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LAS MEJORAS EN EL CÓDIGO CIVIL PERUANO DE 1984.

Este instituto se estudia dentro de la posesión por su propia naturaleza real que
entraña un acontecimiento relevante en el destino de la cosa, pues importa una
modificación material de aquella, al producir un aumento de su valor económico.
Tanto MARTIN WOLFF como RIPERT y BOULANGER llaman a las mejoras
como “Gastos sobre la cosa”, así el primero afirma lo siguiente: “Con frecuencia
ocurre
que el poseedor haga gastos considerables en la cosa. Apuntalo una casa que
amenazaba ruina, edificó un granero, mantuvo un caballo, etc. Si tiene que
entregar la
cosa al propietario no sería justo que perdiese totalmente el valor de las impensas
señaladas.
Mientras los segundos clasifican los gastos en gastos necesarios, gastos útiles y
gatos suntuarios. Por otro lado DOMENICO BARBERO indica que a las obras
nuevas
hechas por el poseedor se denominan adiciones; pero si estas importan un
aumento del
valor conseguido por la cosa, revestiría la calidad de mejoras.
No obstante el anterior examen general, JORGE EUGENIO CASTAÑEDA
opina que el tema de las mejoras no parece indicado tratarlo dentro de la
posesión, aun
cuando es el poseedor a quien se le indemniza.
En suma, de acuerdo con la orientación de la legislación peruana el estudio de
las mejoras se realiza en el capítulo de la posesión, por cuanto significa el
aumento del
valor económico de las cosas, producto del trabajo objetivado en dicha cosa
modificada.
El Código Civil derogado de 1936 reguló a las mejoras en la parte relativa al
contrato de arrendamiento (Artículos 1537º a 1546º). El nuevo Código vigente lo
hace
en la parte relativa a la posesión y no en el contrato de arrendamiento, puesto que
pueden ser hechas por cualquier clase de poseedor y no solamente por el
arrendatario
y habida cuenta que no tiene porqué circunscribirse a este contrato y se extiende a
numerosas situaciones jurídicas.
Constituye por lo tanto un acierto del legislador de 1984 haber hecho esta
modificación, sin perjuicio de que en otras partes del Código existan disposiciones
relativas a las mejoras.
DEFINICIÓN. CLASES
Art. 916º.-“Las mejoras son necesarias, cuando tienen por objeto impedir
la destrucción, o el deterioro del bien.
Son útiles, las que sin pertenecer a la categoría de necesarias aumentan
el valor y la renta del bien.
Son de recreo, cuando sin ser necesarias ni útiles, sirven para ornato,
lucimiento o mayor comodidad”.
GUILLERMO CABANELLAS define a las mejoras señalando que son “lo que
se ha obrado en algún edificio o heredad para ponerlo en mejor estado”.
Las mejoras constituyen una alteración material producida en el bien sujeto a
posesión, y buscan repararlo, aumentar su valor o proporcionar mayores
comodidades
y hasta lujos.
Las mejoras son un hecho jurídico que entraña una modificación material de la
cosa, produciendo el aumento de su valor económico.
Toda mejora implica un cambio o modificación del bien con el fin de repararlo,
aumentar su valor o proporcionarle ornato, lucimiento o comodidad. Debido a esta
razón, el Art. 916º mantiene la clasificación clásica de las mejoras en necesarias,
útiles y
de recreo.
Como se aprecia este Artículo distingue tres clases de mejoras dimanentes
contenidas en él. Veamos:

MEJORAS NECESARIAS
Son las que se deben realizar con urgencia para evitar la destrucción o deterioro
del bien. RIPERT y BOULANGER, afirman que esta clase de mejoras, son
aquellas
indispensables para la conservación del inmueble.
En efecto, las mejoras necesarias son aquellas introducidas con el objetivo de
conservar el bien poseído. Sin ellas este bien quedaría destruido
irremediablemente. El
apuntalamiento de una casa en peligro de caer es un ejemplo de esta clase de
mejoras,
igualmente la reparación de una pared que amenaza desplomarse, el cambio de
una
tubería de agua deteriorada, etc.
Todos estos ejemplos y otros más que tengan relación con la conservación de un
bien se encuentran en este primer parágrafo del Art. 916º del Código.

