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LA PSICOLOGIA DE LOS YOES y EL VOICE DIALOGUE : Articulos

Por la Doctora Elena Dragotto

De la critica a la autoestima

En muchas ocasiones, el peor enemigo de una persona es

ella misma. Y es que, dentro

de nosotros, habita una vocecita siempre dispuesta a criticarnos

y a señalar nuestras debilidades. Su misión es ahorrarnos decepciones, pero, si su voz es


demasiado fuerte, se come la autoestima. La clave para convertir al crítico en aliado es
reconocerlo y aprender a dialogar con él.

Mira que eres despistado! ¡Lo haces todo mal! ¡Tienes un tipo horrible! ¡Eres incapaz de seguir
una dieta!” ¿Te dices a menudo frases como estas? En el interior de la mente de cada uno de
nosotros habita una voz cuya única función parece que sea criticarnos. Es como una emisora
de radio sintonizada directamente a nuestra cabeza y todo lo que dice es incesamente crítico.
Muchas veces, no somos conscientes de ello, pero las críticas y la erosión a la autoestima están
allí. Pero, ¿cómo es posible que nos tratemos tan mal a nosotros mismos? ¿No es
suficientemente difícil ya la vida como para ir metiéndonos cruelmente con nuestra propia
persona? ¿Por qué lo hacemos?

EL DESEO DE ACEPTACIÓN

El origen de nuestra voz crítica está en el deseo de aceptación. Deseamos desaforadamente


ser aceptados por los demás. ¡Casi desesperadamente! En la familia, entre los amigos, en el
trabajo… Y todo el esfuerzo que ponemos en ello nos deja exhaustos y, lo que es peor,
insatisfechos, porque de aceptación nunca se sacia uno. Esa gran necesidad de aceptación
tiene su inicio –como la mayoría de los impulsos más poderosos que tenemos– en la infancia.
Véamoslo.

AFECTO PARA SOBREVIVIR

Cuando nacemos somos completamente vulnerables. Para sobrevivir, los humanos


necesitamos que nos protejan tanto física como afectivamente o, de lo contrario, ¡nuestra
esperanza de vida se reduce a unas cuantas horas! De forma instintiva, en los primeros días de
vida empezamos a darnos cuenta de que es fundamental la presencia de nuestros cuidadores
para seguir viviendo.
Es tan importante que vamos convirtiéndonos en expertos en asegurarnos esta presencia. Con
el pasar del tiempo, notamos que nuestros padres nos prefieren cuando mostramos ciertas
actitudes, por ejemplo, al sonreír, y tomamos buena nota de ello.

De manera inconsciente, repetimos aquellos comportamientos que obtendrán una respuesta


de afecto y atenciones, que nos harán parecer a ojos de nuestros padres como merecedores
de amor. Para esos seres vulnerables que somos cuando nacemos y en los primeros años de
nuestra vida, el miedo al abandono y a la soledad es terrible. Si constato que, por ejemplo,
mamá se enfada cuando le robo un juguete a mi hermanito, no tardaré en apartar en cierta
medida mi parte egoísta. El riesgo de ser egoísta es demasiado grande: perder el amor y la
protección de mi madre. Entonces, mi conversión en un niño amable y desprendido se forma
rechazando, ocultando, mi yo egoísta.

A lo largo de los años crecemos y nos hacemos adultos, pero esa parte infantil y vulnerable
nos acompaña siempre. Aunque rechazado, ese yo sigue teniendo la necesidad de ser amado,
reconocido y apreciado.

NUESTRA PERSONALIDAD RECHAZADA

Según el modelo psicológico de “la psicología de los yoes” y voice dialogue (diálogo de voces),
método de desarrollo personal ideado por los psicólogos estadounidenses Hal y Sidra Stone,
las personas poseemos diferentes yoes o subpersonalidades. Los comportamientos con los que
hemos aprendido a identificarnos, los que consideramos válidos para ser aceptados por los
demás, son los yoes primarios. Es la parte de nuestra personalidad que nos atrevemos a
mostrar. Los comportamientos opuestos a los primarios son excluidos de nuestra vida y dan
lugar a las subpersonalidades rechazadas. Son comportamientos que consideramos
inaceptables; no debemos ser así de ninguna forma: arrogantes, egoístas, sensuales… Tenemos
la capacidad de mostrarlos, pero si lo hacemos nos sentimos culpables o no nos queremos
reconocer.

