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UNCAUS
MANUAL DEL ALUMNO. CÁTEDRA PROCESAL PENAL.

UNIDAD VI

1.- EL PROCESO.
La ACCIÓN opera como el impulso que pone en movimiento y desarrolla la serie de actos que
denominamos PROCESO, entendiendo por tal el mecanismo que conduce a la aplicación del Derecho
sustantivo al caso concreto. La acción es la instancia que, proyectándose sobre el accionado, tiene a la
obtención de una decisión sobre el caso sometido. Y habida cuenta de que tal decisión se da luego de
una particular sucesión de actos que denominamos proceso, lo propio y más significativo de la acción
es su carácter promotivo del proceso.
Vázquez Rossi, entiende que el PROCESO es el "conjunto de averiguaciones y discusiones
dirigidos a la aplicación de la norma sustantiva general a la situación singular
realmente acontecida".
en la realidad social nos encontramos con determinadas instituciones (Tribunales) y con ciertas
personas (jueces, fiscales, abogados) que operan de modo específico, realizando en ciertos sitios actos
dirigidos a averiguar y discutir si algunos individuos, sindicados como autores de infracciones a la ley
penal vigente, se los declara culpables y se manda aplicarles una sanción de diversa gravedad. Ése
conjunto de actos, que aparecen desde el punto de vista fáctico como apresamientos, citaciones,
notificaciones, audiencias, diligencias probatorias, etc, y que a veces se concretan en registros y otras
se realizan oralmente, todo con determinadas formalidades, se encuentra regulado por disposiciones
preceptivas, por lo común organizadas con relativa coherencia, a las que se ajustan más o menos
fielmente los protagonistas.
El análisis de este conjunto de operaciones puede y debe realizarse desde un punto de vista realista
que, por definición, se centra en lo que es y, por ende, exige la consideración empírica de esos modos
de actuación.
Podemos tener claro que, hay una realidad perceptible y que la misma se encuentra estructurada
mediante disposiciones normativas. A ésa realidad, la denominamos PROCESO, pudiendo proponer la
caracterización inicial de que es el método vigente para determinar la aplicación de disposiciones
sustantivas a los casos e individuos concretos. Y si dirigimos nuestro estudio hacia ese diseño
normativo, nos encontraremos dentro de la particular zona de conocimiento que es lo jurídico.
No debemos confundir los términos PROCESO con PROCEDIMIENTOS.
El "PROCESO" aparece en gran medida ligado a los esfuerzos desplegados por construir una teoría
abarcativa de todas las manifestaciones de índole realizativa lo que, precisamente, se conoce como
"teoría del proceso" en la que las notas definitorias serían el énfasis en el carácter auto´opimo y
específico de la regulación normativa y de los estudios al respecto. En cambio la utilización del
vocablo " PROCEDIMIENTO" alude a modos de actuación, a las maneras de desarrollo que se
disciplinan parra arribar a la decisión, con subordinación a las prescripciones particulares de cada
ordenamiento. Clariá Olmedo dice que el proceso aparece como de índole teórico, mientas que la de
procedimiento presenta contenidos mayormente prácticos, pudiendo entendérsela como sinónimo
de rito, trámite o modos prescritos de actuación.
Binder es de opinión que, en toda sociedad resulta prácticamente inevitable un cierto grado de
conflicto social, y de control social, una de las cuales es el Derecho. El sistema penal, constituye uno
de los medios de control social de la sociedad actual; es un medio de control jurídico altamente
formalizado, realizador del Derecho Penal sustantivo. Esa realización se concreta por medio del

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proceso penal.
El proceso penal responde -entre otras finalidades- a la necesidad por parte del Estado de impedir que
los particulares hagan justicia por mano propia, pasando por la determinación de concretar en la
práctica lo que en abstracto se tipifica en leyes de fondo, hasta llegar al dictado de una sentencia que
resuelva la culminación del procedimiento garantizando la seguridad jurídica y la credibilidad de la
sociedad.
Está integrado por elementos subjetivos y objetivos: personas que actúan y actividad que resulta de
esa actuación. Entre ellos hay interdependencia puesto que la actividad procesal es obra de las
personas del proceso cuando ejercitan las atribuciones o se someten a las sujeciones legales.
Vélez Mariconde enseña que desde un punto de vista objetivo "el proceso penal es un conjunto
o serie gradual, progresiva y concatenada de actos disciplinados por el derecho
procesal penal y cumplidos por órganos públicos predispuestos y por particulares
obligados o autorizados a intervenir, mediante el cual se procura investigar la verdad
y actuar concretamente la ley penal sustantiva"
1.- Este conjunto o serie de actos es gradual porque la sucesión de ellos se descompone en momentos,
fases o grados de fines específicos. La nota de progresividad hace referencia a que la ley determina un
orden progresivo que necesariamente debe ser respetado, de modo que, salvo vicios o defectos
sustanciales, el procedimiento no puede ser paralizado o retrotraído. Por último, esta serie de actos
es concatenada, lo que significa que los actos fundamentales del proceso penal se hallan
estrictamente unidos entre sí, de modo que algunos son presupuestos formales de otros.
2.- Todos estos actos no quedan al arbitrio del juez o de los otros sujetos del proceso, sino que están
disciplinados por el Derecho Procesal Penal, que prescribe las formas que deben observares y el orden
o procedimiento que es preciso seguir. Los actos procesales penales son actos jurídicos regulados por
normas de carácter procesal penal y cuyo efecto o finalidad es el inicio, desenvolvimiento y
finalización del proceso penal.
3.- Los órganos públicos predispuestos para cumplir estos actos son el juez o tribunal, el Ministerio
Público y la Policía Judicial (en caso de que exista). Al juez le incumbe la misión de aplicar la ley penal
sustantiva, hasta el punto de ejecutar las sanciones que llegara a imponer. El ministerio público fiscal
tiene como función la de promoción y ejercicio de la acción penal pública. La Policía judicial procura
evitar la dispersión de los medios probatorios o que los culpables eludan la acción de la justicia,
actuando como auxiliar de los órganos judiciales y promoviendo la acción penal mediante el sumario
de prevención policial.
Los particulares obligados a intervenir en el proceso son, a modo de ejemplo, los testigos, peritos e
intérpretes. Están autorizados pero no obligados a intervenir, el actor civil, el civilmente responsable y
el querellante particular.

2.- FINES DEL PROCESO PENAL


No siempre al proceso penal se le asignó la misma finalidad. En una época, se pensó que su fin
exclusivo era la represión del delito. El objetivo primario era pungir o condenar. En el polo opuesto, la
doctrina consideró el proceso como un medio de tutelar la inocencia.
Vélez Mariconde afirma que ambas concepciones son unilaterales, deficientes e inadmisibles. Aunque
del proceso tutela tanto el interés social pro la represión de la delincuencia como el interés individual
y social, por la libertad personal, no se puede afirmar que tenga ninguno de esos fines.
El proceso penal tiene un fin mediato que consiste en la justa actuación de la ley penal sustantiva. Por
ello, se dice que el Derecho Procesal Penal es un derecho realizador, ya que la función judicial penal
del Estado solo puede cumplirse mediante un proceso legalmente definido.
Además tiene un fin inmediato o específico: el descubrimiento de la verdad en relación al hecho
concreto que se presume cometido, y se logra a través de la actividad probatoria.
En definitiva, el proceso penal tiene por fin práctico y específico:

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1.- Comprobar si existe un hecho delictuoso, y en tal caso, establecer circunstancias objetivas que
sean jurídicamente relevantes, esto es, aquellas que lo califiquen, agraven o atenúen, justifiquen o
influyan sobre su punibilidad.
2.- Individualizar a los culpables de la infracción penal:
3.- Establecer las condiciones personales (edad, educación, condiciones de vida, etc) del culpable, en
cuanto sirvan para determinar su imputabilidad y para fijar la medida de la pena;
4.- fijar la sanción que se debe aplicar al culpable;
5.- comprobar la extensión del daño causado por el delito.

3.- INTERESES TUTELADOS


El proceso penal cumple una doble función de tutela jurídica: protege el interés social por el imperio
del derecho, o sea por la represión del delincuente y el interés individual (y social) por la libertad
personal. En otros términos, además de se un medio para que la sociedad ejercite su potestad
represiva, constituye una garantía individual; es un sistema formal de garantías.
Ambos intereses están jurídicamente protegidos. Frente a la potestad represiva del Estado,
condicionando su ejercicio o limitando los medios necesarios par hacerla efectiva, están los principios
de inocencia y de inviolabilidad de la defensa que la CN consagra en su artículo 18.
El legislador, intenta alcanzar un equilibrio entre ambos intereses en cada una de las instituciones
procesales. Sin embargo, en caso de conflicto entre dichos intereses, debe hacerse prevalecer el
relativo a la liberad individual, pues el sistema se baja en el principio de inocencia.

