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La e s t r u c t u r a de las
revoluciones científicas
por
THOMAS S. KUHN

FONDO DE CULTURA ECONÓMICA


MÉXICO
- _x

; ;i ; ; ; ÍNDICE ;

. ; .; Prefacio . . ... 9
l r I. Introducción: un papel para la his-
toria 20
II. El camino hacia la ciencia normal... 33
. III. Naturaleza de la ciencia normal 51
IV. La ciencia normal como resolución de
enigmas 68
V. Prioridad de los paradigmas 80
VI. La anomalía y la emergencia de los
descubrimientos científicos 92
VII. Las crisis y la emergencia de las teo-
rías científicas 112
VIII. La respuesta a la crisis 128
IX. Naturaleza y necesidad de las revolu-
ciones científicas 149
X. Las revoluciones como cambios del
concepto del mundo 176
XI. La invisibilidad de las revoluciones
científicas 212
XII. La resolución de las revoluciones . . . . 224
XIII. Progreso a través de las revoluciones 247
Posdata: 1969 268

Este libro se acabó de imprimir


el día 24 de agosto de 1971 en
los talleres de Gráfica Paname-
ricana, S. de R. L., Parroquia
911, México 12, D. F. Se tiraron
10 000 ejemplares y en su compo-
sición se utilizaron tipos Áster
de 9:10 y 7:8 puntos. La edición
estuvo al cuidado de Mario Casas.

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32 UN PAPEL PARA LA HISTORIA

to científico, parecen ser, actualmente, partes


integrantes de un conjunto tradicional de res-
puestas substantivas a las preguntas mismas so- II. EL CAMINO HACIA LA CIENCIA NORMAL
bre las que han sido desplegadas. Esta circula-
ridad no las invalida en absoluto, sino que las EN ESTE ensayo, ''ciencia normal' significa inves-
convierte en partes de una teoría y, al hacerlo, tigación basada firmemente en una o más reali-
las sujeta al mismo escrutinio aplicado regular- zaciones científicas pasadas, realizaciones que al-
mente a las teorías en otros campos. Para que su guna comunidad científica particular reconoce,
contenido sea algo más que pura abstracción, durante cierto tiempo, como fundamento para
ese contenido deberá descubrirse, observándolas su práctica posterior. En la actualidad, esas rea-
en su aplicación a los datos que se supone que lizaciones son relatadas, aunque raramente en su
deben elucidar. ¿Cómo podría dejar de ser la forma original, por los libros de texto científicos,
historia de la ciencia una fuente de fenómenos tanto elementales como avanzados. Esos libros
a los que puede pedirse legítimamente que se apli- de texto exponen el cuerpo de la teoría aceptada,
quen las teorías sobre el conocimiento? ilustran muchas o todas sus aplicaciones apropia-
das y comparan éstas con experimentos y obser-
vaciones de condición ejemplar. Antes de que esos
libros se popularizaran, a comienzos del siglo xix
(e incluso en tiempos más recientes, en las cien-
cias que han madurado últimamente), muchos
de los libros clásicos famosos de ciencia desem-
peñaban una función similar. La Física de Aristó-
teles, el Almagesto de Tolomeo, los Principios y
la óptica de Newton, la Electricidad de Franklin,
la'Química de Lavoisier y la Geología de Lyelí
—estas y muchas otras obras sirvieron implíci-
tamente, durante cierto tiempo, para .definir los
problemas y métodos legítimos de un campo de la
investigación, para generaciones sucesivas de cien-
tíficos. Estaban en condiciones de hacerlo así,
debido a que compartían dos características esen-
ciales. Su logro carecía suficientemente de pre-
cedentes como para haber podido atraer a un
grupo duradero de partidarios, alejándolos cíe los
aspectos de competencia de la actividad científica.
Simultáneamente, eran lo bastante incompletas
para dejar muchos problemas para ser resueltos
por el redelimitado grupo de científicos.
. . 33
C O C € C C O O C' O O r <£ 1 O ©- j~

HACIA LA CIENCIA NORMAL HACIA LA CIENCIA NORMAL 35

Voy a llamar, de ahora en adelante, a las reali- yes, teorías y puntos de vista que pueden abs-
zaciones,, que comparten esas dos características, traerse de ella? ¿En qué sentido es el paradigma
^'paradigmas'^ término que se relaciona estrecha- compartido una unidad fundamental para el es-
meñteTcón"''ciencia normal'. Al elegirlo, deseo su- tudiante del desarrollo científico, una unidad que
gerir que algunos ejemplos aceptados de la prác- rio puede reducirse plenamente a componentes
tica científica real —ejemplos que incluyen, al atómicos lógicos que pudieran aplicarse en su
mismo tiempo, ley, teoría, aplicación e instru- ayuda? Cuando las encontremos en la Sección V,
mentación— proporcionan modelos de los que las respuestas a esas preguntas y a otras simila-
surgen tradiciones particularmente coherentes de res resultarán básicas para la comprensión tanto
investigación científica. Ésas son las tradiciones de la ciencia normal como del concepto aso-
que describen los historiadores bajo rubros tales ciado de los paradigmas. Sin embargo, esa discu-
como: 'astronomía tolemaica' (o 'de Copérnico'), sión más abstracta dependerá de una exposición
'dinámica aristotélica' (o 'newtoniana'), 'óptica previa de ejemplos de la ciencia normal o de los
corpuscular' (u 'óptica de las ondas'), etc. El es- paradigmas en acción. En particular, aclarare-
tudio de los paradigmas, incluyendo muchos de mos esos dos conceptos relacionados, haciendo
los enumerados antes como ilustración, es lo que notar que puede haber cierto tipo de investiga-
prepara principalmente al estudiante para entrar ción científica sin paradigmas o, al menos, sin
a formar parte como miembro de la comunidad los del tipo tan inequívoco y estrecho corno los
científica particular con la que trabajará más citados con anterioridad. La adquisición de un
tarde. Debido a que se reúne con hombres que paradigma y del tipo más esotérico de investiga-
aprenden las bases de su campo científico a par- ción que dicho paradigma permite es un signo de
tir de los mismos modelos concretos, su práctica madurez en el desarrollo de cualquier campo cien-
subsiguiente raramente despertará desacuerdos tífico dado.
sobre los fundamentos claramente expresados. Si el historiador sigue la pista en el tiempo
Los hombres cuya investigación se basa en para- al conocimiento científico de cualquier grupo se-
digmas compartidos están sujetos a las mismas leccionado de fenómenos relacionados, tendrá
reglas y normas para la práctica científica. Este probabilidades de encontrarse con alguna varian-
compromiso y el consentimiento aparente que te menor de un patrón que ilustramos aquí a
provoca son requisitos previos para la ciencia partir de la historia de la óptica física. Los libros
normal, es decir, para la génesis y la continua- de texto de física, en la actualidad, indican al
ción de una tradición particular de la investigación estudiante ..que la luz es fotones, es decir, entida-
científica. des mecánico-cuánticas que muestran ciertas ca-
Debido a que en este ensayo el concepto de racterísticas de ondas y otras de partículas. La
paradigma reemplazará frecuentemente a diversas investigación se lleva a cabo de acuerdo con ello
nociones familiares, será preciso añadir algo más o, más bien, según la caracterización más elabo-
respecto a su introducción. ¿Por qué la realiza- rada y matemática de la que se deriva esa verba-
ción científica concreta, como foco de entrega pro- lización usual. Sin embargo, esta caracterización
fesional, es anterior a los diversos conceptos, le- de la luz tiene, apenas, medio siglo de antigüedad.
36 HACIA LA CIENCIA NORMAL HACIA LA CIENCIA NORMAL v 37

Antes de que fuera desarrollada por Planck, Eins- cación del medio existente entre el objeto y el
tein y otros, a comienzos de este siglo, los textos ojo; todavía otro explicaba la luz en términos
de física indicaban que la luz era un movimiento de una interacción entre el medio y una emana-
ondulante transversal, concepción fundada en un ción del ojo; además, había otras combinaciones
paradigma, derivado, en última instancia, de los y modificaciones. Cada una de las escuelas corres-
escritos sobre óptica de Yoiing y Fresnel, 'a co- pondientes tomaba fuerza de su relación con
mienzos del siglo xix. Tampoco fue la teoría de alguna metafísica particular y todas realzaban,
las ondas la primera adoptada por casi todos los como observaciones paradigmáticas, el conjunto
profesionales de la ciencia óptica. Durante el particular de fenómenos ópticos que mejor podía
siglo xvin, el paradigma para ese campo fue pro- explicar su propia teoría. Otras observaciones
porcionado por la Óptica de Newton, que ense- eran resueltas por medio de elaboraciones ad hoc
ñaba que la luz era corpúsculos de materia. En o permanecían como problemas al margen para
aquella época, los físicos buscaron pruebas, lo una investigación posterior.2
cual no hicieron los primeros partidarios de la teo- En varias épocas, todas esas escuelas llevaron
ría de las ondas, de la presión ejercida por las a cabo contribuciones importantes al cuerpo de
partículas lumínicas al chocar con cuerpos só- conceptos, fenómenos y técnicas del que sacó
lidos.1 Newton el primer paradigma casi uniformemente
Estas transformaciones de los paradigmas de la aceptado para la óptica física. Cualquier defini-
óptica física son revoluciones científicas y la tran- ción del científico que excluya al menos a los
sición sucesiva de un paradigma a otro por me- miembros más creadores de esas diversas escue-
dio de: una revolución es el patrón usual de desa- las, excluirá asimismo a sus sucesores modernos.
rrollo de una ciencia madura. Sin embargo, no Esos hombres eran científicos. Sin embargo, cual-
es el patrón característico del periodo anterior quiera que examine una investigación de la óptica
a la obra de Newton, y tal es el contraste, que física anterior a Newton, puede llegar fácilmen-
nos interesa en este caso. No hubo ningún pe- te a la conclusión de que, aunque los profesio-
riodo, desde la antigüedad más remota hasta nales de ese campo eran científicos, el resultado
fines del siglo xvn, en que existiera una opi- neto de su actividad era algo que no llegaba a
nión única generalmente aceptada sobre la na- ser ciencia. Al tener la posibilidad de no dar
turaleza de la luz. En lugar de ello, había nu- por sentado ningún caudal común de creencias,
merosas escuelas y subescuelas competidoras, la" cada escritor de óptica física se sentía obligado
mayoría de las cuales aceptaban una u otra va- a construir su propio campo completamente, des-
riante de la teoría epicúrea, aristotélica o plató- de los cimientos. Al hacerlo así, su elección de
nica. Uno de los grupos consideraba que la luz observaciones y de experimentos que lo sostu-
estaba compuesta de partículas que emanan de vieran era relativamente libre, debido a que no
cuerpos materiales; para otro, era una modifi- existía ningún conjunto ordinario de métodos o
. i The History and Present State o/ Discoveries Retating fenómenos que cada escritor sobre la óptica se
ÍO Vision, Light, and Colours (Londres, 1772), pp. 385-90, 2 Histolre de la lumi&re, de Vasco Ronchi, traducción
de Joseph Priestley. de Jean Taton (París, 1956), capítulos i-iv.
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sintiera obligado a emplear y explicar. En esas Un grupo temprano de teorías, seguidoras de la


circunstancias, el diálogo de los libros resultantes práctica del siglo xvn, consideraban la atracción
frecuentemente iba dirigido tanto a los miem- y la generación friccional como el fenómeno eléc-
bros de otras escuelas como a la naturaleza. Este trico fundamental. Este grupo tenía tendencia a
patrón no es desconocido, en la actualidad, en considerar la repulsión como un efecto secunda-
numerosos campos creadores, ni es incompatible rio debido a alguna clase de rebote mecánico y,
con descubrimientos e inventos importantes. Sin asimismo, a aplazar cuanto fuera posible tanto
embargo, no es el patrón de desarrollo que ad- la discusión como la investigación sistemática del
quirió la óptica física después de Newton y que, recién descubierto efecto de Gray, la conducción
hoy en día, reconocen otras ciencias naturales. eléctrica. Otros "electricistas" (el término es de
La historia de la investigación eléctrica duran- ellos mismos) consideraron la atracción y la re-
te la primera mitad del siglo xvm proporcio- pulsión como manifestaciones igualmente ele-
na un ejemplo más concreto y mejor conoci- mentales de la electricidad y modificaron en
do del modo como se desarrolla una ciencia, consecuencia sus teorías e investigaciones. (En
antes de que cuente con su primer paradigma realidad, este grupo es notablemente pequeño: ni
universalmente aceptado. Durante ese periodo ha- siquiera la teoría de Franklin justificó nunca
bía casi tantas opiniones sobre la naturaleza de completamente la repulsión mutua de dos cuer-
la electricidad como experimentadores importan- pos cargados negativamente). Pero tuvieron tan-
tes, hombres como Hauksbee, Gray, Desaguliers, ta dificultad corno el primer grupo para explicar
Du Fay, Nollett, Watson, Franklin y otros. Todos simultáneamente cualesquiera electos que no fue-
sus numerosos conceptos sobre la electricidad ran los más simples de la conducción. Sin em-
tenían algo en común: se derivaban, parcialmen- bargo, esos efectos proporcionaron el punto de
te, de una u otra versión de la filosofía mecánico- partida para un tercer grupo, que tenía tendencia
corpuscular que guiaba todas las investigaciones a considerar a la electricidad como un "fluido"
científicas de aquellos tiempos. Además, todos que podía circular a través de conductores, en
eran componentes de teorías científicas reales,
que en parte habían sido obtenidas, por medio rimental Science", Caso 8; Cambridge, Mass., 1954); y
de experimentos y observaciones, y que determi- Franklin and Newton: An Inquiry into Speculaíive New-
tañían Experimental Science and Franklin's Work in Elec-
naron parcialmente la elección y la interpretación tricity as an Example Thereof (Filadelfia, 1956), de I. B.
de problemas adicionales a los qué se enfrenta- Cohén, capítulos vu-xii. Algunos de los detalles analíti-
ban las investigaciones. No obstante, aunque to- cos del párrafo que sigue en el texto debo agradecérselos
dos los experimentos eran eléctricos y la mayoría a mi alumno John L. Heilbron, puesto que los tomé de un
trabajo suyo, todavía no publicado. Pendiente de publica-
de los experimentadores leían las obras de los ción, un informe" en cierto modo más extenso y preciso
demás, sus teorías no tenían sino un mero aire del surgimiento del paradigma de Franklin va incluido
de familia.3 en la obra de T. 8. Kuhn, "The Function of Dogma in
Scientific Research', en A. C. Crombie (red.), "Symposium
3 The Development of the Concept of Electric Charge: on the History of Science, University of Oxford, July 9-15,
Electricity from the Greeks to Coulomb, de Duane Roller 1961", que será publicada por Heinemann. Educational
y Duane H. D. Roller ("Harvard Case Histories in Expe- Books, Ltd.
r r r r rr
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lugar de un "efluvio" que emanaba de los no tades encontradas. A falta de un paradigma o de


