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Cómo usar los Versículos Espada al

enseñar
Los Versículos Espada son un medio maravilloso para compartir la Palabra de Dios con
nuestros hijos. Durante el desayuno o la cena, al ir en el automóvil, o cualquier momento en
que la familia esté junta es un buen momento para tener una conversación instructiva acerca
de los Versículos Espada. A continuación hay algunas sugerencias que puede recordar
mientras comparte la Palabra de Dios con sus hijos.

1. Manténgalo corto—Un tiempo de enseñanza corto que atrapa y retiene el interés


del niño es mejor que un tiempo largo que se vuelve tedioso y que deja al niño
aburrido y frustrado.
2. Enseñe “mini” porciones—Para evitar que la enseñanza se vuelva larga y tediosa
para el niño, enséñele una palabra, frase o versículo a la vez, acorde a la edad y
rango de atención de su hijo. La Biblia es tan rica que un sólo versículo puede
presentar muchas diferentes avenidas para la instrucción. En lugar de preocuparse
por ser exhaustivo en su instrucción de un pasaje, ore para que el Espíritu Santo le
guie y enseñe los puntos que Dios ponga en Su corazón. Dedique varios días a un
pasaje en lugar de intentar cubrirlo todo de una vez.
3. Manténgalo simple—Es grandioso ser creativo, usar ayudas visuales y dedicar
todo tipo de esfuerzos y energía en su enseñanza. Pero si usted le está enseñando a
uno o dos niños en casa, podría ser innecesario. Al mantener su enseñanza simple,
es más probable que enseñará de manera más consistente. Si le consume el tiempo
de preparación, podría darse cuenta que pasan muchos días con muy poca o ninguna
enseñanza porque su horario está repleto. Es más fácil sentarse por 5-15 minutos e
iniciar una conversación con su hijo. La preparación consiste en meditar el
significado de un versículo, pedirle a Dios que lo aplique a su vida y a la vida de su
hijo y orar para que Dios cause que ese versículo cobre vida en su corazón y en el
corazón de su hijo.
4. Defina palabras desconocidas
5. Relacione lo desconocido con lo conocido—Refiérase a lo que su hijo ya conoce
para ayudarle a entender un nuevo concepto. Construya sobre el conocimiento que
ya existe en su hijo. Por ejemplo, al enseñarle la frase “no nos ha tratado según
nuestros pecados” del Salmo 103:10, podría preguntarle a su hijo si puede recordar
alguna historia en la Biblia en la que alguien merecía un terrible castigo pero Dios
escogió perdonarlo. Pueden platicar acerca del castigo que merecía—lo que Dios
podría haberle hecho a esa persona. Luego, relacione ese incidente a la frase “no nos
ha tratado según nuestros pecados.”
6. Use situaciones de la vida real para ayudarle a su hijo a entender la verdad
bíblica—Use experiencias que son comunes para su hijo para ayudarle a entender
un concepto bíblico o el punto de un pasaje. Por ejemplo, Jeremías 32:40 contiene la
palabra “pacto.” Esta podría ser una palabra desconocida. Sin embargo, la palabra
“mesada” es probablemente más conocida. Podría usar la idea de una mesada—
cuando un padre y su hijo hacen un acuerdo en el que el padre le dará al niño cierta
cantidad de dinero cada mes—para enseñar el concepto de “pacto.”
7. Dele a su hijo una oportunidad de interactuar con la verdad de las
Escrituras—Una manera fácil de animar a su hijo a interactuar con las Escrituras es
hacerle muchas preguntas: ¿qué piensas que significa este versículo? ¿Qué otro
versículo conoces que habla sobre el mismo tema? ¿Qué versículo conoces que
prueba lo que acabas de decir? ¿Qué significa temer a Dios? ¿Puedes pensar en
alguna persona a la que tú respetas? ¿Actúas de manera diferente ante esa persona?
¿En qué maneras actúas diferente? ¿En qué maneras actúas diferente hacia tu
hermanito que hacia tu maestra?
8. Guíe a su hijo a ver cómo las Escrituras se aplican a su vida—La meta de la
instrucción bíblica no es simplemente incrementar el conocimiento. También
involucra edificar la fe. Ayude a su hijo a ver que la Palabra de Dios se relaciona a
su propia vida. Haga preguntas que resalten esa relación: ¿alguna vez has visto la
verdad de este versículo en tu vida o en la vida de otra persona? ¿Tienes temores?
¿Cuáles son? ¿Cómo puede el hecho de conocer esta verdad ayudarte con esos
temores? ¿Qué puedes hacer cuando sientas temor? ¿Qué crees que Dios quisiera
que hicieras ahora que has entendido este versículo?
9. Anime a su hijo a actuar en base a la Palabra de Dios—Pídale al Espíritu Santo
que traiga una situación en la que su hijo pueda actuar en base a la verdad que acaba
de aprender. Luego, anime a su hijo en su caminar de fe.

—Sally Michael

Consejos para la memorización


De acuerdo a los psicólogos educativos, el mejor momento para estudiar para la mayoría de
personas es temprano por la mañana, entre las 7:00 y las 9:00 a.m. Después de una noche
de descanso y un buen desayuno, estamos alertas mentalmente y es más probable que
recordemos lo que aprendamos. La mejor manera de memorizar es a través de la repetición.
No hay sustituto para repasar un versículo repetidamente. Sin embargo, las técnicas de
memorización específicas pueden variar de un rango de edad a otro. Hemos encontrado que
las siguientes ideas son útiles.

