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Centro de Terapia Familiar y de Pareja S.C.

La Psicoterapia con Niños, Padres y Abuelos

Tipos de Interacciones, Beneficios y Dificultades en la Crianza

Tesina

Que para obtener el Grado de


Maestría en Terapia Infantil

Presenta el alumno
José Francisco González Díaz

Asesor: Maestra María Alicia Gutiérrez Gutiérrez

San Francisco de Campeche, Campeche

16 de Octubre de 2016
APARTADO PARA OFICIOS DE AUTORIZACIÓN
AGRADECIMIENTOS

Dedicado en memoria de mi querido abuelo Armando González Díaz, este trabajo es para ti, por
tu cariño y creer en mí, gracias por haberme mostrado que cuando uno se propone un objetivo hay
que luchar por obtenerlo, prometo darle brillo a mi título y a mi profesión; con amor hasta la
eternidad.
A Dios, por ayudarme a encontrarme en el prójimo, por permitirme ser fuente de ayuda a quienes
necesiten alivio y encomendarme esta misión de vida, que a través de mí y de mi profesión pueda
esparcir un poco de Tu amor, ayúdame a ser un verdadero médico de almas; gracias por Tu amor
infinito.
A mis padres, por su amor, por su comprensión, su apoyo incondicional, por ser el ejemplo de lo que
debo ser y principalmente de lo que no debo ser, gracias por animarme a sacar este proyecto
adelante, gracias por darme la vida y ser mis mejores guías, por su amor infinito, gracias por amarme
en los éxitos y por sobre todo amarme en mis fracasos, gracias por navegar en el barco de mi vida
en las tormentas y días soleados.
A mi hermana Zul, por ser mi amiga, mi cuidadora, siempre tengo en mi corazón un hermoso
recuerdo de tu amor hacia mí, gracias por darme el mejor regalo del mundo; mis sobrinos, gracias
por alentarme y motivarme, especialmente en los momentos donde todo era gris.
A mí querida tía Concepción, por tu interés, tu apoyo, tu amor y cuidados, por ser un guía en la vida,
te agradezco por mostrarme el poder del amor y la gratitud y ayudarme a encontrar y desarrollar mi
potencial de vida, sin ti este proyecto hubiera sido imposible, gracias totales.
A mi amada Fabiola, gracias mi vida, por tu amor, por tus cuidados, por ser mi apoyo, por
presionarme a dar lo mejor de mí, gracias por ser mi colega, por tener fe en mí y mostrarme lo que
puedo lograr, te amo incondicionalmente hasta la eternidad, gracias por alentarme y hoy poder
decir, logré la meta.
A mis sobrinos, Any y Braulio, mis amores, por demostrarme la importancia de la infancia, por
alegrar mi vida con su llegada e iluminar mi camino con su sonrisa. Agradezco inmensamente su
corazón tan puro y lleno de amor.
A todos mis maestros a lo largo de mi profesión, por ser modelos de vida, por guiarme en este
interminable y hermoso camino del conocimiento, por su vocación, su tolerancia y paciencia, por
reprenderme cuando ha sido necesario y mostrarme mis errores que me han enseñado el valor de la
humildad, especialmente a Eva Laura Castilleja Rodríguez, Doctora en Psicología; por haber creído
en mí y mostrarme que puedo lograr cualquier meta con esfuerzo, dedicación, pasión y
perseverancia, gracias por impulsarme a crecer.
A todos los niños, por ser el impulso que me lleva a crecer, por mostrarme que en las cosas sencillas
se encuentra la verdadera felicidad, esto es para ustedes, gracias por permitirme entrar en sus vidas
y brindar juntos un poco de alivio a los problemas de la vida.
A mis compañeros de clase, por compartir su conocimiento conmigo, por sus consejos, sus
enseñanzas. Gracias totales.

“He sido un hombre muy afortunado, nada en la vida me ha sido fácil”. Sigmund Freud.
ÍNDICE TEMÁTICO
Ψ Introducción…………………………………………………………………………….………………… 1
Ψ Capítulo I: Desarrollo de Interacciones en Familias de Tres Generaciones…………………............. 3
Ψ Formación de una Familia………………………………………………………………………………… 3
Ψ Ciclo Vital Familiar, necesidades en el endogrupo………………………………………........................... 6
Ψ Límites, Disciplina y demarcación………………………………………………………………………… 13
Ψ Capítulo II: El Rol de los Abuelos en la Familia………………………………………………………. 15
Ψ Funciones Familiares de los Abuelos………………………………………………………………………. 15
Ψ Los Abuelos Cuidadores…………………………………………………………………………………… 17
Ψ Puente Generacional; los Abuelos y el Afecto……………………………………………………………. 20
Ψ Capítulo III: Percepción de los Abuelos de su Etapa Vital……………………………………………. 24
Ψ Teorías del Desarrollo: Erikson y Jung……………………………………………………………………. 24
Ψ Generatividad, Definiendo Conceptos……………………………………………………………………... 27
Ψ El Adulto Mayor: Calidad de Vida y Expectativas…………………………………………………………. 31
Ψ Vejez y Roles Sociales…………………………………………………………………………………….. 33
Ψ Calidad de Vida……………………………………………………………………………………………. 38
Ψ Capítulo IV: Beneficios y Dificultades en Niños Educados por Padres y Abuelos……….…………. 43
Ψ Las mejores intenciones; los peores resultados…………………………………………………………… 43
Ψ Las soluciones intentadas más comunes………………………………………………………………….. 50
Ψ Acerca de los modelos de familia…………………………………………………………………………. 54
Ψ Los beneficios de la crianza con los abuelos………………………………………………………………. 59
Ψ Capítulo V: Construyendo Soluciones: Alternativas a las dificultades………………………………. 65
Ψ Llaves maestras……………………………………………………………………………………………. 65
Ψ Sana las interacciones, sana el sistema…………………………………………………………………….. 66
Ψ Conclusiones………………………………………………………………………………………………. 71
Ψ Referencias Bibliográficas….………………………………...………………………………….............. 72
RESUMEN

El presente trabajo tiene el fin de contextualizar al lector al complejo mundo de las


interacciones familiares, las cuales en gran medida van determinando el desarrollo del
comportamiento humano, el cual se debe entender como todo aquello que el hombre realiza
en su día a día, el cual tiene un gran fundamento social y como bien menciona Shaw (2004),
el ser humano entra en grupos con el fin de satisfacer sus necesidades por lo cual siempre se
puede delimitar un comportamiento como un fenómeno social. El comportamiento, es un
aspecto social de la conducta humana, de tal modo que puede ser definido como el conjunto
de pautas de conducta que organizan los individuos en grupos formados (Todorov, 2009).
Ahora bien, en el trabajo se aborda este comportamiento desde el primer grupo que es la
familia y se pretende a manera descriptiva relatar el cómo se van originando las interacciones
en dicho sistema y a su vez, cómo estas interacciones van dando lugar a manera de
moldeamiento y modelamiento, un modelo de conducta, que guiará al niño dentro de su vivir
y que pueden generar ciertas dificultades de vida. Finalmente, se pretenden detallar a manera
breve aquellas posibilidades o alternativas de solución a dichas dificultades que en ocasiones
pueden tender a volverse verdaderos problemas como callejones sin salida.

ABSTRACT

This paper is intended to contextualize the reader to the complex world of family
interactions, which largely will determine the development of human behavior, which is to
be understood as anything that man does in their day to day, which has a strong social
foundation and as well mentioned Shaw (2004), the human being comes into groups in order
to meet your needs so you can always define behavior as a social phenomenon. The behavior
is a social aspect of human behavior, so that can be defined as the set of behavior patterns
that organize individuals in groups formed (Todorov, 2009). Now, at work this behavior from
the first group is the family and aims to descriptively report on how they are causing
interactions in the system and in turn addressed, how these interactions are resulting in way
of shaping and modeling, a model of behavior that guide the child into his life and that can
cause some difficulties of life. Finally, we intend to briefly detail those possibilities or
alternative solutions to those difficulties which sometimes may tend to become real problems
like deadlocks.
INTRODUCCIÓN.

El presente trabajo tiene el objetivo de lograr el grado de Magister en Terapia


Infantil, a la vez que intenta describir el modo en que se desarrollan las interacciones en
familias donde padres y abuelos, educan a los niños de modo simultáneo. En dichas familias,
pueden existir beneficios y posibles dificultades, el abordaje descriptivo de las interacciones
de dichas familias será el tema central del trabajo. De esta forma, los beneficios obtenidos
son tanto para los niños como para los adultos, como por ejemplo, que los abuelos, al verse
en ocasiones ya libres de las responsabilidades de una vida productiva, en la cual, el plano
laboral posiblemente ha quedado relegado y el sentimiento de competencia social se puede
ver disminuido, ellos tendrán la oportunidad de ser partícipes del desarrollo físico, cognitivo
y social de los nietos. Si se recuerda a Erickson (citado en Schultz, 2009, p. 217) y su teoría
del desarrollo psicosocial, los abuelos han llegado a una etapa donde se espera la integración
global de la personalidad, los éxitos y fracasos del pasado se unen en una estructura sólida.
De dicha integración emergerá la sabiduría. Valor que será de ayuda en los nuevos retos
potenciales: la pérdida del cónyuge y el desprendimiento de los hijos. Es así que, los nietos
vienen a ser una fuente dinámica de actividad hacia los abuelos.

Pero los abuelos deben recordar que hay otras figuras emergentes en el desarrollo de
sus nietos; sus hijos. Para este momento, y siguiendo a Erikson, los padres han llegado a la
etapa adulta, etapa en la que los retos potenciales de la vida empiezan a suscitarse. Su estilo
de crianza recibido bien puede ser repetido con sus hijos. Es en este momento donde los
modos de educación y disciplina pueden determinar el futuro comportamiento de los niños.
Desde una perspectiva intrapsíquica, y siguiendo a Perls (1974), es un momento donde se
pueden crear introyectos en el menor que influirán decisivamente en su conducta, dichos
introyectos serán las reglas de la familia, ideas que el menor se <<come>> a veces sin
<<digerir>> y cree que forman parte de su estilo propio de pensamiento. Dichas
introyecciones, estarán en función del contexto y situación vital de la familia, pues sin duda
alguna, el entorno juega vital influencia en los estilos de vida del ser humano, especialmente
durante su niñez.

1
La cuestión es, que en determinadas ocasiones, esas ideas que el menor adopta, esos
estilos comunicacionales del sistema familiar pueden entrar en conflicto pues, la ideología
de los abuelos será distinta a la de los padres. En otras palabras, si las reglas del juego no son
claras, difícilmente se pueden lograr resultados favorables. Y es eso, lo que en ocasiones
ocurre en las familias de estos niños, familias que Minuchin llama <<de tres generaciones>>
(2004, p. 65). (Se aclara que desde aquí y para fines de este trabajo se entenderá como
familias de tres generaciones aquellas en las que vivan en el mismo lugar físico abuelos,
padres y nietos). De ahí que el presente trabajo tiene la finalidad la descripción de las
interacciones en estas familias que pueden beneficiar y quizá también crear dificultades en
el desarrollo vital del niño. Es importante reconocer que los abuelos tienen un gran poder en
la vida del niño y son necesarios en su educación y desarrollo al ser un puente
intergeneracional de los valores y la juventud, por ello es que su supresión de la crianza de
los niños puede ser un gran error, pero de igual manera, su excesivo involucramiento puede
acarrear nefastas consecuencias en los menores, por lo cual, es imperante equilibrar el estilo
de educación de las familias de tres generaciones creando interacciones saludables que
puedan permitir el desarrollo funcional y pleno de los menores, es menester que los padres y
los abuelos puedan llegar a un consenso sobre el tema de la disciplina, donde sea posible y
permitido el romper los paradigmas sociales que pueden retroceder el desarrollo del sistema
familiar, así es como se pretende que, aunque pueda parecer lógico, los padres, los abuelos y
los nietos trabajen juntos en seguimiento de un sistema equilibrado, funcional, sano y
armónico, lo cual se puede conseguir a través de la comunicación, el ejemplo, el
establecimiento de jerarquías y la disciplina y constancia en ello. Los modelos de las familias
son constantes y cambian continuamente por lo cual es importante aclarar al lector que no
siempre podrán encontrarse reglas de interacción sino más bien posibilidades, pero una de
las principales posibilidades de abrir un problema es el exceso amor que se les puede brindar
a los niños así como el choque de ideologías entre los padres y los abuelos, que siguiendo lo
expuesto brillantemente por Nardone y colaboradores (2003) crea una verdadera guerra entre
bandos que confunde y atormenta al infante que se ve en la disyuntiva de no reconocer guías
ni figuras de autoridad puesto que los marcos de referencia que debiesen de estar establecidos
no se encuentran delimitados de manera adecuada. Sin más, se hace la presentación del
trabajo.

2
CAPÍTULO I

DESARROLLO DE INTERACCIONES EN FAMILIAS DE TRES


GENERACIONES

Introducción.

El ser humano nace en grupo. Y al decir que nace en grupo es referirse a que existen un
sinnúmero de variables para que ello ocurra. Primeramente, el grupo hospitalario que ayudará
en la labor de parto de la madre, enfermeras y doctores que asisten el nacimiento. De ahí, el
menor recién nacido deberá ingresar a un nuevo escenario vital, la familia. Tradicionalmente
se espera que la familia en ese momento se constituya por el padre y la madre, en ocasiones
es así como ello ocurre, por otra parte, en ocasiones la familia a la cual el recién nacido se
incorpora puede tener una constitución diferente. Este capítulo manifestará la génesis de las
familias y el cómo se van creando sus interacciones características.

FORMACIÓN DE UNA FAMILIA

Independientemente de lo anterior, es un hecho que existe ya un grupo con sus reglas,


ideas y características que va a determinar en gran medida el desarrollo del recién nacido.
Pero para que en verdad se desarrolle una dinámica de grupos, será necesario que compartan
rasgos en común, como menciona Sánchez (2002), será necesario que los integrantes del
grupo mantengan intereses o rasgos en común.

Inicialmente, los futuros padres comienzan con la elección de la pareja, en ello,


influyen diversas variables, intereses, edades, contextos socioculturales, espacio geográfico,
atracción sexual, por citar los más <<relevantes>>. Los grupos se forman para satisfacer
alguna(s) necesidad(es) individual(es), para Shaw (citado en Sánchez, 2002), las fuentes de
satisfacción de necesidades en un grupo abarcan algunas de las siguientes: <<atracción hacia
los miembros del grupo, atracción hacia las actividades del grupo, atracción hacia los
3
objetivos del grupo y la pertenencia por sí misma>> (p.242). Del mismo modo, recordando
lo que comenta la ONU (2012) en su Declaración Universal de los Derechos Humanos, <<la
familia es el grupo social básico en el que la mayoría de la gente se organiza para satisfacer
sus necesidades en la cual se construye una identidad mediante la transmisión de los patrones
de socialización>>. Así pues, se comienza un fenómeno de integración, de reciprocidad
social en la que dos individuos (teniendo en cuenta que el individuo en su totalidad es
inexistente al ser fuente de influencias sociales) de diferentes sistemas o grupos comienzan
a compartir su ideología, sus intereses, su herencia familiar. Muchos de esos aspectos a
compartir, suelen ser los introyectos que de pequeños aceptaron y desarrollaron como propios
transformándolos en valores o tradiciones únicas de su grupo. Se podría decir entonces, que
se busca a una persona que comparta no sólo los intereses individuales, más bien, se busca la
compatibilidad con la familia de la pareja. Se traduce así, a la familia de origen como un
endogrupo, un sistema equivalente y estructurado que se diferencia de otros grupos con sus
propios roles y jerarquías, con sus reglas y peculiaridades, estos reciben el nombre de
exogrupos. De ahí que se desarrolla una dinámica de diferenciación de la familia nuclear,
pero paralelamente hay una asimilación de las tradiciones de la otra familia, es un perderse
para encontrarse. Retomando a Shaw y los factores propuestos para la formación del grupo,
las parejas que comienzan esta interacción se eligen debido a que encuentran que la otra
persona puede ayudar a satisfacer las necesidades que individualmente quedaría inacabadas.
Un ejemplo muy básico de ello, es la atracción física que puede categorizarse dentro de la
atracción interpersonal, yendo más allá hacia un compartir de intereses y de habilidades, de
objetivos y de ideas, que van a caracterizar al próximo endogrupo. Sin embargo, en ocasiones
no es necesario que en realidad existan ideas u objetivos tangiblemente compartidos, basta,
conque las personas perciban que sus intereses sean compartidos por la otra parte (Moreland).
Ahora bien, Shaw menciona que los grupos comparten actividades y que estas actividades
pueden ser fuentes que interesen a otros para formar parte del grupo, en el caso de la familia
como un grupo, tiene sus propias actividades y rituales, sus trabajos, sus ideas, su cultura, de
ahí, que las parejas buscan que la familia del complemento cubra con algunas de las
actividades que la propia familia de origen ejecuta, encuentra la familiaridad en ello, o, por
otra parte, se busca complementar lo que la familia nuclear no pudo satisfacer. Una vez
unidas las personas que conforman a la pareja, se crea un fenómeno reciprocidad, que

4
siguiendo la línea de Homans, recibirá el nombre de <<intercambio social>> (citado en
Sánchez, 2002, p. 244). Desde este punto de vista, se busca adquirir recompensas o
gratificaciones sociales al interactuar con otros, pero es evidente, que también deberá
ejercerse una serie de costes en la construcción de las relaciones sociales. Desde un punto de
vista hedonista, el ser humano busca tener las mayores recompensas posibles con el menor
número de costes, es así que se busca gratificación sexual, reconocimiento por parte del otro,
admiración y comprensión, dedicación y tiempo, pero a la par que se reciben estas
recompensas, se deberá, al menos desde una postura utópica, entregar de modo equivalente
aquello que se recibe. Si esto sucede así se está a un paso más cerca de la formación de una
nueva familia, la creación de un nuevo endogrupo.

Una vez que la pareja ha formalizado el deseo de crear una nueva estructura familiar,
se espera que las familias de ambos entablen ya un acercamiento entre sus miembros, donde
ya sea que se propicie esta armonía y estabilidad al sentirse que se pueden satisfacer las
necesidades de cada grupo por medio del otro o bien, que en algunos casos dichas
necesidades no puedan ser solventadas de todo. Ello depende, desde lo que Moreland define
como el <<factor afectivo>> en la formación de los grupos. Por factor afectivo deberá
entenderse que es cualquier aspecto emocional que se suscite a lo largo de dicha formación.

Es entonces, más proclive que entre más fuertes dichos vínculos emocionales, más
importante el aspecto afectivo de la relación entre los familiares. Y es importante comentar,
que en las familias (endogrupos), se mantienen roles, los cuales permitirán a sus miembros
desarrollar una interdependencia, es decir, que todos se necesitan para crear un equilibrio de
necesidades cubiertas (Turner, 1985). Es así, y llegando al punto de la Teoría General de
Sistemas de Bertalanffy, se construye una homeostasis en el nuevo sistema familiar. Se ha
construido una nueva estructura, un nuevo endogrupo resultado de la fusión de dos exogrupos
que, siguiendo a Moreland y Shaw, han coincidido en diversos factores que resultaron
atractivos para la satisfacción de las necesidades de ambos.

Cada endogrupo tiene su propio sentido de identidad, tiene su <<personalidad>>, su


comportamiento idiosincrásico, su desarrollo, estructura y equilibrio. La cohesión familiar se
va cimentando día a día.

5
La cohesión grupal es <<el campo total de fuerzas que actúan sobre los miembros
para que permanezcan en el grupo>>. Al interactuar diariamente se va creando una atmósfera
de unidad que propicia el desarrollo de reglas implícitas que van a regir a la nueva familia.

Estas reglas son las interacciones, las mismas tienden a generar un efecto en el
comportamiento de los miembros del endogrupo. De no ser así no habría la unidad que antes
se ha mencionado. Como el contexto influye en su totalidad en el comportamiento del ser
humano, es un hecho que las interacciones que se dan en las familias van esculpiendo el
futuro de los hijos, recordando lo mencionado por Perls sobre los introyectos (1974), es en
las primeras etapas de la infancia que esas ideas introyectadas van a tener un mayor impacto
en la vida futura del niño, es lo equivalente a la formación del superyó desde la teoría
psicodinámica de Freud. Para la competencia sistémica, se trata de las costumbres
características de la familia. Pero, ¿cómo es que se va manteniendo el grupo a lo largo del
tiempo pese a las interacciones tanto adecuadas como <<inadecuadas>>?

CICLO VITAL FAMILIAR, NECESIDADES EN EL ENDOGRUPO.

Desde la perspectiva de Bales (citado en Sánchez, 2002), el endogrupo tiene diversas


necesidades por satisfacer, llamadas instrumentales y afectivas o socioemocionales, de modo
que se deben de asignar diversos roles dentro de la familia con el fin de lograr resolver esos
problemas. Es así que se desarrolla un fenómeno de evaluación de la situación de modo que
se proponen las soluciones que pueden satisfacer esa necesidad. Pero no solo se realiza lo
anterior al existir problemas en la familia, sino que, en todo momento se realiza un feedback
entre los miembros propiciando que la unidad permanezca a pesar de los problemas o crisis
potenciales. Como se ha mencionado, se debe de construir una cohesión grupal que permita
un ambiente de equilibrio, siguiendo a Worchel, hay cuatro fases por las que debe de pasar
el endogrupo al momento de mantener la unidad.

La primera de dichas fases será la de identificación, en ella, se busca lograr una


identidad social que delimite el endogrupo de otros. La nueva familia se ve así en la necesidad
de construir una nueva ideología, un nuevo constructo de reglas tanto implícitas como
explícitas que regulen a la familia. Cuando la pareja se separa de sus respectivas familias, se
encuentran en esta fase precisamente, en la búsqueda de una nueva identidad social que
genere en ellos la suficiente autonomía. Si se logra lo anterior no significa que se deje de lado

6
la ideología de cada familia nuclear, sino que se hace una fusión de las mismas en donde se
produce una nueva ideología, se permite así que los miembros del nuevo endogrupo
construyan un camino relativamente diferente de aquel del cual vienen.

