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FACULTAD: Ciencias Jurídicas y Políticas

CARRERA: Abogacía

CATEDRA: Derechos Civil III

TEMA: Contrato de Mandato

PROFESORA: Carina Botelli

ALUMNAS: Gómez Florencia y Masin Verónica


CONTRATO DE MANDATO
CONCEPTO: Hay contrato de mandato cuando una parte se obliga a realizar uno o más
actos jurídicos en interés de otra.

El mandato puede ser conferido y aceptado expresa o tácitamente. Si una persona sabe
que alguien está haciendo algo en su interés, y no lo impide, pudiendo hacerlo, se entiende
que ha conferido tácitamente mandato. La ejecución del mandato implica su aceptación
aun sin mediar declaración expresa sobre ella.

NATURALEZA JURIDICA, contrato.

CARACTERES: El mandato es un contrato nominado o típico ya que se encuentra regulado


en los artículos 1319 a 1334 del código civil y comercial.

En concordancia con los artículos de representación voluntaria que se encuentra en la


teoría general del acto jurídico en los artículos 362 a 381 del código civil.

Es un contrato consensual ya que basta para su perfeccionamiento el mero consentimiento


de las partes.

El mandato puede ser oneroso o gratuito, sin embargo en el artículo 1322 ccyc dispone
que se presuma oneroso y a falta de acuerdo sobre la retribución la remuneración es la
que establecen las disposiciones legales o reglamentarias aplicables, o el uso y, a falta de
ambos debe ser determinada por el juez. No obstante las partes en virtud de la autonomía
de la voluntad podrían pactar la gratuidad.

El mando puede ser bilateral o unilateral, según sea oneroso o gratuito. En el primer caso,
nacerán obligaciones reciprocas entre las partes: el mandatario deberá cumplir el encargo
y el mandante pagar la retribución. En el segundo caso es decir, si se pactó la gratuidad, el
mandato será unilateral porque solamente generara obligaciones para el mandatario.

En principio el mandato es un contrato no formal, ya que no existe forma alguna para que
puede producir sus efectos propios incluso puede aceptarse en forma expresa o tácita.
Artículo 1319, 2da parte.

PARTES DEL MANDATO:

 Mandante: le pide al mandatario que realice actos jurídicos.


 Mandatario: realiza los actos que le exige el mandante que haga. Los actos que
realiza exigen la formalidad que llevan esos actos.

Este contrato presenta TRES ELEMENTOS PARTICULARES que lo integran, y si no existen,


no hay contrato de mandato:

 Mandato: que es el contrato propiamente dicho, perfeccionado por el


consentimiento;
 Poder: es el instrumento que formaliza el contrato;
 Representación: es la investidura, la autorización otorgada por el mandante al
mandatario.
OBJETO: es un acto jurídico que el representante celebra. A este respecto, el art. 358
CCyCN recoge la regla general de gran amplitud, según la cual todo acto jurídico entre vivos
puede ser celebrado por medio de representante. Se ha afirmado que incluso la
representación podría extenderse a la realización de actos voluntarios lícitos en nombre del
dominus que persigue la obtención de algún resultado jurídico.

FORMA expresa o tácita. El expreso puede darse por escrito (instrumento público- Privado o
verbalmente). El tácito resultara de hechos positivos del mandante, o de su inacción o
silencio, no impidiendo, pudiendo hacerlo, los actos que sabe que está haciendo en su
nombre. Por excepción se exige escritura pública

ARTICULO 358.-Principio. Fuentes. Los actos jurídicos entre vivos pueden ser celebrados
por medio de representante, excepto en los casos en que la ley exige que sean otorgados
por el titular del derecho.

La representación es voluntaria cuando resulta de un acto jurídico, es legal cuando resulta


de una regla de derecho, y es orgánica cuando resulta del estatuto de una persona jurídica.