4.- SUJETOS PROCESALES

CLARIÁ OLMEDO dice que revisten la condición de sujetos del proceso penal "las personas públicas o
privadas que, necesaria o eventualmente, intervienen en él por se titulares del ejercicio de uno y otro
de los poderes sustanciales para la realización del orden jurídico, puestos en acto por la presencia de
un concreto objeto procesal".
Los sujetos del proceso penal, pueden clasificarse en: A.- ESENCIALES (PRINCIPALES) O B.-
EVENTUALES (SECUNDARIOS), según sea su intervención indispensable o no.
A.- ESENCIALES: el juez, el acusador (público o privado) y el imputado.
El juez ejerce la función jurisdiccional investigando o juzgando sobre la culpabilidad o inocencia del
imputado. El acusador es el sujeto que ejerce la acción penal, haciendo valer la pretensión represiva
que nace del delito; puede ser público o privado. El público es el ministerio público fiscal que actúa
cuando se traten de la investigación de un delito de acción pública; el privado es denominado
"querellante".
El imputado, es la persona sospechada de participación de una infracción penal en cualquier acto
inicial del proceso. Es el sujeto contra el cual se ejerce la acción penal, y eventualmente la civil.
Si bien es cierto que, hay en la práctica otras personas que deban intervenir necesariamente en el
proceso para la validez de los actos del mismo (defensores, secretarios de juzgados, mandatarios) no
pueden ni deben ser confundidos con los sujetos esenciales, por cuanto ellos son auxiliares de los
sujetos esenciales, careciendo de la titularidad directa del ejercicio de los poderes penales.

B.- SUJETOS EVENTUALES


Son sujetos eventuales: el actor civil, el civilmente responsable, el querellante particular.
El actor civil es la persona que, apareciendo cho damnificada por el delito -o siendo heredera
universal de ésta- demanda en el proceso penal la restitución del objeto material deleito o la
indemnización del daño material o moral que ha sufrido. Se introduce por propia determinación en el
proceso penal, y ejercita el poder de acción frente a la cuestión civil.
El civilmente responsable o demandado, es el sujeto que, responde indirectamente por el imputado
del daño causado por el delito.

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El querellante particular, actúa como acusador al lado del ministerio público fiscal.

* MINISTERIO PÚBLICO FISCAL


El acusador, como sujeto esencial del proceso, generalmente es un funcionario público, y ello es así
porque la regla en los sistemas de enjuiciamiento en la República Argentina es que sea el Ministerio
Público Fiscal (MPF) quien se encargue de llevar adelante la acusación en los procesos penales.
La necesaria intervención del MPF en el proceso penal y su rol en el mismo ha llevado a que éste
órgano estatal sea conceptualizado como "órgano acusador" aunque no debe ser un acusador a
ultranza, sino como un sujeto procesal que en forma objetiva, lleva adelante el poder de acción.
Es un órgano estatal titular de la promoción y ejercicio de la acción penal pública, que defiende y
representa a la sociedad en la protección del orden público.
Sus funciones están descriptas en los artículos 71 y 72 del CP, y a partir del artículo 65 al 71 del CPPN.
Al igual que el juzgador, el MPF aprecia las pruebas recogidas en el proceso conforme al sistema legal
vigente y valora los hechos de acuerdo con la ley penal cuya actuación demanda.
Es un organo: * imparcial
* independiente
* con inamovilidad de sus integrantes mientras dure su buena conducta
* sus remuneraciones son intangibles
* tiene una organización jerárquica
* se compone de funcionarios de rango constitucional
Es una organización independiente a la del Poder Judicial, a partir del Art. 120 de la CN y la ley de
organización del Ministerio Público Nº 24.946, y es encabezada por su representante máximo que es
el PROCURADOR GENERAL DE LA NACIÓN. La mencionada ley, detalla las distintas jerarquías y
quienes integran el cuerpo; la forma de selección, designación, duración y remoción.
* DEFENSOR:
El adecuado ejercicio del derecho de defensa del imputado presupone conocimientos jurídicos o
técnicos que suelen escapar a su saber. Para su debido resguardo, la ley regula la participación del
abogado defensor en el proceso, cuya misión es la protección de los intereses del imputado, a través
de su asesoramiento, asistencia, y representación. De esta forma, se respeta el principio de "paridad
de armas" entre los sujetos del proceso.
El defensor es auxiliar y representante del imputado en el proceso, por que no enviste "per se" la
calidad de parte. La ley privilegia la proposición del defensor de confianza del imputado. Sólo en su
defecto, esto es en caso de inacción de éste, o si aquél no aceptare el cargo y siempre que no haya
sido autorizado a defenderse por sí mismo, admite la defensa oficial, aunque esa admisión no
perjudique la designación ulterior de otro de confianza.
La defensa material o tácita es ejercida por el propio imputado que podrá llevarla a cabo siempre que
no perjudique la eficacia de la defensa y no obste a la normal substanciación del proceso. Esta
autodefensa goza de tácito aseguramiento en el art. 18 del CN.
No podrá tener más de dos defensores técnicos (Art. 105 CPPN).
El tratamiento de la defensa del imputado en el Código de rito, se hace desde el artículo 104 al 113
(número de defensores, obligatoriedad del cargo, defensa de oficio, defensor común, sustitución,
abandono y sanciones).
La defensa oficial, integra el Ministerio Público de la Defensa (art. 120 CN). El defensor General de la
Nación, es el jefe máximo de dicho Ministerio, según lo prescrito en el artículo 52 de la ley 24.946. Hay
defensores ante la Corte Suprema que tienen la obligación de sustitución del Defensor General,
defensores públicos oficiales ante tribunales colegiados de segunda instancia, Casación y otros.
El artículo 63 de la ley 24.946 impone al imputado que es asistido por la defensa oficial, la obligación
de solventar sus honorarios si contare con medios suficiente para ello. Los fondos que se obtengan se
incorporan a los propios del Ministerio Público de la Defensa.
* QUERELLANTE:

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En palabras de CLARIÁ OLMEDO, el querellante es: "…un acusador privado que cumple
facultativamente un acto penalmente imperativo, ya formulando directamente una imputación y
manteniéndola, ya una incriminación que tiene a ella; ejercita la acción penal a la par,
subsidiariamente o con absoluta exclusión del ministerio fiscal y se distingue del instante porque este
solo tiende a liberar un obstáculo para ese ejercicio por el acusador público".
Se clasifican según las características que le asignan los diversos sistemas normativos. Los hay:
populares, exclusivos, conjuntos, subsidiarios y adhesivos.
En el Código Procesal Penal de la Nación (CPPN) el QUERELLANTE PARTICULAR se halla legislado desde
el artículo Nº 82 al 86 inclusive.
El Articulo 82 autoriza a que "…toda persona con capacidad civil particularmente ofendida por un
delito de acción pública tendrá derecho a constituirse en parte querellante, y como tal impulsar el
proceso, proporcionar elementos de convicción, argumentar sobre ellos y recurrir…". El querellante
además -por propio imperio del mismo artículo- podrá constituirse en actor civil.
Esta persona que toma la decisión de participar activamente en el proceso en la calidad de
querellante, debe estar instituida por un "interés legítimo" que pueda ser claramente comprobable;
es decir que, no cualquiera puede tentarse con este derecho. Debe estar realmente legitimado para
poder reclamar este derecho.
El artículo 83 declama cuáles son los requisitos formales que debe cumplimentar la presentación de
solicitud de parte querellante, bajo pena de inadmisibilidad, es decir que, de no poder cumplir con
dichos requisitos insalvables, no podrán ser admitidos en tal calidad. Finalmente, el 86 aclara que el
mote formal de querellante no exime a la persona que lo lleve de la carga pública de ser testigo en el
juicio.
* ACTOR CIVIL:
El hecho de la realidad que general la lesión del bien jurídico penalmente tuteado tiene consecuencias
en el campo penal y también en otros ámbitos del Derecho. Ello es así porque esa conducta humana,
que presuntamente es penalmente típica, antijurídica y culpable, al originar una lesión a un bien
jurídico, no sólo da lugar a una reacción estatal para la sanción de quien resulte penalmente
responsable, sino también motiva una respuesta prevista por el Derecho para posibilitar la reparación
del daño sufrido por quien es ofendido por el delito. En otras palabras, el hecho que se considera
como presunto delito puede generar además, un daño resarcible, regulado dentro del campo del
Derecho Civil.
Ricardo Nuñez dice que: "…el delito del derecho criminal es, antes que nada, un hecho que afecta a la
sociedad, porque a la par del daño o del peligro de daño que implica para el interés jurídico de un
individuo o de la comunidad, produce otro daño de naturaleza moral…".
Por ello, la consecuencia directa es que, se abre la posibilidad del ejercicio de esa acción civil por parte
del damnificado a fin de obtener la reparación del daño, ya sea mediante la restitución de la cosa
obtenida por el delito o en su defecto con la indemnización correspondiente que habrá de incluir el
daño material y moral ocasionado por el hecho.
El CPPN trata este sujeto procesal entre sus artículos 87 y 96, confirmando quienes se pueden instituir
como parte, que procede aún cuando el imputado no estuviese individualizado; si hubiera varios
imputados se podrá ir contra todos ellos, que se puede constituir en cualquier estado del proceso
hasta la clausura de la instrucción. Tendrá como facultades, intervenir para acreditar la existencia del
hecho delictuoso y los daños y perjuicios que haya causado. Se deberá obligadamente notificar al
imputado. Puede desistir en cualquier momento del juicio.
* CIVILMENTE DEMANDADO:
La pretensión civil que eventualmente puede hacerse valer en el proceso penal va dirigida a obtener
la indemnización del daño causado a la víctima. Ésa pretensión tiene por destinatario al propio
imputado, sin embargo, puede darse el caso de que no sea el imputado solamente el responsable del
daño causado por el delito, esto se advierte claramente en los casos en los que el autor del hecho es
un menor imputable, situación en la que la responsabilidad puede alcanzar a sus progenitores. O bien,

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los casos en los que hay culpa "in eligendo" o "in vigilando" o bien cuando hay responsabilidad
contractual, como por ejemplo en un contrato de seguro.
El CPPN trata este sujeto y lo institucionaliza en sus artículos 97 a 103, y especifica en ellos quienes
pueden tener el derecho a pretender serlo, la oportunidad y la forma en que se debe solicitar, cuando
es nula la citación, la caducidad del derecho, y el trámite.

