya mira
f,jamente a 1os objetos y, por supuesto, a su madre. Esta interpreta
que su hijo 1a está intencionalmente mirando, aun cuando no hay un
reconocimiento del rostro humano hasta aproximadamente el tercer
mes. Esta convergencia ocular, esta capacidad del bebé de fijar su mi-
rada, le da consistencia a sus impresiones visuales. Sus ojos tienden
a mirar los objetos en moümiento y por el1o los móüles colgantes sir-
ven para estimular su visión. A los 2 meses por los movimientos dis-
tingue Ia figura del fondo, así los objetos en moümiento se destacan
más fácilmente del fondo. Empieza a seguir a un objeto móül si se
desplaza lentamente dentro de su campo visuai.
El bebé mucho antes de poder tomar un objeto con la mano 1o cap-
ta con los ojos. Es decir, que la posesión visual de los objetos es ante-
rior a la manual. Alos 4 meses 1a üsta le es útil para explorar su cuer-
po, observa sus manos y las pone frente ala cara. Empieza de este
modo la coordinación óculo-manual.
Recién entre 1os 6 y 7 meses deja de interesarse por sus manos
para mirar y tomar Ios objetos que Io rodean. E1 avance motor de sus
manos le permite mejorar su exploración visual y prestar mayor aten-
ción hacia 1os objetos. Del mismo modo su tronco ya erguido, así como
también el poder sentarse, 1e abren su espacio visual ampliando su
mundo de objetos. Después de1 octavo mes aumenta su curiosidad por
ios objetos, observa y sigue Ios movimientos de las personas. A los 10
meses es muy observador y se preocupa por los detalles.

3.1.1.2.. Audición

A diferencia de la üsta la audición se desarroila muy temprana-


mente. EI aparato auditivo está anatómicamente completo en el mo-
mento de nacer y también están maduras sus inewaciones nerviosas
con el cerebro. Así el bebé puede oír bien antes que ver.
Alas pocas horas de haber nacido ya se sobresalta todo su cuer-
po y llora frente a ruidos fuertes y repentinos. Los sonidos rítmicos Io
adormecen y tanto Ia música como las palabras susurradas en sus oí-

B9
dos, a menudo hacen que cese su llanto a fin de poder escucharlas. Su
experiencia a 1as semanas Ie permite interpretar que las palabras
suaves van acompañadas de actitudes de cuidado, que lavoz mater-
na anticipa la atención a sus necesidades.
Diversas investigaciones realizadas durante el primer mes de vi-
da confirman el reconocimiento auditivo de la madre. Los bebés pres-
tan más atención a las palabras de su madre qUe a las de mujeres
desconocidas, aunque usen las mismas palabras". Los bebés se ama-
mantan mejor y con mayor empeño con pezones artificiales cuando
éstos activan una grabación con la voz de la madre, a diferencia de los
que se amamantan con dichos pezones pero acompañados con una
voz extraña'".
El bebé puede detectar diferencias entre sonidos muy similares,
por ejemplo'ba" y "pa", pero la localización de los sonidos es más tar-
día, recién se da después del cuarto mes. A esta edad vuelve la cabe-
za a quien le llama.
Asimismo,la respuesta al tono de voz se logra antes de entender
el significado iiteral de las palabras que escucha. Desde la antigüe-
dad, la sabiduría popular de 1os padres tiene en cuenta el aprecio del
ritmo y de 1a música mediante e1 desarrollo o la práctica de las can-
ciones de cuna y el ritmo al mecer. De esta manera, advertimos que
las sensaciones de contención afectiva y protección están relacionadas
con los sonidos armónicos, suaves y esperados; a diferencia de las
reacciones de miedo que están relacionadas con los sonidos fuertes e
inusitados. Estos últimos estímulos auütivos, junto al brusco cambio
del equilibrio, constituyen las dos experiencias que despiertan el mie-
do del bebé de modo más definido.
Al séptimo mes ya detecta a través de su entonación los cambios
emocionaies de quien Ie habla.
AI décimo mes ya reconoce diferentes palabras, entre ellas su
nombre, y presta clara atención al üscurso de su entorno.

3.L,2. Percepciones internas y el mundo oral-tdctil del neonato


Si bien todos los sentidos, incluso ios superiores antes descriptos,

" Erros, P. D. Speach perception in early infancy En: CormN, L. B. and S¿ra-
eamq P. (1975). Infant perception: from sensatíon to cognition. Vol. II, Academic
Press, Nueva York.
t' Mr""a, M. and MELBUISH, E. (1974). Recognition of mother's uoice in ects,ly in-
forzce. Nature, 252, pág¡nas 123-124.

90
funcionan desde eI nacimiento, los primeros meses de vida se carac-
tertzanpor el predominio de las sensaciones internas provenientes de
los órganos.
ln
SpITz nos dice que al nacer se halla presente un sistema u or-
ganización cenestésica que permite ia captación generaiizada, difusa
y primordialmente üsceral. Predomina el sistema nervioso autónomo
ó neurovegetativo sobre el sistema nervioso central. Este último,liga-
do a lavidá de relación, permite una percepción localizada y discrimi-
nada por medio de los órganos sensoriales periféricos.
nn la organización psíquica a nivel cenestésico, la sensibilidad
visceral estátonectada con algUnas de las modalidades sensoriales
periféricas, en particular, con la sensibilidad cutánea. Además, al na-
cer la zona oral (comprende el '1tocico", la caüdad bucal y ei tubo di-
gestivo hasta el comienzo de1 intestino, es decir 1a válvula pilórica)
juega un rol fundamental en 1a relación entre 1o interno y 1o externo,
entre Io visceral y los órganos sensoriales periÍéricos. Consiguiente-
mente, la zona oral y la piel son el puente entre 1o interno y 1o exter-
no, son el eje de los primeros intercambios del bebé.
La sensibilidad cutánea abarca las sensaciones de contacto, pre-
sión, temperatura y dolor. En los primeros meses el neonato reaccio-
na fundamentalmente a sensaciones táctiles y los reflejos heredados
son en su mayoría respuestas a estímulos táctiles.
15
Para DIoirn ANzrBu la piel es el elemento cohesionante del be-
bé que 1e permite ir integrando sus partes y vivenciar así un límite
entri su cuerpo y su medio circundante. Diferencia tres funciones bá-
sicas de 1a piel: es continente como un envase o bolsa;marca lgs lími-
tes entre el afuera y el adentro como superficie, por último, es un lu-
gar de intercambio.
A través de la piel el bebé recibe ei afecto cáIido y toma contacto
con su madre. Experiencias realizadas con animales y con niños de-
muestran Ia importancia de 1os estímulos epidérmicos (lamidos, cari-
cias), como estimulantes de ias funciones vitales.
t6rcalizóinvestigaciones con monos a los que
H. F. Elmlow (1959)
se les impedía desde su nacimiento hasta el primer ano el contacto fi-
sico con sus congéneres, aunque se les permitía verlos y oírios. En es-

tn
S",rr, R. (1977). El primer año d.e uid.a clel niño.F. C. E., México.

'u ANrrrr, D. (1987). ElYo'Piet. Biblioteca Nueva, Madrid'

" Citudo en: Wutrr¡,xpR, J. (1985). Psícología. Editorial Interamericana,


México.

91
tos casos observó graves dificultades posteriores en sus relaciones se-
xuales y sociales. Además, comparó los monos criados por sus madres
con otros amamantados por muñecas de alambre, unas recubierbas
con tela y otras sin recubrir. Se alimentaron y desarrollaron afectiva-
mente mejor los monos que fueron criados por sus madres; en menor
medida alcanzaron estos logros 1os que eran atendidos por madres
sustitutas recubiertas con telas que permitían un contacto táctll agra-
dable; en último lrgar, tuvieron menores logros 1os que contactaron
con 1as madres de alambre, pues carecían del estímulo tácti1cálido.

4.EL DESARROLLO DELYO EN LOS PRIMEROS


MESES DE VIDA
A continuación definimos algunos conceptos clave y resumimos
los principales hitos de1 desarrollo del Yo durante los primeros diecio-
cho meses. El niño en 1a medida que va descubriendo el mundo y re-
lacionándose con é1, se va discriminando y autoconociendo. Los orga-
nizadores de la psique que describe R. Spnz y la fase de1 espejo estu-
diada por J. LACAN, nos permiten aproximarnos a la complejidad de
esta etapa constituyente del Yo.