MEJORAS ÚTILES
El segundo parágrafo establece que las mejoras son útiles, las que sin pertenecer
a la categoría de necesarias aumentan el valor y la renta del bien. Este concepto
de la
norma nos remite a la noción de UTILIDAD. Esto, porque se suele confundir con la
noción de lo NECESARIO que sustenta la mejora necesaria.
Ergo, mejoras útiles son las que, sin tener el carácter urgente de las necesarias,
incrementan la utilidad, el valor y la renta del bien. Por ejemplo, la construcción de
habitaciones, dotar al bien de servicios de agua, desagüe, luz eléctrica.
La mejora es útil cuando, resultante del ejercicio posesorio, se expresa en la
explotación económica del bien a fin de obtener un rendimiento económico
aumentando cualitativamente su valor.
El ejemplo de ELEODORO ROMERO ROMAÑA en ese sentido es
aleccionador, así “cuando una ventana de rejas a la que se abre una puerta de
calle y se
convierte en una tienda, para obtener mayor renta. No era necesaria esta mejora,
no era
indispensable, pero es útil porque aumenta el valor del inmueble y su rendimiento”.
De igual forma, la construcción de un baño en una casa-habitación, es una
mejora de esta naturaleza. También lo será la instalación de luz eléctrica, la
construcción de un depósito, un tanque de agua y similares.

MEJORAS DE RECREO
Llamadas también suntuarias, porque son efectuadas para la comodidad
personal del poseedor. Son aquellas que encierran un valor superfluo apreciado
sólo para fines de ornato, lucimiento o mayor comodidad del bien, como indica el
tercer
parágrafo del Art. 916º del Código. No evitan la destrucción o deterioro del bien, ni
le
confieren mayor valor, ni aumentan su renta.
Un ejemplo de este tipo de mejoras son las pinturas artísticas efectuadas en las
paredes de una casa, la construcción de un jardín japonés y otros hechos
análogos.
Existen numerosas disposiciones específicas relativas a las mejoras,
principalmente en el contrato de arrendamiento. (Vid. Art. 1672º, 1673º, 1674º,
1680º
inciso 2, 1681º incisos 6 y 8; respectivamente).

DERECHO DEL POSEESOR AL VALOR DE LAS MEJORAS NECESARIAS,


ÚTILES Y DE RECREO
Art. 917º.-“El poseedor tiene derecho al valor actual de las mejoras
necesarias y útiles que existan al tiempo de la restitución y a retirar las
de recreo que puedan separarse sin daño, salvo que el dueño opte por
pagar su valor actual.
La regla del párrafo anterior no es aplicable a las mejoras hechas
después de la citación judicial sino cuando se trata de las necesarias”.
Las mejoras necesarias tienen por finalidad evitar que el bien se destruya o
deteriore, si no se hacen el perjudicado con la pérdida del bien o con su deterioro
es el
propietario, puesto que no existiría bien que puede recuperar o recuperaría un
bien
deteriorado, consiguientemente, el poseedor, sea de buena o de mala fe, tiene
derecho
a que se le pague el valor actual de estas mejoras, porque en caso contrario se
estaría
permitiendo que el propietario se enriquezca indebidamente a expensas del
poseedor,
lo que la ley prohíbe (Art. 1954º).
El poseedor de buena fe tiene derecho a que se le reembolse, además de las
mejoras necesarias, las mejoras útiles.
No basta que las mejoras necesarias y útiles hayan sido producidas para que
proceda su abono, sino que deben existir al momento de la restitución del bien.
Las que
a ese tiempo se han destruido no son objeto de pago. El poseedor al restituir el
bien con
las mejoras, no pierde el valor que tengan éstas al momento en que fueron
realizadas,
sino su valor actual, razón por la que el Art. 917º dispone que se le pague su valor
actual.
La cuantía de las mejoras la establecerán las partes de mutuo acuerdo. Si no es
posible que las partes se pongan de acuerdo, las fijará el juez si es necesario con
la
ayuda de peritos.
El poseedor, de buena o mala fe, tiene derecho a retirar las mejoras de recreo
que puedan separarse sin causar daños al bien principal, salvo que el propietario
opte
por pagar su valor actual. Si estas mejoras no se pueden separar sin causar daño
al bien
principal, el poseedor no tiene derecho a que se le pague su valor.
Conforme al último párrafo del Art. 917º, el poseedor tiene derecho al
reembolso de las mejoras necesarias, realizadas antes o después de la citación de
la
demanda judicial, y de las mejoras útiles realizadas antes de dicha citación.

