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LECTURA COMPLEMENTARIA Nº 1
Deuda y
Desarrollo
Valor de la deuda
por ende, aun los proyectos con un valor neto
actual positivo no pueden reducir el endeu-
damiento de la firma ni aumentar el valor de
esta (Myers, 1977). El concepto de sobreen-
deudamiento se trasladó a la bibliografía
sobre finanzas internacionales a mediados de
los años ochenta, cuando la crisis de la deuda
motivó una serie de artículos influyentes de
Krugman (1988, 1989) y Sachs (1989). Estos Nivel de deuda
1
Esta aseveración tiene como base la posibilidad de que la falta de capital humano pueda conducir a bajos rendi-
mientos de las inversiones, aun en los países con escasez de capital (Lucas, 1990).
DEUDA Y DESARROLLO 205
recursos necesarios para amortizar la deuda. Por consiguiente, los extranjeros obtendrían
altos rendimientos de los préstamos a los países en desarrollo y tendrían así un incentivo
para suministrar a esos países el capital necesario para equilibrar las ganancias con las
inversiones.
Lamentablemente, el mundo real no es perfecto. Los políticos pueden olvidar los proyec-
tos de alta rentabilidad y endeudarse excesivamente para financiar proyectos que son “ele-
fantes blancos” sólo para satisfacción de su ego o de un sector determinado del electorado.2
2
Quizá las instituciones deficientes o la falta de capacidad del gobierno impidan, alternativamente, que el gobierno
defina los proyectos de inversión más productivos. Pritchett (1999) brinda varios ejemplos demostrativos de que la
inversión pública no determina, necesariamente, una acumulación de capital.
206 CAPÍTULO 10
También pueden afanarse por maximizar sus probabilidades de reelección financiando auges
del consumo (el capítulo 9 incluye un análisis de las distintas teorías de Economía política
2,0
sobreendeudamiento. Un problema
de dichos estudios es que dieron por
1,5
sentada la existencia de una relación
lineal entre deuda y crecimiento y, por
ende, no dejaron margen para la posi- 1,0
alta rentabilidad) y de que los niveles Deuda como porcentaje del PIB
3
Este énfasis en el endeudamiento público llevó a la doctrina de Lawson, según la cual sólo la deuda pública externa
genera vulnerabilidades. Varias oleadas de crisis de deuda desacreditaron la doctrina de Lawson (Edwards, 2001).
DEUDA Y DESARROLLO 207
de endeudamiento altos pudieran ser negativos para el crecimiento, debido a los efectos
del sobreendeudamiento. En trabajos recientes (resumidos en el cuadro 10.1) se reconoce
explícitamente la posibilidad de una relación no lineal entre deuda y crecimiento. Pattillo,
Poirson y Ricci (2002) y Clements, Bhattacharya y Quoc Nguyen (2003) concluyen que los
niveles de deuda reducidos tienen un efecto positivo en el crecimiento, pero que este llega
al máximo con niveles de deuda intermedios (el punto A en el gráfico 10.1 es el umbral del
sobreendeudamiento) y se torna negativo cuando la deuda llega a otro umbral (punto B en
el gráfico 10.1). La diferencia clave entre esos dos estudios reside en el umbral estimado. El
primer estudio considera que el nivel de deuda que maximiza el crecimiento es 10% a 20%
del PIB, mientras que el segundo (que utiliza la misma metodología pero se concentra en
208 CAPÍTULO 10
una muestra de países de bajo ingreso) concluye que el crecimiento llega al máximo cuando
la deuda representa alrededor de 50% del PIB. Esta diferencia respecto del punto crítico es
res también proporcionan tests directos para los canales por medio de los cuales la deuda
puede reducir el crecimiento y concluyen que, en realidad, los episodios de sobreendeuda-
4
Pattillo, Poirson y Ricci (2004) también someten a prueba los canales por los que la deuda afecta al crecimiento y
concluyen que el efecto se produce mediante la acumulación de factores (como la inversión en capital humano y
material) y la productividad.