5.- OBJETOS DEL PROCESO

El proceso penal tiene un objeto principal y otro accesorio:


a.- OBJETO PRINCIPAL: es la hipótesis de un acontecimiento histórico, de un hecho determinado que
se presume cometido y en torno del cual gira el proceso.
Vélez Mariconde enseña: "Se trata de la representación conceptual de un acontecimiento histórico, de
modo que si el juzgador llega a comprobar, después de constituida la relación, que ese
acontecimiento no existió, es decir, que el hecho imputado no fue cometido, no puede decirse, que
aquello careció de objeto antes de esa comprobación".
El objeto principal es esencial o indispensable para que el proceso pueda existir: el proceso penal
presupone necesariamente una concreta imputación delictiva, sin la cual carece de razón de ser.
b.- OBJETO ACCESORIO: es el mismo hecho que se presume cometido y se considera desde el punto
de vista del derecho civil, cuando se pretenda la restitución del objeto material o la indemnización del
daño causado por el delito, esto es, un asunto de naturaleza civil que se injerta en el proceso penal,
debido a una pretensión de quien se considera damnificado.
CLARIÁ OLMEDO dice: "El objeto principal actúa como fundamento de la pretensión penal, y el
accesorio como fundamento de la pretensión reintegradora patrimonial. Al primero se vincula la
actividad de los sujetos principales y del querellante; y al segundo la del juez, imputado y demandante
y demandado civiles".

6.- FASES DEL PROCESO


El proceso se desarrolla en diversas etapas o fases que caracterizan distintos momentos de la relación
procesal y que explican el carácter progresivo de los actos que lo integran.
1.- Fase inicial:
Se puede iniciar por un requerimiento de instrucción formal del fiscal, por un sumario de prevención o
por una comunicación policial. En los procesos acusatorios, no existe estrictamente la promoción de la
acción penal, ya que el proceso es iniciado de oficio por el fiscal de instrucción.
2.- Fase de instrucción o investigación:
Esta es la etapa de recolección de pruebas, que tiene por objeto dar base a la acusación -para luego
pasar al juicio- o determinar el sobreseimiento.
En los procedimientos mixtos, si se tratare de delitos por los que procede instrucción formal, esta
etapa está a cargo del juez de instrucción. Si se trata de delitos de acción pública dolosos que
estuvieran reprimidos con pena privativa de libertad no mayor de tres años o con multa o
inhabilitación; delitos culposos, delitos cometidos en audiencias, y delito de falso testimonio, se
denomina información sumaria y está a cargo del juez correccional.
En los sistemas acusatorios, se llama investigación penal preparatoria y está a cargo del fiscal de
instrucción.
3.- Fase intermedia o crítica: Antes de llegar al debate o plenario, existe una etapa intermedia o crítica
que se manifiesta desde la elevación de la causa al juicio, se caracteriza porque las partes pueden
oponerse a su elevación, e instar el sobreseimiento.
4.- Juicio: es la fase esencial del proceso, que se desarrolla en forma oral, pública y contradictoria, con
base en una acusación y que tiene por objeto la plena discusión de las partes y la decisión definitiva
del juez acerca del fundamento de las pretensiones que se hayan hecho valer.
5.- Fases eventuales y extraordinaria: Están dadas por el eventual planteo de los recursos de casación,

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inconstitucionalidad y revisión.
6.- Fase ejecutiva: Se arbitran los medios para el cumplimiento de las disposiciones contenidas en la
sentencia y, en caso de sentencia condenatoria, todas las cuestiones que se susciten con motivo del
cumplimiento de la pena.

7.- PRINCIPIOS FUNDAMENTALES DEL PROCESO PENAL


El proceso penal está gobernado por una serie de principios o reglas que se refieren a su contenido
material, a los poderes jurídicos de los sujetos que intervienen en él, a su finalidad inmediata y a la
defensa de las partes.

* 1.- PRINCIPIO DE OFICIALIDAD


Este principio hace referencia al carácter oficial que tiene el proceso penal. La represión del delito
constituye un fin esencial y una función exclusiva del Estado, de modo que este resulta titular de una
potestad (poder-deber) de reprimir al transgresor de la norma penal. Para ejercitar ese poder el
Estado instituye diversos órganos, pues la inobservancia del derecho penal (público) le impone un
actitud activa, a diferencia de la actitud pasiva que adopta ante la inobservancia del derecho civil
(privado).
El Estado tiene un interés directo e inmediato en que se actúe realmente la ley penal.
De allí que el proceso asume un carácter totalmente oficial y que el contenido material del proceso
penal sea indisponible para los sujetos del mismo, cuyo poderes solo inciden sobre las formas
procesales.
Este principio, responde al interés social, contribuye a que el proceso penal atienda al interés público
de justicia en todas sus manifestaciones.
Del principio de oficialidad se derivan consecuencias o subprincipios que se refieren a los órganos
públicos que intervienen en el procedimiento penal (estabilidad); a los caracteres de la acción penal
(oficiosidad y legalidad) y de la jurisdicción (indeclinabilidad e improrrogabilidad); y a la naturaleza de
los poderes que tienen las partes (indisponibilidad).
a.- Estatalidad:
Con la finalidad de llevar a cabo la actuación de la ley penal, el Estado instituye diversos órganos: la
policía investiga delitos de acción pública que llegan a su conocimiento y se los comunica al juez o al
fiscal de instrucción (según sea el caso). El ministerio público promueve y ejerce la acción penal, el
juez ejerce la jurisdicción hasta ejecutar -si cabe- la sentencia definitiva. La defensa técnica se ocupa
de garantizar la efectividad del sagrado derecho de defensa.
Es decir que, el Estado se reserva para sí las funciones de perseguir, decidir y penal los delitos.
b.- Oficiosidad:
La iniciativa de la investigación o el origen del proceso penal no está, en nuestro sistema, a cargo de
todos los órganos públicos antes mencionados, sino tan solo de la policía judicial y del ministerio
público fiscal. El juez sólo puede actuar en virtud de una instancia o comunicación de esos órganos y
nunca de oficio.
La policía judicial y el MPF tienen el deber de proceder de oficio, por iniciativa propia, a promover la
acción penal pública en las formas establecidas por la ley, sin necesidad de ninguna excitación extraña
(oficial o particular) excepto los casos de acciones dependientes de instancia privada.
La voluntad de los particulares (aunque sean damnificados por el delito) o de otros funcionarios
públicos carece de eficacia para enervar o evitar la promoción de la acción pública.
c.- Legalidad:
La policía judicial y el Ministerio Público Fiscal (MPF) tienen el deber de proceder en todo caso de
acuerdo con la ley penal, es decir, siempre que aparezca cometido un hecho delictuoso, sin que
puedan inspirarse en criterios políticos o de utilidad social. Carece de toda c¡facultad discrecional para
juzgar sobre la oportunidad o conveniencia de promover o ejercer la acción penal; son esclavos de la
ley, cuya actuación tienen el deber de provocar o solicitar, puesto que lo contrario implicaría

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atribuirles un poder de indulto o perdón.
Esta regla rige en el momento de la promoción y durante el ejercicio de la acción penal:
* Necesidad de la promoción: En el momento inicial, cuando la policía judicial o el MPF llegan a
conocer la existencia de un delito de acción pública promovible de oficio, tienen el deber de
promoverla en la forma establecida por la ley. Por otra parte, si reciben una denuncia y consideran
que el hecho referido en ella no constituye delito, no tienen facultad para rechazarla o archivarla.
Debe remitirla al juez de instrucción y agente fiscal, para que ellos -si consideran- procedan a su
archivo cuando no se pueda proceder o no encuadre en alguna figura penal.
* Irrectractabilidad:
Promovida la acción, su ejercicio no puede suspenderse, interrumpirse ni hacerse cesar (salvo los
casos expresamente estipulados). Como consecuencia de ello, el MPF no puede transar con el
imputado ni renunciar o desistir de la acción penal ni de la instancia. El órgano estatal ejerce un poder
puramente formal (excitar la jurisdicción) que no incide sobre el contenido sustancial de la relación
procesal, de modo que no puede evitar el pronunciamiento del juez, no puede desapoderarlo del
conocimiento de lo ilícito penal.
d.- Indeclinabilidad:
Este subprincipio se refiere a la función jurisdiccional y significa que una vez que el juez ha sido
investido del conocimiento de lo ilícito penal, no puede sustraerse al ejercicio de su función; tiene el
deber de pronunciarse de acuerdo con la ley, desde que no tiene poder de indultar o perdonar.
e.- Improrrogabilidad:
Las normas legales sobre jurisdicción y competencia penal son de orden público por cuanto hacen
práctica la garantía del juez natural, de allí que son absolutamente improrrogables, es decir, no
pueden ser modificadas por la voluntad del juez ni de los otros sujetos procesales, ni con el acuerdo
de todos.
f.- Indisponibilidad:
En el proceso penal, los poderes de las partes son de la misma naturaleza formal que los
correspondientes a los funcionarios públicos; la voluntad de ellas (incluso el imputado que confesara)
no puede restringir el campo de la investigación, ni puede aplicarse la teoría de la carga probatoria.
Ello se debe a que, la pretensión represiva es indisponible porque pertenece al Estado.

