A grandes rasgos, en la boca puede haber bacterias aerobias y anaerobias, ambas
grampositivas y gramnegativas. Entre las bacterias anaerobias pueden sonarnos ya algunos nombres como lactobacillus o actinobacillus. En el caso de las bacterias aerobias, el tipo de género al que pertenecen, como staphylococcus o streptococcus, puede resultarnos también cada vez más familiar.
Problemas orales provocados por bacterias
Como hemos dicho, muchas bacterias habitan en nosotros realizando funciones
positivas para nuestro cuerpo. Sin embargo, hay otras que generan daño. En el caso de la boca, los patógenos bacterianos provocan:
Periodontitis: esta inflamación de las encías con pérdida de hueso alrededor de
los dientes se produce por efecto de la placa bacteriana, que no es otra cosa que una biopelícula bacteriana que se forma sobre la superficie dura del diente y en la encía que lo sustenta. Las rugosidades y profundidades del esmalte dental ayudan a las bacterias a adherirse al fondo de los surcos, resistiendo la acción de la saliva. Las bacterias anaerobias quedan en la parte profunda de la placa bacteriana y las aerobias en la superior. Caries: las bacterias transforman los azúcares y los almidones en ácidos, que disuelven el esmalte de los dientes -desmineralización- y crean orificios que pueden llegar hasta la pulpa dental. Mal aliento: hay distintas bacterias que contribuyen a tener halitosis o mal aliento. Por ejemplo, las gramnegativas descomponen alimentos proteicos o grasos, además de la sangre y las células, lo que genera compuestos del azufre responsables del mal olor de boca.