5
Sin embargo, Tanzi y Chalk se concentran en las economías avanzadas. La reproducción de los análisis estadísti-
cos de Pattillo, Poirson y Ricci (2002) y de Cordella, Ricci y Ruiz-Arranz (2005) que utilizan la deuda pública total se
complica por el hecho de que pocos países en desarrollo cuentan con series largas de deuda pública interna (véase
el capítulo 2). Empero, un análisis con base en los datos reunidos por Jaimovich y Panizza (2006b) sugiere que en la
relación entre deuda y crecimiento predomina el componente externo de la deuda.
6
Esta es una aseveración aventurada que supone implícitamente que las otras formas de financiamiento provocan
más distorsión que la emisión de deuda pública.
7
El capítulo 8 incluye un análisis de estos aspectos.
210 CAPÍTULO 10
expectativas inflacionarias puede crear un clima de incertidumbre ante el cual los agentes
se muestren reacios a comprometerse con contratos a largo plazo y eso puede traducirse
En el análisis precedente cobró relieve la idea de que la deuda puede afectar el crecimiento
por medio de la productividad y la acumulación de factores, y se sugirió que los niveles más
altos de deuda pública pueden ejercer una influencia negativa en los componentes más pro-
ductivos del gasto público.8 Salvo que constituya un despilfarro absoluto, es posible que la
inversión pública en infraestructura esté relacionada con la acumulación de capital material
y que el gasto social esté asociado con la acumulación de capital humano.9 Por eso, es im-
portante que se considere si existe una relación entre la deuda pública y estos componentes
del gasto público.
anterior.
Fuente: Cálculos basados en Calderón y Servén (2004).
Numerosos estudios se han concen- Nota: Basado en datos que incluyen a Argentina, Bolivia,
trado en la relación entre la composición Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, México, Perú y Venezuela.
8
Esta sección se nutre en gran medida de Lora y Olivera (2006) y Lora (2006).
9
Canning y Bennathan (1999) muestran que la inversión en infraestructura puede tener un alto grado de rentabilidad
social en países que se caracterizan por problemas de infraestructura. Reinikka y Svensson (1999) también muestran
que una inversión pública insuficiente puede surtir un considerable efecto negativo en la inversión privada. Sin em-
bargo, Pritchett (1999) advierte que la inversión pública no determina necesariamente una acumulación de capital.
Con respecto a la acumulación de capital humano, Pritchett (2001) no encuentra correlación entre un incremento en
educación y el crecimiento del PIB por trabajador.
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del gasto público y los ajustes fiscales,10 pero hay poca investigación sobre la relación entre
la inversión pública y el endeudamiento, y sus resultados no son muy concluyentes. Mientras
10
Hicks y Kubisch (1984) y Hicks (1989) consideran que el gasto de capital es el más expuesto a reducciones durante
los períodos de ajuste fiscal. Diamond y Heller (1990) se concentran en una muestra de países en desarrollo durante
el período 1975-1986 y concluyen que los virajes en la composición del gasto público tienden a ser más pronunciados
contra los activos fijos y las transferencias de capital. Coincidentes con esos estudios, Calderón, Easterly y Servén
(2003) calculan que en América Latina las rebajas de las inversiones en infraestructura contribuyeron a la mitad, o
más, del ajuste fiscal realizado durante los años ochenta y noventa.
212 CAPÍTULO 10
La acumulación de capital humano es otro canal por el que la deuda pública puede afectar
el crecimiento económico y, si se usa correctamente, el gasto social puede promover la
acumulación de capital humano. El conflicto entre el cumplimiento de los compromisos de la
deuda pública y el alivio de las penurias de los pobres es un tema de debate reiterado entre
los activistas sociales y los políticos de los países en desarrollo. Por ejemplo, participantes
en el Foro Social Mundial que tuvo lugar en Porto Alegre, Brasil, en 2002, sostuvieron que
los pagos de la deuda externa absorben un monto sustancial de recursos y que los países
pobres en desarrollo deberían detener la amortización de su deuda de manera que los fon-
dos destinados a esa finalidad se reencaucen hacia el financiamiento de un desarrollo justo
desde el punto de vista social y sostenible desde el punto de vista ecológico (Toussaint y
Zacharie, 2002). El alivio de la deuda, ya sea concedido por los prestamistas o logrado de
modo unilateral por la simple vía de la cesación de pagos, a menudo suele considerarse una
vía expedita de incremento del gasto público social y de mejoramiento del bienestar de los
11
El coeficiente más bajo proviene del modelo estadístico que incluye el equilibrio fiscal y sugiere que una parte
del incremento de la IPI obedece a la flexibilización de la disciplina fiscal asociada con períodos de expansión de la
deuda.
