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1 RIBEIRO-FERREIRA, Manuel. El divorcio en Nuevo León: tendencias actuales. Pap. poblac [online]. 2014, vol.20,
n.80 [citado 2017-11-12], pp.193-215. Disponible en:
<http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1405-74252014000200007&lng=es&nrm=iso
14 Vega Robles, Isabel, Factores psicosociales de los padres divorciados que influyen en el pago de la
pensión alimentaria para sus hijos (as). Cuadernos Inter.c.a.mbio sobre Centroamérica y el Caribe [en
linea] 2006, [Fecha de consulta: 12 de noviembre de 2017] Disponible
en:<http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=476948766003> ISSN 1659-0139
-“La mayor parte del divorcio implica una ruptura con las metas familiares originales que se
pretendían al contraer matrimonio donde se preveía felicidad, un hogar gratificante y una
familia, todas esas brillantes promesas del matrimonio se desmoronan. El divorcio establece
circunstancias tan desorganizadoras para el individuo, casi todo lo que había sido considerado
como estable debe ser ahora reorganizado”
“La mayor parte del divorcio implica una ruptura con las metas familiares originales que se
pretendían al contraer matrimonio donde se preveía felicidad, un hogar gratificante y una
familia, todas esas brillantes promesas del matrimonio se desmoronan. El divorcio establece
circunstancias tan desorganizadoras para el individuo, casi todo lo que había sido considerado
como estable debe ser ahora reorganizado” (Montalvo & Magaña, 1997,
p.16).http://repository.ucc.edu.co/bitstream/ucc/326/1/Efectos%20del%20divorcio%20de%20l
os%20padres%20en%20el%20rendimiento%20acad%C3%A9mico%20de%20sus%20hijos.pdf
Valdés, Esquivel y Artiles (2007) sostienen que dentro del modelo de crisis el divorcio se
aborda de tres maneras: primeramente se tiene en cuenta que es la alternativa más factible
considerada por uno o ambos miembros de una pareja para resolver una situación de crisis y
disfuncionalidad en su relación; en segundo lugar, se conceptualiza el divorcio como una
decisión que si bien pretende resolver una crisis, marca el inicio de otra, caracterizada por las
dificultades relacionales y los cambios que se ocasionan en la vida de todos los integrantes de
la familia; por último, los efectos del divorcio están mediados por factores que incluyen el
sistema de creencias dominante en el contexto cultural, las características socioeconómicas
que rodean a la familia y las estrategias idiosincrásicas que utilizan los integrantes de la pareja
para manejar la separación.
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http://repository.ucc.edu.co/bitstream/ucc/326/1/Efectos%20del%20divorcio%20de%20los%2
0padres%20en%20el%20rendimiento%20acad%C3%A9mico%20de%20sus%20hijos.pdf
Estudios recientes indican que la madurez que parecen presentar los hijos de divorciados
puede estar ocultando una inversión de roles o parentificación, instrumental (tareas del hogar,
cuidado de sus hermanos) o bien emocional (actuar como consejero o confidente o incluso
prestar apoyo emocional al progenitor necesitado).
5--- http://masterforense.com/pdf/2002/2002art16.pdf
Aparecen sentimientos en los menores de edad después de que sus padres se divorcian creen
que son culpables de la separación, todos estos sentimientos, que frecuentemente surgen en
los niños, pueden derivar en comportamientos inadecuados, siendo los más comunes la
aparición de conductas inapropiadas, que pueden tener un carácter regresivo, es decir, que el
niño adopte hábitos anteriores que había superado (enuresis, chuparse el dedo); como
manierismos, tics, tartamudeo o una maduración impropia de su edad, mostrándose
excesivamente cooperativos, educados, autodisciplina dos y auto controlados. Otra conducta
habitual es que agresividad o conductas disruptivas. También se ha detectado que la
separación de los progenitores es la causa más común de suicidio o tentativa de suicidio de
jóvenes menores de edad, refiriendo sentimientos de rechazo o pérdida de interés de sus
padres hacia ellos (Lester & Abe, 1993; McCall & Land, 1994; Woderski & Harris, 1987 Citado
por Seijo, Fariña, Novo. 2002).
6 http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=11231067007
Para la mayoría de los niños, el divorcio de sus padres representa un cambio dramático en su
vida, siendo el más evidente la pérdida del padre en su vida diaria (Ahrons & Tanner, 2003).