Está justificado el pago de las mejoras necesarias realzadas antes o después de


la citación con la demanda judicial hecha al poseedor con el fin de que restituya el
bien,
puesto que ellas impiden que el bien se destruya o deteriore perjudicando al
propietario. Pero no se justifica para nada el pago de las mejoras útiles hechas por
el
poseedor de mala fe antes de la citación con la demanda judicial, porque ello
significaría establecer un derecho depredador como sería, por ejemplo, proteger a
un
usurpador.
EL DERECHO DE RETENCIÓN
Art. 918º.-“En los casos en que el poseedor debe ser reembolsado de
mejoras, tiene el derecho de retención”.
La norma que contiene este artículo establece el derecho de retención. El
poseedor que debe ser reembolsado de mejoras, tiene el derecho de retener la
posesión
del bien de su deudor hasta que éste le pague su valor de las mejoras o le
garantice el
pago. El Art. 918º es una aplicación particular del Art. 1123º del Código Civil
vigente
que establece la naturaleza del derecho de retención como un derecho real de
garantía,
en virtud del cual “un acreedor retiene en su poder el bien de su deudor si su
crédito
no está suficientemente garantizado. Este derecho procede en los casos que
establece la
ley o cuando haya conexión entre el crédito y el bien que se retiene”. El poseedor
retenedor del bien sólo tiene derecho a seguir poseyéndolo, pero no puede usarlo
ni
disfrutarlo.
Existen dos formas de ejercitarlo: extrajudicialmente y judicialmente (Art.
1127º).
En el caso de las mejoras, la retención sólo opera cuando el poseedor tenga
derecho al valor actual de las mejoras necesarias y útiles que existan al tiempo de
la
restitución (Art. 917º). El derecho de retención no se aplica cuando se trata de
retirar las
mejoras de recreo, porque en este supuesto el poseedor tiene un derecho de
separación
expedito o porque, aleatoriamente, el propietario tiene un derecho de opción al
pago
de dichas mejoras. Caso contrario implicaría que la pretensión del poseedor sea
injustificada.
En la hipótesis que se ejercite este derecho extrajudicialmente, el poseedor
puede rehusarse a entregar el bien, mientras el propietario no cumpla con la
obligación
del pago de mejoras.
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Si fuera judicialmente se interpone como excepción contra la acción destinada a
conseguir la entrega del bien, pudiendo el juez autorizar que se sustituya el
derecho de
retención por una garantía suficiente.
Por otro lado, la norma no hace distingos respecto a la calidad del poseedor
como sí lo hace el derecho alemán. Ciertamente, en el derecho Civil Peruano, se
consideraría al poseedor de buena fe en igualdad de condiciones que al poseedor
de
mala fe, para acceder al derecho de retener el bien, en el supuesto dado que el
propietario se niegue a pagar el concepto de las mejoras, ya sean necesarias o
útiles.
En efecto, la norma que contiene el Art. 917º se refiere al poseedor en general.
En buena cuenta hasta el usurpador y el ladrón estarían inscritos dentro de los
alcances
de dicha norma, por lo que el Art. 918º se encuentra en la misma orientación.
La consideración fundamental de lo dispuesto por el Código en cuanto a la
generalización que venimos comentando obedece a la propia naturaleza objetiva
de la
mejora que favorecería al propietario, no importando para efectos del reembolso,
la
naturaleza subjetiva del poseedor, por cuanto la buena o mala fe no tiene
trascendencia
frente a la valorización económica de la mejora.
Si una vez pagado el valor de las mejoras, el poseedor se niega a devolver el
bien, tiene la calidad de poseedor precario (Art. 911º).
EFECTOS DE LA RESTITUCIÓN DEL BIEN. LA ACCIÓN DE REEMBOLSO
Art. 919º.-“Restituido el bien, se pierde el derecho de separación y
transcurridos dos meses prescribe la acción de reembolso”.
Este artículo regula sobre la pérdida del derecho de separación de las mejoras
de recreo y la prescripción de la acción de reembolso. El derecho del poseedor
mejorador de separar las mejoras de recreo que no causen daño al bien mejorado
se
extingue una vez producida la restitución del bien.
Es decir, el poseedor mejorador sólo puede retirar las mejoras de recreo
mientras se encuentra en posesión del bien, porque una vez restituido el bien, las
mejoras pasan automáticamente al dominio del propietario sin que esté obligado a
pagar su valor.
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El propietario no puede quedar sujeto por largo tiempo a la incertidumbre
sobre la iniciación de una acción por pago de mejoras, razón por la que conforme
al
Art. 919º, la acción de reembolso de las mejoras necesarias y útiles, y también de
recreo,
cuando el dueño ha optado por pagar su valor, prescribe a los dos meses
contados a
partir del momento en que se produjo la restitución del bien.
En relación a la primera hipótesis, la norma establece que se pierde el derecho
de separación cuando el poseedor no hubiera retirado las mejoras de recreo
susceptibles de separarse sin daño, existentes al tiempo de la restitución del bien,
lo
cual significa que operado esto último, ya no pueden retirarse las mejoras de
recreo
porque precisamente se ha perdido el derecho de separación prescrito en la
primera
parte del Art. 919º del Código Civil.
En relación a la segunda hipótesis, la norma señala copulativamente “y
transcurridos dos meses prescribe la acción de reembolso”.
Al parecer, tal como se encuentra redactado, se podría entender que el Código
se refiere exclusivamente a la mejora de recreo en el sentido de que restituido el
bien, el
reembolso por dichas mejoras sólo podría hacerse valer hasta dos meses después
de
entregado el bien, dejando aparentemente un vacío en cuanto a las mejoras
necesarias
y útiles se refieren.
Si esto fuera así, entonces, no existiendo un plazo para ejecutar dicha acción de
reembolso en el capítulo concerniente a las mejoras, podría pensarse que
prescribiría
en el mismo plazo en que prescribe la acción real objeto del inciso 1 del Art. 2001º
del
Código Civil. Sin embargo, de acuerdo con el aforismo “no se puede distinguir
donde
la ley no distingue”, la Corte Suprema en Ejecutoria de 1946 ha resuelto que el Art.
836º
del Código derogado no distingue entre mejoras necesarias, útiles y de recreo;
espíritu
que recoge el Código vigente en su Art. 919º y por consiguiente, la acción de
reembolso
de todas las mejoras prescriben a los dos meses de transcurridos la restitución del
bien.
Por otro lado si antes de la restitución el dueño tenía un derecho de opción que
le otorgaba la iniciativa para pagar el valor actual de las mejoras de recreo,
después de
la restitución y si el poseedor no hubiera retirado las mejoras de recreo perdiendo
su
derecho de separación; entonces se traslada a su favor la iniciativa de exigir el
pago por
concepto de dichas mejoras. Judicialmente mediante la acción de reembolso
debiendo hacerlo dentro del plazo de dos meses que señala el Código, evitando
con este corto
plazo, complicaciones y juicios injustificados, porque es lógico suponer que el que
tiene derecho al valor de las mejoras debe hacerlas valer en tiempo oportuno,
caso contrario
estaría restringiendo sus derechos a favor del propietario.

