Sunteți pe pagina 1din 15

Entre el canon y el corpus: Alternativas para los estudios literarios y culturales

en y sobre América Latina

Walter D. Mignolo

Nuevo Texto Crítico, Año VII, Número 14/15, Julio 1994-Junio1995, pp. 23-36
(Article)

Published by Nuevo Texto Crítico


DOI: https://doi.org/10.1353/ntc.1994.0027

For additional information about this article


https://muse.jhu.edu/article/491700/summary

Access provided by Fudan University (8 Mar 2017 16:12 GMT)


ENTRE EL CANON Y EL CORPUS
ALTERNATIVAS PARA LOS ESTUDIOS LITERARIOS Y
CULTURALES ENY SOBRE AMÉRICA LATINA

___________________WALTER D. MIGNOLO___________________
Duke University

0.Lo que sigue es básicamente la versión leída en Berlín, a finales de


Noviembre de 1991, con algunas modificaciones estilísticas que adaptan la
versión oral a la escrita. Este primer párrafo fue agregado después de la
convención de la Modern Languages Association, en Diciembre de 1991. En
esa ocasión se anunció el premio otorgado a dos de los libros comentados
en este artículo (Regina Harrison, Sings Songs and Memory in the Andes.
Translating Quechua Language and Culture, 1989 y Roberto González Eche-
varría, Myth and Archive. Toward a Theory of Latin American Narrative,
1990). Curiosamente, la opinión del jurado que dos libros tan dispares me-
recían la misma distinción es un ejemplo contundente de las dos tendencias
alternativas en los estudios literarios latinoamericanos que trato de articular
en este artículo bajo la fórmula "entre el canon y el corpus." Si el año próxi-
mo la misma institución otorga el premio al libro de José David Saldívar,
The dialectics of Our America. Genealogy cultural critique and literary history,
1991, el esquema presentado aquí tendría su validación institucional!
1.En 1978 Carlos Rincón (Rincón 1978) publicó su libro El cambio de
la noción de literatura. De él me interesa ahora recordar dos capítulos: "El
cambio actual de la noción de literatura en Latinoamérica" y "Sobre la trans-
formación del campo de la crítica y la didáctica: la llamada subliteratura".
El primero hace referencia a las transformaciones del campo de estudio. El
segundo, a los desafíos con los que se encuentran los estudios literarios a
raíz de tales transformaciones. Uno de los ejemplos importantes en el capí-
tulo sobre el cambio de la noción de literatura en Latinoamérica es el de la
narrativa testimonial. En el segundo, se esfuerza por dar cabida en los estu-
dios literarios a la investigación de la "llamada sub-literatura". Sin duda que
ha corrido mucha agua debajo del molino de la literatura y de la subliteratu-
ra desde 1978, que se ha ensanchado a los vastos terrenos de la cultura
popular. No obstante, el problema quedaba ahí planteado. Al problematizar
la noción de literatura cuya fuerza canónica definía y aún define el campo
de estudios. Rincón contribuía a revelar una paradoja que ocultaba lo que
©1995 NUEVO TEXTO CRITICO Vol. VII Nos. 14-15, Julio 1994 a Junio 1995
24___________________________________________________WALTER D. MIGNOLO

en los estudios literarios se daba por sentado: que la tarea de los estudios
literarios era la de estudiar la literatura. De ahí se infiere que las dificulta-
des de algunos practicantes para otorgar valores literarios a Biografía de un
cimarrón no sólo implica la defensa de un canon y de un campo de estudio,
sino también de una manera de concebir la disciplina. Si se acepta, en cam-
bio, que en el campo de los estudios literarios tiene cabida Biografía de un
cimarrón y la subliteratura se acepta que los estudios literarios no se definen
por el contenido del campo de estudio sino por los principios metodológicos
e ideológicos de la práctica disciplinaria. Por lo tanto, hay una diferencia
radical entre canonizar Biografía de un cimarrón (o ejemplo semejante) con
la buena voluntad de hacerlo ingresar al panteón de los estudios literarios,
por un lado, y liberar los estudios literarios de las garras del canon para
abrirlos a las incertidumbres del corpus (narrativa testimonial, subliteratura,
cultura popular, etc.). El espacio que media entre el canon y el corpus me
permite resumir algunas de las alternativas para los estudios literarios que
se están dando en estos últimos años y he resumido los dos capítulos del
libro de Rincón.
Las tensiones a las que aludí en el párrafo anterior tomaron un nuevo
cariz en dos reuniones y en dos libros, publicados uno en Buenos Aires en
1985 Pizarro 1985) y el otro en México en 1989 (Pizarro 1989). El primero,
fue el fruto de una reunión realizada en Campinas en Octubre de 1983. El
segundo, el fruto de una reunión realizada en Caracas, en Noviembre de
1982. Los participantes en esas reuniones (algunos de ellos están aquí con
nosotros, los otros en alma), no necesitan introducciones: Antonio Cándido,
Roberto Schwarz, Jean Franco, Angel Rama, Beatriz Sarlo, Gutiérrez Girar-
dot, Domingo Miliani, Jacques Leenhardt, entre otros. El hecho de que en
la primera reunión estuviera presente Kenneth Ramchand, con una ponen-
cia dedicada a los problemas para la historia de la literatura de las Indias
Occidentales, merece subrayarse. No importa en este momento resumir lo
que dijo Ramchand. Lo que importa en este momento —como diría un
buen seguidor de Thomas Khun y de los cambios de paradigmas— es que
un artículo sobre la literatura inglesa del Caribe formará parte de un pro-
yecto de escribir una historia de la literatura de América Latina! La idea de
esencias culturales que estarían representadas por un canon es puesta en
cuestión. La ponencia de Ramchand sugiere, indirectamente, que las cosas
pueden ser al revés. Las esencias culturales no son "representadas" por el
canon sino "creadas" y mantenidas por él.
Como podrán imaginarse ustedes a partir de este título, algo ocurrió
entre el proyecto de escribir una historia y terminar con tres volúmenes co-
lectivos llamados América Latina: Palabra, literatura y cultura (Pizarro 1992).
La diferencia no sólo está en el cambio de "historia" por "palabra, literatura
y cultura", sino también en la substitución del adjetivo "Latinoamericana"
por la expresión descriptiva y locativa "en América Latina". Tanto en las
ponencias como en los debates que acompañan a las ponencias del libro
ENTRE EL CANON Y EL CORPUS__________________________________________25

