abstracciones sin relación con la realidad.
A la ciencia de la sociedad
se le puede dirigir la misma acusación. Pero tanto a partir del terreno
de la filosofía como del de las ciencias sociales surgen argumentos de
buena calidad para la refutación.
La verdad es que no existe un camino exclusivo en la vía del
conocimiento de la realidad. Las ciencias de la sociedad han hecho
aportes muy importantes para comprender las dinámicas sociales pero,
como sociólogos, ¿cómo olvidar la excepcional penetración de la
literatura latinoamericana para explorar las realidades sociales de este
subcontinente?
Podríamos preguntarnos, asimismo, si una preocupación
epistemológica en el seno de las ciencias sociales no nos aleja de la
realidad que nos preocupa. Es una pregunta ociosa. Por cierto que el
epistemólogo puede apartarse de la realidad y construir castillos en el
aire, pero el economista profesional que diseña un programa
monetario, basado en miles de cálculos electrónicos, puede colocarse
aun más lejos de la realidad que cualquier epistemólogo imaginativo.
Las ciencias sociales deben conciliarse en todo momento con la
realidad social, pero debe entenderse que los caminos de esa
conciliación son múltiples y que una abstracción inspirada puede
hacer descubrimientos de un valor no inferior a un excelente estudio
de campo.
152
2
Sociogénesis y sociología:
el cambio de paradigma en las
ciencias sociales latinoamericanas
Ricardo A. Yocelevzky R.
Referido al conocimiento científico, el concepto de "socio-
génesis" es introducido por Piaget y García en uno de los últimos
capítulos de Psicogénesis e historia de la ciencia. Con él, los autores
resitúan algunas preguntas referentes al desarrollo del conocimiento
científico y, al mismo tiempo, buscan despejar algunos de los dilemas,
aparentemente insoluoles, en los que se empantana la discusión
ideológica acerca de este tema.
El contexto de esta intervención de Piaget y García es la
discusión generada veinte años antes por la introducción del concepto
de "paradigma" en la historia de la ciencia por Thomas S. Kuhn. Los
críticos principales de Kuhn fueron Popper, Laicatos y Feyerabend. La
cuestión explícitamente planteada era el carácter racional o irracional
del cambio en la ciencia. La cuestión surgía a partir de la
caracterización como irracional del proceso de cambio de paradigma
en la historia de la ciencia tal como era descrito por Kuhn.
La racionalidad se presentaba como problema debido a lo
irreductible del actor colectivo del proceso ("la comunidad
científica"), después del cuestionamiento de Kuhn al doble carácter
individualista de las versiones convencionales de la historia de la
ciencia, el que se centra en el actor individual (el descubridor) o el
centrado en la unidad de conocimiento (el descubrimiento). Este
carácter individualista de la ideología que orienta las versiones más
difundidas de la historia de la ciencia no es en absoluto evidente, dado
el carácter "natural"
153
que tiene la individualidad humana. Parece obvio que el conocimiento es
producido por alguien que es un individuo y que el acto de conocimiento
tiene lugar en un momento y en un lugar determinables con precisión. El
acto de conocimiento es revestido de un carácter excepcional, el
descubrimiento, que consiste en hacer visible (perceptible) algo que nadie
había visto antes. Esto es posible por las características del individuo que
realiza este acto, el descubridor, que automáticamente es considerado
"genio", en algún sentido que tampoco está definido muy clara- 1 mente.
Aceptar la historia de la ciencia con esta estructura supone aceptar una
epistemología empirista implícita. El genio que se imputa al descubridor
consiste en su capacidad para "ver" regularidades que ocurren en una
realidad5que es preexistente, independiente del observador, que revela su
estructura a través de un comportamiento regular que es accesible al aparato
sensorial del sujeto que conoce. Este sería el origen del conocimiento que se
estructura en hipótesis, que se contrastan para ser aceptadas como leyes que,
a su vez, combinadas de alguna
manera, dan lugar a las teorías científicas. 1
Tal como es descrito por Khun, el cambio en la ciencia no es producido
por algún "descubrimiento" particular sino más bien por la transformación
de un paradigma en dominante, con el consecuente desplazamiento del
paradigma que ocupaba esa posición con anterioridad. Sin embargo, este
suceso no es ubicable "en un momento preciso en el tiempo ni está asociado
con una decisión colectiva en que la opción se exprese como agregación
de decisiones individuales (por ejemplo, un referéndum). Más bien, la
difusión de un nuevo paradigma parece asemejarse a la difusión de una
"moda" en cualquier otro ámbito; comienza por ser un fenómeno más o
menos marginal que distingue a una minoría y que se difunde hasta ser
numéricamente dominante, lo cual conlleva su transformación en norma.