DERECHO DE RETENCIÓN.
CONCEPTO
Nuestro código civil no da una definición precisa de lo que es derecho de
retención; solo se limita a establecer este derecho en forma aislada en
determinadas figuras jurídicas; esto es, que en forma taxativa, consagra esta
figura en siete instituciones específicas, estas son: Posesión, colación, contrato de
Obra, prenda anticresis y deposito, pero a pesar de la importancia que se le
asigna a esta figura jurídica en cada una de estas instituciones, el Código Civil no
la define, ni en forma general, ni en forma particular en cada una de ellas. En tal
sentido, es importante precisar en forma textual definiciones para que pueda
comprenderse mejor:
1) El derecho de retención es la facultad concedida por la ley al poseedor o
detentador de una cosa corporal cierta, y determinada perteneciente a otro, para
conservar la posesión o detentación, hasta tanto le sea cancelado todo cuanto se
le adeuda, por concepto de daños, mejoras, gastos o reparaciones hechas en la
cosa o con ocasión de allá o de créditos independientes de la misma, y que deben
ser cancelados por aquel a que la cosa pertenece o le es debida.
2) Es el derecho que concede la ley a un acreedor para negarse, mientras no se
le haya pagado, a la restitución de una cosa perteneciente a su deudor.
Es la facultad que corresponde al tenedor de una cosa ajena, para conservar la
posesión de ella hasta el pago de lo que le es debido por razón de esa misma
cosa.
3) Es el derecho que le permite a un acreedor rehusarse o restituir un objeto
perteneciente a su deudor, hasta tanto este último no haya pagado su deuda
CARACTERÍSTICAS.
Es accesorio: Como derecho de garantía que es, el derecho de retención es
accesorio, porque la garantía ya sea real o personal, tiene por objeto asegurar el
cumplimiento de una obligación principal. De ese carácter se derivan importantes
consecuencias:
En cuanto a su extinción: extinguido el derecho principal, también se extingue el
derecho de retención.
En cuanto a su nulidad: la nulidad del derecho principal hace nulo también el
derecho de retención.
En cuanto a la accesoriedad misma: donde vaya el derecho principal irá el
derecho de retención.
Es una garantía legal: la constitución de este derecho viene determinado
directamente por la ley, es una prorrogativa , que solo se concede en base a ella.
Únicamente se le concede la potestad al acreedor, para conservar, para retener la
cosa. En ningún caso podrá vender el bien para pagarse su acreencia
Es una garantía imperfecta: debido a que sus efectos son limitados, el acreedor
solo puede retener el bien, más no puede llevarlo a remate judicial.
Es un medio de coacción muy efectivo: con él se ejerce una presión sobre el
patrimonio del deudor para forzar el pago de todo cuanto adeuda.
No es subsidiario: puede en algunos casos concurrir conjuntamente con otras
garantías con otras garantías, no se requiere la ausencia de éstas para que exista,
como ocurre en los casos de la prenda y la anticresis
Es indivisible: el acreedor puede ejercitarlo por la totalidad de su crédito, sobre
todas y cada una de las cosas que se encuentran en su poder y sobre cada parte
de ellas, aun cuando la cosa retenida haya sido embargada o vendida
judicialmente.
Es cesible y transmisible: puede ser cedido, ya que no hay disposición legal en
contrario, y; es transmisible ya que es un derecho no inherente a la persona del
acreedor, sino un derecho patrimonial transmisible activa y pasivamente, tanto a
título universal como particular.
Es sólo ejercitable como excepción: su efecto es el de paralizar la acción de la
persona que reclama la restitución de la cosa sobre la que se ejercita. Esta
característica es propia del derecho de retención, ya que su objetivo no es otro
que el de defender, pero nunca el de atacar, quien hace usa del derecho de
retención, no actúa nunca como demandante, sino como demandado.
Este derecho no puede ser ejercido por quien ha renunciado voluntariamente la
tenencia o posesión de la cosa o ha desistido del ejercicio del derecho, en
atención, a que esta figura jurídica no engendra el derecho de persecución y de
acuerdo a su carácter de excepción no da nacimiento a ninguna acción, por lo
tanto, para su ejercicio, se requiere que la cosa este en su poder.
El derecho de retención, afecta tanto bienes muebles como inmuebles.
REQUISITOS EXIGIDOS EN EL DERECHO DE RETENCIÓN.
Para que el derecho de retención sea procedente, es necesario que se den ciertos
requisitos o condiciones indispensables estos son:
Que exista la posesión por parte del acreedor de una cosa que debe restituir al
deudor: es el requisito esencial en el derecho de retención; puede afirmarse que
sin él no podría existir. De este requisito derivan tres elementos:
Basta la simple tenencia de la cosa: No se requiere el “animus domini”, es decir,
que tenga la intención de ser propietario, porque el hecho por el cual el poseedor o
tenedor de una cosa, ejercita la retención, no se debe a la posesión o tenencia en
si, sino que lo hace en seguridad de su crédito, el cual resulta de los gastos
efectuados con motivo de conservación, reparación etc. de la cosa.
Que la cosa sea corporal, cierta y determinada: La cosa puede ser mueble o
inmueble, pero debe ser material, estar el el comercio, ser evidente , cierta y
determinada
La posesión debe ser legítima: Entendiendo por posesión legitima aquella que es