publicado en México (Pizarro 1989), dos preguntas obsesionan a los partici-


pantes: dónde están los h'mites de la noción de "literatura", dónde están los
límites de la noción de "lo latinoamericano". Al observar el índice, compro-
bamos que la distinción cronológica a la que estamos habituado se ha man-
tenido: colonia, siglo XIX y siglo XX. Pero han ocurrido cambios notables en
la noción de literatura y en la orientación de los estudios literarios. En pri-
mer lugar, se destacó en las reuniones mencionadas que la extensión de
América Latina sobrepasa la América Hispana y Portuguesa e incluye el
Caribe, y no sólo el español sino también el francés y el inglés. Por eso
destaqué la presencia de Ramchand en la primera reunión. No sólo eso sino
también se incluye las literaturas fronterizas de Estados Unidos (lo que hoy
se conoce bajo el nombre genérico de "Latino literature"), parte de ella es-
crita en español y parte en inglés, pero en todo caso bilingüe y multicultural.
La extensión lingüística presenta importantes alternativas a un campo de
estudios configurado por obras canónicas escritas en castellano y por auto-
res canónicos de la América hispana, puesto que de esta manera el canon
(concebido en términos de estructuras simbólicas de poder y de hegemonía)
se convierte en una parte del corpus (concebido en términos de estructuras
simbólicas tanto de poder y hegemonía como de oposición o resistencia a
través del espacio social). De esta manera, el campo de los estudios litera-
rios se concibe más como un corpus heterogéneo de prácticas discursivas y
de artefactos culturales. El hecho de que alguna de ellas o de ellos adquiere
estatuto canónico es parte de la complejidad de fuerzas sociales en conflic-
tos pero de ninguna manera un fenómeno que naturalmente define el campo
de estudio y determina lo que es necesario celebrar. Habría muchos otros
aspectos que destacar, entre ellos la fuerte presencia de la escritura femeni-
na, las tradiciones orales y los productos culturales híbridos de la colonia;
todos los cuales ayudan a comprender la fuerza de un corpus que, en los
estudios literarios, había quedado oculto por una noción de literatura que
identificaba el canon con el campo de estudios y que tenía en las historias
de la literatura la expresión de su autoridad. Por lo tanto, el proyecto que se
inició como una "historia de la literatura Latinoamericana" y culminó en
América Latina: Palabras, literatura y cultura, no sólo re-organizó el campo
de estudio sino que también, naturalmente, re-pensó los principios y las ta-
reas de la misma disciplina.
2. Alternativas semejantes a las que se proponen en los trabajos pione-
ros de Rincón y en la obra colectiva coordinada por Ana Pizarro se dieron
en proyectos individuales a lo largo de la década del 80. Voy a comentar
brevemente cuatro de esos trabajos subrayando en ellos lo que me parecen
ser las nuevas direcciones que intento resumir en las interrelaciones entre el
canon y el corpus. Esos tres libros son: La ciudad letrada de Angel Rama
(Rama 1982); Plotting Women (Franco 1988) de Jean Franco y Myth and
Archive: Toward a theory of Latin American narrative (1990), de Roberto
González Echevarría, y La voz y su huella. Escritura conflicto étnico-social en
26___________________________________________________WALTER D. MIGNOLO

América Latina 1492-1988 (Lienhard 1991) de Martín Lienhard.5 No podré,


por cierto, entrar en los detalles y complejidad de cada libro. Me contentaré
con señalar aquellos aspectos relevantes en el marco de mi argumento.
Los cuatro libros cubren mucho terreno, de la colonia a nuestros días,
aunque no sean propiamente historias de la literatura. Son, precisamente,
alternativas a aquellas historias que todos leímos y que se ocupaban de arti-
cular el canon de la literatura Hispano, Ibero o Latino Americana. El tópi-
co del libro de Rama no es la literatura (en el sentido restringido de "bellas
letras"), sino la letra (en el sentido amplio de prácticas discursivas alfabéti-
camente escritas). Rama liga la letra a la ciudad, y la ciudad al control ad-
ministrativo y al poder político. Al comenzar su recorrido en el siglo XVI lo
hace, implícitamente, en el momento en que la letra escrita acompañada por
la tecnología de la imprenta y por la ideología de la expansión económica y
religiosa, adquiere una vigencia desconocida hasta ese momento no sólo en
Occidente sino también en otras culturas. Al trazar la trayectoria de las rela-
ciones entre la letra y la ciudad, el cambio del letrado al intelectual, las
complicidades entre escritura, administración y control político Rama se
mueve constantemente en el espectro que va de la alfabetización a la litera-
tura, en las fronteras que separan los letrados de los iletrado, en las sinuosi-
dades ideológicas que distinguen entre lo oral (popular, folklórico) y lo es-
crito (educación, cultura).
Jean Franco organiza, como Rama, un amplio sector de prácticas dis-
cursivas que el concepto culto y canónico de literatura había suprimido de
los estudios literarios. Si Rama da por sentadas las complicidades entre la
letra y lo masculino, Franco articula las relaciones entre la letra y lo femeni-
no, también desde la colonia al presente. Franco explora las implicaciones
de la elección del género discursivo como un aspecto fundamental en la
lucha de la mujer por el poder interpretativo, lo cual constituye el eje de su
propio estudio. Salvo en el caso de Elena Garro y Rosario Castellanos que
escriben novelas, quizá un género privilegiado de la escritura masculina, el
resto de los casos estudiados revelan una complicidad entre escritura feme-
nina y géneros discursivos no canónicos. Así, mientras que el canon implica
además de la particularidad de las obras que lo representan, la canonicidad
de los géneros que se actualizan en tales obras, el corpus queda abierto a las
alternativas de oposición y de resistencia que coexisten con la repre-
sentatividad genérica del canon. Es así que la primera frase del libro de
Franco pone este hecho de relieve: la lucha por el poder interpretativo de la
mujer se localiza en cartas, confesiones e historias de vidas, todas formas al
margen de los géneros canónicos. Plotting Women organiza un amplio terre-
no que va desde las monjas que escriben por mandato durante la colonia, la
interpretación teatral de los procesos inquisitoriales a las monjas ilusas se-
ducidas por el demonio, a los cambios en los planes de enseñanza dedicados
a la mujer con el propósito de rescatarla de la educación religiosa e inte-
grarla en el proceso de construcción nacional. Una serie de prácticas diseur-
ENTRE EL CANON Y EL CORPUS__________________________________________27