Esta "forma" del proceso de transformación de la ciencia resulta
particularmente indigesta para las visiones "normativas" del desarrollo
científico, particularmente para Popper, quien intenta ignorar el problema,
negando toda novedad al planteamiento de Kuhn, para lo cual recurre a la
reducción de la idea de paradigma a "teoría dominante". 2 Esto pone de
relieve el hecho de que el problema de la racionalidad no se
154
lismo de su posición acerca de la ciencia, la posibilidad de cuyo
progreso descansaría en la excepcional capacidad intelectual y
ética de los científicos para superar las determinaciones que
implica trabajar siempre dentro del marco de una "teoría
dominante". Popper no oculta la repugnancia que le produce la
sola idea de que la búsqueda de las respuestas a las preguntas
reduce a la forma del proceso de cambio sino que afecta al contenido del
paradigma, algo más amplio que las puras teorías y que incluye supuestos
y "creencias" difícilmente justificables como científicas con criterios
empiristas.;i Buscando una imagen para describir este proceso en el nivel
individual, Kuhn mismo lo asemeja a una "conversión religiosa", con lo
cual agravó aun más la disputa.
Este segundo cuestionamiento es el tema central del libro de Kuhn: a la
pregunta ¿qué cambia cuando cambia la ciencia?, la respuesta es "el
paradigma", lo cual explícitamente excluye la idea del cambio en la
ciencia como la simple adición de un descubrimiento aislado. El primer
cuestionamiento es más ambiguo, puesto que, si bien los descubrimientos
aislados existen, aun cuando no constituyan el eje de la historia de la
ciencia, están identificados con individuos que son sus autores, los
descubridores. Sin embargo, si el cambio en la ciencia se produce cuando
cambia el paradigma, éste cambia no para tal o cual científico sino que el
cambio es operado en y por la "comunidad científica".
El argumento de Kuhn se vuelve circular en este punto: ¿qué es lo que
cambia cuando cambia la ciencia?, el paradigma; ¿qué es un paradigma?,
algo compartido por una comunidad científica; ¿qué es una comunidad
científica?, un conjunto de científicos que comparten un paradigma. Esto
es lo que provoca el rechazo del planteamiento desde posiciones más o
menos radicales. Hay quienes niegan toda utilidad al esfuerzo de Kuhn y
todo sentido a la noción misma de paradigma, o bien quienes buscan
aclarar el contenido de los paradigmas con el fin de establecer si existen o
no criterios de comparación que permitan decidir entre dos paradigmas
cuál es el mejor. Esta forma de plantear el problema muestra muy
claramente que éste surge de lo irreductible de la racionalidad como un
atributo individual, es decir, sólo a los individuos humanos es posible
atribuirles decisiones y conductas racionales, por lo cual la "comunidad
científica" debe ser reducida a un agregado de individuos definido por
algunos atributos "individuales" compartidos, entre los cuales figura muy
destacadamente la pertenencia a dicha "comunidad", establecida a través
de indicadores de carácter institucional.
El propósito último de Popper era reafirmar el individua-
155
acerca de cómo transcurre el proceso de producción de
conocimiento científico pudiera trasladarse al campo de las
ciencias sociales.
Si bien Kuhn no soluciona el problema que planteó, el que no
haya respuesta no permite ignorar la pregunta y pretender que
no tiene sentido. En su erudita exposición de casos tomados de
la historia de la ciencia, Kuhn muestra las dificultades de ubicar
como hecho puntual en el tiempo los descubrimientos, que
constituyen para las versiones convencionales los principales
hitos del desarrollo del conocimiento científico. Esto pone en
descubierto el sentido pedagógico pero también ideológico del
nutrido anecdotario con que se arropan las exposiciones de esta
historia (la manzana de Newton, Galileo en la torre de Pisa, etc.)
momentos estelares de la historia de la ciencia. El carácter mítico
de todo este folklore en la historia de la ciencia ya había sido
puesto en evidencia, entre otros, por Koyré. Sin embargo, el
desencuentro entre la realidad observable empíricamente en esta
historia y la visión ideologizada (normativa) de ella llega a su
máximo frente a ideas como la falsación y experiencia crucial de
Popper, que dejan inalterado el carácter puntual (individual) de
los descubrimientos.