conductores. Este grupo, a su vez, tenía dificul- algún crndidato a paradigma, todos los hechos
tades para reconciliar su teoría con numerosos que pudieran ser pertinentes para el desarrollo
efectos de atracción y repulsión. Sólo por medio de una ciencia dada tienen probabilidades de pa-
de los trabajos de Franklin y de sus seguidores recer igualmente importantes. Como resultado de
inmediatos surgió una teoría que podía explicar, ello, la primera reunión de hechos es una activi-
casi con la misma facilidad, ca'si todos esos efec- dad mucho más fortuita que la que resulta fami-
tos y que, por consiguiente, podía proporcionar liar, después del desarrollo científico subsiguiente.
y proporcionó a una generación subsiguiente de Además, a falta de una razón para buscar algu-
"electricistas" un paradigma común para sus in- na forma particular de información más recón-
vestigaciones. dita, la primera reunión de hechos y datos queda
Excluyendo los campos, tales como las mate- limitada habitualmente al caudal de datos de que
máticas y la astronomía, en los que los primeros se dispone. El instrumental resultante de hechos
paradigmas firmes datan de la prehistoria, y tam- contiene los accesibles a la observación y la
bién los que, como la bioquímica, surgieron por experimentación casual, junto con algunos de los
la división o la combinación de especialidades ya datos más esotéricos procedentes de artesanías
maduras, las situaciones mencionadas antes son establecidas, tales como la medicina, la confección
típicas desde el punto de vista histórico. Aun- de calendarios y la metalurgia. Debido a que las
que ello significa que debo continuar empleando artesanías son una fuente accesible de hechos
la simplificación desafortunada que marca un que fortuitamente no podrían descubrirse, la tec-
episodio histórico amplio con un nombre único nología ha desempeñado frecuentemente un papel
y en cierto modo escogido arbitrariamente (v.gr., vital en el surgimiento de nuevas ciencias.
Newton o Franklin), sugiero que desacuerdos Pero, aunque este tipo de reunión de datos ha
fundamentales similares caracterizaron, por ejem- sido esencial para el origen de muchas ciencias
plo, al estudio del movimiento antes de Aristóte- importantes, cualquiera que examine, por ejem-
les, de la estática antes de Arquímedes, del calor plo, los escritos enciclopédicos de Plinio o las
antes de Black, de la química antes de Boyle y historias naturales baconianas del siglo xvn, des-
Boerhaave y de la geología histórica antes de cubrirá que el producto es un marasmo. En
Hutton. En ciertas partes de la biología —por cierto modo, uno duda en llamar científica a la
ejemplo, el estudio de la herencia— los primeros literatura resultante. Las "historias" baconianas
paradigmas umversalmente aceptados son toda- sobre el calor, el color, el viento, la minería, etc.,
vía más recientes; y queda todavía en pie la están llenas de informes, algunos de ellos recón-
pregunta de qué partes de las ciencias sociales ditos. Pero yuxtaponen hechos que más tarde
han adquirido ya tales paradigmas. La historia resultarán reveladores (por ejemplo, el calenta-
muestra que el camino hacia un consenso firme miento por mezcla), junto con otros (v.gr., el ca-
r dejinvestigación es muy arduo. lor de los montones de estiércol) que durante
^'in. embargo, la historia sugiere también cier- cierto tiempo continuarán siendo demasiado com-
razones que explican el porqué de las dificul- plejos como para poder integrarlos en una teoría
42 HACIA LA CIENCIA NORMAL HACIA LA CIENCIA NORMAL 43

bien definida.4 Además, puesto que cualquier des- de una ciencia. No puede interpretarse ninguna
cripción debe ser parcial, la historia natural típica historia natural sin, al menos, cierto caudal im-
con frecuencia omite, de sus informes sumamente plícito de creencias metodológicas y teóricas en-
circunstanciados, precisamente aquellos detalles trelazadas, que permite la selección, la evaluación
que científicos posteriores considerarán como y la crítica. Si este caudal de creencias no se en-
fuentes importantes de informes esclarecedores. cuentra ya implícito en la colección de hechos
Por ejemplo, casi ninguna de las primeras "histo- —en cuyo caso tendremos a mano algo más que
rias" de la electricidad, menciona que las gran- "hechos simples"— deberá ser proporcionado del
zas, atraídas a una varilla de vidrio frotada, son exterior, quizá por una metafísica corriente, por
despedidas nuevamente. Ese efecto parecía me- otra ciencia o por incidentes personales o histó-
cánico, no eléctrico.5 Además, puesto que quien ricos. Por consiguiente, no es extraño que, en las
reúne datos casuales raramente posee el tiempo primeras etapas del desarrollo de cualquier cien-
o la preparación para ser crítico, las historias cia, diferentes hombres, ante la misma garría de
naturales yuxtaponen, a menudo, descripciones fenómenos —pero, habitualmente, no los mismos
como las anteriores con otras como, por ejemplo, fenómenos particulares— los describan y los in-
el calentamiento por antiperistasis (o por enfria- terpreten de modos diferentes. Lo que es sor-
miento), que en la actualidad nos sentimos abso- prendente, y quizá también único en este grado
lutamente incapaces de confirmar.0 Sólo de vez en los campos que llamamos ciencia, es que esas
en cuando, como en los casos de la estática, la divergencias iniciales puedan llegar a desaparecer
dinámica y la óptica georrétrica antiguas, los en gran parte alguna vez.
hechos reunidos con tan poca guía de una teo- Pero desaparecen hasta un punto muy consi-
ría preestablecida hablan con suficiente claridad derable y, aparentemente, de una vez por todas.
como para permitir el surgimiento de un primer Además, su desaparición es causada, habitual-
paradigma. mente, por el triunfo de una de las escuelas ante-
Ésta es la situación que crea las escuelas ca- riores al paradigma, que a causa de sus propias
racterísticas de las primeras etapas del desarrollo creencias y preccncepciones características, hace
4 Compárese el bosquejo de una historia natural del
hincapié sólo en alguna parte especial del con-
calor en Novwn Organwn, de Bacon, vol. VIII de The junto demasiado grande, e incoado de informes.
Works of Francis Bacon, ed. J. Spedding. R. L. Ellis y Los electricistas qué creyeron que la electricidad
D. D. Heath (Nueva York, 1869), pp. 179-203. era un fluido y que, por consiguiente, concedie-
5 Roller y Roller, pp. cit., pp. 14, 22, 28, 43. Sólo des- ron una importancia especial a la conducción,
pués del trabajo registrado en la última de esas citas
obtuvieron los efectos repulsivos el reconocimiento gene- proporcionan un ejemplo excelente. Conducidos
ral como inequívocamente eléctricos. por esa creencia, que apenas podía explicar la
« Bacon, op. cit., pp. 235, 337, dice: "El agua ligera- conocida multiplicidad de los efectos de atrac-
mente tibia es más fácil de congelar que la que se en- ción y repulsión, varios de ellos tuvieron la idea
cuentra completamente fría." Para un informe parcial
cíe la primera historia de esta extraña observación, véase de embotellar el fluido eléctrico. El fruto inme-
Marshall Clagett, Giovanni Marliani and Late Medieval diato de sus esfuerzos fue la botella de Leyden,
Physics (Nueva York, 1941), capítulo rv. un artefacto que nunca hubiera podido ser descu-
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bierto por un hombre que explorara la naturaleza fenómeno eléctrico y por todos a la vez, el grupo
fortuitamente o al azar, pero que, en efecto, fue unido de electricistas podía ocuparse de fenóme-
descubierto independientemente al menos por dos nos seleccionados de una manera mucho más de-
investigadores, en los primeros años de la dé- tallada, diseñando mucho equipo especial para la
cada de 1740.7 Casi desde el comienzo de sus tarea y empleándolo de manera más tenaz y sis-
investigaciones sobre la electricidad, Franklin se temática de lo que lo habían hecho hasta enton-
interesó particularmente en explicar el extraño ces los electricistas. Tanto la reunión de datos
y, en aquellos tiempos, muy? revelador aparato y hechos como la formulación de teorías se con-
especial. El éxito que tuvo al hacerlo proporcionó virtieron en actividades dirigidas. La efectividad
el más efectivo de los argumentos para convertir y la eficiencia de la investigación eléctrica au-
su teoría en un paradigma, aunque éste todavía mentaron consecuentemente, proporcionando evi-
no podía explicar todos los casos conocidos de dencia al apoyo de una versión societaria del
repulsión elédtrica.8 Para ser aceptada como agudo aforismo metodológico de Francis Bacon:
paradigma, una teoría debe parecer mejor que "La verdad surge más fácilmente del error que
sus competidoras; pero no necesita explicar y, de la confusión".10
en efecto, nunca lo hace, todos los hechos que se Examinaremos la naturaleza de esta investiga-
puedan confrontar con ella. ción dirigida o basada en paradigmas en la sec-
L Lo que hizo la teoría del fluido eléctrico por ción siguiente; pero antes, debemos hacer notar
el subgrupo que la sostenía, lo hizo después el brevemente cómo el surgimiento de un paradigma
paradigma de Franklin por todo el grupo de los afecta a la estructura del grupo que practica en
electricistas. Sugirió qué experimentos valía la ese campo. En el desarrollo de una ciencia na-
pena lleva" a cabo y cuáles no, porque iban en- tural, cuando un individuo o grupo produce, por
caminados hacia manifestaciones secundarias o primera vez, una síntesis capaz de atraer a la
demasiado complejas de la electricidad. Sólo que mayoría de los profesionales de la generación
el paradigma hizo su trabajo de manera mucho siguiente, las escuelas más antiguas desaparecen
nías eficaz, en parte debido a que la conclusión gradualmente. Su desaparición se debe, en parte,
del debate interescolar puso punto final a la reite-
ración constante de fundamentos y, en parte, de- teoría y, durante muchos años, a continuación, los elec-
bido a que la confianza de que se encontraban tricistas estuvieron divididos en sus opiniones sobre si la
electricidad era un fluido simple o doble. Pero los deba-
en el buen camino animó a los científicos a em- tes sobre ese tema confirman sólo lo que se ha dicho an-
prender trabajos más precisos, esotéricos y con- tes sobre la manera en que una realización umversal-
suntivos.9 Libre de la preocupación por cualquier mente reconocida sirve para unificar a la profesión. Los
electricistas, aun cuando a ese respecto continuaron divi-
? Roller y Roller, op. cit., pp. 51-54. didos, llegaron rápidamente a la conclusión de que nin-
8 El caso más molesto era el de la repulsión mutua guna prueba experimental podría distinguir las dos versio-
de cuerpos cargados negativamente. Véase Cohén, op. cit., nes de la teoría y que por consiguiente eran equivalentes.
pp. 491-94, 531-43.- Después de eso, ambas escuelas podían explotar y explo-
8 Debe hacerse notar que la aceptación de la teoría de taron todos los beneficios proporcionados por la teoría
—Idm no concluye totalmente el debate. En 1759, Ro- de Franklin (ibid., -pp. 54*46, 548-54).
Symmer propuso una versión de dos fluidos de la 10 Bacon, op. cit., p. 210. I, - •<•:.
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a la conversión de sus miembros al nuevo para- eos especializados, la fundación de sociedades de