2.- PRINCIPIO DE OPORTUNIDAD


* CONCEPTO
Maier lo define como: "…la posibilidad de que los órganos públicos, a quienes se les
encomienda la persecución penal, prescindan de ella, en presencia de la noticia de un
hecho unible o, incluso, frente a la prueba más o menos completa de su perpetración,
formal o informalmente, temporal o definitivamente, condicionada o incondicional,
por motivos de utilidad social o razones político-criminales…".
Cafferata Nores afirma que consiste en: "…La posibilidad que la ley acuerda a los órganos encargados
de la percusión penal, por razones de política criminal o procesal, de no iniciar la persecución o de
suspender provisionalmente la ya iniciada, o de limitarla en su extensión objetiva y subjetiva (solo a
algunos delitos o a algunos autores y no a todos), o de hacerla cesar definitivamente antes de la
sentencia, aún cuando concurran las condiciones ordinarias para perseguir y castigar; a la autorización
de aplicar penas inferiores a la escala penal fijada para el delito por la ley, o eximir de ella a quien lo
cometió…".
* CRITERIOS DE OPORTUNIDAD
Al tratar este tema, Cafferata Nores expresa: "…en general, los criterios de oportunidad dan
prioridad a otras soluciones por sobre la aplicación de la pena, sobre todo en delitos
de poca y hasta mediana gravedad, autores primarios, o mínima culpabilidad o
participación, o cuando el bien lesionado por el delito sea disponible, o cuando sea el

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modo más equitativo de armonizar el conflicto entre víctima y autor, según los casos.
Se encuentran dentro de estas soluciones alternativas, la reparación de la víctima
que hoy se plantea como el tercer fin del derecho procesal (al lado de la pena y la
medida de seguridad), o la resocialización del autor (prevención especial) por
tratamientos alternativos (por ej: cumplimiento de las condiciones de la suspensión
del juicio a prueba. Art. 76 bis CP), o su rehabilitación (ejemplo: tratamiento de
recuperación del adicto acusado de tenencia de droga para consumo personal, art 18
ley 23.737), o la pérdida del interés de castigar (delito que en sí mismo o en su
consecuencia infringe un daño al autor superior a la pena); o cuando la pena
impuesta por otros delitos (prisión perpetua) hace irrelevante perseguir el nuevo; o
cuando concurre la misma razón por la gran cantidad de hechos imputados, entre
otras propuestas…".
En algunos códigos, el MPF podrá solicitar que se suspenda total o parcialmente la
persecución penal, que se limite a alguna o varias infracciones o a alguna de las
personas que participaron en el hecho, cuando:
* se trate de un hecho insignificante, de mínima culpabilidad del autor o del partícipe
o exigua contribución de éste.
* cuando se haya producido la solución del conflicto, que deberá acreditarse
sumariamente;
* en los casos de suspensión del juicio a prueba;
* en casos de juicio abreviado;
* cuando revelare la identidad de coautores, partícipes o encubridores de los hechos
investigados o de otros conexos, proporcionando datos suficientes que permitan el
enjuiciamiento de los sindicados o un significativo progreso de la investigación.
* cuando aportare información que permita secuestrar los instrumentos o los efectos
del delito, valores, bienes, o dinero.

3.- PRINCIPIO DE VERDAD REAL


CONCEPTO
Verdad es la relación de concordancia entre el pensamiento y el objeto pensado. Es una relación de
conocimiento que se establece entre un sujeto cognoscente y el objeto conocido o a conocer,
trascendente a él.
Desde el punto de vista del derecho procesal penal, representa un ideal genérico a alcanzar, pues
múltiples circunstancias condicionan su obtención total y absoluta.
El proceso penal aspira a poner de relieve la verdad acerca de la imputación inicial. El proceso de
conocimiento llevado a cabo por el juez significa una reconstrucción histórica de un hecho sucedido en
el pasado con las circunstancias objetivas y subjetivas. Para ello, se parte de una hipótesis a verificar
mediante el proceso de conocimiento y se trabaja con las pruebas y rastros que han perdurado.
La doctrina distingue dos clases de verdades: la REAL O MATERIAL, que adjudica al proceso penal
como ideal; y la FORMAL que adjudica al proceso civil.
Maier concluye que, verdad real y formal no apuntan a conceptos diferentes, la diferencia estriba en
las formas con las que los distintos procedimientos judiciales atacan la investigación de la verdad o en
los acondicionamientos formales para fijar el objeto de la investigación y para incorporar las pruebas.
Esta función del proceso penal, sólo debe ser considerada como un ideal, como un objetivo al que
tiende el procedimiento penal, pero que en un proceso concreto puede no ser alcanzado.
El proceso penal no existe para descubrir la verdad, sino para determinar si es posible que el juzgador
logre un convencimiento sobre la verdad de la acusación, dudado en pruebas y explicable
racionalmente, o si ello no es posible dentro de las reglas establecidas.

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* Investigación judicial autónoma
El poder autónomo de investigación del juez es característico del proceso inquisitivo. Significa que el
órgano jurisdiccional tiene en el proceso penal una posición activa y prominente, sin estar
condicionado o limitado por la actividad de las partes. Según Vélez Mariconde, este principio se hace
evidente en los poderes jurídicos que le competen al juez, con respecto al desarrollo de la relación
procesal y a la actividad probatoria.
El Juez penal es titular de un poder de IMPULSIÓN PROCESAL, no bien se ha promovido la acción
penal, independiente o autónomo de los que corresponden al Fiscal o a las partes: puede ordenar,
aún de oficio, los actos necesarios para la marcha normal del proceso, sin necesidad de ser excitado
por ellos. Tiene además la potestad de investigar de oficio la verdad de los hechos, incluso a pesar de
la inactividad del Fiscal y partes.
* Libre convicción
Este es el criterio o sistema de valoración de la prueba llamado también "sana crítica racional".
Libre convicción no significa arbitrariedad o puro sentimiento, sino que el sistema se caracteriza por la
ausencia de reglas abstractas y generales que prefijan el valor de la prueba -evaluada según la lógica,
psicología y experiencia común- y por la exigencia de que los autos y sentencias sean motivados, es
decir, que se consignen los fundamentos de esas resoluciones.
El Juez y el Fiscal deben valorar los medios probatorios para dar fundamento a sus decisiones o
dictámenes, tanto en la investigación como en el juicio. Esa valoración debe limitarse a las pruebas
legalmente introducidas en el proceso, sin interferencias de elementos extraños aunque fueren de
conocimiento del juzgador.
* Comunidad de la prueba
Cuando un elemento de prueba se incorpora al procedimiento, se desvincula por completo del sujeto
que ofreció su producción y del interés concreto que condujo a su incorporación. El conocimiento
adquirido es "propiedad" común de todos aquellos que intervienen en el procedimiento.
Cualquiera que fuese la parte que propone una prueba, en el momento en que es aceptada por el
tribunal deja de pertenecer a quien la propuso, para pasar a ser del proceso. Pertenece a todos por
igual y por ello no es posible la renuncia unilateral de quien ofreció el medio de prueba.

4.- PRINCIPIO DE ORALIDAD


CONCEPTO Y FUNDAMENTO
El juicio definitivo debe realizarse oralmente, esto implica que, toda la actividad procesal del debate,
es decir, la producción de las pruebas, las instancias y alegaciones de las partes y decisiones de mero
trámite del tribunal, se cumplirán a viva voz.
La oralidad potencia las virtudes individuales y combinadas de la publicidad, inmediación,
contradictorio, concentración e identidad física del juzgador y es una aplicación al principio general de
la originalidad de las pruebas, por cuanto la manifestación natural y originaria del pensamiento
humano es la palabra hablada.
Asegura el contacto directo entre los elementos de prueba y el juez de sentencia y es la forma natural
de esclarecer la verdad, de reproducir lógicamente los hechos, de apreciar la condición y
características de las personas que proporcionan los elementos de prueba y de evitar las limitaciones
que se derivan del procedimiento escrito. Además, a través de la oralidad se hace efectivo el derecho
del acusado a ser oído públicamente por el tribunal.
El tribunal de juicio está obligado a fundar su decisión en las pruebas examinadas oralmente durante
el debate, sin que pueda basarse en otros medios probatorios, salvo las excepciones expresas de la
ley, las que deben interpretarse restrictivamente.