continua, no interrumpida, pacifica, publica, inequívoca y con intención de tenerla
como suya propia, aun cuando se debe advertir que en el caso de derecho de
retención no es necesario poseer con “animus domini”, es decir con la intención de
hacerse propietario de la cosa, pero si, que la posesión esté libre de vicios.
2. Que el crédito que se exige sea: cierto, líquido y exigible: Para que pueda
ejercitarse el derecho de retención, es indispensable la existencia de un crédito a
favor del poseedor o detentador de la cosa en contra del propietario de la misma,
pues, el derecho en cuestión, actúa como medio de garantía, en el sentido de que
no se restituirá el bien hasta el pago total de todo cuanto se le debe. Esta
condición además, exige que el crédito sea:
a. Cierto: Crédito cierto es aquel sobre cuya exactitud no hay dudas, por
consistir en una suma determinada o en prestación perfectamente establecida. .
Lo que significa que este crédito debe existir, no debe haberse extinguido por
cualquiera de las causas de extinción de las obligaciones, y debe probarse esa
existencia de un modo claro y sin duda. Además ese crédito debe ser
representativo de los gastos hechos para la conservación o mejora de la cosa
b. Exigible: Crédito exigible es aquel cuyo importe o prestación puede reclamar
ya el titular; es decir; que es necesario que el crédito se haya vencido para poder
ejercer el derecho de retención
c. Liquido: Crédito líquido es el consistente en una suma de dinero que se
encuentra determinada por exactitud. En relación a este aspecto, podemos decir
que no es totalmente indispensable que al crédito sea líquido, en el sentido que no
esté determinado totalmente, pero si deben existir los medios para determinarlo
3. Que exista conexidad entre el crédito y la cosa: Para que proceda el derecho
de retención es necesario que exista un vínculo de conexión entre la cosa que se
retiene y lo que esa cosa haya causado por concepto de gastos, daños,
reparaciones o mejoras.
EFECTOS DEL DERECHO DE RETENCIÓN.
DERECHOS Y OBLIGACIONES DEL RETENEDOR
DERECHOS DEL RETENEDOR:
· Facultad de retener: es decir de rehusar la entrega de la cosa.
· Repeler con la fuerza: Dentro de los límites de la necesidad , la violencia
ejercida, tendiente a privarlo de la detención de la cosa
· Usar las acciones posesorias para proteger su posesión: Si el retener es
desposeído de la cosa contra su voluntad, bien por el propietario o por un tercero
puede intentar las acciones para recuperarla. El titular del derecho de retención
está amparado por los interdictos, cuando el retenedor es desposeído de la cosa
por actos contrarios o ajenos a su voluntad, no pierde el derecho de retención y
puede recuperar el bien judicialmente.
b. OBLIGACIONES DEL RETENEDOR:
· Está obligado a conservar la cosa que retiene: usando la diligencia del buen
padre de familia, ya que el acreedor tiene el derecho de restituir la cosa al deudor
una vez que este le ha satisfecho su crédito.
· No puede usar la cosa retenida: sólo la retiene como seguridad.
· No puede disfrutar de la cosa: el derecho de retención sólo tiene fines de
garantía.
· No puede disponer de la cosa: la cosa retenida sólo garantiza su crédito;
no obstante puede ceder su derecho, pero en este caso para que pueda surtir sus
efectos es necesaria la transferencia de la sosa junto con el derecho, pues
separadamente se extingue la retención
· Restituir la cosa con sus frutos y accesorios una vez que se le haya
satisfecho su crédito.. Este principio cesa, total o parcialmente de acuerdo con los
principios dominantes en materia de responsabilidad civil, si la cosa perece y se
deteriora por caso fortuito o fuerza mayor, no están obligados a ninguna
indemnización, salvo en caso de que el retenedor estuviera en mora para el
momento en que perece la cosa
· Debe indemnizar del perjuicio resultante de las pérdidas o deterioros
ocurridos por su culpa.
2. DERECHOS Y OBLIGACIONES DEL PROPIETARIO Y SUS HEREDEROS.
DERECHOS DEL PROPIETARIO:
· El propietario conserva el dominio y la posesión; lo único que está
suspendido es la tenencia. El derecho de retención no entraña ni una
desmembración, ni una limitación del derecho de propiedad, de manera que el
titular del dominio puede disponer dela cosa enajenándola o gravándola, debiendo
el adquiriente pagar al retenedor para obtener la entrega.
· Derecho de sustituir por otra garantía la emergente del derecho de
retención, este derecho está condicionado a la voluntad del retenedor.
· Derecho de ser indemnizado por la pérdida o deterioro de la cosa retenida,
originados por dolo, culpa o negligencia del retenedor.
· Derecho a obtener secuestro de la cosa, si el retenedor abusare de la
retención para ejecutar derechos que no le corresponden.
b. OBLIGACIONES DEL PROPIETARIO:
· Debe pagar al retenedor los intereses del crédito garantizado con la
retención, el cual debe rendir mientras sea satisfecho, el interés legal del 3% anual
fijado en el artículo 1476 de C.C, a contar desde el momento en que la retención
se constituya. Si el interés es convencional lo determinaran las partes, no
pudiendo ser mayores del 1% mensual
· Satisfacer íntegramente la deuda que contra él tiene el retenedor de la cosa
retenida.
CASOS DEL DERECHO DE RETENCIÓN.
El derecho de retención puede nacer, bien del concurso de ciertas circunstancias
de hecho, sin intervención directa de la voluntad del acreedor, o bien como