sivas "menores" — historias de vida por mandatos, cartas de amor y polémi-


cas periodísticas sobre la educación de la mujer, alfabetización y literatura,
entre otros— junto a géneros "mayores" como la novela, dan una visión dis-
tinta de los estudios literarios. Lo que caracterizaría la disciplina no es la
necesidad de interpretar obras admitidas como literarias, o justificar aque-
llas de dudoso abolengo, sino la perspectiva analítica en el análisis de las
prácticas discursivas (verbales) y su transposición a prácticas semióticas no-
verbales (cine, pintura, etc.). En fin, y como en el caso de Rama, se constru-
yen puentes entre alfabetización y literatura que es una manera de concebir
las relaciones entre el canon y el corpus o, mejor, del canon en el corpus.
González Echevarría trae al debate una cuestión diferente: no el diseño
del corpus sino la reflexión crítica sobre el canon. Dos palabras me llaman
la atención en el subtítulo "teoría" y "narrativa (en vez de literatura o novela)
Latinoamericana". "Teoría" reemplaza al género discursivo que en los estu-
dios literarios fue responsable por canonizar la práctica literaria: "historia".
Por otra parte, la elección de "teoría" podría llevar a pensar a alguien con
inclinaciones post-modernistas, que el proyecto de González Echevarría es
el de un macro-discurso monológico que impone una visión general, en vez
de ser un discurso dialógico que libera las complejidades de lo particular.
Personalmente descreo de tales dicotomías. Si bien entiendo (o creo enten-
der) las motivaciones ideológicas de tales pronunciamientos no creo —al
mismo tiempo— que sea posible describir lo particular sin una visión de lo
general, ni tampoco que lo general sea pensable sin un anclaje en lo particu-
lar. Lo que me interesa destacar, entonces, es la manera en que González
Echevarría apela a un argumento teórico para desmontar las premisas so-
bres las que la historiografía literaria había montado el canon. La elección
de "narrativa" en vez de "novela" o "literatura" complementa su estrategia en
la elección de "teoría" en vez de "historia." Efectivamente, son determinadas
narraciones (desde Garcilaso de la Vega hasta García Márquez y Carpen-
tier), y no necesariamente novelas, las que le permiten a González Echeva-
rría encontrar un hilo conductor en la manera en que ciertos autores refle-
xionan y construyen imágenes territoriales (demarcación del espacio y orga-
nización de la memoria) "latinoamericanas". Al mismo tiempo, este gesto le
permite romper la falsas complicidades entre género y canon. En repetidas
ocasiones González Echevarría nos recuerda que Facundo (un texto de-ge-
nerado) es un texto canónico del siglo XIX y no lo son en cambio ninguna
de las numerosas novelas decimonónicas que figuran en las numerosas histo-
rias de la literatura y de la novela. En suma, una de las contribuciones más
importantes del libro de González Echevarría es la de rediagramar el canon,
lo cual nos invita a repensar su articulación en la complejidad del corpus.
El libro de Martin Lienhard nos ofrece tal oportunidad. Así como el
estudio de González Echevarría toma la obra de Carpentier como modelo
teórico para rearticular el canon, el libro de Lienhard toma la obra de Ar-
guedas para repensar el corpus e, indirectamente, el canon. El hilo conduc-
28___________________________________________________WALTER D. MIGNOLO