Posterior a la identificación se mantiene la fase de la productividad, en esta etapa, se


asignan roles en la familia, el padre debe de ir a trabajar para ganar el sustento de la casa y
solventar las necesidades instrumentales, la madre puede quedarse a cuidar a los hijos o bien,
puede tratarse de una familia donde ambos progenitores trabajen, ¿qué pasa en esos casos?,
se necesita de la ayuda de otros miembros, quizá de un exogrupo: la familia de origen. Y
siguiendo a Minuchin y a Fishman ( 2004), uno de los retos dentro de esta etapa, que ellos,
desde el ciclo vital de la familia llaman de expansión, específicamente de hijos pequeños, es
la introducción de la familia de origen de cada progenitor (nótese el símil desde la perspectiva
de Minuchin y Fishman y de la de Worchel). Al hacer eso, se van generando
responsabilidades que guiarán el involucramiento afectivo de cada miembro de la familia, es
imperante, que exista una concordancia en dichos roles, imaginando a una orquesta sinfónica,
para lograr la maravillosa melodía emitida por la misma, será necesario un orden, una unidad,
una reciprocidad que dará un resultado espléndido. De igual modo en la familia, será
necesario que como la orquesta, suenen al unísono las reglas, las jerarquías, las recompensas
y los costes para obtener las mismas, y se tendrá como resultado un equilibrio armónico y
<<estructurado>>. Ahora bien, como se ha mencionado anteriormente, la familia es un
sistema abierto, debido a que está en constante contacto con más exogrupos (sistemas) que
influyen y repercuten en su comportamiento y estructura, por ello, Minuchin y Fishman
mencionan que dicha fluctuación entre sistemas es adecuada para ayudar en su desarrollo,
sin embargo, si las fluctuaciones se hacen más extensas, pueden propiciar una crisis en la
misma (1993).

Lo anterior, puede ocurrir en familias que tienen diluidas las estructuras, en las cuales
no se logra establecer donde terminan y comienzan las responsabilidades de otro.
Anteriormente se ha mencionado un concepto muy importante, <<ciclo vital de la familia>>.
Así como numerosos autores han propuesto diferentes teorías del desarrollo del ser humano
como un ente <<individual>>, desde la perspectiva sistémica, Minuchin propone el ciclo
vital de la familia. Siguiendo esta pauta, se observa la familia como una unidad que mantiene
un equilibrio y desarrollo constantes, es un ser vivo en permanente evolución. Así como el
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ser humano, desde la perspectiva de Erik Erickson va superando etapas con <<crisis>>, la
familia también deberá de adaptarse a cambios y fluctuaciones en las diversas etapas de su
desarrollo vital. Las etapas reconocidas del mismo son:

• Formación de la pareja
• Pareja con hijos pequeños
• Familia con hijos en edad escolar y adolescentes
• Familia con hijos adultos (Minuchin, citado en Montalvo et al, 2013).

Cada etapa traerá sus respectivas crisis y retos potenciales que, la familia deberá
superar para mantener un funcionamiento estable y armónico. En la primera, como se ha
mencionado ya antes, el principal reto es encontrar una compatibilidad de intereses y la
capacidad de diferenciarse de las familias de origen de cada pareja.

Ahora, para fines de este proyecto, y en la parte práctica del terapeuta infantil, son las
etapas 2 y 3, las que más atañen a una descripción. Cuando los hijos llegan a la vida de la
pareja, se esperan nuevos cambios y reestructuración de la familia. El endogrupo debe de
buscar que se reorganicen las actividades y roles. Por ejemplo, si la madre es profesionista,
deberá en ocasiones dejar su trabajo para hacerse cargo de sus hijos, la familia extensa
empieza a cobrar un papel muy importante en las interacciones, ahora los padres de la pareja
son abuelos, nuevos roles se adoptan. Así, transcurre el embarazo y la llegada final de esos
niños. Los abuelos, tíos y demás familia extendida ingresan al endogrupo que ya se había
creado.

Bargagli (1998; citado en Esteinou, 2004), menciona que la <<realidad familiar>> se


estructura en, digamos tres <<categorías o rubros>>:

• Estructura familiar
• Relaciones familiares
• Relaciones de parentela

La primera de ella se refiere a las personas que viven bajo el mismo techo de la familia.
Es importante saber, que si bien, lo idóneo sería que fuera sólo la familia nuclear (pareja e
hijos), en nuestro país, suelen existir diversas familias que se estructuran en combinación
tanto de la nuclear como dela extensa.
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Como mencionan Montalvo y cols. (2013), según datos del INEGI (2012), en México, en
un 62.7% de los hogares convive la nuera, yerno o los nietos del jefe del hogar. Sin embargo,
existen diversas familias donde los abuelos viven a manera distanciada de la familia nuclear,
pero a pesar de ello, suelen tener un papel muy activo en la educación de los nietos y, aunque
se hablará en mayor medida de las familias extensas bajo el mismo techo, el estudio puede
de igual manera extrapolarse a las familias donde los abuelos viven aparte pero tienen un rol
importante en la educación de los nietos.

Lo anterior indica que en nuestro país la formación de la familia implica que se darán
interacciones entre familia extensa y nuclear en mayor medida que en otros lugares. Y
siguiendo las pautas sistémicas de terapia familiar, las interacciones van creando la realidad
comportamental del endogrupo.

El segundo tópico se refiere a las relaciones que la familia entabla entre los miembros
que viven en la estructura. Es decir, la relación entre esposos, entre padre e hijos, entre madre
e hijos, etc. Pero teniendo en cuenta que en nuestro país, usualmente existen familias extensas
bajo el mismo techo, las relaciones deberán de ampliarse a cómo los nietos conviven en
ocasiones, diariamente con sus abuelos u otros miembros de la familia extensa.

El tercer tópico, se refiere a la interacción entre el endogrupo (familia nuclear) con


otros exogrupos (quizá la familia extensa en los casos donde no viven bajo el mismo techo).
En esos casos, es importante que el endogrupo sepa cómo manejar el ingreso de la familia
extensa. A veces, eso se puede lograr de manera adecuada propiciando que se generen roles
y funciones equilibradas, donde se tienen bien claras y delimitadas las responsabilidades de
cada uno de los miembros de la familia. Así, en ocasiones los abuelos pueden cuidar a los
nietos al momento de que los padres se encuentran en el trabajo, pero, una vez que éstos
últimos llegan al hogar, de nueva cuenta asumirán la responsabilidad por el cuidado de sus
hijos permitiendo que los abuelos puedan seguir en sus actividades diarias (teniendo en
cuenta, que actualmente no es sorprendente ver abuelos de 30 o 40 años). Pero viendo la otra
cara de la moneda, hay veces en que los roles no se cumplen de la manera en que se deberían
desarrollar, ello lleva a plantear uno de los conceptos expuesto por Minuchin (1986), el de
reglas familiares. Para él se trata de <<las demandas funcionales que organizan los modos en
que interactúan los miembros de una familia>> (p. 86). Hay que analizar a detalle el término

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de Minuchin. Para él se trata de <<demandas>>, en sí, ¿qué es una demanda? Es una
exigencia, una petición, una sugerencia que se hace entre dos o más personas, pero, con el
objetivo de lograr un fin en común. La familia es como un equipo de futbol, es necesario que
se negocie entre los jugadores quién hará cada tarea, para ello se identifican los problemas,
como grupo y recordando a Shaw, se trata de satisfacer necesidades que de modo individual
no se podría, es por ello que se necesitan esas demandas para un buen funcionamiento del
sistema.

Ahora, un segundo término de la definición de Minuchin sobre las normas que


se considera relevante de clarificar es el de <<funcionales>>. Funcionalidad es un término
un tanto difícil de definir como lo es el de normalidad, debido a que en ocasiones hay familias
que aparentemente no son funcionales pero a pesar de ello, permanecen unidas.
Funcionalidad deberá de entenderse como la capacidad de que el sistema siga equilibrado a
pesar de las crisis manteniendo una consistencia y flexibilidad en lo referente a los roles,
reglas y funciones de sus miembros. En otras palabras, deberán de ser realistas y capaces de
llevarse a cabo, sin dañar o afectar a los demás miembros del endogrupo o a exogrupos
posibles. Hasta aquí se ha descrito el modo de interrelación de los miembros de un sistema,
teniendo como pauta el hecho de que la familia es un ser vivo que se desarrolla y finalmente
muere. El ser humano, de igual modo tiene ciertas etapas de desarrollo, si el humano, en
algún momento de su vida se estanca en una de dichas etapas, se producirán síntomas de
posible patología. Lo mismo sucede en la familia, a veces hay estancamientos de una fase a
otra. ¿Qué es lo que pasa entonces cuando hay estancamientos en las fases? Un factor común
encontrado en una investigación (Montalvo y cols., 2013) con diversos tipos de familias es
la intromisión de la familia de origen. Y ello es producto de las interacciones que se
desarrollan en el sistema, por ello Minuchin menciona que para entender la estructura de la
familia hay diversos conceptos a explicar. Uno de ellos es el de límites. Un límite es un
espacio específico de inicio y término de un fenómeno, hay límites entre países, entre estados
y municipios, entre vecinos y también, en la familia. En su libro Técnicas de Terapia
Familiar (1993), Minuchin y Fishman mencionan que la familia se conforma de diversas
estructuras llamadas <<holones>>.

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Existe el holón conyugal que se refiere a la pareja, el holón fraternal, que son
los hermanos, el holón parental que son los padres, etc. Entre dichos holones se deben
respetar ciertas normas tanto implícitas como explícitas, para ello es que se forman los
límites. Así, los padres se encargarán de las satisfacción de necesidades instrumentales como
la manutención de la familia (si bien es cierto hay hijos que lo hacen a lo que Minuchin
denomina <<hijo parental>>), los hijos se encargan de la colaboración en el hogar, entre otras
cosas. Habrá que distinguir entre límites internos y límites externos. Aquí se relaciona con lo
que Bargagli mencionaba como las relaciones familiares y relaciones de parentela. La
primera atañe a los límites interiores, los establecidos entre los holones del endogrupo. Estos
límites tienen la función de <<definir quiénes y de qué manera participan en el sistema…y
lo diferencian de otros>>. (Minuchin, citado en Montalvo, 2013). Pero esos límites, que son
medios de interacción, pueden ser diferentes tipos. Como se ha dicho, hay funciones que
deben de ser ejecutadas en la familia, para lograr saber qué funciones, es menester que se
puedan comunicar entre los miembros del endogrupo las expectativas y hasta cierto punto
exigencias de miembro a miembro. Se identifican los problemas o necesidades y entonces se
comunica a la(s) persona(s) indicada(s), para que dicha función pueda ser satisfecha. Se trata
de familias en las que se dialogan las funciones y entonces, como un verdadero equipo, cada
miembro sigue el mismo reglamento hacia los demás subsistemas del endogrupo. De esta
forma se habla de un estilo de límites claros en el cual, no hay incongruencia o ambigüedades
referentes a los roles.

En el caso de las familias en las que viven juntos miembros de la familia


nuclear como de la familia extensa, que Minuchin, llama como <<familias de tres
generaciones>> (1993, p. 65) estos límites deben de estar claramente estructurados. Es
posible que se tomen atribuciones que no les competen a los respectivos miembros del
endogrupo. A veces los abuelos comienzan a ser quienes implementen las normas de
disciplina, las cuales, en ocasiones tienden a ser flexibles, mientras que, los padres están
trabajando la mayor parte del día. Así, se va creando una dinámica en donde los que tienen
el control en sí son los abuelos, pero como se dijo ya, puede tender a ser un control flexible.
Este tipo de límites es el que se denomina como difuso. Es importante que en las familias
como en todos los grupos, existan normas congruentes acerca de lo que cada miembro debe
de realizar.

11
Otro aspecto importante que Minuchin menciona, es el de <<jerarquía>>. Una
jerarquía es una organización de personas o cosas en una escala ordenada y subordinante
según un criterio. Esto es, que las personas se agrupan siguiendo pautas de acción
establecidas. En las familias ocurre lo mismo, hay jerarquías que denotan quién o quienes
tienen el poder.

El poder se debe entender como la suma de fuerzas que mantienen un orden


establecido en el endogrupo y entre el endogrupo y los exogrupos. Dicho poder se manifiesta
en órdenes que son obedecidas, a veces, dichas órdenes pueden ser negociadas entre sí, pero
lo que denominará a algo como poder es que frecuentemente son las mismas personas quienes
lo ejercen. Ahora bien, en la familia es necesario que esté distribuido en su mayoría en el
<<holón parental>>, puesto que es este subsistema el que ha formado el nuevo endogrupo.
Sin embargo, no es de sorprender, que en las familias, dicho poder se encuentre
inadecuadamente distribuido.
En nuestro país, se ha mostrado que hay un gran número de familias extensas, en ellas. ¿En
que holón recae el poder? Sin duda alguna lo tiene en el holón parental, sí, pero, de igual
manera, en el holón de los abuelos. Esto puede ser muy adecuado cuando existe un previo
consenso sobre lo que está y no permitido en la familia. Se construye así un grupo muy firme,
muy claro y con normas flexibles y estables que no cae en la rigidez. Ello puede producir un
ambiente de armonía y de estabilidad haciendo que ese endogrupo, se diferencie de otros por
su adecuado funcionamiento. En el caso de los niños, se reflejará en un comportamiento sano,
ello no indica que no haya signos de rebeldía en ocasiones, pues es algo habitual en ellos,
pero se mostrarán más adaptables a los cambios a los que se vean inclinados, crearán un
sentido de reflexión ante la autoridad y no sumisión, lo esperable es que puedan discernir
cuales son las reglas que se pueden permitir y hasta qué punto. Pero del otro lado se tiene a
una familia en la que, en ocasiones, la jerarquía la tienen los abuelos, siendo así ellos quienes
tienen el poder sobre los demás. Entonces, se puede crear una lucha ideológica entre los
abuelos y los padres, creando una dinámica en la que el control es en su mayoría difuso. Los
niños pueden ver a los abuelos como los fuertes y así, poco a poco desobedecer a sus padres,
lo cual, puede generar una frustración en los últimos al sentirse incapaces de educar a sus
hijos.

12
Hasta aquí se ha hablado de las interacciones posibles dentro de una familia de
tres generaciones, pero, ¿Qué pasa en el caso de las familias nucleares que tienen convivencia
frecuente con los abuelos de los niños? Básicamente hay que retomar de nuevo el concepto
de <<límite>>. Se ha hablado de que para un funcionamiento adecuado se deben tener claros
los limitantes dentro de un endogrupo, pero, así mismo hay que delimitarlos con los
exogrupos. Minuchin comenta que uno de los retos potenciales en la etapa de la familia con
niños pequeños es precisamente el involucramiento de la familia extensa, pero existe una
diferencia entre el involucramiento y la intromisión. Si se da la segunda, se habla de un límite
difuso, estancado, en donde no se permite una identificación entre el endogrupo, puesto que
la jerarquía se encuentra totalmente desequilibrada. Quizá habrá que ver qué pasa con el
holón de los abuelos. Ellos se encuentran en una etapa llamada <<contracción>>, en ella, la
familia va disminuyendo en número de miembros. Los hijos son adultos e independientes
tienen sus trabajos y van comenzando a formar sus propias familias. Para los abuelos, en
ocasiones resulta difícil permitir que los hijos se independicen. Manifestaciones de ello
pueden ser las antes mencionadas intromisiones en el endogrupo nuevo. Obsérvese cómo el
estancamiento en una de las etapas del ciclo vital familiar (CVF) va creando el estancamiento
en las demás etapas y ya también a nivel de un exogrupo.

LÍMITES, DISCIPLINA Y DEMARCACIÓN.

El endogrupo debe de encontrar así la manera de permitir la entrada del


exogrupo dejando en claro la dinámica del mismo. El límite debe de implementarse de
manera adecuada para que el sistema mantenga el equilibrio necesario. De esta forma se
pueden generar intercambios sanos y equilibrados entre los miembros de la familia evitando
así desplazamientos de poder o interacciones patológicas.
Es sin lugar a dudas importante la convivencia entre el holón de los nietos con el holón de
los abuelos, propicia un desarrollo sano y adecuado para los niños pues tienen acceso a otro
tipo de crianza, una quizá un poco más flexible que la de los padres, si bien, los abuelos en
su mayoría de las veces son quienes <<miman>> a los niños, pero, como todo en la vida, es
importante evitar los excesos, de modo que quienes deben de mantener la batuta de la
disciplina sean los padres.

13
Muchas veces los padres piensan erróneamente que para mantener la disciplina
hay que gritar, educar con temor o inclusive el golpear. El poder en una jerarquía no es de
quién grita más, es de quien se hace obedecer siempre, para ello es innecesario el uso de
gritos, ni siquiera de levantar la voz, si se recuerda que todo comportamiento es
comunicación (Watzlawick), es mejor que con el ejemplo de unos padres firmes y pacientes,
que pueden diplomáticamente mantener en línea la interacción de los grupos, así, el niño
adopta, una postura de diálogo, donde reconocerá plenamente que son sus padres quienes
tienen el poder de la familia y si bien los abuelos deben de ser respetados, es a los padres a
quienes deberá obedecer en su mayoría, recordando que el obedecer es el producto del
análisis de las reglas que ayudan a bien común y no una sumisión por temor. En pocas
palabras, el que una persona tenga el poder no significa que deba de perjudicar a otros con el
mismo, en especial a los niños, ciertamente en ocasiones puede resultar estresante el estar
educando a un pequeño, más aún si los padres ya vuelos están inmersos juntos en dicha
aventura de aprendizaje mutuo, y añadiendo más leña al fuego cuando no están de acuerdo
en las reglas y se tienen dos frecuencias completamente diferentes, claro está que una
psicoterapia o una orientación psicológica pueden ser un remedio para dichas dificultades,
pero es posible evitarlas desde un principio con una actitud de apertura y deseos de bienestar
siempre y cuando se tenga la capacidad de ponderar situacionalmente la eficacia o ineficacia
del modelo familiar.

A continuación se describirán los roles principales de los abuelos así como sus
funciones más usuales e importantes y un poco acerca de la calidad de vida, expectativas y
percepciones del adulto mayor.

14
CAPÍTULO II
EL ROL DE LOS ABUELOS EN LA FAMILIA

Introducción.

Los abuelos tienen un lugar predominante en la sociedad y familia actual. Son en muchas
ocasiones los pilares de la familia, son quienes brindan una ayuda en momentos de crisis y
día a día se involucran más y más en la educación de los nietos. El ritmo de vida ha
aumentado, la economía se ha visto en crisis haciendo que las mujeres cada vez aumenten
sus jornadas laborales, aunado al hecho de que hay más y más mujeres profesionistas
ejerciendo sus respectivas carreras lo cual indica que los padres pasen menos tiempo en casa
al día. Lo último sumado a que no hay suficientes servicios de ayuda para los menores, puede
influir en que los padres busquen sustitutos cuidadores.

FUNCIONES FAMILIARES DE LOS ABUELOS.

Recordando lo expuesto en el primer capítulo, mediante el desarrollo del


CVF, Minuchin (2004) expone que los abuelos ingresan en el terreno del sistema nuclear
durante la expansión del mismo, precisamente a raíz del nacimiento de los nietos. Y es
importante saber que los abuelos tienen múltiples funciones en el sistema familiar.
Consejeros, confidentes, amigos, educadores, supervisores, transmisores de la historia
familiar, modelos de envejecimiento, guías, entrenadores, motivaciones, por mencionar las
más usuales y relevantes, pero también está el otro lado de la moneda; intromisiones,
descalificaciones hacia los padres, mimos excesivos en los nietos, etc. El abuelo tiene un rol
importantísimo para los nietos que va a repercutir positiva y negativamente en los mismos,
eso es un hecho. Pero lo importante es que siempre se puede optar porque una de las fuerzas
ya sea positiva o negativa va a prevalecer por encima de la otra. Es muy importante que el
involucramiento de parte de los abuelos sea en una medida equilibrada pues es evidente que
15
su presencia en la vida de los nietos es muy importante pues son quienes van transmitiendo
las pautas de creencias familiares. Hay diversos factores que determinan que los abuelos
participen en la crianza de los nietos, de hecho en los estudios realizados por Badenes y
López (2011), se encuentran ciertas características para que un abuelo ejerza el rol de
cuidador de los nietos. Una de ellas es la conducta altruista, pues se ha demostrado que los
abuelos que ayudan a otras personas tienden a ver por sus nietos, así mismo, el hecho de que
los abuelos convivan con más personas de su edad, es proclive a que se origine el cuidado de
los nietos pues experimentan un fenómeno de <<sentido de vida>>. Otra característica es la
autonomía financiera o laboral de los padres, se ha observado que cuando los abuelos
consideran que sus hijos son laboralmente autónomos, no es necesario que ejerzan el rol de
cuidadores de los nietos pues saben que sus hijos serán capaces de cuidarlos. Otro factor que
es interesante es la posibilidad de la depresión. Cuando los abuelos dejan la vida productiva
puede aparecer en ellos un sentimiento de vacío que puede llevar a una depresión. La tristeza
puede ser severa, lo cual incapacita al individuo. El verse entonces activo al cuidar a los
nietos le proporciona un sentido de competencia y de productividad, de nueva cuenta está
formando parte de un proyecto. Es entonces que la depresión es un motor que puede llevar
al abuelo a educar a los nietos. Lo último tiene repercusiones tanto positivas como negativas
tanto para los abuelos como para los nietos, si bien se dijo antes, los abuelos van adquiriendo
un sentimiento de competencia al cuidar de sus nietos, si ese tiempo de cuidado se vuelve
excesivo, se puede ver afectada la salud del abuelo, lo cual, en lugar de menguar la depresión,
puede posibilitar el aumento de la misma.