digma. Pero hay siempre hombres que se aferran especialistas y la exigencia' de un lugar especial
a alguna de las viejas opiniones y, simplemente, en el conjunto, se han asociado, habitualmente,
se les 'excluye de la profesión que, a partir de con la primera aceptación por un grupo de un
entonces, pasa por alto sus trabajos. El nuevo paradigma simple. Al menos, ése era el caso entre
paradigma implica una definición nueva y más el momento, hace siglo y medio, en que se desa-
rígida del campo. Quienes no deseen o no sean rrolló por primera vez el patrón institucional de
capaces de ajustar su trabajo a ella deberán conti- Ja especialización científica y la época muy re-
nuar en aislamiento o unirse a algún otro grupo.11 ciente en que Ja especialización adquirió un pres-
Históricamente, a menudo se han limitado a per- tigio propio.
manecer en los departamentos de la filosofía de La definición más rígida del grupo científico
los que han surgido tantas ciencias especiales. tiene otras consecuencias. Cuando un científi-
Como sugieren esas indicaciones, es a veces sólo co individual puede dar por sentado un paradig-
la recepción de un paradigma la que transforma ma, no necesita ya, en sus trabajos principales, tra-
a un grupo interesado previamente en el estudio tar de reconstruir completamente su campo, desde
de la naturaleza en una profesión o, al menos, sus principios, y justificar el uso de cada con-
en una disciplina. En las ciencias (aunque no en cepto presentado. Esto puede quedar a cargo del
campos tales como la medicina, la tecnología y escritor de libros de texto. Sin embargo, con
el derecho, cuya principal razón de ser es una ne- un libro de texto, el investigador creador puede
cesidad social externa), la formación de periódi- iniciar su investigación donde la abandona el libro
11 La historia de la electricidad proporciona un ejem-
y así concentrarles exclusivamente en los aspec-
plo excelente, que podría, duplicarse a partir de las carre- tos más sutiles y .esotéricos de los fenómenos na-
ras de Priestley, Kelvin y otros. Franklin señala que turales que interesan a su grupo. Y al hacerlo
Nollet, quien, a mitades del siglo, era el más influyente así, sus comunicados de investigación comenza-
de los electricistas continentales, "vivió lo bastante como rán a cambiar en formas cuya evolución ha sido
para verse como el último miembro de su secta, con
excepción del Señor B.— su alumno y discípulo inmedia- muy poco estudiada, pero cuyos productos finales
to" (Max Farrand [ed.], Benjamín Franklin's Memoirs modernos son evidentes para todos y abrumado-
[Berkeley, Calif., 1949], pp. 384-86). Sin embargo, es más res para muchos. Sus investigaciones no tendrán
interesante la resistencia de escuelas enteras, cada vez
más aisladas de la ciencia profesional. Tómese en consi- que ser ya incluidas habitualmente en un libro
deración, por ejemplo, el caso de la astrología, que anti- dirigido, como Experimentos... sobre electrici-
guamente era parte integrante de la astronomía. O pién- dad, de Franklin, o el Origen de tas especies, de
sese en la continuación, a fines del siglo xvm y princi- Darwin, a cualquiera que pudiera interesarse por
pios del xix, de una tradición previamente respetada de
química "romántica". Ésta es la tradición discutida por el tema principal del campo. En lugar de ello
Charles C. Gillispie en "The Encyclopedie and the Jacobin se presentarán normalmente como artículos bre-
Philosophy of Science: A Study in Ideas and Consequen- ves dirigidos sólo a los colegas profesionales, a
ccs", Critical Problems in the History of Science, ed. los hombres cuyo conocimiento del paradigma
Marshall Clagctt (Madison, Wis., 1959), pp. 255-89; y "The
Formation of Lamarck's Evolutionary Theory", Archives compartido puede presumirse y que son los únicos
viternationáles d'histaire des sciences, xxxvn (1956), 323-38. capaces de leer los escritos a ellos dirigidos.
c c
48 HACIA LA CIENCIA NORMAL HACIA LA CIENCIA NORMAL' 49

En la actualidad, en las ciencias, los libros son profesional de sus colegas en otros campos, se
habitualmente textos o reflexiones retrospectivas dedica Demasiado poca atención a la relación
sobre algún aspecto de la vida científica. El cien- esencial entre ese abismo y los mecanismos in-
tífico que escribe uno de esos libros tiene ma- trínsecos del progreso científico.
yores probabilidades de que su reputación pro- Desde la Antigüedad prehistórica, un campo de
fesional sea dañada que realzada. Sólo en las estudio tras otro han ido cruzando la línea divi-
primeras etapas del desarrollo de las diversas soria entre lo que un historiador podría llamar
ciencias, anteriores al paradigma, posee el libro su prehistoria como ciencia y su historia propia-
ordinariamente la misma relación con la realiza- mente dicha. Esas transiciones a la madurez ra-
ción profesional que conserva todavía en otros ramente han sido tan repentinas e inequívocas
campos creativos. Y sólo en los campos que to- como mi exposición, necesariamente esquemática,
davía conservan el libro, con o sin el artículo, pudiera implicar. Pero tampoco han sido histó-
como vehículo para, la comunicación de las in- ricamente graduales, o sea, coextensivas con el
vestigaciones, se encuentran tan ligeramente tra- desarrollo total de los campos en cuyo interior
zadas las líneas de la profesionalización que pue- tuvieron lugar. Los escritores sobre la electrici-
de esperar un profano seguir el progreso, leyendo dad, durante las cuatro primeras décadas del
los informes originales de los profesionales. Tan- siglo xvín, poseían muchos más informes sobre
to en la matemática como en la astronomía, ya los fenómenos eléctricos que sus predecesores
desde la Antigüedad los informes de investiga- del siglo xvi. Durante el medio siglo posterior a
ciones habían dejado de ser inteligibles para un 1740, se añadieron a sus listas muy pocos tipos
auditorio de cultura general. En la dinámica, la nuevos de fenómenos eléctricos. Sin embargo,
investigación se hizo similarmente esotérica a en ciertos aspectos importantes, los escritos de
fines de la Edad Media y volvió a recuperar su Cavendish, Coulomb y Volta sobre la electrici-
inteligibilidad, de manera breve, a comienzos del dad, en el último tercio del siglo xvni parecen
siglo xvii, cuando un nuevo paradigma reemplazó ¿ más separados de los de Gray, Du Fay e, incluso,
al que había guiado las investigaciones medie- ^ Franklin, que los escritos de los primeros descu-
vales. Las investigaciones eléctricas comenzaron bridores eléctricos del siglo xvín de aquellos del
a requerir ser traducidas para los legos en la ma- siglo xvi.12 En algún momento, entre 1740 y 1780,
teria a fines del siglo xvín y la mayoría de los 12 Los desarrollos posteriores a Franklin incluyen un
campos restantes de las ciencias físicas dejaron aumento inmenso de la sensibilidad de los detectores de
cargas, las primeras técnicas dignas de confianza y difun-
de ser generalmente accesibles durante el si- didas generalmente para medir la carga, la evolución del
glo xix. Durante esos mismos dos siglos, pueden concepto de capacidad y su relación con una noción nue-
señalarse transiciones similares en las diversas vamente refinada de la tensión eléctrica, y la cuantifica-
partes de las ciencias biológicas; en ciertas par- ción de la fuerza electrostática. Con respecto a todos
esos puntos, véase Roller y Roller, op. cit., pp. 66-81; W.
tes de las ciencias sociales pueden estarse regis- C. Walker, "The Detection and Estimation of Electric
trando en la actualidad. Aunque se ha hecho ha- Charges in the Eighteenth Contury", Annals of Science,
gitual y es seguramente apropiado deplorar el I (1936), 66-100; y Edmund Hoppe, Geschichte der Elek-
Abismo cada" vez mayor que separa al científico trizitat (Leipzig, 1884), Primera Parte, capítulos m-iv.
50 HACIA LA CIENCIA NORMAL

pudieron los electricistas, por primera vez, dar


por sentadas las bases de su campo. A partir de
ese punto, continuaron hacia problemas más con- III. NATURALEZA DE LA CIENCIA NORMAL
cretos y recónditos e informaron cada vez más
de íos resultados obtenidos en sus investigacio- ¿CuAL es pues la naturaleza de la investigación
nes en artículos dirigidos a otros electricistas, más profesional y esotérica que permite la acep-
más que en libros dirigidos al mundo instruido tación por un grupo de un paradigma único? Si
en general. Como grupo, alcanzaron lo que ha- el paradigma representa un trabajo que ha sido
bían logrado los astrónomos en la Antigüedad y realizado de una vez por todas, ¿qué otros pro-
los estudiosos del movimiento en la Edad Me- blemas deja para que sean resueltos por el grupo
dia, los de la óptica física a fines del siglo xvn unido? Estas preguntas parecerán todavía más
y los de la geología hr'órica a principios del apremiantes, si hacemos notar ahora un aspecto
siglo xix. O sea, habían obtenido un paradigma en el que los términos utilizados hasta aquí pue-
capaz de guiar las investigaciones de todo el grupo. den conducir a errores. En su uso establecido,
Excepto con la ventaja de la visión retrospectiva, un^paradigma es un_in^^^^>_j)atrón__aceptadq y
es difícil encontrar otro criterio que proclame este aspecto~~dé~1ñÍ significado me ha permitido
con tanta claridad a un campo dado como ciencia, apropiarme la palabra 'paradigma', a falta de otro
término mejor; pronto veremos claramente que
el sentido de 'modelo' y 'patrón.', que permiten la
apropiación, no es enteramente el usual para defi-
nir 'paradigma'. En la gramática, por ejemplo,
'amo, amas, amat' es un paradigma, debido a
que muestra el patrón o modelo que debe utili-
zarse para conjugar gran número de otros ver-
bos latinos, v.gr.: para producir 'laudo, laudas,
laudat'. En esta aplicación común, el paradigma
funciona, permitiendo la renovación de ejemplos
cada uno de los cuales jpodría servir para reem-
plazarlo. Por otra parte] en una ciencia, un para-
digma es raramente uii objeto para renovación.
En lugar de ello, tal y como una decisión judicial
aceptada en el derecho común, es un objeto para
una mayor articulación y especificación, en con-
diciones nuevas o más rigurosas.
Para comprender cómo puede suceder esto,
debemos reconocer lo muy limitado que puede
ser un paradigma en alcance y precisión en el
momento de su primera aparición. Los paradig-
PRIORIDAD DE LOS PARADIGMAS 81

vestigaciones. Cualquiera que haya tratado de


describir o abalizar la evolución de una tradición
V. PRIORIDAD DE LOS PARADIGMAS científica dada, habrá buscado, necesariamente,
principios y reglas aceptados de ese tipo. Como lo
PARA DESCUBRIR la relación existente entre reglas, indica la sección anterior, es casi seguro que haya
paradigmas y ciencia normal, tómese primera- tenido éxito, al menos de manera parcial. Pero, si
mente en consideración cómo aisla el historiador su experiencia tiene alguna similitud con la mía,
los lugares particulares de compromiso que aca- habrá descubierto que la búsqueda de reglas.es
bamos de describir como reglas aceptadas. Una más difícil y menos satisfactoria que la de para-
investigación histórica profunda de una especia- digmas. Algunas de "las generalizaciones que uti-
lidad dada, en un momento dado, revela un con- lice para describir las creencias "compartidas por
junto de ilustraciones recurrentes y casi norma-., la comunidad, no presentarán problemas. Sin-em-
lizadas dé diversas teorías en sus aplicaciones bargo, otras, incluyendo algunas de las utilizadas
conceptuales, instrumentales y de observación. i
-k
anteriormente como ilustraciones, mostrarán un
Ésos son los paradigmas de la comunidad reve- matiz demasiado fuerte. Expresadas de ese modo
lados en sus libros de texto, sus conferencias y o de-cualquier otra forma que pueda imaginarse,
sus ejercicios de laboratorio. Estudiándolos y ha- es casi seguro que hubieran sido rechazadas por
ciendo prácticas con ellos es como aprenden su algunos miembros del grupo que se esté estu-
profesión los miembros de la comunidad corres- diando. Sin embargo, para comprender la coheren-
pondiente. Por supuesto, el historiador descubri- cia de la tradición de investigación en términos
rá, además, una zona de penumbra ocupada por de las reglas, se necesitarán ciertas especificacio-
realizaciones cuyo status aún está en duda; pero, nes de base común en el campo correspondiente.
habitualmente, el núcleo de técnicas y problemas Como resultado de. ello, la búsqueda de un cuer-
resueltos estará claro. A pesar de las ambigüe-. po de reglas pertinentes para constituir una tra-
dades ocasionales, los paradigmas de una comu- dición de investigación normal dada, se convierte
nidad científica madura pueden determinarse con en una fuente de frustración continua y profunda.
relativa facilidad. Sin embargo, el reconocimiento de la frustra-
La determinacion.de los. paradigmas compar- ción hace posible diagnosticar su origen. Los
tidos no es, sin embargo, la determinación de científicos pueden estar de acuerdo en que New-
reglas compartidas. Esto exige una segunda eta- ton, Lavoisier, Maxwell o Einstein produjeron
pa, de un tipo algo diferente. Al emprenderla, el una solución aparentemente permanente para un
historiador deberá comparar los paradigmas de grupo de' problemas extraordinarios y, no obs-
la comunidad unos con otros y con sus informes tante, estar en desacuerdo, a veces sin darse cuen-
corrientes de investigación. Al hacerlo así, su ob- ta plenamente de ello, en lo que respecta a las
jetivo es descubrir qué elementos aislables, ex- características abstractas particulares que hacen
plícitos o implícitos, pueden haber abstraído los que esas soluciones sean .permanentes. O sea,
miembros de esa comunidad de sus paradigmas pueden estar de acuerdo en cuanto a su identifi-
más globales, y empleado como reglas" en sus in- cación de ur. paradigma sin ponerse de acuerdo
Cn 80
82 PRIORIDAD DE LOS PARADIGMAS 83
PRIORIDAD DE LOS PARADIGMAS
o, incluso, sin tratar siquiera de producii^ una se lia respondido a ella diciendo que debemos
interpretación plena o racionalización &&Jé\. La saber, consciente o intuitivamente, qué es una
falta de una interpretación ordinaria q ¿e una silla, una hoja o un juego. O sea, debemos cono
reducción aceptada a reglas, no impedirá que un cer un conjunto de atributos que Lodos los juegos
paradigma dirija las investigaciones. ^a ciencia tengan en cornán y sólo ellos. Sin embargo, Witt-
normal puede determinarse en parte pOr medio genstein llegaba a la conclusión de que, dado el
de la inspección directa de los paradigmas, pro. modo en que utilizamos el lenguaje y el tipo de
ceso que frecuentemente resulta/ ínas sencillo con mundo al cual se aplica, no es preciso que haya
la ayuda de reglas y suposiciones, pero que no tal conjunto de características. Aunque un exa-
depende de la formulación de éstas. En realidad, men de algunos de los atributos compartidos por
la existencia de un paradigma ni siquiera debe cierto número de juegos, sillas u hojas a menudo
implicarla-£XÍStSiicia de algún conjunto completo nos ayuda a aprender cómo emplear el término
de reglas..1 correspondiente, no existe un conjunto de carac-
" Inevitablemente, el primer efecto de esos enun- terísticas que sea aplicable simultáneamente a to-
ciados es el de plantear problemas. A falta de dos los miembros de la clase y sólo a ellos. En
un cuerpo pertinente de reglas, ¿qué"es lo que cambio, ante una actividad que no haya sido ob-
liga al científico a una tradición particular d<- la servada previamente, aplicamos el término 'jue-
ciencia normal? ¿Qué puede significar la frase go' debido a que lo que vemos tiene un gran
'inspección directa de paradigmas'? El finado "parecido de familia" con una serie de actividad 23
Ludwig Wittgenstein dio respuestas parciales a que hemos aprendido a llamar previamente con
esas preguntas, aunque en un contexto muy dife- ese nombre. En resumen, para Wittgenstein, los
rente. Debido a que este contexto es, a la vez, juegos, las sillas y las hojas son familias natura-
más elemental y más familiar, será conveniente les, cada una de las cuales está constituida por
que examinemos-primeramente su forma del ar- una red de semejanzas. que se superponen y se
gumento. ¿Qué debemos saber, preguntaba Witi- entrecruzan. La existencia de esa red explica su-
genstein, con el fin de aplicar términos como ficientemente el que logremos identificar al ob-
'silla', 'hoja' o 'juego' de manera inequívoca y sin jeto o a la actividad correspondientes. Sólo si las
provocar discusiones?2 familias que nominamos se superponen y se mez-
Esta pregunta es muy antigua y generalmente clan gradualmente unas con otras —o sea, sólo si
no hubiera familias naturales-— ello proporciona-
* Michael Polanyi ha desarrollado brillantemente un ría nuestro éxito en la identificación y la nomi-
tema muy similar, arguyendo que gran parte del éxito
de los científicos depende del "conocimiento tácito", o nación, una prueba en pro de un conjunto de
sea, del conocimiento adquirido a través de la práctica características comunes, correspondientes a cada
y que no puede expresarse de manera explícita. Véase su uno de los nombres de clases que utilicemos.
obra Personal Knowledge (Chicago, 1958), sobre todo los Algo muy similar puede ser válido para los
capítulos v y vi.
2 Ludwig Wittgenstein, Philosophical Investigations, tipo de mundo que es necesario para sostener el proce-
trad. G. E. M. Anscombe (Nueva York, 1953), pp. 31-36. dimiento de denominación que subraya. Por consiguien-
Sin embargo, Wittgenstein no dice casi nada sobre el te, parte del punto que sigue no puede atribuírsele.
v^ •—/