DISTICION ENTRE REPRESENTACION, MANDATO Y PODER

La representación es una relación jurídica que permite a un sujeto obrar en nombre de


otro, en modo tal que los actos celebrados por aquel con terceras personas repercutan en
forma directa en la esfera de derecho del representado. El representante se vincula con los
terceros, produciéndose una esfera de triangulación. Los tres sujetos quedan afectados
por el desarrollo del fenómeno representativo y, en su justo equilibrado, deben ser siempre
tenidos en cuenta para resolver las diferentes cuestiones que pueden plantearse.

El mandato es un contrato, y como tal un acto jurídico bilateral, que crea relaciones
obligaciones entre mandante y mandatario, en virtud del cual se encarga a otro la
realización de un acto jurídico. Es por ello que el mandato se focaliza en el análisis de las
obligaciones entre las partes.

El poder o acto de apoderamiento surge exclusivamente en el marco de la representación


convencional. Además, a diferencia del mandato, el poder es un acto jurídico unilateral y
recepticio, en virtud del cual el poderdante concede al apoderado facultades para obrar en
su nombre.

CAPACIDAD DE LAS PARTES: El mandante debe ser capaz de ejercicio y hábil para contratar
con relación al acto que encarga al mandatario. Según el artículo 364 CCyCN el
representando debe tener capacidad para otorgar el acto al momento del apoderamiento.

El mandante no puede contratar como consecuencia de estar impedido y no lo puede


hacer tampoco por interpósita persona.

Con relación al mandatario dispone que para el representante es suficiente el


discernimiento. Según el art. 1323 dispone que el mandato puede ser conferido a una
persona incapaz pero esta puede oponer la nulidad del contrato si es demandado por
inejecución de las obligaciones o por rendición de cuenta, excepto la acción de restitución
de lo que se ha convertido en provecho suyo.

La persona con capacidad restringida, al aceptar el mandato, no contrae responsabilidad


alguna para con el mandante, ya que si este lo demanda con inejecución o mal desempeño
de sus funciones nacida de él o por rendición de cuenta, el mandatario puede poner la
nulidad del contrato. Por excepción, el mandatario estaría obligado a restituido lo que se
hubiera convenido en provecho suyo.

DERECHOS Y DEBERES DE LAS PARTES:

ARTÍCULO 1324. Obligaciones del mandatario: El mandatario está obligado a:

a) cumplir los actos comprendidos en el mandato, conforme a las instrucciones dadas por
el mandante y a la naturaleza del negocio que constituye su objeto, con el cuidado que
pondría en los asuntos propios o, en su caso, el exigido por las reglas de su profesión, o por
los usos del lugar de ejecución;

b) dar aviso inmediato al mandante de cualquier circunstancia sobreviniente que


razonablemente aconseje apartarse de las instrucciones recibidas, requiriendo nuevas
instrucciones o ratificación de las anteriores, y adoptar las medidas indispensables y
urgentes; c) informar sin demora al mandante de todo conflicto de intereses y de toda otra
circunstancia que pueda motivar la modificación o la revocación del mandato;

d) mantener en reserva toda información que adquiera con motivo del mandato que, por su
naturaleza o circunstancias, no está destinada a ser divulgada;

e) dar aviso al mandante de todo valor que haya recibido en razón del mandato, y ponerlo
a disposición de aquél;

f) rendir cuenta de su gestión en las oportunidades convenidas o a la extinción del


mandato; g) entregar al mandante las ganancias derivadas del negocio, con los intereses
moratorios, de las sumas de dinero que haya utilizado en provecho propio;

h) informar en cualquier momento, a requerimiento del mandante, sobre la ejecución del


mandato;

i) exhibir al mandante toda la documentación relacionada con la gestión encomendada, y


entregarle la que corresponde según las circunstancias. Si el negocio encargado al
mandatario fuese de los que, por su oficio o su modo de vivir, acepta él regularmente, aun
cuando se excuse del encargo, debe tomar las providencias conservatorias urgentes que
requiera el negocio que se le encomienda.