Y en el otro lado se encuentran los nietos, quienes, al estar conviviendo con una
persona que se encuentra en depresión, que puede verse en ocasiones malhumorada, irritable
o demasiado sensible podría implementar el establecimiento de interacciones inadecuadas,
inclusive patológicas en dicha díada. Sin embargo, y sin lugar a dudas, el involucramiento de
los abuelos en la educación de los niños, es algo fundamental en el desarrollo de los mismos.
Los abuelos, son los transmisores de la historia familiar, (Newgarten & Weinstein, 1964,
citados en Noriega & Velasco, 2011) en la cual se fomentan los valores, tradiciones,
costumbres, ideas y rituales que rigen al endogrupo, sin dicha historia familiar, el grupo sería
prácticamente inexistente e indiferenciable de los demás sistemas. Los nietos como
receptores de dichos valores lograrán constituir su sentido de pertenencia e identidad tanto

16
individual como social. Este es uno de los papeles más importantes de los abuelos; ser el
nexo entre las generaciones pasadas y las presentes, y a su vez serán el puente entre el futuro
de la familia, pues las mismas pautas van a ser traspasadas a los hijos de los nietos.

LOS ABUELOS CUIDADORES.

La crianza de los nietos, tema común entre padres y abuelos, apoyo y solidaridad
suelen ser algunos de los valores de los abuelos y ellos, saben cómo llevarlos a la práctica.
Siendo bastones en momentos de crisis en la familia. Una crisis, que por su naturaleza
aparentemente irrelevante o sutil, es precisamente la crianza de los nietos. Es un hecho que
los que deben estar totalmente a cargo de los niños son sus padres. Inclusive los mismos
abuelos concuerdan en ello: el axioma principal es <<la educación es cosa de los padres>>
(Megías & Ballesteros, 2011, p.39). Son los padres quienes deben ocupar en su totalidad el
apoyo, la crianza, la educación, el monitoreo del desarrollo y demás factores de la evolución
del niño. En su mayoría, esto así sucede, hay muchos padres responsables y preocupados por
el desarrollo total de sus hijos, incluso hay mujeres profesionistas que dejan su trabajo con el
fin de permanecer junto a sus hijos en el momento de su crecimiento. Hay padres (varones)
que asisten con mayor regularidad a programas de escuela para padres, conferencias acerca
del desarrollo, o inclusive solicitan un poco de asesoría o psico-información. Y así como
existen este tipo de padres, hay otros que por el contrario, no se permiten tiempos con sus
hijos, hay que solicitar el apoyo de terceros en la crianza y educación del niño. Otro tópico o
categoría es el creciente número de mujeres embarazadas a temprana edad, lo cual, suele
estar acompañado de la irresponsabilidad del padre de hacerse cargo de su hijo llevando a la
madre a hacer frente a la tarea de educación y cuidados del niño, y lo anterior generalmente
va a incluir a los abuelos maternos del niño, quienes en definitiva, estarán presentes de
manera impactante en el desarrollo del menor. Finalmente y algo en lo que se podría
encontrar un consenso en ambos tipos de padres anteriormente mencionados; ningún padre
sabe qué hacer ante su primer hijo, no nacen con manuales acerca de qué hacer en
determinadas situaciones. De estas situaciones es cuando, como menciona Minuchin se da la
entrada de la familia extensa, los consejos y <<tips>> que los abuelos brindan a sus hijos ya
son parte del involucramiento en la vida familiar. Aquí, es un tema a desarrollar en el sentido
siguiente: son los hijos quienes piden ayuda a sus padres (los abuelos) y al hacerlo, de una u
otra forma otorgan un grado de poder a los últimos. Conforme los nietos van creciendo, el
17
empoderamiento de los padres va aumentando a medida que el de los abuelos puede ir en
detrimento, pues los padres desarrollan las capacidades necesarias para enfrentarse a la
crianza. Pero no por ello los abuelos desaparecen de la vida de los nietos (a no ser que se
trate de padres divorciados donde usualmente, los abuelos de quien no tiene la custodia de
los niños dejan de ver en mayor medida a los nietos). Pero desde el momento en que se
empodera a los abuelos, estos van a tener en algún sentido, acceso directo a la formación del
menor. Antes se mencionaba un axioma regente en la educación abuelos, padres y nietos; los
padres están a cargo, sin embargo, dicha ley no se cumple en su totalidad, es usual que los
abuelos sean quienes en mayor medida puedan preocuparse por el bienestar o la salud de los
nietos a su cargo. Analizándolo desde otro ángulo, los abuelos mencionan que en cuanto a
situaciones médicas se refiere son los padres quienes se encargan y ellos permanecen en
segundo plano (Megías & Ballesteros, 2011). Esto es lo ideal y es cierto que en muchas
familias se cumple el axioma, pero si se recuerda lo mencionado en el primer capítulo, un
gran porcentaje de las familias mexicanas se encuentran conformadas por tres generaciones,
lo cual brinda mayor poder a los abuelos que en aquellos en los que no hay una convivencia
tan frecuente y eso lleva a mencionar el término de <<responsabilidad>>. Cuando los abuelos
están ingresando en la familia de sus hijos y estos últimos les confieren el poder de
involucramiento, se deben delimitar los términos de la responsabilidad que los abuelos van a
ejercer durante los cuidados de los nietos. El grado de responsabilidad depende de diversas
variables, por ejemplo, el estimado de tiempo en el cual los abuelos van a ejercer el rol de
cuidadores, si aportarán o no económicamente, si van a estar frecuentemente involucrados,
si tienen el poder de decidir en situaciones de urgencia, etc. Todo ello va construyendo la
variable responsabilidad, por eso es que los abuelos pueden percibir su <<abuelidad>> desde
diferentes perspectivas mencionando algunos que es una experiencia de vitalidad y energía
en la cual pueden revitalizar su productividad, en otros puede ser una experiencia tediosa y
amarga pues ellos desean, después de ya haber educado a sus hijos el verse eximidos de toda
obligación.

Antes se mencionaban algunos tipos de ayudas que el abuelo brinda, en muchas


familias la ayuda será solo mientras los padres se encuentran en sus trabajos, por lo cual el
involucramiento de los abuelos será menor.

18
Ahora bien, hay otros abuelos que si se encuentran en mayor medida
involucrados con sus nietos pues pueden vivir en el mismo domicilio o el tiempo en que se
encuentran interactuando con ellos es mayor, de manera que pudieran ser ellos y no los
padres, quienes brinden mayor afecto, educación y sentido de pertenencia a los nietos, lo cual
sin lugar a dudad puede restarle el poder a los padres de los niños (en el siguiente capítulo se
hablará acerca de los beneficios y dificultades de la crianza de padres y abuelos). En estos
casos, el axioma del <<segundo plano>> puede no aplicarse. Se ha dicho que los abuelos
suelen tener una conducta altruista que es un factor que los convierte en cuidadores de los
nietos, por ende, es usual encontrar situaciones en las cuales a pesar de saber que su
responsabilidad ya ha terminado, puede resultar inevitable para ellos el involucrarse a pesar
de que los padres ya se encuentren en el terreno de juego. En otras familias hay mujeres que
se han embarazado a temprana edad (mencionado anteriormente) y ello es una condicionante
de que los abuelos sean miembros más del cuadro familiar, en esos casos no hay duda alguna
de que los abuelos, en especial las abuelas tienden a involucrarse en mayor medida en la
crianza de dichos niños. Como se ha revelado en algunos estudios (Megías & Ballesteros,
2011; López, 2010; Noriega & Velasco, 2013; Badenes & López, 2011; Pinazo & Montoro,
2004), las abuelas son quienes tienden a involucrarse en los aspectos de crianza de los nietos,
tanto sea que ellas vivan o no bajo el mismo techo, no obstante, las primeras por lógica van
a verse más inmersas en la crianza y serán mayores fuentes de referencia y autoridad. Es
entonces que uno de los papeles más importantes de los abuelos es el de cuidadores, ya sea
por un espíritu voluntario o bien, porque sus hijos les piden ayuda, dicha ayuda es una
experiencia placentera para los abuelos pues de esta manera pueden salir de su <<retiro>>,
claro hoy en día se observan abuelos de 40 a 50 años que aún continúan en una etapa laboral.
Ahora bien, la otra cara de la moneda es cuando los abuelos pasan de ser cuidadores
voluntarios a hacerlo por obligación. <<Si los niños pasan muchas más horas bajo el cuidado
de sus abuelos que del de sus padres, pueden llegar a mantener con sus nietos unas relaciones
afectivas que no les corresponden (…) dejemos a los abuelos ser abuelos y a los padres, ser
padres>> (Badenes y López, 2011, p. 109). Sin embargo, muchos abuelos piensan que deben
ser ellos quienes deberán cuidar a los nietos puesto <<que no hay nadie más que pueda
hacerlo>> (Bullock, citado en López, 2010, p. 390). Lo anterior es muy importante puesto
que los abuelos van a mantener con sus nietos unas relaciones un poco más flexibles, con

19
mayores libertades, y eso es debido a que ya han educado a sus hijos, así que su abuelidad
debe de ser un gusto, inclusive se puede aventurar a decir que será un ocio, puesto que las
responsabilidades son de los padres, lo cual no indica que los abuelos no brinden ayuda, por
el contrario, queda de manifiesto que los abuelos tienden a ser auxiliares en momentos de
crisis (Noriega & Velasco, 2013. p. 469).

PUENTE GENERACIONAL; LOS ABUELOS Y EL AFECTO.

Todos han necesitado en ocasiones la ayuda de los abuelos, ellos por su parte
suelen brindarla de manera incondicional puesto que esa es otra de sus funciones, el
proporcionar amor incondicional, (ibídem, 2013). De igual manera, habrá que mencionar los
estudios realizados por Newgarten y Weinstein en 1964 (citados en Noriega & Velasco,
2013) donde se encontraron diversos tipos de abuelos, los divertidos que juegan con sus
nietos, los rígidos que mantienen una postura tradicionalista, los distantes que suelen ser
autoritarios y mantener poco contacto, y los padres subrogados, que son los que asumen la
responsabilidad y cuidado de los nietos (p. 468). La manera en que los abuelos asumen su
abuelidad dependerá del rol que se encuentran ejerciendo en el sistema familiar. Ahora, otra
de las funciones que los abuelos mantienen en la familia es el de ser mediadores entre hijos
y nietos (Noriega & Velasco, 2013). Se ha dicho anteriormente que cuando los abuelos
tienden a tener el control de los nietos, los padres pueden menguar como figuras de autoridad
y disciplina. En ocasiones, ello puede generar que los padres intenten por medio de diferentes
formas el recobrar su poder dentro del sistema, para lo cual, pudieran llegar a usar la violencia
o los gritos con los niños, de manera que se crean escaladas de ira. Es entonces, cuando los
abuelos ingresan como puentes de comunicación entre nietos y padres. Es frecuente que sean
los abuelos quienes traten de recordar a los padres el uso de la tolerancia como medio de
disciplina y educación, sin embargo, al hacer ello se puede incurrir de nueva cuenta en el
retiro de autoridad de los padres, por lo cual, es muy importante que se constituya un fuerte
unido en la familia, un equipo completo. Mantenerse como figura de autoridad es un reto
diario tanto para los padres como para los abuelos. Los últimos mencionan que en ocasiones,
para poderse ganar a los nietos, tienden a ser muy consentidores, a dar mimos y regalos
frecuentemente (Megías & Ballesteros, 2011). Es una buena manera de ingresar en el mundo
de los pequeños en efecto les traerá un rápida aceptación en la vida de los mismos, pocero

20
como todo, debe ser usado con moderación pues en exceso puede crear en los niños un
sentimiento de que los padres no satisfacen las necesidades de los pequeños.

Los abuelos son personas con gran experiencia en la vida, claro, depende de la
edad de los mismos pues hoy en día es muy usual ver abuelos con 40 o 50 años, pero a pesar
de ello se encuentran con conocimiento acerca de la existencia y de cómo funciona el mundo.
Los padres, aun cuando ya se encuentran en la treintena y tienen conocimientos y
experiencias propias en la vida, aún no cuentan con el acervo de conocimiento que los
abuelos ya poseen, es entonces que pueden buscar los padres a sus padres como un marco de
referencia de cómo actuar ante determinadas situaciones. Lo ideal dentro del CVF es que los
hijos dejen a sus padres, formen su familia y construyan su patrimonio propio dejando que
sus padres vuelvan a retomar las riendas de su relación (que nunca debió quedar olvidada),
pero eso no significa el quiebre total de la estructura familiar de origen.

Si hablamos metafóricamente, jamás se deja de lado a la familia nuclear, se


tienen los apellidos de los padres, en ocasiones el mismo nombre, rasgos físicos que se
comparten, la misma sangre, las mismas ideas y tradiciones (en ocasiones), por lo tanto
somos aun cuando ya se ha formado una nueva familia, parte de la de origen. Pero eso no
significa que no se haga una independencia de la anterior, pues como arriba se mencionaba,
se debe dar un pequeño quiebre entre las familias, pero ¿a quién se puede ir en momentos en
que no se sabe qué hacer?, la respuesta puede variar mucho de cultura a cultura, pero unas
figuras con las que siempre se podrá contar es en definitiva, los padres. Los padres son los
primeros maestros, transmisores de valores, costumbres e ideología. Es entonces el pilar en
momentos de crisis o de transición. Los abuelos también fueron padres y aún lo son, sus hijos
aun ya adultos, pueden verse en la necesidad de recurrir a ellos por ayuda, quizá emocional,
de asesoría, económica, de algún favor, etc., pero en este punto se refiere a la ayuda de
consejería, en aquellos momentos en los que los padres piensan <<no sé qué hacer con esta
situación>>. Es entonces que los abuelos son guías en la vida (Noriega & Velasco, 2013),
fungen como orientadores acerca qué hacer y qué evitar en determinadas situaciones, los
padres primerizos cuando sus pequeño está llorando y se siente enfermo no dudan en llamar
a sus padres para preguntar qué es lo que ellos hicieron ante esas situaciones y en otros
momentos de su vida. Piden a veces asesoría acerca cómo se está educando al niños, los
valores que se le han transmitido, ¿son los adecuados?, ¿se le está brindando un ejemplo
21
correcto de los roles sociales?, ¿hay congruencia entre lo que los padres dicen y hacen?, todo
lo anterior es importante pues son los tópicos en los que generalmente los abuelos
proporcionan su punto de vista y su asesoría. Claro está que los padres tienen que ir
aprendiendo por experiencia propia de la vida la manera más adecuada de educación, pero
eso no significa que no puedan o deban apoyarse en sus padres (los abuelos) que ya tienen
un tramo largo del camino recorrido.

Los abuelos siempre están prestos a la ayuda y a mostrarse interesados dentro del
contexto familiar, su involucramiento afectivo es elevado, claro, aún existen abuelos con un
rol más conservador y distante, algo un poco más tradicional, pero inclusive ellos a su manera
más formal y reservada de interactuar se permiten el interesarse por los problemas de la
familia. Los padres, necesitan de sus padres, los abuelos no son irrelevantes ni serán
desestimados dentro de las familias. En nuestro país, la tradición generacional es muy fuerte
dando como resultado un fuerte poder e influencia de los abuelos.

Otra de las funciones de los abuelos es el de ser modelos. Enseñan a través de su


ejemplo el modo de vida que llevaban y los valores que consideran deben de guiar el
comportamiento del ser humano (Rico, 2001). Ya que los abuelos son los guardias de la
sabiduría familiar, van transmitiendo a los nietos los modos de ser en sociedad. Generalmente
los abuelos mencionan valores como <<honradez, austeridad, ser educados, tener modales,
ser buena persona>> (Megías & Ballesteros, 2011). Ahora, no siempre los abuelos los pasan
directamente a los nietos, en ocasiones los heredan a través de los padres de los niños pero el
punto es que de esta manera se van conservando los valores más importantes para el
endogrupo. Son nexos entre las generaciones anteriores y las actuales, unen y edifican el
futuro familiar. Generalmente la visión del abuelo es de una persona mayor, experimentada
y amorosa, que puede brindar apoyo y comprensión a quien lo necesita siendo su presencia
reconfortante en ocasiones. Se ha buscado consuelo y guía en ellos, son quienes brindan en
ocasiones una medida mayor incluso que los mismos padres ya sea en comprensión, atención,
apoyo o economía, por ello, como mencionan Roberto y Stroes (citados en Noriega &
Velasco, 2013, p. 470) otra función del abuelo es la de brindar amor incondicional. Y es
correlacional esta función con las demás, puesto que al brindar el amor incondicional, esa
variable se va a demostrar o manifestar en comportamientos. Los comportamientos típicos
de ello son, por ejemplo: las muestras de afecto a los hijos como abrazos, consejos y guía, en
22
los nietos los mimos y regalos, pero la más importante muestra de afecto es el hecho de que
los abuelos pueden asumir en ocasiones la crianza de los nietos (mencionado anteriormente
como la función de los abuelos protectores). Los abuelos siempre serán vistos como fuentes
de amor y comprensión hacia los demás.

Es sin duda alguna, llegado a este punto, claro para el lector que los abuelos van
a fungir como experimentados orientadores en general pues la vida les ha mostrado el camino
más prudente por seguir. Para cerrar con este capítulo es importante mencionar que los
abuelos también en ocasiones son mediadores entre padres e hijos ayudando a amortiguar las
tensiones entre estos mismos (González & De la Fuente, 2008), pues, en general los padres
van a tener que mostrar diferencias en ocasiones con sus hijos (los nietos), por lo tanto,
pueden crearse círculos y escaladas de violencia en las familias y es ahí en donde los abuelos
tienen relevancia al ser en ocasiones confidentes de los nietos y asesores de los padres. Los
abuelos son pilares, son cimientos y son roca fuerte dentro de las familias actuales. Su
importancia es crucial en el desarrollo del niño y su presencia en la vida del menor es
benéfica, pero así como algo bueno puede ser dañino, es importante que permanezcan
cumpliendo el axioma de la educación, estando en segundo plano después de los padres. Pues
como mencionará Albrecht (citado en Noriega & Velasco, 2013, p. 471) la abuelidad debe
de ser << un placer sin responsabilidad>>.

Para concluir, como menciona Hagestad (1982) << podemos concretar que el
abuelo proporciona cuidado a los nietos, beneficios en el desarrollo global y socialización>>,
lo anterior significando que los abuelos son un catalizador general de ayuda pero <<el rol del
abuelo con sus nietos es diverso y heterogéneo>> (Bengtson, 1985, citado en Venegas y
Vacas, 2001).

23
CAPÍTULO III
PERCEPCIÓN DE LOS ABUELOS DE SU ETAPA VITAL

Introducción.

<<Todo el que nace muere>>, es uno de los axiomas médicos. El ser humano tiene un
desarrollo cronológico estructurado, lleno de altibajos, etapas, fases, sub-etapas que van
guiando el comportamiento, la cognición y el aspecto social de las personas. Es una curva de
aprendizaje en la cual se adquieren diversas destrezas para lograr hacer frente al fenómeno
más bello y a la vez complicado de entender: la vida. En este capítulo se va a describir el
proceso de percepción de los abuelos de su vida actual, pero hay que tener en consideración
que los abuelos actuales no necesariamente son como antaño, canosos, de edad avanzada,
sino que, cada día es más frecuente que los abuelos estén rondando entre los 40 o 50 años,
por lo cual se va a describir desde la adultez media hasta la adultez tardía. En este capítulo
de va a abordar la perspectiva del adulto mayor, del adulto tardía y finalmente, de la vejez.

TEORÍAS DEL DESARROLLO: ERIKSON Y JUNG.

Cuando se nace es una nueva oportunidad de plasmar en las mentes de los


pequeños los valores y reglas que van a brindarles la posibilidad de contribuir activamente
en la mejora de nuestro mundo, es por ello que al llegar a la etapa de la abuelidad, ya esas
ideas y costumbres o <<introyectos>> se han cristalizado en totalidad; se ha logrado adquirir
la mayor de las virtudes: la sabiduría. Antes ya se ha hablado acerca de la importancia que
los abuelos juegan en la dinámica familiar, sus funciones, sus roles, las diferencias que
pueden existir entre abuelos y abuelas, etc. Este capítulo tiene como objetivo ser el
complemento del anterior mostrando desde las perspectiva de los abuelos, el cómo ellos
viven esta etapa de su vida. Ahora bien, nuestra sociedad ha cambiado mucho con respecto
a los abuelos de manera que ya no son lo que eran unas décadas atrás, antes un abuelo estaba
rondando cerca de los 70 años, hoy en día, una persona se puede convertir en abuelo alrededor
de los 40 años. Expuesto esto, es muy importante distinguir entre los abuelos que son adultos
24
como tal y aquellos que ya han alcanzado la senectud, por ende, se va a utilizar la descripción
que Erik Erikson hacía en referencia al ciclo vital, específicamente las últimas dos etapas del
desarrollo psicosocial. Ya decía Erikson (citado en Schultz, 2009, p. 213). Que el
comportamiento se rige por el <<principio epigenético de la maduración>>, es decir, que el
ser humano debe de pasar por una serie de etapas que se acompañan de crisis que formarán
la personalidad global del mismo. A diferencia de Freud, que sólo puso énfasis en los
primeros años de vida del ser humano, Erikson amplía este énfasis a lo largo de toda la vida
y no sólo en aspectos biológicos como Freud, sino, en los sociales dividiendo así al ser
humano en 8 etapas de desarrollo vital. Es importante esta diferencia pues el ser humano, al
ser en sí mismo un sistema, partiendo de la Teoría General de los Sistemas, una característica
de los mismos, es la evolución, entonces, nos encontramos a cada momento en una evolución
interminable. Por lo cual, la personalidad jamás terminará de crearse pero si se irán
cristalizando aspectos de la misma. Ahora bien, retomando las etapas que Erikson propone,
se necesita centrar en las dos últimas: la Adultez Media y la Adultez tardía. El ser humano
durante su niñez, como antes ya se ha mencionado, va incorporando aquellas ideas, valores
y costumbres de su endogrupo, de modo que se va moldeando la personalidad, la
personalidad va a determinar en gran medida el comportamiento. En la adolescencia, el joven
ya ha comenzado a independizarse de su endogrupo y en efecto, durante esta etapa son los
pares quienes constituyen un mayor grupo de referencia, el joven va practicando diversos
modos de acción y de intereses. Al llegar a la adultez emergente, que ocurre alrededor de los
20 o 22 años, se da inicio a una vida completamente diferente, el joven adulto ya ha adquirido
experiencia acerca del mundo, claro está que dicha experiencia va a ir profundizándose y
ampliándose conforme el tiempo transcurre, es entonces cuando se suele terminar una carrera
en el caso de los universitarios, se da la inmersión en el mundo laboral y profesional. Es
ahora cuando el joven debe poner en práctica todo lo aprendido tanto en la escuela como en
el hogar, es aquí en donde demostrará sus habilidades y destrezas.