84 PRIORIDAD DE LOS PARADIGMAS


PRIORIDAD DE LOS PARADIGMAS 85
diversos problemas y técnicas de investigación mió, indicando algunas de-las razones para creer
que surgen dentro de una única tradición de que los paradigmas funcionan realmente en esa
ciencia normal. Lo que tienen en común no es forma. La primera, que ya hemos examinado de
que satisfagan algún conjunto explícito, o incluso manera bastante detallada, es la gran dificultad
totalmente descubrible, de reglas y suposiciones para descubrir las reglas que han guiado a las
que da a la tradición su carácter y su vigencia tradiciones particulares de la ciencia normal. Esta
para el pensamiento científico. En lugar de ello dificultad es casi la misma que la que encuentra
pueden relacionarse, por semejanza o por emula- el filósofo cuando trata de explicar qué es lo que
ción, con alguna parte del cuerpo científico que tienen en común todos los juegos. La segunda,
la comunidad en cuestión reconozca ya como de la que la primera es realmente un corolario,
una de sus realizaciones establecidas. Los cien- tiene sus raíces en la naturaleza de la educación
tíficos trabajan a partir de-modelos adquiridos científica. Como debe ser obvio ya, los científicos
por medio de la educación y de la exposición sub- nunca aprenden conceptos, leyes y teorías en
siguiente a la literatura, con frecuencia sin cono- abstracto y por sí mismos. En cambio, esas he-
cer del todo o necesitar7 conocer qué característi- rramientas intelectuales las^encuentran desde un
cas les han dado a esos modelos su status de pa- principio en una unidad_ histórica y .pedagógica:
radigmas de la comunidad. Por ello, rio necesitan mente anterior que las presenta con sus aplica-
un conjunto completo de reglas. La coherencia ciones y a través de ellas. Una_nueyí_teoría se
mostrada por la tradición de la investigación de anuncia siempre, junto cpn_^jyLcaciones a cierto
la que participan, puede no implicar siquiera la rálígo~cbncreto de fenómenos naturales; sin ellas,
existencia de un cuerpo básico de reglas y supo- ni siquiera podría esperar ser aceptada. Después
siciones que pudiera descubrir una investigación
filosófica o histórica adicional. El hecho de que de su aceptación, esas mismas aplicaciones u otras
los científicos no pregunten o discutan habitual- acompañarán a la teoría en los, libros,. de._ texto
mente lo que hace_que,un,problema particular de donde_ aprenderán .su profesión los futuros
o una solución ^sean.aceptable^, nos inclina a su- científicos. No se encuentran allí como mero
poner que, al menos intuitivamente, conocen la adorno, ni siquiera como documentación. Por el
respuesta. Pero puede indicar sólo que no le pa- contrario, el proceso de aprendizaje de una teo-
recen importantes para su investigación ni la pre- ría depende del estudio de sus aplicaciones, in-
gunta ni la respuesta. Los paradigmas pueden ser cluyendo la práctica en la resolución de proble-
anteriores, más inflexibles y completos que cual- mas, tanto con un lápiz y un papel como con
quier conjunto de reglas para la investigación instrumentos en el laboratorio. Por ejemplo, si
que pudiera abstraerse inequívocamente de ellos. el estudiante dé la dinámica de Newton descubre
Hasta ahora, hemos desarrollado este tema des- alguna vez el significado de términos tales como
de un punto de vista totalmente teórico: los para- 'fuerza', 'masa', 'espacio' y 'tiempo', lo hace me-
ex digmas podrían determinar la ciencia normal sin
intervención de reglas descubribles. Trataré aho-
nos a partir de las definiciones incompletas, aun-
que a veces útiles, de su libro de texto, que por
ra de aumentar tanto su claridad como su apre- medio de la observación y la participación en la
86 PRIORIDAD DE LOS PARADIGMAS PRIORIDAD DE LOS PARADIGMAS 87

aplicación de esos conceptos a la resolución de consiguiente, las reglas deben hacerse importan-
problemas. tes y desaparecer la despreocupación caracterís-
Ese proceso de aprendizaje por medio del es- tica hacia ellas, siempre que se sienta que los
tudio y de la práctica continúa durante todo pi paradigmas o modelos son inseguros. Además,
proceso de iniciación procesional. Cuando el es- es eso lo que sucede exactamente. El periodo an-
tudiante progresa de su primer año de estudios terior al paradigma sobre todo, está marcado re-
hasta la tesis de doctorado y más allá, los pro- gularmente por debates frecuentes y profundos
blemas que le son asignados van siendo cada vez sobre métodps, problemas y normas de soluciones
más complejos y con menos precedentes; pero aceptables, aun "cuando esas discusiones sirven
continúan siguiendo de cerca al modelo de las más para formar escuelas que para producir acuer-
realizaciones previas, como lo continuarán siguien- dos. Ya hemos presentado unos cuantos de esos
do los problemas que normalmente lo ocupen du- debates en la óptica y la electricidad y desem-
rante su subsiguiente carrera científica indepen- peñaron un papel todavía más importante en el
diente. Podemos con toda libertad suponer que desarrollo de la química en el siglo xvn y de la
en algún momento durante el proceso, el cientí- geología en el xix.3 ^or_otra parte, esos debates
fico intuitivamente ha abstraído reglas del juego no desaparecen de una vez por TEódá's""cuándó~sür-
para él mismo, pero no hay muchas razones para ge'un paradigma. Aunque casi no existen durante
creer eso. Aunque muchos científicos hablan con los periodos de ciencia normal, se presentan regu-
facilidad y brillantez sobre ciertas hipótesis indi- larmente poco antes de que se produzcan las
viduales que soportan alguna fracción concreta revoluciones científicas y en el curso de éstas,
de investigación corriente, son poco mejores que los periodos en los que los paradigmas primero
los legos en la materia para caracterizar las bases se ven atacados y más tarde sujetos a cambio.
establecidas de su campo, sus problemas y sus La transición de la mecánica de Newton a la me-
métodos aceptados. Si han aprendido alguna vez cánica cuántica ^provocó muchos debates tanto
esas abstracciones, lo demuestran principalmente sobré la naturaleza como sobre las normas de la
por medio de su habilidad para llevar a cabo in- física, algunos de los cuales continúan todavía
vestigaciones brillantes. Sin embargo, esta habi- en la actualidad.4 Todavía viven .personas que
lidad puede comprenderse sin recurrir a hipotéti- pueden recordar las discusiones similares engen-
cas reglas del juego.
Estas consecuencias de la educación científica 3 Sobre la química, véase: Les doctrines chimiques en
tienen una recíproca que proporciona una ter- France du debut du xvne á la -fin du xvme siécle, de H.
cera razón para suponer que los paradigmas guían Metzger (París, 1923), pp. 24-27, 146-149; y Roben Boyte
la investigación tanto como modelos directos and Seventeenth-Century Chemisíry, de Mane Boas (Cam-
como por medio de reglas abstraídas. La ciencia bridge, 1958), capítulo n. Sobre la geología, véase: '"The
Uniformitarian-Catastrophist Debate", de Walter F. Can-
normal puede seguir adelante sin reglas sólo en non, /sis, LI (1960), 38-55; y Génesis and Geoíogy, de C. C.
tanto la comunidad científica pertinente acepte Gillispie (Cambridge, Mass., 1951), caps. rv-v.
sin discusión las soluciones de los problemas par- 4 Con respecto a las controversias sobre la mecánica

ticulares que ya se hayan llevado a cabo. Por cuántica, véase: La crise de la physique quantique, de
Jean Ullmo (París, 1950), cap. n.
88 PRIORIDAD DE LOS PARADIGMAS PRIORIDAD DE LOS PARADIGMAS 89

dradas por la teoría electromagnética de Maxwell el descubrimiento de un fenómeno nuevo e ines-


