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Resumen de “Breve Historia Económica del Ecuador”

Alberto Acosta.

Los Rezagos de la Modalidad Colonial. La modalidad primario-exportadora.


El Ecuador ha pasado por diversas fases de acumulación: Una fase plagada de rezagos coloniales,
una modalidad primario exportadora, un intento de la industrialización por sustitución de
importaciones y en el S. XX una reprimarización modernizada.

En este resumen corresponden la Hacienda y a la Agro-exportación (cacaotera). Estas fases han


estado vinculadas siempre a alianzas de los grupos hegemónicos y dentro de estas se han gestado
diferentes interrelaciones regionales y diferentes formas de articulación con el mercado mundial.
(1) En el S. XVIII con las reformas borbónicas, comienza a configurarse el poder de los
latifundistas bajo el sistema hacendario, mediante la expropiación y apropiación de tierras por
parte de los criollos a costas de los indígenas, y la captación de la mano de obra indígena recién
liberada de los obrajes arruinados; por medio de la institución del concertaje y la prisión por
deudas . Este poder económico, pronto se expandió al ámbito político y no se diga social.
Así, liberados del poder de la metrópoli española comienza el proceso independentista, donde los
indígenas tuvieron un papel pasivo, debido que era una revolución meramente criolla. Así, los
herederos de los colonizadores a través de la República acentuaron su poder y su explotación de la
población nativa, al no interponerse la Corona en sus intereses. (2)
El Ecuador entonces surge como República independiente en 1830, a partir de lo que fue la Real
Audiencia de Quito, cargando sobre sí los pesados rezagos coloniales; la ruina del sector obrajero y
minero, conflictos territoriales y los costos de las guerras de independencia, en especial de la
liberación de Perú y Bolivia. Nace también junto con la Independencia la identidad regional de los
tres poderes básicos que marcarán hasta el día de hoy la historia nacional. Quito y la región sierra
centro-norte que basará su economía en el sistema hacendario y aglutinaría la población; Cuenca y
la región centro-sur donde primará la pequeña propiedad agrícola, la artesanía y estará rezagada
respecto a las otras regiones y Guayaquil, con el gran latifundio siendo el centro de la actividad
agro-exportadora del Litoral ecuatoriano.
A pesar de esto, se forma un Estado que se basa en la alianza entre los terratenientes serranos y los
exportadores costeños, que subordinan y utilizan el poder de la iglesia y el ejército; todo esto junto
a una lenta configuración hacia el modelo primario-exportador de “crecimiento hacia fuera”
sustentada en la estructura colonial. En estas condiciones no se formó un Estado Nación, por la
exclusión de las masas y la falta de historia común entre los indígenas, mestizos y el grupo
gobernante ligado al mercantilismo colonial.
La mayoría de la población sobre todo indios, estaban atados a la hacienda por el concertaje, otros
dependían de la pequeña propiedad agrícola y de relaciones precarias o precapitalistas como los
huasipungueros, yanaperos, arrendatarios, aparceros, partidarios y huasicamas; también existió
núcleos de esclavos hasta su manumisión en 1851 por el General José María Urbina. Mediante el
concertaje y el poder político de los terratenientes serranos se mantuvo atada a la mano de obra en
esta región; así surgen tensiones entre la Costa y la Sierra: por la mano de obra barata y por la
adopción de políticas proteccionistas (favorecen a la Sierra y su pequeña manufactura) o políticas
de apertura que favorecían a los exportadores e importadores costeños. También se ve un conflicto
en la estructura tributaria, el diezmo fue el tributo base en la época de la predominancia serrana,
pues se cobraba sobre la producción cosa que afectaba a los grandes productores costeños; pero
fue abolido años más tarde por la presión de los productores de cacao del litoral, y reemplazado
por un impuesto sobre la propiedad que afectaba más a los latifundistas serranos. Otro importante
fenómeno fue que mientras el sector agro-exportador iba creciendo en la Costa ecuatoriana, se
produjo un trasvase de población de la sierra a la costa y la especialización interna de la economía;
donde la sierra era proveedora de alimentos baratos (algunas manufacturas-paños-) y mano de
obra para la región del litoral; que era el sector vinculado al mercado mundial, mediante la
exportación primaria (cacao). Nace así, una clase “rentista y parasitaria”, en la costa, que
exportaba materias primas a los países centrales e importaba manufacturas de los mismos. Esta
clase no podía ser la base para una burguesía nacional, que consolide un capitalismo más
autónomo. El problema radicaba en que la producción del principal producto, el cacao, era
extensivo, pero no requería de una gran inversión en capital, ni de invención tecnológica; y
funcionaba con una mano de obra barata que se explotaba con relaciones precapitalistas en su