En esta etapa es generalmente cuando se da un quiebre con la familia de origen,


ahora bien, dicho quiebre no significa que el joven deje de lado ya a la familia, puede seguir
viviendo con sus padres pero ahora ser él quien se vale por sí mismo, y de hecho, es esto lo
que debe de suceder. Es en esta etapa en la que se forma el endogrupo y se hace un proceso
de emparejamiento (ver capítulo 1). Pasado esto y formada ya la familia, que en ocasiones es

25
antes de entrada la treintena, se está dentro del mundo laboral ya de una manera sólida, así
mismo, se va educando a los hijos y estos van creciendo dándole evolución a la familia.

Alrededor de los 35 a los 40 años, se ingresa a una nueva etapa, la adultez media.
En esta etapa, según Erikson, se origina una crisis de identidad entre dos fuerzas opuestas: la
generatividad en contra del aislamiento (Erikson, citado en Schultz, 2009, p. 212). Ya antes
Carl Jung había hablado del choque de fuerzas como generadores de energía, un tema al que
llamó <<principio de opuestos>> (Jung, citado en Schultz, 2009, pp.104-105). Para ambos
autores la energía psíquica se va creando a través del conflicto entre opuestos las fuerzas en
choque van a producir algo nuevo, algo que Erikson llamaba virtudes básicas, es decir un
valor que surgía y se incorporaba al esqueleto de la personalidad del individuo, en cada etapa
del ciclo vital se producían choques entre opuestos que iban creando los valores de la persona.
Ahora, en lo referente a la etapa vital, Jung mencionaba algo llamado <<principio de
equivalencia>> (Jung, citado en Schultz, 2009). Dicho principio consiste en la idea de que
la energía psíquica invertida en un objeto o persona, tiende a desplazarse hacia otros más
conforme el interés en dicho objeto se va perdiendo, concepto similar al de catexis de Freud.
Ahora, para los fines del desarrollo humano, ambos principios son aplicables. El primero de
ellos, que es el de los opuestos se manifiesta en las tendencias que el ser humano elige; en la
infancia temprana es el momento del desarrollo de la competencia, para que esa virtud básica
emerja es necesaria la lucha interna del niño entre la incompetencia y la motivación, así, de
esta batalla interior se origina el valor de la competencia que le guiará a lo largo de su vida.
En la adolescencia se propicia la lucha entre la confusión y la integridad de la personalidad,
los roles sociales se van adaptando para que el adolescente se encuentre en sí mismo y se
construya la lealtad, lealtad hacía sí mismo. En cada etapa, siguiendo el principio de la
equivalencia, se cambia de prioridades, en este caso en la infancia el objeto primordial de
interés es la familia, los padres, después los compañeros de escuela y los maestros,
posteriormente los amigos. Éstos últimos se mantienen y adquieren un papel importante en
la adolescencia que es en donde son modelos de cómo comportarse, guías que acompañan al
joven en descubrimiento de su identidad. Al llegar a la adultez emergente el foco de interés
es el trabajo y la carrera, siguiendo a la pareja y finalmente; la familia vuelve a ser el foco de
interés principal, pero ya no es la familia de origen, es la familia nuclear formada por el
adulto [en algunos casos se suele dar el retorno de los hijos a la casa de los padres, situación

26
llamada <<síndrome de la puerta giratoria>> o <<fenómeno del bumerán>> lo cual pueden
ser excepciones a lo antes mencionado (Papalia, 2010, p. 538)]. En la adultez emergente se
brinda al ser humano la oportunidad de desarrollar el valor del amor, es en este momento en
el cual se puede conformar la intimidad con una pareja, las fuerzas opuestas que generan
dicho valor son la intimidad y la promiscuidad. Es aquí que se llega a la adultez media, en
esta etapa, siguiendo el principio de los opuestos, como se ha mencionado antes, se origina
la lucha entre la generatividad y el estancamiento.

GENERATIVIDAD, DEFINIENDO CONCEPTOS.

¿Qué es la generatividad? Siguiendo a Erikson es la cualidad del ser humano de


preocuparse y ver por otros, especialmente por las generaciones más jóvenes. El adulto ya ha
vivido diversas experiencias a lo largo de su vida y se puede decir que está en la plenitud de
la misma, tiene por lo general buena salud, aunque ya no es la misma que en los tiempos de
su juventud, ya quizá ha procreado hijos y ellos se encuentran en crecimiento, quizá entrando
en la infancia temprana, su vida gira en torno al trabajo y a la educación de sus hijos, es cada
día más consciente de que no está ya tan joven como antes, en ocasiones puede producirse
una crisis de mitad de la vida, en donde se preguntan si hasta el momento su vida ha sido lo
que ellos buscaban. La tendencia de la generatividad inclina al ser humano a ayudar a los
más jóvenes, y precisamente esta tendencia tiene lugar en el hogar pues los padres ya
experimentados quizá con su segundo o tercer hijo, van extrapolando su capacidad de guía,
de ayuda hacia los demás. Hay preocupación en torno a la orientación y el ritmo de vida que
los más jóvenes están tomando actualmente, por ello los adultos ejercen este papel de guías.
Es así que los adultos en esta etapa se perciben como orientadores de las nuevas generaciones,
ese es el foco de interés en esta fase. Claro está que para que la generatividad se desarrolle
deben de haber muchos factores influyentes, por ejemplo el contexto, la familia de origen, la
misma experiencia de vida, inclusive procesos intrapsíquicos. A diferencia de Jung que creía
que el ser humano se tornaba en esta etapa hacia dentro de sí mismo (se explica más abajo),
Erikson creía que el ser humano se torna hacia el exterior, hacia los demás. Otro modo de
surgimiento de la generatividad, son los deseos de inmortalidad simbólica, en otras palabras,
hacer buenas acciones para que la memoria de la persona prevalezca con el paso de las
generaciones, de ésta forma, metafóricamente la persona no muere en cuestión (McAdams,
2006, citado en Papalia, 2010, p. 518). Ahora bien, en esta etapa hoy en día se puede
27
experimentar otra transición: la abuelidad. Es usual que hoy en día los abuelos sean cada vez
más jóvenes, ya la figura del abuelo canoso, con lentes ha ido quedando atrás. Si bien es
cierto que hay abuelos en edad avanzada, la mayoría aún se encuentra en etapas productivas.
Los abuelos en ocasiones se perciben como los cuidadores idóneos de los nietos (Megías &
Ballesteros, 2011). Lo anterior en su lógica es que, al haber ya educado hijos, tienen la
experiencia necesaria para lograr guiar a los nietos, claro, ahora sin la responsabilidad que
tuvieron al ser padres, pues en efecto una de las características de la abuelidad es que puedan
ejercerla sin presiones de ningún tipo (en ocasiones eso no se logra pues se toma una sobre-
responsabilidad). En términos generales, los adultos mayores se caracterizan por ser
modeladores de roles y comportamientos pro-sociales pues intentan que las generaciones
nuevas vivan una calidad mejor en su experiencia global. Es usual que los padres digan que
le desean dar a sus hijos todo aquello que ellos nunca tuvieron de niños, eso es un ejemplo
claro de la generatividad. Es considerable que la mayoría de las personas desde antes de esta
etapa manifiesten signos de generatividad, tales como gran solidaridad y empatía en
momentos de crisis, ayuda a desconocidos, actos altruistas, etc. Junto con la generatividad se
construye un sentimiento llamado <<creencia en la especie>> (McAdams, 2006), es decir,
que se mantiene una esperanza y fe en las generaciones futuras de que puedan contribuir
activamente del desarrollo adecuado de la humanidad y del bien común. Ahora, Erikson
mencionaba que no se necesita ser padre para desarrollar la generatividad y de igual modo,
los hijos no siempre actúan como catalizadores de esta fuerza (Erikson, citado en Schultz,
2009, p. 217). Los abuelos sin duda pueden ser ejemplos de la generatividad, preocupados
por los hijos, por los nietos y no sólo se limitan a la familia, sino que van más allá, se
involucran en temas sociales, políticos o religiosos, el conjunto de todas estas actividades es
lo que Erikson llamó <<conservación del mundo>> (Papalia, 2010), su experiencia es rica
en la vida, claro, en esta etapa aún tienen mucho más que experimentar y conocer. Para ir
finalizando acerca de la generatividad, un factor más puede ser la propia felicidad, la
aceptación de la misma puede inclinar la balanza hacia la generatividad (McAdams, 2001).
Sin embargo, esto no siempre ocurre así, hay personas mayores que tienen un gran desdén
por las generaciones jóvenes, personas que incluso pueden llegar a repudiar a dichas
generaciones. Es entonces cuando se manifiesta la polaridad de la generatividad, el
estancamiento; dicha tendencia como su nombre indica, paraliza el desarrollo de la

28
preocupación por los más jóvenes. Hay abuelos que se muestran distantes con sus nietos, son
fríos en ocasiones y pueden ser muy punitivos. Se quejan de lo que las nuevas generaciones
hacen y tienden a criticar las nuevas tendencias, recuerdan sus tiempos de juventud y los
categorizan como mejores que los actuales. Esto es algo parecido a lo que Robertson (1977)
mencionaba como abuelos <<remotos>> que son aquellos con poca implicación con los
nietos, se pueden mostrar intolerantes y restringidos en su expresar afectivo (citado en
Noriega & Velasco, 2013, p. 468). Generalmente este tipo de adultos mayores tienden a
paralizarse en su esfera social puesto que no comparten con los demás el pensamiento
necesario para un buen funcionamiento psicosocial. Ahora bien, durante esta etapa de la
adultez media, suele darse lo que Jung llamó <<crisis de la mitad de la vida>> (Schultz, 2009,
pp. 113-115). Alrededor de los 40 años se ha alcanzado ya una plenitud, la mayoría de las
personas están bien cimentadas en sus carreras y en sus trabajos, la mayoría se encuentran
casadas y con hijos, aparentemente se ha logrado un éxito en las diversas áreas del desarrollo
del potencial humano, pero, en ocasiones, aparece un sentido de vacío, una carencia de
sentido hacia la vida misma. Hasta el momento se han puesto los ojos sobre la vida externa,
el trabajo, la carrera, la familia, se han hecho grandes esfuerzos para ganarse la vida que
ahora, de una u otra manera los retos de la vida han sido superados y se ha logrado la
estabilidad. Paradójicamente esta superación de los retos es la que trae consigo la crisis de la
edad media. El ser humano se ve ya desarrollado por lo que los retos han disminuido y
entonces se pregunta ¿he sido feliz?; ¿ahora qué retos debo de superar? Así pues, se ocasiona
un proceso que Jung (Schultz, 2009) llamaba <<individuación>>. Consistente en que el ser
humano se retrae hacia su interior con el objeto de evaluar su vida (opuesto a Erikson que
afirmaba que el ser humano se inclina hacia el exterior, sin embargo, ambas posturas con
aceptadas y ambas son ciertas y aunque pueda a primera vista ser opuestas o contradictorias,
en realidad son dos caras de una misma moneda pues se complementan), comenzar a echar a
andar aquellos proyectos que pudieron quedar inconclusos en el pasado. Pero hay que partir
de la premisa sistémica, el ser humano es un ser integral es una Gestalt, por lo que dicho
proceso no se puede dar como tal pues siempre se verán inmersos los aspectos sociales del
ser humano. Pero entonces sí se puede hablar de un proceso de reflexión sobre la vida, sobre
la experiencia y los logros y fracasos obtenidos, una evaluación general de lo que hasta el
momento se ha realizado. Una meditación, una armonía que se está construyendo. Para Elliott

29
Jacques (Papalia, 2010), en este momento, la mortalidad se muestra cada vez más cercana,
es entonces un factor que puede contribuir en la aparición de esta crisis, sin embargo, no
todos los teóricos concuerdan en que ocurra una crisis como tal pues hay personas que se
pueden sentir en la cúspide de sus capacidades, hay otras que son indiferentes e inclusive
algunas que pueden sentir la crisis en otros momentos o en otros aspectos de su vida
(Lachman, 2004). Ahora en caso de que se genere el proceso de individuación o de
<<interioridad>> (Neugarten, citada en Papalia, 2010, p. 520), el volverse más reflexivo es
lógico que se trate de ayudar a quienes lo necesitan, de ahí obsérvese como puede
desprenderse el valor de la generatividad. Claro está lo anterior suponiendo que se logró
superar adecuadamente la crisis de la edad adulta; en caso contrario es posible que la vida
carezca de motivación, entonces al no haber incentivos de superación se puede caer en una
parálisis general que conlleva al estancamiento y el subsecuente desinterés por los demás. En
esta etapa se construye el valor de la <<solidaridad>>, el ayudar a otros, guiarlos y
preocuparse por su bienestar general.

Erickson Jung

Características Características

Ψ Importancia por lo exterior. Ψ Importancia por lo interior.


Ψ Importancia a los roles sociales. Ψ El ser humano se encuentra en sí
mismo.
Ψ El ser humano se encuentra en los
Ψ Los roles sociales se adaptan desde
otros. adentro.
Ψ Se busca el crecimiento individual.
Ψ Se desarrolla el nivel de la
generatividad por el cuidado de los
demás.

Cuadro comparativo de la Teoría de Erickson y la Teoría de Jung en sus puntos más relevantes.

30
EL ADULTO MAYOR: CALIDAD DE VIDA Y EXPECTATIVAS.

Hasta aquí se ha hablado de la percepción del ser humano en su etapa adulta y


madura y se concluye que bien puede verse así mismo como un facilitador, un guía que
orienta a los más jóvenes o bien, un ser estancado y resentido con lo que ha sido su vida que
no desea tener contacto con las nuevas tendencias y las crítica y tacha de incorrectas. En
realidad, como bien se considera en la terapia gestáltica, el ser humano es un ente, un sistema
en constante desarrollo de manera que al final de la vida, aún se va a seguir desarrollando.
Susan Krauss Whitbourne, menciona en su teoría de procesos de identidad que la
personalidad es la conjunción o sumatoria de todas las percepciones que la persona tiene de
sí misma. (Papalia, 2010, p. 524). A lo largo de la vida se nos imponen y nos imponemos
roles para actuar, así mismo hay etiquetas o prejuicios que se van conformando como
repertorio de la personalidad total, entonces, dicho repertorio va generando un curso de
acción comportamental, en otras palabras, actuamos con base a lo que creemos que somos.
Ahora bien, somos sistemas y estamos en perpetua interacción con el ambiente. El ambiente
nos moldea y nosotros lo moldeamos a él. En la teoría de Whitbourne, se proponen dos
procesos para mantener el flujo de interacción con el medio: la asimilación y la acomodación.
El proceso de asimilación implica que se trata de incorporar la experiencia vital con los demás
conceptos ya conocidos a lo largo de la vida. En esta etapa se asimila ya la vejez con todo lo
que implica con las experiencias que ya se han tenido en otras etapas de la vida.

El proceso de acomodación es cuando se acomoda la experiencia con la situación


actual, es decir, se acomodan las experiencias de integridad ante la vida con la actual vejez.
Para esta autora, el ser humano no debe de abusar de ninguno de los dos procesos, porque, si
se asimila en exceso, se trata de una persona rígida e inflexible, que no aprende de la
experiencia, pues no asimila la enseñanza. Por otra parte aquel que acomoda demasiado es
una persona voluble, no logra mantener la congruencia con su repertorio de experiencias, se
es demasiado sensible a las críticas de los demás. De lo anterior, para llegar pleno a la última
etapa del ciclo vital, se necesita que los procesos antes descritos se encuentren en un
constante equilibrio. Ahora bien, en cuanto a la identidad de género se refiere, en esta etapa
de vida, las personas tienen la posibilidad de explorar aspectos de su experiencia que hasta
el momento habían estado estancados o latentes.

31
Siguiendo a Erikson, los roles que las personas toman a lo largo de su vida van
definiendo su identidad y es algo muy usual de observar en la adolescencia, pero en esta
etapa, los roles más frecuentes son el de padres, abuelos, cuidadores, mediadores, empleados,
jefes. En esta etapa, ya habiendo generalmente cumplido las funciones sociales esperadas y
en mayor adquisición de experiencia vital, puede verse un fenómeno de actuación de nuevas
facetas. Los hombres pueden mostrarse más afectivos, más sentimentales y amorosos, esas
cualidades son generalmente femeninas, pero ahora el hombre se siente en mayor libertad de
expresar dichos roles. Por su otra parte, las mujeres se muestran más competitivas, con mayor
empuje y tendencias a la superación, actitudes que generalmente son consideradas
masculinas; Jung defendía estos fenómenos haciendo alusión a los arquetipos del ánima y
del ánimus, las tendencias opuestas escondidas en hombres y mujeres. El psicólogo David
Gutmann (Papalia, 2010, p. 526) aseveraba que en la edad adulta ocurría un fenómeno al que
él llamó <<inversión de género>>, este fenómeno consistía en que los hombres se ajustaban
al patrón social femenino y las mujeres al masculino, lo anterior en aras de la supervivencia
de la especie, sin embargo, Gutmann realizó sus estudios en poblaciones rurales donde, el
contexto de vida es completamente diferente al de una urbe y en general, la comunidad
científica no ha aceptado hasta el momento la explicación dada por Gutmann. No obstante si
es interesante notar que aunque no sea una inversión de género como tal, se pueden
desarrollar los aspectos contrarios en los géneros, quizá porque en esta etapa de vida las
experiencias han sido acumuladas y sopesadas en cabalidad por lo cual los roles a desarrollar
no son tan difíciles de aceptar y actuar. En parte esto porque la identidad en su mayoría ya
ha sido edificada, claro que en esta etapa que es como una segunda adolescencia aún se siguen
puliendo aspectos de la misma.

Entonces, ¿Qué pasa con la estabilidad emocional en esta etapa de vida?


Generalmente hay una mayor aceptación de las inminencias de la vida, esto es algo como lo
que Whitbourne mencionaba sobre las percepciones de vida, ya hay demasiadas experiencias
que las últimas que íntimamente se van a relacionar con el fin de la vida pueden ser más
fáciles de asimilar y así mismo se acomodará la persona hacia dichas experiencias. En general
hay una mayor <<emocionalidad positiva>> 1 en esta etapa, la cual alcanza su cúspide

1
Se entiende como una percepción adecuada de las situaciones de vida.
32
aproximadamente a los 65 años, después de dicha edad, en ocasiones suele a disminuir. Así
mismo, la satisfacción con la vida puede ser alta, en parte porque se logra recordar con mayor
facilidad los momentos felices mientras que los desagradables tienden a desvanecerse. Claro
está, que para llegar a un fin de la vida con plena satisfacción no se pueden negar las
tribulaciones de la vida, puesto que ello sólo llevaría a una represión de estados anímicos y
aniquilación de experiencias.

Ahora, en lo que se refiere al aspecto social del ser humano, en esta etapa las
relaciones cobran un significado diferente, antaño se trababan amistades que tenían el fin de
encontrar un soporte adicional al de la familia, mientras que en la adolescencia se buscan
como modelos de identidad.

VEJEZ Y ROLES SOCIALES.

A cada momento se van ejerciendo funciones en todos los aspectos del desarrollo,
como ya se dijo pueden ser formales o informales, sin embargo, conforme se ejercen dichas
funciones se va manteniendo un grado de involucramiento, algo a lo que Carmona define
como implicación social que se puede definir como <<Los grados de interiorización de los
roles y las modificaciones en la identidad a partir del cambio en la posición social del
individuo (…) permite ver el paso de una identidad a otra y de qué forma el individuo se
adapta a las nuevas expectativas de comportamiento>> (s.f). Lo anterior implica que el ser
humano se define en gran medida conforme al rol que cubre de manera que en esta etapa
deberá de adaptarse a unas funciones completamente nuevas y a la vez completamente
familiares, pues llega el momento de la abuelidad que de una u otra manera implica el hecho
de estar inmersos en la crianza infantil, cosa que ya han pasado antes con sus propios hijos
pero que es nueva en sí pues es la primera vez que son abuelos. En otras palabras <<la
concepción de quiénes somos depende de los roles que jugamos>> (Araya, 2004).

Aquí va a ser muy importante recordar el concepto sociológico de identidad social,


el cual, como definen Tajfel y Turner (1979) se divide de cuatro elementos que son los
siguientes:

33
Categorización: por medio de la cual los seres humanos suelen clasificarse y
clasificar a los demás en categorías, que sirven para etiquetar, diferenciar y discriminar tanto
positiva como negativamente las habilidades o inhabilidades de cada persona.

Identificación: en ella los seres humanos suelen asociarse con grupos específicos,
con los que se sienten identificados y con los que reafirman su autoestima, lo cual en esta
etapa de vida suele distinguirse por los gustos y pasiones que sus coetáneos mantienen.

Comparación: es por medio de ésta que los seres humanos suelen comparar los
grupos a los que pertenecen con los grupos a los que pertenecen otras personas y de allí
tienden a generar un sentido de cohesión grupal.