DERIVACIÓN
* a.- Inmediación:
Los sujetos del proceso deben estar en contacto personal y directo entre sí durante el debate y recibir

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inmediata, directa y simultáneamente los medios de prueba que han de dar fundamento a la
discusión y a la sentencia.
Implica en contacto directo del juez con los medios probatorios en que ha de basar su juicio, y el
contacto directo de los sujetos procesales entre sí en el momento de recibir esas pruebas.
* b.- Concentración o continuidad:
Esta regla exige la mayor aproximación temporal posible entre el momento en que se recibe la prueba
y se dicta la sentencia basada en ella. La concentración de los actos del debate asegura que la
sentencia será dictada inmediatamente después de examinada la prueba que ha de darle fundamento
y de oídos los alegatos de las partes.
El debate continúa durante todas las audiencias consecutivas que fueren necesarias hasta su
terminación; inmediatamente de terminado, los jueces pasan a deliberar en sesión secreta para dictar
sentencia.
* c.- Identidad física del juzgador
La sentencia debe ser dictada por los mismos jueces que intervinieron en el debate, desde el
comienzo hasta su fin, es decir, por quienes oyeron al imputado, recibieron la prueba que dará base a
la sentencia y escucharon los alegatos y argumentaciones de las partes.
* d.- Publicidad del debate
La publicidad del debate consiste en la posibilidad de que cualquier persona pueda presenciar el
desarrollo total del debate y conocer luego los fundamentos de la sentencia.
Es una característica propia del sistema republicano, y resulta impuesta por nuestra Constitución.
Es el medio más efectivo de control de la sociedad sobre los magistrados que intervienen en el
debate, favoreciendo la formación del espíritu cívico y la confianza en la justicia. Con relación al
imputado, es beneficiosa para asegurar un fallo justo y evitar posibles arbitrariedades judiciales. En
cuanto a los jueces, los coloca al amparo de sospechas, contribuyendo a la transparencia de la función
judicial, y los pone a salvo de presiones de otros poderes del Estado.

5.- PRINCIPIO DE INVIOLABILIDAD DE LA DEFENSA


CONCEPTO
El estado jurídico de inocencia de que goza el imputado se relaciona íntimamente con el principio de
inviolabilidad de la defensa. Sí al imputado se le reconoce un estado jurídico de inocencia que no debe
probar, sino que debe ser destruido por la prueba de cargo aportada por el órgano de la acusación, el
sentido de su defensa será el de controlar el modo en que se pretende probar su culpabilidad, o
intentar acreditar, su inocencia.
El artículo 8 de la Constitución Nacional, establece que: "Es inviolable la defensa en juicio de la
persona y de los derechos". Además este principio está consagrado por el artículo 75, inciso 22, en
función de los artículos 9 y 11 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, artículo 8 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos; artículo 14 del Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos, y artículo 26 de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre.
Se aplica a toda clase de procesos, pero tiene relevancia en el penal por la supremacía de los bienes
en éste comprometidos. A su vez, dentro del proceso penal la garantía constitucional se refiere tanto
a la defensa material como a la formal o técnica y alcanza a las diferentes fases del proceso:
investigación, y juicio.
La defensa (según Jauchen) en el ámbito del derecho procesal penal, es "el insoslayable derecho
subjetivo individual, de carácter público, de intervenir en el proceso penal en todo
momento, de probar y argumentar en él, por sí y por medio de abogado todas las
circunstancias de hecho y fundamentos de derecho que desvirtúen la acusación, con
el propósito de obtener una declaración de eximición o atenuación de la
responsabilidad penal atribuida".
Las partes tienen durante el proceso el derecho de procurar adecuadamente que el juez admita o

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desestime las pretensiones ejercidas. El imputado tiene el derecho de poner de manifiesto su
inocencia o cualquier circunstancia que atenúe su responsabilidad. El actor civil, el de acreditar el
fundamento de la pretensión resarcitoria que hace valer. El querellante de hacer valer su derecho a
obtener una resolución jurisdiccional que resuelva el conflicto que el delito genera.
El imputado, sujeto incoercible de la relación procesal, no puede ser obligado a declarar contra sí
mismo (Art. 18 CN) y su derecho de defensa se traduce en una serie de poderes jurídicos:
* intervenir en el proceso invocando en su contra;
* conocer los hechos que se le atribuyen y las pruebas a su cargo;
* declarar libremente con relación al hecho que se le imputa;
*ofrecer pruebas pertinentes;
*exponer las razones que a su criterio le asisten para obtener una decisión jurisdiccional favorable;
* defenderse personalmente o elegir un defensor que lo represente.
La defensa del imputado no es sólo un derecho subjetivo individual, es una actividad esencial del
proceso, un elemento indispensable que integra el triángulo formal de la justicia represiva; ya que, la
sociedad tiene un interés efectivo en la tutela de la libertad personal y de los derechos individuales
que el proceso amenaza y porque tiene interés en el verdadero culpable y absolución del inocente.
Cafferata Nores dice que: "El derecho de defensa no solo es una emanación de la
dignidad personal del imputado, sino, además un requisito indispensable para
asegurar el desarrollo de un proceso respetuoso de la escala de valores del Estado de
Derecho. El sistema procesal debe asegurar todas sus manifestaciones desde el
primer momento de la persecución penal y en cada una de las etapas procesales".
*Repercusiones:
Este principio tiene repercusión en la actividad de todos los sujetos procesales: no se limita al
imputado, sino que influye sobre las actividades propias del acusador y del juez y se traduce en una
serie de reglas procesales íntimamente vinculadas entre sí.
1.- necesidad de una oportuna intervención del imputado y citación de los sujetos secundarios de la
relación procesal.
2.- Necesidad de un proceso que asegure el contradictorio.
3.- Necesidad de que el proceso tenga por base una imputación concreta, que en el juicio plenario
debe estar contenida en una acusación formal.
4.- Necesidad de que la imputación sea intimada correctamente, incluso en el caso de que la
acusación pueda ser ampliada.
5.- Necesidad de que exista correlación entre la acusación intimada y la sentencia.

8.- ACTOS PROCESALES


CONCEPTO
Los actos procesales son aquellas manifestaciones de voluntad exteriorizadas a través de formas
establecidas orientadas a la producción de efectos jurídicos destinados al desarrollo de la relación
procesal.
Traducen formalmente el comportamiento de los sujetos procesales en orden al objeto y finalidades
de la señalada relación, determinando efectos sobre la constitución, modificación, desenvolvimiento
o extinción de la misma. No tienen vida ni significación fuera del proceso que les da sentido,
apareciendo como lógicamente subordinados y dependientes de la prestación jurisdiccional.
Niceto Alcalá Zamora propone una caracterización, diciendo: "Por actos procesales deben
entenderse las exteriorizaciones de conductas relativas al desenvolvimiento del
proceso, sea cual fuere el sujeto en él interviniente de que provengan".
Couture dice que: "El acto procesal es el hecho voluntario que produce efectos jurídicos
referidos al proceso".

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CARACTERES:
A.- Legalidad:
La regulación de los actos procesales provienen de manera directa de la ley, lo que significa que la
existencia y efectos del acto deviene de lo establecido en la normatividad. Las disposiciones de los
códigos procesales contienen los requisitos y oportunidades de realización de tales actos, las
sanciones por el no cumplimiento de esos requisitos y los efectos que producen.
B.- Procedibilidad:
El requisito de legalidad es de legalidad procesal, pero también refiere al esencial elemento del acto
como componente del proceso. Dice Clariá Olmedo: "… el actuar indiferente para el proceso no
constituye acto procesal…", ya que lo decisivo del acto es su repercusión dentro del proceso.
C.- Objetividad:
Deben manifestarse a través de una materialidad externa de una objetividad perceptible y verificable.
Es la característica más notable y evidente y la que se asocia naturalmente a la idea de proceso, en
cuanto a un orden de regulaciones rituales; ésta forma constituye la exterioridad del acto y su
conjunto integra la manifestación material del proceso como causa. Las manifestaciones de voluntad
que constituyen los actos procesales se dejan testimoniadas en actas, constancias, resoluciones.
D.- Expresividad:
En lo básico, los actos procesales son expresiones que indican una determinada dirección intencional,
ya fuere como solicitud, decisión, constatación o información y ya se concreten de modo oral o
escrito.
Un acto procesal es una manifestación destinada a la comunicación.
E.- Formalidad:
Esta exteriorización está regulada por la ley procesal. Debe responder al cumplimiento de diversos
requisitos que le dan validez y eficacia, cuya inobservancia trae aparejadas sanciones procesales,
como la inadmisibilidad o la nulidad. Los requisitos generalmente son de forma, de tiempo y lugar.
F.- Voluntariedad:
Es la expresión volitivo-intelectual del sujeto actuante, y es uno de los aspectos más difíciles de
teorizar. Esta voluntariedad refiere al contenido del acto y se integra con los estratos psíquicos y
significativo. Traducido esto en una norma jurídica, es por ejemplo cuando hablan de que una
cuestión prejudicial sea "seria, fundada y verosímil".
G.- Oportunidad:
Otra característica fundamental de los actos procesales que contribuye a dibujar nítidamente su
peculiaridad, propia del ámbito en el que opera, es el de su eficacia está condicionada además de los
otros elementos ya señalados, por su ubicación cronológica dentro de la dinámica del proceso.
La regulación procesal marca con respecto a cada uno de los actos oportunidades en que pueden y
deben producirse, fuera de las cuales carecerán de eficacia. En cierta medida, este requisito se
relaciona con el ya tratado de la formalidad entendida como la adecuación del acto a condiciones de
forma, espacio y tiempo.
A modo de ejemplo, se citan las disposiciones que hacen admisible la constitución del actor civil hasta
la clausura de la instrucción, las que determinan los momentos en que debe producirse la requisitoria
fiscal, la demanda civil, la defensa, la apertura a prueba, los alegatos, etc.
Todo el desarrollo del proceso, desde su iniciación hasta su finalización, se estructura como una
secuencia de momentos dentro de los cuales deben producirse ciertos actos en orden a la marcha del
mismo.