17
4,1. Organizadores de la psique. René Spilz
Consideraremos algunos conceptos clave en la teoría de Spttz:

....,Or.gaai¿áüór:,:..nr*oj.ón',.éc,..Xá..intég1ációñ..'déi.lá..pé ndi*ád,,,,,8$ádo de
...aóoffiiñáeión.é...in ációu.,d0...ffioiOnés¡-qüépe¡mlté un nüevó¡nivel.,.dé.,.
organizaciórL modificando las propiedades dé los:ólementos a:pártii dé,
los,cualesseofrsu,, ,:
,,,,,, ,: ,, : :,: :,.
,

Objeto,,áduétlo fperió¿á i co§á:fantaSéadá o réalr con él cual se obüé.,

Estádio: es una etapa genética,eue implica una forma de organiaáCiOn


..i.de..,rlái.i.áeüividádésj....lrll....mod6.',i$éj:i.ieffisffiento,,irn Juérc aé,¡iénalé a..
,¡:pü§imdl,,Es:má,mMdidád,:t§.mmtil:,y.,fo- ,idé,r,fdáción¡,,,,,,,,,:,,,,,iir:r:r:::::::

Desarrollaremos a continuación los tres estadios del desarrollo


psicológico y su interrelación con los tres organizadores:

'7 S"rrr, R. (1976). La formación del Yo. Una teoría genética d.e campo.Centro
Editor de América Latina, Buenos Aires.

92
l. Estad.io anobjetal (fase de no diferenciación yo-objeto).
La madre es para Sptrz elYo (externo), pues no existe una forma-
ción yoica en el néonato18. No hay diferenciación entre eI Yo y etr EIIo,
entre la percepción y la memoria, entre 1o consciente y 1o inconscien-
te y por iupuesto entre el bebé y el mundo externo. Es un período ca-
rente de objeto, e1 cual percibe posteriormente en función de la nece-
sidad interna. Ejemplo de ello es que el neonato sonríe como expre-
sión de un estado interno de satisfacción (sonrisa gástrica), con inde-
pendencia de una presencia experimentada como externa. Es decir,
que 1a característica de este estadio es el predominio de las percepcio-
nes internas.

l.a. Primcr organizadan Indicadar: sonrisa social (tercer mes)

La constitución de un organizador que marca el pasaje de un es-


tadio a otro, está indicada por 1a aparición de una conducta específi-
ca.La sonrisa del bebé como respuesta ante el rostro humano en mo-
ümiento (sonreír intencional) se da alrededor del tercer mes y es el
indicador de Ia constitución del precursor del objeto, es decir, es la
aparición de un esbozo del Yo. No es una respuesta a una persona en
particular, por ejemplo la madre o el padre, sino ante una configura-
ción específica (seña1 g1oba1) que comprende los ojos, la nariz y la fren-
te y que debe estar en movimiento para poder ser distinguida'
El reconocimiento del rostro humano muestra que eI bebé ha 1o-
grado Ia capacidad de poder comparar Ia realidad de los objetos pre-
sentes percibidos en la actualidad, con imágenes de éstos construidas
en base a experiencias perceptivas anteriores. Este reconocimiento
implica el comienzo de Ia función de 1a prueba de Ia realidad y es así
el primer reconocimiento seguro de un percepto üsual. La respuesta
sonriente o sonrisa social representa una comunicación consciente y
recíproca, es eI inicio de ias relaciones interpersonales y la evidencia
de la existencia de un Yo rudimentario.

SpIrz, R. (1977).NoySí. Sobrel.rtgénesisdelacomunicaciónhumnna. Ediciones


Hormé, Buenos Aires.
SpIrz, R. (197 7). El primer año de uida del niño. F. C. E., México.
18
Es iropo.t.nte tener en cuenta las diferencias entre las afirmaciones de R.
Sprrz y las que desarrollamos en el capítulo anterior (cfr. cap. I, 4.6.1) que sostienen
la existencia de unYo fetal, es decir, de un yo temprano.

93
lI. Estq.d.io d.el objeto precursor o pre-objetal

De la pasividad respecto del mundo externo del estadio anterior,


se pasa a un peúodo de actividad intencional y consciente. Esto supo-
ne un cierto grado de separación entre lo consciente y lo inconsciente.
Predomina la percepción de los estímulos ambientales sobre la
recepción exclusiva de estímulos que se originan en su propio interior,
característica de Ia fase de no diferenciación. Ha adquirido 1a capaci-
dad de conservar y disponer de imágenes registradas en las huellas
mnémicas preconscientes.
Se diferencia el Yo del Ello; el Yo comienza a regular las descar-
gas pulsionales del Ello, las facilita o inhibe, según e1 caso, y las ca-
naliza.
El Yo ya posee un desarrollo incipiente de sus funciones percepti-
vas, mnémicas y volitivas.

ll.a. Segundo organiza.dnn la angustia d.el octaao mcs

El bebé, que hasta el octavo mes ha responüdo con una sonrisa


y eüdenciado placer ante la presencia de cuaiquier ser humano, co-
mienza a sentir desagrado si se le aproxima una persona desconoci-
da y 1o expresa apartando los ojos, gritando, l1orando, ocultando su
rostro tras ia sábana. Esto indica que el bebé diferencia el rostro ma-
terno de los demás rostros humanos y le adjudica un valor especial.
Durante un tiempo expresará su preferencia ante el rostro materno
y su temor o rechazo ante el de los extraños.
AI üferenciarse éi de su madre y üstinguir a su madre de las de-
más personas comienza, en sentido estricto, una relación interperso-
nal materno-f,Iial, la denominada "díada madre-hijo".

lll. Estod.io d.el objeto de amor o libidinal


El Yo está integrado y la madre es experimentada como un todo
diferenciado. Esta discriminación, adquirida en el vínculo con la ma-
dre, abre los caminos en todo el desarrollo de las funciones psicológi-
cas. Anivel perceptuai, a partir de este momento, comienza un perío-
do de discriminación de los diferentes juguetes y toma los preferidos,
a diferencia de1 estadio anterior en el que tomaba yjugaba con los ob-
jetos que estaban al alcance de su mano. A nivel afectivo, empieza a
matizar sus actitudes emocionales como resultado de un despliegue
de relaciones interpersonales más complejas, así experimenta la po-
sesión, el apego,la envidia, el amor, 1a alegría, entre otros afectos.

94
Por otra parte, comienza a imitar ios gestos y actitudes, a respon-
der a expresiones de los otros y a comprender norrnas sociales a tra-
vés de órdenes y prohibiciones.

lll.a. Tercer organiza.dor: el "No" (18 meses)

El indicador de esta nueva orgarización es el gesto semántico de1


"no". La madre verbaliza la palabra "no" y al decirla mueve 7a cabeza
intentando así eütar que el hijo efectue lo que considera prohibido. El
niño reconoce 1o prohibido a través de un proceso de identificación con
el agresor temido. Por este mecanismo identificatorio se apropia del
gesto materno prohibidor, es decir del "no"; los retos que viüó pasiva-
mente e implicaron la frustración de sus deseos, los transforma aho-
ra en una conducta activa. Así, por ejemplo, comienza a decir "no" o a
realizar el gesto cefalógiro equivalente, ya sea a su hermano, ya sea
al muñeco de juguete. Vive activamente la experiencia que sufrió pa-
sivamente.
Los gestos simbólicos "sl' y "Lo", asentir y rehusar, inclinar o sa-
cudir la cabeza, son un claro indicador para Spnz de 1a emergencia de
procesos ideacionales abstractos. El ienguaje, antes de los 18 meses,
consiste en palabras globales que representan oraciones y expresan
necesidades. Cuando eI bebé dice "mamá" expresa toda una gama
de necesidades, como por ejemplo "quiero comer", "quiero verte",
"me siento mal". La palabra "no" expresa solamente la negación y
no representa a un objeto, sino que el niño la abstrae de las situa-
ciones de prohibición. Implica un mayor grado de abstracción y ca-
pacidad de juicio.
Durante eI transcurso de esta etapa comienza el desarrollo
franco del lenguaje y el reemplazo de la acción por 1a comunicación
verbal.