Lakatos, concediendo en parte a Kuhn algo de la razón en
su crítica a la visión "atomista" o individualista de la historia de
la ciencia, replantea el problema en dos términos; por un lado,
acepta el cuestionamiento del "atomismo" en lo que respecta al
descubrimiento como tal, elaborando su noción de "programa de
investigación"4 para reemplazar al paradigma de Kuhn como
unidad de análisis en la historia de la ciencia pero que, por otro
lado, resulta una unidad "falsable" que hace posible retomar en
un sentido menos "ingenuo" la forma del proceso histórico
propuesta por Popper. Por otra parte, plantea que la historia de la
ciencia debe ser reconstruible racionalmente.5
En toda la discusión, la noción de paradigma resulta
ambigua. Primero, se ubica en el campo de la sociología y en el
156
de la epistemología. Segundo, el nivel de estructuración de la
ciencia como objeto de la historia queda indefinido, se puede
construir la historia de una disciplina particular, de una rama
dentro de una disciplina, de un grupo de disciplinas o, incluso,
del conocimiento científico en su conjunto, definiendo paradig-
mas que se suceden unos a otros en cada uno de esos niveles. 6
Tercero, otra presentación de la primera ambigüedad, lo social es
presentado como lo externo y lo epistemológico como lo interno
en la historia de la ciencia.7
Desde mi punto de vista, lo más importante en todas estas
dicotomías, es que esconden el problema de la incorporación de
las determinaciones sociales en el análisis del desarrollo del
conocimiento y, en particular, del conocimiento científico. La
teoría de los paradigmas de Kuhn provee una unidad de análisis
y un criterio de periodización para la historia de la ciencia. Sin
embargo, al introducir una unidad de conocimiento más compleja
que el descubrimiento aislado, el "paradigma", se ve forzado a
introducir un actor colectivo, "la comunidad científica", cuya
estructura, para una sociología empirista, es externa al conoci-
miento. En efecto, para especificar la comunidad científica se
proponen criterios institucionales, indicadores que son atributos
individuales (calificación académica, pertenencia a sociedades
científicas, asistencia a congresos, suscripción a revistas
especializadas, etc,) todo lo cual deja al conocimiento como algo
interno a los individuos exclusivamente, o bien como una estruc-
tura "carente de sujeto" (Popper). Así, el problema de cómo se
pasa de un paradigma a otro, se disuelve en cómo puede un
individuo comparar y juzgar dos paradigmas en competencia.
Lo social se hace doblemente externo en la medida que las
determinaciones a que se ven sometidos los individuos que
producen el conocimiento tienen que ver con la organización de
la investigación y las formas institucionales en que ésta se lleva
a cabo. Aparentemente no hay nada que incida en el contenido
mismo de conocimiento.
La sociología del conocimiento se ha ubicado tradicional-
mente en una posición externa, definiendo como su campo de
investigación las determinaciones sociales del conocimiento, en
general, la conciencia, y del conocimiento científico más especí-
ficamente. Al actuar así se pone a sí misma en un dilema: por un
lado, las explicaciones estructurales, que buscan explicar el
157
conocimiento por la situación histórico-social en que ha sido producido,
tienden a caer en un reduccionismo sociologista, eliminando el papel
del sujeto individual, el científico, con lo cual se opone polarmente al
reduccionismo individualista que, como hemos mencionado, domina la
historia de la ciencia. Por otro lado, puede intentarse la explicación por
la ubicación en la estructura social (por ejemplo la clase social) del
científico individual, lo cual es también externo con respecto al conoci-
miento producido por ese científico.
Es por estas razones que el concepto de sociogénesis es
introducido diferenciándolo de la sociología del conocimiento.
Planteando la cuestión a partir de la referencia a la contribución de
Kuhn, Piaget y García afirman que la influencia que han tenido en los
investigadores las concepciones y "creencias" aceptadas en cada
momento histórico son ya un lugar común; "el problema relativo a los
mecanismos de acción de dichas concepciones o creencias de un cierto
grupo social (en este caso la comunidad científica) sobre el desarrollo
cognoscitivo de un individuo, no aparece dilucidado en Kuhn ni en
ninguno de los autores que se han ocupado de la ideología en la
ciencia. Por el contrario, éste es el tema que nos preocupa en este
capítulo, ya que es el punto preciso del pasaje de la sociología del
conocimiento a la sociogénesis del conocimiento". 8 paradigma del que
se trata aquí no es, en sentido estricto, el mismo de Kuhn. Los autores
remarcan la diferencia diciendo que "...el tipo de paradigma al que
hemos hecho referencia no se 'impone' a partir de normas socialmente
establecidas, como es el caso de la selección de temas de investigación,
sino que constituye la manera natural de considerar la ciencia en un
período dado por cada individuo que se aboca a ella, sin imposición
externa explícita. Es una concepción que ha pasado a ser parte inherente
del saber aceptado y quo se transmite con él, tan naturalmente como se
transmite el lenguaje hablado o escrito de una generación a la siguiente.
