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La meningitis es una infección que causa inflamación de las membranas que cubren el
cerebro y la médula espinal. La enfermedad puede clasificarse en bacterianas, virales y
micóticas (hongos), aunque en los países en desarrollo la meningitis bacteriana
compromete la vida del las personas más vulnerables, como los recién nacidos, los ancianos
y aquellos con trastornos de su sistema inmunológico.
¿Cómo se transmite?
El contagio del meningococo se produce por vía respiratoria, a través de las gotitas que se
expulsan al toser o estornudar. Cuanto mayor y más estrecho es el contacto con una
persona infectada, más fácil es el contagio, por eso los entornos más favorables para su
transmisión son los ambientes escolares y familiares. Sin embargo, su capacidad de contagio
no es tan alta como la de un catarro o una gripe.
El virus penetra en el cuerpo a través de los ojos, la nariz o la boca, por lo que es muy
frecuente el contagio en lugares donde los niños comparten mucho tiempo, como las
escuelas. Las bacterias son las responsables de la mayoría de los casos de la meningitis. En
los adultos predomina el neumococo, mientras que en niños y adultos jóvenes el
meningococo.
Como explican desde la OMS hay personas que, durante un tiempo, pueden ser portadores
faríngeos de esta bacteria sin que les produzca ningún problema. Sin embargo, en algunos
individuos y en determinadas circunstancias el germen se salta esa barrera y penetra en el
organismo produciendo la enfermedad.
Cuando provoca meningitis, el comienzo de los síntomas suele ser brusco con fiebre, dolor
de cabeza y rigidez de la nuca, pudiendo acompañarse de náuseas, vómitos, intolerancia
anormal a la luz (fotofobia) y confusión. En algunos casos se asocia a síntomas similares a
los de una gripe o aparecen manchas en el cuerpo: de trata de pequeñas motas de color
rojo violáceas, conocidas como petequias, en cualquier parte del cuerpo, habitualmente
muy numerosas y de progresión muy rápida y que tienden a unirse entre ellas en minutos
dando lugar a hematomas. La recomendación de los expertos es que ante la presencia de
estos síntomas, se acuda de forma urgente a un centro sanitario.
En 2006 expertos de la revista médica 'The Lancet' apuntaron al dolor en las piernas, manos
y pies fríos y palidez como indicadores de alerta que según su investigación aparecen antes
incluso de los ya conocidos, como fiebre alta, vómitos, sensibilidad a la luz, dolor de cabeza
y rigidez en el cuello.
En el caso de bebés y niños pequeños hay que consultar también a especialistas en caso de
negativa a alimentarse, cuello rígido o por el contrario cuerpo flácido o dificultad para
despertarse. También son síntomas de alarma una conducta quejosa, somnolencia o
letargo, irritabilidad, y extremidades frías (manos y pies).
¿A quién afecta?
¿Cómo se diagnostica?
El tratamiento
La enfermedad meningocócica puede ser mortal y debe considerarse siempre como una
urgencia médica. Hay que ingresar al paciente en un hospital o centro de salud, aunque no
es necesario aislarlo. El tratamiento antibiótico apropiado debe comenzar lo antes posible,
de preferencia después de la punción lumbar, siempre que esta se pueda practicar
inmediatamente. El inicio del tratamiento antes de la punción puede dificultar el
crecimiento de la bacteria en el cultivo de LCR y la confirmación del diagnóstico.