MIEDO A QUE NOS DESCUBRAN

El crítico interior es un yo que nace tambien para que se respeten las reglas de los yoes
primarios, y que se nutre, a lo largo de los años, de todos los reproches que hemos recibido y
de todas las reglas con las que nos hemos topado. Es esa parte que nos critica constantemente
si no somos como creemos que deberíamos ser, que nos hace sentir inadecuados, que nos riñe
si no nos comportamos como se espera de nosotros. Vive constantemente preocupado de
cometer un error y aterrorizado de que los demás descubran qué clase de persona somos en
realidad –nuestra parte rechazada: “estúpidos, ineptos, superficiales, vagos, ignorantes,
egoístas, obesos…”

En el fondo, el crítico interior sólo quiere asegurarse de que seremos amados por los padres –y
por los demás–, aunque con frecuencia se sobrepasa en sus funciones y entonces el resultado,
al final, serà limitarnos excesivamente.
RECONOCER AL CRÍTICO

Normalmente todos oímos a nuestro crítico, pero no sabemos que se trata de una parte
nuestra como todas las demás que nos componen. Pensamos que somos eso que nos dice y,
muchas veces, esto es extremadamente doloroso y mina profundamente nuestra autoestima.
Hasta el extremo de hacernos renunciar a la realización de nuestros sueños y deseos: ¿Cómo
podría quererme totalmente si me miro a través de los ojos de mi crítico interior? ¿Cómo
puedo desear hacer cualquier cosa que se salga de lo que he interiorizado como “correcto” si
siempre, según él, se trata de un error?

En esos momentos, el crecimiento personal de la persona pasa por reconstruir su relación con
el crítico. En primer lugar, detectando sus mensajes negativos, aprendiendo a reconocer estos
pensamientos como el punto de vista del crítico interior, y no como una verdad absoluta.
Entonces, entendemos que todos esos mensajes no reflejan lo que realmente somos; los yoes
rechazados también forman parte de nuestra personalidad total. Nadie es completamente
bueno o malo, eficiente o inútil, generoso o egoísta... Cuando entendemos esto, la ansiedad se
reduce, el crítico interior se vuelve más objetivo y asistencial en vez de destructivo, porque
puede guiarnos en vez de castigarnos.

Cuando la persona en su conjunto –con todas sus subpersonalidades– entiende este mensaje,
el crítico interior puede convertirse en un poderoso aliado en el camino hacia el crecimiento y
la plenitud.

***

ALIARSE CON UNO MISMO

RECONOCE SU VOZ

El primer paso para forjarse una buena autoestima es reconocer al Crítico Interior cada vez
que lo oímos y cambiar nuestro modo de expresarse. Por ejemplo, si lo que dice es “Soy feo”,
puedo decirme, “Mi crítico piensa que soy feo”. Esta estrategia nos permitirá no identificarnos
constantemente con él.

RESPETA SU VISIÓN

Cuando detectes la voz de tu Crítico Interior, no te pongas nunca a discutir con él para hacerle
cambiar de idea porque tiene siempre las de ganar. El diálogo tiene que partir del
reconocimiento de lo que éste percibe para pasar a negociar con él desde la objetividad.
PONTE A SU SERVICIO

Pregúntale a tu Crítico qué le preocupa y despues preguntate a ti mismo:qué puedo hacer


para atender esas preocupaciones. Esta atención sincera le servirá para asumir que no tiene
por qué ser agresivo y tajante en sus planteamientos porque... ¡ya le escuchamos!

EMPLEA EL HUMOR

Una de las herramientas más eficaces que nos apoyarán en el cambio es el humor. Un Crítico
excesivo hace que nos tomemos demasiado en serio. Prueba a sacarle el chiste a tu situación:
verás qué descanso.

DEJA DE COMPARARTE

De entre todas las habilidades de nuestro Crítico Interior, su especialidad es la comparación. Y


no hay nada mejor para hacernos sentir que no estamos a la altura como compararnos
continuamente. Para combatir esa tendencia, te propongo la siguiente táctica.

Respóndete a las siguientes preguntas:

1. ¿Te viene a la mente el nombre de alguien a quien tu crítico te compara?

2. ¿Qué te dice el crítico de tu cuerpo cuando lo compara con el de la otra persona?

3. Si le das crédito al crítico, ¿hay algo que puedas hacer para parecerte a esa persona?

Normalmente, la respuesta que nos damos a esta última pregunta es un sonoro: “¡NO!”

Seguiremos estando mal hasta que veamos que esas comparaciones son creaciones del Crítico
y que es mejor no entrar en ese juego.

