Sunteți pe pagina 1din 4

PROFESORA : SILVIA JANETT ROSSO DESPOSORIO

ENSAYO: ¿ESTAS DE ACUERDO CON LAS TAREAS ESCOLARES PARA


LA CASA?

Las tareas escolares para hacer en la casa constituyen un asunto que, sin
excepción, ocasiona muchas discusiones en hogares y colegios. Lo más
preocupante es que por desinformación, falta de conversación e ideas
preconcebidas se ha vuelto un verdadero dolor de cabeza para todo el mundo:
padres de familia, maestros y estudiantes.
Actualmente se piensa que las “buenas escuelas” son aquellas que “ más
tareas dejan por el bien de ellos “. Es más muchas personas hacen negocios
creando sitios en la web “para ayudar con las tareas escolares”, por lo cual los
profesores estamos contribuyendo al desarrollo de un gran comercio a veces
sin tener conciencia.
Analicemos el para qué de la tarea. ¿Tiene sentido que en vez de llegar a su
casa a relajarse un poco, jugar y descansar tengan que continuar agobiándose
con lo que debían haber resuelto en el tiempo escolar? ¿Y el derecho de los
niños al juego? ¿Quién se ocupa de resguardarlo?
Todos deseamos que nuestros hijos tengan una vida exitosa y que puedan a
través de su felicidad emocional, física y mental sentirse realizados en todos
los ámbitos de la vida, y, curiosamente, la tarea se percibe en el niño como la
primera situación frustrante, cansada y aburrida de lo ya visto en la escuela.
La tarea no ayuda a desarrollar ninguna habilidad, no fortalece o incrementa el
conocimiento, al menos la cantidad de conocimiento que se aprendió en ese
día; no ayuda a memorizar tal información y mucho menos los hace personas
responsables. La frustración que muchos niños sienten al hacer la tarea
reforzará el aborrecimiento por ella; pocos niños expresan este sentimiento a
los padres y la gran mayoría lo acepta con resignación. Porque cada vez es
más frecuente observar que las “tareas” se instalan desde primer grado de
primaria siendo la mayoría de casos una repetición de actividades ya
realizadas, pero… ¿para qué sirve hacer esto? Salvo que pensemos que la
“repetición contribuye a la fijación” (principio conductista que se supone más
que erradicado de las prácticas pedagógicas”) darles a los estudiantes este
tipo de actividades no tiene ningún valor formativo.
En cuanto la directora de Educación Inicial del Ministerio de Educación, Vanety
Molinari manifestó que los estudiantes de primaria y secundaria no deben ser
sobrecargados de tareas escolares en casa, porque es necesario que luego de
ir a la escuela ellos tengan un tiempo y espacio para si mismos, que les permita
realizar actividades que son de su interés y que también les deja enseñanzas.
Es absurdo que luego que permanecen muchas horas en el colegio, sobre todo
en las escuelas privadas, todavía tengan que llegar a casa a hacer mucha más
tarea o peor aún que se les deje tareas que no puedan hacer solos sino con la
ayuda de los padres o que estos se vean obligados a contratar a un profesor
para que les enseñe en casa”, comentó finalmente.

Es probable que para algunos en particular la tarea resulte una forma de


enseñarles a estudiar, pero esto requiere de una orientación e intervención
particular y específica de los docentes para que pueda lograrse. También se
necesitan propuestas motivadoras y no reiteraciones tediosas de lo que sucede
en la clase.
Existen pocas situaciones, contextos y fundamentos que justifican el
sostenimiento de la tan arraigada tarea escolar. Vamos a ver entonces cuándo
sí podría valer la pena. La jornada simple podría ser una modalidad que
permitiera el desarrollo de estrategias de trabajo autónomo en el tiempo que
tienen los chicos. Pero además de este contexto, en otras situaciones podría
tener algún sentido siempre y cuando las tareas que se encomienden sirvan
para:

– Generar estrategias de organización de la información y presentación de los


conocimientos particulares de cada uno de los chicos, que luego puedan ser
llevados de nuevo a la escuela para compartir y re trabajar en el marco de la
orientación del docente.

– Promover la puesta en marcha de investigaciones reales sobre temas que a


los estudiantes les interesen. Si los profesores proponen proyectos en donde
cada estudiante pueda desplegar sus intereses y estrategias propias y si en
paralelo se pueden poner en marcha gracias a las TIC algunas formas de
trabajo colaborativo en la web, la tarea puede ayudar mucho al aprendizaje.

– Invitar a los padres a expresar sus costumbres, ideas, pensamientos, es decir


a compartir sus culturas familiares a través de participaciones que ponderen la
diversidad.

– Orientar las actividades extraescolares al encuentro entre aquellos


aprendizajes invisibles para la escuela y ponerlos en el centro de la escena
escolar, recuperando todo aquello que los estudiantes aprenden y producen por
mérito propio fuera de la escuela y tendiendo puentes entre estos aprendizajes
y los contenidos curriculares.

– Proponer actividades que permitan a los alumnos desarrollar y experimentar


estrategias de estudio y aprendizaje que les den mejores posibilidades en su
vida cotidiana en la escuela. Para realizar estas tareas primero será necesario
enseñar variadas estrategias de estudio y luego darles posibilidades de
desplegarlas en la práctica en un entorno de experimentación individual.}

En conclusión si defendemos el derecho al juego en la infancia; si sostenemos


que es importante la comunicación dentro de las familias y el compartir tiempos
junto; si pensamos que la escuela tiene un valor formativo; si nos decimos
constructivistas a la hora de enseñar, continuar sosteniendo las tareas
escolares sin sentido en la casa va en contra de todos estos postulados no
resultando nada beneficioso para los estudiantes.
 kohn Alfie. (2006). el Mito de las tareas, por qué nuestros niños se
desaniman . Cambridge

 ). Dudley-Marling, Curt. "¿Cómo la escuela Problemas Come Home: El


Impacto de la tarea en las familias de estudiantes con dificultades."
Temas Actuales en la Educación 6, 4 (2003). .

S-ar putea să vă placă și