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pobres. Al respaldar la Iniciativa para los PPME, el Banco Mundial y el FMI sostuvieron que el
alivio de la deuda también puede usarse para liberar recursos a fin de incrementar el gasto
12
Hicks y Kubisch (1984) y Hicks (1989) consideran que el gasto social se encuentra bien protegido durante los pe-
ríodos de restricción fiscal, conclusión que confirma Baqir (2002) sobre la base de una muestra de países mucho
más amplia.
13
Es interesante que este estimado sea de magnitud similar (pero con signo opuesto) al que se obtiene al calcular los
efectos de la deuda en la IPI. Esto sugiere que entre ambas clases de gasto hay efectos compensatorios.
214 CAPÍTULO 10
puntos porcentuales (conclusión coincidente con la de trabajos anteriores según los cuales
los gastos sociales son resistentes a los ajustes fiscales). Irónicamente, esto amplifica el
14
Estos resultados deben interpretarse con cautela, porque el crédito oficial (especialmente el del FMI) tiende a
aumentar durante los períodos de crisis. Sin embargo, este problema de simultaneidad debería sesgar los resultados
en contra de las conclusiones de Lora y Olivera (2006).
15
Cuando se expresa como proporción del PIB, en América Latina el gasto social se encuentra 1,7 punto porcentual
por debajo del promedio de los países en desarrollo. La mayor parte de esta diferencia corresponde a la educación,
donde el margen equivale a 1,2% del PIB. Empero, cuando el gasto social se mide como proporción del gasto prima-
rio, se comprueba que en América Latina es más alto que en el resto del mundo en desarrollo. Por consiguiente, si
la región gasta demasiado poco en los sectores sociales, se debe a los bajos niveles de gasto público total que la
caracterizan.
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que en el del resto del mundo en desarrollo. Cuando en América Latina el endeudamiento
aumenta un dólar, el gasto social disminuye tres centavos más que en otras regiones
Los partidarios del alivio de la deuda sostienen que la cancelación de las obligaciones de
los países más pobres conlleva varias ventajas potenciales. En primer lugar, es un ejercicio
de transparencia, pues varias instituciones otorgan alivio a sus deudores reestructurando
16
En América Latina la mayor sensibilidad de los gastos sociales a los pagos de intereses de la deuda es más notoria
cuando se considera la proporción del gasto social dentro del gasto total.
216 CAPÍTULO 10
1. ¿Ha servido el alivio para lograr una reducción permanente de los niveles de deuda?
2. ¿Ha servido el alivio para incrementar el crecimiento del PIB y del gasto social?
3. ¿Es preferible el alivio de la deuda a la asistencia?
4. ¿Brinda el alivio de la deuda recursos adicionales?
La experiencia sugiere que la respuesta a este interrogante es matizada. Easterly (2002) es-
tudia el comportamiento de un conjunto de países que recibieron un alivio sustancial de sus
deudas y constata que el valor neto actual del servicio de la deuda de esos países aumentó
durante el período de implementación de las iniciativas de alivio. ¿Cómo puede conciliarse
el incremento de la deuda con un esfuerzo considerable para aliviarla? Una posible explica-
ción es la mala suerte, pero Easterly no constata que los PPME hayan sufrido peores shocks
que otros países en desarrollo. La explicación por la que se inclina es que los altos niveles
de deuda obedecen a la presencia de gobiernos con una tasa de descuento alta (lo que en
la jerga económica quiere decir impaciencia, o afán de consumir hoy sin preocuparse de-
masiado por lo que pueda acaecer mañana), que siempre toman todos los préstamos que
tienen a su alcance. Si mayores niveles de endeudamiento se deben a la elevada tasa de
descuento del gobierno y el alivio de la deuda no afecta dicha tasa, el alivio de la deuda será
inútil en el largo plazo y provocará un auge del consumo meramente temporal.17 Easterly
afirma que los datos respaldan esta interpretación. Estudia en particular los resultados del
alivio de la deuda de 41 PPME y comprueba que durante el período 1989–1997 ese alivio as-
cendió a US$33.000 millones y, al mismo tiempo, los países beneficiarios asumieron nuevas
obligaciones por un monto de US$41.000 millones, en consonancia con la idea de que el
alivio de la deuda conduce a un nuevo endeudamiento.
