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OPTICA – VISION – LENTES

1 La visión
La luz visible es una de las formas como se desplaza la energía. Las ondas de luz son el resultado de vibraciones de
campos eléctricos y magnéticos, y es por esto que son una forma de radiación electromagnética (EM). La luz visible es
tan sólo uno de los muchos tipos de radiación EM, y ocupa un pequeño rango de la totalidad del espectro
electromagnético . Sin embargo, podemos percibir la luz directamente con nuestros ojos, y por la gran importancia que
tiene para nosotros, elevamos la importancia de esta pequeña ventana en el espectro de rayos EM. Las ondas de luz
tienen longitudes de onda entre 400 y 700 nanómetros (4 000 y 7 000 Å). A medida que el arcoiris se llena de matices,
nuestros ojos perciben diferentes longitudes de ondas de luz. La luz roja tiene longitudes de onda relativamente largas,
aproximadamente 700 nm (10-9 metros) de largo. La luz azul y la luz morada tienen ondas cortas, aproximadamente
400 nm. Las ondas más cortas vibran a mayores frecuencias, y tienen energías más elevadas. Las luz roja tiene una
frecuencia aproximada de 430 terahertz, mientras que la frecuencia de la luz azul es de aproximadamente 750
terahertz. Los fotones rojos tienen aproximadamente 1.8 electrón-Volt(eV) de energía, mientras que cada fotón azul
transmite aproximadamente 3.1 eV.

Los vecinos de la luz visible en el espectro EM son la radiación infrarroja de un lado, y luz ultravioleta del otro lado. La
radiación infrarroja tiene longitudes de ondas más largas que la luz roja, es por esto que oscila a una frecuencia menor
y lleva consigo menor energía. La radiación ultravioleta tiene longitudes de ondas más cortas que la luz azul o violeta,
por lo que oscila más rápidamente, y porta mayor cantidad de energía por protón que la luz visible. La luz viaja a la
increíble velocidad de 299 792 458 kilometros por segundo (aproximadamente 186 282.4 millas por segundo). A esta
increíble velocidad, ¡la luz podría girar más de siete veces alrededor de la Tierra en cada segundo!. La letra "c"
minúscula se usa en las ecuaciones para representar la velocidad de la luz, como es el caso de la famosa relación
entre energía y materia de Einstein: "E = mc2". Todas las formas de ondas electromagnéticas, incluyendo los rayos X y
las ondas de radio , y todas las demás frecuencias a lo largo del espectro EM, también viajan a la velocidad de la luz.
La luz viaja más rapidamente en el vacío, y se mueve más lentamente en materiales como agua o vídrio.

2 El ojo como sistema óptico

El ojo en su conjunto, llamado globo ocular, es una estructura esférica de aproximadamente 2,5 cm de diámetro con un
marcado abombamiento sobre su superficie delantera. La parte exterior, o la cubierta, se compone de tres capas de
tejido: la capa más externa o esclerótica tiene una función protectora, cubre unos cinco sextos de la superficie ocular y
se prolonga en la parte anterior con la córnea transparente; la capa media o úvea tiene a su vez tres partes
diferenciadas: la coroides —muy vascularizada, reviste las tres quintas partes posteriores del globo ocular— continúa
con el cuerpo ciliar, formado por los procesos ciliares, y a continuación el iris, que se extiende por la parte frontal del
ojo. La capa más interna es la retina, sensible a la luz.