y por la mecánica estadística.5 Y antes aún, la perado puede ser revolucionario. En la sección
asimilación de las mecánicas de Galileo y New- siguiente presentaremos revoluciones selecciona-
ton dio lugar a una serie de debates particular- das de ese tipo y todavía no está muy claro
mente famosa con los aristotélicos, los cartesia- cómo pueden existir. Si la ciencia normal es tan
nos y los leibnizianos sobre las normas legítimas rígida y si las comunidades científicas están tan
de la ciencia.6 Cuando los científicos están en estrechamente unidas como implica la exposición
desacuerdo respecto a si los problemas funda- anterior, ¿cómo es posible que un cambio de pa-
mentales de su campo han sido o no resueltos, la radigma afecte sólo a un pequeño subgrupo? Lo
búsqueda de reglas adquiere una función que que hasta ahora se ha dicho, puede haber pare-
ordinariamente no tiene. Sin embargo, mientras cido implicar que la ciencia normal es una em-
continúan siendo seguros los paradigmas, pue- presa única, monolítica y unificada, que debe sos-
den funcionar sin acuerdo sobre la racionaliza- tenerse o derrumbarse tanto con cualquiera de
ción o sin ninguna tentativa en absoluto de ra- sus paradigmas como con todos ellos juntos. Pero
cionalización. evidentemente, la ciencia raramente o nunca es
Podemos concluir esta sección con una cuarta de ese tipo. Con frecuencia, viendo todos los cam-
razón para conceder a los paradigmas un status pos al mismo tiempo, parece más bien una es-
anterior al de las reglas y de los supuestos com- tructura desvencijada con muy poca coherencia
partidos. En la introducción a este ensayo se entre sus diversas partes. Sin embargo, nada de
sugiere que puede haber revoluciones..tanto .gran- lo dicho hasta este momento debería entrar en
des como pequeñas, que algunas revoluciones conflicto con esa observación tan familiar. Por
afectan sólo a los miembros de una subespecia- el contrario, sustituyendo los paradigmas por re-
lidad profesional y que, para esos grupos, incluso glas podremos comprender con mayor facilidad
la diversidad de los campos y las especialidades
5 Sobre la mecánica estadística, véase: La théorie physi- científicas. Las reglas explícitas, cuando existen,
•que au sens de Boltzmann et ses prolongements modernes, son generalmente comunes a un grupo, científico
de Rene Rugas (Neuchátel, 1959), pp. 158-84, 206-19. Sobre
la recepción del trabajo de Maxwell, véase: "Maxwell's muy amplio; er ,no _ _
Influence in Germany", de Max Planck, en James Clerk de los paradigmas. Quienes practican en campos
Maxwell: A Commemoration Volume, 1831-1931 (Cam- muy separados, por ejemplo, la _astrpnomía_y_la.
bridge, 1931), pp. 45-65, sobre todo las pp. 58-63; y The
Lile oi William Thompson Barón Kelvin of Largs, de Sil- botánica jtaxonómica, s_ejeducán _a_trayjés..jdeL es.-
vanus P. Thompson (Londres, 1910), n, 1021-27. tudio de logros'ínüy distintos .descñtos,.en_libros,
« Como ejemplo de la lucha con los aristotélicos, véase: á^jojutameñté"~diferénfes. Incluso los hombres
"A Documentary History of the Problem of Fall from que se encuentran en él mismo campo o en otros
Kepler to Newton", de A. Koyré, Transactions of the campos estrechamente relacionados y que co-
American Philosophical Society, XLV (1955), 329-95. Con
respecto a los debates con los cartesianos y los leibnizia- mienzan estudiando muchos de los mismos libros
nos, véase: L'introduction des théories de Newton en y de los mismos logros pueden, en el cu£so de_su
f ranee au xvme siécle, de Fierre Brunet (París, 1931); y especializaron^ profejsi^nj^jid^^
From the Closed World to the Infinite Vniverse, de A.
Koyré (Baltimore, 1957). can. xi. muy~ diferentes]. ~~ " """*"" ~~"" """—*
C r c_ r <" c r ( < < , . v ,
PRIORIDAD DE LOS PARADIGMAS 91
90 PRIORIDAD DE LOS PARADIGMAS
tendrá que extenderse necesariamente__a todas las
Examinemos, para dar un solo ejemplo, la co- demás.
munidad amplia y diversa que constituyen todos 'Una breve ilustración del efecto de la especia-
los científicos físicos. A cada uno de los miem- lización podría dar a toda esta serie de puntos
bros de ese grupo se le enseñan en la actualidad una fuerza adicional. Un investigador que espe-
las leyes de, por ejemplo, la mecánica cuántica, raba aprender algo sobre lo que creían los cien-
y la mayoría de ellos emplean esas leyes en algún tíficos qué era la \teoria atómica) les preguntó a
momento de sus investigaciones o su enseñanza. un físico distinguido y a un químico eminente
Pero no todos .ellos aprenden las mismas aplica_- si un átomo simple de helio era o nó'una molécu-
ciones"de"esas.leyes y, por consiguiente, no son la. Ambos respondieron sin vacilaciones, pero sus
afectados de la misma forma por los cambios de respuestas no fueron idénticas. Para el químico,
la mecánica cuántica, en la práctica. En el curso el átomo de helio era una molécula, puesto que
de la especialización profesional, sólo unos cuan- se comportaba como tal con respecto a la teoría
tos científicos físicos se encuentran con los prin- cinética de los gases. Por la otra parte, para el
cipios básicos de la mecánica cuántica. Otros físico, el átomo de helio no era una molécula,
estudian detalladamente las aplicaciones del pa- ya que no desplegaba un espectro molecular.7
radigma de esos principios a la química, otros Puede suponerse que ambos hombres estaban ha-
más a la física de los sólidos, etc. Lo que la blando de la misma partícula; pero se la repre-
mecánica cuántica signifique para cada uno de sentaban a través de la preparación y la práctica
ellos dependerá de los cursos que haya seguido, de investigación que les era propia. Su expe-
los libros de texto que haya leído y los periódicos riencia en la resolución de problemas les decía
' que estudie. De ello se desprende que, aun cuan- lo que debía ser una molécula. Indudablemente,
do un cambio de la ley de la mecánica cuántica sus experiencias habían tenido mucho en común;
sería revolucionario para todos esos grupos, un pero, en este caso, no les indicaban exactamente
cambio que solo se refleja en alguna de las apli- lo mismo a los dos especialistas. Conforme avan-
caciones" deL paradigma de la mecánica cuántica cemos en el estudio de este tema, iremos descu-
sólo debe, resultar revolucionario para los- miem- briendo cuántas consecuencias pueden ocasional-
bros de una" subespecialidad, profesional, deter- mente tener las diferencias de paradigma de
minádaTPárá él resto de la profesión y para quie-
nes practican otras ciencias físicas, ese cambio este tipo.
no necesitará ser revolucionario en absoluto. En
resumen, aunque la mecánica cuántica (o la di-
námica de Newton o la teoría electromagnética)
es un paradigma para muchos grupos científicos,
nojesjl mismo paradigma para todos .ellos.; pue- 7 El investigador era James K. Sénior, con quien es-
He, por consiguiente, determinar simultáneamente toy en deuda por un informe verbal. Algunos puntos
relacionados son estudiados en su obra: "The Vernacular
varias tradiciones de ciencia normal que, sin ser of the Láboratoi-y", Philosophy of Science, xxv (1958),
coexteSsívas; coinciden."Una^revolució^produ^ 163-68.
de, esasjtradiciones-no
148 LA RESPUESTA A LA CRISIS

deja ya de estar calificada. En esta sección y


en las dos anteriores del ensayo hemos enunciado
numerosos criterios de una quiebra de la activi* IX. NATURALEZA Y NECESIDAD DE LAS
dad científica normal, criterios que no dependen REVOLUCIONES CIENTÍFICAS
en absoluto de si a esa quiebra sigue o no una
revolución. Al enfrentarse a anomalías o a crisis, ESTAS observaciones nos permiten finalmente
los científicos adoptan una actitud diferente ha- considerar los problemas que dan título a este
cia los paradigmas existentes y en consecuencia, ensayo. ¿Qué son las revoluciones científicas y
la naturaleza de su investigación cambia. La pro- cuál es su función en el desarrollo científico?
liferación de articulaciones en competencia, la Gran parte de la respuesta a esas preguntas ha
disposición para ensayarlo todo, la expresión del sido anticipada ya en secciones previas. En par-
descontento explícito, el recurso a la filosofía y ticular, la discusión anterior ha indicado que las
el debate sobre los fundamentos, son síntomas revoluciones científicas se consideran aquí como v cr
de una transición de la investigación normal a la aquellos episodios de desarrollo no acumulativo en
no-ordinaria. La noción de la ciencia normal de- que un antiguo paradigma es reemplazado, com-
pende más de su existencia que de la de las re- pletamente o en parte, por otro nuevo e incom-
voluciones. patible. Sin embargo, hay mucho más que decir
al respecto y podemos presentar una parte de ello
mediante una pregunta más. ¿Por qué debe lla-
marse revolución a un cambio de paradigma?
Frente a las diferencias tan grandes y esenciales
entre el desarrollo político y el científico, ¿qué
paralelismo puede justificar la metáfora que en-
cuentra revoluciones en ambos?
Uno de los aspectos del paralelismo debe ser
ya evidente. Las reyolucione5-poHticas se inician
por medio de un sentimiento, cada vez mayor,
restringido frecuentemente a una fracción de la
comunidad política, de que las^ instituciongs exis-
tentes han_ cesado jie_satisfacer_ adecuadamente
los problemas planteados por el medio ambiente
que han contribuido en parte a crear. De ma-
nera muy similar, las revokicjon^^eiiííficasjse.
inician con un sentimiento creciente, también a
menudo restringido a una estrecha subdivisión,
de la comunidad científica, de que un paradigma
existente ha dejado de_funcKmaf "adecuadamente
en la exploración "de un aspecto de la naturaleza,
150 NATURALEZA DE LAS REVOLUCIONES NATURALEZA DE LAS REVOLUCIONES 151

hacia el cual, el mismo paradigma había previa- abandono parcial de un conjunto de instituciones
mente mostrado el camino. Tanto en el desarro- erTfavbr de otro y, mientras tanto, la sociedad no
llo político como en el científico, el sentimiento es gobernada "completamente por ninguna insti-
de mal funcionamiento que puede conducir a la tución. Inicialmente, es la crisis sola la que ate-
crisis es un requisito previo, para la revolución. núa el papel de las instituciones políticas, del
Además, aunque ello claramente fuerza la metáfo- mismo modo, como hemos visto ya, que atenúa
ra, este paralelismo es no sólo válido para los el papel desempeñado por los paradigmas. En
principales cambios de paradigmas, como los atri- números crecientes, los individuos se alejan cada
buibles a Copérnico o a Lavoisier, sino también véz~*rnás de la vida política y se comportanJde
para los mucho más pequeños, .asociados a la manera cada^ vez mas "excéntrica en su interior.
asimilación de un tipo nuevo de fenómeno, como Luego, ajjtiacerse más profunda la crisis, muchos
el oxígeno o los rayos X. Las revoluciones cien- de esos individuos se comprometen^ con alguna
tíficas, como hicimos notar al final de la Sec- proposición concreta para la reconstrucción de
ción V, sólo necesitan parecerles revolucionarias la sociedad en una nueva estructura institucio-
a aquellos cuyos paradigmas sean afectados por nal. En este punto, la sociedad se divide en cam-
ellas. Para los observadores exteriores pueden pos ó partidos enfrentados, uno de los cuales
parecer, como las revoluciones balcánicas de co- trata de defender el cuadro de instituciones anti-
mienzos del siglo xx, partes normales del proceso guas, mientras que los otros se esfuerzan en esta-
de desarrollo. Los astrónomos, por ejemplo, po- blecer otras nuevas. Y, una vez que ha tenido
dían aceptar los rayos X como una adición simple lugar esta polarización, el recurso"político fracasa.
al conocimiento, debido a que sus paradigmas Debido 'á" que "tienen diferencias" con respecto a
no fueron afectados por la existencia de la nueva la matriz institucional dentro de la que debe
radiación. Pero, para hombres como Kelvin, Cro- tener lugar y evaluarse el cambio político, debido
okes y Roentgen, cuyas investigaciones trataban a que no reconocen ninguna estructura suprains-
de la teoría de la radiación o de los tubos de titucional para dirimir las diferencias revolucio-
rayos catódicos, la aparición de los rayos X vio- narias, lasjpartes de_ un conflicto revolucionario
ló, necesariamente, un paradigma, creando otro. deben recurrir, finalmente, a las técnicas de perr
Es por eso por lo que dichos rayos pudieron ser suasión de las masas, incluyendo frecuentemente
descubiertos sólo debido a que había algo que no eí empleo cíe la. fuerza. Aunque las revoluciones
iba bien en la investigación normal. tienen una funcién_yital en la evolución de las
Este aspecto genético del paralelo entre el des- instituciones políticas, esa función depende de
arrollo político y el científico no debería ya dejar que sean sucesos parcialmente extrapolíticos o
lugar a dudas. Sin embargo, dicho paralelo tiene extrainstitucionales.
,--un segundo aspecto, más profundo, del que de- El resto de este ensayo está dedicado a demos-
- pende la importancia del primero. La_sjrevolucich_ trar que el estudio histórico del cambio de para-
^ políticas tienden a_ cambiar„ Jas_instituciones
_ digma revela características, muy similares .en. la
gohticas_ en_ modos quejesas mismas institucio- evolución .dejas ciencias. Como la elección entre
nes prohiben. T?oT consiguiente, su éxito "exige el instituciones políticas que compiten entre sí, la
152 NATURALEZA DE LAS REVOLUCIONES NATURALEZA DE LAS REVOLUCIONES 153

elección entre paradigmas en competencia resulta grupos muy especiales que constituyen la comu-
una e|eccjón^entr(^'modbs/iñcbmpa"tiblés de vida nidad de científicos.
de la comunidad. Debido a que tiene ese carác- Para descubrir por qué la cuestión de la elec-
ter, la elección no está y no puede estar determi- ción de paradigma no puede resolverse nunca de.
nada sólo por los procedimientos de evaluación manera inequívoca sólo mediante la lógica y la
característicos de la ciencia normal, pues éstos experimentación, debemos examinar brevemente
dependen en parte de un paradigma particular, la naturaleza de las diferencias que separan a los
y dicho paradigma es discutido. Cuando los para- partidarios de un paradigma tradicional de sus
digmas entran, como deben, en un debate sobre sucesores revolucionarios. Este examen es el ob-
la elección de un paradigma, su función es nece- jeto principal de esta sección y de la siguiente.
sariamente circular. Para argüir en la defensa de Sin embargo, hemos señalado ya numerosos ejem-
ese paradigma cada grupo utiliza su propio pa- plos de tales diferencias, y nadie pondrá en duda
radigma. que la historia puede proporcionar muchos otros.
Por supuesto, la circularidad resultante no hace De lo que hay mayores probabilidades de poner
que los argumentos sean erróneos, ni siquiera en duda que de su existencia —y que, por consi-
inefectivos. El hombre que establece como pre- guiente, deberá tomarse primeramente en consi-
misa un paradigma, mientras arguye en su de- deración—, es de que tales ejemplos proporcionan
fensa puede, no obstante, proporcionar una mues- información esencial sobre la naturaleza de la
tra clara de lo que será la práctica científica para ciencia. Dando por sentado que el rechazo del
quienes adopten la nueva visión de la naturaleza. paradigma ha sido un hecho histórico, ¿ilumina
Esa muestra puede ser inmensamente persuasiva algo más que la credulidad y la confusión huma-
y, con frecuencia, incluso apremiante. Sin em- nas? ¿Hay razones intrínsecas por las cuales la
bargo, sea cual fuere su fuerza, el status del argtt- asimilación de un nuevo tipo de fenómeno o de
mentp_circular^es sólo el_jde la persuasión. Ño una nueva teoría científica deba exigir el rechazo
de un paradigma más antiguo?
puede hacerse apremiante, lógica ni probable- Nótese, primeramente, que si existejí esas ra-
mente, para quienes rehusan entrar en el círculo. zones, no se derivan de la estructuraJógica del
Las premisas y valores compartidos por las dos conocimiento científico. En principio, podría sur-
partes de un debate sobre paradigmas no son gir un nuevo fenómeno sin reflejarse de manera
suficientemente amplios para ello. Como en las destructiva sobre parte alguna de la práctica cien-
revoluciones políticas sucede en la elección de tífica pasada. Aunque el^ descubrimiento de vida
un paradigma: no hay ninguna norma más ele- en la Luna destruiría paradigmas hoy .existentes
vada que la aceptación de la comunidad perti- (que nos indican cosas sobre la Luna que pare-
nente. Para descubrir cómo se llevan a cabo las cen incompatibles con la existencia de vida en el
revoluciones científicas, tendremos, por consi- satélite), el descubrimiento, cíe vida engalgan lu-
guiente, "qué "examinar no sólo el efecto de la na- gar menos conocido de la galaxia no lo_haría. Por
turaleza y la lógica, sino también las Jtécnicas de la misma razón, una teoría nueva no tiene por
argumentación persuasiva, efectivas dentro de los qué entrar en conflictos con cualquiera de sus
154 NATURALEZA DE LAS REVOLUCIONES NATURALEZA DE LAS REVOLUCIONES 155