ATRÉVETE A SER ‘NORMAL’

La sociedad nos pide que seamos “especiales”. No basta con un cuerpo sano; también ha de
ser musculoso. Con ser amables tampoco vale, también hemos de destacar en las reuniones
sociales. Para liberarte de la carga de tener que ser más que la media, hazte las siguientes
preguntas:

1. ¿Qué recuerdas de cuando eras pequeño y adolescente sobre el hecho de ser especial?

2. ¿Has sido empujado en una cierta dirección? ¿Quién te empujaba y por qué?

3. ¿Qué piensa tu Crítico del hecho que podrías ser simplemente una persona normal?
EL INVENTARIO POSITIVO

Los dos próximos ejercicios te ayudarán a ti y a tu Crítico a ser más objetivo en cuanto a tus
capacidades, lo cual aumentará tus posibilidades de realizar tus proyectos con éxito. Se basa
en una práctica ideada por la terapeuta Franca Errani (Il caleidoscopio interiore. Ed. MIR).
Empieza escribiendo una lista de tus abilidades y talentos innatos; otra de las habilidades y
conocimientos adquiridos; y finalmente, de las experiencias realizadas. Una vez completado el
inventario, lee la lista con atencion y saboréala con gratitud.

EL MANDALA DE LOS TALENTOS

Ahora, hazte con una lámina en blanco, pinta un círculo grande ayudándote con un plato y, sin
pensar demasiado, divide el interior del círculo en triángulos que vayan a dar al centro. Cada
uno representará una de las habilidades o talentos que has listado en el “inventario positivo”.
Utiliza diferentes tonalidades, colorea las diferentes zonas y escribe en su interior el nombre
de la cualidad que representa. Al final, contempla tu mandala y siente las emociones y
reacciones que te suscita. Recórtalo y pégalo en un sitio donde puedas verlo durante el día
para que te ayude en la realización de tus proyectos.

ARTICULO DE: MENTE SANA N.9 – La revista de psicologia positiva

EDITOR Jorge Bucay

LA PSICOLOGIA DE LOS YOES y EL VOICE DIALOGUE : Articulos

Por la Doctora Elena Dragotto

Enjuiciamiento y qué hacer con ello

(1ra parte)
Hal y Sidra Stone

Este articulo trata sobre el enjuiciamiento y sus efectos sobre las relaciones. Existen pocas
cosas mas importantes y más dolorosas que el enjuiciamiento sin control en una relación. Sin
duda el enjuiciamiento continuado daña la relación, a veces de forma irreparable.

Si observamos el esquema familiar, habitualmente encontramos que uno o más miembros de


la familia emiten el juicio mientras que otros son los receptores. Estos enjuiciamientos pueden
ser o no expresos. En cualquier caso, cuando se permite un juicio permanente e incuestionado
se produce un daño y la relación sufre y por consecuencia se deteriora.

Mucha gente no es consciente de que juzga. Llevan tanto tiempo haciéndolo que se identifican
totalmente con sus juicios y los consideran naturales y necesarios, parte de sus
personalidades. Estas personas no separan sus enjuiciamientos de sí mismos. En los principios
de la psicología se hacia referencia a esta identificación con el pensamiento o el sentimiento
de ser “ego-sintónico”.

Algunas personas crecen en un entorno familiar donde son juzgados constantemente. Al llegar
a la edad adulta, se han acostumbrado a ello de tal forma que ni siquiera lo perciben. No se
dan cuenta de que están siendo continuamente mortificados por el enjuiciamiento de los
demás o el suyo propio (a través de su Critico Interior y de su Patriarca Interior). Hemos
profundizado en estos 2 conceptos en nuestro libro “The Inner Critic” y en el de Sidra “The
Inner Patriarch, The Shadow King”.

LAS LEYES DE LA PSIQUE

En consideración con el significado del enjuiciamiento en las relaciones, existen 4 leyes


psicológicas fundamentales que comentaremos en este artículo:

1.- Quien quiera que juzguemos o aquello que juzguemos es una expresión de uno o de varios
de nuestros “Yoes Rechazados”.
2.- Detrás de cada enjuiciamiento existe además una vulnerabilidad inconsciente o que no
somos capaces de expresar.

3.- Tanto en cuanto no asumamos esos yoes que denegamos, retornarán una y otra vez en
forma de relaciones personales. Las relaciones son el escenario donde la inteligencia del
Universo nos fuerza a abrazar todos nuestro Yoes..