La córnea es una membrana resistente, compuesta por cinco capas, a través de la cual la luz penetra en el interior del
ojo. Por detrás, hay una cámara llena de un fluido claro y húmedo (el humor acuoso) que separa la córnea de la lente
del cristalino. En sí misma, la lente es una esfera aplanada constituida por un gran número de fibras transparentes
dispuestas en capas. Está conectada con el músculo ciliar, que tiene forma de anillo y la rodea mediante unos
ligamentos. El músculo ciliar y los tejidos circundantes forman el cuerpo ciliar y esta estructura aplana o redondea la
lente, cambiando su longitud focal. El iris es una estructura pigmentada suspendida entre la córnea y el cristalino y
tiene una abertura circular en el centro, la pupila. El tamaño de la pupila depende de un músculo que rodea sus bordes,
aumentando o disminuyendo cuando se contrae o se relaja, controlando la cantidad de luz que entra en el ojo.
Por detrás de la lente, el cuerpo principal del ojo está lleno de una sustancia transparente y gelatinosa (el humor vítreo)
encerrado en un saco delgado que recibe el nombre de membrana hialoidea. La presión del humor vítreo mantiene
distendido el globo ocular. La retina es una capa compleja compuesta sobre todo por células nerviosas. Las células
receptoras sensibles a la luz se encuentran en su superficie exterior detrás de una capa de tejido pigmentado. Estas
células tienen la forma de conos y bastones y están ordenadas como los fósforos de una caja. Situada detrás de la
pupila, la retina tiene una pequeña mancha de color amarillo, llamada mácula lútea; en su centro se encuentra la fóvea
central, la zona del ojo con mayor agudeza visual. La capa sensorial de la fóvea se compone sólo de células con forma
de conos, mientras que en torno a ella también se encuentran células con forma de bastones. Según nos alejamos del
área sensible, las células con forma de cono se vuelven más escasas y en los bordes exteriores de la retina sólo
existen las células con forma de bastones. El nervio óptico entra en el globo ocular por debajo y algo inclinado hacia el
lado interno de la fóvea central, originando en la retina una pequeña mancha redondeada llamada disco óptico. Esta
estructura forma el punto ciego del ojo, ya que carece de células sensibles a la luz. El ojo humano es receptivo a la
radiación electromagnética que denominamos luz visible y que notaremos como distribución espectral por L ( ), siendo
la longitud de onda. Al intervalo de valores de que va de 350nm (nanometros) a 780nm lo llamaremos luz visible. La
distribución de la sensibilidad del ojo a las distintas longitudes de onda tiene forma de campana con un valor máximo
para los conos en torno a los 600 nm y un máximo para los bastones en torno a los 500 nm.
Los conos son células sensibles a la luz que se encuentran situadas en la retina de los vertebrados, en la llamada capa
de conos y bastones. Reciben este nombre por su forma conoidea. Estas células son las responsables de la visión en
colores. En la zona central de la retina (fóvea), la cantidad de conos es mayor, su número desciende a medida que nos
acercamos a la perifería. En la especie humana y en muchos otros primates, existen tres tipos diferentes de conos,
cada uno de ellos es sensible de forma selectiva a la luz de una longitud de onda determinada, verde, roja y azul. Esta
sensibilidad especifica se debe a la presencia de unas sustancias llamadas opsinas. La eritropsina tiene mayor
sensibilidad para las longitudes de onda largas de alrededor de 560 nanómetros (luz roja), la cloropsina para longitudes
de onda medias de unos 530 nanómetros (luz verde) y por último la cianopsina con mayor sensibilidad para las
longitudes de onda pequeñas de unos 430 nanómetros (luz azul). El cerebro interpreta los colores a partir de la razón
de estimulación de los tres tipos de conos.

Existen mamíferos nocturnos que poseen solamente uno de estos pigmentos, mientras que algunas aves y reptiles
tienen cuatro y son capaces de detectar la luz ultravioleta no visible para los humanos. Las señales generadas en los
conos se transmiten en la retina a las células bipolares que conectan con las células ganglionares de donde parte el
nervio óptico que envia la informacion al cerebro.Los bastones son células fotorreceptoras de la retina responsables de
la visión en condiciones de baja luminosidad. Presentan una elevada sensibilidad a la luz aunque se saturan en
condiciones de mucha luz y no detectan los colores. Se ubican en casi toda la retina exceptuando la fóvea. Contienen
rodopsina, que es una proteína que presenta una mayor sensibilidad a las longitudes de onda cercanas a 500
nanómetros, es decir, a la luz verde azulada.

Los bastones se conectan en grupo y responden a los estímulos que alcanzan un área general, pero no tienen
capacidad para separar los pequeños detalles de la imagen visual. La diferente localización y estructura de estas
células conduce a la división del campo visual del ojo en una pequeña región central de gran agudeza y una zona
periférica de menor agudeza, pero con gran sensibilidad a la luz. Así, durante la noche, los objetos se pueden ver por la
parte periférica de la retina cuando son invisibles para la fóvea central. Los bastones son más delgados que los conos,
el diámetro de sus segmentos internos es de aproximadamente 2 micras. Los segmentos externos de los bastones
están formados por discos membranosos aislados de la membrana plasmática, donde se encuentra la rodopsina. Estos
discos están continuamente renovándose. Los discos antiguos se van desplazando hacia la zona del epitelio
pigmentario, donde son fagocitados y convertidos en fagosomas durante el ciclo diurno, sobre todo al amanecer. Estas
células son muy sensibles, capaces de detectar la energía de un sólo fotón y las responsables por tanto de que sea
posible la visión nocturna.