17
Peor aún, el alivio de la deuda puede obrar como un incentivo pernicioso, porque los países pueden endeudarse
y postergar las reformas, previendo que eventualmente habrán de beneficiarse de un programa de condonación de
deudas.
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Sin embargo, una prueba formal arroja conclusiones menos llamativas. Una regresión
del nuevo endeudamiento en el alivio de la deuda indica que por cada 1% del PIB de alivio,
hay 0,34% del PIB de nuevo endeudamiento neto, lo cual sugiere que un dólar de alivio de la
deuda produce una reducción efectiva de esta de aproximadamente 65 centavos. Además,
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la iniciativa de alivio más reciente posiblemente rindió mejor resultado que las anteriores,
quizá porque la Iniciativa para los PPME está condicionada a la aplicación de políticas ma-
En cuanto a la utilidad del alivio de la deuda para lograr un aumento del crecimiento del
PIB y del gasto social, tampoco hay una respuesta clara. Arslanalp y Henry (2005, 2006b)
brindan pruebas convincentes de que el alivio de la deuda es beneficioso para los países
que tienen un problema de sobreendeudamiento y, en particular, muestran que la reducción
obtenida merced al Plan Brady rindió efectos favorables tanto para los prestamistas como
para los prestatarios. No obstante, estos autores sostienen que si bien el alivio de la deuda
puede ser beneficioso para países de ingreso mediano, los PPME no tienen un problema de
sobreendeudamiento porque en ellos el obstáculo principal para las inversiones no es una
deuda excesiva sino la falta de instituciones de mercado básicas. Bird y Milne (2003) tam-
bién sostienen que el sobreendeudamiento no importa en el caso de los países de ingreso
18
Quizás esto no obedezca al gasto excesivo sino a shocks externos negativos no tenidos en cuenta en los cálculos
de la Iniciativa para los PPME. Sin embargo, en una evaluación de dicha iniciativa realizada por el Banco Mundial
(2006) también se sugiere que varios países participantes están volviendo a endeudarse en un grado considerable.
19
Easterly (2006) ofrece una crítica de los planes de Sachs y de las Naciones Unidas. Sen (2006) presenta una crítica
de la opinión de Easterly.
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bajo, porque estos países reciben una transferencia positiva neta de recursos. Además, si
bien los altos niveles de endeudamiento pueden afectar el crecimiento incrementando las
20
Los resultados de Hepp (2005) deben tomarse con cautela porque cuando emplea una medida alternativa (admi-
tiendo que es menos precisa) del alivio de la deuda, obtiene el resultado contrario.
222 CAPÍTULO 10
21
La conclusión de Cordella, Ricci y Ruiz-Arranz (2005) en el sentido de que quizá la deuda no influye en el creci-
miento de los países con políticas inadecuadas concuerda con esta interpretación.
22
Véase, por ejemplo, Rajan (2005a). Por flujo neto de recursos se entiende la afluencia total de capitales (asistencia
y préstamos nuevos) menos los egresos (principalmente servicio de la deuda).
23
El crédito defensivo se caracteriza por ser una situación en la cual los acreedores brindan nuevo financiamiento
para evitar reconocer en forma explícita que el país deudor se encuentra en cesación de pagos. Marchesi y Missale
(2004) aportan pruebas sólidas de crédito defensivo y de asistencia defensiva.
24
Por supuesto, el alivio de la deuda también está condicionado por ciertas actividades y políticas, pero es posible
que las condiciones sean menos dispendiosas que las impuestas con los préstamos tradicionales.