tor del estudio de Lienhard no son los géneros sino las prácticas discursivas,
orales y escritas. Al tomar como modelo un autor bilingüe y bicultural, Lien-
hard amplía la configuración lingüística del canon y del corpus. No sólo ya
el inglés del Caribe, sino también el quechua, el aimará, el guaraní, los dia-
lectos mayanses y las lenguas indígenas de México. Es fácil pensar un canon
a partir de estas premisas. Arguedas o Rigoberta Menchú serían los mode-
los actuales de un canon compuestos de prácticas discursivas coloniales en-
tre cuyos ejemplos podrían citarse el Huarochiri en el Perú, que articula las
relacione entre quechua y español; el Popol Vuh y los libros de Chilám Ba-
lám, en la península de Yucatán, que articulan las relaciones entre maya-
quiché y español, el primero, y mayayucateco y español, el segundo; los can-
tares mexicanos y los huehuetlatolli, en México, que articula el náhuatl con
el castellano. El libro de Lienhard abre un campo inusitado de posibilida-
des al integrar al corpus de los estudios literarios coloniales una gama am-
plia e importante de prácticas discursivas plurilingües y multiculturales, des-
de la colonia hasta nuestros días, que habían sido suprimidas en los manua-
les y en las antologías; o cuanto más, relegadas a la categoría de "precolom-
bino", ocultando el hecho de que todos los ejemplos que he citado son casos
coloniales, puesto que sin escritura alfabética no hubieran llegado hasta no-
sotros. Finalmente, el libro de Lienhard pone un enorme signo de interroga-
ción en la cuestión de las identidades nacionales y (sub)continentales a las
cuales la construcción del canon va ligada. La posibilidad de identidades
coexistentes deja abierta también la posibilidad de cánones coexistentes; y la
literatura puesta así en cuestión pone también en cuestión los fundamentos
de los estudios literarios (latinoamericanos) mismos.
Resumiendo entonces: mientras que el los libros de Rama y Franco nos
invitan a diseñar un corpus de prácticas textuales del cual el canon es parte,
González Echevarría nos invita a recanonizar el canon, si se permite la re-
dundancia, tanto desde el punto de vista de los géneros, como de las obras.
Por su parte, Lienhard introduce nuevas perspectivas para repensar las rela-
ciones entre el canon y el corpus; la posibilidad misma de pensar un corpus
compuesto de cánones alternativos que reflejan fuerzas de dominación y po-
der, de oposición y de resistencia cultural. Finalmente, mientras que en Ra-
ma y en Franco la pertenencia de prácticas discursivas a una cultura no se
plantea puesto que son estudios sobre prácticas discursivas en América La-
tina, González Echevarría da una nueva vuelta de tuerca a la difícil cuestión
de la pertenencia de prácticas discursivas a determinada cultura y propone
un programa de recanonización de la narrativa latinoamericana. Lienhard
pregunta indirectamente si las particularidades de lo latinoamericano no es-
tarían (¿también?) en los productos culturalmente híbridos en los cuales la
huella de las culturas originales de América conviven con las instituciones
culturales implantadas por la colonización europea. Estos rasgos nos permi-
ten explorar nuevas relaciones entre el canon y el corpus. Mientras que el
canon pareciera implicar una relación de tipo substancial entre prácticas
ENTRE EL CANON Y EL CORPUS__________________________________________29

discursivas y paradigmas culturales, el corpus necesitaría sólo de una mane-


jable delimitación espacial y temporal. Mientras que el canon implica cues-
tiones de identidad (¿qué es lo latinoamericano?), el corpus necesita de pa-
rámetros locativos (¿dónde y cuándo se realizaron las prácticas discursivas
en cuestión?). No obstante, la posibilidad de pensar en cánones paralelos,
coexistentes y mutuamente alternativos incluye una movilidad del canon en
el corpus que depende, en última instancia, de las identidades individuales y
grupales y del poder ejercido por los sujetos del discurso y la institución que
los apoya y los promueve en el espacio social.
3. La apertura del campo de estudios del canon al corpus trajo dos
consecuencias ligadas, la una, a la diversidad de prácticas discursivas involu-
cradas en el corpus y, la otra, ligada a la diversidad lingüística de América
Latina y a la movilidad social que produjo zonas fronterizas y productos
lingüística y culturalmente híbridos, como es el caso de la literatura "latina"
en Estados Unidos. La primera se manifestó en estudios interdisciplinarios,
en los que los literaturólogos crearon alianzas con antropólogos, historiado-
res y socio-lingüistas, fundamentalmente. La segunda se manifestó en un
paulatino crecimiento del interés por los estudios comparativos. Veamos a
vuelo de pájaro algunos ejemplos de estas dos tendencias.
3.1. El reciente libro de Regina Harrison Signs Songs and Memory in the
Andes. Translating Quechua Language and Culture (Harrison, 1989), es un
buen ejemplo de un libro que no se sabe muy bien si está escrito por una
literaturóloga (o crítica literaria), antropóloga o lingüista. El libro de Harri-
son complementa, por un lado, el libro de Franco en la medida en que
describe las relaciones entre la palabra (y no necesariamente la letra) y la
mujer en los Andes; y por otro el de Lienhard, en la medida en que se
ocupa de prácticas discursivas en español y en quechua. Cuestiones de géne-
ro sexual y de raza ocupan un lugar prominente en el estudio de Harrison.
En este caso la letra, que habíamos tomado como punto en común entre el
canon y el corpus ya no es suficiente para describir el campo de lo literario,
y es necesario traer a colación la palabra y las prácticas discursivas orales.
Prácticas marginadas por el canon literario latinoamericano y por la defini-
ción implícita de literatura, que habían sido relegadas al "folklore" o a la
apropiación oximorónica de "literatura oral," ocupan en el libro de Harrison
una dimensión equivalente a la de las "grandes obras" literarias. Pero eso no
es todo. Harrison va más allá de la letra para indagar las tensiones, en los
primeros años de la conquista, entre escritura alfabética y la tradición Inca
de escribir tejiendo, quipus o textiles. La triple articulación entre palabra,
letra y tejido la desarrolla Harrison magistralmente en una sección del capí-
tulo 3, "Script and Sketch: A semiotics of Knowledge in Santacruz Pachacuti
Yamqui's Relación". Hay más aún, aunque no mucho tiempo para abundar
en los detalles. Hay diagramas cosmológicos del Cuzco que articulan prácti-
cas discursivas y semióticas con cosmovisiones, fotos que permiten trazar
correlaciones entre los cantos y relatos transcriptos y traducidos y las perso-
30___________________________________________________WALTER D. MIGNOLO