De ahí que propongamos designar este tipo de paradigma como
'paradigma epistémico', por oposición al 'paradigma social' descrito
anteriormente".9
Los autores exponen a continuación un ejemplo particularmente
claro de cómo en cierta medida la ideología dominan ln determina lo
que es "absurdo" y lo que es "evidente" dentro de
158
12
las consecuencias políticas son muy conocidas; la industrialización
protegida, con una creciente participación del Estado
tanto para suplir las deficiencias de la acumulación local de
capital como para paliar los desequilibrios que el proceso de
un marco epistémico determinado. Esta exposición puede parecer
demasiado erudita (compararlas concepciones de los chinos con la
física occidental) y un ejemplo rebuscado. Sin embargo, creo que el
ejemplo es pertinente para mostrar algunas cosas, como la complejidad
que revela el problema de la relación entré "ciencia" e "ideología" en
cualquier momento dado.
Un caso que creo relevante para un análisis de este tipo es lo
ocurrido con las ciencias sociales en América Latina en los últimos
treinta años. Para exponerlo breve y brutalmente, se puede decir que lo
"absurdo" y lo "evidente" prácticamente intercambiaron sus posiciones.
Cómo ocurrió esto en la conciencia de los científicos sociales es un
tema de investigación fascinante a primera vista. El problema que surge
inmediatamente es decidir en qué campo de teoría se puede
conceptualizar un proceso de cambio de ese tipo.
Siendo muy esquemático en la descripción de la trayectoria recorrida
por las ciencias sociales latinoamericanas, se puede decir que ellas se
institucionalizan y se profesionalizan, en general, con pocas excepciones
de disciplinas y países, después de terminada la Segunda Guerra Mundial.
Son por lo tanto un componente del mundo de la posguerra, o si se quiere
del período de hegemonía de los Estados Unidos de Norteamérica. Lo que
hace posible su exitosa implantación y rápido crecimiento en los países de
América Latina es su asociación con ideología del desarrollo nacional,
meta que llegó a reunir un consenso ideológico 'poco frecuente en la
historia de estos paíces. Más aún, las ciencias sociales tematizaban esa
meta y proveían el soporte técnico y el campo para dirimir las diferencias
acerca de la mejor manera de lograr esa meta.
Los contenidos teóricos centrales se estructuraron a partir de las
contribuciones de Raúl Prebisch10 y sus asociados en la comisión
Económica Para América Latina (CEPAL), las cuales constituyen la
única contribución oficialmente reconocida de un latinoamericano a las
ciencias sociales en su conjunto en este siglo,'' La teoría se origina en una
crítica a la teoría convencional del comercio internacional, de la cual se
desprende la necesidades de industrializar los países periféricos,
convirtiendo A LA Industria nacional en el eje articulador de un proceso
de crecimiento económico y cambio social general que convertiría a cada
pais en una nación más compleja y más independiente.
159
cambio producía, produjo el Estado desarrollista versión
periférica del Estado benefactor que se construía en los países
centrales a partir de la aplicación de las ideas keynesianas a la
política económica y social. ,
Alrededor de este programa y sus fundamentos teóricos se crearon o se
redefinieron las profesiones de las ciencias sociales en las universidades
latinoamericanas. El esqueleto científico de la sociología se construyó
con la teoría déla modernización corno eje, apoyado en las técnicas de
encuesta por muestreo en tanto la-ciencia política usaba las mismas
técnicas para detectar actitudes potencialmente peligrosas para la
estabilidad. La antropología abandonó su vocación etnográfica y se hizo
social para incorporarlos problemas del desarrollo a su consideración.