mayor parte. Es decir, que no podían generar externalidades positivas de la innovación y peor aún
un mercado interno basado en el salario de los campesinos que era más bien decreciente. Hay que
tomar en cuenta que su alta rentabilidad, no incentivó a los propietarios de los excedentes en
ingresar en actividades productivas alternativas. Finalmente, al basarse gran parte de la economía
nacional en la producción y exportación de un solo bien (cacao), nos ligo profundamente a los
vaivenes de la economía mundial (europea y posteriormente la norteamericana), he hizo que
nuestra economía fuera tremendamente sensible a los shocks externos. El Estado político fue el
sostén para la débil integración de las fragmentadas economías regionales. El escaso
financiamiento del Estado provino del tributo indígena, de los estancos, de los diezmos y del
endeudamiento interno; que se gastaba en mantener una onerosa burocracia (para la época), un
costoso ejército y al clero. La deuda interna se convierte tempranamente en una herramienta para
el enriquecimiento y aumento del poder de los comerciantes guayaquileños. Este proceso conspiró
con el fortalecimiento fiscal, pues a mayor endeudamiento, mayor enriquecimiento privado; dando
así poder a grupos privados sobre el interés general; siendo esta relación determinante en la vida
política nacional. (3) La debilidad de la integración nacional llega a su punto más bajo en el año
1859, donde se forma 4 gobiernos locales, en Quito, Loja, Cuenca y Guayaquil, que sumados a una
invasión peruana pone en riesgo la existencia del país mismo. De esta crisis surge la figura de
García Moreno (1860-875), quien toma el poder y consolida el Estado Terrateniente-Oligárquico;
bajo una fuerte represión, una ideología centralista y teocrática pero también, mediante una
aglutinación histórica de las clases dominantes de sierra y costa y una vinculación de los mismos
mediante la inserción definitiva de la economía al mercado mundial. Esto no terminó, sin embargo
con las contradicciones de la oligarquía latifundista serrana apoyada por la Iglesia Católica que
luchaba por mantener el poder y las aspiraciones hegemónicas de los grandes exportadores,
banqueros y comerciantes. Y aunque se modernizó institucionalmente el Estado no se eliminaron
las formas precapitalistas de explotación. Se creó el Banco del Ecuador en 1868, que llegaría a ser
el eje de la modernización financiera y mercantil en el S. XIX (además de la Casa Luzuraga) y con
estos el endeudamiento del Estado con la Banca Privada, proceso que culminaría en 1925 (Rev.
Juliana). Surge también el Capital Financiero Comercial que comprendía los banqueros
individuales, los banqueros exportadores y los comerciantes importadores. (3) Este proceso de
integración fue apoyado también con la Revolución Liberal, que a pesar de ser contrario
ideológicamente al modelo garciano (anti-clero); supo consolidar el creciente poder de
hacendados, agro-exportadores y banqueros. El modelo de “crecimiento hacia fuera” o basado en
la demanda externa, fue la base del auge económico (llamado cacaotero) del Siglo XIX, que
permitió crecer a la economía ecuatoriana en algunos años más que ninguna otra en Suramérica.
Este modelo se sustentó en el aumento del ingreso real de los países industrializados, que permitió
al Ecuador integrarse en la especialización internacional del trabajo como proveedor de productos
tropicales. Hay que destacar que las rentas estuvieron en manos nacionales a pesar del creciente
imperialismo de los países centrales y el crecimiento de los monopolios; pero estas rentas no
fueron reinvertidas sino que fugaron al exterior o fueron gastadas suntuariamente. Finalmente, a
pesar de esta riqueza natural, la renta diferencial tan grande que existía entre los grupos
oligárquicos y las masas trabajadoras; lograron detener el desarrollo del capitalismo industrial y de
un mercado autónomo en el país; la economía nunca logró relacionarse o encadenarse para lograr
reinvertir en procesos de mayor valor agregado las rentas cacaoteras. (4) La revolución liberal es
entonces, en cierta medida, el cambio del polo de poder de la sierra conservadora latifundista a la
costa exportadora-importadora; junto a las reformas sociales (el laicismo) y la “ley de manos
muertas”, fue crucial la terminación del Ferrocarril Quito-Guayaquil, que se hizo con ayuda del
norteamericano Harman, junto con una renegociación de la “deuda inglesa” y la emisión de nuevos
bonos y la obtención de nuevos créditos; esto bajo la constancia de Alfaro logró que el 25 de junio
de 1908 el tren llegara a Quito desde Guayaquil, dinamizando el transporte interno y cambiando
las relaciones económicas del país. A pesar del mal manejo administrativo y del financiamiento
que sucedió a este logro es innegable el efecto dinamizador de esta obra; que fue la base de una
integración aún más profunda del país al modelo de crecimiento hacia afuera, quitando inclusive
las barreras físicas proteccionistas de la sierra. También, los regímenes liberales dieron un mayor