Distinción psicosocial: en ella cada persona suele desear que su propia identidad
sea a la vez distinta de las de los demás y positiva, al compararla con la de otros grupos de
personas. Sin embargo, dentro de la sociedad en que se vive se pueden tener muy vagos los
roles que una persona de la tercera edad puede desempeñar, pero como se ha mencionado ya
antes (ver capítulo 2) el abuelo en general cumple la función de puente intergeneracional. El
hecho de lograr una unión de la identidad le permite al abuelo el sentir un proceso de
identificación que puede repercutir positivamente en la génesis de un sentido de vida, en caso
contrario, posiblemente puede darse un fenómeno de vacío de vida (Carmona, s.f). A lo largo
de la vida el ser humano se rodea de personas con el fin de satisfacer necesidades (ver
capítulo 1). Estas personas forman grupos que van a brindar apoyo y estabilidad al adulto,
para Khan y Antonucci (Papalia, 2010) esto se conoce como la <<teoría de la caravana
social>>, desde esta teoría, las personas van recibiendo de otros las habilidades requeridas
para la satisfacción de sus necesidades, evidentemente, estas caravanas sociales van a estar
tendientes a la modificación porque las circunstancias particulares del individuo tienen una
gran afectación. Así, las caravanas sociales pueden ser la familia de origen, es decir los
padres (generalmente ya ancianos en esta etapa), la pareja, los hijos, los hermanos, amigos
de antaño, compañeros de trabajo, vecinos, camaradas de grupos o afiliaciones específicas,
entre otros. Ahora, otra teoría que en análisis estaría ligada con la anterior es la de Laura
Carstensen llamada <<teoría de la selectividad socioemocional>> (ibídem. 2010). Son afines
porque en la anterior se menciona que se forman los grupos o caravanas con el fin de

34
satisfacer necesidades, bueno, en esta se seleccionan los grupos de apoyo con base a criterios
de afinidad. Cuando se es joven, se buscan nuevas experiencias y conocimientos acerca del
mundo con el objeto de encontrar la personalidad y la identidad, entonces se podría decir que
las interacciones sociales versan sobre la adquisición de información y conocimientos, más
que en la adquisición de nuevas emociones. Al crecer y entrar en la adultez media, las
emociones son precisamente lo que se busca en dichas relaciones sociales, por emociones no
se debe de confundir con el estereotipo de una persona mayor vistiendo como joven o
acudiendo a conciertos de rock, por el contrario, una emoción en esta teoría será aquella que
brinde afecto, calidez e interés en la persona en cuestión. Para Carstensen la interacción
social consta de tres factores:
Ψ Búsqueda de conocimiento.
Ψ Desarrollo de la identidad.
Ψ Placer y confort.

Para esta etapa, las tres se van dando, pero la más apremiante es la última, el
confort que pueden brindar las relaciones sociales estables, es así que se van formando estos
círculos internos y estrechos que van a dar soporte al adulto medio. Así es como se llega a la
etapa del envejecimiento, siguiendo a Erikson y el principio epigenético de la maduración,
se sigue con la última etapa de la vida, que abarca cerca de los 60 años hasta la muerte, la
senectud. En ella, se logrará obtener uno de los valores más importantes: la sabiduría. Para
que dicho valor aparezca, de igual modo habrá una lucha entre dos tendencias opuestas: la
integridad del yo y la desesperanza. Como bien se debe aclarar, para Erikson es importante
que en cada etapa se tome un poco de ambas polaridades, tanto las buenas como las malas
puesto que eso genera el equilibrio del ser humano, pero es importante que una sobresalga y
lo ideal es que sea la polaridad positiva la que lo haga. Ya en la crisis de la edad adulta se
había hecho una valoración de si la vida había sido lo que se deseaba, si se habían logrado
los objetivos planteados. En la senectud ya se tiene la respuesta a esta interrogante y más aún,
se tiene ya el conocimiento de la inminente batalla final con la muerte. Los abuelos se
perciben como personas que han vivido y disfrutado de sus logros, han aprendido de sus
fracasos y ahora se encuentran disfrutando de la jubilación, la educación de los nietos corre
por cuenta de los padres por lo que ellos (los abuelos) sólo disfrutan de la abuelidad sin
compromisos o responsabilidades excesivas, claro está, como se ha observado a lo largo del

35
trabajo, no siempre sucede lo anterior y hay abuelos que se encargan de manera total de la
educación de los nietos. 2 Independientemente de lo anterior, en esta etapa de vida, los abuelos
sienten la plenitud de haber vivido y experimentado cada momento.

Saben que en algún momento dejarán este mundo y se preparan de manera adecuada
para ello, preparan los gastos funerarios, ingresan a alguna organización religiosa para
sentirse cada vez más preparados para el último viaje. Los abuelos en esta última etapa se
perciben como dadores de felicidad y apoyo. Son orientadores y cuidadores de los nietos,
disfrutan de su abuelidad al convivir con sus nietos. Claro está, el cuerpo no es el mismo que
antes tenían, las funciones pueden ser más complejas de realizar y en ocasiones puede
aparecer una enfermedad degenerativa. Es considerable que en esta etapa la manera en que
se afronte la situación va a depender de la actitud con la que a lo largo de la vida la persona
se ha desarrollado. Pero esa actitud ante la vida ha venido a ser condicionada por el ambiente
en el que la persona se desarrolla, por ende, el contexto social va a tener una gran importancia
en esta última etapa. Hay algunos abuelos que encuentran un <<sentido de vida>> al cuidar
los niños puesto que la jubilación puede ser un evento de impacto psicosocial fuerte, el estar
al cuidado de los niños, es una manifestación del principio de equivalencia de Jung pues el
objeto de inversión de energía son ahora los nietos. Pero el hecho de que esta es la última
etapa de vida lleva a muchos temas de discusión, por ejemplo, la manera de afrontar la
muerte, quizá la pérdida del cónyuge, en ocasiones pasar por el olvido de los hijos, el cuidado
de los nietos, el dejar de ser activo, el ingresar a movimientos altruistas, entre tantos temas
que en esta etapa pueden presentarse.

En esta etapa un fenómeno muy importante y de gran afectación tanto positiva


como negativa es la jubilación. Es un punto donde se liberan del estrés laboral, ya no se
necesita de la crianza de los hijos por lo cual los ingresos son plenos y aunque quizá las
pensiones no se pueden comparar a un salario como tal, es un ingreso suficiente para el adulto
mayor. Quienes han trabajado toda su vida deben de aceptar su retirada del campo laboral
pues es una pérdida; pérdida de estatus social y profesional, quizá de identidad pues el ser
humano se identifica socialmente con su grupo en este caso, el trabajo, se tienen que despedir
de compañeros y amigos del trabajo y en general, la vida cotidiana que se llevaba desaparece

2
Se trata de los abuelos subrogados (Noriega & Velasco, 2013)
36
completamente en un abrir y cerrar de ojos. Curiosamente es más impactante para el hombre
la jubilación pues está acostumbrado a laborar durante casi toda su vida, claro que al mismo
tiempo ansía dicha jubilación. Para la mujer suele ser un período ambivalente, antaño no
había inconveniente en la jubilación puesto que se solía estar mayoritariamente en el hogar
al cuidado de los niños mientras que ahora cuando la mujer es más productiva laboralmente
y en ocasiones se empiezan en su desarrollo profesional a mediana edad, puede de igual
manera ser traumatizante el hecho de su jubilación pues no habrá quizá desarrollado del todo
su perfil profesional. Para el adulto mayor la familia es el vínculo primordial de apoyo
(Quintanar, 2010, p. 23). En esta etapa el cónyuge que suele ser la familia inmediata de la
persona en cuestión es de una vital importancia puesto que han pasado ya la mayor parte de
su vida juntos, por lo cual, cuando uno de ellos fallece y el matrimonio es de 40 años o más,
el que sobrevive tiende a pasar por un episodio de protesta y depresión, que lo llevará a una
eventual recuperación (ibídem, 2010). Justo como Erikson mencionaba, se comienza con una
recapitulación de la vida, similar a lo que McAdams (2010) menciona como la <<narrativa
de vida>> 3 se crean capítulos acerca de las experiencias llevadas a cabo, las actividades que
sí se realizaron, aquellas que no se pudieron concretar, etc. Los sueños del pasado o bien no
se cumplieron creando desesperanza en la persona, o bien se cumplieron y llenaron de
satisfacción o una opción más es que si se cumplieron pero que no fueron lo suficientemente
satisfactorias o inclusive, no se cumplieron y no se necesitó de su cumplimiento para una
adecuada calidad de vida. En estos guiones de vida, se van creando temas que van a definir
la situación actual de vida; temas por ejemplo de depresión, temas de satisfacción, de
enmienda, de orientación, de perseverancia, de triunfos, se asimilan así todas las victorias y
derrotas de la persona. La suma de todo lo anterior da como resultad el valor antes
mencionado; la sabiduría; el cual es el heredero de la generatividad. Ahora bien, en lo
referente a las capacidades cognitivas del adulto mayor, es posible que declinen la
inteligencia fluida así como la capacidad para resolver nuevos problemas, quizá los procesos
de asimilación (ver teoría de Whitbourne) no son tan funcionales como antes pero se puede
dar un aumento en los procesos de acomodación; la contraparte es que la inteligencia
cristalizada o llamada también experiencia tiende a aumentar. Así mismo, aumentan el

3
El ser humano crea guiones de vida, cada guión es una experiencia que en la edad adulta suele concluir con
un tema de redención.
37
pensamiento práctico, memoria a largo plazo y procesos de índole pragmática (Graig, 1997).
Por otro lado, se ha logrado la integridad cabal de la persona por lo cual rara vez modificará
sus creencias más arraigadas (de ahí mucha de la “terquedad” de las personas mayores) por
lo cual las personas de dicha edad <<se hallarán dispuestas a defender la dignidad de su
propio estilo de vida contra todo género de amenazas>> (Oblitas, 2006). En el caso de que
la integración de las experiencias vitales no se haga de manera adecuada puede presentarse
lo que Erikson llamaba <<debilidades básicas>> que son los antivalores de las fortalezas que
se van adquiriendo a lo largo del desarrollo, en este caso se trata de la desesperanza. Es una
especie de inconformidad con la vida elaborada, donde la persona es incapaz de asimilar y
aceptar a plenitud lo que ha sido de él mismo, de esta manera es posible observar abuelos
con resentimientos, amargura, rechazos, terquedades extremas ante puntos de vista que
deberían de reconsiderar. Evidentemente, si el abuelo que ha caído en la desesperanza
convive diariamente con los nietos, se puede crear un flujo de interacciones patológicas
donde predomine o la desconfirmación de alguno de los miembros de la familia o la
descalificación familiar. Son dos caras de la misma moneda y es muy probable que en esta
etapa se experimentan ambas a la vez en algún determinado nivel.

CALIDAD DE VIDA.
Entrado a este punto es importante hablar de la calidad de vida en la vejez, la
calidad de vida es un constructo difícil de comprender puesto que debe de entenderse que es
multidimensional. Al estar en esta etapa el rol va cambiando al de una persona que quizá no
tenga una actividad social relevante o de tanta importancia como antaño era. Es ahora un
momento de retiro y de reflexión, tiempo de descanso y reparación. Como ya antes se ha
mencionado, los círculos sociales son diferentes y el hecho de no ser completamente activo
puede influir en la percepción de la vida. Para que una persona tenga un alto nivel de bienestar
en esta etapa es necesario que se encuentre satisfecho con su vida, debe de experimentar
emociones placenteras frecuentemente y las displacenteras deben de ser esporádicas
(Lammoglia, 2007). Si se analiza el factor calidad de vida se deberá llegar a un punto de
estudio psicosocial, pues la OMS, define la salud como la ausencia de enfermedad así como
de bienestar emocional, psicológico, físico y social (Quintanar, 2010). Entonces y desde esta
perspectiva, el entorno social va a influir enormemente en la percepción de salud del adulto
mayor, entre más activo socialmente se encuentre la persona tenderá a percibir que su estado

38
emocional es adecuado contribuyendo a la salud psicológica lo cual puede ayudar a mantener
o mejorar la salud física dando una adecuada calidad de vida a la persona. Es entonces la
familia el grupo de apoyo principal en esta etapa de la vida. Generalmente la familia que
permanece en esta etapa es el cónyuge. Hay que citar de nueva cuenta a Minuchin (2004) en
lo referente al Ciclo Vital Familiar (CVF), es en esta época cuando sucede el fenómeno de la
contracción.

Los hijos ya han dejado el hogar y han hecho sus familias, los abuelos se
encuentran de nuevo en el punto de partida, sucede un momento de reencuentro con la pareja,
donde los sueños y proyectos que ellos mantenían juntos pueden volver a andar. La pareja,
entre una de las infinitas funciones que mantiene es el de ser un soporte mutuo, se brindan
cuidados y atenciones de manera que en estos momentos del final de la vida, la pareja brinda
el apoyo para sobrellevar el duelo de la jubilación, el momento de cierre de la vida
<<activa>>. Si no se tiene ese apoyo, es muy posible que la percepción de la vejez sea
inadecuada, no es atreverse a decir que será una vejez <<negativa>>, sino que, no habrá tanta
emoción e ilusión en el experimentar esta situación. En estos momentos es importante la
percepción de autoestima que el adulto mayor mantiene, puesto que a lo largo de su vida ha
ido jugando infinitos roles, su autoestima para fines prácticos ha quedado bien cimentada ya,
es entonces que puede ocurrir un fenómeno de <<envejecimiento armónico>> en donde se
ha aceptado todo lo que se ha sido pero más allá, lo que en este preciso momento de vida se
es, el aceptar algo tan simple con el reflejo en el espejo de una persona canosa, con algunas
arrugas, con un cuerpo quizá más corpulento, con menor estatura, quizá algunas
imperfecciones mayores, etc. Todo esto le brinda al adulto mayor la posibilidad de gozar de
estos momentos de metamorfosis. Al existir esta armonía, los cambios antes mencionados
inclusive pueden pasar desapercibidos para el adulto mayor, claro está que eso ni significa
que no experimente el paulatino deterioro corporal (Carmona, s.f).

Somos como piezas en un inmenso tablero de ajedrez, moldeamos el ambiente y


el ambiente nos moldea, en el caso del adulto mayor se van imponiendo nuevos roles y en
ocasiones se ve etiquetado por la marginación, en cuanto a las funciones socialmente
esperadas, para el adulto mayor el repertorio va disminuyendo, a pesar de ya estar jubilado
no significa que su papel social ha disminuido pues ahora es una fuente de sabiduría, de
consejo y puente generacional que puede sentar las bases de las futuras generaciones. Así
39
mismo el adulto mayor deberá verse en la tarea de retroalimentarse con su medio, al hacerlo
va adquiriendo las expectativas del mismo, esas expectativas se interiorizan y se vuelven
unas auto expectativas que van a ayudar a que el adulto mayor, desde sus posibilidades
coloque un grano de arena en el desarrollo del bien común (Ibídem, s.f). Dentro de este
aspecto se encuentra el tema de sentirse aún productivos y eficaces, como bien decía Bandura
(Schultz, 2009) el ser humano tiende a la autoeficacia, es decir el sentirse capaz de lograr los
objetivos que se le impongan, en esta etapa con todo el bagaje de experiencias acumuladas,
la autoeficacia es mayor a la par que eso puede influir en un adecuado envejecimiento
(Laforet, 1991), claro está que, puede darse la otra cara de la moneda cuando la autoeficacia
es percibida como nula puesto que, con el paso de los años la capacidad del cuerpo llega a
disminuir. Ahora bien, la autoestima es importantísima en estos últimos momentos de vida,
pues con un índice elevado de la misma hay pronósticos de una vejez feliz, y algunos estudios
revelan que la autoestima es mayor en la vejez que en otras etapas de vida, quizá esto a que
la experiencia moldea la cohesión total de la identidad del ser humano y los roles sociales a
los que se vio expuesto han sido perfectamente asimilados y acomodados, dando lugar a un
contexto social armónico (Tortosa, 2002).

Ahora bien, dentro de los marcos sociales se debe distinguir el proceso conocido
como conciencia social (Carmona, s.f). En dicho proceso las personas con capaces de
ponderar y analizar a detalle el comportamiento de un grupo, y de sí mismo dentro de un
grupo, es entonces la capacidad de saber cómo responder a las exigencias del ambiente. Este
conocimiento traerá consigo la capacidad de aceptación de las exigencias que se hacen a uno,
así como el derecho de exigir en retribución determinados comportamientos de la sociedad
(por ejemplo el respeto y hasta cierto punto estatus que brinda el ser alguien de la tercera
edad). No cabe duda de que para un adecuado envejecimiento, la vida social debe permanecer
en constante involucramiento. Durante esta etapa, los vínculos afectivos, como antes se ha
mencionado son de suma importancia por lo cual, como menciona Fericgla <<La identidad
se basa en estructuras sociales unas más formales que otras, en donde se establecen roles
concretos (…) mientras que en otras las relaciones son de índole afectivo donde sirven para
satisfacer las necesidades básicas de comunicación e identidad>> (2002). Entonces, dentro
del desarrollo de la vejez se inicia la búsqueda de un rol activo dentro de la sociedad puesto
que, como menciona Vizcaíno <<Son necesarios vínculos de encuentro psicosocial para

40
mantener o propiciar el bienestar de la persona>> (2000). Todo lo anterior comprende el
constructo de la pertenencia social. 4

Algo que se debe de mencionar es que si bien, la mayoría de las personas en la


vejez tienen un sentido de generatividad ya establecido y así mismo se permite su inclusión
en alguna actividad social o con la familia, algunos, no tienen acceso a dichas experiencias.
En el caso último, donde la persona lamentablemente no tiene la posibilidad de pasar
momentos con sus vínculos de apoyo social puede producirse un sentido de decadencia, de
amargura y de posible resentimiento hacia la vida en general.

La familia es el principal medio de apoyo para las personas de la tercera edad,


debido a lo siguiente; en esta etapa que se origina el fenómeno de la jubilación, el rol del
trabajo se pierde y teniendo en cuenta que el trabajo es el principal medio de sentido de vida
y de identidad (Piña, citado en Carmona, s.f) la persona que no posee empleo se ve inmersa
en actividades hogareñas donde, generalmente, se da el cuidado de los nietos, ello de alguna
manera devuelve a la persona un sentimiento de identidad y de productividad, permitiendo
que el envejecimiento sea una experiencia adecuada y no traumática. De esta manera además
de dar a los nietos un ejemplo y un vínculo de relación estrecho, de sentirse ellos (los abuelos)
con una mayor productividad, ayudan a los padres en sus tareas parentales (Musito, citado
en Carmona, s.f.). Como menciona Weiss (2002), para que una persona mantenga un
bienestar general es necesario que estén bien estructuradas las relaciones interpersonales de
modo que se puedan satisfacer las necesidades del ser humano. La pareja es el principal foco
de ayuda para los adultos mayores, puesto que es con quienes han pasado la mayor parte de
su vida, es con quien existirá mayor confianza, la familia comenzó con ellos y por ende, el
apoyo puede ser en consistencia mucho mayor que con los propios hijos. Sin embargo, en
esta etapa sucede la contracción del CVF (Minuchin), y así como el ser humano muere, lo
hace también la familia, puesto que alguno de los cónyuges muere, en mayor frecuencia es
el hombre primero, por lo cual la mujer en su mayoría de casos debe de enfrentarse a la
viudez aunado a posibles enfermedades degenerativas propias de la edad.

4
Revisar la página 34, el apartado de Vejez y Roles Sociales, se observará la correlación con la Implicación
Social.
41
En esta etapa, pueden de igual manera darse conflictos que pueden haber
permanecidos ocultos por mucho tiempo, en ocasiones ello puede originar el divorcio o
separación de la pareja o en su polo opuesto, el estrechamiento de la misma por medio de la
resolución del conflicto (González, 2000). En pocas palabras, la familia es el principal medio
de sanación de la persona (Salinas, 2000).

Finalmente, las relaciones con amigos son muy beneficiosas para los adultos
mayores puesto que es importante tener una sana convivencia con personas externas al seno
de la familia. En estos casos son los vecinos o amigos retirados del trabajo quienes fungen
esta función, por ellos los grupos de jubilados son una buena opción para las personas de la
tercera edad que añoran el tener contacto social continuo, sin embargo, en nuestro país la
realidad es que dichos grupos no son muy frecuentes y el adulto mayor tiende a pasar su vejez
en soledad o con su familia. Sin embargo como mencionan Chappel y Bagder <<Disponer
de amigos íntimos tiene efectos positivos en las personas mayores>> (citados en García,
2002).

Concluyendo, el adulto mayor tendrá la necesidad de manifestarse


productivamente en actividades posteriores a su jubilación retomando así un sentido de
identidad e integridad de su persona, fomentando un sentimiento de aceptación y satisfacción
de su vida, de sus fracasos y sus logros, así la experiencia adquirida a lo largo de la vida se
vuelve sabiduría que se tiende a compartir con los demás, por lo tanto el sentimiento de
generatividad es más elevado en estas etapas de vida, donde la familia, la pareja y los
intereses personales así como los amigos, van a tener un impacto tremendamente fuerte en
la persona y en su posterior desarrollo hasta la consumación de su vida.

42
CAPITULO IV
BENEFICIOS Y DIFICULTADES EN NIÑOS QUE SON EDUCADOS POR
PADRES Y ABUELOS

Introducción.

“Las soluciones bien intencionadas, en la mayoría de las veces, sólo obtienen los peores
resultados” Oscar Wilde.

Antes de que un problema sea un problema comienza por ser una dificultad. Una dificultad
tiene vías de solución, es posible encontrar alternativas a dichos obstáculos, pero a veces
dichos obstáculos se convierten en problemas, los problemas son como una ruta sin fin, un
callejón sin aparente salida al que se tienen que enfrentar las personas. En este capítulo se
trata de describir cómo antes de que algo se considere un problema puede pasar por ser una
dificultad, la cual puede ser resoluble.

LAS MEJORES INTENCIONES; LOS PEORES RESULTADOS

Se ha descrito anteriormente como es que las familias se construyen desde la


diferenciación de los futuros padres de sus respectivas familias. En la mayoría de los casos
así como se origina una diferenciación <<geográfica>> es necesario que se desarrolle una
diferenciación de las ideas de la familia de origen. Sin embargo, dicha necesidad no debe
entenderse como un rechazo hacia la ideología familiar, sino más bien, una acomodación de
aquellos preceptos que se considerarán necesarios en la nueva familia. Ahora bien, teniendo
como punto de partida que en nuestro país la mayoría de las familias se componen de tres
generaciones dicha diferenciación no siempre se puede propiciar. Se van generando entonces
patrones de interacción que determinarán en gran medida el <<destino>> de la familia.

Se ha dicho ya que la jerarquía es importante en el momento del establecimiento de


las normas del hogar. Pero usualmente, en estas familias las jerarquías se encuentran diluidas,
un día el padre tiene toda la autoridad, otro día la madre la tiene, en otras ocasiones la tienen

43
los abuelos. Es curioso cómo a veces, los mismos padres propician que sean los abuelos
quienes tomen el control de la familia. Son frecuentes frases como: “Haz caso a tu abuelo, es
el pilar de la familia”, “De tus abuelos nacimos todos nosotros y es por eso que hay que
respetarlos”, “Son personas mayores que merecen todo nuestro respeto”, “Están llenos de
sabiduría y experiencia, obedécelos”. Todo lo anterior es verdaderamente cierto, en efecto
son el pilar de la familia, así como antes de ellos los bisabuelos, los tatarabuelos, etc.