predecesoras. Puede tratar exclusivamente dejfe- trucción hecha por la mente directamente sobre
nómenos no conocídós"previamerifé, como es el datos sensoriales no elaborados. Y en la Sec-
"caso de la teoría cuántica que trata (de manera ción XI examinaremos el fuerte apoyo propor-
significativa, no exclusiva) de fenómenos subató- cionado al mismo esquema historiográfico por las
micos desconocidos antes del siglo xx. O también, técnicas de pedagogía efectiva de la ciencia. Sin
lajnueva teoría podría ser simplemente de _un embargo, a pesar de la enorme plausibilidad de
nivel másRelevado que las conocidas hasta ahora, esta imagen ideal, hay cada vez más razones para
"agrupando todo un grupo de teorías de nivel más preguntarse si es posible que sea una imagen de
bajo sin modificar sustancialmente a ninguna de la ciencia. Después del período anterior al pa-
ellas. Hoy en día, la teoría de la conservación radigma, la asimilación de todas las nuevas teo-
de la energía proporciona exactamente ese enla- rías y de casi todos los tipos nuevos de fenómenos
ce entre la dinámica, la química, la electricidad, ha exigido, en realidad, la destrucción de un para-
la óptica, la teoría térmica, etc. Pueden conce- digma anterior y un conflicto consiguiente entre
birse todavía otras relaciones compatibles entre escuelas competitivas de pensamiento científico.
las teorías antiguas y las nuevas. Todas y cada La adquisición acumulativa cíe novedades no pre-
una de ellas podrían ilustrarse por medio del pro- vistas resulta una excepción casi inexistente a la
ceso histórico a través del que se ha desarrollado regla del desarrollo científico. El hombre que
la ciencia. Si lo fueran, el desarrollo científico tome en serio los hechos históricos deberá sospe-
sería genuinamente acumulativo. Los nuevos tipos char que la ciencia no tiende al ideal que ha
de fenómenos mostrarían sólo el orden en _ un forjado nuestra imagen de su acumulación. Quizá
aspecto de la naturaleza en donde no se hubiera sea otro tipo de empresa.
observado antes. En la evolución de la ciencia, Sin embargo, si los hechos que se oponen pue-
los conocimientos nuevos reemplazarían a la igrio- den llevarnos tan lejos, una segunda mirada al
rancia,"en lugar~~de"féémplázáf a otros conoci- terreno que ya hemos recorrido puede sugerir
mientos de tipo distinto e incompatible. que la adquisición acumulativa de novedades no
Por supuesto, la ciencia (o alguna otra empre- sólo es en realidad rara, sino también en princi-
sa, quizá menos efectiva) podría haberse desarro- pio, improbable. La investigación normal que es
llado en esa forma totalmente acumulativa. Mu- acumulativa, debe^su éxito a la habilidad de los
cha gente ha creído que eso es 10 que ha sucedido científicos para seleccionar regularmente proble-
y muchos parecen suponer todavía que la acumu- mas que pueden resolverse con técnicas concep-
lación es, al menos, el ideal que mostraría el tuales e instrumentales vecinas" a las"ya existen-
desarrollo histórico si no hubiera sido distorsio- tes. (Por eso una preocupación excesiva por los
nado tan a menudo por la idiosincrasia humana. problemas útiles sin tener en cuenta su relación
Hay razones importantes para esta creencia. En con el conocimiento y las técnicas existentes,
la Sección X descubriremos lo estrechamente que puede con tanta facilidad inhibir el desarrollo
se confunde la visión de la ciencia como acu- científico). Sin embargo, el hombre que se es-
mulación con una epistemología predominante fuerza en resolver un problema definido por los
que considera que el conocimiento es una cons- conocimientos y las técnicas existentes, no se li-
156 NATURALEZA DE LAS REVOLUCIONES NATURALEZA DE LAS REVOLUCIONES 157
mita a mirar en torno suyo. Sabe qué es lo que yor parte del tiempo; pero estas investigaciones
desea lograr y diseña sus instrumentos y dirige están encaminadas a la articulación de los para-
sus pensamientos en consecuencia. La novedad digmas existentes más que a la creación de otros
inesperada, el nuevo descubrimiento, pueden sur- nuevos. Sólo cuando fallan esos esfuerzos de ar-
gir sólo en la medida en que sus anticipaciones ticulación encuentran los científicos el tercer tipo
sobre la naturaleza y sus instrumentos resulten de fenómenos, las anomalías reconocidas cuyo
erróneos. Con frecuencia, la importancia del des- rasgo característico es su negativa tenaz a ser
cubrimiento resultante será proporcional a la asimiladas en los paradigmas existentes. Sólo este
amplitud y a la tenacidad de la anomalía que tipo;produce nuevas teorías. Los paradigmas pro-
lo provocó. Así pues, es evidente que debe haber porcionan a todos los fenómenos, excepto las
un conflicto entre el paradigma que descubre una anomalías, un lugar determinado por la teoría
anomalía y el que, más tarde, hace que la ano- en el campo de visión de los científicos.
malía resulte normal dentro de nuevas reglas. Pero si se adelantan nuevas teorías para resol-
Los ejemplos de descubrimientos por medio de ver anomalías en la relación entre una teoría
la destrucción de un paradigma que mencionamos existente y la naturaleza, la nueva teoría que
en la Sección VI no nos enfrentan a un simple tenga éxito deberá permitir ciertas predicciones
accidente histórico. No existe ningún otro modo que sean diferentes de las derivadas de su prede-
efectivo en que pudieran generarse los descubri- cesora. Esta diferencia podría no presentarse si
mientos. las dos teorías fueran lógicamente compatibles.
El mismo argumento se aplica, de manera to- En el proceso de su asimilación, la segunda de-
davía más clara, a la invención de nuevas teorías. berá desplazar a la primera. Incluso una teoría
En principio, hay sólo tres tipos de fenómenos como la de la conservación de la energía, que
sobre los que puede desarrollarse una nueva teo- hoy en día parece una superestructura lógica
ría. El primero comprende los fenómenos que ya que se relaciona con la naturaleza sólo por medio
han sido bien explicados por los paradigmas exis- de teorías independientemente establecidas, no
tentes y que raramente proporcionan un motivo se desarrolló históricamente sin destrucción de
o un punto de partida para la construcción de paradigma. En lugar de ello, surgió de una cri-
una nueva teoría. Cuando lo hacen, como en el sis en la que un elemento esencial fue la incom-
caso de las tres famosas predicciones que analiza- patibilidad entre la dinámica de Newton y cier-
mos al final de la sección VII, las teorías resultan- tas consecuencias recientemente formuladas de
tes son raramente aceptadas, ya que la naturaleza la teoría calórica. Sólo después del rechazo de la
no proporciona terreno para la discriminación. teoría calórica podía la conservación de la ener-
Una segunda clase de fenómenos comprende aque- gía llegar a ser parte de la ciencia.1 Y sólo des-
llos cuya naturaleza es indicada por paradigmas pués de ser parte de la ciencia durante cierto
existentes, pero cuyos detalles sólo pueden com- tiempo, podía llegar o parecer una teoría de un
prenderse a través de una articulación ulterior
de la teoría. Éstos son los fenómenos a los que i Silvanus P. Thomson, Life of William Thomson Barón
dirigen sus investigaciones los científicos, la ma- Kehñn nf Largs (Londres, 1910); I, 266-81.
153 NATURALEZA DE LAS REVOLUCIONES NATURALEZA DE LAS REVOLUCIONES 159

tipo lógicamente más elevado, que no estuviera taria.2 Por consiguiente, debemos examinar las
en conflicto con sus predecesoras. Es difícil ver objeciones más importantes que se le hacen.
cómo pueden surgir nuevas teorías sin esos cam- La sustancia de esas objeciones puede desarro-
bios destructores en las creencias sobre la natu- llarse como sigue. La dinámica relativista no pue-
raleza. Aunque la inclusión lógica continúa sien- de haber demostrado que la de Newton fuera
do una visión admisible de la relación entre teorías errónea, debido a que esta última es usada toda-
científicas sucesivas, desde el punto de vista his- vía, con muy buenos resultados, por la mayoría
tórico no es plausible. de los ingenieros y, en ciertas aplicaciones selec-
Creo que hace un siglo hubiera sido posible cionados, por muchos físicos. Además, lo apro-
dejar en este punto el argumento en pro de la piado del empleo de la teoría más antigua puede
necesidad de las revoluciones. Pero, desgraciada- probarse a partir de la misma teoría moderna
mente, hoy en día no puede hacerse eso, debido que, en otros aspectos, la ha reemplazado. Puede
a que la visión del tema antes desarrollado no utilizarse la teoría de Einstein para demostrar
puede mantenerse si se acepta la interpretación que las predicciones de las ecuaciones de Newton
serán tan buenas como nuestros instrumentos de
contemporánea predominante de la naturaleza y medición en todas las aplicaciones que satisfa-
la función do la teoría científica. Esta interpre- gan un pequeño número de condiciones restric-
tación, asociada estrechamente con el positivismo tivas. Por ejemplo, para que la teoría de Newton
lógico inicial y que no ha sido rechazada categó- proporcione una buena solución aproximada, las
ricamente por sus sucesores, restringiría el al- velocidades relativas de los cuerpos estudiados
cance y el significado de una teoría aceptada, de deberán ser pequeñas en comparación con la ve-
tal modo que no pudiera entrar en conflicto locidad de la luz. Sujeta a esta condición y a
con ninguna teoría posterior que hiciera pre- unas cuantas más, la teoría de Newton parece ser
dicciones sobre algunos de los mismos fenómenos deducible de la de Einstein, de la que, por consi-
"naturales. guiente, es un caso especial.
El argumento mejor conocido y más fuerte Pero, añade la misma objeción, ninguna teoría
a favor de esta concepción restringida de una puede entrar en conflicto con uno de sus casos
teoría científica surge en discusiones sobre la especiales. Si la ciencia de Einstein parece con-
relación entre la dinámica contemporánea de firmar que la dinámica newtoniana es errónea,
Einstein y las ecuaciones dinámicas, más anti- ello se debe solamente a que algunos newtonia-
guas, que descienden de los Principia de Newton. nos fueron tan incautos como para pretender
Desde el punto de vista de este ensayo, esas que la teoría de Newton daba resultados" absolu-
dos teorías son fundamentalmente incompatibles tamente precisos o que era válida a velocidades
en el sentido ilustrado por la relación de la astro- relativas muy elevadas. Puesto que no pudieron
nomía de Copérnico con la de Tolomeo: sólo disponer de ninguna evidencia para confirmarlo,
puede aceptarse la teoría de Einstein reconocien-
do que la de Newton estaba equivocada. En la 2 Véanse, por ejemplo, las observaciones de P. P. Wie-
actualidad, esta opinión continúa siendo minori- ner, en Philosophy of Science, XXV (1958), 298.
160 NATURALEZA DE LAS REVOLUCIONES NATURALEZA DE LAS REVOLUCIONES 161

