Con un curso de sur a norte pasa al oeste del caserío Todos Santos y más al norte, al este del casco de la hondonada Jolomquén o Pueblo Viejo. Al noreste del paraje El Injerto recibe las aguas del río San Ramón. El Río Ixcán se encuentra entre las coordenadas latitud 16°04’24”, longitud 91°04’15”. En territorio guatemalteco recorre unos 60 kilómetros. Ojo de Agua 1963 I; San Luís Ixcán 1963 II. DESCUBRI
Históricamente se ha comprobado que los ríos San
Ramón e Ixcán, origen del Lacantún, así como este último, fueron descubiertos y explorados a finales del siglo XVII. Consta que en ocasión de la expedición al Lacandón que realizó en 1695 el Presidente de la Real Audiencia don Jacinto Barrios Leal, una columna de españoles al mando del capitán Melchor Rodríguez Mazariegos, en camino hacia lo que se creía ser el Lacandón (cuya conquista preocupó tanto a la Real Audiencia de Guatemala y que en esta ocasión no se pudo realizar, sino que fue la causa de la muerte de Barrios Leal por una enfermedad que contrajo en la campaña), llegó a un río que corría por un lecho profundo, entre dos riberas muy escarpadas, al cual dieron el nombre de San Ramón. Siguiendo el curso el río se encontraron en la confluencia de otro más grande y anchuroso, el actual Ixcán, al cual llamaron río de San José. La expedición recorrió algo más este territorio y halló algunas viviendas que suponían ser de lacandones. Cuando un año más tarde, en 1696, otra columna renovó tan dificultosa hazaña, los españoles se aventuraron a seguir el curso del Lacantún en quince embarcaciones o piraguas de troncos de árboles construidas por ellos, ya que los indios les habían asegurado que era posible llegar por ese camino a Cobán y a la laguna del Itzá, hoy lago Petén Itzá, lo cual tanto el dominico fray Agustín Cano como el cronista fray Francisco Ximénez contradijeron con hechos. Los de la segunda expedición navegaron por el Lacantún en un trayecto de unas 32 leguas (aproximadamente 128 kilómetros), remontando su curso y llegaron al río Usumacinta, que también remontaron y se entraron por el río de La Pasión.
Como efectivamente no podían encontrar por ese
rumbo el lago que buscaban, se volvieron a la villa de Nuestra Señora de los Dolores, edificada por los españoles en el centro de la Lacandonia, para concentrar a las tribus indias de la región. A fines del siglo pasado, en abril 1899, el ingeniero Otto Preiser partió del lugar de San Jorge, en el Ixcán, con el fin de reconocer el río y verificar sus condiciones de navegación, entrando al séptimo día en el Usumacinta, después de un recorrido de unos 230 kilómetros, según figura en un expediente del entonces Ministerio de Fomento, relativo a la navegación de ese año realizado por el río Ixcán.