4.2. La fase del espejo y el desarollo del Yo

Para Jecqr;ns I,ACAN en la denominada " fase del espejo" se cons-


tituye lamatnz y el esbozo del Yo, ya que el bebé logra su integración
corporal. Dicha fase es precedida por la experiencia del cuerpo viüdo
como partículas separadas en la denominada "fase del cuerpo despe-
dazado o fragmentado". FREITD a su vez denominó a este último perío-
do "autoerotismo", pues en el mismo imperan 1as pulsiones parciales,
no pudiendo recurrir a un objeto exterior y careciendo de una imagen
unificada de su cuerpo; a este período le sigue otro llamado "narcisis-

95
mo" en e1que se unifican las puisiones parciaies, al tomarse a sí mis-
'IV,2).
mo como objeto de amor (cfr. cap.
Entre los 6 y los 8 meses se reconoce a sí mismo en ei reflejo del
espejo y acompaña esta experiencia de júbilo con su mímica. El niño
descubre 1a totalidad de su cuerpo en esa imagen y progresivamente
toma conciencia de sí mismo como entidad diferenciada". Este descu-
brimiento representa un primer paso en la adquisición de la totalidad
funcional de sÍ mismo, en el logro de la aprehensión y dominio de su
unidad corporal.
Con 1a identificación primaria especular comienza un proceso de
identificaciones sucesivas fundamental para el desarrollo del Yo. I¡s
efectos de la fase de1 espejo repercuten fundamentalmente hasta los
18 meses.
Según LACAN, la identificación especular es una identificación
narcisista con imágenes externas ya que, bajo Ia cobertura de un ac-
ceso al Yo unitario y diferenciado del entorno, se constituye en un pa-
so que a través de Ia enajenación o alienación permite arribar a Ia
identidad. Recién a los 3 años, en la fase edípica (cfi. cap. IV, 3), el ni-
ño se libera de la fascinación de 1a imagen, es decir, de 1a sujeción del
sujeto respecto del"otro", de la forma del "otro". En 1a imagen del es-
pejo o en su madre el niño ve un semejante con el que se confunde y
se identifica. Se da una relación dual imaginaria de confusión entre
uno mismo y el otro, una relación erótica de1 niño con una imagen que
lo aliena.
LaceN cuando habia de esta identificación alienante con la ima-
gen del espejo señala que el hombre es un ser obligado a constituirse
con referencia al otro o contra eI otro. Asimismo, es obligado posterior-
mente a aguardar del otro el reconocimiento o el juicio, de allí nace su
agresiüdad. Lo imaginario 20 tiende a alienar porque io introduce en

ie
LecaN, J. (1991). El estadio del espejo como formador de la función del yo tal
como se nos revela en la experiencia psicoanalítica. En: Escritos 7. Siglo )frI Edito-
res, Buenos Aires.
Rlr'rupt-Lruun¡, A. (1979) Lacan. Editorial Sudamericana, Buenos Aires.
20
Lec¿N, en diversos textos que a continuación nombramos, propone tres regis-
tros fundamentales del campo psicoanalítico que son: lo real, lo simbólico y Io imagi-
nario. Cfr. l,ec.qN, J. (1988). El estadio del espejo como for"mador de la función del yo
tal como se nos reuela en la experiencia psicoanalítlca. Escritos 1. Siglo K(I Editores,
BuenosAires. (1988). Laagresiuídadenpsicoanólisls. Escritos 1-. Siglo}CXI Editores,
Buenos Aires. (1988). La direccíón de la cura y los principios y su poder. Escritos 1.
Siglo )Qil Editores, Buenos Aires.

96
e1 otro y 1o confunde con e1 otro. E1 principio del Yo está puesto fuera
de sí y iólo con el acceso a lo simbólico podrá separarse de 1os demás
y de sí mismo objetivándose y logrando la consiguiente autonomía.
El reconocimiento de uno mismo en el espejo transita tres mo-
mentos:
I. Con-ñ¡sión reflejo-realidad. Cuando un adulto enfrenta al ni-
ño ante el espejo confunde el reflejo con la realidad, así trata de
aprehender la imagen, de mirar detrás del espejo para-ver quién
sé esconde allí. Tampoco discrimina en el espejo los reflejos de é1
en relación a los de su acompañante.
II. Noción de imagen. Identifica al reflejo como una imagen. Discri-
mina la imagen como tal, distingue al objeto del objeto reflejado, así
cesan sus intentos de aprehender la imagen reflejada en el espejo.
III. Imagen de sí mismo. Reconoce a esta imagen como suya y la
diferéncia de la de su acompañante. Comienzan a partir de ese
momento los clásicos juegos frente aI espejo de moverse para
identificar los moümientos de su propio cuerpo.
Esta teoría especular expresa una vez más el lugar de Ia madre,
ya que ésta es vivida por el bebé como un espejo; por lo,tanto, esta
teoria no alude a un espejo real sino a un aspecto de ia función ma-
terna. Spnz dice que ei niño sonríe ante la madre que sonríe. La ma-
dre que ha logrado eI tercer momento antes descripto y, por 1o tan-
to, há unificado 1a imagen de sí, puede ser un espejo para el hijo, el
espejo donde el bebé se mira. En consecuenci.a, la madre no sóIo con-
tiená afectivamente sino que además brinda al niño la posibilidad
de autoconocerse.

5. CONDUCTA INTELIGENTE Y RESPUESTAAL MUNDO

En eI primer mes de üda los esquemas de conducta heredados


son el modo de respuesta a1 mundo, son totalidades motoras y percep-
tivas a \a vez. Estos esquemas innatos implican desde e} comienzo
una actiüdad de aprendizaje, de adecuación a la realidad. Así por
ejemplo, eI esquema reflejo de succión le permite extraer leche del pe-
z-ón materno o del biberón, pero requiere una adecuación motora aI
tamaño y forma del pezón o tetina para lograr una mejor mamada y
que no se derrame alimento por las comisuras labiales.
Ahora bien, no hay que ver a los esquemas reflejos como simples
respuestas aisladas, sino incorporarlos a la actividad espontánea y to-

97
tal de1 organismo. El recién nacido no es pasivo sino que tiene una ac-
tividad espontánea y global de tipo rítmica.
Aveces, por remarcar tanto las iimitaciones del bebé nos olvida-
mos que ya desde e1 primer momento tiene la posibiiidad de recibir
estímulos exteriores y de dar una respuesta.
Analizamos a continuación la teoría piagetiana2'acerca de la for-
mación de la inteligencia en el marco de la actiüdad sensorio-motrtz
de respuesta al mundo, para luego considerar la constitución del ob-
jeto permanente ybrindar una síntesis de los principaies hitos del de-
sarrollo motor.

5.L. I nteligencia perceptiu a- motriz. J. Piaget

Plecm diferencia cuatro grandes estadios o períodos en e1 desa-


rrollo de 1a inteligencia, a saber: sensoriomotor o perceptivomotor
(desde el nacimiento hasta los 2 años), preoperatorio (de 2 a 6 6 7
años), operatorio concreto (de 7 a tló
12 años) y operatorio formal (de
71 6 12 años en adelante). A su vez diüde estos estadios en fases, su-
bestadios, incluso en estadios dentro de cada estadio.
Los estadios son "cortes" en la evolución genética que deben sa-
tisfacer las siguientes condiciones:
1) el orden de las diversas adquisiciones debe ser constante;
2) suponen 1a existencia de una estructura y no 1a simple yrixtapo-
sición de propiedades;
3) las estructuras construidas en un período determinado se con-
üerten en parte de las estructuras de1 estadio siguiente, es decir
que las estructuras inferiores se integran en las superiores;
4) en cada estadio se pueden distinguir un momento de preparación
y otro de completamiento o acabamiento;
5) supone la distinción de procesos de génesis y formas de equilibrio
finales.
Definida ia noción de "estadio" es conveniente para Ia compren-
sión de la teoría piagetiana considerar brevemente las nociones de
"estructura", "génesis" y "equilibrio".
Toda "estructura" supone Ia existencia de elementos que están

21
Ptecst, J. (1g74). Psicología d.el niño. Editorial Morata, Madrid.
Ptacrr, J. (1974). Seis estudios de psicología. Barai Editores, Barcelona.

9B
reunidos en una totalidad que en cuanto tal presenta ciertas propie-
dades. Las propiedades de dichos elementos dependen, total o par-
cialmente, de los caracteres de 1a totalidad. Ptecpt concibe cada es-
tructura como poseyendo una forma particular de "equilibrio" más o
menos estable en su campo restringido, pero que se vuelve inestable
en los límites de éste. El desarrollo psíquico consiste fundamental-
mente en una marcha hacia e1 equilibrio. Así define a la noción como
un sistema de compensaciones progresivas. Las formas de equilibrio
superior suponen las características de movilidad y de permanencia,
de tal modo que pueda conservarse la estructura de las totalidades
cuando se asimilan elementos nuevos (cfr. cap. Y 3.1). "Esttuctura" y
"equilibrio" son dos aspectos complementarios de la organización de
la inteligencia.
Pero Ptac¡T agrega que 1a investigación acerca de este tema,
cuando se hace "causal", es decir, cuando descubre los factores que
aseguran el tránsito de un estado a otro, descubre y reconstruye la
"génesis" o fases de su desarrolio. Es decir que toda estructura pre-
senta a su vez una génesis, sin que exista una primacía absoluta de
uno de los términos en relación al otro. Génesis y estructura son in-
disociables, o sea que si estamos en presencia de una estructura en e1
punto de partida, y de otra estructura más compleja en el punto de
llegada, entre ambas se sitúa necesariamente un proceso de construc-
ción, que es 1a génesis.
Estas nociones teóricas se van aclarando a1 ser utilizadas a 1o lar-
go dei texto. A continuación, resumimos las principales caracteústi-
cas de los seis estadios de1 desarrollo de ia inteligencia sensomotora
según Pl¿.cpr::
Estadio I (0 a 1 mes). Actiüdades totales y espontáneas del or-
ganismo. Uso de Ios esquemas reflejos innatos como el de succión (cfr.
cap. II, 3.). Los reflejos se afinan con el sucesivo ejercicio. De este mo-
do, el recién nacido mama mejor después de una o dos semanas que
en los primeros días.
Estadio II (l a 4 meses). Se desarrollan 1as reacciones circula-
res primarias descriptas por J. M. Bel,¡wIN con anterioridad a Pte-
cET, es decir que una acción que ha producido un resultado agrada-
ble tiende a realizarse nuevamente. EI bebé que por casualidad chu-
pa su dedo, luego intentará repetir esta acción para volver a obtener
placer. La adquisición de habilidades depende de la repetición de ac-
ciones placenteras provocadas casualmente. Aestas conductas adqui-
ridas Pt¿.cpr: las denomina'hábitos elementales" porque en dichos es-
quemas sensomotores el bebé no distingue aún medios de fines.