consecuencia de la convención de las partes.
A. DERECHO DE RETENCIÓN LEGAL.
El derecho de retención legal puede derivarse, bien por mejora o gastos de la
conservación en la cosa o bien, por gastos o daños realizados con motivo de ella,
pero siempre fundamentándose en la conexidad que debe existir entre el crédito y
la cosa.
CASOS EN QUE EL DERECHO DE RETENCIÓN LEGAL NACE EN VIRTUD DE
GASTOS NECESARIOS O ÚTILES REALIZADOS EN LA COSA:
i. Posesión: corresponde al poseedor de buena fe por causas de
mejoras hechas en los bienes poseídos (Arts. 793 y 788 CCV). Al respecto el
artículo 793 del C.C expresa “ Solo el poseedor de buena fe compete el derecho
de retención de los bienes por causa de mejoras realmente hechas y existentes en
ellos, con tal que las haya reclamado en el juicio de reivindicación” y el artículo
788, define “ que es poseedor de buena fe quien posee como propietario en fuerza
de justo título, es decir, de un título capaz de transferir el dominio, aunque sea
vicioso, con tal que el vicio sea ignorado por el poseedor”, especialmente se le
dice poseedor de buena fe el que posee con el convencimiento de que ha
adquirido la cosa de su legítimo propietario, por tantos es poseedor de mala fe
todo el que posee la cosa sin título traslativo de dominio o con títulos cuyos vicios
de nulidad conoció desde su origen.
Para que proceda el derecho de retención en este caso deben darse las
siguientes condiciones:
1. Que el poseedor sea de buena fe.
2. Que haya efectuado mejoras en los bienes.
3. Que esas mejoras existan realmente en los bienes.
4. Que se haya efectuado la reclamación en el juicio de reivindicación.
ii. Colación: Este caso está contenido en el Art. 1.105 CCV, y establece
que el coheredero que trae a colación un inmueble en especie puede retener su
posesión hasta el reembolso efectivo de las cantidades que se le deban por
impensas y mejoras.
Colación es la obligación en la cual se encuentran ciertos herederos forzosos, que
concurren con otros o una sucesión de aportar a la masa hereditaria determinadas
liberalidades del causante antes de la muerte de este, para que los otros
coherederos participen de ellas proporcionalmente, en caso de disponerlo el
testador o para computar legítimas y mejoras
La colación se hace en especie cuando se restituye un bien materialmente.
Impensas, en sentido lato o amplio, equivale a gastos; y en sentido restringido
significa gastos hechos en un inmueble por la persona obligada a restituirlo
Impensas necesarias, son las que tienen por objeto asegurar la conservación del
inmueble; y las impensas útiles son gastos no necesarios, pero que dan mayor
valor al inmueble.
Para que proceda este caso de derecho de retención:
1. Debe tratarse de un coheredero
2. Que sea el mismo inmueble que esté poseyendo.
3. Que la reclamación se haga en función de impensas y mejoras.
4. Que la retención se haga por concepto de colación.
iii. Contrato de Obra: El Código Civil, define el contrato de obra de la
forma siguiente: “El contrato de obra es aquel mediante el cual una parte se
compromete a ejecutar determinado trabajo por si o bajo dirección mediante un
precio que la otra se obliga a satisfacer”
El derecho de retención es el caso de contrato de obra está establecido en el Art.
1.647 CCV establece “Quien haya ejecutado una obra sobre cosa mueble tendrá
el derecho a retenerla en prenda hasta que se le pague”
Este derecho de retención esta concedido en favor del artesano u obrero que ha
ejecutado, constituido, mejorado o reparado una obra sobre una cosa mueble.
CASOS EN QUE EL DERECHO DE RETENCIÓN LEGAL RESULTA DE LOS
GASTOS HECHOS DE LA COSA O CON OCASIÓN DE ELLA O POR DAÑOS Y
PERJUICIOS DERIVADOS DE LA GESTIÓN:
i. Mandato: El mandato está definido en el artículo 1684 del Código Civil en los
términos siguientes: “El mandato es un contrato por el cual una persona se obliga
gratuitamente o mediante salario, a ejecutar uno o más negocios por cuenta de
otra que le ha encargado de ello”
El derecho de retención para este caso se encuentra establecido en el Art. 1.702
CCV, concordado con los Arts. 1.699, 1.700 y 1.701 del CCV. Ar respecto el
Artículo 1699 establece: “El mandante debe reembolsar al mandatario los avances
y los gastos que éste haya hecho para la ejecución del mandato, y pagarle sus
salarios si lo ha prometido.
Si no hay ninguna culpa imputable al mandatario, el mandante no puede
excusarse de hacer este reembolso y pago, aunque el negocio no haya salido
bien, ni hacer reducir el monto de los gastos y avances bajo pretexto de que
habrían podido ser menores”
Por su parte el Artículo 1700 señala: “El mandante debe igualmente indemnizar al
mandatario de las pérdidas que éste haya sufrido a causa de su gestión, si no se
le puede imputar culpa alguna”
De igual manera el artículo 1701 dispone “El mandante debe al mandatario los
intereses de las cantidades que éste ha avanzado, a contar del día en que se
hayan hecho los avances”
Finalmente el Art. 1.702 establece “el mandatario podrá retener en garantía las
cosas que son objeto del mandato, hasta que el mandante cumpla con las
obligaciones de que tratan los tres artículos anteriores”
En conclusión, el mandatario podrá retener las cosas objeto del mandato, mientras
el mandante no le haya abonado todo cuanto le adeuda por concepto de: Los
avances, los gastos, las pérdidas y los intereses.