4.- Como resumen de los 3 principios anteriores, podemos decir que las personas, las cosas,
los objetos o las ideas que enjuiciamos o que mas odiamos, son susceptibles de convertirse en
nuestros maestros mas relevantes unas vez conozcamos como trabajar con nuestros
enjuiciamientos.

DEFINICIONES

Antes de continuar con los comentarios sobre el enjuiciamiento, queremos introducir unas
definiciones básicas para los lectores que desconocen nuestro trabajo sobre la Psicología de
los Yoes (Psychology of Selves). Para aquellos familiarizados con nuestro trabajo servirá para
clarificar algunos puntos o responder algunas dudas.

Yoes Primarios

Las personas somos criaturas condicionadas por nuestro proceso de crecimiento y


desarrollamos nuestra personalidad en función de este. O bien nos identificamos con los
conceptos, las respuestas emocionales y los patrones psicológicos que nos son dados o bien
nos revelamos contra ello.

Todos nosotros nos sentimos identificados con nuestros “Yoes” primarios, hasta que
comenzamos el proceso de separación de estos. No hay forma de escapar de esta realidad
para nadie. En términos Jungianos los “Yoes” primarios determinan la naturaleza de la
persona.

Yoes Rechazados

Al crecer en una familia nos identificamos con ciertos Yoes. Esto significa que rechazamos
automáticamente los Yoes opuestos. Por lo tanto, si una mujer crece identificándose con una
forma de ser maternal, su yo reprimido será la energía opuesta, una yo mas egoísta y
hedonista. Los Yoes rechazados representan el contenido psicológico y emocional reprimidos,
son correspondientes y opuestos a nuestros Yoes primarios.

En términos jungianos la sombra (the shadow) sería el equivalente de los Yoes rechazados,
entendiéndose que este término hace referencia a un contenido rechazado tanto de luz como
de oscuridad.
Proyecciones

Las realidades inconscientes que existen dentro de nosotros saltan hacia fuera, aterrizando
sobre personas, objetos e ideas.

Entras en una tienda de cuarzos. Ves una pieza magnifica y sientes que tienes que poseerla,
que te pertenece, no importa lo que valga. Experimentas todo tipo de sentimientos al
contemplarlo. Estas proyectando un aspecto de tu propia naturaleza espiritual en el cuarzo.
Puede que sea maravilloso, pero la magia que le atribuyes no es sino la magia de tu propia
naturaleza espiritual-creativa frustrada.

Un hombre de negocios se compra un jeep de la segunda guerra mundial y se gasta una


fortuna en arreglarlo. Se conduce fatal, se rompe cada 2 por 3 por lo que tiene una relación de
amor-odio hacia el jeep. ¿Qué le ha llevado a comprar este jeep y a gastarse una fortuna
intentando arreglarlo? Este hombre ha proyectado en el jeep su Yo aventurero rechazado y su
Yo niño juguetón. Sus Yoes primarios son el hiperactivo y sus aliados. El jeep no es tal. Supone
el escenario para contactar con su parte aventurera y su parte lúdica que ha mantenido
enterradas durante muchos años y que intenta encontrar comprando ese jeep. El problema es
que el jeep de la segunda guerra mundial no es un jardín de juegos y lo que él desea continua
viviendo en forma de proyección, fuera de si mismo.

Un hombre se enamora de una mujer espiritual, que es discípula de un conocido gurú. Él la


juzga continuamente por su espiritualidad. Ella finalmente le deja y el se frustra. Ella lo abrasa.
Al cabo de unos meses comienza una nueva relación con una mujer que también es miembro
de la misma comunidad espiritual. El hombre está proyectando su yo espiritual rechazado en
las mujeres y las encuentra irresistibles hasta que empieza a juzgarlas. Continuará haciéndolo
hasta que sea capaz de integrar su propia naturaleza espiritual. Mientras tanto los
enjuiciamientos se seguirán dando junto con las atracciones intensas. Estas proyecciones son
un elemento clave para mantener a los psicoterapeutas ocupados. Los terapeutas reciben
proyecciones emocionales, intelectuales y espirituales de sus clientes que desean poseer estas
cualidades que reprimen.

Proyectar es semejante a un puente tendido entre nosotros hacia la otra persona o objeto.
Somos capaces de cruzar el puente y cuando llegamos al otro extremo no sólo encontramos a
la otra persona sino que descubrimos, en la mayoría de los casos, por primera vez, nuestros
propios Yoes rechazados.
Enjuiciamiento

El enjuiciamiento es una reacción hacia alguien o algo que tiene un alcancer negativo. Cuando
juzgamos sentimos que hay algo equivocado en la persona o en la cosa. Los juicios están
conectados con el sistema nervioso autónomo. Si eres capaz de sintonizar con tu cuerpo
podrás sentir el alto nivel emocional que subyace cuando juzgas. El enjuiciamiento es siempre
una función de los Yoes primarios reaccionando contra la amenaza de los Yoes rechazados.