Sin embargo, las palabras tienen un gran poder, y el niño generalmente se


<<come>> todo lo que se le dice. Es entonces cuando una posible dificultad aparece: el
menor no obedece a los padres, puede obedecer en su mayoría a sus abuelos. Muy importante
es saber lo siguiente, el niño, puede ser un <<hedonista>> en muchos casos, busca el placer
y trata de evitar el dolor. Busca la diversión y evita lo aburrido, de ahí que a muchos no les
gusta ir a la escuela o hacer la tarea, más allá que un problema es a veces un rasgo común de
la infancia, que, si el niño mantiene un adecuado y sano desarrollo tenderá a desparecer con
el tiempo. Pero también con la familia aplica el mismo principio. Los abuelos siempre tienden
a consentir, mimar a los nietos, es usual escuchar (en familias que no viven los abuelos con
los nietos) “Vamos a ver a los abuelos”, “Llévame a ver a los abuelos”, casi siempre que ello
pasa, los nietos disfrutan de privilegios que quizá no siempre experimentan con sus padres.
Y si bien, el presente estudio aborda en su mayoría a las familias de tres generaciones, el
mismo principio de estudio se puede extrapolar a aquellas en las que se sólo se visitan a los
abuelos. De nueva cuenta, retomando un poco la teoría del intercambio social de Homans
(citado en Sánchez, 2002, p. 244) para satisfacer necesidades debemos tener acceso a
<<recompensas>> que van a satisfacer las necesidades, pero hay que <<pagar>> por ellas,
evidentemente los niños desean tener más recompensas que costes. Por ello, buscarán a
aquellas personas que les den dichas recompensas sin necesidad de <<ganárselas>> y dichas
personas frecuentemente son sus abuelos. Los abuelos suelen tener un estilo de crianza un
poco más flexible que el de los padres, se muestran amorosos, atentos y cariñosos hacia los
nietos. Si se sigue la tradición del conductismo, dichas atenciones que los abuelos suelen
tener hacia los nietos son reforzantes para los últimos. Ahora, no significa que los padres no
sean capaces de compensar las necesidades instrumentales y afectivas (Bales, 2002), de los
niños. Ellos [los padres] también pueden –y lo hacen– aunque es más usual que condicionen
el acceso a las recompensas: “Si te comes tus verduras te doy pastel”, “Si haces la tarea te

44
presto la Tablet”, entre las más frecuentes. Desde ahí y partiendo de un punto de vista
ideológico, ya hay una diferencia en el estilo de crianza: una permisividad de parte de los
abuelos que puede entrar en conflicto con la iniciativa de poner disciplina de los padres.

Llegado este punto, resulta prudente recordar las investigaciones realizadas por
Diana Baumrind (1971, citada en Papalia, 1992) acerca de los estilos de crianza. Ha quedado
claro ya que las familias generan estilos de interacción característicos unos de otros. No hay
un estilo <<correcto>> o <<incorrecto>> pero sí hay interacciones que se pueden considerar
como sanas y otras como patológicas o paradójicas. Desde el punto de vista de Baumrind,
existen diversos estilos de crianza. Uno de ellos es el permisivo, en el cual, las estructuras
son difusas y los límites prácticamente inexistentes, cuando se habla de que los abuelos
suelen dar muestras de flexibilidad hacia los nietos es muy frecuente que se caiga en este
patrón de crianza. Cuando la flexibilidad es excesiva, los nietos perciben que el control se ha
nulificado, pueden entonces hacer lo que ellos deseen. Siguiendo un pensamiento circular,
esas interacciones entre los abuelos y los nietos pueden ocasionar una frustración en los
intentos de disciplina de los padres, pues ellos, siguiendo a Baumrind pueden tratar de
imponer un estilo de crianza autoritario, puesto que su jerarquía se ha visto disminuida,
tratarán enérgicamente de volver a adquirir el poder. De esta manera, la solución aparente no
hace más que crear un círculo vicioso donde los padres continuamente pierden la autoridad
y los abuelos quedan como quienes pueden dar el afecto que el menor desea.

Ahora, el hecho de que existan dos tipos de ideologías presentes en las familias, al
menos en la mayoría de las veces de forma implícita, crea que las interacciones que fluctúan
en los sistemas se hagan en ocasiones inadecuadas y en el peor de los casos, se vuelvan
patógenas. Los padres son la jerarquía que tiene la responsabilidad de la disciplina en primer
plano. Pero como menciona Minuchin, es necesario que los abuelos se internen en el
endogrupo a fin de que el desarrollo sea equitativo. Y que es ser equitativo, un ejemplo lo
aclarará. Supóngase una pareja, el <<holón>> conyugal que debe de satisfacer, de acuerdo a
Bales (2002) necesidades instrumentales y afectivas. Para ello ambos son profesionistas que
trabajan de sus respectivas carreras. Una jornada laboral larga, en ocasiones pueden regresar
a casa a la hora de la comida y por un breve instante convivir con sus hijos, pero en ese punto,
se pide la ayuda de los abuelos como potenciales cuidadores. Ya sea que ellos vivan o no
bajo el mismo techo. Desde el momento en que se solicita la ayuda de ellos como auxiliares
45
en los cuidados de los niños, se les brinda autoridad, ellos son el parámetro de disciplina para
los niños. Como el presente capítulo habla de los beneficios y dificultades de la crianza con
abuelos, se presentan en la medida de lo posible cada beneficio y dificultad de cada fenómeno
que se puede presentar en la familia. Así pues, siguiendo este fenómeno, si los abuelos logran
<<soltar>> la batuta al llegar los padres al hogar se genera un equipo en mutuo acuerdo, los
padres y abuelos tienen el poder, pero los padres son los principales responsable de la crianza
del niño. Este último observa un clima de diálogo y cooperación, que, aunque pueda sonar
muy utópico, es posible de crear en las familias, con un poco de dedicación y de tiempo [a
veces, con un poco de psicoterapia]. Por su parte, los padres y abuelos se permiten la
repartición de las funciones de manera equilibrada, una vez terminada la jornada los padres
se encargan plenamente del cuidado de sus hijos, los abuelos pueden regresar a sus
actividades, y se mantienen delimitadas las jerarquías y estructuras. Los abuelos pueden
experimentar el cuidado de los nietos como una actividad voluntaria que se pudiera catalogar
de ocio. Así se mantiene un estado de actividad pleno en los abuelos así mismo su estado de
salud puede presentarse estable y adecuado. De no ser así, es probable que los límites y
jerarquías se vean diluidos creando una confusión en los nietos que produciría algunos de los
problemas que llevan a un pequeño a psicoterapia.

Ahora bien, en la sociedad actual se han modificado en gran medida las funciones de
cada miembro de la familia, habría que recordar que en tiempos de antaño se solía iniciar a
los varones en prácticas de trabajo rudo, trabajo de campo pues ellos eran quienes se
encargarían de mantener la futura familia, mientras que las mujeres tenían que saber
absolutamente todo acerca de los cuidados del hogar pues se iban a enfrentar al trabajo más
pesado de todos; el ser amas de casa. Los hijos eran educado con dureza y disciplina, eran
firmes los padres con ellos, por lo cual, se generaba un sentimiento de respeto y admiración
hacia las figuras de autoridad, claro está cuando la firmeza era al mismo tiempo equilibrada
con amor y respeto de los adultos a los niños. El resultado eran personas adultas con
adecuados niveles de valores. Hoy en día, pareciera que el mundo se ha puesto al revés,
puesto que un aspecto que usualmente caracteriza a las familias es el de la flexibilidad y
permisividad absoluta. De padres que no desean que sus hijos se <<manchen las manos>>
porque <<mientras tengan padres no tienen de qué preocuparse>>. Pero vaya que si hay de
qué preocuparse, pues los padres, como todo en el mundo, no son eternos. Y es que una vez

46
finados los mismos, el hijo, que ha sido educado bajo la filosofía de <<mientras yo te apoye
no te preocupes>> generan un pensamiento de que todo lo tienen por derecho, de que se
deben obtener los máximos resultados con el mínimo esfuerzo, de que no deben trabajar por
lo que desean, de que siempre deben de ser apoyados, la lista de filosofías de vida puede ser
interminable al lector, pero es sinceramente, es en gran medida el pensamiento actual en
niños y adolescentes. Ahora, si se piensa que los abuelos fueron educados bajo el régimen de
la austeridad, del ganarse la vida cada día, al llegar a una etapa adulta, en donde el sentimiento
de generatividad es predominante, es muy frecuente que la filosofía de vida de los abuelos
sea <<que ellos tengan lo que yo no pude tener>> para ello hacen toda una serie de esfuerzos
porque los hijos puedan tener acceso a todos los privilegios de los cuales ellos se vieron
antaño privados. Sin embargo, por el medio de la experiencia adquirida, saben que deben de
implementar también un poco de disciplina en el diario convivio con sus hijos, por lo cual,
no se permiten toda una serie de <<complacencias>> para con ellos (los hijos de los abuelos).
Pero al llegar los nietos ocurre un fenómeno distinto; los abuelos no son los padres de los
nietos, son sus abuelos, sus nietos ejercen una figura de poder dar lo que ni a sus propios
hijos se les dio. Se genera entonces una permisividad de parte de los abuelos hacia los nietos,
que, si se recuerda un poco lo redactado antes, en nuestros tiempos se vive bajo una gran
flexibilidad y permisividad; que, aunada a la flexibilidad y permisividad de los abuelos, no
dejará nada bueno en los nietos. Y si bien es cierto, no todos los abuelos son permisivos
puesto que en algunos casos predomina el estilo distante y rígido de educación, en su
mayoría, principalmente en nuestro país, predomina el estilo indulgente. Ahora bien, que es
lo que sucede que hace de esto un problema, que los abuelos, con el amor que le profesan a
los nietos intentan a toda costa evitar frustrarlos lo cual, genera en los nietos un sentimiento
de superioridad o de merecerlo todo. Sin embargo, no es que sea culpa de los abuelos, ellos,
lo hacen con una buena intención, que es dar a sus nietos todo cuanto puedan para que ellos
no sientan carencias o falta de amor; lamentablemente, como brillantemente expone Nardone
(2003) <<las soluciones bienintencionadas, la mayoría de las veces, tienen los peores
efectos>>. Habrá que hacer un poco de contextualización, México es un país en el cual,
predominan las familias extendidas o de tres generaciones (ver capítulo 1) en esos casos,
sucede que las jerarquías de las mismas no se encuentran delimitadas por completo, como
bien se había expuesto anteriormente, los abuelos concuerdan en que la educación <<es cosa

47
de los padres>>, pero sin embargo, en nuestro país esa regla no se cumple en su totalidad,
puesto que los hijos en ocasiones permiten la intromisión de los abuelos en la reglas. Claro
está que, en esta etapa del CVF es importante el involucramiento de la familia extensa en la
dinámica diaria, estas relaciones de parentela deben de encontrarse en un orden delimitado y
equilibrado, porque una vez que se permite la intromisión total en el entorno de la familia, se
comienzan implementando una serie de <<remedios contra los males>>, que
bienintencionados buscan la erradicación de los conflictos más frecuentes en los niños:
mentiras, rebeldías, oposiciones, agresividad, energía incrementada, agitación psicomotora
que, en muchos casos se confunde con hiperactividad. Consejos, sermones, ejemplos,
metáforas, regaños, gritos, incluso los golpes, han sido los <<remedios contra los males>>
que tratan en ocasiones de implementar los padres de familia, claro está que la vida actual
gira tan rápido que no se da un momento quizá para plantear soluciones diferentes y se van
creando paradigmas y marcos de referencia inadecuados, pero, la realidad es que lejos de
solucionar los problemas, que hasta ese entonces solo eran dificultades solo han
incrementado los problemas. En esos momentos, entran a escena los abuelos, que como ya
se ha mencionado, juegan roles dentro de la familia (Epstein, Bishop & Levin, 1978). Esos
roles pueden ser de cuidadores, de guías, orientadores, que van formando la educación de los
niños, de modo que se van generando interacciones en el diario vivir, estas interacciones
deben de entenderse como todo intercambio comunicacional tanto verbal como no verbal
entre los miembros del sistema familiar o endogrupo. Estos intercambios comunicacionales
van gestando una forma de relación. Se podría hacer la siguiente fórmula:

 interacción + interacción = relación.

Ahora, una vez que la relación se ha instaurado, se crea lo que Giorgio Nardone
(2003) llama como modelos de familia. En su libro homónimo menciona seis tipos de
modelos familiares, si bien, no será necesario el entrar en detalle de todos y cada uno de ellos,
es importante mencionar que, en nuestro país los que pueden verse con mayor frecuencia, es
el estilo hiperprotector, así como el democrático-permisivo. Ahora bien, estas familias, como
se recordará en el capítulo 1 5 tienden a estar constituidas por personas de diversas
generaciones, en ocasiones la convivencia entre los nietos y los abuelos es diaria, y se

5
Revisar las estadísticas del INEGI acerca de la conformación de la familia mexicana.
48
desarrolla un fenómeno que Minuchin (2013) llama como <<algutinamiento>>. En dicho
fenómeno se pierden las jerarquías del sistema familiar dando como resultado una autoridad
difusa y sin límites hacia los niños. Ahora, al suceder esto los niños tienden a mostrar
escaladas simétricas con sus padres y abuelos debido a los límites que los últimos dos tratan
de imponer, dejando en claro que una escalada simétrica es cuando en los intercambios
comunicacionales las partes involucradas no ceden en sus puntos de vista lo cual genera que,
a manera de elevador, se vayan generando nuevas reprimendas o reproches, entonces, la
interacción familiar se comienza a volver rígida.

En la actualidad los abuelos tienen mucho poder en la educación de los nietos por lo
cual su punto de vista es muy atesorado por los padres, pero en este tipo de familia los abuelos
pueden ejercer un poder demasiado grande de modo que lleguen a eclipsar la autoridad de
los padres, quienes de igual manera pueden tratar de sacar del terreno a los abuelos generando
más escaladas simétricas. Todo esto va ocurriendo con el objetivo bienintencionado claro
está de aplicar métodos correctivos al nieto. Sin embargo, como el título del apartado lo dice,
las mejores soluciones, pueden traer los peores resultados, lo anterior es debido a que en
nuestro país, en este tipo de familias una filosofía de la misma pudiera enunciarse como: “el
amor por sobre todas las cosas” y como se ha mencionado ya, el rol del abuelo es el de generar
amor incondicional a los nietos. Este amor incondicional puede ser nocivo para los nietos en
el sentido que muchas veces los abuelos tienden a diluir la autoridad de los padres haciendo
aún más difusas las de por sí ya débiles jerarquías. Se escuchan así pláticas, sermones,
diálogos, instrucciones, consejos que los abuelos dan a los padres y nietos y los padres a su
vez a sus hijos, de modo que, el amor lo pueda todo en la familia, claro que es un pensamiento
aparentemente lógico, pero, sin embargo, entre más asesoría se está brindando, se puede
percibir como es rechazada paulatinamente por los nietos, de modo que se puede concluir,
que las mejores intenciones o las más lógicas, pueden en ocasiones (o en la mayoría de las
veces) acarrear los peores resultados.

El problema real en la modalidad interaccional de las familias es en ocasiones la


exageración de un único modelo de acción ante los problemas que se van suscitando, de
modo que un modelo que puede ser flexible (teniendo en cuenta que la flexibilidad debe de
ser la exacta, puesto que un “gramo” más de la misma puede de igual manera tener efectos
inadecuados). Dicha exageración va a llevar a que la familia adopte una pauta de relación
49
rígida e inflexible, lo cual logrará que se persista una y otra vez en la implementación de las
mismas soluciones que evidentemente, pudieron en ocasiones funcionar, pero como ya se ha
vuelto un sistema rígido, se piensa erróneamente que esa solución puede funcionar ante todos
los problemas, es como si a un depresivo se le diera una aspirina, lo mismo que a un
esquizofrénico o a un maníaco, en nada absolutamente serviría ese medicamento. Pero esto
es justamente lo que va sucediendo en el diario vivir de las familias, se quiere hacer encajar
la solución “ideal” a todas las circunstancias. Entonces, ¿cuál es el problema o la génesis del
problema?; la respuesta es simple; las interacciones que van a dar a luz a un modelo de
relación.

LAS SOLUCIONES INTENTADAS MÁS COMUNES

En la práctica de la consultoría psicológica al tratar con la infancia, se trata de


niños que van al consultorio debido a que los padres (o cualquier otro cuidador) o las
instituciones han hecho una queja respecto a algún comportamiento específico que,
lamentablemente, en la mayoría de las veces puede tender a generalizarse y etiquetar al
pequeño con el rótulo de “tímido”, “agresivo”, “berrinchudo”, entre los más frecuentes.
Evidentemente se realiza una entrevista inicial para observar la génesis de la queja, como
dice De Shazer (1974), la queja depende de los puntos de vista y marcos referenciales de los
consultantes, es decir, que la queja va a depender de lo que las personas piensan acerca de su
situación. 6

Evidentemente cuando se genera la queja la situación no ha ocurrido de la noche a


la mañana, es el producto de una gestación de tiempo en ocasiones considerable. Esta
gestación se ha expresado en la ecuación arriba expuesta, donde, en el diario vivir se llevan
a cabo interacciones entre los miembros del sistema, entre esas interacciones pueden ir ya las
soluciones a la queja del cliente. Pero en aquellas ocasiones, la queja no era vista como un
problema, sino como una esporádica dificultad que se presentó <<al azar>>. Es entonces que
los clientes empiezan con la labor de buscar <<remedios contra los males>> que,
lamentablemente no funcionan de la manera esperada, y más lamentable cuando a veces, los
mismos profesionales de la psicología, brindamos mismos <<remedios contra los males>>.

6
Recordar los axiomas comunicacionales propuestos por Watzlawick en su Teoría de la Comunicación
Humana
50
Estas soluciones intentadas, que es el término que De Shazer y su equipo denominan es una
fuente completa de información para el terapeuta, puesto que de esa manera se evita la penosa
situación de hacer una sugerencia y tener la molesta respuesta “ya lo intenté y no funcionó”.
Pero en las familias es muy difícil en ocasiones liberarse de esas soluciones puesto que ya se
encuentran dentro de la filosofía de vida de las personas, pues como mencionaba Albert Ellis
(1957), la filosofía de vida va condicionando el camino de desarrollo de las personas lo cual
rige en cierta medida su comportamiento creando así ideas irracionales, pero para este caso,
esas no son ideas irracionales sino que, más bien, son las ideas más lógicas que se puedan
presentar. Y si se entiende que se trata de familias de tres generaciones en donde los abuelos
tienen un poder grande, esas familias se pueden regir por esas reglas invisibles, esas ideas
lógicas y de filosofía de vida que los abuelos han traspasado generacionalmente, pero que,
en realidad, no serán fructíferas. Se expondrá a continuación un ejemplo.

Una niña de 9 años de edad, mayor de dos hijos, su hermano de 6, hija de dos
padres trabajadores los cuales pasan todo el día en la oficina, al cuidado de sus abuelos. De
los progenitores, la madre suele ser más estricta en su actuar y el padre más blando, desde
aproximadamente un mes la menor no puede dormir por lo cual suele despertar a la madre,
la cual, al haber estado todo el día en la oficina y llegar a realizar los deberes de ama de casa,
lo que anhela es un rato de reposo, ese momento se ve alterado cuando la pequeña irrumpe
en la habitación para despertarlos, ellos, bienintencionadamente le dicen que puede acostarse
con ellos, lo cual, a parte de generar distancia entre los esposos, crea un problema mayor
pues la menor no puede de todos modos conciliar el sueño lo que hace que la madre entre en
cólera y pueda reprender a la niña por no dormirse. Se le dice que debe cerrar sus ojos y tratar
de relajarse, que piense en cosas lindas y que cuente ovejas. Pese a todos los remedios, la
menor sigue sin dormir, generando una verdadera tortura nocturna en donde al otro día,
ninguno de los padres ni la niña ha tenido un sueño reparador, su hermano por su parte, logra
quedarse dormido desde comienzo hasta final de la noche. Si se observa detalladamente, se
hicieron diversos intentos de solución pro ninguno de ellos logró su objetivo. Pero, ¿por qué
la insistencia en algo que no funciona, si ya se lleva cerca de un mes con la misma situación?
Como se ha dicho antes, día a día se realizan interacciones, lo cual va generando un estilo de
relación, en el ejemplo las interacciones van desde que la niña entra en el cuarto de los padres
hasta que se dan las palabras entre todos. Esas interacciones generan un estilo de relación,

51
ese estilo de relación es de protección y de enojo, puesto que desean ayudar a la pequeña y
le brindan consejos y ayuda, terminan enojados y sin descansar adecuadamente, pero, quizá,
en algún momento de la situación problema, una o varias de las soluciones sí funcionaron.
Eso genera que los padres continúen en la implementación de las mismas estrategias de
solución que, muy posiblemente fueron heredadas por sus padres puesto que los fines de
semana, al ir de visita con los abuelos, estos últimos aconsejan a los padres de la niña a que
ella “debe de aprender a relajarse y dormir”, lo cual cimienta la filosofía de vida de los padres.
No se trata de descalificar ninguna de esas soluciones, por el contrario, como menciona
Beyebach (2013) <<si funciona, siga con lo mismo>>. Se trata más bien de dejar en claro
que no debe de hacerse rígido ningún intento de solución. La flexibilidad (no volubilidad) de
roles puede hacer una gran diferencia. De esta manera se construye un círculo vicioso de
soluciones en las cuales, en la mayoría de las veces es difícil lograr salir. Véase una
intervención terapéutica ante la misma situación, quizá se le diga a la niña que cuando el
insomnio no la deje descansar, salga un momento a jugar con sus perros y les alimente o
quizá haga un poco de aseo en casa, lo cual, primeramente evitará que se genere una
asociación cama=insomnio y además, se brinda la oportunidad de generar el cansancio
necesario para dormir y en el caso de que aún no logre dormir; al menos habrá hecho alguna
actividad que le evita la frustrante experiencia de estar en la cama dando vueltas sin dormir.
Este, como muchos otros casos es frecuentes en la consultoría psicológica. El lector podrá
observar que las soluciones intentadas en el caso anterior se pueden resumir a dos sinónimos:
consejos y/o sermones. Y es que en nuestro país generalmente son este tipo de soluciones las
frecuentes, pues en parte se tiende a olvidar que en los niños el aspecto cognitivo que permite
asimilar las explicaciones aún se encuentra en desarrollo. En pocas palabras, las soluciones
que en nuestro país se gestan versan en la línea de sermones, explicaciones y consejos. Pero
lamentablemente, no quedan solo con eso, sino que, muchas veces puede llegar a usarse la
violencia con el objeto de lograr los cambios. Es frecuente que en los discursos de los padres
de familia o de los mismos abuelos al llegar a terapia psicológica mencionen que han
utilizado los golpes en por lo menos una ocasión con sus pequeños. Pero esta situación no
sólo es dañina para el niño que lo padece, sino que es también tóxica para los mayores, que
generan un sentimiento de culpa parental ante dichas medidas extremas de corrección
(Wachtel, 1994). Nuestro país se encuentra en vías de desarrollo, indicando así que puede

52
necesitarse de un arduo trabajo de los profesionales por lograr una difusión de
psicoinformación pertinente con el objeto de fomentar en las familias un sentimiento de
conciencia situacional hacia los hijos, ya sean niños o adolescentes (evidentemente este
trabajo se enfoca al trato con niños) lo cual va a repercutir positivamente en la crianza de los
mismos, es importante comenzar a escuchar lo que los niños tienen que decir a través de sus
síntomas, si, pues en realidad, no es un problema como tal, es solo un pequeño síntoma que
está delatando algo que existe en el trasfondo familiar. Se puede decir entonces que las
principales soluciones intentadas por los familiares ante los problemas son: consejos, apoyo,
sermones, en ocasiones golpes, en el caso contrario a lo antes expuesto está la indiferencia
total y la evitación hacia los problemas.