traicionaron las normas de la ciencia al hacerlo. del flogisto hubieran pretendido explicar median-
Hasta donde la teoría de Newton ha sido una te su teoría, no habría sido'posible atacarla nun-
verdadera teoría científica apoyada en pruebas ca. Un argumento similar sería suficiente para
válidas, todavía lo es. Sólo las pretensiones ex- cualquier teoría que alguna vez haya tenido éxi-
travagantes sobre la teoría —que nunca forma- to en su aplicación a cualquier conjunto de fe-
ron realmente parte de la ciencia— pudieron, de nómenos.
acuerdo con la teoría de Einstein, mostrarse Pero, para salvar en esta forma a las teorías,
erróneas. Eliminando esas extravagancias pura- deberá limitarse su gama de aplicación a los fe-
mente humanas, la teoría de Newton no ha sido nómenos y a la precisión de observación de que
puesta en duda nunca y no puede serlo. tratan las pruebas experimentales que ya se ten-
Alguna variante de este argumento es amplia- gan a mano.4 Si se lleva un paso más adelante
mente suficiente para hacer que cualquier teoría (y es difícil no dar ese paso una vez dado el pri-
que haya sido empleada alguna vez por un grupo mero), esa limitación prohibe a los científicos la
significativo de científicos competentes, sea in- pretensión de hablar "científicamente" sobre fe-
mune a los ataques. La tan calumniada teoría del nómenos que todavía no han sido observados.
flogisto, por ejemplo, explicaba gran número de Incluso en su forma actual, la restricción pro-
fenómenos físicos y químicos. Explicaba por qué hibe al científico basarse en una teoría en sus
ardían los cuerpos —eran ricos en flogisto— y propias investigaciones, siempre que dichas inves-
por qué los metales tenían más propiedades en tigaciones entren a un terreno o traten de obtener
común que sus minerales. Los metales estaban un grado de precisión para los que la práctica
compuestos todos por diferentes tierras elemen- anterior a la citada teoría no ofrezca precedentes.
tales combinadas con flogisto, y este último, co- Lógicamente, esas prohibiciones no tienen excep-
mún a todos los metales, producía propiedades ciones ; pero el resultado de aceptarlas sería el fin
comunes. Además, la teoría del flogisto explicaba de la investigación por medio de la que la cien-
numerosas reacciones en las que se formaban cia puede continuar desarrollándose.
ácidos mediante la combustión de sustancias ta- A esta altura, este punto también es virtual-
les como el carbono y el azufre. Explicaba asi- mente una tautología. Sin la aceptación de un
mismo, la disminución de volumen cuando tiene paradigma no habría ciencia normal. Además, esa
lugar la combustión en un volumen confinado de aceptación debe extenderse a campos y a grados
aire —el flogisto liberado por la combustión "es- de precisión para los que no existe ningún pre-
tropeaba" la elasticidad del aire que lo absorbía, cedente completo. De no ser así, el paradigma
del mismo modo como el fuego "estropea" la no podrá proporcionar enigmas que no hayan sido
elasticidad de un resorte de acero.3 Si esos fenó-
menos hubieran sido los únicos que los teóricos teoría del flogisto lo hace H. Metzger, en Newton, Stahl,
Boerhaave et la doctrine chimique (París, 1930), 2? Parte.
4 Compárense las conclusiones obtenidas por medio de
3 James B. Conant, Overthrow of the Phlogiston Thcory
(Cambridge, 1950), pp. 13-16; y J. R. Partington, A Short un tipo muy diferente de análisis, por R. B. Braithevvaite,
Hisíory of Chemistry (2? ed.; Londres, 1951), pp. 85-88. El Scienttfic Éxplanation (Cambridge, 1953), pp. 50-87, sobre
informe más completo y simpático sobre los logros de la todo la p. 76.
162 NATURALEZA DE LAS REVOLUCIONES NATURALliZA DE LAS REVOLUCIONES 163

todavía resueltos. Además, no sólo la ciencia cial, debemos añadir a los E¡, enunciados adicio-
normal depende de la aceptación de un paradig- nales, como (v/c > ) 2 «l, que restringen el alcance
ma. Si las teorías existentes sólo ligan a los cien- de los parámetros y las variables. Este conjunto
tíficos con respecto a las aplicaciones existentes, incrementado de enunciados es manipulado, a
no serán posibles las sorpresas, las anomalías o continuación, para que produzca un nuevo con-
las crisis. Pero éstas son precisamente las seña- junto, N-i, N...... Nm, que es idéntico, en la forma,
les que marcan el camino hacia la ciencia no- a las leyes de Newton sobre el movimiento, la
ordinaria. Si se toman literalmente las restric- ley de gravedad, etc. Aparentemente, la dinámica
ciones positivistas sobre la gama de aplicabilidad de Newton se deriva de la de Einstein, sometida
legítima de una teoría, el mecanismo que indica a unas cuantas condiciones que la limitan.
a la comunidad científica qué problemas pueden Sin embargo, la derivación es ilegítima, al me-
conducir a un cambio fundamental dejará de fun- nos hasta este punto. Aunque el conjunto Aff es
cionar. Y cuando esto tenga lugar, la comunidad un caso especial de las leyes de la mecánica rela-
inevitablemente regresará a algo muy similar al tivista, no son las leyes de Newton. O, al menos,
estad/) anterior al paradigma, condición en la que no lo son si dichas leyes no se reinterpretan de
todos los miembros practican la ciencia, pero un modo que hubiera sido imposible hasta des-
en la cual sus productos en conjunto se parecen pués de los trabajos de Einstein. Las variables y
muy poco a la ciencia. ¿Es realmente sorpren- parámetros que en la serie einsteiniana Et repre-
dente que el precio de un avance científico im- sentaban la posición espacial, el tiempo, la masa,
portante sea un compromiso que corre el riesgo etc., se presentan todavía en ./V{; y continúan
de ser erróneo? representando allí espacio, tiempo y masa einsíei-
Lo que es más importante, hay en la argumen- nianos. Pero las referencias físicas de esos con-
tación de los positivistas una reveladora laguna ceptos einsteinianos no son de ninguna manera
lógica que vuelve inmediatamente a presentarnos idénticos a las de los conceptos newtonianos que
la naturaleza del cambio revolucionario. ¿Puede llevan el mismo nombre. (La masa newtoniana
realmente derivarse la dinámica de Newton de la se conserva; la einsteiniana es transformable por
dinámica relativista? ¿Cómo sería esa deriva- medio de la energía. Sólo a bajas velocidades re-
ción? Imaginemos un conjunto de enunciados, Elt lativas pueden medirse ambas del mismo modo
E«..., En> que, en conjunto, abarcaran las leyes e, incluso en ese caso, no deben ser consideradas
de la teoría de la relatividad. Estos enunciados idénticas). A menos que cambiemos las defini-
contienen variables y parámetros que represen- ciones de las variables en NJ, los enunciados deri-
tan la posición espacial, el tiempo, la masa en vados no serán newtonianos. Si las cambiamos,
reposo, etc. A partir de ellos, con ayuda del apa- no podremos de manera apropiada decir que he-
rato de la lógica y la matemática, puede dedu- mos derivado las leyes de Newton, al menos no
cirse todo un conjunto de enunciados ulteriores, en cualquiera de los sentidos que se le reconocen
incluyendo algunos que pueden verificarse por actualmente al verbo "derivar". Por supuesto,
medio de la observación. Para probar lo apro- nuestra argumentación ha explicado por qué las
piado de la dinámica newtoniana como caso espe- leyes de Newton parecían ser aplicables. Al ha-
164 NATURALEZA DE LAS REVOLUCIONES
NATURALEZA DE LAS REVOLUCIONES 165
cerlo así ha justificado, por ejemplo, a un auto-
movilista que actúe como si viviera en un universo antes una transformación; Y la transformación
newtoniano. Una argumentación del mismo tipo sólo puede llevarse a cabo con las ventajas de
se utiliza para justificar la enseñanza por los agri- la visión retrospectiva, la guía explícita de la
mensores de la astronomía centrada en la Tierra. teoría más reciente. Además, incluso en el caso
Pero la argumentación no ha logrado todavía lo de que esa transformación fuera un dispositivo
que se proponía. O sea, no ha demostrado que legítimo que pudiera emplearse para interpretar
las leyes de Newton sean un caso limitado de las la teoría más antigua, el resultado de su aplica-
de Einstein, ya que al transponer el límite, no ción sería una teoría tan restringida que sólo
sólo han cambiado las formas de las leyes; simul- podría reenunciar lo ya conocido. A causa de su
táneamente, hemos tenido que modificar los ele- economía, esa reenunciación, podría resultar útil,
mentos estructurales fundamentales de que se pero no sería suficiente para guiar las investi-
compone el Universo al cual se aplican. gaciones.
Esta necesidad de cambiar el significado de Por consiguiente, demos ahora por sentado que
conceptos establecidos y familiares, es crucial en las diferencias entre paradigmas sucesivos son
el efecto revolucionario de la teoría de Einstein. necesarias e irreconciliables. ¿Podremos decir,
Aunque más sutil que los cambios del geocen- entonces, de manera más explícita cuáles son
trismo al heliocentrismo, del flogisto al oxígeno esos tipos de diferencias? El tipo más evidente
o de los corpúsculos a las ondas, la transforma- ha sido ilustrado ya repetidamente. Los paradig-
ción conceptual resultante no es menos decisiva- mas sucesivos nos indican diferentes cosas sobre
mente destructora de un paradigma previamente la población del Universo y sobre el comporta-
establecido. Incluso podemos llegar a conside- miento de esa población. O sea, presentan dife-
rarla como un prototipo para las reorientaciones rencias en problemas tales como la existencia
revolucionarias en las ciencias. Precisamente por- de partículas subatómicas, la materialidad de la
que no implica la introducción de objetos o con- luz y la conservación del calor o de la energía.
ceptos adicionales, la transición de la mecánica Éstas son las diferencias principales entre para-
de Newton a la de Einstein ilustra con una cla- digmas sucesivos y no requieren una mayor ilus-
ridad particular la revolución científica como un tración. Pero los paradigmas se diferencian en
desplazamiento de la red de conceptos a través algo más que la sustancia, ya que están dirigidos
de la que ven el mundo los científicos. río solo hacia la naturaleza, sino también hacia la
Estas observaciones deberían bastar para de- ciencia que los produjo. Son la fuente de los
mostrar lo que, en otro clima filosófico, se hubie- métodos, problemas y normas de resolución acep:
ra dado por sentado. Al menos para los cientí- tados por cualquier comunidad científica madura,
ficos, la mayoría de las diferencias aparentes en cualquier momento dado. Como resultado de
entre una teoría científica descartada y su suce- ello, la recepción de -un nuevo paradigma fre-
sora, son reales. Aun cuando una teoría anticuada cuentemente hace necesaria una rcdefinición de
pueda verse siempre como un caso especial de la~ciencia correspondiente. Algunos problemas an-
su sucesora más moderna, es preciso que sufra tiguos pueden relegarse a otra ciencia o ser decla-
rados absolutamente "no científicos". Otros que
166 NATURALEZA DE LAS REVOLUCIONES NATURALEZA DE LAS REVOLUCIONES 167

anteriormente eran triviales o no existían siquie- redondeada de las partículas de opio les permi-
ra, pueden convertirse, con un nuevo paradigma, tía suavizar los nervios en torno a los que se
en los arquetipos mismos de la realización cien- movían.5
tífica de importancia. Y al cambiar los problemas Durante un periodo anterior, las explicaciones
también lo hacen, a menudoT las normas que-dis- en términos de cualidades ocultas habían sido
tinguen una solución científica real de'una sim- una parte integrante del trabajo científico fecun-
ple especulación metafísica, de ¡un juego de pala- do. Sin embargo, en el siglo xvn, el nuevo com-
bras o de un juego matemático. La tradición promiso con la explicación mecánico-corpuscular
científica normal que surge de una revolución cien- resultó inmensamente fructífero para una serie
tífica es no sólo incompatible sino también a me- de ciencias, al eliminar los problemas que ha-
nudo realmente incomparable con la que existía bían desafiado todas las soluciones generalmente
con anterioridad. aceptadas y sugerir otros nuevos para reemplazar-
El efecto del trabajo de Newton sobre la tra- los. En la dinámica, por ejemplo, las tres leyes
dición normal de práctica científica del siglo xvn del movimiento de Newton son menos el produc-
proporciona un ejemplo sorprendente de los efec- to de nuevos experimentos que el de un intento
tos más sutiles del desplazamiento de paradigma. de volver a interpretar observaciones conocidas,
Antes de que naciera Newton, la "nueva ciencia" en términos de movimientos y acciones recípro-
del siglo había logrado finalmente rechazar las cas de los corpúsculos neutrales primarios. Exa-
explicaciones aristotélicas y escolásticas, que se minemos sólo un ejemplo concreto. Puesto que
expresaban en términos de las esencias de los los corpúsculos neutrales sólo podían actuar unos
cuerpos materiales. El decir que una piedra cae sobre otros por contacto, la visión mecánico-cor-
porque su "naturaleza" la impulsa hacia el centro puscular de la naturaleza dirigió la atención cien-
del Universo se había convertido en un simple tífica hacia un tema absolutamente nuevo de
juego tautológico cíe palabras, algo que no había, estudio, la alteración del movimiento de las par-
sido antes. A partir de entonces, todo el con- tículas por medio de colisiones. Descartes anun-
junto de percepciones sensoriales, incluyendo el ció el problema y proporcionó su primera solu-
color, el gusto e incluso el peso, debían explicarse ción supuesta. Huyghens, Wren y Wallis fueron
en términos del tamaño, la forma, la posición y todavía más allá, en parte mediante experimen-
el movimiento de los corpúsculos elementales tos con discos de péndulos que entraban en coli-
de la materia base. La atribución de otras cuali- sión; pero, principalmente, mediante la aplica-
dades a los átomos elementales era recurrir a lo ción de características previamente conocidas del
oculto y, por consiguiente, se encontraba fuera movimiento al nuevo problema. Y Newton in-
del alcance de la ciencia. Moliere recogió ese cluyó sus resultados en sus leyes del movimiento.
nuevo espíritu con precisión, cuando ridiculizó al La "acción" y "reacción" iguales de la tercera
doctor que explicaba la eficacia del opio como
soporífero atribuyéndole una potencia adormece- 5 Sobre el corpuscularismo en general, véase "The Es-
tablishment of the Mechanical Philosophy", de Marie Boas,
dora. Durante la segunda mitad del siglo xvn, Osiris, X (1952), 412-541. Sobre el efecto de la forma de
muchos científicos preferían decir que la forma las partículas sobre el gusto, véase ídem., p.; 483.
168 NATURALEZA DE LAS REVOLUCIONES NATURALEZA DE LAS REVOLUCIONES 169