ii. Depósito: El deposito está definido en el Articulo 1749 del Código Civil
y se expresa “El depósito en general es un acto por el cual una persona recibe la
cosa ajena con obligación de guardarla y restituirla”
El derecho de retención para el caso de depósito está establecido en el Art. 1.774
CCV, que establece: “El depositario puede retener el depósito hasta el pago total
de todo cuanto se le deba en razón del depósito” Concordado este Art. 1.774 con
lo establecido en los Arts. 1.773, 1.702, 1.699, 1.700 y 1.701.
Al respecto el artículo 1773 dispone “El depositante está obligado a reembolsar al
depositario los gastos que haya hecho para la conservación de la cosa
depositada, y a indemnizarle los daños que le haya causado el depósito”
En caso que el depositario hubiese efectuado gastos para la conservación de la
cosa depositada o si por el concepto del depósito se le han ocasionado daños, el
tendrá derecho a ejercer una acción contraria en contra del depositante, para
lograr le reembolse los gastos o le indemnice por los daños sufridos. La acción
contraria tiene como características, que no nace del contrato mismo, sino que se
deriva de hechos posteriores.
Si el depósito no efectuó ningún tipo de gastos para la conservación de la cosa, ni
se le produjeron daños con motivo del deposito, entonces no tendrá ninguna
acción. Por el contrario la acción corresponderá en tal caso al depositante, para
pedir la devolución de la cosa.
La obligación que tiene el depositante es la de reembolsar al depositario, todo
cuanto se le deba por concepto de:
a. Los gastos y daños (Articulo 1773 C.C)
b. Los avances, los gastos y los salarios (Articulo 1669 C.C)
c. Los intereses (Según el Articulo 1702 C.C)