* Distintos tipos de actos procesales:

* Constitutivos: son aquellos que producen efectos en orden al establecimiento de una determinada
situación procesal que definen una especial relación del sujeto y su ubicación dentro del proceso.

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Su importancia es decisiva, ya que de ellos se derivarán derechos y deberes, poderes y cargas,
delimitando uno o varios roles procesales.
A modo de ejemplo, pueden citarse aquellas conductas que en diversa forma sindiquen a una persona
como autor de un delito, lo que hace que la misma revista el rol de imputado. Dentro de la
instrucción, el acto inicial constitutivo del proceso penal es la providencia jurisdiccional que ordena la
apertura de la instrucción. Además son constitutivos, la designación del defensor, la constitución del
actor civil y de los terceros civilmente demandados.

* Enunciativos: Son aquellos que, en cualquier forma y por cualquiera de los medios regulados por la
legislación pertinente enuncian hechos relativos a la averiguación del objeto de la relación procesal.
Estos actos permiten la incorporación al proceso de elementos de conocimientos tendientes al logro
de la investigación integral propia del mismo.
Son actos enunciativos: la denuncia, las declaraciones testimoniales, dictámenes periciales,
respuestas informativas.

* Operativos:
Están compuestas por aquellas diligencias que implican citaciones, notificaciones, pedidos y
resoluciones sobre aspectos relativos al trámite de la causa. Hacen a lo que hemos denominado como
"procedimiento" y significan la forma de la actividad necesaria a la marcha del proceso desde su inicio
hasta su finalización y por lo común se concretan como proveídos o decretos.

* Posicionales:
Son aquellos actos emanados de las partes en los cuales se evidencia y acentúa, el carácter "partido"
derivado de las respectivas posiciones dentro de la situación procesal y dirigidos a la exposición
argumental y petición concreta con miras a la obtención de una decisión judicial que defina la relación
procesal en el sentido del interés del sujeto procesal.
Este tipo de actos, lo constituyen las presentaciones de la defensa material y técnica, las
intervenciones acusatorias del ministerio público, y en su caso, del querellante y la demanda civil y la
contestación de la misma. De igual manera, el pedido de sobreseimiento y todas aquellas expresiones
en las cuales las partes constituidas aboguen y peticionen en favor de sus respectivas finalidades.

* Decisorios:
Son actos propios del juez o tribunal e implican la manifestación por excelencia de la actividad y poder
jurisdiccional. A diferencia de los "posiciones", son esencialmente partivos, los decisorios aparecen
como una definición imparcial de la voluntad de lay a través del conocimiento y decisión del juzgador
en la aplicación de la situación concreta.
Puede decirse que todo el desarrollo de la relación procesal, desde el inicio de la misma y a través de
su desenvolvimiento, se orienta hacia la resolución final o sentencial.
Los actos constitutivos, operativos, las posiciones de las partes en sus posiciones, no son sino avances
hacia esa conclusión lógica que declarará la aplicación del derecho sustantivo general al caso singular,
significando el cierre del caso, la obtención de certeza jurídica sobre la relación de fondo y la
producción del efecto de cosa juzgada.

* Impugnatorios:
Tienden a la modificación -sea por contrario imperio o por revisión de órganos superiores
jerárquicamente- de un pronunciamiento impugnado por cualquiera de las partes.
La legislación habla de recursos de reposición (revocatoria o revisión) y procede contra resoluciones
dictadas sin sustanciación para que el propio juez que la dictó la revoque por contrario imperio.
La apelación aparece como una impugnación fundada en una sentencia o auto resoluto de incidente,
efectuada ante juez o tribunal de grado superior al que emitió el pronunciamiento.

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* Ejecutorios:
Son los actos emanados del órgano jurisdiccional que llevan a la realización concreta y efectiva de las
decisiones del mismo, tienen especial importancia dentro del proceso penal, ya que por su naturaleza
presentan, especialmente durante la etapa instructora, múltiple manifestaciones de tales actos, que
también se traducen cho coacciones personales para el cumplimiento de los actos que se ordenan.

EL TIEMPO Y LOS ACTOS PROCESALES. OPORTUNIDAD. PLAZOS Y TÉRMINOS.


PRECLUSIÓN.
Una de las características esenciales de los actos procesales es la de estar sometidos a condiciones
formales y el de adecuarse, para su producción y eficacia, a oportunidades prefijadas.
Puede además enfocarse desde otra perspectiva, cual es el de la duración total entre el comienzo de
la causa y su finalización. Así ha cobrado penoso auge el fenómeno que se ha denominado
"morosidad judicial" y que se manifiesta en la extraordinaria demora en la tramitación y resolución de
las causas, convirtiendo muchas de las veces en ilusorios los derechos pretendidos por las partes.
La imagen pública de la justicia necesita de celeridad. "Justicia lenta no es justicia!".
Los actos procesales, se llevan a cabo en días y horarios destinados a la actividad tribunalicia. Es lo
que regla la totalidad de los códigos: los actos procesales deberán cumplirse en días y horas hábiles.
Los actos procesales deben llevarse a cabo dentro de los lapsos establecidos, estos son los
denominados "plazos procesales", y condiciona su validez. Esta exigencia propia de la necesidad de
orden del proceso, aparece como obligación para todos los sujetos procesales, ya que la función de los
plazos se liga estrechamente a los fines del proceso como así también a sus modalidades y valores en
juego.
Se pueden computar en días (acusación, demanda civil, defensa) meses (duración de la instrucción),
horas.
El cómputo del plazo se realiza a partir del día siguiente a su notificación. Pueden tener diferentes
caracteres, y pueden ser "perentorios" u "ordenatorios".
Los "perentorios" no toleran la posibilidad de que el acto no llevado a cabo pueda realizarse
válidamente después del término. Producen la caducidad o decadencia de la facultad de actuación en
el caso concreto. En cambio los "ordenatorios" son aquellos que conminan, disponen y ordenan la
realización del acto en un tiempo establecido, pero operado el término no se da la caducidad.
En general puede decirse que los plazos son "improrrogables", es decir, que se procura por razones de
orden, seguridad y celeridad, un cumplimiento estricto de los plazos procesales.
Hay plazos que son comunes, cuya apertura, cómputo y término opera conjuntamente para todas las
partes del proceso; individuales que corren de manera particular para cada una de las partes;
ordinarios que regulan el desarrollo habitual, y extraordinarios que prevén una prolongación o
prórroga cuando surgen circunstancias de excepción (complejidad, necesidad de diligencias,
distancias, etc).

* Preclusión:
"Preclusio" significa "clausurar, cerrar el paso". Y esto es precisamente lo que ocurre en el caso, ya
que la preclusión opera no solamente como caducidad de la facultad no ejercitada, sino como
imposibilidad de replanteo de la situación previa establecida.
Este instituto ocurre a partir del vencimiento del término y tiende a impedir que una situación
consolidada se retrotraiga a un momento anterior. El concepto se relaciona con el de caducidad como
específica sanción procesal, ya que la preclusión significa en la práctica la pérdida del derecho o
facultad no empleado en la oportunidad correspondiente.
Dentro del proceso penal podemos citar como ejemplos del instituto: la constitución definitiva del

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actor civil; el carácter de firme de las resoluciones no impugnadas por parte habilitada dentro de los
plazos correspondientes; la investigación instructora que, salvo supuestos excepcionales, no puede
ser reabierta a partir de la elevación de la causa a juicio.