99
Estadio III (4 a Imeses). Corresponde al logro de las reaccio-
nes circulares secundarias, es decir descubre que cuando repite una
acción logrará el mismo fin. De este modo, repite voluntariamente sus
actos, es decir, que son intencionales. Por ejemplo, si al gatear mueve
la puerta y produce un ruido, luegojuega con esa u otras puertas pa-
ra producir sonidos. Las primeras acciones no son intencionaies a di-
ferencia de estas últimas. Las reacciones secundarias contribuyen a
ampliarle el mundo de objetos con los cuales juega.
Estadio w (9 a 12 meses). Aplica a situaciones nuevas los es-
quemas sensoriomotrices ya adquiridos. Realiza actos con una finali-
dad preüa, con independencia de los medios a emplear, por ejemplo,
alcanza un objeto lejano. La coordinación y medios usados cambian
en cada situación. La locomoción le facilita la experimentación con
más objetos y nuevas situaciones; comienza así una actiüdad explo-
ratoria muy activa. Además, el niño es capaz de esperar y dejar que
se desarrollen situaciones para observar los resultados.
Estadio V (12 a 18 meses). Logra las reacciones circulares ter-
ciarias que consisten en conductas de búsqueda activa de algo nuevo,
a diferencia de las reacciones circulares primarias y secundarias, que
repetían esquemas reflejos o incluían variables fortuitas dentro del
mismo esquema. Es capaz de resolver problemas mediante eI tanteo
y la experimentación y, si bien repite sus conductas, hay variaciones
en las mismas. Por ejemplo, tira de Ia sábana para tomar un objeto
que se encuentra sobre la misma y a cierba distancia; se sirve de un
palo para acercar objetos cuando algo le impide tomarlos directamen-
te, en estas circunstancias el palo se convierte en su instrumento.
Experimenta con 1as cosas, por ejemplo, arroja un objeto al suelo
desde diferentes alturas y con mayor o menor fuerza. Asimismo, hun-
de unjuguete de plástico en eI agua y observa con atención su reapa-
rición en Ia superficie.
Estadio VI (18 a 24 meses). La imitación desempeña un papel
clave en sus nuevas adquisiciones. Predomina la acomodación de los
esquemas, la adecuación a los objetos. Es capaz de encontrar nuevos
medios no solamente por tanteos externos, sino que ya puede recor-
dar, combinar mentalmente los esquemas de acción e inventar nue-
vos. No se queda en la simple percepción de 1os hechos, sino que com-
prende la reiación existente entre los mismos o descubre la causali-
dad que puede üncularlos. Pasa de las experiencias sensomotrices
reales a una reflexión acerca de las mismas. El conocimiento del me-
dio ya no se refiere a las secuencias de su acción dado que posee una
capacidad de recordar sin tener que repetir Ia actiüdad sensomotora.

100
A diferencia de los estadios anteriores, en ios cuales el niño conocÍa
un objeto a través de Ia acción que realizaba con ei mismo y memori-
zabaia secuencia de dichas acciones (memoria de acción), ahora ha
comenzado el proceso de interiorizaci1n de éstas, que permite la for-
mación de imágenes. Gracias a su capacidad de recordar imágenes y
de relacionarlas con experiencias anteriores comienza a anticipar y
prever acciones.
Ptacm da como ejemplo de esta experimentación mental sin tan-
teos sensomotores, a un niño que trata de abrir una caja de fbsforos
apenas entreabierta sin recurrir aI ensayo o erTgr, o sea.a la experi-
mentación directa. El niño se detiene y examina ia situación, durante
este,,pensar" atento, abre y cierra la boca lentamente como imitando
el resultado por obtener, es decir, la ampliación de |a abertura; y lue-
go directamente pone el dedo en la hendidura y abre la-caja.
- En situaciones simples es capaz de pensar acerca de sí mismo en
relación con situaciones de] pasado, dei presente y del futuro inme-
diato.

5.2. OQjeto permanente

Para J. Pracnr, la construcción del esquema del objeto permanen-


te implica 1a noción de un posible retorno al punto de partida de cada
modiñcación de 1o real. Primero eI infante se üscrimina a sí mismo
del mundo externo y posteriormente descubre que los objetos pueden
perdurar en ei tiempo. Esto permite al niño elaborar una imagen más
adecuada de la realidad.
En el cuadro de página siguiente exponemos las etapas por Ia
que transita eI niño para lograr construir Ia noción de objeto per-
manente:

101
. !lftfñ.DI\.1-:fI rJtjrI\DlItLltJur\rl\ :IJ[L t ]J{JI.;I:U ,X.tl,lllVlAi\J:{!,1.ILj:
Etepns,E¡re,cb¡,tsrnúC-cró§:.pÉLóB.rETó,peRMANEi\riE, : ::. : : :

:
.,,::,...:,,:.
;,,; ;; lp¿¡,¿1-p (0 á times):,mira y cupt ian.*t ,ateneiOn,tos objdi u¡:*o'
.ifirniá'ffiii.iitl..péChoi..rrlrá rrlbi.€s.iáI.. cip ,iobj€to..i0óñiiüüei.éX,i.cüil¡.se ráiáclo,.
na, pem es párcibido nrna amóntaime¡t"- me¿iante :ái
un,, objéto., : :
contácto

..¡.¡...,....¡¡..¡¡,¡.eda;.,.etapá...fi....a...A,..m¿sosj.i....nü¿éa¡üÜii1b§...6,biétos.,.üüb.,.lé.¡ ian.,fami,
,liares a iiánés de,Ia acción,qüé':iéaliza,ó6rr tó§ mismos. Sé observan cbnduc.
iasique suponen cie*a.rnemoriá,a¿ rmóuo"i*i"nm *té ü"áaroS p*l"pit
vós o g:'upos dé imnrésiónés eitabtés que comienza,á distrnsrdf,"' I
, ,,'",",',
: 8ra. etápá feia 6,meses).Pe¡§ierre nsual¡iente a,un objálo,áá rá,
üo "r, la
de 180 erádos,, Mantiene,un objeto en :la rnano:¡r,,lo mirá, io iléva,h

:.....,it',i......i.iatei...éiapa..¡(6¡.»,',e..¡m aSl.i.; ..;id.ésá$ á¿éi un¡¡oljéto dé..rü..áffi¡,;vii..


iual pierde el intérés por el mismó como ii':hubieia dejado de existia no io
buscá y- pof 1o tanto,,nó hay aún noción de pérm,anencia déI olijeto.,sin:em-'
bargo; al cubrir un objéto pem dejando üsiblé una parte del ,mismo, el,ni'
ño logra rnant'enei iu interés y,recupérar el ob¡eto escondido.'euuae yu re-
Cónstruií un,todoa partir,dé una pórción üsio'Ie del,objeto. i,

,, Íta; etápá (8 a 12:meses). El nino ¡,a puede ré""p"i* un;uguete,


aun cuando ie Io,óculte póf ,completo, siempre que:sea:teiiigo aá.tas **-
niobras:de:ocultamiénto realizadas p-or el experi¡nehtador. En ááso,contrá¡
rio, aI realiia¡sá áicionás dé:ocultamiento que,él ni¡o no pudo vei; no ¿m-
préndérá búiqueaa alguna del juguete.',i i,, ,: : . ,, : , :i ,:.: :

:,,6ta.,etapa,(i2,,a ,fA meies);,Áprendá a éeguii,Con la vista é1 desplár,


zamieuto,üsiblé,de un objeto, pgro áún,nó pueaa,,inferii o piever lo§¡aes,
pl,,á,,:miénj:*tnu....*u**'*.don...ouffi.*éiái,iaeiisui.iFérc*aiaa..mreds,.,..
.,,
l..'.t......,..........r ...áffiái.. ;1CI§.:li1i8i:in.rá§e§.i.p!¡üae¡¡¡] ¡ioü]:ü iár émoJ,,áá.ttn:
,.ii.

uujém...x.¡1üffi4¡..b.¡.1ffi*tül¡.aá...tudos,..lu§...enüolmrus.l¡.9üu¡.rlU¡.¡ü ¡.üi expe,t,.

