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Análisis Capitulo 1. Descolonizar el saber, reinventar el poder.

Par empezar hablando un poco del libro, Santos plantea que una de las preguntas,
que surgen del mismo diagnóstico en cuestión, que no se han podido responder de
manera satisfactoria es el por qué el pensamiento crítico emancipatorio de tradición
occidental no ha podido materializarse en una emancipación real y concreta de los
explotados y oprimidos, y esto, según él, se relaciona directamente con la
concepción misma que se tiene en el abordaje de la pregunta respecto a los
movimientos sociales en los distintos continentes, tanto de campesinos,
trabajadores, indígenas, feministas, etc. Esto significa que dentro de las mismas
tradiciones del pensamiento crítico occidental operan lógicas que presiden, y
preceden, al ámbito mismo de lo que se desenvuelve como contenido material de
dichas comprensiones y voluntades políticas. En otros términos, ocurre que las
operaciones que sirven como premisa de la tradición teórica y de imaginario político
de raíz occidental eurocentrista, excluyen aspectos esenciales de la explotación y
opresión, de manera tal que no son capaces de poder conceptualizar nuevos
fenómenos en el marco teórico estrecho bajo el cual se desenvuelven, y mucho
menos capitalizar en fuerza política.
En el primer capítulo, titulado “Des pensar para poder pensar”, Santos identifica dos
grandes dificultades teóricas de la imaginación política contemporánea: la de pensar
el fin del capitalismo sin fin y la de pensar el fin del colonialismo sin fin, desde una
epistemología y política pensada desde el Sur, desde los márgenes y grupos que
se encuentran en una condición de subalternada. Santos se enmarca en el campo
académico de los estudios poscoloniales, en este caso el de los realizados desde
Europa, dando protagonismo a la necesidad de la descolonización mental y a las
prácticas sociales, donde para ello es imperante expandir el presente, rescatando
conocimientos y experiencias sociales desperdiciadas e invisibilizadas, las cuales
se manifiestan en forma de señales y pistas que anuncian posibilidades alternativas
a la realidad presente.
Habla también de que el Estado en América Latina debe ser refundado, que se
requiere descolonizar Occidente dando valor al pensamiento dialógico y fronterizo
a través de una reinvención del conocimiento y emancipación social. Para ello se
necesita fomentar el pensamiento de frontera que facilita el diálogo y el cruce con
pluralidades de saberes, lenguajes, culturas, espacios y tiempos de alrededor del
mundo, dominar el neoliberalismo, el capitalismo industrial, equilibrando las
emociones como el miedo y la esperanza, generar formas de despolitización
suficientes, alternativas claras, para que cambie el actual contexto de turbulencia,
pues si es posible organizar paz dentro de un entorno totalmente violento, en
contextos difíciles e intentar superarlos.
La realidad social actual debe ser visibilizada, entre ellos; el sufrimiento, la
exclusión y la destrucción de quienes a lo largo de la historia han sido explotados y
oprimidos por el capitalismo y el colonialismo. Por lo tanto, esta descolonización
debe estar inmersa en un horizonte de interculturalidad y abrir procesos de cambio
para que los pueblos subalternados se liberen de las instituciones, mentalidades y
comportamientos heredados de la modernidad occidente, céntrica, colonial y
globalizada. De ahí que se puede repensar las relaciones interculturales para
combatir la sociabilidad colonial, pues este colonialismo político formal, todavía
condiciona el pensamiento, lenguaje y acción de los pueblos y grupos subalternos.
Así mismo, se debe hacer una crítica a la modernidad colonial de Occidente que
revele el poder de sus esquemas epistémicos y políticos, tendentes a la imposición
y universalización de lo occidental, para clasificar, inferiorizar, dominar y explotar a
otros.
Para esta descolonización global del conocimiento, la política y el ser requiere de
creación de espacios plurales de encuentro y diálogo desde los que construir
colectivamente el valor de la unidad en la diversidad, poniendo en práctica el
mestizaje, la unidad, solidaridad y fraternidad.

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