ley son los cambios en la cantidad de movimiento interpretación había sido, casi umversalmente
que experimentan las dos partes que entran en aceptada y el resultado fue una reversión ge-
colisión. El mismo cambio de movimiento pro- nuina (que no es lo mismo que retroceso) a una
porciona la definición de la fuerza dinámica im- norma escolástica. Las atracciones y repulsiones
plícita en la segunda ley. En este caso, como en innatas se unían al tamaño, a la forma, a la posi-
muchos otros durante el siglo xvn, el paradigma ción y al movimiento como propiedades primarias,
corpuscular engendró un nuevo problema y una físicamente irreductibles, de la materia.7
parte importante de su solución.0 El cambio resultante en las normas y proble-
Sin embargo, aunque gran parte del trabajo de mas de la ciencia física fue una vez más de con-
Newton iba dirigido a problemas e incluía nor- secuencias. Por ejemplo, hacia los años de la
mas derivadas de la visión mecánico-corpuscular década de 1740, los electricistas podían hablar de
del mundo, el efecto del paradigma que resultó la "virtud" atractiva del fluido eléctrico, sin in-
de su trabajo fue un cambio ulterior y parcial- currir en el ridículo que había acogido al doctor
mente destructor de los problemas y las normas de Moliere un siglo antes. Al hacerlo así, los
legitimadas por la ciencia. La gravedad, interpre- fenómenos eléctricos exhibieron, cada vez más,
tada como una atracción innata entre cualquier un orden diferente del que habían mostrado cuan-
par de' partículas de materia, era una cualidad do se consideraban como los efectos de un efluvio
oculta en el mismo sentido que lo había sido la mecánico que sólo podía actuar por contacto.
"tendencia a caer" de los escolásticos. Por con- En particular, cuando la acción eléctrica a dis-
siguiente, aunque continuaban siendo efectivas las tancia se convirtió por derecho propio en tema
normas del corpuscularismo, la búsqueda de una de estudio, pudo reconocerse como uno de sus
explicación mecánica de la gravedad fue uno de efectos el fenómeno que ahora conocemos como
los problemas más difíciles para quienes acepta- carga por inducción. Previamente, cuando se ob-
ban los Principia como paradigma. Newton le servaba, se lo atribuía a la acción directa de
dedicó mucha atención, lo mismo que muchos "atmósferas" eléctricas o a las pérdidas inevita-
de sus sucesores del siglo xvin. La única opción bles en cualquier laboratorio eléctrico. La nueva
aparente era la de rechazar la teoría de Newton visión de los efectos de inducción fue, a su vez,
debido a que no lograba explicar la gravedad, y la clave para el análisis que hizo Franklin de la
también esta alternativa fue adoptada amplia- botella de Leyden y, en esa forma, para el surgi-
mente. Sin embargo, en última instancia, ningu- miento de un paradigma nuevo y newtoniano para
na de esas opiniones triunfó. Incapaces de prac- la electricidad. La dinámica y la electricidad no
ticar la ciencia sin los Principia o de hacer que fueron tampoco los únicos campos científicos
ese trabajo se ajustara a las normas corpuscula- afectados por la legitimación de la búsqueda de
res del siglo xvn, los científicos aceptaron gra- fuerzas innatas de la materia. El gran caudal
dualmente la idea de que la gravedad, en realidad,
era innata. Hacia mediados del siglo xvm esa ? I. B. Cohén, Franklin and Newton: An Inqulry into
Speculaíive Newíonian Experimental Science and Fran-
6 Dugas, La mécanique au xvrie siécle (Neuchátel, 1954), klin's Work in Electriciíy as an Example Thereof (Filadel-
pp. 177-85, 284-98, 345-56. fia, 1956), caps, vi-vn.
170 NATURALEZA DE LAS REVOLUCIONES NATURALEZA DE LAS REVOLUCIONES 171

cíe literatura del siglo xvui sobre afinidades quí- ácidos. Sin embargo, la reforma cíe Lavoisier, eli-
micas y series de reemplazo, se deriva también de minó finalmente los "principios" químicos y, de
este aspecto supramecánico del newtonismo. Los ese modo, le quitó a la química algo del poder
químicos que creían en esas atracciones diferen- real de explicación y gran parte del potencial.
ciales entre las diversas especies químicas, pre- Para compensar esa pérdida, era necesario un
pararon experimentos que no hubieran podido cambio en las normas. Durante gran parte del
concebir antes y buscaron nuevos tipos de reac- siglo xix,, el no lograr explicar las cualidades de
ciones. Sin los datos y los conceptos químicos los compuestos no era acusación contra una teo-
que se desarrollaron en el curso de este proceso, ría química.0
el trabajo posterior de Lavoisier y, de manera También Clerk Maxwell compartía con otros
especial, el de Dalton, hubieran sido incompren- proponentes del siglo xix de la teoría ondulatoria
sibles.8 Los cambios en las normas que rigen los de la luz, la convicción de que las ondas de luz
problemas, conceptos y explicaciones admisibles, debían propagarse a través de un éter material.
pueden transformar una ciencia. En la sección El diseño de un medio mecánico para sostener
siguiente sugeriré incluso un sentido en el que a esas ondas fue un problema normal para mu-
pueden transformar al mundo. chos de sus más capaces contemporáneos. Sin
En la historia de cualquier ciencia, casi en cual- embargo, su propia teoría electromagnética de la
quier periodo de su desarrollo, pueden encon- luz, no dio ninguna explicación sobre un medio
trarse otros ejemplos de esas diferencias no capaz de soportar las ondas de luz y claramente
sustantivas entre paradigmas sucesivos. Por el hizo que dar tal explicación resultara mucho más
momento, contentémonos con otras dos ilustra- difícil de lo que había parecido antes. Inicialmen-
ciones, mucho más breves. Antes de la revolución te, la teoría de Maxwell fue ampliamente recha-
química, una de las tareas reconocidas de la quí- zada por esas razones; pero, como la teoría de
mica era la de explicar las cualidades de las Newton, la de Maxwell resultó difícil de excluir
sustancias químicas y los cambios que sufrían y cuando alcanzó el status de paradigma, cambió
esas cualidades durante las reacciones químicas. la actitud de la comunidad hacia ella. Durante las
Con la ayuda de un número reducido de "princi- primeras décadas del siglo xx, la insistencia de
pios" elementales —uno de los cuales era el flo- Maxwell en la existencia de un éter mecánico pa-
gisto—, el químico debía explicar por qué algu- reció ser cada vez más algo así como un mero
nas sustancias son acidas, otras básicas, combus- reconocimiento verbal y se abandonaron los in-
tibles, y así sucesivamente. En este sentido, se tentos para diseñar un medio etéreo de ese tipo.
habían logrado ciertos éxitos. Ya hemos hecho Los científicos no consideraron ya como no cien-
notar que el flogisto explicaba por qué los me- tífico el hablar de un "desplazamiento" eléctrico,
tales eran tan similares y hubiéramos podido sin especificar qué estaba siendo desplazado. El
desarrollar una argumentación similar para los resultado, nuevamente, fue un nuevo conjunto

- 8 Sobre la electricidad, véase ídem, caps, vm-rx. Sobre » E. Meyerson, Identity and Reality (Nueva York, 1930).
la química, véase Metzger, op. cit., 1? Parte. cap. x.
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NATURALEZA DE LAS REVOLUCIONES 1/3
172 NATURALEZA DE LAS REVOLUCIONES
gmviíacionales y esta explicación hizo que la
de problemas y normas que, en realidad, tuvo ciencia regresara a un conjunto de cánones y
mucho que ver con la aparición de la teoría de problemas, a este respecto, que se parece más
la relatividad.10 a los de los predecesores de Newton que a los
Esos cambios característicos en la concepción de sus sucesores. Asimismo, el desarrollo de la
de la comunidad científica sobre sus problemas y mecánica cuántica ha invertido la prohibición me-
sus normas legítimos tendrían menos importan- todológica que tuvo su origen en la revolución
cia para la tesis de este ensayo si fuera posible química. Los químicos actualmente intentan, y
suponer que siempre tuvieron lugar de un tipo con gran éxito, explicar el color, el estado de
metodológico más bajo a otro más elevado. En agregación y otras cualidades de las sustancias
este caso, asimismo, sus efectos parecerían ser utilizadas y producidas en sus laboratorios. Es
acumulativos. No es extraño que algunos histo- posible que esté teniendo lugar también una in-
riadores hayan argumentado que la historia de versión similar en la teoría electromagnética. El
la ciencia registra un aumento continuo de la espacio, en la física contemporánea, no es el sus-
madurez y el refinamiento de la concepción del trato inerte y homogéneo empleado tanto en la
hombre sobre la naturaleza de la ciencia.11 Sin teoría de Newton como en la de Maxwell; algu-
embargo, el argumento en pro del desarrollo acu- nas de sus nuevas propiedades no son muy dife-
mulativo de los problemas y las normas de la rentes de las atribuidas antiguamente al éter; es
ciencia es todavía más difícil de establecer que posible que lleguemos a saber, algún día, qué es
el de la acumulación de las teorías. El intento un desplazamiento eléctrico.
para explicar la gravedad, aunque abandonado Cambiando el acento de las funciones cognosci-
convenientemente por la mayoría de los científi- tivas a las normativas de los paradigmas, los
cos del siglo xvin, no iba dirigido a un problema ejemplos anteriores aumentan nuestra compren-
intrínsecamente ilegítimo; las objeciones a las sión de los modos en que dan forma los para-
fuerzas innatas no eran inherentemente no cien- digmas a la vida científica. Previamente, hemos
tíficas ni metafísicas en sentido peyorativo. No examinado, sobre todo, el papel desempeñado por
existen normas externas que permitan ese juicio. un paradigma como vehículo para la teoría cien-
Lo que ocurrió no fue ni un trastorno ni una tífica. En este papel, su función es la de decir a los
elevación de las normas, sino simplemente un científicos qué entidades contiene y no contiene
cambio exigido por la adopción de un nuevo la naturaleza y cómo se comportan esas entida-
paradigma. Además, desde entonces, ese cambio des. Esta información proporciona un mapa cu-
fue invertido, y puede volver a serlo. En el si- yos detalles son elucidados por medio de las
glo xx, Einstein logró explicar las atracciones investigaciones científicas avanzadas. Y puesto
10 E. T. Whitíaker, A History of the Theories of Aether que la naturaleza es demasiado compleja y va-
and Electricity, II (Londres, 1953), 28-30. riada como para poder estudiarla al azar, este
11 Sobre una tentativa brillante y absolutamente al
día de encajar el desarrollo científico en este lecho de
mapa es tan esencial como la observación y la
Procusto, véase The Edge of Objecíiviíy: An Essay in the experimentación para el desarrollo continuo de
History of Scientific Ideas, de C. C. Gillispie (Princeton, la ciencia. A través de las teorías que engloban,
1960).
174 NATURALEZA DE LAS REVOLUCIONES NATURALEZA DE LAS REVOLUCIONES Í75

los paradigmas resultan esenciales para las acti- ver los mismos problemas, los debates paradig-
vidades de investigación. Sin embargo, son tam- máticos involucran siempre la pregunta: ¿Qué
bién esenciales para la ciencia en otros aspectos problema es más significativo resolver? Como la
y esto es lo que nos interesa en este momento. cuestión de la competencia de normas, esta cues-
En particular, nuestros ejemplos más recientes tión de valores sólo puede contestarse en térmi-
muestran que los paradigmas no sólo proporcio- nos de criterios que se encuentran absolutamente
nan a los científicos mapas sino también algunas fuera de la ciencia normal y es ese recurso a cri-
de las indicaciones principales para el estableci- terios externos lo que de manera más obvia hace
miento de mapas. Al aprender un paradigma, el revolucionarios los debates paradigmáticos. Sin
científico adquiere al mismo tiempo teoría, mé- embargo, se encuentra también en juego algo
todos y normas, casi siempre en una mezcla inse- más fundamental que las normas y los valores.
parable. Por consiguiente, cuando cambian los Hasta ahora, sólo he argüido que los paradigmas
paradigmas, hay normalmente transformaciones son parte constitutiva de la ciencia. A continua-
importantes de los criterios que determinan la ción, deseo mostrar un sentido en que son tam-
legitimidad tanto de los problemas como de las bién parte constitutiva de la naturaleza.
soluciones propuestas.
Esta observación nos hace regresar al punto
en que se inició esta sección, pues nos proporcio-
na nuestra primera indicación explícita de por
qué la elección entre paradigmas en competencia
plantea regularmente preguntas que no pueden
ser contestadas por los criterios de la ciencia
normal. Hasta el punto, tan importante como
incompleto, en el que dos escuelas científicas que
se encuentren en desacuerdo sobre qué es un pro-
blema y qué es una solución, inevitablemente ten-
drán que chocar al debatir los méritos relativos
de sus respectivos paradigmas. En los argumen-
tos parcialmente circulares que resultan regular-
mente, se demostrará que cada paradigma satis-
face más o menos los criterios que dicta para sí
mismo y que se queda atrás en algunos de los
dictados por su oponente. Hay también otras ra-
zones para lo incompleto del contacto lógico que
caracteriza siempre a los debates paradigmáticos.
Por ejemplo, puesto que ningún paradigma re-
suelve todos los problemas que define y puesto
que no hay dos paradigmas que dejen sin resol-

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