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Utilitarismo

El utilitarismo es una teoría ética que sostiene que hay que actuar de formas
que provoquen tanta felicidad en el mundo como sea posible. Esta teoría
sostiene principalmente tres cosas:

(1) Lo que es bueno para las personas es que la cantidad de felicidad (o la


satisfacción de los deseos) sea lo más alta posible.

(2) En general lo que es mejor es que la suma total de la felicidad sea lo más
alta posible.

(3) Debemos actuar de manera que aumente la suma total de la felicidad.

Una forma particular de utilitarismo no se centra en la suma total de bienestar y


sufrimiento, sino en la minimización de la suma total de sufrimiento. Este punto
de vista se llama utilitarismo negativo. Otra perspectiva sostiene que no
debemos aumentar la suma total de la felicidad (que podría conducir a una
entidad que goce de gran satisfacción mientras todos los demás sufren), sino
el término medio de felicidad que disfrutan todas las personas sensibles. Esta
teoría es conocida como “utilitarismo promedio”. El utilitarismo estándar, sin
embargo, sostiene que debe existir tanta felicidad como sea posible, la cual se
calcula al considerar toda la felicidad positiva que existe y restándole todo el
sufrimiento que existe.
De acuerdo con el utilitarismo, el bienestar de cada individuo debe ser tomado
en cuenta. Si en nuestras decisiones morales no tomamos en cuenta los
intereses de alguien que tiene experiencias positivas o negativas, entonces no
estamos tomando en cuenta la suma total de la felicidad. Esto significa que la
discriminación contra los animales sensibles no humanos, que tienen
experiencias o preferencias positivas y negativas, es incompatible con una
teoría como el utilitarismo. Esta teoría ha de tener en cuenta cada parte de
sufrimiento y cada parte de felicidad, lo que implica tener en cuenta tanto las
experiencias de los animales no humanos, como las de los humanos. Por esta
razón, los primeros teóricos utilitaristas, como Jeremy Bentham,1John Stuart
Mill2 y Henry Sidgwick,3 abogaban por la consideración moral de los animales
no humanos. Ellos afirmaban que sus intereses deben ser respetados en igual
medida que los de los seres humanos. Sin embargo, no pudieron ver las
consecuencias prácticas que se derivan de ello, como el rechazo a la
explotación animal. Recientemente teóricos como Peter Singer 4 y Gaverick
Matheny5 han examinado las consecuencias de la inclusión de los intereses de
los animales no humanos que implica el utilitarismo.

Según el utilitarismo, el uso de animales no humanos puede ser aceptable


solamente si la felicidad que brinda su explotación es mayor que el daño que
causa. Pero es muy difícil de imaginar alguna forma en la cual esto podría ser
posible. Los animales no humanos son abrupta y dolorosamente privados de
su vida después de haber sido privados de la mayor parte de las experiencias
positivas que podrían haber tenido, y después de haberlos hecho sufrir
terriblemente.

Sinceramente, nadie puede aceptar de buena gana ser sometido a los daños
que sufren los animales no humanos que son explotados y asesinados para el
consumo a cambio de la posibilidad de degustar productos de origen animal o
disfrutar de los beneficios del uso de los animales de otras formas. Si ese fuera
el precio a pagar para poder consumirlos y si estuviéramos en el lugar de los
animales no humanos, encontraríamos que ese trato es inaceptable, y
consideraríamos que es un precio demasiado alto a pagar por los placeres de
la alimentación animal. Debido a que la producción de tales placeres
momentáneos causa tanto sufrimiento, la utilización de animales no aumenta la
suma de la felicidad en el mundo, sino que en realidad la disminuye, y mucho.
Por lo tanto, según el utilitarismo, este tipo de explotación no puede ser
considerada moralmente legítima.

Además, el utilitarismo no puede simplemente aceptar que no deberíamos


hacer nada en relación a los daños sufridos por los demás, incluso cuando no
somos nosotros los que hemos causado esos daños. El utilitarismo reclama
que deberíamos preocuparnos por la felicidad de todos los que pueden ser
felices. Si hay algo que reduce la felicidad de los animales, entonces
deberíamos tratar de luchar contra ello, sea lo que sea. Por lo tanto, debido a
las muchas formas terribles en las que los animales salvajes son dañados en la
naturaleza , su situación tiene que ser muy importante, tanto para los
utilitaristas, como para los que siguen otros enfoques éticos.

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1 Bentham, J. (1996 [1781]) Introduction to the principles of moral and
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2 Mill, J. S. (1969) Whewell on moral philosophy, in Collected works, vol. X,


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3 Sidgwick, H. (1907 [1874]) The methods of ethics, 7th ed., London: Macmillan,
p. 414.

4 Singer, P. (2009 [1979]) Ética práctica, Tres Cantos: Akal.

5 Matheny, G. (2006) “Utilitarianism and animals”, en Singer, P. (ed.) In


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Tomado de: http://www.animal-ethics.org

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