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tádás de,,,,una constante'.esp,aéiat aurante.,,i,sus, desflaiamiéntos.

L02
5.8. Desarrollo motor en el primer año de uida

A continuación, en ei siguiente cuadro, describimos los principa-


les logros motores a lo largodel primer año de ida22.

NpoNero Movimientos no coordinados y espasmódicos. Sobresaltos repentinos


y temblores por la inmadurez de su sistema nervioso.
Al llorar, todo su cuerpo se sacude y mueve todos los miembros.
Reflejos actuantes:
. de enclavamiento o de Moro (pauta infantil de alarma). Un
ruido fuerte o Ia perdida de la sustentación provoca la extensión
de brazos y piernas, con posterioridad se acurn¡ca.
. óculocefalogiro. Mueve ).a cabeza hacia la fuente de mayor
luminosidad.
o palpebral. Parpadeo de los ojos.
r de succión y deglución. Mediante la acción del chupeteo ob-
tiene su alimento y lo traga, permitiendo así pasarlo de la boca
hacia el estómago.
1 MES El bebé está generalmente tendido sobre su espalda.
Boca abajo intenta levantar la cabeza y la coioca hacia un lado.
En reposo las manos están cerradas; al colocarle un dedo en la
mano 1o aprieta fuertemente.
Los movimientos de los brazos poseen mayor amplitud que los de
las piernas.
Mantiene el tono muscular durante más tiempo, de modo que
cuando lo levantan su tensión muscular es más estable.
2¡.3 Sostiene la cabeza con firmeza.
MESES Toma firmemente el sonajero y 1o sacude con movimientos
bruscos involuntarios.
4 nnsps Boca abajo, levanta la cabeza y el tórax voluntariamente.
Vuelve 7a cabeza hacia quien lo llama.
Observa sus manos y las pone frente a sus ojos.
En general, tiene las manos sueltas y abiertas, las tiende hacia
eI objeto que se le ofrece.
Le agrada estar en brazos o que lo sostengan sentado para poder
mirar mejor el mundo circundante.

22
MroElLÍN, G. y Tascótt, E. C. (1995). Crecirni.ento y desarrollo d.el ser huma-
¿o. Tbmo I. OP§, Washington.
Horrlrmx, L. et al. (7988). Deuelopmental Psychology TM¡ry. Mc Graw-Hill, New
York.
LnóN r¡ V¡lonra, CH. (1997). Secuencias de desarollo infantil. UCAB, Caracas.

103
7 lrrsrs Boca abajo se da vuelta y viceversa.
Mantiene el tronco erguido, se sostiene sentado sin apoyo.
No se conforma con quedarse sentado y mirar, quiere tocar y
tomar los objetos.
Cambia de mano un objeto reiteradamente.
Golpea los objetos que tiene en la mano sobre una superficie.
Levanta las piernas y toma los pies llevándolos hacia la boca.
Comienza a usar el pulgar en la prensión.

10 MESES Deambulador.
Desagrado por la posición yacente; se sienta solo y se desplaza
gateando. Se mantiene de pie sujetándose en personas u objetos.
Manipula objetos mientras está sentado, sin apoyo.
Aprende ajuntar el pulgar y el índice para asir los objetos peque-
ños (prensión en pinza).
Usa el índice para señalar y para hurgar. Explora agujeros y ca-
vidades.

12 MESES Locomoción: primeros pasos, empieza a caminar.


Posición erguida sin ayuda. Se queda de pie sin problemas.
Logra hacer Ia pinza perfecta con el índice y el pulgar.

La maduración nerviosa motora que acabamos de sintetizar se


realíza en dirección céfalo-caudal, es decir, de 7a cabeza a los pies.
La finalización del proceso madurativo motor sigue 1a siguiente
secuencia:

le-r¡,.més ....,,;.....,......,..,,i;¡,........:.;:.;:.
,.,.,,:::
.aa¿ai',.'..'..i.i.'.......i..,.t..i.i.'.i.i....i.......,,.................,i.,........................

4to., mes : :
-r : l :. :.............,...:..... :..,..,. Cábezá; cuélió 5¡,hombros.
.....rmU'¡¡.me§..¡¡.lii.i.i.i.il.l,.li'l,r,1,¡il:¡iii.orii...i.i.i.i.:.;.r .ffi"oricó;i.h,iatüü.¡¡r..AmüSi.,.,.,.,.
tftno,.. és....iil¡ii.i¡.ri.iri:.iiil.:ii.i,l.l:.iii,i.:ii.:ii.f.i,,.l,1ii1 Piérnas?,pies y dedoe:, ,

6. I,A MI$ERNIDAD. EL VÍNCTILO M^{TERNO-FILIAL

Consideraremos en primer término a la madre, de un modo ge-


neral, para luego analizar Ia díada materno-filial y su importancia en
la constitución del Yo. A continuación, abordaremos esta relación des-
de el modelo biológico de Ia "simbiosis" con el que se suele caracteri-
zar el vínculo primario del hijo con su madre. Posteriormente, ex-
prondremos diferentes interpretaciones acerca de este vÍnculo prima-

t04
rio y fundante de 1a personalidad. Por último, proponemos un texto
para que abriendo y promoüendo la reflexión, el debate y el juicio crí-
tico, permita una toma de conciencia activa y responsable ante esta
temática.

6.1. La madre

En la relación progenitor-infante23 un aspecto fundamental está


relacionado con el desarrollo del segundo; pero otro aspecto está vin-
culado con la madurez de la madre, con el cuidado, con las cualidades
y cambios de ésta para satisfacer a las necesidades del niño (cfr. cap.
r,2).
Dichos cuidados suponen a una mujer que posee las condiciones
psicológicas especiales para hacer frente a Ia realidad de cuidar a su
hijo. Estas conüciones constituyen una construcción psíquica única e
independiente, un entramado de fantasías, temores, deseos, sensibi-
lidad y capacidad para la acción. Dicha conjunción fue llamada por D.
SrrnÑ "Cónstelaclón maternal" 24 y supone cuatro temas:
I. El tema de la vida y del crecimiento. Lo que está en juego en
esta situación es la capacidad de la madre para mantener al be-
bé con üda. Este tema de Ia supervivencia no se 1o vuelve, en ge-
neral, a encontrar con tal crudeza en el desarrollo de la üda. Des-
de ya, este momento es amenazado con las fantasías de fracaso
en esta tarea ütal, es decir, que es el encuentro cotidiano con el
fantasma de la muerte.
II. El tema de la relación primaria. Se imbrican en esta punto Ia
capacidad de la madre para amar a su bebé, üscriminar sus ne-
cesidades, sentirse amada por é1. Pero también, rondan los temo-
res como el de ser insuficiente, deficitaria, o vacÍa; o los de sentir-
se artificiai,incapaz de amar o de entregarse.
III. El tema de la rnatriz de apoyo. Dicha matrtz benefactora y
protectora está constituida por otras mujeres, sean madres, abue-
las, tías y amigas. Este apoyo, por un lado, protege fisicamente a
la nueva madre,la retira de las exigencias del mundo externo de
modo que pueda dedicarse al bebé; por otro lado, es el sostén psi-

'3 Wrn*cott, D. (1993). Los procesos d,e mad.uración y el ambiente facilitad,or.


Editorial Paidós, Buenos Aires

'n SruRN, D. (1997). La constelación maternal. Editorial Paidós, Buenos Aires.

105
cológico y educativo para que la novel madre se sienta instruida,
apoyada, acompañada, valorada.
IV. El tema de la reorganización de la identidad. La madre aho-
ra está ante la encrucijada de desplazar el centro de su identidad
desde el rol de hija al de madre, de esposa a progenitora, de pro-
fesional a matrona. Esta reorganización pone en juego la historia
de sus identificaciones, como también las nuevas relaciones con
las figuras maternas de la matriz de apoyo.
Ahora bien, esta "constelación maternal" se activa frente al bebé
y se anudan en una díada que analizamos a continuación.