nas que cantaron o contaron. Hay, finalmente, años de trabajo de campo


— que caracteriza al antropólogo— más que trabajo de biblioteca y archivo,
que caracteriza a los literaturólogos. La apertura del canon al corpus trae
consigo nuevos aspectos en la materialidad de la investigación en los estu-
dios literarios.
El libro de Harrison, finalmente, nos invita a pensar los límites entre los
estudios literarios y los estudios culturales en la medida en que crea nuevos
e inesperados diálogos con antropólogos, ethnohistoriadores e historiadores
del arte, de los que me ocupo a continuación. La síntesis será aquí más
apretada ya que no puedo darme el lujo —por cuestiones de espacio— de
abundar en cada ejemplo. Espero que la persuasión provenga de la acumu-
lación más que del análisis pormenorizado. Serge Gruzinski, ethnohistoria-
dor, publicó recientemente (Gruzinski 1988) un libro ejemplar para ilustrar
el diálogo que promueve la apertura del canon hacia el corpus La colonisa-
tion de l'imaginaire. Sociétés indigènes et occidentalisation dans le Mexique
espagnol XVI-XVII siècle. Mientras que Harrison es una profesional de la
literatura cuyo libro dialoga con la antropología y la sociolingüística, Gru-
zinski es un ethnohistoriador que dialoga con los literaturólogos (profesio-
nales de la letra, entrenados en filología discursiva). El capítulo 1, "Peinture
et écriture" traza el proceso de desaparición de las escrituras pictográficas
en el Valle de México y su reemplazo por la escritura alfabética. Traza tam-
bién el cambio en las formas del diseño y la organización semiótica del espa-
cio entre principio y finales del siglo XVI. Este capítulo complementa los
capítulos que Rama dedica a la colonia desde el punto de vista del letrado
hispánico que se sienta, escribe y administra. Las relaciones entre la pintura
y la escritura son diversas y complicadas. Demos un sólo ejemplo que nos
interesa aquí: la aparición de los notarios Amerindios, entrenados en la es-
critura alfabética, y enviados a diversos pueblos de los Virreynatos para ocu-
parse de cuestiones legales regionales. Pero aún más: géneros discursivos no
canónicos tienen un lugar fundamental en este libro. Las relaciones geográ-
ficas, los títulos primordiales, testamentos y litigios de tierra despliegan un
panorama de prácticas discursivas a través de fronteras culturales en los que
se entrecruzan aspectos de colonización, de dominación, de resistencia que
habían quedado ocultos al literaturólogo encandilado por las batallas de Er-
cillas, las delicias de Balbuena y las tretas de Sor Juana.
Últimamente, historiadores del arte y antropólogos preocupados por las
antiguas formas de escritura Mesoamericanas y Andinas, así como también
por las relaciones entre el relato oral y las pictografías y por las estructuras
poéticas de las tradiciones orales, contribuyen a rediseñar el corpus de prác-
ticas discursivas y semióticas en América Latina. El decano en esta línea de
investigaciones, es sin duda Dennis Tedlock, un antropólogo de profesión
afiliado al departamento de inglés en la Universidad de Albay. Dos obras de
Tedlock me interesa recordar aquí: su traducción al inglés del PoPoI Vuh
(Tedlock 1985), incluido el prólogo a tal traducción y su obra clásica The
ENTRE EL CANON Y EL CORPUS__________________________________________31

spoken word and the art of interpretation (Tedlock 1982). Quizás es necesario
recordar una vez más que el Popol Vuh como tantos otros ejemplos seme-
jantes no son "libros" pre-colombinos —como ya dije— sino coloniales. Es
decir, relatos mesoamericanos conservados oralmente o en jeroglíficos, fija-
dos en escritura alfabética hacia 1550, descubiertos tardíamente y traducidos
por misioneros o viajeros europeos. En todo caso, el Popol Vuh es un ejem-
plo de prácticas discursivas y semióticas en Latino America. Tedlock a he-
cho un esfuerzo laudable al relacionar el relato del Popol Vuh con pinturas y
jeroglíficos mayas y con las tradiciones orales actuales entre los maya-quiché
de Guatemala. Su libro crítico y teórico (The spoken word...), que sólo tiene
algunos capítulos dedicados a la cultura maya-quiché, y los demás a culturas
Amerindias en terreno estadounidense, no sólo trae a colación en los estu-
dios literarios las dificultades de interpretación de las prácticas discursivas
orales, sino que también e indirectamente contribuye a recordarnos un nue-
vo nivel en nuestra idea de America Latina, al señalarnos substratos comu-
nes entre los Amerindios de Guatemala y el Sur de México, por un lado, y
los Amerindios del sur de Estados Unidos, por otro.
Finalmente, quisiera mencionar a vuelo de pájaro artículos y conferen-
cias recientes que contribuyen a diseñar el corpus de prácticas discursivas
en América Latina: los trabajos de Elizabeth Boone (Boone 1991), historia-
dora del arte Mexica; Tom Cummins (Cummins 1991) historiador del arte y
especialista en la región Andina, John Monahan (Monahan 1990) y Mark
King (King 1990), antropólogos especialistas en la cultura Mixteca. La
preocupación de Boone por comprender las formas de conservar el pasado
sin la palabra escrita, y estudiar en los muchos códices Mexica y Mixteca
(no todos ellos pre-colombinos), nos recuerda por un lado la supervivencia
de la escritura Mesoamericana durante los primeros años de la colonia y,
por otro, que si el canon presupone la letra (alfabética) escrita, el corpus
acoge la variedad de prácticas discursivas que, para los estudios literarios,
habían quedado ocultas bajo el brillo de la letra y la literatura. Tom Mona-
han intentó comprender cuáles serían las formas de "leer" los relatos pinta-
dos y cómo correlacionar las pinturas con las estructuras narrativas orales.
King, por su parte (también como Harrison), usó de la lingüística, la semi-
ótica y la poética para analizar formas y prácticas discursivas orales en co-
munidades Amerindias. Estos ejemplos no sólo refuerzan las transgresio-
nes a la letra en la configuración del corpus, sino que también transgreden
las restricciones idiomáticas. Las prácticas discursivas escritas en castellano
dominaron por mucho tiempo la organización del campo de estudio. La op-
ción por "América Latina" en lugar de "América Hispana" extendió el cam-
po del castellano al portugués más allá, claro está, de las literaturas y de los
estudios literarios nacionales. La inclusión del Caribe, en o junto a América
Latina, extendió la diversidad lingüística del corpus al francés y el inglés.
Los ejemplos que acabo de mencionar en estos dos últimos párrafos traen a
colación, en la configuración del corpus, la cuestión de las lenguas "meno-
32___________________________________________________WALTER D. MIGNOLO