* Codificación:
El tratamiento de los actos procesales, se codificó en nuestro ordenamiento legal argentino a partir
del artículo 114 al 119 del CPPN.
En ellos, trata el idioma que debe utilizarse en los actos, y lo conmina con una pena de nulidad (114).
Estipula como se fecha un acto procesal, con día, mes y año en que se cumple. La hora es consignada,
sólo cuando es exigida expresamente. Es el secretario del tribunal el que deba poner el "cargo" (sello
que hace constancia de la fecha y hora de presentación del escrito) que tienen por función dar certeza
del lugar en que aquellas ocurrieron, esto es importante ya que carecerá de eficacia el escrito que no
hubiere sido presentado en la Secretaría pertinente (115).
Se establece que los actos procesales deberán ser cumplimentados en días y horas hábiles, y deja
como excepción a los actos instructorios que pueden excederse en casos excepcionales en días y horas
inhábiles (por ejemplo la apelación de la excarcelación, que se estipula debe ser presentado 24 hs
después de su notificación) Art. 116 CPPN.
El 117 trata la cuestión del juramento, quien lo recibe y cuando. El 118 describe la forma y modo en
que se harán las declaraciones; y el 119 refiere a las declaraciones especiales.

* Actos y resoluciones judiciales en el Código


Poder coercitivo
El artículo 120 del CPPN dispone sobre el poder coercitivo con que deben ejecutarse determinados
actos procesales, y enviste al tribunal con algunas facultades para que en caso de ser necesario pueda
así disponerlas. Este es el caso concreto de la utilización de la "fuerza pública" y toda otra medida que
sea considerada de necesidad para el seguro y regular cumplimiento de los actos que el tribunal
ordene.
La norma faculta a los tribunales unipersonales o colegiados a utilizar la fuerza para cumplir con el
desenvolvimiento del proceso en cualquiera de sus etapas, impidiendo que sus decisiones se tornen
abstractas.
El juez tiene la facultad de compeler por la fuerza pública a los desobedientes.
En los registros domiciliarios, por ejemplo (art 224) autoriza al juez a disponer de la "fuerza pública"
para su cumplimiento.
En el debate (art. 366) habilita al tribunal para compeler al procesado a la diligencia de
reconocimiento y a su presidente (del debate) para expulsar a quienes perturben el debate haciendo
uso de la fuerza pública.
El 121 determina que el tribunal será siempre asistido por un Secretario que dará fé de los actos y
resoluciones, y la falta de la firma de éste en las actas o resoluciones que documentan su participación
provocan la nulidad de las actuaciones o del instrumento que no fue certificado.
El artículo 122 determina cuales serán los actos formales por los cuales los jueces emitirán su opinión
formal y expedirán su decisión, ellos son: la sentencia, el auto, o bien el decreto.
La sentencia pone fin al proceso, se dicta un auto para resolver un incidente o situación del proceso
cuando el código así lo determine, y utiliza el decreto simple en los demás casos o cuando esta
formula esté puntualmente prescrita. Debemos afirmar que el decreto es una resolución de mero
trámite que el órgano judicial dicta durante el proceso a fin de lograr su progreso (por ejemplo:
llamamiento de un testigo, disposición de medidas de pruebas).
En el artículo 123 se dispone que las resoluciones (sentencias y autos) deberán ser motivadas, bajo
pena de nulidad. De igual modo los decretos cuando la ley lo disponga. Y el 124 completa la idea al
afirmar que estas resoluciones judiciales (sentencias, autos y decretos) deberán estar suscritas por el
juez o tribunal, ya que la falta de firma provoca la directa nulidad. El artículo siguiente, el 125

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formaliza cuales son los plazos en que estas resoluciones deberían ser dictadas formalmente; y así, los
decretos el día en que los expedientes sean puestos a despacho; los autos a los 5 días y las sentencias
en las oportunidades especialmente previstas.
Estos decisorios pueden ser modificados dentro del término de 3 días de dictadas las resoluciones, y
se puede hacer de oficio o a instancia de parte; siempre y cuando no signifique una modificación
esencial (Art 126).

* Suplicatorias, exhortos, mandamientos y vistas


Existen reglas generales expresamente estipuladas en el código procesal penal de la nación, que
regula esta cuestión, y dice que cuando un acto procesal se deba ejecutar fuera de la sede del
tribunal, se puede encomendar el cumplimiento mediante un acto de suplicatoria, exhorto,
mandamiento y oficio. Y para ello, se deberá tener en cuenta a que tipo de tribunal se está haciendo
la solicitud puntual, ya que de esto dependerá cuál se utilizará.
Es decir, los preceptos contenidos desde el artículo 132 al 137 del CPPN tratan la cuestión y las
diferentes situaciones y modos de efectivizarse.
Es necesario aclarar que, se utilizará la "suplicatoria" cuando va destinada a un tribunal superior; el
"exhorto" si se dirige a un tribunal de idéntico rango; el "mandamiento" cuando se libra a un tribunal
inferior, o un "oficio" cuando la autoridad es ajena al Poder Judicial.
La ley 22172 es la que estable el convenio de comunicaciones entre tribunales de distinta jurisdicción.
El artículo 132 bis, es introducido por el art. 1º de la ley 25.760 -y al igual que el artículo 32 de la ley
23.737- permite actuar al juez en una jurisdicción que le es ajena, cuando tenga por fin proteger a la
víctima del delito de secuestro extorsivo (artículos 142 bis y 179 del CP) para de esta forma no
comprometer el éxito de la investigación.
El 133, hace referencia a la facultad que tienen los jueces de dirigirse de manera directa, a cualquier
autoridad administrativa, que deberá prestar su colaboración y expedirá el informe requerido dentro
de los 3 días de haber recibido el pedido.
Existe una forma puntual de comunicarse -de ser necesario- con tribunales extranjeros, y la estipula y
describe el artículo 134.
Los tribunales argentinos deberán diligenciar sus pedidos a otros tribunales con sede en otros países,
utilizando la vía diplomática según los tratados o costumbres internacionales.
Esto funciona por el principio de reciprocidad, y los tribunales extranjeros tramitarán el pedido según
los casos por lo estipulado en los tratados o costumbres internacionales y por las leyes del país o en la
forma que se establezca en los convenios firmados con los distintos países.

* Actas
Las actas se formalizan e instituyen según las formalidades y detalles expuestos en los artículos 138,
139 y 140 del CPPN.
Se formulan cuando el funcionario público que intervenga en un proceso deba dar fé de los actos que
haya realizado o que fueran cumplimentados en su presencia.
Deben contener: la fecha, nombre y apellido de las personas que intervengan; el motivo que haya
impedido la intervención de las personas obligadas a asistir, la indicación de la diligencia realizada y
su resultado; las declaraciones que se recibieran. Una vez finalizado el acto que se pretende dejar
constancia, el acta será firmada -previa lectura- por todos los intervinientes que deban hacerlo. En
caso de quien deba firmar sea ciego o analfabeto, la leerá una persona de su confianza.
A falta de algunos de los datos que obligadamente deben constar (fecha, firma del fedatario, testigos
de actuación) el acta puede ser NULA en sus efectos y como instrumento público. De igual modo que
serían nulas además las enmiendas, interlineados o sobrerraspados efectuados en el acta, y que no
hayan sido "salvados" al final de ésta.

* Notificaciones, citaciones y vistas

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El precepto general de la regla general, dispone un término temporal en que deben efectuarse las
notificaciones, citaciones o vistas; es decir, las comunicaciones por las que pone en conocimiento a las
partes, órganos o terceros las decisiones del tribunal que puedan serles de interés o que los obliguen
a comparecer o que les habiliten para el ejercicio de un derecho o cumplimiento de un deber.
En efecto, el artículo 142 dice que "las resoluciones generales se harán conocer a quienes
corresponda, dentro de las 24 horas de dictadas, salvo que el tribunal dispusiere un plazo menor y no
obligarán sino a las personas debidamente notificadas".
Pueden ser efectuadas, dependiendo el caso: en la * oficina, o sea personalmente al interesado en la
sede del tribunal; * en el "despacho" en el caso de fiscales y defensores oficiales; * en el lugar de
detención a las personas que estuvieran privadas de libertad; * por cédula expedida por el Secretario
(Arts. 144 y 149); * mediante exhorto diplomático; * por edictos.
El articulo 144, establece los lugares donde deberán notificarse cada acto procesal. Y el 145 estipula
que las partes al comparecer a proceso, deberán constituir domicilio dentro del radio del ejido urbano
dentro del asiento del tribunal. Esto es para facilitar precisamente la ubicación en caso de ser
necesario, para poder dar publicidad a los actos procesales notificando puntualmente a quien
corresponda.
El articulo 147 regla la forma en que se efectivizarán las notificaciones. Se deberán entregar una copia
autorizada de la resolución, aunque en caso de que la notificación sea de una sentencia o un auto, la
copia que se deje a quien se comunique se limitará a transcribir el encabezado o la parte resolutiva. El
148 y 149 determinan la forma en que las notificaciones se harán según sea el caso, en la oficina o en
los domicilios.
Y el 151 conmina con nulidad, a aquellas que no hay resguardado las formas necesarias y pre-
estipuladas por la ley: suceden en caso de que haya existido error sobre la identidad de a quien se
notifique; si la resolución que intenta notificarse sea incompleta; si en la diligencia no constara la
fecha, o cuando corresponda la entrega de la copia o si faltare alguna de las firmas prescritas.