6.2. La díada

Desde la fecundación hasta los 3 años de vida es Ia "era de la ma-


dre", de Ia díada madre-hijo, que se caracteizapor fuertes lazos afec-
tivos y cierba distancia y aislamiento del medio circundante. Esta re-
lación diádica o de unidad dual tiene un desarrollo gradual de mutuo
crecimiento con sucesivas crisis o momentos de separación o diferen-
ciación. Esta dialéctica fusión-separación se expresa ya en el cigoto o
huevo cuando se "fusiona" con Ia pared uterina efectuando así la sim-
biosis biológica con la madre; con la crisis del parto y del nacimiento
comienza la autonomía corporal del bebé;con la simbiosis psicológica
post-natal con Ia madre se efectúa en otro plano una nueva fusión que
entra en crisis con Ia angustia del octavo mes en la que reconoce a la
madre como un todo independiente de él y es, según M. Ma¡¡mn 25, el
nacimiento psicológico del infante;finalmente, este proceso de sepa-
ración conciuye con ia aparición en escena de1 padre en eI período edí-
pico (cfr. cap. ry 2 y 3 ). Este es el momento en que Ia relación diádi-
ca se conüerte en triangular, el padre deja de ser alguien que está y
colabora con la madre como una madre auxiliar, de modo que el niño
empieza a verlo cumpliendo un rol diferente al materno.
A1 hablar de padre y madre, en psicología evolutiva, nos referi-
mos específicamente a quienes asumen tales roles con independencia
de si son o no los progenitores (padres genéticos). Hablamos de ma-
dre, en este apartado, como Ia persona (hombre o mujer, progenitor o
no) que se hace cargo del cuidado del bebé posteriormente al naci-
miento. Cuidado que implica alimentarlo, vestirlo, bañarlo, acostarlo,
25
MAHI-ER, M. y otros. (1975). El nat:imiento psicoló§co del infante humano.
Simbiosís e indiuiduació¿. Editorial Marymar, Buenos Aires.

106
jugar, comparbir el tiempo con é1, estar atento a sus necesidades, brin-
darle afecto. Ei cuidado maternal es 1a continuación del íntimo nexo
de la vida intrauterina y por eso es deseable que Ia progenitora del ni-
ño asuma y cumpla con su roi materno, para el cuai se ha ido prepa-
rando en üstintos momentos de su vida, constituyendo el embarazo
el momento culminante de dicha preparación. Pero cuando no es po-
sible que la progenitora o el progenitor se hagan cargo del hijo es ne-
cesaria 1a adopción, entonces serán ios padres adoptivos y el niño de
acuerdo a su edad los que se preparen psicológicamente para el en-
cuentro. Reconocemos la importancia y necesidad de la adopción pa-
ra el desarrollo mutuo del niño y de los padres adoptivos.

6.3. Relación madre-hijo. Analogías biológicas : simbiosis

Se denomina "simbiosis" a la relación estrecha entre dos indivi-


duos de diferentes especies. Estas asociaciones de seres vivientes pue-
den clasificarse en:
1) Mutualismo (o simbiosis en sentido estricto). Es una asociación de
individuosde diferentes especies que se favorecen mutuamente en
su desarrollo. Es una unión íntima que constituye un todo orgáni-
co y funcional. En esta comunidad de vida sus miembros encuen-
tran ventajas recíprocas. Por ejemplo, las bacterias asociadas a las
raíces de plantas leguminosas asimilan el nitrógeno del aire y se 1o
facilitan a la planta, ésta a su vez, le brinda hidratos de carbono.
Este tipo de relación es más frecuente en el reino vegetal.
2) Comensalismo. Es una asociación entre dos organismos en la
cual uno de ellos (el comensal) se beneflcia del otro (huésped) el
cual no se beneficia, pero tampoco padece por la relación. Encuen-
tra en eI otro un apoyo para üür, habita en el otro, pero no se ali-
menta del mismo ni 1o perjudica. Por ejemplo, el tiburón suele ir
acompañado de un pez denominado "rémora" que se le adhiere y
üaja con é1, alimentándose de los trozos que desecha. Una espe-
cie se beneficia y a Ia otra le es indiferente. De modo semejante,
la enredadera sube por el tronco para ganar altura yluz, pero el
arbol no sufre ni se perjudica por ello.
3) Parasitismo: relación en la que un organismo que vive en e1 in-
terior o en la superficie de otro obtiene de éste alimento, protec-
ción y otros beneficios. Para el huésped la relación resulta mu-
chas veces perjudicial. El parásito vive a costa del huésped y lo
perjudica; como Ia ameba que se aloja en el intestino humano, en
los casos de "amebiasis".

107
Estos conceptos biológicos son utilizados por importantes psicólo-
gos evolutivos para Ia caracterización de Ia relación madre-hijo.
HoNn¡ War,loN 26 denomina al período intrauterino como áe "sim-
biosis biológica total", dado que existe un grado máximo de dependen-
cia. En é1 predominan los procesos anabólicos, éstos son parte de los
procesos metabólicos y consisten en la síntesis de moléculas comple-
jas a partir de otras más sencillas.
También se considera a Ia üda intrauterina como una forma pa-
rasitaria de existencia, dado que el feto se alimenta de lo materializa-
do por la madre.
Jecetms HocgnraNl 27nos dice que en Ia vida intrauterina todo se
encuentra sumergido como en un "océano fusional", por lo cual desde
un punto de vista adultocéntrico es imposible reconstituir 1o que pue-
de ser la experiencia psicológica del feto. La relación feto-madre es
considerada como una relación de extrema fusión.
En este complejo simbiótico el feto aparece como un órgano priü-
legiado aunque no del todo diferenciado respecto del cuerpo de la ma-
dre. Asimismo, este ser que palpita dentro de Ia madre es sensible a
sus emociones, forma parte de1 cuerpo üvido, de1 esquema corporal
de la madre.
Existe pues una profunda interacción psicológica y fisiológica en-
tre 1a madre y ei feto. Toda emoción materna pone en marcha proce-
sos humorales que lo afectan, reaccionando éste ante dicha emoción
materna a través de sus moümientos. Estos moümientos, a su vez,
son percibidos inmediatamente por 1a madre y modifican su estado
afectivo preüo.
Mencatpt S. Mem,¡n, como ya dijimos, conjuntamente con Gos-
28
LINER en 1955 formularon la hipótesis de la universalidad del ori-
gen simbiótico de la condición humana y la hipótesis de Ia existencia
en el desarrollo normal de un proceso de separación-individuación o
nacimiento psicológico, posterior al período simbiótico.

6,4. Distintas posturas que abordnn e interpretan la díndn madre-hijo

Consideraremos a continuación la posición del psicoanalista

'u WA""o*, H. (1965). Del acto al pensamienf.o. Editorial Lautaro, BuenosAires.


27
HocHueNN, J. (1971). Hacia una psiquiatría comunitaria. Amorrorlu
Editores, Buenos Aires.
28
Meulen, M. y otros. (1975). El no.cimiento psicológico del infante humano.
Simbiosis e indiuiduació¿. Editorial Ma4,,rnar, Buenos Aires.

108
R. Sprrz quien mostró experimentalmente la importancia de los inter-
cambios émocionales entre el bebé y e1 adulto a su cargo; distinguién-
dose de ia postura anterior expondremos la teoría del "apego" de J'
BOwr¡y quien a su vez también se diferencia de la posición psicoana-
1ítica como puede interpretarse a 1a de F. DOltO, quien distingue en
la etapa orai la necesidad de1 placer autoerótico. Posteriormente, in-
tentaiemos completar el énfasis de Splrz ante la ausencia de la ma-
dre con e1 podef estmcturante de 1a presencia de ésta sostenido por
E. EnrxSOÑ. Por último analizamos 1as posiciones esquizo-paranoide
y depresiva descriptas por M. KIEIN, psicoanalista de niños, que d1a-
Áu1rurlos primeros meses de üda configurando fantasías, ansieda-
des. defensas v sentimientos,
RrNÉ Setiz2e, investigó en diversas instituciones a bebés duran-
te los primeros años de vida con madres ausentes fisicamente y con
sustitútos inadecuados o prácticamente no existentes. Observó el da-
ño sufrido por el bebé privado del cuidado de su madre como asÍ tam-
bién la duiación de dicha privación encontrando que al poco tiempo
se producían dos cuadros clínicos a los que denominó "priwación emo-
cional parcial" o "depresión anaclítica" y "privación emocional total" o
"marasmo emocional".
Por una parbe, los que padecían de depresión anaclítica (priva-
ción parcial) eran niños que habían tenido un víncuio materno bueno
y quá, entre los 6 a 8 meses, fueron privados del mismo por un perío-
áolnintermmpido de aproximadamente 3 meses. Estos niños al mes
de la privación se volvieron llorones, tendían a aferrarse a los que 1os
cuidaban; a los 2 meses empezaron a gemir y dejaron de lloriquear,
perdieron peso y se lentificó su desarrollo; a ios 3 meses ios niños se
,reg*o., a iomar contacto con las personas, se quedaron-postrados en
la óama, sufrían de insomnio y contrajeron enfermedades con facili-
dad. si la situación de privación persistÍa, se manifestaba rigidez fa-
cial, gemían y entraban en un estado de letargo. Este cuadro es pare-
cido á las depresiones del adulto. Después de los 3 meses de separa-
ción existe un período de transición de alrededor de 2 meses durante
e1 cual los síntomas mencionados se hacen más marcados, y si regre-
sa la madre o les es proporcionado una madre sustituta aceptable, Ia
mayoría se recupera aunque queden "cicatrices".
Por otra parbe, la privación emocional total o "marasmo emocio-
nal" se da en niRos privados durante ios primeros meses de üda de la
relación materna por períodos mayores de 5 meses e independiente-

'e S"Irz, R. (1977). El primer año d'e uid.a dpl niño.F' C. E., México.