Discernimiento

Es una evaluación objetiva sobre alguien o algo que no se basa en un Yo rechazado. No hay
una valoración negativa de la evaluación o reacción. Los enjuiciamientos se pueden
transformar en discernimientos por los procedimientos descritos en este artículo.

El Ego

El ego es un término surgido entre los siglos XIX y XX primordialmente a través de la teoría del
psicoanálisis. Originariamente se describe como la función ejecutiva de la psique. La parte de
nosotros que dirige el timón. Para nosotros el ego es simplemente el grupo de Yoes primarios
que gobierna la personalidad.

Cuando los investigadores espirituales hablan del “desprendimiento del ego” hacen una
consideración negativa del mismo porque consideran que interfiere con un desarrollo
espiritual genuino. De hecho los Yoes primarios son muy relevantes con respecto a nuestra
capacidad de usar el poder en este mundo. Nos ayudan a llevar adelante el día a día y lo hacen
lo mejor que pueden.

El truco consiste en no identificarse con ellos. Cuando intentas desprenderte de tu ego estas
en peligro de convertirte en una victima y de perder tu capacidad de ser efectivo en este
mundo.

El Ego Consciente

Cuando conseguimos tomar perspectiva de una forma de pensar o de actuar, dejamos de


identificarnos con un Yo primario. Es entonces cuando el Ego Consciente está en relación con
el Yo primario. El ego consciente es un proceso que se desarrolla cuando nos desenganchamos
de nuestros Yoes Primarios y somos conscientes y hacemos la esperiencia de nuestros Yoes
Rechazados. El proceso del ego consciente es mudable y puede ser neutralizado por un ego
primario que retoma el control por algún motivo.

El proceso del Ego Consciente comienza a dar sus frutos de forma ascendente como una
agencia de coordinación que regula los diferentes Yoes. Es en especial lo que nos capacita para
abrazar los opuestos y trabajar con ellos en nuestras relaciones. El Ego Consciente no es la
“vision lucida”. Más bien media entre la consciencia y los numerosos Yoes. La vision lucida es
un testigo de la acciòn pero no vive la vida. El ego consciente mantiene un pie en el mundo de
la vision lucida y otro pie en el mundo de los Yoes de manera que podamos realizar elecciones
apropiadas para vivir en este mundo.

El Ego Consciente no es el Yo según la terminología jungiana. Este se refiere a aquellos


elementos de la psique que están más allá de la personalidad. El Ego Consciente engloba de
una parte el nivel personal y de otra el Yo. El Ego Consciente no se puede aprehender porque
no es un objeto ni tampoco un Yo. Es un mecanismo coordinado que surge en los primeros
estadios del proceso de transformación y que tiene la finalidad de rendirse y de mediar entre
todos los Yoes.

El Ego Operativo

Cuando aprendemos a separarnos de los Yoes primarios desarrollamos la habilidad de usarlos


sin rendirnos a su control. Comenzamos a llevar las riendas de la situación en vez de dejarnos
llevar por ellos. Mientras desarrollamos esta capacidad siguen existiendo elementos del
sistema de Yoes primarios que dirigen nuestra vida sin que nos demos cuenta. Denominamos a
estos elementos el Ego Operativo. Por lo tanto el Ego Operativo es el conjunto de Yoes
primarios que continúan operando en nosotros mientras desarrollamos el ego consciente y
ambos crecen de forma inversa.

Lìmites Psicológicos

Consiste en la habilidad de decir sí o no apropiadamente. Hazte estas preguntas básicas: (1)


¿Qué estás haciendo que no quieres hacer? Y (2) ¿Qué no haces que deseas hacer?

Si eres un tipo de persona responsable entregada a los demás sufrirás por la falta de límites ya
que tú no estás siendo quién decide como actuar. Es en cambio el “ Yo que da” el que elige por
ti. Cuando perdemos nuestras barreras surge un Yo juez que enjuicia a la persona que
percibimos invasora de nuestros límites. Una falta de barreras nos hace más abiertos, nos deja
indefensos, y además alimenta el Yo juez de las demás personas. La definición de las barreras y
la toma de decisiones real eliminan nuestra necesidad de juzgar.

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