Para ilustrar el consenso que estas ideas y su lógica reunían, basta
recordar que las críticas al desarrollismo de las versiones más marxistas
de las teorías de la dependencia se incorporaban ala discusión
proponiendo el socialismo como una vía de desarrollo tanto como un
modelo de sociedad. Por otra parte, la siguiente cita es ilustrativa de las
profundas raíces .que las ideas desarrollistas echaron en la consciencia de
las elites latinoamericanas: "No me extraña que los distintos técnicas
económicos sigan al pie de la letra la aplicación de las recomen daciones
de sus inspiradores, sin analizar si ellas son compatibles con la realidad
económica de un país determinad mi frecuencia he observado que los
autores de esas d o c t r i n a s subconscientemente están influenciados por
la economía país en el que han vivido o actuado. Mi experiencia en EN
ESTA materia me dice que una misma medida económica no causa
iguales efectos en una economía gigantesca, como la norteamericana que
en otra subdesarrollada o en vías de desarrollo . '
A partir de mediados de la década de los setenta. Se aplico en Chile un
modelo de desarrollo que ha venido a SER CATALOGADO como
"neoliberal". Las ideas económicas en que se sustentan están formuladas
por la escuela neoclásica en economía, radicalidad de la aplicación de esta
política por el doctrinarismo de sus proponentes y las condiciones de
160
Soto, haciendo un recuento más o menos semejante de la constitución
de esta masa de población urbana, le atribuye un impulso empresarial
que los convertiría en parte de la dinámica del desarrollo de su país, si
dictadura militar en que se desenvolvieron hasta 1990 14 Sin embargo,
un viraje semejante y sin dictadura es el que impusieron a fines de esa
década y comienzos de la siguiente Margaret Thatcher y Ronald Reagan
en sus respectivos países. Para el resto de América Latina el modelo se
generalizó en los ochenta junto con la democratización o
redemocratización de los diversos países y como solución a la crisis de
la deuda externa impuesta por los organismos financieros
internacionales Banco Mundial y Fondo Monetario Internacional.15
Todo esto es un lugar común. Lo que me interesa destacar es el
efecto de este cambio histórico en todos los niveles, sobre paradigma" de
las ciencias sociales latinoamericanas Primero, una contribución
reconocida de Prebisch y sus colaboradores fue la elaboración de teoría
para economías periféricas distinguiendo en el sistema capitalista
mundial dos posiciones centro y periferia que evolucionaban en conjunto
y no una como futuro de La otra. En cambio hoy, cómo lo señala
Alessandri la economía es una disciplina nomotética que busca leyes
universales. En segundo lugar, las teorías desarrollistas consideraban
como su objeto el complejo proceso de cambio de las sociedades en
tránsito, lo cual les imponía una consideración histórico-genética (que se
extendía en algunos casos a reinterpretaciones de la historia nacional) y
un enfoque interdisciplinano. Hoy la economía analiza a partir de
modelos de comportamiento definidos como situaciones de mercado. Los
problemas que preocupan a las otras disciplinas son consecuencias
extrañas a los modelos o bien se pueden analizar exportando el modelo
de conducta racional en el mercado a otros ámbitos de la conducta
humana.16
Un caso extremo de inversión del punto de vista de las Ciencias
sociales a partir de las transformaciones ideológicas es el de los
llamados trabajadores informales.17 En los años sesenta, se
conceptualizaba a más o menos la misma población como
"marginal". Se le imputaban conductas, actitudes y potencialidades
que podían o no asemejarla a las llamadas clases peligrosas en
Europa en el siglo xix. Se planteaba como tarea «diente del proceso
de desarrollo, y por tanto del Estado, la integración de esta masa
marginal a la economía, a la participación social y a la política. En
la década de los ochenta uno de propagandistas del nuevo esquema
liberal, Hernando De
161
sólo el Estado no interfiriera. Así, en virtud del cambio ideológico, la
misma población se transforma de problema en solución y el Estado
de responsable de proveer los canales de integración de ella en
 obstáculo al desarrollo de ' su impulso empresarial. 18
Otro tanto ocurre con el término "populismo". Habiendo sido tomado de
la historia política de los Estados Unidos y Rusia, fue adaptado a los
casos latinoamericanos para indicar el tipo de alianza social que apoyaba
a los gobiernos de inspiración desarrollista, especialmente los
movimientos como el peronismo argentino, el varguismo brasileño y el
cardenismo mexicano.19 Hoy, en manos de los teóricos de la economía
dominante, se ha transformado en el modelo de desarrollo mismo,
especialmente en toda política económica que contenga propuestas de
intervencionismo estatal en la economía y preocupaciones
redistributivas con respecto al ingreso. De este modo, el término pasa de
la política a la economía.20
Estas referencias parecen suficientes para ilustrar la
magnitud de los cambios que se pueden observar. Sin embargo,
es necesario agregar que, al igual que ocurrió con el desarrollismo,
las políticas económicas inspiradas en el nuevo paradigma
dominante reúnen consenso entre los políticos, los tecnócratas
y una buena parte (por lo demás creciente) de los académicos
latinoamericanos. Esto no sería sorprendente si se hubiera
efectuado un recambio total del personal en esos ámbitos de
actividad, pero la verdad es que sólo parcialmente se trata de un
cambio generacional. Más bien lo que se observa es un cambio
de posición de las mismas personas, para quienes el pasar entre
dos posiciones tan radicalmente distintas es sólo una "puesta al
día" o una actualización de su pensamiento.