109
mente de la buena o mala relación materna previa. En estos chicos
hay una detención del desarrollo psicoiógico y un empeoramiento pro-
gresivo con propensión a las enfermedades infecciosas. Es asÍ que la
tercera parbe de la población infantil con este padecimiento fallece. Las
cifras de mortalidad infantii por privación emocional no son fácilmen-
te detectables en las estadísticas porque en los certificados de defun-
ción se registra tan solo la enfermedad infecciosa padecida y no asÍ los
motivos que llevaron al dermmbe inmunológico y defensivo del niño.
Consecuentemente, los dos cuadros psicopatológicos expuestos
ponen en eüdencia el papel fundamental de la madre en el desarro-
llo de la personalidad del niño durante el primer año de vida.
La madre en el vínculo normal contiene afectivamente al hijo, le
brinda seguridad y confianza. El niño amado posee radical seguridad,
se siente justificado y confirmado en su ser. Por otra parte, ia madre
"absorbe" la agresividad del bebé, ordena su descontrol y pone límites
que encausan sus afectos. De este modo, la agresión y e1 descontrol
que recibe lo transforma en cuidados gracias a su capacidad elabora-
tiva, procesadora, a su amor, a su capacidad de darse y de pensar en
el hijo.
Los bebés internados que observó R. Sprrz fueron cuidados porva-
rias personas que no se hicieron cargo totalmente de ellos, y no les
brindaron una imagen y un vínculo personal constante y cálido, ni re-
cibieron contención afectiva, ni "metabolización" de su agresiüdad.
Perdieron junto con la madre la confianza en el mundo y el interés de
conectarse con é1. Los niños con privación emocional total perciben a1
mundo como peligroso, persecutorio (ansiedad paranoide). En la fase
final dei marasmo emocional e1 bebé rechaza todo alimento y tiene
miedo al acercamiento de las personas; el mundo deja de ser confiable
y se convierte en peligroso, temido. La agresividad que volcó afuera,
que proyectó en elmundo externo, no fue "absorbida" ni "metaboliza-
da" por la madre, quien debería haber contenido las fantasÍas e impul-
sos agresivos del bebé, devolüéndole cuidado y amor. Por eso, el mun-
do exterior se tiñe de las fantasÍas agresivas proyectadas que no han
sido desconfirmadas, así el mundo se vuelve persecutorio y agresivo.
Jorw Bowt nv 30 apartándose de su fideliáad a la teoría p-"icoana-
lítica, y en particular diferenciándose de R. Sprrz considera que exis-
te una "pulsión de apego", no ligada con la libido, es decir un impulso
primario ai apego con otros seres humanos, propio de la especie y no
derivado de Ia pulsión sexual.

30
Bowln¡ J. (1989). (Jna base segura.Editorial Paidós, Buenos Aires.

110
La conducta de apego es una tendencia que no resulta secunda-
riamente de la relación oral con 1a madre (amamantamiento). Basán-
31
dose en las experiencias de H. F. FIARLow con animales, algunas de
estas ya comentadas (cfr. cap. II, 3.1.2.), sostiene que el consuelo del
contacto es una variable de importancia crítica pero que eI amaman-
tamiento desempeña un papel menos significativo en la relación ma-
dre-hijo.
Para J. Bowr,ev los bebés humanos responden con facilidad a Ios
estímulos sociales y se introducen con rapidez en la interacción con
Ios otros. El apego a esa persona aumenta cuando el niño experimen-
ta la interacción con un aduito. El comportamiento de apego se mani-
fiesta en los dos primeros años de vida y sucesivamente surgen 1as
conductas de succión, del abrazo, de1 llanto, de Ia sonrisa, la tenden-
cia de ir hacia y de prenderse del adulto.
FnaNqotsr Dolto, reafirmando la postura psicoanalítica, señala
que:
- "en la etapa oral del desarrollo de la libido el niño ama, al
igual que a sí mismo, todo lo que se le introduce en la boca (el pe-
zón, el chupete) y, por extensión (dado que no ha ad.quiri.do ln no-
ción de los límites de su propio cuerpo).a la mndre, sicmpre ligada
necesqriamente al pla.cer de mamar" "'.

El placer de la succión independiente de las necesidades alimen-


ticias es un placer autoerótico. Si a1 niño se le brinda la ocasión de sa-
tisfacer pasivamente este placer, se apega a este objeto. Al bebé Ie
gusta jugar con el pecho materno o con el biberón, aun cuando ya no
tenga leche chupetea sin realízar e1 esfuerzo de aspirar y deglutir.
La actividad sexual se apoya primariamente en una de las fun-
ciones puestas aI servicio de la conservación de la vida, pero luego se
hace independiente de ella. La excitación producida por ei cá1ido pa-
saje de la leche es la causa de la primera sensación de placer, pero
posteriormente la necesidad de obtener placer sexual se separa de Ia
necesidad de satisfacer el apetito.
Hemos considerado así el comportamiento del bebé desde dos mo-
delos dinámicos üstintos, el de J. Bowr¡v y de F. Dolto. Esto deja
desde ya un espacio abierto para la investigación y Ia toma de posi-
ciones.
31
Hmlow, H. F. y ZIltlrrnuaN, R. R. (1959). AFFe ctional responses in the infant
monheys. Science, volumen 130, página 421.
32
Do"n, F. (1974). Psiroo.ruilisis y pedíatría. Siglo )Cil Editores, México, página
25.

111
Desde 1a perspectiva psicoanalítica y ia caracterización de S.
Fnrr-n y K Annatreu de las etapas evolutivas de la libido, E. H. En¡r-
soN analiza los sentimientos básicos que surgen en la relación madre-
hijo. La consideración de este aporte permitirá relacionarlo con el de
R. Srtrz, antes expuesto, para trazar como un cuadro en blanco y ne-
gro, como de presencias y de ausencias, en esta etapa evolutiva. El pri-
mer autor nos habla de la ausencia de la madre y de sus consecuen-
cias negativas para el desarrolio de1 Yo, mientras que eI segundo ana-
lízala presencia de la madre y su poder estructurante delYo.
En¡x H. ERtxsol¡ ubica el fundamento de todo e1 desarrollo psico-
1ógico ulterior en la adquisición de la "confianza básica", eue implica
al mismo tiempo superar el peligro que conileva la desconfianzayrea-
lízarlaesperanza. EI niño debe aprender a confiar, hasta en su propia
desconfianza, como por ejemplo cuando confia en llevar a su boca ob-
jetos desconocidos, a pesar de su cierto temor frente a lo novedoso. La
primera modalidad psicosocial es la aceptación del meüo tal cual es,
basada en este sentido de confianza en el orden de su universo.
La madre estimula durante los primeros meses de üda la fe y la
conflanza del niño. Este primerlogro se consolida cuando siente ham-
bre y elia lo alimenta, cuando está molesto y 1o calma, cuando tiene
frío y Io abriga y le da una cáIida caricia. Es decir, que puede tolerar
la frustración y la demora en la satisfacción de sus necesidades, pue-
de tener fe y esperar. Desde los cuidados iniciales ia educación del ni-
ño tiene una dimensión moral. Si bien no se puede hablar, en sentido
estricto, de la educación y desarrollo moral del bebé, no deja de ser
cierto que en los primeros años de vida se asientan actitudes básicas,
surgen sentimientos y se establecen vínculos fundamentales para la
formación moral posterior (cfr. cap. Y 5).
Mnt¿lttp Kr¡m " sostiene que los primeros meses de üda trans-
curren con una estructura específica en la relación de objeto y con e1
predominio de determinadas fantasías, ansiedades y defensas ante
ellas. Esta estructura o posición se caracterizapú la escisión entre el
Yo que ama y el que odia, es decir la escisión entre los objetos parcia-
les buenos y malos con Ia consiguiente presencia de intensas ansieda-
des persecutorias. Predominan las defensas de üsociación y de pro-
yección de lo malo.
EI bebé üve en el mundo de las presencias, carece de la noción y
experiencia de ausencia. La sensación de hambre no la experimenta

'3 K"rr*, M. (1964). Contribuciones al psicoanállsls. Ediciones Hormé, Buenos


Aires.
Kmw, M. (1962). Desanollos en psicoancÍlisls. Eüciones Hormé, Buenos Aires.