En los fotorreceptores se produce una transducción foto-quimio-eléctrica que da lugar a que en la terminal sináptica se
libere mayor o menor cantidad de NT en relación con la magnitud del potencial receptor. La estimulación de los
fotorreceptores se inicia por la absorción de la luz por el pigmento visual y el efecto fotoquímico correspondiente; ello
lleva consigo cambios de permeabilidad iónica y génesis de potencial receptor que, desde el segmento externo, pasa al
segmento interno y se transmite a la región sináptica donde, mediada por un transmisor, la señal alcanza otras
neuronas retinianas (bipolares y horizontales). Los fotorreceptores son distintos al resto de receptores sensoriales pues
no detectan impulsos nerviosos típicos; sin embargo, en los bastones y conos, al ser alcanzados por la luz, se
establecen unas ciertas condiciones físico-químicas que van a desencadenar el impulso de otras células nerviosas.
Donde si se detectan los impulsos nerviosos es en el nervio óptico, por fibras nerviosas de las células ganglionares. Sin
lugar a equivocarnos, la fotoquímica de la visión es el mecanismo más complicado y preciso de los sentidos. Este
complejo mecanismo lo estudiamos en tres apartados: ciclo del pigmento visual, generación del potencial receptor y
adaptación a la luz y oscuridad.Las teorías sobre la visión de los colores deben de explicar los hechos señalados. La
más aceptada es la siguiente: Teoría de Young-Helmholtz. En los conos existirían tres sustancias químicas sensibles,
una a la luz roja, otra a la verde y la tercera a la violeta. Esta sustancia se descompone y estimula ciertas fibras
nerviosas que llevan sus impulsos a la corteza visual. La sensación de rojo, verde o violeta se debería a la estimulación
de la sustancia correspondiente por la luz; la de los otros colores del espectro y la del blanco, por la estimulación de los
tres receptores en grado variable; la del negro, por la falta de estimulación. Esta teoría explica bien algunos hechos: a)
la ceguera a un color, que se debería a la falta de la sustancia correspondiente; b) la mezcla de colores, que se
relacionaría con la estimulación de varias de ellas; c) las posimágenes positivas, que se explicarían por la continuación
de la descomposición de la sustancia al cesar el estímulo, o las negativas, que derivarían de la disminución de una
sustancia y de la persistencia de las otras dos, que se excitarían con los colores restantes al mirar la superficie blanca.
Esta teoría tiene también algunas objeciones serias. Por ejemplo, no explica la visión del blanco y el gris en la periferia
de la retina ni explica la visión del amarillo más allá de la zona del rojo y el verde, que son sus colores formadores.
Finalmente no se comprende la ceguera total al color cuando hay visión conservada de los objetos.

Los ojos son capaces de adaptarse a niveles altos y bajos de intensidad luminosa. Cuando la
retina está en condiciones de oscuridad, se encuentran abiertos una serie de canales iónicos a
nivel de los segmentos externos de los fotorreceptores que permiten la entrada
fundamentalmente de iones Sodio. Esta entrada de Sodio, despolariza parcialmente a los
fotorreceptores, permitiendo la liberación de neurotransmisor a nivel de sus terminales
sinápticos.

3 LA VISION DEFECTUOSA Y SUS FORMAS DE CORRECCION

Los rayos de luz penetran en el ojo después de pasar por la córnea, a través de la pupila. El
cristalino, que es una lente deformable, modificando su espesor y su forma, varía su distancia focal
para formar las imágenes en la retina. Esta variación, la acomodación, es un proceso involuntario
que realizan los músculos ciliares y está limitado por la elasticidad del cristalino.

El punto próximo es el más cercano al ojo que puede verse con nitidez.

El punto remoto es el más alejado que se puede observar con nitidez y para un ojo normal está
en el infinito. El ojo no experimenta acomodación cuando mira al punto remoto.

Una persona tiene vista normal, o emétrope, cuando puede ver claramente los objetos que se
encuentran desde el infinito hasta ese punto próximo.

Defectos comunes de la visión

Miopía

Imagen 37. Elaboración propia.

La miopía se debe a una deformación por alargamiento del globo ocular (o por exceso de curvatura
de la cornea). En un ojo miope, el cristalino enfoca correctamente en la retina los objetos cercanos,
pero no enfoca sobre la retina los rayos procedentes del infinito sino en un punto delante de la
retina. El punto remoto y el punto próximo están más cerca de lo normal. La consecuencia es una
visión borrosa de los objetos lejanos.

La miopía se corrige con el uso de lentes divergentes, de modo que el foco imagen de la lente
coincida con el punto remoto del ojo.

EJEMPLOS DE APLICACIONES MEDICAS

Dentro de este amplio espectro son evidentes las ventajas que puede aportar el uso de
la fibra óptica como ayuda a las técnicas endoscópicas clásicas y, de hecho, están siendo
sustituidos los sistemas tradicionales por los modernos fibroscopios. Diversos aparatos
como laringoscopios, rectoscopios, broncoscopios, vaginoscopios gastroscopios y
laparoscopios, incluyen ya esta tecnología, la cual nos permite con gran precisión la
exploración de cavidades internas del cuerpo humano.

Los campos generales de empleo en medicina son:


– Diagnóstico: complementa a la radiología, al proporcionar visiones cercanas y amplificadas de puntos concretos y
permitir la toma de muestras.

– Terapéutico: permiten la actuación quirúrgica en vías biliares para eliminar cálculos, extraer cuerpos extraños, etc.

– Postoperatorio: observación directa y prácticamente inmediata a la operación de las zonas afectadas.

Las operaciones transatlánticas gracias a los inmensos anchos de banda y a la velocidad a la que viaja la información a
través de este medio, hoy en día ya es posible que, un cirujano pueda operar a un paciente interactuando en tiempo real
mediante altas tecnologías sobre un paciente que se encuentra en otro continente.

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