Cabe resaltar que las soluciones que los familiares intentan para frenar el
problema son absorbidas y catalogadas por los niños de modo que en ocasiones estas
soluciones pueden ser repetidas por los mismos niños al crecer. Esta es una de las
características de los sistemas que se llama <<recursividad>>, lo cual en la cultura popular
se conoce como sucesión de patrones, esta característica existe desde Freud y su
<<determinismo psíquico>>. Otro punto clave para tener en cuenta entorno a las soluciones
intentadas y en mención a Freud, es bueno recordar lo que éste último mencionaba acerca de
los mecanismos de defensa, sin embargo, desde la perspectiva sistémica, los mecanismos de
defensa no solo son del individuo sino que son del sistema familiar en general de modo que
cuando se analicen las soluciones intentadas estas pueden estar enmascarando un tipo de
mecanismo de defensa general del sistema familiar. Para finalizar este apartado quisiera
expresarse una frase que aboga la eliminación de las etiquetas de problemas en los niños:

<<Había un niño que se escondía en sus conductas y sus padres solían ver sólo sus conductas,
les costaba mucho ver al niño>> Álvaro Pallamares (2016).

53
ACERCA DE LOS MODELOS DE FAMILIA

No hay árboles iguales, cada uno tiene diferentes frutos, diferentes raíces,
distintas medidas y longitudes, cada uno crece a su propio ritmo. Los árboles son como las
familias y viceversa, cada una crece a su ritmo, cada una tiene sus propias características,
unas con más problemas que otras, unas con principios más arraigados que otras, sin
embargo, hay algo que puede caracterizarlas y es que, se gestan modelos de familia. Tanto
Minuchin como Fishman han propuesto tipologías de familia, sin embargo, en este apartado
se habrá de centrar en la tipología propuesta por Giorgio Nardone.

Nardone (2003) ha comentado en su libro homónimo, que existen seis modelos


de familia, cada uno tiene sus propios estilos comunicacionales, sus reglas y sus significados
emergentes, de modo que cada uno de los modelos va a generar un comportamiento
determinado en sus miembros.

Dichos modelos son los siguientes:

Ψ Intermitente
Ψ Sacrificante
Ψ Hiperprotector
Ψ Democrático permisivo
Ψ Delegante
Ψ Autoritario

De los anteriores, en nuestro país se pueden observan principalmente el sacrificante


y el hiperprotector. Pero, ¿en qué consisten cada uno de ellos? Y ¿cuáles son sus efectos en
el comportamiento de los menores?

Somos lo que se nos dice que somos, no lo que en realidad somos, al estar viviendo
en un sistema familiar se van generando reglas y tradiciones que van a caracterizar a dicho
sistema, en el caso de nuestro país, la cultura del sacrificio ha sido muy aceptada en la
sociedad familiar. Nuestro país se encuentra en vías de desarrollo, eso hace que el nivel
académico de los ciudadanos de nuestro país en ocasiones no sea alto, por lo cual, no hay
muchos profesionistas de edad avanzada, que es lo sucede con los padres, que buscan la
manera de ayudar a que sus hijos logren un título universitario con la esperanza de que eso

54
pueda ser de ayuda para el mundo laboral de los hijos. De ahí que se tengan que realizar
muchos sacrificios con el objeto de que los hijos tengan el acceso a dichos estudios y poder
dar a ellos lo que posiblemente los padres no tuvieron antes. Pero si se analiza antes el
desarrollo de los hijos, es posible caer en cuenta de que los padres llevan toda una vida
realizando sacrificios. Así los padres van generando un sentimiento de dependencia en sus
hijos puesto que los últimos perciben a los padres como el medio por el cual han de
satisfacerse sus necesidades y de manera sutil e inconsciente si se le quiere llamar así, se ha
de descalificar la capacidad del hijo pues <<para eso tiene padres>>. Así se generan
comportamientos en ocasiones egoístas o prepotentes en los menores. Según Nardone, los
intercambios en la comunicación en este modelo familiar son de índole asimétrica, a manera
que se crea una ideología de vida en la cual el sacrificio hace bueno a las personas, por ende,
entre más se puedan sacrificar los padres por los hijos o los hijos por los padres, mejor
aceptación social podrá haber hacia el que se sacrifica, ahora, todo esto puede verse
aumentado por los valores religiosos que imperan en el país ya que el pensamiento
supersticioso es aún hoy en día muy elevado, siendo del credo que se sea, generalmente se
pide que la persona se sacrifique por otros dejando atrás su propio placer. Este tipo de
relaciones ya son heredadas y en gran medida es por los abuelos. Ellos tienden a generar
valores tales como la austeridad, el sacrificio extremo, el dar a otros en vez de recibir,
principalmente porque su sentido de generatividad es muy elevado. De esta manera se gesta
esta dinámica. Pero que es lo que pasa con los niños, ellos perciben como si fuera obligación
de los padres el proveer todas y cada una de las necesidades de estos últimos, de modo que
se crea un sentimiento de dependencia extrema a lo que Nardone llama como <<egoísmo
insano>>. No solo los hijos generan este tipo de comportamiento sino que los padres asumen
un <<altruismo insano>> en el cual presuponen que su felicidad depende de las felicidad de
sus hijos y desean que ellos en algún momento de su vida puedan retribuirles todo aquello
por lo que se sacrificaron, es usual entonces observar dinámicas complementarias en las que
pueden surgir frecuentes discusiones. Este modelo es usual en las familias mexicanas, los
abuelos tienen una gran influencia en el sentido de que enseñan a los hijos el valor del
sacrificio que si bien, en ocasiones es muy útil y cierto, pero en el momento en el que se
vuelve rígido, este modelo familiar y todos los mencionados por el autor, tienden a crear una
patológica relación. Uno de los principales conflictos con este modelo de familia es que ya

55
en la sesión psicológica ha quedado instaurado un nivel de relación en la cual los padres y/o
abuelos se ven perplejos puesto que el comportamiento del niño denota pequeñas escaladas
de rebeldía que no pueden ser explicados puesto que los padres han <<hecho todo lo posible
porque no les falte nada a sus pequeños>>. Eso va generando una percepción de mal
agradecimiento, los padres se tornan en ocasiones autoritarios, se muestran ambivalentes con
sus hijos puesto que tratan de dar todo pero al mismo tiempo se dan cuenta que no reciben
nada.

De una forma se dan cuenta de que pueden estar cometiendo un error en su educación
pero al mismo tiempo se encuentran en la encrucijada de no permitirse el cambio, pues, como
menciona Beyebach (2010) hay muchas veces situaciones de egosintonía, en las cuales los
clientes están completamente de acuerdo con sus comportamientos erróneos.

En este tipo de familias es muy posible que se logren los cambios con intervenciones
paradójicas, en las cuales el mejor sacrificio es dejar de sacrificarse (Nardone, 2003).
Lamentablemente a veces los padres y abuelos de familia no logran comprender dicha
situación pues su línea de pensamiento es que el amor es la máxima expresión de interés por
sus nietos e hijos y piensan que el amor en grandes cantidades no hace daño, pero
verdaderamente es dañino, es muy difícil sin embargo que los adultos lo entiendan. Estos
niños cuando no manifiestan un comportamiento egocéntrico y prepotente, en el cual tratan
de someter a sus padres, pueden manifestar el lado opuesto de la moneda, es decir, una
preocupación excesiva por el desarrollo de vida de sus padres, en ocasiones dejando su propio
desarrollo por cuidar de sus padres, así es como en ocasiones se pueden formar lo que
Minuchin (2004) llama familias de <<pas de deux>> cuando un hijo o hija se encuentra al
cuidado de uno u de los dos progenitores, o en su caso, de sus abuelos. Se tiene entonces un
estilo filosófico de renuncia a las propias comodidades, desarrollo y placeres, eso solo puede
originar un sentimiento de resentimiento y de frustración, es en conclusión, el estilo
sacrificante el móvil de creación de arrogancia, prepotencia y resentimiento en los hijos y
padres lo cual sin lugar a dudas va a coadyuvar al detrimento de la dinámica de familia.

56
Ahora, por otra parte está el estilo hiper protector. Su nombre lo indica, es una
protección excesiva en el estilo de crianza. Los padres y los abuelos se van a preocupar a lo
largo del desarrollo del menor, eso es inevitable, día tras días habrá preocupaciones por los
hijos, pero el problema versa en que en ocasiones, la preocupación se vuelve excesiva de
parte de los cuidadores. Los hijos son los tesoros más preciados de los padres y de los abuelos,
pero eso no significa que no estén expuestos a dificultades en la vida, es como si una hoja de
papel no estuviera expuesta a ser rota. Cuando se dan estos estilos de crianza de igual manera
se crean reglas implícitas en lo respectivo a la comunicación.

Como ya decía Watzlawick (1985) en su teoría de la comunicación, existen los


denominados errores de la comunicación. En ellos el principal de todos es el de tratar de no
comunicarse, lo cual es realmente imposible puesto que como lo enmarcan sus axiomas de
la comunicación, todo comportamiento es comunicación por lo tanto es imposible no
comunicarse (ibídem, 1985). Ahora, dentro de esa incapacidad de no poder estar sin
comunicarse se origina un fenómeno llamado <<descalificación>>. La descalificación
consiste como su nombre lo indica en quitar el valor de algo, en este caso, se les quita el valor
a los niños. Hay diversos tipos de descalificaciones, todas con su idiosincrásico nivel de daño,
puesto que unas son directas y descaradas otras son más sutiles y encubiertas. Una de las que
en este modelo de familia predominan son las sutiles y enmascaradas. Se enmascaran bajo el
nombre del amor. Puesto que como su nombre indica este modelo se producen protecciones
excesivas una de las características es la rápida respuesta ante las adversidades de los niños,
esto se puede denominar como <<dulzura excesiva>> (Nardone, 2003). Los padres y abuelos
bienintencionadamente hacen este tipo de interacciones con las cuales propician que los hijos
puedan evitar cualquier clase de frustración y aparentemente es algo que pudiese ser
productivo para los hijos pues se ven libres de presiones, pero si se pude analizar la situación
los niños necesitan desde la edad escolar comenzar a desarrollar la virtud de la competencia
puesto que el reflejo de su capacidad académica en lo referente a que tanta competitividad
tienen, es un manifiesto de cómo podrá ser su competencia en el mundo laboral por decir
solo uno de los aspectos de desarrollo de los niños y del ser humano como tal. Imaginando
que los padres y principalmente los abuelos tienden en ocasiones en este modelo a evitarles
el esfuerzo a los niños, éstos últimos se ven incapaces de realizarse en su plenitud lo cual, es
sin lugar a duda un ejemplo de una sutil descalificación. Y es una descalificación puesto que

57
se envía un mensaje invisible e implícito de <<no puedes realizar las cosas tú mismo,
necesitas que lo hagamos por ti>> y ello de manera agigantada va a destruir el potencial
creativo y de desarrollo del menor. Es así que, se va desalentando la iniciativa de los hijos,
puesto que se generan relaciones complementarias donde los adultos, padres y/o abuelos o el
cuidador a cargo del menor se encargan de controlar, bienintencionadamente, la vida del
menor. Y el problema de este tipo de modelo de familia no viene a repercutir quizá en
manifestaciones muy claras o explícitas en los primeros años de vida del niño, pero si, cuando
entra a la etapa de la adolescencia en la cual se deja de lado a la familia por el grupo de pares.
Pero para fines de este trabajo se trata de contextualizar los eventos de esta modalidad en la
infancia pudiendo decirse que el lugar principal de manifestaciones es la escuela.
Efectivamente lo es, puesto que en ese lugar es en donde los hijos deberán de probar sus
destrezas ante la vida que en ese momento se encuentran desarrollando. Pasa frecuentemente
que, los casos que llegan a sesión desde esta modalidad familiar versan en que el menor no
logra completar sus actividades escolares, se muestra con mucha distracción al momento de
hacer la tarea, se ve incapaz de mantenerse quieto en el salón de clases y ello hace que en
reiteradas ocasiones los padres de familia sean llamados al colegio o escuela para dar
informes o más bien dicho <<quejas>> de los pequeños. En esos momentos, los cuidadores
han ya intentado muchas estrategias fallidas de solución que se van a caracterizar por la
rápida intervención con fines de evitar mayores problemas pero que al final envían un
mensaje de doble vinculo en donde queda de manifiesto que los niños son incapaces de lograr
por ellos mismos sus propias necesidades y cubrir sus objetivos. Finalmente los hijos creen
merecer todo por el simple hecho de existir. Esto puede repercutir en que los niños mantengan
dependencia hacia las figuras de autoridad y de esta forma mantengan dificultades en el
hecho de que se puedan independizar. En el trabajo con este tipo de familias es importante
resaltar que el amor en exceso si puede llegar a ser muy dañino para los hijos, pero ese es un
tema muy difícil de logar hacer entender en los padres de familia que paradójicamente
piensan lo contrario.

58
LOS BENEFICIOS DE LA CRIANZA CON LOS ABUELOS

Para algunos autores, la relación abuelos-nietos no cambia nunca. Para otros, hay
una serie de cambios asociados a la edad de los nietos que comienzan en la adolescencia
(Tyszkowa, 1993), posiblemente porque hacia el final de esta etapa los nietos tienden a
focalizar su energía en el desarrollo personal y en las relaciones fuera de la familia (Roberto
y Stroes, 1992). Así, y de modo natural, conforme los nietos van creciendo, las relaciones
con los abuelos cambian: de compañeros de juegos, los abuelos pasan a ser confidentes y
amigos (Dellman-Jenkins, 1987).
Para algunos autores, la relación abuelos-nietos no cambia nunca. Para otros, hay una serie
de cambios asociados a la edad de los nietos que comienzan en la adolescencia (Tyszkowa,
1993), posiblemente porque hacia el final de esta etapa los nietos tienden a focalizar su
energía en el desarrollo personal y en las relaciones fuera de la familia (Roberto y Stroes,
1992). Así, y de modo natural, conforme los nietos van creciendo, las relaciones con los
abuelos cambian: de compañeros de juegos, los abuelos pasan a ser confidentes y amigos
(Dellman-Jenkins, 1987). Muchas investigaciones sugieren que las relaciones entre abuelos
y nietos a lo largo del ciclo vital se caracterizan más por la continuidad que por el cambio.
Informes retrospectivos realizados por nietos adultos sobre el grado en el que su niñez estuvo
influida por sus abuelos, predicen la cercanía emocional en sus relaciones intergeneracionales
contemporáneas (Mathews y Sprey, 1985). Es cierto que en el estudio de Creasey y Kaliher
(1994) los nietos más mayores expresaron un menor deseo de contacto, de ayuda
instrumental, de satisfacción en la relación, de intimidad, de admiración y de fidelidad que
los menores; sin embargo, las diferencias de edad estaban ausentes en lo que hace a la
percepción del afecto por los abuelos. Los resultados obtenidos por Creasey y Kaliher (1994)
apoyaron, con matices, la hipótesis sobre la menor importancia de los familiares y de otras
figuras adultas como agentes proveedores de apoyo durante la transición de la
preadolescencia a la adolescencia. Sus datos demostraron que aunque los abuelos ejercen una
influencia decreciente como fuente de apoyo, las relaciones interpersonales con sus nietos
siguen siendo cualitativamente fuertes, y rara vez los nietos valoran su relación con los
abuelos como no óptima, con independencia de su edad.

59
Los abuelos sirven como fuerza estabilizadora y actúan como un recurso para sus
hijos y nietos, pudiendo proveer una variedad de servicios concretos a sus nietos, sobre todo,
cuando son jóvenes. La mitad de los nietos jóvenes adultos entrevistados refieren
retrospectivamente que sus abuelos les proveyeron de apoyo emocional, apoyo instrumental
y apoyo financiero durante su infancia (Eisenberg, 1988).
Tyszkowa (1991), en un estudio realizado en Polonia, encontró que las actividades realizadas
más frecuentemente entre abuelos y nietos (adolescentes y jóvenes) de manera conjunta eran:
conversaciones (52%), paseos (24%) y juegos (17%). Las conversaciones mantenidas por los
nietos adolescentes y adultos con sus abuelos parecen ser de particular significación para los
nietos, porque los padres trabajadores no tienen el tiempo o la paciencia suficiente para
conversar con sus hijos, y porque la existencia al mismo tiempo de un vínculo mutuo y de
una cierta distancia respecto de sus abuelos y abuelas les permite hablar de asuntos que no
abordarían con sus padres. Otras actividades llevadas a cabo conjuntamente con los abuelos
y abuelas hacen referencia al ocio, al aprendizaje de habilidades prácticas y a la iniciación en
las tradiciones familiares. De acuerdo a Pinazo (2004), respecto de la frecuencia de contacto
y tipo de relación, los abuelos preferidos residen relativamente cerca de sus nietos, bien en
el mismo barrio (47%) o bien en la ciudad (25%). En su mayoría, los abuelos comparten
residencia con otros familiares, siendo muy pocos los abuelos que viven solos (14%) y su
salud es percibida como buena y regular (82%). Los nietos reconocen mantener con sus
abuelos una frecuencia de relación de tipo semanal (36%) y diaria (36%). Los tipos de
interacción más frecuentes con los abuelos son las visitas breves para conversar y la
participación en discusiones importantes. Los abuelos son vistos por sus nietos como
confidentes y compañeros. Hasta el momento ha quedado de manifiesto, como los autores lo
han relatado, que es innegable que los nietos tengan contacto y pasen por el camino de la
relación con sus abuelos, claro que en algunos casos pudiesen haber excepciones cuando los
abuelos ya han muerto, sin embargo, en la mayoría de las veces, se tiene contacto con al
menos uno o dos de los cuatro abuelos. Es de hecho posible decir, que la relación de los
abuelos con sus nietos es necesaria para el sano desarrollo de los últimos ya que, necesitan
de un faro en la oscuridad de la vida, y los abuelos generalmente son ese faro, pues mantienen
una relación caracterizada por valores tales como el amor, el afecto y el cariño incondicional,
ya que ven a sus nietos como una relación donde la responsabilidad ya no es tan fuerte como

60
lo fue cuando tuvieron que criar a sus hijos. Por ende, más allá de negarles el poder tener
contacto con sus abuelos es imperante abogar por una adecuada información sobre el gran
poder que los abuelos tienen sobre sus hijos, pues son los abuelos el pilar de las familias ya
que la historia de la misma va a ser heredada por medio de ellos como el puente
intergeneracional que son.

Este poder que los abuelos tienen debe de ser usado con mucha sabiduría puesto,
que los valores que se van a heredar, deben permanecer en armonía los unos con los otros
para que el desarrollo global de la persona sea pleno e íntegro. Cabe destacar que si antes en
el trabajo se ha abordado el hecho de que las soluciones intentadas así como las interacciones
entre los miembros del endogrupo familiar, son en su mayoría de las veces las que desatan o
mantienen las problemáticas, es en este punto donde se aborda el cómo los abuelos, pese a
los posibles errores comunicacionales que se mantienen a lo largo del tiempo, son un pilar
de desarrollo y herencia enriquecedora en la vida de los nietos, ya que pueden encontrar un
amigo y confidente de juego durante su niñez e infancia, y en su adolescencia y juventud un
ejemplo y apoyo a seguir para poder continuar con la transmisión de los valores y costumbres
del clan familiar con lo cual, se preservaría y se haría distinto de otros exogrupos. Los abuelos
y los padres de familia no necesitan de estar en una pugna y lucha de poderes, pues, como lo
mencionan los estudios de Epstein, Bishop y Levin en las universidades de McMaster y
Brown (1978), un estilo de comunicación clara y directa puede ser la salvación por decirlo
de un modo del clan familiar pues, mientras más diametrales sean los puntos de vista de cada
uno de los miembros, más proclives serán a la disociación y formación de un modelo rígido
e intransigente de relación que será el ejemplo que los niños muy seguramente seguirán a lo
largo de su vida. En pocas palabras y como menciona Beyebach (2004), se necesita ser 100
por ciento equipo. En el momento en que se logra este equilibrio de ideologías entre los
padres y los abuelos, es plausible que se permita una dinámica de familia completamente
estable, entendiendo por estabilidad la capacidad del sistema de mantenerse a flote a pesar
de las dificultades que puedan presentarse por lo cual, en palabras más sencillas puede
describirse como, no aumentar los problemas a grados patológicos que dañen al sistema.