Consejos para niños pequeños


La memorización por repetición funciona bien cuando se les enseñan versículos a niños
pequeños:

 Diga la cita bíblica: Primero, pronuncie la cita bíblica claramente (en ocasiones,
los niños pequeños entienden “dirección bíblica” mejor que “cita bíblica”). Luego,
pídale al niño repetir la cita después de usted. (ej. Salmo 23:1)
 Repita el pasaje en porciones: Diga el pasaje en varias porciones pequeñas,
repitiendo cada porción. Repita todas las porciones al final.
 Repita la cita bíblica nuevamente.
 Repase el pasaje varias veces más, alargando las porciones cada vez que lo repita.
 Discuta el pasaje. Después que el pasaje ha sido memorizado (usualmente 3-4
repeticiones), es bueno analizarlo. Discuta el significado de palabras desconocidas.
Parafrasee el pasaje e intente ayudar al niño a descubrir cómo el pasaje se aplica a
su vida.

Consejos para niños mayores


Para los niños mayores que aún no han desarrollado el hábito de la memorización, podría
considerar los siguientes pasos:
1. LEA el pasaje.
2. ENTIENDA el pasaje.

 Contexto: Busque el contexto del pasaje en la Biblia.


 Parafrasee: Pídale al niño que diga o escriba el pasaje en sus propias palabras.
 La palabra más importante: Pídale al niño que le diga cuál es la palabra que él
piensa es la más importante y por qué piensa eso. Luego, haga usted lo mismo.
 Explique: Pídale al niño que lea el pasaje en silencio y que le explique lo que
significa. Luego, haga usted lo mismo.
 Aplique: Pídale al niño que le explique lo que debería saber, sentir y hacer un
cristiano en respuesta al versículo o a los versículos. Discutan cómo esto se aplica a
él personalmente.
 Ilustre: Pídale al niño que ilustre el versículo haciendo un dibujo.
 Pantomima: Pídale al niño que dramatice el pasaje o que dramatice una situación
en la que podría aplicarse.

3. APRENDA el pasaje. Saber lo que el versículo significa y cómo aplicarlo prepara al


niño para memorizarlo. Hay varias maneras de memorizar una sección de las Escrituras:

 Lea el versículo completamente varias veces.


 Escriba el versículo en un cuaderno.
 Repita el versículo una porción a la vez. Repita una porción varias veces. Añada
otra sección hasta que pueda decir el versículo entero. Siempre repáselo antes de
irse a dormir.
 Algunos juegos pueden ayudarle:
o Añada una palabra: el niño dice la primera palabra del pasaje, luego usted
dice la siguiente, el niño dice la tercera palabra y así sucesivamente.
o Rompecabezas: haga un rompecabezas y coloca cada palabra del pasaje en
una pieza. Mezcle las piezas y pídale al niño armar el rompecabezas.
o Borre una palabra: escriba el pasaje en una pizarra de tiza o en un pedazo
de papel y borre una palabra. Pídale al niño repetir el pasaje. Continúe
borrando palabras y repitiendo el pasaje hasta que haya borrado todas las
palabras y el niño pueda decir el pasaje de memoria.
o Mezcle las tarjetas: escriba cada palabra en una tarjeta. Mezcle las tarjetas
y colóquelas boca arriba sobre una mesa. Pídale al niño que las coloque en
el orden correcto.
 Música: cree una tonada para el versículo.
 Lenguaje de señas: Aprenda el verso en lenguaje de señas (o crea sus propios
movimientos para ilustrar el versículo).
 Pídale al niño que escriba el versículo en un cuaderno y que coloque la fecha de ese
día en la página. Luego, dele una lista de maneras prácticas en las que puede poner
el versículo por obra.
 Cada vez que ponga el versículo por obra, pídale que escriba un breve resumen de
ello y que coloque la fecha en la que esto ocurrió. (Esto le mostrará la fidelidad de
Dios al ayudarnos a vivir de acuerdo a Su Palabra.)
 Si el niño pierde la oportunidad de usar el pasaje, ayúdele a ver cómo un versículo
memorizado pudo haber sido aplicado en una situación en particular.

4. IMPLEMENTE el pasaje. Una vez que el niño sepa lo que el pasaje significa, necesita
aprender a ponerlo en práctica.

5. RECOMPENSE Cuando su hijo pueda decir el pasaje confiadamente y explicar su


significado, puede recibir una recompensa que haya acordado con usted. Al principio, las
recompensas deberían ser pequeñas y fáciles de conseguir para asegurar el éxito.
Gradualmente, las recompensas deberían ser más difíciles de obtener.

Cuando les ayude a los niños a memorizar las Escrituras, evite actividades distractoras o
triviales como ver quién puede decir el pasaje con la mayor cantidad de malvaviscos en su
boca o mientras salta en un pie. Estas actividades trivializan la Palabra de Dios. También
interrumpen el proceso de aprendizaje. Es muy probable que el niño recuerde la actividad
más que el versículo. Si la actividad no fortalece la conexión que los niños hacen con el
pasaje, probablemente no debería usarse.

También, planear estas actividades tiende a tomar mucho tiempo y “creatividad”, de


manera que es fácil perder el ánimo y dejar de memorizar. Tener una rutina sencilla provee
mayor continuidad y también crea hábitos de memorización.

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