Sin embargo, los datos aportados por los estudios apoyan, en general, la hipótesis de la
congruencia. La ruptura matrimonial aumenta las interacciones negativas entre hermanos
(mayor hostilidad y coerción), que se van desentendiendo mutuamente, llegando a producirse
una pérdida de afecto y de apoyo. No obstante, cuando uno de los hermanos es una
adolescente se produce un mayor afecto y apoyo (Conger y Conger, 1996) 7
http://masterforense.com/pdf/2002/2002art16.pdf
Los resultados de los estudios indican que, en general, los divorciados asignan a sus hijos
adolescentes más tareas y les obligan a asumir más responsabilidades que los padres de
hogares intactos. No obstante, son las hijas que viven en hogares monoparentales con una
elevada conflictividad entre sus padres las que presentan una mayor parentificación emocional
con uno u otro progenitor (Hetherington, 1999) 8
http://masterforense.com/pdf/2002/2002art16.pdf
EL DIVORCIO COMO CRISIS
El divorcio como crisis. Pittman (1990) propone que una crisis se produce cuando una tensión
(una fuerza que tiende a distorsionar) afecta al sistema familiar, exigiendo un cambio en su
repertorio usual, y permitiendo, además, la entrada de influencias externas de una forma
incontrolada. Este autor describe cuatro categorías de crisis: 1. Desgracias inesperadas. Son
sucesos imprevisibles, cuyas causas suelen ser extrínsecas a la familia (fallecimientos,
accidentes, etc.). Su resolución puede suponer un esfuerzo común para adaptarse a la
situación, o puede implicar el riesgo de una búsqueda de culpables que genere mecanismos de
ataque y defensa. 2. Crisis de desarrollo. Son universales y previsibles. Forman parte de la
evolución normal de cada familia (matrimonio, nacimientos de hijos, etc.). Una superación
adecuada facilita el crecimiento, aunque los problemas pueden aparecer cuando una parte de
la familia intenta impedirla o provocarla antes de tiempo. 3. Crisis estructurales. Son
recurrentes y se insertan en las propias pautas intrínsecas de una familia (psicosis,
alcoholismo, etc.). Suelen manifestarse en un solo miembro, aunque afectan directamente a
todos los demás, de forma que dificultan cualquier posible proceso de cambio. 4. Crisis de
desvalimiento. Ocurren en familias en las que los propios recursos se han agotado o son
ineficaces, de tal forma que dependen de instancias externas para uno o varios aspectos de su
supervivencia (familias que dependen de los recursos sociales, incapacidades crónicas, etc.).
EXPERIENCIAS NEGATIVAS
Las experiencias negativas más comúnmente asociadas al divorcio son la soledad y los
problemas económicos. Rodrigo y Palacios (1998) apuntan que los principales conflictos que
dificultan la adaptación posterior a una separación son la división de bienes, el mantenimiento
económico (pensión alimenticia de los hijos o de la pareja) y la custodia de los hijos. Para las
mujeres, los problemas pueden ser mayores ya que en ellas se acumulan diversas transiciones
vitales, como el cambio de estado civil y de estatus, los trámites para la pensión que deben
recibir del marido y la nueva relación con el ex cónyuge. Al respecto, Cuevas (1995) señala que
las madres divorciadas tienen que enfrentar una ma yor cantidad de tareas relacionadas con la
crianza, el trabajo y el hogar, además de tener que lidiar con sentimientos negativos asociados
a ellas mismas y con los retos de la crianza de los hijos.
10 Valdés Cuervo, Ángel Alberto, Basulto Moreno, Gabriela, Choza Concha, Elisa, Percepciones de mujeres
divorciadas acerca del divorcio. Enseñanza e Investigación en Psicología [en linea] 2009, 14 (Enero-Junio) : [Fecha de
consulta: 12 de noviembre de 2017] Disponible en:<http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=29214102
La provisión de estabilidad afectiva y emocional que requiere el desarrollo infantil puede verse
seriamente amenazada por la separación o el divorcio de los padres, especialmente cuando el
apego aún no está suficientemente afianzado (7). Es conocido, al respecto, que la mayor
proporción de ellos tiene una media de edad de seis años o menos en el momento de la
ruptura, de cuyo conjunto una gran parte muestra más desajustes psicológicos a lo largo de su
vida que los que pertenecen a familias intactas, si bien tales desajustes no siempre alcanzan
niveles clínicos (8, 9, 10).
En este campo, Hetherington, Bidges e Insabella (11) señalan como relevantes una serie de
características en el comportamiento del niño tras el cambio de la composición de la «familia»,
los efectos negativos de la ausencia de la figura paterna junto a la típica situación de la
custodia de la madre, el incremento del estrés econó- mico en el grupo con las subsiguientes
consecuencias en el trato al hijo, los problemas que derivan del cambio que supone pasar de
tener dos padres a tener uno solo y lo negativo que trae consigo la existencia de tensión
interparental en el hijo. Wallerstein y cols. (12, 13) han considerado que el sexo del niño
determina diferencias en el desajuste tras un divorcio o separación, evidenciando que los
chicos varones parecen tener mayores dificultades para superar la crisis, tanto en la intensidad
de sentimientos negativos como en su duración, presentando más problemas escolares y más
irritabilidad que las niñas.
13 SAP GARDNER
Características del SAP Gardner (1987) define el SAP de la siguiente manera: Es un trastorno
que surge principalmente en el contexto de las disputas por la guarda y custodia de los niños.
Su primera manifestación es una campaña de difamación contra uno de los padres por parte
del hijo, que no tiene justificación. El fenómeno resulta de la combinación del sistemático
adoctrinamiento (lavado de cerebro) de uno de los padres y de las propias contribuciones del
niño dirigidas a la denigración del progenitor objeto de esta campaña (Gardner, 1987, P-12).
Según este concepto, es un proceso por el cual un progenitor transforma la conciencia de sus
hijos mediante diferentes estrategias, con el objeto de impedir, obstaculizar o destruir el
vínculo con el otro progenitor. Se lleva al hijo a odiar y rechazar a un padre que lo quiere y al
cual necesita. El término sólo es aplicable cuando el progenitor objeto de la hostilidad no ha
mostrado ningún comportamiento que pudiera justificar la campaña de difamación que lo
victimiza.
12 de la Cruz, Ana Cristina, Divorcio destructivo: cuando uno de los padres aleja activamente al otro de la
vida de sus hijos. Diversitas: Perspectivas en Psicología [en linea] 2008, 4 (Sin mes) : [Fecha de consulta:
12 de noviembre de 2017] Disponible en:<http://w.redalyc.org/articulo.oa?id=67940112> ISSN 1794-9998