res": la enorme cantidad de prácticas discursivas en lenguas Amerindias que


fueron terreno de antropólogos y lingüistas pero que los literaturólogos no
consideraron pertinentes para su campo de reflexión.
4. Finalmente la cuestión comparativa en las relaciones entre el canon y
el corpus. Brasil, entre los países de América Latina, es el que tiene una
larga tradición comparatística. En la América Hispana, Ana Pizarro se ocu-
pó de insistir sobre la necesidad del comparatismo en los estudios literarios
de y en America Latina. El libro colectivo coordinado por Pizarro, América
Latina: Palabra, literatura y cultura (ya mencionado) toma una perspectiva
clara y explícitamente comparatista. En los últimos años, hispanistas esta-
dounidenses (independiente de los comparatistas Latino Americanos) caye-
ron en la tentación del comparatismo en el estudio de las literaturas de las
Americas. Mencionaré tres libros, aunque me ocuparé sólo de un artículo
por falta de tiempo. Reinventing the Americas. Comparative Studies of Litera-
ture of the United States and Spanish America (Chevigny and Gari 1986); Do
the Americas have a common literature? (Perez-Firmat 1990) and Comparati-
ve American Identities (Spiller 1991). El artículo que quiero comentar breve-
mente en relación al movimiento entre el canon y el corpus es el de José
Saldívar, "The Dialectics of Our América" (Saldívar 1990). José Saldívar se
enfrenta con las dificultades de las categorías de literatura y de la literatura
repartida en áreas lingüísticas. En su caso, el área literaria no es la América
Latina sino la América Sajona. Pero, ustedes dirán, que tiene que ver la
literatura de Estados Unidos en todo esto? En primer lugar una problemáti-
ca común con la historiografía literaria de América Latina: la insatisfacción
con la imagen proyectada y con el canon construido por la historiografía
literaria, puesta en tela de juicio por las teorías contemporáneas. En segun-
do lugar, las perspectiva cultural de un chicano que ofrece Saldívar al con-
cebir la literatura (norte)americana. Así, Saldívar observa que los criterios
en los que se fundó la formación del canon y de la historia literaria de Esta-
dos Unidos condujeron a marginar poetas y pensadores como José Martí y
Fernández Retamar de la historia de la literatura norteamericana. ¿Cómo?
Martí y Retamar en la historia literaria de Estados Unidos? Escuchemos a
Saldívar:

La base de este ensayo —dice Saldívar— es la mi toma de conciencia de los


estrechos límites y la práctica conservadora de los estudios literarios tal como se
practica hoy en la academia. Y, junto con ello, una creciente convicción con
respecto a las implicaciones sociales y políticas de las exclusiones sobre las que
opera esta práctica. Como teórico de la literatura cuya práctica se realiza fuera
del "mainstream," y como persona educada en una sociedad campesina segrega-
da en el sur de Texas, adquirí una sensibilidad particular por la ausencia de
escritores provenientes de lo que Martí llamó "nuestra América" —una cultura
Pan-Americana de descendientes, tanto étnica como lingüísticamente, de aborí-
genes, mestizos, Africanos y Europeos. Creo que la mayor limitación de las in-
vestigaciones histórico-literarias que se hacen sobre el canon de la literatura
ENTRE EL CANON Y EL CORPUS__________________________________________33

americana, no es su falta de rigor teórico sino su perspectiva provinciana. Los


historiadores americanos (aún los más recientes) y críticos que trabajan en la
reconstrucción de la historia literaria americana conocen muy poco sobre la his-
toria, las culturas y los discursos de las Americas en su totalidad. Uno de las
ventajas de la perspectiva comparatista es que nos permite escapar, al menos
hasta cierto punto, del provincialismo y el limitado conjunto de principios o axio-
mas de los que se parte para el estudio de una cultura o literatura particular de
las Americas.

Me interesa la cita de Saldívar para poner en perspectiva el comparatis-


mo que se ha practicado, se sigue practicando, y que tiene por fundamento
las historias canónicas de la literatura en Latino y Norte América (Emerson
y Sarmiento; Faulkner y Rulfo; Whitman y Neruda, etc., etc.). Se trata, más
bien, de repensar la organización de la producción literaria por áreas lin-
güísticas y culturales determinadas también por las lenguas dominantes. Y
se trata también, de la inserción y semantización del sujeto en el espacio que
media entre el canon y el corpus. "Un teórico de la literatura educado en
una comunidad campesina del Sur de Tejas" es una descripción bastante
sorprendente. Por un lado, como campesino nacido al sur de Texas, sensible
a la "otra América", Saldívar argumenta por la transformación del canon y
por la incorporación, en él, de escritores canónicos o que se desea canoni-
zar, de la América ausente. Por otra parte, como teórico de la literatura
Saldívar tiene otras opciones. Algunas de ellas son la redefinición del área
de estudios (las Americas), la práctica de un método (el comparatismo) en
vez de otro (la historia y crítica desde perspectivas nacionalistas), la inser-
ción de la subjetividad (educado en el sur de Texas) en la práctica discipli-
naria (teórica de la literatura).
5. Es hora, pues, de terminar. Podría haber comentado los ejemplos
anteriores siguiendo un orden cronológico o alfabético o temático. El orden
de presentación no hubiera cambiado la contribución de esos estudios ni la
clara percepción por parte de quien me haya leído este resumen o ya haya
leído (algunas de) las obras comentadas, que un cambio, sino de paradigma
sí bastante significativo, está ocurriendo en los estudios literarios latinoame-
ricanos. Al organizar y comentar los ejemplos en torno al espacio que media
entre el canon y el corpus, y reemplazar la organización alfabética o crono-
lógica por una conceptual, he tratado de entender las implicaciones de tales
cambios.
1) Las nociones de "literatura" y de áreas lingüístico-literario-culturales
("literatura Latino-Americana") fueron presentadas como muros (sino mura-
llas) que no nos dejaron ver que es lo que hay del otro lado. Se impusieron
— por un lado— como unidades homogéneas que había que capturar y cir-
cunscribir y —por otro— como realidades que se nos escurrían entre los
dedos cuando intentábamos atraparlas. El problema que veo en este punto
es que todo estos términos han sido pensados y siguen siendo pensados —
precisamente— como unidades y que empezamos a comprender que no son
34___________________________________________________WALTER D. MIGNOLO