Dos observaciones son necesarias en este punto: por un "lado, los
temas de la política económica no agotan las preocupaciones de las
ciencias sociales en ninguno de los dos paradigmas, sin embargo, la
diversidad temática es mucho mayor hoy, mientras por otro, las fuentes
teóricas en que se nutren las investigaciones son también más variadas.
El desarrollo nacional dejó de ser, en sí mismo, un tema dominante.
Junto a él
162
una explicación automática. Un camino de análisis que puede ser útil es
examinar algunas de las características de estas confrontaciones y tratar
aparecen hoy otros tres temas que son fuente de discusión teórica y
metodológica y que, al mismo tiempo imponen la colaboración
interdisciplinaria: los estudios de género, los problemas ecológicos y el
desarrollo y la adaptación de' nuevas tecnologías. Sin embargo, en
estos campos no hay todavía algo específicamente latinoamericano,
que no sea la aplicación a los "casos" de la región de los análisis
"universales", esto es occidentales, o la eventual participación de los
científicos latinoamericanos en los debates generales. Las
consecuencias de todo esto en el cambio de clima ideológico afectan al
conjunto de las ciencias sociales, comenzando por su papel en la
formación de la opinión pública. Donde en el período desarrollista los
científicos sociales eran "líderes de opinión", hoy día es más frecuente
ver a intelectuales en general, escritores y periodistas. Esto es un
cambio de la posición de las ciencias sociales respecto de la sociedad
en general que, al mismo tiempo, afecta al estilo de hacer ciencia
social, en la medida que una tendencia importante es cuestionar la
posibilidad o la legitimidad de las exigencias de rigor científico en el
campo del pensamiento social.
Considerando lo anterior, hay que relativizar el nivel y la forma en
que el nuevo paradigma, neoclásico, domina en las ciencias sociales
latinoamericanas. Su dominio es casi absoluto en lo que se refiere a
fundamentar "científicamente" un modelo de desarrollo económico y
una política económica. Las consecuencias sociales y políticas son
tratadas por especialistas de otras disciplinas, por lo cual el
conocimiento es parcelado. Sin embargo, la ausencia de alternativas
coherentemente planteadas constituye una forma de dominación del
pensamiento que resulta sorprendente. Más aún cuando, tanto en el
campo académico como en el político, algunos de los adherentes al
nuevo paradigma son personas con trayectoria destacada en el anterior.
Esto hace recordar la imagen de "conversión religiosa" a la que recurrió
Kuhn. El problema es que esto no aparece como irracional sino como
demasiado "razonable", tratándose de los derrotados de las
confrontaciones políticas de los años setenta. Esto plantea la tentación
de un reduccionismo que aparece como demasiado simplista,
ideologizado y moralista, todo lo cual no es desdeñable pero no
constituye una explicación satisfactoria.
Las confrontaciones políticas de los sesenta y setenta tienen
mucho que ver con los cambios ideológicos, pero no son
163
de establecer las conexiones posibles entre distintos ámbitos y niveles,
buscando integrar al proceso las ocurrencias que afectan a la comunidad
científica. El caso de Chile resultó "paradigmático", por decirlo en forma
suave. Allí el cambio de paradigma en el campo de la economía tuvo una
relación que no fue simple con el cambio político. Puede ser interesante
el dar una mirada a la relación "dictadura-Chicago boys" y su papel en la
prefiguración de lo que se generalizaría en toda América Latina bajo la
etiqueta de "neoliberalismo".