61
Ahora bien, todo lo anterior sucede bajo lo que ya se ha explicado antes acerca del ciclo vital
familiar (CVF) 7, el cual, es un constructo social pues se da a entender que las familias, así
como los seres humanos, atraviesan diversas etapas de desarrollo en las cuales se suceden
diversos tipos de crisis. Entendiéndose por crisis familiar la posibilidad de cambio hacia un
nuevo equilibrio, y dependiendo de la flexibilidad de las estructuras familiares se
evolucionará o no hacia nuevas familias estructuralmente distintas (Ceberio, 2006). En este
sentido es pertinente conocer experiencias de abuelos y nietos para intentar acceder a esta
realidad familiar y determinar si se han dado ciertos cambios estructurales y relacionales
dentro del sistema que permitan una adecuada evolución, favoreciendo el desarrollo psico-
social de los individuos. No cabe duda de que Los abuelos se han convertido en figura
relevante e importante para la educación de los niños y se encuentran cada vez más
implicados en ella. Su presencia en las familias de hoy es un elemento insustituible en el
proceso de formación de los hijos. Pueden, y de hecho transmiten, valores familiares y
mantienen el vínculo entre generaciones. Valores considerados esenciales en la formación de
los futuros ciudadanos y convenientes para su desarrollo psicológico: afecto, experiencia,
confianza, sabiduría, memoria, diccionario de la vida, raíces que mejoran el necesario enlace
intergeneracional, así como la mejora de la comprensión de la conciencia social del mundo
en el que viven (Sanz, P., Benavent, J., Moril, R., 2011). Se comprende, pues que no sea
posible hablar de un solo tipo de rol de abuelo. El rol de ser abuelos, se encuentra fuertemente
individualizado, definiéndose como <<diverso y heterogéneo>> (Bengtson y Robertson,
1985), así como un rol multidimensional (Belsky, 1996) en el que convergen múltiples y
complejas facetas. El abuelo actual desempeña un papel mucho más activo. De esta manera,
ser abuelo supone acceder al posicionamiento de una función específica, inscrita en la
dinámica de la trama familiar. Ese papel, posee como elemento originario y definitorio, que
no se trata de un cometido elegido, sino más bien atribuido. Moragas (1998) aclara que la
sociedad no determina el deber ser o hacer del rol del abuelo.

7
Ver capítulo 1
62
No es un papel institucionalizado, o como señalan Rico, Serra y Viguer puede ser
descrito como un <<rol sin rol>> (1996), al no estar definidas y delimitadas con precisión
sus obligaciones y derechos. Pero sin duda alguna, la abuelidad que experimentan las
personas va ligada a un sentimiento de satisfacción que se ve aumentado al ver el desarrollo
de los nietos y saberse partícipes del mismo con la trasmisión de la sabiduría que ellos pueden
aportar a los niños. Ahora como comentan Sanz et al. (2011); << El rol del abuelo educador
ha de desarrollar múltiples estrategias, convirtiéndose en un guía y facilitador del
aprendizaje>>. De dichas estrategias, destacan: Desde ser autoridad sobre determinados
conocimientos, a aprendiz de otros, ser un reformador de hábitos o promotor de caminos para
la solución de problemas, a la vez que mediador de conflictos. Volverse un creador de
atmósferas lúdicas adecuadas -actor, contador de experiencias y humorista si se requiere- así
como un evaluador de experiencias e intérprete de situaciones. Y si fuese necesario un buen
diplomático, economista y comunicador entre los nietos y sus padres.

La permanencia de los abuelos en la educación de los nietos, es sin lugar a dudas


un aliciente para el desarrollo de los mismos. Y siguiendo la línea de pensamiento sistémico,
en el cual, se sabe, que hay un principio llamado <<circularidad>>, es tanto beneficioso para
los nietos, como para los abuelos, el establecimiento de dicha relación. Como ya señalaron
Sáez, Rubio y Dosil (1996) la red familiar se basa en un sistema de intercambios
interpersonales de carácter voluntario, que van desde el apoyo emocional hasta las más
diversas formas de ayuda. También Rico, Serra y Viguer (2001) señalaron que la relación
intergeneracional entre padres y abuelos constituye un vínculo de doble direccionalidad.
Cuando se habla de esa doble direccionalidad también se está refiriendo al abuelo como parte
integrante de la red social del niño y al niño formando también parte del tejido de relaciones
de sus abuelos. De cualquier modo, cuando se trata de relaciones, no hay que olvidar, el arte
de la comunicación, la importancia del lenguaje, la escucha activa, que permiten el
entendimiento del complejo mundo emocional del niño (Voli, 2009). Otra de las claves de la
interacción entre abuelos y nietos es el aprendizaje de comportamientos, que pueden llegar a
ser tanto positivos como negativos.

63
La <<abuelidad consciente>> a la que se refiere (Voli, 2009) se concreta en un
sistema de relaciones donde los abuelos pueden y deben actuar como un modelo
complementario de conductas que orienten el aprender a ser del niño. Por último, el sistema
de relaciones abuelos-nietos siempre formará una parte muy importante de la compleja tarea
de las relaciones abuelos-hijos. Éstas tendrán que estar basadas en una firme voluntad de
búsqueda de aquello que pueda mejorar las dinámicas familiares, basándolas en la
comunicación, el diálogo y la convivencia.

En pocas palabras, la relación que los nietos tengan con sus abuelos, deberán de ser
propicias para que se forjen en ellos los valores más necesarios dentro de la sociedad actual,
pero eso también exige de parte de los abuelos un nuevo aprendizaje de la tecnología que se
encuentra en un <<boom>> en el cual cada día se normaliza más el uso de loa misma por lo
cual, los abuelos tienen una nueva tarea que es el ajustarse al rol social nuevo. Los nietos
deben de tener este apoyo y sustento en su educación y vivencia familiar, claro que mientras
se mantengan las jerarquías adecuadamente, los niños pueden presentar un desarrollo sano y
emocionalmente pleno al entender que sus padres son las figuras de principal autoridad en su
vida, mientras que sus abuelos, también lo son con una mayor libertad en la crianza de los
mismos por lo cual, si todo se desarrolla congruentemente, los nietos sabrán que aunque en
ocasiones los abuelos puedan darles más mimos que los que sus padres ofrecen, es a sus
padres quienes deben de darle mayor jerarquización de autoridad.

Sin lugar a dudas el papel del abuelo en la vida de los nietos y en la dinámica de
familia es de suma importancia, por ende, es muy necesario que se puedan realizar cursos de
actualización y de información para los abuelos ya que en muchas ocasiones, serán ellos
quienes se verán en la tarea de la educación de sus nietos.

64
CAPÍTULO V
CONSTRUYENDO SOLUCIONES: ALTERNATIVAS A LAS DIFICULTADES

Introducción.

En este último capítulo, de manera breve, se pretende enlistar y explicar de manera teórica y
práctica las maneras posibles para abrir posibilidades de solución cuando ya se ha instaurado
una queja de problemática familiar. Recordando que siempre habrá diversas formas de ver
una misma situación y que todas ellas con correctas, es importante que el lector comprenda
que encasillarse a una sola manera de actuar resta la capacidad de aprendizaje e introyección
de experiencia vital.

LLAVES MAESTRAS

Una llave maestra como bien indica su nombre es aquella que tiene la capacidad
de abrir cualquier cerradura por más poderosa y fuerte que sea ésta, por lo cual, al referirse
aquí a llaves maestras en lo referente a la educación de los nietos es difícil concebir unas o
una de las mismas debido a la complejidad de la dinámica de familia inherente a cualquier
tipología de la misma pero se considera que, en un alto grado de fiabilidad, las dos principales
llaves maestras que pueden servirse para un adecuado desarrollo familiar específicamente
con los nietos o los hijos, se llaman comunicación y respeto de jerarquías. Como se ha ido
explicando a lo largo del trabajo, principalmente, la falta de jerarquías es la que viene a dañar
completamente al sistema familiar de modo que no se logran vislumbrar adecuadamente
dichas jerarquías y los padres van perdiendo el poder que por derecho deben de trasmitir y
poseer en el rol familiar de dicha estructura.

Minuchin (2003) menciona que los holones familiares deben de cumplir


adecuadamente sus funciones para un sano mantenimiento de la dinámica de familia, si uno
de esos holones se encuentra dañado o no está trabajando adecuadamente, puede darse un

65
punto de quiebre en el cual aparecen las patologías o problemáticas en la familia, sin
embargo, estas problemáticas tienden a instaurarse en las familias debido al principio de la
homeostasis en la cual, se crea un sentimiento y un punto de estabilidad en las familias donde
a pesar de que existan problemáticas no se ven desde esa óptica, sino que, son vistas como
patrones de acción por sentado que deben siempre de ocurrir.

Como se ha dicho las llaves maestras en la educación de la familia versan acerca


de que los padres y los abuelos puedan tener una adecuada comunicación, recordando un
poco acerca de los errores de la comunicación, es muy usual observar en las familias que
suceden muchas veces los fenómenos del doble vínculo comunicacional, en donde se brindan
mensajes contradictorios generando muchas veces un problema mayúsculo, por ende es que
se dice, que la comunicación será una de las dos y la principal llave maestra de soluciones en
familia.

SANA LAS INTERACCIONES, SANA EL SISTEMA

Se ha dicho anteriormente que las interacciones son en muchas ocasiones las


que generan los problemas, puesto que el ser humano es un ser social por naturaleza y se
encuentra dentro de la dinámica de familia, pero dichas interacciones ya se pueden ir
volviendo rígidas. Es considerable entonces que en este aspecto se pueda aplicar la ley de
comunicación humana así como los axiomas de la misma, si se puede recordar que uno de
ellos dice que todo intercambio de comunicación tiene un aspecto relacional, la relación de
los padres hacia los hijos y de los abuelos hacia los nietos, debe de ser imperantemente
positiva, por positiva debe de entenderse que hay que evitar los errores de la comunicación
logrando mayor congruencia en las mismas. Desde los años cincuenta se ha observado un
traslado de la psicología individual, la psicología analítica, la personología, el psicoanálisis
y la terapia centrada en la persona hacia la terapia de sistema, en la cual, se trae a relucir el
plano social de la persona, ahora, lo anterior no implica que los enfoques antes mencionados
han dejado de ser importantes para la profesión y ciencia de la psicología, sino que, se ha
logrado tener un mayor repertorio de técnicas y teorías que versan en la sociología del ser
humano y su capacidad de recibir un feedback de parte del sistema; el centro epistemológico
se traslada del individuo al socius, aunque en terapia familiar este factor social es reducido a
la familia. El viraje es fruto del influjo de las concepciones marxistas que, desde el siglo

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pasado, enfatizan la importancia del medio como fuente del comportamiento individual, y ya
sin poder eludir esa dirección, nuestros estudiosos occidentales acuñan elaboraciones de
interés que intentan desbrozar el complejo mundo de las determinaciones sociales tomando
parcialmente las que proceden sólo de la familia. Ahora, la familia es un sistema en el que se
desarrolla un tipo de camino, un camino hacia le crecimiento y expansión de la misma, en el
que en ocasiones se generan momentos de equilibrio, este equilibrio no puede catalogarse
como bueno o malo puesto que dichos conceptos pueden ser muy parcializados, pero si es
posible hablar de equilibrio sano en el cual, puede manifestarse un desarrollo pleno de la
familia como totalidad y de sus miembros a nivel individual, proceso en el cual identidad y
desarrollo en pugna. Si un proceso se estabiliza deja de crecer y para crecer debe perder
estabilidad. En el campo relacional esto se traduce en valores y contravalores, en reglas para
mantener la identidad de la familia y de contrarreglas para permitir su diversificación y
crecimiento. La familia sigue, como todo organismo, un proceso evolutivo entre afirmación
y cambio (Fairlie, 1992). El enlace entre síntoma o enfermedad psíquica y funcionamiento
familiar derivó de la «observación de mecanismos homeostáticos en las familias de pacientes
psiquiátricos, lo que llevó a la hipótesis de la familia como un sistema homeostático y, más
específicamente, como un sistema gobernado por reglas. Y esto es así porque dichas reglas
surgen con claridad si uno observa las reacciones que produce su anulación, a partir de las
que se puede inferir la regla que fue violada» (Jackson, cito por Watzlawick, 1973, p. 137).

Las interacciones son sin lugar a dudas las que pueden garantizar la sanación
del sistema familiar y de aquellas problemáticas que en él existan, pero para poder hacerlo
es necesario que se conozcan cuáles son los principales errores de la comunicación humana
y así poderles plantear una solución, de modo que lo que aquí se exponga debe de tomarse
como una posibilidad antes las disyuntivas del sistema y no como una receta de cocina que
puede en todos los casos ser la única forma de solucionar las situaciones. Los terapeutas de
uno y otro enfoque parten del concepto de familia como entidad protectora que para cumplir
su propósito mantiene dialécticamente dos tendencias indisociables: la del equilibrio u
homeostasis y la del crecimiento o diferenciación, en constante afirmación y negación mutua.
Identidad y desarrollo en pugna. La familia sigue, como todo organismo, un proceso
evolutivo entre afirmación y cambio. En este proceso hay «crisis» que plantean a la familia
el paso a una nueva etapa que despierta nuevos valores y objeta los anteriores en un juego

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que si tiene éxito da lugar a la continuación del proceso evolutivo (ibídem, 1992). «Como en
los individuos, los estudios sobre la familia indican que la flexibilidad es sinónimo de
normalidad y la rigidez, de patología» (Haley, en Zuk y Nagy, 1986, p. 43). En el desarrollo
del proceso evolutivo normal o esperado, las interacciones coadyuvan a la conquista de la
nueva etapa y adquieren valor de interacciones válidas y funcionales. Si el proceso fracasa,
el sistema interaccional se fija, se afirmando la homeostasis familiar (Benoit, 1985, p. 92).
Hasta aquí ha quedado manifestado que las interacciones van a ser de gran importancia en el
desarrollo de un sistema sano siempre que se pueda superar la crisis en la que se encuentren
pasando, para que la familia pueda mantener su funcionamiento las interacciones deberán de
ser flexibles sin caer en la volubilidad que pudiera hacer que los roles y funciones tanto
instrumentales como afectivas de la familia se mezclen y se hagan difusas, no, por el
contrario, la flexibilidad será sinónimo de que el sistema se encuentra verdaderamente firme
y maduro pues observan la funcionalidad de cada rol y de cada interacción con base en su
eficiencia. Los tratadistas aseveran que por sí mismas las interacciones no tienen signo
negativo ni positivo; que sean buenas o malas, retardatarias o progresistas es más producto
de las circunstancias y de los momentos. En la literatura de terapia familiar las interacciones
son designadas de diversas maneras: «pautas interactivas», «transacciones familiares», «tipo
de reiteración de normas», «fenómenos transpersonales», «maniobras interpersonales,
«pautas de la danza familiar», «secuencias de interacción», «reacciones circulares»,
«procesos interpersonales», «juegos relacionales» y otras. Son expresiones o maniobras a las
que se recurre reiteradamente por parte de dos o más miembros de la familia con un
significado o intención (Fairlie, 1992). Las interacciones son consideradas como las unidades
del sistema relacional familiar; el conjunto de ellas integra la arquitectura de la familia desde
el punto de vista transaccional. Titchener como otros, la identifican con el término «patrón»,
que «es una sucesión de acciones en la que participan dos o más miembros de la familia, de
carácter repetitivo, con algún grado de automatismo, y que es empleada como parte de la
función adaptativa del sistema familiar. Entre los miembros de la familia, y a través del
tiempo, se va tejiendo la red interactiva familiar que es diferente de una familia a otra. En la
red se descubren elementos psicomotrices, perceptivos, verbales, no verbales, afectivos, de
aproximación, de distanciamiento, de integración, de desorganización y otros. Unos son más
simbólicos, otros más prácticos y otros más expresivos e instrumentales. Abarcan a veces a

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dos de los miembros, a tres o a más, formando «subsistemas» que se confrontan todo el
tiempo. Y suelen entenderse mediante códigos privativos. Las alianzas entre los miembros
parecen inevitables (ibídem, 1992).

Aquí es importante dar cuenta de que inevitablemente siempre habrá alianzas y


coaliciones en las familias, pero la cuestión es que se trate de trabajar en la formación de las
mismas de modo que más que coaliciones se formen verdaderas alianzas pero no siendo estas
de tríadas o díadas sino que, toda la familia como equipo que es, se forje en una gran alianza
que tenga como finalidad el que se permita un desarrollo completo y continuo para su propio
bienestar. Es importante que las interacciones de los padres, abuelos y nietos se vean llenas
de congruencia para que los pequeños se muestren un adecuado crecimiento en la que las
patologías no puedan crecer y se manifiesten sólo como las dificultades esperadas de cada
familia. Ahora, lo que es necesario evitar en las familia son los errores comunicacionales: la
descalificación, los dobles vínculos y las desconfirmaciones, de modo que pueda instaurarse
un nivel de relación pacífica y estable. Ahora, de manera breve se expondrá en que consiste
cada uno de estos errores comunicacionales.

El primero, que es la descalificación consiste en quitar crédito a la existencia de


uno de los miembros de la familia, ya sea de manera directa o indirecta, por ejemplo, cuando
uno de los padres habla mal del otro enfrente o con el hijo con el fin de dañar al otro
progenitor, o cuando uno de los abuelos quita poder a los padres frente a los nietos diciendo
que no es la manera adecuada de educar a los pequeños. De esta manera, este error en la
comunicación puede ir menguando la eficiencia de las figuras de autoridad de la casa, por lo
cual, es importante que se ejerza la congruencia.
El segundo error de la comunicación que puede darse, se le llama doble vínculo o
comunicación paradójica, ya lo venía estudiando Bateson (1950) en lo referente a la
esquizofrenia para explicar su génesis no sólo como un daño orgánico en el cerebro, sino
como un problema originado por la comunicación disfuncional. Así pues, los abuelos y los
padres pueden estar enviando constantemente un mensaje paradojal a los niños como cuando
los padres piden que se les obedezca pero son incapaces de montar la disciplina en el hogar
y es cuando los abuelos ponen esos límites y en el futuro los padres se quejan de que no les

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dejan [los abuelos] llevar a cabo la crianza de la manera en que los padres desean, hay que
analizar que es en realidad el mensaje que están enviando el que impide que ellos lleven a
cabo la disciplina de manera correcta. La desconfirmación versa sobre la línea de las dos
primeras, pero es un paso más allá de la descalificación en el sentido de que en realidad, hace
inexistente al miembro de la familia o miembros contra quienes la coalición puede estar
alzada. Esta desconfirmación se puede ver más actuando en los abuelos, quienes de maneras
muy sutiles van desconfirmando a los padres, por ejemplo, si el niño tiene prohibido el
refresco o los dulces y los abuelos se los permiten están de manera sutil desconfirmando a
los padres del niño pues mandan un mensaje enmascarado de “no importa lo que tus padres
digan, aquí mando yo y se pueden romper las reglas”. Claro está que deben existir diferencias
entre los padres y los abuelos pues estas mismas diferencias pueden hacer surgir del aparente
caos la más bella armonía, como lo propone el principio de los opuestos y de la entropía de
Jung, lo que se quiere dar a entender es que dicha armonía es necesaria para al menos, poder
fingirla, de modo que los nietos puedan observar que la familia es un cien por ciento equipo,
lo cual, como menciona Beyebach (2010) coadyuva a un bienestar familiar y emocional de
cada uno de los miembros del endogrupo. Los miembros del sistema familiar van a lograr un
estado de armonía que facilitará la creación de una estabilidad interaccional, dicha estabilidad
va a ser determinante para el infante que se va desarrollando. Mientras más congruente sea a
relación de los familiares, mayor será la estabilidad emocional de los niños, eso sin lugar a
dudas es lo que pretende lograr todo terapeuta de corte sistémico, pues parte del presupuesto
que lo que hay que sanar en realidad no es a las personas sino a las interacciones que
mantienen esas personas. Para finalizar con este trabajo, es necesario y aunque suene
repetitivo mantener el pensamiento firme de que una vez que queda sanado el sistema es
porque las interacciones que se mantienen en el mismo, son sin lugar a dudas, saludables.

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CONCLUSIONES
A lo largo del trabajo se ha manifestado que las interacciones son en realidad los
agentes de cambio de la familia o en su defecto pueden ser los peores enemigos de la misma.
Mientras mayor conciencia se tenga de las mismas mayor plenitud puede imperar en el
sistema familiar. La familia va a tener etapas de desarrollo y de crisis potenciales que pueden
determinar su futuro éxito o fracaso. Los abuelos tienen una gran responsabilidad y poder
dentro del sistema familiar, el cual será manifestado en la educación y transmisión de los
valores familiares sirviendo como un puente intergeneracional con los nietos, de manera
determinante ayudando o debilitando el sistema pero sin tener la directa responsabilidad
sobre la crianza del niño, la cual les concierne a los padres. Para ello es necesario que exista
un gran nivel de apoyo, congruencia y de diálogo entre los padres y los abuelos para lograr
un estilo educativo y de crianza eficaz sabiendo que no hay un solo estilo correcto y perfecto.
Los seres humanos se unen debido a que necesitan satisfacer necesidades tanto
instrumentales como afectivas, donde se van originando las reglas que guiarán al sistema,
por lo cual, todos los miembros son importantes en una familia. Como se menciona acerca
de que en ocasiones las soluciones intentadas que pueden ser ineficaces, hay que considerar
seriamente el tipo de solución o soluciones que se llevan a cabo. No hay duda de que la
comunicación, el trabajo en equipo, la congruencia entre los padres y los abuelos, así como
su ejemplo ayudará a eliminar todos aquellos fenómenos de doble vínculo, al menos en la
medida de lo posible, logrando que las pautas de interacción sean funcionales, dando lugar a
un desarrollo pleno y estable del sistema, lo cual se puede traducir en niños sanos, que
respetan a sus padres y abuelos y muestran el amor y afecto que les tienen sin discrepancias
ni coaliciones convirtiéndose en adultos emocionalmente estables y funcionales
biopsicosocialmente.

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