estructuras simples y delimitables sino estructuras complejas y fractales. Si


usamos la analogía de la movilidad fractal, al poco tiempo comprenderemos
el movimiento constante, el aparecer y desaparecer, de la literatura en las
prácticas discursivas y de las prácticas discursivas en la literatura; el canon
en el corpus y viceversa; de América Latina y Sajona en las Americas; del
Caribe inglés y francés en la América Latina y viceversa; de la literatura
chicana o canadiense (l'Amérique Latine du nord) en la latinoamericana y
viceversa. En última instancia, la configuración de un área lingüístico-litera-
ria resulta no sólo de la práctica sino también de la conceptualización de tal
práctica. Si la conceptualización cambia, también cambia la manera en que
concebimos (y eventualmente realizamos) tal práctica;
2)Los estudios literarios, en los trabajos que he comentado, se auto-
presentan y auto-definen por la manera de analizar las prácticas discursivas,
y no por la cualidad literaria de las prácticas discursivas que analiza;
3)La participación de los investigadores e investigadoras (o literaturó-
logas y literaturólogos) en la(s) cultura(s) de la cual es miembro y la partici-
pación a la vez en la organización disciplinaria, de la cual es practicante, los
pone en una doble relación también con el canon y con el corpus: por una
parte, sus preferencias por mantener o transformar el canon; por la otra, sus
preferencias por mantener o transformar los principios disciplinarios y la
organización del campo de estudio. Y aquí de nuevo, la firme entidad e
identidad de un sujeto cognoscente o de la comprensión, que vive todavía
bajo el callado espejismo de un sujeto trascendental, pierde su unidad e
identidad en el movimiento fractal que lo mueve de las pasiones culturales a
la razón disciplinaria, de sus preferencias en el canon a sus elecciones en el
corpus.
Ustedes habrán comprobado ya que mi ponencia tiene un lado descrip-
tivo y uno normativo. El lado descriptivo fue la presentación de los cambios
que, en mi percepción, están ocurriendo en los estudios literarios. El lado
normativo, es mi aceptación de esos cambios y mi adhesión a ellos.

NOTAS

1.Mi decisión de comenzar este resumen en 1978 no es razón suficiente para olvidar dos
piezas fundamentales, anteriores a esta fecha, que en mucho contribuyeron a formular las
ideas que expongo aquí. Esas dos piezas son Formacao da Literatura Brasileira (1959) y "Lite-
ratura e subdesenvolvimento" (Argumento, 1, 1973) de Antonio Cándido.
2.Sobre el tema, Dorfman (1983).
3.Ha sido sin duda importante el esfuerzo de Angel Rama, especialmente destacado por
Antonio Cándido (Cándido 1991), de no limitar la noción de América Latina a la América
Hispana e incorporar también la literatura brasilera. Sin duda que ha sido un paso importante.
No obstante, quedan varios aspectos sobre los cuales reflexionar, además del ya mencionado
para el caso de Ramchand. Jean Pierre Nepveu, por ejemplo, concluyó su conferencia sobre el
multilingüismo y la pluriculturalidad en Canadá, en un seminario sobre "Literatura e Historia
en América Latina" que tuvo lugar en Sao Paulo (Agosto 1991), refiriéndose a su país como
ENTRE EL CANON Y EL CORPUS__________________________________________35

"L'Amérique Latine du Nord". Ver también el ejemplo de José David Saldívar, al final de esta
ponencia.
4.Quizás valga la pena notar, de paso, que los estudios críticos consagrados a obras
canónicas de la literatura (en cualquier lengua), tienen una marcada tendencia a celebrar los
logros más que explicar los procesos y los resultados. Cuando las obras canónicas se leen a
partir de una actitud critica (a veces en demasía), estamos en presencia de una lectura de ellas
más en Ia dimensión del corpus que del canon.
5.Por honestidad intelectual debo mencionar que al leer la ponencia en Berlín no había
tenido oportunidad todavía de leer este libro. Mencioné su existencia, sin embargo, en este
mismo lugar. La presencia de Martin Lienhard, así como su misma ponencia, suplieron mi
imposibilidad de presentar su contribución en mayores detalles.
6.Ver los valiosos estudios de Beatriz González sobre algunas de estas historias (Gonzá-
lez 1987, 1988).
7.0 mejor de casos de "semiosis colonial," tal como Io he explicado en varias ocasiones
anteriores (Mignolo 1989, 1990, 1992).
8.Mignolo y Ebacher (1991), para el caso de los huehuetlatolli.
9.El espacio, una vez más, es limitado para incluir obras recientes que trazar nuevos
caminos en la diagramación del corpus, en los siglos XIX y XX. Menciono, sin pretensión a la
exaustividad, Sarlo (1985, 1988), Ludmer (1988), Ramos (1989) Molloy (1990); Sommer (1991).
10.En este contexto merecen recordarse el libro clásico de Adorno (1986) y el menos
conocido aunque no menos importante de Münzel y Scharlau (1987). La perspectiva de histo-
ria cultural que toma MacCormack en su estudio de la religión andina (MacCormack 1991),
hace de este libro una contribución importante para quienes se interesan en la exploración
prácticas discursivas que median fronteras culturales.
11.En un próximo número de Dispositio, editado por Elizabeth Boone, se explorarán más
en detalle algunos de los problemas mencionados aquí.
12.Me he beneficiado en conversaciones personales con Boone, Cummins, King y Mo-
haghan de la amplitud de sus proyectos y de la manera en que están trazando puentes entre la
tradición de estudios pre-colombinos, los estudios literarios y discursivos, y la herencia pre-co-
lombina en la cultura latinoamericana.
13.Un replanteo de los estudios comparativos en situaciones coloniales en Mignolo
(1992).