Esta asociación con la dictadura provocó que los opositores no
reaccionaran frente a los cambios en la política económica y en la
concepción de la economía que se estaban imponiendo, sino como un
producto de la ausencia de democracia en un doble sentido: por una
parte, estos cambios sólo se podían imponer gracias a la ausencia de
oposición y, segundo, sus "costos sociales" los harían inviables en una
situación de mayor participación. Esto hizo mucho por la aceptación de
los nuevos términos de la discusión teórica. Para los economistas de la
escuela de Chicago, como fueron rápidamente etiquetados, ésta era una
victoria de la "ciencia económica moderna", teniendo clara conciencia
de que la situación era producto de un enfrentamiento que se había
resuelto a su favor.21 Sin embargo, su carácter de "técnicos" los llevaba a
buscar disociarse de una dictadura que era sólo una condición de la
puesta en práctica de sus ideas. En las ciencias sociales, el último intento
de conceptualizar la situación política en su relación con un modelo de
desarrollo fue la propuesta de O'Donnell, el Estado burocrático
autoritario.22 Después de eso, la discusión política se concentro en los
marcos disciplinarios más estrechos y transformó en .su tema central el
régimen político y la "democracia". 23 Se podía haber supuesto a fines de
los setenta y comienzos de los ochenta que la recuperación de la
democracia en América Latina haría inmediatamente necesario un
cambio de la política económica Dos cosas agravaron esta situación:
primero, los gobiernos de Thatcher y Reagan adoptaron la visión de esta
nueva teoría económica dominante, lo cual disociaba al modelo
económico de la dictadura y, segundo, cuando la crisis de la deuda
externa puso las condiciones para que los organismos financieros
América Latina. Pero tampoco pueden ser tomados con los prejuicios
de las discusiones de anteayer (por ejemplo, la pseudoirreductible
oposición entre lo cuantitativo y lo cualitativo). Esto es así porque, en
la situación de hoy, la integración interdisciplinaria no se reduce a las
164
Nacionales impusieron los planes de ajuste estructural a todos los
gobiernos de América Latina, estos planes de ajustes eran ya la política
económica de la redemocratizacion de los países de la región. Los
intentos de política alternativas fracasaron sin excepción y finalmente la
estabilidad deprecio o de control de la inflación son la única meta
económica que garantiza la permanencia de los mecanismos electorales
para los cambios de gobierno. La democracia separada de todos
contenidos económicos y socio que no sea la lucha contra la pobreza, se
asocia con los mismos pobres apoyan no solo la permanencia de las
políticas y las organizaciones sino incluso de los personeros. La
reelección pasa a ser la norma.
Los economistas de la nueva democracia aceptan la ciencia económica
dominante sin cuestionarla. Las nuevas metas no son las del desarrollo
sino las de la estabilidad y el equilibrio. Traducción a la política
económica del cambio fundamental de paradigma en la economía.
Es esta situación Irreversible Sin duda si, en un sentido, y, felizmente, no,
en otro. Las ciencias sociales están en una situación de búsqueda de
nuevos causales a partir de problematizaciones que no han surgido en
América Latina y que aparentemente son ajenas a las preocupaciones de
la región. Sin embargo desarrollos teóricos como el de los sistemas
mundiales de Immanuel Wallerstein no se explica sin la contribución de
la discusión acerca del desarrollo y de las dependencia , como lo prueba
el hecho de que buena parte de la trayectoria intelectual de Wallerstein
haya sino como africanistas . Su propuesta teórica lleva incorporada las
contribuciones de América Latina a estas discusiones, y sus análisis de la
situación actual del sistema, que incluyen los problemas a los que nos
referimos, buscando conectar las proposiciones de IL ya Prigogine acerca
de la dinámica de los sistemas y sus mecanismos de cambio.
Estas propuestas son muy complejas, en el sentido que retoman, por
ejemplo, la necesidad de la integración interdesiplinaria a partir de los
problemas que aparecen prominentemente en la agenda, la ecología, las
relaciones de genero, el cambio tecnológico, ninguno de los cuales
pueden ser tratados en la forma parcelaria que las ciencias sociales han
adoptado en
ciencias sociales entre sí. Los tipos de problema señalados obligan a la
colaboración entre disciplinas de las ciencias naturales y las ciencias
sociales en una medida y forma no conocida hasta ahora. 27
Revisar nuestra historia reciente puede ser útil y fecundo desde el
punto de vista de la sociogénesis del conocimiento, si buscamos los
mecanismos a través de los cuales se hizo dominante un nuevo
paradigma, más allá de las cuestiones políticas, ideológicas y morales
que implican los cambios de posición en ciertos casos (los cuales no
deben ser ignorados tampoco, puesto que son una dimensión del
proceso también). Sin ignorar las cuestiones individuales, lo que se ha
buscado insinuar aquí es un camino a través de cómo los problemas se
redefinen mediante el despliegue de propuestas teóricas en que los
científicos individuales se van reubicando por integración y diferen-
ciación simultáneas en términos de los nuevos conceptos impuestos, a
veces como inocentes "modas" terminológicas. Tras ellos vienen las
redefiniciones de programas de investigación y las readecuaciones
institucionales que caracterizarán a una forma de hacer ciencia en un
período particular.