ARTICULO 1328. Obligaciones del mandante. El mandante está obligado a:

a) suministrar al mandatario los medios necesarios para la ejecución del mandato y


compensarle, en cualquier momento que le sea requerido, todo gasto razonable en que
haya incurrido para ese fin;

b) indemnizar al mandatario los daños que sufra como consecuencia de la ejecución del
mandato, no imputables al propio mandatario;

c) liberar al mandatario de las obligaciones asumidas con terceros, proveyéndole de los


medios necesarios para ello;

d) abonar al mandatario la retribución convenida. Si el mandato se extingue sin culpa del


mandatario, debe la parte de la retribución proporcionada al servicio cumplido; pero si el
mandatario ha recibido un adelanto mayor de lo que le corresponde, el mandante no
puede exigir su restitución.

EFECTOS DE LA REPRESENTACION

Como consecuencia de la representación, los actos celebrados por el representante en


nombre del representado producen sus efectos jurídicos en la esfera de derechos de este
último. Es el representado quien adquiere los derechos y obligaciones derivados del acto
celebrado por el representante, siempre y cuando este haya obrado dentro del margen de
las facultades que le confieren la ley o el acto de apoderamiento. El art. 359 CCyC recoge
esta regla relativa al efecto directo de la representación. Como consecuencia de ella, será
el representado quien se encuentre legitimado para exigir el cumplimiento de las
obligaciones que surjan del acto otorgado por el representante, así como también será el
representado el legitimado pasivo a quien se exigirá el cumplimiento de las obligaciones
originales por el mismo negocio.

En forma concordante, respecto de la representación convencional, el art. 366 CCyC


establece que los actos del representante obligan directamente al representado y a los
terceros cuando aquel actúa dentro del marco del poder. Asimismo, se agregó que en estas
condiciones, el representante no queda obligado personalmente, salvo que haya prestado
alguna garantía en relación con el negocio celebrado.

En el marco de la representación convencional, el efecto directo de la actuación del


representante se deriva no solo de la existencia de poder, sino también de la rectificación
del representante con posterioridad a la realización del negocio o bien de la teoría de la
apariencia.

Artículo 1329. Extinción del mandato. El mandato se extingue:

a) por el transcurso del plazo por el que fue otorgado, o por el cumplimiento de la condición
resolutoria pactada;

b) por la ejecución del negocio para el cual fue dado;

c) por la revocación del mandante; d) por la renuncia del mandatario;

e) por la muerte o incapacidad del mandante o del mandatario.

El mandatario puede renunciar al mandato cuando le parezca oportuno y sin necesidad de


invocar una justa causa para desligarse de las obligaciones contractuales.

La renuncia produce sus efectos desde que se ha exteriorizado y sin necesidad de que sea
aceptada por el mandante; por lo tanto, el mandatario no puede reasumir los poderes que
ha renunciado.

ARTÍCULO 1330. Mandato irrevocable

 El mandato puede convenirse expresamente como irrevocable en los casos de los


incisos b) y c) del artículo 380.

Artículo 380.
b) por la muerte del representante o del representado; sin embargo subsiste en caso
de muerte del representado siempre que haya sido conferido para actos especialmente
determinados y en razón de un interés legítimo que puede ser solamente del
representante, de un tercero o común a representante y representado, o a
representante y un tercero, o a representado y tercero;

c) por la revocación efectuada por el representado; sin embargo, un poder puede ser
conferido de modo irrevocable, siempre que lo sea para actos especialmente
determinados, limitado por un plazo cierto, y en razón de un interés legítimo que puede
ser solamente del representante, o de un tercero, o común a representante y
representado, o a representante y un tercero, o a representado y tercero; se extingue
llegado el transcurso del plazo fijado y puede revocarse si media justa causa;

 El mandato destinado a ejecutarse después de la muerte del mandante es nulo si


no puede valer como disposición de última voluntad.

ARTÍCULO 1331. Revocación. La revocación sin justa causa del mandato otorgado por
tiempo o asunto determinado obliga al mandante a indemnizar los daños causados; si el
mandato fue dado por plazo indeterminado, el mandante debe dar aviso adecuado a las
circunstancias o, en su defecto, indemnizar los daños que cause su omisión.

ARTÍCULO 1332. Renuncia. La renuncia intempestiva y sin causa justificada del mandatario
obliga a indemnizar los daños que cause al mandante.