112
como una carencia o ausencia de alimento, sino como la presencia de
1o malo (objeto o pecho malo). Del mismo modo,la experiencia satis-
factoria de-cuidado y amamantamiento materno representa la pre-
sencia de 1o bueno (objeto o pecho bueno). El bebé trata de adueñar-
se del objeto bueno o idea1, de conservarlo e identificarse con é1. En el
objeto malo ha proyectado sus impulsos y fantasías agresivas y 1o
siánte como una amenaza para sí mismo y para su objeto bueno in-
ternalizado. si experimenta que sus impulsos libidinosos y su objeto
bueno prevalecen sobre sus impulsos hostiles y su objeto malo, se
puede identificar cadavez más con el objeto bueno y fortalecer su Yo.
Al sentirse fortalecido disminuye la proyección de sus impulsos agre-
sivos y el poder atribuido al objeto ma1o, así decrecen las ansiedades
perseóutorias. Luego ya no necesita utilizar con tanta frecuencia 1a
áisociación y la proyección, gradualmente predomina la integración
del Yo y del objeto. Mpr,eNIB Klr¡N considera que Ia integración dei Yo
,eaiira sobre un núcleo representado por la introyección del pecho
"e
bueno, que supone a sttvez] e1 predominio de las experiencias buenas
o satisfactorias.
Según la autora mencionada, en el bebé predominan experien-
cias buenas o maIas, dependiendo ésto tanto de factores externos
(madre) como internos. Los factores internos pueden alterar e inclu-
so impedir una experiencia satisfactoria. Entre los factores internos
que aitúan desde eI nacimiento y afectan las primeras experiencias
del bebé, considera que e1 más importante es la envidia temprana.
Esta es ia primera manifestación externa de la puisión de muerte que
ataca a1o que siente como la fuente de üda, es decir, experimenta Ia
enüdia hacia la madre (pecho bueno, objeto bueno parcial) que Io ali-
menta. Es una emoción primitiva con un aspecto dañino, cuya finali-
dad es destruir 1o bueno que posee el objeto, para suprimir la fuente
de enüdia. La experiencia de satisfacción con el objeto bueno aumen-
ta su deseo de poseerlo, protegerlo y preservarlo pero también le pro-
voca el deseo de ser él mismo (bebé) lafuente de semejante perfección.
En un primer momento, a la enüdia intensa le acompañan las
ansiedaáes paranoides y posteriormente de culpa persecutoria, que lo
impulsan a destruir Ia fuente de vida. La enüdia excesiva no permi-
te introyectar lo bueno sino que Ia incrementa, introduciéndolo en un
círculo vicioso. Si la envidia no es abrumadora, 1a gratitud predomi-
na y-
atempera a la primera.
Por consiguiente, como hemos expuesto, diversos autores señalan
a los primeros meses de vida como un período esencial en el que debe
surgir y desarrollarse la capacidad de recibir y de dar, la aceptación y
confianza en el mundo y la gratitud ante el objeto de amor (madre).

113
Al referirnos a los organizadores y estadios de R. Sprrz menciona-
mos la angustia del octavo mes (cfr. cap. II,4.1), momento en que, pa-
ra este autor y para MARcARET MaHLrR, se produce el conocimiento
de la madre como un todo diferente de1 bebé, además comienza con
dicha separación un proceso de indiüduación.
MrleNIp IfsIN señala que Ia "posición depresiva" se produce
cuando el bebé reconoce a su madre como objeto total o sea, cuando
percibe al otro como persona. Aproximadamente entre los 6 a B me-
ses el bebé ya no se relaciona con los diversos objetos parciales o dife-
renciados de la madre (manos, rostro, pecho que alimenta, pecho que
ftustra), sino con e1la como objeto total, que puede ser por momentos
buena y por momentos mala, que puede estar presente o ausente, que
es pasible de amor y hostilidad al mismo tiempo. Comienza un proce-
so de integración en el que las experiencias satisfactorias o frustran-
tes son interpretadas como procedentes de la misma persona. En es-
te momento, aparece la culpa como un sentimiento básico del hombre.
EI1a resulta de1 reconocimiento de haber dañado al objeto de amor,
supone la experiencia de ambivalencia hacia la madre percibida co-
mo un objeto total, malo y bueno alavez.
Este reconocimiento de 1a madre como objeto total implica reco-
nocerla con vida propia y con posibilidades de relacionarse con otras
personas, de ahí que aparezcan los celos y se incrementen sus senti-
mientos de desamparo y de soledad. Entonces descubre cuánto de-
pende de su objeto de amor. Cuando logra integrar al objeto, es decir
cuando se relaciona con un objeto total, se integra su propio Yo unifi-
cándose y discriminándose de 1o externo.
En los primeros 6 meses de üda predomina 1a actiüdad oral-re-
ceptiva. EI desarrollo perceptual y motor ya le posibilita una relación
activa con eI mundo, con capacidad de volcar su agresión al medio
(etapa oral-activa, orai-sádica introducida por K. Ann¿ruu). La pri-
mera dentición que se da alrededor de los 7 meses de vida está acom-
pañada de un incremento de la agresiüdad oraly, por ende, también
de sentimientos de culpa. La marcha y la locomoción, en general, le
permiten la descarga de su agresiüdad. Tiene más meüos para ex-
presarla y para controlarla.
La experiencia de culpa y depresión moüliza en eI bebé eI deseo
de reparar 1o dañado o destruido. E1 bebé resuelve las ansiedades de-
presivas cuando logra, gradualmente, recuperar externa e interna-
mente sus objetos buenos, como así también ai reparar a sus objetos
externos e internos en 1a realidad y en sus fantasías inconscientes de
índole omnipotente. En este momento, comienza a distinguir entre
fantasía y realidad externa. Ahora bien, por ejemplo, si é1 tuvo fanta-

tt4
sÍas destructivas respecto de la madre y ésta se ausenta, no conside-
ra materializada sus fantasías de aniquilamiento, sino que sabe que
su madre reaparecerá después de la ausencia. Así, vemos que se re-
dujo gradualmente la creencia del bebé en la omnipotencia de sus im-
prriroi destructivos. Por consiguiente, descubre 1os límites, tanto de
iu .-o, como de su odio y desarrolla recursos para influir efectiva-
mente sobre la realidad externa.
Además, reconoce sus impulsos hostiles como propios y se hace
responsable de ellos. Por esto las características de esta etapa son la
tolérancia de ia culpa y eI desarrollo de 1os mecanismos de reparación.
Según Mrr¿Nm K6IN es un momento en que, a partir de la actiüdad
refaratoria, se asientan las bases de Ia creatiüdad y de la_sublima-
ción. Ei anhelo de restaurar sus objetos perdidos o destruidos 1o im-
pulsa a reconstruir 1o destruido, a recrearlos o incluso a crearlos. Por
ótra parte, el deseo de proteger a sus objetos lo lleva a sublimar los
impulsos destructivos.
Anivel iúdico aparece, entre otros, eljuego de esconderse tapán-
dose con una manta, Iuego destaparse y decir "atá". EI bebé vive ac-
tivamente en este juego la temática de la pérdida y la reparación de
su madre, dramatizando omnipotentemente 1a ausencia del objeto al
esconderse y su inmediata recuperación aI destaparse.
En este período oral-agresivo o activo para que tolere su culpa y
descargue su agresión es importante que explore diversos objetos de-
sarmándolos o rompiéndolos; pero que pueda, aunque sea en parte,
rearmarlos o reconstruirlos. De este modo, despliega su agresividad
explorando el objeto, pero a su vez siente que puede reparar y que 1o
que hace no es destructivo. Estas experiencias son fundamentales pa-
ra una buena aproximación y conocimiento de las cosas.
Conocer algo implica penetrar y separar elementos, es decir aná-
lisis, una cierta destrucción mental del objeto y Ia posterior síntesis
conceptual o reconstrucción del mismo.
Lá correcta elaboración de la posición depresiva, de la separación
de la madre, trae consecuencias no sóIo en el plano afectivo, sino tam-
bién intelectual y de Ia personalidad en general.
M. Iü,ptN señala que 1a formación de símbolos (cfr. cap. III, 4 y
tomo II, cap. IV) resulta de una pérdida, supone la ausencia de algo
que es recreado, simbolizado. Quien no tolera ia angustia de pérdida
y separación va a tener dif,cuitades para simbolizar, para.represen-
ia., ós decir, volver a hacer presente io que está ausente o identificar
el símbolo con 1o simbolizado.

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