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Queridos compatriotas:
Hacen bien las mujeres en luchar por una causa justa. Que no es solo la
causa de las mujeres, sino también, de todos los hombres y mujeres de
buena voluntad, comprometidos con un Chile más libre, justo próspero y
solidario.
Hoy ha llegado el tiempo de asumir nuestra historia y nuestra realidad,
con sus luces y sombras, para poder marcar un antes y un después en la
forma en que tratamos a nuestras mujeres. Todos hemos cometido
errores en nuestras familias, en nuestros trabajos, en nuestro diario vivir
y en nuestra sociedad. Esos errores han afectado a nuestras parejas, a
nuestras hijas, a nuestras madres, a nuestras colegas y a nuestras
compañeras, y con estos errores no hemos sido justos con las mujeres
de nuestro país. Yo también los he cometido y haré todos los esfuerzos
para corregir estas conductas.
En parte es el resultado de una cultura que no nos ha enseñado a
valorar en plenitud la dignidad de las mujeres. Llegó el tiempo de
cambiar la historia, de recuperar el tiempo perdido y de iniciar una
nueva etapa en la relación entre hombres y mujeres en nuestro país.
Esta mañana quiero expresar, con fuerza y claridad, el firme compromiso
de nuestro gobierno para avanzar, con decisión y urgencia, hacia una
sociedad en que, respetando nuestras naturales y deseables diferencias,
hombres y mujeres tengamos los mismos derechos, deberes,
oportunidades, seguridades y dignidad.
Y estamos también totalmente comprometidos con una conducta de
tolerancia 0, contra todo tipo de violencia, abuso, acoso, discriminación
o maltrato hacia nuestras mujeres.
Tenemos plena conciencia que esta noble y justa lucha no comenzó con
las manifestaciones de mujeres que hemos conocido en los últimos
tiempos. Es un proceso que se viene desarrollando desde hace mucho
tiempo y en forma simultánea en muchos países del mundo.
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Sabemos también, que esta justa causa ha requerido el liderazgo,
perseverancia, coraje y resiliencia de muchas personas, especialmente
mujeres, y que ha tenido avances y retrocesos, triunfos y derrotas.
Como dijo un gran poeta que en el trato a las mujeres también cometió
muchos y graves errores “Podemos cortar todas las flores, pero no
podemos parar la primavera”.
Lo mismo ocurre con esta lucha por la igualdad y dignidad de nuestras
mujeres, que nada ni nadie podrá frenar y que seguirá avanzando
porque obedece a una causa justa y noble.
Basta recordar la hisotria de nuestro país para apreciar esta realidad.
Partamos por hacer justicia a tantas mujeres que también lucharon con
heroísmo y voluntad por nuestra libertad e independencia, como Javiera
Carrera y Paula Jaraquemada.
Recien en 1877 se autorizó que las mujeres pudieran estudiar en la
universidad, lo que permitio a Eloisa Díaz postular a medicina en 1880 y
se titulase en 1887, siendo la primera doctora graduada en Chile y
Sudamérica.
Recordemos que a Gabriela Mistral solo le reconocimos su talento
después de recibir el Premio Nobel.
Ella, anticipándose a su tiempo, escribió estas duras pero
esperanzadoras palabras: “Retrocedemos en la historia de la humanidad
buscando la silueta de la mujer. La encontramos más humillada y más
envilecida mientras más nos internamos en la antigüedad. Su
engrandecimiento lleva la misma marcha de la civilización. Y hoy ya no
es la esclava de ayer, sino la compañera igual. Pero aún le queda
mucho que explorar para entonar un canto de victoria”.
Recordemos que recién en 1935 las mujeres pudieron votar por primera
vez en una elección municipal, en 1950 en una elección parlamentaria y
en 1952 en una elección presidencial.
Sin duda ha sido una larga marcha, no siempre adornada con flores ni
coronada con arcos de triunfo, sino una dura y sacrificada lucha.
Estamos plenamente concientes que esta marcha y esta lucha debe ser
mejor comprendida y mas apoyada en la sociedad chilena, y que ello
requerirá mucho dialogo, capacidad de escuchar y reconocer errores,
resiliencia para enfrentar las dificultades y fuerza y visión para seguir
avanzando.