DERECHO DE RETENCIÓN DE ORIGEN CONVENCIONAL.


Nuestro CCV señala dos casos de retención de origen convencional: La Prenda y
La Anticresis.
La Prenda: El derecho de retención en el caso de la prenda se deduce del
contenido del Art. 1.852 en concordancia con el Art. 1.845 CCV. "El deudor no
podrá exigir la restitución de la prenda sino después de haber pagado totalmente
la deuda para cuya seguridad se haya dado la prenda, los intereses y los gastos.
Si el mismo deudor hubiere contraído otra deuda con el mismo acreedor, con
posterioridad a la tradición de la prenda, y esta deuda se hiciere exigible antes del
pago de la primera, no podrá obligarse al acreedor a desprenderse de la prenda
antes de que se le hayan pagado totalmente ambos créditos, aunque no haya
ninguna estipulación para afectar la prenda al pago de la segunda deuda” (Art.
1852 CCV).
El Articulo 1845 C.C establece "El acreedor es responsable, según las reglas
establecidas en este título de las obligaciones, de la pérdida o del deterioro,
sobrevenidos por su negligencia.
El deudor debe, por su parte reembolsar al acreedor los gastos necesarios que
éste haya hecho para la conservación de la prenda”.
La Anticresis: Para estudiar el derecho de retención en el caso de la anticresis, es
necesario interpretar la norma contenida en el Art. 1.861 concatenado con los
artículos 1.856, 1.860 y 1.852 CCV. Al respecto el artículo 1861 establece: "La
anticresis no concede ningún privilegio al acreedor. Este tiene solamente el
derecho de retener el inmueble hasta que su acreencia sea totalmente pagada”

De igual forma el Artículo 1856 señala “Si no hubiere pacto en contrario, el


acreedor debe pagar las contribuciones y las pensiones a que esté sujeto el
inmueble que tiene en anticresis; igualmente debe hacer las reparaciones
necesarias del inmueble, so pena de indemnizar el perjuicio que sobrevenga; pero
tiene derecho al reembolso de estos gastos con privilegio sobre los frutos” y el
articulo 1860 nos remite a la disposición del Articulo 1852 relativa a la prenda, y
señala que esta norma también es aplicable a la anticresis

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