Este artículo prevé para la figura particular del mandato la regla general contenida para las
obligaciones en el art. 944 ccyc. Esta regla estaba prevista de modo similar en el art. 1978
cc, que determinaba que la renuncia del mandatario, en tiempo indebido, de modo
repentino y sin causa justa o suficiente, lo obligaba a resarcir al mandante los daños y
perjuicios ocasionados.

Por último, entendemos, el mandatario continúa obligado en continuar sus gestiones en


caso de extinción del mandato o de renuncia, respectivamente, hasta que el mandante
pudiera adoptar los actos necesarios para suplir la ausencia del mandatario. Esta regla se
relaciona con el art. 380, inc. D, CCyC que exige al representante continuar en sus
funciones hasta que notifique su renuncia al representado, excepto que acredite un
impedimento justificado que le impida proseguir la gestión.

ARTÍCULO 1333. Muerte o incapacidad del mandatario y del mandante

Producida la muerte o incapacidad del mandatario, sus herederos, representantes o


asistentes que tengan conocimiento del mandato deben dar pronto aviso al mandante y
tomar en interés de éste las medidas que sean requeridas por las circunstancias.

Si se produce la muerte o incapacidad del mandante, el mandatario debe ejecutar los


actos de conservación si hay peligro en la demora, excepto instrucciones expresas en
contrario de los herederos o representantes.

Fallecimiento del mandatario

Ante este supuesto, la norma indica que los herederos, representantes o asistentes que
tengan conocimiento del mandato deben comunicar la situación de inmediato al mandante
y adoptar en interés de este las medidas pertinentes o conservatorias para proteger los
intereses del mandante bajo pena de incurrir en responsabilidad civil. La obligación de
comunicar de inmediato al mandante de la situación de fallecimiento se basa en el
perjuicio que el abandono de la gestión podría acarrear al mandante.

Fallecimiento del mandante

Si, por el contrario, fuere el mandante quien fallece o se torna incapaz, deberá el
mandatario ejecutar los actos de conservación urgentes hasta tanto reciba instrucciones
expresas de los herederos o representantes de aquel.

Si se entiende que la actividad de gestión patrimonial se basa en criterios personales


propios del dueño de tales negocios, acaecido el fallecimiento de su titular y pasado el
patrimonio a sus herederos, salvo caso de extinción de pleno derecho, es razonable
requerir de los herederos o representantes instrucciones respecto de la continuidad o no
en el ejercicio del mandato, y en su defecto, instrucciones a seguir en caso de continuidad
en él.

Incapacidad del mandatario

Si el mandatario se vuelve incapaz opera la extinción, pues estará impedido de actuar por
sí en la gestión del negocio del mandante.

Incapacidad del mandante

Si el mandante deviene incapaz, se extingue el mandato porque su voluntad ha dejado de


existir. A partir de ese momento, el mandante tendrá representación legal perdiendo, de
acuerdo al grado de incapacidad que tenga, la posibilidad total o parcial de ejercicio de sus
derechos.

ARTÍCULO 1334. Rendición de cuentas. La rendición de cuentas por el mandatario debe


ser en las condiciones previstas en los artículos 858 y siguientes acompañadas de toda la
documentación relativa a su gestión. Excepto estipulación en contrario, las cuentas deben
rendirse en el domicilio del mandatario y los gastos que generan son a cargo del
mandante.

Lo previsto en el presente artículo debe interpretarse y complementarse con lo normado,


no solo en los artículos a los cuales la misma norma remite, art. 858 ccyc y ss., sino
también con el relativo a las obligaciones del mandatario contenidas en el 1324 ccyc, en
particular en los incisos relativos al deber de informar, de rendir cuentas, de exhibir
documentación. Aporta por fuera de las normas mencionadas la indicación del lugar donde
debe efectuarse la rendición y la indicación que los gastos que este tipo de gestión
demanden son a cargo del mandante. Esto último es consecuente con el deber de
indemnidad a cargo el mandante, que comprende la obligación de retribuir la gestión al
mandatario, como además no generarle ningún gasto por las gestiones que en su favor
este realice.

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