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Como gobierno estamos plenamente convencidos de la necesidad de
impulsar este proceso y comprometidos con llevarlo a buen puerto. Pero
ello no significa que no sintamos hoy la responsabilidad, urgencia y
deber de ejercer nuestro liderazgo para, no solo cumplir con los
compromisos de nuestro programa de gobierno y de nuestra campaña
presidencial, sino también de escuchar, dialogar y recoger todas las
propuestas de nuestra sociedad para contribuir a que esta noble causa
avance con toda la fuerza de nuestro compromiso y voluntad.
Por eso hoy quiero compartir con todos mis compatriotas las acciones
que emprenderemos y las iniciativas que impulsaremos durante los
próximos días y semanas.
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todos los hijos de madres trabajadoras con contrato.
Adicionalmente, el costo de este beneficio será compartido
entre trabajadoras y trabajadores, terminando así con la
discriminación que significa el que hoy este costo recaiga
íntegramente en la mujer trabajadora.
c. Un proyecto de ley que establezca el derecho a la lactancia
libre a las mujeres, que proteja la maternidad a través de
programas de acompañamiento y apoyo a las mujeres con
embarazos vulnerables y permita prevenir mejor los
embarazos adolescentes.
De esta forma habremos terminado con todas las discriminaciones
de naturaleza legal contra nuestras mujeres que contempla
nuestra legislación.
También pondremos urgencia al Proyecto de Ley presentado por el
Gobierno anterior sobre el derecho de la mujer a vivir una vida
libre de violencia.
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6. El Ministerio de la Mujer y Equidad de Género, en conjunto con el
Ministerio del Interior y Seguridad Ciudadana y el Ministerio de
Defensa, desarrollarán un Plan de Derechos Humanos, que
establezca como uno de sus ejes principales la no discrimnacion
arbitraria contra la mujer en nuestras Fuerzas Armadas y de
Orden.
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Estamos plenamente conscientes que para garantizar la plena igualdad
de derechos, deberes, oportunidades y dignidad entre hombres y
mujeres no basta sólo con eliminar las discriminaciones legales.
También tendremos que enfrentar, y con la misma unidad, decisión y
voluntad, las discriminaciones de origen cultural.
Sabemos que recorrer este camino hacia una Nueva Cultura de Igualdad
entre hombres y mujeres y de Tolerancia 0 frente a la violencia y los
abusos será un difícil desafío, tomará tiempo, deberá enfrentar múltiples
dificultades, y requerirá una férrea voluntad y sentido de urgencia de
todos los chilenos.
Esta no es una batalla de hombres contra mujeres o mujeres contra
hombres. Esta es una batalla de todas las mujeres y todos los hombres
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para construir una socidad y una cultura mas libre, mas justa, mas
humana, mas respetuosa, mas próspera y mas solidaria.
Nuestra misión como generación es lograr, antes que termine la próxima
década, transformar a Chile en un país desarrollado, sin pobreza y con
oportunidades y seguridades para todos. Y sabemos que ese desarrollo
integral, inclusivo y sustentable sólo lo lograremos en una sociedad en
que hombres y mujeres tengamos los mismos derechos, deberes,
oportunidades y dignidad.
Victor Hugo decia “No hay nada mas fuerte en el mundo que unas ideas
a la cual le ha llegado su tiempo”.
Y ha llegado el tiempo de una sociedad y cultura en que hombres y
mujeres, manteniendo nuestras maravillosas diferencias, tengamos los
mismos derechos, los mismos deberes, las mismas oportunidades y la
misma dignidad.
Esa sociedad sera mejor, mucho mejor para la plena realización y la
búsqueda de la felicidad tanto para los hombres como para las mujeres.
Como presidente de todos los chilenos convoco hoy a todos mis
compatriotas, hombres y mujeres, a recuperar el tiempo perdido, a
abrazar, contribuir y comprometernos con esta noble y hermosa causa, a
la cual por fin le ha llegado su tiempo.
Muy buenos días, muchas gracias y que Dios bendiga a Chile y los
chilenos.