* Citaciones:
La citación es una orden del órgano jurisdiccional dirigida a una persona (parte, testigo, funcionario,
etc) para que concurra a la secretaría o al lugar que se le indique, a fin de realizar o intervenir en un
acto procesal. Implica un desplazamiento del citado y es una actividad coercitiva.
El artículo 153 estipula la forma de realizarse, y dice: "Cuando sea necesaria la presencia de una
persona para algún acto procesal, el órgano judicial competente ordenará su citación…" Se debe hacer
bajo las normas prescritas y se deberá indicar tribunal que lo ordenó, objeto, lugar, día y hora de la
citación.
El 154 determina algunas citaciones especiales para los testigos, peritos, intérpretes y depositarios.

* Vistas:
Es el requerimiento de opinión de alguna de las partes del proceso, que resulta indispensable para la
realización de un acto procesal. Traslado en cambio, es la providencia por la cual el órgano
jurisdiccional dispone poner en conocimiento de una de las partes la petición formulada por otra, en
general el adversario (Arts. 346 CPPN).
Se realizan, entregando al interesado las actuaciones en las que se ordenaren, y se deja constancia en
las actuaciones. Cuando no se encuentre a la persona que se le corre la vista, se procede según el art.
149 CPPN.
Por su parte el 158 ordena que la vista que no tenga un término puntual fijado, se considerará
otorgada por 3 días. Las vistas son nulas en las mismas ocasiones que las notificaciones.

* Términos y plazos:
El código utiliza indistintamente los conceptos de "plazo" y "término" que pueden diferenciarse ya
que el primero indica el período dentro del cual un acto puede efectuarse, en tanto que el segundo

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sólo el momento final o determinado en el que aquél debe ser cumplido.
Los actos procesales se practicarán dentro de los términos fijados en cada caso, sino existiera se
practicarán dentro de los 3 días y corren para cada notificado desde su notificación. (161 CPPN)
Hay plazos de varios tipos fijados a lo largo del código. Por ejemplo, veinticuatro horas (arte 54, 180 y
331) de cuarenta y ocho horas (61) de cinco días (422, 455 y 491) de seis días (215, 346 y 348) de ocho
días (451), de diez días (306, 329, 354, 428 y 465) de veinte días (469) de sesenta días (422). También
existen de forma imprecisa o indeterminada, como los que se señala con expresiones
"inmediatamente" o de "inmediato" o "sin tardanza".
Existen otros cuya indeterminación es relativa, como los que ejemplifica el artículo 359 en la
expresión "intervalo no menos de diez días"; o bien en el artículo 365 "máximo diez días" o el 454 "no
mayor de cinco días" o 525 "después de un año".
Se diferencian además entre términos individuales y comunes. Los "individuales" son los que
transcurren independientemente para cada interesado en el acto de que se trate (por ejemplo los que
gozan para apelar las partes); y los "comunes" transcurren para todos los interesados de manera
conjunta (ejemplo: el reglado en el 465 del CPPN).

10.- NULIDADES
Dentro del esquema normativo, la más importante de las sanciones procesales es la nulidad,
entendida como una declaración de invalidez de un acto procesal que debe ser dispuesta por un
órgano jurisdiccional, reconociendo la existencia de un vicio en el acto que tiene magnitud suficiente
como para que sea necesario privarlo de efectos producidos y a producirse.
Es una forma de extirpar el acto del proceso una vez que el mismo ya forma parte de él.
La nulidad es una sanción procesal por la cual se declara inválido un acto del proceso, privándolo de
sus efectos en virtud de haber sido realizado de modo contrario a la ley.
Es un remedio procesal restricto que cede siempre ante los principios de conservación y
trascendencia.
Entonces, la declaración de nulidad de un acto -en tanto sanción procesal- es un medio de sanear el
proceso de la irregularidad o vicio en que se ha incurrido, volviéndolo a la normalidad. Es una manera
de corregír desviaciones que se han producido en el curso de la actividad procesal.

* Modos de conminar las nulidades


La inobservancia de una forma, para que de lugar a la sanción de nulidad, debe estar expresamente
conminada. Dicha conminación puede establecerse de manera específica, previéndola en distintas
disposiciones. Es decir, junto con el acto que regula la ley procesal, se indica la sanción de nulidad en
caso de que no aparezca cumplido de la manera como está regulado (ejemplo: requisitos exigidos en
las actas; exigencia de oralidad y publicidad en los debates).

* Nulidades absolutas y relativas


* Absolutas:
Son aquellas que muestran o existen de pleno derecho al vulnerar sustancialmente garantías
constitucionales, pueden ser declaradas en cualquier estado y grado del proceso, de oficio o bien
denunciadas aún por quien no tenga interés en ello. La nota distintiva de estas nulidades es que no
pueden ser convalidadas. O sea, para que una de estas nulidades se produzca, se debe verificar que el
acto no cumplió la forma procesal establecida, existiendo además una dañosa alteración a una
garantía constitucional.
* Relativas:
Podemos decir que estas son la regla en materia procesal y la excepción las absolutas. Se tratan de los
vicios que se pueden encontrar en los actos procesales, y que al comprobarlo el tribunal tratará, si
fuere posible, de eliminarlo inmediatamente; pero si ello no es posible porque ya se ha producido,

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podrá el juez declararla a petición de parte, pero nunca de oficio.
Pueden instarlas solo las partes que no hayan concurrido a causarla y que tengan interés en la
observancia de las disposiciones legales respectivas.
* Oportunidad de oponerlas:
Las nulidades absolutas pueden declararse, aún de oficio, en cualquier etapa y grado del proceso. Las
relativas el tribunal que no pudo cumplir con el deber preventivo de ellas, deberá esperar la instancia
del Fiscal o las partes. Y esa instancia y oposición de la nulidad, debe hacerse bajo pena de caducidad:
1. las producidas en la instrucción durante esta o en el término de citación a juicio; 2.- las producidas
en actos preliminares al juicio, hasta inmediatamente de abierto el debate. 3.- las producidas durante
el debate, al cumplirse el acto inmediatamente después. 4.- Las producidas durante la tramitación de
un recurso, hasta inmediatamente después de abierta la audiencia o el memorial (Art. 170 CPPN).

* Modo de subsanarlas:
La subsanación tiene su fundamento en que la observancia de las formas no es un simple rigor, para
entorpecer los procedimientos, así que a quien no se agravió de la violación de la formalidad en el
momento oportuno, no se le debe conceder oportunidad de que plantee su agravio después, con el
solo propósito de dilatar el trámite del proceso o buscar reparar los efectos de un acto desfavorable.
En consecuencia, no son subsanables las nulidades absolutas y las que establezca expresamente la ley
que deben ser declaradas de oficio.
El artículo 171 del CPPN dispone que: "Toda nulidad podrá ser subsanada del modo
establecido en este código, salvo las que deban ser declaradas de oficio. Las
nulidades quedarán subsanadas: 1.- cuando el ministerio fiscal o las partes no las
opongan oportunamente; 2.- cuando los que tengan derecho a oponerlas hayan
aceptado, expresa o tácitamente los efectos del acto; 3.- si no obstante su
irregularidad, el acto hubiere conseguido su fin con respecto a todos los interesados".
* Efectos:
La declaración de nulidad produce como efecto inmediato la ineficacia del acto atacado o anulado;
priva de todo efecto jurídico al acto viciado por la irregularidad sancionada.
Los efectos de la invalidez también alcanza a los actos anteriores o contemporáneos, por conexión con
el acto anulado. Esa conexidad específica o nexo íntimo entre el declarado nulo y los anteriores o
concomitantes, se apreciará en el caso concreto y el tribunal así lo establecerá (ejemplo: anulada la
sentencia, puede caer o declarar la invalidez también del debate). A su vez, la norma procesal
establece que el acto nulo puede ser renovado o rectificado, lo cual se ordenará cuando fuere posible
o necesario. Puede ocurrir que el acto invalidado no suministre elementos para juicio, porque el
proceso puede seguir sin renovarlo o rectificarlo y como consecuencia se haya perdido el interés en
cumplirlo nuevamente (Ejemplo: se anula un testimonio recibido que para las partes carece ya de
valor convictivo). Debe finalmente tenerse presente que son actos imprescindibles y que serán
siempre necesarios renovarlos o rectificarlos, la declaración del imputado, el requerimiento fiscal,
citación a juicio, debate o alegatos.
El articulo 172 contempla los efectos, y dice: "La nulidad de un acto, cuando fuere declarada,
hará nulos todos los actos consecutivos que de él dependan. Al declarar la nulidad, el
tribunal establecerá, además, a cuáles actos anteriores o contemporáneos alcanza la
misma por conexión con el acto anulado. El tribunal que la declare ordenará, cuando
fuere necesario y posible, la renovación, ratificación o rectificación de los actos
anulados…".
Finalmente se dispone -a modo de sanción- que si un tribunal superior declare la nulidad de actos
cumplidos por uno inferior, podrá disponer su apartamiento de la causa o imponerle las medidas
disciplinarias que le acuerde la ley. (Art. 173 CPPN).

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