apoyo a las elites costeñas, entre ellos a los banqueros que mediante la deuda interna y la emisión
de moneda (muchas veces sin respaldo) logran cada vez mayor poder. Esto en el contexto de una
larga historia de problemas de oferta monetaria, básicamente por la inexistencia de una agencia
emisora estatal (luego del cierre de la Casa de la Moneda), de una moneda fuerte (el peso feble era
una moneda débil) y de las falsificaciones o la circulación de moneda extranjera. Funcionan como
principales casas emisoras el Banco del Ecuador, la Casa Luzuraga en una primera etapa y más
tarde nace el “sucre” el 1 enero de 1895 emitido por el Banco Particular de Guayaquil, en un país
caotizado por los problemas antes mencionados, es bienvenido y ayuda a modernizar y a facilitar
las relaciones comerciales y económicas en el país. En 1890 se decreta que es la única moneda
oficial. Funciona con patrón bi-metálico, hasta la crisis de la plata en 1890-97, y luego por
iniciativa de Alfaro se establece el patrón oro en 1898. Este último se configura en un verdadero
poder político, y su presidente Francisco Urbina Jado es llamado el “gran elector”, por su
capacidad influir en las elecciones presidenciales (por imposición y fraude). Así luego de la muerte
de Alfaro, surge con fuerza en el gobierno de Leonidas Plaza un endeudamiento mayor con la
Banca Privada, que anteriormente creció grandemente con pretexto de la revolución “Conchista”
que dura 4 años en Esmeraldas y Manabí y que en el contexto de la 1era Guerra Mundial en 1914 ,
llevan a que se dicte la Ley de Moratoria, destinada supuestamente a salvar las reservas de oro del
país, pero que salvaron a los Bancos (entre estos al Comercial y Agrícola) que habían emitido
moneda más allá del respaldo que poseían. Esta ley se prolongó, en lo que se llamó el período
Plutocrático, donde el verdadero poder radicó en los banqueros (con el ya mencionado Urvina
Jado y Plaza como pilares). Culminando este período con la Revolución Juliana en 1925, que sería
el comienzo de la estatización de la emisión monetaria y la institucionalización de la “cuestión
social” (fundación Banco Central 1927). (5) La 1era Guerra Mundial en 1914 y el consecuente cierre
y pérdida de los mercados Europeos, significó el inicio de la crisis del cacao. Significó también el
fortalecimiento de la presencia norteamericana y el desplazamiento de los capitales británicos por
sus capitales en América Latina. En 1920-1921 se agravó la crisis. Aún finalizada la guerra,
aparecieron nuevos países exportadores y bajó el precio por una sobre-oferta; cuando los precios
se recuperaron las plagas de la “monilla” y la “escoba de bruja” dieron el toque final. En estos años
se recurrió a la devaluación para mantener la competitividad ecuatoriana. En resumen el fin del
auge cacaotero estuvo dado por situaciones producidas en el mercado mundial. Los efectos de la
crisis del cacao fueron el desempleo y la reaparición de formas precarias de producción y el
aumento de la miseria en las masas.
Deuda Externa: Para lograr la independencia, los pueblos latinoamericanos tuvieron que recurrir
al financiamiento inglés, que a pesar de tener como base un compromiso de honor, fue negociado
en términos impropios e injustos. Luego de la separación de la Gran Colombia, en el año 1834 el
Ecuador no envía representante para la división de la “deuda inglesa”, donde se asume el 21.5% de
la misma. Esta fue ratificada en 1837 por Vicente Rocafuerte, desde entonces los malos términos
de la negociación y la falta de financiamiento para la misma, ha sido un escollo en la vida nacional.
En 1854 se firma el convenio Espinel-Mocatta que termina con 20 años de moratoria y se basaba
en la entrega de algunos recursos del estado y de terrenos baldíos. Pero el Perú protesta, pues dice
que los terrenos cedidos por el Ecuador son suyos. Con García Moreno las condiciones básicas se
mantuvieron, pero en 1862 se tuvo que suspender el pago de dividendos. En 1865 se propone la
enajenación de las Islas Galápagos, en beneficio de los tenedores de la deuda, hasta que en 1869 se
vuelve a la moratoria. Antes de finalizar el siglo XIX surge el interés por conseguir una solución al
problema de la deuda y conseguir una adecuada inserción del país en el mercado mundial y de
obtener créditos para financiar el ferrocarril. Antonio Flores Jijón, en 1888 llama al Congreso para
tratar el tema de la deuda, estando en moratoria, pero anuncia su intención de adquirir bonos y
estos suben de precio. En 1894 el Congreso suspende de nuevo el pago de la deuda; Eloy Alfaro
llama a la deuda la “deuda gordiana” y en 1896 “decretó suspender el pago de la deuda externa
hasta que se obtenga un arreglo equitativo y honroso con los tenedores de bonos”. Esta nueva
suspensión de pagos no fue por incapacidad de cumplir los compromisos sino producto de una
posición pragmática y clara de mejorar los términos de su renegociación.

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