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Notas por el otro. Sin embargo, el modelo de análisis de optimización y equilibrio es
propuesto, incluso, para las conductas delictivas. Isaac Ehrlich "Crime Punishment and
1 Esta construcción ideológica del modo como se produce la ciencia está expueta the market for Offenses".
explícitamente en el texto de Hans L. Zetterberg, Teoría y verificaren sociología, p. 20, 17. Cortés, Fernando, "De marginal a informal: el desarrollo de la discusión en
imputándole a la física este modo de trabaja, América Latina".
2. Popper, Karl/'La ciencia normal y sus peligros en Lakatos y Musgrave 18. De Soto, Hernando, El otro sendero.
(comps.), La crítica y el desarrollo del conocimiento, pp. 149-150. 19. Hennessy, Alastair, "Latin América", en Ionescu y Gellner (comps )
l'opulism. * '
3 Margaret Masterman, en "La naturaleza de los paradigmas , en Lakatos y
20. Dornbusch, Rudiger y Sebastián Edwards, "La macroeconomía del
Musgrave (comps.), op. cit., pp. 159-201, distingue "no menos de veint u^entido!, o populismo".
posiblemente más," en los que el «n^jr^ anarece usado en el libro de Kuhn. Sin 21.BardónM.,Alvaro,CamiloCarrascoA.yAlvaroVialG., Unadécada (le cambios
embargo, aclara que Kuhn nunca ffuala paradigma', en ninguno de sus sentidos económicos. La experiencia chilena 1973-1983.
principales con 'teoría cienti- 22 O'Donnell, Guillermo, "Reflexiones sobre las tendencias de cambio
flCa
' Catetos, Imre, "La falsación y la metodología de los Plañías de investigación del estado burocrático-autoritario", Revista Mexicana de Sociología N91/77
enero-marzo de 1977. '
científica", en Lakatos y Musgrave, op. cit., pp. 203-¿4d.
5 Lakatos, Imre, "La historia de la ciencia y sus reconstrucciones racionales", en 23. Lechner, Norbert, "Poder y orden. La estrategia de la minoría consistente",
Revista Mexicana de Sociología, N9 4/78, octubre-diciembre de 1"78.
Lakatos y Musgrave, op. cit., pp. 455-509.
6. Véase Geymonat, Ludovico, Algunas reflexiones criticas sobre Kuhn 24. Naciones Unidas, Políticas de ajuste y renegociación de la deuda merna en
América Latina, Cuadernos de la CEPAL N9 48.
" P°PP7 Una crítica de esta posición en Elias, Norbert "Teoría de la ciencia e historia de 25. Wallerstein, Immanuel, El moderno sistema mundial, 3 volúmenes dn los
la ciencia", en Conocimiento y poder, pp. 167-19á. cuales los dos primeros ya han sido traducidos al español.
8. Piaget y García, op. cit., p. 231. 26. Wallerstein, Immanuel, "Historical Systems as Complex Systems" ■n
9. Piaget y García, op.c¿í.,pp. 231-232. 01™AT , Unthinking Social Science, pp. 229-236.
10. Cardoso, Fernando H., "La originalidad de la copia: la CEPAL y la 27. Wallerstein, Immanuel (coordinador), Abrir las ciencias sociales.

idea de desarrollo". . .
11 La compilación de las contribuciones originales a las ciencias sociales en el
siglo xx, elaborada por Karl Deutch, es reproducida por Dame. BellenL ciencias
¡ocióles desde la Segunda Guerra Mundial, pp. 28-37^
12. Wallerstein, Immanuel, "El concepto de desarrollo nacional 1917-1989:
elegía y réquiem".
13 Jorge Alessandri Rodríguez, ex presidente de la república de Chi« (1958-
1964)ycandidatoderrotadoporAllendeenl970,hablandoenlaJuntn
de Accionistas de la Compañía Manufacturera de Papeles y Cartones, en
Santiago de Chile el 22 de abril de 1983.
UFontameMdnnate,Avturo,LoseconomistasyelpresidentePinochc
15. CEPAL, América Latina y el Caribe: opciones para reducir el peso d,
la deuda. . ,,
16 Un ejemplo notable es la reducción de la ciencia política a una sue U de
marketing electoral, por un lado, y de ingeniería de sistemas electoral,.,

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