BIBLIOGRAFÍA
Adorno, Rolena, Guarnan Poma de Ayala. Writing and Resistance in Colonial Peru. Aus-
tin, 1986.
Boone, Elizabeth H., "Aztec Pictorial Histories: Recordkeeping without words". Opening
lecture to the Dumbarton Oaks Roundtable Art and writing: Recording Knowledge in pre-Co-
lumbian America (March 22, 1991).
Cándido, Antonio, Formaçao da literatura brasileira. Sao Paulo: 1959.
Cándido, Antonio. "Uma visâo latino-americana". Homenagen a Angel Rama. Ponencia
leída en el Seminario internacional: Literatura e historia na América Latina (Sao Paulo, 9 a 13
de setembro de 1991).
Cummins, Tom, "Word and Image in Perú". Paper presented at Dumbarton Oaks Round-
table Art and writing: Recording Knowledge in Pre-Columbian America. (March 23-24, 1991).
Franco, Jean. Plotting Women. Gender and representation in México. New York, 1989.
Gale Chevigny, Bell and Laguardia, Gari, Reinventing the Americas. Comparative Studies
ofLiterature ofthe United States and Spanish America. New York, 1986.
González Echevarría, Roberto, Myth and archive. Toward a theory ofLatin American Na-
rrative. New York, 1990.
González Stephan, Beatriz, Contribución al estudio de la historiografla literaria hispanoa-
mericana. Caracas, 1985.
36_________________________________________________________WALTER D. MIGNOLO

González Stephan, Beatriz, La historiografía literaria del liberalismo Hispano-Americano


del siglo XIX. La Habana, 1987.
Gruzinski, Serge, La colonisation de l'imaginaire. Sociétés indigènes et occidentalisation
dans le Mexique Espagnol. Paris, 1988.
Harrison, Regina, Signs Songs and Memory in the Andes. Translating Ouechua Language
and Culture. Austin, 1989.
King, Mark, "Rethinking Codices: Poetics and Metaphor in Mixtee Writing", Ancient Me-
soamerica 1 (1990), 141-151.
Lienhard, Martin, La voz y su huella Escritura y conflicto étnico-social en America Latina,
1492-1988. Hannover, 1991.
Ludmer, Josefina, El género gauchesco. Un tratado sobre la patria. Buenos Aires, 1988.
Mignolo, Walter D., "Canon a(nd)cross cultural boundaries. Or whose canon are we tal-
king about?". Poetics Today 12: 1 (1991), 1-28.
Mignolo, Walter D., "Canon and corpus: alternative views of comparative studies of lite-
rature in colonial situations", Dedalus (Journal of the Portuguese Comparative Literature As-
sociation) (en prensa).
Mignolo, Walter D., "La semiosis colonial". Ponencia leída en la reunión de LASA (Was-
hington D.C., Abril 4, 1991). Se publicará en Critica y descolonización: el sujeto colonial en la
cultura latinoamericana, B. González y L. Costigan (eds.), Caracas, en prensa.
Mignolo, Walter D., "Tradiciones orales, alfabetización y literatura (o de las diferencias
entre el canon y el corpus)". Informe de trabajo. Grupo 27. X Congreso Internacional de
ALFAL. Campinas: Agosto de 1990, en prensa.
Mignolo, Walter D. y Ebacher, Colleen, "Alfabetización y literatura: los huehuetlatolli
como ejemplo de semiosis colonial". Ponencia leída en el Congreso Internacional de Literatura
Iberoamericana (Brown University, June 1990). Se publicará en las actas del congreso.
Molloy, Sylvia, At face value. New York, 1991.
Monaghan, John, "Performance and the structure of the Mixtee Codices", Ancient Mesoa-
merica 1 (1990), 133-140.
Nepveu, Pierre, "La nostalgie perdue: figures de l'inmigrant et de l'autoctone". Ponencia
leída en el Seminario Internacional: Literatura e historia na América Latina. (Sao Paulo, 9 a
13 de setembro de 1991).
Perez-Fimat, Gustavo, Do the Americas have a common literature? Durham, 1990.
Pizarro, Ana (coordinadora), América Latina: palabra, literatura, cultura. Sao Paulo, en
prensa.
Pizarro, Ana (coordinadora), Hacia una historia de la literatura latinoamericana. México,
1989.
Pizarra, Ana (coordinadora), La literatura latinoamericana como proceso. Buenos Aires,
1985.
Rama, Angel, La ciudad letrada. Hanover, 1982.
Ramos, Julio, Desencuentros de la modernidad en América Latina. Literatura y política en
el siglo XIX. México, 1989.
Rincón, Carlos, El cambio en la noción de literatura. Bogotá, 1978.
Saldívar, José, "The dialectics of our America", G. Pérez Firmat (ed.), 1990, 62-84.
Saldívar, Jose, The dialectics of our America. Genealogy cultural critique and literary his-
tory. Durham, 1991.
Sarlo, Beatriz, El imperio de los sentimientos: narraciones de circulación periódica en la
Argentina (1917-1927). Buenos Aires, 1985.
Sarlo, Beatriz, Una modernidad periférica: Buenos Aires 192Oy 1930. Buenos Aires, 1988.
Sommer, Doris, Foundational fictions. The national romances ofLatin America. Berkeley,
1991.
Spillers, Hortense, Comparative American Identities. Race sex and nationality in modem
texts. New York, 1991.
Tedlock, Dennis, Popol Vuh. The Mayan Book ofth Dawn ofLife. New York, 1985.
Tedlock, Dennis, The Spoken Word and the Art ofInterpretation. Philadelphia, 1983.

S-ar putea să vă placă și