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a favor de la asistencia. Los que consideren que esas instituciones sólo generan un aparato
burocrático inútil y derrochan recursos, se volcarán hacia el alivio de la deuda.
res y de los donantes (gráfico 10.5). Porcentaje del PIB Porcentaje del PIB de la
Una evaluación de la Iniciativa para de los PPME (eje de OCDE (eje de la derecha)
la izquierda)
los PPME realizada por el Banco Mun-
dial (2006) en la que se usaron datos Fuente: Cálculos de los autores basados en datos del cuadro 8
mucho más recientes ofrece una opi- de Arslanalp y Henry (2006a).
nión más positiva de la adicionalidad
potencial de la iniciativa y muestra que
desde 2000 ha habido un incremento sustancial de las transferencias netas de recursos a
los PPME. Esta evaluación en particular constata que las transferencias anuales netas a los
28 PPME que alcanzaron el punto de decisión, aumentaron de US$7.300 millones en 2000 a
US$15.800 millones en 2004 y que más de la mitad de ese incremento se debió al alivio de la
deuda. En el mismo estudio también se llevó a cabo un ejercicio hipotético para determinar
224 CAPÍTULO 10
qué habría ocurrido sin el alivio de la deuda y se comprobó que la Iniciativa para los PPME
aportó recursos adicionales a por lo menos 17 de los 28 PPME considerados.
La deuda pública bien usada puede ser un poderoso instrumento de desarrollo económico,
pero las distorsiones políticas pueden arrastrar al sobreendeudamiento, y la volatilidad de
los mercados de capital puede provocar inestabilidad económica, aun con niveles de deuda
moderados. El mensaje central de este capítulo se resume en que no es fácil determinar la
relación entre deuda y desarrollo económico, pero hay cierta evidencia de que los niveles
moderados de endeudamiento pueden promover el crecimiento, mientras que el aumento
de esos niveles probablemente tenga efectos negativos en el crecimiento. El problema que
se plantea para derivar implicaciones prácticas de política basadas en estos resultados es
que, dependiendo de las economías y las estructuras de la deuda de los países, “moderado”
puede tener significados muy diversos. De hecho, uno de los temas principales de este in-
forme es que los niveles de deuda constituyen sólo uno —y quizá no el más importante— de
los factores determinantes de las vulnerabilidades de la deuda.
En el capítulo también se estudia la relación entre los niveles de deuda y la composición
del gasto público y se proporciona evidencia de que, mientras los países latinoamericanos
se endeudan, al menos en parte, para financiar inversiones en infraestructura,25 los niveles
de endeudamiento más altos surten efectos negativos en el gasto social.
Finalmente, se hace notar que todavía es mucho lo que se ignora acerca de la forma
en que el alivio de la deuda afecta el crecimiento económico y la reducción de la pobreza.
Los dos interrogantes clave que no tienen respuesta son si existe alguna relación entre el
alivio de la deuda y más y mejores políticas de reducción de la pobreza y un mayor índice
de crecimiento, y si las iniciativas de alivio de la deuda aportan recursos adicionales o sólo
desplazan la asistencia y el crédito concesionario.
Aunque la ausencia de buenos datos ha sido uno de los escollos principales para las
evaluaciones detalladas de iniciativas de alivio de la deuda en el pasado, un aspecto po-
sitivo de la Iniciativa para los PPME es que la función coordinadora de las instituciones
financieras multilaterales y la necesidad de que esas instituciones realicen evaluaciones
internas de la iniciativa han enriquecido de manera notable la información disponible para
la comunidad académica. Además, la notoriedad de la iniciativa brinda incentivos para la
evaluación pormenorizada del alivio de la deuda no sólo entre las instituciones financieras
internacionales sino también en las comunidades académicas y en las entidades sin fines de
lucro. La reciente evaluación actualizada de la Iniciativa para los PPME realizada por el Banco
Mundial (2006) es un paso encomiable en este sentido y, aunque algunos resultados de esa
evaluación todavía no son concluyentes, es importante notar que lo mismo ocurrió con las
primeras evaluaciones del canje Brady (Husain y Diwan, 1989; Fernández-Arias, 1993), que
ahora se considera un programa de alivio de la deuda sumamente fructífero.
25
En particular en el capítulo se muestra que en América Latina la deuda pública se asocia positivamente con la in-
versión pública en infraestructura. No se aborda la cuestión más compleja de la medida en que esta inversión pública
en infraestructura incrementa el capital productivo.